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Transcripción

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Ponentes:
María Teresa López y José M. Raccamarich
ORACIÓN
Alma de Cristo santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, mi buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti,
para que con tus santos te alabe,
por los siglos de los siglos. Amén
San Ignacio de Loyola
Canto
Mi alma alaba al Señor
Y mi espíritu se alegra en su presencia
porque Él, que es grande
maravillas ha hecho en mí
y es Santo, su nombre.
Mi alma alaba al Señor
Mi alma alaba al Señor
Y mi espíritu se alegra en su presencia
porque Él, que es grande
Maravillas ha hecho en mí
y es Santo, su nombre.
¿Qué es el Alma?
Se refiere a un principio o entidad inmaterial e invisible
que poseen los seres humanos. El alma es espiritual, es
decir, que está dotada de entendimiento y de libertad y,
por ese concepto independiente, en sí misma, del
cuerpo.
Es la parte del hombre que se relaciona con otros seres
humanos. El hombre es consciente de sí mismo a través
del alma. Ella se compone de la mente o intelecto,
emociones, sentimientos y voluntad.
Es la parte o dimensión psicológica, es eterna y proviene de Dios
(Gn 2, 7).
¿Qué es el Cuerpo?
El cuerpo es la parte del hombre que se
relaciona con el mundo físico a través de los
cinco sentidos. Por medio del cuerpo se expresa
la personalidad del Hombre. El cuerpo no es
eterno y además es corruptible.
¿Qué es el Espíritu?
El Espíritu es la visión vertical del
hombre con Dios. Es importante entender
que ambos, alma y espíritu se refieren a
la parte inmaterial del hombre, pero sólo
el espíritu se refiere al caminar del
hombre con Dios, por lo tanto, el espíritu
es la parte del hombre que se relaciona
con Dios y con los asuntos espirituales.
¿Los muertos no tienen conciencia de nada?
Los testigos de Jehová han tomado literalmente el texto
Qo 9, 56 fuera de él para afirma que la persona cuando
muere no tiene conciencia de nada, por tanto no hay un
alma inmortal que la sobreviva.
Para ellos, cuando se muere, se deja de existir y sólo
queda en la memoria de «Jehová». Pero para entender por
qué han llegado a esta conclusión hay que comprender su
forma de ver las Escrituras.
Su dificultad reside en no comprender que la revelación
divina ha sido progresiva, por ello no encontramos
referencia a la resurrección en todo el Pentateuco. Para
ese entonces no había sido revelada.
Diferencias entre Cuerpo, Alma y Espíritu
Actividad Práctica
La transfiguración del Señor (Mc 9, 2-4)
La parábola de Lázaro y el rico Epulón (Lc 16, 19-31)
Cristo predica a espíritus encarcelados (1 Pe 3, 18-20)
Salvados en presencia de Dios (Hb 12, 22 – 23)
Espíritus de los Justos (Jn 6, 39)
En tus manos encomiendo mi Espíritu (Jn 19, 30)
Destinos del Alma
(Mt 5, 25)
(Lc 16, 22-28)
¿Qué es el Purgatorio?
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA:
1030 Los que mueren en la gracia y en la
amistad de Dios, pero imperfectamente
purificados, aunque están seguros de su eterna
salvación, sufren después de su muerte una
purificación, a fin de obtener la santidad
necesaria para entrar en la alegría del cielo.
1031 La Iglesia llama purgatorio a esta
purificación final de los elegidos que es
completamente distinta del castigo de los
condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina
de la fe relativa al purgatorio sobre todo en los
Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento
(cf. DS 1820; 1580).
Purgatorio ¿Un lugar?
“El purgatorio no es un lugar del
espacio, del universo, sino un fuego
interior, que purifica el alma del
pecado. El purgatorio no es un
elemento de las entrañas de la Tierra,
no es un fuego exterior, sino interno.
Es el fuego que purifica las almas en
el camino de la plena unión con Dios”
Papa Emérito Benedicto XVI
Purgatorio ¿Bíblico?
Mt 18,23-35… Por lo cual, el Reino de los cielos es semejante a un rey que
quiso hacer cuentas con sus siervos. Cuando comenzó a hacer cuentas le fue
presentado uno que debía diez mil talentos, a este, como no pudo pagar, ordenó su
señor venderlo junto con su mujer e hijos y todo lo que tenía, para que le pagara la
deuda. Entonces aquel siervo, postrado le suplica diciendo: Señor ten paciencia
conmigo y yo te pagaré todo. El señor de aquel siervo movido a misericordia, lo soltó y
le perdonó la deuda. Pero saliendo el siervo, halló a uno de sus consiervos que le debía
cien denarios, y agarrándolo le ahogaba diciendo: págame lo que me debes. Entonces
su consiervo postrado a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo y yo te lo
pagaré todo. Pero él no quiso, sino que fue y le metió en la cárcel hasta que le pagara
la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron y le dijeron al señor
todo lo que había pasado. Entonces llamándolo su señor le dijo: Siervo malvado, toda
aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia
de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor enojado lo
entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía. Así también hará
mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de todo corazón cada uno a sus
hermanos sus ofensas.
¿Qué es el infierno?
1035 La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad.
Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los
infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del
infierno, "el fuego eterno" (cf. DS 76; 409; 411; 801; 858; 1002; 1351; 1575; Credo
del Pueblo de Dios, 12). La pena principal del infierno consiste en la separación
eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad
para las que ha sido creado y a las que aspira.
1037 Dios no predestina a nadie a ir al infierno (cf DS 397; 1567); para que eso suceda es
necesaria una aversión voluntaria a Dios (un pecado mortal), y persistir en él hasta el final.
En la liturgia eucarística y en las plegarias diarias de los fieles, la Iglesia implora la
misericordia de Dios, que "quiere que nadie perezca, sino que todos lleguen a la
conversión" (2 P 3, 9):
«Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia
santa, ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna y
cuéntanos entre tus elegidos (Plegaria eucarística I o Canon Romano, 88: Misal
Romano)
¿Seol y Gehena?
A: GEHENA
B: SEOL
¿Comunión de los Santos?
Ponentes:
María Teresa López y José M. Raccamarich