LECTIO DIVINA - Diócesis de Texcoco

Transcripción

LECTIO DIVINA - Diócesis de Texcoco
3. ORACIÓN: ¿Qué le digo al Señor? ¿Qué le decimos?
Te damos gracias Señor por el testimonio de muchas personas
que han sido luz y sal de la tierra, que con su testimonio y
entrega te han glorificado con su vida. Gracias te damos Señor
porque nos enseñas a ser transparentes y porque glorificarte
significa ser humildes. Cumpliendo con fidelidad tu Palabra vamos
edificando cada día el Reino de Dios aquí en la tierra, por eso te
damos gracias Señor. Gracias Señor, gracias Señor.
Te pedimos perdón por las veces que no hemos realizado obras
buenas, y si las hacemos son con la intención de que nos
reconozcan y consideren gente buena, haciendo las obras no por
amor a Ti, sino por amor al prestigio, y por las veces que no
hemos sabido ser coherentes con lo que pensamos y decimos. Por
esto te pedimos perdón. Perdón Señor, perdón Señor.
4. CONTEMPLACIÓN:
 A Jesús, la Luz que ilumina al mundo. A los miembros de tus
comunidades que con sacrificio y amor tratan de ser luz y sal
de la tierra.
 A los pobres que tienen necesidades para que con tus obras
den gloria a Dios. A los misioneros que con su vida día tras día
son luz y sal que llevan la Palabra.
5. ACCIÓN: ¿A qué me comprometo?
La intención general del apostolado de la oración del Papa para el
mes febrero es: “Para que la sabiduría y la experiencia de las
personas mayores sean reconocidas en la Iglesia y en la
sociedad.”
Que reconozca mis faltas ante el Señor y pueda ser luz, e ilumine
primero a los miembros de mi familia, y les dé el sabor del amor y
la vida en Cristo.
Por la evangelización: “Para que los sacerdotes, religiosos y laicos
colaboren generosamente en la misión de evangelización”.
Que en mis pequeñas comunidades sea luz y sal. Que con mi
testimonio sea un medio de unidad y así con mis buenas obras
glorifique a Dios.
LECTIO DIVINA
COMISIÓN DIOCESANA DE ANIMACIÓN BÍBLICA 09 de febrero de 2014
V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
¨En la Diócesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser casa y escuela de comunión¨ ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Señor, Tú que nos invitas a ser sal de la tierra y luz del mundo,
envíanos tu Espíritu para poder vivir una vida coherente y dar
testimonio de esa luz que hemos recibido desde nuestro propio
bautismo, y mediante esta luz y sal, seamos testigos de tu
Palabra y fermento de vida en nuestras comunidades. Todo esto
te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
1. LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO (Mt 5, 13-16)
¿Qué dice el texto?
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes son la sal
de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá
el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise
la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad
construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una
vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un
candelero, para que alumbre a todos los de la casa. Que de igual
manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo
las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que
está en los cielos". Palabra del Señor.
Pistas de reflexión
Contexto bíblico
El sermón del monte es el primero de cinco sermones que Jesús
da y se registra en el evangelio de san Mateo. Jesús les enseña a
sus discípulos las bienaventuranzas, estas son requisitos que
tiene que tener una persona para poder pertenecer al Reino de los
Cielos. Después, desde el versículo (vs.) 13 al 20 son más que
nada unas amonestaciones éticas que les da a sus discípulos y a
todos los que están escuchando. Pero nosotros nos vamos a
centrar en los versículos 13-16 ese será nuestro punto de partida
para ver qué es realmente lo que Jesús les quiso decir a sus
discípulos. Los que viven según las bienaventuranzas se dejan
iluminar por le Verdad, saborean y entienden la vida y se
convierten en sal y luz para los demás. Dos sencillas metáforas o
comparaciones que san Mateo pone en boca de Jesús: sal y luz.
Conecta también este texto con los versículos 11 y 12, en los que
Jesús anima a los discípulos a alegrarse en tiempos de
persecución, ya que el discípulo debe ser luz y sal, para las
personas que los persiguen por causa de Jesús y del Evangelio
(Ver: v. 11). Ser discípulo de Jesús es ser misionero para los
demás y ser testigo ante los otros.
Texto bíblico
A. Ustedes son la sal de la tierra
Aquí el ‘ustedes’ pone énfasis, por la selección de la palabra… y
por su posición. Separa a los oyentes de los demás (escribas,
fariseos, etcétera), quienes no son la sal de la tierra. Este
‘ustedes’ también es plural y, por lo tanto, describe la Iglesia.
“Con él se llama a cada cristiano a ser esta luz, pero en Mateo
5,13-14 a la comunidad entera es la que ha de cumplir la misión
de ser sal y luz de la tierra.
Pensemos en la finalidad de la sal, que sirve para sazonar los
alimentos y preservarlos de la corrupción. La sal también tenía
una relación sagrada en los sacrificios: Echarás sal a todas las
ofrendas. No omitirás nunca en la ofrenda la sal de la alianza de
tu Dios. Todas las ofrendas llevarán sal. (Lv 13; ver: Ez 43, 24).
El discípulo de Jesús ha de aprender, en contacto con Él, a
saborear y sacarle jugo a la vida, para después enseñar a los
demás. El Evangelio, bien entendido y vivido, es lo que da sabor a
cada una de nuestras actitudes y actividades.
La sal es el condimento más antiguo usado por el hombre. Ya
en el año 2700 a.C. en China se usaba la sal para sazonar la
comida. El libro de Job que fue escrito hace unos 3500 años hace
una mención sobre la sal en el capítulo 6,6.
El uso más primitivo de la sal es la conservación de los
alimentos, por lo cual en la antigüedad se trataba de un producto
muy apreciado. Incluso se le llegó a llamar “oro blanco”. Para
nosotros en sentido metafórico es para conservar nuestra fe.
De “sal” viene la palabra salario, (del latín salarium). ¿Qué
tiene que ver la sal con el salario? Sencillo: a los soldados de la
antigua Roma se les retribuía su trabajo con una porción de sal.
Cuando éstos salían a la guerra salaban sus alimentos para
mantenerlos en buen estado por largo tiempo.
B. Ustedes son la luz del mundo
La luz es una metáfora conocida en la Escritura: Salmo 36,9 dice
de Dios, “En tu luz vemos la luz.” Salmo 119,105 dice de las
escrituras, “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi
camino.” Jesús adoptó la metáfora para sí mismo en san Juan
9,5, diciendo: “Entre tanto que estuviere en el mundo, luz soy del
mundo.” Aquí, Jesús les dice a sus discípulos, “son la luz del
mundo.” El tiempo de Jesús en la tierra era limitado, y encarga a
sus discípulos de iluminar el mundo a través del testimonio de sus
buenas obras (v. 16).
Cristo pretende que cada uno de nosotros sea una luz – unos
más pequeños o más grandes que otros, pero todos brillando –
¡mil puntos de luz– un millón de puntos! Si cada cristiano
encendiera su luz, el mundo sería muy diferente.
La luz existe para los demás: se consume, da calor e ilumina a
los que están cerca. La luz es para alumbrar la vida y el camino
para los que están en la casa. La luz se coloca sobre un
candelero. No se le esconde debajo de una olla. Su finalidad es,
sobre todo, alumbrar. El cristiano tiene la misión de ser luz para
los demás.
El cristiano, por ser portador de la luz de Cristo, ha de dar
testimonio, con sus obras y palabras, de la fe que recibió en el
bautismo.
Brille su luz delante de los hombres... para que den gloria al
Padre (v. 16). Lo bueno que el cristiano realiza tiene tal finalidad:
que todos los que lo ven se animen a glorificar al Señor con su
propia vida. La luz del cristiano ilumina el camino del Evangelio.
Preguntas para la lectura:
¿Qué le dijo Jesús a sus discípulos?
¿Qué pasa con la sal cuando pierde su sabor, para qué sirve?
¿Qué le dice a sus discípulos y que les dice acerca de la ciudad?
¿Dónde tiene que ponerse la vela y que tiene que hacer?
¿Qué tienen que ver los hombres en nosotros?
2. MEDITACIÓN: (Qué me/nos dice la Palabra de Dios)
¿En qué me hace reflexionar el Evangelio en relación al testimonio
cristiano? ¿En realidad soy luz y sal de la tierra?
El cristiano está inmerso en los acontecimientos de la historia
familiar, social, eclesial. No es alguien que haga su vida apartado
de la realidad. Y entonces ¿Cómo puedo realizar esta misión?
¿Qué tengo que cambiar en mi vida? ¿Soy sal insípida y luz débil
para los demás?

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