Estimados compaeros de la presidencia, trabajadores, invitados y
Transcripción
Estimados compaeros de la presidencia, trabajadores, invitados y
Estimados compañeros de la presidencia, trabajadores, invitados y amigos: Vivimos en un mundo distorsionado. El capitalismo va tan deprisa que ha dejado al hombre atrás, sin aliento y tan rezagado que se ve obligado a acomodar su paso a una historia que ya no le pertenece. Así, dentro de la racionalidad capitalista, mediante un desarrollo vertiginoso, una avalancha de imágenes, una violencia física y cultural sin precedentes, se imponen modos de vida, modelos y paradigmas que trascienden la actividad más simple del ser humano. En el caso de la ciencia contemporánea y sus productos más desarrollados y vistosos traen a nuestra mente las ideas de bienestar, ingeniosas invenciones, novedades médicas y tecnológicas, profundos conocimientos que desentrañan la vida y la naturaleza. En paralelo se degrada el medio ambiente, se resquebraja la vida y se genera la guerra empleando los medios y dispositivos más repugnantes. De forma que si una gran parte de la comunidad científica aporta a la vida otra no menos significativa y de manera coexistente apuesta por la muerte. Y es que la entronización del conocimiento científico como saber supremo, la propaganda asfixiante que homogeniza conocimientos a la par que enajena otros y el consumo desmesurado; provocan la noción de una ciencia despolitizada y la pérdida de toda ética posible capaz de responder a un desarrollo responsable y sustentable. Por otro lado, respaldado por un monopolio del conocimiento y una superioridad tecnológica apabullante, el gran capital deja en desventaja a los países en vías de desarrollo como eufemísticamente se les llama. La brecha resulta tan grande que reduce a los países subdesarrollados a meras fuentes de recursos humanos o de alguna manera supedita sus líneas de investigación a los intereses de las grandes trasnacionales. Al mismo tiempo que, a priori, un sentimiento de natural inferioridad se apodera de los pobres. En este contexto aparece Cuba como destello de luz. Entre tanto quehacer científico el IMRE ocupa un lugar destacado. En medio de dificultades y necesidades el instituto promueve la investigación más actual y la formación de un joven profesional comprometido con la sociedad. Los resultados sobresalientes en áreas como la electrónica, los nuevos materiales, nanociencia y nanotecnología son pruebas de ello. Así como también la vinculación de los jóvenes con actividades no precisamente de índole investigativas pero de un gran impacto social, especialmente en los niños, como la socialización del conocimiento. Compañeros, hoy, cuando el mundo enfrenta una enorme crisis estructural, cuando las condiciones económicas del país son sumamente complejas y exigen una ciencia y una técnica que la respalden, cuando la incultura y el analfabetismo funcional se globalizan, cuando asistimos a la decadencia de los mejores valores; habrá que hacer acopio del empeño, del sacrificio y de la voluntad para seguir adelante, ya sea desde el buró, el laboratorio o desde un parque. Esa será la mejor manera de evocar y rendir tributo a estos 25 años que hasta hoy han transcurrido. Ese es el compromiso de la nueva generación. El presente y el futuro son nuestros. Muchas gracias.