Un pez humilde, un pescado delicioso: el chicharro

Transcripción

Un pez humilde, un pescado delicioso: el chicharro
Publicado en Música y Vino (http://musicayvino.es)
Principal > Un pez humilde, un pescado delicioso: el chicharro
Un pez humilde, un pescado delicioso: el chicharro
Jueves, a 19 de Mayo de 2011 -- Alfredo -WebmasterImage not readable or empty
http://musicayvino.com/modules/tinymce/tinymce/jscripts/tiny_mce/plugins/imagemanager/images/gastronomia/chicharro00.jpg
Image not readable or empty
http://musicayvino.com/modules/tinymce/tinymce/jscripts/tiny_mce/plugins/imagemanager/images/gastronomia/chicharro01.jpg
Image not readable or empty
http://musicayvino.com/modules/tinymce/tinymce/jscripts/tiny_mce/plugins/imagemanager/images/escritores/caiusapicius.gif
PorCaius Apicius para elconfidencial.com, 10/05/2011
Hace ya algo más de treinta años que Paul Bocuse, sin duda el más mediático de los cocineros de su
época, uno de los padres de la "nouvelle cuisine", recomendaba a sus lectores ir al mercado con
frecuencia y sin ideas preconcebidas; sin ideas fijas, por lo menos. "Llévese a casa -decía- lo mejor
Image not readable or empty
http://musicayvino.com/modules/tinymce/tinymce/jscripts/tiny_mce/plugins/imagemanager/images/gastronomia/chicharro02.jpg
que encuentre, aunque no sea lo que usted pensaba comprar".
Es un buen consejo, que nosotros solemos seguir. Especialmente, en la pescadería. Así
sucedió que el otro día estábamos con nuestro proveedor habitual, sin una idea muy clara de
qué era lo que queríamos... hasta que vimos unos jureles, o chicharros, como ustedes
prefieran, que estaban diciendo "llévanos a casa". Frescos, rígidos, casi vivos. Tamaño,
mediano: algo más de 300 gramos cada uno. Perfectos para hacerlos al horno.
Es un pez con poca literatura, el chicharro. No tiene muy buena prensa, pero tampoco mala;
simplemente, no es mediático. Su abundancia, que traía siempre aparejada su baja
cotización, hacía que no fuese demasiado apreciado. Encima, es un pescado azul, sinónimo,
según la clase médica durante muchos años, poco menos que de veneno. Además, tiene
espinas. Como para triunfar en la pasarela.
Image not readable or empty
http://musicayvino.com/modules/tinymce/tinymce/jscripts/tiny_mce/plugins/imagemanager/images/gastronomia/chicharro03.jpg
Es, de alguna manera,el patito feo de los pescados azules
. Todo el mundo valora las sardinas, los boquerones, hasta las caballas, por no hablar de la familia de
los atunes. Pero del pobre jurel no se ocupa nadie. Ni los libros de recetas: mi paisana Emilia Pardo
Bazán, por citar un caso, lo ignora olímpicamente. Es injusto, porque, como suele ocurrir tantas veces
con los más modestos, agradece que se le trate bien y devuelve el ciento por uno.
Mi abuela solía poner los jureles pequeños en escabeche, preparación que, años después,
recuperé de manos de mi suegra. La verdad es que el escabeche les va a las mil maravillas;
pero unos jurelitos, unos chicharrillos, en escabeche, no van más allá de ser un rico aperitivo
para acompañar una cervecita bien tirada o un vino blanco fresco. El chicharro da para más.
En uno de los Campeonatos de España de Jóvenes Cocineros que se disputaban cada año
coincidiendo con el Certamen de Alta Cocina de Vitoria, impresionó al jurado un chaval que,
ignorando que la organización le pagaba el género, fue al mercado y se compró un hermoso
chicharro; bueno, allí sería un "txitxarro". Lo hizo al horno, lo abrió, lo desespinó y lo
sirvió con un pil-pil preparado con aceite, ajo y partes poco nobles de bacalao; lo sirvió
decorado con láminas de ajo y rodajas de guindilla roja... y nos dejó asombrados: qué bueno
estaba el jurel.
La verdad es que a un ejemplar como los que compramos el otro día, o un poco mayor,
Image not readable or empty
http://musicayvino.com/modules/tinymce/tinymce/jscripts/tiny_mce/plugins/imagemanager/images/gastronomia/chicharro04.jpg
será mucho mayor, le va fenomenal el horno. Si lo trata usted con los
mismos miramientos con los que trataría un besugo, incluyendo ese clásico añadido de ajo, vinagre y
guindilla, se sentirá honradísimo y le dará una respuesta magnífica.
De modo que allá que fuimos con nuestros chicharros. Esta vez nos interesaban sus lomos,
así que los decapitamos, eliminamos la espina central y, con toda la paciencia del mundo, las
laterales hasta donde fue posible. Y aquí está nuestra variante: tres o cuatro horas antes de
disfrutar del chicharro, lo untamos con aceite con truco, un aceite que solemos tener
preparado en casa, un aceite virgen perfumado con ajo, guindilla y laurel. Es muy práctico
preparar de vez en cuando alguno de estos aceites aromatizados para usarlos cuando sea
menester sin necesidad de freír ajos cada vez y "perfumar" la casa, además del aceite.
A la hora de cenar, se fue al horno, con la parte de la piel hacia abajo. Podíamos ilustrarlo
con la clásica "cama" de patatas y cebolla, pero preferimos dejarlo solo. Bueno, entre tres
y cuatro minutos de horno, punto perfecto, y a la mesa. No quisimos restarle ningún
protagonismo, de modo que su única compañía fue una ensalada de lechuga y cebolleta. El
pescado estaba memorable. Jugoso, lleno de sabor... Aceptó a las mil maravillas el godello
valdeorrano -un Guitián sobre lías- con el que solemnizamos su tránsito.
En estas condiciones, se siente uno chicharrero sin necesidad de haber nacido ni de vivir
en Santa Cruz de Tenerife, bautizados hace tiempo por sus vecinos de La Laguna como "
chicharreros" por su afición a este poco valorado pescado. Después de un jurel como el que
disfrutamos el otro día, uno se siente chicharrero, y no sólo por solidaridad, sino porque el
pescado merece todo el aprecio del mundo. Puede que sea humilde, que lo es: pero tiene
mucho carácter, muchísima personalidad y, lo que a nosotros nos importa sobre todo, un
sabor delicioso.
Categorías:
Gastronomía
URL de origen: http://musicayvino.es/un-pez-humilde-un-pescado-delicioso-el-chicharro

Documentos relacionados