Las fortificaciones costeras en Gipuzkoa (ss. XVI-XV)
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Las fortificaciones costeras en Gipuzkoa (ss. XVI-XV)
SÁEZ GARCÍA, Juan Antonio: “Las fortificaciones costeras en Gipuzkoa (ss. XVI-XV)”, Itsas Memoria. Revista de Estudios Marítimos del País Vasco, 6, Untzi Museoa-Museo Naval, Donostia-San Sebastián, 2009, pp. 113-132. Las fortificaciones costeras en Gipuzkoa (ss. XVI-XX) Juan Antonio Sáez García 1. INTRODUCCIÓN El objeto del presente artículo es realizar una síntesis de las fortificaciones costeras del territorio de Gipuzkoa, entendiéndose por tales a aquellas que directa o indirectamente estuvieron pensadas para controlar el mar o la franja costera más inmediata a éste. En el caso de obras de fortificación que tienen otros propósitos, se identifican las partes de las mismas destinadas específicamente a la defensa de la costa. El marco cronológico se limita a los siglos XVI-XX, ya que los planteamientos estratégicos y los medios con que contaban tanto las marinas de guerra como la fortificación medievales fueron sustancialmente diferentes a los existentes a partir del siglo XVI, fruto del advenimiento de las fortificaciones abaluartadas y de los progresos técnicos de la artillería. La relación de fortificaciones se presenta atendiendo a su distribución geográfica, en un intento de profundizar en una visión más vinculada al patrimonio cultural o a la geografía que al estrictamente histórico, que requeriría una presentación preferentemente cronológica. Al ser un intento de síntesis se ha prescindido de incluir planos o fotografías de las fortificaciones que con anterioridad han aparecido en los documentos que forman la bibliografía final, incorporando únicamente los planos generales de situación de las fortificaciones y algunos planos detallados de algunas de las no contempladas en la bibliografía. 2. FORTIFICACIONES DE JAIZKIBEL 2.1. Fortificaciones de Higuer La fortificación de la frontera pirenaica en el periodo posterior a la Guerra civil (1936-1939) tuvo un tardío apéndice costero cuando en el año 1957 se realizaron una serie de obras de fortificación en las inmediaciones del cabo de Higuer, en el noreste del término municipal de Hondarribia (Fuenterrabía). Consistieron éstas en la construcción de dos emplazamientos para cañón antilancha y siete emplazamientos para ametralladora. Todos ellos poseían una barbeta para la pieza y un refugio para su dotación. El emplazamiento fue elegido por la Junta de Defensa y Armamento de los Pirineos Occidentales. El asentamiento “A” para cañón antilancha se encontraba en la margen izquierda de la carretera que une el núcleo urbano de Hondarribia con el antiguo puerto de refugio, a 300 metros de distancia de éste. Tenía la particularidad de no poseer asentamiento propiamente dicho para el cañón, pues para tal función se emplearía la carretera citada. El asentamiento “B” para cañón antilancha se encuentra situado a escasos metros al W del castillo de San Telmo y está formado por refugio y explanada a barbeta que se asoma a los acantilados. Los dos refugios están formados por tres estancias rectangulares. La principal tiene 7x3 m, otra, a la izquierda de la entrada de 2x3 m y una tercera al fondo de 1x3 m. Todas ellas están comunicadas entre sí por accesos de 90 cm de ancho. La altura de todas ellas es de 1,90 cm. Los muros están realizados de hormigón armado con un grosor de 85 cm (40 cm en los muros internos que separan las estancias). La barbeta está formada por un murete semicircular de hormigón que se continúa por cada lado con sendas alas de diferente longitud 5,7 y 3,5 m respectivamente. La más corta posee una pequeña estructura rectangular. Como cañón antilancha se propone el uso de un cañón convencional anticarro de combate. 113 Juan Antonio Sáez García Fortificaciones del monte Jaizkibel (excluidas las vinculadas al puerto de Pasajes). Los emplazamientos de ametralladora constan también de abrigo para los 11 soldados, dos cabos y un suboficial que formaban los pelotones de ametralladoras. Los refugios difieren ligeramente unos de otros principalmente en la distancia que les separa de la barbeta y en la existencia o no de una salida de socorro vertical. Los refugios tienen planta rectangular de 12 m de longitud y 1,8 de anchura, siendo abovedados (2,1 m de altura hasta la clave). Disponen en las paredes de unos muretes laterales de 50 cm de alto y 30 cm de anchura para colocar sobre ellas las tablas para formar camastros. Las barbetas están formadas por una plataforma de hormigón con forma de sector circular (90º de amplitud) y 3,6 m de radio protegido por muros laterales de 1,3 m de altura y 0,4 m de espesor. 2.2. El castillo de San Telmo (Hondarribia) El castillo de San Telmo fue construido en el año 1598 en las proximidades del cabo de Higuer con la intención de luchar contra la piratería. Tiene planta rectangular. Los lados norte y este, orientados hacia el mar, se constituían en una batería con capacidad para cinco cañones, ocupando las edificaciones los otros dos lados. A la estructura descrita únicamente se añade en el proyecto que hizo Felipe Cramer en 1755 para adaptarlo a su uso como polvorín, un muro perimetral en torno al edificio más elevado, equipándolo en dos vértices opuestos con dos garitas de vigilancia y sus escaleras de acceso. La entrada, situada en el lienzo sur, poseía sobre su dintel una plataforma destinada a su defensa. La puerta daba acceso a un estrecho pasaje en el que se abre una segunda puerta. El edificio principal es un prisma de 12 m. de altura útil, dotado de cubierta a una vertiente. De este edificio partían, formando ángulo recto, otros dos edificios de planta rectangular, dotados de cubierta a un agua y porche de acceso. Ambos se situaban sobre las bóvedas del antiguo edificio que permanecían, al igual que el edificio principal, por debajo del nivel de la puerta de entrada. El edificio situado al sur se destinaba a capilla, acceso a las bóvedas del sótano y cuerpo de guardia del oficial. El otro edificio albergaba dos dependencias: el cuartel para la tropa y el cuerpo de guardia y cocina. La parte correspondiente al castillo original, por lo tanto, eran la torre y los muros más gruesos en los que se apoyaban los otros dos edificios. El resto fue construido en el siglo XVIII. El parapeto de la batería artillera, donde se abrían cinco cañoneras, era fundamentalmente de tierra, salvo en el frente norte de la batería en el que, en parte, existía obra de fábrica en torno a una de las cañoneras. Actualmente está habilitado como residencia privada en estado de semiabandono. 2.3. Hondarribia (Fuenterrabía) La fortificación de la villa costera de Hondarribia, la segunda más antigua de Gipuzkoa, tras San Sebastián, data de la Edad Media. Dispuso de castillo y de recinto murado, cuyos vestigios aún se conservan de forma discontinua. 114 En torno al recinto murado medieval, técnicamente obsoleto tras la aparición de la artillería, fue construida en la segunda mitad del siglo XV y principios del XVI una fortificación que puede considerarse como de transición entre la medieval y la abaluartada, basada en murallas dotadas de cubos redondeados (cubos de Bamba, Imperial, de la Magdalena, etc.). Por último –siendo consciente de la simplificación extrema del proceso–, se levanta entre los siglos XVI y XVII el recinto abaluartado. En su muralla destacan los baluartes de San Felipe, de la Reina, de Leiba y de Santiago, las puertas de Santa María y de San Nicolás, además de los fosos y de dos fortificaciones exteriores: las medias lunas de San Nicolás y de Guevara. No debe olvidarse la remodelación que sufre el viejo castillo medieval y su entorno en tiempos de Carlos V, del que tomará denominación. Cabe decir que las fortificaciones más poderosas están orientadas hacia el frente de tierra y no tanto al de mar. A pesar de las guerras, el urbanismo y otros avatares, una parte sustancial de las fortificaciones ha llegado hasta nuestros días. 2.4. Fuerte de Guadalupe (1900) Durante la última Guerra Carlista (1872-1876) el Santuario de Guadalupe fue integrado en un fuerte liberal que se asomaba hacia Hondarribia, por lo que su influencia sobre la zona marina era escasa. Faltaba todavía un cuarto de siglo para que se levantara el fuerte, también denominado de Guadalupe, que aún hoy en día se conserva y que fue pensado, en parte, para controlar el sector marítimo fronterizo. El fuerte de Nuestra Señora de Guadalupe, inaugurado en 1900, es el mayor de los tres que se terminaron con la intención de constituir primero el Campo atrincherado de Oyarzun y más tarde, al interrumpirse la construcción de éste, la Posición Barrera de Oyarzun. Está situado en el sector oriental del monte Jaizkibel, al NE del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, del que toma la denominación. Por lo tanto, aunque tuvo la misma denominación que el fuerte de las guerras carlistas, estuvieron separados por 300 m. de distancia. El proyecto definitivo fue formado por el teniente coronel de Ingenieros Juan Roca y Estades, que tomó como referencia el anteproyecto realizado por la Comisión encargada del estudio de la defensa del Pirineo en Guipúzcoa. El fuerte está constituido por tres obras, denominadas del Centro, de la Derecha y de la Izquierda, aunque a efectos de la defensa costera únicamente tienen interés las dos últimas. La Obra de la Derecha se compone de una batería al descubierto, orientada hacia Irún (sur) y de tres frentes: norte, orientado hacia el mar; nordeste, orientado hacia el cabo de Higer y este, orientado hacia Hendaia El frente norte dispone de una batería acasamatada semienterrada de fuegos curvos con capacidad para 4 piezas (que apuntan hacia el sur) y su repuesto de municiones. Sobre ella existe una batería a barbeta para dos piezas, separadas por un través bajo el que se oculta un repuesto de munición para el servicio de ambas piezas. Estuvo artillada con 2 Cañones de Hierro Entubado “Ordoñez” de 15 cm con un alcance útil de 9 Km. Fue la batería usada con más frecuencia para las prácticas de tiro de costa. La Obra de la Izquierda presenta con orientación hacia el mar una batería a barbeta que no fue artillada nunca con piezas de costa (fijas) y una batería acasamatada. La estructura de esta última es compleja, pues consta de tres plantas: la inferior sirve, a la par que de alojamiento para 120 soldados, de continuación de la galería aspillerada de escarpa, que contribuía a la defensa del foso. La planta intermedia tiene función de cuartel, con capacidad para 276 soldados, disponiendo en su extremo oriental de un almacén de distribución de municiones, comunicado con la planta superior por medio de un montacargas. Esta última –al igual que el cuartel inferior– está formada por nueve bóvedas. De las nueve bóvedas de la planta superior sólo cinco poseen la cañonera libre orientada hacia el mar (en las otras sería necesario abrirla en el revestimiento exterior), artilladas algunas por cañones Ordóñez de 15 cm. Las orientadas hacia tierra (sur) albergaban una batería de obuses (que sí fue artillada) y una serie de cañoneras que no fueron artilladas. En su extremo oriental poseía un observatorio acorazado, del que sólo subsiste su acceso. Rodea a las tres obras un foso cuyo flanqueo se encomienda a tres caponeras y dos semicaponeras. 115 Juan Antonio Sáez García La guarnición necesaria para el fuerte fue estimada en 600 soldados. El armamento que era capaz de acoger el fuerte según el proyecto ascendía a 69 piezas de artillería, pero el asignado inicialmente en el proyecto por recomendación de la Junta Local de Armamento fue de 44 piezas, si bien su armamento instalado no llegó ni a la mitad. También posee el fuerte una batería auxiliar, denominada “del Calvario” de las cuatro que preveía el plan original. Sus cuatro fuegos se dirigen hacia la bahía de Txingudi y Hendaya. Tuvo adjudicados 4 cañones de bronce de 12 cm. Prematuramente obsoleto, fue esporádicamente utilizado como prisión y se le asignó un discreto papel en la fortificación pirenaica (línea P) construida tras la Guerra Civil, albergando un observatorio y un emplazamiento para ametralladora antiaérea. Utilizado por el Ejército hasta la década de 1970, en 1994 fue incluido en el Inventario General de Patrimonio Cultural Vasco como Bien Cultural, con la categoría de Conjunto Monumental. Disparo de un cañón de Hierro Entubado “Ordoñez” de 15 cm sobre marco alto en la obra de la derecha del fuerte de Guadalupe. Era frecuente la utilización de esta batería para prácticas de tiro de costa. 2.5. La Línea P El sector oriental de Jaizkibel estuvo defendido por la Línea P (Organización defensiva del Pirineo) a partir del año 1944. Su defensa estaba asignada al Centro de Resistencia 245 (Guadalupe), guarnecido por un batallón (unos 600 soldados) que se apoyaba en una cincuentena de búnkeres dotados de ametralladoras pesadas (16), fusiles ametralladores (27) y algunos morteros (4), cañones anticarro (2), ametralladoras antiaéreas (2 sin terminar) y cañones de infantería (2 sin terminar), además de diversos observatorios, refugios para tropas (sin realizar) y puestos de mando. Aún cuando sólo un número pequeño de emplazamientos cubrían directamente la costa, la mitad aproximadamente estaban destinados a cubrir la llegada de enemigos desde la misma. Estas fortificaciones, aunque semiabandonadas, estuvieron en disposición de ser utilizadas hasta finales del siglo XX. Organización defensiva del Pirineo (“Línea P”). Distribución de los búnkeres y otros elementos del núcleo de resistencia n. 245 (en torno al fuerte de Guadalupe). 116 2.6. La línea fortificada de Jaizkibel En la línea de cumbre de la cadena montañosa costera del Jaizkibel se levantaron hacia 1875 cinco torres y el fuerte de San Enrique. Desde ellos es posible contemplar, hacia el sur, el territorio del corredor Irún-San Sebastián y, hacia el norte, las laderas del Jaizkibel en su descenso hacia el mar. Establecemos para su denominación, de oeste a este, los numerales I a V., estando el citado fuerte emplazado entre las torres III y IV. Aún cuando algunos autores consideran a las torres simples atalayas, éstas disponen de aspilleras, foso (según los planos del proyecto) y están distribuidas de forma que el tiro de fusil sería efectivo para cubrir la distancia entre ellas. La planta de cuatro de ellas es hexagonal, de entre 3,3 y 3,5 m de lado, mientras que la de Guadalupe (V), es cuadrada. Todas ellas tenían dos plantas y azotea, conservándose únicamente los muros exteriores, confeccionados con sillarejo y/o mampostería, principalmente de arenisca. Las torres occidentales (I a III) La cimentación de las torres está formada por una zapata ligeramente más ancha que el muro de la torre. La documentación consultada muestra que alrededor de las torres fue excavado, allí donde el terreno lo permitía, un pequeño foso. En la planta baja se instaló la cocina, formada por un hogar, una campana para recogida de humos y su correspondiente tubo de chimenea, vaciado parcialmente en la piedra, que subía hasta la azotea. En los planos también aparece un aljibe de planta circular. El muro de la segunda planta estaba perforado por tres aspilleras en cada cara, excepto en la que se encontraba la entrada, que sólo poseía dos. El acceso se facilitaba mediante una escalera de mano apoyada en la zona de la contraescarpa. El parapeto aspillerado que rodeaba a la azotea se adelantaba ligeramente sobre la fachada sostenido por tres canecillos en cada lado del polígono y uno en cada vértice (en total 24), abriéndose en el intervalo entre canecillos un orificio casi circular que servía para la evacuación de las aguas pluviales y posiblemente como aspillera de pie (matacán) para defender la zona más próxima a la torre. La circulación entre las plantas se establecía mediante escaleras de mano y trampillas abiertas entre los solivos. El estado actual de las torres es desigual. La occidental (I) mantiene la mayor parte de su perímetro, con excepción de algunos sectores del parapeto de la azotea y es la única que posee una imposta marcando la situación del piso de la primera planta. La torre (II) es la mejor conservada, mientras que la oriental (III) no llega en ningún sector de su perímetro a la altura de la azotea y actualmente está parcialmente invadida por vegetación. La torre de Santa Bárbara (Torre IV) Es conocida también con la denominación vasca de Erramuzko torrea. Si bien posee también planta hexagonal, su estructura es, en parte, diferente a las torres I/III. En primer lugar porque la sustentación del parapeto de la azotea se resuelve mediante la prolongación de los solivos que sustentan el piso de la misma (formando canecillos), reforzados convenientemente mediante un apoyo que descansaba en el muro de mampostería. La torre fue, al parecer, modificada en fechas posteriores a las de la guerra carlista con objeto de darle alguna utilidad. Por ello puede verse una escalera exterior de piedra que permite el acceso a la puerta y otra de comunicación interior en sustitución de la escalera de mano que debió poseer originalmente. La torre de Guadalupe (Torre V) Posee planta cuadrada de 5,40 m de lado, presentando un ligero talud al exterior. La azotea es también diferente al resto de las torres, principalmente porque el parapeto de fusilería posee en cada lado un sector amatacanado sustentado en solivos reforzados con apoyos al muro. 117 Juan Antonio Sáez García 2.7. El fuerte de San Enrique (Hondarribia) Data de la última guerra carlista. Tiene planta en forma de pentágono irregular (34x37x28x60x23 m) de la que sobresalen varias baterías de flanqueo, pudiendo inscribirse el conjunto de la fortificación en un rectángulo de 82x40 m. El plano de asentamiento general se forma mediante un terraplenado limitado por un muro de mampostería de 90 cm de grueso y altura variable (entre 4 y 6 m). El flanqueo de la fortificación se resuelve mediante cuatro baterías aspilleradas de planta aproximadamente semielíptica que sobresalen del citado pentágono: No existe un foso que rodee totalmente a la obra. Únicamente las baterías de flanqueo estuvieron protegidas por un pequeño foso tallado en roca de 2 a 3 m de ancho (según lugares) y 2 m de profundidad. La parte superior de los muros perimétricos se conforman en parapetos de fusilería (sin aspilleras) dotados de una amplia banqueta formada por dos escalones; el más próximo al parapeto tenía 2 m de ancho (1,5 en los dos lienzos septentrionales) y 1,5 el inferior. En los dos lienzos meridionales existe un terraplén suplementario apoyado en el muro de cierre. Por ello el acceso a los dos escalones de la banqueta se realiza por medio de 8 escaleras de seis peldaños cada una, distribuidas cinco en el lienzo SW y tres en el SE. En el resto, la diferencia de cota con el plano general de asentamiento se realiza mediante taludes dispuestos entre las escaleras. En la mitad occidental del lienzo SE el parapeto de fusilería es sustituido por una batería de artillería protegida por un parapeto de tierra de 4 m de ancho. Al norte de ésta se levantaba un pequeño repuesto de munición de planta rectangular (7x4,6 m) dividida en dos estancias y cubierta por una bóveda sobre estribos de mampostería. El centro de la fortificación estaba ocupado por dos barracones de madera de planta rectangular (32x5 m) y cubierta a dos aguas, dispuestos paralelamente y separados por una distancia de 1 m. En el extremo oriental se levantaba un edificio que albergaba la cocina. Al norte de ella, se encontraba un aljibe excavado en la roca. 3. FORTIFICACIONES EN EL ENTORNO DEL PUERTO DE PASAIA 3.1. Fuerte de Lord John Hay (1ª Guerra Carlista) Fue construido por los zapadores de la Marina Real Británica en el monte Jaizkibel (a 219 m de altura). Tenía forma de decágono irregular, inscribible en un rectángulo de 80x50 m. El parapeto orientado hacia el SE es el más grueso de la fortificación (unos 4 m), disponiendo sobre él de un sobreparapeto dotado de treinta aspilleras. En el mismo, y con la citada orientación, se abrían cuatro cañoneras y una más orientada hacia el S, desenfiladas por tres traveses. El resto de los parapetos tenían unos 2 m de grosor y disponían de una única cañonera (en la esquina NE del fuerte). En el ángulo esquina SW disponía de un caballero (o plataforma elevada 4 m sobre el resto de la fortificación) dotado de planta rectangular de 17x8 m. La entrada principal del fuerte se encontraba en la prolongación del foso del lado oeste, y conducía, pasando bajo la antes citada plataforma, a una especie de foso interior al que se abría la semienterrada planta baja del cuartel (32x6 m), que incorporaba también un pabellón de oficiales. Del citado foso se podía subir mediante dos escaleras (separadas 12 m una de otra) a la cota del suelo del fuerte. Al lado de cada escalera partían sendos puentecillos de madera que permitían pasar sobre el citado foso interior hacia las puertas de la planta superior de cuartel, dotado de paredes firmes y aspilleradas. El fuerte disponía de foso propiamente dicho únicamente en su frente SE y en parte del NW, circunstancia que constituía uno de sus puntos débiles. El recinto así formado estaba dividido longitudinalmente en dos por un muro dotado de 36 aspilleras. En el mismo recinto se encontraban tres de las ya mencionadas cañoneras y, pegado al parapeto NE, los excusados. Al lado del caballero se abría la otra puerta del fuerte, muy poco protegida, que daba acceso al sector septentrional, pudiéndose ingresar en el meridional a través de una abertura que disponía el muro aspillerado de separación. El recinto meridional agrupaba, formando parte del cerramiento SW: el ya citado cuartel, un edificio que albergaba las cocinas y el almacén (16x4 m) y el repuesto de munición (7,5x4 m) rodeado 118 de su pasillo de aireación. Otros excusados (3x3 m), estaban pegados al muro aspillerado de separación entre ambos recintos. Exentos se encontraban: un cuerpo de guardia de planta rectangular (9x5 m) y unas caballerizas (4x3 m) situadas detrás de éste. La guarnición del fuerte estuvo formada por 160 hombres del Batallón de la Marina Real Inglesa, al mando de un capitán. La dotación artillera del fuerte en 1838 estaba compuesta por cinco piezas. Una de a 3, en reserva, una de a 24 (hierro) y otra de a 6 (bronce) apuntando en dirección del fuerte de Isabel; otra similar y otra más de a 12 (hierro) apuntando hacia Guadalupe. Fortificaciones en el entorno del puerto de Pasaia (Pasajes). En las inmediaciones del fuerte se encontraban también otras pequeñas fortificaciones: los reductos de Isabel (no debe confundirse con el castillo de Sta. Isabel) y de San Antonio, la batería de Bordandia y la casa de la Resistencia. 3.2. Fuerte de Lord John Hay (2ª Guerra Carlista) El fuerte de Lord John Hay fue levantado hacia 1875 por las tropas liberales con ocasión de la última guerra carlista. Está situado en el extremo occidental del monte Jaizkibel, dominando, como lo hizo su antecesor de la primera Guerra, el puerto de Pasajes y los aledaños al monte. Su estado de conservación es aceptable, a pesar del abandono sufrido durante años. Tiene planta aproximadamente rectangular (47x25 m) con su ángulo sureste ligeramente achaflanado. Consta de un terraplenado (con participación de la roca natural) rodeado por un muro ataludado (1,5-2 m de grueso) revestido exteriormente de sillarejo tosco. Sobre el plano de situación descrito se levantan tres tipos de elementos de cierre: - Los lienzos norte y parte del oeste presentan muros de 1,2 m de grueso dotados de 33 y 16 aspilleras respectivamente. - El sector oriental se presenta achaflanado en su lado meridional y ligeramente saliente con respecto al resto del fuerte en el sector septentrional. Posee cota en torno a 2 m superior a la del plano de asiento del resto del fuerte. - Dos de los muros del Cuartel participan en el cerramiento del fuerte; en ellos se abren 14 y 6 aspilleras respectivamente. Contando éstas el número de aspilleras incorporado en el perímetro el fuerte se eleva a 69. Tres de los cuatro lados del fuerte están protegidos por un foso. El acceso se abre en el lienzo W. El fuerte dispone de tres baterías para artillería situadas en el extremo oriental. Las dos situadas hacia el sur son a barbeta. De ellas la occidental estuvo artillada por una pieza de 16 cm, y la oriental lo estuvo por otra de 12 cm corto. La tercera batería ocupa el sector NE y, a diferencia de las otras, está dotada de tres cañoneras: dos dirigidas hacia el SE y una hacia el NE, aunque parece ser que tuvo adscrita una sola pieza de 8 cm larga. El terraplén de la última batería es –como ya se ha mencionado– 2 m más alto que el plano de situación general del fuerte. La comunicación queda asegurada por una escalera de piedra de 12 peldaños. El fuerte poseyó en su interior tres edificios: cuartel, almacén de pólvora y cocina-cantina. En las inmediaciones del fuerte se encontraban las pequeñas fortificaciones de Colón y San Emilio. 3.3. El castillo de Santa Isabel El Ingeniero Mayor Tiburcio Spanochi propuso en 1598 la construcción de un pequeño castillo que guardara la entrada del puerto de Pasaia, pero hasta 1620 Julio de Oviedo y el capitán Francisco Lupecio no redactaron el primer proyecto de fortificación, localizado en las inmediaciones de un vie- 119 Juan Antonio Sáez García jo molino (Churrutella-errota). La falta de medios económicos impidió que la fortificación fuera terminada, llegándose a realizar en esta primera fase únicamente la base de la plataforma de artillería. Cuando en 1633 se intentaron reiniciar las obras, una controversia surgida entre los ingenieros Jerónimo de Soto y Pedro Palear “Fratín” retrasaron las mismas. En 1638 y en 1719 el inacabado castillo fue tomado por las tropas francesas, que realizaron en él algunas modificaciones de importancia. Posteriormente el ingeniero Isidro Próspero de Verboon realizó en 1726 un nuevo proyecto de reforma del castillo en el que ya se vislumbra una configuración bastante parecida a la que pudieron conocer los pasaitarras de principios del siglo XX: el frente marino que hundía sus cimientos en el mar estaba formado por un grueso muro quebrado de seis tramos dotados de desigual longitud y orientación. En el sector que miraba directamente hacia la embocadura del canal del puerto se abrían cuatro cañoneras y, bajo ellas, tres casamatas subterráneas aportaban otras tantas. El frente de tierra estaba formado por una elevada muralla, sobre la que podía permanecer la tropa a cubierto de un parapeto. La misma estaba constituida por nueve cortos lienzos de distinta orientación que permitían el alojamiento entre sus requiebros de un pequeño edificio (alojamiento del capellán y, más tarde, cuartel de artillería). Al abrigo del mismo muro, pero partiendo de menor altura, se encontraba un edificio de mayores dimensiones, planta rectangular y cuatro pisos de altura que servía de cuartel. El castillo de Santa Isabel dejó de prestar servicio en 1867, aunque fue utilizado esporádicamente en años posteriores y en los últimos años del siglo XIX su modernización fue incluida en el proyecto de mejora de las defensas del puerto (obras que no llegaron a realizarse). La plataforma artillera, principal elemento del castillo, fue destruida por los trabajos emprendidos en el primer tercio del siglo XX para mejorar el canal de entrada al puerto. Actualmente alberga una residencia privada. 3.4. Batería del Astillero La Junta de Armamento decidió su construcción con ocasión de la guerra entre Estados Unidos y España en un terreno de suave pendiente situado en la bisectiz de la carretera de Francia (actual N-I) y el camino militar al fuerte de San Marcos. La cota media sobre el nivel del mar era de 51 m y permitía el tiro sobre el canal de acceso al puerto y el fondeadero, a la vez que la Posición permanecía oculta desde altamar. Las obras dieron comienzo en julio de 1898 en base a un anteproyecto. Con posterioridad fue redactado un proyecto definitivo firmado el 10 de octubre de 1898 por el Teniente Coronel de Ingenieros D. Juan Roca y Estades que fue aprobado por R. O. de 16 de marzo de 1899. Su importe ascendía a 10.206 pesetas. La parcela sobre la que se levantó la batería formaba parte de los pertenecidos del caserío Astillero, propiedad del Duque de Mandas. La batería estuvo configurada por cuatro emplazamientos. Un abrigo-repuesto central dividía la batería de forma aproximadamente simétrica. Sus dimensiones útiles eran de 5x3 m y su capacidad de 30 m3. Estaba protegido por una bóveda de hormigón de 1 m de grueso sobre estribos de mampostería y cubierta por un macizo de tierra de 60 cm. Se trataba de artillar una batería al descubierto con cañones montados sobre marco bajo. Esta situación no puede considerarse como normal, ya que lo adecuado era hacerlo sobre marco alto, con objeto de que el parapeto pudiera tener la suficiente altura como para proteger totalmente a los sirvientes de las piezas. El marco bajo admite parapetos de tan solo 1,1 m de altura y por ello el diseño de la batería tuvo que contemplar el rebaje del adarve alrededor de las explanadas, con el objeto de que los servidores de las piezas pudieran tener libertad de movimiento a cubierto del fuego enemigo. De esta forma la batería quedaba configurada como una cubeta (cota entre 47,20 y 47,80, según zonas) excavada en el terreno natural, limitada hacia la vanguardia por el parapeto y hacia la retaguardia por un talud. Del fondo de la citada cubeta emergían macizos del terreno natural, sobre los que se instalaron las cuatro explanadas. Éstas estaban formadas por una placa de hormigón cuyo grosor oscilaba entre 50 cm y 1 m (en el sector en que estaban embutidas las basas y carrileras). La occidental estaba situada a cota 49,9 m y las otras tres a la cota 48,9 m. Para acceder a las mismas desde el adarve se dispusieron escaleras adosadas a cada macizo de explanada. Los parapetos, como ya se ha afirmado, estaban constituidos por el terreno natural. Alcanzaban una altura sobre la explanada de 1,10 m, de los que 50 cm estaban protegidos por un muro de reves- 120 timiento y los 60 cm restantes por un pequeño talud formado en el terreno natural. El parapeto no era rectilíneo, sino que se adaptaba a la diversa orientación de cada emplazamiento, formando además un entrante de planta trapezoidal en la zona de las basas. La función de la batería era la de cooperar a la defensa del puerto de Pasajes con las piezas del flanco izquierdo del fuerte de San Marcos (a 2.100 m) y las que pudieran instalarse en la batería auxiliar del fuerte de Txoritokieta (a 3.000 m). La rápida conclusión de la guerra entre España y Estados Unidos provocó que no se instalara en la batería pieza alguna de artillería. 3.5. Fuerte de San Marcos Durante la última guerra civil del s. XIX, las tropas carlistas levantaron un pequeña fortificación en la cima del monte San Marcos (280 m), fortificación que fue arrasada cuando, una vez finalizada la guerra, se procedió a construir el fuerte de San Marcos que aún se conserva. La construcción de este último fuerte sufrió diversos contratiempos. Tanto es así que el proyecto definitivo, firmado por el capitán de Ingenieros Luis Nieva, fue aprobado en 1888, varios días después de su inauguración, ascendiendo su coste a 2.181.000 pesetas. Por esta causa tuvieron importancia los anteproyectos firmados por Pedro Lorente (1878), Juan Roca (1879), Francisco Echagüe (1880) y José Brandis (1882), descartados por diversas deficiencias o cambio de plan estratégico. Además es preciso señalar el anteproyecto definitivo (en el que se basó Nieva), obra de Antonio Rogí y Francisco Rolán (1884). La fortificación consta de una obra baja y de otra alta. La Obra Baja está dotada de dos baterías: - Batería de cañones a barbeta. Tiene capacidad para seis cañones de 15 cm montados sobre marco alto, desenfilados por cuatro traveses que albergan en su interior abrigos-repuestos de munición. Tres de los emplazamientos podrían defender el puerto de Pasajes. - La batería de obuses está formada por cuatro casamatas abiertas por su frente. Una de ellas acoge el final de la escalera-rampa de acceso y las otras tres otros tantos asentamientos para obuses de 21 cm. Dispone también de un repuesto de munición de 12 m2. La Obra Alta está constituida por un edificio de mampostería ordinaria, revestida de sillarejo y cubierta por bóvedas de hormigón no armado (aprox. 1 m de grosor), recubiertas por mampostería ordinaria y un macizo de tierra. Tiene planta en forma aproximada de U, delimitando un patio central cerrado por el cuartel de gola. Tiene dos pisos. El superior está formado por quince casamatas abovedadas de 14x5 m que se comunican entre sí por medio de pasos entre los estribos de 4 m de luz. En los muros de máscara se abren 19 cañoneras, si bien ocho de ellas están cegadas por el blindaje exterior de tierra, admitiendo un total de siete cañones de 15 cm montados sobre marco bajo, de los que tres podrían defender el puerto de Pasajes. Cuatro cañoneras abiertas en las dos casamatas de gola permitían la instalación de otros cuatro cañones. Sobre el blindaje de tierra se estableció un parapeto para fusilería que permitía defender las proximidades del fuerte. La planta inferior dispone de ocho estancias. Dos destinadas a cuerpo de guardia y una a acceso a la obra baja (en escalera-rampa), almacenes de pólvora, proyectiles, efectos de artillería, víveres y pabellón de oficiales. El cuartel de gola tiene una sola planta y en él tomaban acomodo el pabellón del Gobernador y alojamientos para oficiales. Sobre el blindaje de tierra del cuartel se estableció un parapeto para fusilería. Los fosos están defendidos por tres caponeras. Rodeando el fuerte por el exterior de la contraescarpa se encuentra un camino cubierto de 530 m de longitud que forma redientes, comunicándose con el interior del fuerte mediante una escalera de contraescarpa y una puerta de guerra. La guarnición teórica del fuerte era de 250 soldados. El armamento inicial fue de 16 cañones de hierro sunchado (CHS) de 15 cm., tres obuses de hierro sunchado (OHS) de 21 cm y ocho ametralladoras. Dos años más tarde el armamento fue modernizado por el mismo número de Cañones de Hierro Entubado (CHE) de 15 cm (Ordóñez) y Obuses de Bronce (OBC) de 21 cm. En marzo de 1896 la mayor parte de las piezas fijas fueron trasladadas a diversas fortificaciones de la Península y de Ultramar. El fuerte dispone además de dos baterías auxiliares denominadas de Kutarro y de los Barracones. 121 Juan Antonio Sáez García Durante algún tiempo San Marcos fue utilizado como prisión militar, almacén de pólvora y de material para alambradas, dejando de ser operativo militarmente en 1967. En 1993 pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de Rentería, que en el año 2009 instaló diversas reproducciones de artillería. 3.6. Batería auxiliar del fuerte de Txoritokieta Aún cuando el fuerte de Txoritokieta no aportaba fuegos orientados hacia el mar, si lo hacía su batería auxiliar, situada al norte del fuerte, que cubría con sus fuegos el camino militar de acceso y la gola del fuerte de San Marcos, así como el puerto de Pasajes. La batería tiene una longitud de magistral de 51 m, formada por un parapeto de 8 m de ancho preparado para alojar artillería de campaña. Debido a la poca altura que adquiere el parapeto sobre la cota del adarve, derivada de los condicionantes de las piezas de artillería de campaña, el abrigo de los sirvientes está formado por cinco trincheras-abrigo dotadas de un pequeño repuesto de mano abierto en el revestimiento del parapeto. En la línea de gola de la batería se eleva un través. Se ingresa al mismo mediante un corredor de entrada abovedado. A la izquierda se abren dos bóvedas de hormigón de 1 m de espesor sobre estribos de mampostería ordinaria. La bóveda de menor luz sirve de comunicación y la otra acoge consecutivamente un almacén de pólvora y otro de proyectiles. Las bóvedas están cubiertas por un macizo de tierra de 5 m. de altura. En el otro extremo de la batería se encuentra un cuerpo de guardia de planta rectangular (48 m2). 3.7. Fuerte de Alza (1ª Guerra Carlista) En lo alto de la pequeña colina de 104 m de altura en la que se asienta el núcleo urbano originario de Altza, los liberales formaron un fuerte de indudable importancia estratégica desde el que se dominaba el puerto de Pasajes. Construido en torno a la iglesia parroquial y de siete casas, su trazado era un polígono irregular formado por diversos sectores de parapeto de entre 2 y 4 m de grueso en los que se abrían nueve cañoneras (2 al N, 3 al E, 1 al W y 3 al S) dotadas de su correspondiente explanada de artillería. En la conformación del recinto colaboraban también algunas de las casas integradas en el fuerte y varios sectores de muro aspillerado. El sector occidental estaba protegida por un foso, la oriental por un camino que, por circular ligeramente rehundido, hacía las veces de foso, mientras que una parte del sector orientado hacia el norte no disponía de tal elemento de defensa. La articulación interior del fuerte era también compleja. Constaba de dos recintos: el recinto principal y el caserío Aduriz. Éste distaba unos 50 m del recinto principal y servía de alojamiento para un destacamento del fuerte. Ambos recintos estaban unidos por un camino cubierto (con su parapeto) que corría paralelo al ya citado camino rehundido. El artillado del fuerte en 1838 estaba formado por dos cañones de a 12 una carronada (o cañón naval corto), también de a 12, un cañón de a 6 y otro de a 4. 3.8. Fuerte de Alza (última Guerra Carlista) El recinto fortificado de Alza levantado durante la última contienda carlista (1872-1876) fue diseñado por la Comandancia de Ingenieros de San Sebastián en 1874. Probablemente el proyecto fue ejecutado inmediatamente, pero su aprobación oficial se produjo por medio de R. O. de 10 de abril de 1875. El citado proyecto fortificaba el núcleo urbano de Alza existente en torno a la iglesia de San Marcial, incluyendo en él gran parte de sus edificios, en forma similar a como se realizó en la I guerra carlista. La función asignada a la fortificación fue el control de las inmediaciones del puerto de Pasajes y de la carretera que se dirigía de San Sebastián a Pasajes y Rentería. Las fortificaciones fueron demolidas nada más terminar la guerra. La planta del recinto era irregular, inscribible en un rectángulo de 150x100 m. El perímetro del fuerte era de aproximadamente 445 m, estando aspillerado el 70% del mismo, correspondiendo otra parte a los muros de las edificaciones integradas en el recinto. Sólo el 60% del perímetro poseía un foso antepuesto. 122 La fortificación tenía alojamientos con capacidad para 300 soldados de infantería y una docena de artilleros, que se distribuirían entre los 12 edificios integrados en el recinto. 3.9. La Torre de Pasajes En la primera mitad del siglo XVI San Sebastián erigió en la orilla occidental del puerto de Pasajes una torre de planta aproximadamente circular (hacia tierra tenía un sector rectilíneo). En ella residió hasta 1805 el regidor-torrero de S. Sebastián, con jurisdicción militar y fiscal en todo el canal y ensenada. Anexa a la torre existía en el siglo XIX una plataforma artillera dotada de cañoneras. En 1835 la torre sufrió un incendio, desapareciendo en la primera mitad del siglo XIX. 3.10. La batería inglesa En las inmediaciones de la torre de Pasajes (de San Pedro) se encuentra una pequeña elevación en la que los ingleses (de ahí su denominación) montaron durante la primera guerra carlista una batería formada por barricas llenas de tierra, con un cuerpo de guardia con capacidad para unos 30 hombres destacados de la guarnición del reducto Morales. Estuvo artillada con una pieza de bronce de a 8. En las inmediaciones existía otra plataforma que permitía el tiro sobre el puerto; estaba unida por un camino cubierto de unos 300 m a una casa en ruinas, cerca de la que estaban montados en batería un cañón de hierro de a 24 y dos morteros de 8 pulgadas para tirar sobre el puerto y sobre Alza. 3.11. El fuerte de Morales Estuvo situado en el monte Ulía, dominando el mar (N), el puerto de Pasajes (E), Altza y la carretera de Pasajes (S). Tuvo forma rectangular (47x44 m) con la gola situada al este, donde se abría la entrada. A la derecha del acceso, ocupando el lado N, se encontraba un edificio rectangular que servía de cuartel para la tropa y de alojamiento para los oficiales, sumando en total una compañía de 80 hombres del Batallón de la Marina Real Inglesa. En el centro del recinto se encontraba el almacén de municiones. La cocina estaba instalada en el foso y la cuadra detrás del cuartel. El parapeto, de 4 m de espesor, estaba revestido interiormente de tepes y en él se abrían 4 cañoneras y varias plataformas para tiro a barbeta, una de ellas con destino al tiro hacia la mar (N), aunque el armamento asignado en 1838 era de tan solo un cañón de hierro de a 18. El foso estaba, en parte, excavado en la roca natural, tenía una anchura de 8 m y una profundidad de 6. 3.12. El fuerte del Almirante El fuerte del Almirante (cota 208 m) se encuentra situado en la parte oriental del monte Ulía. Sabemos que fue diseñado por la Comandancia de Ingenieros de San Sebastián en agosto de 1875 y que aún hoy en día se conservan sus ruinas en mediano estado. De las descripciones que han llegado hasta nosotros se puede afirmar que su estructura y funciones eran similares al construido en el mismo lugar durante la primera Guerra carlista (fuerte Morales). Tiene planta aproximadamente cuadrada (37x38 m.) totalmente rodeada por un foso de 1,5 m de ancho en su parte inferior y 3,5 m en la parte superior. Hacia finales del siglo XIX se redactaron planes de reforma del fuerte con objeto de integrarlo en el sistema defensivo del puerto de Pasajes, aunque no se llevaron a la práctica1. 3.13. Batería de costa de Ulía (1937) La importancia estratégica que cobró el puerto de Pasaia cuando la comarca de San Sebastián cayó en manos de las tropas sublevadas (septiembre de 1936) requirió el establecimiento de una defensa en condiciones del mismo. 1. Al respecto y sobre el fuerte en general puede consultarse SAEZ GARCÍA, Juan Antonio: “Proyectos de fortificación del puerto de Pasaia en los últimos años del siglo XIX”, en Itsas Memoria. Revista de Estudios Marítimos del País Vasco, n. 5, Untzi Museoa-Museo Naval, San Sebastián, 2006, pp. 479-480. 123 Juan Antonio Sáez García Las baterías de Monpas y del Astillero fueron concebidas en 1898 principalmente para la defensa del citado puerto, a la que contribuiría también el fuerte de San Marcos y la batería auxiliar del fuerte de Txoritokiera. Pero para estas fechas los cañones de la primera, aunque todavía en servicio, podían considerarse totalmente obsoletos; la segunda batería no llegó a ser artillada nunca, pues los cañones para los que estaba pensada todavía eran más antiguos y, con relación a San Marcos, para estas fechas estaban desartillados los emplazamientos con posibilidad de aportar tiros hacia el puerto. Por ello, cuando el Ejército recibió procedente de Alemania el denominado “Envío especial n. 2”, adjudicó a la defensa del puerto de Pasaia, cuatro de los doce cañones Krupp de 15 cm Ubts U Tbts K/K45 (Unterboots und Torpedoboots Kanone) que formaban parte del envío. Era material de segunda mano y algo anticuado, pues se había utilizado a partir de 1918 en la Primera Guerra Mundial para artillar submarinos (Unterboots) y lanchas torpederas (Torpedoboots). Eran por lo tanto cañones navales, que fueron emplazados en la vertiente marítima de Ulía, en las inmediaciones de Animetako punta (punta de las ánimas) en Febrero de 1937, integrados en la 20ª batería del Regimiento de Costa nº 2 (con base en Ferrol). Las piezas tenían un alcance aproximado de 16 Km, pudiendo disparar un proyectil de 45 Kgr. de peso cada15 segundos. En abril de 1938 fueron trasladadas dos piezas a Vinaroz (Castellón) y en mayo del mismo año las otras dos a Punta Galea (acceso al puerto de Bilbao). Se construyeron cuatro emplazamientos, formados por cubas semicirculares de hormigón (7,8 m de cuerda y 6,7 de radio) de 50 cm de grueso, rehundidos aproximadamente un metro. Cuentan con una escalera de acceso con tres peldaños y con dos nichos destinados al repuesto inmediato de munición. Los diseños de los cuatro emplazamientos son muy similares, pero presentan algunas ligeras diferencias, principalmente en la distribución de escaleras y repuestos. En su centro disponen de los pernos para la sujeción del afuste de candelero típico de los montajes marítimos. En las proximidades de la batería perduran aún los restos de un campamento, de los que sólo quedan en pie una garita de vigilancia, un bunker y un edificio de planta rectangular. Este último posee tres estancias independientes, cada una de ellas provista de una puerta de acceso. La central, algo menor que las otras dos, posee dos ventanas y dos huecos (en forma aspillerada) que comunican con las estancias laterales. Éstas no poseen ventanas, sino sendas aspilleras de ventilación a cada lado de la puerta y otra en cada lado menor, una de las cuales comunica con la mencionada estancia central. La cubierta está sostenida por vigas de hierro y sobre ella se presenta un blindaje de tierra. El edificio está adosado a un macizo de tierra y se presenta rehundido. El acceso a las citadas instalaciones tenía lugar por medio de una carretera serpenteante que parte de las inmediaciones del antiguo tiro a pichón de Ulía. Actualmente los emplazamientos se conservan en buen estado, pero parcialmente cubiertos de vegetación. 4. FORTIFICACIONES EN EL ENTORNO DE DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN 4.1. Batería de Monpás La posición de Mompás se encuentra situada en la extremidad occidental del monte Ulía que cierra por el este la ensenada de La Zurriola. En 1909 su denominación fue sustituida por la de “Batería de la Diputación de Guipúzcoa". Las obras comenzaron el 18 de agosto de 1898 con arreglo al anteproyecto formado por el Teniente coronel Juan Roca y Estades. Pasada la urgencia de la guerra, transcurrieron varios años hasta que se instalaron 4 cañones Ordóñez de 15 cm, piezas vetustas, pero de aceptables prestaciones, que dispararon por vez primera en 1908. La batería contó también con pabellón para el comandante, cuartel, estación telemétrica, puesto de mando y un reflector eléctrico situado en Urgull. Los emplazamientos artilleros están constituidos por cuatro pozos excavados en la roca. Forman dos grupos, cada uno de ellos dotado de un acceso diferente. El emplazamiento de retaguardia es el situado a mayor cota. Tiene forma de sector circular con los vértices redondeados. El acceso al mismo se abre frente al cuartel y está formado por un túnel abovedado. El segundo grupo está constituido por tres emplazamientos. El acceso a ellos está formado por un túnel de 35 m de longitud que posee un repuesto de munición. A izquierda y derecha del túnel se 124 abren los accesos a sendos emplazamientos artilleros de flanco. Ambos tienen planta en forma de sector circular con vértices redondeados. El túnel desemboca en el emplazamiento de vanguardia. Según la disposición del conjunto de las piezas enunciadas y dentro de su alcance, un blanco situado hacia el frente podía ser batido por las cuatro piezas y los situados lateralmente por tres de ellas. Este último es el caso de los accesos al puerto de Pasajes, que podían ser batidos por la batería al encontrarse a tan solo 3.500 m al Este. 4.2. El castillo de Santa Cruz de La Mota El monte Urgull albergó desde la Edad Media una parte importante de las fortificaciones de defensa de San Sebastián. Desde el pequeño castillo que, al parecer, mandó construir Sancho el Mayor de Navarra, hasta la venta del monte al Ayuntamiento en 1915. No obstante, hasta el siglo XIX las defensas asentadas en Urgull dieron –salvo la batería de Bardocas– la espalda al mar abierto. Esta batería sufrió diversas reformas y ampliaciones. Incluso en el siglo XIX comenzó la construcción de una batería acasamatada que no llegó a finalizarse También poseyeron interés costero la batería de Las Damas (que terminó su vida activa como batería de salvas) y la batería baja de Santa Clara, armada en sus últimos años de actividad con obuses de 21 cm de avancarga, trasladados en 1888 al fuerte de San Marcos. El castillo propiamente dicho (que alberga en su interior incorporados los muros de la fortificación medieval) está constituido por una plataforma principal con forma de polígono irregular de 9 lados cuyos accesos se resuelven por medio de dos puertas (norte y oeste) con sus respectivas escaleras de acceso. Fortificaciones en el entorno de San Sebastián. Está rodeada prácticamente en todo su perímetro por un parapeto en el que se abren 19 cañoneras, concentradas especialmente en los sectores Sur y Oeste. En el centro de la plataforma principal se yergue el “Macho”, fortificación de origen medieval enmascarada por diversas reformas realizadas en los siglos XVI y XVII. Pegante a la plataforma del Macho se levanta un cuartel de dos plantas (s. XVIII) formado por dos naves perpendiculares que en su confluencia forman una pequeña plaza de armas donde se abre el brocal del aljibe inferior. El resto de fortificaciones existentes en el monte Urgull consisten en diversos edificios, murallas (de Villaturiel y de Espanochi) y baterías diseminadas por las laderas del monte, que fueron construidas en diferentes épocas y artilladas, desartilladas, abandonadas y rehabilitadas según las necesidades militares de cada momento. En la base del castillo de la Mota propiamente dicho se construyeron las baterías del Príncipe (o del Gobernador), de la Reina (o de Santiago), de Napoleón y la plataforma del Suroeste; el polvorín de Santiago y el cuartel de Santiago (éste actualmente en ruinas). Otras están emplazadas en cotas inferiores, tales como, las baterías del Mirador, Alta y Baja de Santa Clara, de las Damas, de Santa Teresa, de Bardocas, la plataforma del Sarmiento; la galería de tiro, el Almacén y el polvorín de bardocas (derruido), el cuerpo de guardia en el inicio del camino de acceso, etc. Las dos últimas “pulsaciones” de fortificación en Urgull coinciden con el abandono del recinto murado inferior en 1864 y con el refuerzo de las baterías de costa fruto de la guerra de 1898, perteneciendo a las mismas la mayor parte de los cuarteles, cuerpos de guardia, almacenes de pólvora, etc. que en pie o en ruinas perduran en nuestros días. En la Batería de Bardocas se realizó la adaptación de parte de la batería preexistente para recibir 3 cañones de Hierro Sunchado de 15 cm sobre marco alto, material que podría considerarse para esta fecha como obsoleto. La obra consistió en la formación de las 3 explanadas y la realización de un repuesto de hormigón en el parapeto. En las proximidades disponía de un repuesto de munición y un cuerpo de guardia preexistentes. 125 Juan Antonio Sáez García En la batería de la Reina se realizaron cinco explanadas: tres para cañones de Hierro Sunchado de 15 cm (en montaje de marco bajo) y dos para obuses de bronce de 21 cm en montaje Lerdo-Milán (es decir sobre ruedas). Justo al lado se encontraba un cuartel a prueba de bomba realizado en 1864. En la batería del Príncipe se realizaron parapetos y explanadas para cuatro obuses de bronce de 21 cm. En el sector alto de la batería se construyó un través y una explanada para afuste Seraing (que permitía un escaso giro del obús) y otro para montaje Lerdo-Milán. En la parte baja de la batería se dispusieron dos explanadas para montaje Seraing. 4.3. Donostia-San Sebastián Un nuevo recinto murado fue levantado hacia el año 1516 frente a la vieja cerca medieval. La nueva muralla meridional tenía 280 m. de longitud y 16 m de espesor. Constaba inicialmente de un terraplén de tierra de 10 m. de grueso limitado hacia el lado de la campaña por un muro principal de mampostería ordinaria de 6 m. de grueso recubierto de sillería cuyos cimientos se levantaban sobre pilotes de madera en aquellos lugares en los que el mar mostraba su influencia El terraplén estaba limitado hacia la Plaza por un muro de contención dotado de contrafuertes que facilitaban su estabilidad y de escaleras que permitían el acceso al adarve. El interior de la muralla contaba con siete casamatas donde podían instalarse piezas artilleras con la misión de batir el arenal. En el parapeto –de 6 m. de grueso– dispuesto en la parte superior de la muralla se abrían catorce cañoneras, que en el siglo XIX se vieron reducidas a once. Entre cañonera y cañonera existía una banqueta con varios escalones de acceso. Aproximadamente en el punto medio de la muralla fue levantado hacia 1530 un baluarte denominado Cubo Imperial. En el extremo occidental se alzaba el cubo de planta circular denominado del Ingente (1542), sustituido por el medio baluarte de San Felipe (1637-82) y su contraguardia que, diseñada de forma deficiente, fue totalmente remodelada entre 1754 y 1755, prologándose hacia el sur por medio de un muro guardamar de menor altura terminado en una rampa. En la parte oriental de la muralla principal fue construido el cubo de Torrano, al que sustituyó el medio baluarte de Santiago (1637-82), de dimensiones ligeramente menores que el de San Felipe. El frente de tierra se completaba con las fortificaciones exteriores que ocupaban el espacio comprendido entre el actual Boulevard y la calle de Andía. Estaban constituidas por un foso principal antepuesto a la muralla, por un hornabeque (1637-39) y por un revellín que protegía la cortina del hornabeque, estableciéndose la comunicación entre los dos últimos por medio de una caponera o pasillo a cubierto. Contraguardia, hornabeque y revellín estaban rodeados por un foso secundario que desembocaba en el foso principal y de un camino cubierto dotado de parapeto, plazas de armas y traveses. Desde el parapeto del camino cubierto el terreno descendía hacia la campaña por la suave pendiente del glacis. Todos estos elementos fueron construidos con posterioridad a la muralla principal, haciendo que las casamatas de la misma dejaran de ser operativas, pues se interponían en el tiro. El frente occidental estuvo defendido por una muralla de mampostería desplazada algunas decenas de metros con relación a la cerca medieval. Tenía dos metros de grueso y su sector meridional estuvo bañada por el mar hasta que se construyó en 1851 la nueva dársena del puerto. Por la parte superior de la muralla discurría un camino de ronda protegido por un parapeto a cada lado. Tuvo dos puertas: la del "Muelle Viejo" –pronto clausurada– y la "de Mar". Sobre esta última dos piezas de artillería permitían en el s. XVIII el flanqueo del frente occidental (en el siglo XIX cambió notablemente su estructura), reforzadas por las existentes en la batería de Santa Teresa de Urgull. Batería de La Concha, situada en los actuales jardines de Alderdi-Eder. 126 Faltando pocos años para el derribo de las murallas, y tras la ampliación del puerto (1851), se habilitó la Puerta del muelle nuevo en las proximidades del actual Palacio Goikoa. Tras la demolición de las fortificaciones en 1864, la muralla occidental permaneció relativamente intacta hasta 1880, año en el que se ejecutó su derribo parcial, formándose un paseo encima de ella. Como elementos característicos (además de las puertas) es preciso citar varias cañoneras y aspilleras que –actualmente cegadas– se abren hacia el puerto. El frente oriental constaba de una muralla de mampostería (denominada de La Zurriola) en cuya construcción (1544) participó Luis Pizaño. Tenía 264 m de largo, en torno a 3 m. de grueso y 10 m. de alltura y en líneas generales seguía el trazado de la muralla medieval, pues la proximidad del mar impedía cualquier ampliación de la trama urbana. Por su parte superior transcurría un camino de ronda dotado a ambos lados de parapeto. Hacia el extremo Norte estaba flanqueada por el baluartillo de San Telmo. Esta pequeña batería podía flanquear sólo parte de la muralla, puesto que ésta realizaba a los 195 m un ligero quiebro antes de llegar a un cubo con planta semicircular denominado de Amézqueta. A 30 metros de éste se levantaba, siguiendo un pequeño chaflán que hacía la muralla en esta parte, el cubo de Los Hornos. Ambos cubos datan de 1542. La muralla finalizaba con un sector de 18 m que unía el cubo de Los Hornos con el Baluarte de Santiago. Este frente demostró ser el más débil y en él se cebó la artillería enemiga en los sitios de 1719 y 1813. Tras este último, las tropas inglesas construyeron en la esquina SE del recinto murado una cortadura destinada a la defensa de la ciudad, puesto que la brecha había inutilizado los elementos defensivos originales. Cuando las murallas fueron derribadas en 1864, gran parte del lienzo occidental permaneció algunos años en pie, hasta que se procedió a ampliar la ciudad hacia el este (Ensanche oriental) mediante la construcción de un nuevo murallón de costa. 4.4. Batería de La Concha En la segunda guerra carlista, sin una denominación concreta, fue instalada en las proximidades del actual ayuntamiento una batería de artillería que apuntaba hacia el acceso a la bahía comprendido entre la Isla de Santa Clara y el monte Urgull. Estaba formada por diez explanadas destinadas a acoger piezas de avancarga, disponiendo de un pequeño cuerpo de guardia en sus proximidades. 4.5. Fuerte del molino de viento La curiosa denominación de la fortificación de la última guerra carlista procede de la inclusión en la misma de un viejo molino de viento de planta circular (3,9 m de diámetro interior), 7 m de altura y paredes de 60 cm de grueso que se erguía en el pequeño altozano ocupado también por la casa de campo (con su huerta y cochera) propiedad de Antonio López de Letona. Actualmente en su entorno se encuentra la finca La Cumbre. Tenía planta de octógono irregular cuyos lados menor y mayor medían 7 y 48 m respectivamente, pudiéndose inscribir todo él en un rectángulo de 60x75 m. Tenía dos emplazamientos artilleros a barbeta a ambos extremos del lado más largo. Éste (probablemente) y los adyacentes disponían de un terraplén de unos 3 m de altura sobre la cota del terreno y considerable anchura (unos 8 m a ras del terreno y 5 m en su parte superior). El resto de los parapetos eran más sencillos (entre 2 y 3 m de ancho). Todo su perímetro estaba rodeado por un foso. En el interior se encontraba el repuesto de municiones y el viejo molino de viento, situado cerca del acceso a uno de los emplazamientos de artillería. 4.6. El fuerte de Pintore Situado al pie del camino viejo de Hernani, fue construido en 1874. Su denominación procedía del caserío Pintore, que estaba incorporado en su extremo norte. Tenía planta de polígono irregular de 22 lados, adquiriendo forma muy alargada (150x20 m aprox.). Las diversas irregularidades en su trazado permitían realizar flanqueos de una parte importante de su muralla. 4.7. El fuerte de Concorrenea El fuerte de Concorrenea estuvo situado en la modesta colina (60 m) de igual denominación situada al SE de la ciudad. Como vestigio de su antiguo uso militar aún se aplica a la zona el topónimo de Bateiya o Bateia (Batería). Su situación permitía el control del depósito de agua potable que abastecía a la ciudad, de la estación del ferrocarril, de los arenales de Gros y playa de la Zurriola. La construcción del fuerte fue 127 Juan Antonio Sáez García decidida por el Ayuntamiento el 20 de agosto de 1873. El 3 de febrero de 1874 el arquitecto Goicoa presentó los planos del mismo, saliendo las obras a subasta el día 8 de febrero, sin que llegaran a adjudicarse. Una nueva subasta tuvo que celebrarse con el mismo fin el día 11 de febrero. No se conservan restos visibles, pues fue desmontado al finalizar la III Guerra carlista. Dispuso de planta pentagonal. El lado mayor (de gola) tenía una longitud de 60 metros, que en el resto de los lados se reducía a 27 m. Un parapeto de 2,30 metros de altura protegía a la guarnición del fuerte por los lados menores. En el punto medio de cada lado se abría una cañonera de 1 m de anchura interior que se ampliaba hasta 3 m en su parte exterior. Enfrentada a cada una de ellas por la parte interior se encontraba una explanada de hormigón ligeramente inclinada hacia la cañonera. En el ángulo más avanzado tenía un asentamiento a barbeta para una pieza de artillería dotado de carriles destinados a facilitar el giro del marco de la pieza. En la gola se encontraban los dos únicos edificios con que contaba el fuerte: un repuesto de municiones y el cuartel. Todo el conjunto descrito estaba rodeado por un foso defendido por dos caponeras. 4.8. Torreón del Antiguo El torreón del Antiguo estuvo situado en los actuales jardines del Palacio de Miramar. Su construcción fue aprobada por Real Orden de 1 de octubre de 1874 y en sesión del Ayuntamiento de 27 de junio de 1888 se autorizó el derribo del mismo, aduciéndose para justificar tal acción que "...estaba en ruinas y no se utilizaba...". El torreón tenía planta circular de 8,5 m de diámetro y 7 m de altura, rodeado por un foso de 3 m de profundidad y 5 m de anchura. La primera planta y la terraza se sustentaban en un pie derecho central y en las paredes de mampostería. En los muros de cada planta se abrían un total de veinte aspilleras horizontales (verticales en el parapeto de la azotea). La guarnición prevista para el torreón era de 30 hombres. 4.9. Fuerte de La Farola (1ª Guerra Carlista) El viejo faro (1778) de Igueldo fue incorporado en el fuerte de “La Farola” durante las guerras carlistas. Era un torreón de sillería arenisca, planta cuadrada (32 m de perímetro exterior) y 18 m de altura estructurado en planta baja –donde se encontraba la puerta de acceso– y dos plantas más. El fuerte estaba organizado en dos sectores separados por un foso de unos 6 m de profundidad y una anchura comprendida entre 8 y 4 m. El sector más llamativo, por supuesto, era el que incorporaba el antiguo faro, en torno al que se levantó un parapeto de piedra seca formando un polígono irregular de 8 lados, inscribible en un rectángulo de 40x20 m, siendo el lado Norte el más largo (25 m). El sector occidental tenía una compleja geometría, inscribible en un rectángulo de 60x20 m. Estaba cerrado por un parapeto con su banqueta, excepto por el lado norte, en el que únicamente disponía de una empalizada y de un pequeño cobertizo de 5x2 m. En uno de los lienzos de orientación Oeste se abrían dos cañoneras. También hacia el Oeste partía un apéndice estrecho y alargado que permitía el flanqueo del foso y otro, hacia el sur, que facilitaba también el flanqueo de otras partes del fuerte. Además del foso que separaba los dos sectores, otro de entre 3 y 5 m de ancho (según sectores) y 2 m de profundidad recorría la parte suroccidental de la fortificación. El acceso se realizaba a través del foso gracias a un camino realizado por estas fechas para transportar la artillería hasta su emplazamiento. Hacia 1838 estaba artillado por dos piezas de a 18 aportadas por la Marina Real Británica. 4.10. Fuerte de La Farola (última Guerra Carlista) El fuerte levantado en Igueldo durante la última Guerra Carlista reprodujo la estructura general del levantado en la I Guerra. Como aquél, los planos del proyecto de construcción nos informan de la existencia de dos sectores separados por un foso de 3 m de profundidad y anchura comprendida entre 5 m (hacia el norte) y 3,5 m (hacia el sur). Para unir ambos sectores se ideó un pequeño puente de madera sobre el que se deslizaba una vagoneta. El sector oriental incorporaba en su parte central el antiguo faro, que hacía las veces de cuartel, al que se le añadieron dos pequeños cobertizos de planta cuadrada (3x3 m). El oriental albergaba la 128 cocina. El cobertizo occidental era utilizado como habitación para el oficial que mandaba el fuerte. Ambos tenían la puerta y una ventana orientada hacia el sur, al igual que la entrada del torreón. El recinto tenía planta de polígono irregular de siete lados, inscribible en un rectángulo de 30x20 m y estaba rodeado por un foso, excepto por la escarpada vertiente norte. El parapeto era de mampostería, alcanzando una altura aproximada de 1 m; algo más (1,7 m) en las inmediaciones de la puerta de entrada, que se encontraba orientada hacia el SW y se abría al foso que separaba los dos sectores del fuerte. La escarpa de este último sector estaba recubierta de mampostería. En los extremos NE, SE y NW disponía de pequeños cubos de planta aproximadamente semicircular. En las proximidades de este último proyectaron los excusados. El sector occidental tenía forma aún más irregular que el oriental, inscribible en un rectángulo de 45x20 m. Disponía de dos estrechos apéndices (al SE y NW) que mejoraban el flanqueo del fuerte. Este sector tenía dos emplazamientos para cañones. Uno –a barbeta– situado en el apéndice NW y otro -en cañonera- orientado hacia el sur. Pegado al lado este se encontraba un pequeño edificio rectangular de 6x4 m que servía de polvorín. En su proximidad se encontraba el aljibe. Gran parte del parapeto estaba recorrido por una banqueta que facilitaba el disparo. Los planos existentes del fuerte no indican que el parapeto tuviese aspillerado, pero en las fotografías de principios del s. XX éstas aparecen claramente. La guarnición del fuerte estuvo constituida por 80 soldados de infantería y 9 de artillería, que dieron servicio a una pieza de a 8 larga y otra, también de a 8, corta. 4.11. Fuerte de Hernández El fuerte de Hernández se encuentra situado en las proximidades de Gudamendi, a 260 m de altura en la cadena montañosa costera situada entre la bahía de la Concha y el río Oria. Tenía planta pentagonal y estaba rodeado por un foso, ocupando el espacio delimitado por su contraescarpa una extensión de 3.592 m2. Contaba con una batería enfrentada a la posición de Mendizorrotz y a su vertiente sobre el valle del río Oria. En el interior del recinto disponía, al menos, de un cuartel dotado de muros aspillerados y de otra edificación destinada al alojamiento de los oficiales. Tras la terminación de la Guerra en 1876 el fuerte fue entregado al cuerpo de Carabineros. La nueva ocupación se limitó únicamente a utilizar uno de los edificios para vivienda de un pequeño destacamento del Cuerpo y de sus familias. Llegado el momento de abandono del fuerte por parte del Cuerpo (1914), su situación era ya lamentable. 4.12. Torreón del Calvario El torreón del Calvario, levantado en la cima del monte Calvario-mendi (279 m), constituyó una obra avanzada complementaria del fuerte Hernández con misión de dominar el núcleo rural de Igueldo y batir desde ella las avenidas del mismo hacia el fuerte. Fue construido en terreno propiedad de D. Ulpiano Campión, siendo devuelto a su antiguo propietario por R. O. de 12 de agosto de 1892. Actualmente no se aprecian restos visibles del mismo. 4.13. Fuerte de Mendizorrotz Es una de las fortificaciones mejor conservada de entre las que estaban en poder de los carlistas en 1876. Como otros fuertes de la época está arrasado a la altura del terraplén. De los restos que quedan puede deducirse que tuvo dos recintos concéntricos que encerraban la parte más alta del monte (el más elevado de toda la línea de fortificación), desde la que se divisa una espléndida panorámica de la depresión San Sebastián-Irún y de la costa. 5. FORTIFICACIONES DE LA COSTA OCCIDENTAL DE GIPUZKOA 5.1. Batería de Zarautz (1898) El plan de defensa costera de 1898 contemplaba la habilitación de una batería costera en Zarautz. Situada en la carretera que se dirigía hacia Getaria, a unos 100 m de distancia del palacio de Narros, fue proyectada con la intención de evitar desembarcos en la playa. Estuvieron asignados a ella cuatro 129 Juan Antonio Sáez García cañones de bronce de 12 cm , sirviendo como cuerpo de guardia un barracón de madera de 3,5x6 m de planta. Las obras realizadas consistieron en la formación del parapeto y construcción de un repuesto de munición, emplazando a cada lado del mismo dos piezas de artillería. Una de ellas se instaló sobre explanada de hormigón, pues solo se disponía de tres explanadas de madera. 5.2. Getaria Tras San Sebastián y Hondarribia, Getaria puede ser considerada como la tercera plaza fuerte de Gipuzkoa, pues en sus inmediaciones existe una rada que permitía el resguardo de un notable número de buques de gran porte. 5.2.1. La muralla de tierra La principal fortificacion de Getaria la constituyó un lienzo de muralla de unos ciento treinta metros de longitud, dos de grueso y diez de altura que cerraba el núcleo urbano por el sur. Estaba dotado de un pequeño baluarte en su extremo oriental y de un cuartel adosado de dos plantas. Fortificaciones en el entorno de Zarautz y Getaria. El baluarte fue comenzado a construir a mediados del siglo XVII y llegó hasta la primera guerra carlista sin haber sido terminado. Una vez concluida la guerra, la muralla fue reparada, cerradas tres de sus cuatro puertas y terminado el baluarte. Disponía éste de una cañonera en el flanco y otra en su lienzo sur, poseyendo sobre el parapeto del mismo una estructura aspillerada de mala calidad. La villa estaba defendida en sus flancos por el abrupto terreno y por el mar y comunicada con el monte de San Antón por medio de un estrecho paso. La plaza fuerte fue desmilitariazada por R. O. de 31 de mayo de 1856 y dispuesta la demolición de sus fortificaciones por otra de fecha 22 de enero de 1859, a la vez que una nueva Real Orden de fecha 1 de junio de 1876 determinaba la conservación del “castillo” de San Antón. El ayuntamiento solicitó en diciembre de 1881 la entrega de la muralla aduciendo que constituía “un obstáculo para el desarrollo de la población” La Real Orden de fecha 22 de marzo de 1882 fijó el paso de la muralla del Ministerio de la Guerra al de Hacienda y por Ley de 26 febrero de 1885 se estableció la entrega del terreno que ocupaba al ayuntamiento de Getaria, determinando la tasación de los materiales aprovechables, estableciendo que a su venta serían su importe sería reintegrado al Estado, contemplantose también que, en caso de que se edificasen tales terrenos, tendría que pagar al mismo una indemnización de un 3% del precio en que se vendiera la porción edificable. 5.2.2. Las fortificaciones intramurales Denominaremos así a las fortificaciones de diversa forma y consideración, generalmente de campaña o semipermanentes, que se asentaron a lo largo de la historia en la vertiente oriental del promontorio en el que se asienta el casco urbano de la villa y que puede seguirse en la cartografía histórica de Getaria. En la época de la Guerra de la Independencia, por ejemplo, fue formada por los france- 130 ses, probablemente sobre una batería anterior, estando constituida por doce tramos de parapeto con diversas orientaciones en el que se abrían un total de 21 cañoneras, formando las baterías del Campo Senecoa, Fortín Grande y Fortin Chiquito. 5.2.3. Las fortificaciones de San Antón Aún cuando parece que hubo planes para realizar fortificaciones permanentes de cierta importancia en San Antón, éstas no llegaron a plasmarse sobre el terreno. Por el contrario, hay numerosas noticias de la existencia de pequeñas baterías distribuidas por el monte en diversas épocas bélicas, llegándose incluso a denominar frecuentemente al monte como castillo de San Antón. Así, por ejemplo, la cartografía histórica señala durante la primera guerra carlista, nada menos que cuatro baterías con 7 cañones en total emplazadas para el control de la rada oriental y de tres baterías de un cañón cada una para control de la rada occidental. 5.3. El fuerte Gárate El monte Gárate domina claramente Getaria y su entorno terrestre y marítimo. Durante la última confrontación carlista consta que fue notoria la actividad del fuerte emplazado en este monte, dotado de seis cañones y un mortero, tanto en el cerco carlista a Getaria como en algunas escaramuzas con la Armada, como la ocurrida en 1875, en la que intervinieron, además del fuerte Gárate las baterías de Lasumtalaya (dos cañones) y Lapurratalaya (cuatro cañones). 6. LOS PLANES DE DEFENSA COSTERA A FINALES DEL S. XIX A finales del siglo XIX, se realizaron diversos intentos de dotar a Gipuzkoa de unas defensas costeras adaptadas a la tecnología militar de momento, de acuerdo con el mandato encomendado a la Comisión nombrada por Real Orden de 12 de marzo de 1896 para establecer una defensa adecuada de la Costa Cantábrica. El 2 de octubre del mismo año se reunía en San Sebastián, bajo la presidencia del General Rafael Cerero, la Junta Local de Armamento con objeto de cumplimentar el estudio de defensa del litoral de Guipúzcoa. En ella se estableció la construcción de una serie de obras de defensa que no se llegaron a ejecutar al considerar la Junta Consultiva de Guerra en sesión de 18 de febrero de 1897 que el peligro de desembarco era mínimo para las grandes piezas de artillería previstas en la propuesta de la Junta local de Armamento. Armamento propuesto por la Junta Local de Armamento de San Sebastián para el artillado costero de Guipúzcoa (1896) Fortificación prevista Artillado previsto San Antón (Getaria) 2 C Krupp de 26 cm 2 CHE de 15 cm 2 OHS de 24 cm 2 CTr Monte Urgull (San Sebastián) 2 CHS de 24 cm 4 OHS de 24 cm Batería del Oeste (Pasajes) 2 C Krupp de 26 cm 4 CHE de 15 cm Santa Isabel (Pasajes) 2 CHE de 24 cm 2 CHE de 15 cm 2 CTr Batería del Este (Pasajes) 3 CHE de 21 cm Batería de Portomoco (Jaizkibel) 2 C Krupp de 26 cm 2 CHE de 15 cm San Enrique (Jaizkibel) 4 OHS de 21 cm Fuerte de Guadalupe (Jaizkibel) 2 CHE de 15 cm 3 OHS de 21 cm C = Cañón, O = Obús, Bc= Bronce comprimido, H = Hierro, R = Rayado, E = Entubado, Tr = Tiro rápido 131 Juan Antonio Sáez García Sin embargo, el peligro real que supuso la guerra contra los Estados Unidos de Norteamérica en 1898 forzó al establecimiento y refuerzo de algunas fortificaciones, según la tabla siguiente: Baterías para defensa de la costa guipuzcoana según el proyecto de Juan Roca aprobado por R. O.de 16 de marzo de 1899 Denominación Artillería Alcance Observaciones Príncipe (monte Urgull) 4 OBc 21 cm 6.000 m Reforma Reina (monte Urgull) 3 CHRS 15 cm 2 OBc 21 cm 6.000 m 6.000 m Reforma Bardocas (monte Urgull) 3 CHRS 15 cm 6.000 m Reforma Mompás (monte Ulía) 4 CHRE 15 cm 2 Ctr 9.000 m 4.000 m Nueva Astillero (Rentería) 4 CHRS 15 cm 6.000 m Nueva Zarautz 4 CBc 12 cm 6.000 m Nueva C = Cañón, O = Obús, Bc= Bronce comprimido, H = Hierro, R = Rayado, E = Entubado, Tr = Tiro rápido 7. BIBLIOGRAFÍA FERNANDEZ ANTUÑA, Cesar: Murallas de Hondarribia: de la cerca medieval al recinto abaluartado, Ayuntamiento de Hondarribia, Hondarribia, 2002. SAEZ GARCÍA, Juan Antonio: “El fuerte de Nuestra Señora de Guadalupe”, en Boletín de Estudios Históricos del Bidasoa, n. 21 (oct. 2001), pp. 209-254. SAEZ GARCÍA, Juan Antonio: “Fortificaciones liberales en el entorno de San Sebastián en la última Guerra carlista”, en Boletín de Estudios Históricos sobre San Sebastián, n. 35 (2001), pp. 255-327. 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