Pancreatitis hipertrigliceridémica y embarazo
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Pancreatitis hipertrigliceridémica y embarazo
(Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2003; 50: 477-480) NOTA CLÍNICA Pancreatitis hipertrigliceridémica y embarazo Y. Sanduende Otero*, A. Figueira Moure**, P. Rama-Maceiras**, A. Bautista Guillén*, M. Diéguez Fernández** Servicio de Anestesiología y Reanimación. Complexo Hospitalario Universitario Juan Canalejo. A Coruña. Resumen Hypertriglyceridemic pancreatitis in pregnancy Una mujer de 33 años, secundípara, con antecedentes de hipertrigliceridemia familiar que se agravó en el embarazo anterior y diabetes gestacional, fue ingresada en la 36 semana de gestación por dolor abdominal difuso, vómitos, febrícula y mal estado general. La muestra de sangre era de aspecto lipémico, lechoso-rosado, con una concentración de triglicéridos plasmáticos de 2173 mg/dl, colesterol de 320 mg/dl, amilasa de 801 U/l, LDH 650 U/l, creatinina 1,5 mg/dl, glucemia de 380 mg/dl y leucocitosis con desviación a la izquierda. Fue diagnosticada de pancreatitis aguda, y por signos de sufrimiento fetal se le realizó una cesárea bajo anestesia general con propofol, succinilcolina, sevoflurano y tras el pinzamiento del cordón rocuronio y fentanilo. El recién nacido nació sano y la paciente evolucionó favorablemente con tratamiento conservador. La incidencia de la pancreatitis en el embarazo es baja, pero de morbimortalidad elevada. La etiología más habitual es la patología del tracto biliar, aunque alteraciones metabólicas poco frecuentes como la hiperlipidemia pueden actuar ocasionalmente como factor desencadenante. Hay que destacar la importancia del diagnóstico y tratamiento precoz de estos procesos como clave para el mejor pronóstico en quirófano y en su seguimiento en la Unidad de Reanimación. Summary Palabras clave: Complicaciones: pancreatitis. Diabetes gestacional. Hipertrigliceridemia. Cirugía obstétrica. A 33-year-old secundipara with a history of gestational diabetes and familial hypertriglyceridemia exacerbated during her previous pregnancy was admitted in the 36th week of gestation with diffuse abdominal pain, vomiting, low-grade fever, and general malaise. A blood sample had a lipemic, milky-pink appearance and plasma concentrations were as follows: triglycerides 2173 mg/dL, cholesterol 320 mg/dL, amylase 801 U/L, lactate dehydrogenase 650 U/L, creatinine 1,5 mg/dL, glucose 380 mg/dL, and left-shifted white cells. Acute pancreatitis was diagnosed and owing to signs of fetal distress, a cesarean was performed under light general anesthesia with propofol, succinylcholine, and sevoflurane. After the umbilical cord was cut, rocoronium and fentanyl were administered. The neonate was healthy and the patient’s condition evolved favorably with conservative treatment. The incidence of pancreatitis during pregnancy is low but related morbidity and mortality are high. The usual cause is biliary tract disease, although rare metabolic alterations such as hyperlipidemia may occasionally act as the trigger. Early diagnosis and treatment are the keys to successful surgery and postoperative recovery. Key words: Complications: pancreatitis, gestational diabetes, hypertriglyceridemia. Surgery, obstetric. Introducción *Médico Residente. **Médico Adjunto. Correspondencia: Y. Sanduende Otero Servicio de Anestesiología y Reanimación. Complexo Hospitalario Universitario Juan Canalejo. Xubias de Arriba 84. 15006 A Coruña. E-mail: [email protected] Aceptado para su publicación en agosto de 2003. 55 La pancreatitis aguda es una complicación grave y poco frecuente durante el embarazo1. Su incidencia se estima en torno a 1 de cada 1.060-3.333 nacimientos y la etiología más frecuente es la patología del tracto biliar2. Sin embargo, un 4-6% de las pancreatitis diagnosticadas durante la gestación son secundarias a elevaciones de los lípidos plasmáticos, y pueden ser evitadas controlando esta elevación de los triglicéridos2,3. Presentamos el caso de una gestante cuyo embarazo 477 Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 50, Núm. 9, 2003 se complicó con una diabetes gestacional e hipertrigliceridemia progresiva y que en el tercer trimestre presentó un cuadro de pancreatitis aguda. Caso clínico Paciente de 33 años, secundípara, que en la 36 semana de gestación fue ingresada por un cuadro clínico de dolor abdominal difuso, vómitos, febrícula y mal estado general. La paciente estaba siendo tratada ambulatoriamente por el Servicio de Endocrinología al complicarse su embarazo con una diabetes gestacional que precisaba altas dosis de insulina para el control de las glucemias (más de 35 UI/día). Asimismo, en analíticas rutinarias se había detectado una hipertrigliceridemia moderada (650 mg/dl y 700 mg/dl en dos controles previos). Como antecedentes de interés, destacaba en su historial clínico otro embarazo 5 años antes, durante el cual se habían detectado concentraciones elevadas de triglicéridos plasmáticos (pico máximo en el tercer trimestre de 1516 mg/dl), sin hipercolesterolemia. Estos niveles habían disminuido hasta límites prácticamente normales tras el parto (290 mg/dl). Se diagnosticó de probable hipertrigliceridemia familiar tras detectarse el mismo problema en su único hermano y en su padre. En el ingreso actual, la muestra de sangre para la analítica destacaba por su aspecto lipémico, lechoso-rosado, que posteriormente reveló una concentración de triglicéridos plasmáticos de 2173 mg/dl, colesterol de 320 mg/dl, amilasa de 801 U/l, LDH 650 U/l, creatinina 1,5 mg/dl, glucemia de 380 mg/dl y leucocitosis con desviación a la izquierda. La paciente fue diagnosticada de abdomen agudo secundario a pancreatitis aguda, y unas horas después se sometió a una cesárea por signos de sufrimiento fetal. Se realizó bajo anestesia general balanceada, empleándose propofol y succinilcolina para la inducción de secuencia rápida. En el mantenimiento se utilizó sevoflurano en una mezcla de oxígeno y aire al 60%, además de rocuronio como relajante muscular y fentanilo tras el pinzamiento del cordón umbilical. En la intervención se extrajo un recién nacido varón de 2.500 g de peso con un Apgar de 7 en el primer minuto y de 9 a los 5 minutos. Se objetivó además edema de asas intestinales en región peripancreática y líquido libre abdominal. Tras la cirugía fue trasladada a la Unidad de Reanimación, donde se instauró tratamiento con reposo intestinal, aspiración nasogástrica, antibioterapia, fluidoterapia e insulina intravenosa. Asimismo, se inició nutrición parenteral con dieta específica pobre en grasa y suplementada con triglicéridos de cadena media. En los controles analíticos subsiguientes se objetivó normalización de la función renal y un descenso paulatino en las concentraciones de triglicéridos, siendo de 864 mg/dl una semana después. A los diez días de la cesárea, la paciente presentó un nuevo deterioro clínico acompañado de fiebre, leucocitosis y distensión abdominal. La tomografía axial computerizada reveló colecciones peripancreáticas, por lo que fue sometida a una laparotomía bajo anestesia general balanceada para revisión quirúrgica. Se objetivó una pancreatitis necroflemonosa y se realizó desbridamiento y limpieza. La paciente evolucionó favora478 blemente sin presentar nuevos procesos intercurrentes reseñables. Cuarenta y cinco días después del ingreso, recibió el alta hospitalaria con cifras de triglicéridos de 283 mg/dl, colesterol de 180 mg/dl y glucemias normales sin precisar ningún tratamiento específico, salvo restricción de grasas en la dieta. Asimismo, la evolución del recién nacido fue satisfactoria desde las primeras horas de vida. Discusión El embarazo normal se asocia a un incremento significativo en las concentraciones plasmáticas de colesterol (50%) y de triglicéridos (2-3 veces)1,4, cuyo pico se alcanza a mediados del tercer trimestre y regresa a los valores previos tras el parto. En condiciones normales, los triglicéridos son transportados en el plasma fundamentalmente por los quilomicrones y por las lipoproteínas de baja densidad (VLDL). Durante el embarazo, las concentraciones plasmáticas de los triglicéridos están influenciadas por complejas interacciones entre hormonas de distintas vías metabólicas y por determinantes genéticos del metabolismo de las lipoproteínas5. Así, parece aumentar la síntesis hepática de las VLDL debido a estimulación estrogénica, a la vez que disminuye su aclaramiento por descenso de la actividad de la lipoproteín-lipasa, enzima que media la hidrólisis de los triglicéridos transportados por los quilomicrones y las VLDL, todo lo cual condiciona dicho incremento en los triglicéridos. Las hiperlipoproteinemias pueden ser originadas por defectos genéticos en alguna de las proteínas involucradas en su metabolismo (desórdenes primarios del metabolismo lipídico), o provocadas por causas no genéticas (desórdenes secundarios del metabolismo lipídico)6,7 como la diabetes mellitus, el hipotiroidismo, el alcohol, la obesidad o ciertas hormonas como los estrógenos. A menudo coexisten ambas entidades, es decir, un defecto genético subyacente, conocido o no, sobre el que interacciona una causa secundaria que provoca un incremento sobreañadido, en ocasiones muy importante, en las concentraciones de triglicéridos plasmáticos5. Esta paciente estaba diagnosticada de hipertrigliceridemia familiar, desorden relativamente común, autosómico dominante del metabolismo lipídico, caracterizado por un incremento de las concentraciones plasmáticas de las VLDL. Típicamente, estos pacientes mantienen los triglicéridos plasmáticos en rangos moderados-bajos (200-500 mg/dl) y no suele realizarse su diagnóstico hasta la edad adulta coincidiendo con incrementos en sus niveles por sinergismo con otras causas secundarias6. Por otra parte, la diabetes mellitus, que puede complicar entre un 2-5% de los embarazos, constituye una causa frecuente de hiperlipemia al provocar un aumento moderado de los niveles plasmáticos 56 Y. SANDUENDE OTERO ET AL.– Pancreatitis hipertrigliceridémica y embarazo de los triglicéridos de las VLDL8-12. Así pues, en este caso, la paciente presentaba un defecto primario del metabolismo lipídico, hipertrigliceridemia familiar, que se vio exacerbado por dos causas secundarias: la hipertrigliceridemia "fisiológica" del embarazo y la diabetes gestacional. Otras causas genéticas de hiperlipoproteinemias son la hiperlipemia combinada familiar, en la que suele aumentar también el colesterol, y los déficit de la enzima lipoproteín-lipasa o de su coenzima, la apoliproteína C-II, ambas necesarias para la hidrólisis de los triglicéridos 6,9. En los últimos años se han publicado varios casos de pancreatitis aguda gestacional en mujeres con déficit genéticos de lipoproteín-lipasa. El diagnóstico de estos déficit en los pacientes homocigotos se suele realizar ya en la infancia por las complicaciones metabólicas graves que presentan y se confirma en laboratorios especializados para identificar la mutación concreta4,13-15. La consecuencia clínica más importante de la hipertrigliceridemia elevada (superior a 1000 mg/dl) es la pancreatitis aguda. Su etiopatogenia no está del todo aclarada, aunque se cree que es debida a una irritación química del páncreas provocada por los ácidos grasos y la lisolecitina7. El diagnóstico de pancreatitis durante el embarazo resulta dificultoso, y no son infrecuentes los retrasos en el mismo o la confusión con otros cuadros de abdomen agudo. El curso clínico de la pancreatitis gestacional es variable, pero conlleva una alta morbilidad materna y fetal, estimándose una incidencia superior al 60% de recién nacidos pretérmino, una mortalidad perinatal entre 10-32% y una mortalidad materna entre el 5-15%3,5. Su tratamiento durante la fase aguda no difiere del de otros tipos de pancreatitis2,3,5: dieta absoluta, aspiración nasogástrica, analgésicos, antiácidos, reposición hidroelectrolítica y vigilancia de las posibles complicaciones. No existen muchos datos en cuanto a la actitud que hay que tomar con respecto a la gestación. Algunos autores recomiendan la inducción del parto con el objeto de provocar una disminución en los lípidos plasmáticos4, mientras que otros opinan que ello no mejora el pronóstico materno y que incluso podría aumentar la morbilidad maternofetal en caso de parto complicado. Pese a esta controversia, parece que la mayoría de los autores se inclinan por una actitud conservadora, recomendando la finalización de la gestación en caso de indicación obstétrica o fetal clara y eligiéndose el modo de extracción fetal simplemente en función de factores obstétricos3. El principal objetivo del tratamiento médico de la embarazada con hipertrigliceridemia es prevenir las crisis lipémicas y la pancreatitis5,7. Para ello es necesario primero realizar el diagnóstico de la hipertrigliceridemia mediante la determinación rutinaria de los nive57 les séricos de triglicéridos en ayunas o controles seriados durante toda la gestación en las pacientes de riesgo y cuando se detecte un suero lipémico16. El plasma se enturbia cuando las concentraciones de VLDL superan los 400 mg/dl y si además existe quilomicronemia, aparece una capa cremosa flotando encima del plasma tras su almacenamiento en frío durante varias horas17. Una vez diagnosticada se debe instaurar una terapia dietética agresiva con dieta pobre en grasas (en torno a 20 - 40 g/día), asegurando complementos de ácidos grasos esenciales, vitaminas y micronutrientes, así como prevenir el sobrepeso y estimular el ejercicio3,6,7,9,10. En algunos casos es recomendable el consumo de triglicéridos de cadena media, que al entrar directamente en la circulación portal no precisan ser hidrolizados por la lipoproteín-lipasa18. Es también importante restringir la ingesta de carbohidratos que, por vía oral, pueden exarcerbar la hipertrigliceridemia endógena5. En general, las medidas higiénico-dietéticas son suficientes para disminuir los niveles de triglicéridos hasta límites aceptables (inferiores a 1000 mg/dl)3,7, no existiendo indicación para los fármacos hipolipemiantes. Algunos autores recomiendan la hospitalización de la paciente en casos rebeldes para control dietético estricto, incluso con nutrición parenteral5,7,9,18. En los últimos años han aparecido grupos de trabajo que ponen de manifiesto la efectividad de la heparina intravenosa para disminuir los niveles de triglicéridos en pacientes con pancreatitis inducida por hipertrigliceridemia19. Parece que la heparina libera en el plasma la lipoproteín-lipasa ligada al endotelio, reduciendo así los niveles de triglicéridos. De todas formas esa disminución es sólo temporal y su uso a largo plazo puede causar un incremento paradójico en los niveles de triglicéridos como resultado de la deplección de lipoproteín-lipasa20. Su utilidad podría radicar en el control de la hipertrigliceridemia de gestantes pretérmino con riesgo elevado de pancreatitis, ya que en caso de un embarazo a término el control eficaz del cuadro se suele conseguir con la finalización de la gestación. Las implicaciones anestésicas de estos procesos se centran sobre todo en el uso de propofol en pacientes con función pancreática alterada. Existe controversia sobre su seguridad, sobre todo en su utilización en sedaciones prolongadas de enfermos con pancreatitis agudas graves. Algunos autores describen un incremento significativo de las concentraciones de triglicéridos secundario a la administración de propofol21,22. Otros, sin embargo, publican que las infusiones de propofol no se han asociado con hipertrigliceridemia23. Por otro lado, existen varias publicaciones que ponen de manifiesto la existencia de pancreatitis agudas 479 Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 50, Núm. 9, 2003 secundarias a administraciones prolongadas de propofol24,25. En cualquier caso, no hay estudios de función pancreática durante la administración postoperatoria de propofol. Piper et al presentan un trabajo en el que demuestran que la sedación postoperatoria prolongada con propofol induce un incremento significativo de los niveles de triglicéridos, pero sin alteraciones en la función pancreática con las dosis habituales26. No hay evidencia de complicaciones relacionadas con la administración de propofol en dosis única para la inducción anestésica, como se empleó en este caso. En resumen, la pancreatitis hiperlipidémica es una complicación rara pero grave del embarazo, que se puede prevenir haciendo una detección y tratamiento precoz de la hipertrigliceridemia. BIBLIOGRAFÍA 1. De Chalain TMB, Michell WL, Berger GMB. 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