Chronomètre Souverain Chronomètre à Résonance

Transcripción

Chronomètre Souverain Chronomètre à Résonance
Chronomètre Souverain
Chronomètre à Résonance
Tourbillon Souverain
Sonnerie Souveraine
COLECCIÓN SOUVERAINE
La gran sofisticación de los modelos de esta gama,
con su remonte manual de 40, 42 y 55 horas,
está destinada a un público que comprende
el arte de vivir y conoce la cultura relojera.
Chronomètre Souverain
Calibre FPJourne 1304
- 30 mm de diámetro y 3,70 mm de espesor
- Escape de áncora en línea
- Volante específico de 4 brazos con ajuste inercial
- Frecuencia de escape 21.600 alt./hora
- 143 componentes interiores
- 21 rubíes / platinas y puentes en oro rosa de 18 quilates
- Reserva de marcha de 55 horas
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Primer modelo de la gama, el Chronomètre Souverain es, sin embargo, la
tercera creación de François-Paul Journe para la colección Souveraine.
Una colección compuesta por piezas en las que las exigencias cronométricas
rivalizan con la sofisticación de su concepción. Se trata de relojes de
pulsera que corresponden a un arte de vivir y a una cierta percepción del
tiempo y de su medida. Una colección que se compone de modelos que se
presentan en cajas de platino o en oro rojo de 40 mm, excepto la Sonnerie
Souveraine. El remonte manual de estos corazones mecánicos refleja la
dimensión personal que se proyecta en las horas que uno se prepara para
vivir. Es también poseer un objeto, cómplice de todos los instantes de una
vida y que solamente él es capaz de reunir: el conocimiento, la ciencia y
las artes.
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Chronomètre Souverain
Con el Chronomètre Souverain, François-Paul Journe autoriza el acceso a
una medida del tiempo de excepción y exclusiva que lleva a los apasionados
por el mundo relojero al torbellino de las emociones de la alta relojería.
Este auténtico cronómetro, construido en la más pura tradición de la
cronometría, posee un movimiento extraplano en que la platina y los
puentes en oro rosa de 18 quilates no superan los 3,70 mm de espesor, a
fin de ofrecer una mayor eficacia técnica. Los dos barriletes de este
movimiento homogéneo proporcionan al escape una fuerza muy lineal
durante más de cincuenta horas. Éste bate con una frecuencia de 21.600
alt./hora.
De apariencia tradicional y, no obstante, inesperada, el Chronomètre
Souverain se afianza como modelo de referencia. Fue el primer modelo de
la colección Souveraine que poseía agujas azuladas, propias de la marca,
posicionadas en el centro sobre una esfera finamente guilloqueada. Con el
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diámetro estándar de los modelos de la colección Souveraine, tiene un
espesor particularmente reducido de 6,50 mm. Por primera vez, el
segundero está posicionado a la izquierda, sobre las siete horas, mientras
que la indicación de reserva de marcha de 55 horas se encuentra a la
derecha, sobre las tres horas. Poseer un Chronomètre Souverain se
convierte en el lujo de quien sabe saborear el tiempo que ha de venir con
plena conciencia.
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Chronomètre à Résonance
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Al corazón del movimiento
«Intentaré explicar las razones históricas que me han llevado a fabricar uno u otro reloj. En lo que concierne al fenómeno de la resonancia, la intuición de que la energía se dispersa
sin desaparecer se remonta al siglo XVIII, con las investigaciones del gran químico A.L. de Lavoisier (1743-1794), quien afirmaba su célebre teoría origen de mis modestas palabras:
Nada se pierde, nada se crea, todo se transforma. Con la invención del péndulo, los relojeros observaron que a menudo sus frecuencias interferían con su entorno y que no era inusual
que un reloj de péndulo se parase, cuando el péndulo entraba en resonancia con el peso motor suspendido de su cordaje. Un genial relojero, un «mecánico» tal como él se llamaba,
tuvo por primera vez la impresión de que se podía utilizar este inconveniente para conseguir un triunfo: Antide Janvier, nacido en 1751 en Saint-Claude, Francia. Su idea fue construir
dos movimientos completos con dos escapes de precisión e instalarlos uno después del otro, procurando que los dos péndulos estuvieran suspendidos en el mismo soporte. Tal y
como imaginó, los péndulos recobraron la energía proporcionada por el uno y por el otro y empezaron a batir conjuntamente, entrando entonces en resonancia.
Mantenido por esta onda y así protegido de las vibraciones exteriores, este principio aumentaba considerablemente la precisión del funcionamiento. Antide Janvier construyó, hacia
1780, dos reguladores de precisión, uno de los cuales se conserva en el Musée Paul Dupuy de Tolosa y el segundo en la colección privada de Montres Journe SA, Ginebra (ver página
60). Un tercer regulador de despacho se conserva en el Musée Patek Philippe de Ginebra. Treinta años más tarde, Abraham-Louis Breguet construyó un regulador de resonancia para
el rey Luis XVIII de Francia, que en la actualidad pertenece a la colección del Musée des Arts et Métiers de París, y un segundo para el rey Jorge IV de Inglaterra, que se conserva en
el palacio de Buckingham. También creó, para estas dos personalidades, un reloj de bolsillo retomando el mismo principio. A mi parecer, nadie del mundo de la relojería se interesa
por este fenómeno físico que, sin embargo, resulta fascinante.
Las ventajas que ofrece la resonancia en términos de fenómeno para la precisión me condujeron a proseguir las investigaciones que, después de quince años, me han permitido
adaptarla a un reloj de pulsera. Se trata del segundo modelo de la colección Souveraine: el Chronomètre à Résonance. En efecto, este sistema de resonancia me pareció que estaba
particularmente bien adaptado a los diferentes movimientos de la muñeca que ocasionan numerosos choques nefastos en los mecanismos de los relojes.»
François-Paul Journe
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Chronomètre à Résonance
Calibre FPJourne 1499-2
- Un portaescape móvil/2 barriletes y 2 trenes
de engranajes independientes
- 32 mm de diámetro y 4,80 mm de espesor
- Escape de áncora en línea
- Volante específico de 4 brazos
con ajuste inercial
- Frecuencia de escape de 21.600 alt./hora
- 267 componentes interiores
- 36 rubíes / platinas y puentes en oro rojo
de 18 quilates
- Reserva de marcha de 40 horas
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Chronomètre à Résonance
François-Paul Journe rinde homenaje a las investigaciones
efectuadas sobre la resonancia por los más grandes relojeros del
siglo XVIII, con la presentación del primer cronómetro por resonancia
en reloj de pulsera.
Presentado en el año 2000, este reloj representa uno de los mayores
desafíos en el campo de los relojes mecánicos. Utilizando el fenómeno
natural de la resonancia, este mecanismo revoluciona los estándares
establecidos y ofrece una precisión que aún no ha sido igualada en la
mecánica del reloj de pulsera. Las primeras investigaciones sobre el
fenómeno de la resonancia en las ciencias relojeras tienen su origen en el
siglo XVIII con relojeros como Antide Janvier (†1840) y Abraham-Louis
Breguet (†1823). Constataron los efectos negativos de estas ondas en los
péndulos y efectuaron, cada uno a su manera, investigaciones para utilizar
este fenómeno en el funcionamiento de reguladores.
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Chronomètre à Résonance
Dos siglos más tarde, François-Paul Journe reemprende el reto con una
primera creación en reloj de bolsillo, que aún no funciona según sus
expectativas. Tendrán que pasar quince años más para que la madurez y
la experiencia del relojero le permitan presentar, en primicia y exclusividad
mundiales, el primer reloj de pulsera por resonancia. Pensó, desarrolló y
construyó este movimiento para responder a las exigencias de la muñeca
y ofrecer de esta manera una cronometría avanzada en extremo. Cada uno
de los dos volantes es alternativamente excitador y resonador. En el
momento en que los dos volantes se mueven, entran en simpatía por el
efecto de la resonancia y se ponen a batir, evidentemente, de manera
opuesta. Los dos volantes se respaldan el uno al otro, proporcionando
más inercia a su movimiento. Sin embargo, esta concordancia solamente
es posible si la diferencia de frecuencia del uno al otro no es superior a
cinco segundos al día de diferencia acumulada en seis posiciones. Su
ajuste es extremadamente delicado. Cuando un movimiento perturbador
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externo afecta al funcionamiento de un reloj mecánico tradicional, esta
misma perturbación produce, en el caso del reloj por resonancia, un
efecto que acelera uno de los volantes y, al mismo tiempo, retrasa el otro.
Poco a poco, los dos volantes vuelven el uno hacia el otro para encontrar
de nuevo su punto de concordancia, eliminando de esta manera la
perturbación. Este cronómetro innovador ofrece una precisión no
igualada en el campo del reloj mecánico.
Pero, ¿qué es la resonancia?: Dos frecuencias que se armonizan. Todo
cuerpo animado transmite una vibración a su entorno. Cuando otro
cuerpo capta esta vibración, absorbe su energía y vibra a la misma
frecuencia. El primero se llama «excitador» y el segundo «resonador».
Este fenómeno físico llamado «de resonancia» forma parte de nuestra
cotidianidad y por lo tanto apenas se le presta atención.
Cuando buscamos un programa en un receptor de radio, éste chirría hasta
que las ondas elegidas no encuentran las ondas de la emisora: solamente
entonces, se armonizan para resonar. La resonancia afecta a todos los
ámbitos, sean mecánicos, musicales, humanos u otros, como manifestaba
el músico Keith Jarrett en nuestro primer catálogo: «En música, es una
evidencia que los laúdes y las cítaras, por ejemplo, tienen cuerdas cuya
única razón de ser es vibrar por resonancia; el músico nunca las toca, a
pesar de su proximidad con las cuerdas apretadas.»
Las dos indicaciones horarias también se pueden utilizar como dos husos
horarios independientes. El mecanismo sutil, desde este momento
manufacturado en oro de 18 quilates, se revela a través de un fondo en
zafiro que permite descubrir los dos corazones mecánicos que baten en
perfecta sincronización. Aunque sea conocido como el reloj mecánico de
mayor precisión del mercado, esta pieza está ante todo impregnada de una
gran poesía y pone de manifiesto que todavía no se ha inventado todo en
el campo del reloj de pulsera.
Este reloj excepcional se presenta desde ahora en dos versiones con una
caja de platino y esfera en oro blanco o toda en oro rojo. La caja se amplía
40 mm y hace resaltar la cara del reloj que indica las horas, los minutos y
los segundos a través de pequeñas esferas en plata guilloqueada, sujetas
por círculos en acero pulido a la esfera del reloj en oro de 18 quilates.
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Tourbillon Souverain
à seconde morte
Calibre FPJourne 1403
- Torbellino con rotación en 60 segundos
- Caja en acero pulido
- Espiral plana con curva terminal Philips
- Escape de áncora lateral
- Frecuencia de 21.600 alt./hora
- Volante específico de 4 brazos
con ajuste inercial
- Segundo muerto, que salta de segundo
en segundo
- 26 rubíes / platina y puentes en oro
rosa de 18 quilates
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Tourbillon Souverain
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El segundo muerto
o el arte de detener el tiempo…
Hacia finales del siglo XVII, cuando los relojes eran cada vez más precisos, los relojeros adjuntaron una aguja que por fin permitía medir los segundos.
Estos «relojes» convertidos en «péndulos», gracias a la invención del volante pendular por parte del holandés Huygens, fueron dotados de un péndulo de 1 metro de longitud,
teniendo éste un período de 1 segundo. La esfera se divide en 60 subdivisiones para que la aguja salte de segundo en segundo.
Cuando se realizaron los primeros relojes con indicación de segundos, algunos relojeros del siglo XVIII quisieron producir el mismo efecto visual que en los péndulos.
Inventaron para ello sistemas que prolongaban el período de los volantes. Los más conocidos son el escape de pirueta o el inmenso volante de M. Pouzait. No obstante, estos
sistemas fueron enseguida abandonados, ya que perjudicaban la precisión.
Así, sin sistema adicional, la aguja empieza a marcar el medio segundo, frecuencia más utilizada en esta época.
La gran facilidad de lectura del tiempo que se obtiene por una aguja marcando el segundo, sin moverse durante el mismo segundo, proporciona en el siglo XIX nuevas ideas
a los relojeros.
Aparecieron tres sistemas llamados «segundo muerto»:
-
El primero: estaba compuesto por un pequeño tren de engranajes adicional activado por un resorte acoplado al resorte principal. A cada segundo, la aguja era liberada por el
escape del reloj. Este sistema llamado «segundo muerto independiente» tenía la ventaja de no perjudicar la precisión del reloj y de que el usuario lo podía desconectar.
El segundo: comprendía un engranaje suplementario partiendo de la rueda de escape hasta una rueda de segundo adicional, provista de 60 dientes que estaban retenidos por
un resorte. Este sistema, muy simple, perjudicaba gravemente la precisión.
El tercero: un escape llamado «De golpes perdidos» conseguía que el volante hiciera dos oscilaciones para que la rueda de escape avanzara cada segundo. Estos escapes se
inspiraban en gran medida en los relojes fabricados en China, ya que para la filosofía china esto equivalía a parar el tiempo. Allí ya no se tenía prisa, el tiempo estaba
dominado…
Por último, hoy en día, el TOURBILLON SOUVERAIN está provisto de un «segundo muerto natural». Está montado sobre una de las ruedas del
remontuar de igualdad y no puede de ninguna manera afectar la precisión del reloj.
François-Paul Journe
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El primer reloj de pulsera con torbellino,
remontuar de igualdad y segundo muerto
En los talleres del Tourbillon Souverain, la concentración intensa de
los relojeros impone el silencio. Montar y desmontar totalmente el
mecanismo antes de obtener satisfacción es una gimnasia cotidiana.
Solamente la jaula del torbellino se compone ya de más de sesenta
piezas, por lo que cada gesto exige una extrema delicadeza y una
perseverancia a toda prueba.
El Tourbillon Souverain à seconde morte es el digno heredero de la primera
pasión de François-Paul Journe por una complicación relojera: el torbellino.
Cuando trabajaba como aprendiz de relojero en casa de su tío, el joven queda
fascinado por esta complicación, en una época en que estaba lejos de ser
conocida y comercializada al gran público. Sueña con poseer un ejemplar,
pero no se lo puede permitir y decide… fabricarlo. Entonces tiene veinte
años y dedica todo su tiempo libre a la realización de este primer reloj de
bolsillo con torbellino y remontuar, terminado en 1982.
Es importante volver a situar este paso en una época en la que el reloj de
cuarzo ha tomado ventaja al reloj mecánico. Se puede considerar que sólo
una decena de clientes del mundo están potencialmente interesados en la
compra de un torbellino. Por otra parte, el relojero inglés Georges Daniels es
uno de los pocos, junto con François-Paul Journe, que fabrica torbellinos.
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En 1991 fabricó su primer reloj de pulsera, con la firma François-Paul
Journe fecit à Paris, con torbellino y remontuar de igualdad. Ocho años
más tarde, cuando lanza una colección de cronómetros en reloj de pulsera
con la firma F.P.Journe – Invenit et Fecit –, es evidente que la primera
pieza debía de ser un torbellino. Primer modelo de la colección
Souveraine, el Tourbillon Souverain ofrece esta exclusividad de un
torbellino en reloj de pulsera con torbellino y remontuar de igualdad.
Aunque se convierte en un best-seller de F.P.Journe, François-Paul Journe
decide interrumpir la producción en 2003 a fin de ofrecer a sus clientes el
lujo de la rareza y de satisfacer su sed de creatividad. Presenta una nueva
versión del Tourbillon Souverain, todavía más sofisticada. Es el nacimiento
del Tourbillon Souverain à seconde morte, una pieza que es la
quintaesencia de la madurez del relojero.
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El primer reloj de pulsera con torbellino,
remontuar de igualdad y segundo muerto
- 93 diamantes de talla baguette,
totalizando 22. Calidad Flowless
- Caja en platino, diámetro 40 mm
- Espesor total de la caja 10 mm
Este nuevo modelo posee las características y las exigencias
técnicas propias de las creaciones F.P.Journe: mejora el
funcionamiento general del reloj. Su mecanismo retoma la
definición del torbellino, patentado en el siglo XVIII por
Abraham-Louis Breguet, ya que el término tourbillon
«torbellino» se encuentra hoy devaluado. Añade un
sistema de remontuar de igualdad, que permite dar al
torbellino la misma energía durante 42 horas para
que la frecuencia del volante sea isócrona, y lo
mejora con un sistema patentado del segundo
muerto. Esta complicación única en un reloj de
pulsera ofrece una lectura más precisa del tiempo. La
expresión seconde morte «segundo muerto» se
explica por el hecho de que la aguja se mantiene
inmóvil (muerta) hasta que pasa el segundo.
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El remontuar de igualdad
«Desde los tiempos más antiguos, la humanidad ha intentado insistentemente medir el tiempo dividiéndolo en fracciones iguales inventando la noción de isocronismo. Será con la
llegada del primer reloj mecánico que los especialistas empezarán a buscar el medio de ecualizar la fuerza que lleva el escape. El muelle espiral todavía no existía y el volante
conocido como foliot tenía un batido irregular debido a la fuerza inestable resultante de las imperfecciones del muelle y los engranajes. En aquella época, los relojes estaban
equipados con una sola aguja, que daba una vuelta en 12 horas; en efecto, su imprecisión no permitía todavía medir los minutos. Después de la creación del muelle real (muelle
motor), que permitirá la construcción de los relojes de sobremesa, un relojero del siglo XVI, Jobst Bürgi, tuvo la idea de añadir al engranaje tradicional un sistema independiente
de carga en cortos períodos para el muelle principal. Así el escape aseguraba un fluir más constante y le permitía una autonomía de varios meses: se trataba del primer remontuar
de igualdad.
Más tarde, en el siglo XVII, el relojero holandés Christiaan Huygens inventa el muelle espiral y el péndulo. Sus innovaciones aportaron a los relojes y a los péndulos una precisión
cronométrica inigualable en aquella época. La aguja de los minutos se generalizó y el remontuar de igualdad fue entonces olvidado durante más de un siglo. Con la llegada del siglo
XVIII, llamado de las Luces, las grandes exigencias relacionadas con las observaciones astronómicas y los cálculos de la longitud para la navegación marítima, requieren cada vez
más una mayor precisión. La aguja indicadora de los segundos se generaliza y aumenta el perfeccionamiento de los relojes. En Inglaterra, el relojero Thomas Mudge inventa un
remontuar de igualdad para el cronómetro marino H. 3 mientras que en Francia, el célebre Robert Robin – relojero real – inventa uno similar para sus reguladores de precisión.
Paradójicamente, fue en el siglo XIX cuando el remontuar de igualdad se generalizó para construir relojes en fachadas, no para remediar los defectos en los muelles (teniendo en
cuenta que todos estos relojes funcionaban con pesos motores), sino para aislar el mecanismo horario de las agujas exteriores, debido a que estaban expuestos a los vientos que
podían provocar un desajuste en el mecanismo.
La fabricación de un remontuar de igualdad era compleja y pesada, y es de nuevo abandonada casi totalmente hasta el siglo XX, con algunas excepciones: el relojero inglés Georges
Daniels lo utilizará en un reloj de bolsillo de torbellino, su contemporáneo Anthony Randall para la construcción de una penduleta inspirada en el principio del H. 4 de John Harrison,
y yo mismo, en tres relojes de bolsillo de torbellino, un péndulo denominado simpático y recientemente por primera vez en un reloj de pulsera, en el primer modelo de la colección
F.P. Journe – Invenit et Fecit –, el Tourbillon Souverain.
Lo fascinante del principio del remontuar de igualdad es que cada relojero tiene que diseñarlo según su propia interpretación personal y sólo la idea básica permanece intacta.»
François-Paul Journe
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Sonnerie Souveraine
No menos de diez patentes han sido registradas...
«Complejidad extrema para la mayor simplicidad de uso», ésta podría ser la
definición perfecta para este reloj espectacular. El último reloj creado para la
colección Souveraine, la Sonnerie Souveraine ideada por François-Paul
Journe, es la síntesis de una notable modernidad y de la más pura tradición
relojera. Uno de los objetivos principales de los proyectos de trabajo que el
relojero se impone es la construcción de un reloj en el que ningún error de
manipulación externa pueda alterar su funcionamiento. En efecto, la mayoría
de las grandes sonerías que existen son de delicada utilización y la menor
falsa maniobra, efectuada por un usuario poco experto, puede ser fatal para
el mecanismo. No menos de diez patentes han sido registradas por FrançoisPaul Journe para la realización de una gran sonería, en la que uno de los
principales éxitos es indiscutiblemente su gran simplicidad de utilización.
Visibles a través del fondo en zafiro, algunas de las cuatrocientas cincuenta
piezas que la componen han sido creadas minuciosamente y durante largo
tiempo para la construcción de un mecanismo fiable y claramente innovador.
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En la esfera en oro de 18 quilates se descubre un círculo en plata
guilloqueada con la indicación de las horas, los minutos, los segundos, la
indicación de la reserva de marcha y los tres modos de funcionamiento. A la
izquierda, una abertura permite descubrir los dos martillos que actúan según
las tres posibilidades de sonería ofrecidas: gran sonería, pequeña sonería y
repetición de las horas, los cuartos y los minutos. Un modo de selección
inédito permite escoger entre tres posibilidades: silencio, pequeña sonería y
gran sonería (SPG). La reserva de marcha indica la autonomía media
conjugada de la sonería y del movimiento horario. Cuando solo le quedan 24
horas de autonomía al movimiento horario, la sonería se cierra a fin de
asegurar durante este período la indicación del tiempo.
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Sonnerie Souveraine
Como todos los mecanismos de los cronómetros firmados F.P.Journe
– Invenit et Fecit –, la platina y los puentes del mecanismo son de oro
rosa de 18 quilates, mientras que la caja de 42 mm de diámetro y de
12,30 mm de espesor es, paradójicamente, de acero pulido.
Excepcionalmente, el relojero abandona los metales preciosos que son el
oro y el platino, por una noble causa: ofrecer una mayor sonoridad a esta
pieza espectacular, recurriendo a la estructura cristalina del acero.
François-Paul Journe se mantiene fiel a su divisa: innovar dentro de las
ciencias relojeras ofreciendo el mayor funcionalismo.
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