El Amor se concreta en el servicio

Transcripción

El Amor se concreta en el servicio
El Amor se concreta en el servicio
La mayoría de jóvenes comprometidos con el proyecto de Jesús quieren hacer realidad el mandamiento
del amor. Sin embargo, ocurre que no saben cómo manifestar ese amor en actitudes concretas. Por eso
, es importante entender que el amor cristiano se hace realidad en el servicio a los demás. Servir a los
demás significa al menos tres cosas.
 Hacer el bien al prójimo
 Tener siempre una actitud de entrega y sacrificio por los demás.
 Permanecer disponibles para ayudar a las otras personas.
De acuerdo con esto, podemos concluir que el servicio cristiano nos exige renunciar al egoísmo para
podernos entregar sin reservas a los demás y sin pedir algo a cambio.
Porque sucede casi siempre que, a pesar de nuestro servicio y entrega, las otras personas no respondan
como quisiéramos. (escribe en tu cuaderno Mt.25,34-40)
Existe una manera de servir que no genera alegría ni paz,que no hace crecer. Es el servicio por
interés ya sea para ganar la voluntad de alguien (incluso de Dios), ya sea por temor, ya sea
inclusive para sentirse bien y dejar tranquila la conciencia.
Esta manera de servir nace de una opción fundamental egoísta. Manifiesta una falsa humildad y
en definitiva utiliza a las personas, inclusive se utiliza a si mismo Lo único que logra es autoesclavizarse de aquello que pretende. Existe otra manera de servir que tal vez genere
satisfacción, pero que tampoco hace crecer. Es aquel servicio sincero, con desprendimiento y
entrega, que busca ayudar al otro en su necesidad y le brinda lo necesario para salir de su
situación, pero que genera dependencia.
Esta otra manera de servir nace de un interés por el otro, pero es ingenua, tal vez culpablemente
ingenua. No ha descubierto que en el fondo se sustenta en una autosuficiencia personal, que
condesciende en ayudar a los que están "más abajo”. Normalmente da de lo que le sobra, pero
cuidado!!!, que esta forma puede ser muy sutil y estar incluso revestida de gran sacrificio
personal. Pero no libera, no hace crecer.
Existe, por último, otra manera de servir que hace crecer a la persona. Pero es justamente la
manera más desconcertante, porque no implica "darle" al necesitado, sino reconocer que el
necesitado soy yo e ir a recibir de los demás.
Esta última manera de servir nace de una auténtica opción fundamental por el amor, por el
"nosotros". Implica no sólo que mi felicidad personal está unida a la felicidad ajena, sino más
aún, que mi felicidad será consecuencia de la felicidad ajena. Cuando los demás sean felices, yo
seré feliz, porque ellos lo son. Cuando ellos se realicen, yo me realizo con su realización. Esta
manera de servir, sí trae la paz y la alegría profunda.
Vemos así que el servicio es ambiguo, que su valor nunca está dado solamente por lo que se
realiza en él, sino fundamentalmente por el sentido que lo motiva. Pero no podemos llamarnos a
engaños, en cristiano el único servicio válido, el único que podemos llamar auténticamente
servicio es el que nace del amor que se entrega por los demás. Y esto lo sabemos sin ninguna
duda porque fue la actitud de Jesús en toda su vida, hasta la cruz.

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