PRÁCTICAS ESPACIALES HÍBRIDAS
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PRÁCTICAS ESPACIALES HÍBRIDAS
PRÁCTICAS ESPACIALES HÍBRIDAS DESBORDAMIENTOS ENTRE LA ARQUITECTURA, EL ARTE Y LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEOS. ERICK HERNÁNDEZ; PUAC 2011 Hipótesis: Es posible constatar la existencia de objetos y prácticas espaciales híbridos debidos fundamentalmente al desbordamiento contiguo y a la transgresión mutua entre el urbanismo, la arquitectura y el arte contemporáneos. Esta condición híbrida resulta ser una estrategia efectiva para afrontar la complejidad y las necesidades contextuales implicadas en su creación y despliegue. 1 Las ciudades se han diluído y huyen confundidas con los flujos que circulan, siempre sin cesar, dando vueltas por la totalidad del globo, en trayectorias que no parecen tener principio ni fin; las ciudades como líneas, como movimiento perpetuo, siempre escapando, siempre hacia afuera de si mismas, siempre estiradas y desbordadas por la acción del capital. La antígua dicotomía entre lo rural y lo urbano carece de sentido, las ciudades se han expandido como conformación física y como modo de operación, invadiendo todos los antíguos rincones silvestre del planeta tierra. Las dunas y las junglas, antíguamente habitadas por nómadas, y los saberes y las riquezas locales por igual, todos incorporados, en tanto nodos del urbanismo digital, en la totalidad del mundo que devino urbano y moderno. En la ciudad global, -y por ello deslocalizada- la arquitectura como materialización y certeza, como recogimiento y permanencia, ha sido invadida por la contradicción delirante que se manifiesta en lo que se aparenta y lo que se és realmente: la arquitectura no será nunca más interior, tan solo exterior, nunca más espacio privado, por lo contrario, un nuevo terreno ganado en la ampliación del espacio público del urbanismo en red, que corre y se desenvuelve por los medios masivos y las tecnologías domésticas de la información. La protección que la arquitectura ofrecía, ha sido vulnerada cuando se la buscaba con la mayor de las fiebres, introduciendo infinidad de gadgets como pequeños Caballitos de Troya que prometiendo confort, diluyeron cualquier relación entre el lugar -como lo entiende Heidegger- y la arquitectura. 2 Como contraparte del relato modernizador que implica la construcción y uso del espacio por parte de la hegemonía del capital, e igualmente, como flujos que corren en sentidos distintos a los impuestos por la razón instrumental y la lógica monetaria, que trabajan sin cesar en el estriamiento planetario, es posible observar la presencia de subjetivaciones y molecularidades, que buscan en todo momento fugar y desterritorializar el estado de cosas impuesto en materia de espacio, desbordar el tejido de la red del urbanismo moderno y planetario, alizando la parrilla de la grán megalópolis espectacular, saboteándolo sin cesar. Objetos y prácticas espaciales disensuales micropolíticos, que como máquinas de guerra, se articulan, ante el consenso del aparato de estado macropolítico, diluyendo límites disciplinares y fronteras tanto materiales como conceptuales, mutando; que van de la Merzbau de Kurt Schwitters, -espejo procesual de la vida materializada como una suerte de casa-imán en la que se adhieren fragmentos de vida-; pasando por la Internacional Situacionista y su urbanismo unitario; la arquitectura radical de las décadas de los años sesentas y setentas, las cuales operaron como claros ejemplos de autosabotaje disciplinar antimoderno y disfuncional; pasando, del mismo modo por una amplia gama de urbanismos y contraurbanismos espontáneos y anónimos, que surgen y se desarrollan, transformándose en un devenir incesante que elabora y suma nuevos estratos de complejidad a las urbes; y finalmente, una explosión de ejemplos dificil de enumerar, entre los que se encuentran la fantasmagórica Casa Ur de Gregor Schneider, así como la Prótesis Institucional de Recetas Urbanas /santiago Cirugueda. Conclusión Ante la dispersión y disolución espacial contra las que somos enfrentados, así como ante la deslocalización y dislocación de las experiencias de las cuales formamos parte en el mundo en perpetuo movimiento, ordenado en red bajo la hegemonía postcapitalista, se cree que, una práctica espacial romántica y esencialista que aspire a la vue lta de las certidumbres propias de estadios anteriores, solo representará el ingreso sin posibilidades de sobreviviencia a una fantasía nostálgica que, como callejón sin salida, se recorrerá en poco tiempo para rápidamente extinguirse contra una pared cerrada bajo la forma de distopía conservadora; por el contrario, ante la tecnocongestión mediatizada, como hemos visto, es posible sobreponer una red aun más veloz, aun más efímera, aun más mutante, inasible e inabarcable que tome forma como un urbanismo multitudinario tan inteligente y descentrado como la multitud misma; una práctica espacial híbrida entre el urbanismo, la arquitectura y el arte contemporáneo, que frente al biopoder en las sociedades de control, anteponga una biopolítica construída tanto de ética como de estética.