Examen Genital y Dermatológico
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Examen Genital y Dermatológico
1 Examen Genital y Dermatológico A. Moreland y P. Kohl INTRODUCCIÓN Los cambios en la piel (trastornos cutáneos) del área genital pueden ser interpretados por el paciente o el médico como enfermedades transmitidas sexualmente debido a su localización. Este capítulo revisará la anatomía genital y su examen, y los principios generales de la exploración dermatológica. Esta última incluirá a las lesiones cutáneas comunes de los genitales que no son transmitidas sexualmente, pero que pueden ser vistas en una clínica de enfermedades de transmisión sexual (ETS) o pueden ser confundidas con alguna ETS. ANATOMÍA Y EXAMEN GENITAL El examen, tanto del hombre como de la mujer, debe comenzar por debajo del ombligo y extenderse hasta el pubis. Generalmente no es satisfactorio tratar de evaluar a un paciente parcialmente desvestido, porque los hallazgos más importantes (p. ej. ganglios linfáticos) pueden ser obviados. El paciente debe desvestirse desde la cintura y cubrirse con una bata de examen. El médico usando guantes debe exponer la parte inferior del abdomen, glúteos y genitales de forma sistemática. La mesa de examen facilita la visualización de los genitales y del área perineal en cada sexo, y debe ser usada si está a la disposición. Inspeccionar los pliegues inguinales, para observar si hay eritema o escamas, palpar para verificar si existen ganglios. Se examina el vello púbico en búsqueda de: liendres, piojos, pápulas de molusco contagioso, foliculitis y virus del papiloma humano (VPH), o madrigueras de sarna. Otras lesiones cutáneas, por ejemplo las vesículas (virus del herpes, VHS) o placas escamosas (tiña, sífilis) deben ser notadas, así como las ulceraciones en cualquier otro lugar de los genitales, abdomen o glúteos. A nivel de la línea media inferior cerca del pene o el clítoris de la mujer, el vello es más escaso. suave que se encuentra proximal a la corona. El extremo distal de la corona se llama glande del pene. Un número variable de pápulas color carne y de superficie lisa o ligeramente rugosa se dispone en una o dos filas que rodean la corona. Estas son variantes normales llamadas “pápulas perladas penianas” las cuales pueden ser confundidas con condilomas (VPH), pero que histológicamente son angiofibromas (Fig. 1.3).2 El meato uretral usualmente se localiza en la superficie posterior del glande y debe ser examinado cuidadosamente por si existen secreciones, úlceras o lesiones como condilomas. La piel del escroto es delgada y más profundamente pigmentada que la piel circundante. La piel escrotal está estrechamente adherida al músculo dartos subyacente, y adquiere una apariencia rugosa cuando el músculo se contrae. (p.ej. durante el reposo en individuos más jóvenes y con el frío a todas las edades). El escroto tiene numerosas glándulas pilosebáceas ecrinas y apocrinas. El vello es escaso y grueso.3 La palpación suave de los testículos, cordón espermático y epidídimo dentro del saco escrotal podrá revelar cualquier dolor o masa, lo que podría indicar la presencia de una infección. El escroto debe ser levantado para examinar la piel perineal entre el escroto y el ano. Un vello grueso y escaso cubre la piel hasta la mucosa anal y hay presencia de glándulas sudoríparas y sebáceas. Ano y recto Los pliegues del ano no tienen vello y deben ser examinados para buscar hemorroides, fisuras, úlceras, erosiones o crecimientos. Mediante suave presión con el dedo enguantado se puede palpar la mucosa rectal para detectar si hay sensibilidad, secreciones o masas, más allá del esfínter anal. EXAMEN GENITAL FEMENINO La vulva EXAMEN DE LOS GENITALES MASCULINOS Pene y escroto La anatomía de los genitales masculinos se muestra en la Fig. 1.1. La pigmentación profunda es usual en el cuerpo del pene, y el vello está casi ausente. Pueden observarse algunas pápulas amarillentas diminutas (Fig. 1.2). Éstas son unidades pilosebáceas (algunas veces son vestigios de vello asociados a las glándulas sebáceas). Las glándulas sudoríparas están también presentes en la base, cuerpo, y glande del pene. La piel redundante (prepucio) se proyecta sobre el glande, donde las glándulas sebáceas (de Tyson) segregan un material queratinoso llamado esmegma, el cual puede acumularse entre el prepucio y el glande en los varones no circuncidados.1 La superficie interna del prepucio, tiene una apariencia húmeda parecida a una membrana mucosa. Las escasas glándulas sebáceas se vacían en la superficie del glande sin estar asociadas a los folículos pilosos. El borde firme elevado que se levanta rodeando el cuerpo del pene cerca de su extremo distal es conocido con el nombre de corona del pene. El surco coronal es una depresión Los genitales femeninos se muestran en la Fig. 1.4. El error más común en la evaluación de la vulva es no examinar sistemáticamente el área. Los pacientes no están conscientes de la terminología apropiada y la anatomía, y se refieren a todas las áreas de los genitales femeninos como el área vaginal. La vulva es el área entre el monte de Venus y el periné, y está rodeada por las regiones inguinales. Para todas las quejas de los pacientes, el examen de rutina procede de la misma forma a partir de los labios mayores hacia adentro para garantizar el reconocimiento de las variaciones anatómicas. Durante el examen, el médico puede instruir a la paciente nombrándole los hallazgos normales, y usando un espejo lo cual podría ayudar a la comunicación entre la paciente y el médico con respecto a las áreas específicas que preocupen. Labios mayores Los labios mayores se fusionan anteriormente en el monte de Venus, y posteriormente se unen en el área perineal. Están rodeados lateralmente por los pliegues intertriginosos y están cubiertos lateralmente por vello grueso. También existen glándulas sudoríparas y 1 1 Examen genital y dermatológico Fig. 1.3 “Pápulas perladas penianas”. Son una variante normal, aunque estas pequeñas pápulas son a veces confundidas con condiloma. Fig. 1.1 Genitales masculinos. vaginal posterior (Fig. 1.6). Las papilas más largas en el introito posterior han sido descritas como una variante normal, y la superficie mucosa rugosa papilomatosa labial a menudo se vuelve más prominente en las condiciones lesiones inflamatorias o liquenificación. El clínico debe ser cuidadoso para no diagnosticar la papilomatosis benigna como “VPH subclínico”. Las lesiones condilomatosas del VPH localizadas en el introito posterior son típicamente como placas, y relativamente fáciles con respecto a las delicadas papilas parecidas a tallos.6,7 Algunas investigaciones de las papilas de la mucosa vulvar implicaron inicialmente a la infección por VPH, especialmente cuando una inspección magnificada del epitelio papilomatoso reveló un patrón tipo mosaico o punteado vascular con capilares extendiéndose dentro de las papilas. Debido a que a lo mejor no hay un antecedente de una infección o la presencia obvia de condiloma acuminado, se sugirió que la papilomatosis representaba una infección “subclínica” del VPH. Estudios de investigación utilizando la tecnología de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), técnicas de biología molecular y otras técnicas biológicas, han contribuido a hacer válida esta suposición.8,9 El vestíbulo vulvar sebáceas, por lo tanto la superficie medial puede estar ligeramente húmeda. Los hallazgos anormales o signos de infección pueden ser difíciles de ver a causa del vello púbico.4 El vestíbulo es la parte interna de la vulva que se extiende desde la línea de Hart en los labios menores hacia adentro hasta el anillo del himen. En el vestíbulo está localizado el meato uretral y la desembocadura de las glándulas de Skene y Bartolino (Fig. 1.4); también existen glándulas mucosas más pequeñas que se encuentran por todo el vestíbulo, la mayoría de ellas en la parte posterior de la horquilla y en el surco a nivel de la base del anillo del himen, en donde se pueden observar pequeños orificios. Debe sospecharse de una vestibulitis vulvar cuando el paciente se queja de dispareunia y molestia permanente en la entrada de la vagina. El diagnóstico se hace por la presencia de eritema y sensibilidad a la palpación del orificio de la glándula cuando utilizamos un aplicador de algodón.10 Los cambios visibles (placas, engrosamientos, cicatrices); deben ser sometidas a biopsia, preferiblemente en la porción más gruesa de la lesión. El blanqueo con ácido acético (aplicación de vinagre o ácido acético al 3-5% por 1-2 minutos) puede poner de manifiesto las áreas engrosadas. Si se encuentra una infección por VPH en la vulva, se recomienda practicar una colposcopia de la vagina y el cuello uterino; también una rectoscopia si existen lesiones en el ano. Se deben tomar biopsias de cualquier área de diagnóstico cuestionable, especialmente si se sospecha de la existencia de una neoplasia intraepitelial. Labios menores La vagina y el cuello uterino Además de la pigmentación del exterior de los labios menores, hay otros dos hallazgos normales que pueden confundir al examinador no entrenado. En primer lugar, son normales las pápulas “pedregosas” amarillentas y lisas que son más numerosas a nivel de los bordes externos de los labios menores. Estas son glándulas sebáceas y normalmente se encuentran a lo largo de los labios mayores y menores (Fig. 1.5). Debajo de la capucha del clítoris, se pueden acumular secreciones sebáceas llamadas esmegma. Las glándulas sebáceas usualmente se detienen a medio camino a lo largo de la superficie de los labios menores, y esta línea (línea de Hart) separa la mucosa con respecto al epitelio escamoso (ver Fig. 1.4).5 Los pacientes se preocupan, pues a veces confunden éstas pápulas con vesículas o pústulas. En algunos casos, las glándulas sebáceas dan lugar a quistes de inclusión; los que son pequeños se llaman milias y los más grandes se convierten en quistes epidermoides. Si no provocan síntomas, pueden ser ignorados. La segunda variante normal es la presencia de papilas cutáneas pequeñas, y a menudo asintomáticas sobre el interior de los labios menores, especialmente a nivel del introito Antes de insertar el espéculo en la vagina, presione suavemente con dos dedos sobre la horquilla posterior para relajar los músculos de la abertura vaginal. Para observar la vagina, se utiliza un espéculo tibio de tamaño apropiado, humedecido con agua, y debe insertarse con las valvas cerradas y en posición oblicua. Las valvas son entonces deslizadas horizontalmente y se abren de forma lenta. El revestimiento mucoso vaginal húmedo es eritematoso y tiene una superficie ligeramente irregular. Los numerosos pliegues transversos y longitudinales dan al canal vaginal una apariencia rugosa. El cuello uterino aparece al final del canal vaginal como una masa firme, lisa, algo circular en forma de domo con una concavidad central (Figs. 1.7-1.10) llámese el orificio cervical que es la entrada al canal endocervical. Debe anotarse la presencia de secreciones vaginales, lesiones, o úlceras y las anormalidades mucosas cervicales como el ectropión o las laceraciones. Antes de extraer el espéculo del canal genital deben obtenerse muestras para citología, cultivos y otras pruebas diagnósticas, incluyendo la microscopía directa de las secreciones vaginales y cervicales. Fig. 1.2 Glándulas sebáceas. Las glándulas sebáceas penianas aparecen como pápulas amarillentas sobre el cuerpo y pueden también presentarse en el escroto. Pueden ser muy prominentes en algunos individuos. 2 Examen genital femenino Capuchón del clítoris Anillo del himen Orificio de la glándula de Bartolino Labio menor Fig. 1.4 Genitales Femeninos. Cortesía de Stevens A. Lowe J, Histology. London, Mosby 1992. Fig. 1.5 Vulva normal con glándulas sebáceas papulares de textura fina sobre los labios mayores y menores. En este caso, las glándulas son confluentes sobre la parte externa de los labios menores, produciendo una apariencia casi blanca. En contraste, la mucosa vestibular dentro de la línea de Hart aparece roja, aunque ésta sea su coloración normal. Existe mucha variación individual en el tamaño y distribución de las glándulas sebáceas genitales, pero en general, su número disminuye con la edad. Fig. 1.6 Vulva normal con papilas vestibulares prominentes sobre la mucosa dentro de la línea de Hart en la horquilla posterior. Aunque son confundidas frecuentemente con condiloma, estas papilas sometidas a biopsias son típicamente negativas para virus del papiloma humano (VPH). Las lesiones por VPH son usualmente más queratósicas y menos translúcidas que las papilas; estas últimas son a menudo simétricas y/o lineales sobre ambos lados de la vulva, lo contrario al condiloma. Ningún tratamiento es necesario. 3 1 Examen genital y dermatológico Examen bimanual El dedo índice y medio de una mano deben insertarse a lo largo de la pared vaginal posterior después de que el espéculo ha sido retirado. El cuello es levantado hacia la pared abdominal y con la mano opuesta se presiona para palpar el útero, el cual debe ser movido suavemente para determinar si hay dolor o tumores. Los ovarios y las trompas de Falopio (anexos) se encuentran lateral o posterolateralmente al útero. La palpación bimanual puede usualmente causar dolor, y determinar la presencia de masas. Debe utilizarse un guante limpio para el examen rectovaginal. El dedo examinador es introducido suavemente dentro del canal anal y cuando el esfínter está relajado, el examen puede proceder confortablemente. El dedo índice debe ser introducido en la vagina y el dedo medio en el recto para palpar las estructuras vaginales posteriores. Así se pueden detectar y observar hemorroides, pólipos rectales y tumores. PRINCIPIOS DEL EXAMEN DERMATOLÓGICO DE LOS GENITALES Aunque sea tradicional clasificar y discutir las enfermedades y condiciones infecciosas en relación a su etiología, este enfoque tiene desventajas importantes cuando se aplica a las lecciones cutáneas. Una pápula de 3 mm puede ser un nevus congénito o una neoplasia Fig. 1.8 Epitelio escamoso estratificado que cubre el exocérvix. Se parece al de la vagina, las células son ricas en glicógeno durante el periodo de maduración sexual. Cortesía de Stevens A. Lowe J, Histology. London, Mosby 1992. Fig. 1.7 Cuello normal. Se ve la unión escamocelular y también la parte inferior del canal endocervical. (Ver también Fig. 3. 17.) Cortesía del Sr. Peter Greenhouse. Fig. 1.9 Fotomicrografía del canal endocervical. (Izquierda) El canal endocervical está revestido por una sola capa de epitelio columnar alto que segrega moco. (Derecha) Numerosas invaginaciones profundas del epitelio secretor de moco se extienden dentro del estroma cervical y aumentan en gran medida la superficie productora de moco. Cortesía de Stevens A. Lowe J, Histology. London, Mosby 1992. 4 Fig. 1.10 Colposcopia. Ectropión que muestra una metaplasia escamosa temprana. Cortesía del Sr. Peter Greenhouse.