Los emprendedores y et culto al fracaso

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Los emprendedores y et culto al fracaso
HBRAL.COM
COLUMNA
Danie[ lsenberg es profesor de práctica en gestión
en Babson ctobat y director ejecutivo de Babson
Entrepreneurship Ecosystem Project.
lsenbe
Los emprendedores
y et culto al fracaso
trategia para el desarrollo económico, tratan
las bajas tasas de fracaso como un signo de
que sus polÍticas están funcionando. Debe-
rían estar buscando muchos éxitos y muchos fracasos, aunque ciertamente los primeros deberían superar a los segundos en
términos de números, impacto o en ambos.
Remov er los obstáculos estructurales
para reducir los riesgos objetivos de una iniciativafallida. Muchos países, incluso aque-
llos con economías avanzadas, desincentivan inadvertidamente el emprendimiento
al sa¡rcionar la bancarrota: impiden que los
emprendedores que han fracasado realicen
negocios futuros o que incluso abran cuenen algunos casos, tratan la
tas bancarias.
bancarrota como un delito. Las leyes que
incremental los costos del fracaso sofocan
I
la participación de nuevos actotes, al igual
que una chimenea bloqueada impide que
el oxígeno alimente las llamas. Las leyes
uienes elaboran polÍticas públicas,
desde el gobiemo de Singapur hasta
Ia
Unión Europea, han defendido la
idea de "acoger el fracaso" para incenüvar el
emprendimiento. Durante el lanzamiento,
en este año, de la iniciaüva de la Casa Blanca
"startup America", un participante pidió
apasionadamente que Estados Unidos si-
mi experiencia, los emprendedores desarrollan un temor saludable respecto de Io que
puede salir mal. Só1o que no permiten que el
miedo los paralice.
He aquí tres ideas para ayudar a quienes elaboran políticas a calibrar el temor
al fracaso con tal de incentivar a los emprendedores sin sugerir que éste sea mo-
guiera este consejo. Después de todo, ¿acaso
no fue la temeridad de los grandes pioneros
tivo de alarde.
de EE.UU. -su disposición a tropezar durante su búsqueda- lo que los condujo al
éxito contra üento y marea?
Por muy bien intencionados que parez-
ral de hacer negocios. En países "hiperemprendedores" como Israel, Taiwán e Islan-
can, estos intentos por celebrar el fracaso están equivocados. El miedo no debería confundirse con la ansiedady Ia celebración del
fracaso parece buscar reducir la ansiedad.
La ansiedad, según dicen habrÍa expli-
cado Freud, es lo mismo que reaccionar
irracionalmente frente a un simple palo de
madera como si fuera una serpiente peligrosa. El miedo es cuando uno reacciona
frente a una serpiente peligrosa como si
Aceptar que elfracaso
es
una parte natu-
dia, los fracasos tempranos de los negocios
son comunes. Y Ia famosa Curva en J de los
retornos es aceptada por los capitalistas de
riesgo en todas partes: los fracasos llegan
temprano; Ios éxitos necesital tiempo. Los
fracasos tempranos son importantes porque generanun aprendizaje sistémico sobre
dónde están (y no están) las oportunidades
y cómo abordarlas, y Iiberan rápidamente a
las personas, al capital y a las ideas para proyectos más prometedores. El fracaso rápido
fuera, bueno, precisamente eso, peligrosa.
La ansiedad es disfuncional, pero el miedo
puede ser bueno: ayuda a protegernos de
funciona como una corriente de aire de una
chimenea: la salida rápida de los fracasos
succiona a nuevos participantes. Sin embargo, muchos elaboradores de pofticas que
cosas peliglosas, como tomar riesgos, Según
incenüvan el emprendimiento como una es-
rB
Harvard Business Review
abril zorr
laborales son otro buen ejemplo: Ia investigación ha mostrado que eliminar aquellas
leyes que dificultan los despidos y, en su
lugar, promulgar otras que brinden apoyo
a los trabajadores despedidos, hace que los
emprendedores estén mucho más dispues-
tos a contratar gente para sus empresas
nuevas, sabiendo que existe la opción de
reducir su personal en caso de ser necesario.
Traruformar elfracaso en algo úal. No es
cierto elmito de quelos emprendedores son
jugadores imprudentes. Cierto, los negocios
riesgosos son un aspecto intrínseco de traspasarlos límites de lainnovación. Pero esim-
portante capacitar alos emprendedores para
flacasar apequeñaescala, rápido ysin mayores costos. Los fracasos baratos no salen en
los titulares ni causan vergüenza. Quienes
elaboranlas políticas pueden apoyar la capacitación de los emprendedores en estÉtegias
y habiJidades para miügar el riesgo.
usted sigue estos consejos, no tendrá
que descorchar champaña cuando los emprendedores fracasen. Abordar el fracaso
como un aspecto normal de toda iniciativa
de negocio nuevo y desarrollar la perspecüva correcta respecto de su valor, ayudará a
corregir el temor al fracaso sin excederse en
Si
festejosensunombre.
O
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