1 - Biblioteca Virtual del Principado de Asturias

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1 - Biblioteca Virtual del Principado de Asturias
DIPUTACION PROVINCIAL
DE O V I E D O
SUPLEMENTO DE CIENCIAS
DEL
BOLETIN DEL INSTITUTO
DE
E STU D IO S ASTURIANOS
N.° 19
OVIEDO
1974
SUMARIO
Páginas
L os y a cim ien to s de m ercurio astur-leoneses, por C. L uque ..........................
3
L os cuarzos idiom orfos de la form ación de la caliza de m ontaña (car­
bonífero inferior) de A stu rias y su posible sign ificación gen ética, por
J . G arcía Iglesias ..........................................................................................................
13
A p ortación al estu d io geológico de la m in a “A m b ició n ” (C aleao-A stu rias),
por A. Alonso Fernández ........................................................................................
35
* * *
El valor cu an titativo a-b en los derm ato g lifo s palm arás de lo s astu ria­
nos, por J . E. Egocheaga .............................................................................................
51
* * *
P anoram a briológico d el Cabo de P eñ a s (A stu rias), por R. M. Sim ó y
N. Alonso ....................................................................................................................... i...
65
A portación al con ocim ien to de la flora y veg eta ció n d e l Cabo de P e ñ a s
(A stu rias), por M. Mayor López, T. E. Diaz González y F. N avarro
Andrés
.................................................................................................................... .
93
* * *
Id en tifica ció n de com puestos ácidos y fen ólicos, por a n á lisis crom atográficos en h ojas de “M alva S ilv e str is” L. de lo s a lred ed ores de O viedo,
por A na M.a A paricio Antuña ....................................................................................
155
F lavon oid es y azúcares en p étalos de flo res de “G en ista O b tu sirram ea” L.
de la zona d el P ajares, por Ana M.a A paricio Antuña ..............................
Referencias bibliográficas:
SUPL. CIEN. BOL. IDEA, n.° 19 -
1974
177
DIPUTACION PROVINCIAL
DE O V I E D O
SUPLEMENTO DE CIENCIAS
DEL
BOLETIN DEL INSTITUTO
DE
E ST U D IO S ASTURIANOS
N . ° 19
OVIEDO
Depósito Legal O. 43 — 1958
IMPRENTA "LA CRUZ"
Hijos de Rogelio Labrador Pedregal
San Vicente, 8. Oviedo. 1974
SUPL. CIEN. BOL. IDEA, n.° 19 - 1974
LOS YACIMIENTOS DE MERCURIO ASTUR-LEONESES
POR
C. LUQUE
INTRODUCCION
La región Astur-Leonesa presenta una notable frecuencia de ya­
cimientos e indicios de mercurio cuya distribución, así como des­
cripción de las características estructurales, estratigráficas y ge­
néticas de conjunto se pretenden sintetizar en el presente trabajo.
Para ello se han estudiado unas 50 localidades en las que es
conocida la existencia de cinabrio, si bien son escasas las reseñas
de tipo bibliográfico en las que se haya abordado su descripción.
Con esta y sucesivas publicaciones pretendemos dar a la luz los
resultados obtenidos a lo largo de los últimos años de trabajo
sobre el tema de las mineralizaciones de Asturias y León.
DISTRIBUCION DEL MERCURIO
De acuerdo con las distintas zonas establecidas por Lotze (1945)
de zona Asturoccidental-Leonesa y zona Cantábrica, es en esta
última donde se localiza el 90% de las mineralizaciones de Hg,
como puede observarse en las figuras 1 y 2.
En la zona Asturoccidental-Leonesa se presenta el mineral de
Hg en cantidades muy escasas y siempre como secundario, habién­
dose recuperado como subproducto en contadas ocasiones.
El cinabrio aparece asociado con minerales de Pb-Zn o con ba­
ritina. En ambos casos adquiere un aspecto terroso o pulverulen­
to, rellenando hoquedades. Excepcionalmente se presenta crista­
lizado, rellenando fisuras, en Corneal, ya dentro de la provincia de
Lugo.
Todas las mineralizaciones están ligadas a calizas y dolomías
del cámbrico en zonas de fractura.
En la zona Cantábrica la distribución de las mineralizaciones
de Hg así como las características litológicas, estratigráficas, tec­
tónicas o minerológicas es más variable. El interés de esta zona
es notablemente superior, prueba de ello es la localización de los
principales yacimientos de las provincias de Oviedo y León.
a)
Distribución del Hg desde el punto de vista litològico.
Las mineralizaciones de He se presentan fundamentalmente en­
cajadas en rocas carbonatadas, frecuentemente brechificadas, si
bien, en ocasiones, lo hacen en rocas detríticas. La distribución
estadística, teniendo presente que en algunos yacimientos puede
haber duplicidad litològica por localizarse en materiales diferentes
queda expresada en el cuadro adjunto:
Litologia
Rocas caJcareo-dolomíticas
Cuarcitas y areniscas
Brechas silíceas
Pizarras
N.° de localidades
32
4
4
2
Porcentaje
76%
10%
10%
4%
Dos hechos fundamentales deben señalarse al analizar mas de­
talladamente las características litológicas que coinciden con la
existencia del mercurio. La presencia de este en las zonas de mayor
porosidad y fracturación de la roca por un lado y la influencia de
existencia de materia orgánica o de tipo carbonoso por otro. Am­
bos han condicionado, en muchos casos, notables variaciones en
el contenido de mineral de Hg, incluso localmente, dentro de la
misma roca.
b)
Distribución de Hg desde el punto de vista estratigráfico
En la región Astur-Leonesa todos los yacimientos encajan en el
Poleozóico, estando distribuidos de acuerdo con el siguiente cua­
dro:
N.° de Localidades
Cámbrico
Ordovicico
Devónico
Carbonífero
3
2
1
34
Localidades
Caunedo, Valcarcel, Cazo
Belerda, Olicio
Miñera de Luna
Resto (incluidos Olicio y Cazo).
En el cámbrico las mineralizaciones encajan en la Formación
Láncara, correspondiente al Geogiense superior-Acadiense, consti­
tuida por dolomías y calizas, con un nivel noduloso rojizo supe­
rior.
Las mineralizaciones en el Ordovicico están empleadas en la cuarzita Armoricana, de edad Skiddaw.
El único yacimiento conocido en el Devónico se localiza en el
contacto entre las formaciones Santa Lucia y Huergas, correspon­
dientes al Devónico medio.
La mayor parte de los yacimientos, se disponen en el carboní­
fero en los que aparece como se refleja en el cuadro.
Edad
Localidades
Caliza de montaña
Namuriense
Pelúgano, Cazo, Bezañés, Tarna,
Riosol, Lois, Olicio, Cangas de
Ohís, Comeya, Amieva, Caldas de
Luna.
Calizas del Cares
Viseense a
Westfaliense
Ortiguero, Puertas, Asiego, Poo de
Cabrales, Oceño, Trescares, Bores, Suarias, Alies.
Tramos entrecalizas Westfaliense
(Caliza Masiva, se­ B-C
rie de Lena, forma­
ción San Emiliano,
Grupo Yuso)
Gallegos, Muñón-Cimero, Brañalamosa, Piedracea, Vega del Rey,
Valverdín, El Moro, Lois, Pedrosa del Rey, Maramuñiz.
Brechas Intraforma- Westfaliense
cionales
C
Terronal - La Peña, La Vallina,
Campa del Trave, Los Rueldos.
No existe por tanto una distribución definida dentro del car­
bonífero, sino que, por el contrario, a través de todos los niveles
pre-estefanienses conocidos ha llegado a localizarse el Hg.
c)
Control tectónico de las mineralizaciones de Hg
Estudiado este aspecto a gran escala las mineralizaciones de
Hg Astur-Leonesas están controladas por dos efectos tectónicos:
1) Tectónica tanjencial que ha dado lugar a la implantación
mantos de corrimiento a la que se ha superpuesto una
una tectónica de plegamiento que los ha deformado.
2) Tectónica de fracturas tipo decrochement con sucesivas fa­
ses de removilización.
Existe el hecho evidente de la posición de las mineraliza­
ciones en zonas próximas a los frentes de cabalgamiento
pero también es notable la alineación de los mismos en
las proximidades de grandes fracturas o sus satélites, ta­
les como la falla Cantábrica, la falla de dirección E-W que
se extiende desde Arriondas hasta la provincia de Santan­
der o la zona de fracturas relacionada con el frente de
Ablaña.
A escala de yacimiento el mercurio aparece ligado a las
siguientes estructuras:
—Fracturas paralelas a las superficies de cabalgamiento,
ocasionalmente en el núcleo de ventanas tectónicas.
—En las charnelas o flancos de pliegues anticlinales apre­
tados con fracturación asociada.
—En fallas transversales.
d)
Características mineralógicas de las mineralizaciones de Hg.
Fundamentalmente se pueden establecer siete tipos de asocia­
ciones mineralógicas en la región Astur-Leonesa. Son:
1.°) Cinabrio exclusivamente (en ocasiones con pirita-marca­
sita), en cuyo tipo se incluirían: Bezanes, El Moro, Cazo,
Miñera de Luna, Terronal, La Peña, Campo del Trave, La
Vallina, Belerda.
2.°) Cinabrio, Rejalgar, Oropimente, como por ejemplo: Muñón-Cimero, Brañalamosa, Pelúgano, Caunedo, Valverdín,
Valcarcel, Maramuñiz.
Vega del Ciego
Vego del Rey
•
+
6
INDICIOS
LABORES DE RECONOCIMIENTO
LABORES OE EXPLOTACION
Asiego -Puertas
ASTUROCCI-
Valcarcel
Caldas
Valverdín
Ambascasas
Muñalen
de
de
Torrestio
Vados
Corneal
los
Toral
de
Miñera
Sobrado
de
Villar
Visuña
Luna
Luna
Vildas
DE PLIEGUES
MANTOS
Caunedo
ZONA
______
Moreda
DENTAL-LEONESA
ZONA
Y
C
A
Rueldos
Peña
Trave
_
A
Riosol
Vega
Figura
los
1
Fierros
A m ieva
Pedrosa
R iaño
L ois
Tarna
Piedracea
Puente
Bezanes
del Ciego
Belerda
Valle
Cangas
Cazo
del R ey
Moro
PICOS
DE
EUR O PA
A lies
S u arias
A rgallón
O ceño
T rescares
Poo de C abrales
A sieg o-P u ertas
Río C asaño
O rtiguera
C om eya
MANTOS
deOnís
DE
B R I C A
______ _________
del
Moro
Olicio
El
Pelúgano
ZONA
T
Brañalamosa
N
Maramuñiz
Muñón-Cimero
Gallegos
Los
del
Vallina
Campa
La
El Terronal-La
CUENCA
C ARBO NIFERA CENTRAL
Z O N A
3.°)
Blenda-Galena, Cinabrio, tales como: Poo de Cabrales, Oceño, Trescares, Suarias, Argallón, Los Rueldos.
4.°) Barita-Cinabrio, como: Ortiguero, Suarias, Alies, Asiego,
Puertas.
5.°) Cinabrio-estibina-fluorita (talco), como en: Tarna, Riosol,
Lois, Pedrosa del Rey.
6.°) Oxidos de Fe y Mn - Cinabrio de la que son ejemplos:
Comeya, e indicios en Las Llacerias, Panes y Torrestío.
7.°) Sulfoarseniuros de Cu (cobres grises) - Cinabrio, tales co­
mo: Amieva, Poo de Cabrales.
En estos dos últimos tipos el contenido en Hg es realmente
pequeño y en muchos casos no deja de corresponder mas que a
pequeños indicios siendo el Hg posiblemente removilizado por
procesos cársticos.
En los dos primeros tipos de asociaciones el mineral de Hg
está fundamentalmente constituido por cinabrio, apareciendo ex­
cepcionalmente metacinabrio o incluso Hg nativo (Brañalamosa,
Maramuñiz, Piedracea). Este último es localizable, en ocasiones, en
relación con calizas con gran cantidad de materia orgánica. El ci­
nabrio se presenta en forma de filoncillos, agregados granulares
o diseminado en la masa rocosa.
En el tercer y cuarto tipo de asociación mineralógica, raramen­
te aparece el cinabrio cristalizado, sino mas bien con un aspecto
terroso o pulverulento, rellenando hoquedades.
Cuando se presenta asociado con estibina y fluorita encaja en
forma de filoncillos irregulares, que en ocasiones constituyen ma­
sas lentejonares. Excepcionalmente se ha detectado la presencia
de livingstonita (Pedrosa del Rey). Asi mismo estos minerales pue­
den estar asociados con talco (Tarna).
El proceso mineralizador afectó frecuentemente a la roca en­
cajante, por lo que es notablemente frecuente la existencia de dolomitización o silicificación, generalmente de carácter muy locali­
zado.
Como minerales de ganga no metálicos los mas frecuentes son
cuarzo, dolomita, calcita, talco, caolinita, calcedonia, ankerita.
G E N E SIS DE LAS MINERALIZACIONES DE H g
Las características de emplazamiento, tectónicas y mineralógi­
cas de los yacimientos de Hg Astur-Leoneses, hacen que la mayor
parte de los mismos deben considerarse epigenéticos. El caracter
de yacimientos de tipo teletermal ya ha sido apuntado en algunas
reseñas de tipo monográfico, sin embargo se pretende discutir so­
bre algunos aspectos poco considerados.
Como se ha expuesto al tratar de las características tectónicas
que controlan las mineralizaciones, estas parecen estar relaciona­
das con estructuras (fallas o cabalgamientos) que afectan a la co­
bertera poleozoica pero que muchas de ellas, deben de estar co­
nexionadas con el zócalo prepaleozoico.
Por estas grandes fracturas, ha podido ascender la mineralización difundiéndose a través de estructuras secundarias. Esta po­
sibilidad explicaría gran parte de los yacimientos próximos a las
grandes fracturas para los que no existe ninguna conexión con
vulcanismos o plutonismos próximos.
Unicamente existe proximidad con rocas intrusivas en los ya­
cimientos de la zona norte de León (Tarna, Riosol, Pedrosa del
Rey) en los que existen mineralizaciones de estibina, fluorita y ci­
nabrio relacionadas con stocks de composición cuarzodiorítica o
diorítica (N. Sjerp, 1966) emplazados con posterioridad al Westfaliense superior. Para estas mineralizaciones un origen epitermal
puede ser admisible.
En diversas regiones de la zona cantábrica se han localizado
rocas intrusivas similares, pero sin haberse hallado mineraliza­
ciones asociadas. Igualmente existen manifestaciones volcánicas en
diferentes épocas geológicas (Cámbrico superior, Ordovícico, Silú­
rico superior) pero no se considera posible una relación con las
mineralizaciones de Hg.
Mayores posibilidades, sin poder encontrar aún una confirma­
ción completa, podría tener el conexionar las mineralizaciones con
la fase que dio lugar al vulcanismo de caracter básico existente
en el Permo-Trias.
Respecto a la edad todo parece indicar- que las mineralizaciones
son posthercínicas. Esto último es aceptable en la, región Leonesa
donde las mineralizaciones están relacionadas con una fase de granitización posthercínica. Además la difusión del Hg en muchas
estructuras cabalgantes de la zona cantábrica es posterior al em­
plazamiento de las mismas y en relación con fallas que han teni­
do importante actividad con posterioridad al Paleozoico.
Por todo ello se considera como válida, en principio, una edad
postwesfaliense y posiblemente prejurásica.
—
10 —
Finalmente la existencia de indicios en relación con mineralización de origen cárstico, nos permite afirmar que, con posterio­
ridad a su emplazamiento, ha existido removilización del Hg.
En la zona Asturoccidental-Leonesa las consideraciones genéti­
cas establecidas en este trabajo no son válidas, puesto que la pre­
sencia de este mineral es totalmente accidental. Su origen debe
buscarse en el vulcanismo cambro-ordovícico, con el que posible­
mente estén relacionados los yacimientos de plomo-zinc de la zona.
RESUMEN Y CONCLUSIONES
De las características reseñadas para las mineralizaciones de
Hg Astur-Leonesas pueden obtenerse las siguientes conclusiones:
1.°) La mayor parte de las mineralizaciones se localizan en la
zona cantábrica.
2.°) Anarecen fundamentalmente encajadas en rocas carbona­
tadas y en menor proporción en rocas detríticas silíceas.
3.°) Su difusión y concentración está relacionada con la poro­
sidad y contenido en materia orgánica o carbonosa de la roca.
4.°) No existe un nivel estratigráfico definido en el que enca­
jan, si bien la mayor parte de las mineralizaciones se distribuyen
en el carbonífero.
5.°) Están relacionadas a grandes fracturas o frente de cabal­
gamiento, asi como con estructuras anticlinales próximas a las
mismas.
6.°) Su emplazamiento tuvo lugar en los momentos de disten­
sión y reajuste de las extructuras citadas.
7.°) Las mineralizaciones de Hg son de origen teletermal o epitermal, con una posible conexión con la fase efusiva que dio lugar
al vulcanismo permo-triásico.
8.°) La edad de la mineralización es posthercínica y prejurásica. Posiblemente triásica.
RECONOCIMIENTO:
Nuestro agradecimiento a la Dirección General de Explosivos
y Minas de Explosivos Río Tinto por las facilidades para la realiza­
ción de este trabajo, así como al Departamento de Geología Ge­
neral y Estructural de la E. T. S. I. M. de Oviedo por su desintere­
sada colaboración.
—
11
—
BIBLIOGRAFIA
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LOS CUARZOS IDIOMORFOS DE LA FORMACION DE
LA CALIZA DE MONTAÑA (CARBONIFERO INFERIOR)
DE ASTURIAS Y SU POSIBLE SIGNIFICACION GENETICA
POR
J. GARCIA IGLESIAS
I .— INTRODUCCION
Con frecuencia encontramos que, en la bibliografía especializa­
da, a los cuarzos idiomorfos de ciertas formaciones sedimentarias
se les denomina «cuarzos autígenos». El término «autígeno» fue
aplicado ya por Kalkowsky (1880) a minerales de neoformación o
de origen secundario. Hoy día, este término tiene una utilización
muchas veces confusa, ya que suele aplicarse a minerales idiomor­
fos de neoformación o de origen secundario, con la finalidad de
resaltar este aspecto de idiomorfismo, olvidando que se trata de
un término con sentido más amplio y aplicable también a minera­
les que, siendo igualmente secundarios o de neoformación, no pre­
sentan idiomorfismo alguno. En resumen, el término «autígeno»
quiere significar que, aquel mineral al que se le aplica se ha origi­
nado en el lugar en el que se encuentra ubicado, con independencia
de que sea primario o secundario, y sin que sea necesario un
carácter idiomórfico del mismo.
Esta confusión existe a propósito de los cuarzos idiomorfos,
hexagonales y bipiramidados, que en ocasiones suelen aparecer con
un grado de dispersión variable en zonas de la Caliza de Montaña,
en Asturias. En la bibliografía existente reciben denominaciones di­
—
14
—
ferentes: cuarzos autígenos, cuarzos idiomorfos, cuarzos bipiramidados, cuarzos ahumados, cristales de cuarzo. Aún cuando cual­
quiera de estos términos resulta comprensible para una persona
familiarizada con el tema, es conveniente resaltar que el simple tér­
mino autígeno resulta incompleto e inadecuado cuando, como en
este caso, se trata de cuarzos de neoformación que además presen­
tan idiomorfismo; y que resulta más lógico y riguroso emplear
otros términos, tales como «cuarzos bipiramidados» o «cuarzos
idiomorfos», empleando el calificativo complementario de «autí­
geno» cuando sea necesario expresar su posible carácter de mine­
rales secundarios o de neoformación.
Este tipo de cristales de cuarzo es relativamente abundante,
apareciendo en lugares y épocas bien diversas. Unas veces, quizá
las más conocidas, se trata de minerales de facies salinas —en Es­
paña son bien conocidos en el Trías— de edades muy diversas
(Grimm, 1962; Febrel, 1963; Marfil Pérez, 1970); con frecuencia
son rocas carbonatadas las que presentan abundantes cantidades
de cuarzos de este tipo, de las que el caso que nos ocupa constituye
un ejemplo notable (Schulz, 1858; Mallada, 1898; Martínez Alvarez, 1965); también aparecen cuarzos idiomorfos de neoformación
en sedimentos recientes (Baltzer y Ribault, 1971) o en relación con
procesos de alteración superficial de rocas silicatadas, como son
ios procesos generadores de ciertos tipos de yacimientos de bauxitas (Grubb, 1963; Sinclair, 1967); Termier y Termier (1963) ci­
tan igualmente la presencia de cuarzos idiomorfos en formaciones
arrecitaies recientemente emergidas, y Cñilingar y otros (1967) se
refieren a la presencia de cuarzos idiomorfos, con un tamaño de
hasta 8 mieras, en rocas sedimentarias carbonatadas, señalándoles
un posible origen epigenético en una etapa tardía de diagénesis;
cuarzos con un aspecto de ídiomonismo mas o menos acusado, y
con un evidente carácter de neoformación, se hallan con relativa
frecuencia en niveles areniscosos, en los que ios granos de sílice
detrítica son recrecidos por una sílice secundaria, movilizada en
etapas de diagénesis o epigénesis (fotografías 25 y 2b) y depositada
normalmente con la misma orientación cristalográfica del grano
recrecido.
Especial interés poseen los cuarzos idiomorfos ligados espacial
y, sin duda, genéticamente con yacimientos hidrotermales de baja
a media temperatura (Peters, 1958; Fuchs, 1962; Brecke, 1962, etc.)
y en los cuales los cuarzos mencionados se pueden presentar tanto
en zonas mineralizadas como en zonas externas al yacimiento, pero
—
15
—
dentro del dominio de influencia de los fenómenos de epigénesis
causantes del yacimiento en cuestión.
En la mayoría de los casos, estos cuarzos se consideran de
origen secundario (neoformación), atribuyéndoseles con frecuencia
un carácter claramente epi^enético. Y así ocurre con los famosos
«jacintos de Compostela» de nuestro Trías, sobre los que existe
una abundante bibliografía. En cambio, los cuarzos bipiramidados
de la «caliza de Montaña» han sido menos estudiados desde un
punto de vista genético, insinuando en algún caso la posibilidad
de su carácter epigenético y su relación espacial con dolomitizacioles, y resaltando en la mayoría de los casos su posible papel co­
mo minerales «guía» que ayuden a caracterizar la caliza masiva,
constituyente de la base local del Carbonífero en Asturias. Tampo­
co existen datos bibliográficos sobre la presencia de cuarzos idio­
morfos en relación con yacimientos españoles, al menos en trabaios recientes; y algunas citas en bibliografía antigua resultan con­
fusas, al referirse a «cristalitos de cuarzo» sin más, de donde no es
posible deducir un carácter de automorfirmo de los mismos (Mallada, 1898).
Sin embargo, la presencia de cuarzos epigenéticos, con un gra­
do variable de idiomorfirmo, es significativa en los yacimientos de
fluorita de Asturias, especialmente en los casos en que éstos se
hallan espacialmente relacionados con calizas —normalmente ca­
lizas carboníferas—, las cuales suelen presentar importantes fenó­
menos de silicificación epigenética (García Iglesias, 1972) en evi­
dente relación —tanto espacial como genética— con los depósitos
de fluorita. En estos yacimientos, normalmente existen dos domi­
nios superpuestos —el de la fluorita y el de la sílice—, de los que
el segundo posee generalmente una mayor amplitud y una antece­
dencia en el tiempo de génesis. En estos casos, los cuarzos idio­
morfos pueden aparecer tanto en relación con la fluorita, dentro
del dominio de ésta, como en zonas externas a dicho dominio.
En el presente trabajo se trata de estudiar el posible modo de
génesis de los cuarzos bipiramidados en calizas —y en concreto
los de la «Caliza de Montaña»—, relacionándolos en la medida de
lo posible con fenómenos de epigénesis, e intentando analizar el
significado que pueden tener como minerales «guía» en los traba­
jos de prospección.
—
II.— LOS
16
—
CUARZOS TDIOMORFOS Y LOS PROCESOS EPIGENETICOS
Vamos a referirnos a dos procesos fundamentales, con los que
encontramos una especial relación espacial por parte de los cuar­
zos bipiramidados: los fenómenos de recristalización y los de susti­
tución.
1. La recristalización.
Dentro de las rocas carbonatadas que presentan cuarzos automorfos —tanto en relación con yacimientos hidrotermales de fluo­
rita, como en otras en que estos cristales se hallan en áreas de
«Caliza de Montaña» sin aparente relación con indicios de mineralización—, se suele observar en los carbonatos la existencia de un
fenómeno de recrecimiento de grano —a veces muv marcado—
dando cristales de intenso maclado típico (véanse fotografías 7 a
9, 11, 12, 16 a 18 y 22). El fenómeno de recristalización, por sí mis­
mo, es un proceso que indica unas condiciones de inestabilidad
interna del sistema ante un medio estable; o bien una reacción de
ese sistema —estable o no— ante unas condiciones externas que
cambian y lo activan hacia un estado de mayor estabilidad.
Según Grigor’ev (1962) se dan casos de movilización de impu­
rezas en magnesitas, que al recristalizar las expulsan introducién­
dolas en zonas intergranulares. El mismo autor, citando a Kaleda
(1955) señala que las impurezas pueden en ocasiones inhibir la
recristalización, siendo el tamaño de grano alcanzado inversamen­
te proporcional al porcentaje de impurezas en calizas v dolomías.
Pero, de hecho la recristalización puede dar origen a la moviliza­
ción de elementos y sustancias diversas —los podemos conside­
rar en muchos casos como impurezas que aumentan la inestabi­
lidad del sistema, que evoluciona expulsándolos—: sustancias tales
como Fe, sílice, etc., pueden ser alejadas y concentradas en pun­
tos más o menos distantes de las zonas de recristalización. Estas
distancias que recorren pueden ser puramente microscópicas o
bien a escala de muestra de mano y perceptible a simple vista,
(en algunos casos cabría preguntarse, si no podrían ser los fenó­
menos de recristalización de amplias zonas los causantes de remo­
vilización y concentraciones importantes de sustancias que hoy
encontramos constituyendo un yacimiento, especialmente en rela­
ción con fenómenos importantes de metamorfismo). Esta recris-
talización, muy frecuente en los procesos de diagénesis, moviliza
con gran facilidad la sílice de origen singenético que poseen los
sedimentos carbonatados; también moviliza la materia carbonosa
y el hierro, que se concentran formando «frentes», o bien en los
espacios intercristalinos de los carbonatos recristalizados y maclados. Otros elementos como el M2 , Sr. Mn v Ba pueden ser
expulsados durante los procesos de recristalización, inversión v cre­
cimiento de grano, pasando a ocupar los espacios intergranulares
ocupados por un cemento o matriz intersticial o por un fluido da­
do (Chilingar y otros, 1967). Tales fenómenos pueden realizarse
durante los procesos hidrotermales, que sobre rocas carbonata­
das también dan origen a fenómenos de recristalización, sustitu­
ción, etc.
En los yacimientos de fluorita en Asturias son abundantes los
eiemplos de migración de sílice, que se observan con frecuencia a
escala microscópica en las secciones delgadas, como consecuencia
del mismo proceso hidrotermal responsable de la mineralización.
Por lo que respecta a la sílice de rocas carbonatadas, se observa
una clara tendencia a concentrarse en un frente, en el límite en­
tre las zonas en que los carbonatos poseen un mayor tamaño de
grano y abundantes maclas —zonas recristalizadas—. v las oue han
sido menos afectadas por el proceso de recristalización (ver foto­
grafías 14, 15, 17 a 20). En muchas ocasiones se observan forma­
ciones de un cuarzo autígeno de claro aspecto idiomorfo, que
conserva abundantes restos de carbonatos sin sustituir. También
es notable observar cómo las zonas recristalizadas pierden su
contenido original en sílice v hierro —éste también se concentra
en frentes, como la sílice—, sufriendo una cierta decoloración (ver
fotografías 11 a 20). En los procesos de sustitución por fluorita,
se sustituye con mavor facilidad a la sílice —con frecuencia se
conservan restos de ésta sin digerir, especialmente si se trata de
sílice automorfa—, que al hierro (productos oxidados), quien en
ocasiones persiste en la fluorita concentrado en frentes inmedia­
tos a lo que podríamos definir como línea de sustitución.
La observación microscópica de numerosas muestras hace pen­
sar en una migración de la sílice a tenor de la recristalización y
de las demás alteraciones que trae consigo el hidrotennalismo ge­
nerador del depósito; esta sílice, inicialmente dispersa en la masa
de roca carbonatada, tiende a concentrarse saliéndose de Jas zonas
afectadas inicialmente por la recristalización, fenómeno que apa­
rece como muy precoz; si le es posible, se originarán masas de sí-/
—
18
—
lice con tendencia al automorfismo, a veces con formación de cris­
tales aislados de mayor o menor perfección y tamaño. En un mo­
mento dado, en las primeras fases en que sólo tenemos el proceso
de recristalización de los carbonatos —considerando un orden ge­
nético más aue un orden temporal en la sucesión de fenómenos—,
observamos la presencia de áreas de carbonatos recristalizados,
los cuales han expulsado la sílice original, y zonas menos afecta­
das, que conservarán en mayor o menor grado su aspecto original
y su contenido en'sílice. En resumen, la sílice de origen singenético, que poseen las rocas carbonatadas, tenderá en estos casos a
concentrarse en frentes, en zonas límites de las áreas recristalizadas (ver fotografías 14, 15, 19 y 20); o bien originará cristales autteenos de aspecto más o menos idiomorfo (fotografías 12 y 16 a
18), los cuales aparecen como más estables ante los carbonatos
recristalizados. si bien, en alsunos casos se ve claramente cómo
los carbonatos tienden a sustituirlos al progresar el fenómeno de
recristalización: los cristales de cuarzo automorfo que aparecen
más corroídos secundariamente por carbonatos, son los que se
hallan en las zonas de mayor índice de recristalización de éstos (fo­
tografía 12).
A modo de complemento podemos hacer la observación de
que en ocasiones los cuarzos automorfos del Trías —ligados a
margas y yesos— se encuentran englobados en una matriz que ha
sufrido un alto índice de recristalización, la cual pudiera muy bien
provocar la movilización de su contenido en sílice, oue migraría
hacia zonas favorables —planos de fractura o de mínima cohesión,
como señala Marfil Pérez (1970)— produciendo cuarzos autígenos
idiomorfos por sustitución.
Finalmente, v a propósito de ver cómo en ciertos casos se da
una ausencia de cuarzos de neoformación en las zonas de máxima
recristalización, cabría preguntarse si se debe a la movilización de
la sílice singenética por la recristalización en sí. o b i e n , como
decíamos antes a propósito del posible papel inhibidor de la re­
cristalización que pueden tener las impurezas en los carbonatos,
si la recristalización es máxima en las áreas de menor concentra­
ción original en impurezas (sílice en este caso). Sin embargo, no
cabe pensar en unas diferencias tan notables en el contenido origi­
nal en sílice entre zonas tan próximas, como para justificar esas
diferencias de repartición en cuanto a grado de recristalización y
presencia de cuarzos de neoformación, incluso a escala microscó­
pica: Una manifestación tan puntual y localizada de fenómenos
—
19
—
similares encuentra mejor justificación en base a causas epigenéticas; y no solamente en base a diferencias de composición origi­
nal en sílice de la caliza sedimentaria, a tan pequeña escala.
2 .—El metasomatismo.
A juzgar por los datos observados en el estudio de los yaci­
mientos asturianos de fluorita, los fenómenos de movilización de
sílice han sido particularmente intensos y significativos (García
Iglesias, 1972). La silicificación es un fenómeno que suele acom­
pañar en más o menos grado a los depósitos de espato de flúor,
hecho bien común en yacimientos similares de otras partes del
mundo.
Ya hemos hecho mención anteriormente a la importancia que
parece tener, como agente removilizador de sílice, la recristaliza­
ción, que aparece como uno de los primeros fenómenos por los
que empieza el complejo proceso hidrotermal. Este proceso llega
posteriormente a producir importantes «sustituciones», con un ba­
lance positivo para la fluorita a costa de carbonatos y sílice prin­
cipalmente, que son eliminados de la zona de mineralización.
Y
si bien una parte importante de la sílice que con carácter
epigenético encontramos en los yacimientos de fluorita de Astu­
rias puede venir con las mismas soluciones mineralizadoras —sin
entrar en la discusión de su origen mediato—, no cabe duda que
la actuación de las condiciones «hidrotermales» sobre las ro­
cas afectadas, en el dominio del yacimiento, origina una pues­
ta en movimiento de la sílice que éstas poseen originaria­
mente. Así, la removilización que se origina con los preco­
ces fenómenos de recristalización, se ve ampliada, afectando a
un dominio mayor de rocas encajantes, durante los posteriores
fenómenos de metasomatismo. Este fenómeno se evidencia clara­
mente en los yacimientos de fluorita de Asturias, en donde «re­
cristalización» y «silicificación» de rocas carbonatadas constituyen
dos dominios a los que se superpone el de la fluorita, el cual es
posterior y parece aprovechar generalmente unas condiciones de
mayor permeabilidad —aumento de permeabilidad secundaria
(García Iglesias, 1972)—, provocada en parte por los fenómenos
anteriores. Entre la sílice residual que se halla relacionada con
las zonas de fluorita, tenemos muchos tipos: «chert»; detrítica,
con un grado variable de «corrosión»; «calcedoniosa», y también
—
20
—
en forma de cristales idiomórficos de tamaño variable y automorfismo más o menos acusado. Los granos de sílice detrítica suelen
tener con frecuencia una sílice secundaria de recrecimiento, la
cual tiende a darles una terminación idiomórfica (ver fotogra­
fía 25). Otro hecho que se observa en cuanto a la estabilidad de
las diferentes clases de sílice, consiste en que los cristales idio­
mórficos son los más estables y los que más se resisten a los fe­
nómenos de sustitución por parte de la fluorita (fotografías 21 a
23), quien a veces los conserva como inclusiones primarias.
En suma, el fenómeno de sustitución es un agente que no sólo
afecta a los carbonatos en relación con la puesta «in situ» de la
fluorita, sino que también moviliza a la sílice de origen singenético que las rocas afectadas por la mineralización poseen. Y al redepositarse dentro de un dominio más amplio, puede producir la
formación de cuarzos idiomórficos en rocas carbonatadas, por sus­
titución de los carbonatos de ésta. Las zonas de fracturas serán
zonas de más fácil circulación, y por tanto donde con mayor pro­
babilidad encontraremos la presencia de tales indicios (ver apar­
tado III).
3 .—Las Dolomitizaciones.
Los procesos de dolomitización pueden tener orígenes diversos
y discutibles, ligados a fenómenos de circulación de aguas juveni­
les, vadosas y connatas, a diagénesis, etc.
Como señala Dapples (1967, a), en muchos sedimentos carbo­
natados tenemos presencia de una sílice tipo «chert» ligada a fe­
nómenos de dolomitización secundaria, la cual puede ser anterior
a la formación de la sílice; ésta siempre reemplaza a los carbona­
tos de calcio. El mismo autor señala que la sílice de origen secunda­
rio tiende a depositarse preferentemente en forma de «chert», salvo
cuando existe sílice detrítica abundante, en cuyo caso tiende a
recrecer los granos de forma que les confiere un marcado idiomorfismo; y que posteriormente la calcita puede remplazar par­
cialmente a la sílice. Si bien el autor se refiere especialmente a fe­
nómenos de sedimentación y diagénesis, no por ello hemos de de­
jar de relacionar tales fenómenos —dolomitización y silicifica­
ción— con fenómenos epigenéticos como los que aquí considera­
mos, observando una cierta concordancia.
—
21
-
En el caso de las dolomitizaciones epigenéticas que encontra­
mos ligadas a las «Calizas de Montaña», y que son bien abundan­
tes, una dolomitización de este tipo pudiera justificarse fácilmen­
te en base a la removilización del contenido original en Mg que
estas calizas poseen. Tampoco debe descartarse la ascensión de
soluciones que, proveniendo de zonas estratigráficamente inferio­
res, tomen el Mg de los terrenos devónicos, inmediatamente infe­
riores y especialmente ricos en magnesio.
Volviendo a la «Caliza de Montaña», en ella es muy frecuente
encontrar gran abundancia de dolomitizaciones de importancia di­
versa, y con las que de vez en cuando aparecen indicios de mineralizaciones hidrotermales, hasta el momento de importancia re­
lativa (mineralizaciones de Cu, Co, fluorita, cinabrio, etc.).
Hemos hecho referencia ya a que la presencia de cuarzos idiomorfos en la citada caliza suele venir acompañada de la presencia
de un fenómeno de dolomitización epigenética de importancia cuan­
titativa variable —coincidencia que ya señalaba Schultz (1858)—,
presentándose en zonas de especial tectonización. Los cuarzos idiomorfos se hallan siempre en lo que es la caliza pura, y no en zonas
dolomitizadas propiamente dichas. Los carbonatos de la caliza pre­
sentan además frecuentes e intensos fenómenos de recristalización,
que podrían ser un dato a la hora de justificar los mismos fenó­
menos de dolomitización (¿secreción?).
Por otra parte, y en apoyo de la suposición de que sean los pro­
cesos de dolomitización causantes del fenómeno de removilización
de la sílice contenida originalmente en las calizas, diremos que se­
gún datos del I. F. P. (1959), la dolomitización de calizas viene
acompañada de un empobrecimiento en S i0 2. Probablemente se
deba a un aumento del pH, como exige en tales casos la dolomiti­
zación de calizas, el cual motiva una movilización más fácil de la
sílice.
También es un dato de experiencia importante el observado en
la zona de Las Caldas, en donde, dentro de una zona de caliza en
la que existen cuarzos idiomorfos ligados a dolomía, tenemos algu­
nos indicios de F 2Ca de típico color violeta, que acompaña a la
dolomía en pequeños filoncillos de escasos milímetros de potencia.
Un ejemplo especialmente significativo de formación de cuarzos
bipiramidados ligados a una dolomitización epigenética, se descri­
be en el apartado III. También en algunos yacimientos de fluorita
de la «Caliza de Montaña» —por ejemplo Oseja—, tenemos que la
mineralización de fluorita —en relación con la cual encontramos
—
22
—
cuarzos idiomorfos nuevamente—, se halla relacionada, espacial y
genéticamente, con un fenómeno de dolomitización epigenética de
la misma caliza.
Se trata, pues, de resaltar unas coincidencias demasiado fre­
cuentes para ser pasadas por alto; y que si bien cabe discutir su
dependencia genética y las razones de la misma, lo que debe ser
retenido por el geólogo dedicado a la investigación es que no pue­
de negárseles un cierto carácter de «guía», que puede ser de valiosa
ayuda en los trabajos de prospección.
4.—El origen de la sílice.
Algo ya se ha apuntado anteriormente sobre el posible origen
de la sílice que posee unas características epigenéticas, y en con­
creto sobre la sílice idiomórfica. Dos procedencias distintas pode­
mos establecer a priori:
a) Sílice que llega, a favor de fenómenos de epigénesis, de zo­
nas exteriores a las del dominio actual.
b) Sílice singenética —contenida originalmente en la roca—
que es movilizada y reorganizada posteriormente.
La sílice que las calizas poseen normalmente, podría justificar
en muchos casos, por removilización a pequeña escala, la forma­
ción de cuarzos idiomorfos, tal como los encontramos en la «Ca­
liza de Montaña». En ocasiones el contenido en sílice de ciertas
calizas puede ser especialmente elevado, hasta el punto de tener
que recurrir, para justificarlo, a aportes de origen volcánico (Dap­
ples, 1970, a).
Resumiendo en breves palabras las distintas causas por las que
podemos justificar importantes cantidades de sílice en los sedi­
mentos, y en concreto en las calizas, podemos decir:
—Sílice transportada a las cuencas por los ríos, en forma coloi­
dal o en disolución.
—Sílice detrítica, de tamaño variable, arrastrada al mar por
transporte fluvial o eólico.
—Sílice de origen volcánico.
—Sílice de origen orgánico (radiolarios, diatomeas, etc.).
Desde un punto de vista cuantitativo, podemos decir que, para
la formación de los cuarzos idiomorfos autígenos, bastaría recurrir
a la sílice de origen sedimentario o volcánico, que poseen las cali­
zas normalmente. No obstante, y cuando nos hallemos ante fenó­
—
23
—
menos importantes de epigénesis —por ejemplo dolomitizaciones
o bien procesos mineralizadores diversos— no podemos excluir el
posible papel de una sílice «extranjera», aportada por los agentes
de la epigénesis, especialmente cuando el fenómeno de silicifica­
ción es de amplitud e intensidad grandes, y no se limita a la mera
presencia de nuestros cuarzos idiomorfos.
La mayoría de los autores —Teodorovich (1961, Chilingar y
otros (1967), Dapples (1967, a)— piensan que la mayor parte de la
sílice que se integra originariamente en los sedimentos lo hace co­
mo sílice de tipo calcedonia y ópalo, en relación o no con volcanis­
mo; posteriormente sería reorganizada durante las etapas de diagénesis o de epigénesis, en las que también tendremos amplios fe­
nómenos de recristalización y metasomatismo o sustitución. Esta
sílice será la que primero y más facilmente se removiliza durante
las etapas de diagénesis; aunque la sílice de naturaleza detrítica
—en torno a la cual se reprecipita con facilidad una sílice secun­
daria— también sufre en ocasiones fenómenos de ataque y susti­
tución, que podrían justificar, en parte, una cierta cantidad de la
sílice puesta en juego durante las etapas posteriores a la sedimen­
tación. En este sentido resultan especialmente significativas las ex­
periencias de Harder y Flehmig (1970), quienes a partir de la síli­
ce absorbida por hidróxidos de Fe, Al, Mn, y otros elementos a
partir de soluciones muy insaturadas (0,5 p.p. m. de S i0 2), lle­
gan a obtener al cabo de catorce días cuarzos de neoformación
de hasta 0,1 mm., que conservan inclusiones de aquéllos. La tem­
peratura es un factor que influye en el proceso, aumentando con
ella la cantidad de sílice neoformada; y también influye positiva­
mente la cantidad de sílice de los hidróxidos, siendo en las zo­
nas de máxima concentración donde más intensa es la neofor­
mación de cuarzos.
Y
resumiendo los datos disponibles en torno a la sílice que
se presenta de manera automorfa, existe una mayoría de casos en
que se aboga por una causa diagenètica o epigenética, siendo el
suyo un origen por sustitución.
II.—UN
YACIMIENTO SINGULAR DE CUARZOS IDIOMORFOS.
Una existencia singular de cuarzos bipiramidados especialmen­
te importante en «Caliza de Montaña», se da en la Garganta del
Cares (ver figuras 1 y 2). Aquí los cuarzos se hallan íntimamente
— 24 —
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—
25
—
relacionados con una masa importante de dolomía de aspecto filoniano, la cual tiene una longitud del orden del kilómetro y una
anchura que en ocasiones alcanza más de 20 metros. En la dolomía
se encuentran frecuentes enclaves de caliza, como restos de susti­
tución. Su formación parece haberse realizado a favor de una im­
portante fractura en la caliza masiva carbonífera, en general muy
tectonizada, a partir de un proceso de dolomitización epigenética.
1.—Morfometría.
El análisis morfométrico de estos cuarzos del Cares (García
Iglesias, 1973) viene resumido en el cuadro adjunto, donde el lec­
tor puede hacerse cargo de las semejanzas que presentan con cuar­
zos de otras procedencias. Dicho estudio se basa en el factor «x»,
definido por la relación longitud/anchura máxima de los cristales.
CUADRO RESUMEN DE DATOS REFERENTES A DISTINTAS
POBLACIONES DE CUARZOS BIPIRAMIDADOS
N.° Población estud.
1
2
Media (x)
Mediana
Moda
Rango
Desviación típica (6)
2,6
3,25(1)
2,30(1)
2,4
0,8
5,4
6,5(1)
5,5(1)
7,9
1,3
Población núm. 1:
Cuarzos de la «Caliza de Montaña» (Monte Naranco y Las Caldas).
Cuarzos del Cares, en «Caliza de Montaña», al
techo de masa de dolomía epigenética.
Cuarzos de Caliza Carbonífera, en proximidad
de yacimiento de fluorita (Collada).
Cuarzos del Keuper de Asturias (proximidades
de Pola de Siero).
Cuarzos del Trías de diferente procedencia.
Cuarzos hidrotermales, no metasomáticos
(Berbes).
Población núm. 2:
Población núm. 3:
Población núm. 4:
Población núm. 5:
Población núm. 6:
3
4
4,4
1,5
4,8(1) 1,55(1)
4,3(1) 1,55(1)
2,2
0,9
0,4
0,9
5
2,3
2,3(1)
2,3(1)
2,3
0,7
6
1,6
1,55
1,55
0,8
1,05
(1) V alores que corresponden al punto m edio de los corresp on d ien tes
in tervalos en el histogram a de frecuencias.
—
26
—
Las consecuencias fundamentales que se desprenden son:
a) Los cuarzos bipiramidados de la caliza de Montaña, den­
tro del paralelismo que cabe observar, presentan un valor de x
(longitud/anchura máxima) algo inferior. Bien es cierto que el cál­
culo se realizó sobre cuarzos bipiramidados de Las Caldas y del Naranco —dos parajes de las inmediaciones de Oviedo— con dimen­
siones superiores a las de los cristales del Cares; y que generalmen­
te, se observa una disminución de su valor «x» al ir creciendo
su longitud. Ambos datos, lejos de suponer una contradición, pa­
recen ser perfectamente concordantes, si no perdemos de vista las
observaciones apuntadas en torno a las dimensiones.
b) Su semejanza máxima, en los datos expuestos en el cuadro
anterior, se da entre aquellos cuarzos que, relacionados con yacimien­
tos epitermales de fluorita en Asturias, se han originado por sus­
titución de diferentes materiales, especialmente carbonatos.
c) En cambio difieren notablemente de los valores obtenidos
para cuarzos bipiramidados del Trías, cuya génesis se interpreta
también por fenómenos de sustitución. Los datos obtenidos aquí
son muy similares con los que Grimm (1962) considera normales
en este tipo de cuarzos: según este autor, son valores normales de
«x» en cuarzos idiomorfos de facies salinas los comprendidos en­
tre 1,5 y 3.
d) Aún resultan inferiores los valores de x que nos dan cuar­
zos idiomorfos de yacimientos hidrotermales de fluorita, formados
por cristalización, en espacios abiertos, a partir de las soluciones
hidrotermales correspondientes, los cuales presentan a su vez un
aspecto de gran transparencia. Este mismo hecho se observó en
cuarzos similares encontrados en un yacimiento de Hg de la región
Asturiana.
2 .—Otras características.
Entre los aspectos de dichos cuarzos —los del Cares— más
importantes a resaltar, tenemos:
a)
Se hallan localizados siempre en el techo de la dolomía, y
siempre dentro de la caliza, siendo singular la brusca desaparición
de tales cuarzos al llegar al límite, neto aunque irregular, entre
la zona dolomitizada y la propia caliza (ver fotografías núme­
ros 5 y 6).
— 21 —
b) La densidad de cuarzos es muy superior a la que se da en
otras zonas de la «Caliza de Montaña», como Las Caldas y Naranco, donde el fenómeno de dolomitización no es tan importante.
Estos cuarzos del Cares, que crecen sin orientación concreta, a
veces están aislados, especialmente en puntos donde su abundan­
cia es relativamente pequeña; pero en ocasiones su densidad es
tal, que originan abundantes interpenetraciones (ver fotografías 3
a 6) sin regla fija, pero con predominancia de posiciones en que
sus ejes «c» aparecen formando pequeños ángulos.
c) La zonalidad de los carbonatos incluidos, así como señales
de diferentes fases de sílice v retro-penetraciones de carbonatos, in­
dican un fenómeno de sustitución oscilante, con interrupciones v
fases de diferente intensidad (ver fotografías 7 v 8). El acusado
desarrollo de los cristales en la dirección del eie «c», lo nne les
hace poseer un factor «x» elevado, como va vimos, se debe a un
desarrollo preferente de sílice sobre las caras «r» v «z». Esos pla­
nos en ocasiones son los eme poseen una mavor abundancia de in­
clusiones de carbonatos, en comparación con los planos «m» (ver
fotografía 7). Pero también existen diferencias en cuanto a la abun­
dancia de inclusiones en los planos «m», que en ocasiones son pla­
nos con abundantes restos de carbonatos repartidos irregularmen­
te. Todo ello lleva a pensar en un fenómeno de sustitución
variable en su intensidad no sólo en función del tiempo
—como se deduce por la zonalidad de las inclusiones—. sino
en función también de la orientación espacial de cada pla­
no —lo que se deduce de la distinta abundancia de inclusiones en
planos de diferente orientación, pero contemporáneos en su géne­
sis—. Es posible que todo ello indique una cierta dependencia del
fenómeno de sustitución con la orientación de los planos cristalo­
gráficos: con lo que sería factible intentar, en base a las caracte­
rísticas de tales inclusiones, deducir el sentido de progresión del
fenómeno de movilización de sílice; para concluir en este tema,
las muestras a estudiar deberían ser tomadas en el campo orientadamente.
d) La falta de transparencia y las tonalidades oscuras que
presentan los cuarzos se deben esencialmente a las inclusiones de
carbonatos, perfectamente visibles al microscopio. Por otra parte,
al ser fragmentados y submergidos en una solución de C1H dilui­
do, acusan un intenso grado de decoloración, como consecuencia
—
28
—
de la eliminación de sus inclusiones de carbonatos de calcio princi­
palmente.
e) El dominio de neoformación de cuarzos es relativamente
reducido, siempre, como va advertimos, al techo de la dolomía:
su espesor normal es del orden del metro o aún menos; ñero en
ocasiones puede alcanzar algunos metros, especialmente a favor de
fracturas de la misma caliza, por las que la sílice parece haber
visto facilitada su movilidad (ver figura 2). Algunos ejemplares de
cuarzo de mayor tamaño —las dimensiones más normales oscila­
ban entre 0,1 y 2 cm.— con dimensiones anormalmente grandes,
análogas a las de los cristales de Las Caldas y el Naranco, pueden
aparecer en las zonas más externas de la caliza afectada, v va
cuando el fenómeno de neoformación es poco acusado o casi ine­
xistente.
f) Si bien toda la Caliza de Montaña, muy tectonizada, está
generalmente afectada de un cierto fenómeno de recristalización
de carbonatos, en la zona de los cuarzos se observan puntos ron
un índice de recristalización superior. Y en algunos casos, esta
recristalización aparece como más tardía one Ir formación de
los cuarzos, a los que los carbonatos recristalización parecen des­
plazar, retro-penetrándolos.
3. Interpretación genética.
Creemos que a la luz de todos los datos expuestos, la interpre­
tación genética más correcta para estos cuarzos de la «Caliza de
Montaña», del Cares, es la de considerarlos como minerales de
sustitución.
La cantidad de cuarzos presentes no exige aportes especiales
de SiCh; su abundancia estaría de acuerdo con el supuesto de
considerar a la sílice como derivada del contenido original de la
caliza —sílice singenética—, al ser desplazada por el fenómeno de
dolomitización, pues la formación de dolomía exige valores de pH
altos, bajo los cuales la sílice se moviliza fácilmente. La zona del
techo, en donde tenemos los cuarzos, marcaría el sentido en el
que el fenómeno dolomitizante progresaba.
—
29
—
CONCLUSIONES
1. El origen de los cuarzos bipiramidados de la «Caliza de
Montaña» se debe a un fenómeno de metasomatismo de carbonatos, gracias a la sílice removilizada durante el transcurso de fenó­
menos de epigénesis, principalmente dolomitización. En su desa­
rrollo, los cuarzos idiomorfos de la «Caliza de Montaña» revelan
oscilaciones, con momentos en que los carbonatos retro-penetran
a la sílice de neoformación. Ciertos autores se refieren a variacio­
nes en el pH para justificar estas oscilaciones en el equilibrio sílice-calcita (Fairbridge, 1967).
2. La movilidad de la sílice integrada originalmente en los se­
dimentos carbonatados parece depender —haciendo abstracción
del pH— de los fenómenos de recristalización y de metasomatis­
mo. En nuestras observaciones, anteriormente expuestas, ambos
fenómenos se presentan como coincidentes en el espacio, con un
proceso de desplazamiento de sílice, que, en ocasiones, se consti­
tuye como sílice automorfa de neoformación en zonas inmediatas.
Y ésta es la causa que atribuimos a los cuarzos del Cares —forma­
dos a partir de una sílice sedimentaria de la caliza, que se movili­
za por el metasomatismo magnesiano, el cual supone un aumento
del pH—, y a los de otras zonas de la «Caliza de Montaña», ligados
igualmente a dolomitizaciones. En cambio en los yacimientos de
fluoritas, la movilización de sílice —aparte del metasomatismo, de­
cisivo como agente mineralizador, y al que le corresponde un pa­
pel importante en lo que se refiere también a la movilización de
SiOo—, se ve condicionada en buena medida por las etapas inicia­
les de recristalización de carbonatos.
3.—De los estudios morfométricos podemos deducir que se pue­
den separar bien los cuarzos originados en calizas —como conse­
cuencia de fenómenos de epigénesis—, de otros cuarzos similares
originados en facias salinas, como son los que encontramos en el
Keuper de España. También poseen características diferentes, en
cuanto a su morfometría, de los cuarzos idiomorfos bipiramidados
que suelen encontrarse en huecos de depósitos de fluorita, y a los
que es posible suponer un origen por cristalización en espacio
abierto a partir de la misma solución mineralizadora; éstos pre­
sentan una x, como ya vimos, muy inferior incluso a la de los
cuarzos del Keuper. Todo ellos nos permite concluir que parece
existir una relación directa entre el tipo de cuarzo idiomorfo —en­
—
30
—
tre su morfología— y el modo de génesis (cristalización o metasomatismo).
4. Dentro de los cuarzos originados por metasomatismo que
aquí hemos comparado —cuarzos de la Caliza de Montaña y cuar­
zos ligados a yacimientos de F-Ca—, vemos que existe semejanza
en cuanto a su morfometría, si bien los primeros suelen presentar
un desarrollo y una perfección mayores. Sin embargo podemos es­
tablecer diferencias en base a las inclusiones, que normalmente
son de carbonatos:
a) Estas son más abundantes en los cuarzos de la Caliza de
Montaña que en aquellos otros relacionados con los yacimientos
epitermales de fluorita, en los que incluso pueden llegar a faltar
como consecuencia de un fenómeno de sustitución más intenso y
acabado.
b) Por otra parte, la distribución zonada de carbonatos en los
cuarzos de la «Caliza de Montaña» no se da en los otros, o es muy
poco acusada.
5. Dentro de un mismo yacimiento de cuarzos automorfos, pa­
rece posible establecer algunas relaciones entre sus características
y la posición relativa respecto al foco del fenómeno de epigenesis que los origina.
a) Los cuarzos decrecen en número al alejarnos, pero aumen­
tan en perfección y tamaño.
b) Las inclusiones tienden a ser más abundantes a medida que
nos hallamos en zonas más exteriores al área afectada.
6. Las características señaladas en los puntos 3, 4 y 5 pueden
tener una cierta relación con un gradiente de temperatura. Relación
que caso de confirmarse en base a investigaciones más sistemáti­
cas, sería de gran interés práctico de cara a los trabajos de pros­
pección.
7. En suma, el interés práctico de los cuarzos de la «caliza
de Montaña» radica en puntos fundamentales, tales como:
a) Ser minerales indicadores de procesos epigenéticos, como
son recristalización v metasomatismo, tan frecuentemente asocia­
dos a procesos generadores de yacimientos hidrotermales.
b) Su íntima relación espacial —y, en nuestra opinión, genéti­
ca— con importantes fenómenos de dolomitización: dolomitización que en algún punto se halla ligada a indicios de FoCa (Las
Caldas) o a depósitos de cierta importancia (Oseja de Sajambre),
en relación con la «Caliza de Montaña». Por ello consideramos que
se les debe prestar atención, aún cuando aparezcan con carácter
—
31
—
más o menos disperso, especialmente si vienen acompañados de fe­
nómenos de dolomitización.
c)
Y también por su presencia en algunos procesos epigenéticos de silicificación que acompañan sin más a yacimientos de
diferente naturaleza —formando un dominio espacial que frecuen­
temente es exterior al dominio de la mena—, cuando se hallan en­
cajados en rocas carbonatadas.
—
32
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LA M IN A 1
LA M IN A 2
LAM INA 3
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APORTACION AL ESTUDIO GEOLOGICO DE LA
MINA «AMBICION» (CALEAO ASTURIAS)*
POR
A. ALONSO FERNANDEZ
INTRODUCCION
La mina Ambición, está situada en el flanco Norte del anticli­
nal de Caleao (Hoja 79, Puebla de Lillo).
El objetivo principal del presente trabajo es determinar el ti­
po de yacimiento y conocer las causas que influyeron en su origen
y situación. Para ello, hemos considerado dos aspectos principa­
les:
Por un lado, los trabajos de campo, en los que se trata de ver
las relaciones del yacimiento con la Geología de la zona, observán­
dose las influencias favorables de la estratigrafía y tectónica, para
que se produzca la mineralización.
Los estudios cartográficos, se han reducido a los alrededores de
la concesión minera que comprende al yacimiento.
El segundo aspecto, es relativo a los trabajos de laboratorio,
entre los que se han efectuado los siguientes:
Estudio microscópico de los materiales más directamente re­
lacionados con la mineralización, lo que nos permite sacar conclu­
* E ste trabajo ha sido realizado en el D epartam ento de C ristalografía y
M ineralogía de la U n iv ersid a d de O viedo.
—
36
—
siones sobre las características de la roca encajante y la forma de
presentación del mineral.
Estudios térmicos, nos permiten determinar el orden aproxima­
do de las temperaturas de cristalización. Mediante el estudio de la
decoloración térmica, vemos la variación de temperatura de deco­
loración, según el tono y la intensidad del color en la muestra.
Para la identificación de las diferentes especies minerales, per­
tenecientes algunas al grupo de las arcillas, se ha utilizado la di­
fracción de rayos X, lo que ha puesto de manifiesto que el número
de especies minerales diferentes es bastante reducido, presentán­
dose las existentes de forma muy variada en aspecto y grado de
cristalización.
Como final del trabajo se exponen las conclusiones a que se
ha llegado a partir de los estudios anteriores.
ESTRATIGRAFIA
Los materiales relacionados con la mineralización pertenecen
a la parte superior de la sucesión de pizarras con intercalaciones
de areniscas, situadas por encima de la caliza de montaña.
El conjunto presenta una potencia aproximada de unos 300 mtrs.
y su edad corresponde al Namuriense Westfaliense. (Mapa Geoló­
gico de España, hoja 79).
Para los fines perseguidos en el presente trabajo, se han es­
tablecido dos columnas estratigráficas: una a escala 1: 4.000, le­
vantada en el corte de la carretera, y que comprende desde nive­
les inferiores a los cortados en la mina, hasta la caliza de la E s­
calada. La segunda levantada en el interior de la mina, solo in­
cluye los materiales afectados por la explotación, que se pueden
hacer corresponder con la zona más baja de la anterior.
La sucesión, formada exclusivamente por pizarras y areniscas,
presenta gran uniformidad, en lo que se refiere a los materiales
de la misma litología, siendo difícil precisar diferencias entre los
distintos niveles de pizarras y areniscas, debido a que tanto en
composición como aspecto exterior, son muy similares.
COLUM NA ESTR A TIG R AFIC A DE LA CARRETERA
(SEG U N II)
C alizas con una in tercalación pizarrosa
(170 m ts.)
;L-i j
T I
I
P izarras aren iscas y calizas
(45 m ts.)
C alizas 9 m ts.
A ren isca parda (24 m ts.)
P izarras m arron es con n iv e les negros
y algún banco de arenisca.
(170 m ts.)
Caliza (9 m ts.)
P izarras p ardas y negras con areniscas
(40 m ts.)
A ren isca cu arcítica
(25 m ts.)
P izarras n egras con aren iscas
(56 m ts.)
A ren iscas con algún n iv e l pizarroso
(23 m ts.)
100
8O
eo
4o
2O
P izarras pardas
Escala
1:4.000
ESTUDIO MICROSCOPICO DE LAS MUESTRAS
Por esta técnica han sido estudiadas muestras de las zonas pró­
ximas a la mineralización, dado que ésta va asociada, en su ma­
yor parte, a un nivel de arenisca cuarcítica, ha sido este el más estu­
diado.
—
38
—
ARENISCA
Está formada principalmente por cuarzo bastante recristalizado que presenta extinción ondulante.
Rellenando huecos aparecen minerales arcillosos que se han
identificado como caolinita.
Algunas muestras tienen piritas poco abundantes que se pre­
sentan alteradas a óxidos.
Como características que influyen positivamente en que este
banco de areniscas esté mineralizado tenemos la existencia de una
porosidad muy marcada que en muchas muestras se aprecia a
simple vista y que al microscopio se manifiesta de dos formas di­
ferentes: porosidad primaria, debida a huecos entre los granos y
porosidad secundaria, sobreimpuesta por la tectónica.
En todos los casos en que la muestra estaba mineralizada, se
aprecia claramente, que el mineral se presenta rellenando cavida­
des.
PIZARRAS
Estas muestras presentan dos aspectos diferentes, unas piza­
rroso normal y otras brechoide, siendo la mineralogía en ambos
casos la siguiente:
MINERALES PRIMARIOS
Minerales arcillosos de grano muy fino y aspecto confuso.
Pirita, en las muestras pizarrosas forma cubos bastante regu­
lares, mientras que en las brechas presentan aspecto noduloso.
Como mineral accesorio es frecuente el cuarzo.
MINERALES SECUNDARIOS
Fluorita, forma filones finos como continuación de las bolsadas,
en las brechas forma nodulos irregulares.
Caolinita o illita, presenta doble relación con los minerales
arcillosos primitivos, un tránsito gradual y en este caso incluye
piritas o contacto brúsco y en este caso no incluye piritas.
—
39
—
En las pizarras es muy manifiesta la existencia de fracturas se­
gún varias direcciones, estas fracturas serían las vías de paso de
los fluidos hidrotermales mineralizantes, residuos de ésto son los
filones de fluorita en las pizarras.
CALIZAS
Corresponden las muestras a un bloque situado en la zona E
de la mina, la cantidad de mineral asociado a la caliza es muy re­
ducida.
Se observa que la caliza es de grano fino, a veces fracturada y
recristalizada con impurezas de cuarzo y minerales arcillosos. No
se han podido ver las relaciones entre el mineral y la caliza.
TECTONICA
Aunque los rasgos extructurales característicos de la región son
los mantos, la zona afectada por la mineralización no guarda re­
lación con ellos siendo las únicas manifestaciones tectónicas de
los alrededores los pliegues y las fallas.
PLIE G U ES
Corresponden a la fase de deformación de los mantos presen­
tando una orientación Este-Oeste.
Atendiendo a las dimensiones, se observa un anticlinal princi­
pal, el de Caleao, en cuyo flanco Norte se localiza la mineraliza­
ción.
En el flanco Sur se pone de manifiesto varios repliegues de
menor importancia, también con disposición Este-Oeste. En el flan­
co Norte, los pliegues observados son de menores dimensiones y
solo afectan a las pizarras y areniscas.
La edad de estos pliegues sería finales del Westfaliense y Estefaniense. (Mapa Geológico de España, Hoja 79).
FRACTURAS
Se observan en la zona dos sistemas de fracturas diferentes.
Uno de dirección aproximadamente Este-Oeste, ligeramente obli-
—
40
—
cuo a la estratificación, de desplazamiento paralelo al plano de
falla.
El otro de dirección Norte-Sur, casi perpendicular a la direc­
ción de la estratificación, que corta y desplaza claramente el ban­
co inferior de la caliza Masiva, asi como a la arenisca mineraliza­
da.
ESTUDIOS TERMICOS DE LAS FLUORITAS
Se estudian ejemplares recojidos a lo largo de toda la explo­
tación y de todas las coloraciones (blancas, verdes, violetas, y casi
negras).
Las técnicas usadas han sido: decrepitometría y decoloración
por el calor, basadas ambas en un progresivo aumento de la tem­
peratura observando la respuesta de la muestra.
DETERMINACION DE TEMPERATURAS DE CRISTALIZACION— FUNDAMENTO DEL
METODO
Al producirse la cristalización en una disolución hidrotermal,
los minerales que se forman conservan en su interior microinclusiones de las aguas madres. Ahora bien, al descender la tempera­
tura del medio en que se produce la cristalización se provoca una
contración en la fase líquida y aparece una fase gaseosa, que a mo­
do de burbujas se conserva en la cavidad, antes ocupada total­
mente por la fase líquida.
Si por métodos experimentales hacemos que el mineral alcan­
ce su temperatura de cristalización, la fase gaseosa desaparece por
dilatación de la fase líquida que ocupará totalmente la cavidad.
Scott (1948), ideó un método para la determinación acústica
de la desaparición de las burbujas: la decrepitometría, basada en
que el aumento de temperatura provoca un aumento de presión
en el interior de la cavidad. Si la temperatura a la que está so­
metida la muestra supera a la de cristalización hace que la pre­
sión ejercida sobre las paredes sea relativamente grande produ­
ciéndose la rotura, que en forma de chasquido se detecta acústi­
camente.
El fenómeno empieza a manifestarse en las inclusiones más su­
perficiales, pero si el proceso continua al alcanzar temperaturas
por encima de la de cristalización se produce un máximo brusco
ESQUEMA
LEYENDA
----------
Falla
C a liz a
-J -
Eje anticlinal
»•••••
Mineralización
P iz a rra s
Pizarras y areniscas
Eje sincKnal
R
Mina
GEOLOGICO
P iz a rro s
y a re n is c o s
A re n isc a
m in eralizad a
j~^----- P iza rra s negras y areniscas con piritas
----? —
F a lla probable
---- -Fa lla
----------Folio prolongoda
------
— ---------
N ivel su p e rio r
1
~~Z
' '■
I
jj^fTjjí
°-^
l|||j | j Ii\ | j I
Nivel inferior
^ I I ! ííl \| l í l ^1
---------- ~J° mS
—
41
—
en el número de chasquidos, siendo lo único importante la fre­
cuencia y no la intensidad de los chasquidos. La temperatura del
máximo nos indicará con un cierto retraso la temperatura de for­
mación del mineral.
Diversidad de trabajos posteriores al de Scott, confirman el mé­
todo decrepitométrico como válido: Smith, 1951, Pelletier, Montoriol-Pous 1965, Font-Altaba 1964.
TECNICA UTILIZADA
Se procede primeramente a fracturar las muestras separándo­
se a continuación la fracción con un diámetro próximo a 2,5 mm.
Se trata la muestra con C1H diluido para eliminar carbonatos, a
continuación se lavan las arcillas y se deja secar a temperatura
ambiente.
Se opera con 1-2 c. c. de sustancia introducidos en el horno
en una navecilla de refractario y la detección del ritmo decrepito­
métrico se realiza mediante fonendoscopio.
Se ha utilizado un horno horizontal de 1900 w. de potencia,
actuando como resistencias barras de carborundun y regulado por
un reostato.
RESULTADOS OBTENIDOS
Han sido investigadas por decrepitometría muestras correspon­
dientes a las bolsadas más importantes de la mina. En los casos
que fue posible, se operó con muestras de varios niveles.
A continuación se exponen los resultados obtenidos con las
muestras agrupadas según la zona a que pertenecen.
ZONA E
NUM. DE MUESTRAS
4
1
COLOR
Violeta de pálido a negro
Negro terroso
TEMPERATURAS °C
200
200
42
—
—
ZONA CENTRAL
Es la única de la que se han conseguido muestras a varios ni­
veles.
Nivel superior
NUM. DE MUESTRAS
3
1
1
COLOR
Verde-violeta
Violeta fuerte
Verde-negra
TEMPERATURAS °C
160
180
200
Nivel inferior
NUM. DE MUESTRAS
1
3
1
COLOR
Blanca
Blancas
Blanca violeta
TEMPERATURAS °C
180
200
220
En esta bolsada se aprecia un ligero aumento de temperatura
hacia la parte inferior, que debido a la pequeña diferencia de cota
no es muy grande .
ZONA W
NUM. DE MUESTRAS
2
2
COLOR
Violeta
Violeta
TEMPERATURAS °C
160
180
Como aspectos más importantes a considerar tenemos los si­
guientes.
—El color de la muestra no influye, como era de esperar, en
el máximo decrepitométrico, que solo se ve influido por la situa­
ción de la muestra en la mina.
—Las temperaturas determinadas oscilan entre un máximo de
220 °C y un mínimo de 160 °C haciéndose más bajas de Este a
Oeste.
—
43
—
—La zona de temperaturas más altas es la E.
—En la bolsada de la que se han investigado muestras de dis­
tintos niveles, la temperatura aumenta con la profundidad.
—Las variaciones de temperatura, debido a las pequeñas di­
menciones del yacimiento, no son muy grandes.
Z O N A C E N T R A L (nivel inferior)
Representación gráfica de algunos resultados obtenidos por
decreptometría.
Ch/m — Chasquidos por minuto.
T s — Temperatura en °C
DECOLORACION TERMICA
El hecho de que las fluoritas coloreadas llegan a perder total­
mente la coloración al incrementar la temperatura, se ha venido
estudiando desde el siglo pasado sin haber llegado a solucionar
el problema.
Con el fin de añadir nuevos datos que puedan contribuir a su
resolución, han sido investigadas con esta técnica, las fluoritas co­
loreadas de Mina Ambición.
TECNICAS UTILIZADAS
—Preparación de la muestra.
Se ha procedido de forma análoga a la decrepitometría, pero
se ha procurado tomar fracciones más gruesas que responden me­
jor a este tipo de tratamiento. La cantidad de muestras usadas
en cada prueba fue de 2-3 c. c.
Se ha utilizado un horno vertical de resistencias de Kanthal de
1250 W. de potencia previsto de un regulador de energía.
RESULTADOS OBTENIDOS
Se han estudiado muestras de los diferentes niveles y colora­
ciones existentes en la mina observando que independientemente
de la situación las muestras de igual color daban igual respuesta
al ensayo.
Se ha observado también que la temperatura de decoloración
está relacionada con el grado de intensidad con que se presente el
color, siendo más altas a mayor intensidad de color y pudiendo
establecerse como norma general, en las muestras investigadas,
que las muestras violetas tardan más en decolorarse que las ver­
des.
Las muestras que presentaban dos coloraciones, verde y vio­
leta, cada una de estas desaparecía a la temperatura correspondien­
te a la muestra pura.
Los resultados obtenidos son los siguientes:
NUMERO DE MUESTRAS
2
5
2
COLOR
Violeta negra
Violeta
Violeta pálida
Verde fuerte
Verde
Verde pálido
Ahumada
Gris negra (terrosa)
T .ft DE DECOLORACION
360-370
360
340
280
260
260
400
400
Como causa del color en la fluorita hemos considerado, en este
caso los defectos reticulares, apreciándose claramente que la tem­
peratura de decoloración se hace mayor al aumentar el tono y la
intensidad en la muestra. La temperatura de decoloración sería
un índice de la energía que la red precisa para ordenarse.
IDENTIFICACION Y DESCRIPCION DE LAS D ISTINTA S E SP E C IE S MINERALES
Si bien se dan en el yacimiento especies cuya identificación «de
visu» es inmediata, caso de Fluorita, Pirita y Limonita, en el resto
de las especies, pertenecientes la mayoría al grupo de las arcillas,
la identificación se hace más complicada, hasta el caso de las ar­
— 45 —
cillas de tipo interestratificadas cuya identificación, aunque pro­
bable, no es del todo segura.
En estos casos más difíciles, se ha procedido al examen por di­
fracción de rayos X de muestras escogidas entre las más represen­
tativas.
Sobre la génesis de los minerales se habrará en el apartado de
conclusiones.
FLUORITA
Es la especie mayoritaria del yacimiento y la única que intere­
sa desde el punto de vista económico.
MORFOLOGIA
Se presenta normalmente formando masas espáticas, siendo ex­
cepcionales los ejemplares cristalizados.
Presenta este mineral fractura muy irregular variable desde fá­
cilmente deleznable a muy compacta.
COLORACION
La gama de colores de la fluorita es bastante amplia: blanca,
ahumada, casi negra, ligeramente violeta a violeta muy fuerte y de
verde pálido a verde normal.
FORMA DE YACIMIENTO
En las areniscas, aparece formando masas irregulares o filones
de tamaño variable, adoptando a veces aspecto brechoide.
En las pizarras forma pequeñas venillas rellenando las grie­
tas. En la caliza es muy escasa la cantidad de este mineral.
Es frecuente la asociación con caolinita.
CAOLINITA
MORFOLOGIA
Los ejemplares mejor cristalizados, se presentan formando es­
camas muy finas, pero la forma habitual de presentarse es en ma­
sas irregulares, más o menos compactas.
COLOR
Los tonos normales corresponden al blanco, teñidos a veces por
impurezas, es excepcional el color amarillo muy brillante de unas
venillas muy finas e irregulares de la arenisca.
YACIMIENTO
Forma masas irregulares y venillas, asociándose prácticamen­
te a todos los materiales relacionados con la mineralización.
ILLITA
Difícil de distinguir de la caolinita a la que frecuentemente se
asocia.
MORFOLOGIA
Se presenta formando masas irregulares y venillas por lo gene­
ral mal cristalizadas.
COLOR
Blanco, gris, negro, pardo amarillento, por lo general menos in­
tenso que en la caolinita.
YACIMIENTO
Análogo al de la anterior, en forma de filones y agregados, apa­
rece preferentemente en el contacto de las pizarras y arenisca mi­
neralizadas.
ARCILLAS TIPO INTERESTRATIFICADO
Se han estudiado por Rayos X dos muestras, que parecen co­
rresponder a interestratificados de Montmorillonita y clorita, sin
que se llegase a determinar la secuencia.
— 47 —
MORFOLOGIA
El aspecto exterior es similar a las anteriores, formando por
lo general masas poco compactas y fácilmente deleznables.
COLOR
Variable, desde blanco amarillento a agregados irregulares de
diferentes coloraciones, blancas amarillentas y parda.
YACIMIENTOS
Presentan las mismas características que las anteriores.
PIRITA
Abundante, este mineral en las pizarras y areniscas situadas por
debajo del banco mineralizado.
MORFOLOGIA Y YACIMIENTO
Forma cubos aislados, por lo general bien constituidos, de ta­
maños variables de 0,01 a 20 mm. A veces se presenta como agre­
gados irregulares.
En casos menos frecuentes aparece formando bancos irregula­
res coincidiendo con la estratificación. En las muestras sometidas
a deformación forman nodulos de sección circular.
LIMONITA
No muy abundante, aparece formando masas cavernosas irre­
gulares de tonos amarillentos, a veces recubre Goethita.
GOETITA
Se presenta este mineral, rellenando fisuras en la cuarcita, en
las pizarras aparece rellenando fisuras y formando agregados irre-
— 48 —
guiares con bandeados de distinta coloración, parda, ropiza y ama­
rillenta.
OTRAS ESPECIES
BARITINA
Ha sido citada en el yacimiento, pero no se ha localizado nin­
gún ejemplar.
CONCLUSIONES
Como parte final exponemos las conclusiones obtenidas por los
estudios anteriores.
La mineralización va asociada, preferentemente, a un banco de
arenisca de unos 20 mtrs. de potencia y dirección Este-Oeste; per­
teneciente a las pizarras y areniscas situadas por debajo de la ca­
liza de la Escalada. En cantidad muy inferior y en forma de filo­
nes, se asocia a las pizarras próximas a la arenisca.
Del estudio microscópico de las muestras se deduce que aun­
que las características de las rocas encajantes, no favorecen la
mineralización por sustitución, las características físicas la hacen
muv favorable a mineralizarse por relleno.
La tectónica a través de los dos sistemas de fallas, a las que
atribuimos edades diferentes, influve de forma favorable; por un
lado hace a los materiales aumentar su porosidad, por otro serían
la vía de acceso de las disoluciones mineralizantes.
Atendiendo al orden cronológico, hemos de considerar anterio­
res las fallas de dirección Este-Oeste (naralelas en general a la mi­
neralización) que actuarían aumentando la porosidad de la arenis­
ca v serían la vía de acceso de los fluidos mineralizantes. Serían
por tanto anteriores a la mineralización.
Las fallas de dirección Norte-Sur son claramente posteriores
a la mineralización ya que la cortan y desplazan y no serían ante­
riores porque, dadas las características de relleno del yacimiento,
aparecerían los planos de fractura Norte-Sur al menos con indi­
cios de mineral, hecho no observado en ningún caso, mientras que
si se observan en las pizarras filoncillos rellenando fracturas de
dirección Este-Oeste.
LAM INA 1
Foto 1.— H u ecos de la aren isca relle­
nos de flu o rita (x 20). L uz natural.
F oto 2.— C aolinita tapizando un h ue­
co en la arenisca (x 80). N ico les cru­
zados.
Foto 3.— A rcilla s de la s p izarras pa­
sando a caolin ita (x 100). L uz n atu ­
ral.
LA M IN A 2
F oto 4.— C aolinita tapizando una
g rieta en la pizarra (x 100). Luz na­
tural.
Foto 5.— P orosid ad deb id a a huecos
en la aren isca, (x 20). N ic o les cru­
zados.
F oto 6.— C aolinita de rellen o en la pi
zarra brech ificad a (x 20). Luz natu
ral.
— 49 —
Estas fallas, serían las causantes de las muestras pizarrosas con
aspecto brechoide conteniendo fluoritas deformadas y nodulosas.
A partir de los estudios decrepitométricos, podemos concluir
que se trata de un yacimiento hidrotermal de media a baja tem­
peratura, cuyo orden correspondería a 160-220 °C.
En lo referente a la génesis de las diferentes especies minera­
les, podemos establecer dos asociaciones claramente diferentes:
por un lado los minerales relacionados en su origen con las diso­
luciones hidrotermales como son, fluorita, caolinita, illita. El se­
gundo grupo los de origen sedimentario y los productos de altera­
ción como son pirita, goethita y limonita.
El origen hidrotermal de la fluorita queda puesto de manifies­
to claramente por los estudios decrepitométricos y por las carac­
terísticas que el mineral presenta en el yacimiento: bolsas de as­
pecto brechoide englobando bloques de arenisca unas veces, otras
formando pequeños filones de relleno de grietas, otras rellenan­
do poros.
El estudio del origen de la caolinita se presenta bastante com­
plicado y aunque en principio, a partir de su estudio al microsco­
pio, se le puede atribuir tres orígenes diferentes como son: Altera­
ción de feldespatos de la arenisca, en contra tenemos la escasez o
ausencia total de feldespatos con los que no se observa ningún pa­
so gradual, además al microscopio se presenta claramente relle­
nando cavidades. En las pizarras, presenta dos aspectos bastante
bien diferenciados, unas veces aparece en contacto brusco con los
minerales arcillosos de las pizarras, en este caso no incluye piritas
y presenta claramente las características de relleno; otras veces
al contrario del caso anterior, presenta un tránsito gradual con
las arcillas de la pizarra, en este caso si aparecen piritas incluidas
que a veces presentan orla de alteraciones. Debido a que la asocia­
ción con fluorita es normal, y que las características que adopta
son las mismas que la fluorita a la que a veces incluye y por la
que otras veces es incluida, nos parece lógico atribuirle origen hi­
drotermal con aporte exterior pero algunos casos de los observa­
dos al microscopio se explican mejor suponiendo una alteración
hidrotermal en situ de las arcillas de las pizarras en este caso po­
dría existir una movilización posterior con tendencia a rellenar
huecos. De todos modos es muy posible que se diesen estos dos
casos.
Illita, sobre el origen de éste mineral pueden darse dos posibilida­
des, en primer lugar que se trate de alteración de las pizarras, esto
— 50 —
explicaría el hecho de que se asocie a ellas en el contacto con la
arenisca y otro posible origen sería por illitización de la caolinita
esto explicaría la asociación con la caolinita.
Arcillas tipo interestratificado, también a estos minerales se
les puede atribuir doble origen, es posible por un lado génesis
por alteración hidrotermal de las pizarras, pero el hecho de que
se presenten en zonas próximas a fracturas, en las que la afluen­
cia de aguas de infiltración es elevada abre la posibilidad de que
se trate de alteración de las pizarras por las aguas de lluvia.
En el caso de la pirita existen evidencias claras de su origen
sedimentario como: su existencia en zonas no mineralizadas de la
región, presenta cristalización bastante perfecta y aparece en for­
ma de bancos paralelos a la estratificación.
Como origen de la goethita es evidente la alteración de piritas
por aguas de filtración, aunque tratándose de un yacimiento de
claras características hidrotermales es perfectamente posible su­
poner alteración hidrotermal.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
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M il l o t , G. (1964).— G eologie des A rg iles (Paris).
EL VALOR CUANTITATIVO a-b EN LOS DERMATO
GLIFOS PALMARES DE LOS ASTURIANOS
POR
J. E. EGOCHEAGA
En trabajos anteriormente realizados por nosotros (EGOCHEA­
GA, 1971, 1972 y 1973) se han estudiado diversos caracteres dermatoglíficos de dedos y palmas en Asturianos. Ultimamente diver­
sos autores se han ocupado del grado de separación entre los trirradios a y b situados en la base de los dedos índice y medio, res­
pectivamente, en la región distal de la palma, de distintas pobla­
ciones; estos estudios tienen interés no solo por lo que suponen
para el conocimiento de la configuración dermatoglífica de la pal­
ma, sino también por la aplicación que tienen en la sistemática ra­
cial y en el diagnóstico o confirmación de ciertas enfermedades
hereditarias.
FANG (1950) supuso que el valor cuantitativo a-b podría ser
indicativo en los estudios sobre mongolismo (síndrome de DOWN),
pero las diferencias encontradas en una muestra suficientemente
grande de individuos afectados en relación con una población nor­
mal, no aportó datos diferenciadores (HOLT y TURRAL, 1962).
HOLT y LINDSTEN (1964) determinaron que el valor cuantita­
tivo a-b es particularmente indicativo en los casos de síndrome de
TURNER. Igualmente, individuos con síndrome de KLINEFELTER
tienen una marcada tendencia a presentar un valor a-b más bajo
que la población normal. El valor cuantitativo a-b puede ser em­
pleado en otros casos de constitución gonosómica anormal como
los de los tipos XXXY, XXXXY y XXYY (HOLT, 1968).
— 52 —
PONS (1970) ha determinado que la separación entre los trirradios a y b es un rasgo hereditario, para el que no puede descartar­
se la hipótesis de una herencia de tipo polímero con genes de efec­
to aditivo. A semejante conclusión han llegado otros autores (VRYDAGH-LAOUREUX, 1970).
El valor cuantitativo a-b ha sido utilizado en el diagnóstico de
la zigoticidad en gemelos (CSIK, L. y MALAN, M., 1938) (VRYDAGHLAOUREUX, 1970) juntamente con otros rasgos dermatoglíficos.
Desde el punto de vista de la sistemática racial, el valor a-b
puede ser empleado como dato diferenciador no sólo por su ca­
rácter hereditario sino también por la variabilidad que presenta.
(BAITSCH y SCHWARZFISCHER, 1959) (MUKHERJEE, 1967)
(VRYDAGH-LAOUREUX, 1971).
Para medir la separación entre los trirradios a y b se recurre,
como ya se ha indicado, al valor cuantitativo a-b (a-b ridge count),
determinado por el número de crestar papilares existentes entre
estos trirradios. La técnica empleada es la habitual para el recuen­
to de líneas y que, como se sabe, consiste en contar las crestas a
lo largo de un trazo imaginario que une los trirradios a y b, no
siendo consideradas ni las líneas incipientes ni los puntos trirradiales. Se obtienen por separado los valores cuantitativos de cada
mano, lo aue se utiliza para el análisis de diferencias bimanuales
v como dato individual se utiliza el valor resultante de la suma de
los valores cuantitativos a-b de ambas manos, dato que se emplea
para el análisis de las diferencias sexuales y de poblaciones.
En el presente trabajo se realiza el análisis de las diferencias
bimanuales y sexuales de los asturianos, la distribución y curvas
de frecuencias, así como la comparación con otras poblaciones de
españoles y no españoles para las que este valor ha sido determi­
nado.
La muestra .—Como material de estudio se ha empleado una
1.
muestra de 300 individuos de ambos sexos (150 varones y 150 mu­
jeres) de ascendencia asturiana y no emparentados. El grado de
asturianía de los componentes de la muestra se fijó al elegir sola­
mente aquellos individuos que tuvieran entre sus ascendientes a
los cuatro abuelos de origen asturiano. El muestreo se realizó al
azar entre un buen número de fichas personales, previamente se­
leccionadas, de individuos procedentes de diferentes puntos de la
región Asturiana. La composición por sexos de la muestra se tomó
en proporciones iguales con objeto de poder realizar en mejores
condiciones el análisis estadístico de las diferencias sexuales.
— 53 —
2.
Promedios del valor cuantitativo a-b entre los Asturianos.—
Se ha realizado el cálculo de los valores promedio para cada mano
y para ambas manos reunidas (valor individual) para cada uno de
los sexos. En los cuadros 1 y 2 se recogen estos valores promedio
junto con los de las desviaciones típicas para cada serie.
Cuadro núm. 1: VALORES PROMEDIO Y DESVIACIONES
TIPICAS DEL VALOR CUANTITATIVO a-b EN VARONES
Mano
Derecha
Izquierda
D + I
N
150
150
150
X
4 1,74 + 0 ,5 6
47,72 ± 0,49
84,59 ± 0,87
Sx
6,80
5,98
11,42
Cuadro núm. 2: VALORES PROMEDIO Y DESVIACIONES
TIPICAS DEL VALOR CUANTITATIVO a-b EN MUJERES
Mano
Derecha
Izquierda
D -f I
N
150
150
150
X
41,70 ± 0,44
4 ?,4 0 ± 0,43
85,10 ± 0,79
Sx
5,39
5,76
9,63
— 54 —
En el cuadre núm. 3 se disponen los valores promedios del
valor cuantitativo a-b en la población general (ambos sexos reuni­
dos) para cada mano y para ambas manos reunidas.
Cuadro núm. 3: VALORES PROMEDIO DEL VALOR CUANTITA­
TIVO a-b EN LA POBLACION GENERAL
Mano
Derecha
Izquierda
D +- I
N
300
300
300
X
41,72 ± 0 , 3 5
43,06 + 0,33
84,85 ± 0,64
Sx
6,13
5,64
11,08
3.
Análisis de la distribución de frecuencias.—En las gráficas
1, 2 y 3 se representa, respectivamente, la distribución de frecuen­
cias para el valor cuantitativo a-b en las series masculina, femeni­
na y de la población general de Asturianos.
<f
N=150
Para la serie de varones se observa que la moda corresponde
a la clase 85-90, que contiene a la media, y que la variación com­
prende desde valores próximos a 60 hasta 135, siendo la distribu­
— 55 -
ción continua desde 60 a 110, apareciendo discontinuidades entre
110 y 135 con valores excepcionalmente altos.
Para la serie de mujeres, la moda se sitúa en la clase 85-90,
con discintinuidades entre 55 y 65, por debajo de la media y en­
tre 110 y 125 por encima de la media; por lo que la distribución es
continua entre 65 y 110.
?
N=I50
Como se deduce de las anteriores consideraciones así como de
ios valores calculados para las desviaciones típicas, la dispersión
es mayor en el sexo masculino que en el femenino.
En la gráfica núm. 3, representativa de la distribución de fre­
cuencias de la población general, se observa que el intervalo de
variación del valor cuantitativo a-b se extiende desde 60 a 110, con
frecuencias muy escasas para valores inferiores a 60 y superiores
a 110.
Se han calculado las desviaciones de la curva normal para ca­
da sexo y para la población general, atendiendo para ello a las in­
dicaciones metodológicas de FISHER (1954). Los valores de la asi­
metría (gi) y de la curtosis (g2) obtenidos para cada distribución,
son los siguientes:
sene
Varones
Mujeres
Población gen.
—
gx
g2
0,020
0,021
0,004
2,398
1,108
2,034
— 56 —
De acuerdo con los anteriores valores se infiere que la asime­
tría es positiva en la serie de varones y en la población general,
pero negativa en la serie femenina; aunque en todas ellas la asime­
tría o sesgo de la distribución es muy escasa. En cuanto a la curtosis, se observa que aunque las distribuciones son leptocúrticas,
DISTRIBUCION DE FRECUENCIAS
DEL VALOR CUANTITATIVO a-b EN ASTURIANOS
las series masculina y la de la población general son bastante más
leptocúrticas que la serie femenina, lo que está de acuerdo con los
resultados hallados por otros investigadores para otras pobla­
ciones (PONS, 1970) (VRYDAGH-LAOUREUX, 1970b).
4.
Análisis de las diferencias bimanuales y sexuales .—En el
cuadro núm. 4 se disponen los valores promedios del valor cuan­
titativo a-b, juntamente con los valores calculados para las «t» de
Student, para el estudio de las diferencias bimanuales y sexuales
de los Asturianos.
— 57 —
Cuadro núm. 4: PROMEDIOS DEL VALOR CUANTITATIVO a-b EN
ASTURIANOS DISPUESTOS PARA EL ANALISIS DE LAS DIFE­
RENCIAS BIMANUALES Y SEXUALES:
Sexo
?
cW
D
N
t
g- ••
Probabilidad
84,59 + 0,87 0,98
1,32
298
0,8 < P < 0 , 9
I
D + I
D -I
i
150
4 1,74 ± 0 , 5 6 42,72 ± 0,49
150
41,70 ± 0,44
4 3,40 ± 0,42
85,10 ± 0 , 7 9
1,70
2,79
298
0,7 < P < 0 , 8
300
41,72 ± 0,35 4 3,06 ± 0,33
84,85 ± 0,64
1,34
2,79
598
0,7 <
cT -S
0,04
0,68
0,49
t.
0,06
1,04
1,17
g- !•
298
298
298
Probab
P >
0,9
P >
0,9
P < 0'8
0 ,2 < P < 0 ,3
Del análisis de este cuadro se deduce que las diferencias entre
las manos derecha e izquierda no son estadisticamente significati­
vas para ninguno de los dos sexos, tanto cuando se les analiza
por separado, como cuando se hace para ambos sexos reunidos. A
igual conclusión se llega para el análisis de las diferencias sexuales.
Todo ello está de acuerdo con los resultados obtenidos por otros
autores para distintas poblaciones (PONS 1964 y 1970) (VRYDAGHLAOUREUX, 1970a y 1971) (HOLT, 1968).
Comparación de los asturianos con otras poblaciones espa­
5.
ñolas y no españolas.—En el cuadro núm. 5 se disponen los valores
obtenidos por PONS (1970) para el valor cuantitativo a-b en una
población del N. E. español, juntamente con los encontrados por
nosotros para los Asturianos.
— 58 —
Cuadro núm. 5: PROMEDIOS DEL VALOR CUANTITATIVO a-b EN
ESPAÑOLES DE AMBOS SEXOS:
Poblaciones
N
Asturianos..
300
84,59 +. 0,87
85,10 ± 0,79
84,85 ± 0 ,6 4
Españoles N. E.. .
400
82,59 ± 0,79
84,04 ± 0,73
83,31
?
c? +
$
Las diferencias entre ambos grupos no son estadísticamente
significativas según se deduce del cálculo de las correspondientes
«t» de Student para cada sexo por separado. Para los varones se
ha calculado un valor de t=l,71, lo que para 348 g. 1. da una pro­
babilidad comprendida entre 0,05 y 0,1 lo que está justo en el lí­
mite de la significación. Para las mujeres t=0,99, que para 348 g. 1.
da una probabilidad comprendida entre 0,3 y 0,4, lo que indica que
la diferencia no es estadísticamente significativa.
La comparación realizada entre Asturianos y Españoles del
N. E. para otros rasgos dermatoglíficos (EGOCHEAGA, 1972) con­
cuerda, para algunos de ellos, con lo aquí señalado, aunque no
para otros para los que se encontraron diferencias significantes.
Por lo que respecta a la comparación de los Españoles con
otras poblaciones no españolas, en el cuadro núm. 6 se dispone
los datos obtenidos de la bibliografía especializada, en su mayoría
recogidos por PONS (1970), y en donde se puede observar la po­
sición de los Españoles.
Cuadro núm. 6.—VALOR CUANTITATIVO a-b EN DIFERENTES
POBLACIONES
Poblaciones
N
c?
?
c?+?
Autores
Gujar Pasis (India)
42 ¿
68,19
—
—
Srivastava y Shukla
(1966)
Bhutaneses (India)
74 c^+17 ?
Purabia Chamars
(India)
46 cf
70,19 66,83 69 ,5 6 Bhasin, 1966
71,92
—
—
Srivastava y Shukla
1966
— 59 —
Poblaciones
N
Dogon (Sanga, Mali)
100
Bamiléké (Camerún)
Andhara Pradesh
(India)
88 c f +
Bengalíes
d* -f- 62
91
$
?
52 cT
Peul (Boni, Mali)
Punjab (India)
62
Fali (Camerún)
135 cT-j-81 $
Indios Yanomana
(Brasil)
Maharashtra (India)
Kurumba (Volta)
Judios europeos
38 $
46 ¿
Dogon (Boni, Mali)
Bengalies (India)
c? +
127 2
72 ¿ + 7 3
76,3
Glanville y Huizin76,36 ! ga, 1966
Datta, 1960
Chattopadhyay y D.
78,02 76,59 77,39 Sharma, 1967
— Glanville y Huizinga,
—
77,6
1966
76,42 80,68 78,04 Seth, 1963
77,59 79,01
78,7
463 c?-f 371 ?
119
76,4
Autores
76,92
132
c? +
$
77,86 75,14 76,48 Glanville , 1968
$
80 ¿
170
c?
$
137 ¿ + 140
$
90 d + 8 3 2
54 d*
-
78,12 Glanville, 1968
Glanville y Huizinga,
— 1966
79,43 79,33 79,38 Mukherjee, 1967
Rothhammer, Neel,
Da
Rocha y Sund79,65 79,46 79,56 ling, 1973
82,89 76,82 79,83 Bansal, 1966
79,40 80,52 79,97 Glanville, 1967
80,10 80,41
80,25
80,24 Fang, 1951
D. Sharma, 1966 y
1968
Ladakhis (India)
Amerindios (Onta­
rio)
29 d + 4 3
Anglo-hindús
48 cf+ 4 4 $
86,16 77,25 81,90 Bhattacharya, 1966
424 cT+435 $
83,03 Fang, 1951
Baitsch y Schwarz80,96 83,97 83,22 fischer, 1959
Británicos
Bávaros
?
50 cT+ 150 $
80,00 81,08 80,51 Fang, 1951
83,04 83,01
Españoles del N. E. 200 d +200 2
Amerindios (Onta­
rio)
26 cT + 14 $
Españoles (Asturia­
nos)
150 cT + 150 $
82.59 84,04 83,31 Pons, 1970
Suecos
39 cf+ 5 0 $
87,85 83,66 85,50 Holt y Lindsten, 1964
Británicos (Ontario)
Bruselenses (Bélgi­
ca)
77 ¿ + 8 3 ?
82,25 85,54 85,88 Fang, 1951
Vry dagh-Laoureux,
85,84 86,04 85,94 1971!
117 c f + 166 $
83,42 85,64 84,20 Fang, 1951
84.59 85,10 84,85 Egocheaga
— 60 —
Como se puede comprobar en el cuadro anterior, los Asturia­
nos presentan valores bastante altos y se sitúan entre Suecos y
Bávaros, sin que podamos precisar más por el momento dado el
escaso número de poblaciones estudiadas hasta la fecha, si bien
parece que al igual que ocurre para otros rasgos dermatoglíficos
(EGOCHEAGA, 1971, 1972 y 1973) los Asturianos tienden a situar­
se entre las poblaciones Centroeuropeas. Igualmente el cuadro nú­
mero 6 permite inferir que los valores más altos del valor cuan­
titativo a-b, parece ser se dan entre los Európidos y Amerindios,
mientras que los valores más bajos se dan para algunas poblacio­
nes del complejo racial de la India; siendo esto lo que se puede
decir por el momento para este rasgo dermatoglífico.
RESUMEN
En el presente trabajo se analiza el valor cuantitativo a-b. Es­
te valor se obtiene por recuento de las líneas dermopapilares que
cruzan o tocan un fino trazo tendido entre los dos puntos trirradiales a y b situados en la base de los dedos índice y medio. Las
líneas incipientes y los puntos trirradiales no se cuentan. Como
dato individual se ha tomado el valor resultante de sumar los va­
lores cuantitativos a-b de ambas manos.
Para este estudio se ha empleado una muestra de 300 Asturia­
nos de ambos sexos (150 varones y 150 mujeres) y no emparenta­
dos.
Los valores promedio obtenidos para la población son los si­
guientes: 84, 59 i : 0,87 en los varones y 85,10+. 0,79 en las muje­
res. La diferencia entre los dos promedios no es estadísticamente
significativa (t=1,17, que para 298 g. 1. dá una probabilidad com­
prendida entre 0,2 y 0,3). Resultados similares han sido obtenidos
por otros autores en diferentes poblaciones.
RÉSUMÉ
Dans ce travail, nous avons analysé la valeur quantitative en­
tre les triradius a-b. Cette valeur a été obtenue por la somme et énu­
mération des lignes dermopapillaires qui croisent ou coupent un
mince trait dessiné entre les deux points triradiaux.
— 61 —
On n’a pas tenu compte des lignes à peine ébauchées ni des
points triradiaux. Comme donnée individuelle on a adopté la va­
leur résultante de l’addition des valeurs quantitatives a-b des deux
mains.
Quant à l’étude quantitative de la valeur a-b de la population
générale, nous avons utilisé un échantillon de 300 Asturiens des
deux sexes (150 mâles et 150 femmes) parmi des individus n'ayant
aucune relation familiale.
Voilà les valeurs moyennes obtenues pour la population: mâles,
84,59 ± 0,87, et femmes, 85,10 + 0,79. La différence entre les deux
moyennes n’étant pas estatistiquement significative (t =1,17 pour
298 g. 1. et la probabilité 0,2<p<0,3). Des résultats semblables ont
été obtenus par d’autres auteurs avec d’autres études faites sur
de différentes populations.
ABRIDGMENT
In this paper the ridge count between triradii a and b is analy­
sed. The a-b count is obtained by counting the epidermal ridges
crossing or touching a fine straight line joining both triradii. Nas­
cent ridges and triradial points are excluded in making the count.
As an individual trait we use the value resulting from the addition
of the a-b counts of the two hands.
For the study of a-b count in the general population a series of
300 Asturians (Spanish of North), 150 of each sex, is used, com­
prising unrelated persons only.
In the data of the general population the following means are
obtained: males, 84,59+ 0,87 and females, 85,10 + 0,79. The differen­
ce between the two means is not significant (t= l,1 7 for 298 D. F.
the probability 0,2<P<0,3). Similar result is obtained in the ma­
terial studied by other authors in different peoples.
—
62
—
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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PANORAMA BRIOLOGICO DEL CABO DE PEÑAS
(ASTURIAS)
POR
R. M. SIMO y N. ALONSO
INTRODUCCION
El presente trabajo constituye la primera parte de una serie de
estudios briológicos que se han iniciado en la costa asturiana.
Pretendemos con él ampliar el número de especies en la flora briológica de nuestra región; conocer un poco más su distribución y
ecología e ir poniendo de manifiesto las comunidades muscinales
que en ella se desarrollan.
No tenemos noticia de ningún trabajo briológico realizado en
la costa cantábrica, por lo que nos parece interesante iniciar su es­
tudio en una zona tan característica y peculiar como es la que nos
ocupa.
Situación geográfica .—El Cabo de Peñas constituye una de las
partes más septentrionales de la Península Ibérica.
Los límites del trabajo se han establecido de la forma siguiente:
el Oeste, Norte y Este se encuentran limitados por el mar Can­
tábrico, extendiéndose de W a E desde la playa de Verdicio a la
ensenada de Bañugues, siendo NE la orientación media hasta el
Faro de Peñas y SE a partir del anterior hasta Bañugues; el límite
Sur lo establecen los pueblos de San Jorge de Heres, Merín, Ovies
y Bravón. Mapa Figura 1.
Todo ello se encuentra entre los 43° 37’ 45” - 43° 39’ 45” de lati­
tud norte y 2o 6’ 30” - 2o 11’ 1” de longitud oeste de Madrid.
— 66 —
Las diferencias de altitud son apenas apreciables, alcanzando
100 m. en el Faro de Peñas.
En este tramo existen numerosos arroyos que constituyen una
red hidrográfica corta, desarticulada y orientada, en gran parte,
por la estructura del terreno.
Naturaleza del suelo .—En diversos trabajos consultados se apre­
cia que los materiales existentes en esta zona aparecen en bandas
0
I
^..... ....... 1—
2
3 Km.
> .........-I
Fig. 1.—Esquema geográfico del Cabo de Peñas
mas o menos paralelas y pertenecen a los Períodos Ordovícico, Si­
lúrico y Devónico Inferior, con excepción de las dunas de la playa
de Verdicio que se han ido formando en la Era Cuaternaria.
El Ordovícico está representado por una banda relativamente
estrecha de Cuarcita de Barrios, a la que sustituyen las Pizarras de
Luarca que ocupan una extensión aproximada de 400 m., y por
último unas capas volcánicas que, según algunos autores, deben
de pertenecer al Ordovícico Superior.
A su vez son materiales del Silúrico las Pizarras de Formigoso
y parte de las Areniscas de Furada; estas últimas constituyen en
— 67 —
su mayor parte un nivel de areniscas ferruginosas, ricas en hierro
oolítico, explotadas durante cierto tiempo en la mina de Llumeres.
Finalmente el Devónico Inferior tiene como representantes una
capa de Calizas, Dolomías v Pizarras de Nieva en cabalgamiento
sobre las areniscas de Furada por la parte oriental, aflorando por
la occidental en la zona de San Cristóbal de Verdicio.
El Clima.—Los datos nos han sido facilitados por el Centro Me­
teorológico de Oviedo, donde se recogen todas las informaciones
de la provincia.
Las lluvias no son muy intensas pero si constantes y las tem­
peraturas son generalmente suaves a lo largo del año, sin existir
grandes diferencias entre las temperaturas extremas. Se tomaron
datos de pluviosidad v temperatura para un período de veinte
años (1953-1972), suministrados por las estaciones de Gijón y Cabo
de Peñas.
A la vista de los datos obtenidos se observa que la pluviosidad
anual oscila entre 673,90 mm. y 1.300,40 mm., siendo los meses
más lluviosos los comprendidos entre Septiembre v Febrero v los
menos abundantes en precipitaciones los de Marzo hasta Agosto.
La media de la precipitación anual para ese período es de
954,04 mm.
Los vientos de componente oeste son los que han dominado
en el transcurso de estos años, debido posiblemente a la situación
geográfica de la zona.
Con respecto a la temperatura, las máximas absolutas lleean
a 33°C y las mínimas absolutas no rebasan los 2,6QC bajo cero. Los
valores medios para ambas temperaturas oscilan entre 23,6°, co­
mo media de las máximas y 4,9°, como media de las mínimas.
Hemos calculado el Cociente Pluviotérmico de E m b e r c .e r , con
un valor de 0=159,9; la amplitud térmica es de 22.34° y la media
extrema 13,35°. E n los ejes de coordenadas establecidos por el au­
tor, este valor de Q coincide con una zona de clima mediterráneo
húmedo; al estar tan próxima al océano, se podría indicar como
atlántico-mediterráneo.
Igualmente se ha elaborado el diagrama ombrotérmico de Gaus s e n y B a g n o u l s , en el cual se puede apreciar que entre los meses
de Julio y Agosto existe un período de sequedad suave. Figura 2.
— 68 —
DIAGRAMA OMBROTERMiCO DE G A U SSEN Y BAGN O U LS
p -■ i r
0° C 4--------- (----;---- (---------1--------- 1-------- 4 -------- h— — I--- -- I------------ 1--------- 1---------1--------- 1E
F
M
A
M
J
Jl.
A
S
0
N
0
Figura 2
— 69 —
COMUNIDADES M USCINALES.
Las comunidades mejor representadas son las terrícolas, si­
tuadas bien en los taludes, bordes de caminos y arroyos,- con una
cierta dependencia de la vegetación superior, o en el suelo, consti­
tuyendo el estrato muscinal de la misma.
La ordenación de las comunidades se ha hecho según los cri­
terios de la mayor parte de los autores.
I)
COMUNIDADES ACUATICAS
En aguas corrientes no se observaron comunidades muscinales,
solo se encontraron de forma aislada, en rocas de arroyo: Conocephalus conicus, Madotheca thuja, Pellia epiphylla, Radula complanata, Brachythecium rutabulum y Oxyrrhynchium speciosum.
En suelos encharcados se ha observado la comunidad típica de
Calliergonella cuspidata con Bryum pseudotriquetrum. Esta comu­
nidad se encontraba bien representada en bordes de prados de la
zona de Verdicio y Entre-ríos. En ella, junto con las especies ante­
riores, son frecuentes:
Lophocolea bidentata.
Fissidens adianthoides.
Mnium affine.
Pseudoscleropodium purum.
Rhytidiadelphus squarrosus.
Thuidium tamariscinum.
Aguas estancadas no existen, o al menos no se han observado.
Solo se ha visto una charca próxima al Faro de Peñas pero que
pensamos pertenece a zona de aguas ácidas de turbera y de la que
hablaremos al hacerlo de las turberas.
II)
COMUNIDADES DE TURBERA.
Aunque no son numerosas las especies de esfagnos determina­
das, si son frecuentes las localidades en que se encuentran, for­
mando en unos casos turberas mixtas, generalmente sobre taludes,
y en otros landas turbosas.
Turberas mixtas o esfagnetos mixtos se han observado en la
zona de Verdicio y próximas al bosque de eucaliptos de Entre-ríos.
En ellas se han determinado: Sphagnum auriculatum, Sphagnum
— 70 —
rufescens, Polytrichum commune, Aulacomnium palustre, Fissidens
adianthoides y Thuidium tamariscinum.
Más interesantes nos parecen las landas del Faro de Peñas, en
las cuales también existen esfagnos. Aquí es donde se encuentra
la charca mencionada anteriormente, la cual durante los meses de
estío llega a secarse por completo, pero que presentaba en el mes
de marzo una vegetación bastante peculiar.
Distinguimos, en el Faro de Peñas, las siguientes zonas:
a) La zona que corresponde a la charca, con un pH =6,5, en la
cual se han determinado:
Cosmarium sp.
Navícula sp. (muy escasa).
Oedogonium borisianum.
Oedogonium crispum.
Oscillatoria sp. (muy escasa).
Spirogyra sp. (muy abundante).
Zygnema stellinum.
Sphagnum platyphyllum.
Calliergonella cuspidata.
Cotula coronopifolia L.
Hydrocotile vulgaris L.
Plantago coronopus L.
b) Zona de brezos y esfagnos, muy mojada, pH=4,6, que pen­
samos es un estado de transición entre la landa turbosa y la landa de brezos sin esfagnos, con las especies:
Zygogonium ericetorum.
Cephaloziella starkei.
Lophocolea cuspidata.
Odontoschisma sphagni.
Bryum pseudotriquetrum.
Campylopus brevipilus.
Campylopus polytrichoides (muy escasa).
Hypnum cupressiforme var. ericetorum.
Leucobryum glaucum.
Pohlia nutans.
Sphagnum auriculatum.
Calluna vulgaris (L.) Hull.
Pedicularis silvatica L.
Simethis bicolor Kth.
Ulex europaeus L.
— 71 —
c)
Zona constituida por brezal sin esfagnos, más seca que la
anterior, con vegetación encuadrable en la alianza Ulición nanae
Duvign., 1944, en la que se han determinado sobre suelo con
pH = 5,6, formando el estrato liquénico-muscinal:
Cladonia floerkeana.
Cladonia impexa.
Cladonia pyxidata.
Frullania tamarisci.
Campylopus polytrichoides.
Funaria obtusa.
Leucobryum glaucum.
Leucobryum juniperoideum.
Pogonatum urnigerum.
En esta zona desaparecen, además de los esfagnos, Odontoschisma sphagni, Cephaloziella starkei y Campylopus brevipilus, desa­
rrollándose mucho más las poblaciones de Campylopus polytrichoi­
des, que aquí forman grandes céspedes con ejemplares de hasta
7 cm. de altura, mientras que en la zona anterior son plantas
pequeñas y en cantidad escasa.
En el trabajo de B a r k m a n y M a b e l i s (1968) sobre las especies
pilíferas de Campylopus, en Holanda y NW de Alemania, se estu­
dian de forma muy completa las distintas comunidades en las que
aparecen, entre otros, C. brevipilus y C. polytrichoides. Estas co­
munidades presentan un cierto parecido con las del Faro de Peñas,
puesto que también en él C. brevipilus aparece en brezal con esfag­
nos, con presencias muy acusadas de zygogonium ericetorum, Ce­
phaloziella starkei y Odontoschisma sphagni, mientras que C. po­
lytrichoides domina en la zona de brezal más seco, junto con
Leucobryum y varias especies de Cladonia.
III)
COMUNIDADES SAXICOLAS.
Solo se encontraron de forma aislada algunos briófitos sobre
rocas y muros de contención.
Se recolectaron sobre piedra los siguientes: Madotheca thuja,
Eulejeunea cavifolia, Fissidens bryoides y Tortula muralis; sobre
paredones de cemento: Brachythecium populeum, Bryum argenteum, Fissidens pusillus, Tortula muralis, T. m. fo. incana y Grimmia pulvinata.
— 72 —
IV)
COMUNIDADES CORTICICOLAS.
Debido tal vez a la falta de bosques bien desarrollados, se han
encontrado pocas especies y en pequeña cantidad sobre ramas y
troncos de castaño ( Cololejeunea minutissima, Metzgeria furcata
e Hypnum cupressiforme fo. filiforme).
V)
COMUNIDADES DE MADERA EN DESCOMPOSICION.
La ausencia de un bosque denso, con umbría abundante, no
permite el desarrollo de este tipo de comunidades. Solamente so­
bre tocones aislados de castaños aparecen Leucobryum glaucum y
L. juniperoideum, con abundancia del primero.
VI)
COMUNIDADES TERRICOLAS.
Existe una gran variedad de comunidades sobre tierra en el
Cabo de Peñas. Consideramos como mas importante las siguientes:
a) Dunas.
Se han observado en la playa de Verdicio. Con vegetación supe­
rior perteneciente al orden Elymetalia arenariae Br. Bl. et Tx., 1943,
destacamos como mas abundantes:
Agropyrum junceum P. Beauv.
Ammophyla arenaria Link.
Anthyllis vulneraria L.
Convolvulus soldanella (L.) R. Br.
Crucianella marítima L.
Eryngium maritimum L.
Euphorbia paralias L.
Euphorbia portlandica L.
estrato muscinal:
Brachythecium albicans.
Bryum capillare
Bryum pendulum.
Rhynchostegium megapolitanum.
Tortella flavovirens.
Tortula ruralis var. ruraliformis.
Todos estos musgos son característicos de este tipo de vegeta­
ción, salvo el Bryum capillare que puede vegetar en otros medios.
b) Suelos salinos.
— 73 —
Los céspedes que se forman inmediatos a las playas, con suelo
salino e influencia antropozoógena marcada, pertenecientes al or­
den Plantaginetalia maioris Tx., (1947) 1950, presentan abundan­
cia de especies en su estrato muscinal. En la playa de Bañugues se
han anotado:
Agrostis setacea Curtis.
Anagallis arvensis L.
Coronopus didymus (L.) Sm.
Lotus corniculatus L.
Plantago lanceolata L.
Plantago m ajor L.
Poa annua L.
Potentilla reptans L.
Ranunculus bulbosus L.
Romulea columnae Seb. et M.
Trifolium pratense L.
Trifolium repens L.
estrato muscinal:
Riccia crystallina.
Sphaerocarpus texanus.
Brachythecium salebrosum.
Bryum argenteum.
Bryum capillare.
Didymodon tophaceus.
Funaria hygrometrica.
Mniobryum delicatulum.
Phascum cuspidatum.
Physcomitrium sphaericum.
Pottia minutula.
Weisia controversa.
c) Bordes de caminos.
Abunda en ellos una comunidad perteneciente a la clase Stellarietea mediae (Br. Bl., 1931) Tx., Lohm. et Presg., 1950, con gran
número de especies nitrófilas, entre las que destacan:
Anagallis arvensis.
Raphanus raphanistrum L.
Sinapis arvensis L.
Stellaria media (L.) Vill.
Vicia hirsuta (L.) S. F. Gray.
estrato muscinal:
Bryum argenteum.
— 74 —
Ceratodon purpureus.
Eurhynchium striatum.
Fissidens incurvus.
Rhynchostegiella tenella.
d) Bordes de arroyos.
En estos casos la comunidad muscinal se caracteriza por espe­
cies higrófilas y esciófilas, manteniendo una cierta independencia
de la vegetación superior. Se han observado:
Conocephalus conicus.
Lunularia cruciata.
Pellia epiphylla.
Saccogyna viticulosa.
Calliergonella cuspidata.
Fissidens serrulatus.
Mnium punctatum.
Polytrichum commune.
Thuidium tamariscinum.
En el arroyo «Las Arenas» que desemboca en Bañugues, la
única especie que tapiza de forma casi continua el borde es
Pellia fabbroniana en su forma furcigera.
e) Taludes.
Los que se encuentran protegidos por árboles y arbustos son
los que más abundan en briófitos. Distinguimos tres tipos de co­
munidades en este medio:
e j Taludes recientes:
Diplophyllum albicans.
Atrichum tenellum.
Mnium rostratum.
Pogonatum urnigerum.
Polytrichum formosum.
Weisia controversa.
e2) Taludes muy húmedos:
Conocephalus conicus.
Lunularia cruciata.
Pellia epiphylla.
Plagiochila asplenioides.
Saccogyna viticulosa.
Fissidens adianthoides.
Mnium hornum.
e3) Taludes no recientes, más o menos húmedos:
Calypogeia arguta.
— 75 —
Fossombronia angulosa.
Fossombronia pusilla var. decipiens.
Lophocolea cuspidata.
Lophocolea heterophylla.
Scapania compacta.
Bryum capillare.
Eurhynchium striatum.
Isopterigium piliferum.
Mnium affine.
Oxyrrhynchium praelongum var. stokesii.
Pleuridium subulatum.
Pseudoscleropodium purum.
Thuidium tamariscinum.
f) Suelos de bosque:
La vegetación potencial respondería a bosques pertenecientes
a la alianza Quercion robori-petreae (Malcuit, 1929) Br. Bl., 1932.
Sin embargo solo los eucaliptos y algunos ejemplares de pinos,
castaños, alisos, avellanos o chopos se encuentran formando bos­
quetes. De ellos los que más hemos estudiado son los formados por
eucaliptos, ya que son los más densos y suficientemente jóvenes
para conservar en el suelo poblaciones de briófitos bien represen­
tados. En este medio se han observado:
Eucaliptus globosus Labill.
Ulex europaeus.
Calluna vulgaris (L.) Kuhn.
Lithodora diffusa (Lag.) I. M. Johnston.
estrato muscinal:
Calypogeia trichomanis.
C. t. var. fissa.
Lophocolea cuspidata.
Scapania dentata.
Eurhynchium striatum.
Fissidens serrulatus.
Fissidens taxifolius.
Hookeria lucens.
Mnium rostratum.
Mnium undulatum.
Oxyrrhynchium praelongum.
Plagiothecium denticulatum.
Pseudoscleropodium purum.
Thuidium tamariscinum.
— 76 —
CATALOGO DE BRIOFITOS RECOLECTADOS EN E L CABO DE PEÑAS
HEPATICAE
MARCHANTIALES
RICCIACEAE
R i c c i a c r y s t a l l i n a L . emend Raddi — Se recolectó en dos si­
tios de la playa de Bañugues, sobre suelo salino, en uno con Sphaerocarpus texanus y próxima al arroyo con Bryum capillare y Physcomitrium sphaericum. En todas las ocasiones fértil.
MARCHANTIACEAE
L u n u l a r i a c r u c i a t a ( L . ) Dum. — Bastante común en bordes de
arroyos y taludes húmedos. Taludes del bosque de eucaliptos del
Faro de Peñas. Bordes de un arroyo muy contaminado, próximo a
Verdicio. Frecuentemente en unión de Conocephalus conicus.
C o n o c e p h a l u s c o n í c u s Necker — Es común y casi siempre se
presenta estéril. Arroyo de Verdicio. Arroyo de Entre-ríos, sobre
rocas, con Pellia epiphylla y Radula complanata; bordes del mis­
mo arroyo con Pellia epiphylla, Saccogyna viticulosa, Fissidens serrulatus y Plagiothecium denticulatum.
JUNGERMANNIALES
SPHAEROCARPACEAE
Austin — Especia muy rara en Europa,
propia de América septentrional. S e encontró en la zona próxima
al camping de Bañugues, formando pequeñas rosetas, no demasia­
do abundante y perfectamente fructificada, acompañada de Riccia
crystallina.
S p h aero carp u s te x a n u s
METZGERIACEAE
M e t z g e r i a f u r c a t a (L.) Lindb. — Próxima al arroyo de Entreríos, con Frullania dilatata. Tronco de castaño, con Hypnum cupressiforme fo. filiforme. Rama de castaño, con Cololejeunea minutissima.
— 77 —
PELLIACEAE
P e l l i a e p i p h y l l a (L.) Lindb. — Abundante en varias localidades
y generalmente en mezcla con otras muscíneas.
P e l l i a f a b b r o n i a n a Raddi fo. f i t r c i g e r a (Hook.) Massal. — Casi
tapizando por completo los bordes del arroyo «Las Arenas».
FOSSOMBRONIACEAE
(Dicks.) Raddi — Se encontró, siempre
fructificada, sobre taludes con Fissidens adianthoides en una lo­
calidad y con Barbula faüax en otra.
F o s s o m b r o n i a p u s i l l a (L.) Dum. var. d e c i p i e n s Corb. — Taludes
ácidos de Entre-ríos, próxima a Fossombronia angulosa. Fructifi­
cada.
F o sso m b r o n ia a n g u lo s a
LOPHOZIACEAE
M a r s u p e l l a f u n c k i (W. et M .) Dum. — Proximidades de la mina
de hierro de Llumeres, mezclada con Diplophyllum albicans.
P l a g i o c h i l a a s p l e n t o t d e s (L.) Dum. — Abundante en zonas hú­
medas y frecuentemente acompañada de Thuidium tamariscinum.
L o p h o c o l e a b i d e n t a t a ( L . ) Dum. — Zonas de Verdicio y Entreríos, generalmente en sitios húmedos y mezclada con otras mus­
cíneas.
L o p h o c o l e a c u s p i d a t a Limpr. — Faro de Peñas, brezal con es­
fagnos, junto con Odontoschima sphagni, Campylopus hrevipilus y
otros. Bosques de eucaliptos, sobre el suelo. Talud próximo a la
mina de Llumeres con Pseudoscleropodium purum.
L o p h o c o l e a h e t e r o p h y l l a (Schrad.) Dum. — Taludes de Entreríos con Pleuridium subulatum y Bryum capillare. Brezal del Faro
de Peñas con Fossombronia sp.
S a c c o g y n a v i t i c u l o s a (L.) Dum. — Bordes de arroyo y base de
taludes muy húmedos con Plagiothecium denticulatum, Fissidens
serrulatus, Pellia epiphylla y Thuidim tamariscinum.
— 78 —
CEPHALOZIACEAE
C e p h a l o z i e l l a s t a r k e i (Funck.) Schiffn. — Brezal con esfagnos
del Faro de Peñas, entre los tallos de Campylopus brevipilus.
C e p h a l o z i e l l a t u r n e r i (Hook.) K. Müller — Próxima a la mina
de Llumeres en mezcla con Diphophyllum albicans.
O d o n t o s c h i s m a s p h a g n i (Dicks.) Dum. — Junto con Campylopus
spp., Sphagnum auriculatum y otros musgos en el Faro de Peñas.
C a l y p o g e i a a r g u t a Nees. et Mon. — Talud arcilloso de un cami­
no de Entre-ríos.
C a l y p o g e i a t r i c h o m a n i s (L.) Corda — Muy escasa en el suelo
del bosque de pinos de Merín.
C. T. var. f t s s a (L.) Lindb. — Suelo del bosque de pinos, próxi­
mo a Merín con Scapania dentata y Leucohryum glaucum.
SCAPANIACEAE
D i p l o p h y l l u m a l b i c a n s (L.) Dum. — Base de talud próximo a la
mina de Llumeres con Scapania compacta. Misma localidad con
Cephaloziella starkei. Brezal del Faro de Peñas con Calliergonella
cuspidata.
S c a p a n t a c o m p a c t a (Roth.) Dum. — Talud próximo a la mina
de Llumeres con Diplophyllum albicans.
S c a p a n t a d e n t a t a Dum. — Suelo de bosque de pinos y eucalip­
tos de Merín con Calypogeia trichomanis var. fissa y Leucobryum
glaucum.
RADULACEAE
R a d u l a c o m p l a n a t a (L.) Dum. — Sobre piedra en los bordes de
un arroyo de Entre-ríos junto a Conocephálus conicus y Pellia epi­
phylla.
MADOTHECACEAE
M a d o t h e c a t h u j a (Dicks.) Dum. — En las piedras de un arroyo
del Faro de Peñas y en el bosque de eucaliptos de Entre-ríos con
Eulejeunea cavifolia, en una roca.
— 79 —
FRULLANIACEAE
F r i i l l a n i a d i l a t a t a (L.) Dum. — Base de roca en el brezal del
Faro de Peñas con Fossombronia sp. En Entre-ríos con Metz.geria
furcata.
F r u l l a n i a t a m a r i s c i (L.) Dum. — Brezal del Faro de Peñas,
íntimamente mezclada con Cladonia impexa.
LEJEUNACEAE
E u l e j e u n e a c a v t f o l i a (Ehrh.) Lindb. — Sobre piedras y en el
suelo del bosque de eucaliptos de Entre-ríos.
C o l o l e j e u n e a m i n u t i s s i m a (Sm.) Spruce — Sobre rama de cas­
taño con Metzgeria furcata.
MUSCI
SPHAGNALES
SPHAGNACEAE
S p h a g n u m s u b s e c u n d u m Nees. ssp. p l a t y p h y l l u m (Lindb.) Herib.
— En una charca temporal del brezal del Faro de Peñas, con Ca­
lliergonella cuspidata. Ejemplares de pequeño tamaño y hojas caulinares grandes, mayores que las observadas en otras localidades.
S p h a g n u m s u b s e c u n d u m Nees. var. a u r i c u l a t u m (Schimp.) Schlieph. — Bordes de prado muy húmedo en Entre-ríos, con Fissidens
adianthoides. Faro de Peñas, brezal con esfagnos, con varias muscíneas.
S p h a g n u m s u b s e c u n d u m Nees. var. r u f e s c e n s (Nees. et Hornsch.)
Hueb. — Bordes de un prado encharcado próximo a Verdicio, con
Calliergonella cuspidata y Mnium affine.
POLYTRICHALES
POLYTRICHACEAE
A t r i c h u m t e n e l l u m (Roehl.) B. S. G. — Escasa en un talud cer­
ca de Verdicio, junto con Pogonatum urnigerum.
A t r i c h u m u n d u l a t u m (Hedw.) P. Beauv. — Taludes cerca del
arroyo de Entre-ríos, con Pseudoscleropodium purum y Thuidium
tamariscinum,
— 80 —
(Hedw.) P. Beauv. — Especie abundante
v fructificada en el brezal del Faro de Peñas, en mezcla. Taludes de
la carretera de Avilés, con Atrichum tenellum.
P o l y t r t c h u m c o m m u n e L. ex Hedw. — Bordes de un arroyo pró­
xima a Calliergonella cusnidata v Fissidens serrulatus. Bordes de
prado encharcado cerca de Verdicio próxima a Calliergonella cus­
pidata v Bryum pseudotriquetrum.
P o l y t r t c h u m fo r m o s t t m Hedw. — Taludes en el bosciue de euca­
liptos del Faro de Peñas en mezcla con otras muscíneas.
P o g o n atu m u r n ig e r u m
FISSIDENTALES
FISSIDENTACEAE
F ts s t d e n s a d ta n th o td e s
Hedw.
—
Abundante en sitios húmedos,
sobre tierra.
F t s s t d f n s b r y o t d e s Hedw. — Sobre piedra de un talud en la ca­
rretera a Bañugues, con Tortula muralis.
F t s s t d e n s b r y o t d e s Hedw. ssp. i n c u r v t t s (Roehl.) Bertsch. — Ba­
se de talud en Bañugues, cerca de Rhvnchostegiella tenella. Taludes
de Verdicio, fructificada.
F t s s t d e n s m t n u t u l u s Sull. ssp. p u s t l l u s (Wils.) Wiik. et Mare.
— Sobre los muros de una fuente de Merín.
F t s s t d e n s s e r r u l a t u s Brid. — Frecuente en los bordes de arro­
yo. generalmente con otros briófitos.
F t s s t d e n s t a x t f o l t t t s Hedw. — Sobre el suelo de los bosciues de
eucaliptos y en los bordes de un arroyo.
DICRANALES
DICRANACEAE
(Hedw.) Rabenh. — Taludes de camino
próximo a Entre-ríos. Fructificada.
D t t r t c h t t m f l e x i c a t t l e (Schwaegr.) Hamne. — Sobre suelo de
reacción positiva al C1H, entre Verdicio y Ferrero, con Ctenidium
molluscum.
C e r a t o d o n p u r p u r e u s (Hedw.) Brid. — Sobre tierra en sitios
descubiertos y secos. Fructificada.
D i c r a n e l l a h e t e r o m a l l a (Hedw.) Schimp. fo. s e r t c e a Moenk. —
Sobre tierra suelta de la playa de Verdicio, junto con Bryum capíliare. Fructificada.
P le u r id iu m
s u b u la tu m
— 81 —
A n iso th e c iu m
v a riu m
(Hedw.) Mitt. Anisothecium rubrum
(Huds.) Lindb. — Abundante y fructificada en un talud próximo
a Entre-ríos con Barbula fallax.
C a m p y l o p u s b r e v i p i l u s B. S. G. — Especie muy abundante en
el brezal con esfagnos del Faro de Peñas, mezclada con otras muscíneas.
C a m p y l o p u s t n t r o f l e x u s (Hedw.) Brid. var. p o l y t r t c h o t d e s (De
Not.) Giac. Campylopus polvtrichoides De Not.. Schn. — Mas fre­
cuente aue la anterior. En el brezal del Faro de Peñas, zona húmeda
v seca. Sobre el suelo, próxima a la mina de Llumeres con Fuñaría
hygrometrica.
L e u c o b r y u m g l a u c u m (Hedw.) Aongstr. — Frecuente y abundante
sobre el suelo, base de árbol, tocones de castaño... Forma céspedes
densos y en ocasiones se encuentra mezclada con otros musgos.
L e u c o b r y u m ju n t p e r o t d e u m (Brid.) C . Muell. — Base de tronco
de castaño en Entre-ríos y suelo de bosque de Merín, con Leuco­
bryum glaucum.
POTTIALES
POTTIACEAE
Schrb. ex Hedw. — Sobre suelo salino de
la playa de Bañugues, fructificada.
P o t t i a d a v a l l i a n a fSm.) C . .Tens., Lindb. Pottia minutula (Sch­
waegr.) Fuernr. ex Hampe. — Suelo salino de la playa de Bañu­
gues con Phascum cuspiáatum, Riccia crystallina y Svhaerocarpus
texanus.
P o t t i a i n t e r m e d i a (Turn.) Fuernr. — Talud del bosaue de euca­
liptos de Entre-ríos, con Fossombronia sp. y Fissidens adianthoides.
Fructificada.
T o r t u l a m u r a l t s Hedw. — Es abundante sobre muros y pare­
des de todas las zonas. Fructificada.
T o r t u l a m u r a l i s fo. i n c a n a Sapbin. — Paredones de Bañugues,
próximos al arroyo «Las Arenas» con Grimmia pulvinata.
T o r t u l a r u r a l i s (Hedw.) Gaernt., Meyer et Schreb. var. r u r a l t f o r m i s (Besch.) Wild. — En las dunas de Verdicio, constituyendo
con otros musgos el estrato muscinal de las mismas.
B a r b u l a f a l l a x Hedw. — Talud próximo a Entre-ríos, con Ani­
sothecium varium. Fructificada.
P h ascu m c u sp td a tu m
— 82 —
B a r b u l a u n g u i c u l a t a Hedw. — Merín, sobre el suelo próximo a
una fuente, con Amblystegium serpens y Bryum intermedium. Ta­
ludes de la carretera de Bañugues.
T o r t e l l a f l a v o v i r e n s (Bruch.) Broth. — Formando parte del
estrato muscinal en las dunas de Verdicio. Tierra suelta, en la pla­
ya, con Brachythecium rutabulum.
D id y m o d o n t o p h a c e u s (Brid.) Lisa. — Sobre suelo salino de la
playa de Bañugues. Fructificada.
W e i s i a c o n t r o v e r s a Hedw. — Base de talud próximo a la mina
de Llumeres. Playa de Bañugues, sobre suelo salino muy pisado,
cerca del camping, con Bryum argenteum y Mniobryum delicatulum.
GRIMMIALES
GRIMMIACEAE
(Hedw.) Sm. — Paredones de la playa de
Bañugues, con Tortula muralis. Fructificada.
G r im m ia p u l v i n a t a
FUNARIALES
FUNARIACEAE
(Ludw.) Fuernr. in Hampe — Sobre
el suelo salino muy pisado de la playa de Bañugues.
F u ñ a r í a h y g r o m e t r i c a Hedw. — Sobre suelo de la playa de Ba­
ñugues. Mina de Llumeres, con Campylopus polytrichoides. Fruc­
tificada.
F u ñ a r í a o b t u s a (Hedw.) Lindb. Entosthodon ericetorum B. S. G.
— Brezal del Faro de Peñas, con Pogonatum urnigerum. Fructifi­
cada.
P h y s c o m itr iu m s p h a e r ic u m
EUBRYALES
BRYACEAE
(Hedw.) Dix. — Playa de Bañugues, so­
bre suelo salino, con Bryum argenteum y Weisia controversa.
P o h l i a n u t a n s (Hedw.) Lindb. — Brezal con esfagnos del Faro
de Peñas, con Cephaloziella starkei.
M n io b r y u m d e l i c a t u l u m
— 83 —
B r y u m p e n d u l u m (Hornsch.) Schp. — En las dunas de la playa
de Verdicio, formando parte de su estrato muscinal. Fructificada.
B r y u m a r g e n t e u m Hedw. — Abundante y casi siempre estéril.
B r y u m c a p i l l a r e L. ex Hedw. — Muy abundante y normalmente
fructificada. Dunas de Verdicio, en mezcla con otros musgos. Pla­
ya de Verdicio, con Dicranella heteromalla fo. sericea. Talud del
bosque de eucaliptos de Entre-ríos con Lophocolea heterophylla.
Playa de Bañugues cerca de Riccia crystallina y Physcomitrium
sphaericum.
B r y u m i n t e r m e d i u m (Brid.) Bland. — Sobre el suelo, próxima a
la fuente de Merín con Amblystegium serpens y Barbula unguicuíata.
B r y u m p s e i j d o t r t q u e t r u m (Hedw.) Schwargr. — Zona del brezal
con esfagnos en el Faro de Peñns en mezcla con otros musgos.
Prado encharcado en Verdicio con Callierpon ella cuspidata, Thtiidium tamariscinum y Mnium affine.
MNIACEAE
M n iu m a f f i n e Bland. ex Funck. — Talud ácido en el bosque
de eucaliptos próximo al Faro de Peñas con Oxyrrhvnchium praelongum var. stokesii. Prado encharcado en Verdicio, en mezcla con
otras muscíneas.
M n iu m h o r n u m Hedw. — Base de talud muy húmedo próximo al
arroyo de Entre-ríos, con Saccogvna viticulosa, Pellia epiphvlla y
Thuidium tamariscinum.
M n iu m p u n c t a t u m Schreb. ex Hedw. — Bordes del arroyo de
Entre-ríos.
M n iu m r o s t r a t u m Schreb. — Talud y suelo del bosque de euca­
liptos próximos al Faro de Peñas, en zona muv sombría junto a
Fissidens serrulatus. Bordes del arrovo de Entre-ríos con Oxvrrhynchium pumilum, Conocevhalus conicus y Pellia epivhylla.
M n iu m u n d u l a t u m Weis. ex Hedw. — Muv abundante en el sue­
lo del bosque de eucaliptos próximo al Faro de Peñas con T.onhocolea cuspidata, Thuidium tamariscinum y Calliergonella cuspidata.
AULACOMNIACEAE
A u l a c o m n i u m p a l u s t r e (Hedw.) Schwaegr. — Suelo encharcado
próximo al arroyo de Entre-ríos con Sphagnum auriculatum y otros.
— 84 —
HOOKERIACEAE
H o o k e r i a l u c e n s (Hedw.) Sm. — No muy abundante sobre el
suelo húmedo en el bosque de eucaliptos del Faro de Peñas.
HYPNOBRYALES
THUIDIACEAE
T h u id iu m t a m a r i s c i n u m (Hedw.) B. S. G. — Frecuente y abundan­
te en todas las zonas, frecuentemente asociada con otros musgos.
Verdicio, sobre el suelo. Entre-ríos, en taludes ácidos; en prados
encharcados; bordes del arroyo. Suelo del bosque de eucaliptos
del Faro de Peñas.
HYPNACEAE
AMBLY STEGIE AE
A m b l y s t e g i u m s e r p e n s (Hedw.) B. S. G. — Sobre suelo próximo
al arroyo de Merín, junto con Barbilla unguiculata y Bryum inter­
medium.
C a l l i e r g o n e l l a c u s p i d a t a (Hedw.) Loesk. — Especie muy abun­
dante y siempre estéril. Verdicio, en la margen de un prado con
Sphagnum rufescens ; en el suelo con Pseudoscleropodium purum
y otros musgos. Faro de Peñas, en la zona de la charca con Sphag­
num auriculatum ; bosque de eucaliptos en mezcla con otras muscíneas. Prado de Entre-ríos con Sphagnum auriculatum y otras.
BRACHYTHECIEAE
(Hedw.) B . S. G. — Dunas de Verdicio
con Tortula rurális var. ruraliformis, Tort ella flavovirens y Bryum
pendulum.
B r a c h i t h e c i u m p o p u l e u m (Hedw.) B . S. G. — Sobre cemento en
una fuente en Merín.
B r a c h y t h e c i u m r u t a b u l u m (Hedw.) B . S. G. — Sobre una piedra
en el arroyo de Merín con Oxyrrhynchium speciosum. Tierra suel­
ta en la playa de Verdicio con Tortella flavovirens.
B r a c h y th e c iu m a lb ic a n s
— 85 —
(Web. et Mohr.) B. S. G. — Sobre
suelo salino en la playa de Bañugues.
E u r h y n c h iu m s t r i a t u m (Hedw.) Schimp. — Base de talud pró­
ximo a la mina de hierro de Llumeres. En Entre-ríos, talud del
bosque de eucaliptos con Isopterigium piliferum; en el suelo del
bosque entre otras muscíneas. Sobre tierra suelta en la playa de
Verdicio. Suelo en el bosque de eucaliptos del Faro de Peñas.
O x y r r h y n c h iu m p r a e l o n g u m (Hedw.) Warnst. — Prado entre Ver­
dicio y Ferrero con Ctenidium molluscum. Bordes de camino en
Bañugues. En el suelo de los bosques de eucaliptos junto con Eu­
rhynchium striatum.
O. p. var. s t o k e s i i (Turn.) Podp. — Base de talud ácido con
Mnium affine. En Entre-ríos sobre una rama caida con Metzgeria
furcata ; bordes del arroyo con Pellia epiphylla y Fissidens taxifolius.
O x y r r h y n c h iu m p u m ilu m (Wils.) Loesk. — Bordes del arroyo de
Entre-ríos cerca de Mnium rostratum, Conocephalus conicus y Pe­
llia epiphylla.
O x y r r h y n c h iu m s p e c i o s u m (Brid.) Warnst. — Sobre una piedra
en el arroyo de Merín junto con Brachythecium rutabulum.
R h y n c h o s t e g i u m m e g a p o l i t a n u m (Web. et Mohr.) B. S. G. —
Dunas de Verdicio asociado a Tortula ruralis var. ruraliformis, Tortella flavovirens, Brachythecium albicans y Bryum pendulum.
R h y n c h o s t e g i e l l a t e n e l l a (Dicks.) Limpr. — Borde de camino
sobre suelo con reacción básica en la zona de Bañugues junto con
Fissidens incurvus.
B r a c h y th e c iu m
sa le b r o su m
ENTODONTEAE
P s e u d o s c l e r o p o d i u m p u r u m (Hedw.) Fleisch.
suelo de bosques y prados, siempre estéril.
—
Frecuente en
PLAGIOTHECIEAE
I s o p t e r i g i u m p i l i f e r u m (Hartm.) Loesk. — Talud en el bosque
de eucaliptos de Entre-ríos con Eurhynchium striatum.
P l a g i o t h e c i u m d e n t i c u l a t u m (Hedw.) B. S. G. — Suelo del bos­
que de eucaliptos del Faro de Peñas. Bordes del arroyo de Entreríos con Pellia epiphylla, Conocephalus conicus, Saccogyna viticulosa y Fissidens serrulatus.
— 86 —
HYPNEAE
H y p n u m c u p r e s s i f o r m e L. ex Hedw. var. e r i c e t o r u m B. S. G. —
Zona de brezos y esfagnos en el Faro de Peñas junto con Odontoschisma sphagni, Leucobryum juniperoideum y Lophocolea cus­
pidata.
H. c. var. u n c i n u l a t u m B. S. G. — Sobre el suelo y en la base
de un tronco de castaño en Merín.
H. c. fo. f i l i f o r m e Kramer — Base de talud próximo a la mina
de hierro de Llumeres. Sobre tronco de castaño con Metzgeria furcata.
C t e n i d i u m m o l l u s c u m (Hedw.) Mitt. — Prado próximo a un arro­
yo entre Verdicio y Ferrero con Oxyrrhynchium praelongum; mis­
ma localidad con Ditrichum flexicaule.
HYLOCOMMIEAE
(Hedw.) Warnst. — Prado enchar­
cado de Entre-ríos con Pseudoscleropodium purum y Thuidium ta­
mariscinum.
R h y t i d i a d e l p h u s t r i q u e t r u s (Hedw.) Warnst. — Taludes en En­
tre-ríos junto con Plagiochila asplenioides y Thuidium tamarisci­
num.
R h y tid ia d e lp h u s s q u a r r o s u s
c o m e n t a r io .
En el catálogo anterior figuran en total 105 briófitos, de los
cuales 30 son hepáticas, 3 esfagnos y 72 musgos. En su mayoría son
frecuentes y ya han sido citados, al menos una vez, en Asturias; sin
embargo, de algunos de ellos las únicas localidades conocidas para
la región son las del Cabo de Peñas, que se incluyen en este tra­
bajo.
Hay que destacar la presencia de Sphaerocarpus texanus, he­
pática rara en Europa, con algunas citas de Portugal y solamente
otra de la flora española en la Alhambra de Granada ( B i s c h l e r , H.,
J o v e t , A s t , S . y Sim o, R. M., 1973). En mezcla o a su lado, lo mismo
que en la localidad granadina, se encuentra Riccia crystallina, espe­
cie bien diferenciada de la Riccia cavernosa por S . Jovet-Ast (19641965) quien amablemente ha determinado los ejemplares del Cabo
de Peñas.
—
87
—
Hepáticas nuevas también para la región asturiana son Fossombronia pusilla var. decipiens y Marsupella funcki.
De los tres esfagnos determinados destaca uno por su rareza,
no es frecuente en la bibliografía consultada. Se trata de Sphagnum platyphyllum, especie señalada por C a s a r e s - G i l como rara
en España.
Con respecto a los musgos, son varios los que aparecen por vez
primera en Asturias:
Atrichum tenellum.
B r a c h y t h e c iu m a l b i c a n s .
Bryum intermedium.
Bryum pendulum.
Campylopus brevipilus.
Campylopus polytrichoides.
Fissidens bryoides ssp. incurvus.
Isopterigium piliferum.
Oxyrrhynchium speciosum.
Phascum cuspidatum.
P h y s c h o m i t r iu m s p h a e r i c u m .
Pottia davalliana.
Pottia intermedia.
Rhynchostegium megapolitanum.
Tortella flavovirens.
Tortula muralis fo. incana.
Tortula ruralis var. ruraliformis.
La mayoría de las especies que se citan por primera vez en
Asturias, son frecuentes en zonas de litoral, algunas características
de vegetación de dunas y otras propias de suelos salinos.
Son segundas citas para Asturias:
Cololejeunea minutissima. Luarca, P. Allorge (1935).
Lophocolea cuspidata. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Lophocolea heterophylla. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Odontoschisma sphagni. Entre Luarca y Caroyas, Allorge (1935).
Scapania compacta. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Scapania dentata. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Amblystegium serpens. Valgrande, Casares-Gil (1915).
Anisothecium varium. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Barbula fallax. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Barbula unguiculata. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Brachythecium salebrosum. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Dicranella heteromalla fo. sericea. Pto. Ventana, R. M. Simó
(19.73).
Didymodon tophaceus. Covadonga, Casares-Gil (1915).
Fissidens minutulus ssp. pusillus. Pto. Ventana, R. M. Simó
(1973).
Grimmia pulvinata. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Hypnum cupressiforme var. uncinulatum. Pto. Ventana, R. M.
Simó (1973).
Hypnum cupressiforme fo. filiforme. Pto. Ventana, R. M. Si­
mó (1973).
Mniobryum delicatulum. Covadonga, Casares-Gil (1915).
Oxyrrhynchium praelongum. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Plagiothecium denticulatum. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Pogonatum urnigerum. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Rhynchostegiella tenella. Pto. Ventana, R. M. Simó (1973).
Elementos geográficos de la brioflora del Cabo de Peñas.—El ele­
mento mejor representado es el circumboreal, que cuenta con 65
briófitos. Uno de ellos con distribución Euramericana: Sphaerocarpus texanus y dos de distribución Eurasiàtica: Frullania dilata­
ta y Physcomitrium sphaericum.
Al elemento cosmopolita pertenecen 13 briófitos:
Metzgeria furcata.
Aulacomnium palustre.
Bryum argenteum.
Ceratodon purpureus.
Fuñaría hygrometrica.
Hypnum cupressiforme var. ericetorum.
Hypnum cupressiforme var. uncinulatum.
Hypnum cupressiforme fo. filiforme.
Mnium rostratum.
Polytrichum commune.
Tortula muralis.
Tortula muralis fo. incana.
Weisia controversa.
El elemento atlántico cuenta con 24 representantes, repartidos
de la forma siguiente:
Atlánticas: Leucobryum juniperoideum y Oxyrrhynchium prae­
longum var. stokesii.
Euratlánticas: Calypogeia trichomanis var. fissa, Odontoschis­
ma sphagni, Fissidens minutulus ssp. pusillus, Mnium hornum y
Sphagnum auriculatum.
— 89 —
Subatlánticas: Calypogeia arguta, Campylopus brevipilus, Fissidens serrulatus, Hookeria lucens, Oxyrrhynchium praelongum,
O. pumilum, O. speciosum, Phascum cuspidatum y Pottia inter­
media.
Atlánticas-mediterráneas: Fossombronia pusilla var. decipiens,
Madotheca thuja, Saccogyna viticulosa, Scapania compacta, Fuña­
ría obtusa y Campylopus polytrichoides.
Euratlánticas-mediterráneas: Cololejeunea minutissima y Pottia
davalliana.
Por último el elemento mediterráneo cuenta con dos especies
mediterráneas: Cephaloziella turneri y Riccia crystallina y una es­
pecie submediterránea: Rhynchostegiella tenella.
Apetencias edáficas .—Es casi igual el número de briófitos que
precisan un suelo o sustrato de reacción ácida para vegetar y de
los que son indiferentes a la reacción del sustrato; siendo muy
escasos los que precisan un sustrato básico. Los porcentajes obte­
nidos son los siguientes: briófitoc indiferentes, 48%; acidófilos,
43%; calcícolas, 10%.
— 90 —
SUMMARY
In this first work of the Bryophyte Flora of the Cantabric
Coast, some rare or specialy interesting species are listed; the
distribution area of some of them is enlarged and all of them are
related with their environment.
Of the list, which consists of 105 bryophytes, 4 liverworts, 1
Sphagnum and 17 mosses are cited in Asturias for the first time
and 22 ofther bryophytes for the second time.
— 91 -
BIBLIOGRAFIA
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cavernosa H offm . em end. Raddi. (N ote p rélim in aire).— R ev. B ryol. e t Lieh.,
X X X III (3-4): 459-483. París.
APORTACION AL CONOCIMIENTO DE LA FLORA
Y VEGETACION DEL CABO DE PEÑAS (ASTURIAS)
POR
M. MAYOR LOPEZ, T. E. DIAZ GONZALEZ y
F. NAVARRO ANDRES*
INTRODUCCION
La zona, por nosotros estudiada, situada en la parte más sep­
tentrional de Asturias, se encuentra comprendida entre Punta Moniello y el Faro de San Juan de Nieva, abarcando casi la totalidad
del Cabo de Peñas, saliente de la costa astur, que se adentra unos
cinco kilómetros en el Cantábrico, formando un triángulo de unos
treinta kilómetros cuadrados de superficie, con un relieve bas­
tante monótono y siendo parte de la plataforma litoral.
Este territorio pertenece en su totalidad al concejo de Gozón
siendo su capital Luanco.
Bordeando al Cabo, se encuentran islotes, escollos y arrecifes,
entre los que destacan los islotes de la Erbosa, Bravo y Gaveras y
los escollos de Merendalvarez, Romanella, Conos, etc.
Desde mediados de Marzo de 1973, hemos visitado reiteradamen­
te la zona, hasta principios de Noviembre de este mismo año.
Las exhaustivas herborizaciones efectuadas a lo largo de este pe­
ríodo, nos han permitido confeccionar un catálogo florístico del
orden del medio millar de taxones, asi como poder dar una visión
de conjunto de la vegetación superior.
(*)
D ep artam en to de B otánica. F acultad de C iencias. O viedo,
— 94 —
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Punta de la Vaca
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— 95 —
DATOS GEOLOGICOS
Las notas que insertamos relativas a este tema, son un peque­
ño estracto de la Hoja y Memoria explicativa del Mapa Geológico
de España, 1:50.000: Avilés y Gijón ( J u l i v e r t , T r u y o l s y otros,
1973).
En los niveles más bajos del Cabo de Peñas que afloran, co­
rresponden a la «Cuarcita de Barrios». Esta formación pertenece
al Ordovícico inferior (Oj) y está constituida por ortocuarcitas blan­
cas masivas con escasas intercalaciones de pizarras oscuras.
En el mismo Cabo se encuentran materiales del Ordovícico Me­
dio ( 0 2) y Superior ( 0 3) integrado por cuarcitas del Arenig.
Un delgado nivel de caliza, tobas y chert en el Cabo de Peñas,
corona el conjunto vulcano detrítico del Ordovícico Superior (SiA).
El Silúrico consta de dos formaciones: las pizarras de Formigoso
( S mA-B) y las Areniscas de Furada (S aB-D „ ) .
Las pizarras de Formigoso afloran en el Cabo apoyándose en
el conjunto Vulcano detrítico del Ordovícico Superior y llegan has­
ta la playa de Llumeres. Estas formaciones están constituidas por
pizarras negras muy replegadas que en su parte superior alternan
con limos y areniscas de grano fino.
La formación de Furada está constituida por areniscas gene­
ralmente ferruginosa alternando con pizarras; se encuentran por
debajo de San Cristóbal de Verdicio y de San Martín de Podes
principalmente.
Las formaciones del Devónico que tienen mayor representación
en nuestra zona son: el Complejo de Rañeces (D n - „ ), Caliza de
Moniello (D j 3-21), Arenisca del Naranco (D21-22) y Caliza de Candás (D22-31).
Encima de la Arenisca de Furada empieza la sedimentación
calcárea con la presencia del llamado Complejo de Rañeces (C o m te ,
1959). Este complejo está representado por pizarras grises a las
que siguen calizas y dolomías. Se encuentran en el Faro de San
Juan de Nieva, playa de Tenrero, Cabo de Narvata y Ensenada de
Bañugues.
La caliza de Moniello constituye una formación compacta de
origen orgánico.
La Arenisca del Naranco aflora al Este de la Ensenada de Mo­
niello. Se trata de areniscas frecuentemente ferruginosas, alternan­
do con pizarras.
—
96
—
1: 50.000
MAPA GEOLOGICO
DEL CABO DE PEÑAS
E.
— 97 —
La caliza de Candás constituye un pequeño afloramiento en el
límite occidental de nuestra zona. Están constituidas por calizas
algo margosas.
Los tramos pertenecientes al Triásico se localizan en la zona
Sur de San Jorge de la Manzaneda. Están formados por conglo­
merados rojos poligénicos con cantos de un tamaño de varios cen­
tímetros.
Al Este de los tramos del Triásico afloran sedimentos del Cre­
tácico correspondientes al Aptiense (C15). Los materiales del mis­
mo son arcillas y areniscas. En pequeños valles difuminados por
toda la zona existen coluviones del Cuaternario (Q). Una estrecha
franja de depósitos aluviales modernos ( 0 A) se extiende entre San
Jorge de la Manzaneda y la ría de Avilés. En algunas playas ( Qp)
existen acumulaciones de arena que han llegado a constituir du­
nas de poca importancia como sucede en la playa de Verdicio.
DATOS CLIMATICOS
El estudio de la climatología de la zona se llevó a cabo me­
diante la recopilación de los datos obtenidos en las estaciones
meteorológicas del Cabo de Peñas y de Gijón, al dejar de funcionar,
en los últimos años, la primera.
La pluviosidad anual del Cabo, oscila entre los 673,9 y 1.300,4
mm. de lluvia anual, siendo la humedad relativa, en promedio anual
del 79%.
Las temperaturas máximas absolutas llegan a alcanzar los 33°C.
y las mínimas no bajan de -2,6°C. Los valores medios para ambas
temperaturas oscilan entre los 23,6QC, como media de las máximas
y 4,9°C. como media de las mínimas.
Hallado el coeficiente pluviotérmico de E m b e r g e r , s u valor es
de 159,9 con lo cual la zona queda incluida dentro de la Región
Mediterránea húmeda, según la clasificación de climas elaborada
por dicho autor.
En la gráfica adjunta, representamos el diagrama pluviotérmi­
co de la zona. En él, se puede apreciar que los meses mas lluvio­
sos son los comprendidos entre Septiembre y Febrero, y los mas
secos, entre Marzo y Agosto, resultando un período de sequia, que
corresponde al mes de Julio. De Octubre a Enero la pluviosidad
media mensual, es superior a los 100 mm. (zona negra de la grá­
fica).
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— 98 —
C Inr ^ s o s j l e T ú u m
oj^osiL iPolium
L.
SANTANDER
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Citas
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— 99 —
ANTECEDENTES HISTORICO-BOTAÑICOS
La costa asturiana, en general ha sido poco visitada por los
botánicos, o al menos pocos son los catálogos florísticos comple­
tos que se han hecho sobre una zona determinada.
La mayor parte de los visitantes que herborizaron en Asturias,
lo hicieron en las zonas montañosas, dado que estas son hábitats
más atractivos por su mayor riqueza florística y por ser el nicho
ecológico de un gran número de elementos endémicos.
Según M. L a i n z (1) poco o nada concreto se sabe sobre D. José
Q u e r y D. B e r n a b e A n t o n io S a l c e d o . C o lm e ir o ( 2 ) recoge una cita
de Viscum álbum L . en Villaviciosa, atribuida a J. Q u e r .
B o w l e s en su «Introducción a la Historia Natural y Geografía
Física de España» (1775) menciona Quercus pedunculata Ehrh. y
Q. sessiliflora Salisb. en Cudillero.
En la obra de C o lm e ir o , también aparece Drosera intermedia
Hayn., citada de Avilés por S a l c e d o (3).
Prácticamente la Botánica comienza en Asturias cuando C a v a n i l l e s envía a D. M a r ia n o d e L a g a s c a al Puerto de Pajares (4).
L a g a s c a también visita la costa asturiana a mediados del mes de
Agosto de 1805. Algunas citas de la Concha de Artedo (Cudillero),
Pravia, Avilés, Gijón y Candás, aparecen a lo largo de la obra del
ya mencionado C o lm e ir o .
Unos treinta años después, un discípulo de L a g a s c a , E d u a r d o
C a r r e ñ o V a l d e s , hace estudios florísticos de no mucha trascenden­
cia en Gijón y Avilés.
El 18 de Mayo de 1835, M i c h e l - C h a r l e s D u r i e u d e M a is o n n e u v e ,
desembarca en Gijón; un gran avance para el conocimiento de la
flora asturiana supuso esta visita.
Quinientos treinta y un cormófitos citados de diferentes puntos,
son el fruto de su estancia en Asturias, según la obra de G a y (5), de
los cuales un centenar escaso fueron herborizados en Gijón. Des­
de la costa, pasando por Oviedo, se dirije a Grado, Cangas del Nar(1) B. I. D. E. A. pp. 78-83. 1963.
(2) E num eración y rev isió n de la s p lan tas de la p en ín su la hisp an o-lu sitana e isla s B aleares. II. pp. 634. 1886.
(3) C. f. (2) I. pp. 355. 1885.
(4) C. f. P eh ez de C a s t r o . B. I. D. E. A. 1971.
(5) V iaje b otánico de D urieu por A sturias, em prendido en el año 1835.
Trad. y n otas de J . A. J a u r e g u y . B. I. D. E. A. núm . VI. 1958.
— 100 —
cea y Puerto de Leitariegos. A estos últimos lugares está dedicada
la mayor parte de su obra.
A mediados del siglo pasado L. P e r e z M i n g u e z , de cuya obra
no quedan más que las citas recopiladas por el ya citado C o l m e ir o
(6) también herboriza en nuestras costas así como en otros mu­
chos puntos de la geografía astur. Visita Gijón, Luanco, Avilés,
Luarca, Navia y otras mas.
E u g e n e B o u r g e a u en 1864 anda por estos parajes visitando las
mismas localidades que D u r ie u , pero no llega a una veintena, el
número de cormófitos que cita de la costa asturiana, en su mayo­
ría de Gijón, los cuales están recopilados en el C o lm e ir o .
P o c o s a ñ o s d e s p u é s , a m e d i a d o s d e J u l i o d e 1878, L o u i s L e r e s c h e y E m i l e L e v i e r p a s a n p o r e s t a ú l t i m a l o c a l i d a d (7) d o n d e u n a
l lu v ia o b s t i n a d a a p e n a s le s p e r m i t ió h e r b o r iz a r . E n s u v i a j e v i s it a n
L l a n e s y S a n E s t e b a n d e P r a v ia . S i s u o b r a n o f u e m u y f e c u n d a
e n l a c o s t a , n o lo f u e a s í e n o t r o s p a r a j e s , e l l o s f u e r o n l o s d e s c u ­
b r id o r e s b o tá n ic o s d e lo s d e sp u é s, ta n v is ita d o s P ic o s d e E u r o p a .
En 1893 (8) C a r l o s P a u publica un resumen de las plantas her­
borizadas por A. E. L o m ax , el cual visitó la costa gijonesa, mencio­
nando pocas especies. M. R. L i t a r d i e r e herboriza, durante los me­
ses de Julio y Agosto de 1910, en las localidades de San Esteban
de Pravia y Llanes (9).
L a z a r o también dejó rastros de su obra, en la costa que nos
ocupa. Citas de diversos cormófitos, en su mayor parte pteridofitos
aparecen a lo largo del C o lm e ir o , de Candás, Gijón y L a Franca,
principalmente.
La visita de M. H. C h e rm e zo n en el verano de 1916 contribuyó
al conocimiento de la flora vascular que vive bajo el influjo ma­
rino, realizando un estudio, no solo de los vegetales que pudieran
ser más interesantes (10) sino de todos aquellos vistos o herbori­
zados por él, entre la ría de Avilés y la desembocadura del río
Nalón (11).
(6) C. f . M. L a i n z . B. I. D. E. A. 38. pp. 427.
(7) D eu x ex cu rsio n s b otán iq u es... pp. 75-76. 1880.
(8) P la n ta s recogidas el pasado año por m i d istin gu id o am igo e l colega
Sr. A. E. L o m a x ... A ct. R . Soc. Esp. H . N. 22 pp. 77-89. 1893.
(9) C ontribution á l ’etu d e de la F lore P térid o lo g iq u e... B u ll. G eog.
Bot. 1911.
(10) B u ll. Soc. Bot. Fran. 60. VI. pp. 120-130. 1919.
(11) B u ll. Soc. Linn. Nor. 7e. ser. 3 pp. 159-213. 1920.
— 101 —
Entre 1926 y 1934 los briólogos V a l ia y P i e r r e A l l o r g e visitan
el N. W. de España; en sus campañas también herborizan vegeta­
les superiores en Gijón, Luarca, Cangas de Onís, etc.
Entre Abril, Agosto y Septiembre de 1952 los esposos D u p o n t ,
exploran Llanes, con detalle y el litoral hasta Gijón y Avilés más
rápidamente (12). Posteriormente visitan Luarca, Navia y algunas
otras localidades costeras y su obra culminaría en los puertos de
montaña: San Isidro, Ventana, Leitariegos, etc.
E m il io G u i n e a , en varias ocasiones hace estudios florísticos en
la costa astur (Luarca, Pravia, Gijón, Llanes, etc.); sus resultados
aparecen en la Geografía Botánica de Santander.
C a b e a q u í t a m b i é n s e ñ a l a r la v i s i t a e f e c t u a d a e n 1953 p o r l o s
s o c i ó l o g o s d e l a X . I. P . E . p r e s i d i d a p o r S . R iv a s G oday y s ie n d o
p a rtic ip a n te s:
Allo rg e,
W.
P . D u p o n t , E . F e r n a n d e z G a l ia n o , H . G a u s s e n , V .
L u d í,
R.
T u x e n , E . O b e r d o r f e r , A. L a w a l r e e , e n t r e
o t r o s . E n s u r e c o r r i d o p o r t i e r r a s a s t u r e s h e r b o r iz a n e n l a c o s t a
d e L la n e s
(14)
(5
de Ju lio ) y en V egad eo
(10
d e Ju lio ).
W.
L u d í r e c o p il ó
p a r t e d e l a s c i t a s q u e d ie r o n lo s d iv e r s o s c o m p o n e n t e s d e la
e x p e d ic ió n . C o m o r e s u l t a d o d e e s t e v i a je , l o s g e o b o t á n i c o s ,
xen
R.
T u­
y E . O b e r d o r f e r , d e c u y a o b r a h a r e m o s a l u s ió n m á s a d e l a n t e ,
h ic ie r o n e s t u d i o s f i t o s o c i o l ó g i c o s e n C o v a d o n g a , C a n g a s d e O n ís,
(15).
En las últimas décadas surge un gran conocedor de la flora cantabro-astur: el P. M. L a in z S. J., pero a lo largo de sus «Aportacio­
nes al conocimiento de la flora cantabro-astur I al X», no llega al
medio centenar el número de plantas citadas por él o por sus
colaboradores en la costa asturiana. En una de ellas (16) dice: «En
Asturias apenas hemos herborizado hasta hoy más que a consi­
derables altitudes».
L a s a p o r t a c i o n e s d e S u a r e z F e r n a n d e z (17), F a u s t in o M ir a n d a
G o n z á l e z (18), y A. H . D iz e r b o (19), t a m b ié n s o n d ig n a s d e t e n e r
L i e r e s d e S i e r o , N a v a , P a j a r e s , G ijó n , N a v ia , e tc .
(12) B ol. Soc. H. N. Toul. 88: 120-132 y 90: 429-440. 1953 y 55.
(13) C. f. (12) 91: 313-334 y 94: 262-272. 1958-59.
(14) G eobot. Inst. R übel in Zürich. 31: 287-298. 1956.
(15) C. f. (14) 32. 1958.
(16) A portacion es;.. VIL B. I. D. E. A. (c) pp. 79. 1963.
(17) A lgas yod ífera s d el C antábrico. M adrid, 1914.
(18) M useo Cien. N at. ser. Bot. núm . 251. 1931; M em. R. Sos. Esp. H. N.
15: 487-490. 1929; Bol. R. Soc. Esp. H. N. 28: 457-462. 1928; 32: 435-438.
1932; 36: 367-381. 1937.
(19) C ollec. Bot. 5 (1) 1956.
— 102 —
en cuenta, pero sus estudios hay que incluirlos fundamentalmente
en el campo de la algología.
Nuestra vecina costa gallega, debe su conocimiento botánico,
fundamentalmente al Padre M e r in o , B e l l o t , C a s a s e c a y R . A l v a r e z
D ía z . La santanderina a E m il io G u in e a .
De la zona del Cabo de Peñas, la cual nos ocupa en esta ocasión,
conocemos las siguientes citas:
De L . P. M i n g u e z : Inula crithmoides (20), de E m i l i o G u i n e a :
Daboecia cantabrica, Erica cinerea, Erica vagans, Molinia coerulea, Erica tetralix, Potentilla erecta. Erica ciliaris, Pteridium aquilinum, Ulex europaeus, Calluna vulgaris, Agrostis setacea, Gentiana
pneumonanthe, Erica mackaiana, Simethis planifolia (21), Brassica oleracea var. silvestris (22), Hydrocotile vulgaris (23), y de M .
L a i n z ( L e g . Fondado): Urtica caudata (24).
e n t o r n o a l a v e g e t a c ió n
La playa de Verdicio, bello rincón de la costa asturiana, junto
con la de Aguilera y Xagó, son los únicos puntos de la zona objeto de
nuestro estudio, donde se desarrollan las dunas que albergan una
vegetación halófila, incluible en el orden Elymetalia-arenarii Br. Bl.
& Tx. 1943, propia de las costas atlánticas, pertenecientes a la
clase Ammophiletea Br. Bl. 1943. Nuestros inventarios son directa­
mente comparables a los dados por C . V a n d e n B e r g h e n para las
dunas de Bretaña (25) por lo que opinamos que pertenecen a las
asociaciones Euphorbio-Agropyretum juncei Tx. 1945, correspon­
diente al piso basal de las dunas móviles y Euphorbio-Ammophiletum arenariae Tx. 1945 al piso siguiente.
De las especies propias de Elymetalia-arenarii dadas en (25) so­
lamente Matthiola sinuata y Galium arenarium están ausentes en
los pisos basales de las dunas más recientes de la playa de Verdicio,
por otra parte el Euphorbio-Ammophiletum se halla mas exten­
dido en la playa de Aguilera, mas pobre florísticamente que la an­
terior.
(24)
Cf. C o lm e ir o . III. p p . 139.
G eografía B otán ica de Santander, pp. 79, 1953.
Cf. (11) pp. 312.
Cf. (11) p p . 345.
C ollect. Bot. 5 (3) pp. 675. 1959.
(25)
Vegetatio. 8 (3) pp. 194-195. 1958.
(20)
(21)
(22)
(23)
— 103 —
C U A D R O
C O M U N ID A D E S
N8
DE
1.
DUNAS
E xposición
-
N
N
-
-
*
In clinación
-
25
15
10
-
-
-
C obe rtu ra
5
30
20
40
60
70
■25
A re a (m2)
-
10
10
10
10
20
20
10
N úm . de e s p e c ie s
3
9
5
11
16
14
12
Niim . de o rd e n
1
2
3
4
5
6
7
E s p e c ie s de C a k ile t
m a r itim a e T x . ap. O b e rd . 1 .949 em . y C a k ile ta lia T x . ap. O b e rd . 1. 949.
C a k ile m a r itim a Scop.
G laucium flavum C ra n tz
M a tr ic a r ia in o d o ra L . s u b sp . m a r itim a L .
Po-lygonum m a ritim u m L .
i
4
4. 2
1
2.
C a r a c t e r í s t i c a s t e r r i t o r i a l e s de E u p h o rb ie to -A g ro p y re tu m J u n c e i T x . 1 .9 5 0 .
A g ro p y ru m junceum (L . ) P . B.
Honkenya p e p lo id e s ( L .) E lirli.
D io tis m a r itim a (I.. ) Sm .
1.1
Tn
:
1. 1
4
3 .2
.
1.1
C a r a c t e r í s ti c a de E u p h o rb ie to -A m m o p h ile tu m a r e n a r ia e T x . 1. 950.
A m m ophila a r e n a r ia (L . ) L ink.
4. 1
_____________________
.
4 .4
5 .4
4 .4
C a r a c t e r í s ti c a de F e s tu c o - C ru c ia n e lle tu m K. A lv a re z D íaz 1 .972.
F e s tu c a d u m eto ru m L .
C ru c ia n e lla m a r i t i l a I,.
A n d ry a la in te g r if o lia L.
C a r a c t e r í s ti c a de a lz . A m m o p h ilo n -A ru n d in a c e a e .
P a n c ra tiu m m a ritim u m L.
T rin c ia h ir ta Roth.
C r e p is bulb o sa (L . ) T a u sc h .
E s p e c ie s del o rd . E ly m fc la lia -A re n a rii B r. -B l. et Tx. 1.
E rv n g iu m m a ritim u m L .
.
C a ly s te g ia s o ld a n e lla (L. ) K. 'B r.
E u p lio rb ia p a r a lia s L .
E u p h o rb ia p o rtla n d ic a L .
M edicago m a rin a L.
C o m p a ñ e ra s P s a m m o fila s .
C atapodium rig id u m (L . ) H ubbard
A n th y llis v u ln e r a r ia L. s u b sp . ib e r ic a (W. B e c k e r) J a la s
C a re x a r e n a r ia L in .
V ulpia b r o m o id e s (1..) C ra u
L a g u ru s ovatus' L .
D a c ty lis g lo m e ra ta L .
B la c k sto n ia p e rf o lia ta (L . ) H udson
P o ly c a rp o n te tra p h v llu m (1.. ) L.
E r ig e r o n c a n a d e n s e L .
R ap h an u s r a p h a n is tr u m L. s u b sp . m a r itim u s (S m .) T h e ll
O nonis r e c lin a ta L.
H y p o c lio e ris r a d ic a ta L .
Juncu9 a c u tu s L .
P ic rid iu m tin g in a tu m D esf.
L o c a lid a d e s.
P la y a de V e rd ic io : Inv. 1, 2, 3, 5, 6, 7.
P la y a de A g u ile ra : Inv. 4,
1. 1
1. 1
2. 2
1. 1
4. 1
2. 2
2. 2
2. 2
1. 1
1.1
3 .3
1.1
1.1
1.2
1.1
— 104 —
E
S
0
U
E
M
À D
EL
AV
E
G
E
T
A
C
iO
ND
U
N
A
RD
EV
E
R
D
iC
iO
— 105 —
En el piso cacuminal de las dunas primarias que se hallan en
Verdicio, existen unas comunidades, que pensamos deban incluir­
se en el Festuco-Crucianelletum dado por R. A l v a r e z D ía z para
las costas gallegas (26). Nuestras dunas aún en estado joven al­
bergan no muchas menos especies características de dicha aso­
ciación, que las de la vecina costa gallega, aunque se nos presenta
mas pobre y en estado incipiente.
Los montículos arenosos de origen eólico ya fijados —dunas
secundarias— en Verdicio, están muy degradadas por la acción antropoógena; en ellos se asiente la «Ciudad residencial Los Cuetos»,
pero aún se puede detectar dos pisos de vegetación: un piso basal
de Euphorbio-Ammophiletum arenariae que sustituye al Euphorbio-Agropyretum juncei y un segundo estrato con especies de
Festuco-Crucianelletum.
Tanto en una como en otra asociación, encuentran sus habitats
algunas especies propias de dunas fijas (cf. 25) tales como:
Catapodium rigidum (L.) Hubbard.
Anthyllis vulneraria L. subsp. ibérica (W. Becker) Jalas (no ex­
clusiva).
Carex arenaria Lin.
Vulpia bromoides (L.) Gray.
En la base de las dunas donde aún no llega la salpicadura del
oleaje v donde la influencia del hombre como destructor de la bios­
fera se hace más acusada se instalan especies incluibles en el orden
Cakiletalia Tx ap. Oberd. 1949 (subclase Cakiletea maritimae Tx. &
Prsg. 1950, clase Rudero-Secalietea Br. Bl. 1936). Entre ellas cabe
señalar:
Cakile marítima Scop.
Glaucium flavum Crantz.
Matricaria inodora L. subsp. marítima L.
Polygonum maritimum L.
Las ideas expuestas anteriormente, las esquematizamos en el
diagrama adjunto.
Los cañaverales lacustres, muv pobres en número de especies,
que se encuentran en las orillas del tramo final del arroyuelo que
desemboca en la playa de Verdicio, donde se mezclan las aguas dul­
ces con las procedentes de la subida de la marea; así como los
que se encuentran su habitats en el arroyo de Vioño, bajo el
puente de la carretera Cabo Peñas-Avilés, los incuimos en la alian(26)
Trabj. Comp. de B iolg. (2) pp. 54-55, 1972.
— 106 —
CUADRO
N2 2
C lase
P h r a g m i t e t e a Tx . et P r s g . 1.9 4 2
O rden
P h r a g m i t e t a l i a W. Koch 1.9 2 6 e m . P ig n atti 1 . 9 5 3 .
A l i a n z a P h r a g m i t i o n e u r o s i b i r i c u m (W. Koch, 1 .9 2 6 ) T x . et P r s g . 1 . 9 4 2
A s o c i a c i ó n S c i r p e t u m m a r i t i m i i e u r o s i b i r i c u m (W. C h r i s t i a n s e n , 1 . 9 3 4 ) T x .
(1. 937) 1. 954.
Altitud (m. )
50
E x p o s i c ió n
I n clin ació n (%)
C obertura
70
80
A r e a (m2)
20
20
N úm . de e s p e c i e s
10
16
N ú m . de orde n
1
E s p e c i e s c a r a c t e r í s t i c a s de a s o c i a c i ó n y a l i a n z a .
Scirp us m aritim u s L.
Ty ph a l a t i f o l i a L .
P h r a g m ite s com m unis Trin.
4. 3
3. 3
4. 3
4. 4
E s p e c i e s c a r a c t e r í s t i c a s de orden y c l a s e .
Lythrum s a lic a r ia L .
Mentha a q u a t i c a L .
Lycopus europaeus L.
A l i s m a plan tago L .
E quisetum p a lu stre L .
1. 1
4.. 1
i
1.2
1. 1
4. 1
2. 2
i
E sp e c ie s com pañeras.
A p ium n odiflorum (L . ) L a g .
S p a r g a n i u m n e g le c tu m B e e b y
D actylis g lo m erata L .
Ju n cu s acutus L.
F e s t u c a e l a t i o r s u b s p . a r u n d in a c e a Sc h re b .
C a r e x vu lp in a L .
C y p e r u s l o n g u s L . s u b s p . b ad iu s Desí'.
A lthaea officin alis L .
Ju n cu s glaucus E h m .
M yosotis s c o rp io id e s L .
S t e l l a r i a a l s i n e G r im m .
Polygonum h y d ro p ip e i- L .
K u m u l u s lupu lu s L .
Localidades.
lnv. 1 : D e s e m b o c a d u r a del a r r o y o de V e rd ic io .
Inv. 2 : A r r o y o do Viofio en l a s p r o x i m i d a d e s de O te ro.
4. 1
— 107 —
za Phragmition eurosibiricum (W. Koch. 1926) Tx. & Prsg. 1942.
Los inventarios de la tabla 2. pensamos que son incluibles en
la asociación Scirpetum maritimii eurosibiricum (W. Christiansen,
1934) Tx. (1937) 1954, los cuales son comparables a los dados por
B e l l o t para Galicia (27 y 28). Por otra parte cabe señalar que al
igual que sucede en algunas de las comunidades estudiadas por di­
cho autor, aquí también se incorpora el Phragmites communis
Trin. Nuestras comunidades no se dan puras, sino aue a ellas se
incorporan especies propias de otras unidades de Phragmitetalia
(Apium nodiflorum, Sparganium neglectum) y de Molinio-Arrhenatheretea principalmente.
Otros cañaverales habitan en orillas de arroyos donde no llegan
las aguas saladas, suelen ser mas ricos en especies y de menor
porte aue los de Phragmition eurosibiricum : estas comunidades
también se instalan en los charcos o pequeñas lagunas aue sur­
gen en los prados, como consecuencia de las abundantes lluvias
invernales o primaverales. Dichas agrupaciones vegetales aue lle­
van Nasturtium officinale R. Br. v Snarganium neglectum
Beebv, las llevamos a la alianza Svarganio-glycerion Br. Bl., et Siss.
apud Boer, 1942. Los inventarios del cuadro 3 pensamos que per­
tenecen a la asociación Oenanthetum croccatae Br. Bl., Berset et
Pinto, 1950. La umbelífera que le da nombre, en primavera invade
estas zonas excesivamente húmedas y es frecuente que se asocie al
Galium palustre L.
Llevan, al igual que en Galicia (29) un elevado número de espe­
cies propias de Molinio-Arrhenateretea. Debemos señalar que los
inventarios núms. 4, 5 y 6 aparece, como abundante, el Carex ri­
paria Curt., pero su presencia confiere un matiz especial a la aso­
ciación y tal vez pudiera tratarse de una nueva variante. R. T ü x e n
Í30) da en las Huelgas (Burgos) la asociación Cypero-Caricetum
^trubae y en ella incluye una subasociación con dicho Carex, pero
su subasociación pertenece a Magnocaricion elatae W. Koch. 1926,
por lo cual no es comparable a la nuestra.
En los bordes del arrovo de Barreo, así como en cunetas ex­
cesivamente húmedas, es frecuente encontrar:
(21)
An. Ins. B ot. A. J. C avan illes. X X II, pp. 66. 1964.
(28) A n. Ins. B ot. A. J. C avan illes. X X IV . pp. 106. 1966.
(29) Cf. (27) pp. 64-65.
(30) E urosibirisq u e ph an erogam en -gesellsch aften sp an ien s pp. 95. B ern.
32. 1958.
— 108 —
CUADRO
Ni
3.
■ . >
C la se
P h rag m itetea Tx. et P rg s . 1.942
O rden
P h rag m itetalia W. Kock 1. 926 em . P ig n atti 1. 953.
Alianza Sparganio-G lycerion B r. -B l. and Sissingh. apud. B oer 1,942
A sociación Oenantheturo cro c c a ta e B r. « B l., B e rse t et Pinto, 1.950.
A ltitud
-
-
Exposición
-
-
5
50
20
70
W
SE
10
90
100
20
C o b ertu ra
100
70
90
85
A rea (m2)
20
20
30
15
20
30
Núm . de e sp ec ie s
li>
14
17
15
15
22
1
2
3
4
5
6
1. 1
1.1
3. 1
3. 4
1. 1
1.2
4 .4
1. 1
4
5. 5
■2.3
Inclinación (ft)
Núm. de orden
10
E sp e c ie s c a ra c te r ís tic a s de alian za y asociación.
Oenanthe c ro c a ta L.
Galium p a lu stre L.
Sparganium neglectum Beeby
Apium nodiflorum ( L . ) Lag.
N astu rtiu m officinale R. B r.
2 .2
1
3. 3
E sp e c ie s c a ra c te r ís tic a s de c lase y orden.
I r is pseudacorus L.
Equisetum p a lu stre L.
M entha aquatica L.
S cirpus p a lu s tris L .
L ythrum s a lic a r ia L.
Lycopus europaeu s L.
1. 1
1 .2
1. 1
2.
2.
2.
3.
2
1
i
3
2. 2
2 .2
3. 3
2 .2
1. 1
3 .2
1. 1
1. 1
4
E sp e c ie s c om pañ eras p ro p ias de M o lin io -A rrh en ath eretea.
Lychnis flo s-cu c u li L.
S crophularia a u ric u la ta L.
Ranunculus rep e n s L.
Filipéndula u lm a ria ( L .) M axim .
Ajuga rep ta n s L.
B ellis pe ren n is L.
M yosotis sc o rp io id e s L.
C ardam ine p ra te n s is L.
Lotus uliginosus Schkuhr
T rifolium p rate n se L.
D actylis g lo m erata L.
Anthoxanthum odoratum L.
V eronica c h am aed ry s L.
Plantago lan ceo lata L.
T araxacum officinale W eber
C entaurea n ig ra L.
C r e p is tara x a cifo lia T h u illie r
Juncus silv a tic u s (Reicht) Vill.
Juncus conglom eratu s L.
C ynosurus c ris ta tu s L.
H olcus lan atu s L.
Poa triv ia lis L.
H ypericum te tra p te ru m F r ie s
4
4.1
1.2
4. 1
1. 3
4
4
1.1
1.1.
4. 1
2. 1
1.1
2. 2
2. 2
2. 1
1. 1
4
4
1.1
3 .3
2 .2
1.1
1. 1
1.1
1. 1
4. 1
1. 1
1.1
1; 2
1.1
3 .3
V arian te.
C a re x r ip a r ia C u rt.
4. 4.
3 .3
3 .3
.
.
O tra s com pañeras.
M entha suaveolens E hrh. en 1 : 4, en 2 : 1. 1, en 3 : 4; Salix fra g ilis L . en 1 : 2. 3; C a ly steg ia sepium (L. ) R. B r. su b sp . s e pium en 1 : 1. 1; F e stu c a arundinacea Schreb en 2 : 1.1; G eranium ro b ertian u m I,. en 4 : 4. 1; P te rid iu m aquilinum (L. ) Kuhn
en 5 : 4; C arex pendula Huds. en 5 : 1.2; A thryrium filix -fem in a ( L .) Roth. en 5 : 4; E upatorium cannabinuin L. en 5 : 4; Pul­
m onaria longifolia (B a s t.) Boreau en 5 : 4; Solanum d u lcam ara L. en 5 : 4; Ranunculus flam m ula L. en 6 : 1 .2 ; S te lla ria a ls ine G rim m . en 6 : 4; L y sim ach ia nem orum L. en 6 : 4; Convolvulus a rv e n s is L. en 6 : 4; L ythrum h y sso p ifo lia L. en 6 : 4
L ocalidades.
Inv.
Inv.
Inv.
Inv.
Inv.
Inv,
1. 2. 3. 4 .5. 6. -
M a rism a s de la playa de V erdicio.
Id.
id.
id.
Id.
id.
id.
P roxim id ad es a M oniello.
C ruce de la c a r r e te r a de V erdicio.
Borde del a rro y o de B a rre o ,
— 109 —
C TT A D K O ■ NO
C la s e
C r itln n o L im o n ie te a B r . - B l .
O rd en
C r ith n io L im o n ie ta lia M o l. 1 .9 3 4 .
A lia n z a
1 ,9 4 7
C r ith n iio n m a r it im a e P a v illa r d .
A s o c ia c i ó n
4
1. 9 2 8 .
C r ith m u m L im o n iu m o c c id e n t a lis P a v illa r d .
1 .9 2 8 .
A ltitu d
20
10
E x p o s ic ió n
NE
E
I n c lin a c ió n (%)
60
70
C o b e r tu r a
70
. 25
A rea
20
>20
N úm . de e s p e c ie s
18
14
1
2
N úm . de orden
r
E s p e c i e s c a r a c t e r í s t i c a s de a s o c i a c ió n y u n id a d e s s u p e r i o r e s .
C rith m u m m a r itim u m L .
L im o n iu m b in e r v o s u m (Cl. E . S m . ) S a lm o n (S t a tic e
o c c id e n t a li s L lo y d . )
P la n ta g o m a r it im a L .
A r m e r ia m a r it im a (M ille r ) W illd . s u b s p . m a r it im a
E u p h o r b ia p o r tlá n d ic a L .
S ile n e v u lg a r i s (M o e n c li) G a r c k e su b s p . m a r itim a
(W ith . ) A . and D . L ö v e
H eta v u lg a r i s L . s u b s p . m a r it im a (L . ) A r c a n g e li
C a u c u s c a r o ta L . s u b s p . g u m m ife r I lo o k e r
A sp a r a g u s o ff ic in a lis L .
B r a c h y p o d iu m p in n a tu m (L . ) P . B e a u v .
F e s t u c a d u m e to r u m L .
1. 1
4. 1
4. 4
3. 2
1. 1
1. 1
1. 1
i
2.
2.
1.
1.
2
2
1
1
1. 1
i
4. 2
3. 3
3. 3
1. 2
2. 2
3. 3
1. 1
1. 1
1. 1
i
4
E s p e c ie s c o m p a ñ e r a s .
P la n ta g o c o r o n o p u s L . s u b s p . e u c o r o n o p u s P il g e r
K o e l e r ia a l b e s c e n s D C .
A lliu m s p h a e r o c e p h a lu m L .
T h r in c ia h ir ta R o th .
H e lia n th e m u m c r o c e u m ( D e s f . ) P e r s .
A n a g a llis a r v e n s i s L .
A v e n a s u lc a t a G ay
B la c k s t o n ia p e r f o lia t a (L .) . H u d so n
P la n ta g o la n c e o la t a L .
L o c a lid a d e s .
Inv. 1 : A c a n t ila d o s d e l fa r o de San Juan de N ie v a .
In v. 2 ;
Id,
id .
id .
id .
i
1 .3
•* i
i
.
. 4
4
— 110 —
Apium nodiflorum (L.) Lag.
Verónica beccabunga L.
Nasturtium officinale R. Br. in Aitón,
especies propias de la asociación Helosciadium-Veronica beccabunga, Ges. (alianza Sparganio-Glycerion Br. Bl. et Siss. apud Boer,
1942), la cual si bien es abundante en nuestra zona, no la hemos in­
ventariado.
Las comunidades que habitan en los roquedos costeros a los
que aún llegan las salpicaduras del agua y muy azotadas por el
viento, las incluimos en la alianza Critmion marítimae Pavillard,
1928, propia de las costas atlánticas.
En los acantilados del Faro de San Juan de Nieva hemos to­
mado los inventarios del cuadro núm. 4, los cuales son compara­
bles a los realizados por P. A l l o r CtE (31) entre Biarritz y la ría de
Bilbao, y a los dados por E. G u in e a (32) para las costas santanderinas. Por ello pensamos que los nuestros deben llevarse a la aso­
ciación Crithmiim-Limonium occidentalis Pavillard, 1928. Crithmnm
maritimum L. y Limonium hinervosum (G. E. Sm.) Salmón, se en­
cuentran aquí asociados, así como en los acantilados de la playa
de Moniello (Punta de Moniello), donde les acompaña Inula crithmoides. L. y Asplenium marinum L.
En los acantilados al Este del Faro de Cabo de Peñas hemos
tomado el siguiente inventario:
Armería maritima (Miller) Willd.
2.3
Spergularia rupicola Lebel ex Le Julis
1.2
Asplenium marinum L.
+.2
Crithmum maritimum L.
1.1
Cochlearia danica L.
4-.2
Silene vulgaris Garck. subsp. maritima (With.) A. & D. Löve 1.1
Euphorbia portlandica L.
+
Angelica pachycarpa Lange
+.2
+
Daucus carota L. subsp. gummifer Hooker
Sedum anglicum Hudson
1.1
Sedum hirsutum All.
+.1
Anthyllis vulneraria L. subsp. ibérica Jalas.
+.2
Ulex europaeus L.
1.2
el cual creemos que debe incluirse en la asociación Armería maritima-Sperguiaría rupicola Br. Bl. & Tx. 1952, dada por dichos au(31)
(32)
B u ll. Soc. Bot. Fran. 88. pp. 304. 1941.
A ns. Ins. Bot. A, J. C avanilles. X I (I) pp. 558. 1953.
— 111 —
tores para los acantilados de las costas irlandesas (33) y confirma­
da por F. B e l l o t (34) para Galicia. La presencia de Armería marí­
tima y de Spergularia rupicola es lo que nos inclina a esta consi­
deración. Por otra parte estamos de acuerdo con F. B e l l o t , en
llevarla a la alianza Critmion maritimae Pavillard 1928 y no a la
Armerion maritimae Br. Bl. et De Leevw. 1936, pues ecológicamente
son comunidades muy distintas; mientras que la primera encuen­
tra su habitats en las rocas de la costa, sin embargo la segunda
forma parte de las praderas salinas.
Por otro lado, en nuestro inventario se encuentran especies ca­
racterísticas de Critmion maritimae tales como Asplenium maritinum, Crithmum maritimum y Cochlearia danica.
La vegetación arbolada de la zona, que en su climax responde­
ría a bosques pertenecientes a la alianza Quercion robori petraea
Br. Bl. 1932, y posiblemente a la asociación Blechno-Quercetum
roboris Oberd. et Tx. 1954 se encuentra muy empobrecida debido
a que estos bosques fueron sustituidos por plantaciones de Eucaliptus globosus Labill. y de Pinus pinaster Aitón subsp. atlantica
H. del Villar.
Entre estas formaciones se encuentran dispersas, pequeñas man­
chas de elementos propios del bosque climax, sin llegar a constituir
auténticas comunidades arbóreas pero que conservan algunos de
estos elementos, entre los que cabe señalar:
Quercus robur L., Pteridium aquilinum (L.) Kohh., Teucrium
scorodonia L., Lonicera periclymenum L., Hypericum pulchrum L.,
Pohpodium australe Fée., Carex vilulijera L., Castanea sativa Mi11er, Luz.ula sylvatica (Hiids.) Gaud., Jlex aauifolium L.. Viola reichembachiana Jordán ex Boreau, Stellaria holostea L., Euvhorbia
amygdaloides L., Oxalis acetosella L., Frangida alnus Miller, Blechnum spicant (L.) Roth., etc.
Es frecuente que estas formaciones se vean mezcladas con ele­
mentos propios de la Querco-Fagetea Br. Bl. & Vlieger, 1937; en­
tre ellos hemos anotado las siguientes: Corylus avellana L., Clematis vitalba L., Anemone nemorosa L., Aquilegia vulgaris L., Tamus
communis L., Prímula vulgaris Hudson, Lamium maculatum L.
Los matorrales, siempre acidófilos sobre areniscas, cuarcitas
y pizarras así como sobre suelos saturados de agua durante gran
parte del año y en muchos casos, rico en sales debido a su proxi(33)
(34)
G eobot. Inst. R übel. 25. pp. 280, 1952,
Cf. (28) pp. 51,
— 112 —
m id a d a l o c é a n o , s e e n c u e n t r a n c o n s t i t u i d o s f u n d a m e n t a l m e n t e p o r
Ulex europaeus L ., Daboecia cantabrica ( H u d s .) K o c h . y Agrostfs
setacea C u r t, e n t r e o t r a s , q u e c o r r e s p o n d e n a l a s e t a p a s d e s u s ­
t it u c ió n d e l Quercion robori petrae. E s t i m a m o s , s e g ú n l o s d a t o s
r e c o g i d o s en el c u a d r o n ú m . 5, q u e d ic h a s c o m u n id a d e s p u e d e n
in c l u i r s e e n la a s o c i a c ió n Daboecio-Ulicetum europaeae B r . B l. 1967
(35) c o n s i d e r a n d o q u e d ic h a s a s o c i a c ió n f u é e s t a b l e c i d a p a r a e l
P a ís V a s c o , c u y a s c o m u n id a d e s v e g e t a le s g u a r d a n a f i n i d a d e s c o n
(36) y
(37) v e m o s q u e e x is t e n c i e r t a s a n a l o g í a s c o n la a s o ­
Uliceto-Halimietum occidentalis ( B e l l o t , 1949) T x . 1954, e s ­
la s n u e s tr a s . N o o b sta n te re v isa n d o lo s t r a b a jo s d e B e ll o t
C a s t r o v ie jo
c ia c i ó n
t a b l e c i d a p a r a l a s r e g io n e s g a l l e g a s , p e r o s in e m b a r g o l a s c a r a c t e ­
r í s t i c a s d e n u e s t r o s m a t o r r a l e s n o s m a r c a n u n a m a y o r o c e a n id a d
Halimium alyssoid.es, Genista triaccanthos y Adenocarpus complicatus, e n t r e o t r o s .
Si bien concordamos con Braun Blanquet en llevar estos mato­
rrales a la asociación Daboecio-Ulicetum europaeae, pensamos que
no debe llevarse al Erición umbellatae Br. Bl'.. P. Silva Rozeira &
Fontes, 1953, que incluye a los brezales mas continentales del N. y
NW. de Portugal, sino a la alianza Uticion nanae Duvigneaud, 1944,
que abarca a los brezales mas atlánticos.
En estos matorrales, casi siempre se encuentran especies pro­
pias de la Quercetea ilicis Br. Bl., 1936, entre los que destacamos:
Rubia peregrina y Smilax aspera.
La fuerte acción antropozoógena determina en esta zona, unas
comunidades vegetales cuya vida está supeditada a la riqueza de
compuestos nitrogenados solubles, resultantes de la descomposi­
ción de la materia orgánica en el suelo que les sirve de sonorte.
Siguiendo el criterio de R iv a s G oday (38) incluimos estas forma­
ciones en la clace (grex) Pndero-Secnlietea (s. 1.) (Br. Bl 't 1936
(-Rudereto-Secalinetea Br. Bl. 1936). En los campos de cultivo de
la explanada del Faro de Cabo de Peñas, hemos anotado a lo
largo del año las siguientes malas hierbas:
Stellaria holostea L.
Anagallis arvensis L.
Kickxia elatine (L.) Dumort.
q u e e x c lu y e la p r e s e n c ia d e
(35)
(36)
(37)
(38)
V eg eta tio vol. X IV fase. 1-4. pp. 74. 1967.
Cf. (28).
A nal. Inst. Bot. A. J. C avanilles. 30 pp. 197-213. 1973.
A nal. Inst. Bot. A. J. C avanilles. 13. pp. 355. 1955.
—■•M3 —
C \\ A P R O
Clase
N8
5
Caliuno-lUicetea B r. Bl. ¿ R. Tx. 1. 943 ( * Nardo-Callunetea Preisg . 1. 949)
Orden Calluno-U licetalia (Quantin 1.933) Tx. 1.937 ( * E rico-U licetalia Br. B l., Pinto da Silva, Rozeira, 1.964)
Alianza Ulicion Nanae Duvigneaud 1.944.
Asociación Üaboecio-Ulicetum europaeae Br. - Bl. 1.96?.
80
70
eo
100
Exposición
E
N
-
-
Inclinación (%)
5
15
-
*
Cobertura
95
85
80
70
Area
20
20
20
20
Núm. de especies
21
14
Ti
22
.1
2
.3
4
4.1
l.í
2.2
Í.1
1.2
3.3.
2.3
2.2
4.2
2.2
4.
1.2
1.1
2.2
4.
1.
4
IA
4
Altitud
Núm. de orden
C a ra cte rístic a s de asociación.
Daboecia cantabrica (Huds.) Koch.
LJlex europaeus L.
Lithodora diffusa (Lag. ) Johns.
Laserpitium prutenicum L. subsp. doufourianum (Rouy and Caraus) Tutin
4.4
2.2
C a ra cte rístic a s de alianza.
S erratula tinctc ia L. subsp. seoanei (Wk. ) Lang.
A grostis setacea C urt.
Cirsium filipendulum Lange
Polygala serpyllifolia H oss.,
Symethis planifolia (Vand.) G. G.
4
4. 1
•
C a ra cte rístic a s de orden y clase.
Erica vagans L.
Calluna vulgaris (L. ) Hull.
Potentilla e recta (L. ) Rausch.
E rica cinerea L.
E rica c ilia ris L.
E rica m ackalana Bab.
Conopodíum m ajus (Gou&n) L oret.
Cuscuta epithymum (L . ) L
Polygala vulgaris L.
2.2
1.2
4.2
2.2
1.1
2.2
4. 1
2.2
1.2
4. 1
1.1
1.1
4.
2.
1.
1.
4.
4
4.
•
Com pañeras.
Rubia peregrina L.
Anthyllis vulneraria L.
Smilax aspera L.
Silene vulgaris (Moench) Garcke subsp. m aritim a (With) A. and D. Löve
Festuca dumetorum L.
Pteridium aquilinum (L .. ) Kuhn,
Lotus corniculatus L.
B eilis perennis L.
2. 2
4. 1
3.3
4. 1
2.2
1.1
4
1.
2.2
4
1. 1
1. 1
1. 1
4
4
Sisymbrium austriacum Jacq. subsp. contortum (Cav. ) Rouy. and Fouc. en 2 : 1.1; Beta vulgaris L. subsp. m aritim a (L. ) A rcan ­
geli en 1 : 1 .1 ; Dactylis glom erata L: en 1 : 1.1; Plantago lanceolata L. en 1 : 1. 1; Thalictrum minus !.. en 1 : 1 .1 ; Euphorbia hi berna L. en 1 : 4.1; Brachypodium pinnatum (L .) P. Beauv. en 2 : 4.2; Gallium mollugo L. -en 1 : 4 . 2; P ed icu laris sylvatica L. en
2 : 2.2; Euphorbia dulcís L. en 2 : 4; Viola reichem bachiana Jordan ex Boreau. en 2 : 4; N arcissu s Imlbocodium L. en 3 : 2.2; Sa*
lix repens L. en 3 : 2. 3; Tolpis barbata (L. ) Gaertn. en 4 : 4; Luzula cam pestris DC. en 3 : 4; Hieracium pülo«*Ua L. en 4 : 4. I;
Daucus carota L. en 3 : 4,1; Trifolium p ratense L. en 3 : 4; Carum verticillatum (L. ) Koch, en 4 : 4.*1; F ritilla ria pyrenaica L. wi
3 : 4; Scilla verna Huds. en 3 : 4.
Localidades.
Inv.
Inv.
Inv.
Inv.
1 : Explanada del faro de San Juan de Nieva.
2 : Zona entre Viodio y BaAugues.
3 : Explanada del Cabo de Penas.
4:
Id.
id.
id.
— 114 —
Bilderdykia convolvulus (L.) Dumort.
Polygonum aviculare L.
Vicia hirsuta (L.) S. F. Gray.
Misopates orontium (L.) Rafin.
las cuales son propias de la subclase Chenopodio-Stellarietea
( = Chenopodietea Br. Bl. 1952).
Chenopodium álbum L.
Capsella bursa-pastoris (L.) Medicus
Senecio vulgaris L.
Solanum nigrum L.
Geranium molle L.
pertenecientes al orden Chenopodietalia albi Tx. et Lohm. 1950.
Sonchus oleraceus L.
Verónica pérsica Poiret.
Geranium dissectum L.
Sonchus asper (L.) Hill.
Mercurialis annua L.
Chrysanthemum segetum L.
características de la alianza (Eu)Polygono-Chenopodion polysperni
W. Koch. 1926 em. Sissingh. 1946.
Erigeron canadense L., característica de la alianza Sisymbrion
officinalis Tx. Lohm. et Prsg. 1950, es muy frecuente en las escom­
breras y proximidades de viviendas de toda la zona. En las escom­
breras próximas a la playa de Moniello, así como a lo largo de la
carretera de Avilés al Cabo de Peñas, existen unas comunidades
incluíbles en distintas unidades de la subclase Artemisietea vulgaris
Tx. Lohm. et Prsg. 1950. De la misma, caben señalar las siguientes
especies herborizadas en las mencionadas zonas:
Picris hieracioides L.
Crepis taraxacifolia Thuillier.
Dipsacus silvestris Miller.
Malva sylvestris L.
Ballota nigra L.
Galium cruciata L.
Echium vulgare L.
Galactites tomentosa Moench.
Urtica dioica L.
En los bordes de caminos pisoteados, por la explanada de Pe­
ñas, y en las playas de Moniello y Llumere, son frecuentes:
Poa annua L.
Coronopus didymus (L.) Sm.
— 115 —
Lolium perenne L. propias cid orden Plantaginetalia maioris Tx.
(1947), 1950.
A pesar de que poseemos numerosos datos sobre comunidades
pascícolas de la zona, su estudio esperamos hacerlo mas detenida­
mente en otra ocasión debido a la complejidad que presentan y
por lo que son necesarios mas datos de los que tenemos recopila­
dos en este momento, para poder pronunciarse acerca de dichas
comunidades.
CATALOGO FLORISTICO
L.—Aerohalofita que se encuentra en las
fisuras de los acantilados al Este del Cabo de Peñas, en la asocia­
ción Armería maritima-Sperguiaría rupicola. En las rocas más
sombrías y desnudas, donde la salpicadura del oleaje se hace más
acusada, se encuentra por debajo de A. billotii F. W. Schultz y jun­
to con Adiantum capitlus-veneris L. En los acantilados de Punta
Moniello lo anotamos junto a Inula crithmoides L.
Otras citas asturianas de la especie son: Llanes (P. y S. D u p o n t ,
M . R. L i t a r d i e r e ), Gijón ( D u r i e u ), Candás ( L a za r o ), Avilés (L. P.
M i n g u e z ; C h e r m e z o n ), Luarca ( L . P. M i n g u e z ).
A.
billotii se ha mencionado en el litoral: L a in z y cois, en Gijón
(Musel) y L a Franca (Ribadeba), R. M. L it a r d ie r e lo hace en San
Esteban de Pravia; en el interior ya lo había anotado D u r i e u en el
desfiladero de Peñaflor (Grado) y en Cangas de Narcea.
A.
onopteris L. lo anotamos como nemoral en los residuos de
la climax del Quercion robori-petreae, entre Viodo y Bañuges, así
como Pteridium aquilinum (L.) Kuhn., Dryopteris borreri Newm.,
D. dilatata (Hoffm.) A. Gray. y Blechnum spicant (L.) Roth.
A.
adiantum-nigrum L., A. trichomanes L. subsp. trichomanes,
Ceterach officinarum DC., son frecuentes en las fisuras de tapias
por las carreteras de la playa de Moniello y Llumeres. En Asplenietea rupestria.
Polystichum setiferum (Fórskal) Woynar, Osmunda regalis L.
y Athyrium filix-femina (L.) Roth. conviven bajo Alnus glutinosa
(L.) Gaertn., en el arroyo de Barreo.
Polypodium australe Fée., epifita sobre un tronco de castaño
en Otero. L a i n z la cita del Fito; R iv a s M a r t í n e z , I zco y C o s t a , en
el valle del Carzana hacia el río Trubia.
A s p l e n iu m
m a r in u m
— 116 —
Phyllitis scolopendrium (L.) Newm.—Bordes de acequias en las
proximidades de Otero y Bañugues.
Equisetum palustre L.—Frecuente en aguazales de toda la zona.
En comunidades de Phragmitetalia y Molinietalia.
En prados turbosos con influencia nitrófila es frecuente, en las
proximidades a la playa de Verdicio, E telmateia Ehrh., el cual se
conoce con idéntica ecología de Avilés ( C h e r m e z o n ). En Pola de
Lena y Oviedo lo citó L a G a s c a .
Salix repens L.—Abundante en los claros del matorral de Daboecio-Ulicetum que cubre la explanada del Faro del Cabo Peñas. Co­
nocida en las zonas de Gijón y Avilés.
S. f r a g i l i s L.—En lugares húmedos próximos a la playa de Ver­
dicio. De Querco-Fagetea. C o l m e ir o recoge una vaga cita de Astu­
rias (Q u e r ) y otra de Oviedo ( P a s t o r ).
P o p u l u s a l b a L.—En las proximidades del arroyo de la playa
de Verdicio. En esta localidad también anotamos P. nigra L.
J u g l a n s r e g i a L.— Cultivada en San Jorge de la Manzaneda.
C o r y l u s a v e l l a n a L.—Bosquecillo próximo al arroyo de Barreo.
De Fagion.
Q u e r c u s i l e x L.— Hemos observado ejemplares aislados a lo lar­
go de la carretera de Avilés a Bañugues, en las proximidades del
cruce con la del Faro de San Juan de Nieva. Característica de Quercion euilicis.
El Q. robur L. s. 1., abunda en bosques mixtos junto con Castanea sativa Miller.
U l m u s g l a b r a Huds. ( U. montana With.; U. scabra Miller). —
Proximidades al faro de San Juan de Nieva.
H u m u l u s l u p u l u s L.—En Otero y en las proximidades de Ba­
ñugues. De Oviedo lo mencionan L. P. M i n g u e z y L a G a s c a , en
Caldas de Oviedo lo hace S a l c e d o . Desconocemos citas del litoral.
U r t ic a d u b ia Fórskal ( U. caudata Vahl. non Burmfil., U. membrañacea Poiret).—Confirmamos la cita de L a in z (Aportaciones...,
III, 1959) de las cuarcitas de la base del Cabo de Peñas. Se sitúa
en los bordes de las comunidades de Daboecio-Ulicetum, en zonas
de influencias antropógenas. La U. dioica L. abunda en lugares ruderales por toda la zona, preferentemente en comunidades de Arction.
P a r ie t a r ia d i f f u s a Mert. and Koch., es frecuente en las fisuras
de muros, por toda la zona, en comunidades de Parietarietalia muralis.
— 117 —
Osyris a l b a L.—Proximidades al faro de San Juan de Nieva. De
Asturias conocemos las citas de Durieu (Peñallor e inmediaciones
de Cangas de Narcea) y L. P. Minguez (Peñas de Olloniego). Des­
conocemos citas del litoral.
P o l y g o n u m m a r it im u m L.—Preferentemente en comunidades de
Cakiletea en las dunas de la playa de Verdicio. G u in e a en la Geogr.
Bot., da esta especie como ampliamente diseminada en el litoral
santanderino. No obstante, de Asturias sólo conocemos una cita
concreta, la dada por C h er m ez o n en la ensenada de Linares (Avi­
lés), pues si bien c o l m e ir o recoge las citas de D u r ie u y L. P. m i n ­
g u e z , lo hace muy vagamente: Asturias.
En la margen derecha de la ría de Avilés herborizamos P. aviculare L. y P. persicaria L. La primera es característica de Poligonion aviculare, la segunda tiene preierencia por las comunidaues
de Bidention tnpartitae, lo mismo que P. hydropiper L. el cual
abunda en las cercanías de Otero.
B il d e r d y k ia c o n v o l v u l u s (L.) Dumort. (Polygonum convolvulus
L.).—Como ruderai por Otero y como mala hierba de los cultivos
en la zona de la playa de Verdicio. Con idéntica ecología la señala
C h e r m e z o n en Avilés. C o l m e ir o recoge una cita de L. P. M in g u e z
(Oviedo).
R u m e x c r i s p u s L.—Proximidades a la carretera de la playa de
Moniello, en comunidades de Agropyro-Rumicion crispí. Una vaga
mención provincial existe en el C o l m e ir o : Asturias (L. P. M i n g u e z J.
Por estos mismos parajes herborizamos R. pulcher L ., la cual
ya era conocida en el litoral, dado que C h er m ez o n la menciona en
bordes de camino por Avilés.
R. acetosa y R. acetoseLLa L., son frecuentes pero no muy abun­
dantes en la zona, preferentemente en Arrhenatneretalia.
B e t a v u l g a r i s L. subsp. m a r ít im a (L.) Arcangeli {£. marítima
L., B. perenms (L.) FreynJ.—Herborizada en los acantilados de la
playa de Verdicio y en los del taro de San Juan de Nieva, en co­
munidades de Crithmion maritimae.
Consultada la bibliografía, no encontramos ninguna mención de
esta especie en el litoral asturiano. G u in e a en su Geogr. Bot. la da
en los acantilados de Galizano y en todo el litoral, como no muy
frecuente. M e r in o la nombra como abundante en las rocas coste­
ras de Galicia.
Pensamos que el área de esta especie, en Asturias, ha de exten­
derse por todo el litoral, ya que su existencia en las cotas gallegas
y santanderinas lo hace presuponer.
— 118 —
A t r i p l e x h a s t a t a L.—Acantilados del faro de San Juan de Nieva,
escombreras próximas a Otero. C h er m ez o n la da vagamente, sin
precisar localidad, de Asturias.
C h e n o p o d iu m á l b u m L. subsp. álbum, juntamente con la anterior
en el faro de San Juan de Nieva, en comunidades de Chenopodietea. Conocida también en el litoral como en el interior de la pro­
vincia.
S i l e n e l a e t a ( A itó n ) G o d r o n ( Eudianthe laeta ( A it ó n ) W illk ,
S . loiseleurii G o d r o n ) .— C o m o m a la h i e r b a d e l o s c a m p o s d e c u lt iv o
q u e h a y e n l a s e x p l a n a d a s d e l f a r o d e l C a b o d e P e ñ a s . C o l m e ir o y
G u in e a ( G e o g r . B o t . d e S a n t a n d e r ) r e c o g e n c i t a s d e A s t u r i a s : c e r ­
c a n í a s d e O v ie d o y G r a d o ( D u r i e u ). S in d u d a a l g u n a , n u e s t r a c i t a
e s l a m á s o c e á n ic a .
S. a l b a (Miller) E. H. L. Krause ( Melandrium álbum (Miller)
Garckel).—En los acantilados de Punta Moniello y en los del faro
de San Juan de Nieva.
S. n u t a n s L.—A b u n d a en l a z o n a p r e f e r e n t e m e n t e e n c o m u n id a ­
d e s d e Trifolio-Geranietea.
S. v u l g a r i s (Moench) Garcke subsp. m a r ít im a (With) A. and
Lóve.—Es frecuente a lo largo de los roquedos marítimos de toda
la zona en comunidades de Crithmion maritimae. Es conocido de
Gijón, Avilés y Luarca.
S a p o n a r ia o f f i c i n a l i s L.—Proximidades al faro de San Juan de
Nieva.
L y c h n is
des de
f l o s -c u c u l i
L .— M u y fr e c u e n t e e n la z o n a e n c o m u n id a
Molinietalia.
d i f f u s u m Pers. subsp. diffusum (C. tedrandrum Cur­
tís nim. illegit., C. atrovirens Bab.).—En la base de los acantilados
de San Juan de Nieva adonde aún llegan las salpicaduras del agua
salada, en comunidades de Crithmion maritimae. D e la costa gijonesa lo había citado D u r i e u .
Frecuente como ruderal en la zona C. glomeratum Thuill.
S t e l l a r i a g r a m ín e a L.—Común en la zona.
S . holostea L .— F r e c u e n t e e n c o m u n id a d e s d e Querco-Fagetea.
S. alsine Grimm.—Bordes del arroyo de Barreo. Característica
de Cardamino-Montion.
S. media (L.) Vill.—En comunidades de Chenopodietea por toda
la zona estudiada.
A r e n a r ia s e r p y l l i f o l i a L.—Arenales de la playa de Aguilera,
junto con Aphanes arvensis L. y Torilis nodosa (L.) Gaertner. Pen­
sábamos que podría tratarse de la var. macrocarpa Lloyd. por ser
C e r a st iu m
— 119 —
e s ta p r o p ia d e lo s a r e n a le s m a r ítim o s , p e ro e s tu d ia d o s s u s p e d i­
c e lo s y f r u t o s , h e m o s d e s c a r t a d o e s t a p o s i b il id a d .
Las citas que conocemos son todas muy alejadas de la costa y
en su mayoría montanas.
A r e n a r ia m o n t a n a L. subsp. m o n ta n a .— En matorrales al este
del faro del Cabo de Peñas. Común en Asturias.
S a g in a p r o c u m b e n s L.—Explanada del Cabo de Peñas en comu­
nidades de Polygonion avicularis.
S p e r g u l a r ia r u p ic o l a L e b e l e x L e J u l i s ( S . lebeliana R o u y ) .—
F r e c u e n t e a lo l a r g o d e l o s a c a n t i l a d o s d e t o d a l a z o n a . C h e r m e z o n
l a c i t a d e S a l i n a s , A r n a o y L in a r e s (A v ilé s). C a r a c t e r í s t i c a d e l a c o ­
Armería marítima-S perguiaría rupicola.
a r v e n s i s L.— En campos de cultivo próximos al faro
del Cabo de Peñas. Muy citada en la provincia.
H o n k e n y a p e p l o i d e s (L.) Ehrh.— En comunidades de Euphorbieto-Agropyretum juncei en la playa de Verdicio. Conocida de Sali­
nas, San Juan de Nieva ( C h e r m e z o n ) y Gijón ( D u r ie u y B o u r g e a u ).
P o l y c a r p o n t e t r a p h y l l u m (L.) L.— Como ruderal en la explana­
da del Cabo de Peñas y en los arenales de la playa de Verdicio.
Conocida tanto en la costa como en el interior asturiano.
m u n id a d
S perg ula
R a n u n cu lu s
a c r is
L. su b sp .
f r ie sia n u s
(Jo rd á n ) R ouy an d Fouc.
— B o r d e s d e l a r r o y o d e V io ñ o — e n el c r u c e d e e s t e c o n l a c a r r e ­
t e r a A v ilé s - L u a n c o — , j u n t o c o n
crocata
Equisetum palustre
L. y
Oenanthe
L . E l t i p o s e e n c u e n t r a a m p lia m e n t e c it a d o e n l o s m o n t e s
c a n t á b r i c o s , n o lo e s a s í l a s u b e s p e c ie , a u n q u e c o n s i d e r a m o s q u e
m u c h a s c i t a s d e b e n d e l le v a r s e a é s t a , y a q u e a lo l a r g o d e n u e s t r a s
h e r b o r iz a c io n e s lo h e m o s v i s t o e n P e ñ e r u d e s , b a ja n d o d e l a M o s ta y a l, y p o r o t r a p a r t e G . M a r t ín e z , n o s c o n f i r m a v e r b a l m e n t e e s t a
s u p o s i c i ó n , p u e s e n s u M e m o r ia D o c t o r a l — e n p r e n s a — lo d a c o ­
m o f r e c u e n t e e n l a z o n a d e l P u e r t o d e V e n ta n a .
R. m u r ic a t u s L.— En la desembocadura del arroyo de Heres
— playa de Bañugues— en zonas de influencia antropógena. D u r ie u
la cita en la playa de Gijón, L. P . M in g u e z , de La Corredoria (Lugones, Oviedo); una vaga mención de P a s t o r también aparece en
la obra de C o l m e ir o .
R. f ic a r ia L.— En las proximidades de Bañugues; prados húme­
dos al este del faro del Cabo de Peñas. De Querco-Fagetea.
R. f l a m m u l a L. junto a R. repens L., en comunidades de IsoetoNanojuncetea sobre los bordes del arroyuelo de Barreo.
R. p a r v if l o r u s L.— Como mala hierba en los cultivos de la ex­
planada del Cabo de Peñas. D u r i e u la herborizó en Gijón, L. P. M i n -
— 12Ó —
en los alrededores de Oviedo, B o u r g e a u en Brañas de Arriba.
n e m o r o sa L.—Como nemoral en los eucaliptares de la
zona. Característica de Fagetalia. No conocemos citas en las pro­
ximidades del litoral asturiano. Sin embargo, es frecuente a mayo­
res altitudes.
Aquilegia vulgaris L.—Praderas por toda la zona. De QuercoFage tea.
C l e m a t i s v it a l b a L.—Formando parte del matorral en los bor­
des de caminos por toda la zona, preferentemente en Prunetália.
T h a l ic t r u m m i n u s L.—En el Daboecio-Ulicetum europeae que
cubre la explanada del faro de San Juan de Nieva. Común en los
montes cántabros, no lo es así de las proximidades del mar, de
donde no aparece cita alguna en la bibliografía consultada. C h e r ­
m e z o n no la cita de la zona de Avilés.
L a u r u s n o b i l i s L . —Bosques entre Viodo y Bañugues, zona de
Moniello, margen derecha de la ría de Avilés. Conocida en la pro­
vincia.
G l a u c iu m f l a v u m Crantz.—Dunas Verdicio, en Cakiletalia. Fre­
cuente en la costa asturiana.
P a p a v e r r h o e a s L.—Bordes de caminos en la margen derecha
de la ría de Avilés y entre esta localidad y Bañugues. Característi­
ca de Secaletea.
C h e l id o n iu m m a ju s L.—Frecuente en las mismas localidades que
la anterior. En comunidades de Arction.
F u m a r ia c a p r e o l a t a L.—Prados próximos al mar en las inme­
diaciones de la playa de Verdicio. Con ecología similar la señalan
C h e r m e z o n en Linares y G u in e a en Villaviciosa.
F.
officinalis L.—Viaria frecuente en toda la zona. De las cer­
canías de Oviedo la señala P a s t o r , según las citas recogidas por
guez
A n em o ne
C o l m e ir o .
(L.) Desv. ( Lepidium draba L.).—Cercanías de la
ciudad residencial Los Cuetos (Verdicio). Característica de Chenopodietea. La única cita provincial que conocemos es la dada por
C h e r m e z o n de Avilés.
Diplotaxis muralis (L.) DC.—Prados cercanos a la playa de M o ­
niello. G u in e a la señala de El Sardinero (Santander). C o l m e ir o re­
coge una vaga mención de L. P. M i n g u e z : Asturias.
Brassica oleracea L. var. silvestris L.—Acantilados del Cabo de
Peñas en comunidades de Crithmo-Limonietea, aquí la había seña­
lado G u i n e a . D u p o n t la considera común en el litoral vasco-astu­
C a r d a r ía
ria n o .
d ra ba
121 —
B. n ig r a (L.) Koch.—Como ruderal por Otero junto a Coronopus didymus (L.) Sm. En los bordes de sendas por el faro de San
Juan de Nieva, anotamos las siguientes Cruciferae, todas ellas de
comportamiento nitrófilo: Hirschfeldia incana (L) Lagréze-Fossat.,
Sisymbrium austriacum Jacq. subsp. contortum (Cav.) Rouy and
Fouc. y Capsella bursa-pastoris (L.) Medicus.
L o b u l a r ia m a r ít im a (L.) Desv. ( Koniga marítima (L.) R. Br.,
Alyssum maritimum (L.) Lamk).—Asilvestrada en la margen dere1cha de la ría de Avilés. C h e r m e z o n la da en Salinas y Avilés.
En la localidad anterior anotamos Cardamine hirsuta L.
C. pratensis L.—Es común en toda la zona en comunidades de
Molinietalia.
C a k t l e m a r ít im a Scop.—Base de las dunas de Verdicio. especie
de comportamiento nitrohalofito y característica de Cakiletea ma­
ritimae.
N a s t u r t i u m o f f i c i n a l e R. Br.— Abunda en el arroyo de Heres.
Característica de Sparganio-Glycerion.
R a p h a n u s r a p h a n is t r u m L. subsp. maritimus (Sm.) Thell—Fre­
cuente en las proximidades del litoral, penetra hasta San Jorge de
la Manzaneda. Suele comportarse como aerohalofita poco exigente.
C o c h l e a r ia d a n ic a L.—Rocas marítimas entre la plava de Verdi­
cio y la de Aguilera, con ecología similar en el Cabo de Peñas. Ca­
racterística de Crithmo-Limonietalia. Se conoce de Gijón ( D u r i e u ).
R e s e d a p h y t h e u m a L.—Taludes próximos a los faros de Peñas
V de San Juan de Nieva. En el litoral fué citada por L. P. M i n g u e z
en Luarca, del interior lo hizo el mismo autor en Santa María del
NTaranco (Oviedo).
S ed u m a n g l ic u m Huds.— Común en los acantilados del Cabo
de Peñas, playa de Llumeres y en los del faro de San Juan de
Nieva. Ampliamente citada en las zonas montañosas de la región.
En los acantilados del Cabo de Peñas herborizamos S. hirsutum
All. iunto con Umbilicus rupestris (Salisb.) Dandy, esta última es
también muy abundante en los acantilados de Punta de Moniello.
C h r y s o s p l e n iu m o p p o s i t i f o l i u m L.—Lugares rezumantes en los
alrededores de una fuentecilla por Otero. Característica de Cardaminión. Conocida en el interior de la provincia, pero no en la costa.
A p h a n e s a r v e n s i s L. (Alchemilla arvensis (L.) Scop.).—En los
arenales de la playa de Aguilera, junto con Arenaria serpyllifolia L.
v Torilis nodosa (L.) Gaertn. G u in e a en Geogr. Bot. de Santander,
la considera común, pero no frecuente en todo el Cantábrico. Dur if .u la cita en los alrededores de Cangas de Narcea, mientras que
— 122 —
recoge una vaga mención de L. P. M i n g u e z : Asturias.
No conocemos citas asturianas del litoral.
Entre Viodo y Bañugues hemos herborizado P o t e n t i l l a s t e r t l i s (L.) Garcke, P . reptans L. y P. erecta (L.) Ráuschel. Esta última
es muy frecuente en toda la zona. Todas han sido citadas reitera­
damente en la provincia.
S a n g u is o r b a m in o r Scop. subsp. m in o r ( Poterium sanguisorba
L.).— Prados cercanos a la playa de Verdicio.
F il i p é n d u l a u l m a r ia (L.) Maxim. ( Sviraea ulmaria L.).—Zonas
encharcadas próximas a las playas de Verdicio y Bañugues. Carac­
terística de Molinietalia.
R o s a s e m p e r v i r e n s L.—En setos por San Jorge de la Manzanedá
en Prunetalia. Vicioso en su monografía sobre el género Rosa, la
considera de la región mediterránea y del sector atlántico de la
Península Ibérica. C o l m e ir o no recoge ninguna cita asturiana de la
especie. C h e r m e z o n la da para los matorrales de la zona interior
de Avilés. En la localidad precedente anotamos Agrimonia eupatoria L. y Fragaria vesca L. la cual también es frecuente, pero no
abundante en otros puntos de la zona.
P r u n i js d o m e s t ic a L.—Como subespontáneo y cultivado en los
bordes de la carretera de la playa de Moniello, por San Jorge de la
Manzaneda y entre Viodo y Bañugues. En esta última localidad
abunda Crataegus monogyna Jacq.
C o l m e ir o
L athyrus
n is s o l ia
L .— P r o x im id a d e s a P u n t a d e M o n ie llo , d o n ­
pratensis
Arrhenatheretalia
d e se e n c o n tr a b a L.
L . T a m b ié n lo h e m o s h e r b o r i z a d o
en p r a d o s d e
p o r S a n M a r t ín d e P o d e s . C o l m e ir o
r e c o g e u n a c it a m u v v a g a — A s t u r ia s : L . P . M i n g u e z — ; G u in e a lo
h a c e d e C a n c ie n e s ( A s t u r i a s ) . L atnz d e C o m il l a s ( S a n t a n d e r ) .
M e d ic a g o
a r a b ic a
(L.)
H u d so n
(M. maculata
S i b t h ) . —F r e c u e n t e
en l o s p r a d o s p r ó x i m o s al m a r , a t r a v é s d e t o d a l a z o n a : M o n ie llo ,
A g u ile r a , e n el C a b o d e P e ñ a s iu n t o a
Lotus corniculatus L.
V aga­
m e n t e a p a r e c e c i t a d a d e A s t u r ia s e n la o b r a d e C o l m e ir o : A s t u r i a s
(L.
P . M i n g u e z ).
M. l t t t o r a l is Ronhde ex Lois var. i n e r m i s Morís.— Arenales de
la plava de Aguilera. En Ammophiletea. D u r i e u la citó de Gijón,
única cita asturiana que conocemos.
M . po lym o rph a L.—Prados próximos al mar en el Cabo de Peñas
y playa de Verdicio. De Gijón la menciona B o u r g e a u , de Asturias
sin matizar más, lo hace L. P. M in g u e z .
— 123 —
MeJ Ici
L.
«M w vDœ saeoiÎtlM anaaa
▲ Citas propias
% C i t a s J « divinos jo to r e s
’
— 124 —
M.
l u p u l in a
L.— D a d a s
s u s e s c a s a s e x ig e n c ia s e c o l ó g i c a s e s f r e ­
c u e n t e e n t o d a l a z o n a e s t u d ia d a , a s í c o m o
tiva el c u a l s e d á c o m o s u b e s p o n t á n e o .
M.
m a r in a
M. sativa L.
su b sp .
sa­
L .— H e r m o s o s e je m p l a r e s d e e s t e h a l o f i t o c a n o -to -
m e n t o s o t u v i m o s o c a s i ó n d e h e r b o r iz a r e n f l o r y p o s t e r i o r m e n t e e n
f r u t o e n l a s d u n a s m ó v ile s d e la p la y a d e V e r d ic io , d o n d e y a n o lle ­
g a n l a s s a l p i c a d u r a s d e l o l e a je . C a r a c t e r í s t i c a d e
Ammophiletea.
Su
c o m p o r t a m ie n t o f it o s o c i o l ó g ic o p u e d e v e r s e e n e l c u a d r o n ú m . 1.
A b u n d a en l a s c o s t a s m e d i t e r r á n e a s y e s m u c h o m á s r a r a e n l a s
a t l á n t i c a s . D u p o n t n i s i q u i e r a la m e n c io n a e n s u « F l o r e A t lá n t iq u e
E u r o p e e n n e » . L e r e s c h e v L e v ie r la o b s e r v a n e n l a s p r o x i m i d a d e s
d e l a b a h í a d e S a n t a n d e r . G u in e a ( G e o g r . B o t . d e S a n t a n d e r ) la
d a c o m o r a r a en el C a n t á b r ic o , sin p r e c i s a r l o c a l i d a d e s . E n V iz ­
c a y a v s u P a i s a j e V e je t a l la c it a d e L e q u e it io . M e r in o ( F l o r a d e
G a li c ia ) r e c o g e v a r i a s c i t a s d e l a c o s t a g a l l e g a d a d a s p o r él o p o r
o t r o s a u t o r e s . R . A l v a r e z D taz , p o r s u p a r t e , t a m b ié n lo h a c e d e
v a r ia s p la y a s g a lle g a s.
recoge menciones de casi todo el litoral mediterráneo,
de Galicia v de San Sebastián. V. y P. A l l o r g e la mencionan en las
dunas de la costa vasca.
De Asturias no conocemos ninguna cita, por lo que su presen­
cia en la plava de Verdicio supone un avance corológico en el co­
nocimiento del areal de esta psammofila.
S c o r p iu r u s m u r ic a t u s L.—Herborizado en las arenales de la
playa de Aguilera. En Gijón la citó D u r i e u , en Oviedo B o u r g e a u y
L. P. M i n g u e z .
O n o n is r e c l in a t a L.—Dunas de la playa de Verdicio. La única
localidad concreta que conocemos es el desfiladero de Peñaflor
( D u r i e u ); L. P. M i n g u e z la da de Asturias.
O. spinosa L. s. 1. es frecuente en lugares arenosos a través del
área estudiada.
Melilotus officinatis (L.) Pallas.—Como viaria es frecuente a fi­
nales de verano.
O r n it h o p u s p e r p u s i l l u s L. junto a O. compresus L. y O. pinnatus (Miller) Druce, en un talud entre Viodo y Bañugues. De la pri­
mera especie no conocemos citas provinciales concretas en las pro­
ximidades del litoral.
O. pinnatus, también lo hemos anotado en los acantilados si­
tuados al Este del faro del Cabo de Peñas.
T r i f o l i u m sq u a m o su m L. (T. maritimum Hudson).—Acantilados
del Cabo de Peñas y en los comprendidos entre las playas de VerC a s f .lt
as
— 125' —
dicio y Aguilera, junto con Anthyllis vulneraria L. subsp. ibérica
(W. Becker) Jalas, en comunidades de Crihtmion. En Cangas de
Narcea lo cita D u r i e u , en Arnao, C h er m ez o n .
En la explanada del faro del Cabo de Peñas herborizamos tam­
bién: T. angustifolium L., T. dubium Sibth., T. pratense L., T. repens L. Todos ellos muy conocidos en la región asturiana; por otra
parte estas dos últimas especies son muy frecuentes en toda la
zona.
En la última localidad a la que estamos haciendo alusión abun­
da Ulex europaeus L. parasitado por Cuscuta epithymum (L.) L. El
tojo se extiende prácticamente por toda la zona en comunidades de
Daboecio-Ulicetum a las que caracteriza.
En lugares pisoteados próximos a la playa de Verdicio, en co­
munidades de Plantaginetalia, anotamos Trifolium fragiferum L.
subsp. fragiferum. C o l m e ir o recoge una mención del interior, C h e r ­
m ez o n lo da en Avilés.
T. campestre Schreber es común entre Viodo y Bañugues. Ca­
racterística de Festuco-Brometea. Muy conocida en Asturias.
V i c i a l ú t e a L. subsp. l ú t e a .—La hemos herborizado en las si­
guientes localidades: prados en las proximidades a la playa de Moniello, valle al Este del faro del Cabo de Peñas y proximidades al
faro de San Juan de Nieva.
G u in e a (Estudio... de las vezas..., 1953) no señala localidad al­
guna de esta especie para la flora astur. L o sa y M o n t s e r r a t tam­
poco la señalan en los montes cántabros.
Pensamos que es escasa en las provincias norteñas, excepto en
Galicia, donde se ve más acusada la influencia mediterránea.
C o l m e ir o no recoge citas santanderinas ni tampoco asturianas,
aunque hace una vaga alusión al País Vasco.
Ninguno de los autores consultados la mencionan de Asturias,
por lo que creemos que nuestros hallazgos suponen un avance en
el conocimiento del área de la especie en cuestión.
V. h ir s u t a (L.) S. F. Gray ( Ervum hirsutum L.).—En Bañugues
V en San Jorge de la Manzaneda, en comunidades de Trifolio-Geranietea. En Grado v Cangas de Narcea ya estaba citada.
V. sativa L. y V. cracca L. son frecuentes en los alrededores de
Bañugues, V. sepium L. es común en toda la zona.
V. p u b e s c e n s (DC.) Link.—En diversos trabajos se recoge la an­
tigua mención hecha por D u r i e u en la Encañadas de Peñaflor (Gra­
do); M. L a in z la herborizó cerca del Eo, no lejos de Castropol
— 126 —
(Aport. al conocí, de la Flora Gallega VI). Nosotros la hemos obser­
vado en comunidades de Trifolio-Geranietea por Otero.
V. b it h y n ic a (L.) L.—No es raro en los prados cercanos a Punta
de Monieilo. C h er m ez o n la había señalado en San Miguel de Quiloño y en los matorrales de Avilés.
L o t u s u l i g i n o s u s Schkuhr.—Común en toda la zona. En Molinietalia.
O x a l i s a c e t o s e l l a L.—Lugares húmedos y sombríos próximos
al arroyo de Barreo. En comunidades de Fagetalia.
G e r a n iu m d i s s e c t u m L.—En comunidades de Arction por toda
la zona. Muy señalada en la provincia.
G.
r o b e r t t a n u m L.—También es muy frecuente en la zona que
nos atañe.
G.
m o l l e L.—Por toda la zona, preferentemente en Chenopodietalia.
E r o d iu m m o sc h a t u m (L.) L’Hér.—Ruderal v frecuente.
E. c ic u t a r iu m (L.) L’Hér.. s. 1.—Arenales de la playa de Verdicio.
Características de Polygono-Chenopodietalia.
T r o p a e o l u m m a ju s L.—Asilvestrada y cultivada en varios puntos
de la zona.
R a d io la l i n o i d e s Roth.—Explanada del Cabo de Peñas, al Este
del faro. Conocida en el litoral.
L in u m b i e n n e Miller.—Frecuente por toda la zona en comunida­
des de Arrhenatheretalici.
E u p h o r b ia p a l u s t r i s L . —Zonas turbosas en las proximidades
a la playa de Monieilo. De Arbas la mencionan L a G a s c a y S a l c e d o ,
de las zonas próximas al litoral asturiano no conocemos citas; en
el santanderino la señala G u in e a . En la misma localidad que la
anterior herborizamos E. Pilosa L . que ya era conocida en el li­
toral.
E. e x i g u a L . —En la misma localidad que las dos anteriores y
como ruderal. De Caldas de Oviedo la señala L a za r o , en Oviedo lo
hace L . P. M i n g u e z .
Con ecología similar anotamos E. peplus L. en Bañugues y Mercurialis annua L. en los campos de cultivo próximos al faro del
Cabo de Peñas.
E. p a r a l ia s L.—Psammofila frecuente en la banda litoral de la
provincia, que anotamos en la playa de Verdicio.
E. p o r t l a n d ic a L.—Es posiblemente la Euphorbiacea más abun­
dante en la zona siempre que la influencia marina sea acusada.
— 127 —
E. d u l c í s L.—Zona de Otero y Bañugues, donde convivía con
E. amygdaloides L. subsp. amigdaloides. Ambas especies son pro­
pias de Fagetalia.
E. h y b e r n a L.—Abunda en los claros de matorrales en las cer­
canías al faro de San Juan de Nieva.
E. p u b e s c e n s L. var. c a n t a b r ic a Sennen.—En aguazales origina­
dos en los claros del bosque próximo a la playa de Verdicio.
Especie fácilmente confundible con E. pilosa L. de la que difie­
re fundamentalmente por tener las semillas finamente puntuado
granuladas, así como por la tonalidad de la inflorescencia. Especie
de dispersión mediterránea que alcanza la costa santanderina —en
la playa de Treto (Santander) la herborizó el H no . E l i a s .
No conocemos mención alguna de esta especie en Asturias.
R u t a c h a l e p e n s i s L. ( R. bracteosa DC.).—Taludes próximos al
faro de San Juan de Nieva. G u in e a la considera frecuente en la
banda litoral, citando para Asturias las localidades de Colombres,
La Franca y Ribadesella.
P o l y g a l a s e r p y l l i f o l i a J. A. C. Hose.—En comunidades de Daboecio Ulicetum europeae en la explanada del Cabo de Peñas y en­
tre Viodo y Bañugues. P. vulgaris es común en toda la zona.
I l e x a q u if o l iu m L.— Entre Viodo y Bañugues, en comunidades
de Quercion roboris. Muy conocida en la provincia.
E u o n im u s e u r o p a e u s L.—Lugares húmedos y sombríos en las
proximidades de la playa de Verdicio. En Prunetalia. No conoce­
mos menciones del litoral astur.
F r a n g u l a a l m u s Miller.— Escasa en la explanada del faro del
Cabo de Peñas junto a Salix repens L. Citada del interior de la
provincia.
R h a m n u s a l a t e r n u s L.— Proximidades a Punta de Monieilo, Ba­
ñugues y taludes al Oeste del faro del Cabo de Peñas.
A l t h a e a o f f i c i n a l i s L.— Zonas húmedas en las cercanías de
Otero. En comunidades de Molinietalia. L. P. M in g u e z la mencionó
en Navia y en Oviedo.
M alva n e g l e c t a Wallr. (M. rotundifolia auct. plur., non L.) y
M. sylvestris L. son frecuentes en la zona. Preferentemente en co­
munidades de Aretion ambas especies son conocidas en la provincia.
T h y m e la e a c o r id if o l ia (Lam.) Eudl.— Explanada del Cabo de
Peñas, donde es escasa y penetra en las comunidades de DaboecioUlicetum europeae. Se ha señalado anteriormente en Asturias; del
litoral recogemos las siguientes citas: Villaviciosa ( G u i n e a ), Llanes, en la colina de Cué (P. D u p o n t ) y Gijón (L. P. M i n g u e z ).
— 128 —
H y p e r ic u m e l o d e s L.—Lugares encharcados, en los bordes del
arroyo de Barreo. En Molinietalia. Muy citada tanto en el litoral
como el interior de la provincia.
H.
h u m if u s u m L.—Viaria en lugares húmedos por Monieilo. En
la misma localidad anotamos H. perforatum L., el cual abunda en
toda la zona estudiada, así como H. pulchrum L.
En los bosques próximos a la playa de Verdicio herborizamos
H. tetrapterum Fries y H. androsaemum L.
V io l a r e ic h e m b a c h ia n a Jordán ex Boreau (V. sylvestris Lam.
proparte, V. sylvatica (Hartm.) Fries ex Hartm.).—Como nemoral
en el bosque de eucaliptus al Este del faro del Cabo de Peñas. Ca­
racterística de Querco-Fagetea. Especie muy conocida en el interior
de la provincia, pero no así en el litoral.
V. h ir t a L. subsp. h ir t a .—Muy común en la zona.
T u b e r a r ia g u t t a t a (L.) Fourr.—Cabo de Peñas. Ya citada de la
costa por C h e r m e z o n .
T a m a r ix g a l l i c a L. ( T a n g l i c a Webb).—Margen derecha de la
ría de Avilés y bordes de la carretera Avilés-Bañugues. Tal vez
como subespotánea. La única mención provincial que conocemos
es la de C h e rm e z o n (río Raíces, Avilés).
L y th r u m h y s s o p if o l ia L . —Frecuente por toda la zona en comu­
nidades de Isoeto-Nanojuncetea. En el arroyo de Barreo, junto con
L. junceum Banks et Soland.
L. s a l ic a r ia L. — También es abundante en comunidades de
Phragmitetalia.
C trcaea l u t e t ia n a L.—Bordes del arroyo de Heres en las pro
ximidades de su desembocadura. Conocida del litoral e interior de
la provincia.
E p il o b iu m t e t r a g o n u m L . s u b s p . lamyi (F. W. S c h u lt z ) N y m a n
(E. lamyi F. W. S c h u lt z ). E n t r e l a p la y a y la p u n t a d e M o n ie ilo
L a in z ( A p o r t a c i o n e s ..., VII, 1963), r e c o g e l a s m e n c io n e s d e F. W.
.
S ch ultz p a r a L u g o , la d e B
uch
en P o t e s y l a s p r o p i a s d e L a n t u e r t o
( S a n t i u r d e d e R e in o s a ) y M o n te C o r o n a , p r . C o m il l a s ( S a n t a n d e r ) .
D e s c o n o c e m o s c i t a s a s t u r i a n a s p a r a e s t a p la n t a .
E.
p a r v if l o r u m Schreber.—Zonas cenagosas en la playa de Ver­
dicio. C h e r m e z o n la cita en Avilés, V i c io s o en Los Beyos y en Pizales G u i n e a .
C o r n u s s a n g u ín e a L.—Frecuente entre Avilés y Bañugues. En
Prunetalia. Común en la provincia.
H e d e r á h e l i x L.—Común. Característica de Querco-Fagetea.
—
-129
-m a r r t S. rr\ u. s
0 t a. n-l h ll s
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—
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▲ Citas
propias
•
de ¿«versos a ut o r e s
Citas
¡aa-ck t|ca.T-pa. Lange
A-ncje l vca.
A C itas
propias
*
Je
C ita s
cliv>er$os
autores
Lk.
— 130 —
A n g é l i c a pa c h y c a r pa Lange.—Proximidades de la playa de Ba­
ñugues, taludes de la ensenada de Llumeres y acantilados del Cabo
de Peñas. D u p o n t supone que se trata de un endemismo lusogalaico. L a in z (Contrib... VI) la señala en el Cabo Vidio (pr. Oviñana,
Soto de Luiña, Cudillero). Nuestro hallazgo supone un avance corológico en el areal de esta especie hacia el Este.
O e n a n t h e c r o c a ta L.—Lugares encharcados por toda la zona es­
tudiada en comunidades de Oenanthetum crocatae. Del litoral ya
había sido señalada en Avilés por C h e r m e z o n .
H y d r o c o t y l e v u l g a r is L.—C o n f ir m a m o s l a c i t a d e G u i n e a . D e
l a m i s m a l o c a l i d a d n o s l a t r a j o l a D r a . R. M. S im o .
C r it h m u m m a r it im u m L.—Acantilados de toda la zona, en comu­
nidades de Crithmiom maritimae.
A n t h r i s c u s s y l v e s t r i s (L.) Hoffm. Explanada del Cabo de Pe­
ñas, en los claros del matorral. No conocemos citas del litoral astu
riano; en las zonas montanas frecuentemente señalado.
P i m p i n e l l a m a jo r (L.) Hudson (P. magna L.).—Bordes del arro­
yo de Heres en Bañugues, praderas de Arrhen-atherion en San Jor­
ge de la Manzaneda. Señalada en el interior, no conocemos citas del
litoral asturiano.
P. s a x íf r a g a L. Proximidades al faro de San Juan de Nieva en
comunidades de Trifolio-Geranietea. No conocemos citas concretas
del litoral, sí del interior de la provincia.
H e r a c l e u m sp h o n d y l iu m L. s. 1.—Proximidades a las playas de
Verdicio, Bañugues y Monieilo. Tampoco conocemos citas concre­
tas del litoral y sí del interior.
A p iu m n o d if l o r u m ( L .) L a g .— E n c o m u n id a d e s d e GlycerietoSparganium e n l o s b o r d e s d e l a r r o y o d e V e r d ic i o , B a r r e o , H e r e s ,
e tc . C h e r m e z o n l a s e ñ a la e n A v ilé s, D u r i e u e n C a n g a s d e N a r c e a ,
G u in e a d e P in z a le s .
subsp. doujourianum (Rouy and Camus) Tutin.—Explanada del Cabo de Peñas en Daboecio-Ulicetum
europeae. V. y P. A l l o r g e la consideran extendida por todo el sec­
tor ibero atlántico a bajas altitudes. Ya había sido señalada en el
litoral asturiano.
E r y n g iu m m a r it im u m L.—Playa de Verdicio en comunidades de
Elymetalia-arenariae. La Franca, Gijón, Linares, San Juan de Nie­
va son otras localidades asturianas donde había sido señalada.
D a u c u s ca ro ta L. subsp. g u m m if e r Hooker (D. gummifer
Lam.).—Acantilados y zonas próximas al mar por toda la zona.
L a s e r p it iu m
p r u t e n ic u m
L.
— 131 —
D. carota L. subsp. carota es muy frecuente en pastizales de Arrhenatherion preferentemente.
C a r u m v e r t i c i l l a t u m (L.) Koch.—Explanada del Cabo de Pe­
ñas, San Martín de Podes. Preferentemente en Molinietalia. Cono­
cida tanto en el litoral como en el interior de Asturias.
P h y s o s p e r m u m c o r n u b i e n s e (L.) (P. aquilegifolium DC.).— En
taludes que bordean a la ensenada de Llumeres.
S a n íc u l a e u r o p a e a L.—Especie característica de Querco-Fagetea que anotamos entre Viodo y Bañugues. En la Punta del Olivo
(Villaviciosa) la señalaron los D u p o n t . En el interior está más men­
cionada.
En bordes de caminos a través de la zona estudiada es frecuen­
te Foeniculum vulgare Miller.
C o n o p o d iu m m a ju s (Gouan) Lovet. (C . denudatum Koch.).— E x
planada del Cabo de Peñas. No conocemos citas del litoral asturia­
no; en el interior está citado con frecuencia.
T orilis arvensis (Hudson) Link subsp. neglecta (Schultes)
Thell. ( T. radiata Moench.)—Huy escasa en la zona, la hemos herbo­
rizado Unicamente en las proximidades de Otero. Poco señalada en
la provincia. Unicamente conocemos la cita ovetense de L. P. Minguez.
T . n o d o sa (L.) Gaertner.— Como ruderal en la explanada del Ca­
bo de Peñas y en los bordes de caminos en la playa de Aguilera.
Característica de Stellarieta mediae. En Gijón la señalan T u x e n y
O b e r d o r f e r . En las cercanías de Silla de Rey, Oviedo, lo hace L. P.
M in g u e z .
E r ic a m a c k a ia n a Bab. in Mackay.—Abunda junto con E. ciliaris
L., E. cinerea L., E. vagans L., Calluna vulgaris (L.) Hull y Daboecia
cantabrica (Hudson) C. Koch en comunidades de Daboecio-Ulicetum europeae en las explanadas del faro de San Juan de Nieva,
Cabo de Peña y Punta de Monieilo. Todas habían sido señaladas
con anterioridad por G u in e a en el Cabo de Peñas. Muy conocidas
en la provincia.
A n a g a l l i s t e n e l l a (L.) L.— Lugares turbosos en los bordes del
arroyo de Barreo y en la explanada del Cabo de Peñas. En Molinie­
talia .
A. a r v e n s i s L.—Es r u d e r a l y fr e c u e n t e p o r t o d a la z o n a .
L y s im a c h ia n em o r u m L .— Marismas de Verdicio. bordes del arro­
yo de Barreo. Como el resto de las Primulaceae que anotamos, está
muy señalada en toda la provincia.
— 132 —
P r ím u l a v e r i s L.—Entre el faro de San Juan de Nieva y el del
Cabo de Peñas.
P. v u l g a r i s Hudson.—Abunda en los bosques artificiales de to­
da la zona.
S a m o l u s v a l e r a n d i L.—Común en los aguazales de la zona, a
veces se comporta como nitrófila.
L im o n iu m b in e r v o s u m (G. E. S m ) S a l m ó n ( S t a t i c e o c c id e n t a
l i s L lo y d , S. dodartii G i r a r d ) .— I b e r o a t l á n t i c a c a r a c t e r í s t i c a d e l a
c o m u n id a d Crithmum-Limonium binervosum q u e s e e x t ie n d e a lo
l a r g o d e t o d a l a z o n a . Es c o n o c i d a d e A v ilé s ( C h e r m e z o n ) y d e L la n e s ( G a u s s e n y D u p o n t ).
(Miller) Willd.—Acantilados por toda la zona.
Característica de la comunidad Sperguiaría rupicola-Armeria ma­
ritima.
L ig u s t r u m v u l g a r e L . —Subespotánea y cultivada por San Jo r­
ge de la Manzaneda.
C e n t a u r iu m m a r it im u m (L.) Fritsch.—Explanada del Cabo de Pe­
ñas, unos 200 m. al Este del faro. Una cita bien concreta de Astu­
rias recoge C o l m e ir o : Alto de las Peñas de la costa de Luarca (L. P.
A r m e r ía
m a r it im a
M i n g u e z ).
C. e r y t h r a e a Rafm. subsp. e r y t h r a e a .—Es frecuente en nuestra
zona del mismo modo que Blackstonia perfoliata (L.) Hudson. En
la misma localidad asturiana que G u in e a (Georg. Bot. de Santan­
der) señala, herborizamos Gentiana pneumonante L.
C r u c ia n e l l a m a r it im a L.—C h er m ez o n la señaló por vez primera
en Asturias en las dunas de Salinas y San Juan de Nieva. Nosotros
la hemos visto abundante con la misma ecología en la playa de
Verdicio. En comunidades incluidas en Festuco-Crucianelletum.
S h e r a r d ia a r v e n s i s L.—En comunidades de Chenopodietea en
lugares próximos a las playas de Monieilo y Aguilera.
A s p e r u l a c y n a n c h ic a (Bauhin) L.—Explanada del faro de San
Juan de Nieva.
Galium cruciata L., G. aparine L., G. mollugo L., G. palustre L.,
G. verum L., G. vernum Scop y Rubia peregrina L., fueron también
anotadas en diversos puntos de la zona.
C a l y s t e g i a s o l d a n e l l a (L.) R. Br. ( Convulvulus solsanella L.).—
Dunas de la playa de Verdicio en comunidades de Elymetalia arena
riae. En Linares, Salinas y San Juan de Nieva la señala C h e r m e z o n .
C. s e p i u m (L.) R. Br. subsp. s e p i u m .—Bordes de la carretera de
la playa de Monieilo. Es muy conocida en la provincia, del mismo
— 133 —
modo que Convolvulus arvensis L., la cual es muy común en nues­
tra zona.
S y m p h y t u m t u b e r o s u m L.—Es frecuente en la zona como nemo­
ral.
B orago o f f i c i n a l i s L.—Subespontánea entre el Cabo de Peñas
y la playa de Verdicio.
L ithod ora d i f f u s a (Lag.) I. M. Jonhnston subsp. d í f f u s a .— E n
comunidades de Daboecio-ULicetum europeae, las cuales abundan
en la zona que nos atañe.
M y o s o t is n e m o r o s a tíesser.—Frecuente en toda la zona, preferen­
temente en Molinietalia.
Echium vulgare L.—Común en los acantilados de toda la zona.
En Crithmo-Limonietea.
P u l m o n a r ia l o n g if o l ia (Bast.) Boreau.—Abunda en las proximi­
dades de Bañugues. La única cita concreta que conocemos de As­
turias es: alrededores de Oviedo (L. P. M i n g u e z ).
V e r b e n a o f f i c i n a l i s L.—Frecuente en la zona en comunidades
de Arction.
B a l l o t a n ig r a L. s . 1.—En las mismas comunidades que la an­
terior en la explanada del Cabo de Peñas.
S t a c h y s g e r m a n ic a L . —Bordes de caminos en las proximidades
de la playa de Monieilo. Conocido de Candás ( L a G a s c a ) y de las
cercanías de Oviedo ( L . P. M i n g u e z ).
S. arvensis (L.) L. y S. officinalis (L.) Trevisan, son frecuentes
en la zona. Conocidos en la provincia.
M e n t h a a q u a t ic a L., M. pulegium L. y M. suaveolens Ehrh.—Las
hemos anotado en los bordes de los arroyos de Bañugues, Verdicio,
Barreo y Heres. Preferentemente en Molinietalia.
L a m iu m m a c u l a t u m L . —Es abundante en la zona, en comunida­
des de Arction.
P r u n e l l a v u l g a r i s L.—Abundante en los prados de la zona. Ca­
racterística de Molinio-Arrhenatheretea junto con Glechoma hederacea L.
L y c o p u s e u r o p a e u s L . —Bordes de arroyo por Verdicio, Otero y
en el de Heres. De Phragmitetalia. De las cercanías de Oviedo la se­
ñaló L . P. M i n g u e z y de la zona de Avilés, C h e r m e z o n .
M e l i t t i s m e l i s s o p h y l l u m L.—Memoral por Vioño, junto con
Ajuga reptans L. y Teucrium scorodonia L.
S o l a n u m d u lc a m a r a L . —Frecuente en las alisedas de la zona.
S. n ig r u m L.—Abunda por toda el área estudiada en comunida­
des de Chenopodietea.
— 134 —
V er ba sc u m
s in u a t u m
L.—Como ruderal por Otero.
C h erm ezo n
la citó de Avilés.
V. t h a p s u s L.—Frecuente en la zona. Muy conocido en la provin­
cia.
S c r o p u l a r ia a u r ic u l a t a L.—Relativamente frecuente en comu­
nidades de Molinietalia.
S. sc o r o d o n ia L.—Es también común en Bañugues. Como ruderales en los cultivos próximos al faro del Cabo de Peñas, anotamos
las siguientes: Scrophulariaceae : Misopates orontium (L.) Rafin,
Kickxia elatine (L.) Dumort y Verónica arvensis L. Como nemorales
entre Viodo y Bañugues: Digitalis purpurea L., Verónica chamaedrys L., Linaria triornithophora (L.) Willd.
Entre Bañugues y Punta de Monieilo, observamos: Erinus alpinus L.
R h in a n t h u s a n g u s t i f o l i u s C. C. Gmelin.—Es abundante en pra­
dos de Arrhenatheretalia por toda la zona.
P e d i c u l a r i s s y l v a t ic a L. subsp. s y l v a t ic a .—Entre Viodo y Ba­
ñugues, proximidades a Punta Monieilo. Característica de Nardeta lia. En Asturias es conocida de las zonas montanas del interior.
P a r e n t u c e l l i a v is c o s a (L.) Carvel in Parí.—Margen derecha de
la ría de Avilés. Conocida en la provincia.
C y m b a l a r ia m u r a l is P. Gaertn., B. Meyer and Scherb subsp. m u r a l i s .—Tapias y muros viejos de los pueblos.
O r o ba n c h e m in o r Sm.—Sobre Trifolium pratense L. en pastiza­
les cercanos al mar entre las playas de Verdicio y Aguilera. D u r i e u
la señaló en Grado, C h er m ez o n en Avilés.
O.
h e d e r a e Duby.—Parásita a Hederá helix L. en las cercanías de
San Jorge de la Manzaneda.
P l a n t a g o m a r ít im a L.—Frecuente en todos los acantilados de la
zona que nos afecta. Característica de la comunidad Armería maritima-Plantago marítima. Comúnmente citada en la costa. En con­
diciones ecológicas afines y también abundante hemos anotado
P. coronopus subsp. eurocoronopus Pilger.
P. m a jo r L.—Abunda en comunidades de Plataginetea a las que
caracteriza.
P. m e d ia L.—Frecuente en la zona.
P. l a n c e o l a t a L.—En comunidades de Molinio-Arrhenatheretea
por toda la zona.
L o n ic e r a p e r ic l y m e n u m L ., igual que Sambucas nigra L ., abun­
dan en la zona. Frecuentes en la provincia.
— 135 —
K e n t r a n t h u s r u b e r (L.) DC.—A pesar de ser frecuente en la
provincia, quizá por esto haya sido poco señalada L. P . M i n g u e z lo
hace de Oviedo. Nosotros hemos observado dos fenotipos, uno de
flores rosas y otro de flores blancas, que viven en escombreras y
fisuras de tapias en los caminos que van desde la ría de Avilés
al foro de San Juan de Nieva y de este a Bañugues.
K . c a l c it r a p a (L.) DC.—Taludes que bordean a la playa de Llumeres.
V a l e r i a n e l l a l o c u s t a (L.) Betcke.—La anotamos en las proxi­
midades de la playa de Bañugues y en los taludes cercanos a la ría
de Avilés.
S u c c i s a p r a t e n s i s Moench.—Bordes del arroyo de Barreo. En
comunidades de Molinietalia.
D i p s a c u s s i l v e s t r i s Huds.—No es raro en los bordes de cami­
nos por toda la zona. Característica de Arction.
W a h l e n b e r g ia h e d e r a c e a e (L.) Rchb.—Frecuente en humedales
próximos al arroyo de Barreo.
C a m p a n u l a r a p u n c u l u s L. y Jasione montana L.—Explanada del
faro del Cabo de Peñas.
L o b e l ia u r e n s L . —Humedales por Otero.
S e n e c io s i l v a t i c u s L.—Minas cercanas a la playa de Llumeres.
En Cangas de Narcea la señaló D u r i e u . Pensamos que su área es
más amplia en la provincia.
S. f u c h s i i Gmelin.—Como nemoral por Otero. En Villafría y
Villademar la anotó La G a s c a ; en los alrededores de Oviedo L. P.
M in g u e z .
S. ja c o b a e a L. subsp. a q u a t ic u s Huds.—Cercanías de Bañugues en
Molinietalia.
S. v u l g a r i s L.—Frecuente como mala hierba de los cultivos. Ca­
racterística de Chenopodietea.
P u l ic a r ia odora (L.) Rchb.—Praderas al este del faro del Cabo
de Peñas. En la zona de Avilés la señaló chermezon.
P . d y s e n t e r ic a (L.) Bernh.—Común en la zona.
I n u l a c r it h m o id e s L.—Dunas de la playa de Verdicio, Punta de
Monieilo, Cabo de Peñas. En esta última localidad ya la había se­
ñalado L. P. M i n g u e z , de Avilés lo había hecho C h e r m e z o n .
C i r s i u m t u b e r o s u m All. subsp. filipendulum Lge.—Entre Viodo y Bañugues.
C. l a n c e o l a t u m (L.) Hill.—Cercanías de las playas de Verdicio y
Monieilo. Nos parece común en la provincia a pesar de las escasas
menciones que recoge la bibliografía consultada. De Santa Eula­
— 136 —
lia de Tineo la mencionó D u r ie u , única localidad concreta que co­
nocemos, pues L. P. M in g u e z la señala en Asturias sin especificar
localidades.
C. p a l u s t r e Scop.—Abunda en humedales por toda la zona. En
Molinietalia y Phragmitetalia.
T u s s i l a g o f a r f a r a L.—Zonas arcillosa y húmedas en las proxi­
midades del faro de San Juan de Nieva. De Arction.
E r ig e r o n c a n a d e n s is L.—Planta subcosmopolita de origen ame­
ricano que abunda como viaria por toda la zona en comunidades
de Chenopodietea.
E.
c r i s p u m Pourret.—En zonas arcillosas con carbonilla en la
margen derecha de la ría de Avilés. Introducida.
E u p a t o r iu m c a n n a b in u m L.—Otra viaria que abunda en la zona,
también en Chenopodietea.
M a t r ic a r ia ino do ra L. subsp. marítima L.—Conocemos dos citas
provinciales, una recogida por Colmeiro: cercanías de Gijón (L. P.
M i n g u e z ) y otra de M . Laínz (Cabo Vidio, CudilleroJ. Nosotros la
hemos herborizado en la playa de Verdicio y en las proximidades
del taro del Cabo de Peñas.
Al este del punto señalado, anotamos: Crepis virens L., Anthemis nobilis L., Achillea mille folium L., Bellis perennis L., Centau­
rea nigra L., Hypochoeris radicata L., Taraxacum officinale Webber.
En comunidades de Molinio-Arrhenatheretea. Como mala hierba
de cultivos también anotamos Chrysanthemum segetum L. en la
explanada del Cabo de Peñas.
C a r d u n c e l l u s m i t i s s i m u s D C . —Rara en la zona, solamente la
hemos hallado en el piso cacuminal de las dunas en la playa de
Verdicio. En Asturias no había sido señalada más que en localida­
des del interior: Pajares ( B o u r g e a u ), Marienchella* (L. P. M i n g u e z ).
En la costa santanderina había sido señalada por D u p o n t y G u i n e a .
T h r in c ia h ir t a Roth.—Acantilados en el faro de San Juan de
Nieva, Punta de Monieilo, Cabo Negro y dunas de Verdicio. Seña­
lada anteriormente en la costa.
T o l p i s b a r b a t a (L.) Gaertn.— Acantilados del Cabo de Peñas.
O b e r d o r f e r la dá en Ribadeo como diferencial de la asociación
(*) Suponem os, según in form es fa cilita d o s por
conocedores de su tierra, que lo s tan aludidos fu en te
de donde C olm eiro recoge m u ch as m en cion es de L.
al terreno de M arienchella (Parroquia de San P ed ro
algunos o v e te n se s m u y
y prado de M aricuchilla,
P. M i n g u e z , se refieren
de lo s A rcos, O viedo).
— 137 —
Tolvis barbata-Anthoxantum aristatum. Frecuentemente señalada
en la costa.
P a l l e n i s s p i n o s a (L.) Cass.—Como viaria en las proximidades
al faro de San Juan de Nieva. D u p o n t ya la había señalado en
Gijón.
S e r r a t u l a t in c t o r e a L. subsp. se o a n et Wk.—Abunda en la ex­
planada del Cabo de Peñas en comunidades de Daboecio-Ulicetum
europeae.
S o n c h u s o l e r a c e u s L. y S. asper (L.) Hill.—S o n b a s t a n t e f r e ­
c u e n t e s e n l a z o n a , p r e f e r e n t e m e n t e en Chenopodietalia.
P i c r i s e c h io t d e s L.—Como viaria relativamente común en co­
munidades de Arction. P. hieracioides L. es también frecuente en
toda la zona.
C r e p t s b u l b o s a (L.) Tausch. (AetheorrhÍ7a bulbosa Cass.).—Du­
nas de la plava de Verdicio. Característica de Ammophilon arundinaceae. Poco señalada en la provincia, sólo conocemos la mención
hecha por D u r i e u en Giión. Este mismo año hemos tenido ocasión
de observarla en las plavas de Villaviciosa v Navia, por lo aue no
dudamos en que se halle ampliamente extendida a lo largo de
nuestra costa.
C. t a r a x a c if o l t a Thuill.—Abunda en la zona con preferencia en
los prados abonados.
L a p sa n a c o m m u n is L . —San Jorge de la Manzaneda en comunida­
des de Arction. C h e r m e z o n la señaló en Avilés, L . P. M i n g u e z en las
cercanías de Oviedo.
G n a p h a lt u m l u t e o -a l b u m L.—Explanada del faro del Cabo de Pe­
ñas. En comunidades de Tsoeto-Nanoiuncetea en las aue se acusa
una pnran influencia nitrofila iunto con Cotula coronopifolia L.
Hieracium pilosella y Andryala integrifolia L. son frecuentes en
toda la zona.
C tcwortum t n t y b u s L.—Como viaria v snbespontánea en Viodo.
En Caldas de Oviedo la había señalado S a lg a d o .
G a t a c t i t e s t o m e n t o s a Moench.—Frecuente en lugares arenosos
en los aue existe influencia antropógena por la plava de Verdicio.
T r a g o p o g o n p o r r i f o l i u s L.—Viaria por Ambiedes. Vacamente
aparece mencionada en el C o lm et r o : Asturias ( P at .a u ): circuito de
Oviedo (?). De la zona de Riaño (León) la señaló L o sa E s p a ñ a .
O t h a n t h u s m a r t t im u s (L.) Sm. (Diotis marítima (L.) Sm., D. candisissima Desf.) Dunas de la playa de Verdicio. Característica te­
rritorial de Euphorbieto-Agropyretum juncei.
— 138 —
R c ic fia r d ia .
r P icrijium
J
i in j iia.r>a.
R o t fu.
ti-ncntaninm iDcsf-.)
llticus
axu-tus
A
C it»s
pépias
0
C 'tis
J « ¿W«'io$ » a t o r e s
— 139 —
G u in e a (Geogr., Bot. de Santander), dice «planta muy rara en
el litoral cantábrico, en el que sólo la he recogido en la playa de
Baquio».
L a in z la señala de la playa de Cóbreces (Santander), D u p o n t de
las dunas de Mogro (Santander).
La única localidad asturiana que conocemos es la playa de Navia, donde también la había señalado D u p o n t , cita que tuvimos oca­
sión de comprobar.
R e ic h a r d ia t i n g i t a n a Roth (P icridium tingitanum Desf.).—Este
bella compuesta de lígulas discoloras, bracteas del involucro con un
amplio margen escarioso y hojas pennatilobadas, tuvimos ocasión
de herborizaría con flores y frutos en las dunas fijas de la playa
de Verdicio en comunidades incluíbles en Festuco-Crucianeíletum.
Este taxon es típicamente mediterráneo. B e l l o t (1966), consi­
dera que, si bien en las playas gallegas existen muchas especies
mediterráneas algunas de ellas, como es el caso de la especie que
estamos considerando se encuentran en el límite de su área y
no llegan a Cantabria ni a las Vascongadas.
G u in e a no la señala en su catálogo de Vizcaya ni tampoco en
el de Santander.
M e r in o y R. A l v a r e z D ía z , entre otros, la señalan en las costas
gallegas.
No conocemos ninguna mención asturiana de esta especie.CHERm ez o n que estudió una zona próxima a la nuestra, no la menciona.
Suponemos que su areal es mal conocido y que ha de buscarse
en otras localidades.
Un gran avance corológico supone nuestro hallazgo.
T hypha l a t i f o l i a L.—Bordes de un arroyo por Otero. En Phragmition. Conocemos una sola mención provincial, la dada por S a l ­
gado de Caldas de Oviedo.
S p a r g a n iu m n e g l e c t u m Beeby.—Bordes del arroyo de Barreo;
proximidades a Otero, zonas encharcadas en los claros de los bos­
ques cercanos a la ciudad residencial «Los Cuetos». En Phragmitetaíia.
A g r o p y r u m r e p e n s P. B.—Muy escasa en los bordes de caminos
próximos a la playa de Verdicio. Conocida del litoral é interior.
A.
ju n c e u m (L.) P. B.—Abunda más que la especie anterior, pla­
yas de Bañugues y Verdicio en comunidades de Euphorbieto-Agropyretum juncei. Conocida del litoral
A g r o s t i s s e t a c e a Curt.—Zonas silíceas en los faros del Cabo de
Peñas, San Juan de Nieva, ensenada de Llumeres, etc., donde tie­
— 140» —
nen su asiento las comunidades de Daboecio-Ulicetum europeae.
No conocemos menciones para el litoral asturiano, lo mismo su­
cede con A. tennis Sibth aue abunda en la explanada del Cabo de
Peñas y si bien es conocida en el interior de la provincia, no lo
es así en el litoral.
A. s t o l o n if e r a L.—Bordes de caminos a la derecha de la ría de
Avilés en Chenopodietea. Conocida en el interior y en La Franca
( D u p o n t ).
A m m o p h ila a r e n a r ia (L.) Link.—Abunda en las dunas de tas nia­
ras de Verdicio y Aguilera en comunidades de Eunhorhieto-Ammonkiletum arenariae a las que caracteriza. C h e r m e z o n la había se­
ñalado en las plavas de la zona de Avilés.
A r r h e n a t h e r u m e l a t t ijs (L.) Beauv. ex J. and C. Presl.—Es abun­
dante en comunidades de Arrhenatherptalia, las cuales son frecuen­
tes por toda la zona. Anthoxantum odoratum L. acompaña en mu­
chas ocasiones a la especie anterior.
P h r a g m t t e s c o m m u n is Trin (Arundo phragmites L.).—Marismas
de la nlavp de Verdicio. bordes del arrovuelo de Heres. En comuni­
dades de Phrapmitetalia. En las marismas del río Raíces, había si­
do señalada por C h e r m e z o n .
A v en a fa t u a ' L.—Relativamente frecuente en comunidades de
Rudero-Secalietea. La única mención provincial concreta que cono­
cemos es la de L. P. M t n g u e z en los alrededores de Oviedo.
La A. sativa D., se da como subespontánea por Otero.
A. su l c a t a Gay.—Valle al E. del faro del Cabo de Peñas, planta
con tendencia saxícola. No conocemos citas de la costa.
B r o m u s m a d r i t e n s i s L.—Taludes algo nitrofilos en la margen
derecha de la ría de Avilés. En Grado había sido señalada por
D u r i e u . Característica de Thero-Brometatia annua.
B. h o r d e a c e u s L. ( B . mollis L.).—Frecuentes por la zona en co­
munidades de Arrhenatheretalia.
B.
s t e r i l i s L.—Valle al E. del faro del Cabo de Peñas. En co­
munidades de Arction. Una vaga mención de Asturias (L. P. Ming u e z ) se recoge en el C o l m e ir o ; no conocemos otras citas provin­
ciales.
B r a c h y po d iu m p in n a t u m (L.) Beauv.—Frecuente en toda la zona
en diferentes comunidades.
B r iz a m e d ia L.—Prados del interior por toda la zona.
B.
m a x im a L.—Playa de Llumere y proximidades al faro del Ca­
bo de Peñas.
B eta vulgaris L. subsp. m aritim a (L.) A rcang.
Vicia lutea L. subsp. lutea.
Medicago m arina L.
Reichardia tingitana Roth.
Ju ncus acutus L.
— 141 —
L.—Claros de brezal en la explanada del
faro del Cabo de Peñas, margen derecha de la ría de Avilés. Cono­
cido del litoral e interior.
C. c r i s t a t u s L.—Es común en toda la zona, así como en la pro­
vincia a juzgar por las menciones hechas por otros autores. Carac­
terística de Cynosurion cristatii.
D a c t y l i s g l o m e r a t a L.—Muy frecuente en toda la zona. Prefe­
rentemente en comunidades de Arrhenatheretalia.
F e s t u c a e l a t io r L. subsp. a r u n d in a c e a (Schr.) Hack.—Prados
húmedos próximos a la playa de Verdicio, margen derecha de la
ría de Avilés. Prados entre Avilés y Bañugues.
Especie fácilmente confundible con F. pratensis Huds., de la que
difiere por su parte, por poseer aristas cortas y por la pubescencia
del borde foliar en su parte basal. Preferentemente en MolinietaHa.
No conocemos citas concretas de la provincia, quizá por ha­
berse confundido con otras especies. Uno de nosotros (M . M a y o r )
tuvo también ocasión de observarla en Grado en una excursión con
Cy n o su r u s
e c h in a t u s
P. M o n tser r a t.
L. (F. sabulicola Desf., F. arenaria Gren et Godr.
Willk. et Lge. non Osb).—Acantilados y dunas de la zona. Preferen­
temente en comunidades de Festuco-Crucianelletum a las cuales
caracteriza.
De la zona de Avilés la señala C h e r m e z o n , en Gijón lo hace Dur i e u que la dá como F. rubra L. var.
G a u d t n ia f r a g t l i s (L.) Beauv.— Común en la zona, preferente­
mente en Arrhenatheretalia, ya se conocía en el litoral.
G ly c e r t a f l u i t a n s (L.) P. Br.—Aguazales próximos a la plava
de Verdicio. Característica de Snarganio-Glvcerion. Se conoce de
las zonas interiores de la provincia, pero no del litoral.
H o l c u s l a n a t u s L . —Muy frecuente en la zona. Característica
de Molinio-Arrhenatheretea.
H o r d eu m m u r in u m L.—Bordes de caminos en las proximidades
de Bañugues y de Punta Moniello. En Hordeion leporini.
K o e le a r t a a l b e s c e n s DC.—Acantilados de los faros del Cabo de
Peñas v San Juan de Nieva. Conocida en el litoral.
K . p h l e o t d e s (Vi 11.) Pers.—Margen derecha de la ría de Avilés
es conocida en el litoral asturiano y característica de Hordeion
lepor in i.
L a g u r u s o v a t u s L . —Arenales de Bañugues, proximidades del fa­
ro del Cabo de Peñas, dunas de las playas de Verdicio y Aguilera,
F.
dum eto rum
— 142 —
margen derecha de la ría de Avilés. Conocida en las zonas de Avi­
lés y Gijón.
L o l iu m p e r e n n e L . —Frecuente en la zona, preferentemente en
Plantaginetalia maioris.
L. m u l t if l o r u m Lmk.—También es común en la zona objeto de
nuestro estudio. En Arrhenatherion.
M o n er m a c y l in d r ic a (Willd) Coss. et Dur. ( M.subulata P . B.,
Lepturus cylundricus (Willd) Trin.).—Arenales de la playa de Ba­
ñugues. Conocida en nuestro litoral.
M o l in ia c a e r u l e a (L.) Moench.—Bordes del arroyo de Barreo,
margen derecho de la ría de Avilés, claros de matorral en la expla­
nada del faro del Cabo de Peñas. Característica de Molinio-Holoschoenion.
O r y z o p s i s m il ia c e a ( L .) Benth. and Hook. & Asch. and Schweinf.
—Margen derecha de la ría de Avilés. Una vaga cita asturiana apa­
rece en la obra de C o l m e ir o : Asturias (Q u e r ). P e r e z d e C a s t r o re­
coge una mención lagascana de los alrededores de Oviedo. O. R o­
d r íg u e z la herborizó en las riberas del Nalón (Grado). No existe
ninguna cita costera.
P a s p a l u m v a g in a t u m ( S w .) Thlng.—Como mala hierba de los
cultivos en el faro del Cabo de Peñas, Bañugues, dunas de la playa
de Verdicio, margen derecha de la ría de Avilés.
Conocida en el litoral santanderino. Desconocemos mención al­
guna de Asturias.
P oa a n n u a L .— Común en la zona en comunidades de Polygonion
aviculare.
P. p r a t e n s i s L.— Frecuente en la zona, en ocasiones junto a P.
trivialis L. Ambas especies no son conocidas de las zonas próximas
al mar. Características de Molinio-Arrhenatheretea.
C a t a p o d iu m r ig id u m (L.) Hubbard. ( Scleropoa rígida (L.) Griseb.).—Proximidades a la playa de Verdicio, margen derecha de la
ría de Avilés. P e r e z d e C a st r o recoge una mención lagascana de los
alrededores de Oviedo y C o l m e ir o de L. P . M i n g u e z .
C a t a p o d iu m m a r in u m (L.) C . E. Hubb. (C. loliaceum (Huds.)
Link.).—Acantilados de Punta Moniello. Conocida en el litoral.
S i e g l i n g i a d e c u m b e n s (L.) Bernh.— Proximidades al faro de San
Juan de Nieva. Muy conocida en la provincia. Característica de
Nardetalia.
S t e n o t a p h r u m d im id ia t u m (L.) Brongt. (S. americanum Schrank.)
—Naturalizada en los arenales de las playas de Verdicio y Bañu­
gues. En La Franca la señaló P. D u p o n t .
— 143 —
T r i s e t a r i a f l a v e s c e n s (L.) Maire.—Relativamente frecuente en
la zona en comunidades de Arrhenatherion. Las menciones provin­
ciales se refieren a localidades del interior.
V u l p i a b r o m o id e s (L.) Gray.—Dunas de la playa de Verdicio. Co­
nocida en la provincia.
V. m y u r o s Gmel.—Margen derecha de la ría de Avilés, proximi­
dades a la playa de Verdicio. También conocida en la provincia.
C a r e x d i v u l s a Good.—Proximidades a Bañugues en comunida­
des de Trifolio-Geranietea. Una vaga cita asturiana de L. P. M i n g u e z
recoge C o l m e ir o ; en la Geogr. Bot. de Santander aparece recogida
una mención de Llanes (Asturias) (H. M . A.).
C. p a n ic e a L.—Zonas turbosas en los claros del matorral de la
explanada del Cabo de Peñas, bordes del arrovo de Barreo junto
a C. péndula Huds., praderas de Molinietalia en las proximidades
de la plava de Moniello junto a C. echinata Murr.
Conocida de Luarca (AlJorge) y en zonas interiores de la pro­
vincia según las citas de otros autores. Especie característica de
Scheuchzerio-Caricetea fuscae.
C. o ed er t Retz. subsp. d e m t s s a (Hor.) C. Vicioso (C. demissa Hor.)
—Bordes del arrovo de Barreo (km. 2 Bañueues-Viodo), San Jorge
de la Manzaneda y explanada del Cabo de Peñas.
En zonas turbosas de esta última localidad también herboriza­
mos C. distans L., y C. pilulifera L. en comunidades de DaboecioJJlicetum europeae.
C. v e r n a Chaix. (C. caryophñlea Lat.).—Frecuente en la zona, no
conocemos citas próximas a la costa asturiana. Especie caracterís­
tica de Festuco-Brometea.
C.
r ip a r ia Curt.—Muy abundante en las marismas de la plava
de Verdicio en comunidades de Oenanthetum croccatae. Se conoce
de Giión ( D u r i e u v B o u r g e a it ) v de Llanes ( D u p o n t ). En los bor­
des de la mencionada marisma se hallaba C. pulicaris L.
C.
l e p o r in a L.—Bordes del arrovo de Barreo. D u r t e u la señaló
en Cangas de Narcea y por encima de Leitariegos, L a g a s c a lo hace
en Arbas, localidades muy elevadas con respecto a la nuestra.
C.
v u l p i n a L.— Lugares encharcados por Otero, Moniello, faro
de San Juan de Nieva, Bañugues y Verdicio.
L . P. M i n g u e z la menciona en Peñafurada, única cita concreta
que conocemos de la provincia. Especie característica de Magnocaricion elatae.
En las playas de Verdicio y Bañugues es abundante C. arena­
ria Lin. formando parte de las comunidades de Festuco-Crucianelle•
— 144 —
tum. C h e r m e z o n la menciona en San Juan de Nieva. En los prados
próximos a la playa de Verdicio abunda C. flacca Schrb. subsp.
flücca.
C.
h o r n sc h u c h ia n a Hppe.—Cercanías al faro de San Juan de Nie­
va. Muy conocida en la provincia.
S c h o e n u s n i g r i c a n s L.—Explanada del Cabo de Peñas, en las
comunidades de Molinietalia que surgen en los claros del Daboecio
Ulicetum.
Taxon frecuentemente señalado en la provincia de Santander.
t)é Asturias existe una vaga mención de L. P. M i n g u e z , D u p o n t la
señala en las marismas alcalinas entre Arriondas y Ribadesella.
E r io ph o r u m a n g u s t if o l iu m Roth.—Bordes del arroyo de Barreo
en comunidades de Molinietalia. Frecuentemente señalada en los
puertos de montaña, en la costa existe una mención de Pendueles
(Llanes) de L a i n z .
C y p e r u s l o n g u s L. subsp. b a d iu s Desf.—Frecuente por toda la
zona en comunidades de Magnocaricion.
S c t r p u s h o l o s c h o e n u s L . ( Holoschoenus vulgaris L in k .) .— E x ­
'
p l a n a d a d e l f a r o d e l C a b o d e P e ñ a s y p r o x i m i d a d e s a la m in a d e
c i n a b r i o d e L lu m e r e s . G u in e a en s u G e o g . B o t . d e S a n t a n d e r l a d a
c o m o c o m ú n en la b a n d a c a n t á b r i c a d e p r e f e r e n c ia l it o r a l . D e A s­
t u r i a s la s e ñ a la v a g a m e n t e L a g a s c a .
S. f l u i t a n s L.—Bordes del arroyo de Barreo, ya era conocida
en la provincia.
S. m u l t i c a u l i s Smith.—Zonas turbosas en la explanada del Ca­
bo de Peñas, bordes del arroyo de Barreo. Solo conocemos una
mención provincial: cercanías de Grado ( D u r i e u ).
S. s e t a c e u s L. (Isolepis setacea (L.) B. Br.).—Frecuente por t o d a
la zona en comunidades de Isoeto-Nanojuncetea.
S. p a l u s t r i s L. ( Heleocharis palustris R. Br.).—Marismas próxi­
mas a la playa de Verdicio en comunidades de Phragmitetalia. Dur i e u menciona esta especie en los alrededores de Cangas de Narcea
y de las sierras próximas a Grado.
S. m a r it im u s L.—Bordes de arroyos en la playa de Verdicio y en
Otero. C h e r m e z o n la señala en la zona de Avilés.
A l is m a p l a n t a g o L.—Bordes de arroyos por Otero en comunida­
des de Phragmitetalia. Conocida en la provincia.
P o t a m o g e t o n POLYGONiFOLius Pourr.—Arroyo de Barreo —entre
Viodo y Bañugues—. De la laguna de Arbas (Leitariegos) la citaron
R iv a s G oday y R iv a s M a r t ín e z .
— 145 —
L em n a m in o r L.—Flotando sobre las aguas de un arroyuelo en
las proximidades de Otero. Característica de Lemnetum minoris.
La única cita asturiana que conocemos es la de L. P. M in g u e z
en Gijón.
A r u m m a c u l a t u m L.—Zonas húmedas y sombrías en los bordes
de arroyuelos por Bañugues y Viodo Característica de Fagetalia.
J u n c u s a c u t u s L.—Arenas de la playa de Verdicio, en la desem­
bocadura del arroyo. Por su parte G u in e a (Geogr. Bot. de Santan­
der) da una cita santanderina de Laredo. No conocemos citas astu­
rianas.
En los bordes del arroyo de Barreo en comunidades de Molinie­
talia hemos herborizado J. supinas Moench., J. silvaticus (Reich.)
Vill y J. baffonius L. Las dos últimas especies las anotamos tam­
bién en la explanada del Cabo de Peñas junto a Salix repens L.
J. glaucus Ehrh. y J. conglomeratus L. abundan en prados muy
húmedos próximos a la playa de Moniello y en las acercanías de
la de Verdicio.
Por Otero anotamos J. effusus L., en comunidades de Phragmi­
tetalia.
L u z u l a s y l v a t ic a (Huds.) Gaud.—Como nemoral en los bosques
artificiales de la zona. Común en la provincia.
L . c a m p e s t r i s DC.—Abunda por toda la zona preferentemente en
prados de Arrhenatheretalia.
F r i t i l l a r i a p y r e n a ic a L.—Entre los matorrales más próximos a
los acantilados del faro del Cabo de Peñas, donde la sopladura del
viento es muy manifiesta.
En nuestra provincia este taxon siempre había sido señalado
en zonas altas del interior: valle del Naviego, monte de La Rega­
liza, Picos de Europa. Nosotros también la hemos herborizado a
unos 1.700 m. en el Gamoniteiro —macizo del Aramo— y en el Pe­
ñón del Puerto de Ventana. Su hallazgo en el Cabo de Peñas su­
pone un avance en el areal de su distribución. D u p o n t la había
señalado con una ecología similar en Baquio (Vizcaya).
S c i l l a v e r n a Huds.—En primavera abunda en los prados pró­
ximos al mar por toda la zona.
S. a u t u m n a l is L . —Acantilados del faro de San Juan de Nieva
y en los de la playa de Moniello. Había sido señalada anterior­
mente por L a in z en las proximidades a Soto de la Barca, de la
Sierra de Grullos (Candamo) y de la Sierra de Villamarín. Loca­
lidades siempre más interior que las que nosotros apuntamos.
— 146 —
S y m a e t h is p l a n if o l ia (Vand.) G. G.—En comunidades de Daboecio-Ulicetum europeae en la explanada del faro del Cabo de Pe­
ñas. C h e r m e z o n ya la había señalado en la costa.
E n d y m io n n o n -s c r ip t u m (L.) Garke.—Bordes del arroyo de Ba­
rreo, prados al Este del Cabo de Peñas, proximidades a la ciudad
residencial Los Cuetos.
A l l i u m e r ic e t o r u m Thore.—Explanada del Cabo de Peñas, en
comunidades de Daboecio-ULicetum europeae. Creemos que lo que
Guinea dió como Allium sp. de esta localidad, debe tratarse de esta
especie.
A. sp h a e r o c e p h a l u m L.—Base de los acantilados del faro de San
Juan de Nieva. C h er m ez o n la había mencionado en una localidad
próxima a la nuestra.
R o m u l e a c o l u m n a e Seb. and Mauri.—Rellanos de los acantilados
próximos al faro del Cabo de Peñas, proximidades de Bañugues.
L a in z la menciona en Playón de Bayas (entre San Esteban de Pravia y Salinas).
A s p a r a g u s o f f i c i n a l i s L. subsp. prostratus (Dum.) Warburg.—
Acantilados de Punta Moniello y del faro de San Juan de Nieva.
Ya se había mencionado en la costa.
M e r e n d e r à p y r e n a ic a (Pourr.) P. F. (Ai. montana (L.) Lge.—
Muy abundante en las explanadas del Cabo de Peñas y de San Juan
de Nieva.
Ruscus a c u l e a t u s L. y Smilax aspera L. s o n f r e c u e n t e s e n l a s
c o m u n id a d e s d e Daboecio-U licetum europeae p o r t o d a l a z o n a .
Asphodelus albus Miller.—Explanadas del faro del Cabo de Pe­
ñas, del de San Juan de Nieva y en Punta Moniello.
P a n c r a t iu m m a r it im u m L.—En las dunas de las playas de Verdi­
cio y Aguilera. Conocida en la provincia.
N a r c i s s u s p s e u d o n a r c i s s u s L. s . 1.— Muy abundante en prados
de Molinietalia, que bordean el arroyo del Barreo.
N . t r ia n d r u s L. var. cernuus (Salisb.) Bak.—En un talud rico
en materia orgánica en el margen derecho de la ría de Avilés. En
el desfiladero de Peñaflor (Grado) lo señaló D u r i e u , en las inme­
diaciones de Luarca lo hizo L. P. M in g u e z .
N. b u l b o c o d iu m L.—Abunda en la explanada y prados del Cabo
de Peñas.
G l a d io l u s i l l y r i c u s Koch.—En la dársena próxima al faro de
San Juan de Nieva. G u in e a la considera rara en Cantabria. C h e r ­
m e z o n la señaló en Arnao y en las landas de Avilés.
— 147 —
L.—Abunda por loda la zona preferentemen­
te a medida que nos alejamos del mar. En Phragmitetalia.
I.
f o e t i d i s s i m a L.—Acantilados y céspedes por Moniello, proxi­
midades a los acantilados de la playa de Verdicio.
T a m u s c o m u n i s L . —Frecuente en toda la zona. Característica de
Querco-Fagetea.
D a c t y l o r h i z a i n c a r n a t a ( L . ) S o ó . ( Dactylorchis incarnata ( L . )
Verm.; Orchis incarnata L .) . —Prados húmedos en las proximidades
de Punta Moniello, proximidades a San Martín de Podes. En co­
munidades de Molinietalia. Se conoce de las cercanías de Oviedo
(cita de L . P. M i n g u e z ) , C h. L a c a i t a recoge una cita de S t e p h e n s o n
de los Picos de Europa.
D.
m a c u l a t a (L.) Soó.—Prados próximos a Punta Moniello. Fre­
cuente en la provincia.
S p i r a n t h e s a e s t i v a l i s (Poir.) L. C. Rich.— Explanada del faro
del Cabo de Peñas. Conocida en el litoral.
S e r a p i a s o c c u l t a t a Gay.—Zonas encharcadas en los bordes de
la carretera de la playa de Moniello, margen derecha de la ría de
Avilés. Conocida de Gijón ( D u r i e u ) y cercanías de Oviedo (L. P.
I r is p se u d ac o ru s
M in g u e z ).
S. c o r d i g e r a L.—Explanada del Cabo de Peñas. Conocida en la
provincia.
S. l i n g u a L.—Frecuente en comunidades de Arrhenatheretalia.
— 148 —
RESUMEN
En la presente nota, se hace un estudio de la flora y vegetación
vascular de la zona del Cabo de Peñas. Se mencionan alrededor del
medio millar de especies de las cuales una veintena habían sido
señaladas por otros autores. Basándonos en la bibliografía consul­
tada, consideramos como nuevas citas provinciales:
Beta vulgaris L. subsp. marítima (L.) Arcang., Epilobium tetragonum L. subsp .lamyi (F. W. Schultz) Nyman., Euphorbia pubescens Vahl., Juncus acutus L., Medicago marina L., Reichardia tingitana Roth., Ranunculus acris L. subsp. friesianus (Jordán) Rouy
& Fouc., Vicia lútea L. subsp. lútea, y Paspalum vaginatum (Sw.)
Thlng.
En muchos casos, recogemos las menciones que de Asturias dan
diferentes autores. También se señala la ecología y la comunidad
en que viven las diversas especies. Damos un bosquejo de la ve­
getación, prestando especial atención a la que vive en el litoral
propiamente dicho. Asi mismo aportamos algunos datos sobre la
climatología, geología y antecedentes botánicos de la zona.
SUMMARY
In the present article a study of flora and vascular vegetation in
the area of Cabo Peñas is made. It will deal with around half a
thousand of species, of which twenty have been identified by other
authors. Basing ourselves on the consulted works, we’ll consider
new provincial dates:
Beta vulgaris L. subsp. marítima (L.) Arcang., Epilobium tetragonum L. subsp. lamyi (F. W. Schultz) Nyman., Euphorbia pubescens Vahl., Juncus acutus L., Medicago marina L., Reichardia tingitana Roth., Ranunculus acris L., subsp. friesianus (Jordan) Rouy &
Fouc., Vicia lútea L. subsp. lutea, and Paspalum vaginatum (Sw.)
Thing.
In many cases different authors on Asturias are quoted. Also
it's show the ecology of the community where the species live. Gi­
ving information about the vegetation of the above mentioned
coastal area, climate geology and botanic history.
— 149 —
POSTSCRIPTUM
D urante la im presión de nuestra “A portación”, h em os ten id o ocasión de
consultar e l trabajo de J. M AS G U IN DA L, “A p u n tes para la F lora A stu ria n a ”
(F arm acia N u ev a : 9:528-533, 1944) que si bien se trata de “R ecu erd os de rápi­
dos v ia je s” com o su propio autor indica, aparecen citad as de la zona objeto
de nu estro estu d io, cuatro o cinco esp ecies, que por otra parte no tien en m a­
yor relieve.
A si m ism o S. R ivas Martínez en “V egetatio H ispaniae. N otu la III” (Bol.
R. Soc. Esp. H ist. N at. (B iol.), 70:153-162, 1972), hace alu sión a la s com uni­
dad es v e g eta les de la s d u n as costeras de G alicia.
F. LORIENTE en “D atos sobre la Flora de la costa de S a n ta n d er” (A nal.
Inst Bot. C avan illes, 31 (1): 139-153, 1974) indica la s com u n id ad es p san m ofilas de San tander.
B ásicam en te la s form acion es v eg eta les que dan los dos ú ltim os autores
concuerdan con la s nuestras.
— 150 —
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IDENTIFICACION DE COM PUESTOS ACIDOS Y FENOLICOS, POR ANALISIS CROMATOGRAFICOS EN
HOJAS DE «MALVA SILVESTRIS» L. DE LOS ALRE­
DEDORES DE OVIEDO
POR
ANA M.‘ APARICIO ANTUÑA
I.—Introducción: Antecedentes Botánicos.
Pertenece ésta especie botánica a la familia de las Malváceas,
cuyas plantas son especies por lo general vivaces, aunque en éste
caso concreto la «Malva Silvestris» es bianual.
Sus tallos son ascendentes, aproximadamente con una longitud
que oscila entre 30-50 cm. de longitud. Toda la planta está recubier­
ta de pelos, sus hojas son palmeadas, profundamente divididas en
lóbulos más o menos profundos. Las flores presentan una tona­
lidad rosa violáceo y sus pétalos poseen unas estrias del mismo
color. El periodo de floración está comprendido entre los meses de
junio a septiembre. El calículo posee lóbulos elíptico-lanceolados, más cortos de tamaño que el cáliz que es un poco acrescente,
con lóbulos largamente triangulares. La corola es tres o cuatro ve­
ces más larga que el cáliz, y los pétalos (ya se enumeró anterior­
mente) provistos de nervios centrales de color rosa violáceo. Planta
polimorfa, abundante en toda Europa, suele encontrarse en cami­
nos, escombreras, etc. (M. Willkomm-1965, H. Coste-1960).
— 156 —
II.—Recolección y material empleado.
En el otoño se comenzó la recolección, más concretamente en
los primeros días del mes de noviembre de 1972, se obtuvieron las
primeras muestras de hojas de «Malva Silvestris» L, (alrededor de
Oviedo capital). Para efectuar el presente trabajo se partió de una
cantidad determinada que fué: dos kilogramos. Su finalidad fué:
obtener mediante extracciones y valoraciones cromatográficas, asi
como también espectrofotométricas, una identificación de aquellas
fracciones ácidas y fenólicas que entran a formar parte de la com­
posición química de sus hojas. Se realizaron varios análisis, con
el fin de confrontar si efectivamente se lograban idénticos resul­
tados. Siempre partiendo de dos kilogramos de hojas de «Malva
Silvestris» recién recolectadas (frescas) y evitando naturalmente
procesos de fermentación o putrefacción.
III.—Extracción y Fraccionamiento.
Los métodos a seguir fueron siempre los mismos:
—Extracción de sus principios activos utilizando como líquido
extractivo Metanol de 96° por su gran poder disolvente y por la
particularidad de paralizar el sistema polifenol-oxidasa (Daunemburg y Liverman 1957), dejando en contacto la cantidad exactamen­
te pesada de las hojas: para realizar éste trabajo fué de 2 kgrs. Con
5 litros de Metanol, estas hojas se dejaron en la obscuridad duran­
te 24 horas a una temperatura que oscila entre 2o y 10°. Al día si­
guiente se filtró. El líquido extractivo rico en principios químicos
aparecía de un tono verdoso y las hojas presentaban una colora­
ción menos intensa. Se repitió esta extracción otra vez utilizando
los 2 kgrs. de hojas anteriormente citados, y de nuevo otros 5 li­
tros de Metanol, manteniéndolo a la obscuridad otras 24 horas,
confrontándose al filtrar que en este caso las hojas estaban com­
pletamente decoloradas y de un tono parduzco. La proporción lí­
quido de extracción problema fué de 10 litros de Metanol por
2 kgrs. de muestra en total. Unidos los líquidos extractivos y pos­
teriormente filtrados, se comenzó otra nueva operación que fué de:
— 157 —
TV.—Destilación.
Se procedió a destilar en rotavapor con objeto de concentrar el
líquido extractivo y privarle del disolvente que en éste caso fué:
«Metanol», muy útil con el fin de obtener los principios químicos
que contienen las hojas de «Malva Silvestris» L.
Esta concentración de los líauidos filtrados, se realizó a pre­
sión reducida. Para ello se empleó un rotavapor; controlando tam­
bién la temperatura del baño. Presión=700 mm. de Mercurio y tem­
peratura =40° C., con el fin de evitar alteraciones motivadas por
la termolabilidad de algunos de sus componentes.
V.—Filtración.
Una vez eliminado el disolvente orgánico, el residuo obtenido
de color verdoso obscuro y consistencia siruposa, se trató con
agua destilada se lavó el matráz y filtró varias veces con pequeñas
cantidades de agua destilada hasta completar un litro. A continua­
ción se procedió a la operación siguiente de:
VI.—Fraccionamiento.
La separación de los diversos componentes que forman parte
del residuo acuoso (Extractivo) se realizó mediante «fracciona­
miento». El primer paso a seguir fué: acidular el residuo acuoso
hasta lograr un pH =3 y para ello fué utilizado C1H 10 N.
Posteriormente se extrajo con éter desperoxidado por tres ve­
ces consecutivas y en ampolla de Decantación. En estas condicio­
nes pasarán a la solución etérea las substancias: (Acidas, Indolicas, Neutras) (J. Peña, 1970).
De esta solución etérea se separan las tres mediante extraccio­
nes sucesivas posteriores con Co3 Na2 0,5 N.
De aquí y acidulando nuevamente con C1H hasta lograr un
pH =3, se liberan extrayendo con éter 3 veces consecutivas.
Así tendremos perfectamente separadas las substancias de ca­
rácter ácido: F/A («Fracción ácida»).
En la solución acuosa restante existirán aquellas substancias
que no son solubles en éter, o que aún siéndolo poseen un carác­
ter alcalino. Por tanto esta última fracción se separará alcalinizan-
— 158 —
do con solución de Co3 Na2 0,5 N. Hasta lograr un pH =8 y poste­
rior extracción etérea. De esta manera separamos una «fracción
alcalina» y nos quedará por fin un resto acuoso.
La fracción fenólica se habrá logrado obtener mediante extrac­
ción con solución NaOH 0,5 N. Previamente al tratamiento con
Co3 N a2 0,5 N.
Al final se obtuvieron cuatro fracciones:
a) Fracción Acida=F/A.
b) Fracción Fenólica=F/F.
c) Fracción Alcalina=F/Al.
d) Fracción Neutra=F/N .
Prescindiendo de las fracciones neutra y alcalina que en este
caso concreto no son objeto del presente estudio. Dedicamos espe­
cial atención a las Fracciones: ácida y fenólicas, motivo de nues­
tro trabajo.
Se dejaron secar ambas unas horas con S 0 4 Na2. Posteriormen­
te se filtraron y a continuación se concentraron en rotavapor (Pre­
sión 700 mm. de Mercurio, temperatura 40") a pequeño volumen,
hasta obtener 3 c. c. (J. Peña, 1970).
VII .—Crornatografiado.
Las técnicas empleadas para realizar el análisis cromatográfico, de los compuestos objeto del presente estudio, fueron realiza­
das en papel Whatman 3MM. principalmente; también para com­
parar con patrones se utilizó 1 MM. en algunos casos se repitió
con capa fina de Silicogel en placas de vidrio. Es el caso del papel
se fué realizando:
1.—Cromatografía unidimensional descendente en forma de
banda de 6 cm. de largo y 1 cm. de ancho. Así se disponía la subs­
tancia problema objeto de estudio.
2.—Cromatografía unidimensional descendente en punto y com­
parando con patrones.
En capa fina:
Todos fueron unidimensionales ascendentes en punto y del mis­
mo modo cuando se hicieron comparaciones con patrones.
Como líquido eluyente o fase desarrollante en ambos casos se
utilizó la solución «IAW» (Isopropanol-Amoniaco-Agua en la pro­
porción 10-1-1 v/v) (Stowe and Thimann, 1954).
— 159 —
V III .—F ij ación.
Cortadas las bandas de papel de unas dimensiones adecuadas,
en este caso: 12 cms. de ancho/50 cms. de largo. La substancia o lí­
quido extractivo problema a investigar, se iba depositando en el
papel con ayuda de un capilar, en el caso de bandeo teniendo pre­
caución de que la banda no sobrepase los límites de 1 cm. de an­
cho. La operación de fijación de la sustancia al papel se realizó
con ayuda de aire caliente insuflado, proporcionado por un seca­
dor de pelo, con el fin de acelerar la evaporación del disolvente,
posteriormente se realizó la siguiente operación de:
IX —Saturación o Equilibrio.
Esta se verificó manteniendo el cromatograma en la cubeta de
cromatografía, previamente saturada con atmósfera de vapor de
la mezcla eluyente (IAW). Basta dejar el cromatograma en con­
tacto con esta atmósfera una o dos horas, al cabo de este tiem­
po se dispara el cromatograma para continuar con la siguiente ope­
ración que es la de:
X.—Desarrollo.
Una vez saturado el cromatograma se disparó depositando en
la canaleta de la cubeta la mezcla de eluyente (IAW). Las cubetas
'•+i!izadas de marca «Shandon»» estaban depositadas en la cámara
de cromatografía y en la obscuridad, o con luz verde en caso de
necesitar iluminación para maniobrar dentro de la cubeta.
La cámara necesita mantenerse a una temperatura constante
que suele ser alrededor de 17° y el tiempo de desarrollo de los
cromatogramas fue de unos 16-17 horas. La última operación que
se sigue es la de:
X I .—Secado y Conservación.
Antes de ser observados a la lámpara de luz ultravioleta, una
vez desarrollados los cromatográmas se retiran de la cubeta, se
señala con lapicero la línea de avance del eluyente y se procede a
evaporar dicha mezcla eluyente mediante secado. Este se realizó
a una temperatura de 30° en estufa o en cámara aislada del exte­
— 160 —
rior. Una vez secos los cromatogramas, si estos no se van a inter­
pretar en el momento, se guardaron en un desecador a vació con
el fin de evitar alteraciones.
X II .—Estudio Físico-Químico.
La primera observación que se hace del cromatograma, o tam­
bién cuando se hacen observaciones comparativas entre substan­
cias problema y testigo. Es a la lámpara de luz ultravioleta.
En ciertos casos se cortan aquellas zonas del cromatograma
de interés. Se trocean y eluyen por separado; la elución se reali­
zó con Metanol. Se eluyó tres veces, la primera vez dejándolo cua­
tro horas y las dos siguientes a intervalos de una hora. Se enrasó
a 50 c. c. y se procedió al estudio Físico-Químico cualitativo. Nos
encontramos con un inconveniente para llegar a la identificación
química de las substancias a investigar; y es que éstas se encuen­
tran en pequeñísima cantidad, motivo por el cual se disponen de
reacciones de identificación de gran sensibilidad. Por otro lado
se recurrió a cromatografíar en punto cantidades superiores al
límite de la sensibilidad. También es necesario cromatografiar
substancias de control, se comparan valores de «Rf» coloración, etc.
Así será como tendremos una primera referencia de la substancia
problema.
Por lo general estos compuestos fenolicos no son visibles a la
luz ultravioleta (uv), pero sus resultados son aprovechables debi­
do a que nos indican la presencia de impurezas fluorescentes. De
todos modos como muchas de estas substancias que se trata de
investigar son incoloras, a fin de ponerlas de manifiesto es preci­
so revelarlas por medio de reactivos químicos específicos.
X III .—Análisis espectrofotométricos.
Tanto las substancias que poseen carácter fenólico, como las
indólicas tienen todas una curva típica, merced a la cual es posi­
ble caracterizar los diversos compuestos químicos (S. Wain Nordstróun 1959).
Los compuestos fenólicos dan en general una curva típica con
un máximo de absorción debida al anillo bencénico, y que varía de
una manera notable, según de que compuesto químico se trate.
Pero sin embargo, en todos los casos se da la particularidad que
— 161 —
en medio alcalino (generalmente utilizando solución de KOH) su­
fre un desplazamiento en sentido de la mayor longitud de onda.
Por otra parte, los compuestos indólicos poseen en general un
primer máximo de absorción a 220 m u debido a los anillos pirrólico y bencénico, y un segundo máximo menos intenso, localizado
aproximadamente entre 270-280 m > motivado por la presencia del
anillo bencénico. También su mínimo podemos situarlo general­
mente en éstas curvas alrededor de 240-250 m¡¿
Sin embargo, debido a la presencia de impurezas que aparecen
con mucha frecuencia en los productos naturales, es muy difícil
por no decir imposible lograr una curva de absorción típica que
se ajuste a la obtenida con las substancias patrones en todos sus
aspectos, aunque si suelen ser de gran semejanza con ellas,
XIV.—Reacciones Químicas.
Para efectuar la identificación de substancias que posean ca­
rácter fenólico, se han empleado las siguientes reacciones:
1.—Reacción del indofenol. Consisten en una solución etanólica al 0,5% de 2-6 dicloroquinonaclorimida (Linkeus, 1959). Si des­
pués de pulverizar con este reactivo, a continuación lo hacemos
con agua saturada de bórax, la reacción gana en sensibilidad y
aparece una coloración: azul-gris-verdosa, más o menos intensa.
2.—P. nitroanilina diazotada. Se obtiene disolviendo P —nitroanilina diazotada—, al 0,3% en C1H al 8%, se añade nitrito sódico
al 5% inmediatamente antes de su empleo. Su aplicación es segui­
da por la de una disolución de C 03 Na2, al 20%. Es una reacción
muy sensible y suelen obtenerse coloraciones anaranjadas y roji­
zo anaranjadas. También pueden aparecer rojo-violáceas, esta reac­
ción es sumamente sensible. (Lederar y Lederer, 1957).
3.—2-4 dinitrofenil hidracina. Consiste en preparar una solución
al 0,4% de 2-4 dinitrofenilhidracina en C1H 2 N, con ellos se pul­
veriza el cromatograma (Linskens, 1959).
Para la identificación de substancias de caracter indólico. Se
han empleado varias reacciones, siendo la más comúnmente em­
pleada la reacción de Enrlich.
l.°)
Reacción de Enrlich.
En presencia de C1H 1,2 N y P —dimetil-aminobenzaldehido—,
los compuestos indólicos dan coloraciones violeta. Es el reactivo
— 162 —
más típico de estos compuestos (Lins-Kens, 1959). Pero se advir­
tió más tarde que las substancias fenólicas son igualmente sensi­
bles a esta reacción (Steenlink, 1959). Por dicho motivo su utili­
zación en cierto modo se ha limitado.
2.°) Reacción de Salkouski.
• Se basa en la coloración roja que presentan las substancias
indólicas al ser tratadas con Cl* Fe y ácidos minerales. Es estable
cuando se trabaja a la obscuridad. Es general a todo compuesto
nitrogenado (Stowe, 1954).
XV .—Estudio Químico.
Una vez realizados los métodos anteriormente descritos, se
procede a efectuar una identificación química de los compuestos
aislados.
Prescindiendo de dos de las fracciones aisladas: Alcalina y
Neutra, que no entran a formar parte del presente trabajo, se co­
menzó en primer lugar por cromatografiar la fracción ácida y
posteriormente la fracción fenólica:
A.—Fracción Acida:
Se realizaron bandeos en cromatogramas unidimensionales des­
cendentes empleando como mezcla eluyente o fase desarrollante
(IAW).
Una vez realizado el desarrollo del cromatograma, sacado de
la cámara éste v seco, marcamos el frente y observamos a la luz
ultravioleta donde se ven claramente tres bandas: La 1.a de tono
rosado y cuyo valor de Rf=0,20, la 2.a banda de coloración azul
obscura v cuyo Rf=0,22 v la 3.a banda de tono azul más luminoso
y cuyo Rf=0,35. Se reveló el cromatograma para ver si existían
otros compuestos químicos en esta fracción ácida. Para ello re­
cortando una tira de arriba a abajo se pulverizó con 2-6-P- diclorimida al 1% en etanol. Se dejó secar y se puso en contacto con
vapores de Amoniaco apareciendo: tres nuevas manchas de color
violeta-azuladas que corresponden en la zona del cromatograma no
reveladas a cuyas bandas ambos valores de Rf son respectivamen­
te: R f= 0 ,ll, Rf=0,58 y Rf=0,60.
— 163 —
Se comenzó por recortar las tres bandas anteriores y las tres
que surgieron al revelar. Se desmenuzaron cada una en pequeños
trocitos dejándolas en contacto con Metanol un cierto tiempo. Se
filtraron una por una y separadamente se concentraron en rotavapor hasta alcanzar un volumen de 3 c. c.
Por tanto en la fracción ácida en principio se localizaron seis
componentes de diferentes valores de Rf y que fueron respectiva­
mente: A=0,11, B=0,2U, C = 0,22, D=0,58, Jb.=0,65, F = 0,75. Con
cada uno de estos extractos concentados, se volvieron a repetir
bandeos por si cada uno correspondía a una sola substancia quí­
mica, o más de una y entonces se efectuaría un desdoblamiento.
Así realizados nuevos bandeos y desarrollados en la misma
mezcla eluyente (IAW) observamos a la luz uv, que los extractos co­
rrespondientes a las siguientes denominaciones no experimenta­
ban nuevos desdoblamientos y se mantenían en los mismos valo­
res de Rf y fueron respectivamente:
B = R f =0,20
D =R f=0,58
E = R f= 0 ,6 0
La A =se desdoblaba en dos bandas (una vez desarrollado de
nuevo) cuyos valores de Rf serían=0,15 y 0,35.
Mientras que desarrollada la C cuyo valor de Rf era 0,22, apa­
recía otra nueva, cuyo Rf=0,48 y la F=0,75, se desdoblaba en dos
cuyos Rf=0,15 y 0,35 más bajos que la originaría. Así pues en to­
tal, en la fracción ácida podemos situar los siguientes compuestos
químicos (que serán posteriormente identificados con patrones,
empleando en este caso papel 1 MM realizando cromatografía en
punto, también monodimensional descendente y finalmente se uti­
lizaron placas de silicogel y en éste caso fué monodimensional
escendente), y son a saber:
A1=R f=0,15
A2=R f=0,35
B = R f= 0 ,2 0
C1=R f=0,22
C2= R f =0,48
D = R f=0,58
E = R f =0,60
F 1= R f =0,15
F 2=R f=0,35
— 164 —
B.— Fracción fenólica.
Se repitieron las técnicas utilizadas en la fracción ácida: es de­
cir bandeos y asi al comienzo utilizamos el extracto de la fracción
fenólica que al desarrollarla y observarla a la luz ultravioleta apa­
rece claramente una banda azul cuyo valor de Rf=0,89. Empleando
como revelador 2-6-P diclorimida y una vez seco, con agua satura­
da de bórax nos aparece una nueva mancha azul cuyo R f= 0 ,ll.
Así pues en la fracción fenólica existen según parece dos compues­
tos cuyos valores R f= són:
G=0,89
H=0,11
Recortadas ambas bandas, troceadas y puestas en contacto con
metanol, se filtró y concentró, volviendo a repetir cromatogramas
en banda por si se realizaban nuevos desdoblamientos que en éste
caso ocurrieron llegándose a la conclusión que en la fracción fe­
nólica se habían localizado:
La banda G de Rf=0,89 se desdobla en otras dos de tono azu­
lado cuyos valores eran:
G i—Rf 0,26-0,29
G2= R f 0,57-0,60
H = R f 0,11-0,13
que serán posteriormente identificados con substancias empleadas
como patrones y empleando papel Whatman 1 MM y placas de silico-gel del mismo modo que en el caso de la fracción ácida.
XVI.—Identificación química de los compuestos aislados.
A.—Fracción ácida.
Posteriormente se realizaron análisis cromatográficos compara­
tivos entre los diversos compuestos químicos aislados problemas y
diversos patrones a fin de averiguar en realidad de que compuesto
químico se trata; para ello se emplearon utilizando papel What­
man 1MM cromatogramas descendentes en punto (Problema-Patrón)
y por otro lado se utilizaron placas de silico-gel para desarrollar
también en punto (problema-patrón) cromatogramas ascendentes.
En ambos casos la fase desarrollante consistía en la misma mezcla
— 165 —
citada en casos anteriores (I-A-W) y asi por los valores de Rf que
surgen en cada una de las manchas y los colores espontáneos que
aparecen, asi como los que se forman después de revelados los
cromatogramas utilizando dos reveladores: dicloroquinona-clorimida y paranitroanilina diazotada. A la vista de idénticos resultados
en los patrones utilizados como referencia, en la fracción ácida
aparecieron:
En la banda Ax (Rf 0,15-0,17) fué identificado el ácido ferúlico.
Banda A2 (Rf 0,33-0,35) fué identificado ácido M-hidroxibenzoico.
Banda B (Rf 0,18-0,20) fué identificado ácido P-hidroxibenzoico.
Banda Cx (Rf 0,23-0,25) fué identificado como ácido P-cumárico.
Banda C2 (Rf 0,47-0,50) fué ident. como P-hidroxibenzaldehido.
Banda D (Rf 0,58-0,60) fué identificado como ácido salicílico.
Banda E (Rf 0,60-0,62) fué identificado como ácido salicílico.
Banda Fx (Rf 0,13-0,15) fué identificado como ácido vaníllico.
Banda F 2 (Rf 0,35) fué ident. como ácido metahidroxibenzoico.
Identificación por espectrofotometria.
Para comenzar esta identificación, se diluye el extracto original
al décimo.
Ai—observados máximos a 230, 285 y 320 mpi
mínimos a 250 y 290m¡¿
A2—observados máximos a 230 y 300 m¡ji
mínimos a 260 m tu.
B—lecturas de los máximos a 250 m¡A
mínimos a 225 m¡j.
C 1—efectuadas las lecturas: máximos a 260 y 280 mu
mínimos a 240 m^
C2—las lecturas de los máximos 280 m (u
mínimos a 240 m¡¿
D—las lecturas fueron: máximos a 235 y 300 mjj.
mínimos a 263 m tu
E—realizadas las lecturas en espectrofotómetro:
máximos a 235 y 300 mi*
mínimos a 260 mpi
Fx—observados los máximos a 260 y 285 m
mínimos a 235 y 275 m¡jt
F2—las lecturas efectuadas fueron: máximos a 230 y 300 m¡j.
mínimo a 260 m ¡jl
— 166 —
Obtuvimos estos espectros de absorción con un espectrofotómetro Zeis, modelo P M Q II utilizando disoluciones metanólicas
al 0,01% de cada compuesto. Como medio neutro se utilizó metanol
Merck y como medio alcalino el mismo metanol añadiendo una go­
ta de disolución de hidróxido potásico al 10% y así se observaron
las desviaciones de los máximos y mínimos (D. Burnett L. Andus
1964).
Desviaciones experimentales al añadir al medio neutro un medio
alcalino.
a)
Fracción ácida.
Ax= máximos: 230, 300 y 340 mu
mínimos: 260 y 310 mu
A2=m áxim os: 280 y 300 mu
mínimos: 265 m¡j.
B = máximos: 290 m¡¿
mínimo: 235 m u
C ^ máximos: 300 y 340 mu
mínimo: 260 m ¡jl
C2=máximos: 330 y 240 m¡ji
mínimo: 265 mu
D = máximos: 225 y 300 m¡u
mínimo: 263 m¡j.
E = máximos: 225 y 300 mu
mínimo: 260 mu
F ^ m á x im o : 285 m¡ji
mínimo: 250 m¡j.
F 2=m áxim os: 280 y 300 mu
mínimo: 265 mu
Fracción fenólica.—Identificación de sus compuestos aislados.
Con la racción fenólica se repitieron las operaciones cromatográficas, realizadas anteriormente en la fracción ácida, efectuando
ensayos comparativos entre los diversos compuestos aislados con­
siderados como «problemas» y los diversos patrones que nos servi­
rán de muestra a fin de averiguar que compuestos químicos inte­
gran esta fracción fenólica.
b)
— 167 —
También se emplearon cromatogramas descendentes en punto
(Problema-Patrón) utilizando papel Whatman 1 MM y al mismo
tiempo se repitieron en placa de sílico-gel pero en este caso la
cromatografía fue ascendente. De idéntica manera la fase desarro­
llante empleada fue IAW (isopropanol-amoniaco-agua). Una vez
desarrollados estos y completamente secos, a la luz ultravioleta o
con la ayuda de reveladores según los casos (aquí fueron utiliza­
dos: dicloroquinona-clorimida y paranitroanilina diazotada), se cal­
culan los valores de Rf en cada mancha que aparece y con estos da­
tos y las correspondientes coloraciones observadas, viendo las que
surgen en los patrones utilizados como referencia, podemos identi­
ficar los siguientes compuestos:
Banda Gx (Rf 0,26-0,29) fué identificado como ácido P-cumárico.
Banda G2 (Rf 0,57-0,60) fue identificado como ácido salicilico.
Banda H (Rf 0,11-0,13) fue identificado como ácido vaníllico.
Identificación por espectrometría. Fracción fenólica.
Se emplearon del mismo modo que en caso de las fracciones
ácidas: disoluciones metanólicas al 0,01% de cada compuesto ob­
jeto de la presente identificación.
También se empleó como medio neutro: metanol «Merck» y
como medio alcalino añadiendo al mismo medio neutro (metanol)
una gota de disolución de hidróxido potásico al 10%. De esta ma­
nera se observaron las desviaciones que experimentan en las cur­
vas espectrofotométricas los máximos y mínimos.
Banda G x=sus máximos por las lecturas en el espectrofotómetro =260 y 280 m y mínimo a 240 mu
Banda G2“ lecturas de sus máximos: 235 y 300 m¡jt.
mínimos: 263 mu
Banda H=m áxim os: 260 y 285 m u
mínimos: 235 y 275 mu
•2? A
—
168 —
Desviaciones experimentadas al añadir al medio neutro un medio
alcalino.
b)
Fracción fenólica.
máximos: 300 y 340 m i
mínimo: 260 mu
G2=máximos: 225 y 300 mu
mínimo: 265 mui
H = máximo: 285 m u
k
mínimo: 250 m uk
169
—
—
VALORES DE Rf, VISIBILIDAD A LA LUZ ULTRAVIOLETA
Y COLOR EN COMPUESTOS IDENTIFICADOS: FRACCION
ACIDA
Fórmula química y nombre
Fluor.
uy
Color
si
a-violeta
Relevado Relegado
con D qc_ con PDN.
Rf
CH=CH-COOK
Acido
ferúli-
co
fj
Vi
a. P
0,15 0,17
r. s. p.
0,33 0,35
a ve
r. s.
0,18-0,20
a-am
a
0,23-0,25
a-ve
r. s.
0,47-0,50
1
COOH
A
OH
V .
M-h i droxibenz oic o
GOOH
V-
P-hiciroxibenzoico
si
a-vi
P-curnarico
A
I
'M
P-h i drox i'benza Ideh ido
—
Fórmula química y nombre
170
Fluor.
uv
—
Color
Relevado
^
con Dqc.
Relevado
nkIn
con PND.
Rf
m . p.
0 ,5 8 0 ,6 0
vi
0 ,1 3 -0 ,1 5
C-30H
C00H
A
OCH
y
.
Ac. vaníllico
ABREVIATURAS USADAS EN ESTAS TABLAS
Fluor.=fluorescencia
uv=u ltra violeta
D. q. c.=dicloroquinona clorimida
P. N. D .=paran itro anilinadiazotada
vi=violeta
a=azul
rs= ro sa
ve=verde
am = amarillento
m =m arrón
p = p álid o
— 171 —
VALORES DE Rf, VISIBILIDAD A LA LUZ ULTRAVIOLETA
Y COLOR EN COMPUESTOS IDENTIFICADOS: FRACCION
FENOLICA
Fórmula química y nombre
Fluor.
uv
Color
Relevado
r\
con Dqc.
Relevado
DMr\
con PND.
R»
si
a-vi
a-am
a-vi
0,56-0,29
sí
a-vi
m. p.
0,57-0,60
vi
0,11-0,13
CH=CH—COOH
A
l
%
Ac. P-cumarico
Ac. s a l i c i l i c o
00H
och3
Ac. v a n illic o
— 172 —
MEDIDAS
EN EL ESPECTROFOTOMETRO
DE LAS SUBSTANCIAS AISLADAS
Metanol
Metanol
Metanol
Metanol
Alcalino
Neutro
Alcalino
Neutro
Alcalino
Neutro
Acido
Acido
Acido
Acido
Acido
Acido
Acido
P-cumárico
P -cu m árico
P-OH-benzoico
P-OH-benzoico
M-OH-benzoico
M-OH-benzoico
ferúlico
ferúlico
290
250
liQO m'|IL
m|».
230
300 m|).
340
230
285 m¡i
320
260
310
250
290
OBSERVADAS
Metanol
Acido
Q60
mjx
ra^
225
235
240
275
235
245
mji
mji
m*A
mii
m ‘l
mi1
Mínimos
Metanol
Neutro
Acido P-OH-benzaldehido
mji
Máximos
Metanol
Alcalino
Acido P-OH-benzaldehido
my.
aisladas
Metanol
Neutro
salicílico
mji
Substancias
Metanol
Alcalino
Acido
salicílico
^5
Medio
Metanol
Neutro
Acido
vaniUínico
285
Reactivos
Metanol
Alcalino
Acido
vanillínico
^0
Metanol
Neutro
Acido
nm
Metanol
Alcalino
280
Metanol
— 173 —
SU BST A N C IAS QUIMICAS IDEN TIFICA DAS EN L A FRACCION ACIDA
CURVAS ESPEC TR O FOTO M ETRICAS DE ABSORCIO N u.v.
AImHm
A cM *
A, «-OM-
A cl4*
M * 4 lo Alcalino
B P-OM
■
A I m II m
MMtn
— 174 —
S U B S T A N C IA S QUIMICAS ID EN TIFICA D A S EN L A FR A C C IO N F E N O L IC A
C U R V A S ESP E C T R O FO T O M E T R IC A S DE A BSO R C IO N u.v.
tiio' 3
H
. ...
-------M o ílo A l« til no
Acido Vaníllica
F
Ad4oVaníllico
....... M W Io Alcalino
*----- - Mo4lo Neutro
— 175 -
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W i l l k o m m . “Flora H isp á n ica ”. V. I ll, 586. S in tib u s E. Sch ew eizerb art. 1880.
FLAVONOIDES Y AZUCARES EN PETALOS DE
FLORES DE «GENISTA OBTUSIRRAMEA» L. DE
LA ZO NA DEL PAJARES (ASTURIAS)
POR
ANA M.ft APARICIO ANTUÑA
I .—Características generales de la Genista Obtusirramea L.
Pertenece esta planta a la familia botánica de las Papilionaceas,
la localización preferente de esta especie podemos situarla en la
«región alpina» de los montes astúricos y en todas las vertientes
que van desde esta zona hacia las provincias de Santander y Ga­
licia asi como también en la vertiente Leonesa.
En esta especie botánica son arbustos inermes, con una altura
aproximadamente que oscila entre 0,5 hasta 1 metro y ramosos;
los tallos viejos carecen de hojas y presentan en su corteza un to­
no negruzco; por el contrario los tallos jovenes son de un color
verdoso plateado y sus hojas poseen un tono de color idéntico;
estas son sentadas y unifoliadas. Las inferiores son obstusas y
fasciculadas, las restantes por el contrario son siempre lanceola­
das. Las flores son de un color amarillento vivo, aparecen casi
siempre en solitario (en número de seis a siete). En esta especie,
por pertenecer a la Familia botánica Papilionaceas, sus flores pre­
sentan forma de mariposa. El pedúnculo pubescente es mas corto
que el cáliz y cercado en la base de un hacecillo de hojas diminu­
tas. Los dientes del labio superior del cáliz son: anchos y lanceola­
dos, mientras que los del labio inferior son agudos y mucho más
— 178 —
pequéños. El estandarte es elíptico, obtuso o ligeramente escotado
en el ápice, peloso exteriormente asi cómo también la quilla que
ès un poco más corta que aquél. Las alas son punteadas y lampi­
ñas.
El fruto de estas plantas es una legumbre de tono parduzco
verdoso, recubierta de pelos, son oblongo lunares y rectas, termi­
nadas en un pico estrecho, la longuitud de estos frutos suele ser
de unos 10 mm. de longitud aproximadamente. (Willkomm 1888)
(Coste 1968).
El periodo de floración coincide generalmente con la primera
quincena del mes de julio.
II.—Recolección.
Para la realización del presente trabajo se efectuó la recolec­
ción de las flores en el puerto de Pajares, más exactamente en el
lugar conocido por el nombre de: «Brañilin».
A fin de empezar los primeros ensayos, en el mes de julio de
1971 se realizó la primera recogida de flores. Pero podemos decir
que el trabajo se comenzó con los extractos que procedieron de
las recolecciones efectuadas entre los dias diez y ocho y veintitrés
de Julio de 1972. El material empleado en este caso era fresco,
pero también pudo haber sido desecado, siempre naturalmente
evitando alteraciones por acción enzimàtica tales como fermenta­
ciones, putrefacciones, etc.
Se partió de un material inicial: flores cuyo peso era exacta­
mente 226,5 gr.
III .—Métodos a seguir para la obtención de extractos.
Calculada previamente la humedad del material a partir del
cual se van a obtener estos extractos (éste se verifica pesando una
cantidad fija e introduciéndola en estufa de desecación, volviéndo­
la de nuevo a pesar y repitiendo el proceso hasta que las dos últi­
mas pesadas sean concordantes). En el caso concreto, objeto del
presente estudio se observó que los pétalos de flores de «Genista
obtusirramea» L. poseían un 90% de humedad. A continuación se
trituraron en Turmix, con una cantidad de etanol de 96° justa y
necesaria, para que teniendo en cuenta el contenido en agua de
— 179 —
ias flores la concentración alcohólica final sea de 85%. (Geissman
1955). Graduación necesaria, pues con ella se logra una inactiva­
ción de enzimas y de este modo se evitan fermentaciones.
Para el peso de la materia vegetal de que se partió y que fue
de 226,5 gr., la cantidad de etanol utilizada resultó ser de aproxima­
damente unos 1.400 cc. Una vez verificado el trituramiento en turmix, la pasta resultante se pasa por un paño blanco, se exprime
bien y a continuación se filtra, éste líquido filtrado y todos los ob­
tenidos a continuación por el mismo procedimiento se reúnen. Al
marco resultante de la primera extracción, se le vuelven a añadir
500 cc. de etanol de 85° removiendo y dejando en contacto un
cuarto de hora. Pasando de nuevo por paño blanco, exprimiendo
y filtrando. Estas operaciones se repiten, hasta que veamos sale
el alcohol puesto en contacto con el marco completamente incolo­
ro (seis veces en éste trabajo), lo cual indica no existen más subs­
tancias para extraer. En éste caso concreto los líquidos filtrados
reunidos, dieron un volumen total de 4.900 cc. A continuación estos
líquidos extractivos fueron concentrados en rotavapor (a una tem­
peratura del baño de maría 40° y la presión que se alcanzó en el
aparato fue de 700 mm.) hasta obtener 75 cc. de extracto y conse­
guida una eliminación total del etanol. Este extracto final pre­
senta una coloración amarillo verdosa obscura y es untuosa al
tacto.
IV.—Fraccionamiento.
Es preciso realizar en este extracto que no contiene en abso­
luto alcohol etílico, una serie de extracciones a fin de purificarlo
de aquellas substancias, que interfieren por completo el análisis
de flavonoides objeto del presente trabajo, tales como grasas, clo­
rofilas, carotenos, etc., y que es preciso eliminar. Para ello se em­
plean como disolventes más adecuados «Eter de petroleo» o «N-Hexano» (Gessman y colaboradores 1956). En el caso que nos ocupa
se utilizó «Eter de petroleo», cuatro veces se lavó el extracto a pu­
rificar con 80 cc. utilizando ampollas de decantación y poco a po­
co adquiriendo la capa etérea un tinte verdoso, ello nos indica que
va arrastrando las substancias que es necesario eliminar, hasta
que en la última extracción ya desaparece este tinte verdoso y se
torna incolora, momento en el que se interrumpe este fracciona­
— 180 —
miento o más propiamente purificación. A continuación se realiza
una segunda operación conocida como:
V.—Extracción propiamente dicha.
También se realiza en ampolla de decantación y viene a ser
un fraccionamiento, aquí se emplea como líquido extractor: Ace­
tato de etilo (Vuatar y colaboradores 1956). Realizándose hasta un
total de este trabajo de seis extracciones; entre cada una de ellas,
se deja la ampolla en reposo media hora, en la final se eleva este
tiempo a dos horas. Una vez concluida la operación se habrán ob­
tenido dos soluciones extractivas: a) una fracción acuosa de un
color pardo-ocre-anaranjado y b) otra fracción orgánica (corres­
pondiente a la extracción con acetato de etilo) de un tono amarillento-topacio con un ligero matiz verdoso. Ambas fracciones se
filtran y se concentran en rotavapor. (Vega y Fernández 1971).
De la fracción acuosa se obtuvieron = 18 cc.
De la fracción orgánica se lograron=10 cc.
Ambas fracciones se filtraron, se concentraron por separado en
rotavapor y se guardaron en un desecador a vacio, con el fin de
que pierdan el poco líquido que poseen y se concentren a seque­
dad, hasta consistencia pulverulenta. Como substancia desecadora
se emplea pentóxido de fósforo (P20 5), cambiando esta substan­
cia varias veces, hasta conseguir que los extractos queden com­
pletamente secos. Al concluir esta operación, se calcula en cada
uno de ellos el rendimiento. Para ello se pesa cada uno de los dos
extractos.
—Extracto acuoso=7,3 gr. en 226,5 gr. de flores. Su tanto por
ciento de rendimiento es de 2,1 gr. %.
—Extracto orgánico (de Acetato de etilo)=1,9 gr. en 226,5 gr.
de flores, por tanto su tanto por ciento de rendimiento es de
1,91 gr. %.
VI.—Naturaleza y distribución de los flavonoides.
Son los flavonoides, dentro de los compuestos fenólicos, el gru­
po que se encuentra más ampliamente distribuido dentro del rei­
no vegetal, abundan particularmente en plantas fanerógamas y
criptógamo-vasculares, dentro del primer grupo especialmente en
— 181 —
las dicotiledóneas (Bezanger-Beanquerne, 1962). Los flavonoides y
flavonas son los más extendidos (Harborne, 1960). En todas las
partes de las plantas superiores se encuentran, pero preferente­
mente ciertos tipos son más característicos de algunos tejidos que
de otros.
En el año 1948, comienza a desarrollarse la investigación de
los flavonoides naturales; con la aplicación de los métodos cromatográficos realizados por Bate-Smith, a partir de entonces se han
venido realizando varios trabajos relacionados con su existencia
en las plantas, sus propiedades farmacológicas, sus aspectos gené­
ticos y bioquímicos, la tecnología de los alimentos, etc. Por ello
aparecieron entre los años 1952-1958 los ensayos efectuados por
Karrer y Geissman; en 1959 y 1960 por Harborne y Hansel (1959).
Así como la extensa obra editada por el propio Geissman en 1962
con la colaboración de diversos especialistas y también de gran im­
portancia la publicada recientemente por Harborne.
Reciben el nombre de flavonoides en general aquellas substan­
ciar orgánicas que corresponden a una estructura general: C6-C3-C6
y que son substancias colorantes hidrosolubles, existentes en las
células vegetales (Libreton 1957). Más recientemente, algunos ininvestigadores han incluido en éste grupo también a los ácidos
cinámicos (tal es el caso de Swain, 1965).
Para establecer una clasificación entre los diversos tipos de fla­
vonoides, hemos de hacerlo basándonos en el grupo oxidacción de
la cadena C3 (ver cuadro adjunto núm. 1). De éste modo correspon­
derá el más elevado a los flavonoides y el más bajo a las catequinas.
Poseen también hidróxidos en diversas posiciones, aunque se
puede afirmar que la subtitución más frecuente es la que corres­
ponde a un derivado de la floroglucina en el anillo A (excepto en
las chalconas) y de pirocatequina en el anillo B.
Numerosos flavonoides tienen como substituyentes grupos metoxilo y metilen-dioxilo (Geisman 1955). En la naturaleza se ha de­
mostrado que se encuentran como mono o poliglucósidos, siendo
los azúcares más comunes con los que forman compuestos: glu­
cosa, ramnosa y galactosa, esta unión glucosídica se verifica pre­
ferentemente con el grupo hidróxilo que ocupa la posición 7 en las
flavonas, o el equivalente en otros tipos, aunque también se ha
demostrado que para los flavonoles esta unión se realiza por el
que ocupa la posición 3. Más recientemente se logró encontrar
— 182 —
la existencia de c-glucósidos, derivados acilados de los ácidos hidroxicinámicos (Harborne 1964) y dímeros que reciben la denomi­
nación de bi-flavonilos (Harborne y Simonds 1964).
VII .—Propiedades químicas.
Para el aislamiento e identificación de flavonoides, tienen par­
ticular Ínteres ciertas propiedades químicas como son:
La formación de puentes de hidrógenos intramoleculares que
pueden influir en las características de los espectros uv, ir y rmn,
puntos de fusión y estructuras cristalinas, aunque de una manera
especial en la solubilidad, reacciones de color y formación de com­
plejos.
Los enlaces intramoleculares son más fuertes en los compues­
tos perihidroxicarbonilos (5-hidroxiflavonas) que en los orto-hidroxicarbonilos (3-hidroxiflavonas); el anillo de sus miembros, forma­
do en el primer caso, es más estable que el del cinco. Aquellos fla­
vonoides que posean muchos hidroxilos fenólicos, tienen puntos de
fusión muy elevados y por tanto son insolubles en los disolventes
comunes.
En general, como polifenoles que tienen carácter ácido, acen­
tuado este en aquellos que poseen grupo carbonilo, en general son
solubles en disoluciones de hidróxido sódico (Briggs y Locker 1951).
Los enlaces anteriormente mencionados reducen la actividad
química de los grupos fenólicos, como se pone de manifiesto en las
reacciones de esterificación y eterificación, por lo cual este obliga
al empleo de catalizadores. Aquellos hidroxilos que están situados
en posición «Para» con respecto al carbonilo, se metilan con di­
ficultad con diazometano y yoduro de metilo, por lo que fácilmen­
te se prepara 5-hidroxipolimetoxiflavonas (Dean 1963). La metilación completa se logra con sulfato de metilo.
Cuando se emplea una base débil como el bicarbonato sódico,
la reacción transcurre preferentemente en el orden siguiente: 7, 4,
3’, 3; si se utiliza carbonato sódico la mediación se verifica en or­
den inverso (Dean 1963, Thomson 1964). La metilación completa
selectiva, se logra también, protegiendo los grupos hidroxilos en
orto por quelación con ácido bórico.
La alquilación de compuestos parcialmente esterificados, no
siempre da buenos resultados, porque los grupos acilos sufren fre­
cuentemente transposición con grupos orto o para-hidroxilos.
c, dihidroflavonas
(R =H ), dihidroflavonoles
(R = H ); flavonoles (R =O H ); c, isoflavonas;
chalconas, h, auronas.
(R=O H ); d, flavonas
f, dihidrochalconas ; g,
— 183 —
— 184 —
V ili .—Métodos cromatográficos e identificación.
Obtenidos ambos extractos: «acuoso» y «orgánico», se proce­
de a una determinación cromatogràfica cualitativa (en cada uno
de ellos) de los flavonoides y azúcares que entran a formar parte
de los mismos.
Siguiendo la pauta dictada por Harborne 1967, para la identifi­
cación de flavonoides, se han utilizado en el presente trabajo: La
cromatografía en papel y en un principio también se hicieron en­
sayos en capa fina; pero en éste case dieron resultados más con­
vincentes los efectuados en papel).
Fig. 2.— D istrib u ción de los fla v o n o id es en crom atografía en p ap el, d i­
so lv en tes : 1 BAW , 2 A W ; fl flavon as, fl-3-O H fla v o n o les, A u auronas,
Ch chalconas, d fl dihidroflavonas, dfl-3-O H d ih id roflavon oles, C at cateq u in a s, Ifl isoflavon as, gl glucósidos.
En general son muy adecuados para el control inicial e identifi­
cación provisional, el empleo de cromatogramas bidimensionales
antes de iniciarse el aislamiento definitivo de las substancias y se
confeccionan con papel Whatman núm. 1, este papel también se
utiliza en los cromatogramas unidimensionales ascendentes (com­
paración de substancias problemas aisladas con patrones).
En el primer caso logrado, al utilizar el cromatograma bidimensional de control, habremos identificado provisionalmente las ca­
— 185 —
racterísticas más generales de las substancias a investigar, asi co­
mo también se observa cual es el disolvente más adecuado para
separar unas substancias de otras, al mismo tiempo que se evitan
interferencias. De este modo en la primera dirección del cromatograma bidimensional se utilizaron disolventes alcohólicos general­
mente, puesto que son muy adecuados para el desarrollo de todo
tipo de flavonoides. Sin embargo en las determinaciones del Rf
(relación entre distancia desde donde se deposita el problema al
centro de la mancha y la distancia desde el mismo punto de parti­
da al frente que alcanza el disolvente) son menos seguros que en
los acuosos; el más frecuente es el BAW (butanol-acético-agua).
Con agua se han podido separar glucósidos de flavonas y flavonoles (Baker y col, 1953; Roberts y col, 1956), catequinas e incluso
antípodas ópticas en este grupo (Roberts y Wood 1953). No es
apropiada para el desarrollo de agluconas, pero sí para separarlas
de sus correspondientes glucósidos, asi como también para dife­
renciar dihidroflavonas móviles de flavonas y flavonoles que no
se mueven con él. La substitución del agua por mezclas de acé­
tico agua en diversas proporciones es muy frecuente. Las mezclas
ácidas como «forestal» (acético-clorhídrico-agua), acético al 60%
son muy útiles en las separaciones de agluconas de flavonas y fla­
vonoles (Bate-Smith 1956).
El benceno-acético-agua es muy útil para separar agluconas
de cualquier tipo de flavonoide. También los disolventes fenólicos
tienen la ventaja de proporcionar en la separación de agluconas
una forma de «Rf» mucho más extensa que en los disolventes an­
teriores, pero en cambio tienen el inconveniente de originar colas
(Harborne 1960).
Como anteriormente se indicó en la cromatografía bidimensio­
nal de control, se emplearon en la primera dirección disolventes
alcohólicos, mientras que en la segunda fueron utilizados disol­
ventes acuosos, concretamente es este caso: 1.a dirección BAW,
2.a dirección AW. De éste modo se han obtenido buenas separacio­
nes entre los distintos grupos de flavonoides. Con los datos reco­
gidos en la bibliografía de Harborne (1960-1967), Geissman (1955)
y Handel (1959). Se ha podido observar más o menos exactamen­
te una localización o distribución de los flavonoides en el papel
cromatogràfico y así según Harborne (1959) los flavonoides se dis­
tribuían en cromatografía en papel del siguiente modo que apa­
rece en el cuadro adjunto núm. 2.
— 186 —
Una vez realizado el control inicial por cromatografía bidimensional, se procede a aislar cada una de las substancias siempre
observando que disolvente es más adecuado para separar cada una
de ellas. Ello se realiza mediante cromatografía monodimensional
descendente en banda, utilizando papel Wahtman núm. 3 MM. Por
estos datos de identificación provisional, una vez desarrolladas con
el disolvente idóneo las diferentes substancias. Secos los bandeos
y observados a la luz ultravioleta, a la misma en presencia de va­
pores de amoniaco, se van marcando las diferentes bandas que
aparecen en el papel, se recortan y eluyen cada una por separado
en alcohol de 70°. Estos extractos después de filtrados se concen­
tran en rotavapor. Al mismo tiempo se vuelven a repetir cromatogramas bidimensionales iniciales con cada uno de los extractos de
estas bandas, a fin de observar si corresponden a una sola subs­
tancia, o si en cada una existe algún compuesto más. Si efectiva­
mente observamos más de una mancha por este control bidimensional, se repiten los bandeos. Ademas del empleo como eluyentes
del BAW/AW, es conveniente utilizar en los controles otros disol­
ventes tales como: F/W/AW, BzAW/.AW, Acético, CIHW/Aw, etc.
(Fernández, 1971).
Disolventes utilizados en el desarrollo de flavonoides
Abreviatura Componentes
W
AW
BAW
Forestal
FW
IAW
BPW
BzAW
PAW
Agua
Acético/agua
n-butanol/acético/agua
Acético/clorhídrico/agua
Fenol/agua
Isopropanol/amoniaco/agua
Butanol/piridina/agua
Benceno/acético/agua
Propanol/acético/agua
Proporción v/x
—
15:85
4:1 :5
30:3:10
A saturación
10:1:1
3:4:3
125:72:3
1:1:1
— 187 — ^
IX .—Reacciones de color.
Existen reacciones de color para caracterizar más o menos exac­
tamente, las manchas que aparecen en los cromatogramas, aun
cuando las descripciones de colores en la bibliografía son muy
subjetivas, sin embargo pueden prestar una gran ayuda en las iden­
tificaciones cromatográficas. Recientemente Curt y Holland (1967)
proponen el empleo de veintinueve reacciones de color. Con las
que es posible realizar determinaciones de grupo.
En el presente trabajo, se han utilizado un número más redu­
cido y con estos colores es posible caracterizar distintos flavonoi­
des con los tipos de substitución más frecuentes y que figuran en
el cuadro adjunto.
En un principio, según la posición de las manchas (antes de
emplear cualquier revelador que ayude mejor a esta caracteriza­
ción), es factible con los datos obtenidos en la bibliografía de Har­
borne (1960-1967), Gessman 1959, obtener una distribución de los
flavonoides sencillos en el cromatograma, aunque algunos se apar­
ten de la localización teórica.
Existe un reactivo general revelador de todos los flavonoides,
aplicado por pulverización sobre las manchas problema, éste es
el denominado «Reactivo de New» (2-amino-etilo-difenil-borinato).
Por otra parte, para la revelación de aminoácidos existe un reac­
tivo específico que es la «ninhidrina» (en la parte acuosa). Del
mismo modo que existe un reactivo aplicado para revelar azúcares:
el «Ftalato ácido de anilina».
En general son los «flavonoles» de un tono amarillento o amarillento-verdoso, al ser observados los cromatogramas a la lámpa­
ra de luz ultravioleta, si se les pone en contacto con vapores de
amoniáco se intensifica el color. Los glucósidos de flavonol a la
luz ultravioleta, asi como los glucósidos de flavona son de un
aspecto por su color: obscuros, e inmediatamente puestos en pre­
sencia de vapores de amoniáco se transforman en una tonalidad
amarillenta.
Pulverizados con un revelador «tipo álcali» adquieren un color
amarillo parduzco y permanecen amarillos si son empleados co­
mo reveladores: el hidruro de boro y sódico, ácido para-toluensulfónico y el cloruro de aluminio (harborne 1969).
— 188 —
CUADRO DE REACCIONES DE COLOR
1
uv
Flavonoles
Flavonas
Isoflavonas
Auronas
Chalconas
Fiavanonas
Flavanonoles
YYG
B
Pp-Yp
YG
B-BG
B
B
2
v
YG
Y
Pp-Yp
RO
R-BG
Yp
d-Yp
3
v
YB
Y
Gp
RO
R-BY
YB
YB
4
v
5
v
6
v
7
uv
c
Y
C
C
C
CO
V
Y
Y
C
—
—
Y
Y-G
Y-G
G-Y
O-Y
Y
Y-G
C-Y
—
—
—
V
V
—
C
c
1 = sin revelar; 2 = vapores de amoniáco; 3 = álcalis; 4 = rodamina B; 5 =■ hidruro de boro y sodio; 6 = ácido paratoluensulfónico; 7 = cloruro de aluminio.
v = luz natural; uv = luz ultravioleta; B = pardo; B1 = azul;
C = incoloro; d = obscuro; G = verde; O = naranja; p = pálido;
pK = rosa; R = rojo; V = violeta; Y = amarillo.
«Las flavonas» son obscuras observadas directamente a la luz
ultravioleta, en presencia de vapores de amoniaco, pasan a tonali­
dades amarillas o verdes y de igual manera ocurre este cambio de
tonalidades, al ser pulverizados con: «hidruro de boro y sodio» y
con «cloruro de aluminio».
Los glucósidos de flavona o flavonol ocuparían una posición
central en el cromatograma, mientras que las agluconas de flavona
o flavonol ocuparían una posición a la izquierda hacia arriba.
«Las auronas y chalconas» se distinguen en general por las co­
loraciones rojas o naranjas que muestran observadas a la luz ul­
travioleta y con vapores de amoniáco. Las «isoflavonas» pueden ad­
quirir un color azul, amarillo o verdosas al ser observadas a la luz
ultravioleta; tienen un revelador específico que es el cloruro de
aluminio, una vez pulverizados con él, si realmente son isoflavo­
nas adquieren un tono amarillo-verdoso muy intenso. «Las flavanonas», «flavononoles» y «catequinas» son obscuras y un poco vio­
letas, observadas a la luz ultravioleta, expuestas al contacto con
vapores de amoniáco, no experimentan variación ninguna de las
tres. Al ser pulverizadas con «Rodamina B», los tres compuestos
anteriormente citados dan una coloración violeta sobre fondo ro­
sado que es el tono del reactivo. Con ácido para-toluen-sulfónico,
las catequinas dan colores rosas o violetas azulados, las flavonas y
— 189 —
flavononoles adquieren tonos obscuros. Al ser pulverizados con
«hidruro de boro y sodio»:
«Las catequinas»: presentan coloraciones rosas.
«Las dihidroflavonoles»: presentan coloraciones amarillas. (Curtze y Holland 1967).
«Las dihidroflavinas»: presentan coloraciones rojo-violáceo.
X .—Hidrólisis ácida.
«Las dihidroflavonas»: presentan coloraciones rojo-violáceo,
con azúcares al estado de glucósidos. Es preciso romper esta unión
a fin de identificar no solamente el flavonoide, sino también el azú­
car a quien va ligado. Para ello nada más necesario que realizar
una hidrólisis ácida. A veces se presentan dificultades, debido a
que los glucósidos son particularmente resistentes y a que ciertas
agluconas se destruyen por calefacción prolongada. (Harborne
1960). Se realiza generalmente manteniendo el glucósido disuelto
en metanol, en ebullición con ácido clorhídrico (C1H 1N) durante
una hora en atmósfera de nitrógeno (Nordstrom y Swaim 1953), o
en su ausencia requiere un tiempo más extenso, como dos horas.
Realizada esta operación, ya en frío, la aglucona se extrae con éter.
Por si aún existen glucósidos que no se hidrolizan, u otras subs­
tancias que no sean glucósidos, se realiza una segunda extracción
con acetato de etilo.
A fin de caracterizar las agluconas en la parte etérea, se reali­
zan cromatogramas monodimensionales ascendentes con patrones
y empleando cuatro tipos de eluyentes distintos: BAW-P/W-Forestal-Bz-A-W.
En la «parte acuosa» irán los azúcares y éstos se ponen de ma­
nifiesto realizando cromatogramas monodimensionales descenden­
tes, empleando como eluyente específico: una mezcla de BPW, en
la proporción 6/4/3, y con patrones de azúcares. Para efectuar esta
identificación, es preciso con anterioridad en esta parte acuosa,
eliminar la acidez por precipitación del ácido mineral en forma
de sal insoluble, resinas cambiadoras de ión (Swain v Nórdstron
1955) o la estracción con n-dioctilmetil-amina al 10% en cloroformo
(Harborne 1960 a). En el presente trabaio se utiliza éste último mé­
todo. La caracterización de los azúcares como ya se indicó por
cromatografía en papel y su posición por los datos espectrales.
— 190 —
Puesto que puede deducirse de los desplazamientos de los máxi­
mos de absorción del espectro ultravioleta en etanol con diferen­
tes reactivos (Harborne 1970).
XI.—Espectrofotometría.
Los flavonoides exhiben máximos de absorción determinados
en la región del uv cuya posición varía según la contribución rela­
tiva a la resonancia de las formas mesómeras, responsables de
ellas. Asi pues se estudiaron las dos bandas de absorción de flavo­
nas y flavonoles en relación a sus estructuras (Jurd y Horowitz
1957). Las diferencias con las isoflavonas, dihidroflavonas, catequi­
nas, etc., así como las características de absorción de auronas y
chalconas (Jurd 1962), también son conocidos los cambios que oca­
sionan los substituyentes de los anillos A y B. La influencia de la
metilación, glucosidación de hidroxilos, en relación con el «grupo
carbonilo» (Swain y Nordstrón 1955). La localización de los hidro­
xilos se establece con relativa seguridad por los desplazamientos
de los máximos provocados por la influencia de diferentes reac­
tivos: Cloruro de aluminio (Horowitz 1957 a), acetato sódico (Jurdy Horowitz 1957), bórico-acetato sódico (Jurd y Horowitz 1957).
A fin de obtener buenos espectros es preciso realizar la elución
de la mancha del papel cromatográfico, de forma que no se arras­
tren muchas impurezas del papel porque interferirían la absor­
ción de los flavonoides en la región del espectro. De éste modo los
flavonoides aislados se disolvieron en metanol absoluto caliente
(una cantidad aproximada como de 20 mi.) dejando en reposo un
tiempo prudencial e inmediatamente se filtra, midiéndose el espec­
tro frente a metanol absoluto. Las lecturas se hicieron en un espectrofotómetro Zeiss P M O IT, en cubetas de cuarzo y después de
añadir los siguientes reactivos:
—Cloruro de aluminio — 5 gr. de cloruro alumínico anhidro, se
disuelven en 100 mi. de metanol absoluto; de esta disolución se
añaden 6 gotas a las cubetas que contienen el problema y el blanco.
—Cloruro aluminico-ácido clorhídrico = después de efectuar la
lectura con cloruro alumínico se añaden a las cubetas tres gotas
de ácido clorhídrico al 33% y nuevamente se lee el espectro.
—Mediato sódico = se deja secar previamente el reactivo una
hora en estufa a 130° y se añade al problema hasta conseguir una
— 191 —
disolución saturada, se filtra éste para eliminar el exceso de reac­
tivo y se lee de nuevo.
—Acetato sódico = añadir a la disolución del flavonoide pro­
blema, un exceso de acetato sódico anhidro fundido, filtrar a los
quince minutos, leer a los 10 minutos.
—Acido bórico (saturado con metanol) —Acetato sódico = a
unos tres cc. de la solución problema se le añaden cinco gotas de
ac. bórico, se satura la solución con acetato sódico, se filtra y se
lee inmediatamente.
Resultados
Una vez obtenidos ambos extractos: «acuoso» y «orgánico» a
partir de los pétalos de flores de la planta: especie botánica «Genista obtusirramea» L. del modo indicado anteriormente, se reali­
zaron con ambos los análisis cromatoeráficos correspondientes;
los resultados obtenidos fueron los definitivos después de haber
realizado en cada uno un número variable de determinaciones cromatográficas a fin de asegurarse de los resultados alcanzados.
XII.—Comportamiento cromatográfico de las preparaciones.
a)
Extracto acuoso.
Tomando una pequeña cantidad del «extracto acuoso» (de color
ocre-pardo-anaranjado) se disuelve en una parte mínima de etanol
de 96° y a partir de esta disolución problema se realizan varios cro­
matogramas bidimensionales de control (BAW/AW). En ellos apa­
recen cuatro manchas bien identificadas en el cuadrante inferior
derecho, que observadas a la lámpara de luz ultravioleta, sus to­
nos son obscuros, pero al poner el cromatograma en contacto
con vapores de amoniaco aparecen los colores claramente diferen­
ciados y asi observamos: una de ellas (diferenciadas todas con la
letra A y un subíndice): A, de mayor tamaño que las restantes,
más o menos ocupando una posición central y de tonos rosados
tirando a rojiza, otra A2 un poco más superior en situación, de co­
lor amarillo intenso; en la parte más inferior (con relación al cen-
— 192 —
tro del cromatograma), tenemos una de tono anaranjado A3 y por
fiji en la parte derecha pero en situación más hacia arriba una de
color azul intenso con un matiz verdoso, A4.
Tabla de máximos de absorción fundamentales de los flavonoides.
Flavonas
Flavonoles
Isoflavonas
Dihidroflavonas
Leucoantocionidinas
Auronas
Chalconas
BII (m)
240-270
240-270
250-270
270-290
280
BI (m)
320-350
340-380
300-330Í
320-330Í
350-430
340-390
300-320Í
220-270Í
i = inflexión
Desplazamientos de los máximos en flavonas substituidas.
Reactivos
Cloruro alumínico
Acetato sódico
Etilato sódico
Bórico-acetato-sódico
Substituyentes
5-OH
3-OH
7-OH
4-OH
O-di-OH
Desplazamientos medios
BI
+40 m
BU
+10 m
+10 m
+55 m
25 m
En principio Aj = por la posición y el color observados podría
ser un «glucósido de flavona», A2 — cabría la posibilidad también
por idéntica razón que fuera un «glucósido de flavonol», la A3 =
podría ser un «glucósido de flavonona». La mancha azulada A4
ocupa una situación que es en la que generalmente se depositan
los ácidos. Sin embargo para afirmar estas suposiciones es preciso
realizar diversos exámenes. En primer lugar corresponde averiguar
si cada una de las manchas pertenece a un solo compuesto o a va­
rios. Para ello se realizan: cromatogramas en bandas unidimensio­
nales descendentes con el extracto problema: «bandeos» en el di-
— 193 —
solvente que nos ha parecido más idóneo para separar mejor las
manchas y en éste caso es la mezcla A/W. Estos «bandeos» se reali­
zaron utilizando la mayor cantidad de extracto problema posible.
Una vez eluidos estos cromatogramas y muy bien secos, son ob­
servados a la luz ultravioleta apareciendo en este caso tres ban­
das obscuras, que al estar en contacto con vapores de amoniáco
aparecen del mismo tono que las manchas anteriormente citadas y
más aun, una cuarta banda de tono azul en último lugar y muy
intensa.
Se procede a separar las bandas, separando y recortando cada
una, de tamaño muy finas; se dejan en contacto con etanol de
70° un tiempo prudencial de unas tres a cuatro horas, a fin de
que el alcohol pueda extraer las substancias que impregnan el pa­
pel (que en este caso es Whatman núm. 3 MM, mientras que para
los bidimensionales de control se utilizan Whatman núm. 1).
El extracto obtenido de cada una de las bandas se vuelven a
concentrar en rotavapor y se procede a efectuar un control cromatográfico bidimensional para comprobar si cada banda corres­
ponde a una sola substancia o a más de una. En el presente caso
efectuado este control, cada mancha efectivamente corresponde a
un solo compuesto y asi tenemos en cada cromatograma bidimen­
sional:
—Ai mancha única central, obscura observada a la luz ultra­
violeta. En presencia de vapores de amoniáco se torna anaranjada.
Por estos datos de identificación provisional se supone es un glu­
cósido y parece ser de flavona.
Se realiza una hidrólisis ácida durante dos horas. Posterior­
mente se extrae con éter la aglucona correspondiente y con aceta­
to de etilo por si parte quedó sin hidrolizar. Se realizaron con el
extracto etéreo cromatogramas bidimensionales en primer lugar
que corroboran si efectivamente es una flavona, por la posición
que ocupa en el mismo y posteriormente los cromatogramas de­
finitivos unidimensionales ascendentes comparando con diversos
patrones y empleando cuatro eluyentes distintos (como se indicó
en páginas anteriores). Se miden los valores de «Rf» y en este caso
concreto Ax demostró coloración y valor de su' «Rf semejante al
de la « Luteolina».
Para caracterizar los azúcares correspondientes a esta aglucona
(y que con ella forma un glucósido, antes de efectuar la hidrólisis);
en la parte acuosa previamente neutralizada su acidez con MNdioctil-metil-amina, se efectúa -una cromatografía unidimensional
— 194 —
descendente con patrones de azúcares y como eluyente la mezcla
específica para ellos: BPW. En este caso el azúcar fué: glucosa.
Aii
aglucona= luteolina
azúcar= glucosa
—A2=mancha única situada en parte izquierda del cromatograma, que observada a la luz ultravioleta aparece amarillenta y
este color se intensifica en presencia de vapores de amoniaco pre­
sentando tonalidades amarillo-verdosas por su posición y color se
podría decir provisionalmente que se identifica con un glucósido
de flavonol.
Después de verificar una hidrólisis ácida del mismo modo que
en el caso anterior y posteriormente idénticos procesos posterio­
res tanto con la aglucona (en parte etérea) como con la parte acuo­
sa: con los azúcares y utilizando patrones en ambos casos se llegó
a la conclusión de ser sus características semejantes a la «Quercetina ».
A2:
aglucona= quercetina
azúcares=ramnosa y glucosa
—A,=m ancha única situado en parte derecha del cromatograma y un poquito más arriba del centro de éste, a la luz ultravioleta
y en presencia de vapores de amoniaco presenta una tonalidad rojiza-anaranjada, por la coloración y situación provisionalmente se
puede identificar como glucósido de flavanona.
Realizada una hidrólisis como en casos precedentes y posterior­
mente los mismos procesos de identificación: inicialmente una cro­
matografía bidimensional que nos confirma que la aglucona se
asemeja a una flavanona, ya que con los patrones queda confir­
mada su naturaleza como Hesperetina y por los valores de «Rf»
y las coloraciones. Del mismo modo también se identificaron los
azúcares que en este caso resultó ser solamente uno.
A3:
aglucona=hesperetina
azúcar= glucosa
—A4=banda de color azul intenso aparecida en el bandeo ini­
cial, resultó ser ácido clorogénico.
En espectrofotometría a la luz ultravioleta (uv).
—Aa= su s máximos de absorción en metanol confirmaron su es­
tructura de «flavona»; presenta un máximo a 350 m.. otro a 260 mu
y un mínimo a 310 m ¡j. No existen o por lo menos no se observaron
— 195 —
variaciones ni desviaciones en los máximos de las curvas corres­
pondientes en esta substancia problema con los siguientes reactivos y
volver a observar en el espectrofotómetro en cada caso: 1.°) C13A1,
2.°) mezcla de C13A1 + ClH, 3.°) metilato sódico, 4.°) acetato sódico,
5.°) mezcla de ácido bórico saturado con metanol.
—A2= su s máximos de absorción en metanol confirmaron su
estructura de «flavonol». Presenta un máximo a 365 y otro a 268,
un mínimo característico a 310 al añadir en varias veces, las subs­
tancias anteriormente citadas tales como: 1.°) C13A1; 2.°) C13AI 4C1H, 3.°) metilato sódico; 4.°) acetato sódico; 5.°) ácido bórico sa­
turado. Los máximos no experimentan variación ninguna.
—A3= sus máximos de absorción en metanol confirmaron su es­
tructura de «flavanona» y asi nos encontramos con un máximo a
330 m, otro a 280 m y un mínimo a 315 m. Tampoco experimentan
las curvas ninguna variación al añadir la substancia problema los
compuestos anteriormente citados.
—A4= su s máximos de absorción en metanol: 330, 260 y 235 m
mínimos de absorción en metanol: 310 y 240
Extracto acuoso
«Datos cromatográficos»
Ax (aglucona)
A2 (aglucona)
A3 (aglucona)
a4
80
83
73
60
75
65
85
56
66
46
80
80
56
48
60
70
Extracto acuoso
«Reacciones de color »
I
Substancias
uv
NH3
At (Aglucona)
A2 (Aglucona)
As (Aglucona)
A4 (Aglucona)
B
Y
B
BI
Y
YG
Y
B1
II
uv
III
v
uv
v
uv
Y
YB
YB
C
C
V
C
Y
C
C
Y
Y
Y
IV
V
— 196 —
II = álcalis; III = Rodarriina B; IV = Para-toluen-sulfónico; V =
Cloruro de aluminio; B = pardo; C = incoloro; G = verde; Y =
amarillo; B1 = azul.
Bandas
Ai
|
Reactivos
¡>
1
Máximos de absorción (m) de las substancias aisladas en el extrac­
to acuoso.
As
__A,____
ívietdnui
11
I
260
350
768
380-365
280
330
260-232
330
Cloruro de aluminio
II
I
270
360
275
385-360
240
310
360-222
330
Cloruro de aluminio
Acido clorhídrico
II
I
763
375
265
380-360
230
300
250-223
320
Metilato sódico
II
I
280
370
270
400-335
235
300
280-225
320
Acetato sódico
II
I
766
365
265
365
245
310
280
340
Acetato sódico
Acido bórico
II
I
260
370
265
360
243
305
260-235
340
Extracto orgánico
Se realizan idénticas operaciones con el extracto orgánico (ob­
tenido a partir de la extracción efectuada con acetato de etilo) que
las verificadas con el acuoso.
Partiendo de una mínima cantidad y disolviéndolo en una pe­
queña cantidad de etanol, se realizan en principio con esta disolu­
ción: cromatogramas bidimensionales de control, empleando como
mezcla eluyente BAW/AW y una vez secos, después de desarrolla­
dos. Son observados a la lámpara ultravioleta donde podemos dis­
tinguir siete manchas bien delimitadas. En ellas la óptima separa­
ción es debida al eluyente A/W, por tanto los bandeos que se reali­
zarán posteriormente se desarrollarán en esta mezcla, utilizando
también la mayor cantidad de extractos orgánicos problema, al ser
depositado en el cromatograma. Con los bandeos se logra una per­
fecta delimitación de cada substancia a investigar y en el caso que
nos ocupa: aparecen claramente siete bandas. Se procede a una
comprobación posterior de cada una, para ver si efectivamente co­
rresponde a un solo compuesto o a varios asociados.
— 197 —
Con el extracto obtenido de cada una de ellas, se vuelven a rea­
lizar cromatogramas bidimensionales a fin de lograr la máxima
pureza en cada una de ellas y asi al final nos encontramos con
siete compuestos que en el presente caso designa con la letra B
y un correspondiente subíndice, a fin de diferenciarlas de los com­
puestos pertenecientes al extracto acuoso que nombraremos con
la letra A.
—B x =se observa a la lámpara de la luz ultravioleta y es una
mancha alargada de tono amarillento situada en la parte izquier­
da del cromatograma bidimensional ascendente (JtJAvV/AW). Con
vapores de amoniáco se torna más amarillenta y adquiere un
tinte verdoso. Por su posición y con ios reveladores correspondien­
tes utilizados, surgen las reacciones de color. Parece ser se trata
de un glucósido de flavonol, la mancha que observamos es única,
no es preciso rebandear.
Efectuada la hidrólisis correspondiente, una vez extraida con
éter la aglucona, se averigua primero realizando cromatogramas bidimensionales de control. En el presente caso parece ser se trata
de un flavonol. En la parte acuosa (privada ésta de la acidez pre­
viamente), se investigan los azucares también utilizando patrones
para comparar al igual que en el caso anterior. Aquí podemos in­
dicar que el flavonol parece ser por el valor de su «Rf» y su co­
loración el más semejante a kaenferol. Los azúcares que se combi­
nan con la aglucona, para formar el glucósido completo, en este
problema son dos: glucosa y ramnosa.
B i:
aglucona= kaenferol
azúcares= glucosa y ramnosa
—B 2= mancha situada en la parte izquierda del cromatograma
bidimensional ascendente (BAW/AW) pero en una posición un po­
quito más alta que la B x, pero la diferencia es mínima, a la luz
ultravioleta presenta un color amarillento-anaranjado, por la ac­
ción de los vapores de amoniaco adquiere un tono más vivo. Por
la acción de las substancias empleadas como reveladores observa­
mos las reacciones de coloración y por su posición parece que se­
ría un glucósido de flavonol. La mancha es única, por tanto no
hace falta rebandear. Después de realizada la hidrólisis correspon­
diente, extrayendo con éter la aglucona, por medio de patrones,
se pudo averiguar que la aglucona se asemejaba al igual que en
la Bx con el kaenferol, por su valor de Rf y por su tonalidad.
— 198 —
En la parte acuosa se identificó un azúcar: glucosa.
B 2:
aglucona= kaenferol
azúcares= glucosa
—B 3=m ancha de tono azulado, observada a la luz ultravioleta,
que generalmente poseen un matiz verdoso, este tono verdoso-azu­
lado se intensifica en contacto con vapores de amoniáco. Entre los
reveladores empleados podemos decir que el cloruro de aluminio
es el que mantiene esta coloración anteriormente observada. Por
su posición y valores de Rf asi como por las coloraciones, parece
que podría ser un glucósido de isoflavona una vez que se efectuó
un rebandeo y posterior cromatografía bidimensional de control
con el extractó obtenido en el mencionado rebandeo, se ha pensa­
do que es un solo compuesto químico. Posteriormente al efectuar
una hidrólisis del mismo, comparando el extracto etéreo en el que
irá la aglucona con patrones de isoflavonas y otros, se ha identi­
ficado ésta como: «genisteina» y en la parte acuosa el azúcar co­
mo glucosa.
B 3:
aglucona= genisteina
azúcar= glucosa
—B 4=m ancha única central observada en el cromatograma bi­
dimensional descendente, a la luz ultravioleta aparece obscura, pues­
ta en contacto con vapores de amoniáco, se intensifica su color
y adquiere un tono anaranjado, parece ser que en muchos aspec­
tos y por las medidas de su «Rf» y coloración con reveladores, coin­
cide en muchos aspectos con las características presentadas por la
Ax en el extracto acuoso; podría ser: un glucósido de flavona.
En este caso se trata de un solo compuesto vistos los resultados
obtenidos, después de realizado un rebandeo y posterior cromatograma bidimensional de control. Una vez realizada la hidrólisis co­
rrespondiente e investigada (por medio de cromatogramas unidi­
mensionales ascendentes con varios pares de eluyentes), la agluco­
na utilizando patrones, se identificó como luteolina y el azúcar uni­
do a ella, se observó por medio de patrones que se asemejaba a
la glucosa.
B 4:
aglucona= luteolina
azúcares= glucosa
—B 5=mancha única situada en el lado superior del cromatograma bidimensional (BAW/AW) «ascendente, más bien un poco
— 199 —
desplazado del centro a la izquierda, su tonalidad es amarillenta
y en contacto con vapores de amoniáco se intensificó el tono ad­
quiriendo un tinte verdoso, idéntico comportamiento se observa
al ser pulverizado el cromatograma con las substancias indicadas
como reveladoras, este color amarillento se intensifica.
Podría ser por sus reacciones de color y posición un glucósido
de flavonol.
Una vez efectuada la hidrólisis de este compuesto, extrayendo
con éter la «aglucona», ésta se ha tratado de identificar con patro­
nes y se observa en este problema una gran semejanza con la
«quercetina». En la parte acuosa como en anteriores problemas,
privada de su acidez, también se investigan los azúcares con pa­
trones y quedan identificados como ramnosa y glucosa.
B 3:
aglucona= quercetina
azúcares= ramnosa y glucosa
—B6=mancha situada un poco por encima del centro del cro­
matograma bidimensional, zona superior derecha. De un tono ro­
jizo a la luz ultravioleta al ser observada, en presencia de vapores
de amoniaco adquiere un matiz más anaranjado. Pulverizada con
varios reactivos, destaca que con P-toluensulfónico presenta: un
color obscuro y con rodamina-B: adquiere un tono violeta sobre
el fondo rosa del reactivo. Todos estos detalles y su posición nos
inducen a pensar sería un glucósido de flavanona. También por
sucesivos rebandeos y posterior cromatografía bidimensional as­
cendente, se llegó a la conclusión de que se trata de un solo com­
puesto químico. Realizada una hidrólisis ácida como en casos an­
teriores, extraída la aglucona con éter, por posteriores determina­
ciones se llegó a la conclusión que la aglucona por su color, valor
de Rf, etc., se identificaba como hesperetina. En la parte acuosa
privada de la acidez, el azúcar identificado parece ser la glucosa.
B #:
aglucona= hesperetina
azúcar= glucosa
—B7=mancha única de tono azul muy vivo observada en el
extremo superior derecho del cromatograma bidimensional ascen­
dente, realizado con el extracto aislado del bandeo correspondien­
te a la última banda identificada como B 7, el color se intensifica
con vapores de amoniaco. Podemos decir que encontramos seme­
janza con la A4 obtenida en el extracto acuoso. El extracto B7 se
hidrolizó por si era glucósido. Pero parece ser se trata de un ácido
— 200 —
y por medio de patrones utilizando cromatografía unidimensional
ascendente empleando varios pares de disolventes se pudo com­
probar que el problema se identificaba con el ácido clorogénico.
Datos espectrofotométricos relativos a sus curvas de absorción.
En el espectrofotómetro «Zeiss» a la luz ultravioleta se hicie­
ron las lecturas de sus máximos, en cada uno de los problemas de
que consta el extracto orgánico.
—B x: sus máximos de absorción en metanol confirmaron su
estructura de «flavonol». Presenta máximos de 365 y 268 mjjty mí­
nimos de 300 mu
—B 2: sus máximos de absorción en metanol confirmaron la es­
tructura de un «flavonol». Las medidas de sus máximos se corres­
ponden con 368 y 266 m¡j- y mínimos de 310 m. ^
—B 3: los máximos de absorción en metanol observados en el
espectrofotómetro confirman su estructura de isoflavona se corres­
ponden con: 330 y 262 m;¿ aparece a 360 mu- un mínimo.
—B 4: observadas en el espectrofotómetro sus máximos de ab­
sorción que corresponden a 350 y 260
Estas medidas reafirman
que su estructura corresponde a una flavona, se lee un mínimo que
aparece claramente al descender la curva a 310 m¡j.
—B 5: s u s máximos de absorción en metanol confirmaron su
estructura de flavanol al efectuar la medición en el espectrofotó­
metro y presenta uno a 380 y 350 m )JLy otro a 268 m uasí como un
mínimo a 310 m¡jt.
—B6: en esta substancia los máximos de absorción medidos en
metanol confirmaron su estructura de «flavanona» y asi aparece
un máximo a 330 mui otro a 280 m,,r así como un mínimo a 319 m ru
—B 7: presenta máximos a 330, 260 y 235 m ^y mínimos a 310
y 240 ro u
— 201 —
Extracto orgánico
«Datos cromatográficos»
Substancias
BAW
BzAW
F/W
Forestal
82
83
54
78
65
85
56
57
60
70
80
83
73
60
65
55
80
56
48
60
70
58
55
76
66
46
80
80
B x (aglucona)
B 2 (aglucona)
B 3 (aglucona)
B 4 (aglucona)
B 5 (aglucona)
B6 (aglucona)
B 7 (substancia)
Extracto orgánico
«Reacciones de color»
Sustancias
uv
I
NH3
II
uv
111
v
Bi (aglucona)
B2 (aglucona)
Bs (aglucona)
B4 (aglucona)
B5 (aglucona)
B6 (aglucona)
Y
YG
Y
YG
Pp-Yp Y-Bl
B
Y
Y
YG
B
Y
YB
YB
Gp
Y
YB
YB
C
C
—
11=álcalis
III=rodam ina B
IV=para-toluen-sulfónico
V=cloruro de aluminio
B =pardo
B l=azul
C=incoloro
d=obscuro
G=verde
O= naranja
P=púrpura
p=pálido
Y = amarillo
c
c
V
IV
V
uv
v
uv
v
Y
Y
—
C
Y
C
Y
Y
—
C
—
—
Y
Y
YG
Y
Y
Y
Y
Y
YG
YG
—
—
—
202
—
Máximos de absorción (m¡x) de las substancias aisladas en el extrac­
to orgánico
Reactivos
Metanol
Cloruro de
Aluminio
C. de aluminio
A. clorhídrico
Metilato sódico
Acetato sódico
Acetato sódico
Acido bórico
Bandas
Bx
II
I
II
I
II
I
II
I
II
I
II
I
268
365
265
368
268
368
268
350
265
368
266
365
2
b
266
368
262
370
268
370
270-235
400
265-230
368
260-235
370
262
330
273
300
270
325
265
360
270
369
250
370-320
b
3
Máximos de absorción (m ja) de las substancias aisladas en el extrac­
to orgánico
Reactivos
Metanol
Cloruro de
Aluminio
C. de aluminio
Acido clorhídrico
Metilato sódico
Acetato sódico
Acetato sódico
Acido bórico
Bandas B4
II
I
II
I
II
I
II
I
II
I
II
I
260
350
270
360
273
365
280
370
260
365
260
365
Bñ
268
380-350
270
385-350
265
385-350
270
400-335
265
355
265
360
Be
b7
280
330
240
310
230
300
235
300
245
310
243
305
260-235
330
260-220
330
250-220
320
280-230
360
280-235
340
265-234
340
— 203 —
RESULTADOS
Se comparan cromatográficamente los dos extractos obteni­
dos, a partir de los pétalos de flores de la especie Botánica: Ge-
nista obtusirramea. «El acuoso» y el de «acetato de etilo», en el
de acetato de etilo aparecen siete manchas, en el acuoso se detec­
taron solamente cuatro manchas, que se correspondían con otras
cuatro del extracto de acetato de etilo.
Las diferentes substancias se aislaron por desarrollo cromatográfico en Acético-agua (A/W) y Butanol-Acético-Agua (B/A/W);
por el desarrollo en A/W del extracto de acetato de etilo efectuado
en banda y siendo el cromatograma descendente, se obtuvieron sie­
te bandas; efectuado el mismo procedimiento con el extracto acuo­
so aparecieron cuatro bandas, que se correspondían con las cua­
tro últimas de las siete anteriores.
Posteriormente una vez aisladas las diversas substancias, a fin
de identificarlas cada una por separado, se emplearon otros eluyentes tales como: Benceno-Acético-Agua (B/A/W), Fenol saturado
de agua (F/.W), Clorhídrico-Acético-Agua (Forestal), y el eluyente
ya citado (B/A/W); en cada eluyente por las medidas del Rf co­
rrespondiente a cada una de las manchas, color, fluorescencia, po­
sición, etc., se logró su identificación definitiva.
Verificada la hidrólisis ácida en cada uno de los extractos per­
tenecientes a cada mancha, se averiguó que la mayor parte de
ellos eran glucósidos. Posteriormente efectuada la medida en el
espectrofotómetro, de los espectros de absorción correspondientes
a cada una de las substancias, como se explicó en páginas anterio­
res, quedaron todas ellas identificadas. Utilizándose también para
ello la ayuda de patrones, tanto de glucósidos, como de agluconas
y azúcares.
Extracto Orgánico: (Acetato de etilo):
B ,:
Aglucona= Kaenfe rol
Azúcares—Glucosa y Ramnosa
Kaenferol-3 Ramno-glucósido
B 2:
Aglucona=Kaenferol
Azúcar= Glucosa
— 204 —
Kaenferol-3-glucósido
B 3:
Aglucona=Genisteina
Azúcar= Glucosa
Genistin-3-glucósido
B 4:
Aglucona=Luteolina
Azúcar= Glucosa
Luteolín-1 -glucósido
B 5:
Aglucona=Quercetina
Azúcares=Ram nosa y Glucosa
Quercetín-3-ramnoglucósido
B 6:
Aglucona= Hespe re tina
Azúcar= Glucosa
Hesperetín-3-glucosido
B7: Acido Clorogénico (Ausencia de Azúcares)
Extracto Acuoso :
Ax:
Aglucosa=Luteolina
Azúcar= Glucosa
Luteolín-1-glucósido
A2:
Aglucona=Quercetina
Azúcares=Ram nosa y Glucosa
Quercetina-3-Ramnoglucósido
A3:
Aglucona= Hespe retina
Azúcar= Glucosa
Hesperetin-3-glucósido
A4: Acido Clorogénico (Ausencia de Azúcares)
— 205 —
DENSIDAD OPTICA
A.
*»
I --------------------------
MEDIDAS CN M CTANOL
----------------------------III
.............
IV * * * »* • ♦ ♦ * *
..
..
CU3RURO DC ALUMINIO
"
.
.
.
.
.
.
.
..
+ ACIOO C U X H IO H IC O
M C T IL A T O SOOICO
— 206 —
— 207 —
— 208 —
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