apuntes_Unidad1-SinopsisHistorica

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apuntes_Unidad1-SinopsisHistorica
Unidad 1
SINOPSIS HISTÓRICA
INTRODUCCION
En Bolivia aparecen restos de ocupación humana desde el 12.000-10.000 a. C. en el Yacimiento de
Viscachani. Hasta el 1.200 a. C. se desarrollan unas culturas sedentarias en el altiplano. La Chiripa y
Wankarani son las dos más importantes del periodo formativo a partir del 1.200 a. C.
La cultura de Tiwanaku, cerca del Lago Titicaca, marca un momento de florecimiento cultural de la zona
altiplánica, extendiéndose su influencia por toda el área andina. Esta cultura era considerada antiguamente la
"cuna de las civilizaciones americanas". El complejo arqueológico, actualmente declarado Patrimonio
Cultural de la Humanidad por la Unesco, está situado en el departamento de La Paz, a poco más de una hora
de la ciudad, y en los alrededores del majestuoso Lago Titicaca.
En torno al 1.100 a. C. Tiwanaku desapareció y se produjo una lucha entre los diferentes grupos que
habitaban la región: aymaras, collas, lupacas y pacajes. Los aymaras establecen un dominio que abarca
Arequipa y Puno en el Perú, La Paz, Oruro y Cochabamba, que perduró hasta que, en 1438, el Inca
Pachacútec derrotó al último soberano aymara, Chunqui Cápac, incorporando el altiplano boliviano al
Imperio inca (Tahuantinsuyo), como parte de la provincia del Collasuyo, e imponiendo el quechua como
lengua oficial, aunque el aymara se continuó hablando regularmente. El Imperio inca adoptó los estilos
arquitectónicos tiwanakotas y otros conocimientos.
Poblaciones arahuacas se establecieron en las planicies de Moxos, y en las pampas y valles de Santa Cruz.
Los segundos desarrollaron la cultura Chané, la cual se destacó por su cerámica, grabados en piedra y arcilla.
Los chanés eran agricultores neolíticos que vivían en aldeas densamente pobladas y en las cuales dejaron
numerosos yacimientos arqueológicos (principalmente tumbas con cerámica y herramientas) en Portachuelo,
Okinawa, Cotoca, Warnes, Mairana, Valle Abajo, Samaipata, Pampa Grande y El Pari. Estos pueblos
construyeron el templo sobre la roca que domina el complejo arqueológico de El Fuerte en Samaipata. El cual
originalmente no fue un fuerte sino un templo labrado sobre la roca con grabados típicos de las tribus
arahuacas que poblaban la región. El fuerte de Samaipata fue el primer centro arqueológico en Bolivia que
fue declarado Patrimonio de la Humanidad por Unesco.
El Inca Huayna Cápac mandó levantar fortalezas en la frontera oriental para detener el avance de las hordas
guaraníes que invadían los valles y pampas de Santa Cruz. Los incas lograron avanzar hasta estas regiones y
pactaron con los chanés una defensa común de las invasiones guaraníes. Durante el periodo incaico se
construyó una ciudad próxima al templo edificado por los chanés. Esta ciudad fue la principal edificación
incaica en la región. El complejo arqueológico de Samaipata, ubicado en el departamento de Santa Cruz, es
uno de los restos arqueológicos más importantes de la región, actualmente ya se han descubierto más de 50
edificaciones dentro de él. Ambos, incas y chanes fueron vencidos por las constantes invasiones guaraníes,
quienes finalmente dominaron la región inclusive durante una buena parte de la colonia española.
Una de las culturas andinas milenarias existente en la actualidad es la Kallawaya, ubicada en los valles
interandinos de Charazani en el departamento de La Paz. Sus importantes conocimientos han conseguido que
la Farmacopea Kallawaya, llegue a constituirse en la más grande del mundo, motivo por el cual,
recientemente (2003) la UNESCO ha declarado a la Cultura Kallawa como Obra Maestra y Patrimonio
Intangible de la Humanidad.
Otras culturas andinas milenarias de gran importancia son los Urus y Chipayas del departamento de Oruro, de
los cuales resaltan sus conocimientos en el arte de la pesca y construcción de viviendas.
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Otros restos arqueológicos y culturales de las tierras bajas de Bolivia en la zona oriental, son menos
conocidos. Sin embargo, resalta la complejidad de los restos de canales, terraplenes y camellones
desarrollados por la Cultura Hidráulica de las Lomas, la más extensa del continente americano, en los llanos
de Moxos y Baures actualmente ubicados en el departamento del Beni. En el departamento de Santa Cruz
existen ruínas arqueológicas de antigüedad no muy bien determinada que corresponderían a tres grupos
principales (1) Provincia Velasco, (2) alrededores de Santa Cruz de la Sierra y (3) las pinturas rupestres de
Santiago. Todas estas regiones estuvieron originalmente pobladas por culturas arahucas.
HISTORIA PREHISPÁNICA DE BOLIVIA
Paleolítico
La corriente migratoria procedente del norte que invade los Andes huyendo de las rigurosas condiciones
climáticas debidas a las últimas glaciaciones desarrolla una cultura incipiente. A este período pre-cerámico y
pre-agrícola corresponde la industria lítica de Viscachani; pero en una etapa anterior a los pueblos cazadores
desarrollaron una cultura relacionada con la arquitectura rupestre. A los pueblos cazadores siguen los
pescadores que usaron embarcaciones de totora, cuyos remanentes quedan en el lago Titicaca. Sus
descendientes son los Urús y los Chipayas.
Periodo Arcaico
El periodo denominado arcaico se caracteriza por el descubrimiento de la agricultura y la ganadería. Así
muchos grupos de humanos abandonan las cuevas y resguardos rocosos para construir viviendas muy
rudimentarias.
Primeras culturas aldeanas
Al final de este periodo, entre los años 2.500 adc. 1.500 adc., se inventa la textilería y la cerámica, y
comienza el desarrollo de la arquitectura.
Las primeras culturas del formativo en el altiplano son: Wankarani y Chiripa. Con ellas aparecen las primeras
aldeas.
La cultura Wankarani se desarrolló en torno al Lago Poopó. Su antigüedad se remonta al año 1.200 antes de
nuestra era y pervive hasta el siglo segundo después de Cristo. Establecida en una región de puna no llego a
desarrollarse plenamente mantenido su estado de tipo aldeano hasta sucumbir al influjo de la expansión
tiwanakota. Su economía se basó en el pastoreo de camélidos. Sus aldeas están situadas sobre montículos con
casas de planta circular. No hay restos de construcciones correspondiente a centros religiosos; tan solo se han
encontrado cabezas de llamas, talladas en piedra, que responden a una concepción religiosa.
La cultura Chiripa se ubica en la península de Taraco, sobre el lago Titicaca donde hay un montículo artificial
sobre el que se encuentran varios recintos dispuestos en torno a un templete semisubterráneo. Estos recintos
tienen paredes dobles. Chiripa se ubica en el siglo XV antes de Cristo y dura hasta los primeros años de
nuestra era. En un momento, es coetánea a Tiwanaku.
La cultura Tiwanaku tuvo un periodo aldeano entre los siglos XII a. C. y I de nuestra era, de características
similares.
Los Urus y Chipayas
Los Urus son anteriores a los pueblos agricultores y ocupan la cuenca fluvial y lacustre del altiplano.
Lingüísticamente emparentados con los Chipayas, coexisten con los aymaras y los Incas, y perviven durante
la dominación española, llegando hasta nuestros días. En el delta formado por la desembocadura del río
Lauca sobre el lago Coipasa viven los Chipayas; este pueblo originalmente fue de origen lacustre, aunque hoy
también practica a pequeña escala la agricultura.
Periodo Urbano de Tiwanaku
Esta cultura ha sido dividida en tres grandes épocas: Período Aldeano, Período Urbano y Período Imperial. El
primer periodo contemporáneo a Wankarani y Chiripa, se inicia hacia el año 1.200 a. C. y dura hasta el siglo I
de nuestra era cuando se produce en Tiahuanaco un cambio radical que los estudiosos llaman revolución
urbana. Una de las principales características de la ciudad en formación es la presencia de centros
ceremoniales junto a los cuales existe una población estratificada en clases sociales; las tierras aledañas a
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estos centros e cultivan por medio de "Suka-collos" o zanjas que permiten retener el agua de las lluvias para
asegurar el cultivo en tiempo seco.
El período Urbano dura hasta el siglo séptimo de nuestra era cuando se inicia la expansión del estado
tiahuanacota, comenzando así el periodo imperial (Ponce Sanjines 1981). Hay zonas estrechamente
relacionadas con Tiwanaku, como Huari, cerca de Ayacucho (Perú), ciudad capital del imperio Wari, el cual
surgio ante la influencia tihuanacota. Tiwanaku se expandió al sur sobre el desierto de Atacama y
Cochabamba, llegando hasta el norte de Argentina.
La ciudad de Tiwanaku tenía dos centros ceremoniales Akapana-Kalasasaya y Puma Punku. Akapana es una
pirámide artificial conformada por plataformas sucesivas, desde ella se divisa el conjunto de Kalasasaya y el
Templete semisubterráneo.
Periodo Imperial de Tiwanaku
En el siglo VIII de nuestra era, Tiwanaku se expande políticamente sobre la base de los enclaves
preexistentes, esta expansión se evidencia por la difusión de los símbolos y elementos tiwanacotas que
aparecen en la cerámica y los textiles de todo ámbito conquistado.
En el siglo XII el colapso es inevitable, probablemente por causas internas de tipo socio-económico y a la
región donde floreció tiwanaku migran varios grupos aymaras.
Los señoríos aymaras - Origen del término ¿aymara?
"El término ¿señoríos aymaras? es una definición cultural que se encuentra aún en un debate lingüístico,
antropológico y etnológico en razón a que el mismo origen de la palabra o de la manifestación que se ha
venido en llamar ¿aymara? (aimara) sigue de la misma forma en el estudio e investigación de doctos y
eruditos quienes no se ponen de acuerdo o no llegan a una "síntesis" final en lo referido al origen del
"aymara" partiendo de la aparición de la misma palabra. Sin embargo con fines de ubicación cultural,
lingüista y en razón a acostumbramiento de mucha gente que asume ser "aymara" es posible aceptar este
término; pero no sin antes clarificar sobre su origen y procedencia del "aymara" que emerge de un rico
mestizaje-nativo en base a las etnias del Collasuyu como los: lupacas, hatuncollas, umasuyus, aullagas,
ayaviris, canchis, carangas, charcas, chichas, lari-laris, pacajes, pacasas, quillacas, etc". Autor: IDEXNAMI
Desaparecido el Imperio Tiwanaku, la región quedó fragmentada en varias etnias: lupacas, hatuncollas,
umasuyus, aullagas, ayaviris, canchis, carangas,charcas,chichas,lari-laris,pacajes, pacasas, quillacas,etc., que
conviven con los Urús quienes en un momento tuvieron el dominio de la cuenca lacustre. Estas etnias que
hablaban un dialecto sincretizado "similar al creole que viene a ser lo que en la lingüística se llama *pidgin*:
mezcla de dos lenguas" que en este caso sería un resultado más enriquecido de muchos dialectos y lenguas.
La palabra ¿aymara? en sí tiene un origen desconocido y no tiene bases etimologíca ni filología establecida.
No se sabe ¿quién? y ¿cuando? se utilizó esta palabra, pero ya aparece a partir del estudio lingüístico y
"VOCABVLARIO DE LA LENGVA AYMARA" escrito por Ludovico Bertoni, y cuyo libro es un
Diccionario para hablar ¿el aymara? de forma mas correcta y que hoy es base de consulta permanente de
diversos estudiosos del llamado "aymara". Debería esta lengua llamarse "lupaca" por la relación con la etnia
de los lupacas y no así de los ¿aymaras? que no existían hasta esa época después de la desaparición de
Tiwanacu. Los Incas no mencionaban o utilizaban esta palabra de tal forma que el término "aymara" es
posterior a la conquista hispana del Imperio Inca y de reciente data que busca adquirir identidad en base a
este idioma dominante utilizado por los diversos grupos étnicos diseminados que se asentaron en el Altiplano
de Bolivia, Perú y parte de Chile que no se llamaban "aymaras" sino estaban agrupados en las etnias
mencionadas: lupacas, hatuncollas, umasuyus, aullagas, ayaviris, canchis,carangas, charcas, chichas, larilaris, pacajes, pacasas, quillacas,etc. Por ello hay que hacer un nuevo planteo cultural e linguístico para
designar como "aymaras" entre el occidente de Bolivia, el sur del Perú, el norte de Chile y el norte de
Argentina para calificarlos como "aymaras" debido a que los ancestros de estos grupos-nativo-mestizados no
eran "aymaras" sino tenían los nombres étnicos mencionados. Incluso en este planteo sintético hay que
considerar el término de ¿Reinos?---¿aymaras? ". Es posible que algún antropólogo o lingüista se le ocurrido
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para englobar o resumir a tantas fracciones étnicas que estaban sometidas a la autoridad del Imperio Inca
darles el nombre de "aymaras, y por ello eso hace ver que es un término de reciente data". Autor:
IDEXNAMI. Estos aymaras se caracterizan por sus necrópolis compuestas por tumbas en forma de torreschullpas. Existen también algunas fortalezas denominadas pucaras.
El modelo por el cual se regulaban estas etnias es el de verticalidad o control de los diversos pisos ecológicos
que sostienen su economía de subsistencia. Ningún grupo humano necesita tanto de sus relaciones con la
costa y con los valles como los pueblos aymaras del altiplano, por esta razón cada centro de la puna
controlaba por medio de la colonización de zonas periféricas situadas a diferentes alturas y con climas varios.
Los ¿Señorios aymaras? estaban dispersos por toda la zona del altiplano, region de los valles y parte de la
amazonia. Su caracteristica principal fue la identidad aymara, la cual se sustentaba en compartir los principios
de nacionalidad. El idioma (la lengua), la cultura y la religión. Si bien compartían estos rasgos de identidad,
estaban gobernados por sus propias autoridades de cada señorío, tal es el caso de las dinastías, entre las más
importantes, las de Guarache o Guarachi, Cusicanqui, Mamani, Condori, etc.
A mediados del siglo XV, el señorío Colla conservaba un extenso territorio con su capital Hatun-Colla. El
inca Viracocha incursionó en la región, pero quien la conquisto fue su hijo Pachacútec, noveno Inca.
Así como al norte se encontraban los collas, al sur estaba la Confederación Charca que tenía dos grupos: Los
Carangas y Quillacas en torno al lago Poopó, y los Charcas que ocupaban el norte de Potosí y parte de
Cochabamba. Ambos, Charcas y Collas eran de habla aymara.
La cultura material de los Carangas presenta extensas necrópolis o chullpares algunos de los cuales conservan
todavía restos de pintura en sus muros exteriores. Una vez que los carangas fueron conquistados por los incas,
Huayna Cápac los llevó a trabajar al valle de Cochabamba como mitimaes.
El señorío denominado Charca, al que estaban adscritos Cara-caras y Chichas, fue conquistado por los incas
en tiempo de Túpac Inca Yupanqui y llevados a la conquista de Quito. Por su parte el pueblo de los Cara-cara
era tan belicoso como el Charca y aún más, en su territorio tienen lugar aun hoy en día luchas denominadas
"Tinkus".
LOS INKA
Iniciaron su historia en un marco geográfico muy reducido, el valle del Cuzco que se caracteriza por una gran
fertilidad. En poco tiempo se convirtió en un gran imperio. Esta gran extensión presenta diversidad de
paisajes: desde elevadas cordilleras hasta caldeados arenales al nivel; del mar; desde fértiles va11es siempre
verdes hasta inhóspitos paisajes del altiplano. La historia de los Inka abarca un periodo que va del 1200, año
en que empieza a gobernar Manco Cápac hasta 1532, año de la llegada de los españoles.
De acuerdo a los datos históricos que se poseen a partir del primer rey Inka se sucedieron dos dinastías
diferentes.
1. Dinastía Urin Cuzco fue iniciada por Manco Cápac y está integrada por Sinchi Rocam, Lloque Yupanqui,
Mayta Cápac y Cápac Yupanqui.
2. Dinastia Hanan Cuzco. Corresponde a los del Cuzco Alto. Esta disnatía la inicio Inka Roca a quien
sucedieron Yahuar Huacac, Viracocha Inka, Pachacuti Inka Yupanqui, Huayna Capac, Huáscar y Atahuallpa.
El Kollao fue conquistado por los Inka en tiempo de Pachacutec Inka Yupanqui el noveno monarca del Cuzco
(1438-1463). Esta conquista fue consolidada por Tupac Yupanqui; hijo de Pachacutec. Sin embargo la región
del Co11ao siempre fue hostil a los Inka y son varias las sublevaciones de los pueblos aymaras ocurridas
desde la conquista inkaica hasta la llega de los españoles.
La arquitectura inkaica refleja que el corto tiempo que estuvieron en lo que hoy es Bolivia no significo la
desaparición tradición local de por lo cual vemos en los edificios de la región del Lago Titicaca, técnicas
superpuestas características de esta arquitectura. Los restos de arquitectura inkaica que quedan en el interior
del país son menos puros, debido a que la tradición cultural es más débil que en la región altiplánica.
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Los centros inkaicos mayor importancia son los que se encuentran en las islas del lago: Coati y del Sol. Los
Inka permanecieron en el actual territorio de Bolivia por el lapso de cien años. Su cede fue Copacabana.
En esta península quedan algunos restos del período imperial como imperial como "La horca del Inka"
considerada como una puerta ritual que conduce de la montaña al lago. Y "La silla del lnca" de función
religiosa. Otro de los restos es el llamado "Baño del Inka" del que no fue posible conocer cuál fue su función
original.
Entre las ciudades inkaicas de la región boliviana hay que señalar las de Inkallajta, Samaypata e Iscanhuaya
Todas son de las mismas características que Machupichu.
Otro aspecto interesante de la cultura Inkaica es su red caminera que en nuestro territorio articulo gran parte
de lo que hoy es Bolivia. Según algunos arqueólogos los caminos Inka hacia el sur eran dos que partían de la
región de Ayari y bordeaban el Lago Titicaca, uno por el sur, y el otro por el norte para luego unirse ambos
en Tiwanacu. De aquí se seguía hasta Sicasica, pueblo que marcaba el límite extremo de la región Kolla. De
este punto se partía al valle de Cochabamba donde se encontraban las ciudades de Inkallajta e Inkahuasi y la
fortaleza de Samaipata. Región de fortines inkaicos cuyo fin era hacer frente a las invasiones Chiriguanas.
Estructuras del estado prehispahico.
Diversos son los autores extranjeros que han interpretado la historia del Inkario o de los pueblos Aymaras y
quechuas de diferentes maneras que han resultado en algunas circunstancias algo arbitrarias.
Algunos de ellos consideran que se trataba de un estado socialista. Otros que estaban frente a un estado
esclavistas e incluso se considera que era una sociedad de tipo feudal. Sin embargo, estas formulas simplistas
cayeron en un anacronismo que escapa a lo que en realidad es la historia de los pueblos originarios andinos.
La organización política está basada en la conformación del denominado Tawantinsuyo que comprendía la
parte Kolla y costeña de Bolivia, Perú, Ecuador o Norte Argentino parte de Chile.
El Tawantinsuyo se dividía en cuatro suyos:
1. El Kollauyo que abarcaba el sur del Perú parte de Bolivia Norte de Chile y el Noroeste de la
Argentina.
2. El Antisuyo situado al este.
3. El Cuntisuvo que se extendió al oeste hasta la costa.
4. El Chinchasuyo ubicado en la zona norte del Perú y el Ecuador.
Cada una de estas provincias o suyos se dividían en humanis que a su vez se dividían en varias Sayas. Las
sayas estaban formadas por los ayllus. La base de la organización económica del Tawantinsuyo era la
agricultura y la ganadería en las que habían logrado altos niveles de control técnico.
La estructura económica de los pueblos aymaras y quechuas y del imperio Inka se caracterizaba por la
combinación de dos principios básicos:
1. Reciprocidad.
2. Redistribución.
La reciprocidad se aplica a las relaciones entre individuos o grupos parecidos donde los deberes económicos
de unos implican los deberes de otros en un intercambio mutuo de dones y contra dones.
Tenemos por ejemplo el ayni, minka, mit'a, choko, etc. El concepto de redistribución, en cambio supone una
jerarquía por una parte se aplica a grupos, y por otra, a un centro coordinador. La vida económica es definida
por un doble movimiento centrípeto y centrífugo; es decir, agrupación de los productos en el centro y
posterior reparto de aquellos.
Así podríamos decir que en las sociedades prehispánicas la reciprocidad caracteriza la vida económica al
nivel de las comunidades rurales, y que la redistribución no se opone a la reciprocidad, sino que se inscribe en
su prolongación y funda sobre ella su ideología.
Estos dos principios definidos se combinan en el proceso de producción, en la distribución de la propiedad y
en el reparto de tributo.
El Tributo.
Constituye un elemento de gran importancia dentro del sistema de la economía de los pueblos originarios de
los andes. No se conoce la moneda sin embargo los bienes circulan por medio del trueque y del tributo a
través del Tawantinsuyo. Este intercambio es aún limitado por las características de una economía de auto
subsistencia.
Por lo general, el tributo es entregado al kuraka o al Inka y él es quien asegura la circulación de bienes.
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Son tributarios, los Hatunruna o los hombres de la comunidad, están entre las edades de 25 a 30 años y antes
de los 25 si es que están casados. El tributo consiste en que los campesinos otorgan fundamentalmente su
fuerza de trabajo y en menor medida productos de las tierras del ayllu. Sin embargo estos dos hechos se
entremezclan de acuerdo con el principio de la reciprocidad.
Los Kurakas como los gobernadores de provincia están exentos de trabajo manual y tributo. Otra categoría
particular de tributarios es la de los artesanos, olleros o plateros que solo deben pagar con el producto de su
trabajo especializado, estando libres de otro tipo de obligaciones.
El tributo que se debe entregar tanto al Inka como el kuraka tiene cierta similitud y es de tres tipos:
1.- El trabajo colectivo de la tierra. Los campos del lnca y de los Kurakas tienen valor solo cuando disponen
de fuerza de trabajo esta fuerza es suministrada por la comunidad es decir son los miembros del ayllu que van
a cultivar esas tierras. Los productos son almacenados en los graneros locales o provinciales.
2.- La o Mit'a servicio personal periódico. A través del Estado se recluta a cierto número de tributarios de
acuerdo a las necesidades.
En estas sociedades se impuso la Mit'a que tenia características agrícolas, militares y de obras publicas.
La mita fue el más popular de los sistemas utilizando tanto por el estado como por las comunidades
originarias.
Los miembros del ayllu, de acuerdo a las reglas de la solidaridad, también cultivan los campos de los
tributarios ausentes.
3.- El tributo textil. Los tejidos y la ropa juegan un papel importante en la estructura económica de los
pueblos originarios. Cada familia hila y teje para el inka o el kuraka. Pero son ellos quienes suministran la
materia prima para trabajarla.
El tributo y la estructura social
El Tawatinsuyo estableció campos y haciendas estatales que producían ingresos para el Estado o la iglesia,
Las zonas agrícolas creadas para el cultivo del maíz, se ampliaron mediante andenes y el riego de nichos
ecológicos conocidos como "quishwa". En la zona de la costa los maizales cultivados eran tanto del Estado
como de grupos étnicos.
Las comunidades estaban bajo la
responsabilidad de los ancianos quienes velaban por el bienestar de
las viudas, los huérfanos y lisiados, y de toda la comunidad. Su condición no les impedía reclamar o disfrutar
de las parcelas obtenidas por lazos de parentesco, pero ante la dificultad o imposibilidad de cultivarlas, la
comunidad asumía el trabajo.
Los señores étnicos locales conocidos como Kurakas tenían derecho a usar la energía humana de su
comunidad. En algunos casos la comunidad les hacia cierta cantidad de sementeras para su sustentación y la
construcción de su casa cuando había necesidad. Se les otorgaba a través de la mita y luego de un rodeo de
ayllu por ayllu, indios e indias de servicio para abastecerlos de leña y agua. Pese a este hecho se ha
confirmado que los lideres étnicos o Kurakas no recibían tributo de ninguna clase, "fuera del respeto que
merecían". Sólo la energía humana necesaria para hacer producir sus tierras. Sus casas, al igual que las demás
viviendas, se construían con el trabajo de la comunidad.
Como cualquier unidad doméstica la comunidad en tiempos prehispánicos, tenía derecho a las tierras del
Ayllu al que pertenecían. Las autoridades locales algunas veces trabajaban ellas mismas sus chacras; otras lo
hacían sólo de modo ceremonial.
Cada unidad domestica era considerada autosuficiente y de hecho tenía el acceso suficiente a los bienes de
capital de la sociedad para que la autosuficiencia fuera real.
El respeto por el cuidado y la continuidad del principio de reciprocidad por parte del Estado es practicado en
muchos casos a través del suministro obligado de comida y chicha al Mit'ayoq. Tal obligación era común
también a nivel local; por ejemplo, que se beneficiaba con la edificación de una casa invitaba a todos los
constructores, lo mismo hacía el Kuraka cuando se barbechaban sus chacras.
División Política.
Las naciones étnicas tenían un gobierno Urcusuyo y Umasuyo, cada uno con su propia autoridad y
controlando cada cual territorios diferentes. Los reinos aymaras y quechuas estaban bien organizados en una
compleja estructura.
El Ayllu o grupo de parentesco de descendencia patrilineal (descendencia por parte paterna) que posee un
territorio determinado. Los miembros del ayllu heredan en común su territorio que permanece inalienable en
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su totalidad. Pero la tierra se distribuye para su explotación en parcelas de extensión variable y proporcionar a
las familias que de ella se beneficiaban, cada uno de los ayllus se dividía en una mitad superior (Janansaya) y
una inferior (Urinsaya), a las que pertenecían todos sus miembros.
La nobleza de cada tenía particular estaba asociada con los ayllu de Janansaya, mientras que el pueblo
formaba parte de la mitad de Urinsaya.
En el Estado prehispánico existieron varias clases sociales o grupos de obreros y artesanos que en algunos
casos no pertenecían a ningún ayllu, sino más bien dependían de los Kurakas. En épocas tanto inkaica como
colonial se los llamo Y5anakuna pasando a ser gente que brinda servicio directo.
Carácter "Vertical" de la Economía Andina.
Geográficamente Bolivia y el Perú actuales se presentan como países de contrastes que van desde el nivel del
mar las más grades alturas habitadas, unen él desierto desunido y la selva frondosa él calor permanente y la
nieve eterna. En éste conjunto se distinguen tres zonas fundamentales: al oeste, la costa árida del Pacifico en
el centro la Sierra andina fría y relativamente seca; al este las colinas y llanuras de la selva tropical húmedas y
calientes. Los pueblos aymaras y quechuas se encuentran ubicados una parte en la zona del altiplano fría y
recubierta por una estepa herbosa (puna); y en la zona de los valles interandinos conocidos como zonas
medias y templadas.
La variedad de los suelos de los climas asegura la diversidad de los recursos: maíz, patatas, quinua, oca, coca,
crianza de llamas, vicuñas, etc. De ahí el carácter, "vertical" de la economía andina, que asocia los productos
complementarios de parcelas de cultivo escalonadas en altitud.
En el altiplano nació la planta andina definida y conocida mundialmente como la papa que en esas épocas
había llegado a crear casi 700 variedades adaptadas a las condiciones locales.
El clima de la puna permite la elaboración del Chuño; papa secada alternativamente con frío intenso y con sol
que se conserva durante muchos años. La papa ha sido un cultivo de tanta importancia que pudo lograr que el
altiplano pudiese poblarse y sobrevivan hasta hoy los antiguos pueblos originarios.
Otro producto que se consumía y se cultivaba era el maíz alimento noble ofrecido a los dioses durante las
ceremonias religiosas; lo mismo sucedía con la chicha, extraída del maíz.
La principal herramienta del campesino era de tipo individual, y consistía en una pala de madera o Taclla,
azadón provisto de una lamina de bronce.
También debemos mencionar que las técnicas de irrigación y construcción de terrazas que se utilizaban en los
tiempos de Tiwanacu se extendían por centenares de kilómetros junto a la red de irrigación.
Ahora bien estas técnicas eran utilizadas en diferentes pisos o ecológicos, es decir en diferentes puntos
geográficos, donde se implementaba un control simultáneo a cargo de un determinado grupo étnico.
La complementariedad ecológica puede ser concebida como una serie de mecanismos que prevalecieron en la
agricultura y la ganadería de los andes en aquellos tiempos en que no existían mercados pero si muchos
almacenes bajo el control del Estado.
La complementariedad ecológica fue un valioso y muy importante logro humano posteriormente olvidado por
las civilizaciones andinas actuales para el manejo de un medio múltiple, vastas poblaciones y gran
productividad. Este sistema ayuda a comprender un gran logro andino en el repertorio de la historia humana y
que puede aún apuntar a posibilidades futuras.
El acceso a los recursos configura un patrón original en los andes al que John Murra llama el Archipiélago o
el control Vertical de Pisos Ecológicos y que descansa en la necesidad de operar zonas productivas variadas y
situadas a diferentes niveles sobre el nivel del mar.
El archipiélago también supone el control efectivo de tierras ubicadas en los distintos pisos ecológicos que los
andes ofrecen, cuya variación permitió y hace posible aún ahora, acceder a bienes suficientes y diversificados
para lograr el autoabastecimiento de un grupo étnico.
Principios numéricos en la organización socio-política.
La organización socio-política del Tawantinsuyo adquiere coherencia cuando se ordena el modelo de tres
principios numéricos:
1. la dualidad (números 2 y 4).
2. la tripartición (números 3 y 6).
3. y la división decimal (número 10).
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La combinación de estos tres principios dirige la organización de la sociedad de los pueblos originarios. La
dualidad o la tripartición ordena la "burocracia" (redistribución).
1. Dualismo y cuatripartición.
El Tawantinsuyo es el imperio de los cuatro cuadrantes donde la distribución del espacio sigue los puntos
cardinales para orientar la división política.
La división dualista tiene una significación religiosa y sobre todo ordena los vínculos de parentesco que
fundamentan las relaciones de reciprocidad. Así el dualismo y la cuatripartición se repiten en la mayoría de
las comunidades y antiguos pueblos originarios.
2. La tripartición.
Es un proceso de desdoblamiento la organización dualista resulta recortada por una división tripartita,
repartida en las siguientes categorías: Kollana, Payan y Cayao. Estas categorías entran en la organización del
sistema de parentesco y tienen además una definición social: Kollana designa al grupo de los jefes, es decir
de los conquistadores Inka, Cayao unifica a la población vencida, no inka; por último, Payan representa un
grupo mixto, constituido por los ayudantes o servidores de los jefes, a la vez inka y no inka.
3. La organización decimal.
El Estado inka podía realizar censos de población gracias al sistema de "Quipus" y a la organización política.
La población del Tawantinsuyo se reparte en grupos de 10, 50, 100, 500, 1.000, 10.000 40.000 tributarios.
Cada una de estas unidades está bajo la autoridad de un Kuraka.
En el ejemplo Inkaico encontramos que el lnca se sitúa a la cabeza de la jerarquía asistida por los cuatro Apos
o jefes de las cuatro grandes divisiones del Tawantinsuyo. En el interior de estas cuatro divisiones un grupo
de 40.000 tributarios constituye teóricamente una provincia.
El Ayllu coincide con un grupo de 100 tributarios. Los Kurakas de la jerarquía decimal desde los jefes de
40.000 hasta los jefes 100, se encontraban exentos de pagar tributos y realizar trabajo manual. Su tarea
radicaba en administrar y en hacer entregas anuales de objetos preciosos. Pero en los últimos grados, los jefes
de los grupos de 50 y 10 estaban obligados al trabajo y al tributo; siendo una especie de capataces, miembros
de las comunidades.
Mitos y Religión.
En el mundo andino desde tiempos remotos se transmitieron de generación en generación mitos y leyendas. A
través de milenios de años se construyeron templos o recintos de carácter religioso o en ayllus y
comunidades; en markas o en naciones o suyos. Los templos estaban edificados en honor al Dios Viracocha,
el Sol, la Luna, las Estrellas, los Rayos, el Arco Iris, etc.
El Dios Viracocha es el creador del universo, el hombre, animales y la naturaleza. Es también el Dios que
toma el lugar de otro más antiguo conocido como Tunupa.
La estructura de Viracocha es cuatripartita ya que de el emanan Imaimana Viracocha, Tocapu Viracocha,
Tunupa y Taguacapa.
Los ayllus y comunidades conservan su memoria y tradición a través de una variedad de elementos míticos
tales como las Pakarinas o Yuruvis, los Mallkis o Achachilas, sus Konopas y Wac´as todos ubicados en
templos locales y guardados como elementos sagrados.
Las Pakarinas o Yuruvis tanto para quechuas o aymaras, significan, el “origen” o la descendencia de los
ayllus y comunidades. Las naciones o suyus tenían la historia de sus orígenes que descendían del Sol, Luna
Astros o Planetas del mar, la Tierra, Quebradas, Cuevas, Ríos y Fuentes, Manantiales, Lagos, Lagunas y
Montes.
Otros provenían del oro, plata, cobre bronce; de animales como pumas tigres halcones y víboras.
De ahí también provienen los apellidos de miembros de ayllus y comunidades como de "Pakaris” que quiere
decir eterno que nunca envejece "Choquewancas” hombres de la roca o peña de oro; los "Chuquiamanis"
hombres, halcones fuertes y vigorosos; “Katari" hombres nacidos bajo el origen de la víbora;"Warachis”
hombres protegidos por las estrellas; "Wilkas” hombres del Sol y los Astros.
También encontramos los apellidos de Mamani, Colque y Yana, Apaza Wajjchalla,
Qhespí, Katari, Choque Tarke y otros; provenientes de Pakarinas. Estos apellidos confirman que ellos fueron
dueños originarios de las tierras, de sus riquezas naturales y minerales.
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Existe otra categoría de Malquis u Achachilas que son resguardados por los ayllus y sus cuerpos tienen la
característica de ser sagrados y están embalsamados y resguardados en sepulturas de piedras.
Las Wacas y Konopas o piedras de muchas clases existían en el Tawantinsuyo y fueron muy bien labradas,
grabadas y pulidas con diferentes figuras, y escrituras ideográficas que interpretaban los orígenes de ayllus y
suyos.
Finalmente y a manera de conclusión podemos señalar que el estudio de la historia nos permite reflexionar
acerca de cuestionamientos tales, como quiénes somos de donde provenimos, hacia donde vamos y donde
debemos ir. Por eso, la importancia de conocer cuáles han sido las principales características y logros de los
antiguos pueblos originarios de los Andes.
Estos elementos deben también aportar a consolidar nuestra memoria histórica para que nos sirva como un
elemento de lucha y de unificación de los desestructurados pueblos originarios de los andes y de lo que hoy
es Bolivia.
Por estas razones se tocan temas características sociales económicas, políticas religiosas artísticas, etc. que a
la vez sean un aporte para la reflexión que contribuya a la formación y consolidación de la conciencia crítica
de- los Pueblos Andinos.
LA CREACIÓN DE UNA SOCIEDAD COLONIAL
La creación de la sociedad colonial, estuvo influenciada tanto por la naturaleza del mismo proceso de
conquista americana, como por antecedentes sociales y la estructura política. La conformación del imperio
americano castellano de Charcas como fue establecido en el mundo andino, fue fundamental y primariamente
una creación de la conquista: una minoría compuesta por blancos y de sus esclavos negros dominaría a una
masa de indios americanos, separados y totalmente diferentes. Por más diferenciados que fueran
internamente, los indios fueron considerados como una masa aislada y reprimida de un rango inferior al del
conquistador más pobre y analfabeto.
Una vez instaurada la conquista, se establecieron formas de organización que permitían a los conquistadores
el control de tierra, trabajo y tributos. Y como conocían de la importancia de la producción minera, se
estableció el monopolio con la finalidad de evaluar la producción real y evitar la evasión de impuestos,
estableciéndose como sistema de impuesto: la encomienda, y el sistema de explotación de la mita.
El ritmo del cambio social en Bolivia estuvo influenciado por factores negativos tales como la decadencia
demográfica y la explotación de la mita. Este sistema de mita obligaba al indio originario entre 18 y 50 años
de edad, que cumplía la función de productor principal al pago de un impuesto, que era el equivalente de la
encomienda. Este sistema impositivo instaurado, generó colapso demográfico de la población india,
provocando una contracción de la clase originaria y por ende una disminución de la producción minera ante
la falta de mano de obra, ante esta situación los conquistadores tuvieron que realizar ajustes al sistema
impositivo, disminuyéndolos; ello permitió reavivar la producción minera que se encontraba en decadencia.
La producción minera, especialmente la de plata, fue la base económica de la época, ello no benefició a los
pobladores, sino más bien a la corona española, puesto que la monopolización de su comercialización, la
imposición de altas tasas de impuestos, la imposición obligatoria del trabajo en minas y otros iba generando
conflictos entre mineros y mercaderes españoles por el control de la industria minera, situación que
desencadenó en una guerra abierta entre los diferentes bandos.
Así pues, el fin del primer siglo de expansión económica iría seguido de un periodo secular de depresión, que
tendría profundos y prolongados efectos tanto en el sector urbano como rural de la sociedad y economía
boliviana.
LA SOCIEDAD COLONIAL TARDÍA: CRISIS Y CRECIMIENTO
La depresión originada por el decaimiento en la producción de plata, que había alcanzado su cima en las
décadas del siglo XVII, empezó a producir un cambio fundamental en el espacio económico y en la
organización dentro de la sociedad de Charcas. El efecto inmediato fue el despoblamiento de sus centros
urbanos que afectó las redes de abastecimiento regional transformando la importancia económica lograda.
La contracción demográfica y de la producción de la plata condujo a una reducción de los amplios mercados
internos que abastecían los centros mineros, situación que afectó a las zonas productoras convirtiéndolas en
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economías de subsistencia, el fin de las exportaciones significó la decadencia de la clase hacendada y la
conversión de las grandes haciendas en parcelas que fueron arrendadas. En forma general todas las regiones
experimentaron estancamiento en su crecimiento.
Este arrendamiento de tierras, que en otrora habían estado en manos de hacendados poderosos, originó
cambios en la tenencia de la tierra, dando lugar al surgimiento de pequeños agricultores denominados
“libres”, logrando expandirse a costa de las propiedades privadas. Expansión reforzada además con el
crecimiento demográfico de la población india, demostrando ser capaces de sobrevivir con un nivel poco
diferente al de sus conquistadores europeos. La crisis minera provocó cambios estructurales, obligando a una
reorganización de los vínculos comerciales y el análisis de las restricciones vigentes hasta entonces, como
ser: el control de la exportación minera entre otros. Ante esta situación la corona no solo reorganizó el
comercio, sino que subvencionó el precio del mercurio que era utilizado por los mineros locales, y redujo los
impuestos. Esta situación impulsó a los mineros logrando estimular un aumento constante en la producción.
La importancia de los ingresos tributarios de la época, se debía esencialmente a tres fenómenos: el primero, y
más importante, fue la tendencia positiva de crecimiento demográfico. El segundo la reducción de la
explotación de la población rural, como resultado de la crisis minera, permitiendo que puedan recuperar sus
recursos y seguir creciendo. El tercero correspondió a que el tributo fue extendido a todos los adultos varones
indios sin importar su rango y del acceso a la tierra, transformando la extensión del sistema fiscal tributario.
Pero todos aquellos cambios, en particular el relacionado a la explotación de la población rural, no dieron
contento a los campesinos, puesto que ellos seguían oponiéndose a sus señores. Finalmente se desencadena la
gran rebelión de Tupaq Amaru, considerada como una de las primeras grandes movilizaciones en pos de la
libertad y justicia para su pueblo, la que sin embargo solo causó destrucción de vidas humanas y de la
propiedad, no logrando prosperar.
Charcas se recuperó rápidamente de los efectos de la rebelión gracias a las reformas borbónicas de la
economía que tuvieron lugar en el siglo XVIII, dando origen a una renovada prosperidad de la producción
minera y del comercio. Para ordenar la estructura política y administrativa, la corona llevó a cabo una masiva
reorganización que incluyó el ámbito comercial y económico. Pero a pesar de los cambios, la corona seguía
manteniendo el sistema opresor de corregidores de indios, denominados subintendentes, que explotaban a los
indios mediante los sistemas acostumbrados de la venta forzosa y la intervención en el ámbito de
organización política.
Los cambios implementados, particularmente en el sector económico, influyeron en la actividad artística que
se manifestó en el cambio de estilos, aumento de la actividad en la pintura, la construcción. Sin embargo el
campo literario quedó subdesarrollado.
La actividad universitaria, durante la época del siglo XVII, fue muy vigorosa, muchos de los que encabezaron
las grandes luchas por la independencia del siglo XIX se educaron en ella.
LAS GUERRAS DE INDEPENDENCIA Y LA CREACIÓN DE UN ESTADO NACIÓN
(1809-1841)
Durante el periodo 1809 a 1841, se caracterizaron los movimientos independistas del año 1808, originados en
Haití y los Estados Unidos, provocaron un profundo impacto en los conceptos de dependencia del
pensamiento colonial americano. Se puede afirmar que fue lo que originó las graduales declaraciones de
independencia que se dieron en América que tenían por finalidad lograr la libertad de los pueblos oprimidos.
Es así que un grupo de rebeldes a la cabeza de Pedro Domingo Murillo, toman la gobernación local y el
obispado de La Paz, declarándose a sí mismos Junta Tuitiva, declarando su oposición al régimen de la Junta
Central de España y proclamando un gobierno americano independiente. Se puede decir que fue la primera
declaración de independencia que duraría de 1809 a 1825.
Pero este primer movimiento no encontró eco inmediato entre los indios ni respuestas positivas de las demás
élites criollas urbanas y terminó siendo derrotado. Pero esto no destruyó en entusiasmo criollo surgiendo una
serie de líderes guerrilleros rurales que conseguirían el apoyo de todas las clases sociales de Bolivia, incluidas
las masas campesinas.
Sin embargo algo que caracterizó a estos movimientos independistas fue que no se dieron en un solo
movimiento conjunto, sino más bien en movimientos sectoriales que eran dominados dejando como
consecuencia haciendas arrasadas, minas destruidas y una economía en ruinas. Esta situación se prolongó
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hasta 1816, año en que Simón Bolívar logra restablecer con éxito el movimiento revolucionario de
Venezuela. Durante este periodo y hasta 1825 Charcas mantuvo una relativa tranquilidad al no ser
considerada como el paso principal para apoderarse de Lima, y debido a tantos años de guerra, no se la veía
como un centro financiero importante.
La liberación militar de Charcas, ocurrió luego de desarrollarse la batalla de Ayacucho y con la muerte del
General Olañeta, quedando en manos de Bolívar y Sucre el control del ejército de liberación y el Congreso
Peruano.
En un principio considerar a Charcas como una república independiente no entraba en los planes de Bolívar
ya que tenía el concepto de que ello podría llevar al debilitamiento de América del Sur, pero al mismo tiempo
temía que el crecimiento de una república peruana poderosa amenace la existencia de las propias bases en la
Gran Colombia, lo que lo llevó a autorizar a Sucre permitir la autonomía charqueña, el que a su vez no estaba
interesado en las visiones continentales pues se encontraba influenciado por los intelectuales locales
charqueños imbuidos con la idea de crear un estado autónomo. Este escenario permitió que en los últimos
meses de 1825 se creara la república independiente de Bolivia sobre la base de la antigua audiencia de
Charcas.
Bolivia iniciaba su vida independiente con una región arrasada por la guerra y en depresión económica,
situación que se acompañaba a un sector minero descapitalizado y una economía basada en la subsistencia.
Era una situación desastrosa.
Es entonces que con la finalidad de reorganizar y volver a desarrollar la economía, se decidió nacionalizar
todas las minas abandonadas, invitando a capitalistas extranjeros para que volvieran a poner en explotación
las minas, pero los altos costos resultaban prohibitivos. Entre los costos más altos era el de la mano de obra,
originado por la abolición de la mita. Esto obligaba a pagar salarios altos para atraer a los campesinos de la
agricultura.
Finalmente, ante la necesidad de contar con recursos frescos se decide la confiscación a favor del nuevo
estado del patrimonio eclesiástico, los mismos que se otorgaron en arrendamiento y los ingresos que se
generaban fueron destinados a la creación de servicios sociales y centros educativos en los centros urbanos de
Bolivia.
Como podremos observar, la creación del estado independiente de Bolivia surgió sobre una economía
bastante delicada ocasionada por los muchos años de guerra.
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