imperio inca y la quinta era

Transcripción

imperio inca y la quinta era
CAPÍTULO 3
I MPERIO I NCA
Y LA Q UINTA E RA
La mayoría de historiadores atribuye a las reformas del noveno
emperador Pachacuti los cambios cualitativos que se introdujeron en la
súbita expansión del Imperio Inca. La transición del Inca Viracocha a
Pachacuti, su hijo, forma una confusa imagen en las crónicas. Los
eventos se traslapan entre un soberano y otro. Hazañas atribuidas a un
Inca en una crónica, en una segunda crónica se dicen ser hechos del
otro soberano. Parte de estas diferencias está en las fuentes autónomas
de poder formadas por el panaqas, el ayllu real que celebró la memoria
de su respectivo fundador soberano. Según las simpatías del cronista o
las fuentes que consultó, un Inca brilla a expensas del otro. Entre los
dos soberanos puede haber existido un corto reinado de Urcos, otro de
los hijos del Inca Viracocha.
Según la mayoría de las crónicas, es Pachacuti el que fuera el mayor
protagonista en el meteórico surgimiento del imperio Inca. No es esta
visión la que se cuestiona. Sin embargo, el presente trabajo quiere
ofrecer un acercamiento complementario al punto de vista
completamente histórico-científico. Nuestro enfoque se concentrará en
tres aspectos del punto de inflexión espiritual que dio lugar al imperio
Inca: las experiencias espirituales experimentadas respectivamente por
el Inca Viracocha y por Pachacuti, y la amenaza planteada por el
ataque de los rivales de los Incas, los Chancas. Cada una de estas
figuras se apoya en la otra y forma un cuadro coherente que apoya la
importancia del cambio histórico.
Los Chancas plantearon una amenaza espiritual para los Incas debido a
sus contrastantes visiones espirituales. Contra esta amenaza apareció
una respuesta espiritual formulada por los dos soberanos. Para
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
entender la naturaleza de esta respuesta, necesitamos volver a sus
biografías y a las experiencias espirituales que formaron los puntos
centrales de sus vidas. Seguiremos el horario histórico que lleva del
Inca Viracocha a la invasión Chanca y finalmente a la respuesta
ofrecida por Pachacuti. Se tiene el sentimiento que la amenaza Chanca
fue la prueba definitiva de la que salió el Imperio Inca. A la amenaza
de la continuación de la decadente Era de los Guerreros, el Inca trajo la
respuesta espiritual que inauguró un nuevo impulso civilizador, una
verdadera Quinta Era sudamericana.
El Inka Virakocha y la Vision en Urcos
Bernabe Cobo indica que la conducta salvaje y orgullosa del joven
príncipe motivó que su padre Yahuar Huacac lo enviara a Chita (no
lejos de Urcos en el Valle Sagrado) para refrenar su espíritu
confiándole la tarea de cuidar las llamas del Sol. Garcilaso de la Vega
va un paso más allá describiendo la conducta del príncipe. Él describe
una vena de “malicia negra y falta de humanidad” en su conducta,
menciona que le gustaba pegar a sus camaradas. Su padre lo relegó a
Chita durante tres años cuando el joven hombre había alcanzado la
edad de diecinueve años. Polo de Ondegardo también confirma el
destierro del joven heredero. (1)
La juventud del Inca Viracocha no fue causa de un prometedor debut.
Es su famosa visión la que trajo a la existencia una conversión
espiritual y por consiguiente también un cambio en el tenor cualitativo
de su vida. Esta visión ocurrió en el Valle Sagrado, en Urcos, lugar
que ya se ha mencionado anteriormente en relación a sus ruinas y a las
leyendas que sobreviven. Cobo indica que el joven príncipe vio a un
hombre viejo y barbado, representando al ser nombrado ViracochaYachachic. Él pidió al joven inaugurar un culto para su ser y le
autorizó que llevara su nombre. Cobo es uno de los pocos cronistas
que vincula este punto de inflexión con la batalla decisiva y derrota de
los Chancas. Garcilaso de la Vega confirma la visión y agrega que la
figura sostenía un animal con una correa. Él y Cobo llaman a la figura
un “fantasma.” Garcilaso especifica que la figura se nombró a sí
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misma “hijo del Sol” y “hermano de Manco Capac.” (2) Agrega que fue
enviada por el Sol. Sarmiento de Gamboa y Santa Cruz Pachacuti
también creen en la realidad de la visión. Pero para Polo de Ondegardo
y Acosta fue un sueño. Según los historiadores es más probablemente
que en respuesta a la visión el Inca Viracocha construyera el
Quisarcancha.
Todos los elementos anteriores tienen un específico marco de
referencia en el contexto de Urcos. Si nos referimos a ese contexto
para lo que conocemos de Urcos por nuestras exploraciones anteriores,
surgirá un cuadro más claro. Urcos, como Cacha en el altiplano de
Titicaca, fue un importante lugar de culto Inca. Conmemoró lugares
donde Viracocha/Tunupa se detuvo en sus peregrinaciones a lo largo
de los Andes. Se conmemoran ambos lugares por las luchas de Tunupa
contra las decadentes prácticas de magia. Finalmente, dos de ellos
tenían templos que mostraban el hecho del iniciado en la
domesticación del Puma de Fuego, el vehículo de inspiración de la
deidad que dirigió la civilización sudamericana en los tiempos que
preceden el Amanecer — después se hacen decadentes. Todos estos
elementos nos llevan muy claramente al ser que el Inca Viracocha vio
en su visión.
No ha de sorprender entonces que al Inca Viracocha le creciera una
barba, algo que no era común entre los Incas. Según Garcilaso también
le gustaba personificar la aparición del “fantasma.” (3) El mismo autor
indica que el Inca Viracocha inicialmente hizo una distinción entre el
ser del que había dado testimonio y él. Después cedió ante la tentación
de ponerse en la misma condición. Estos hechos pueden ser una fuente
de confusión entre el mítico Viracocha/Tunupa y el Inca Viracocha
histórico en las crónicas de Molina y Murua. (4) De todo lo anterior
podemos decir que el Inca Viracocha formó una importante transición
espiritual en la recuperación del conocimiento del rol de Tunupa que
se había perdido en el tiempo de la decadencia de la Era de los
Guerreros. Sin embargo, también trajo un elemento de confusión entre
Viracocha — el Gran Espíritu y Dios Creador — y Tunupa, el iniciado
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PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
que Pachacuti llamaría después con el nombre de Illapa. Una clara
comprensión sólo podría restaurarse respecto a una tercera deidad, el
Dios Sol, Inti. Fue Pachacuti quien trajo una respuesta a la candente
pregunta de Inti y su relación con Viracocha y al iniciado
Illapa/Tunupa. La visión posterior de Pachacuti estaba íntimamente
entrelazada con el destino de los Incas y con la inminente invasión de
los Chancas. Por eso volveremos a la leyenda de los Chancas antes de
observar específicamente la vida y experiencias espirituales de
Pachacuti.
Pachacuti y la Leyenda de los Chancas
Hemos visto cómo la cultura Chanca se insertó dentro del hilo de la
cultura Wari, aunque como cultura de menor importancia respecto a la
primera. La muy superior fuerza de los Chancas ahora amenazaba el
despliegue de un nuevo impulso espiritual que quería entrar en la
nación Inca a través de la persona de Pachacuti. La siguiente narrativa
acerca del emperador — originalmente llamado Cusi Yupanqui o
Tupac Inca Yupanqui, antes de su experiencia espiritual — es tomada
de la crónica de Juan Betanzos. (5)
Acerca del carácter y virtudes de Tupac Inca Yupanqui y cómo se aisló
de sus compañeros, entró en oración y, según lo que los autores dicen,
tuvo una revelación del cielo; cómo fue ayudado, entró en batalla con
Uscovilca, lo capturó y mató, junto con otros eventos que tuvieron
lugar.
Como hombre joven, Tupac Inca Yupanqui era virtuoso y afable en su
conversación. Hablaba poco y no se reía de manera exagerada sino,
más bien, con discreción. Era aficionado a ayudar al débil. Era joven y
casto que nunca se escuchó que había estado con una mujer ni aquéllos
de su tiempo lo encontraron mintiendo o no manteniendo su palabra.
Tenía las cualidades de un poderoso y valiente señor, aunque todavía
era joven, y muy valeroso. Cuando su padre pensaba en el carácter de
su hijo Tupac Inca Yupanqui, se llenaba de envidia y lo detestaba. Su
padre deseaba que su hijo mayor, llamado Inca Urco, tuviera el
carácter de Tupac Inca Yupanqui. Desde que su padre vio la fuerza de
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carácter de Tupac Inca Yupanqui, no le permitió llegar ante él ni le dio
muestras de amarlo. Desde que su padre notó que Tupac Inca
Yupanqui tenía tantas buenas cualidades, temió que después de sus
días los señores de Cuzco y el resto de la comunidad lo tomaran por su
señor aun cuando le dejara el título de señor a Inca Urco, estos señores
lo retirarían ya que Inca Urco era más bien ingenuo y le faltaba la
capacidad y carácter de Tupac Inca Yupanqui a quien todos amaban
mucho, como ustedes han oído. Después de sus días, su padre quiso
dejar su título a Inca Urco. Por tanto, el Inca Viracocha hizo que los
señores de Cuzco y al resto del pueblo tratara a Inca Urco con la
misma deferencia y respeto otorgado a él. Así el Inca Wiracocha tenía
al señor de Cuzco sirviendo a Inca Urco con las insignias reales usadas
personalmente por él. A nadie le fue permitido aparecer ante él con los
zapatos puestos, no importa cuán importante pudiera ser el señor,
incluso ni sus hermanos; más bien, llegaban descalzos y permanecían
con sus cabezas inclinadas ante él durante todo el tiempo que le
hablaban o le traían un mensaje. Siempre comía solo, sin que nadie se
atreviera a tocar su comida. Los señores lo llevaban en una litera sobre
sus hombros. Si salía a la plaza, se sentaba en un banco dorado bajo
una sombrilla hecha de plumas de avestruz teñidas de rojo. Bebía en
vasos de oro, y todos los otros platos del servicio de su casa eran de
oro. Tenía muchas mujeres. Tupac Inca Yupanqui no tomaba parte de
esto porque, como usted ha oído, era detestado por su padre que amaba
a Inca Urco. Cuando el Inca Viracocha vio que Tupac Inca Yupanqui
había permanecido en la ciudad de Cuzco, le agradó. Pensó que Tupac
Inca Yupanqui acabarían sus días allí. Cuando Tupac Inca Yupanqui
envió por ayuda de lo que usted ya ha oído hablar, el Inca Viracocha
se la negó.
Tupac Inca Yupanqui dejó a sus compañeros la noche ya mencionada
a ustedes [la noche que precede el ataque de los Chancas]; en esa
narración cuentan que fue a un lugar donde ninguno de sus seguidores
podía verlo, a una distancia de la ciudad del Cuzco de
aproximadamente dos tiros con una honda. Allí empezó a orar al
creador de todas las cosas a quienes llaman Viracocha
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PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
Pachayachachic. Tupac Inca Yupanqui estaba diciendo una oración en
las siguientes palabras: “Señor Dios que me creó y me dio la forma de
hombre, venga en mi ayuda en esta dificultad en la que me encuentro.
Usted es mi padre que me creó y me dio forma de hombre. No me
permita ser muerto por mis enemigos. Deme ayuda contra ellos. No les
permita hacerme su súbdito. Usted me hizo libre y sólo súbdito suyo.
No permita que me convierta en súbdito de ese pueblo que quieren
dominarme de esta manera y hacerme esclavo. Señor, deme la fuerza
para resistirlos. Haga de mí cualquier cosa que usted quiera, porque yo
soy suyo.” Cuando Tupac Inca Yupanqui estaba diciendo esta oración,
lloraba con todo su corazón. Y todavía orando, se durmió, superado
por la fatiga. Como estaba durmiendo, Viracocha entró en él en forma
de hombre y le habló: “Mi hijo, no se apene. El día que usted entre en
batalla con sus enemigos, yo le enviaré soldados con quienes usted los
derrotará y disfrutará de la victoria.”
Cuando Tupac Inca Yupanqui recordó este feliz sueño, se entusiasmó,
volvió a sus seguidores y les dijo que estuvieran contentos, como él lo
estaba. No debían temer porque no serían derrotados por sus enemigos.
Él tendría soldados en tiempo de necesidad, pero se negó a decir más,
cómo, o dónde, aunque le preguntaron. Desde aquel momento, cada
noche Tupac Inca Yupanqui se alejaría de sus compañeros al lugar
donde había dicho su oración, donde siempre la repitió exactamente
como la primera vez, pero no tendría el mismo sueño de la primera
noche.
Sin embargo, la última noche mientras oraba, Viracocha entró en él en
forma de hombre, y mientras estaba despierto, le dijo: “Mi hijo,
mañana sus enemigos vendrán a batallar. Yo vendré en su ayuda con
soldados para que usted derrote a sus enemigos y disfrute de la
victoria.” Y ellos cuentan que a la mañana siguiente Uscovilca llegó
con sus soldados a través de Carmenga que es una colina al lado del
pueblo hacia la ciudad de Los Reyes. Cuando Uscovilca bajó con todas
sus fuerzas y soldados, aparecieron veinte escuadrones de soldados
nunca vistos o conocidos por Tupac Inca Yupanqui o sus seguidores.
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Estos soldados aparecieron en el Collasuyo, camino a Accha, y camino
a Condesuyo. Conforme estos soldados se acercaban a él, Tupac Inca
Yupanqui y sus compañeros veían acercarse a sus enemigos. Cuando
se acercaron, aquéllos que venían en ayuda de Tupac Inca Yupanqui lo
rodearon diciendo: “Permítanos ir, nuestro único rey, y derrotaremos a
sus enemigos a quienes usted tomará prisioneros hoy.” Y así se
acercaron a los soldados de Uscovilca que, llenos de furia, bajaban por
la colina. Cuando se encontraron, libraron su batalla, luchando desde
la mañana que fue cuando empezaron, hasta el mediodía. La batalla
resultó de tal manera que murieron gran número de soldados de
Uscovilca y ninguno entró en combate sin morir. En esa batalla
Uscovilca fue tomado prisionero y muerto. Cuando sus seguidores lo
vieron muerto y vieron la gran matanza que se estaba haciendo de
ellos, acordaron no esperar más. Volviendo por el camino por el que
habían venido, huyeron hasta que alcanzaron el pueblo de
Jaquijahuana donde se detuvieron a descansar y recuperarse.
Habiendo escapado de esta derrota, algunos de los capitanes de
Uscovilca enviaron noticias a su tierra pidiendo ayuda. También
enviaron noticias a los capitanes Malma y Rapa que venían de una
campaña de conquista por la provincia de Condesuyo hasta la
provincia del Chichas, como ya se le ha descrito en esta narración.
Estos capitanes volvían ya vencedores, triunfantes sobre las provincias
conquistadas. Llegaron con grandes riquezas, trayendo consigo el
botín. En ese momento, los capitanes derrotados que estaban
conferenciando en Jaquijahuana enviaron sus mensajeros a los otros
dos capitanes a quienes Uscovilca también habían enviado desde el
pueblo de Paucaray a descubrir y conquistar provincias y pueblos que
pudieran encontrar. Estos capitanes habían atravesado la provincia de
los Andes y conquistado hasta la tierra del Chiriguana que está a más
de doscientas leguas de Paucaray. Como los capitanes Yanavilca y
Tecllovilca regresaban vencedores con un gran botín, los mensajeros
los encontraron. Cuando averiguaron sobre la muerte de Uscovilca,
cómo había sido derrotado y la manera en que fue hecho, todos ellos se
abrieron camino tan rápido como pudieron reunir a los capitanes que
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habían escapado a la derrota de Uscovilca para conferenciar en
Jaquijahuana, como ya ha oído usted. Ahora lo dejaremos todo y
hablaremos de nuevo de Tupac Inca Yupanqui que fue el que alcanzó
la victoria.
*
*
*
En las crónicas hay un consistente modelo. Esos cronistas que
consagran gran parte de su atención al Inca Viracocha también le
atribuyen la resistencia ofrecida contra los Chancas: Bernabe Cobo y
Garcilaso de la Vega. Cobo explica que la invasión ocurrió poco
después de la visión del Inca Viracocha. Sin embargo, María
Rowstorowski afirma que doce cronistas le atribuyen a Pachacuti la
derrota de los Chancas. (6) Entre ellos están nombres que
frecuentemente hemos oído: Polo de Ondegardo, Sarmiento de
Gamboa, Cieza de León, Acosta, Santa Cruz Pachacuti, y Juan
Betanzos. Ésta es por consiguiente la versión de los hechos más a
menudo reconocida por los historiadores. Gamboa y Betanzos indican
que el joven príncipe había alcanzado entre veinte y veintitrés años de
edad cuando los Chancas invadieron Cuzco. De hecho, éste puede
haber sido uno de muchos ataques.
La leyenda de los Chancas está íntimamente entrelazada con la
experiencia de Pachacuti en Susurpuquio (cerca de Cuzco). Así
permítanos volver a la individualidad del joven Cusi Yupanqui hasta el
punto en que asumiría el importante nombre de Pachacuti, que quiere
decir “cambio del mundo,” o “el inaugurador de una nueva Era.” El
joven Cusi Yupanqui era el tercero o cuarto hijo del Inca Viracocha y
su primera esposa Mama Runta. Vimos que Betanzos le atribuye
muchas virtudes al joven Inca. Era afable, casto, aficionado a ayudar al
débil, sincero, y valeroso. Santa Cruz Pachacuti confirma que tenía
predilección especial hacia los enanos y jorobados y que les ofreció
una casa y cuidado especial una vez fuera soberano. En todas las
apariciones tenemos que ver con una individualidad especial antes de
su conversión espiritual. Algunas de sus características son
recordativas de la tradición asociada a Tunupa.
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La visión de Susurpuquio tenía un trasfondo particular que la
distinguía de la visión del Inca Viracocha en Urcos. Era ciertamente la
visión del joven Cusi Yupanqui; sin embargo, en más de una manera
también fue un mensaje a la joven nación Inca. Cusi Yupanqui había
hecho una desesperada resistencia cuando pocos, incluyéndose él
mismo, tenían alguna esperanza que el Inca pudiera resistir la amenaza
de los Chancas. Aunque había pedido ayuda a la nación Inca y a otras,
poco le había sido ofrecido. Betanzos explica que Cusi Yupanqui fue a
orar en un estado similar a la desesperación. “Estaba llorando con todo
sentimiento” y se durmió superado por la fatiga. Permítanos citar
algunos de los cronistas para aproximarnos a la naturaleza de la visión
y del ser que se acercó a Cusi Yupanqui. Recogiendo el contenido de
diferentes crónicas, nos cuentan de una figura antropomórfica con
atributos impresionantes: cabeza de puma proyectada desde su torso,
serpientes envueltas en sus brazos, rayos dorados sobre su cara. (Polo
de Ondegardo, Cobo, Molina, Betanzos) En la versión de Betanzos —
aunque después de los hechos y más en el texto — se nos dice lo
siguiente: “Él tuvo en cuenta que al que había visto allí, a quien él
llamó Viracocha, lo vio con gran brillo, como cuentan ellos. Y tanto
que le pareció que el día estaba ante él, y su luz, que vio ante él,
cuentan ellos que le dio un gran miedo. Y nunca le dijo quién era.
Como había planeando construir esta casa [el Templo del Sol], juzgó
por el brillo que vio que debe haber sido el Sol, y al llegar la primera
palabra que pronunció, ‘Niño, no tema'; así su pueblo lo llamó ‘niño
del Sol.' Tomando en cuenta lo que usted ha oído, decidió hacer la casa
del Sol.” Gamboa confirma tres veces el calificativo “niño del Sol”. Ni
es la versión de Betanzos la única que describe las características de
este ser de la misma manera. Sarmiento de Gamboa indica que era un
“personaje como el Sol.” Cristóbal de Molina atribuyó esta frase al ser
que se le aparece a Pachacuti: “Venga mi niño, no tema. Yo soy el Sol,
su Padre, y sepa que usted someterá a muchas naciones.” (7) Fue por
esta experiencia que Pachacuti procedió a darle al Sol el culto central
del imperio. Aunque en la versión de Betanzos Pachacuti describe al
ser primero como Viracocha, un poco como lo había hecho el Inca
Viracocha, cuando la descripción es dada en detalle (después en el
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PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
capítulo) y comparada con lo que dicen otros cronistas, parece como
que es un ser solar. Esto después lo confirma abundantemente la
historia y también la importancia central dada al culto del Sol en el
imperio fundado por Pachacuti.
¿Quiénes son entonces los auxiliadores que el ser del Sol envía a Cusi
Yupanqui? Gamboa dice que los Chancas vieron una multitud de
hombres que habían sido enviados por Viracocha que de repente
bajaban de la colina. Estos soldados milagrosos se llaman pururaucas.
La palabra tiene el significado de “bandolero oculto” o “arquero
oculto.” La tradición persistió en el tiempo de la Conquista que los
pururaucas eran piedras encontradas alrededor de Cuzco. Así se
encontraron siete en el lado norte (Chinchasuyu), cuatro en el lado sur
(Collasuyu), y quince al oeste (Cuntisuyu).
Podemos ahora intentar alcanzar el profundo significado de la leyenda
de los Chancas. Una batalla espiritual se llevaba a cabo entre los
herederos de la decadente Cuarta Era y el nuevo impulso espiritual
reinaugurado por el Inca Viracocha. El viejo emperador había
restablecido la conexión del Imperio Inca con el hecho de
Viracocha/Tunupa. Esto se hace claro por muchos pequeños indicios.
Él es el ser que aparece barbado, acompañado por un animal sujeto por
una correa. La imaginería y la ubicación geográfica de Urcos ata la
aparición al ser que supuestamente había guiado al Inca desde la
región del Titicaca al Valle Sagrado y después al Cuzco. Éste es por
consiguiente el ser de Tunupa. Éste es sólo el primer paso de la
restauración y nueva evolución de la herencia andina que se había
perdido en la Era de los Guerreros. Después de todo, todavía era
conocida la deidad del báculo, aunque de una manera distorsionada
incluso entre el Wari. Puede haber sido el tiempo de decadencia el que
trajo a la existencia la confusión entre el ser supremo, Viracocha, y su
mensajero Tunupa. De hecho mucho indica que el Inca Viracocha en
parte sucumbió a la tentación de identificarse con el ser supremo
Viracocha.
Inca Yupanqui realmente inauguró una nueva Era, como indica el
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significado de su adoptado nombre — Pachacuti. Después de él los
Incas se llamaron a sí mismos hombres de la Quinta Era. Martin de
Murua se refiere al Quinto Sol, indicando que éste era el Sol cuyo
símbolo estuvo en el Koricancha — la Casa del Sol. (8)
El ser que Pachacuti experimenta es la mismísima inspiración que
brilla detrás de Viracocha/Tunupa. Es el ser solar “en forma de
hombre,” el Cristo mismo. Es esta importante distinción que le impidió
a Pachacuti confundir su papel personal con el papel de la deidad
suprema. Como iniciado el emperador era hermano de Tunupa, a quien
él llamó Illapa. Él fue de verdad “hijo del Sol,” como iniciado en
tiempo de Cristo. Haciéndolo así restableció el vínculo entre Tunupa y
Viracocha (el Gran Espíritu) y el ser Inti, el Dios Sol o Cristo. Esto le
impidió identificarse con el Sol o Ser Supremo. Las estatuas de los
emperadores que puso en el Inti-Cancha evitaban mirar al Sol por lo
menos hasta el tiempo de Wayna Capac. El propio Pachacuti llevó en
batalla la efigie de Illapa, su huaoqui, o hermano.
Los pururaucas son un símbolo muy conocido para los pueblos de la
Tercera Era que para ellos representan el alma inmortal del muerto.
Esto también era conocido a través de las momias, o del linaje Huaca
en forma de piedras. Pachacuti en su desánimo había quedado sin
esperanzas contra la invasión de los Chancas. El ser solar le había
mostrado que luchando en su nombre estaba poniendo de manifiesto la
herencia y la ayuda del linaje Huaca, de todos los linajes establecidos
por Tunupa en el tiempo de Cristo. Los Pururaucas, una vez cumplida
su función, se convirtirton en piedra. Ésta es la misma idea expresada
en la leyenda de los cuatro hermanos que fundan Cuzco. Aunque en un
momento dado su misión acaba y ellos son transformados en piedra,
no dejando de estar presentes en espíritu.
Fue la espiritual convicción del apoyo de todos los muertos y del linaje
Huaca que le dio a Pachacuti el valor necesario para defenderse de la
invasión Chanca. Fue un último reconocimiento de este hecho el que
su padre, el Inca Viracocha, reputadamente le diera el nombre
Pachacuti después de inclinarse ante él como si fuera un vasallo en
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PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
reconocimiento de su anterior falta de apreciación.
El Inca Viracocha había necesitado dominar una naturaleza rebelde.
Esto había sido posible en el encuentro con el Guardián Inferior en
Urcos — un encuentro en el que claramente vio todos sus fracasos. El
Inca Pachacuti tenía una naturaleza más exaltada que la de su padre.
Aparece a través de las crónicas por muchos síntomas de la narración.
Aunque consciente de la decepción de su padre y del intento de
desposeerlo de la autoridad a favor de su otro hijo Urcos, Pachacuti le
ofreció su victoria contra los Chancas, desde que en el tiempo de los
eventos todavía era el gobernante legal, a pesar de que el Inca
Viracocha huyó de la invasión Chanca. El regreso de Pachacuti al
mundo espiritual también es el gesto humilde del que ha perdido la
esperanza, cualquiera de los apoyos ofrecidos por el ego inferior. Él
tuvo que poner toda la confianza en su ego superior y encontrarlo en la
figura del Cristo que lo apoya y sostiene. La conversión de Pachacuti
es una iniciación en y a través del Cristo.
Pachacuti absolvió un rol en todo igual al de Manco Capac y Tunupa.
La difusión del culto del Sol y la ascensión meteórica resultante del
imperio Inca fijaron la base de una revolución cultural/espiritual de
una naturaleza sin precedentes, una verdadera Quinta Era, como ahora
veremos.
El Nacimiento del Imperio
La política expansionista de Pachacuti fue resultado directo de una
revolución espiritual. Por consiguiente, dirigiremos nuestra atención
en primer lugar a algunos aspectos que alcanzan al culto y
espiritualidad antes de que volvamos a una breve revisión de las
reformas religiosas, políticas, y económicas. Las reformas políticas y
sociales, nuevas prácticas religiosas, innovaciones arquitectónicas y
artísticas, y prácticamente todos los cambios que se introdujeron en el
tiempo del imperio Inca señalaron a la individualidad de Pachacuti.
Esto es verdaderamente sorprendente y una confirmación del
conocimiento iniciático del noveno emperador. En él se encuentra el
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vínculo con el legado de Tunupa, la resurrección de las tradiciones que
probablemente estuvieron enterradas por siglos y su adaptación a las
condiciones cambiantes de los tiempos.
Primero, permítanos ver cómo el emperador entendió su persona
respecto a los dioses, en particular la tríada del Dios Creador,
Viracocha; el Dios Sol; y Tunupa/Illapa. Después de la victoria contra
los Chancas, Pachacuti estableció la anterioridad del Dios Creador
sobre el Sol e Illapa. La gran mayoría de cronistas, excepto Garcilaso,
están de acuerdo que el Dios Creador, el Dios Sol, e Illapa
compartieron el altar principal en el Koricancha. (9)
Hemos visto que el Emperador fue llamado “Niño del Sol.” No
sorprende entonces que en el Templo del Sol, todas las estatuas de los
anteriores emperadores al estilo de Pachacuti fueran ordenadas
alrededor del Sol, pero evitando mirarlo. Según Sarmiento de Gamboa,
al lado del Sol también estaba presente la estatua del ídolo que
representa el trueno y el relámpago, uno llamado Illapa, y a veces
también Inti-Illapa. Illapa tenía un templo construido por Pachacuti, y
situado en el lado opuesto a su palacio, al otro lado del río Sapi. Aquí
se conservaba la imagen de su doble en oro sólido, a quien él llamó
Inti-Illapa. Otra pista importante ofrecida por Molina es el hecho que
tal figura llevara orejeras, una señal que durante milenios en los Andes
distinguía al sacerdote iniciado.
El Dios Creador, Viracocha — el Gran Espíritu — estuvo representado
en el Koricancha y en su propio templo del Quisar-cancha. Molina
describe la estatua como la figura dorada de un hombre del tamaño de
un muchacho de diez años de edad con el brazo derecho levantado en
gesto de dominio. Cobo lo confirma.
Pachacuti podría dirigirse a Tunupa/Illapa como a su igual, al Sol
como Su hijo, y con la reverencia más profunda a Viracocha.
Importante entre todos los templos que reflejaron la experiencia
espiritual de Pachacuti en Susurpuquio era el Koricancha. Pachacuti
había agrandado el jardín donde aparecían animales y plantas hechas o
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PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
cubiertas con oro. El Sol estaba representado en dos aspectos: como
Señor-Sol estaba representado por una figura masculina dorada; como
Hijo-Sol (Punchao, el día) su efigie era una cara dorada rodeada por
rayos. Incluso había tres soles, como veremos después en más detalle.
Molina ofrece una imagen del icono dorado del Sol en el Koricancha
en una descripción que encaja en todo con la descripción de la visión
de Pachacuti en Susurpuquio. En su cabeza llevaba un llauto — la
cinta para la cabeza del Rey Inca — y había perforado las orejas con
orejeras. La cabeza emergía de un león colocado entre las piernas y en
sus hombros tenía otro león. Una serpiente rodeaba sus hombros y
espalda. Antonio de Vega describió la representación de la deidad,
probablemente anotada de segunda mano en 1590. Él también enfatiza
que era la imagen del rey Inca. Agrega que desde los hombros y hacia
arriba de la espalda salían masivos rayos dorados. A los lados el ídolo
tenía dos serpientes doradas y dos leones dorados. Un tercer informe,
el del Virrey Toledo en 1572, confirma algunos de los detalles
anteriores. (10)
De los fragmentos de estas exploraciones, pueden surgir más
claramente algunos elementos. El Inca Viracocha probablemente
reconoció a Tunupa en su visión pero puede haberlo confundido con el
Creador. Esto puede explicar por qué estuvo tentado a identificarse
con él y determinar la autoridad del Inca como la autoridad de un dios.
Al hacerlo recayó en la grandiosa tentación de su juventud. El Inca
Pachacuti restauró el legado de Tunupa más plenamente. Esto sólo
puede hacerse separando la Primera Creación de Viracocha de la parte
que le cupo a Tunupa en el Amanecer o Segunda Creación. Tunupa es
identificado con el Dios del Báculo, con el ser del guardián que
controla al trueno y al relámpago. Él es llamado Illapa o Inti-Illapa
para recordarnos su naturaleza humano/divina a través de la que se
expresa el ser del Sol. En efecto, el emperador había sido iniciado a
través de la visión y la prueba de fuego que fue la invasión Chanca.
Como Tunupa él había venido a inaugurar una nueva Era. También era
Niño del Sol, un iniciado de Cristo. Sin embargo, sólo podía dirigirse
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IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
al Inti o al Creador Viracocha con la más alta reverencia.
Entender la importación de las reformas de Pachacuti es como
desmontar y volver a montar un complejo enigma. Su legado está
compuesto de tantas partes, todas intricadamente entretejidas, que
volver a montar todo el enigma después de separarlo es un desafío
mayor. Intentaremos considerar la interconexión de las partes y su
coherente subordinación al todo de modo que mantenga y resalte la
intención del constructor.
Reforma del Calendario, la Religión, y el Poder Político
Pachacuti es más acertadamente recordado por las reformas en el
campo cultural y político que permitieron la expansión de un inmenso
imperio, de la noche a la mañana. La mayoría de cronistas está de
acuerdo que él instituyó las reformas más importantes en el ritual y el
calendario. Probablemente hizo que el calendario empezara en el
Solsticio de diciembre — un retorno a la cosmología de Tiwanaku.
Alrededor de este tiempo ocurrió la ceremonia del Capac Raymi en la
que los jóvenes Incas eran iniciados en sus rituales de caballeros. Esto
les confería el título de Inca.
En el tiempo opuesto del año estaba la importante fiesta del Inti
Raymi, la fiesta del Sol, famosa en el Solsticio de junio. Sólo los Incas
y las Vírgenes del Sol podían compartir la ceremonia. Esta incluía la
ceremonia en el Koricancha y los sacrificios ofrecidos en la alta
montaña hacia la salida del sol. Después de otras ceremonias que lo
sacaban de la capital, el Inca regresaba para celebrar en Cuzco, en
Aucaypata, la plaza principal.
La polaridad de Inti Raymi y Capac Raymi subraya una vez más los
principios que han surgido de la espiritualidad que Pachacuti restauró
y renovó. A una parte del año, la estación lluviosa, correspondió el
tiempo de iniciación. Esto es lo que confirió al Inca la autoridad
espiritual y moral que le permitió gobernar. Pachacuti restauró el
principio de iniciación como la fuente de autoridad del emperador y de
255
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
todas las otras figuras políticas. Sin embargo, la deidad del Sol tenía su
propio culto en el momento opuesto del año, en el Solsticio de junio.
El Inca podía entonces inclinarse ante la misma fuente de la iniciación
que le confirió el poder. Betanzos y Cieza de León indican que fue
Pachacuti quien presidió la formación de las órdenes de las “orejas
grandes” o caballeros, así como la hermandad de Huaccha Ccuyac de
los “Amigos del Pobre.” El primero fue instalado en memoria de la
victoria sobre los Chancas. (11)
Una interesante adición sobre la naturaleza de la polaridad entre Capac
e Inti Raymi viene del comentario e ilustraciones de Guamán Poma
acerca de las dos fiestas. En el solsticio de diciembre (Capac Raymi) el
sol está en fuerte, brilla desde el norte y está cerca del cenit. Guamán
Poma lo representa como grande y con barba. En comparación, el Sol
en el solsticio de junio es menor y sin algún atributo particular. Esto
refleja el hecho que en ese momento del año el sol está más distante.
El sol de diciembre de la estación lluviosa es el que crece más por
beber del Sagrado río de Vilcamayu. Durante la estación seca el sol se
encoge debido a la poca agua presente en el Vilcamayu. Éste es un
simbolismo que mete sus raíces en el simbolismo de Tiwanaku del
tiempo de Tunupa. En el capítulo 5 hablaremos sobre la Puerta del Sol.
La mitad superior representa la estación lluviosa y la llamada Gran
Imagen ha sido reconocida como el Sol del solsticio de diciembre de la
estación lluviosa. Simplemente debajo de él, mucho más pequeña, está
la cara central del solsticio de junio, el sol de la estación seca.
El Capac Raymi le recordó al Inca su propia historia, su llegada a
Cuzco, el tiempo de iniciación y el tiempo que escucharon al iniciado
(barbado), por eso el sol barbado. El Inti Raymi fue la celebración de
una historia más grande, la de la deidad del Sol, Inti. Este es el porqué
durante el solsticio de junio había una peregrinación al Lago Titicaca,
al célebre lugar de origen y tiempo del Amanecer. Las dos veces del
año forman la significante y omnipresente división entre lo político y
lo espiritual.
El Inti Raymi comprendía varias ceremonias de acción de gracias para
256
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
las cosechas y una peregrinación hacia el sureste al origen espiritual
del Sol. La ceremonia de acción de gracias, llamada Yahuarincha
Aymoray, era famosa en Rimac Pampa (Limac Pampa moderno). Las
festividades duraban diez días y empezaban con la primera salida del
sol. Después de un largo período de silencio y expectativa, el
emperador era el primero en dirigirse al Sol cantando. Se daban
ofrendas a Inti y el curaca del imperio traía su tributo al Inca y daba
cuenta de la situación de su administración. Las quejas podían llegar al
oído de la autoridad suprema. Las ñustas, hijas de sangre Inca, se
daban en matrimonio a los jóvenes caballeros. Las Huacas eran
sacadas del Koricancha y congregadas en Rimac Pampa donde cada
uno de sus sacerdotes profetizaría para el año por venir. Las profecías
del año anterior se evaluaban y las Huacas eran puestas a prueba por
su veracidad.
Sin embargo, la parte más significante de la fiesta fue la peregrinación
a la fuente del Sagrado río (Vilcamayu / Urubamba). Ésta es la ruta
que, según los mitos Incas, habían seguido los antepasados desde el
Lago Titicaca. Los sacerdotes se dirigieron de Cuzco a La Raya, el
paso de la montaña. (12) Volvieron de La Raya siguiendo el Río
Sagrado. Siguiendo la ruta del sureste al noroeste, repetían el camino
mítico de Tunupa/Viracocha. También es el camino que el sol sigue
del este al oeste y del sur (más débil) al norte (más fuerte). De manera
que esta peregrinación recapituló la mitología Inca y la presunta
historia, la sagrada jornada del iniciado de los Andes, y el camino del
sol. Mientras los sacerdotes desanduvieran la ruta del sol y del iniciado
y regresaban a través del Valle Sagrado, el emperador consagraba el
vínculo que unía cada parte del imperio y sus Huacas con Cuzco y su
origen común en el tiempo del Amanecer.
Una revisión de las fiestas Inca no estaría completa sin el vínculo de
las dos fiestas anteriores con la suprema deidad Viracocha en la fiesta
de Citua. Esto ocurrió durante el mes de Qoya Raimy (la Fiesta de la
Reina, que también significa Diosa de la Luna) en agosto o
septiembre, según el año. Éste todavía era el tiempo de la estación
257
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
seca, pero poco después se sembraban las nuevas semillas. Era el
tiempo de espera de lluvias y del nuevo año agrícola. En preparación,
Cuzco celebraba la fiesta del Gran Espíritu Viracocha y le ofrecía en
ritual una limpieza de purificación. Antes de las celebraciones, todas
las Huacas extranjeras y ajenas eran retiradas de Cuzco y colocadas
más allá de unas seis millas del límite. El primer día de celebración
empezaba en el centro espiritual de Cuzco, el Koricancha. Todas las
deidades eran allí congregadas; aquéllas que residían en otra parte eran
tomadas de sus urnas. A la reunión también asistía todo el linaje Huaca
de los emperadores anteriores, sus momias, y el ayllu llevaba las
Huacas del linaje de sus antepasados. Todos ellos divididos en sus
respectivas mitades superior (Hanan) e inferior (Hurin).
La fiesta empezaba con el ritual de “limpieza” de todos los males
cometidos por los miembros del ayllu y panaqas en materia civil,
criminal, o asuntos ceremoniales. Después de escucharlos, el
huchacamayoc, o juez superior, dictaminaba las multas o penalidades
que fueran apropiadas. Ésta era una primera fase de la limpieza.
Después de las primeras celebraciones, un ejército de cuatrocientos
Incas escogidos irrumpía en una lucha simulada con los males y
demonios, sacándolos de la ciudad en las cuatro direcciones de sus
cuadrantes, o suyus. A su aproximación todos los otros ciudadanos
Incas y sus servidores empezaban un ceremonial desplazamiento de
sus espíritus malos con la ceremonial fumigación, usando antorchas de
césped de ichu, que terminaba en la limpieza de los individuos,
Huacas, y objetos en las aguas de las fuentes, o los tanques puestos en
las ceques de cada correspondiente ayllu y panaqa.
En el tercer día toda la población compartía una comida de pan de
sagrada harina de maíz — el yahuar sanco — humedecido con sangre
de las llamas sacrificadas. Esto se veía como una fase más de
purificación del alma. La misma comunión era repetida con las
Huacas, momias, y deidades, y continuaba al día siguiente con
celebraciones ofrecidas al Sol, bailes sagrados, y oraciones.
Finalmente, durante el último día todas las Huacas del imperio volvían
258
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
a la ciudad. Había sacrificio de llamas y una vez más se ofrecía el
sagrado pan yahuar sanco, pero esta vez más específicamente a las
Huacas extranjeras. La celebración terminaba con bailes y festejos
entre Incas y otros residentes de Cuzco.
El Inti Raymi y el Capac Raymi reflejan la división del año del Maya.
Naturalmente esto ocurre en momentos opuestos del año. El Maya
volvía al Gran Espíritu/Apu durante el tiempo de la estación lluviosa.
Era el tiempo de los trabajos agrícolas y de todo lo que se dirigía a la
tierra vía el conocimiento de las estrellas. Es el iniciado Ixbalamqué el
que marca este tiempo del año. La transición de la estación seca
ocurrida en Yaxkin, la conmemoración del Amanecer. Después del 1
de noviembre, el calendario entraba en el año solar, el tiempo de
Hunahpu/ Dios Solar, culminando en el solsticio de diciembre.
También es el tiempo consagrado a la autoridad política, a las
conmemoraciones históricas, y así sucesivamente.
En los Andes los términos se invierten. La estación lluviosa precede e
incluye el tiempo del Capac Raymi. La iniciación ocurre en este
período del año. Curiosamente, el sol del correspondiente tiempo del
año (Capac Raymi) es representado como barbado. El Inti Raymi
ocurre durante el tiempo de la estación seca, que en la latitud de Cuzco
se extiende de abril a octubre.
Las dos fiestas más la festividad de Citua — la fiesta de Viracocha, el
Gran Espíritu — jugaron un papel central en la visión del mundo Inca.
Ellos definieron más los muchos aspectos de su deidad del Sol a lo
largo del año. Esto ya lo hemos visto expresado en la manera en que
Guamán Poma describió un gran sol con barba cuando el sol brilla más
cerca al cenit durante la estación lluviosa (Capac Raymi: el solsticio de
diciembre y la estación lluviosa) y un sol pequeño en el momento
opuesto del año (Inti Raymi: el Solsticio de junio y la estación seca).
Hubieron tres imágenes del Sol, estaban en orden de importancia:
Wayna Punchao, Sol juvenil; Punchao Sol Inca, joven; Apu Inti (o
Apin Punchao), Sol adulto. (13) Durante Capac Raymi
(Noviembre/Diciembre) Wuayna Punchao (Sol juvenil) presidió la
259
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
iniciación del joven Inca y el tiempo de crecimiento del maíz y las
patatas.
El Inti Raymi (Mayo/Junio) se celebró en honor de Punchao Inca (“Sol
diario” y Sol joven). Éste era el ritual que celebraba el retorno del sol
en los cielos después de la estación lluviosa. Durante Citua (agostosetiembre) Apin Punchao (Sol maduro) presidía el fin de un ciclo y el
principio de otro nuevo.
En resumen el año estaba dividido en los siguientes intervalos:
Citua a Capac Raymi: cuatro meses al principio del año agrícola,
el tiempo del Sol juvenil
Capac Raymi a Inti Raymi: seis meses, el tiempo del Sol joven,
Inti Raymi a Citua: dos meses, el tiempo del Sol adulto,
Es valioso revisar estas fiestas con algunos detalle agregados. El
último día de Capac Raymi (el día del solsticio de diciembre) la
estatua de Wayna Punchao (Sol juvenil) era cambiada en la dirección
opuesta al templo de la Colina Puquin. Antes fueron sólo un par de
estatuas de llamas de metal.
Simplemente antes del solsticio de junio del Inti Raymi, la estatua de
Inca Punchao (Sol joven), las dos estatuas de las mujeres Palpasillo e
Incasillo, y las figuras de dos pares de llamas (dos de oro y dos de
plata) eran transportadas a la colina llamada Mantocal.
Citua celebró el principio del año agrícola. Durante esta fiesta el Inca,
la reina, y los sacerdotes acompañaban la imagen de Apu Punchao (Sol
maduro) y las dos imágenes doradas de las mujeres Inca Occlo y Palpa
Occlo. No hay ninguna mención de las llamas. Las estatuas se
transportaron del Koricancha a la cercana plaza de Aucaypata. En esta
fiesta también participaban los sacerdotes de Illapa y de la sagrada
colina Huanacauri — la primera Huaca Inca — y todos los panaqas
con los antepasados de ambos sexos.
260
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
De lo anterior vemos que en cada fiesta la deidad del Sol tenía un
nombre diferente y las celebraciones involucraban diferentes objetos
sagrados. Esto se resume en el cuadro 1.
Más puede aprenderse sobre la manera específica en que el poder
político se vinculó a la iniciación en la visión de Pachacuti, como
vemos en las ceremonias celebradas en la Piedra Sagrada, símbolo del
Amanecer por excelencia. Éstas son muy indicativas de las relaciones
entre las autoridades políticas y las espirituales.
La Isla del Sol tenía un carácter muy sagrado. De hecho, incluso el
istmo de Copacabana que lleva a él era objeto de prácticas especiales
en los templos por los peregrinos que llegaban a rendir culto a la
Piedra sagrada. Parte del istmo estaba separado por una pared que le
confería su sagrado carácter. De Copacabana los peregrinos llegaban
por etapas desde el sur al extremo norte de la isla donde se localizaban
la piedra y las más sagradas urnas. Gavilán indica que los peregrinos
tenían que atravesar tres entradas, delineando tres espacios. (15) En
cada una de ellas había un público con un sacerdote. La primera verja
se llamaba Pumapuncu, la verja del puma. Se decía que un león de
piedra cuidaba la entrada. Los peregrinos, antes de entrar, tenían que
ofrecer confesión de sus pecados. La población general muy
probablemente se detuvo en esta fase y rindió culto a la Piedra Sagrada
desde una plataforma desde donde era visible. La segunda entrada se
llamaba Kentipuncu, o Verja del Colibrí, también se llamaba Intipuncu
— Puerta del Sol. Tres pasos de piedra indicaban la situación de la
verja. Aquí de nuevo el peregrino (probablemente curacas y
dignatarios) tenía que pasar por el ritual de confesión. La último
entrada se llamaba Pillcopuncu. El pillco es un pájaro con brillantes
plumas verdes. Figurativamente, el nombre significaba “Puerta de la
Esperanza.” Sólo la nobleza Inca más alta y el sacerdocio podían
aproximarse a la piedra. Los otros tenían que dejar sus ofrendas
delante de la tercera verja y los sacerdotes las recogían.
261
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
FIESTA NOMBRE LUGAR
del ídolo
DIRECCIÓN
del
movimiento
FIGURA
femenina
LLAMAS
(número)
Capac
Raymi
Wayna
Punchao
(Sol
juvenil)
Hurin
Cuzco SW
Del oeste al
centro
Ninguna
2 pares
Inti
Raymi
Punchao
Inca (Sol
joven)
Hanan
Cuzco NE
Del centro al
este
Palpasillo
Incasillo
1 par
Citua
Apu
Punchao
(Sol
maduro)
Hurin
Cuzco
Centro
Centro/
Hurin
Inca
Occlo,
Palpa
Occlo
Ninguna
Cuadro 1: divinidades y objetos en las 3 mayores fiestas religiosas
(de Krzysztof Makowski, ligeramente modificado): (14)
El proceso que se hizo físicamente más visible en la Isla del Sol
también se repetía en los rituales del Koricancha en Cuzco. El proceso
de iniciación del Inca se hace gráficamente visible por tener que pasar
primero el Portal de la Luna, la entrada al mundo del alma; luego el
Portal del Sol, la entrada al mundo espiritual; y finalmente, por así
decirlo, la entrada al mundo espiritual superior ofrecida sólo a la más
alta nobleza educada a través de un proceso de iniciación. Estas
sucesivas fases están en intima progresión entre Capac Raymi, Inti
Raymi, y Citua o entre las deidades equivalentes: Illapa, Inti, y
Viracocha.
El lector puede haber notado similitudes entre la sagrada arquitectura
de Tiwanaku y la Piedra Sagrada Inca, particularmente en la sucesión
de espacios rituales uno de los cuales, en ambos casos, es llamado
específicamente Puma Punku o Puerta de la Luna. Tiwanaku también
alberga una Puerta del Sol que fue posteriormente movida de su
262
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
ubicación original. Vimos que el centro ceremonial de Tiwanaku
estaba rodeado por un foso artificial y había dos fosos adicionales al
este. Ir del este hacia el centro marcó los progresivos umbrales
espirituales, similares a aquéllos encontrados en la Isla del Sol.
Pachacuti visitó Tiwanaku ante su hijo Topa Inca. Según Cobo quedó
tan impresionado por la arquitectura de Puma Punku que buscó
emularla en Cuzco y en el resto del imperio. (16) A través de la
arquitectura Pachacuti marcó un retorno al pasado que sólo podía
integrarse a través de los frutos de la iniciación. La arquitectura Inca
volvió su mirada a la arquitectura megalítica del tiempo de Tiwanaku.
Era un nuevo refinamiento de un viejo arte que se había perdido. Cobo
y Betanzos lo confirman refiriéndose a leyendas que atribuyen al
emperador el establecimiento de cánones de estilo arquitectónico Inca.
(17)
Cieza de León continúa diciéndonos que el monarca dibujó
personalmente los planos para la construcción de las ciudades y el
emplazamiento de importantes templos y edificios. (18)
La arquitectura de Cuzco y otros lugares que sorprendió a los
españoles y a todos los siguientes turistas — en particular la manera de
cortar las complicadas y poligonales piedras y ensamblarlas sin que
quede espacio entre ellas — sigue siendo un misterio para el hombre
moderno. Sin embargo, la propia técnica es superada por la
cosmología incluida en la arquitectura Inca. Esta faceta de la
civilización andina forma un fascinante y complejo tópico que se
ilustrará en el próximo capítulo.
El Inca resucitó el uso monumental del paisaje visto en los geoglifos
de Nazca, aunque tuvo que hacerse de manera diferente en la región
montañosa de la sierra de lo que podía hacerse en el suelo del desierto.
Un testimonio elocuente de cómo el Inca se consideró heredero de
Tunupa es la gigantesca cara barbada encontrada en el Sagrado Valle
del Urubamba, cerca de Ollantaytanpu, en la montaña Pinkuylluna que
ya hemos mencionado en el capítulo 7.
Hemos completando el círculo desde Pachacuti al legado del iniciado
263
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
de las Américas. Sin embargo, mucho más se conserva en las reformas
de Pachacuti que en una simple restauración del pasado.
Cuzco y la Periferia
Otro único rasgo de las reformas de Pachacuti fue el particular rol que
tuvo Cuzco. ¡Los plebeyos no vivieron dentro de ésta ciudad! Estrictas
leyes gobernaban el acceso a ella y la conducta que debía observarse
en su interior. No era una ciudad en el sentido que le damos al nombre.
Realmente representaba el centro del cosmos Inca. En el Aucaypata
(plaza central) estaba el Capa Usno — trono y pirámide simbólica —
al que solo el Inca podía ascender. Era el centro de ese mundo, junto
con el Koricancha, su contraparte espiritual.
Cuzco era una ciudad sagrada. La ciudad estaba dividida, como en otra
parte en los Andes, en una ciudad superior, Hanan, y una ciudad
inferior, Hurin. Hanan Cuzco estaba orientada al norte, Hurin Cuzco al
sur. Según los mitos, Manco Capac dio origen a Hanan Cuzco, Mamá
Occlo a Hurin Cuzco.
Todas las naciones conquistadas por el imperio trajeron a Cuzco sus
Huacas. Uno o más sacerdotes de la nación llegaban a Cuzco para
ofrecer la misma adoración a la Huaca que la que habría recibido en su
lugar de origen. Ellas de hecho fueron colocadas entre las Huacas
Incas. Una vez más el principio del origen común de las Huacas brilla
a través de la idea de su convivencia en Cuzco. Adicionalmente, esto
sirvió para un innegable propósito político. En caso de rebelión de la
provincia, la Huaca era públicamente expuesta y ritualmente azotada.
Los jefes locales, los curacas, tenían que residir parte del año en
Cuzco. Aquí les era dado una esposa Inca de la nobleza. Los pueblos
conquistados conservaban sus propios cultos y rituales. El culto al Sol
se sobrepuso a todos los otros. Sin embargo, se excluyeron las
prácticas de sacrificios humanos. A esto puede objetarse que el Inca
todavía practicaba algunos sacrificios residuales, particularmente de
jóvenes. Estos muy limitados sacrificios ocurrieron en momentos muy
264
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
particulares y excepcionales, como en los ritos de sucesión del
Capachucha. (19) En ese momento todas las naciones del imperio,
incluido la Inca, sacrificaron un pequeño número de jóvenes. Aparte
de su rareza, este tipo de sacrificio humano no recurrió a los rituales de
batallas, extracción de órganos, o captura de enemigos.
Podríamos preguntarnos: ¿Cómo pudo llevarse a cabo eficazmente esta
abarcante transformación política? Pachacuti amplificó el proceso de
adiestramiento para los jóvenes, a los jóvenes Incas y a los hijos de los
curacas en el llamado Yacha-Huasi. La instrucción empezaba a la edad
de quince años y algunos creen duraba cuatro años. La primera fase
era la enseñanza del Runa Simi o idioma Quechua. En el segundo año
se enseñaba la doctrina, la religión, y el culto. Al tercer año se
enseñaba el uso de los quipus en los que se guardaba toda la
información contable y, al menos según algunas crónicas y una
sección creciente de la investigación moderna, también se escribía.
Finalmente, en el cuarto año a la juventud se le contaba la historia, los
hechos de guerra, el uso de la oratoria, etc., La iniciación de Capac
Raymi fue entonces la culminación de un largo proceso; que no sólo
involucraba a la población Inca sino también a los sometidos por el
imperio.
Para fortalecer lo que se ha conocido como “administración de la
generosidad,” Pachacuti ordenó la construcción de acclahuasi* con el
propósito de organizar y educar a las mujeres escogidas que se
ofrecerían a los curacas locales. Había muchos tipos de acclas. Los
acclas del guayrur sirvieron al Sol y a la Luna. Los acclas de Uayror
sirvieron a las Huacas más importantes. Otras se especializaron en
textilería o en el trabajo en los campos. Esencialmente las acclas
sirvieron por lo menos a tres importantes propósitos: al culto, siendo
educadas para volverse esposas de los curacas y guerreros, y producir
textiles y otros productos. Los textiles eran muy deseados, y el
matrimonio de los curacas con las mujeres Incas era más que un
simple “intercambio de favores,” testificando el hecho que las acclas
*
N. del T.: Casa de las Vírgenes del Sol.
265
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
eran mujeres Incas muy cultas. Ellas fueron el primer eslabón para la
exportación de la cultura Inca. El segundo eslabón fueron sus hijos que
ya podían reclamar más sangre Inca.
El Inca quiso extender su espiritualidad a lo largo de todo su imperio.
El hijo mejor preparado de un importante curaca era enviado a Cuzco
para ser educado en las prácticas de la administración Inca, y
realmente recibir la iniciación Inca. Accedía al poder probablemente
para difundir los valores Incas. El Inca pedía más de lo mismo de otros
parientes del curaca. Los curacas tenían que residir en Cuzco durante
parte del año y participar en las expediciones del ejército. La
educación de los señores jugó un papel central en la política—
comprensiblemente, ya que que el heredero que fuera a suceder al
curaca local revelaría al Inca maneras que reforzarían los vínculos de
Cuzco con las provincias. Los residentes de Cuzco también serían
usados como rehenes si así se necesitara.
En la tierra conquistada el Inca introducía una reforma en la división
de la tierra y en la ofrenda de tributos. Las tierras eran divididas en
tierras del Sol, tierras del Inca, y tierras de los runas (la gente vulgar).
El producto de las tierras del Sol iba al sacerdocio, e hizo posible la
vida de los santuarios y los numerosos sacrificios de animales. Los
templos del Sol crecieron al lado del culto de las Huacas que la
población local mantuvo. La tierra del Inca sirvió al cuerpo
administrativo del imperio y al aprovisionamiento del ejército. Ellos
también sostenían las necesidades del pueblo durante las obras
públicas o para proporcionar ayuda en caso de calamidades. Los
almacenes en esta tierra guardaban grandes cantidades de sogas,
armas, y bienes en su mayor parte para el ejército, evitando así la
necesidad de saquear en tiempos de guerra, por lo menos en teoría.
Parte de la riqueza generada de esta tierra apoyaba la administración
de Cuzco. El tributo se ofrecía en trabajo o, cuando eso no era posible,
del resultado del trabajo de uno (por ejemplo, de los pescadores y
artesanos). Parte de lo que hizo posible lo anterior fue el hecho que el
Inca inauguró un nuevo tiempo de colaboración pacífica entre las
266
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
naciones. La tierra adicional puesta bajo cultivo a través de terraplenes
e irrigación tomó en cuenta la tierra del Inca y del Sol sin privar a la
población local de su propia tierra. Se sabe que el Inca colonizó
territorio marginal que no había sido explotado anteriormente debido a
que no era defendible.
Reforma del Ayllu y Creación de las Panaqas
Hemos visto qué parte jugaban los ayllus en el tiempo de Cristo, si no
antes. La nueva forma social mixta era llamada ayllu y todavía es
llamada así. Esta estructura es un sistema de doble descendencia, tanto
de la madre como del padre. Ha sido descrito como una “imprecisa y
extensa familia por acuerdo común.” El matrimonio generalmente es
exógamo, ocurriendo fuera del ayllu. El ayllu opera como un sistema
de ayuda mutua en el trabajo agrícola, la construcción de casas, toda
clase de trabajo público, cuidado de los huérfanos y viudas, etc., Esta
forma social se extiende en la actualidad desde el norte de Perú al sur
de Argentina.
La manera en que es formulado el ayllu se refleja en la importancia de
los compartidos roles del hombre y la mujer en la sociedad andina. Los
hombres y mujeres trabajan lado a lado en los campos. El hombre
prepara el surco con el arado de pie y la mujer planta la semilla. La
integración de hombre y mujer también refleja la integración del
pastoreo femenino de las Eras precedentes con el conocimiento de la
cultura agrícola/masculino. Fue la coexistencia pacífica de sociedades
de pastores nómadas y granjeros sedentarios, podemos recordar, lo que
permitió la integración vertical del archipiélago.
De los diferentes modos explicados arriba las connotaciones
arquetípicas masculino/femenina son visibles en el linaje Huaca. La
descendencia masculina está asociada con el poder generador
masculino del relámpago. Se encuentra en la piedra del relámpago, en
la idea del antepasado convertido en piedra. La descendencia
femenina, como la reafirmada por Santa Cruz Pachacuti, viene del
árbol del origen — el Árbol de la Madre Tierra y de la momia. Es
267
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
interesante notar que mallqui en Quechua significa tanto momia como
antepasado momificado.
Los ayllus son un reflejo de los cielos en la tierra. Individualmente son
como una simple estrella o constelación, viviendo en la tierra, una
constelación que encontró su lugar en la tierra en el tiempo del
Amanecer. Como todas las constelaciones forman la unidad de los
cielos, así los ayllus forman una unidad en la tierra, todos ellos
vinculados al tiempo del Amanecer y a las enseñanzas del iniciado de
los Andes. Unidad y diversidad se consagra en el concepto del ayllu.
La Huaca del ayllu por consiguiente adquiere su santidad no de un
inherente poder mágico, sino respecto a todas las otras Huacas y a su
origen común.
La refundación del sistema de ayllus de Cuzco fue uno de los hechos
atribuidos al Inca Pachacuti. Según Sarmiento de Gamboa había diez
ayllus originales, cinco Hanan y cinco Hurin. Los ayllus originales
eran esos descendientes de los viejos compañeros de Manco Capac, los
hermanos Ayar, como ya hemos visto anteriormente. Cada uno de
ellos estaba asociado con un Ayllu Real, o panaqa.
La panaqa es una forma especial de ayllu, es también una creación de
Pachacuti. Cuando los españoles llegaron había once panaqas: cinco
pertenecían a Hurin y seis a Hanan. Pana es la manera en que un
hombre llama a su hermana. Tradicionalmente el fundador de la
panaqa era el segundo hijo del emperador viviente, o el descendiente
del segundo hijo de un emperador difunto. Las panaqa empezaban a
operar a la muerte del emperador. La idea de la panaqa consagró la
continuación de la influencia del emperador muerto a través de la
intermediación de su momia o su huaoqui (literalmente “hermano”),
una piedra, u otro objeto que servía para reemplazar la momia. Los
miembros de estas corporaciones tenían responsabilidades en el
aparato estatal, en el sacerdocio, y en el ejército. Las mujeres tuvieron
una importante reinado como sacerdotisas de la Luna, como esposas y
madres de potenciales herederos.
268
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
Ningún emperador heredaba la propiedad de su precursor. La
propiedad pasaba a los descendientes que formaban la panaqa. Al
ascender al trono, el gobernante tenía que encontrar maneras de
asegurar la propiedad y bienes para sus parientes. La primera manera
de hacerlo era incorporar las nuevas tierras al reino o poner nuevas
tierras bajo explotación. Otro era asumir el cuidado de un Huaca.
Polaridad Entre los Poderes Político y Religioso
Hay poco conocimiento del sistema político Incaico asequible desde
las crónicas. Parece que los cronistas tuvieron más interés en la
religión Incaica, quizás porque a menudo eran hombres del clero.
Además, muchas asunciones se introdujeron en las crónicas desde que
la mayoría de individuos no pudieron concebir un sistema de sucesión
de otra manera que el común en Europa, la sucesión a través del mayor
heredero.
Para entender el sistema político y su relación con el sistema religioso
debemos considerar la cuatripartición y la tripartición andina
respectivamente. El imperio se llamó Tawantiunsuyu, “la Tierra de los
Cuatro Cuartos.” El imperio estaba dividido en cuatro cuartos o suyus.
Si esto correspondía a una cuatripartición funcional o simbólica es una
cuestión que queda abierta al debate, porque todavía no hay ninguna
clara evidencia de que estos cuatro cuartos correspondieran claramente
a individualizadas entidades políticas o que existía un gobernador que
manejaba el poder sobre cada suyu por separado. Sin embargo, hay
otra manera de mirar la cuatripartición desde la perspectiva de Cuzco
(Vea figura 3.1).
Cada mitad — Hanan y Hurin — estaba subdividida en dos. Al norte
(Hanan) está el Chinchaysuyu y el Antisuyu al noreste, al Sur (Hurin)
el Collasuyu (oeste, noroeste) y el Cuntisuyu (sur). Los cuatro caminos
que separan los suyus estaban orientados aproximadamente hacia la
cruz intersolsticial. Un asunto a considerar es la relativa importancia
territorial y poblacional de los suyus. El suyu más poblado era el
Chinchaysuyu, extendiéndose todo el camino a Ecuador. El más
269
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
grande era el Collasuyu que va hacia Chile y Argentina, seguido por el
Chinchaysuyu.
Figura 3.1: Cuatripartición de Cuzco
Aparte de la fundamental dualidad de Hanan y Hurin, Marti Pärssinen
y otros creen que puede haber habido más subdivisiones Hanan y
Hurin. Pärssinen se apoya en la tesis de un documento del juicio de
Francisco Toledo contra algún Inca de Cuzco y Vilcabamba. (20) Según
este documento Hanan Cuzco estaba dividida en un sector Hurin y un
sector Hanan. El autor conjetura que el Collasuyu puede haber sido el
sector Hanan de Hurin Cuzco, desde que era políticamente mucho más
importante que el Cuntisuyu. La división de los sectores fue de
acuerdo al siguiente orden de importancia:
270
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
Hanan Cuzco Chinchaysuyu (Suyu 1) Antisuyu (Suyu 2) Ha/Ha (1)
Hu/Ha (2)
Hurin Cuzco Collasuyu (Suyu 3) Cuntisuyu (Suyu 4) Hu/Hu (3)
Ha/Hu (4)
Esta sucesión presenta tres modelos de oposición:
oposición Hanan (sobre: 1 y 2) y Hurin (debajo de: 3 y 4)
oposición entre dos sectores interiores Hurin (2 y 3)
oposición entre dos sectores interiores Hanan (2 y 4)
Los cuatro suyus además se subdividieron en ceques. El significado
más cercado de Ceque es “línea.” Hemos visto en los ejemplos citados
en el capítulo sobre Nazca que un ceque fue trazado como una línea
recta, y tenía una función religioso/calendárica. Más sobre esto se dirá
en el próximo capítulo. El ceque fue y se trazó como una línea recta
sin tener en cuenta la topografía. El sistema ceque fue otra de las
reformas introducidas — o mejor dicho reintroducidas y elaboradas —
por Pachacuti.
Había 328 Huacas a lo largo de los ceques de Cuzco, como Polo de
Ondegardo nos lo transmitió. Ellas se grabaron en un quipu, un juego
de cordones anudados que llevan información codificada. El cronista
registra que Cuzco estaba dividido en doce partes y que el rey había
dado a cada una de ellas el nombre de un mes. Cobo enumera los
nombres de los doce grupos, agregando que cada uno de ellos estaba
asociado con un grupo de tres ceques. Tres ceques formaron el mes,
nueve de ellos una estación. Sin embargo, el número total de ceques
fue de 41 o 42 y no de 36 como se esperaba, debido al hecho que, en
lugar de 9, había 14 o 15 ceques en el Cuntisuyu. Ésta es la primera
indicación que aunque el Cuntisuyu era el último de los suyos como
importancia política, no obstante jugó un papel significante para
propósitos distintos a los políticos.
Cada grupo de tres ceques estaba ordenado según un criterio de
271
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
importancia y subordinación:
primero: qollana, excelente,
medio o segundo: payan, cercana relación,
último: kayaw, del origen,
Esta división trimembrada se encuentra en muchos lugares y de
muchas maneras en el pensamiento Incaico, y con frecuencia está
estrechamente asociada con la cuatripartición. La versión de Sarmiento
del mito del origen habla de tres partes entre el indígena y tres partes
entre los recién venidos de Cuzco. El muy conocido mito del origen se
refiere a tres ventanas. Al Hombre de la Primera Época se le llama
qollana; en payan está colocado el Segundo Hombre y en kayaw el
Tercer Hombre. Cada época es dividida en tres clases. Así en la tercera
época, las tres ventanas y el pueblo que emerge de ellas están
ordenados de la siguiente manera: qollana: Maras-toco (Maras); payan:
Sutic-toco (Tambos); kayaw: Capac-toco (Incas). Note que según esta
clasificación, los Incas serían los últimos en el orden de jerarquía.
Lo anterior es confirmado en la jerarquía de las generaciones donde las
del padre y el niño se llamaron kayaw; los abuelos y sus descendientes
eran payan; los bisabuelos y sus descendientes, qollana. Sin embargo,
desde el punto de vista del prestigio — por eso político — lo correcto
fue lo inverso. Según el orden de prestigio los Incas fueron del grupo
qollana.
Las tríadas lineales, expresadas en el orden del tiempo, no es la única
manera de expresar la tripartición. Hay también tríadas concéntricas,
como las que ya han aparecido en el ejemplo de las ventanas. Estas
tres corresponden a qollana (el centro), payan (el lado derecho), y
kayaw (el lado izquierdo). En el mito del origen, de la izquierda
(Maras-toco) emerge el Maras; de la derecha (Sutic-toco) emerge el
Tambo; del centro (Capac-toco) emergen los cuatro hermanos y
hermanas. En este caso la ventana más importante es Capac-toco, la
única situada en el medio.
272
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
En la ‘Nueva Coronica’ de Guamán Poma, la estructura triple aparece
de manera que describe al Inca difunto (qollana), la reina (payan), y su
descendiente (kayaw). A éstos también corresponden Sol, Luna, y
Venus y sus metales: oro, plata, cobre. En una manera paralela de
expresar la trimembración, Santa Cruz Pachacuti muestra los ídolos
del Koricancha:
SOL/WIRACKOCHA (Creador) LUNA
Guamán Poma hace algo similar poniendo al cristiano Dios Padre en el
centro entre el hombre y la mujer.
HOMBRE/DIOS PADRE/MUJER
Es interesante ver el contraste entre la dualidad y la trimembración y
cómo se expresa. Cuando solo el Inca y qoya están presentes, el Inca
está a la derecha (en el ejemplo: Topa Inca) y qoya a la izquierda. Sin
embargo, cuando aparece el Inca muerto entonces cambia la relación
espacial. El Inca muerto está al centro (es el más importante desde una
perspectiva espiritual); su reina (qoya) a la izquierda; el Inca sucesor
(auqui) a la derecha y mucho más pequeño que el difunto. El Inca
muerto tenía gran importancia en el pensamiento religioso.
Concluyendo podemos decir que la tríada lineal correspondió más al
pensamiento político; la tríada concéntrica más al pensamiento
religioso.
Esta aserción se refleja en la manera en que el Inca vio la sucesión de
los gobernantes. El centro del sistema (ego) era el Inca vivo. Este Inca
era el último en el orden cronológico, espiritual. Sin embargo, él y su
padre fueron los primeros en orden de prestigio. Éste fue un sistema
dinámico.
En lo que se refiere a la historia, el orden en el tiempo de Pachacuti
fue:
El flujo del Tiempo: 1 2 3 P 1 2 3 P = Pachacuti
273
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
A la muerte del Inca, todo el sistema se reclasificó así:
El flujo del Tiempo: 1 2 3 P 1 2 3 P = Pachacuti (IX emperador)
1 2 3 T 1 2 3 T = Topa Inca (X)
1 2 3 H 1 2 3 H = Wayna Capac (XI)
¡Esto concuerda con el orden de importancia cronológico/mitológico:
los antepasados más lejanos son los qollana! Sin embargo, en términos
políticos (prestigio) lo inverso es lo cierto:
El flujo del Tiempo: 3 2 1 P 1 2 3 P = Pachacuti (IX emperador)
3 2 1 T 1 2 3 T = Topa Inca (X)
3 2 1 H 1 2 3 H = Wayna Capac (XI)
La clasificación política incluía cuatro generaciones. Las primeras dos
(padre e hijos) fueron qollana. La tercera fue la de los auquis. Después
de la cuarta generación, los descendientes pertenecieron a una
categoría menor llamada yngas o caballeros yngas.
Para volver a la clasificación de los suyus, encontramos que la
tripartición se sobrepone a la cuatripartición. A pesar de haber cuatro
suyus, el poder político es compartido entre los primeros tres. El
Cuntisuyu (suyu 4) tiene poca importancia política.
El Chinchaysuyu (Ha/Ha) comprendió los panaqas siguientes:
Inca Roca (Sexto Inca) — Pachacuti (Noveno Inca) — Topa
Inca (Décimo Inca)
El Antisuyu (Hu/Ha) comprendió los panaqas siguientes:
Viracocha (Octavo Inca) — Yahuar Huacac (Séptimo Inca)—
En el Collasuyu (Ha/Hu) fueron puestos los panaqas de los
siguientes gobernantes: Lloque Yupanqui (Tercer Inca) — Capac
Yupanqui (Quinto Inca) — Mayta Capac (Cuarto Inca)
En el Cuntisuyu (Hu/Hu) solo se menciona un panaqa: Manco
274
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
Capac (Primer Inca)
Sinchi Roca (Segundo Inca) puede haber pertenecido al Collasuyu,
según algunos autores, al Cuntisuyu según otros.
Considerando que Pachacuti y sus descendientes fueron los Incas más
importantes y que los anteriores lo fueron menos, vemos reflejado en
la clasificación de los panaqas la importancia política de los cuatro
suyus de la manera que ya hemos mostrado:
Cinchaysuyu 1 — Antisuyu 2 — Collasuyu 3 — Cuntisuyu 4
Los primeros tres suyus estaban organizados de forma similar y eran
muy prominentes en materia política. El Cuntisuyu era el sector de
Hurin/Hurin, y ésa es una manera de separarlo de los otros tres, todos
tienen por lo menos un componente Hanan. Éste es un ejemplo de
cómo la tripartición fue incluida en la cuatripartición. Sin embargo, el
último suyu tenía más ceques, indicando un papel más importante en
materia religiosa, en cierto modo es congruente con su naturaleza
Hurin. Se refleja la importancia del año solar de la manera en que los
ceques fueron ordenados en el Cuntisuyu, como aparecerá en el
próximo capítulo. Incluso antes de seguir más allá podemos señalar
otra manera en que se hace manifiesta la importancia religiosa del
último suyu.
El Cuntisuyu puede ser el último suyu, pero es donde el ceque
Anahuarque comprendía quince Huacas, más Huacas que en cualquier
otro ceque. Este suyu también comprende la Montaña Huanacauri que
conmemoró la muerte y transformación de Ayar Uchu el progenitor de
la Segunda Era. Era la Huaca más vieja en Cuzco, y tenía una muy
fuerte relación con el Sol y Viracocha. Sirvió como intermediaria entre
los fundadores de la dinastía Inca (Manco Capac) y las tres deidades
principales. (21) Huanacauri tenía su propio sacerdocio que tuvo una
importante participación durante Citua y durante los ritos de iniciación
del Capac Raymi. También jugó cierto papel de manera adicional.
Hemos visto antes que Tiwanaku y Cuzco se conectan a través de una
275
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
línea que forma un ángulo de 45º con el eje este-oriental. Estas
direcciones (noreste a suroeste) encuentran respectivamente las ruinas
de Tiwanaku y la colina de Huanacauri que son sagradas para los
Incas. Este es el porqué en realidad Cuzco fue fundada en Huanacauri.
(22)
Si lo anterior no fuera suficiente para resaltar la importancia religiosa
del Cuntisuyu, permítanos anunciar que en el Cuntisuyu está la panaqa
de Manco Capac que fue el sacerdote/iniciado que inauguró la
civilización Incaica, por lo menos desde una perspectiva mítica. Desde
esa perspectiva él fue el primero, así como Pachacuti y los posteriores
Incas fueron los primeros en orden de importancia política. Es más,
Manco Capac fue el que heredó su misión directamente de Tunupa.
También es interesante notar que muchas de las reconocidas Huacas de
Viracocha, Inti, e Illapa están en el Cuntisuyu y que casi todas ellas
están situadas en Antisuyu y Cuntisuyu, las subdivisiones Hurin de
Hanan y Hurin Cuzco. (23)
Las conclusiones así alcanzadas explican totalmente los aspectos
complementarios de Hanan y Hurin Cuzco. Lo que es verdad desde la
perspectiva de Hanan se invierte desde la perspectiva de Hurin. Desde
la perspectiva política de Hanan, Chinchaysuyu (suyu 1) es el más
reciente y el políticamente más importante; bajo la perspectiva
religiosa Cuntisuyu (suyu 4) es el más antiguo y más importante.
Finalmente, bajo esta perspectiva el dilema de los dos lugares de
origen podría también encontrar una resolución. Ollantaytanpu, el
lugar de la pirámide y el lugar querido de Pachacuti, está situado al
norte en el Chinchaysuyu, el suyu de más alta importancia política. El
otro misterioso lugar, al suroeste — Paqaritanpu — es entonces el
lugar de origen de los primeros antepasados, el Primer Hombre; está
en el Cuntisuyu que también tiene la montaña Huanacauri,
conmemorando la muerte del antepasado de la Segunda Era.
Finalmente, permítanos anunciar que los suyus reflejan la doble
clasificación que hemos visto en la sucesión de los emperadores y en
la sucesión de las Eras. Desde una perspectiva política la última — por
276
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
eso la Inca — es la más importante, y eso se refleja en la clasificación
de los suyus donde el Chinchaysuyu (Suyu 1) es el más importante.
Desde la perspectiva religiosa, las Eras y antepasados más antiguos
son los más importantes, y eso se refleja en la importancia religiosa del
Cuntisuyu, el suyu del progenitor mítico Manco Capac. La teocracia
corresponde a Eras anteriores. Está presente en el tiempo Inca con la
importancia dada a la iniciación en materia política a lo largo del
territorio. Los Incas conservaron la importancia de la iniciación a
través de la instalación de un revolucionario sistema político. Ellos
fueron los últimos en la clasificación de la teocracia, los primeros en
términos políticos. La idea de las teocracias anteriores fue conservada
y contribuyó más gracias al sistema político inventado por el iniciado
Pachacuti. Así es cómo lo espiritual y lo político estaban
estrechamente entrelazados. Las clases Hanan estaban asociadas con el
imperio y la guerra; Hurin con la religión. Durante el Capac Raymi, el
Inca recibía la instrucción del sacerdocio para sus rituales de
iniciación. Esta división constante entre lo político y lo religioso
estaba presente en la ocupación de nuevos territorios conquistados por
el Inca; algunas tierras eran consagradas al Inca y otras al sacerdocio
del Sol.
Si lo anterior no fuera suficiente, también sabemos que el sumo
sacerdote del Sol jugó un papel muy importante en el imperio y en la
denominación del futuro Inca. El sumo sacerdote del Sol
probablemente era la segunda persona más importante del imperio, y
su oficio comenzó durante el reino de Pachacuti. (24) El cargo de sumo
sacerdote fue ocupado por un pariente real, un pariente colateral del
emperador que pertenecía a una panaqa diferente. Parte de su
importancia estaba en su rol de confirmante de la selección del nuevo
emperador. Considere en esta relación el problema encontrado por
Wayna Capac que fue desairado repetidamente por el sumo sacerdote
antes de ganar acceso al trono. ¡Esto explica por qué quiso él asumir
ambos papeles para asegurar su propia sucesión! Él indicó este cambio
poniendo su efigie en el Coricancha de tal manera que enfrentó al Sol
directamente, al contrario de cualquiera de los gobernantes anteriores.
277
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
Organización Política
Está claro que el Inca reunió en sus manos considerables poderes. No
aparece claramente en las crónicas cómo fue escogido y cómo
compartió sus poderes con la panaqa o con los poderes religiosos. Ésta
es una cuestión que surgirá más claramente al final de nuestras
exploraciones, sobre todo después de resaltar la importancia de la
autoridad espiritual. Consideraremos en la actualidad cómo era
escogido el Inca y cómo la jerarquía de poder se movió y operó bajo
él.
María Rostworowski ha estudiado detenidamente todas las fuentes
coloniales sobre el tema de cómo eran escogidos los Incas u otras
autoridades locales. (25) Lo que emerge de las fuentes es este aspecto
bastante homogéneo. El criterio panorámico de la selección era una
mezcla de herencia y habilidad. Como regla general en la tradición
andina, el poder era de cualquiera de los siguientes: los hermanos del
difunto, uno de los hijos, o un hijo de la hermana.
Garcilaso de la Vega indica que era “el hijo más deseado por los
súbditos.” Esto puede apuntar a un ideal, pero sabemos que éste no fue
siempre el caso. Las Casas sugiere que la sucesión era confiada a la
persona más capaz, y que a los hijos se les daba la primera opción.
También indica que el sucesor tenía que dar prueba de habilidad
durante la vida del gobernante anterior, un hecho confirmado en
muchos casos en la historia Incaica. Se sabe bien que Pachacuti pensó
dejar el poder a Topa Amaru, pero después optó por Topa Inca porque
el anterior tenía más inclinación para el oficio sacerdotal. Betanzos
indica que el hijo de la qoya (la reina) era el escogido, pero en su
ausencia eran escogidos los hijos de los consortes reales. Él también
enfatiza las habilidades personales como un factor decisivo.
Guamán Poma relata que fue el hijo de la qoya y que tenía que ser
“escogido por el Sol.” Esto señala una vez más la importancia del
proceso de iniciación y el papel del sumo sacerdote del Sol. Morua y
Cobo dicen mucho de lo mismo y agregan que si tal príncipe no
278
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
estuviera preparado para la tarea, otro era escogido entre los hijos de
otros consortes del rey.
Sarmiento de Gamboa indica que los que tenían derecho para proceder
a elegir al rey eran los miembros de los “ayllus custodios” (no reales,
ayllu original) y miembros de las panaqas. Él dice que los ayllus
custodios tuvieron una parte en la denominación de los emperadores
Inca Roca y Yahuar Huacac. Cieza de León también indica que el Inca
Viracocha accedió al poder a través de una elección.
Otros participantes importantes tomaron parte en la elección del rey o
en la dirección en que el proceso pudo haberse movido. Uno de éstos
eran los panaqas. Rowe supone que del Cuzco Superior uno de los
grupos de parientes reales puede haberse cambiado al Cuzco Bajo cada
dos generaciones para conservar el equilibrio entre las mitades.
Terence N. D'Altroy secunda la idea. (26)
La reina tenía un poder importante. Una madre qoya al parecer podría
vetar al rey el matrimonio de su hija. ¡Igualmente el probable qoya
podía negarse! Esto pasó a Washkar y Wayna Capac, por lo menos
temporalmente. Las mujeres cumplían el papel de promover a un hijo
como sucesor real. El linaje de la madre de los candidatos jugaba un
papel importante desde que los gobernantes de turno no pertenecían al
grupo de parientes de su padre. Ellos fundaron su propio panaqa y se
identificaron estrechamente con el linaje de su madre.
Los tiempos de sucesión y matrimonio eran tiempos fundamentales
para la intriga política. Otra razón fue la tradición andina que favoreció
el liderazgo vigoroso. En realidad, no había heredero justo y legal; esa
es más una noción Occidental superpuesta en la ideología Inca.
Dos cambios llegaron después a tiempo en el matrimonio y las
prácticas de sucesión. El primero fue escoger una esposa principal de
cuya descendencia se seleccionaría al futuro rey. El segundo fue el
matrimonio con la hermana. Topa Inca puede haber sido el primero en
hacerlo para ejercer un control más íntimo sobre la sucesión y también
279
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
para limitar la influencia de las panaqas que competían. Esto se
mantuvo siguiendo otras medidas que tomó, particularmente
concediéndole poder a las Huacas regionales en independencia del
culto del Sol.
Es para recordar que ningún emperador heredó la propiedad de su
precursor. Éste fue otro modo de asegurar la colaboración entre las
panaqas y prevenir la acumulación excesiva de poder a través de la
riqueza en manos del Inca gobernante. Otro equilibrio de poder fue
ejercido en la relación entre las autoridades políticas y espirituales
como ya se ha señalado antes. El poder espiritual será considerado en
el siguiente capítulo. Sin ir más allá, mencionaremos que el culto del
Sol ocupó un papel administrativo muy extendido e importante.
Adicionalmente, puede haber habido un concilio de los cuatro suyus.
Finalmente, es muy probablemente que el Inca equilibrara su poder
con otros dos corregentes de menor importancia, en el esquema del
llamado triunvirato. Permítanos considerar ambos elementos de la
cuatripartición y la tripartición, y después una idea que los
reconciliará.
Los cronistas no ofrecen mucha información sobre la división del
imperio en sus cuatro suyus. Muchos estudiosos creen que el rey
gobernó con los cuatro capac apus de los suyus y que juntos formaron
el Consejo Supremo del Tawantinsuyu. Las fuentes que menciona este
concilio son los quipucamayocs, aquéllos a quienes se les
encomendaron las cuentas y archivos. Las Casas, Cieza, Betanzos, y
Sarmiento concuerdan pero no le dan al concejo un estatus permanente
o especial. Los que se refieren a un concejo de tres capac apus son
Halcón, Murua, Garcilaso, y Cobo. (27) Algunos autores hablan de un
concejo más grande que incluía a tres gobernadores para el
Chinchaysuyu (el suyu más grande), dos para el Cuntisuyu (muy
pequeño), y uno para el Antisuyu (pequeño y escasamente poblado).
Guamán Poma habla de un concejo de dieciséis: dos para Hanan
Cuzco, dos para Hurin Cuzco, cuatro para Chinchaysuyu (la provincia
más grande), dos para Antisuyu (la pequeña), cuatro para Collasuyu (la
280
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
grande), y dos para Cuntisuyu (la pequeña). La representación anterior
refleja parcialmente el orden de prestigio de los suyus pero más el
orden de importancia (territorio y población).
¿Diarquía o Triarquía?
Por algún tiempo ha habido una teoría calurosamente debatida de un
gobierno de dos Incas; últimamente, incluso se ha ventilado la idea de
un gobierno de tres Incas. Pärssinen ha encontrado que cuando los
quipucamayoc Cieza y Garcilaso hablan sobre las conquistas de Capac
Yupanqui, éstos describen cómo las mismas conquistas son atribuidas
a Pachacuti. Lo mismo ocurre cuando Garcilaso, Guamán Poma, y
Oliva hablan de las conquistas de Sinchi Roca. Ellos posiblemente se
refieran al medio hermano de Wayna Capac que gobernó Cuzco
cuando Wayna Capac estuvo en Chachapoyas. Cieza de León publica
(tentativamente) que oyó que había dos gobernantes: uno para cada
lado de Cuzco. Este es el porqué Duviols y Zuidema supusieron un
gobierno de dos. (28) Según Zuidema, cada Inca de Hurin y Hanan
Cuzco es representante simbólico del antepasado de diferentes clases
sociales. Sin embargo, esta teoría tiene poca evidencia que la apoye.
Extrañamente, un gobierno de tres parece más probable que el
gobierno de dos. Ésta es la conclusión alcanzada por Pärssinen en base
a los resultados de la investigación genealógica y los informes de las
crónicas, sobre todo respecto a la iconografía. Esto no significaba tres
personas con igual poder; sino dos gobernantes adjuntos con
específico y limitado poder, principalmente en la administración de
Cuzco y en los temas del ejército. El gobierno de tres es un esquema
que también se encuentra en la administración de las provincias,
muchas de las cuales se subdividieron en tres.
La primera confirmación de la probabilidad de esta hipótesis viene de
la iconografía, particularmente de la manera en que se representaron al
rey y a la supuesta segunda y tercera persona. Habitualmente, el
emperador llevaba una vincha para la cabeza hecha de tela trenzada
llamada llauto, a veces con plumas. De esta vincha, una borla espesa,
281
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
un machapaycha cubría su frente. También llevaba un carrete muy
grande en la oreja, símbolo de la iniciación. El Inca en la descripción
de Herrera publicada en 1615, tenía tres tipos de machaypachas. (29) En
el primer grupo están Huáscar, Wayna Capac, Topa Inca, Pachacuti
Inca, y Urco Inca; en el segundo grupo están Viracocha Inca, Yahuar
Huacac, y Capac Yupanqui; en el tercer grupo Mayta Capac, Lloque
Yupanqui, y Sinchi Roca. Las Casas confirma que el Inca tenía “tres
diferencias de cabezas” que distinguía a uno de otro. Pärssinen termina
diciendo que Cuzco fue gobernado por el primer suyu. Las Casas
propone algunas cuestiones enigmáticas con respecto a la genealogía y
la sucesión de los emperadores Incas. La siguiente es la evidencia
respecto a dos gobernantes sucesivos.
Época de Pachacuti
Según el quipucamayoc, Viracocha Inca tenía tres hijos: el mayor era
Yupanqui Inca (Pachacuti); los más jóvenes Urco Inca y Mayta Inca
(probablemente el mismo Mayta Capac). Urco Inca era el hermano
más viejo de Pachacuti. En el sistema de ceques Mayta Capac se pone
en posición del kayaw (Collasuyu) y Pachacuti Inca en el
Chinchaysuyu (qollana). Urco Inca podría ser Chinchaysuyu (qollana)
o Antisuyu (payan). La confirmación la ofrece el hecho que Urco Inca
es mostrado llevando un machapaycha, como Pachacuti y Topa Inca
en los retratos de los Incas publicado por Herrera. La posición real de
Urco Inca es confirmada por Cieza de León; él después fue eliminado
del registro del quipu y de las baladas Incas.
La época de Topa Inca
El acceso al trono de Topa Inca puede definirse en dos fases: la
primera en la que durante su vida compartió el trono con su padre, y
una segunda después de la muerte de Pachacuti. Cuando el cronista
Santa Cruz Pachacuti habla de la primera parte de su reinado, describe
que Pachatuci Inca, Topa Inca, y Amaro Topa se sentaron en tres
tronos dorados iguales y los tres llevaban el machapaicha real. Sin
embargo, expresa la diferencia de importancia entre los tres en sus
cetros. (30)
282
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
Al referirse a posteriores tiempos, el documento llamado ‘Probanza de
los Incas nietos de los Conquistadores’ muestra que los descendientes
de Topa Inca, Amaro Topa, y Topa Yupanqui pertenecieron al mismo
panaqa real, dividido en tres. Indica que a la muerte de Pachacuti, el
orden cambió y Topa Yupanqui fue agregado al gobierno de tres. (31)
Topa Inca perteneció al ayllu del qollana; Amaro Topa al payan, y
Topa Yupanqui al ayllu del kayaw. Otras fuentes que confirman las
sucesiones de los reyes son los quipucamayos. Según ellos Pachacuti
tenía tres “hijos”: Topa Yupanqui Inca, el mayor; Topa Yupanqui, el
más joven; y Topa Inca.
Si el primer escenario es verdadero, entonces Topa Inca fue la
“segunda persona” de Pachacuti Inca y Amaro Topa la tercera. Los
cronistas también indican que antes de que la opción cayera en Topa
Inca, Amaro Topa fue el primer candidato a la sucesión de Pachacuti.
Esto significa que probablemente el estado de los dos fue invertido.
Para agregar peso a esto está la mención registrada por algún cronista
que en ausencia de Topa Inca fue Amaro Topa quien gobernó Cuzco.
En apoyo al segundo escenario, hay una mención registrada por Don
Martin (hijo de Topa Yupanqui) declarando que Topa Yupanqui
gobernó el imperio (no sólo Cuzco). La anterior línea de razonamiento
conserva su validez en el registro del gobernante que lo sucede, Wayna
Capac. (32)
Resumiendo, el gobierno de tres probablemente era una disposición
simbólica en reconocimiento al poder de los tres suyus (suyus 1 a 3).
Se limitó a la administración de Cuzco y a los asuntos del ejército en
ausencia del emperador. Sabemos que los principios de jerarquía,
dualidad, tripartición, y cuatripartición permitieron la organización
sociopolítica andina. Lo que está menos claro es cómo éstos trabajaron
juntos e interactuaron. Considerando cómo se llevó el trabajo político
incluso después del tiempo de los Incas en la costa norte de Perú,
Michael Moseley y Alana Cordy-Collins aclararon un principio
importante de cooperación entre las mitades y sub-mitades, en los más
bajos niveles de la administración de poder.
283
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
“Conciliación Política” (33)
La idea de “Conciliación Política” está lejos de la forma de poder
concebido en el mundo Occidental y puede verter mucha luz sobre lo
que todavía no entendemos del sistema político andino.
Según el esquema había varios niveles de autoridad; nosotros los
llamaremos nivel 1, nivel 2, nivel 3, etc., Al nivel 1, un único señor
ostentaba la autoridad. Sin embargo, al segundo nivel él compartía el
poder con un segundo jefe, teniendo sólo 50 por ciento de control
directo. Al tercer nivel tenía sólo 25 por ciento de control directo; al
cuarto sólo 12.5 por ciento, y así sucesivamente. El principal ‘B’ (del
segundo nivel) tenía 50 por ciento al segundo nivel; 25 por ciento al
tercer nivel; 12.5 por ciento al cuarto, etc. (cuadro 2).
Permítanos ver cómo lo anterior podría haber trabajado a nivel del
imperio. En el ejemplo anterior, el Señor ‘A’ sería el emperador o rey.
Al nivel militar, solo él tenía poder. Al nivel 2 el emperador lideraba la
clasificación jerárquica de la mitad más alta; el Señor ‘B’ lideraba la
segunda mitad. Al nivel 3 las mitades estaban cada vez más
subdivididas en un total de cuatro. El Señor ‘A’ — el emperador —
lideraba la jerarquía superior, la sub-mitad Hanan. El Señor ‘B’ es el
gobernante de la subdivisión jerarquica superior de su mitad Hurin. Al
nivel 4 hay ocho subdivisiones y ocho señores. El Señor ‘A’ y ‘B’ sólo
encabezaban uno de éstos. Al nivel 5 hay dieciséis señores. El Señor
‘A’ y ‘B’ ceden un poder muy bajo marginal (dos de dieciséis).
Ahora podemos ver cómo se aplicó a la costa norte. La mitad de la
clasificación superior jerárquica estuvo en la orilla norte del río. La
segunda, la mitad inferior estaba en la ribera sur. Luego cada mitad fue
subdividida en dos, cuatro, ocho, etc., Pueden haber existido en total
seis niveles orgánicos. Reflejando la disposición anterior, el sistema de
irrigación se subdividió en cuatro secciones principales y unidades de
nivel inferior.
Los autores del estudio concluyen: “La mayoría de las actividades
284
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
económicas requerían la participación ritual de los señores o no se
realizarían. Además, reforzaron mucho su poder la posición de los
señores como antepasados vivientes, como vínculo entre el vivo y el
muerto, el presente y el no-presente.
A
A
A
A
B
/////////////////////////////////////////////
C
B
D
[[[[[[[[[[[[[[[[[ //////////////////////// ++++++++++
E
C
F
B
G
D
H
##### [[[[[[[[ ^^^^^^ //////////// ****** +++++ ~~~~~
Cuadro 2: la organización política “conciliar”
Permítanos regresar con esta perspectiva al ejemplo del imperio y los
suyus. Está claro que el Inca estaba solo en el primer nivel. Él, el
gobernante, representando el suyu 1, tenía 100 por ciento del poder al
Nivel 1. Al nivel 2 compartía este poder con el Señor 2 del Antisuyu
(suyu 2: Hu/Ha), cada uno se repartía el 50 por ciento. Al nivel 3 había
cuatro señores, cada uno con 25 por ciento de control. Desde esta
perspectiva la prominencia de Hanan sobre el poder de Hurin
disminuía exactamente como se ha dicho, del suyu 1 al suyu 2 al suyu
3 y al suyu 4 que es exactamente cómo estaban las cosas desde la
perspectiva política. Se inventaron otros niveles de autoridad a nivel
285
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
provincial, pero los archivos históricos no son claros en este
aspecto.(34)
Además de las divisiones ternarias o cuaternarias, la organización
decimal a menudo se sobrepuso a las anteriores que, ahora se hace más
claro, jugaron un importante, si no exclusivo rol, en los asuntos
económicos.
Organización Decimal y la Economía
El sistema decimal se usó en el ejército y en la mita — tributo ofrecido
en labor. También era una importante herramienta de determinación en
la política de reciprocidad. Este sistema incluso continuó en ciertas
áreas bajo el sistema colonial (por ejemplo, Lupaca). Catherine J.
Julien ha estudiado un quipu Inca (después usado por los españoles)
que ofrecía un censo de la población Aymara. (35) Los quipu
establecían cómo subdividir el total de quinientos mineros necesitados
para la mita en las minas de Potosi. Pärssinen establece
convincentemente cómo los Incas usaron este sistema en base a
proporciones simples: uno de cien, dos de cien, etc., Las cantidades en
el quipu corresponden muy estrechamente a las teorizadas, si uno se
aproxima a la centésima unidad sobre (por ejemplo, 1234 = 1300).
Según este cálculo, el ejemplo anterior muestra casi exactamente que
los Incas tomaron tres mitayos* de cien de cada comunidad para el
trabajo en el área de Potosi.
De lo anterior podemos concluir que se inventaron divisiones
administrativas según el sistema decimal para dividir el peso del
tributo justamente entre los diversos grupos étnicos o regionales. Este
sistema decimal permitió la creación de una fácil determinación sin
tener que cambiar la administración local. En otras palabras, la
organización decimal se superpuso a la administración existente. En
algunos casos las dos coincidieron en algún nivel.
*
N. del T.: Mitayos: indígenas enganchados en la "mita", del quechua
mitayoc.
286
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
La terminología del sistema decimal era la siguiente:
Hunu: 10,000; Pisca Guaranga: 5,000; Guaranga: 1,000;
Pisca Pachaca: 500; Pachaca: 100; Pisca Chunga: 50; Chunga:10
La unidad de referencia es la unidad doméstica. Los jefes de cada nivel
fueron llamados huno curaca; pisca guaranga curaca, guaranga curaca,
etc.
Todas las anteriores no eran tantas unidades políticas como unidades
de cálculo para determinar la dimensión de una provincia, la
importancia de su gobernante y la contribución para la mita. En
realidad la idea de la cantidad de unidades familiares en cada unidad
decimal era aproximada. Así, el nivel hunu fue de alrededor de 6,000
en algunos lugares a 12,000 en otros. En Cuntisuyu, por ejemplo, las
guarangas fueron bastantes (150 a 280 unidades) que reflejaron la
tradición del grupo local de tres. Esto también reflejó la realidad, es
decir que aquí los pueblos eran mucho más grandes que en la mayoría
de las otras áreas.
El tributo de la mita involucró un específico número de días de labor
en el ejército, proyectos de obras públicas, en servicio al emperador o
funcionarios del estado, o trabajo agrícola en los campos de
corporaciones reales o campos del Sol. Esto se hizo reagrupando la
población en enclaves ecológicos. Sin embargo, la población
reagrupada retuvo los lazos con sus comunidades originales; no
respondían a los curacas locales. Cuando los recién venidos se
integraban a la administración local, formaban parte de la mitad
superior. Podían establecerse aliados en las áreas de la frontera para
promover la obediencia al emperador. O, vice-versa, podían dispersar
a los grupos hostiles fuera de sus áreas originales.
Las mitas reasumieron la idea del archipiélago vertical, o
autosuficiente, como de islas de comunidades especializadas cuya
economía estaba integrada a la economía más grande a través de
mecanismos de reciprocidad y redistribución. Los Incas intentaron
287
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
restaurar el uso de la tierra interrumpido por las guerras de la Cuarta
Era, lo que significó una re-colonización de los valles —
anteriormente juzgados inseguros desde una perspectiva estratégica —
o la construcción de terrazas en tierras marginales de la montaña. Esto
se hizo despoblando cierta tierra y luego enviando colonias de
mitimaes de origen étnico mixto. Fue también un medio para difundir
el uso del idioma Quechua. En todo fue un retorno — de un nuevo
modo — a la práctica del archipiélago vertical que existió en el
período Arcaico de la Segunda Era. Esta nueva economía empezó en la
época de Pachacuti. Desde que esta práctica ya había sido una práctica
del pasado, los Incas la desarrollaron considerablemente en áreas
donde la tradición ya había existido. En la práctica, curiosamente, esto
significa que la presencia Inca más pesada recaía sobre las áreas más
pobres, en lugar de caer en las más ricas. (36) Muchos viejos y
fortificados asentamientos se transfirieron a las áreas más bajas y
fecundas.
El trabajo en los mitimaes fue una manera de forjar la nueva identidad,
soltar los lazos étnicos, ahondar la penetración del idioma Quechua,
explotar nuevos ecosistemas, extender el alcance e integrar la
economía local, beneficiar a las poblaciones locales, y acumular
excedentes para tiempos de escasez. Fue el medio para permitir el
acceso de los señores locales a enclaves que de otra manera no podrían
alcanzar, y así a los bienes que ellos no producían.
Había muchos tipos de mitimaes: económico, sociopolítico, militar, y
artesanal. Alguno de los mitimaes, sobre todo en las fortalezas de las
áreas fronterizas, eran para el ejército. Algunos se especializaron en la
producción agrícola. Así, bajo el reino de Wayna Capac, los mitimaes
en el Valle de Cochabamba, Bolivia, estaban consagrados en gran
escala a la producción del maíz usado para propósitos del estado. En
un momento dado el Inca empezó a establecer colonias de artesanos
para producir las cosas que se necesitaban para la propia mita, para las
festividades, para el curaca, o para el ejército. Algunos mitimaes
tenían una función sociopolítica. En algunos casos los nobles Incas
288
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
formaron parte de colonias lejanas, quizás integradas a otras
poblaciones. Curiosamente, en estas situaciones los dos grupos
respondían a la administración Inca (para los nobles) o a la autoridad
local (para los grupos locales).
La administración del Sistema de Reciprocidad
El intercambio de mujeres y regalos era determinado como una
función de la importancia del jefe, y su importancia dependía de la
cantidad de personas sobre las que gobernaba. Un ejemplo: un curaca
del hunu (10,000 unidades familiares) podía ofrecer al Inca una hija en
matrimonio y en cambio recibía del Cuzco una mujer noble y
concubinas.
La rápida expansión Inca se logró gracias a los vínculos creados entre
el curaca local y el Inca. Sin embargo, estas relaciones tuvieron que ser
renovadas a la muerte de cada emperador. Los vínculos tuvieron que
ser reconfirmados periódicamente a través de regalos recíprocos a los
jefes étnicos. Las transiciones eran tiempos delicados en que el centro
temía las tendencias unificadoras o integracionistas que venían de la
periferia.
Entre los más prestigioso regalos que los curacas podían recibir
estaban los textiles y el trabajo metalúrgico. Éstos eran, después de
todo, la prueba de la renovación cultural que fue de la mano con el
núcleo de la espiritualidad Inca. Otros regalos apreciados eran las
especialidades regionales. Así, las llamas y las alpacas eran numerosas
en el Collasuyu del sur y apreciadas en el Chinchaysuyu norteño. Las
conchas de spondylus (el mullu*) que se encuentran en la costa de
Ecuador eran sumamente apreciadas en el Collasuyu. y coleccionada
por el mitayoc. De allí se enviaba a Cuzco donde era usada para
*
N. del T.: Mullu: es el nombre con el que los habitantes del Perú
antiguo conocían los productos de una concha que viven en los mares
cálidos del norte. La recolecta del Mullu (Spondylus princeps) la
hacían los pescadores, quienes sabían que había que bucear a varios
metros de profundidad para encontrarlo; sólo excepcionalmente se
encontraba cerca de la superficie.
289
PUNTOS DE INFLEXION ESPIRITUAL
decorar el uncus (las túnicas), y éstas se redistribuían a varias partes
del imperio, sobre todo al Collasuyu. En este sistema de redistribución,
los regalos siempre venían de los señores de Cuzco. El Inca convirtió
la capital económica en regalos de alto valor simbólico. Era una
manera de crear interdependencia y gratitud. Esto ha sido apodado
“administración de la generosidad.”
El regalo más apreciado que los curacas pudieran recibir de Cuzco
eran las mujeres. El curaca más importante, más mujeres recibía en el
intercambio recíproco con el Inca. Las mujeres jugaban un papel
decisivo forjando vínculos de parentesco entre el Inca y la periferia.
Mientras más importante el señor local, más cerca estaba la mujer de
la nobleza Inca y del soberano. Esta política también era un medio de
fortalecer la sangre Inca entre las naciones sometidas. El movimiento
inverso también sucedió: los Incas tomarían como esposas secundarias
a las hermanas o hijas del curaca local.
Que el Inca consagrara mucho cuidado a la preparación de la mujer
indicaba que ésta también era una manera de exportar la cultura Inca a
la periferia. Para fortalecer la administración de la generosidad,
Pachacuti había ordenado la edificación del acclahuasi* con el
propósito de organizar y educar a las mujeres escogidas — acclas —
que se ofrecerían a los curacas locales. Ellas eran embajadoras de la
cultura Incaica en la periferia.
La mita es parte de una idea mucho más grande, idea a la que en los
Andes se le da el nombre de reciprocidad. La ética andina ordena que
el individuo/grupo trabaje en el mantenimiento y edificación de las
relaciones cósmicas, evitando así causar una perturbación en el orden
del cosmos. El hombre es un co-redentor del cosmos, y el ritual es la
necesidad ética de la vida andina que acompaña la tarea de redención.
*
N. del T.: El acllahuasi era el centro de formación femenina. El
acllahuasi significa casa de las escogidas. Las Acllas fueron las
mujeres de mayor preparación cultural en el imperio. Eran mujeres
verdaderamente escogidas, procedían del tributo de su pueblo y vivían
enclaustradas en el Acllahuasi o Casa de las Acllas.
290
IMPERIO INCA Y LA QUINTA ERA
La ética andina pone un límite entre lo que se aplica al ayllu, al
Quechua, y al mundo. La obligación ética disminuye a lo largo de ese
eje.
La reciprocidad involucra una visión de la justicia del intercambio de
bienes, personas, valores religiosos, sentimientos, etc. La reciprocidad
tiene un gran lugar no sólo en el reino del trabajo y la economía. Es la
garantía del correcto nivel de intercambio entre los seres humanos,
seres humanos y naturaleza, hombre y Dios, vivo y muerto.
La reciprocidad también es un principio de justicia cósmica. Va más
allá del individuo y de la presente generación. Las Comunidades
pueden tener que echarse sobre las espaldas la culpa de un individuo,
de hecho incluso la posteridad puede tener que hacer lo mismo. Dios
impone un castigo para permitir la corrección del desequilibrio
cósmico. No se ve como un castigo gratuito, sino como una
oportunidad para la compensación.
Una gran parte de la reciprocidad regula la relación del hombre (la
comunidad) y la naturaleza. Sin reciprocidad la tierra no sería fecunda.
Esto se logrado por el hombre volviendo a lo divino, como
participante. Prácticamente, reciprocidad significa dar ofrenda: ir a lo
divino no como un suplicante sino con algo para ofrecer (una alma que
ofrece). Por consiguiente, las catástrofes naturales eran consideradas el
resultado de la falta de reciprocidad. Esto explica la primordial
importancia del ritual para el logro de metas concretas.
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