Trompetas Jubilosas

Transcripción

Trompetas Jubilosas
Trompetas Jubilosas
Me sigue pareciendo mentira que el ser humano aún siga intentando olvidar.
Intentando acabar con sus malos pensamientos que le persiguen. Aclarando sus ideas
e intentando buscar una respuesta a preguntas que nunca han tenido sentido y que
siempre carecerán de ello, al igual que nunca obtendremos respuesta alguna que
explique la causa en si. Es imposible olvidar algo que nos hace daño, algo que nos
perturba, no nos deja dormir y nos persigue sin compasión. Solemos recordar hechos
que ocurren o que nos han ocurrido, solemos recordar personajes y personas
importantes para nosotros o para nuestros antepasados. Gente importante, ya sea para
bien o para mal. Se nos ocurre entonces alegar a heridas abiertas, cicatrices mal
cerradas y bordados mal cosidos. Una guerra mal zanjada o una sociedad dividida por
una ideología que no tiene. Una guerra que siempre se pierde y que empieza en
nosotros mismos.
Es importante comprender para soñar y para soñar con un mundo mejor
debemos comprender nuestra historia, si comprendemos nuestra historia sabremos que
estudiar historia no es otra cosa que aprender de los errores. Además de hacernos
comprender que ocurrió hace siglos, años o meses la historia nos recuerda lo que fuimos
y muchas veces lo que seremos si no hacemos las cosas adecuadas.
No podemos comprender unos ideales si no comprendemos la historia y tampoco
podremos comprender unos ideales si aún tenemos heridas abiertas, es decir, no se
puede defender algo que hace daño a las personas, no se puede defender algo que
haya derramado sangre humana y que haya matado familias enteras. Las heridas
abiertas en la historia de un país son comparables a un pantalón roto que se cose para
no tener que tirarlo. Si el pantalón está mal cosido con los esfuerzos realizados al andar
se romperá el cosido y tendrás que comprar otro nuevo. Algo parecido ocurre con esas
heridas abiertas y aún latentes. Una herida en la historia nos persigue constantemente
y nos recuerda que hicimos cosas mal, nos recuerda las cosas que no se deben hacer
para que algo no se vuelva a repetir. Por desgracia además de recordarnos lo que no
se puede hacer las heridas nos hacen reprimir a quien no piensa igual que nosotros y
desgraciadamente en España aún tenemos muchas cicatrices por sanar.
En nuestra historia tenemos innumerables faltas, innumerables guerras e
innumerables derrotas en lo personal. Pero a pesar de todas esas guerras ninguna ha
quedado tan marcada como aquella que nos enfrentó durante tres largos años, aquella
que se llevó la vida de más de quinientas mil personas.
Hemos vivido monarquías y repúblicas, hemos vivido guerras y periodos de
relativa paz, pobreza, hambre y periodos de vacas gordas. Pero aun así seguimos
queriendo revivir ese espíritu de guerra esos pensamientos extremistas que nos llevaron
a enfrentarnos y que obligó a amigos matar a otros porque no eran del mismo bando.
Sinceramente, si se ha estudiado historia de España nos daremos cuenta de que
una bandera con un águila funciona tan mal como una bandera tricolor y que esos dos
símbolos hacen referencia a dos cosas totalmente diferente; uno de ellos hace
referencia a ese tiempo de opresión a ese tiempo de una dictadura fascista, una
dictadura de extrema derecha; el otro símbolo hace referencia no a una dictadura pero
hace referencia a una “democracia” manipulada a favor de una izquierda bastante
extremista, el comunismo. Los extremos son malos y la historia nos lo recuerda, otra
cosa es que ciertas personas no lo quieran ver.
Hemos de recordar para olvidar. Olvidar de una vez por todas nuestras
diferencias, porque al fin y al cabo siempre tendremos algo en común con ciertas
personas. Siempre seremos afines a los gustos de una persona de ideología contraria
a la nuestra. Puede que nos guste la misma música, el mismo tipo de ropa o el mismo
tipo de personas con las que juntarse e ir de fiesta. No podemos encerrarnos en que
alguien que tenga una ideología distinta tiene que ser un enemigo acérrimo a nosotros
porque teniendo personas de distinta ideología tienes personas con las que debatir
diferentes cosas sin llegar a crear una guerra, porque si tu aprecias a esa persona no te
enfadas por sus ideologías, al contrario, esas pequeñas discusiones unen más una
amistad. Pero por fortuna o por desgracia, siempre habrá personas que aplaudan y
celebren orgullosos que no aceptan ninguna ideología que no sea la suya y que estaría
dispuesto a entrar en guerra con cualquiera que no sea afín a su pensamiento
entonando sus trompetas jubilosas.
“Siento que es el momento de olvidar lo que nos separó y pensar en lo que nos
une” Amaral – Revolución
Sergio Barajas Cruz

Documentos relacionados