El sistema educativo japones

Transcripción

El sistema educativo japones
http://www.nipoweb.com/japon/nihonkara/capitulo12.htm
El sistema educativo
Dediquémosle un capítulo de Nihon Kara a los más pequeños... Y a los
incontables días que pasan en la escuela. El sistema educativo es la base
de una sociedad, puesto que las jóvenes generaciones son las que
liderarán más tarde el país; los valores que se les ha inculcado en una edad
temprana y cómo se les han inculcado determinarán en gran medida su
actitud hacia la vida.
Un poco de historia
El primer sistema educativo moderno que se instauró en Japón data de 1872.
Desde entonces, y hasta el término de la Segunda Guerra Mundial, la educación se
regía por unas estrictas directrices marcadas por el gobierno. En 1886 la educación
era ya obligatoria, al menos durante tres o cuatro años, y a partir del 1900 el
gobierno se comprometió a correr con los gastos educativos durante el período de
escolarización obligatoria. Los profesores de la escuela pública eran todos
funcionarios del gobierno, y en el sector privado las clases también se regían por
las directrices estatales.
Sin embargo, las reformas educativas de 1947, durante la ocupación
estadounidense, introdujeron cambios significativos en el sistema que había regido
hasta la fecha: en primer lugar, se descentralizó el control de la educación, se
otorgó mayor autonomía a las escuelas privadas y se fomentó el desarrolló de la
educación en la comunidad. Los libros de texto ahora son elaborados por editoriales
independientes (como en Europa), aunque deben ser aprobados por el Ministerio de
Educación, Ciencia y Cultura (Monbukagakushô).
El sistema educativo
Los niños japoneses comienzan su vida escolar en la primaria (shôgakkô) a los seis
años, aunque antes de eso muchos han pasado ya por alguno de los numerosos
jardines de infancia o guarderías
La escolarización empieza
extra oficialmente en las
guarderías.
A los 12, entran en la llamada "escuela intermedia" (chûgakkô), a la que asisten
durante tres años. Hasta aquí la educación obligatoria. Sin embargo, la mayoría (un
93% según un sondeo del año 2000) continúa estudiando en la escuela superior
(kôtôgakkô), hasta los 18, edad en la que se entra en la universidad. La mayoría de
las carreras universitarias duran 4 años. Asimismo, hay escuelas de formación
profesional, escuelas especiales para minusválidos y varias opciones para continuar
el proceso de aprendizaje.
El curso académico en Japón comienza en abril y se divide en dos semestres. El
primero se extiende hasta finales de julio, con una semana de descanso en mayo
(la llamada Golden Week). Los estudiantes descansan durante el mes de agosto y
vuelven a la carga a principios de septiembre. El curso dura hasta finales de enero,
con una breve pausa de aproximadamente una semana durante el año nuevo. Tras
los exámenes finales, durante los meses de febrero y marzo transcurren las
grandes vacaciones de primavera.
Hay que ser el mejor
El nivel de exigencia en la escuela japonesa, al menos hasta acceder a la
universidad, se encuentra entre los más altos del mundo, junto a países como
Corea, Finlandia o Canadá. Para acceder a la escuela intermedia, y por supuesto
también a la superior y a la universidad, los estudiantes deben superar rigurosos
exámenes de acceso. Cada escuela tiene su propio examen de mayor o menor
dificultad según el renombre del centro, y sólo los mejores logran acceder a las
escuelas más prestigiosas. Por ello, los padres - sobre todo las madres, que en
Japón son las que se encargan de controlar la educación de los hijos -, se
preocupan de mandar a los críos a escuelas de repaso y clases suplementarias que
les ayuden a seguir el ritmo y a estar siempre a la cabeza. No lograrlo es fracasar,
y el fracaso está realmente mal considerado. ¿Que el niño no tiene tiempo de vivir,
jugar, ensuciarse y ser feliz? Eso no importa. La felicidad la alcanzará como
individuo realizado cuando consiga un buen puesto de trabajo, una determinada
posición social y la estabilidad económica en su vida. Esto no significa que los
japoneses sean unos tiranos: significa que realmente piensan así, y con la mejor de
las intenciones le ponen al estudiante todos los medios a su alcance para alcanzar
el objetivo: el triunfo.
La universidad de Tokio (Tôdai), el sueño de todo buen estudiante
La calidad de la formación académica recibida, determinada en gran parte por el
centro de estudios al que uno ha asistido, es decisiva en Japón a la hora de acceder
a un buen puesto de trabajo. Para acceder a una empresa puntera en un sector x
hay que licenciarse de una universidad reconocida en ese campo. Así, a los
licenciados de Tôdai (Universidad de Tokio) no les supone un problema la búsqueda
de empleo. Las universidades más prestigiosas son la Tôdai, la Kyôdai (Universidad
de Kioto) y la Handai (Universidad de Osaka), seguidas de otras igualmente
prestigiosas del sector privado como Waseda (también en Tokio).
Introduciendo reformas
Japón está introduciendo actualmente las reformas educativas que estableció el
informe de 1987 del Consejo Nacional de Reformas Educativas, entre las cuales se
cuenta una mayor variedad de asignaturas en la escuela primaria e intermedia, una
mayor flexibilidad para permitir la entrada de extranjeros al sistema educativo
japonés (de eficiencia dudosa en la opinión de la que suscribe, porque en realidad
no se les dan muchas facilidades para entrar), y la reducción de la semana
académica a 5 días. Hasta 1995, los niños debían asistir a clases obligatorias dos
sábados al mes. En la actualidad, las escuelas públicas han suprimido este sistema
y los estudiantes van a la escuela sólo de lunes a viernes. En contrapartida, se
intentan fomentar las actividades lúdicas y creativas en el ámbito local (cursos de
cocina, de cerámica) que ayuden a los pequeños a aprender de un modo más
empírico en contacto con la naturaleza y el entorno de su comunidad.
Sin embargo, algunas escuelas privadas mantienen cursos los sábados, lo cual hace
temer a los padres que acabe habiendo un desnivel entre la escuela pública y la
privada que vaya en detrimento de los estudiantes. Y sabiendo lo importante que
es ser el mejor, en la mejor escuela en este país, esto puede llegar a ser
preocupante.
El Ministerio de Educación, asimismo, continúa sus reformas y, en abril del 2002
puso en marcha un nuevo Curso de Estudio según el cual se reduce todavía más el
tiempo que el estudiante pasa en las aulas y se permite la entrada en la
universidad de los estudiantes avanzados a la edad de 17 años (en vez de los 18
reglamentarios hasta ahora). El sistema intenta adquirir una mayor flexibilidad que,
como algunos temen, podría entrar en contradicción con los valores y el espíritu de
competitividad de la sociedad japonesa.
El respecto, la disciplina y la tenacidad son valores esencia-les que el
sistema educativo inculca a los estudiantes.
¿Sabías que...
... los libros de texto cuentan lo que quieren?
En el año 2001, la reforma de los libros de texto japoneses suscitó una gran
polémica en todo el mundo, especialmente entre los países que más sufrieron la
crueldad de las tropas niponas en los años previos y durante la Segunda Guerra
Mundial como China y Corea. La razón: la reforma eliminaba casi cualquier
referencia a hechos como la Masacre de Nanjing, en China, los millones de mujeres
de países del sureste asiáticos obligadas a prostituirse para complacer a los
soldados o el trato de los prisioneros de guerra como conejillos de indias para
experimentos. El debate está todavía sobre la mesa.
Los Ministerios de Educación tienen una poderosa arma en las manos (y no sólo en
Japón, sino en todo el mundo). Tienen la potestad de distorsionar la visión de la
historia y del mundo de las nuevas generaciones. Si te fijas, en la escuela
estudiaste "historia mundial", pero el continente asiático estuvo probablemente
excluido de esa definición de mundo centrada en Europa y, en mucho menor grado,
América (o al revés si vives en el continente americano). Así empiezan los grandes
problemas de comunicación entre las diferentes culturas y etnias de la Tierra.

Documentos relacionados