30 de abril del 2015 Muy queridas Hermanas y amigos: En este día
Transcripción
30 de abril del 2015 Muy queridas Hermanas y amigos: En este día
Un hombre del pueblo de Negúa, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende. Eduardo Galeano 30 de abril del 2015 Muy queridas Hermanas y amigos: En este día de memoria con sabor fundacional, queremos llegar hasta ustedes para compartir la alegría de nuestros 176 años de fundación. Las hermanas del Tercer año en medio de nosotras – ¡formamos una comunidad de 20 países diferentes!- no nos dejan olvidar el milagro de un carisma que ha echado raíces en medio de realidades tan diversas y es presencia fecunda y esperanzadora en lugares donde la vida sigue siendo amenazada. ¿Cómo podremos pagarle al Señor todo el bien que nos ha hecho, y todo el bien que han podido hacer a través de los años, tantas hermanas y laicos Asunción que han bebido de la intuición original y de la entrega de aquellas primeras “pobres jóvenes reunidas en un pequeño departamento, sin un lugar en la tierra”1? Unos pocos años nos separan del 2017, año especialmente significativo porque haremos memoria de los 200 años nacimiento de nuestra hermana mayor, Santa María Eugenia de Jesús y de la que ella llamó “la mitad de su vida”, Madre Teresa Emmanuel, apoyo invaluable, testigo y compañera infatigable en esos años de arar y sembrar. Juntas se dejaron modelar por el Señor para fundar algo nuevo en su Iglesia, juntas modelaron la Congregación, y juntas queremos celebrarlas, como para no olvidarnos que las obras de Dios se amasan y se cuecen mejor en el horno de la comunidad, que no somos francotiradores que apuntan en solitario hacia el blanco del Reino, y que todo proyecto con sabor a Evangelio es más fecundo si convoca muchas voces, reúne diversidades, se gesta y se confronta con la alteridad, se deja inspirar por esa “nube de testigos”… Y es que en nuestro ADN congregacional –lo decimos muchas veces- la pasión de un Amor, la complementariedad, lo internacional, lo católico y el tierno desafío de la amistad y la fraternidad han estado allí presentes. Queremos entonces celebrarlo, compartirlo con otros, alegrarnos. ¿Qué nos impulsa? 1. Celebrar la vida de nuestras fundadoras es permitirnos honrar el misterio de la Encarnación que irrumpe en la historia humana, asombrarnos del milagro de Dios actuando en las humildes existencias de dos mujeres que han tejido juntas, cada una con su gracia particular y su vocación única - acompañadas e inspiradas por una comunidad y un siglo muy concreto - lo que sería “nuestro espíritu, el primero de nuestro bienes”. 2.- El año de la Vida Consagrada nos ha invitado a volver a nuestras fuentes para encontrar en ellas nuevamente el color, la especificidad, nuestra particularidad en el mundo y en la Iglesia, una nueva frescura y ardor en nuestras respuestas misioneras. Se nos llama a sumergirnos en una dinámica de identidad, para recrear el amor y su creatividad. Entrar en un doble movimiento: ir a la profundidad de nuestro pozo y salir a esas periferias donde el Reino nos hace soñar e inventar. 3. Toda vida es un milagro, hasta la más frágil e insignificante a nuestros ojos. Toda vida tiene un lugar en el corazón de Dios y Él se enamoró de nuestra humanidad hasta el punto de decidirse a entrar a nuestra condición limitada, nuestra condición temporal. Somos “polvo de estrellas”. Cada vida viene con su propia partitura, tiene un ritmo único, una cadencia, un compas, un movimiento. Forma parte de la inmensa sinfonía de lo creado por la mano amorosa de Dios. Nuestra canción particular convoca lo mejor de nosotros, nuestros mejores deseos, nuestras posibilidades, “lo que perdurará hasta la 1 Capítulo de MME sobre el Aniversario de la fundación, 2 de mayo de 1884 eternidad”. María Eugenia y Teresa Emmanuel tuvieron su propia canción, cada una. Y la Asunción tiene la suya. Creemos que la Asunción tiene algo que aportar a nuestro mundo y queremos que la Asunción viva. Y creemos también que nuestro carisma está invitado de una manera especial a acompañar esa búsqueda de la “canción personal” de cada hermano y hermana que se nos cruza en el camino. El trabajo por una cultura vocacional, por una pastoral de vocaciones es para nosotros no sólo una urgencia, sino una “marca de fábrica” que debe impregnar lo que hacemos y vivimos. También lo que celebramos. Entonces ¿Por qué celebrar la vida, y en qué clave? Para recordarnos –volver a pasar por el corazón- que recibimos la gracia de entrar en la historia – como nuestras dos madres- , con el don maravilloso y estremecedor de nuestra libertad para decir SI al sueño de Dios para nosotras. Y como ellas, también nosotras estamos invitadas a honrar la Vida con nuestra vida, con “la mayor plenitud posible”. Por todo esto queremos proponerles una celebración que se despliegue en tres años: una preparación que culmine con una celebración de la vida, que en la Congregación se expresará con el encuentro internacional de jóvenes en agosto del 2017. Tendríamos un tema/lema común, inspirado en los objetivos del año de la Vida Consagrada, que ilumine estos tres años. Así, las actividades del Consejo General (visitas, sesiones, comunicaciones con la Congregación, etc.) tendrían este hilo conductor. Les invitamos entonces a que, en cada provincia, pueda vivirse esta preparación y celebración con la misma inspiración, dejando a cada realidad la creatividad para expresarla, de tal manera que juntas, en el 2017 (año del bicentenario) y en el 2018 (año de nuestro próximo capítulo general) cosechemos juntas sus frutos. Siendo nuestro objetivo general revisitar y revitalizar nuestra vocación particular, les proponemos como tema/lema común: NUESTRA VOCACIÓN: UN REGALO, UN CAMINO, UN ENCUENTRO Y, para este año 2015, NUESTRA VOCACIÓN: UN REGALO Navegando hacia la otra orilla ¡ALEGRÉMONOS EN LA FIDELIDAD DE CRISTO! (lema del CGP 2015) Poner atención en la propia historia es indispensable para mantener viva la identidad y fortalecer la unidad de la familia y el sentido de pertenencia de sus miembros. No se trata de hacer arqueología o cultivar inútiles nostalgias, sino de recorrer el camino de las generaciones pasadas para redescubrir en él la chispa inspiradora, los ideales, los proyectos, los valores que las han impulsado, partiendo de los fundadores y fundadoras y de las primeras comunidades. Tambien es una manera de tomar conciencia de como se ha vivido el carisma a traves de los tiempos, la creatividad que ha desplegado, las dificultades que ha debido afrontar y como fueron superadas. Se podran descubrir incoherencias, fruto de la debilidad humana, y a veces hasta el olvido de algunos aspectos esenciales del carisma. Todo es instructivo y se convierte a la vez en una llamada a la conversion. Recorrer la propia historia es alabar a Dios y darle gracias por todos sus dones 2. ¡Que sepamos hacer memoria del pasado con gratitud y alegrarnos de la fidelidad de Cristo, como nos invita el Papa Francisco ! Feliz fiesta a todos y todas, Con nuestra oración y cariño fraterno, Martine, Marjo, Carmen, Francoise y Mayi 2 CARTA APOSTÓLICA DEL Papa FRANCISCO A TODOS LOS CONSAGRADOS. 21 Nov.2014