Descargar Manifiesto de Propósitos

Transcripción

Descargar Manifiesto de Propósitos
Fundación
Casa de las Estrategias nació por el placer de
investigar, ser fiel a una pregunta y la libertad
para emprender estudios, analizar y escribir.
Nos unió la ética del oficio investigativo en
temas sociales y de impacto público donde
pudiéramos ser fieles a la evidencia,
independientes en el análisis.
Manifiesto de
s
ió
nt
Po
ic
e
Propósitos
n,
Sim p
lici d a d
u
yF
e
Casa de las Estrategias es un centro de
estudios que ha evolucionado para ser parte
de una red de pensamiento unida para la
divulgación de ideas y procesos con
adolescentes.
Casa de las Estrategias ofrece servicios en
sistemas de información, indicadores de
impacto, sistematización de prácticas y
experiencias y análisis de datos. La
organización es experta en sistemas de
información sobre públicos, poblaciones y
beneficiarios dejando capacidad instalada
para la toma de decisiones en tiempo real y la
generación de opinión pública con el impacto
buscado en reputación.
Podemos cambiar ideas, desarrollar y
proponer símbolos; crear acceso -con placeral conocimiento mostrar idearios, estéticas –y–
crear condiciones para la libre expresión.
Impacto
Un equipo permanente en investigación nos
permite mantener un centro de pensamiento.
Una pequeña oficina de comunicaciones (que
se basa en las ideas) nos permite contribuir a
la activación y cohesión de una red integrada
por artistas, investigadores, promotores y
colectivos integrados por adolescentes.
Casa de las Estrategias abre espacios para
adolescentes, fortalece colectivos y lanza
ideas.
un lenguaje tácito, implícito, simbólico y
(sobre todo) relacional nos define el placer y el
límite de lo pensable.
Ese gran espacio lleno de relaciones regladas
y mediado por un correlato de lo establecido
(normal o correcto) nos evita algunos deseos y
nos define el éxito y su bienestar.
Por lo tanto es necesario ciertas rupturas
objetivas en el espacio y el desarrollo de un
discurso y mensaje contracultural.
Ca
m b i o C u lt u r al
Cambio Cultural
A pesar de que Casa de las Estrategias ha
tenido una consciencia minimalista, nos
sentimos parte –con unos instrumentos
consistentes– de un andamiaje mucho mayor
que pretende un cambio cultural. Cuando
decimos cambio cultural, decimos encontrar
un nuevo sentido desde el cual formular
relaciones y prácticas.
El cambio es de disposiciones individuales,
que luego se vuelvan colectivas. El cambio
cultural es necesario porque nuestras
instituciones, organizaciones estratégicas,
están compuestas de personas y las dinámicas
intensas que definen nuestra vida en las
ciudades están constituidas por pequeñas y
miles de decisiones.
El asunto se complica cuando no sabemos por
dónde comenzar. Francisco Thoumi dice,
“todos sabemos que el cambio cultural es
necesario pero nadie sabe por dónde
comenzar”. Somos presa de un círculo vicioso
donde construimos y somos definidos por el
espacio. Sin embargo, solemos dejarnos
definir por el espacio y no parece “normal”
poder transformarlo: unas condiciones
objetivas, unas reglas formales e informales y
Un
aC
do
iu d a d sin M ie
Una Ciudad Sin Miedo
Sobre la violencia latente se construye el
poder absurdo, las condiciones crueles, las
normas injustas y las jefaturas sin legitimidad.
Una persona empieza a resolver miedos y
muchas veces, a la final de esa cadena, se
encuentra como base o piedra angular la
violencia.
La primera protección de un Estado debe ser
proteger a sus ciudadanos del asesinato,
eliminar el asesinato como recurso de
cualquier poblador y de la autoridad
competente.
Ese es el comienzo, aunque no el final. El final,
sin duda, será acabar con toda forma de
corrupción y entonces ahí la ciudadanía estará
libre para debatirse y dar paso a todos los
otros cambios.
Pero una vez sin miedo tendremos la crítica y
la oposición necesaria y el otro volverá a
El arte no sólo desarrolla ficciones desde la
potencia de la imaginación sino que niega
ficciones vueltas reales o normalizadas. El arte
es una exposición intensa que hace que una
(mala) ficción que nunca se propuso (inercial,
ausente) empiece a parecer absurda.
a
Ci
ta
Un
s
aparecer como fuente de simpatía y no como
una amenaza. El fin del miedo es también la
reconstrucción de la piedad.
El arte dice qué y la ciencia responde cómo. El
arte nos abrirá el camino de laimaginación y
con él nos alumbrará nuevas vidas, donde lo
que hoy está instalado en la codicia y antipatía
de la competencia que –exacerbada– lleva a la
agresión, empieza a parecer absurdo.
ud
ad s
oñada po
r
ra
tis
Una Ciudad Soñada
Por Los Artistas
Nuestra concepción de cultura está ligada al
deseo, como el marco que define una
capacidad de ansiar y el objeto del mismo.
La gran cultura –la que abarca y la consciente–
tiene en su medula al arte: la obra, la textura,
la visión, la poética y narrativas del arte nos
desarrollan de forma sincera una sensibilidad
(una forma de tocar y ver el mundo y a los
otros) y nos rehabilitan o redefinen placeres
perdidos.
El v
a c í o y l a re d
El Vacío y La Red
Reemplazar la idea de competencia (primero,
ganador, mejor) por la de una simple
excelencia (único, especial, valeroso y
riguroso), permite cuestionar la idea de
competidores, jefes y subalternos.
La vida no tiene porque parecerse al mercado,
así como todas las colectividades no tienen
porque ser como empresas: varios tipos de
agrupaciones pueden funcionar sin una idea
fija de jefe, incluso sin líderes. En especial los
movimientos sociales, los colectivos culturales,
los grupos de investigación y la agremiación
de
artistas
pueden
funcionar
por
competencias, liderazgos móviles donde el
principal autor (o compositor), el mejor vocero
y el administrador no son la misma persona.
Esto le da otro lugar al diálogo y a la
deliberación, un lugar más creativo y menos
formal. En este esquema estar juntos se
convierte en un fin y no en un medio. Estar
unidos es un placer directo e inmediato y hace
parte de una intuición de que unidos
“estaremos bien”.
Los que buscan el trabajo en red son
radicalmente distintos a los que buscan ganar
en un solo golpe, gastando y arriesgando
todo, y en especial la confianza. Los que
buscan el trabajo en red tienen objetivos
distintos a los que buscan modelos de
crecimiento vía incorporación de grupos y
propuestas a su organización.
Este estar unidos sin un jefe, ni un dueño, es
también una forma de valorar y disfrutar la
diferencia; la homogenización no es necesaria,
ni deseable en este formato. El disenso es
creativo.
El trabajo en red persigue el estar juntos y se
imagina una sociedad donde muchas
organizaciones y colectivos deban existir,
aportar y ser. La red es el retorno de todos los
colores.
Los que le apuestan a la red le temen a la
aridez del monopolio (aunque éste les
beneficie) y a la soledad del éxito.
Esto llevado al trabajo organizacional hace
que no sea necesario que todo esté reglado
porque los acuerdos están vivos, son
cotidianos y se renuevan en cada momento.
Esta forma de colectivo se basa en la
confianza, y la confianza en el otro.
El trabajo en red desde la idea del vacío,
también es el de completarse, el de ayudar a
desarrollar competencias en el otro y no
intentar abarcar todos los frentes o todas las
tareas desde el propio grupo. El trabajo en red
es algo nómada y para nada territorial.
Fo
e
s
El
La disposición de estar juntos, disposición
solidaria, también es una disposición al vacío,
a que hay varios temas por definir y uno
mismo tiene vacío, algo a ser llenado por el
otro. Hay cabida para nuevas propuestas y eso
se expresa también en un espacio donde
pueden ocurrir nuevas cosas, donde se
pueden reordenar las cosas para que quepa
algo nuevo. Invitar a algo completo, a algo
repleto y definido no tiene sentido. Entonces
el desarrollo de colectivos, movimientos y sus
campañas, es la invitación a algo que tiene
aún vacío; que está incompleto y qué necesita
nuevos contenidos.
co
sc
e n lo
s a d ole
t
en
El Foco En Los
Adolescentes
El camino es enfocarse en los adolescentes,
desarrollando y habilitando espacios para su
encuentro y fortaleciendo colectivos donde
puedan
encontrarse,
intercambiar
(fundamentalmente ideas y conocimiento),
crear y desarrollar vínculos (solidarios, de
amistad).
La adolescencia es una etapa donde está toda
la imaginación y también donde es definitiva
la vulnerabilidad a sufrir desmotivaciones
crónicas. Es el momento delicado donde un
sueño se hace resistente o se renuncia a él.
La sociedad moderna conceptualiza a los
adolescentes como sujetos pospuestos, que
quisiéramos encerrar en cierta urna donde no
corran peligros pero donde les negamos
placeres, les dejamos de dar reconocimiento a
sus ansias y –así– no les damos lugar a sus
angustias.
El amor por el conocimiento, que luego
permite emprender aventuras de estudio se
transmite por el ejemplo y de forma lúdica
unido a la creación. Una vez reconstruida la
autoestima, rehabilitada la capacidad de soñar
y con un conocimiento o una información que
apasiona, darle un lugar grato a la libertad de
expresión será fácil.
La misma forma de trabajo en red se aplica al
trabajo con adolescentes, dejando que ellos
definan sus necesidades y objetivos y que
funden y co-dirijan su proceso.
Bastante falta hace trabajos con adolescentes
sin enfoques asistencialistas, sin mirarlos como
víctimas o tratarlos desde una lógica del
peligro.
A los adolescentes se les trata desde un nuevo
presente, concediéndoles –cuando sea
necesario– reales segundas oportunidades y
nuevos comienzos.
Los grupos de estudio y de creación permiten
que ellos mismos diseñen un plan, luego
proporcionar herramientas y condiciones
tangibles, dando siempre la posibilidad de un
producto visible o medible al final de un
proceso.
Este tipo de formato y dinámica puede
esconder un objetivo aún más profundo: otro
tipo de encuentros con otras reglas de
relacionamiento, donde se encuentra una
protección y restitución de la autoestima y así
otras economías (otra vida posible) desde los
intercambios y la creación. Con los
adolescentes se debe buscar el debate sobre
la idea de éxito y la creación o apropiación de
nuevos símbolos.
Re
b eld
í a a m o ro
sa
Rebeldía Amorosa
Una tesis central es que los adolescentes están
instrumentalizados para las peores prácticas
dolorosas –para ellos y otros– son los
manipulables y sumisos, los que no tienen
criterio.
El adolescente que es capaz de pensar por sí
mismo, que no es obediente porque necesita
que lo convenzan con argumentos, que no es
un seguidor porque es diferente a todos, será
un critico indomesticable y también indómito
para ser pieza de la atrocidad y herramienta
del absurdo.
Necesitamos adolescentes rebeldes, sin
precio, que no persigan el éxito, sino que se
marquen objetivos solidarios, en la amistad, el
enamoramiento, estar juntos. Un adolescente
expuesto al arte finalmente desarrollará
sensibilidades y –con estas– su piedad.
Al final, se trata de devolverle a los
adolescentes el sentido vía el placer de la
creación y de las relaciones.
Conclusión
Logrando el cambio cultural que buscamos –y
que necesita unas condiciones materiales–,
resolveremos primero el miedo de un
adolescente, luego su angustia y –por último–
se le facilitará encontrar el sentido.
La adolescencia es una etapa muy difícil pero
los adolescentes saben la verdad: este mundo
ha perdido el sentido.
Casa de las Estrategias
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