PASARELA_V.

Transcripción

PASARELA_V.
SUMARIO 0 ÍNDICE DE LA REVISTA
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PASARELA Nº 5
Portada ................................................................................. Benito Álvarez.................................. 1
Presentación ........................................................................ Benito Escarpizo .............................. 3
Tigres de Papel..................................................................... Juan Carlos García........................... 4
El comercio del Sr. Manolo: recuerdos y testimonios ....... María Luisa García .......................... 6
Atlético Astorga un sueño cumplido .................................. Ricardo García ................................. 8
Recuerdos de mi vida laboral.............................................. Juan Rojas ...................................... 10
Edificios centenarios de Vega............................................. Benito Álvarez................................ 12
Plantas medicinales: el brezo ............................................. Enrique García ............................... 13
El Origen de un sueño .......................................................... Benito Escarpizo ............................ 14
Vivencias de un marino mercante de Vega de Magaz....... Paco García.................................... 16
Un vecino de Vega cautivo de Argel ................................... José María García .......................... 18
La Fuente y la Puntea .......................................................... Porfirio González ........................... 20
Ruta del antiguo correo de Vega ........................................ Porfirio González ........................... 21
Algunas fotos significativas de la Cepeda ......................... Benito Álvarez ................................ 22
VEGA SOMOS TODOS
Editada y dirigida por: La Comisión Organizadora de la Semana Cultural
3
PRESENTACIÓN
Benito Escarpizo
En esta nueva entrega, La Pasarela de Vega Magaz da un paso
más para conocer nuestro pueblo, sus orígenes, sus gentes y divulgar
nuestras experiencias y nuestra historia presente y pasada.
En La Cepeda, tierra originaria de Eugenio de Nora, aparecen los
paisajes cargados de sudores y leyendas a la espera de su narración. En
nuestros pueblos, el vacío de la desolación da paso a la de soledad y a
la decadencia que ha arrancado con fuerza la vida campesina, para entregarla, mayoritariamente a la
sociedad urbanita.
En nuestra Comarca, durante algunas épocas, se ha impuesto un mal entendido progreso, que
ha destruido, por falta de sensibilidad, el patrimonio heredado, avalado por una vanguardia
iconoclasta excluyente, que no supo armonizar los valores de nuestro pasado, con los de nueva
creación. Ejemplos tenemos de iglesias, imágenes, molinos, viviendas tradicionales, paneras, etc, que
el caballo del tiempo se llevó para siempre.
La ventana abierta que es La Pasarela de Vega Magaz, permitirá que el aire fresco que pasa
por ella, divulgue la cultura popular en todos sus aspectos: históricos, etnográficos, ecológicos,
artísticos, arqueológicos, de tradiciones y costumbres, que marcaron y marcan, la vida de los pueblos
convalecientes de nuestra Comarca.,
Llorar por lo perdido es inútil y las lágrimas son la niebla que no nos deja ver el paisaje, fuente
de la energía positiva para la creatividad y la acción, así La Pasarela con sus contenidos diversos,
puede ser la palanca que impulse un presente renovador y testimonial, haciendo de puente
generacional, y dar paso a un futuro esperanzador para las gentes de “La Cepeda de agua, de Carro
Celada J.A.” y de los que tenemos raíces de origen en nuestra Comarca.
Acuarela de Benito Escarpizo
4
Juan Carlos García García - Periodista.
Tigres de papel.
(Tercera parte-Final de la narración)
Hoy va a ser un día importante. Fiesta de Villamejil. Adela
(nombre supuesto), me ha prometido un baile. Hacemos “dedo” (autostop) y todos hemos tenido suerte, hemos llegado rápido. La vuelta será
andando con nocturnidad todos juntos chicos y chicas. Lo pactado, me refiero a la vuelta, lo
demás de pactado nada… Comienza el baile, y hay que esperar las piezas lentas. No lo vais a
creer, pero la primera canción lenta es “Angie”. Todos me miran. Ansiedad total. Adela, (se
lo dije en perfecto franchute del Insti de Astorga) –Voulez vous dancer avec moi?– Ella
replica como quitando importancia. ¡Pero que tonto eres! Ya sabes que estoy por… (no lo
nombro, pero es mi amigo más íntimo)… Es que todavía no te has “coscado”. Pero ¿bailas o
no? No pienso, lo siento. Impacto total… Vaya palo, vaya leche que me ha “dao”, vuelvo a
sentarme a la pradera totalmente grogui. Esta noche ya seguro que no me repongo. La
noche va a ser larga, no bebo, (ahora que hay botellón para estos casos), y además no hay
un duro. Y para colmo me dicen que hay una de Banidodes (para mí, pueblo y palabra
siempre con B) que está por mí, más fea que Picio… suele pasar. Me repiten que no es un
chiste, que la cosa es seria…
A pesar de todo la pandilla está fortalecida, solo hay optimismo en nuestras almas.
Hablamos de música, estamos al día
con los de Madrid, gracias al Bar Ríos
de Astorga, con Status Quo Led
Zeppelin,
Creedence…Dylan,
Rare
Earth… o escuchar a los “Hollies”, aquel
"Long Cool Woman in a Black Dress" (la
famosa canción “Mujer de largos
cabellos…”). Va déjalo estamos en Vega
y es lo que hay. Poco dinero, las
chavalas ni caso, música cero, pero eso
sí mucho tiempo para arreglar todo
esto. No vamos a perder el optimismo.
El tren que llamábamos “la
unidad” venía siempre cargado de otras chavalas de la zona que habían suspendido y
recuperaban clases en Astorga. Nuestro deber ineludible era escoltarlas hasta Magaz, o
Venamarías. Por gentileza podíamos llevarlas de paquete en la bici, pero siempre se
negaban. El ritual era siempre igual, como las moscas a la miel. Dos o tres chavalas andando
y cinco o seis bicis alrededor acompañando. ¡Cuidado! Estamos llegando a casa de Plácido, el
cura siempre sentado en su sillón de canastilla, con mirada desafiante. Todo era formalidad
por un momento... Poníamos cara de conejo y decíamos “Buenas Tardessssss” … risas
sottovoce … y volvemos a nuestros pensamientos inconfesables.
La pandilla siempre atenta a sus obligaciones, todo eran oportunidades que había que
aprovechar. Otero, Fontoria, Cogorderos, Castrillos, Venamarías, Banidodes, pero ninguna
fiesta como la de Magaz. Algún rayo de sol con más fuerza debe caer en Magaz, siempre
había ligue, alguna fiesta fue apoteósica. Algunas buenas vivencias de nuestra pandilla
pasaron en Magaz.
Al final el verano se acaba como todo, pero queda la inconsciencia, nada de sexo,
¡jo...pelines!, sin drogas… eso era algo muy lejano e inquietante; –se hablaba que había por
ahí cosas que te hacían sentirse no sé cómo por unas horas–, y poco rock and roll. Bueno
nada de rock and roll, la música de las fiestas pueblerinas, con bandas de músicos que se
jactaban de modernos, tocando un poco de salsa, flamencadas o alguna canción del verano,
“Eva maría se fue…” “obladi oblada” de los Beatles, y claro no podía faltar la más carismática
“Angie”.
Adolescencia, inocencia, inconsciencia, como decía aquella canción de Alice Cooper,
“aquellos tiempos no volverán. Aquellos tiempos pasados no fueron mejores, aquellos no
volverán… No volverán porque no se han ido, siguen en nuestro interior”.
Ajenos al mundo real, escuchábamos unas canciones en inglés que hablaban de la
guerra del Vietnam pero no lo sabíamos, otras del movimiento pacifista, la revolución hippie,
o la segregación racial, y tampoco lo sabíamos. Estábamos en la luna… Vega está lejos de
todo, y no ha cambiado. Años
después
me
enteré
que
“Angie”, trataba del final y el
fracaso
de
una
historia
amorosa. ¡Toma ya! Me tiraba
sin red… De haberlo sabido
habría esperado a que tocaran
“las flechas de amor” de
Karina. Ese era el secreto…
Pero Cupido escondido. Y no lo
sabía.
(Dedicado a la pandilla:
A Toño, mi primo Pedro, a
Pedro el de la “farma”, Nanín, Mariano, Miguel, Juan Luis el de la estación, Tinin el
madriles, y Pedro el otro madriles, y a Gabi, –lo tenemos en el alma–
alma–, éramos tigres de
papel, pero más grandes que la amistad).
amistad
5
6
El comercio del Señor Manolo: recuerdos y testimonios
Marisa García Alonso
A las 5 de la tarde tengo marcado mi encuentro con Manolita para charlar
sobre “el comercio del Sr. Manolo” con el fin de escribir un artículo en la
Pasarela.
Salgo de mi casa, en la calle Florencio Álvarez, que fue médico del
pueblo en mi infancia y, al mirar para la placa, pasan por mi memoria todos
los establecimientos comerciales que un día existieron en esta calle y de los
cuales el último superviviente es el objeto de este texto. Cuando camino, voy
rememorando sus nombres y mirando para las casas donde ocuparon un
espacio: la farmacia de Don Enrique, la tienda de ultramarinos SPAR de mi tía Eugenia, la mercería de la Sra.
Margarita y, cuando salgo de mi ensimismamiento, ya estoy sentada en la acogedora cocina de Manolita donde,
como no podía dejar de ser, también se encuentra su hermano Luis. Ambos saben cuál es el objeto de mi visita,
hilvanar la historia del comercio que su padre, Manuel Núñez, fundó en el año 1928 y del que más tarde, allá
por los años 64 Luis, que ya ayudaba desde pequeño, tomaría las riendas. Las mujeres, la Sra. Josefa primero, y
Manolita y Anita después, aunque aparentemente no tuvieron un papel muy visible, también ayudaron a sacar
adelante el negocio: ordenando la mercancía, pasando facturas, haciendo los pedidos por carta y atendiendo a la
clientela cuando era preciso.
Situado en el ramo del llamado comercio mixto, al principio vendía tejidos – sobre todo mahón, calzado
– alpargatas de vira, sombreros de paja y camisas para los segadores, las primeras cocinas económicas de la
zona y los materiales para su instalación. Las madreñas ocupaban un lugar especial; al principio las traían de
Asturias en bruto y los acabados – con diferentes diseños y colores –, los hacía una señora que vivía en su casa
durante temporadas (me viene a la memoria la imagen de las madreñas a la puerta de la iglesia – las de los
hombres, grandes y de color negro; las de las mujeres de colores más vivos y también las de los niños).
Conseguí que Luis me guardase un par que aún conservo.
Al final de la guerra, en época de penuria y estraperlo, la falta de tejidos obligó al Sr. Manolo a hacer
varios viajes a Barcelona de donde traía las piezas en los trenes de mercancías. De tal forma, que suministraba a
los comerciantes de Astorga, menos avispados en estas lides. También el famoso comerciante de León de los
almacenes Lubén, ayudó bastante en estos tiempos difíciles. “Confió en mi padre que era gente honrada como
los de por aquí” dice Manolita y “no como los de la
Ribera que era otra cosa” añade Luis.
Con la llegada del desarrollo, en los años 60,
la tienda fue ampliando el negocio para nuevos
productos, y allí se podía encontrar de todo: clavos y
puntas, herramientas, cazuelas, paraguas, botas,
tejidos, y otra infinidad de objetos que llenaban las
estanterías o colgaban del techo. Y lo más interesante
era que nunca salías de allí sin llevar algo de regalo:
una rodilla, un pañuelo, unos caramelos…
Pero la época de esplendor fueron los años 70,
80, y parte de los 90. La necesidad de remozar o
construir nuevas casas por parte de los habitantes de toda la Cepeda o de los
que, habiendo emigrado a otros lugares, deseaban volver al pueblo en
vacaciones, fue muy bien aprovechada por este comercio emprendedor,
invirtiendo en nueva mercancía para dar respuesta a esta demanda: muebles,
colchones, juegos de cama y de toallas, etc., que se vendían más allá de las
fronteras de la zona, para Astorga, Valladolid, Asturias, entre otros “hasta
Campomanes llevé colchones y muebles”, dice Luis. Y Manolita añade: “El
señor que suministraba los colchones sorprendido con la cantidad de demanda
se preguntaba: ¿Qué pueblo será este? Y cuando vino y vio el tamaño de la
tienda y del pueblo, se quedó admirado”.
Pero como a la mayor parte de los negocios de la tierra, también le
llegó el final al comercio del Señor Manolo o de Luis y la puerta, con su
característico sonido de campanillas, quedó cerrada para siempre.
Y qué hacer ahora, se preguntaba Manolita observando con tristeza la diversidad de objetos que aun
llenaban las estanterías, cada uno con su historia y sus afanes. Recordaba las palabras de su padre “no me ha
cundido la vida nada y las he pasado negras” y pensaba que toda aquella lucha e inversión no podía quedar
escondida y acabar cubierta por las telarañas. Como mujer de ilusiones y convicciones, puso manos a la obra y
decidió: voy a hacer un museo –“la ilusión de hacerlo me quitó las penas”. Y así fue: desempolvando algunos
objetos guardados, seleccionando, catalogando, el museo fue ganando vida y ahí está para que todos lo podamos
visitar, a lo que Manolita se presta con mucho gusto.
Y así fue pasando la tarde escuchando con atención las muchas anécdotas y pequeñas historias que no
caben en la extensión de estas páginas. Unas deliciosas pastas de las monjas de Santa Clara, que nunca faltan en
esta casa, también ayudaron a endulzar esta conversación.
El museo es el testimonio
de uno de los muchos negocios
que hicieron de este pueblo un
pequeño ejemplo de gente
emprendedora. El abandono del
campo, el envejecimiento de la
población y la falta de visión
política, entre otros factores,
impidieron la sostenibilidad. Pero
la utopía y los sueños mueven el
mundo y no sabemos lo que el
futuro nos deparará.
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ATLÉTICO ASTORGA, UN SUEÑO CUMPLIDO
Ricardo García
Astorga está de enhorabuena. Un año después del histórico ascenso a la
Segunda División B, el sueño se ha cumplido al conseguir la permanencia en la
categoría. Se ha repetido la historia: un último partido épico que ha propiciado se
cumpla el objetivo marcado al inicio de temporada, como es mantenerse en la
categoría.
Un At. Astorga que acaba de celebrar su 45º Aniversario, aunque la historia
del fútbol en la ciudad se remonta a hace más de cien años.
Hagamos un poco de historia: En 1910 hay ya constancia de la existencia de la
“Sociedad Deportiva La Salle”. Después llegaría el “Club Deportivo Astorgano” y en
1947 el “Club Deportivo Astorga” del que sería su primer presidente el conocido
médico astorgano Dr. José Redondo Flórez.
No sería hasta 1969 cuando se formase el equipo que llevará el nombre de Atlético Astorga hasta la
actualidad.
Un club que nació en la categoría juvenil y que el 1973 obtendría el ascenso a la categoría Regional
Preferente.
Años más tarde, en la temporada 1979-80, bajo la presidencia de Laureano González, se conseguiría el
ascenso a Tercera División, después de más de tres lustros de que hubiera descendido su predecesor, el Club
Deportivo Astorga.
Vendría una etapa gloriosa para el
primer equipo que se prolongó hasta 1993.
Sería en esa temporada 1992-93, cuando
después de una magnífica actuación, llegando a
jugar la fase de ascenso a Segunda División,
entró en una de las mayores crisis de su
historia, llegando incluso a peligrar su
supervivencia. Al finalizar la temporada se
produjo una desbandada de jugadores que
recalaron en otros equipos y hubo de formarse
un equipo sin experiencia en la categoría que
desembocó en una temporada desastrosa,
dejando de nuevo al equipo en Regional
Preferente.
Sería en la temporada 1994-95, cuando de la mano del técnico Javier Canelas, se volvería a la Tercera
División. Llegaría después un periodo de ascensos y descensos de categoría hasta llegar a la temporada 20082009 en la que se consiguió sanear las cuentas y consolidar el equipo.
La temporada 2010-11 una Junta Gestora presidida por Sagrario González, evita la desaparición del
Club, al no presentarse candidato tras finalizar el mandato de Jorge Alonso Alija. La regularidad del equipo hizo
que en la temporada 2013-14 se consiguiera el sueño de ascender a Segunda B donde esperamos que el
equipo consiga hacerse con un hueco de forma permanente.
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Entre las curiosidades que podemos citar en
este pequeño artículo, cabe destacar la presencia de
un Primera División, el Real Valladolid en una
segunda ronda de la Copa, en la temporada 1981-82.
En la temporada siguiente visitó la Eragudina
el “Castilla CF”, filial del Real Madrid, entrenado por
Amancio Amaro, con jugadores como Pardeza,
Butragueño o Michel en sus filas. O la temporada
1991-92, en la que se consiguió el subcampeonato y
jugar la liga de ascenso a 2ª B, ante el Alcalá, Lealtad
de Villaviciosa y O Carballino de Orense.
Astorga vibra con el fútbol y la ciudad lo nota en las visitas del Oviedo o de la Cultural y Deportiva
Leonesa, cuando sus calles se llenan de aficionados con los colores de sus equipos. Un revulsivo económico,
sin duda, para el pequeño comercio de la ciudad y para la hostelería, que no podemos dejar perder. ¡Aúpa
Atleti!
EL FÚTBOL EN VEGA DE MAGAZ
Recordando las fiestas del pueblo
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RECUERDOS DE MI VIDA LABORAL
Juan Rojas Escribano
Cuando se me planteó escribir un artículo para esta revista, cruzaron por mi mente
algunos temas posibles y finalmente me decanté por el que mejor conozco: la educación.
Soy consciente que en Vega de Magaz otras personas tienen también la experiencia laboral
o el currículum académico para haber abordado este tema con más autoridad que yo. Pero
como estamos ya en el número cinco de la Pasarela y nadie lo ha hecho, aquí estoy para
rellenar un hueco que hasta ahora había pasado desapercibido.
Durante cuarenta años he trabajado en la educación pública. Reflexionar sobre ese
tiempo, ahora que empiezo mi jubilación, me servirá a mí para ser más consciente de lo que mi profesión, a la
que llegué por vocación, ha aportado a mi vida.
Empecé a trabajar el curso 1974/75 haciendo sustituciones de las bajas por enfermedad. Dos meses
estuve sustituyendo a un maestro que llevaba muchos años trabajando en primero de primaria. Aplicaba con
magníficos resultados el método analítico de lectoescritura, que consiste básicamente en enseñar a leer y
escribir partiendo de frases y terminando en el conocimiento de las palabras y después de las sílabas. Este
método se ha aplicado poco y la mayoría de nosotros hemos aprendido a leer y escribir con el método
sintético que parte de la sílaba, van después las palabras y finalmente las frases. En los estudios de magisterio
yo había conocido solo someramente el método analítico y esa experiencia en mis comienzos fue muy
positiva. Hacia el final de ese curso hice una larga sustitución en un centro de adultos. La mayoría de mi
alumnado tenía más edad que yo, así que me esforcé al máximo para cumplir a conciencia con mi cometido. La
experiencia con adultos me gustó tanto que decidí que en algún momento de mi vida laboral volvería a este
nivel educativo.
El verano de 1975 aprobé las oposiciones al Cuerpo de Maestros en Córdoba. Un pequeño grupo de
amigos y compañeros de estudios que habían aprobado también, decidimos ir juntos a un centro que
empezaba ese curso sus clases y que por lo tanto su plantilla sería provisionalmente cubierta por opositores
como nosotros. En ese centro, llamado Los Califas, permanecí dos cursos escolares compartiendo con mis
amigos mis primeras responsabilidades. El curso anterior, en el que hacía sustituciones, que como mucho eran
de dos o tres meses, lo importante era adaptarse a la forma de trabajo de la persona sustituida, sin tomar
demasiadas iniciativas que pudieran interferir en el trabajo ya realizado. Ahora, con la tutoría de una unidad
escolar desde principio de curso, la responsabilidad era diferente y las opciones de aplicar lo aprendido en la
carrera estaban más abiertas. Explorar en la práctica con mis compañeros de estudios las posibilidades de
organizar un curso escolar completo fue muy gratificante.
En 1977 fui trasladado a Arcos de la Frontera,
donde he ejercido mi profesión hasta el día de mi
jubilación. En esta localidad he trabajado en varios
centros escolares pero el mayor tiempo en Alfonso X El
Sabio, donde los alumnos que tuve en los últimos cursos,
en muchos casos, eran hijos o sobrinos de otros alumnos
míos de cursos anteriores. Siempre he creído que debía
fomentar la colaboración de los padres y madres en la
educación de sus hijos; la familia es fundamental en la
educación. Colaborar con padres y madres a los que
conocía desde niños, hizo de este trabajo conjunto algo
más intenso y productivo.
Por fin, el año 2005 volví a la educación de adultos, en la que he permanecido los diez últimos. El 27 de
septiembre, la Junta de Andalucía publicó un Decreto que transformaba profundamente este nivel educativo.
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Los Centros de Adultos, ahora llamados de Educación Permanente, atendían fundamentalmente a
personas mayores que en muchos casos no habían estado escolarizadas y las alfabetizaba, complementaba su
educación o las preparaba para un examen teórico del carnet de conducir adaptado para personas con
dificultades de lectoescritura.
A partir del Decreto, estas enseñanzas se irían abandonando, no solo por
imposición legal, sino también por la falta de demanda social (la generalización de
la educación y varias décadas de alfabetización de los centros de adultos habían
terminado con el analfabetismo). En su lugar se atenderían otras necesidades
sociales. La principal, ayudar a las personas con fracaso escolar a obtener la
titulación básica. Impartir clases de informática o de inglés básicos. Instruir en la
cultura emprendedora. Formar en la lengua y cultura española a extranjeros
residentes en la localidad. Conocer el patrimonio cultural y medioambiental
cercano.
Las personas que han desempeñado un oficio durante años sin titulación
en Formación Profesional la legislación vigente les acredita ese título en el grado
que corresponda a su experiencia laboral. Los Centros de Educación Permanente,
mediante cursos específicos, les certifican la parte académica correspondiente. Esta función ha entrado en
vigor este curso académico en el que me he jubilado.
Considero una suerte haber podido, con mis compañeros, participar en esta transformación de los
Centros de Educación Permanente, porque la considero imprescindible y porque un trabajo con retos, libra de
la rutina que puede devaluar los esfuerzos realizados. Creo que la labor de estos Centros es poco conocida,
pero son absolutamente necesarios y desempeñan un papel en la sociedad que es insustituible.
Especialmente interesante me ha parecido impartir Educación Secundaria Semipresencial. Es una
modalidad en la que los alumnos se matriculan oficialmente en un Instituto de Educación Secundaria y van a
clases en el Centro de Educación Permanente, para ser tutorizados, orientados en sus estudios y ayudados a
realizar a través de Internet las tareas y cuestionarios que los profesores del Instituto les proponen mediante
una plataforma digital. Al Instituto solo deben ir a los exámenes. Para la cumplimentación de las actas de
notas, los profesores del Instituto tienen en cuenta no solo los exámenes, sino también, en un porcentaje
pactado, el informe de los maestros tutores del Centro de Educación Permanente y los trabajos on-line del
alumno.
También me ha gustado mucho impartir clases de informática básica. La Junta de Andalucía tiene unos
magníficos materiales para estas clases colgados en Internet y actividades interactivas complementarias que
gustan mucho a los alumnos.
Para finalizar tengo que decir que me siento satisfecho del trabajo realizado en mi vida profesional. Lo
he hecho con el cariño que da la vocación y de la mejor manera que he podido. He aprendido mucho de mis
alumnos, no solo de los adultos, como pudiera pensarse, también de los niños. La vida siempre está a medio
hacer y cualquiera puede tener cosas que enseñarnos. De los
adultos aprendí formas inesperadas de afrontar las
adversidades. De los niños me gusta su capacidad de asombro.
Si a mis sesenta años hay cosas que me asombran, es que
todavía soy joven. Pero eso quizás no sea un mérito mío, sino
una consecuencia de mi profesión, en la que pasa el tiempo
pero la convivencia con personas jóvenes te mantiene joven.
Corroboro las palabras de José Saramago: “Tengo la edad que
quiero y siento. (…) Tengo la edad en que las cosas se miran con
más calma, pero con el interés de seguir creciendo”
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PLANTAS MEDICINALES DE NUESTRA TIERRA
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Enrique García (Zacos de Cepeda)
Brezo o Brecina
Quiero hablaros del Brezo como planta medicinal porque es el arbusto que
más abunda en nuestras tierras. Florece en verano hasta septiembre, y nuestros
montes se cubren amorosamente de rosa. Es tal su belleza en nuestros campos,
que merece un capítulo aparte en nuestra revista dedicado solamente a él.
El Brezo en jardinería es una cenicienta entre las plantas. Pocas plantas son
tan valiosas, bellas y de mínimos cuidados como los brezos, pero a la vez tan
infrautilizadas y desconocidas. Su mantenimiento es mínimo y pueden llenar tu
jardín de color durante los doce meses del año. Si seleccionas las variedades
adecuadas con unas condiciones determinadas de cultivo, esta planta acaba
convirtiéndose en una auténtica joya de tu jardín.
Como curiosidad, la madera de su raíz es muy utilizada en la fabricación de
pipas de fumar, cubiertos y otros objetos. Es un arbusto de muy buena combustión
y a la hora de fabricar carbón de fragua, resulta ser de una excelente calidad.
Cuando hablamos de brezos nos referimos en
realidad a tres géneros de plantas: Calluna, Erica y
Daboecia. No entraremos en detalles de las dos
últimas, y hablaremos de nuestra Brecina Común ó
Calluna Vulgaris, que es un arbusto enano y
pequeño, de tallo muy ramificado y rastrero. Sus
ramas son erguidas y las flores color amatista o lila,
en forma de ramilletes. Son precisamente estas
últimas las que debéis de recoger en verano con
fines medicinales, cuando están en su esplendor, y
dejarlas secar a la sombra para que no pierdan sus
propiedades el resto del año.
En medicina natural el Brezo
principalmente para el tratamiento de las vías urinarias, aunque también tiene otras
propiedades, a saber:
•
Diurético: Sus flores en infusión son excelentes para eliminar el exceso de ácido úrico y
curar infecciones de las vías urinarias como la cistitis o inflamaciones de la vejiga. Hervir
un puñado de flores en un litro de agua y tomar tres tazas al día hasta que remita la
infección
•
Astringente y antiséptico intestinal.
•
En homeopatía se utiliza para el tratamiento de las afecciones renales.
•
Irritaciones de la piel como pecas y herpes, también para calmar los efectos de las
picaduras de insectos. Si tenéis sabañones, podéis hacer una cataplasma muy caliente de
flores de brezo, es un remedio antiguo que se sigue empleando hoy día.
•
Posee una acción sedante sobre el sistema nervioso central. En Alemania se toma como
sustitutivo del té por su agradable sabor y poder relajante.
se
utiliza
Atención: Evitar la sobredosis, porque puede provocar irritaciones en el estómago.
Orgulloso y feliz me siento de que nuestros montes estén cubiertos de brezo, no solamente por su
belleza, sino porque, y principalmente, la calidad de la miel espesa y oscura que obtienen nuestras abejas a
partir de su néctar, es una de las más apreciadas.
EL ORIGEN DE UN SUEÑO
Benito Escarpizo
El Centro Torreón de Pernía de Etnografía y Cultura Popular, situado en
Otero de Escarpizo, en La Cepeda, a siete kilómetros de Astorga, es fruto
del sueño, de la ilusión y del esfuerzo permanente de varias personas, de
algunas Asociaciones Culturales y de varias Instituciones provinciales y
nacionales.
El sueño se realizó, después de años de esfuerzos y gestiones,
promovidas por la Asociación “Jornadas Culturales de la Cepeda” y de
algunas personalidades que han participado en las jornadas culturales de
la Cepeda a lo largo de diez años.
Desde 1986, la Asociación de las jornadas, ha puesto en
valor el patrimonio etnográfico y la cultura heredada de nuestros
antepasados. Teniendo como objetivo prioritario; la
recuperación de “la casa Pernía” en Otero de Escarpizo. Ha sido
una labor colectiva de numerosas personas que nos han apoyado
para alcanzarlo. Hoy el Centro Cultural de la Cepeda es una
hermosa realidad.
Rescatada de la ruina y del abandono en el que había
caído, durante varios años, “la casa Pernía” o “la casa de las
Monjas” hoy tiene un valor cultural para la comarca. El segundo
nombre se debe a que la última titular, Doña María de Pernía y
Pernía, concedió disfrutar de la casa a unas religiosas durante
algunos veranos.
La maleza y desdén del tiempo sepultaron gran parte sus paredes, destrozando todas las cubiertas... Solo se
mantuvo en pie el lienzo de la fachada y el torreón, los paramentos blasonados con los escudos del fundador del Señorío
de Otero, Antonio Álvarez Escarpizo , el de su segunda esposa, y el escudo de los Pernía. Familia que en el siglo XVII se
hace con el señorío.
Los orígenes de nuestro legado histórico vienen desde el 1587 cuando Antonio Álvarez Escarpizo compra el suelo
para edificar su casa palacio en Otero. Así cómo la construcción, para él y sus descendientes, de la capilla funeraria en el
brazo derecho del crucero, separada de la nave del templo por una reja construida por un arcabucero de Astorga en 1602,
donde está enterrado desde 1599, según consta en la lápida de su sepultura. (Documento rescatado del fondo de los
archivos de esta familia, por Miguel Ángel González, antiguo director del Archivo de la Catedral de Astorga).
El primer señor de Otero, Antonio Álvarez Escarpizo, decide edificar
una vivienda en Otero, acorde con su estatus, dicho pueblo será la
nueva capital del señorío.” Parte de la casa estaba construida en 1590
como lo demuestra el documento que descubrió, Manuel Arias,
donde Álvarez Escarpizo dice que contrata un cerrajero de Astorga
para” hacer las rejas de la casa palacio, en la villa de Otero...”En él,
los moradores de esta casa palacio, detallan el diseño de las rejas y
los compromisos para su realización.
En 1632 se unen las familias Escarpizo y Pernía mediante el matrimonio
de Inés Morán Álvarez Escarpizo con Gómez de Pernía, y desde esta
fecha la familia pasa a ser titular del señorío.
LA COMPRA Y RECONSTRUCIÓN
Varias gestiones ante la Diputación Provincial de León, siendo presidente de dicha entidad Provincial José
Antonio Díez y Díez, que subvencionó la compra y se sumó a la idea que le propuso la Asociación “Jornadas Culturales en
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La Cepeda,” ya que tenía una opción de compra por diez millones de pesetas desde 1998, otorgada por la propiedad del
edificio, “Diligencias del Poniente de España”y del alcalde de Villaobispo Domingo García. Se hicieron varias visitas, que
propiciaron la subvención para la compra del palacio de Pernía. En un pleno del Ayuntamiento se cedió la opción de
compra al Ayuntamiento.
La compra de los restos de la casona en ruinas, se realizó
en el 2001, y la recuperación arquitectónica del edificio, y su
rehabilitación, se consiguieron, tras laboriosas gestiones por la
misma Asociación Cultural y el alcalde que tomó el relevo en el
Ayuntamiento de Villaobispo de Otero, Joaquín Llamas. Con
renovado impulso y tras numerosas gestiones, ante la Junta de
Castilla y León, siendo Delegado Territorial, Luis Aznar que apostó y
apadrinó nuestro proyecto. Tras conseguir la subvención del
Ministerio de Fomento, se reconstruyó la casa y el recercado de la
huerta, inaugurándose en el 2004 esta primera fase de las obras.
El equipamiento, para exponer las piezas etnográficas, se
realiza posteriormente, con la ayuda de Caja España y del
Ayuntamiento de Villaobispo de Otero, titular de la propiedad
Esta casa torre, que edificó en el S. XVI Antonio Álvarez Escarpizo, el fundador del Señorío de Otero, hoy es una
espléndida realidad, y las piedras de sus paredes arrumbadas en el suelo, durante varios años, hoy lucen en el magnífico
edificio rehabilitado, y ha pasado a ser un símbolo importante de la arquitectura civil de nuestra comarca: La Cepeda.
El Centro cultural “Torreón de Pernía” de Etnografía y Cultura Popular de Otero de Escarpizo, es una entidad de
carácter cultural para uso y disfrute de los cepedanos y del público en general, con un objetivo prioritario: impulsar la
etnografía, el turismo, la artesanía, la historia, el patrimonio artístico y el estudio de las raíces de la cultura popular de
nuestra Comarca y de sus gentes.
PRESENTE Y FUTURO DEL CENTRO
En el Centro se exponen, temporalmente, 550 piezas etnográficas que
forman parte de la colección privada de Benito Escarpizo, vecino de Otero, y
otras cedidas en depósito por algunos vecinos. Se dispone de varias aulas con
intencionalidad didáctica y divulgativa, del pasado de nuestra Comarca. De un
pasado que conocemos a través de restos arqueológicos, cerámicos de
nuestros castros romanos y prerromanos, aperos de labranza, útiles
domésticos, indumentaria, documentales, etc.
El Centro está gestionado por el Patronato del que forma parte
Eugenio de Nora, como presidente de honor y otras personalidades de la
cultura, del arte y de la política, provincial y nacional. Y una Comisión
Permanente que mantiene puntualmente todas las actividades inherentes a un
Centro Cultural de estas características.
Como Centro Cultural se complementa con actividades culturales: exposiciones, talleres didácticos, conferencias,
conciertos, recitales poéticos, presentación de libros, acampadas, juegos autóctonos y deportivos, tanto en las aulas en el
interior del Centro como en la huerta. Actividades abiertas al público desde el día que se inauguró, como centro vivo de
La Cepeda, que renació de las cenizas y del olvido, para disfrute de todos los cepedanos y de todos los visitantes.
B. Escarpizo C.C.T.P. Dirección
Manuel Arias Martínez: es autor del libro, Los Escarpizo Pernia Señores de Otero. Edit. CEAMM. Astorga 1914.
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VIVENCIAS DE UN MARINO MERCANTE DE VEGA MAGAZ
Paco García Cara
Quiero agradecer la invitación que recibí de los responsables
de esta publicación para relatar las vivencias de un emigrante de aquí,
que escogió la profesión de marino mercante.
A últimos de la década de los años cincuenta y primeros de los
sesenta del siglo XX, muchos jóvenes del pueblo estudiamos el
bachillerato del Plan de 1953, lo que, en mi caso, sirvió para ingresar
en una Facultad de Marina Civil.
Corría el año 1960 cuando, a propósito de un viaje a Barcelona
acompañando a mi madre, vi el mar por primera vez. Tenía 16 años. Lo
vi en la Barceloneta, barrio marinero de la Ciudad Condal, adonde fui a
bañarme en una de aquellas playas públicas que no habían sido
ocupadas por empresas privadas. No me sedujo esta primera vez el mar, pero intuí que formaría parte de mi
vida, o que influiría en la misma. Era el mes de agosto, y en una escapada a la Barceloneta, pasé por delante de
la, entonces, Escuela Oficial de Náutica (EON), y me llamó la atención un burdo cartel, confeccionado a mano,
pegado a la pared, en el que se dibujaba un barco, una muchacha sobre un fondo paradisíaco con palmeras y
el signo del dólar americano, con un texto que decía: “Hazte marino mercante, disfruta de mujeres bonitas,
visita lejanos y exóticos países, y gana mucho dinero”.
Desde luego, el imaginar que yo podría ser uno de los afortunados que invocaba este eslogan, me
produjo desazón. Indeciso, me dirigí al vestíbulo en donde, en un tablón de anuncios, se exponía la
convocatoria de exámenes de ingreso y las condiciones del mismo para iniciar los estudios de Oficial de la
Marina Mercante en sus tres especialidades: de Cubierta, de Máquinas y Radiotelegrafista. Pregunto en
secretaría en qué consistían los exámenes de ingreso, grado de dificultad y cursos posteriores; me entero así
de que el examen de ingreso no es más dificultoso que la Reválida de 4º curso de Bachillerato, la cual había
superado dos meses antes en el Instituto Nacional de Enseñanza Media de Astorga (INEMA), instituto en el
que tenía que matricularme para el 5º curso en la primera quincena de septiembre. Sabía que la decisión que
iba a tomar les sentaría como “un tiro” a mis padres, pero decidí correr el riesgo. Le dije a mi madre ese mismo
día, que me presentaría al examen de ingreso; si no lo superaba, me iría a estudiar el 5º curso en el INEMA
para seguir completando los estudios para Maestro Nacional, que era lo que deseaba cuando empecé el
Bachillerato; no fue así, ya que superé el examen de ingreso y me quedé en Barcelona. Fueron tres cursos en
los que no sucumbí, superando las notas de las asignaturas y el desánimo por estar lejos de mis padres.
Con 19 años me enrolé por primera vez en un barco
mercante, un barco vetusto, construido en el año 1921,
llamado Cabo San Sebastián, de la naviera Ybarra. Mi primer
contacto con la gente de la mar (exceptuando los profesores
de la EON, quienes habían navegado antes de pasar a la
docencia) fue tremendo, en el sentido de verse uno capaz
para estar en la mar: recuerdo que, una vez efectuada la
maniobra de salida del puerto de Santander, a las 10 de la
mañana, y despachado el buque para La Coruña, éste empezó
a cabecear y balancear a causa del mal tiempo reinante y subí
para el camarote, tumbándome, ya mareado, en la litera.
Cuando mis pensamientos eran de un pesimismo rayano en enfermedad, alguien llamó a la puerta del
camarote, el camarero de Oficiales, quien, sin abrirla, dijo un escueto: “Es la hora de comer”, a lo que yo,
desde la litera contesto: “No iré a comer, estoy completamente mareado”. Un minuto después sentí otra vez
un toc toc en la puerta y ésta que se abre, con el camarero en el dintel diciéndome: “De parte del Jefe de
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Máquinas que se vista para ir a comer”, y yo que contesto lo mismo: “Es que no estoy en condiciones de ir a
comer”. Se cierra la puerta, pasa otro minuto y de nuevo el camarero, sin llamar, abre la puerta y me dice: “De
parte del Capitán que si antes de un minuto no aparece usted en el comedor, prepare la maleta para
desembarcar en el primer puerto que toquemos”. Se cierra la puerta del camarote y yo temblando de miedo,
de mareo, de vergüenza y de no sé cuántas cosas más, me visto y me dirijo al comedor en el que, antes de
tomar asiento, oigo la fuerte voz de don Salomón Larrabeiti, Jefe de Máquinas, que me espeta:
–Oye, chaval ¿Tú quieres ser marino?
Y yo que contesto con apenas un hilo de voz:
–Quisiera creer que sí.
El Jefe de Máquinas, con un vozarrón aún más fuerte que antes, me suelta:
–¡Pues come ya!
Así que, con gran asombro mío, me siento, dejo de sentirme mareado, tiemblo como un flan,
introduzco una albóndiga en mi boca y... me pasé casi quince minutos ingiriendo alimentos, eso sí, en cuanto
me vi otra vez en el camarote arrojé todo lo injerido en la taza del W.C.; también es verdad que me sentí ya
mucho mejor. Esto ocurría el día 3 de marzo de 1964. Nunca más volví a marearme en los barcos.
En este mi primer buque estuve enrolado 73 días, que hicieron familiarizarme con el excitante mundo
marino, modo de trabajo de este mundo, acostumbrar mi cuerpo y mi mente a las adversidades de la mar, en
fin, que pude superar con creces mi “bautismo de fuego”.
Bilbao, Santander, La Coruña, Vigo, Huelva, Sevilla, Ceuta, Málaga, Melilla y Cádiz fueron los puertos
que visitamos con este buque, transportando carga general, que era embarcada y desembarcada con ayuda de
las grúas de entonces que eran muy ruidosas.
(continuará)
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UN VECINO DE VEGA CAUTIVO DE ARGEL
José María García Álvarez
En un documento, otorgado ante escribano público y testigos el veinte
de diciembre de mil setecientos y quince, hemos podido leer que: D. Pablo
Prieto de Alfaro Llano y Valdés, vecino del lugar de Vega de Valdemagaz,
tierra de la ciudad de Astorga, Montañas de León, había sido soldado de la
compañía de caballos de D. Baltasar de Villalba, una de las de la dotación de
las Hazas de Oran, desde donde en su abandono y pérdida pasó cautivo a la
ciudad de Argel. Y, que regresó el año mil setecientos catorce a la corte y
villa de Madrid, donde su Majestad fue servido por su Real Decreto mandar
que le ajustasen el sueldo devengado por el tiempo de su cautiverio y, por
segundo decreto, se le pagase la cuarta parte de dicho sueldo.
El mismo documento indica que, para cobrar dicha cantidad y otra
cualquiera que de su rescate haya sido servida librarse en cualquier tribunal
de dicha corte y en otras cualesquiera partes, así de lo librado hasta el día de
hoy, como lo que se diere librar en adelante hasta estar enteramente satisfecho de dicho sueldo y costa de
rescate, otorga y da todo su poder a D. Andrés de Juana y Salcedo, contador del Excelentísimo señor Duque de
Medinaceli, intendente en dicha corte, para que en su nombre y representando su propia persona pida,
demande, reciba y cobre para sí como en su causa propia cualesquiera cantidades de maravedíes que por las
referidas razones se le estuvieren debiendo en cualquier parte que sea donde su Majestad fuere servido
librarlos, por estarle debiendo cierta cantidad de maravedíes que me remitió a dicha ciudad de Argel para
ayuda de mi rescate; y para su percepción le entrego los títulos por donde me pertenecen y cartas de pago.
Todo lo cual parece insólito e increíble, tanto por los nobles y particulares apellidos ajenos a Valdemagaz,
como por contener cierta semejanza con lo narrado por Cervantes en el capítulo 39 del Quijote, dedicado a un
cautivo de Argel, también nacido en las Montañas de León.
Sin embargo, es totalmente cierto que Orán y Mazalquivir fueron conquistados por los musulmanes de
Argel en el año 1708, cuando el capitán Baltasar de Villalba era gobernador de la ciudad. También lo es que, en
la pérdida de Oran y del puerto cercano de Mazalquivir, los musulmanes capturaron 1.732 cautivos de los que
la mayoría fueron rescatados por las Órdenes de Redención de Cautivos bastantes años después, lo que nos
mueve a creer que Pablo no era un soldado raso y disponía de influencias y cierta fortuna.
En cuanto al origen y la vida de Pablo, por su testamento sabemos que era hijo de Antonio Prieto, el
mismo que en los años de 1672 y 1677 compró varias fincas y arrendó un molino en Vega, lugar del que ya
se confiesa vecino, aunque, añade ser natural de Torrelobatón, actualmente, un municipio de la provincia de
Valladolid. Asimismo, podemos asegurar que el propio Pablo Prieto de Alfaro firmó como testigo del
testamento del cura de Vega, Justo Fernández, en 1720; que era juez ordinario de Valdemagaz en el año de
1723, y que sus descendientes también fueron vecinos de Vega de Magaz.
Como quiera, en el censo de los habitantes de Valdemagaz del año 1650, en Vega ya había cinco cabezas de
familia con el apellido Prieto, cuando no consta ningún otro en los demás pueblos del señorío.
Asimismo, gracias a un pleito entre
Tomás Manuel de Salazar y su mujer Javiera
Clara Ruiz de la Mata, vecinos de Ábano,
contra Antonio Prieto Alfaro, vecino de Vega
de Valdemagaz, por sí y como padre de su
legítimo hijo José Prieto, sobre la sucesión en
propiedad del vínculo y mayorazgo fundado
por Pedro Fernández, canónigo de la catedral
de Astorga, el cual tuvo principio en el año
1746 ante el juez ordinario de Valdemagaz,
hemos conocido que cuando Pablo volvió de
su cautiverio tuvo un hijo único y natural con Isabel González, moza soltera natural de Carneros. Si bien, nunca
se casó con ella ni con otra, lo nombró como único y universal heredero de todas sus posesiones. Dicho hijo
llamado como su abuelo, Antonio Prieto de Alfaro, tuvo dos hijos con Inés Morán: José y Pablo Prieto de
Alfaro.
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Por otra parte, en su testamento, el ex cautivo Pablo pide que su cuerpo sea sepultado en la capilla de
nuestra señora de La Consolación que tiene dotada en la iglesia de la villa de Otero; que se le amortaje con el
hábito de San Francisco; y que asistan los cofrades de la santa Cruz de Zacos de la que es cofrade.
También declara estar debiendo a D. Nicolás de Artacho, cura de Vega y Zacos, 258 reales y carga y media
de centeno por los aniversarios de la iglesia de Otero.
Asimismo, confiesa que se le están debiendo algunas rentas que no ha cobrado por haber estado sirviendo
a las tropas de su majestad y después cautivo en Turquía. Y, aunque algunas ha recibido de esta Montaña de
León, no ha podido hacer diligencias de cobro, por su avanzada edad y achaques naturales, de las rentas que
tiene en Torrelobatón y su circunferencia, por lo que es su voluntad que sus herederos ajusten los cobros que
le deben y paguen el diez por ciento por su alma, dándoles poder para que ejecuten a los morosos.
Además, declara que se halla en legítimo goce y posesión del vínculo y patronato que fundó D. Pedro
Fernández, canónigo de la catedral de Astorga, en dicha capilla de la iglesia de la villa de Otero. Y que ampara
esta legítima posesión en sus nietos José y Pablo, hijos legítimos de Antonio Prieto de Alfaro, mi hijo natural
habido con Isabel Gonzales moza de Carneros, como se acredita en la fundación del patronato. De manera que
los vínculos y dependencias de la fundación tanto en esta tierra de Cepeda como en la villa de Torrelobatón y
demás partes les pertenecen como hijo legítimo que quedó de Antonio Prieto Álvarez de Cepeda y de Luisa de
Alfaro y Valdés y nieto legítimo de Antonio Prieto Alfaro y de Antonia Llano Valdés, que fueron vecinos de
Torrelobatón.
Igualmente, declara ser y haber quedado hermano de Ana e Inés Prieto y Alfaro religiosas profesas en el
monasterio de San Bernardo en Gradefes, también descendientes de Juan Álvarez de Soto y Mariana María
Melón Alfaro, su mujer, vecinos de Valladolid que constituyeron una fundación en la catedral de Valladolid
para parientes de su linaje.
Asimismo, expone que su tía Luisa de Alfaro murió célibe y en su testamento agregó y vinculó a su casa de
Valdemagaz tres censos de particulares de Trigueros y San Miguel con la condición de que si no fueran
cobrados por necesidad de mis hermanas volvieran a integrarse en la fundación. Y, como legítimo
descendiente de su abuela Antonia de Llano y Valdés en quien renunció Ana Mª, y en virtud de dicha renuncia
que a mi favor hizo Inés, recayó en ambos derechos
Parece obvio que Pablo era un soldado profesional de caballería de cierta graduación. Y, como escribe
Cervantes, tan manirroto y vividor como la mayoría de los que profesaban el oficio de las armas. Asimismo, era
de familia noble y pudiente. Es probable que sus antecesores emigraran desde
Torrelobatón a Vega para administrar los bienes heredados, en especial, los de
un familiar canónigo de la catedral de Astorga.
Aunque todavía existen otros testimonios de esta familia, nos parece
imprescindible citar el protagonismo de Antonio Prieto en la recuperación de
los privilegios de los hijosdalgo de las jurisdicciones de Valdemagaz, Otero y
Cepeda. Amparados en las tradiciones, Antonio y otros hijosdalgo de
Valdemagaz no acudieron a alistarse en quintas. No obstante, a causa de la
burocracia imperante, fueron castigados y embargados sus bienes. Antonio
aparece en los escritos como cabeza visible de la correspondiente reclamación
que fue atendida por el rey, el cual, perdonó, anuló el castigo, obvió la supuesta
desobediencia y refrendó los viejos privilegios de los hijosdalgo, según consta
en la famosa Cédula Real Ejecutoria a favor de los hijosdalgo de Valdemagaz,
Cepeda y Otero, encontrada en Quintana del Castillo, depositada en el archivo
histórico provincial de León, y, actualmente, en paradero desconocido.
Otro inesperado y famoso vecino de Vega fue el alférez Diego de Mayorga.
Era hijo de Francisco de Mayorga y Torres, señor de Barrio de Magaz y
Una de las páginas de la Ejecutoria Real
en la que se menciona Antonio Prieto.
hermano de Catalina, la mujer de Álvaro Sánchez de La Carrera, Señor de
Valdemagaz. Sin embargo, en varios documentos consta que era vecino de Vega de Valdemagaz; que era
dueño de una sepultura para enterrarse en la iglesia de Nuestra Señora del Castro; y que regaló una imagen de
la virgen para dicha iglesia, tallada por dos imagineros de Astorga. Falleció en el año de 1613, si bien,
finalmente, fue enterrado en Astorga, en la capilla de los Mayorga. Por otra parte, a juzgar por los escritos que
lo mencionan, disponía de un considerable prestigio, amén de un substancial patrimonio.
León, 12 de febrero de 2015
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LA FUENTE Y LA PUNTEA
Porfirio González García
Hay una fuente en Vega, que por su importancia en el pasado, merece una atención y
recuperación.
En tiempos no muy lejanos, este espacio no fue una fuente cualquiera, fue la Fuente y el
lavadero para mucha gente del pueblo.
Ya en el siglo XVIII, en el Catastro del Marqués de la Ensenada, se dice que en Vega había
una fuente con buenas aguas.
Frecuentemente, el origen del asentamiento de una población está relacionado con una
serie de elementos del paisaje que ejercen sobre sus pobladores un atractivo especial. En Vega de
Magaz, sin duda, es el río Porcos y sus fértiles vegas, las que influyeron en su emplazamiento.
Pero existe otro elemento que pudo determinar su configuración. Me refiero a este espacio comunal: la Fuente, que
antes de tener el pueblo agua corriente y lavadoras mecánicas en las casas, era la que abastecía de excelente agua a la
población y a ella acudían las mujeres para lavar la ropa, sobre todo en el invierno, debido a que en estos meses la Fuente
tenía sus aguas más cálidas que las del río.
La Fuente se compone del manantial y de un depósito construido
en 1930, con una apertura lateral para extraer el agua. Delante del
depósito está el pilón, donde el manantial vierte sus aguas. El pilón nunca
rebosa, ya que un pequeño canal, labrado en la roca, conduce el agua del
manantial hacia dos pequeños estanques, destinados al lavado de la ropa.
Posteriormente, el agua discurre por un reguero hasta llegar a un
pequeño humedal llamado la Puntea. A continuación el agua sigue su
recorrido hasta llegar al río Porcos.
Esta es la descripción del lugar, pero este pequeño espacio tenía
valores paisajísticos y convivenciales que quiero reseñar y destacar.
En primer lugar, indicar que la Fuente se encontraba en el centro
del primitivo pueblo, antes de construirse el “ensanche” al otro lado del río, se trazara el ferrocarril y se edificaran las
instalaciones de tipo comercial e industrial en el nuevo Barrio.
El lugar estratégico de la Fuente lo da su situación al estar al lado de la iglesia, de la plaza y por tener cerca los
barrios Rincón, La Huerga, y la calle de la Iglesia. La Fuente dejó de ser el centro del pueblo cuando se construyó el puente
en 1935.
En segundo lugar, destacaré el valor ecológico de dichos espacios. Todos los mayores recordamos la presencia de
las salamanquesas o tritones en sus aguas cristalinas. La presencia de esta especie es un indicador de la pureza de las
aguas.
En tercer lugar La Fuente se utilizó como lugar de trabajo y de
esparcimiento. De trabajo, lavando y tendiendo la ropa, Y de
esparcimiento porque: ¡Cuántas conversaciones, cantos, historias y
comentarios mientras realizaban la faena de lavar!
Igualmente, para los niños y niñas era un lugar de esparcimiento
antes de ir al rosario o a misa. Allí jugábamos al escondite, o bien
observábamos y espantábamos a las salamanquesas, ranas y peces que
habitaban los distintos espacios. También nos divertíamos atravesando el
lavadero o subiendo al depósito del agua, además de saciar la sed con sus
ricas y frescas aguas en el caluroso verano.
A poca distancia de la fuente, las aguas iban a parar a un
pequeño humedal llamado ”La Puntea”, nombre que tiene relación con
una gran piedra que servía de pequeño puente en la parte final del humedal. Por suerte, dicha piedra sigue en su sitio. La
Puntea tenía múltiples usos. Además de albergar abundantes ranas, y
en su entorno ranas de San Antón, el agua de La Puntea servía de
abrevadero para los animales domésticos, y de lavadero para las
familias cercanas. Alrededor del humedal crecían los berros y acedas. En
alguna ocasión, el lodo formado en su entorno, era aprovechado por los
“gochos” para revolcarse y así eliminar los parásitos de su piel.
Como reflexión final, diré que no debemos olvidarnos de estos
espacios que fueron parte importante en la vida cotidiana de nuestros
antepasados. Si destruimos lo que dio origen al pueblo, estamos
haciendo un flaco favor a nuestro futuro; y dado que el manantial de la
fuente no se podrá recuperar totalmente, mantengámosla lo mejor
posible, para restablecer este ecosistema perdido.
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RUTA DEL ANTIGUO CORREO DE VEGA
Porfirio González García
ROCORRIDO POR EL PUEBLO
La ruta del correo partirá desde el antiguo
buzón de Correos situado al lado de las escuelas.
Pasaremos por el puente sobre el río Porcos y
atravesaremos el paso de la vía ferroviaria.
Seguiremos la marcha por el antiguo camino de
Villamejil, dejando a un lado y otro los edificios de
antiguas almacenes y talleres. Terminado el pueblo
nos adentraremos en el bosque natural de robles.
BOSQUE NATURAL DE ROBLES
(Un espacio natural) Este espacio estuvo cultivado de centeno hasta hace unos cincuenta años. Hoy es un
joven bosque de robles donde viven corzos, jabalíes, liebres, zorros, perdices.
MURIA DEL CANTO FINCAO
Subiendo por el antiguo camino de Villamejil, se llega
a La muria del Canto Fincao. Consiste en una gran piedra
clavada verticalmente, que sirve para delimitar el territorio
que corresponde a Zacos, Villamejil y Vega de Magaz. Este
lugar nos ofrece una gran vista del paisaje del entorno.
CAMINO ANCHO
Es una antigua vía de comunicación muy transitada
por las gentes de la Cepeda Alta hasta Astorga. Por él iban
mercancías, el correo, los rebaños de la trashumancia, etc. En el camino había ventas para atender a los
viajeros, como la de La Perdiz en el alto de Cogorderos o la de Policarpo entre Zacos y Sueros. En esta última se
recogía el correo para los pueblos de alrededor. Las ventas eran lugares de parada y fonda.
ANTIGUA VENTA DE POLICARPO (Parada y bocadillo)
Esta venta fue la última que estuvo en explotación hasta los años cuarenta. Tenía un ancho zaguán y
una cocina con una mesa larga y bancos; la presidía el “llar” (el fuego) colocado sobre una plataforma con
trébedes y pregancias para colgar las calderas: sobre el fuego había una chimenea grande en forma de
campana. En el lado opuesto solía estar el horno para cocer el pan. La cocina era la pieza fundamental de la
venta, en ella los aldeanos hacían la vida.
Antes de Policarpo, que era de Porqueros y murió de una coz, la venta estuvo dirigida por Adrián,
luego pasó a Galuso y sus tres hijas, que según se comentaba, tenían muchas agallas.
Galuso había estado de emigrante en América.
CAMINO HACIA PORQUEROS DESDE LA VENTA
Repuestas las fuerzas, bajamos
Porqueros por caminos de concentración.
hacia
REGRESO DESDE PORQUEROS EN TREN
Damos un paseo por el pueblo de Porqueros
antes de montar en el tren para Vega. (El nuevo
correo)
ESTACIÓN DE VEGA DE MAGAZ (Fin del recorrido)
Foto de recuerdo en la estación de Vega
Magaz.
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ALGUNAS FOTOS SIGNIFICATIVAS DE LA CEPEDA
Benito Álvarez
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