TEMA. 10 – CONSTRUCTORES CON EL ESPÍRITU SANTO DE UN
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TEMA. 10 – CONSTRUCTORES CON EL ESPÍRITU SANTO DE UN
TEMA. 10 – CONSTRUCTORES CON EL ESPÍRITU SANTO DE UN MUNDO NUEVO. El hombre es un ser en relación, es por eso, que nos necesitamos unos a otros para vivir, para desarrollarnos, para impulsarnos, para ser felices. Hay varios tipos de relaciones: • Relaciones familiares • Relaciones en la escuela • Relaciones profesionales o de trabajo. ¿Cómo percibimos en la actualidad cada uno de estos tipos de relaciones? EN LAS FAMILIAS: No hay diálogo, respeto, comprensión y lo más importante, cariño y apoyo mutuo porque a veces los padres piensan sólo en sí mismos y se olvidan del esposo (a) y de los hijos. O los hijos se olvidan de sus obligaciones y no apoyan a sus padres para que la vida en casa sea mejor. EN LA ESCUELA: Hay muchos estudiantes que son muy inteligentes, sin embargo sólo buscan ser los primeros, los mejores, los únicos y se muestran indiferentes a las necesidades de ayuda, aceptación y amistad de los demás EN EL TRABAJO: También hay profesionistas que ponen sus conocimientos al servicio de las personas; pero hay quienes sólo buscan obtener fama y dinero, olvidándose que hay personas que carecen de posibilidades económicas y que realmente necesitan ayuda. Tenemos que tomar conciencia que todos somos responsables de la construcción de un mundo nuevo, por ello debemos ser dóciles al Espíritu Santo para que nos impulse y nos transforme en personas de buen corazón y así vivir como hermanos. Este es el proyecto de Dios para cada uno de nosotros; el de mantener relaciones fraternas pues somos hijos del mismo Padre. Formemos pues, relaciones positivas basadas en el amor, en el interés de unos por otros, en el servicio, en el compromiso, en la generosidad, en el apoyo mutuo y en la solidaridad; luchando siempre por un mundo más humano y más justo. Algunos personajes que lucharon con todas sus fuerzas para construir un mundo mejor fueron: Juan Pablo II, Martin Luther King, Nelson Mandela, La Madre Teresa de Calcuta, Mahatma Gandhi. TEMA. 12 – LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO. Todos hemos recibido cosas buenas de nuestras familias; a veces nos regalan juguetes, ropa, paseos; pero también recibimos de ellos otro tipo de regalos como, buenos consejos, ejemplos positivos, nos procuran de educación y cuidados. Dios también nos hace regalos porque nos ama mucho. Nos ha dado a su Hijo; al enviarlo al mundo, le dio en plenitud al Espíritu Santo y con Él otros regalos para darnos su vida, para hacernos felices, liberándonos del mal. El profeta Isaías nos anuncia que el Mesías prometido, Jesús tendría en plenitud los dones del Espíritu Santo: Is. 11, 2-3 “Sobre él reposará el Espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor”. Dios Padre nos regala al Espíritu Santo así como se lo regaló a su Hijo y a su vez, El Espíritu Santo también nos hace regalos que son sus dones: Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Ciencia, Piedad, Temor de Dios. (SAENCOFOCIPITE). Para que nos sirven los Dones del Espíritu Santo? Nos ayudan a ser buenos hijos de Dios, Nos ayudan a superar las diversas pruebas y tentaciones con las que nos enfrentaremos a lo largo de nuestra vida, Nos hacen ser más dóciles para obedecer la voluntad de Dios, Nos iluminan para entender mejor lo que quiere Dios de cada uno de nosotros, en una palabra nos permiten cumplir nuestra misión aquí en el mundo. TEMA. 14 – LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO. Para que un campesino comience a sembrar primero debe preparar la tierra, moviéndola, mojándola y fertilizándola. Pero al mismo tiempo es muy importante que en esta tierra se siembre buena semilla para que la cosecha sea abundante y de calidad. Mucha veces en la tierra que se siembra, también hay otra semillas que producen espinas o hierba mala, que pueden afectar el crecimiento de la buena semilla, haciendo que el fruto que se pensaba recoger no sea tan bueno. Nuestra vida espiritual inicia con el Bautismo, ahí recibimos por primera vez al Espíritu Santo y esta vida espiritual se parece también a un campo en donde se puede sembrar buenas o malas semillas. En este caso las semillas son la acciones o malas acciones. Cuando decidimos hacer el bien es que el Espíritu Santo nos inspira, es como sembrar buenas semillas. Y Cada obra realizada dará como resultado un fruto, veamos cuáles son frutos del Espíritu Santo: CARIDAD, GOZO, PAZ, PACIENCIA, MANSEDUMBRE, BONDAD, BENIGNIDAD, PERSEVERANCIA, FE, MODESTIA, TEMPLANZA, CASTIDAD. Cuando comemos alguna fruta, deja en nosotros un sabor agradable, así también es agradable estar con personas que tienen a Dios y dan estos frutos. (estas personas son bondadosas, amables, alegres, pacíficas, etc). Pero también los cristianos nos podemos dejar guiar por la maldad; es como sembrar malas semillas en nuestra vida y los frutos que daremos son odios, celos, violencia, ira, ambiciones, envidias, y cosas semejantes. Esto por supuesto que nos traerá amargura, tristeza, desilusión, intranquilidad y culpa. TEMA. 16 – LA CONFIRMACIÓN, EL SACRAMENTO DEL ESPÍRITU SANTO. Los Sacramentos de iniciación cristiana son: el Bautismo, que es el inicio de la nueva vida en Cristo; la Confirmación, que da fortaleza y plenitud a esa vida, y la Eucaristía, que nos alimenta con el Cuerpo y la Sangre de Cristo para unirnos a Él y transformarnos hasta identificarnos con Él. Con ellos nos vienen grandes regalos, pero también estos sacramentos nos comprometen con el mismo Dios y con el mundo. Para comprender toda la riqueza de gracia contenida en el sacramento que pronto van a recibir, la Confirmación, es necesario conocer las etapas de la historia de la Salvación donde se fue haciendo presente el Espíritu Santo. En el tiempo de los profetas en el año 550 a.C, se anunciaba que El Mesías tendría en Él plenamente, la presencia del Espíritu Santo y más aún se pronosticaba que ese mismo espíritu sería comunicado a todo el pueblo mesiánico. (el pueblo al cual Jesús enseñaría su Doctrina). Y las profecías se cumplen, María concibe a Jesús en su vientre virginal por obra y gracia del Espíritu Santo. Años después cuando Jesús es un Adulto y se hace bautizar por Juan en el rio Jordán, el Espíritu en forma de paloma, también se hace presente en ese momento para mostrar que es el enviado de Dios. Toda la vida de Jesús en general se realiza en una comunión total con el Espíritu Santo. Después de terminar su misión en este mundo, promete dar sin medida al Espíritu Santo no sólo a sus apóstoles sino a todos aquellos que quieran hacer vida sus enseñanzas. Finalmente en Pentecostés se cumple la promesa y el Espíritu se derrama de una manera muy especial y magnífica para dar fuerza y sabiduría a los apóstoles y ahora estos temerosos hombres saldrán con valor a predicar las enseñanzas de Jesús para extender su Iglesia hasta los confines del mundo. Esta historia de salvación aún se escribe en este tiempo con tu propia historia y esta promesa también llegará a ti cuando recibas al Espíritu Santo el día de tu Confirmación. Reafirmarás y reforzarás la gracia y el compromiso que recibiste en el Bautismo con Dios y con la Iglesia; pasarás a ser un testigo de Jesús, para predicar y hacer vida todas sus enseñanzas. Recuerda la persona que va a ser Confirmada debe estar bautizada; el ministro que administra este Sacramento es el Obispo. Se te impondrán las manos del obispo y serás ungido con aceite perfumado llamado santo crisma, el cual te imprime un signo espiritual indeleble, esto es, un sello que no se puede borrar jamás. TEMA. 17 - SELLADOS POR EL ESPÍRITU, PARA SER SUS TESTIGOS. Hoy en nuestros días se viven circunstancias complejas como las adicciones, la violencia familiar, asaltos, secuestros, pobreza extrema, etc. No podemos quedarnos estáticos, sordos y mudos ante estas situaciones, porque aunque no las vivamos personalmente o las presenciemos físicamente, ya por el hecho de saberlas, nos convertimos en testigos. En Hechos de los Apóstoles nos dice claramente que el Espíritu es derramado sobre los apóstoles para que se conviertan en “tesigos” “Recibirán la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los límites de la tierra” (Hech. 1, 8) Pero ser testigos requiere recibir también el sello del Espíritu a través de la unción para tener el valor y la fuerza para anunciar y defender nuestra fe mediante la palabra y las obras. 2 Cor 1,21-22 “21 Dios es el que nos mantiene firmes en Cristo, tanto a nosotros como a ustedes. Él nos ungió, 22 nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón, como garantía de sus promesas.” Ser testigo de Jesús, es no quedarme callado ante todas estas injusticias sino que el Espíritu Santo me ayuda a enfrentarlas con valor. Ser testigo no es solamente sentarme a ver o escuchar lo que ocurre a mí alrededor, sino que debo participar con mis propias acciones, para buscar que cambien las situaciones que me afectan o que afectan a los demás. Ser testigo de Jesús es confesar públicamente mi fe en Él y poner en práctica su doctrina, es ayudar a que mejoren las relaciones humanas. Así es como actúa el Espíritu santo en cada confirmado, lo impulsa a dar buen ejemplo primero en su familia, luego en su calle, en su país y hasta en el mundo si así lo quisiera Dios. Tenemos muchas personas excepcionales que dejaron mucho bien en el mundo y que sus obras continúan vigentes porque las iniciaron y las realizaron en el nombre de Dios, lo pusieron en sus vidas como primer plano, lo nombraron su guía, su fortaleza y motivación. Recuerda en el momento de tu Confirmación recibirás la fuerza del Espíritu Santo, pero éste no actuará en ti sin tu participación. Dios cuenta contigo para transformar todas estas realidades.