¿POR QUÉ DEBEMOS APARTARNOS DEL MUNDO?
Transcripción
¿POR QUÉ DEBEMOS APARTARNOS DEL MUNDO?
¿POR QUÉ DEBEMOS APARTARNOS DEL MUNDO? Día a día, sobre todo entre los jóvenes, cuesta aceptar y asimilar los motivos y las razones por las cuales los hijos de Dios deben estar apartados de este mundo, viviendo en este mundo pero no compartiendo sus vidas con este mundo. Es cierto que el mundo nos rodea y nos envuelve, y que una de las luchas personales más duras e importantes de cada cristiano es el enfrentarse día a día con este mundo de una manera Bíblica, intentando entender por qué debemos estar al margen de los demás y no mantener contacto íntimo con ellos. Hemos desarrollado este temario para poder entender causas y consecuencias de las relaciones de un hijo de Dios con este mundo. - ESTÁBAMOS MUERTOS Y DIOS NOS DIO VIDA La Palabra de Dios nos enseña, en el libro de Efesios, que todos nosotros fuimos presos del pecado que mora en este mundo. Nos muestra como cada uno de nosotros fuimos personas que durante un tiempo caminamos siguiendo la corriente de esta tierra y todas sus costumbres y que estábamos muertos. Sin embargo, por misericordia y gracia fuimos redimidos y comprados a precio de Sangre bendita, por la cual, aceptando el sacrificio de Cristo como parte de nuestra salvación, y determinándonos a servirle y darle la gloria y la honra día a día con nuestra vida, fuimos libertados de todas las cadenas que nos ataban y unían a este mundo, y por consiguiente, a la muerte a la que nos conducía. Efe 2:1 Y Él os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados, Efe 2:2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, conforme a la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia; (Efesios 2:1-2) - SOMOS Y SEREMOS ABORRECIDOS POR EL MUNDO Cuando realmente caminamos con Dios, unidos espiritualmente a Él, compartiendo intimidad con Él y caminando conforme a su Palabra y su voluntad, automáticamente este mundo parece opuesto a nosotros, sin aceptar los cambios que nuestra vida experimenta y tratando de sobreponerse a esos cambios, intentando siempre influir en nuestras acciones y en nuestras actitudes, y, como caso más común, aborreciéndonos y dándonos la espalda por no ser igual a la gran mayoría de seres humanos. En estos casos, debemos entender que esto es una consecuencia de nuestro correcto caminar con Dios y asimilar y percibir, que si el mundo nos aceptara en todo tiempo y nos apoyara en todo lo que emprendemos sería, en la mayoría de los casos, porque somos más similares a éste que a las Sagradas Escrituras. Jua 15:18 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros. Jua 15:19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. (Juan 15:18-19) - EL MUNDO NOS RECHAZA Y NOS CRUCIFICA En cierta manera, cuando nos determinamos por el servicio y por el desarrollo de la obra de Dios y su avance en esta Tierra, el mundo en ese mismo instante nos condena y nos ‘crucifica’ juntamente con Cristo, y es en ese preciso momento, cuando la negación y el aborrecimiento empiezan a ser parte de nuestras vidas, sabiendo que el mundo nunca aceptará nada ni a nadie que no se asemeje a él, y renunciar al mundo, es una de las consecuencias que van seguidas de la decisión de servir a nuestro Señor. Gál 6:14 Mas lejos esté de mí gloriarme, salvo en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. (Gálatas 6:14) - ABANDONAR NUESTRAS RELACIONES CON EL MUNDO Uno de los aspectos más difíciles de asimilar, sobre todo por la juventud, a la hora de dedicar nuestra vida completamente a Dios, es que el Señor en su Palabra nos enseña a que debemos dejar y abandonar nuestras relaciones con el mundo y con las demás personas que siguen comportándose con actitudes propias de este mundo. La Palabra de Dios enseña que la luz y las tinieblas no pueden unirse, es decir, que la gente que no camina con Dios no debe estar unida a los que verdaderamente lo siguen. Del mismo modo, nos muestra que no debemos contaminarnos con las cosas de este mundo, enseñándonos que todo lo que nos envuelve día a día y nos rodea, si entramos en comunión con ello, nos contaminaría y afectaría a nuestra relación con Dios. Debemos ser conscientes, que incluso con las amistades, conocidos, compañeros… nuestra relación debe ser limitada, puesto que muchas veces no podemos evitar el contacto con ellos, pero debemos limitar nuestra relación para evitar así la contaminación y el perjuicio de nuestra vida espiritual, algo que muchas veces no es fácil, pero si necesario. 2Co 6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 2Co 6:15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 2Co 6:16 ¿Y qué concierto tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos; y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 2Co 6:17 Por lo cual salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, 2Co 6:18 y seré Padre a vosotros, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. (2 Corintios 6:14-18) - CENTRARNOS EN LO ESPIRITUAL Y OLVIDANDO LO MATERIAL Dios, en su Palabra, nos muestra que nuestros ojos deben centrarse única y exclusivamente en las cosas celestiales, en las cosas santas, en las cosas inmateriales, en las cosas divinas… olvidando y dejando de lado nuestra obsesión y preocupación por las cosas materiales. Debemos razonar y comprender que cuanto más tiempo dedicamos en nuestra vida a lo material y mundano, menos tiempo dedicamos a lo inmaterial y celestial. Nuestra mirada, nuestros objetivos, nuestra obsesión tiene que ser únicamente la voluntad de Dios y una vida de adoración a Él y colocando en sus manos nuestras necesidades materiales aquí en la tierra, las cuales deben pasar a un segunda plano, concediéndole a Dios el lugar que se merece, el primero en nuestras vidas. Col 3:2 Poned vuestra mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. (Colosenses 3:2) - RENOVAR NUESTRA MENTE Y NUESTRO ENTENDIMIENTO El apóstol Pablo, en su carta a los Romanos, nos anima a renovar continuamente en el espíritu de nuestra mente, para poder así ser transformados por la gracia de Dios, pidiendo que el Señor nos de sabiduría para que la renovación venga dada por su Palabra y sus mandamientos, para así poder poco a poco comprender lo que Él ha determinado para nuestra vida y el camino que deben seguir nuestros pasos desde el preciso momento en que decidimos quedar a su servicio. Rom 12:2 Y no os conforméis a este mundo; mas transformaos por la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Romanos 12:2) - SER AMIGO DEL MUNDO ES SER ENEMIGO DE DIOS Uno de los pasajes que expresa con más claridad que nuestra relación con el mundo debe ser nula y nunca llegar a ser íntima ni mucho menos se encuentra en el libro de Santiago, donde aprendemos y leemos que todo aquel que es amigo de este mundo, se constituye en ese momento enemigo de Dios. Debemos ser conscientes de que la santidad, la bondad y la gloria de Dios no es compatible con la inmundicia, la injusticia y la perversidad que rodea la tierra donde vivimos, y que debemos decidir si deseamos ser aliados de este mundo o aliados del Dios al que servimos humildemente. Stg 4:4 Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. (Santiago 4:4) - SI AMAMOS AL MUNDO, EL AMOR DE DIOS NO PERMANECERÁ EN NOSOTROS Es muy importante y necesario conocer que el amor de Dios solo se encuentra en aquellas personas que viven y aman las cosas que Dios verdaderamente ama. Si amamos como este mundo, amaremos las cosas de este mundo, y el tipo de amor que el mundo muestra será el que viva en nosotros y no el de Dios. Sin embargo, si aprendemos por la misericordia de Dios, a amar las cosas que el Señor ama y aborrecer las que el Señor aborrece sabremos que el amor de Él estará en nosotros y no el amor de este mundo. Es difícil quizá dejar de amar las cosas que antiguamente realmente nos atraían y nos parecían agradables, pero, cuando compartimos tiempo a solas con Dios y dejamos que su Santo Espíritu nos ministre, Él mismo es el que se encarga de cambiar nuestros pensamiento y principalmente, nuestros sentimientos. 1Jn 2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 1Jn 2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, sino del mundo. 1Jn 2:17 Y el mundo pasa, y su concupiscencia; pero el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre. (1ª Juan 2:15-17) - EL AFÁN POR ESTE MUNDO NOS APARTA DE LA VOLUNTAD DE DIOS Existe una parábola Bíblica, la parábola del sembrador, la cual expresa con claridad que incluso habiendo oído y prestado atención a la Palabra de Dios, si nuestro afán y nuestra voluntad continúa siendo este mundo, si nuestros objetivos en la vida siguen estando relacionados con este mundo y todo lo que nos envuelve, estos afanes nos apartarán de la palabra de Dios poco a poco, hasta distanciarnos del Señor y apartarnos de su voluntad. Debemos ser conscientes que la avaricia y los afanes materiales es algo propio de los hijos de este mundo, los hijos de ira y desobediencia, pero nos de los que fueron llamados a la Luz. Mat 13:22 Y el que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra; pero el afán de este mundo, y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. (Mateo 13:22) 2Ti 4:10 porque Demas me ha desamparado, amando este mundo presente, y se ha ido a Tesalónica; Crescente a Galacia, Tito a Dalmacia. (2ª Timoteo 4:10) Vemos en esta segunda carta de Pablo a Timoteo donde el apóstol cuenta a su discípulo como otros antiguos compañeros de la fe lo abandonaron y abandonaron del mismo modo los caminos de Dios, habiendo amado al mundo más que a Jehová. A partir de esta breve enseñanza deseamos que Dios le muestre la realidad de su vida diaria, que usted pueda reflexionar a partir de la palabra derramada en este estudio y pueda hacer lo que el Apóstol Pablo sugería, examinarse a usted mismo a la luz de las escrituras para ver si realmente está en la fe. No piense que esto es un castigo o una crítica a su vida, simplemente es un apoyo y una ayuda que deseamos prestarle mediante la ayuda que Dios nos da a nosotros, para que día a día usted pueda comprender como está caminando hoy, si realmente está sirviendo en todo a Dios y si está haciendo su voluntad, es decir, si está usted guardando su salvación. Que Dios lo bendiga, lo guarde y derrame sabiduría sobre su vida hoy y el resto de sus días.