Dpto. de Pastoral 1

Transcripción

Dpto. de Pastoral 1
Dpto. de Pastoral
MOTIVACIÓN DEL DÍA
16-20 de Mayo de 2016
Esta semana, que sigue a la venida del Espíritu Santo, nos invita a dejarnos encontrar con el Dios de la Vida.
A vivir a “imagen y semejanza suya”: un Dios que nos pide escuchar a los diferentes, que confía con
creatividad que las cosas pueden mejorar, que nos invita al entendimiento, al compromiso, al amor….
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Lunes 16 de mayo:
ESCUCHA
Un sabio indio tenía un amigo que vivía en Roma. Agradecido el amigo italiano por las atenciones
dispensadas había invitado al indio a su casa.
El italiano y el indio paseaban junto por el centro de la ciudad. De repente, el indio se paró y dijo:
- Por casualidad, ¿oyes tú lo que yo estoy oyendo?
El italiano aguzó el oído. No oía nada más que el ruido del tráfico y de la gente que pasaba.
- Por aquí cerca hay un grillo que está cantando, dijo el sabio indio.
- Te equivocas. ¡Yo sólo oigo el tráfico de los coches y el ruido de la ciudad!
Al poco rato señalaba a su amigo, entre las ramas, a un pequeño bicho.
- ¿Ves cómo era un grillo?
- Tienes razón. Vosotros los hindúes tenéis un oído más fino que los europeos.
- Te equivocas. Fíjate.
Sacó una moneda del bolsillo, la dejó caer sobre la acera... Enseguida le echaron el ojo cuatro o cinco
personas.
- ¿Has visto? -Replicó el sabio. El ruido de la moneda al caer es más débil que el canto del grillo, y sin
embargo, ¿te has dado cuenta cómo la han oído?
La actitud de escucha nace generalmente de nuestro interés personal. De las motivaciones que vivimos.
Somos limitados y necesitamos de los demás para poder entender la realidad en toda su complejidad. El
Dios que nos muestra Jesús, es un Dios que se aproxima y escucha a cada uno en lo que necesita.
¿Somos capaces de escuchar a los que son diferentes a nosotros?
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Martes 17 de mayo:
SIEMBRA
Un muchacho soñó que entraba en un gran comercio. Había un ángel detrás del mostrador.
- ¿Qué vendes aquí?- preguntó el joven
- Todo lo que desees- respondió educadamente el ángel.
Entonces el chico comenzó la lista de sus peticiones: el fin de todas las guerras del mundo, aprobar los
exámenes, más justicia para los que pasan hambre, tolerancia, generosidad con los refugiados, más amor
en las familias, trabajo para los parados, consuelo para los tristes…
El ángel lo interrumpió:
- Lo siento joven… Usted no me ha comprendido bien. Nosotros no vendemos frutos, sólo regalamos
las semillas.
“Quiero esto y lo quiero ya”, nos decimos muchas veces. Acostumbrados a tener de todo, lo queremos todo
sin implicarnos demasiado y a la vez sin dedicar a ello demasiado esfuerzo…Lo que importa es sembrar, que
otros recogerán si no lo podemos hacer nosotros mismos.
Para los cristianos, el Reino de Dios es como una semilla que un hombre hizo sembrar en un campo…Las
grandes cosas se construyen sembrando pequeñas semillas y cuidándolas con cariño.
Y tú: ¿qué estás dispuesto a sembrar a lo largo de este día?
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Dpto. de Pastoral
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Miércoles 18 de mayo:
COMPROMETETE
Hoy vamos a reflexionar sobre una de las oraciones más recitadas en la historia del cristianismo y que es de
la misma María de Nazaret: el Magníficat.
“Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Todopoderoso ha hecho conmigo cosas
grandes,
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padresen favor de Abrahán y su descendencia para siempre”
Lc 1, 46-55
Hoy se nos invita a vivir como María. Abierta a la Palabra de Dios. Pendiente de las necesidades de los
demás. Comprometida con los más humildes y necesitados.
¿Somos capaces de salir al encuentro de quién más nos necesita?
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Jueves 19 de mayo:
ESPERA
Había un hombre que tenía cuatro hijos. El buscaba que ellos aprendieran a no juzgar las cosas tan
rápidamente; entonces él envió a cada uno por turnos a ver un árbol de peras que estaba a una gran
distancia.
El primer hijo fue en el invierno, el segundo en primavera, el tercero en verano y el hijo más joven en el
otoño.
Cuando todos ellos habían ido y regresado, él los llamo y juntos les pidió que describieran lo que habían
visto.
- El primer hijo menciono que el árbol era horrible, doblado y retorcido.
- El segundo dijo que no, que estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas.
- El tercer hijo no estuvo de acuerdo, él dijo que estaba cargado de flores, que tenía aroma muy dulce
y se veía muy hermoso, era la cosa más llena de gracia que jamás había visto.
- El último de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de ellos, él dijo que estaba maduro y
marchitándose de tanto fruto, lleno de vida y satisfacción.
Entonces el hombre les explicó a sus hijos que todos tenían razón, porque ellos solo habían visto una de las
estaciones de la vida del árbol.
Él les dijo a todos que no deben juzgar a un árbol, o a una persona, por sólo ver una de sus temporadas, y
que la esencia de lo que son, el placer, regocijo y amor que viene con la vida puede ser sólo medida al final…
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Dpto. de Pastoral
Si tú te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano y la
satisfacción del otoño. No dejes que el dolor de alguna estación destruya la dicha del resto.
¿Somos capaces de esperar en los momentos difíciles?
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Viernes 20 de mayo:
¡SÉ FELIZ!
Es la historia de una mujer que estaba harta de llorar. Miró a su alrededor y vio que tenía delante de sus
ojos la felicidad. Estiró la mano y quería cogerla.
La felicidad era una flor, la cogió. Y nada más tenerla en la mano, la flor empezó a marchitarse… La felicidad
era un rayo de sol. Levantó sus ojos para calentar su cara y en seguida una nube lo apagó…La felicidad era
una guitarra. La acarició con sus dedos y las cuerdas se desafinaron…
Cuando al atardecer volvía a casa, la mujer seguía llorando. A la mañana siguiente siguió buscando la
felicidad. A la vera del camino había una niña que lloriqueaba. Para tranquilizarla cogió una flor y se la dio.
La fragancia de la flor perfumó a las dos.
Una pobre mujer temblaba de frío, cubierta con sus harapos. La llevó hasta el sol y también se calentó. Un
grupo de niños cantaba. Ella les acompañó con la guitarra disfrutando de la música.
Al volver a casa de noche, la buena mujer sonreía de verdad. Había encontrado la felicidad.
La felicidad está al alcance de cada uno, pero requiere nuevos ojos para ver la realidad y de una nueva
actitud para transformarla… Que el Espíritu de Dios cambie nuestra mirada.
¿En qué pongo yo mi felicidad?
¡Feliz fin de semana!
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