EL BAMBÚ
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EL BAMBÚ
EL BAMBÚ Alternativa de negocios y con beneficios ambientales Segunda parte El Bambú en México éxico cuenta con un buen número de variedades nativas e introducidas. Después de varios años de estudio del bambú en México, los estudiosos han recopilado varias informaciones con respecto a los nombres comunes de diferentes especies de bambú. La palabra –bambú– se ha asignado en México, por tradición, a las especies introducidas; algunas veces es mezclada con otro término, por ejemplo: bambú coreano o bambú plumoso. En algunas regiones de México a Bambusa vulgaris se le llama bambú-amarillo y en algunas otras bambú-rayado o simplemente le llaman bambú vulgaris. En México existen más de 60 grupos étnicos. En el centro de México el otate, es un bambú cuyo nombre original es otatl, palabra de origen Náhuatl que al españolizarse resulta en – otate -. Jimba es una palabra cuyo origen es Oaxaca, y se refiere a una de nuestras 5 especies de Guadua. Cuando en los 70s fue colonizada la selva de Uxpanapa, los indígenas procedentes de Oaxaca llevaron el nombre jimba y lo aplicaron a un bambú existente allí (Olmeca recta), diferente al que crece en Oaxaca. Hoy, en el valle de Uxpanapa, la gente le llama jimba a esta especie y de ahí se derivó el nombre jimbal, usado para un tipo de vegetación dominado por O. recta. En cambio en la región de los Tuxtlas, Veracruz, a O. recta se le llama zongón, y a la comunidad vegetal dominada por este bambú se le aplica el nombre de zongonera. Otra característica descubierta por los investigadores es el uso de nombres diminutivos para especies semejantes morfológicamente. En la región del Soconusco, Chiapas, el chajique es un bambú silvestre grande y fuerte, mientras que el chajiquillo es un bambú delgado y flexible. La palabra es de origen Mam. El término - caña – frecuentemente ha sido usado para referirse únicamente al culmo de un bambú; en México es atribuida a toda la planta de la caña de azúcar. Existen muchas plantas que son - carrizos -, aunque la palabra es usada con más frecuencia para designar a Arundo donax y Gynerium sagitatum (plantas que no son bambúes), también se usa para los bambúes que tienen los entrenudos huecos como en el caso de Chusquea perotensis y otras especies más de bambúes nativos. Existen varios bambúes silvestres que se les asigna el nombre de carricillos en la zona donde crecen. La caña vaquera, es un término actual del cual se desconoce su procedencia, más sin embargo todas las personas de la comunidad de Monte Blanco, municipio de Teocelo, en Veracruz, M Jesús García Rivera saben perfectamente a qué tipo de bambú pertenece (Guadua amplexifolia). Ninguna de nuestras especies nativas del género Chusquea es llamada chusquea, (la palabra es sudamericana), tampoco es aplicable el término guadua para los bambúes del género Guadua. Es posible que caña mansa y caña brava sean palabras usadas únicamente El bambú, una alternativa Por la gran gama de usos que se le puede dar esta especie en rubros como la alimentación, la construcción, la decoración y la industria en general, no sólo en el mercado interno, sino en todo el mundo, el cultivo y su empleo representa una alternativa para combatir la pobreza en el campo. El bambú requiere de las condiciones físicas y ambientales del clima tropical, en México las regiones con estas características representan alrededor del 36 por ciento de su territorio, por lo que sólo algunas zonas son especialmente favorables para su cultivo y producción; la conformación del terreno, la calidad del suelo, la altitud y latitud, así como la periodicidad de las lluvias (grado de humedad) son claves para su cultivo, desarrollo y calidad. Las regiones que presentan mejores condiciones para su reproducción y desarrollo son las vertientes altas del Golfo de México y del Océano Pacífico, que corresponden a los estados de San Luis Potosí, Hidalgo y Puebla y, en mayor medida a Veracruz, Tabasco, Campeche y Quintana Roo; al igual que las entidades de la costa oeste, como Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Colima, Nayarit y Sinaloa, son terrenos propicios para producirlo. El país cuenta con ocho géneros y 36 especies de bambú nativas, de las cuales 15 son endémicas. La mayoría de estos han permanecido desconocidos y solo contaban hasta hace pocos años con su descripción botánica. Cuatro de éstas han sido declaradas en peligro de extinción. El bambú es un cultivo que presenta un crecimiento y desarrollo rápido, tarda en madurar cuatro años, desde su plantación y hasta la cosecha. Al mismo tiempo, su plantación permite retener eficientemente suelo y agua. Finalmente, Hernández Cid precisó que el bambú ofrece grandes beneficios ambientales como la captura hasta 30 toneladas de dióxido de carbono por hectárea al año; con ello se reduciría considerablemente la emisión de gases efecto invernadero a la atmósfera. También sirve como barrera para evitar la erosión de las laderas en las partes altas de las cuencas y como protector de las tierras ubicadas a la orilla de barrancas y ríos. Agroentorno 25