Guía para producir forraje de avena y cebada bajo

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Guía para producir forraje de avena y cebada bajo
 GUÍA PARA PRODUCIR FORRAJE DE AVENA Y CEBADA BAJO TEMPORAL EN LA COSTA DE ENSENADA Juan Antonio Chávez Durón M.C. Investigador del Programa de Forrajes Samuel Gómez González ING. AGR. Jefe de Campo INSTITUTO NACI ONAL DE INVESTIGACIONES FORESTALES, AGRÍCOLAS Y PECUARIAS CENT RO DE INVESTIGACIÓN REGIONAL DEL NOROE STE CAMPO EXPERIMENTAL COSTA DE ENSENADA Ensenada B.C., México
Octubre de 1999
GUÍA PARA PRODUCIR
FORRAJE DE AVENA Y
CEBADA BAJO TEMPORAL
EN LA COSTA DE
ENSENADA
INTRODUCCIÓN
En la región Costa de Ensenada se
siembran
aproximadamente
35,000
hectáreas de temporal (promedio de los
últimos 4 ciclos), siendo la cebada y la avena
los principales cultivos forrajeros, con un
rendimiento promedio de 1.7 y 2.2 toneladas
por
hectárea
de
forraje
seco,
respectivamente. La siembra de estos
cultivos representan un importante recurso
forrajero, ya que se utilizan en la alimentación
del ganado de la región, ya sea que el forraje
sea cosechado y empacado, o bien
pastoreado. También el grano cosechado es
utilizado en la alimentación animal.
La lluvia es la principal limitante en la
producción de cereales bajo temporal, tanto
en cantidad como en distribución, por lo que
las prácticas deberán estar dirigidas al
máximo aprovechamiento del agua. Debido a
lo anterior, la mayor parte de los años no
permite el suficiente desarrollo de estos
cultivos para producción de grano, siendo
importante definir el objetivo del cultivo desde
el principio para elegir la variedad y el manejo
adecuado.
La cebada tiene buena adaptación a
todos los rangos de altitud y a tipos de suelos
del área costera y valles altos; sin embargo,
se ha observado que prospera mejor en
suelos de textura
ligera a media, sin
problemas de drenaje y con un pH de neutro
a alcalino. Es uno de los cultivos más
tolerantes a la salinidad. De acuerdo a la
cantidad de lluvia recibida durante el
desarrollo del cultivo, se puede cosechar
grano, forraje para henificado o ensilado, o
ser pastoreado por el ganado.
La avena prospera en suelos con
textura ligera a media, sin problemas de
drenaje y con un pH de ligeramente ácido a
neutro. Es muy sensible a la salinidad del
suelo. Al igual que la cebada, se puede
sembrar en todas las zonas de temporal de la
región. En años con precipitación arriba del
promedio, tendrá mayor producción de forraje
y de mayor calidad. Se recomienda para
producir forraje henificado, siendo más difícil
la producción de grano, ya que requiere más
agua que la cebada.
Las
siguientes
recomendaciones
tienen por objetivo guiar a los productores
sobre las prácticas más adecuadas de
siembra y manejo agronómico de cebada y
avena para forraje.
PREPARACIÓN DEL
TERRENO
La preparación del suelo es
fundamental para obtener una buena
germinación y maduración uniformes. Dado
lo errático de la precipitación, la preparación
del suelo dependerá de la cantidad de lluvia
esperada.
Barbecho. El objetivo es aflojar la tierra para
que contenga suficiente aire y para que tenga
suficiente capacidad de almacenamiento de
agua. La operación se efectúa mediante
arados de discos o arados de discos. En
años en los que se espera precipitaciones
superiores a 300 mm, y/o el suelo tenga
problemas de compactación, puede ser
recomendable barbechar a una profundidad
de 30 – 40 cm. En suelos arcillosos se debe
arar al menor un mes antes para obtener
una buena granulación de la tierra. En suelos
ligeros se puede arar en poco tiempo de
anticipación de la siembra.
Rastreo. El objetivo es crear una cama
superficial, fina para la germinación de las
semillas. Esta labor se realiza con rastras de
discos o de dientes. La preparación de la
cama de siembra puede consistir en uno o
dos pasos de rastra, según el problema de
malezas y la textura del suelo. En suelos con
poco problemas de malezas o ligeros, es
posible dar un solo rastreo después de la
primera lluvia y sembrar inmediatamente con
“voleadora” o con “drilla” (sembradora
triguera). En suelos con alta incidencia de
malezas es recomendable dar un paso de
rastra para que el suelo capte agua y dar otro
paso de rastra después de la emergencia de
malezas para eliminarlas y sembrar de
inmediato. En suelos pesados también puede
ser necesario dos pasos de rastra para dejar
el suelo mullido.
Floración. La floración ocurre dos
a
cuatro días después de que la espiga ha
emergido completamente y es notorio por la
presencia de las anteras.
Desarrollo del grano. Las etapas de
maduración de los granos son llamadas
estado de leche, estado de masa blanda,
estado de masa dura y el estado final de
granos maduros.
•
•
CRECIMIENTO Y
DESARROLLO
El conocimiento de los estados de
desarrollo de los cultivos es importante
porque muchas labores (como aplicaciones
de fertilizantes, selección de herbicidas y el
tiempo óptimo de cosecha) se efectúan
según el estado fenológico de la planta. A
continuación se describen las etapas de
crecimiento de cereales como cebada y
avena.
Germinación y crecimiento inicial. Desde
que emergen las primeras raicillas hasta la
aparición de las primeras hojas.
Amacollamiento y crecimiento vegetativo.
Comprende la aparición del primer macollo,
generalmente con la emergencia de la cuarta
hoja, hasta antes de que el tallo empiece a
extenderse.
Extensión del tallo y espigamiento. Esto es
cuando acaba de hacerse visible el primer
nudo y empieza a incrementarse en longitud
el tallo, hasta la aparición de la hoja bandera
y la emergencia de las espigas.
•
Estado de leche o lechoso. Los
granos se están formando dentro de
un fluido blanco que puede ser
presionado y salir fuera del grano.
Estado de masa blanda. La mayor
parte de la materia seca se acumula
en este estado. La consistencia del
grano es semejante a una masa
blanda.
Estado de masa dura. El contenido de
agua baja al 30%. El contenido del
grano puede ser dividido con la uña.
VARIEDADES
Para elegir una variedad adecuada, el
productor debe considerar factores como
rendimiento, calidad, tolerancia a sequía y
enfermedades.
Los mejores rendimientos de forraje
se han obtenido con variedades de ciclo
precoz e intermedio. En el cuadro 1 se
mencionan las variedades recomendadas así
como algunas de sus características.
CEBADAS
CUADRO 1. CARACTERÍSTICAS DE VARIEDADES DE CEBADA Y AVENA
FORRAJERAS RECOMENDADAS PARA LA COSTA DE ENSENADA
AVENAS
RENDIMIENTO DE
FS3 ton/ha
ORIGEN
UC-603
California
Precoz
Moderada
2.5
Atlas
Marruecos
Int
Resistente
2.4
Solum
E.U.A.
Int
Moderada
2.2
Cucapah
INIFAP
Int
Moderada
2.2
BO1-182
E.U.A.
Int
Resistente
2.2
Cerro Prieto
INIFAP
Int
Susceptible
2.1
UC-337
California
Precoz-Int
Resistente
2.0
BA-8055
E.U.A.
Tardío
Susceptible
1.7
Babicora
INIFAP
Int
Moderada
3.9
Cuauhtémoc
INIA
Int
Susceptible
3.8
Chihuahua
INIA
Int
Susceptible
3.8
Juchitepec
INIFAP
Int
Resistente
3.7
-
Precoz
Susceptible
3.5
INIA
Precoz
Susceptible
3.5
-
Int-Tardío
Moderada
3.4
INIFAP
Precoz
-
3.4
-
Int
-
3.3
Papigochi
INIFAP
Int
Moderada
3.2
Tulancingo
INIA
Precoz
Susceptible
2.4
-
Int-Tardío
-
1.8
Texas
Guelatao
Opalo
Cusi
Coker
Nodaway
1
SUSCEPTIBILIDAD
CICLO
A
VEGETATIVO
1
ENFERMEDADES2
VARIEDAD
Int = Intermedio; 2 Se refiere principalmente a royas de la hoja, aunque puede variar en
diferentes regiones o años; 3 FS = Forraje Seco; - sin información
SEMILLA
Se
recomienda
usar
semilla
certificada, ya que algunas enfermedades o
semillas de malezas pueden estar presentes
en semillas no certificadas. En caso de que el
productor
no
tenga
problemas
de
enfermedades y malezas, puede utilizar
semilla de su propia cosecha, aunque no por
más de dos veces seguidas para evitar
riesgos de enfermedades y/o contaminación
con otras variedades. Las semillas deben
tener un porcentaje mínimo de germinación
de 85% y estar libres de semillas de malezas
e impurezas para que faciliten la siembra.
“voleadora” que distribuye la semilla en un
ancho de 8 a 12 metros. La semilla se tapa
con un paso de rastra ligero o usando una
rastra de dientes, cuidando que la semilla no
quede a una profundidad mayor de 5 a 10
centímetros.
También se puede sembrar en hileras
utilizando la “drilla” o sembradora triguera. La
distancia entre hileras puede variar según las
condiciones y la marca de la sembradora. Lo
más común es sembrar a una distancia de 11
a 25 centímetros entre hileras.
La siembra al voleo es más rápida
que la siembra con “drilla”, sin embargo, esta
última realiza una mejor distribución y
uniformidad en la profundidad de siembra de
la semilla por lo que se usa una menor
cantidad de semilla; además, no se tiene que
dar otro paso de rastra para tapar la semilla.
ÉPOCA DE SIEMBRA
La fecha de siembra es de acuerdo
con el establecimiento de las lluvias y de la
humedad presente en el terreno. En un
terreno con un rastreo previo para captar
humedad es posible sembrar con los
primeros 25 mm de lluvia; esto puede ocurrir
entre noviembre y enero; siembras más
tardías no son recomendables debido al
riesgo de que no haya suficiente humedad
para las etapas iniciales o de desarrollo y por
lo tanto presenten muy bajos rendimientos.
Solo en caso de tener disponibilidad de agua
para dar riegos de auxilio, se puede sembrar
en el mes de febrero.
FORMA DE SEMBRAR
En la región generalmente se siembra
en húmedo, después de las primeras lluvias.
Cuando se siembra al voleo, se utiliza una
CANTIDAD DE SEMILLA PARA
LA SIEMBRA
Se recomienda utilizar de 80 a 110
kilogramos de semilla por hectárea, con un
porcentaje mínimo de germinación del 85%,
para asegurar una buena población de
plantas. Se siembra mayor cantidad de
semilla para siembras al voleo, cuando el
terreno presenta una alta infestación de
malezas, o cuando se esperan buenas
condiciones de crecimiento (precipitaciones
superiores a 300 mm durante el ciclo).
Se siembra una menor cantidad de semilla
cuando se espera poca precipitación, o se
siembra con “drilla”. Es importante calibrar el
equipo con que se va a sembrar para lograr
resultados óptimos.
FERTILIZACIÓN
La fertilización en condiciones de temporal
depende mayormente de la cantidad de lluvia
que recibe el cultivo durante el desarrollo del
cultivo. El nitrógeno es el nutriente más
importante, y generalmente se sugieren de
30 a 80 kilogramos por hectárea,
requiriéndose menores cantidades en años
secos. Se recomienda tirar el fertilizante junto
con la semilla para que quede incorporado al
tapar la semilla. En caso de no haber
fertilizado a la siembra y que se esté
presentando un buen temporal (buenas
precipitaciones), se puede aplicar de 20 a 40
kilogramos de nitrógeno por hectárea en la
etapa de amacollamiento, antes de la
aparición del primer nudo.
El fósforo es el segundo nutriente en
importancia y es necesario para el buen
desarrollo de las raíces, especialmente en las
primeras etapas de su desarrollo. Se puede
realizar un análisis de suelo para determinar
si el suelo es deficiente en este nutriente, en
tal caso se recomienda aplicar de 20 a 40
kilogramos por hectárea a la siembra, tirando
el fertilizante junto con la semilla.
El potasio es de menor importancia en
el cultivo de los cereales, porque en los
suelos de la región se encuentran
normalmente en suficiente cantidad.
CONTROL DE MALEZAS
En la región se presentan problemas
de malezas que pueden afectar el
rendimiento y la calidad del forraje, además
de que pueden ser huéspedes de plagas y
enfermedades. Las malezas que predominan
durante el desarrollo del cultivo son de tipo
anual: de hoja angosta como avena silvestre
y de hoja ancha como mostacilla, rabanillo y
mostaza. El control de malezas es esencial
durante las primeras etapas del crecimiento.
El efecto en el rendimiento es mayor cuando
las malezas se establecen antes del
amacollamiento, pero si la población es
pobre, las malezas que emergen después del
amacollamiento pueden ser un problema. El
control de malezas requiere tanto de labores
culturales como de la aplicación cuidadosa
de herbicidas específicos.
Las labores culturales que se utilizan
son el método de “secano”, que consiste en
eliminar las malezas mediante rastreos en el
verano y el otoño durante un año, lo que
además ayuda a conservar la humedad del
suelo. El uso de semilla certificada ayuda a
prevenir la introducción y dispersión de
nuevas malezas. Otras prácticas que ayudan
a controlar o minimizar la competencia con
malezas son la preparación oportuna del
terreno, selección de la variedad adecuada,
densidad y profundidad de siembra y
utilización adecuada de los fertilizantes, así
como mantener libre de malezas a áreas
problemas como cercos, bordos, orillas de
caminos etc.
El control químico se recomienda
solamente cuando se prevea un buen
temporal, con precipitaciones de al menos
250 milímetros durante el desarrollo del
cultivo. Para el control de las malezas de
hoja ancha, se recomienda el Brominal 240
CE, MCPA, Banuel 480 y el 2, 4 – D Amina.
El control químico de las malezas de hoja
angosta (gramíneas) es más difícil porque
pertenecen a la misma familia que la cebada
y la avena. Se recomienda utilizar el Iloxan
28 CE y el Finaven 240E. Se deberán seguir
cuidadosamente
las
instrucciones
del
producto, aplicarlo específicamente para las
etapas de desarrollo señaladas y consultar a
técnicos especialistas ante cualquier duda.
PLAGAS
Las plagas que se
en forma esporádica son
cogollo y del follaje, pero
daño mínimo y por lo tanto
su control
pueden presentar
los pulgones del
estos causan un
no se recomienda
ENFERMEDADES
Los cereales como la avena y la
cebada presentan enfermedades que pueden
ser importantes bajo ciertas condiciones
ambientales. A continuación se mencionan
algunas de las más importantes que se han
observado en la zona.
Royas. Pueden atacar las hojas y tallos de
cebadas y en menor proporción de avenas,
disminuyendo la producción y calidad del
forraje. Se presenta con mayor severidad en
la zona Costa. Se caracterizan por presentar
lesiones redondas u ovaladas de color
amarillo naranja a café rojizo. La medida de
control más importante es la utilización de
variedades resistentes.
Carbones. Hay dos tipo de carbón, el carbón
volador o descubierto, que se presenta en la
región y el carbón cubierto. Los síntomas
aparecen hasta después del espigamiento y
consisten en la aparición de una masa de
esporas de color negro olivo que reemplaza
el lugar
de los granos. El carbón
descubierto es controlado usando semilla
certificada y con tratamiento de las semillas
con fungicidas sistémicos.
También
se
pueden
presentar
problemas de cenicilla, escaldadura y
helmintosporiosis, pero sin llegar a ser un
problema económico.
COSECHA
Heno. Para la cosecha se debe tener
en consideración la calidad y cantidad de
forraje que queremos obtener, lo que va a
depender principalmente del estado de
madurez a que son cosechados. Además, en
temporal se debe de tener en cuenta la
cantidad de lluvia recibida, pues puede ser
conveniente cortar antes de lo previsto si no
se espera suficiente lluvia para que el cultivo
llegue a estados de desarrollo avanzados.
Las etapas a que se pueden cosechar son
las siguientes:
Estado de floración. La planta
permanece verde pero las hojas inferiores
comienzan a secarse. En esta etapa se
obtiene la máxima cantidad de materia seca
digestible, sin embargo, la producción de
materia seca es menor en un 15 – 25%. Es
conveniente cortarlo en este estado cuando
se proporciona el forraje a animales con altos
requerimientos de nutrientes, como animales
en crecimiento, vacas en lactación o en el
último tercio de gestación. Las mayores
ganancias de peso por hectárea se obtienen
cuando se corta en este estado.
Estado lechoso. En este estado es el
menos palatable al ganado y produce
menores ganancias de peso cuando se ha
probado con ganado de carne y borregos, por
lo que es preferible esperar a cortar en
estado de masa blanda.
Estado de masa blanda. El forraje
cortado en este estado tiene el mayor
rendimiento de forraje seco, pero una menor
digestibilidad de la fibra y contenido de
proteína, con relación al forraje cortado en
estado más tierno. Después de este estado,
disminuye considerablemente la calidad del
forraje y no se incrementa el rendimiento. Se
recomienda cortar en este estado cuando se
quiere obtener la máxima cantidad de pacas
o el forraje cosechado se va a proporcionar a
animales con menores requerimientos
nutricionales,
como
animales
en
mantenimiento, vacas con menos de 6 meses
de gestación o animales en crecimiento con
bajas ganancias de peso.
Pastoreo. Estos cereales también se pueden
pastorear, aunque se debe de considerar
perdidas por pisoteo del 20 al 35%. Para el
pastoreo de animales jóvenes (140 –250 kg
de peso), es recomendable hacerlo poco
antes del espigamiento del cereal, para
obtener las máximas ganancias de peso. Sin
embargo, se debe tener cuidado de no
pastorear demasiado joven el cereal, o de
fertilizar con niveles altos de nitrógeno, ya
que podría haber problemas de intoxicación
por nitratos, lo que podría provocar la muerte
de los animales.
Para el mejor aprovechamiento del
pastoreo, se recomienda realizar rotación de
potreros, suplementación mineral y se debe
evitar en lo posible pastorear la pradera
cuando esté demasiado húmeda, ya que las
pisadas del ganado pueden causar perjuicios.
Ensilado. La cebada y avena producirán
hasta el doble de nutrientes digestibles
cuando se ensilen que si son cosechados
para grano, pero es más difícil hacer un
ensilado de excelente calidad con estos que
con otros cultivos comúnmente utilizados
para el ensilado, como el maíz o el sorgo. Por
lo anterior, es mejor utilizarlos en forma de
heno, pastura verde o pastoreo directo.
Para realizar el ensilado de los
cereales, es necesario que la humedad al
momento del corte sea entre el 60 y 70%
(estado de masa blanda). En el estado de
floración, la humedad del forraje es
demasiada
alta
para
ser
ensilado
directamente, por lo que hay que secarse
hasta que este alcance la humedad
recomendada. Puede ser necesario la
utilización de preservativos químicos, tales
como el ácido acético y/o propiónico.
También es importante compactar muy bien
el forraje y sellar el silo para evitar al máximo
el contacto con el aire.
El contenido de esta publicación podrá ser reproducido total o
parcialmente, con fines de divulgación, siempre que se den los
créditos correspondientes a los autores, al Campo
Experimental Costa de Ensenada, al Centro de Investigación
Regional del Noroeste, a INIFAP y SAGAR.

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