El lado oculto de la agroindustria

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El lado oculto de la agroindustria
Foto: Anaïs Marshall
El lado oculto de la agroindustria:
impactos sociales y ambientales
Anaïs Marshall, profesora e investigadora en geografía, Universidad de París 13 - Nord
Quien viaja por la carretera Panamericana
Norte se sorprende por los grandes espacios arenosos que han sido transformados,
en poco tiempo, en campos verdes. Desde
los años noventa, en la agricultura peruana predomina una política de liberalización
de los mercados económicos y de tierras.
Uno de los efectos de esta política, en la
costa, es el resurgimiento de empresas
agroindustriales y la implementación de extensas zonas de cultivo en los intervalles
arenosos.
Recientemente, tuve la oportunidad de
estudiar dos zonas en las que se establecieron numerosas empresas agroindustriales, con fundos cada vez más grandes: Virú
y sus intervalles integrados en el ámbito
del Proyecto Especial Chavimochic (PECH)
en La Libertad, y la Pampa de Villacurí y la
zona del margen del valle de Ica. Estas dos
zonas —una desarrollada por un proyecto
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estatal; la otra, por inversiones privadas—,
donde la producción para la exportación
es cada día más importante, atraviesan im-
«La oferta de empleo provocó migraciones regionales y nacionales.
Estas migraciones en Chavimochic
y Villacurí —y en particular, la necesidad de alojar a los migrantes-trabajadores— no fueron previstas por
los gobiernos locales; muy pocos
terrenos fueron dedicados al desarrollo de nuevos centros poblados.»
portantes cambios territoriales. A continuación, presentaré las consecuencias sociales y los impactos ambientales que he podido observar.
El establecimiento de extensas empresas agroindustriales y la extensión de sus
fundos crean muchos empleos; en efecto,
para trabajar en el campo o en las plantas
industriales, las empresas contratan ingenieros o técnicos en planillas, y obreros
agrícolas temporales. La oferta de empleo
provocó migraciones regionales y nacionales. Estas migraciones en Chavimochic
y Villacurí —y en particular, la necesidad
de alojar a los migrantes-trabajadores— no
fueron previstas por los gobiernos locales; y pocos terrenos fueron dedicados al
desarrollo de nuevos centros poblados. Al
inicio, los migrantes alquilaban cuartos en
los pueblos cercanos a los fundos, o se
alojaban en viviendas improvisadas al lado
LA REVISTA AGRARIA / 140
Variaciones del nivel de la napa en el Valle de Ica y Pampas de Villacurí
30.00
32.00
IRHS - 8. Distrito de Parcona. Sector San Camilo.
34.00
Prof. del N.E. (m)
36.00
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D N.E. = -1.3 m/año
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del camino, o a veces directamente en el
mismo fundo. Pero el proceso de migración constante y el crecimiento de la población originaron la creación de nuevos
centros poblados, tras la invasión de tierras que inicialmente estaban dedicadas a
la agricultura. La ausencia de organización
y de una política de ordenamiento territorial por parte de las autoridades locales y
estatales provocaron desarrollos autogestionados: en la Pampa de Villacuri, por ejemplo, los pobladores de Nueva Esperanza
se han asociado y han instalado, ellos mismos, las redes de alcantarillado y tienen
acceso al agua potable gracias a camiones
cisternas (entrevistas, 2008).
Tiempo (años)
30.00
IRHS - 96. Distrito de Salas-Villacurí.
Sector Fundo el Galmo.
35.00
Prof. del N.E. (m)
«Se da un impacto ambiental, pues
los cultivos de tomate y de alcachofa afectan considerablemente los
suelos. Por ejemplo, el tomate seca
los suelos, que se vuelven improductivos después de tres o cuatro
campañas agrícolas.»
40.00
D N.E. = -1.06 m/año
45.00
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El establecimiento territorial y el desarrollo económico de esas empresas han modificado la organización socioeconómica
en los valles. Por ejemplo, algunos productos con fuerte demanda en los mercados
internacionales, como la alcachofa y el tomate, no crecen en tierras arenosas; para
estos dos productos, las empresas establecen contratos agrarios con agricultores
de los valles viejos a fin de acceder a tierras de buena calidad. Existen contratos
de varios tipos: el contrato de alquiler, donde el propietario deja su tierra (para otra
actividad) y deja a la empresa con toda la
responsabilidad de la producción; el contrato de integración, donde el propietario
produce según las recomendaciones técnicas de la empresa y en la cosecha le vende a esta su producción; y el contrato de
compraventa, donde el propietario produce según sus propios criterios y vende sus
productos durante la cosecha a quien le
ofrece más (Marshall, 2008).
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Tiempo (años)
Fuente: Informe «Estado de las aguas subterráneas de los acuíferos de Ica y Villacurí al año 2010», ANA.
Estos nuevos sistemas de producción
han permitido a varios pequeños o medianos agricultores aumentar sus ingresos y
mejorar su nivel de vida integrando cadenas de producción para la exportación. Sin
embargo, se da un impacto ambiental, pues
los cultivos de tomate y de alcachofa afectan considerablemente los suelos. Por ejemplo, el tomate seca los suelos, que se vuelven improductivos después de tres o cuatro campañas agrícolas (Figueroa, 1996); y
en el caso de la alcachofa, los propietarios
arrendadores explican (entrevistas, 20052008) que sus tierras tenían demasiadas filtraciones y, para recuperarlas, han construido drenes a fin de extraer el exceso de
agua y volver a producir.
Hoy en día, los pequeños y medianos
agricultores propietarios se adaptan y eli-
gen trabajar con las empresas que proponen los contratos más adecuados, donde
los beneficios superen los daños.
En estas dos áreas agrícolas dinámicas
—Chavimochic y Villacurí—, el acceso al
recurso hídrico y los impactos ambientales son distintos.
En la zona de influencia del PECH, el Estado construyó un canal madre, con una
longitud de 285 km desde la bocatoma en
el río Santa hasta el río Moche. Una importante cantidad de agua, originalmente de
la cuenca del Santa, es trasladada a las
cuencas de Chao, Virú y Moche, de manera artificial. Este aporte hídrico permite extender las superficies agrícolas en los intervalles y acceder regularmente al agua
todo el año y no ser afectado por las sequías; sin embargo, provoca el aumento
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alto nivel del acuífero, que se encuentra a
entre 0 y 2 metros de profundidad (Marshall, 2011).
En la zona de Ica, el recurso hídrico utilizado para la agricultura en la Pampa de
Villacurí es subterráneo. El acuífero es común a Ica y a Villacurí. Los pozos de los
cuales se extrae el agua en la Pampa, bombean también en el acuífero de Ica. En 2009,
543.13 millones de metros cúbicos fueron
extraídos del acuífero de Ica-Villacurí, lo
cual duplica considerablemente el volumen máximo para una extracción sostenible, que es de 252.99 millones (Oré, 2012).
La crisis
hídrica en Ica
y los planes de
la ANA
Con la finalidad de afrontar
el problema de sobreexplotación hídrica en Ica, la Autoridad Nacional del Agua
(ANA) informó recientemente que está en vías de
implementar el «Plan de gestión de los acuíferos del Valle
de Ica y de Pampas de Villacurí y Lanchas», que comprende la ejecución de programas de sensibilización, difusión; evaluación de la demanda y oferta de agua subterránea ; disminución de la
demanda de agua por el uso
eficiente; fiscalización, control y vigilancia del acuífero;
recarga artificial y uso conjunto de agua superficial y
subterránea.
Consideramos que el re- En la actualidad, muchas tierras utilizadas por la agroinconocimiento de la necesi- dustria se han convertido en no cultivables debido a los
dad de reducir la demanda altos niveles de sal o a las inundaciones de las parcelas,
hídrica en Ica, a través de un producto del aumento del nivel de la napa freática.
uso más eficiente del recurso e incluso el cambio gradual hacia cultivos que demanden menos agua y que
pueden tener tanto potencial (como el espárrago), es un paso positivo en el plan
anunciado de la ANA. Es de esperar que los agroexportadores comprendan la necesidad de adoptar este tipo de medidas, a fin de preservar el milagro del agro iqueño.
Según la ANA, el gradiente de descenso de la napa freática en el Valle de Ica y
Pampas de Villacurí fue moderado hasta el año 2002, a partir del cual el gradiente
aumentó como consecuencia de haberse incrementado la explotación, de 225 Hm3/
año en 2002 a 335 Hm3/año en 2009, en el valle de Ica ; y, en Pampas de Villacurí, de
91 Hm3/año en 2002 a 228 Hm3/año en 2009.
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Foto: Anaïs Marshall
del nivel de la napa freática por el hecho de
dejarse de utilizar los pozos tubulares (Vásquez, 2000a y 2000b). En la parte baja del
valle, como en Huancaquito Bajo, pero también en Santa Elena y en el Carmelo, varias
tierras son, hoy en día, no cultivables debido a los altos niveles de sal o a las inundaciones de las parcelas. Los drenes están
saturados y es casi imposible extraer los
excesos de agua y limpiar los suelos. En el
año 2005, 12,877 hectáreas fueron integradas en la agricultura en los intervalles arenosos de Virú, y más de 8,615 hectáreas, o
sea el 50% del valle, fue afectado por el
Frente a la reducción considerable del nivel de la napa freática, una gran cantidad
de pequeños agricultores —que tenían
acceso al agua subterránea por pozos a
tajo abierto— se vuelven dependientes
del agua superficial, cuya disponibilidad
es irregular.
Para atenuar la reducción del nivel del
agua subterránea, varios decretos y leyes prohíben o limitan las extracciones
subterráneas en zonas sensibles. Esas reglamentaciones han provocado que las
empresas compren los pozos con redes
tubulares, o el canal troncal, para así trasladar el agua desde los sectores autorizados hacia los sectores sensibles, a
menudo ubicados en las pampas de las
márgenes del valle.
Es contradictorio ver cómo, hoy en
día, las empresas agroindustriales de las
pampas, que se han beneficiado de un
modelo económico liberal para el acceso a los recursos (tierra y agua), ahora
se dirigen al Estado, frente al agotamiento del recurso hídrico, para pedir el desarrollo de otros proyectos de riego que
les permitan seguir cultivando en las
pampas (Marshall, 2009; Oré, 2012).
Notas bibliográficas
FIGUEROA, A., 1996. Pequeña agricultura y
agroindustria en el Perú. Cepal/ FAO/ GTZ,
56 pp.
MARSHALL A., 2008. El proyecto especial Chavimochic. Contratos agrarios entre agroexportadores y pequeños agricultores en los valles
de Virú y Chao. En Damonte G., Fulcrand B. y
Gómez R. Perú: el problema agrario en debate.
SEPIA XII, 686 pp. (pp. 553-584).
MARSHALL A., 2009. S’approprier le désert. Agriculture mondialisée et dynamiques socio-environnementales sur le piémont côtier du Pérou. Thèse de Doctorat. Université de Paris 1
Panthéon-Sorbonne, 493 pp.
MARSHALL A., 2011. Terres gagnées et terres
perdues. Conséquences environnementales de
l’essor de l’agro-industrie dans un désert de
piémont. Bulletin de l’Institut Français des
Etudes Andines 40 (2), pp- 375-396.
ORÉ, M.T. (coord.), 2011. Emergencia hídrica
y explotación del acuífero en un valle de la
costa peruana: el caso de Ica. SEPIA XIV, Piura, agosto 2011.
VÁSQUEZ F., 2000a. Actualización de los estudios
del nivel freático en los valles de Chao, Virú y
Moche. FAO proyecto TCP/PER/8823. Proyecto
Especial Chavimochic, 45 pp.
VÁSQUEZ F., 2000b. Diagnóstico y plan de desarrollo de las aguas subterráneas en los valles de
Chao, Virú, Moche y Chicama. INADE, Proyecto
Especial Chavimochic. Informe final. Volumen
1, 132 pp.
LA REVISTA AGRARIA / 140

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