RAB AHARÓN FRIDMAN

Transcripción

RAB AHARÓN FRIDMAN
TALLADORES DE DIAMANTES
1. La educación no es la finalidad
1
RAB AHARÓN FRIDMAN
Fridman, Aharon
Talladores de diamantes : educando hijos con brillo propio . - a ed. Buenos Aires : Maor, 2011.
332 p. ; 24x17 cm.
Adhesión
Traducido por: Elías Saiegh
ISBN 978-987-26923-0-8
1. Educacion. 2. Crianza de Hijos. I. Saiegh, Elías, trad. II. Título
CDD 649.1
Publicado originalmente en hebreo bajo el título:
“Jabdehu Vejanjehu”
Equipo de producción editorial:
Silvia Vaistub
Claudia Lipovesky
Orly Saiegh
Diseño y Creatividad de tapa: BasevichCrea
www.basevich.com.ar
La tapa cuenta con detalles realizados
en cristales Swarovski originales
I.S.B.N.:978-987-26923-0-8 EDITORIAL MAOR
[email protected]
Tel: (54 11) 4952-2159
Buenos Aires, Argentina
www.editorialmaor.com
Hecho el deposito que marca la ley 11.723
Impreso en Israel
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Queda prohibida la traducción, reproducción, almacenamiento en sistemas o transmisión de
esta obra en forma total o parcial, de ninguna forma o mediante cualquier medio electrónico,
mecánico, de fotocopiado, de grabación, etc. sin la previa autorización escrita del editor.
Dedicada con bendición,
para el éxito de los hijos de
Gabriel ben Java y Linda bat Frida
Jaime ben Java y Seti Esther
bat Aviva
Para que sus padres los vean
crecer saludables y en el camino
de la Torá.
Adhesión
Para la elevación del alma
de Isidoro Ezra Cherem
ben Miriam Z”L
Índice
Mensaje del Rab Aharón Fridman…………………………………........................
p.7
El dilema de la educación (Introducción).............................................................
p.8
Primer portal: Cómo influir
17 de Tamuz 5762
La educación no es la finalidad...........................................................................
p.16
La finalidad verdadera........................................................................................
p.32
El niño participa de su educación........................................................................
p.40
La llave de los corazones....................................................................................
p.64
El secreto del condicionamiento.........................................................................
Un proceso largo y continuo..............................................................................
p.70
Comprendamos y no nos enojemos...................................................................
p.98
¿Educación según la Torá, o según nuestras expectativas?..................................
p.112
Las motivaciones ocultas detrás de las respuestas...............................................
p.132
Resumen del primer portal.................................................................................
p.143
p.84
5
Segundo portal: Cómo demostrar el afecto
La vitamina esencial.............................................................................................
p.146
Aceptarlo de acuerdo a su naturaleza..................................................................
p.166
El niño y su aguda sensibilidad.............................................................................
p.186
Padres jueces.......................................................................................................
p.198
Mejorando la unión............................................................................................
p.216
El cuerpo «habla»................................................................................................
p.228
Resumen del segundo portal................................................................................
p.232
Tercer portal: Cómo imponer disciplina
La función de la disciplina....................................................................................
p.236
¿Quién será el vencedor?.....................................................................................
p.244
Ocho reglas para imponer disciplina.....................................................................
p.256
Resumen del tercer portal....................................................................................
p.271
Cuarto portal: Cómo castigar sin destruir
Límites y castigos.................................................................................................
p.274
Reglas básicas.....................................................................................................
p.286
El castigo ideal....................................................................................................
p.302
¿Con quién tratamos?..........................................................................................
p.310
Resumen del cuarto portal...................................................................................
p.314
Mensaje del Rab Aharón Fridman
con motivo de la primera edición en español
Así como el cirujano no puede basarse en una cirugía realizada el día anterior, en el mismo
órgano, pero en diferente enfermo, sino que revisará a conciencia y tendrá en cuenta las
características del nuevo paciente que está por operar, así también sucede cuando el padre
educa a sus hijos. Está obligado a mantenerse siempre alerta y revisar continuamente las
consecuencias de sus actos, en cada niño.
Esto es lo que nos enseñó el más sabio de los hombres, el Rey Shelomó, cuando dijo:
«Educa al joven según su camino y tampoco cuando sea anciano se apartará de él» (Mishlé
22:6). No nos dijo cómo ni qué enseñarle, sino que tengamos en cuenta el camino «exclusivo» de cada joven y lo eduquemos de acuerdo a ello.
Agradezco al Creador del Mundo, por el gran mérito que recayó sobre mí, al enriquecer al
público lector con el libro «Jabdehu Vejanjehu». Gracias a D-os, en las ediciones precedentes, ayudó a miles de padres y educadores a comprender el alma de sus niños, a través de
lo cual aprendieron a influir sobre ellos, despertando sus corazones a la Torá y al servicio a
D-os, por medio del amor.
Muchos cuentan acerca de cambios impensables en la relación familiar, a causa de su
lectura, cuando aprendieron a educar a sus hijos y a imponer la disciplina en el hogar, con
tranquilidad de espíritu, en medio de un ambiente cálido y agradable.
Agradezco a todos ellos, por el aliento que me dieron al contarme acerca de la ayuda que
recibieron y por las inteligentes observaciones que me hicieron llegar.
Deseo agradecer a todos aquellos que se esforzaron al máximo para traducir este libro al
español, para beneficio de miles de padres de habla hispana, y que también ellos puedan
aprender la mejor manera de pulir los diamantes con los que fueron agraciados por D-os.
Agradezco especialmente al Rab Eliahu Saiegh, quien no escatimó esfuerzo para alcanzar la
perfección y obtener un producto agradable y ameno. Que Hashem lo ayude y tenga el mérito de tener «idishe najes» de todos sus descendientes, con plena salud y todo lo mejor.
¡Que tengan una lectura agradable y provechosa!
Sobre el libro.......................................................................................................
p.316
Rab Aharón Fridman
Para contactarse con el autor:
Dober Shalom 11, Jerusalem – Israel
Tel. /Fax: (972) 02-538-7993
7
Las
motivaciones
ocultas detrás
de las respuestas
Una vez comprendida la influencia que ejerce la historia personal
de los padres, en la generación de expectativas concernientes a la
educación de sus hijos, nos será más fácil entender cómo y hasta qué
punto, todos estamos afectados por estímulos personales, y cada reacción, ante los actos de un niño, lo demuestra con claridad.
Cuatro tipos de padres
Que los padres deseen que sus hijos sean exactamente como ellos quieren, no sería tan
malo, si solo fuera posible.
Según la naturaleza con la que el Creador formó a los seres humanos, diferentes entre sí,
cada persona con distinto temperamento y características, hace que esto sea casi imposible
e incluso, que provoque consecuencias dañinas.
Hay padres, que, motivados por impulsos, provocan en sus hijos el desarrollo de algunas
tendencias que los harán sufrir en el transcurso de sus vidas y, en la práctica generan, también, consecuencias a largo plazo.
Diversas motivaciones de los padres conducen a reacciones frente a los actos de los niños,
que influyen y despiertan en ellos diferentes sentimientos que, con el correr del tiempo
generan el carácter del pequeño y su aptitud en la vida.
Este es un proceso obvio y claro, del que podemos hacer un seguimiento, recorriendo simultáneamente ambas sendas, a través del tiempo.
Que los padres deseen que sus hijos sean exactamente
como ellos quieren, no sería tan malo, si solo fuera posible.
En la primera senda, iremos tras los pasos de los padres y analizaremos el origen de sus reacciones. Y, paralelamente, haremos un viaje por el túnel del tiempo, observando a adultos
con problemas diferentes en su historia de vida.
Con ayuda del Cielo, podremos encontrarnos en el camino…
Es interesante prestar atención a la reacción de cuatro clases distintas de padres, frente a
la misma situación.
Seguiremos la ruta tras las diferencias que, también, se evidenciarán en la forma en que el
niño reciba la reacción del padre, y los sentimientos que desarrollará como consecuencia
de ella. Esto tendrá una influencia decisiva en la construcción de su personalidad a futuro,
y, según como interprete a sus padres, aprenderá de ellos cómo actuar y a partir de qué
estímulos movilizarse.
1. El padre cansado
Un niño de once años llega a casa de regreso de la escuela y le entrega a su padre una
nota del maestro, en la cual dice que el niño molestó en clase, hablando con un compañero,
distrayendo la concentración y perturbando la disciplina.
El padre reacciona, estallando, sin disimular su enojo contra el niño, lo sacude y le grita:
Tengo suficientes problemas en la vida sin tu ayuda… ¡No tengo tiempo ni
paciencia para ocuparme de los problemas que me ocasionas diariamente!
Aprende a comportarte como corresponde, con el maestro y en la clase, sin que
sea necesaria mi presencia en la escuela constantemente ¡No estoy dispuesto a
escuchar ninguna queja más sobre ti! ¿Entendido?
¿Qué se oculta detrás de esta reacción?
133
TALLADORES DE DIAMANTES
9. Las motivaciones ocultas ...
No es necesario poseer dotes proféticas para comprender que se trata de un trabajador,
«preocupado» y «ocupado» a causa de sus obligaciones diarias.
Es ansioso, le falta paciencia, y su cansancio físico y mental no le permiten actuar con
moderación.
La nota que el niño trajo de la escuela es demasiado para sus frágiles nervios, y le pide
«solamente un poco de tranquilidad».
Un padre como este, no se acercará al maestro por iniciativa propia, y no iniciará ningún
acto que demuestre interés, por temor a que esto le demande tiempo, fuerza y energía.
Lo que realmente le molesta, de la queja del maestro sobre su hijo, es que se haya agregado otra preocupación a las que ya tiene.
Este tipo de reacción es más común en los papás que en las mamás, las cuales demuestran
mayor disposición ante los problemas de sus hijos, y no intentan «liberarse de la molestia» que representa ocuparse de ellos.
Cómo influye esta reacción en la conducta del niño: el niño es hábil. Captará inmediatamente que, el padre, de hecho, no tiene tiempo ni fuerza para ocuparse de sus travesuras. De aquí en adelante, evitará acercarse intempestivamente a su padre y hará lo posible
para mantener toda situación en un área a la que no tenga acceso.
No le pedirá ayuda.
Probablemente, se apiade de su padre, pobrecito, que no tiene más remedio que enfrentarse diariamente con situaciones de distinta magnitud. Pero no aceptará que priorice otras
ocupaciones, en lugar de las que se relacionan con las «travesuras de su hijo».
Por otra parte, es probable que el niño, después de haber sido expuesto a este tipo de
reacciones, repetidamente, desarrolle sentimientos de culpa, por ser él quien provoca preocupación a sus padres, sin considerar las que ya tienen.
En casos extremos, hasta podría originar un complejo, después de llegar a la conclusión de
que él «obstaculiza el camino de sus padres» y es una molestia para ellos, una carga de la
que deben ocuparse.
Conocí un ejemplo clásico: un joven me confió, seriamente, que estaba seguro de que sus
padres estaban arrepentidos de su nacimiento, y que sufrían por esto. «Estoy seguro de
que ellos hubieran sido más felices, si yo no hubiese llegado al mundo…».
2. El padre temeroso
He aquí otra reacción. En este caso, es más común en las mamás y no tan frecuente
en los papás.
El padre lee la nota. Su semblante se desfigura de dolor y desilusión. Con voz sufrida y
expresión dolorida, le dice al niño: Jamás creí que mi hijo sería así, imprudente
e irresponsable. ¿Realmente deseas crecer como un vagabundo, sin
responsabilidad ni moral?
¿Qué se oculta detrás de esta reacción?
La reacción de este padre encierra angustia y temor. Estas emociones lo condicionan, y
piensa que es incapaz de educar a su hijo, correctamente.
A partir de este temor, nació su conducta represora, asustando y provocándole al niño la
sensación de encontrarse a las puertas de un precipicio, ya con una pierna en el aire, camino a volar, en caída libre, hacia la perdición…
No reprochó la conducta del niño ni se enfocó, puntualmente, en la queja del maestro.
Sembró sentimientos de culpa generalizados, intentando despertar en su hijo remordimientos de conciencia, que detengan el deterioro que tanto teme.
La influencia de esta reacción en el niño: este tipo de actitud genera, en el niño, sentimientos de culpa, por no cuidarse a sí mismo de malograrse. Cuando los padres adoptan
esta actitud, metódicamente, el niño se convence a sí mismo de que los caminos de la vida
lo llevan hacia la perdición.
Tampoco, cuando crezca, le será suficiente con ser valorado por la sociedad, y dudará:
«¿Acaso estoy cumpliendo con lo que se espera de mí?».
Su equilibrio emocional se verá duramente afectado, ante esta incertidumbre.
A veces, la respuesta aparece por el lado opuesto. De la misma forma en que la conducta
de los padres puede lograr que el niño crezca lleno de dudas y sentimientos de culpa, estas
reacciones desproporcionadas, frente a «la gravedad de sus actos», los convierte a ellos
en objeto de burla y desprecio, de forma tal, que sus hijos dejan de darle trascendencia a
sus palabras.
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TALLADORES DE DIAMANTES
9. Las motivaciones ocultas ...
Un joven me explicaba por qué, él y sus hermanos desdeñan las palabras de sus padres.
Cuando jugaban entre ellos en la mesa familiar, el padre emitía gritos estridentes: «¿Cómo?
¿Reírse durante la comida? ¿Yo eduqué niños bufones, rebeldes?».
Luego de observar que su padre «sacaba de la galera» las frases más conmovedoras, como
respuesta a temas insignificantes, dejaron de prestarle atención, y tampoco escucharon
seriamente sus palabras, aun cuando sus reproches fueran lógicos.
También traté casos en los que la conducta extrema de los padres cargó una pesada culpa,
ante pequeños hechos, la cual provocó en el niño una reacción combinada de las emociones descriptas anteriormente. El pequeño se enreda en la trampa, y es presa de dos tipos
de sentimientos controvertidos, al mismo tiempo.
En esta situación, al despreciar la palabra de sus padres, que se presentan a sus ojos desconectadas de la realidad, es impulsado a no aceptar ninguna autoridad, no solo la de sus
padres, sino también la de sus educadores.
Se encuentra, entonces, ante un dilema, debido a «la confusión» respecto de su conducta,
y qué actitud debe tomar ante esto.
Para escapar de estos pensamientos molestos, este tipo de adolescentes anhela una profunda elevación espiritual, mientras que, semejante pretensión está muy alejada de ellos
(quizás, la elevación espiritual que se les mostró era demasiado elevada, lo cual les provocó
desesperanza).
La fantasía positiva únicamente ayuda a aplacar los sentimientos de culpa y no conduce a
ningún acto positivo.
Todo aquel que recuerde a sus compañeros de escuela, seguramente recordará algún arquetipo como este, que oscila entre el fanatismo extremista y la atroz insensatez.
Para explicar mejor el razonamiento de este tipo de jóvenes, pondré, como ejemplo, la
historia de Iosef:
Cuando Iosef vino a verme, tenía solo dieciséis años y no estaba estudiando.
El plantel de la escuela donde estudiaba lo apartó de allí, pues, durante las horas de clase,
desaparecía del aula.
Intenté introducirme en su mundo y comprender la esencia de su personalidad, escuchándolo
muy atentamente.
¿Qué es lo que deseas para tu futuro? ¿Qué quisieras ser y hacer cuando crezcas?,
le pregunté, entre otras cosas.
¿Qué deseo para mi vida? Como todo judío deseo sentarme y estudiar Torá día
y noche, me respondió, como si no entendiera el porqué de mi pregunta.
No pude no sonreírme, ante la respuesta de alguien que parecía no haberse sentado en su
vida, frente a un libro abierto, más que unos minutos, y también durante esos breves minutos
se dispersaba, sin concentrarse en las páginas que tenía frente a él.
¿Cómo todo judío?. Continué con su planteo. Ven conmigo a la calle, le propuse,
y te mostraré montones de judíos, para quienes el deseo de su vida no es, en
absoluto, sentarse a estudiar día y noche. Por otra parte, ¿si este es el deseo de
tu vida, qué te impide llevarlo a cabo? ¿Acaso en la escuela donde estudiaste
te faltaron los elementos pedagógicos y materiales, necesarios?
Según el cálculo de probabilidades y según la lógica, no creo que en las sillas haya
clavos sobresaliendo, que te impidan sentarte a estudiar, como tampoco creo que
los libros estén cocidos de ambos lados, de forma tal que no se puedan abrir…
¡Ah, bien!, reaccionó Iosef, automáticamente ¡El instinto negativo es quien me lo
impide!
Si es así, ¿por qué acudiste a mí? Si conoces la dirección de quien te molesta,
¿para qué tienes que conversar conmigo del tema? Lo lógico sería que me mandes
a tu instinto negativo y tú, que no eres parte del problema, continúes, mientras
tanto, tu camino…
Después de conversar largamente con Iosef, llegué a la conclusión de que su vida transcurría dentro de una fuerte contradicción. El autoengaño y la gran confusión que dominaba
su personalidad eran tan esenciales y notables, que cayó rendido frente a ellos. Él estaba
convencido, hasta los capilares más delgados de su corazón, de que deseaba ser como le
habían enseñado sus educadores.
En realidad, él estaba interesado en cosas absolutamente diferentes. Junto con esto, con
cada pequeñez que no era realizada como correspondía, se sentía un malvado y se llenaba
de remordimientos y sufrimiento.
¡No tenía este mundo en sus manos y tampoco el mundo venidero, sino un laberinto de
confusiones y dilemas contradictorios!
Su situación llegó a un estado crítico tal, que pensó que, solamente saliendo al «gran mundo» y derribando todas las murallas, podría solucionar sus problemas. Allí se imaginaba a
sí mismo liberado de las cadenas de lo que le habían enseñado.
En alguna medida, sus padres «lograron incrustar» en él sus grandes expectativas (cada
judío anhela estudiar todo el día), que eran demasiado elevadas para su categoría y, seguramente, también para la de ellos.
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TALLADORES DE DIAMANTES
9. Las motivaciones ocultas ...
Necesitó mucho tiempo para comprender que es necesario calcular las proporciones correctas de las exigencias, de forma tal, que las expectativas «encajen» con las posibilidades.
¿Qué clase de educación es esta, que forma a un joven que únicamente se preocupa por lo
que digan los demás y cómo será interpretado su comportamiento, por la sociedad?
Una vez entendido esto, podía abocarse a acomodar su escala de valores, para encarar la vida
de forma judía y humana, acorde a sus características personales.
Después de que logró acortar la distancia entre sus deseos y sus actos, y tendió un puente
estable entre ambos, aprendió a no desear más de lo que estaba dispuesto a hacer, de forma
tal que, también, aprendió a no ser menos de lo que deseaba.
Solo allí llegó, con gran ayuda del Cielo y una inmensa paz, a tener éxito en sus estudios.
En casos no tan extremos, he visto jóvenes que desarrollaron complejos de inferioridad
frente a sus hermanos y amigos, porque sienten que no cumplen con las expectativas de
su familia, y son menospreciados por ella.
Él también despreciará a su padre, quien, por el honor del Cielo, ni se molestó en protestar,
pero por el suyo propio, protestó, y ¡de qué manera!
3. El padre «honorable»
4. El padre comprensivo
Volvamos al niño que molestó en el grado, pero esta vez, cuando vuelve a casa de su padre, este reacciona de una tercera forma, que, desde algún punto de vista, es quizás más
grave que las anteriores.
Y hay una cuarta reacción, la del padre que comprende la esencia de su hijo e intenta
influenciar sobre él afablemente, a partir de un deseo sincero de ayudarlo a superar sus
dificultades.
El padre lee atentamente la nota. Su cara palidece, con enojo y vergüenza entremezclados.
Reacciona gritándole al niño: ¿Que yo reciba una nota como esta del maestro de
mi hijo? ¿Cómo puedes hacerme una cosa así? ¡Realmente me avergüenzo de ti!
Mira a tu hermano mayor; si él trae una nota, es para destacar su comportamiento
ejemplar, o su conducta, que honra a la familia. Pero tú, todo lo contrario, traes
vergüenza a mi casa ¡¿Cuándo entenderás que, como miembro de una familia como
la nuestra, deberías cuidar nuestro honor, en lugar de provocarnos disgustos?!
El padre lee la nota, acaricia su cabeza y le habla con voz suave y afectuosa: veo que te
resulta difícil fijar la atención durante toda la clase. Además, te gusta conversar
con tus compañeros; continuaste haciéndolo luego de que el maestro te lo
advirtió, porque no te puedes contener.
Intentaremos juntos encontrar la forma para que aprendas a controlarte a ti
mismo, y que no perjudiques la disciplina en la clase.
¿Qué se oculta detrás de esta reacción?
Quien pase por allí escuchará la voz del «hombre honorable» brotando de boca del padre, a quien lo único que le importa es el honor de la familia y el suyo propio.
El prestigio personal es su motor en la vida, y una nota como esta es tomada como una
afrenta a su honor.
El mensaje que le transmite a su hijo, de hecho, dice que, realmente, no le importa un
comportamiento desenfrenado, mientras que no afecte su honor.
Su influencia en el niño: el niño puede formarse con una personalidad destructiva, alejado de
los principios de la justicia y la ética, preocupado siempre, por su estatus personal y familiar.
A través del diálogo, en un cálido ambiente de confidencia, el padre logrará comprender la
verdadera dificultad de su hijo y aclarará las diferentes formas de afrontarla, mientras lo
guiará con consejos y ejercicios, para ayudarlo a sobrellevar sus problemas.
Al padre dedicado, no le será suficiente con esto, sino que lo acompañará y se interesará
en conocer el resultado de sus consejos y hará un seguimiento permanente respecto del
comportamiento de su hijo.
¿Qué se oculta detrás de esta reacción?
En primer lugar, el padre no se asusta frente a la nota del maestro. Él no es atacado por el
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TALLADORES DE DIAMANTES
9. Las motivaciones ocultas ...
temor y tampoco siente que es afectado en su honor y su valoración. Por ello, no ataca al
niño y se dirige directamente a la causa generadora del problema.
la vida y nuestra lógica, la cual se formó a través de los años, convirtiéndose en nuestra
característica «única», que se manifestará cuando eduquemos a nuestros hijos.
Cuidado:
Actúa en beneficio de su hijo, a partir del profundo convencimiento de que su obligación
es estar parado a su derecha, ayudándolo, comprendiendo sus dificultades y orientándolo
constantemente para superarlas.
Un padre como este se enfocará en buscar fórmulas que, puestas en las manos de su hijo,
lo ayuden a superar y afrontar las pruebas y tentaciones que aparezcan, y no desperdiciará
energía en la manifestación de su dolor.
La influencia de esta actitud en el niño: lógicamente, es dable esperar que también
el niño lo comprenda de esta manera y valore la actitud positiva de su padre frente a sus
problemas. Él responderá consultando con su padre, que descubre abiertamente y con
humanidad, sus sentimientos escondidos.
Es probable que, con una inversión como esta, adquiera herramientas eficaces, no a partir
de sentimientos de culpa, sino a partir de motivaciones, que no estarán relacionadas con el
honor ni la valoración personal, sino a partir de una sensación de responsabilidad y entendimiento estable de la vida y las formas de enfrentarla.
Calculo que, cada uno de nosotros, con un poco de imaginación, puede completar un libro
con las cosas que influenciaron en la formación de su personalidad y comportamiento hasta la actualidad… Lo más importante es que aprendamos a ser cuidadosos y que tomemos
conciencia de la importancia que tiene cada palabra y el tono de nuestras expresiones.
Nos ayudará mucho recordar siempre, que toda persona actúa apoyándose en conocimientos primitivos y reacciones antiguas, frente a diversos temas de la vida.
Esto no puede evitarse, cuando se trata de relaciones recíprocas con el semejante, tanto en
el negocio, en la relación con amigos y también en la educación de los hijos.
Nuestros actos y reacciones están apoyados, constantemente, en nuestra actitud frente a
Cuando les hablamos a nuestros hijos,
se transparentan claramente nuestros intereses
o la influencia de antiguas vivencias,
que no tienen relación alguna con su educación
No solo nuestro hijo será afectado por nuestra educación. Ella tendrá influencia decisiva
en su formación personal y en su carácter, algo que recaerá, seguramente, en la forma de
educar a sus propios hijos, en el futuro.
Nuestras reacciones infundirán, en su identidad en formación, conceptos e ideas que se
transformarán en parte de su personalidad. En unos años, cuando se encuentre frente a problemas de conducta de sus hijos, aplicará esos mismos métodos en ellos, nuestros nietos.
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Resumen del Primer Portal
LA LABOR EDUCATIVA CON NUESTROS HIJOS
No es algo que se deba hacer con descuido. Es una «tarea santa» a la que hay que encarar
con alegría y responsabilidad, y en la que debemos actuar sintiéndonos comprometidos
como mandatarios de D-os.
¡Recordemos!
Es conveniente que aprendamos a ser cuidadosos y conscientes de la
influencia que tiene cada una de nuestras palabras.
Con la reacción sin medida ni control establecemos una base con
consecuencias futuras, que suelen ser perjudiciales para el desarrollo
de la educación de nuestro hijo y su equilibrio mental.
Únicamente, quien priorice el beneficio del niño y tenga como meta
el éxito de su educación, logrará, con la ayuda de D-os, reaccionar
independientemente de sus intereses personales e inmediatos.
Él no nos coloca en posición de supervisores o policías frente a nuestros hijos, Él nos
encomienda la importante función de dirigir los caminos de su vida, entregándoles herramientas adecuadas y enseñándoles a enfrentar, en todas las áreas (comenzando por la vida
diaria), la relación con los familiares cercanos y amigos, concluyendo con la lucha interna y
dura contra los instintos y deseos, que continuará hasta la ancianidad.
Este es un camino largo, por momentos difícil y cansador, en cuyo transcurso nos parece
que vemos bajar una cortina negra, que hace desaparecer la luz del horizonte. Debemos
usar todas las herramientas a nuestro alcance, e invertir todas nuestras fuerzas, para saltar
los obstáculos.
La labor educativa no está signada por éxitos inmediatos, sino por una escalera con muchos escalones, por la que el ascenso es lento. También, cuando nos resulta difícil y sembramos con lágrimas, recordemos que, con ayuda Celestial, finalmente ¡¡quienes siembran
con lágrimas cosechan con alegrías…!!
Los conceptos básicos en la labor de la educación son:
Conocer y comprender el alcance de nuestra influencia sobre los niños. Debemos examinar
cada medio, reflexionar ante cada palabra. Cada actitud que adoptemos, en la educación
de nuestro hijo, es vital para él.
En la práctica, la base de la educación es:
Lograr que el niño actúe positivamente, no solo porque sus padres se lo ordenaron, sino,
principalmente, porque sienta la necesidad y tenga el deseo interno de hacerlo, una vez
que ellos le hayan explicado y le hayan abierto sus ojos.
La base de las bases en la obra de la educación:
No se centraliza en cómo será y «cómo actuará el niño hoy», sino, principalmente, «qué
hará y cómo pensará dentro de unos años». Los actos positivos para los cuales lo incentivamos ahora, ciertamente son la llave del éxito en su educación de por vida; pero no son
la finalidad en sí mismos.
143
TALLADORES DE DIAMANTES
9. Las motivaciones ocultas ...
Segundo Portal
1- La vitamina esencial
2- Aceptarlo de acuerdo a su naturaleza
3- El niño y su aguda sensibilidad
4- Padres jueces
5- Mejorando la unión
6- El cuerpo «habla»
7- Resumen del segundo portal
Cómo Demostrar
el Afecto
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