Tomando todo pensamiento cautivo 2 Corintios
Transcripción
Tomando todo pensamiento cautivo 2 Corintios
El Ejército de Salvación The Salvation Army Iglesia Cristiana Evangélica Cuerpo de New Brunswick Capitanes Gerardo y Mónica Balmori Pastores y Oficiales Directivos Células de Estudio Bíblico Apuntes de los estudios Bíblicos semanales en los hogares cristianos Tomando todo pensamiento cautivo 2 Corintios 10:4-5 Propósito del mensaje: Animar a la congregación a llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo Introducción.Anteriormente de este capitulo el tono de 2 Corintios cambia. Pablo recibe información de Tito acerca de la situación de la iglesia de Corintio, la cual esta cuestionando su autoridad como Apóstol. Según ellos, en el versículo 10.1 el Apóstol Pablo se mira resuelto en sus cartas pero muy débil y tímido al estar frente a frente con la gente. Pablo les habla del poder que el tiene, el cual es poder divino de Dios, el cual nos es dado para batallar la guerra espiritual. Las armas de nuestra “milicia” no son para herir carne, sino para romper al enemigo espiritual. En esta guerra espiritual o “strateuo”, (seguramente de ahí viene la palabra estrategia, la cual nos habla de estratos o niveles de ataque y rango) nosotros estamos bien armados para destruir los pensamientos que Satanás bombardea a nuestras mentes. Si no utilizamos nuestra autoridad como cristianos, la idea o pensamiento maligno entra en nuestra mente, y germina como una semilla de maldad, la cual se transforma en un argumento, una excusa o un pretexto en contra de Jesús y su Justicia, el cual se “entrona” en nuestro ser como una fortaleza en contra del conocimiento de Dios y hasta ser una puerta de entrada a los demonios y sus ataduras. Esta batalla tiene lugar en la mente, mas los cristianos tenemos la autoridad en Cristo Jesús de dominar los deseos de la carne aun en la profundidad de nuestro propio cerebro. Veamos algunos aspectos de esta guerra en nuestras mentes: 1. El enemigo es verdadero. El diablo nos ataca hoy en nuestros días con la misma clases de cosas que le ocurrieron al Apóstol Pablo en su tiempo (hechicerías, malicia, borracheras, contiendas, envidias, etc.). Al no combatir directamente nuestros malos pensamientos, muchos de ellos provocados por el diablo, no enfrentamos el problema y por eso no obtenemos la victoria sobre ellos. No debemos ignorar el trabajo del diablo, sus ataques y sus trampas, sino que debemos estar atentos, sed sobrios y velad siempre. 2. El diablo procura levantar confusión en el pueblo de Dios - en Corinto la estrategia era el desacreditar al mensajero- En este caso el Apóstol Pablo. En Galacia el diablo quiso confundir sobre la salvación obtenida por gracia más no por respetar la ley judía, es decir por obras. En Colosas, el diablo quería levantar una filosofía gnóstica que procuraba sustituir la fe en Jesucristo por una serie de potestados y autoridades a la cual se le llamo la “plenitud”. Ninguno de estos “pensamientos” prosperó, sino que cayeron bajo el poder maravilloso de Jesucristo. En cada iglesia, era diferente, pero el enemigo procuraba diluir el evangelio y destruirlo. El diablo siempre ha querido degradar la supremacía de Cristo y hacerlo menos importante de lo que él es. Hoy en día nos damos cuenta de esta tendencia al observar la ciencia y conocimiento actual, que exalta al hombre y sus ideas por encima del conocimiento de Dios y la obediencia a El. Este comportamiento eleva la ciencia al nivel de religión, donde el hombre es dios de si mismo. 3. El diablo procura atacar la mente. El diablo sabe que todas las acciones comienzan con el pensamiento. Adulterio, suicidio, alcoholismo, consumo de drogas y abusos de toda la clase comienzan con pensamientos negativos y pensamientos erróneos. Hay un refrán que dice: “Cuide sus pensamientos, porque ellos se hacen palabras. Cuide sus palabras; porque se hacen acciones. Cuide sus acciones; porque se convierten en hábitos. Cuide sus hábitos; porque se convierten en su carácter. Cuide su carácter; porque se convertirá en su destino.” …porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” 2 Corintios 10:4-5 En resumen estamos envueltos en una batalla que comienza en nuestras mentes. El enemigo es real y procura derrotarnos con pensamientos negativos y mundanos. Debemos estar en guardia y darnos cuenta que estamos en una guerra donde el campo de batalla es nuestra propia cabeza la cual puede ser llena del pensamiento de Dios y su justicia, trayendo todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo, o por otro lado podemos vivir totalmente confundidos, siempre vagando en vanas filosofías, no teniendo criterio ni conocimiento de Dios, sino cayendo en la trampa del engaño.