La marcha china hacia las urbes
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La marcha china hacia las urbes
45 EL MUNDO. MIÉRCOLES 12 DE DICIEMBRE DE 2012 EM2 CIENCIA / EM2 el campo. Las reformas de las últimas tres décadas han beneficiado sobre todo a las poblaciones urbanas del este del país, dejando atrás las zonas menos desarrolladas. El siguiente objetivo es crear decenas de nuevas urbes en el centro y oeste que puedan acoger las migraciones del campo. La Oficina Nacional de Estadís- La expansión de Lanzhou eliminará 700 montañas para ganar terreno Hay lugares donde la contaminación impide ver el cielo la mayoría de los días Vista panorámica de la ciudad china de Chongqing, considerada la mayor del país con más de 80.000 kilómetros cuadrados. / XINHUA / LI JIAN URBANISMO INSOSTENIBLE El gigante asiático construirá y ampliará decenas de megaurbes para acoger a más de 400 millones de campesinos en una transformación sin precedentes La marcha china hacia las urbes DAVID JIMÉNEZ Corresponsal en Asia El desarrollo de la nueva área metropolitana de Lanzhou fue aprobado en agosto y vuelve a poner en evidencia el difícil equilibro al que se enfrenta China: entre su legítimo deseo de ver prosperar a sus ciudadanos y el daño medioambiental que su modernización está provocando, incluso más allá de sus fronteras. El gigante asiático es ya el país que más dióxido de carbono emite a la atmósfera, una contaminación que seguirá aumentado al menos hasta 2030, según un estudio del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, en California (EEUU). «Una vez que casi todos los hogares tengan refrigerador, lavadora, aire acondicionado y otros electrodomésticos, Lejos quedan las proclamas de Mao Zedong prometiendo que el futuro de China dependería del proletariado. El país cuenta hoy con 221 ciudades de más de un millón de habitantes y otros 400 millones de personas –más que toda la población de Estados Unidos– se trasladarán a grandes urbes de aquí a 2020. La ambición de Pekín quedaba resumida a principios de esta semana con un titular en el diario China Daily en el que se pedía «la urbanización total». Los líderes del gigante asiático han emprendido la mayor y la más rápida urbanización de la historia, un objetivo para el que no parece haber obstáculo Una mujer con mascarilla circula en bici por Pekín (China). / REUTERS lo suficientemente grande. La expansión de la ciudad china de Lanzhou, en la provincia de Gansu, se realizará después de El propio Gobierno chino admite que cada año que las autoridades y las empresas mueren en China cerca de medio millón de que participan en el proyecto elimipersonas a causa de la contaminación del aire y nen hasta 700 montañas, convirel agua. Dos tercios de los ríos del país están tan tiendo el terreno donde se encuenenvenenados que son dañinos incluso al tacto. El tran en planicies sobre las que poder construir. Crecimiento ‘sucio’ y una vez que se estabilicen las viviendas, el crecimiento (del consumo) eléctrico por hogar se estabilizará», aseguraba Mark Levine al presentar el estudio el año pasado. El problema es que esa meta está aún lejos. Cerca del 50% de la población del país asiático vive ya en las ciudades, pero 700 millones de personas siguen haciéndolo en número de malformaciones en niños recién nacidos ha aumentado un 40% desde 2001, según otro estudio, mientras que en comunidades cercanas a industrias especialmente contaminantes los casos de cáncer se han multiplicado por 50. Con 70.000 nuevos coches incorporándose cada semana a las carreteras chinas, y una creciente clase media aspirando a las comodidades que sus padres no tuvieron, el país se enfrenta a lo que activistas ambientales describen como una «catástrofe ecológica». De hecho, un estudio del Instituto chino para Asuntos Públicos y Medio Ambiente alertaba recientemente de que la mayoría de las ciudades de China no informan sobre sus índices de contaminación del aire, que pueden dañar gravemente la salud de la población. Nuevas leyes elaboradas para proteger la naturaleza chocan una y otra vez con la realidad sobre el terreno. El régimen comunista chino ha mostrado su intención de reparar en lo posible el daño de los últimos 30 años, pero la prioridad sigue siendo el progreso económico y dar una oportunidad a los millones de personas que todavía no se han subido al tren de las reformas. ticas asegura que, a día de hoy, hay 9.800 millones de metros cuadrados en construcción en China, algo menos de la mitad en proyectos residenciales. O dicho de otro modo: el país está levantando el equivalente a 50 ciudades con un tamaño superior al de Madrid. «No se trata solo de incrementar el número de residentes urbanos o expandir las ciudades», aseguraba días atrás Li Keqiang, que en marzo tomará el relevo como primer ministro chino. «Es un cambio completo de vida rural a urbana en términos de estructura industrial, trabajo, medio ambiente y seguridad social». La política en favor de las ciudades ha hecho que decenas de grandes proyectos se hayan puesto en marcha en pos de la urbanización. Las obras para aplanar cientos de montañas en Lanzhou comenzaron en octubre, costarán cerca de 3.000 millones de euros y habilitarán cerca de 15 kilómetros cuadrados de terreno donde las autoridades esperan que crezca un nuevo distrito financiero, decenas de barrios residenciales, fábricas, centros comerciales y lugares de ocio. ¿El problema? La ciudad ya es la más contaminada del mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y tiene serios problemas de abastecimiento de agua. El empuje urbanizador e industrial chino ha sacado a más de 400 millones de personas de la pobreza desde el comienzo de las reformas económicas en 1978. El precio a pagar ha sido la creación de lugares donde nubes de polución impiden ver un cielo despejado la mayor parte de los días del año. En Lanzhou, por ejemplo, no es raro que en los días de mayor contaminación los coches tengan que llevar las luces encendidas. La posibilidad de que el número actual de casi cuatro millones de habitantes se doble es considerada como una pesadilla por grupos ecologistas. El cemento sigue ganando la partida al campo, incluso cuando se encuentra con obstáculos del tamaño de montañas.