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ESPAÑOL ESPAÑOL DDT que no un auténtico rigor escénico. Podemos considerar estos tres espectáculos, así como sus diversas cápsulas y pequeñas performances que realizó también durante aquellos años, como la prehistoria del Sr.Serrano. Su siguiente espectáculo, RUN (¿Cuándo vas a parar?) (2004), supuso un enorme paso adelante en su trayectoria. Serrano asume por primera vez la responsabilidad absoluta como director y dramaturgo en este espectáculo dónde la danza y el uso del vídeo interactivo, junto con una carga textual importante, son los protagonistas. RUN poseía ya una excelente factura técnica, una de las otras características propias de toda la obra posterior de Serrano y conseguía hacerse un lugar, por primera vez, en los siempre complejos mecanismos de producción de las propuestas más radicales e innovadoras, gracias a la beca incubadora del festival PNRM de Olot y a la coproducció del Festival de teatro visual y de títeres de Barcelona. Este espectáculo realizado todavía bajo el paragua de AREAtangent, marca también en cierto modo la mayoría de edad artística de Serrano y la inexcusable necesidad de crear una estructura de producción propia que le permita desarrollar sus proyectos con total libertad. Una necesidad que acabará formalizándose un par de años y tres espectáculos más tarde con la constitución de la Agrupación Señor Serrano. En un país como nuestro dónde por encima de todo se valoran los resultados, y dónde lamentablemente existe muy poco margen para la experimentación y la búsqueda artística, hace falta celebrar la aparición de modelos artísticos de este tipo. Serrano ha conseguido generarse un reducto desde el que poder seguir investigando con autonomía artística, así como optar por modelos de producción independiente, que buscan en la coproducción la vía de financiación. Su también destacable visión empresarial ha conseguido cómo señalábamos ya anteriormente lo que parecía más difícil, introducirse con notable éxito en los circuitos de exhibición alternativos, así como una presencia nada despreciable en festivales y otros certámenes. Una presencia que hace falta valorar todavía más positivamente, si tenemos en cuenta que se trata de propuestas completamente personales, en absoluto complacientes con el gusto del público más mayoritario. Tras RUN, Serrano volvió a la danza, desnudándola de todo lo que resulta accesorio y buscando su esencia, en BACK y Nada, va experimentado con espacios no convencionales y con la magia en Autopsia, buscó la confusión entre la realidad y la representación a través de un falso carácter confesional de tono marcadamente performàntico en Mil tristes tigres o se introdujo de pleno en 162 DDT el mundo del teatro de objetos y su manipulación en el díptico complementario formado por el contrario.Natura y Artefacto. Alejado sistemáticamente de los perezosos mecanismos dramáticos tradicionales, todas sus propuestas apuestan por una esmerada preocupación por la composición plástica de la escena, que las acercan a menudo a territorios limítrofes con varias manifestaciones artísticas no necesariamente escénicas. Todos ellos se aventuran hacia nuevas vías expresivas, con la ambición de abrirse a nuevos campos, pero sin renunciar a los hallazgos anteriores. Es en este sentido que pienso que la obra de Serrano sigue abierta a “el errar” como centro de su actividad escénica, citando quizás sin saberlo a Novalis cuando afirma que “El error es el instrumento necesario de la verdad”. más detalle el mito de Sísifo. Este personaje mitológico, hijo de Eolo y Enárete, fue castigado a empujar una enorme piedra montaña arriba, que antes de llegar a la cumbre rodaba inevitablemente montaña abajo y Sísifo se veía obligado a volver a empezar su tarea, y así toda la eternidad. Algunas tradiciones mitológicas apuntan que los motivos de este castigo eran que Sísifo había revelado a los mortales los designios divinos. Sísifo, siguiendo los pasos de Prometeo, otro ilustro rebelde castigado por oponerse a la voluntad divina, fue pues condenado a fracasar eternamente, por haber ofrecido a los hombres la verdad. De este modo el fracaso adquiere en este mito, una dignidad reveladora que muy a menudo le negamos, convirtiéndose en camino imprescindible hacia la auténtica verdad. Pero en contra de lo que podría llevar a pensar un apresurado análisis superficial, el error y/o el equívoco no son tan sólo fértiles y/o valientes principios motores mediante los cuales Serrano se acerca a la experimentación y el desarrollo constante. Sin querer introducirme en la difícil tarea de intentar sintetizar los diferentes campos temáticos sembrados a lo largo de sus diversas creaciones, pienso que hay dos constantes que destacan por su persistencia, me atrevería a afirmar que en todas y cada una de sus creaciones, a pesar de estar siempre tratadas desde los lenguajes artísticos más diversos y desde una amplia multiplicidad de puntos de vista. Se trata de dos constantes sorprendentemente próximas al campo semántico del errar y el equívoco. Me refiero al fracaso y a la reiteración en este fracaso. Las piezas de Serrano están llenas de todo tipos de Sisífos contemporáneos condenados a persistir y reiterar, una y otra vez, en la sucesión de sus errores. Es quizás en Europa dónde esta reincidència en el error se encuentra más desarrollada, puesto que es tratada desde varios puntos de vista y se convierte en en el tema estructural de una pieza, organizada a partir de una serie de repeticiones/variaciones, hasta el punto que esta constancia en el fracaso acaba siendo en cierto modo metáfora de los viejos errores a los que parece condenado el viejo continente que da nombre a la pieza. Pero todas las piezas de Serrano juegan con esta idea de una manera u otra, ya sea a partir de la idea de pura reiteración, la casa sucesivamente colgada por varios materiales a Conta.Natura y a Artefecte, o de una idea más próxima a los principios nietzscheanos del eterno regreso, como la circularidad estructual de BACK. Llegados a este punto, quizás queda tan sólo plantearnos hacia dónde se dirige Sr. Serrano. ¿Es una clase de sosia sísifico condenado al errar constante por haberse atrevido a acercarnos a la verdad escénica? ¿Es esta indomable actitud errática una finalidad en sí misma? Resulta difícil arriesgarse a hacer hipótesis sobre qué caminos tomará en un futuro más o menos inmediato su producción. Por el momento no tan sólo no se adivinan signos de agotamiento en el su “modus operandi”, sino que este parece encontrarse en su momento más fértil. Yo por mi parte continuaré siguiendo sus nuevas propuestas para comprobarlo. Sólo puedo desear que persevere en su riguroso y fructífero camino de errància, lleno de aciertos y de auténticos hallazgos escénicos, y que el inevitable encuentro con el bello instante no lo lleve fatalmente a pararse. Si nos dejamos tentar por los suculentos juegos de analogías que nos permite siempre establecer la tradición mitológica, no deja de resultar significativo analizar con Ferran Dordal (Barcelona, 1979) es licenciado en Humanidades por la Universidad Pompeu Fabra y en Dirección Escénica y Dramaturgia por el Institut del Teatre. Ha escrito y dirigido los espectáculos “Autospicografia” (Temporada Alta 2005), “To the happy few” (Temporada Alta 2006), “Faust c’est moi o com s’arriba a ser allò que s’és” (Institut del Teatre 2007), “Souvenirs d’egotisme” (Festival Lola 2007) y “Memòries dels temps de la immaduresa” (Assaig Obert Teatre Lliure, 2008). Actualmente está elaborando un estudio sobre las artes escénicas contemporáneas en Berlín. ■ LOLA ARIAS MI VIDA DESPUÉS Brenda Werth Estrenada en Buenos Aires el marzo del 2009, Mí vida después, de Lola Arias, ensancha el creciente repertorio de obras que se encaran con la memoria de los desaparecidos desde la perspectiva de la generación de sus hijos. La pieza de Arias presenta seis personas nacidas entre los años 1972 y 1983, que reconstruyen la juventud de sus padres con la ayuda de objetos personales heredados por ellos mismos, como por ejemplo fotografías, ropa, mapas, libros, grabaciones, objetos, juguetes, documentos legales, e incluso una tortuga. Todos los intérpretes han sido afectados directa o indirectamente por la dictadura. Por ejemplo, Mariano Speratti nos ofrece la historia de su padre, Horacio Rodolfo Speratti, miembro del movimiento juvenil peronista, que desapareció el 1976. Vanina Falco narra el proceso a través del cual descubrió que su padre, Luis Falco, se apropió ilegalmente y escondió la identidad de su hermano, Juan Cabandié. Liza Casullo explica la historia de el exilio forzado de sus padres bajo la dictadura. Y Blas Arrese Igor describe la vocación original de su padre como cura. A diferencia de las obras del festival Teatroxlaidentidad, enmarcables en la misión de las Abuelas y básicamente centradas en los temas de la restitución y la identidad de la juventud argentina, Mí vida después es la última de las obras que se han llevado a escena dentro del proyecto teatral Biodrama, creado por la directora Vivi Tellas. Fundado el año 2001 y adscrito al Teatro Sarmiento de Buenos Aires, Biodrama investiga las vidas de los argentinos reales, vivientes1. Los directores que son invitados a participar en este proyecto desarrollan piezas que parten de esta premisa biográfica. Entre los trabajos más destacables se pueden señalar La forma que se despliega (2003), una obra de Daniel Veronese sobre la tragedia familiar y la pérdida; El aire alrededor (2002), de Mariana Obersztern, una pieza basada en la vida de Mónica Mabel Martínez, de las provincias interiores de Argenina; así como Nunca estuviste tan adorable (2004), de Javier Daulte, inspirada por los recuerdos de su propia familia materna. En palabras de Tellas, “Biodrama se inscribe en lo que se podría llamar el retorno de lo real en el campo de la representación”2. Óscar Cornago atribuye el renovado interés por el cine, el teatro y la televisión documentales a este deseo de ir más allá del marco ficcional y de reafimar aquello real3 . Como respuesta, en buena medida, a nuestras vidas tecnológicamente mediadas, el teatro documental reciente, según Cornago, muestra la subjetividad como presencia, expresión de la vida humana en su forma más reducida. En este énfasis en aquello físico resuena el comentario de Tellas, cuando afirma que le gusta conce- bir el proyecto como un cuerpo que encarna su propio biodrama.4 Aun qué incialmente se estrenó dentro del marco de Biodrama, los críticos señalan que, en el momento del estreno, la pieza deArias parecía alejada de este proyecto, cosa que resulta curiosa, puesto que Mí vida después presenta un abanico excepcional de técnicas juguetonas y originales de repensar o “rehacer” vidas pasadas5.. La obra empieza con una cascada de ropa usada que va cayendo sobre el escenario vacío, formando una pila; así, la primera escena ofrece una referencia tangible a los contornos de los cuerpos tanto de los padres como de los hijos que jugarán y se vestirán con esta ropa durante todo el espectáculo. La última que cae sobre la pila de ropa es la Liza, que enseguida se levanta y anda por el escenario con unos tejanos Lee, con las manos a los bolsillos, y explica que cuando tenía siete años siempre se provaba los tejanos de su madre. Veinte años más tarde, encuentra otro par de tejanos de su madre, de los años setenta, que son exactamente de su talla. Dice: “Me pongo el pantalón y empiezo a caminar hacia el pasado. En una avenida, me encuentro con mis padres cuando eran jóvenes. Yo joven y ellos jóvenes nos vamos a dar un paseo en moto por Buenos Aires6. Estas primeras frases de la Liza anuncian algunas de las capitales yuxtaposiciones temporales y espaciales que la obra traza entre la generación de los padres y la de los hijos. A lo largo de la pieza, los personajes hacen referencia a su edad y al hecho que ahora tienen la misma edad que tenían sus padres a los años setenta. Reviven e imaginan escenas del pasado de sus padres, como cuando la Liza hace ver que lee las noticias que su madre presentaba a la televisión a los años setenta, o cuando en Mariano aparece como su padre, vestido de piloto de cursas. La obra crea constantes paralelismos entre las generaciones, sin sugerir una identificación nostálgica con el pasado (una identificación que Arias explícitamente se esfuerza en evitar a lo largo de todo el espectáculo, distinguiendo así su trabajo de trabajos muy oscuros que se encaran con temas parecidos, como por ejemplo Señora, esposa, niña y joven desde lejos, de Marcelo Bertuccio7). Si insistimos en buscar señales de melancolía a Mí vida después, deberemos encontrarlos bajo la forma imposible de la melancolía anticipada, derivada d?una identificación imaginaria con el futuro, y no con el pasado, cuando los intérpretes predicen su propia muerte. Por ejemplo, en la escena titulada “El día de mi muerte”, Pablo anuncia: “Yo me muero el 3 de octubre de 2030, ahorcado en un ombú como un gaucho melancólico y sin hijos. La llanura va a estar devastada por el monocultivo, las vacas van a nacer enfermas y los caballos con una sola pata. Solo quedaran algunos gauchos drogados bailando malambo”. Las predicciones que llegan al final de la obra (originalmente titulada Mí vida futura) provocan un cambio, de la post-memoria a la pre-memoria, emancipando los personajes de la noción de pasado como referente dominante de sus vidas8 . Los intérpretes de Arias se posicionan en relación con el pasado, el presente y el futuro, centrando la atención no en la idea de apocalipsis sino en la de un continuum de la experiencia, formada tanto por la reinterpretación de los acontecimientos pasados como por la especulación sobre los acontecimientos que deben venir. Las alusiones a los acontecimientos históricos abundan en la obra de Arias, pero siempre están atadas a las biografías de los intérpretes y relatados a través de una lente altamente subjetiva. Por ejemplo, a primeros de la obra, en el primer capítulo, titulado “El día que nací”, los intérpretes emparejan la fecha de su nacimiento con titulares de noticias relevantes que tuvieron lugar en aquel mismo momento. Vanina anuncia: “Muere Perón y nazco yo, después de un parto de catorce horas”.. Más adelante, en la sección titulada “Fast Forward/Autobiografía”, Mariano dice al público: “2009. Crisis económica mundial. A mí segundo hijo le salo su primer diente”. Silka Freire, analizando el teatro documental, identifica esta referencia constante a los referentes hisoricos y a uno “extratextual” común como una estrategia para comprometer los espectadores en la creación de uno “universo discursivo pseudo-ficcional”9 . El programa de mano igualmente comenta el poder transformador de esta clase de universo pseudo-ficcional: “Mí vida después transita en los bordes entre lo real y la ficción, el encuentro de dos generaciones, la remake como forma de vivir el pasado y modificar el futuro, el cruce entre la historia del país y la historia privada”10. Arias, que además de dramaturga es poeta, escritora y cantautora, es muy hábil a la hora de desarrollar las historias y los múltiples puntos de vista de sus personajes a través del lenguaje, pero, tal y como observa Pamela Brownell, algunas de las caracteríticas más propias y más imaginativas de su dramaturgia, de hecho, se vinculan con estrategias básicamente noverbales, como por ejemplo la incorporación del multimedia, la música, la coreografía y los objetos que aparecen a esce- 163 ESPAÑOL DDT na11. En Mí vida después, las técnicas verbales y no-verbales se combinan para articular un amplio espectro de registros y perspectivas interpretativas. Brownell identifica cuatro niveles de interpretación en la obra, correspondientes a 1) el testigo autobiográfico; 2) un “remake” o reconstrucción de la juventud de los padres; 3) el juego de roles de los otros intérpretes y de sus padres; 4) la acción, o momentos de “pura actuación”. Estos momentos de “pura actuación” introducen el azar y aquello incontrolable de una manera no amenazadora. En Mí vida después, por ejemplo, en la escena “La tortuga de mí padre”, Blas dice a Carla que su madre cree que las tortugas pueden predecir el futuro. Blas escribe “SÍ” y “NO” en la tierra y preguntan a la tortuga si en el futuro habrá uno revolución enArgentina 12 . Evidentemente, no pueden predecir qué opción tomará la tortuga, pero su “respuesta” afecta la narración de cada interpretación individual. Otra manera en qué Lola Arias intoduce el elemento del azar es involucrando un niño en la representación. El hijo de Mariano, Moreno, de cuatro años, tiene un papel clave en varias escenas; por ejemplo, en un momento emocionante, cuando Mariano y él se encuentran en escena para escuchar juntos las grabaciones de su padre/abuelo, o cuando Moreno rocia los intérpretes con pistolas de agua al final de la obra, mientras cada uno de ellos está prediciendo su muerte imaginaria. Arias ya había introducido niños a escena en otros trabajos. Su pieza Airport Kids (2008), creada en colaboración con Stephan Kaegi, de Rimini Protokoll, explora el mundo de los “nómadas globales” de entre ocho y catorce años, las vidas peripatèticas de los cuales han configurado su definición de “casa”13. En Striptease (2007), una pieza que forma una trilogía junto con Sueño cono revólver y El amor se un francotirador, hay un bebè en escena durante toda la representación, moviéndose a gateando por el espacio, jugando con sus juguetes y emitiendo sus sonidos de bebè. Hablando de Striptease, Arias reflexiona sobre el efecto de la presencia de la criatura sobre el público: Yo me fui dando cuenta de eso en el proceso de trabajo, el temor no es por el bebé, sino por aquello que no se puede controlar, tal como es el mecanismo de esta obra: lo que sucede realmente sucede, pero a la vez es ficcional”14 Las estrategias de Arias para incorporar la impredictibilidad hacen que el espectador tome conciencia de la falta de control que caracteriza la vida humana y de la fragilidad que no sólo define la humanidad, sino todas las historias que transmiten la experiencia humana de generación en generación. 164 1. El Teatro Sarmiento forma parte del Complejo Teatral de Buenos Aires y tiene fama por el carácter experimental de las obres que lleva a escena. 2. Citada por Moreno, “Padres nuestros”. 3. Cornago, “Biodrama: Sobre el teatro de la vida y la vida del teatro”. 4. Alejandro Cruz, “Vivi Tellas abre su personal archivo”, La Nación, 30 de julio 2008. 5. Alejandro Cruz, “Vidas marcadas, vidas contadas”, La Nación, 22 de marzo 2009. Al describir Mi vida después, Arias se refiere en distintas ocasiones a la idea de “rehacer” (hacer un “remake” de) la vida de los padres. Juan José Santillán, “Un abanico de historias generacionales”, Clarín, 16 de marzo 2009. 6. Arias, Mi vida después. 7. María Moreno, “Padres nuestros”, Página 12, 26 de abril 2009. 8. Brownell, “El teatro antes del futuro: sobre Mi vida después de Lola Arias”. 9. Silka Freire, “Teatro documental: el referente como inductor de lectura”. 10. Texto del programa de mano, citado en Pamela Brownell, “El teatro antes del futuro: sobre Mi vida después de Lola Arias”. 11. Brownell, “El teatro antes del futuro: sobre Mi vida después de Lola Arias”. 12. Arias, Mi vida después. 13. http://www.rimini-protokoll.de/website/en/project_3479.html. Actualitzada el 6 de febrero 2010. 14. Entrevista con María Fernanda Pinta, “Escenas de un discurso. Entrevista a Lola Arias”. ■ deshacer particular. En este caso, hablar del proceso es hablar también de objetivo final, puesto que en teatro de creación, el Cómo forma parte esencial del sentido de la obra. Cuando Indigest tira de los hilos busca la transversalidad en todas las direcciones y en todos los sentidos. Y de este aparente embrollo surgen puntos de intersección que convierten en puntos de partida. Movimiento, palabra o música se interfieren y se superponen para tejer un Qué de muchas capas y ámbitos. Un Qué instalado entre la polifonía y el pastiche. Y es que abrirse camino en el empacho, hacer de la indigestión un proceso creativo, pasa por convertir el exceso de nuestros días en un grito de supervivencia, que al mismo tiempo no es otra cosa que una afilada herramienta de trabajo. Por esto, además de tirar del hilo, hace falta conocer el oficio de pulir la piedra. El trabajo de la compañía es trabajo de minero y de orfebre al mismo tiempo. Desde picar la piedra hasta convertirla en una pieza poliédrica. Desde la extracción de los materiales hasta la composición, Indigest tiene la habilidad de saber aglutinar un colectivo de creadores de diferentes disciplinas en un proceso de trabajo tan participativo como variado, donde todos son la mano del artesano y los ojos del aprendiz. Y en este trabajo colectivo de hacer-y-deshacer y picar-ypulir es de donde surge su obra. INDI GEST GEST D’INDI Los espectáculos Concierto para seis oficinistes y un loro (2006) y OB-sesions (2007) uno, escrito por encargo; el otro como trabajo de final de carrera del Insitut del Teatre-, crearon el fruto que engendró la compañía Indi Gest. Estos serían los primeros espectáculos en los que participamos todos los componentes que hoy en día formamos la compañía. Después de estos, vino La Caiguda d’Amlet, que significó la reafirmación del colectivo en términos legales, y provablemente también una evidente inclinación por unos espectáculos escénicos quizás no muy “radicales”, pero sí desmarcados de la tendencia teatral general. Y es que, aunque no habiendo pactado una estética homogénea que defina las intenciones de la compañía, nos unen las ganas de experimentar y de buscar nuevas maneras de decir o enfocar las cosas. Para mí “particularmente- Indi Gest ha significado una plataforma de investigación y laboratorio de creación, mezclando el gesto, la palabra y la música, para hacer de la forma el contenido, y del contenido, la forma. Me gusta escribir partitu- TIRAR DEL HILO, PULIR LA PIEDRA Carles Pedragosa Saber tirar de los hilos es todo un oficio. Algunos son tan delicados que se rompen, de otros no acaban nunca, algunos se pierden o se enredan y otros sencillamente existen, pero no se ven. Saber tirar de los hilos puede hacer que una mera intuición se convierta en una idea o incluso en una propuesta. Y es en este delicado ejercicio de hacer-y-deshacer constante dónde se sitúa el trabajo de la compañía Indigest. Puesto que provengo del mundo de la música y no he tenido una formación teatral más allá de la experiencia vivida con Indigest, no me toca a mí habla sobre la aportación de la compañía en la escena teatral, sobre el lugar que ocupa o de qué fuentes se alimenta. De Indigest sólo puedo hablar desde la vivencia en el proceso. De su hacer-y- PROMETEU NO RES Jordi Oriol