MI CUERPO EN MOVIMIENTO Correr, hacer piruetas, bailar e

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MI CUERPO EN MOVIMIENTO Correr, hacer piruetas, bailar e
MI CUERPO EN MOVIMIENTO
Correr, hacer piruetas,
bailar e imaginar ser una gran gimnasta llenaban de
alegría mi vida infantil; mamá salía gritando al gran prado que había frente a la
casa para que fuera a hacer mis deberes y creo que llegaba a decir unas diez
veces ¡ya voy¡, me creía la gran entrenadora y enseñaba a mis amigas más
pequeñas los ejercicios que yo podía hacer, dándome toda la importancia de un
instructor experto, pero un día llegó de forma inesperada un hombre que se quedo
observándonos y al principio nos asustó un poco, sin embargo desde un sitio,
sentado, nos iba corrigiendo y explicando cómo realizar algunos ejercicios. Mi
mamá se percató de la situación y salió para hacer presencia delante del señor.
Esto sucedió en varias ocasiones hasta que un día él decidió presentarse y con un
acento desconocido, pero llamativo, le contó a mi mamá que era paraguayo y
había sido gimnasta y que le parecía que yo tenía cualidades para hacer los
ejercicios. Yo no recuerdo su nombre pero sé que me dio la confianza que
necesitaba para querer pertenecer al grupo de gimnasia de mi colegio, porque
había niñas que tenían más tiempo de estar practicando e iban avanzadas, lo que
me hacía sentir temor de ser rechazada, pero finalmente mi profe Julieth, con
mucho cariño, inicio mi formación como deportista con todo lo que esto implica
(disciplina, esfuerzo, sacrificio), pero sobre todo mucho amor por lo que hacía.
Cuando empiezan a llegar los cambios hormonales en las niñas, los cuerpos
empiezan a experimentar una infinidad de sentimientos que hacen que nos
confundamos, y en lo que concierne a la actividad física, nos desubicamos un poco
porque ya no es tan fácil manejarnos físicamente.
Todos estos cambios me hicieron tomar la decisión de cambiar mi disciplina
deportiva, pero sobre todo por la influencia de mi profesor de Educación física,
Tomás, a quien le gustaba cantar baladas de Leonardo Fabio, que me encantaban
porque mis hermanos mayores me las habían enseñado y así se dio mi primer
acercamiento a Tomás; él estaba recién llegado a mi colegio y empezó a enseñar
un deporte que no conocíamos, pero su compromiso era tal que hasta logró
demarcar una cancha en una zona verde que se encontraba sin uso específico.
Todos los descansos se incrementaba el número de niñas que mostraban interés
por aprender y jugar softbol, y entre ellas yo.
Ya estaba en bachillerato y me enamoré de este deporte, me convertí en la tercera
base del equipo de mi colegio y el profesor nos llevaba a participar en
campeonatos distritales; fuimos campeonas varias veces, hasta llegar a la
selección de softbol de Bogotá.
El gusto por los deportes, pero sobre todo el gran ejemplo que tuve de las
personas que fueron mis maestros, que mas allá de preocuparse por formar
deportistas se preocupaban por formar buenos seres humanos, hizo que tomara
una de las decisiones mas importantes de mi vida: ser docente
de Educación
física.
Empecé mi universidad y a diferencia de la mayoría de mis compañeros, solo
terminándola tuve mi primer acercamiento a la práctica de mi profesión como
profesora de danzas, que he considerado siempre mi mejor terapia.
Aun mas convencida de mi vocación y teniendo la mejor motivación que en la vida
alguien pueda tener (MI HIJA) empecé a trabajar en un colegio con niños de
preescolar; seguramente toda la ternura que me inspiraba mi niña, fue el mejor
estímulo para desempeñarme
como profe de estos chiquiticos
que me
enamoraron con su inocencia, ingenuidad, gratitud y cariño.
En mi camino llegó una gran oportunidad: trabajar en el Instituto Pedagógico
Nacional. En el año 2001 fui aceptada para desempeñar mi labor con los más
pequeños
y
en el transcurso de quince años, el ochenta por ciento
de mi
experiencia la he tenido con ellos. Todo mi entorno como adulta se ha construido
alrededor del IPN:
la conformación de mi familia, la educación de mis hijas, mi
formación académica y profesional y mi realización como docente; por eso cada
año mi compromiso es idear mejores estrategias que hagan mi trabajo más valioso
y de mejor calidad para los niños que tengo a cargo. En este recorrido he realizado
trabajos como Circuitos de tareas motrices para preescolar, Transdisciplinariedad
para preescolar, Interacción social de niños de preescolar con iguales de educación
especial y Mi cuerpo en movimiento.
Este último proyecto intenta crear estrategias para que los estudiantes logren un
entendimiento más consciente sobre la importancia de la actividad física, el
desarrollo motriz, el cuidado de su cuerpo y cómo funciona este al ejercitarse.
Aunque mi disciplina trabaja prácticas motrices, también está respaldada en
teorías que los niños pueden conocer a través de actividades sencillas que los
hagan más reflexivos frente a su desarrollo motriz.
Cuando los niños de estas edades realizan actividad física, con cualquier
comentario que el docente haga con respecto a: cómo funciona nuestro cuerpo,
por qué es importante la educación física y por qué nos debemos cuidar, ellos
hacen un sin fin de preguntas e historias sobre el tema, que la clase y el tiempo no
alcanzan para responder y aclarar.
Para dar lugar a las inquietudes de los estudiantes, consideré importante y
necesario acudir a los textos como herramienta didáctica, por supuesto sin dejar
de lado la actividad física. También podría acercarme al trabajo de las otras áreas
y el que pudiera hacer desde la mía nos fortalecería a todos.
El proyecto se desarrolló en diez meses, desde febrero hasta noviembre de 2013,
con niños de Jardín del IPN y cuyas edades se encontraban entre los 4 y 5 años.
Empecé por diseñar las actividades del cuaderno sustentadas en los lineamientos
curriculares para la Educación física del MEN, el programa de educación física del
IPN para Jardín, el marco teórico y mi experiencia y conocimiento.
Como resultado final se construyó el cuaderno Mi Cuerpo En Movimiento 1, con 30
actividades, cada una con su respectiva explicación y un cuadro que relaciona las
competencias y desarrollos que lo apoyan.
El proyecto es un aporte para el trabajo de los docentes de Educación física en
cuanto a la claridad, profundidad y saber que se puede transmitir a los niños sobre
muchas temáticas, propias de la Educación física. Este trabajo apoya en gran
medida otros trabajos del nivel y se complementa con ellos.
El trabajo se aplicó siempre en el salón de clase, pero es necesario que se
desarrolle como está pensado, es decir de manera conjunta colegio-hogar para así
poder involucrar también a los padres.
Este es el comienzo de una nueva historia en el trayecto de mi vida que espero
tenga como fruto la satisfacción de haberles facilitado a los estudiantes un medio
para la reflexión sobre su cuerpo y la actividad física.
JULIA ROSA RUBIO PARRA
Lic. Educación Física

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