Muertes transito - Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
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Muertes transito - Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
Rosemberg Sandoval, Children’s room, 1985-1986 LESIONES ACCIDENTALES Ramón Elías Sánchez Sin título MUERTES POR ACCIDENTE DE TRÁNSITO Death in Traffic Accidents, Colombia, year 2000 Mónica Esperanza Perdomo M. Epidemiologist Coordinator of the Reference Center for the Bogotá Region The National Institute of Legal Medicine and Forensic Sciences registers 6.551 fatally injuries due to traffic accidents in Colombia, showing an 8% reduction in the rate by 100.000 inhabitants, compared to that of 1.999. 40% of the victims where pedestrians, 22% where motorcycle drivers, 19% passengers and 9% automobile drivers. Bicycle drivers contributed an 8% of fatal accidents in 2.000, which shows a statistically significant increase of 15% in the number of victims in this category. Generally speaking, major cities in Colombia where the ones that reported the higher number of cases, with an important participation by pedestrians and specially those over 60 years old. There are many social, economic and politic factors that affect the occurrence of a traffic accident and so the events must be studied from the stand point of different sciences to achieve real road security instead of simple prevention and control of traffic accidents. Introducción En este capítulo se recopilan los datos reportados por punto de atención del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de necropsias médico-legales practicadas a víctimas de lesiones fatales ocasionadas por vehículos de transporte terrestre1, independientemente del número de días posteriores al accidente de tránsito. Según criterios de la Organización Mundial de la Salud, se considera como víctima fatal de un accidente de tránsito aquella persona que fallece en un periodo de tiempo no mayor a treinta días luego del accidente. En Colombia esta definición no se aplica, pues independientemente del tiempo transcurrido después del accidente de tránsito, si se demuestra que la causa de muerte está directamente relacionada con el accidente, es decir, que si no hubiera sufrido el accidente no habría desencadenado la lesión fatal por la cual se provocó el deceso de la víctima, el caso se cataloga como accidente de tránsito. En el presente análisis no se incluyen víctimas de accidentes aéreos, marítimos, ni fluviales, pues se está hablando de accidentes de tránsito; estos casos se analizan en el capítulo de otras muertes accidentales; a partir del año 2001 se trabajará con una categoría más amplia de accidentes de transporte. 1 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses CRNV. Nuevo Sistema de variables de lesiones de causa externa. 2000. MÓNICA ESPERANZA PERDOMO M. Epidemióloga Coordinadora Centro de Referencia Regional sobre violencia-Bogotá Según estadísticas del Ministerio de Salud2 , el accidente de tránsito a nivel nacional es la novena causa de mortalidad general y la segunda causa de muerte violenta en Colombia. En Colombia durante el año 2000 fallecieron en accidente de tránsito 6.551 personas, con una reducción estadísticamente significativa (p=0,000000) de 7% en comparación con 1999 (7.026), siendo el año con menor número de víctimas fatales del último quinquenio. Sin embargo, la cantidad de personas fallecidas en accidentes de tránsito supera muy por encima el número de personas (1.500) que murieron en 1998 en el conflicto armado de Kosovo3. Haciendo el ajuste del número de casos con respecto a la población en riesgo (tasa por cien mil habitantes de Colombia), se observó una reducción (estadísticamente no significativa) equivalente a 8%, con lo cual se obtuvo la tasa más baja de muertes por accidente de tránsito en el periodo 1996-2000. De los datos analizados para el lapso 1996-2000 se encontró un promedio anual de 7.245 víctimas fatales de accidentes de tránsito, siendo superado por el número de víctimas registradas en 1997, destacándose este como el año con más casos del periodo estudiado. En tasa por cien mil habitantes el valor más alto (19,6) se observó en 1996, mientras los dos últimos años mostraron valores muy inferiores a la tasa promedio del periodo analizado. (Figura 1) Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Figura 1. Tasa y número de casos de lesiones fatales por accidentes de tránsito. Colombia, 1996-2000 2 3 146 Ministerio de Salud de Colombia. Estadística de mortalidad general, 1996. Ojeda, Saúl. Hacia la pacificación del tráfico. Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ingeniería, 1999. Sin embargo, todos estos datos deben analizarse a la luz de la situación socio-económica y política que hemos venido enfrentando con mayor énfasis en los últimos cinco años, secuestros masivos de turistas y quema de buses intermunicipales y tractocamiones, voladura de puentes y peajes, que de alguna manera puede impactar en la movilización y desplazamiento a lo largo y ancho del territorio nacional y en especial el tránsito en carretera. Prueba de ello es la disminución del tránsito promedio diario-semanal observado en las carreteras de la mayoría de los departamentos de Colombia4, de los cuales, por citar algunos ejemplos, está la vía Uribe-La Paila (Valle), por la cual de 8.054 vehículos, entre automóviles, buses y camiones, que transitaban en 1996 pasó a 6.902 en 1999, mostrando una reducción de 14%; en la vía Zulia-Cúcuta (Norte de Santander), en la que en 1997 se movilizaban cerca de 4.990 vehículos, entre 1998 y 1999 se redujo a 3.981 (20%), y así es posible documentar descensos en otras carreteras de Cundinamarca, Meta y Magdalena, además de otros departamentos, que pueden estar asociados a la reducción de la accidentalidad en tránsito al disminuir el volumen de vehículos que transitan. Además del análisis de las cifras de accidentalidad de tránsito del año 2000 en el territorio nacional, vale la pena revisar cuánto le cuesta al país enfrentar saboteos a la infraestructura vial, el cese de población económicamente activa que fallece en accidentes de tránsito y los costos que implica un accidente de tránsito en Colombia. En 1998 el Instituto Nacional de Vías (Invías) recibió un presupuesto de aproximadamente 1,25 por ciento del PIB5, tal vez la mayor asignación de la última década, con un monto aprobado de $556.183 millones, que debió ser invertido en la construcción, pavimentación y rehabilitación de vías, puentes y peajes. Por su parte, en diciembre de 1997 Invías calculaba que las pérdidas registradas por el sistema nacional de peajes en 1997 por atentados y atracos contra las casetas instaladas en la red 4 5 Instituto Nacional de Vías. Volúmenes de Tránsito 1999. Notivías, Mintransporte- Invías, Año 4, No. 42, julio de 1998 La realidad sobre el suicidio Ana Inés Ricaurte Villota Médica Epidemióloga Coordinadora Centro de Referencia Regional Suroccidente Ana Cecilia Restrepo Gutiérrez Técnica auxiliar, Centro de Referencia Regional Suroccidente. FRANCIS PICABIA. IDYLL ,1926. INTRODUCCIÓN La violencia es un fenómeno social que va en aumento día a día en nuestro medio, y el suicidio es otra expresión de esta, de la cual encontramos referencias a través de todas las épocas, relacionándola con diferentes causas que generan y conducen a su actuación. Más allá de los alcances de nuestro pensamiento y discernimiento se encuentran las dimensiones del “suicida”, por cuya mente pasan ideas de autodestrucción, desesperanza, angustia, ansiedad, culpa entre otras. Unido a esto (en muchas ocasiones) encontramos trastornos mentales de base y otros factores de riesgo como alcoholismo, farmacodependencia, enfermedad grave o eventos estresantes, todo lo cual determina su amplia complejidad. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Mirando con más detenimiento las cifras, podríamos decir que la disminución paulatina de las muertes por accidente de tránsito que se ha venido registrando desde 1997 ha mejorado a tal punto que de un promedio mensual de 634 víctimas en el nivel nacional durante ese año, se redujo a 546 muertes mensuales en el año 2000, es decir, que en este periodo el promedio mensual de muertes por accidente de tránsito disminuyó en aproximadamente 88 casos. Haciendo el análisis en promedio diario de accidentados fatalmente en eventos de tránsito estaríamos hablando de una diferencia de 3 personas menos para los mismos años de comparación. 147 vial nacional superaban los 642 millones de pesos6; estos peajes debieron ser habilitados con presupuestos de 1998, lo que redujo la capacidad de mejoramiento de la red vial y su consecuente deterioro de las condiciones de movilización y tránsito vial. De acuerdo con un estudio realizado por el doctor Edgar Sánchez del Fondo de Prevención Vial Nacional (aún no publicado), basado en los resultados de la investigación de Villazón y Vargas 7, el costo de un muerto en accidente de tránsito en 1997 en Colombia oscilaba entre $ 21’948.295 para zona urbana y $ 36’106.502 para zona rural, variación dada principalmente por el costo de desplazamiento de ambulancias, movilización de autoridades de policía judicial y transporte en grúa de los vehículos implicados, así como el costo de la congestión en carretera, que en zona rural es mucho más dispendiosa y de difícil acceso. Igualmente, se calcularon los costos por daños a la propiedad, los costos médicos y hospitalarios, los costos funerarios, la pérdida económica por disminución en la productividad de las víctimas, los costos por pérdida económica por inactividad de los vehículos, y la pérdida de tiempo por la calamidad y la atención judicial. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Teniendo en cuenta que en el año 2000 se presentaron 1640 muertos en accidentes de tránsito8 en el sector rural en Colombia, y 4911 en zona urbana, el costo económico del total de víctimas fallecidas en accidente de tránsito en el 2000 sería aproximadamente 167 mil millones de pesos, cifra que en infraestructura vial representaría el presupuesto para la adquisición y compra de los materiales de 553 puentes en concreto, de aproximadamente 15 metros 9. Sin embargo, debe aclararse que el valor real de los muertos del 2000 debe actualizarse con la inflación de 1998, 1999 y 2000, pues el cálculo está hecho para el valor de todos los costos de un accidente de tránsito fatal de 1997. Aproximadamente 216.673 años de vida potenciales se perdieron en Colombia sólo a causa de accidentes de tránsito fatales, que posiblemente más allá de una cifra inmensa, casi inimaginable, representa una fuerza económica invaluable y una pérdida humana irrecuperable. Como si fueran pocos, el capital invertido en rehabilitación de la red vial nacional y el costo de las víctimas de accidentes de tránsito fatales (sin tener en cuenta los choques simples o con heridos), existe una gran pérdida económica en la productividad laboral de todas las víctimas que fallecieron en el año 2000. 6 7 8 9 148 Notivías, Mintransporte- Invías. Año 3, No. 35, diciembre de 1997. Villazón, E., Vargas, JL. Costo de los accidentes de tránsito en la ciudad de Bogotá, citado en Universidad Nacional, Alcaldía Mayor de Bogotá, Investigación sobre accidentalidad vial de Bogotá, D.C. 1999-2000. Carreteras. Policía de Carreteras, Vol 2, No. 2, pp. 33-35. Enero 2001. Cálculos realizados por el CRNV con base en información dada por la Oficina de Emergencias de Invías. Abril 2001. Distribución según mes de la lesión Durante el año 2000 se registró un promedio mensual de 546 muertes por accidentes de tránsito, presentándose la mayoría de casos en los meses de enero (626), julio (582) y diciembre (633), (cuadro 1); estos periodos coinciden con las temporadas de vacaciones, en las cuales es posible que haya mayor movilización de vehículos, y recalca la imperiosa necesidad de realizar en estas épocas otras estrategias de prevención, además de las que se han adelantado para el control del consumo de alcohol en conductores –Si vas a tomar no manejes– y de control de la velocidad rural y urbana; campañas que fomenten la revisión periódica de las condiciones mecánicas de los vehículos y el porte de equipo de carretera, sin descuidar el reforzar la importancia y necesidad de acatar de manera estricta las señales de tránsito, en especial en carretera. (Cuadro 1) Se observó el mismo número de víctimas fatales en accidentes de tránsito en el primer y segundo semestres del año 2000; sin embargo, por trimestres, fueron más críticos el primero (enero a marzo) y el último (octubre a diciembre), periodos en los cuales se registró exactamente el mismo número de fallecimientos relacionados con accidentes de tránsito (1.691). De esto último se puede deducir que a pesar de que en el último trimestre hubo más puentes festivos, probablemente hubo más controles por parte de las autoridades municipales y distritales y se adoptaron en otras ciudades capitales diferentes a Bogotá, estrategias que limitaron el consumo de alcohol en establecimientos públicos, así como un mayor énfasis en los puestos de control de embriaguez de conductores no sólo de vehículos particulares sino también de buses y busetas de servicio público. Dentro de los factores de riesgo que inciden en la ocurrencia de los accidentes de tránsito se han descrito, además de los factores humanos y del vehículo, los medio ambientales, como las condiciones climáticas y el cierre de las vías por derrumbes, que probablemente se encuentran asociados a una periodicidad en los accidentes de tránsito Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Cuadro 1. Lesiones fatales por accidentes de tránsito por condición según mes de la lesión. Colombia, 2000 149 en ciertas regiones; por ejemplo, temporadas lluviosas en el segundo trimestre del año que afectan especialmente las zonas centro y sur del país10, podrían ocasionar una disminución de la accidentalidad si hay cierre de las vías; o, por el contrario, al haber mayor riesgo de deslizamiento y/o peores condiciones de visibilidad, es posible que haya un incremento de los accidentes en puntos específicos de la geografía colombiana. De igual manera, la temperatura del aire tiene implicaciones en la presencia de los incendios forestales, que de algún modo influyen en la movilidad terrestre especialmente la zona norte del país. Distribución según condición de la víctima Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF La definición de la condición de la víctima en un accidente de tránsito está dada por el papel que desempeña la persona en el momento del accidente con respecto a los diferentes actores de la vía y el vehículo de transporte en el cual se desplaza. De tal manera que peatón es toda persona que transita a pie por una vía; pasajero es la persona que se transporta en un vehículo, diferente al conductor (no se incluyen en esta categoría los pasajeros de bicicletas o motocicletas, pues se clasifican como motociclista y ciclista respectivamente); ciclista es la persona que se desplaza en bicicleta (incluye conductor y pasajero) y motociclista, quien se desplaza en motocicleta (incluye conductor y pasajero)11. Sin embargo, jurídicamente, de acuerdo con el Nuevo Código Penal (ley 599 del 24 de julio de 2000), el que por culpa matare a otro estará incurriendo en homicidio culposo (art. 109). Es decir, cuando se atropella a un peatón o se ocasiona la muerte de un pasajero, de vehículo, motocicleta o bicicleta, en accidente de tránsito, la Fiscalía inicia la investigación por homicidio culposo; en el caso que en el mismo evento (accidente de tránsito) el que fallezca sea el conductor, se hace necesario descartar un suicidio, y generalmente la manera de muerte es accidental. El 40% de las víctimas que fallecieron en accidente de tránsito durante el año 2000 eran peatones, siendo la condición más frecuentemente afectada, seguida por los motociclistas, 22%, pasajeros, 19%, y conductores, 9%. 10 11 150 Condiciones e indicadores ambientales en Colombia. Informe No. 73. Código Nacional de Tránsito y Transporte de 1997. Es importante aclarar que si bien los ciclistas no figuran dentro de las tres primeras clases de víctimas más afectadas por accidentes de tránsito fatales, esta condición ha venido presentando un paulatino incremento en los últimos cinco años, pasando de ser 5% de los accidentes fatales en 1996 a 8% en el 2000, con un incremento acumulado estadísticamente significativo (p=0.000000) de 43% entre 1996 y 2000. De igual manera, en la tasa por 100.000 habitantes se observa un incremento año tras año, siendo 0,93 en 1996 y 1,2 en el 2000. (Figura 2) Lo anterior coincide con un auge del uso de la bicicleta como vehículo de transporte, de trabajo y de recreación y deporte; por ejemplo, en el Distrito Capital ha estado acompañado por el diseño de ciclo-rutas, vías exclusivas para el tránsito de bicicletas, con el propósito de controlar el volumen y la congestión vehicular y reducir los altos índices de contaminación ambiental12. 12 Ciclo-rutas, Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, 1998. Varios autores han hablado del tema, con similitudes en sus apreciaciones a pesar de pertenecer a diferentes disciplinas: Durkheim (sociólogo y filósofo francés) expresó: “los suicidios son fenómenos individuales, que responden esencialmente a causas sociales. Si tales o cuales individuos se suicidan, ello responde probablemente al hecho de que estaban predispuestos por su constitución psicológica”. Este autor cree que “el aumento de la tasa de suicidios es un fenómeno patológico de la sociedad moderna, ante todo la integración insuficiente del individuo en la colectividad. Los actos que el paciente lleva a cabo, y que a primera vista parecen expresar tan solo su temperamento personal, son en realidad la consecuencia y prolongación de un estado social que 3 ellos manifiestan exteriormente” , por ejemplo, hay menor incidencia del suicidio en la mujer que en el hombre, por participar menos en la vida colectiva, sintiendo mínimamente su influencia, al igual que los niños y ancianos. Kaplan (psiquiatra) diferencia entre intento de suicidio y suicidio completo, donde asocia el segundo a enfermedad maníaco-depresiva, esquizofrenia y otros factores de riesgo, como alcoholismo, farmacodependencia y eventos estresantes como dificultades financieras, problemas de trabajo y pérdidas afectivas. Michel Foucault (filósofo francés) en su máxima obra, Vigilar y Castigar, plantea algunas manifestaciones de cómo el ser humano puede llegar a cometer actos contra su propio cuerpo y la autodestrucción de éste: “...semejante a la gravitación de los cuerpos, una fuerza secreta nos impulsa constantemente hacia nuestro bienestar; este impulso no sufre otra influencia que la de los obstáculos que las leyes le Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Figura 2. Distribución de los accidentes de tránsito fatales según condición de la víctima. Colombia, 1996-1999 y 2000 151 Distribucion según edad y género El 80% de las personas que fallecieron en accidente de tránsito en Colombia durante el año 2000 eran hombres, con una razón de masculinidad de 1 a 4, es decir, por cada mujer que sufrió un accidente de tránsito y falleció a causa del mismo, cuatro hombres murieron en circunstancias similares (independientemente de la condición y edad de la víctima), lo cual señala una participación relativa similar en relación con las otras lesiones de causa externa (véase homicidios, suicidios y otros accidentales). Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Analizando la razón de masculinidad, pero teniendo en cuenta la condición de la víctima, se encontró que por cada conductora (mujer) veinticinco conductores (hombres) fallecieron en accidente de tránsito, y esta diferencia por género fue mucho menor para los pasajeros (1:2) o peatones (1:3). 152 Culturalmente se nos ha hecho ver al hombre como la figura humana fuerte, atrevida y arriesgada de la sociedad, patrón que generación tras generación se ha conservado y que de alguna manera se refleja en una mayor incidencia de accidentes de tránsito, asociado a la conducción de vehículos modernos, de alta tecnología y capacidad, que muchas veces supera incluso la capacidad de raciocinio y control mecánico de los mismos conductores. Por su parte, la mujer pasa por ser extremadamente prudente, o miedosa para otros, pues se toma su tiempo para aprender a conducir y cuando lo hace prefiere acatar las normas de tránsito y no exponer su vida ni la de los demás. La distribución relativa de las víctimas según el género, por condición, mostró que la mayoría (96%) de los conductores que fallecieron en accidente de tránsito eran hombres, así como los ciclistas (95%) y motociclistas (90%). En el caso de las mujeres, los mayores porcentajes se alcanzaron como pasajeras (35%) y peatones (26%). (Figura 3) Independiente del género y condición de la víctima, el grupo de personas entre 25 y 34 años fue el que registró más muertes por accidente de tránsito en Colombia durante el año 2000, con 22% del total de lesiones fatales (en número de casos); esto equivale a una tasa por cien mil igual a 20; sin embargo, la tasa más alta se presentó en el grupo de personas con 60 y más años de edad (36,15). La mayor movilidad y capacidad de desplazamiento está muy relacionada con el grupo de edad de las víctimas de accidentes de tránsito, adultos jóvenes con capacidad para entender y enfrentar los riesgos; sin embargo, también son las personas que se dejan llevar por una conducta de imitación, en donde prevalece lo que hacen los demás por encima de lo que saben que es adecuado y correcto según el escenario. Este fenómeno, lejos de ser una dificultad, debe ser aprovechado para fomentar en estos ciudadanos conductas de respeto y acatamiento razonado de las medidas de seguridad. Al analizar la distribución por grupos de edad según el género, pero sin tener en cuenta la condición, se observa que entre las mujeres el grupo de 60 y más años de edad fue el que más víctimas (52%) registró a nivel nacional, siendo igualmente el grupo de edad del género femenino con la tasa por cien mil más alta (18,9). En el caso de los hombres, el grupo de edad con más víctimas fue el de 25 a 34 años (23%), seguido por el de 15 a 24 años (21%), lo que equivale a decir que los grupos de adultos jóvenes y adultos representaron el 45% del total de hombres fallecidos en accidentes de tránsito; sin embargo, la tasa por cien mil más alta para el género masculino se observó en el grupo con 60 y más años de vida (54,9). A pesar de que las tasas más altas de accidentalidad para hombres y mujeres se registra en los ancianos, se observa una gran diferencia en el valor de las mismas, pues mientras por cada cien mil hombres ancianos fallecieron 55 en accidentes de tránsito, en el caso de las mujeres, por cada cien mil, 19 murieron de la misma manera. (Cuadro 2) Cuadro 2. Lesiones fatales por accidentes de tránsito según condición por edad y género. Colombia, 2000 Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Figura 3. Tasa de lesiones fatales por accidente de tránsito según edad y género. Colombia, 2000 153 De acuerdo con la condición de las personas fallecidas en accidentes de tránsito según el grupo de edad y el género, se encontró que los peatones (hombres y mujeres) con 60 y más años de edad fueron los que presentaron la mayor prevalencia (31%) de atropellos en accidentes de tránsito, y una tasa de 27,7 por cada 100.000 habitantes. En todos los grupos de edad fue mayor la proporción de hombres que la de mujeres, con una razón de masculinidad total de 1:3, y de 1:4 en el grupo de 25 a 34 años y casi la misma proporción de hombres y mujeres en los menores de cinco años. Además, es posible afirmar que a mayor edad es mayor la tasa de atropellos, relación que puede estar dada por la mayor dificultad de movilización al sufrir pérdida de fuerza, parálisis o adormecimiento de los miembros de un lado del cuerpo. También hay disminución de la agudeza auditiva, especialmente cuando existe múltiples estímulos sonoros como sucede en sitios congestionados y en general cuando se presenta ruido de fondo. Y no menores son los cambios del sistema visual, en el cual la mayor dificultad está en la adaptación a la oscuridad y la perturbación ante los destellos. De manera particular, se presenta temblor senil, que en los peatones afecta seriamente la capacidad para cruzar una intersección, aún cuando lo hagan de manera atenta frente al semáforo peatonal o vehicular, el cual en muchas vías no respeta los tiempos necesarios para que una persona con alguna discapacidad o de más de 60 años pueda lograr llegar al otro lado de la vía sin necesidad de correr o acelerar de repente la marcha13. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF En el caso de los pasajeros fallecidos, se encontró que 25% de las víctimas tenían entre 15 y 24 años de edad, siendo la tasa más alta (4,6) la registrada en el grupo de 45 a 59 años, tanto para hombres (5,9) como para mujeres (3,3), y observándose una razón de masculinidad general de 1:2. Los conductores (de ambos géneros) con edad de 25 a 34 años representaron 34% del total de víctimas de esta condición fallecidos en el año 2000, siendo 98% de éstos hombres. Del género femenino, la mayoría (42%) de conductoras fallecidas tenían entre 15 y 24 años. Al hacer el ajuste del número de conductores fallecidos de cada grupo de edad por el número de habitantes, se observó que la mayor tasa (3,2) de conductores fallecidos se presenta en el grupo de 35 a 44 años de edad. La razón de masculinidad para los conductores fallecidos varió de 1 a 42 en el grupo de 25 a 34 años hasta de 1 a 9 en el grupo de 15 a 24 años. De los motociclistas fallecidos en accidente de tránsito, 36% tenían entre 15 y 24 años de edad, con una participación del género masculino en este grupo del 88%; igualmente, en este mismo grupo de edad figuraron la mayoría (43%) de las mujeres motociclistas fallecidas. De la 13 154 Boletín CRVN, Accidentes de tránsito en ancianos 1999. Vol. 5, No. 3, marzo 2000. El grupo de ciclistas con edad entre 15 y 24 años fue el que mostró el mayor número de víctimas fatales (hombres-11 y mujeres-10); sin embargo, las tasas más altas se distribuyeron en el grupo de 45 a 59 años (4,4) en el caso de los hombres y el grupo de 15 a 24 años para las mujeres (0,23); la razón de masculinidad de los ciclistas fallecidos muestra una mayoritaria participación de los hombres, siendo de veinte hombres por cada mujer en general, sin que se registrara por lo menos una víctima mujer ciclista entre los 35 y 59 años. Distribución geográfica* Las unidades de Bogotá (1.014 casos), Medellín (565), Barranquilla (214), Cali (691) y Bucaramanga (266) fueron las que más víctimas atendieron en Colombia durante el año 2000. Comparando las tasas de estas mismas ciudades capitales con respecto al año anterior, se puede afirmar que en las tres primeras se registró un descenso relativo de accidentes de tránsito, siendo particularmente importante la reducción en Medellín (pasó de 32 muertos por cada cien mil habitantes en 1999 a 28 en el 2000); en Bucaramanga, no se presentó ninguna variación y en Cali se presentó sólo un leve incremento. Las mayores tasas por condición de la víctima en Bogotá y Barranquilla se distribuyeron en orden descendente para peatones, pasajeros, ciclistas, motociclistas y conductores. En Medellín y Bucaramanga el orden descendente de las tasas fue encabezado por conductores y ciclistas; y en Cali las mayores tasas según la condición de la víctima las mostraron los peatones, seguidos de motociclistas, pasajeros, ciclistas y conductores muertos en accidentes de tránsito. Las tasas más altas por punto de atención del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses se registraron en las unidades de Chocontá (217), Cáqueza (173), Puerto Berrío (72), Zarzal (71) y Espinal (57), (véase mapa Municipios que superan en dos o más veces la tasa nacional de lesiones fatales por accidente de tránsito, Colombia 2000); las dos primeras coinciden con las mismas del año anterior, sin embargo, en el 2000 mostraron un incremento del 15% y 25%, respectivamente, para Chocontá y Cáqueza. Las tasas de Puerto Berrío y Zarzal * El número de casos para algunas ciudades principales (Bogotá) corresponde al número de necropsias médicolegales realizadas en la sede del Instituto de esa ciudad, por tanto, los datos analizados en este documento por ciudades capitales no están calculados con base en el lugar del accidente de tránsito pues incluye víctimas que sufrieron accidentes de tránsito en municipios aledaños a la ciudad capital y con necropsia médico-legal practicada en la ciudad más cercana. oponen. Todas las acciones diversas del hombre son los efectos de esta tendencia interna”. Si recopilamos estos conceptos, vemos que lo común es que se postulan estados propios del individuo y del entorno que pueden desencadenar el suicidio. Igualmente, se habla de que las exigencias de la sociedad son menores en niños, ancianos y mujeres y, por tanto, estos grupos se ven menos afectados por este fenómeno. Con todo lo anterior debemos tomar en cuenta la situación actual del país y en especial de la ciudad de Cali, donde se ha dado un gran cambio en la escala de valores, influenciado por diferentes factores como el narcotráfico, la guerrilla, las pandillas juveniles, el costo de vida y las demás exigencias sociales, hecho que tiene gran importancia en el progresivo aumento de la violencia, incluyendo el suicidio como una de sus modalidades. ANÁLISIS Si miramos retrospectivamente la tasa de suicidios en la ciudad de Cali, desde el año 1995 hasta el 2000, es notorio el incremento en los dos últimos años. Cuadro 1. Tasa de suicidio Cali, 1995-2000 Año No. de casos Tasa* 1995 110 6 1996 131 7 1997 123 6.5 1998 112 6 1999 139 7 2000 153 8 * Casos por cada 100.000 hab/año. Fuente: Estadística Sección Patología, 1995-2000, Cali. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF población masculina de motociclistas fallecidos, 36% tenían entre 25 y 24 años. La razón de masculinidad en general fue 1 a 9, siendo superior en el grupo de motociclistas de 35 a 44 años de edad (1:13). 155 Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Figura 4. Municipios que superan en dos o más veces la tasa nacional de lesiones fatales por accidente de tránsito. Colombia 2000 156 mostraron incrementos de 19% y 27%, respectivamente, con respecto a 1999, mientras que la tasa de Espinal se redujo 14% en comparación con el año inmediatamente anterior. Analizando las tasas por punto de atención y condición de la víctima se encontró que las mayores tasas de accidentalidad de peatones las presentaron Chocontá (50,1), Chiriguaná (25,9), Tunja (21), Fusagasugá (20) y Aguachica (16,8). Por departamento, Atlántico (48,9), con una amplia diferencia sobre Valle del Cauca (26.4), Meta (24.4), Quindío (22,1) y San Andrés (21,9), mostró las tasas más altas de accidentalidad de tránsito en Colombia. Atlántico (36,4), Risaralda (10), Arauca (9,6), Quindío (9,4) y Valle del Cauca (8,5) registraron las tasas más altas de accidentalidad de peatones, siendo 83% de las víctimas de género masculino. El 24% del total de peatones atropellados en el departamento del Atlántico tenían entre 45 y 59 años, siendo la tasa más alta la del grupo de mayores de 60 años de edad (0,69). Por punto de atención, en Chocontá se presentó la tasa más alta de peatones muertos (50,7), seguida de Chiriguaná (25,9), Tunja (21) y Fusagasugá (20). (Figura 4 y Cuadro 3) En conductores, Casanare (8.9), Cundinamarca (3,0), La Guajira (2,9), Arauca (2,7) y Santander(2,7) presentaron la tasa más alta de accidentalidad, con valores superiores a la tasa promedio nacional (1,5). Los casos de Casanare correspondieron a 21 conductores (todos hombres), de los cuales 61% tenían entre 25 y 34 años. San Andrés (19,0), Huila (10), Arauca (7,3), Meta (7,3) y Quindío (7,2) fueron los departamentos que mostraron las tasas más altas de motociclistas muertos. De los casos (13) ocurridos en San Andrés, 92% de las víctimas eran hombres; 50% con edad de 15 a 24 años. De acuerdo con el género, el mayor número de casos corresponde al sexo masculino, notándose un incremento en el último año en el número de suicidas. Cuadro 2. Suicidios según edad Cali, 1997-2000 Año Edad/años 5-14 15-17 18-24 25-34 35-44 45-59 60 y más Total 1995 1996 1997 1998 1999 2 8 1 4 2 14 12 10 5 9 41 33 27 26 40 22 29 29 40 44 13 20 31 24 19 10 16 14 8 7 8 13 11 5 18 110 131 123 112 139 Fuente: Estadística Sección Patología, 1995-2000, Cali. Al comparar esta manera de muerte en los últimos 6 años, encontramos que el mayor grupo de edad es el de 18-44 años, notándose una diferencia marcada con los otros grupos. Durante nuestro trabajo pudimos observar además que el elemento utilizado por el suicida difiere de acuerdo con el género y la edad; por ejemplo, en el sexo masculino el elemento más utilizado es el arma de fuego, seguida de la intoxicación y la suspensión, mientras que en el género femenino encontramos en primer lugar la intoxicación, seguida del arma de fuego, el arma cortopunzante y la suspensión. En los grupos de Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF La tasa promedio de ciclistas muertos en accidentes de tránsito fue 1,2, y los departamentos de Atlántico (5,07), Valle del Cauca (2,6), Cundinamarca (2,3), Boyacá (1,8) y Meta (1,8) presentaron valores superiores. Los casos de Atlántico corresponden a 29 ciclistas valorados en la unidad de Barranquilla, 27 hombres y 2 mujeres, la mayoría (38%) eran jóvenes entre 15 y 24 años. La tasa nacional de pasajeros muertos en accidente de tránsito fue 3, siendo superada por la registrada en los departamentos de Cundinamarca (6,3), Cesar (5,9), Meta (5,9), Atlántico (5,2) y La Guajira (5,1). De los puntos de atención de Cundinamarca, Cáqueza aportó el 25% del total de pasajeros muertos en el departamento, mostrando la tasa más alta por cien mil a nivel nacional (152,80). 2000 10 11 40 35 22 20 15 153 VICTOR BRAUNER, EL LEÓN DOBLE, 1946. 157 Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Cuadro 3. Tasa por 100.000 habitantes de muertes por accidente de tránsito según punto de atención del INML y CF. Colombia 2000 158 Muertes por accidente de tránsito asociadas al consumo de alcohol y otras drogas de abuso, Bogotá, D. C. En Bogotá, al 62% de las víctimas de accidentes de tránsito se les practicó prueba de alcoholemia, teniendo en cuenta la información disponible en el acta de inspección de cadáver, el tiempo y los tratamientos médicos a los cuales se sometió la persona antes de fallecer y el criterio del patólogo forense. La distribución de las víctimas según el hallazgo de alcohol en sangre mostró que 70% de las víctimas eran peatones, 9% eran ciclistas, 7% pasajeros o motociclistas y 5% conductores. Por condición, encontramos que de los peatones (352) a los cuales se les practicó la prueba, 51% fueron positivos; 54% de los pasajeros evaluados (25), 56% de los conductores (23), 48% de los motociclistas y 38% de los ciclistas también habían consumido alcohol antes del accidente de tránsito lo cual fue demostrado por exámenes de laboratorio. (Figura 5) De las 1.014 víctimas por accidentes de tránsito a las que se les realizó necropsia médico-legal en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de la Regional Bogotá, 823, es decir, 81%, ocurrieron en el perímetro urbano de Bogotá. El 89% de las víctimas de accidente de tránsito con alcoholemia positiva eran de género masculino; por condición, la mayor proporción de hombres con alcohol la mostraron los ciclistas (100%), seguidos por los motociclistas (95%) y los conductores (92%), con lo cual se puede afirmar que por cada 10 ciclistas muertos en accidente de tránsito 9 eran hombres y los 9 habían consumido bebidas alcohólicas antes del accidente. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Figura 5. Muertes por accidente de tránsito asociadas al consumo de alcohol según condición de la víctima. Colombia, 2000 159 Si se tiene en cuenta que se requiere tanta atención y capacidad de acción y reacción de quien monta en bicicleta como de quien conduce un vehículo, pero que además de las condiciones del conductor existen factores ambientales y del mismo vehículo que influyen en la ocurrencia de un accidente, es innegable que el ciclista está mucho más expuesto y el riesgo de sufrir un accidente con resultados fatales en estas condiciones (de ebriedad) es muy superior al de cualquier otra condición. 32% de las víctimas que fallecieron en accidente de tránsito (con alcoholemia positiva) tenían entre 25 y 34 años; sin embargo, se destaca que de los peatones atropellados y con alcoholemia positiva, 38% eran mayores de 45 años, mostrando el mayor porcentaje el grupo de 45 a 59 años (27%). Marzo, abril, mayo y septiembre fueron los meses en los cuales se hallaron más víctimas con consumo de alcohol. Del total (823) de víctimas por accidente de tránsito en Bogotá, 43% fueron evaluados para consumo de cocaína, de los cuales 3% (10) fueron positivos, todos peatones. Los peatones fueron las víctimas que mostraron el mayor promedio de las alcoholemias (221 mg%), y lo que es peor aún, 86% tenían niveles superiores a 50 mg% de alcohol en sangre. Llama la atención que el rango de alcoholemia detectada en los conductores osciló entre 90 y 358 mg%, y 75% de los casos arrojaron valores superiores a 150 mg%. En los 319 casos estudiados, correspondientes a 39% de las víctimas de accidentes de tránsito, 2,5% (8) fueron positivos para consumo de marihuana: cinco peatones, un pasajero, un motociclista y un ciclista. En cuanto a opiáceos, se evaluó el 33% de las víctimas, sin hallarse casos positivos. De las víctimas con alcohol positivo y evaluados para otras sustancias, se encontró que 2,4% (4) también habían consumido cocaína, todos peatones, y 2,2% (4) habían consumido marihuana además de alcohol: dos peatones, un pasajero y un motociclista. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Peatones muertos en accidente de tránsito 160 En el año 2000 se observó una reducción de 8% con respecto a 1999 en el número de peatones atropellados, que corresponde a 234 víctimas menos, lo cual nos permite afirmar que el número de peatones fallecidos en el 2000 estuvo muy por debajo del promedio anual de peatones muertos en Colombia entre 1996 y 1999 (3.045), que igualmente se vio reflejado en una variación de 9% en la tasa por cien mil habitantes, la cual paso de 6,8 en 1999 a 6,2 en el 2000. A nivel nacional, durante el año 2000 fallecieron en accidente de tránsito 217 peatones por mes, y 7 por día, observándose una reducción de 16 víctimas por mes y casi una diaria en comparación con 1999. Diciembre (254), enero (249) y julio (244) fueron los meses de mayor accidentalidad de peatones, pues acumularon el 29% del total de víctimas, siendo un poco mayor (26%) la accidentalidad en el primer trimestre con respecto al resto del año. RENÉ MAGRITTE. LE MOIS DES VENDANGES,1959. De los 2.602 peatones fallecidos en el año 2000, 74% (1933) eran hombres, lo cual indica una razón de masculinidad de 1 a 3, que equivale a decir que por cada mujer atropellada fallecieron tres hombres en accidente de tránsito; este indicador fue cercano al registrado en el grupo de peatones de 25 a 34 años de edad, en cuatro hombres por cada mujer. Por punto de atención de Medicina Legal, Bogotá (652), Medellín (269) y Cali (257) reportaron 27%, 11% y 10% del total de peatones fallecidos en Colombia, ocupando los primeros puestos en este tipo de accidentalidad desde hace cinco años. En tasa por 100.000 habitantes, Chocontá (50,1), Chiriguaná (25,9) y Tunja (20,8) presentaron los mayores índices de accidentalidad de peatones en el 2000; se destaca que los puntos de atención que en 1999 registraron las tasas más altas en el 2000 tuvieron sustanciales descensos en las tasas de peatones; Cáqueza pasó de 38 a 8 peatones por cada 100.000 habitantes del municipio, Barbosa (Antioquia) pasó de 36 a 10,9 y Fusagasugá pasó de 27 a 20. Las sedes del INML y CF de Codazzi, Aguazul, Caicedonia, Moniquirá, Puerto López, Leticia, Villeta, Garagoa, Andes, Santa Fe de Antioquia, San José del Guaviare, San Vicente de Paul, Jamundí, El Banco, Apía, Aguadas, Salamina y Manzanares no reportaron ningún peatón atropellado, situación que puede estar influenciada por el nivel de atención en salud disponible en estos municipios y la cercanía a ciudades capitales en las que pudieron haber recibido atención médica especializada. En Colombia, durante el año 2000 fallecieron atropellados 2.602 peatones, que representan 40% del total de víctimas que fallecieron en accidentes de tránsito, o, lo que es lo mismo, de cada 10 muertos en accidente de tránsito 4 fueron peatones, y la tasa nacional indicó que por cada cien mil habitantes fallecieron 6 peatones. edad 20-29 y 30-39, el elemento más frecuentemente usado fue el arma de fuego, a diferencia del grupo de 10-19 años, en el que la principal causa de muerte fue la intoxicación. En el grupo 40-59 años se utiliza en igual proporción el arma de fuego y la intoxicación. COMENTARIO El suicidio es una forma de muerte violenta, de la que encontramos datos desde mucho tiempo atrás, y este se incrementa en épocas de crisis. Compromete la edad más productiva de la vida, lo que afecta igual que las otras maneras de muerte violenta, entre otras, la salud pública (si lo medimos en términos de años de vida potencialmente perdidos, AVPP). Se ha postulado que la sugestión, la identificación con el suicidio y la imitación han desempeñado un papel principal en la motivación para el suicidio, en especial entre la población adolescente, susceptible y en riesgo. Igualmente, algunos autores han argumentado que la adolescencia se convierte en un periodo de riesgo, pues se combinan las emociones confusas, la formación de identidad y la etapa de cuestionamiento. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF 31% de los peatones atropellados tenían 60 y más años de edad, cifra seguida por la de las personas entre 35 y 44 años, lo que indica que a mayor edad mayor número de víctimas; en tasa por cien mil igualmente se observaron los valores más altos en el grupo de hombres (40,1) y mujeres (15,6) mayores de 59 años. 161 Atlántico (36,4),Risaralda (10), Arauca (9,6), Quindío (9,4) y Valle del Cauca (8,5) registraron las tasas más altas de accidentalidad de peatones del año 2000; Arauca (9) y Valle del Cauca (8) conservaron las tasas de peatones muertos, con lo cual permanecieron en el 2000 dentro de los cinco primeros departamentos con mayores tasas de accidentalidad, al igual que en 1999, con valores muy similares. Comentario Algunas veces resulta difícil entender las razones por las cuales a medida que el conocimiento del ser humano avanza, y con él la ciencia y la tecnología, en la misma proporción aumenta el riesgo que enfrenta. La posibilidad de recorrer grandes distancias en vehículos mejor dotados, más cómodos y a mayores velocidades ha demandado la construcción y adecuación de más y mejores espacios urbanos y rurales para su circulación, dando prioridad a los desplazamientos de los vehículos y dejando a un lado a las personas, con lo cual paulatinamente los andenes y vías de tránsito peatonal se han hecho más escasos, y con ello, se ha incrementado el riesgo de atropello por un vehículo, especialmente cuando se implementan medidas como “cruce a la derecha, estando el semáforo en rojo”, orientadas a hacer más ágil el flujo vehicular y reducir la congestión, pero que olvidan la circulación y protección del peatón, poniendo en riesgo su vida. Aún no existe una adecuada y real percepción del riesgo de accidentes por puntos críticos de accidentalidad, lo que sumado al afán o la pereza por hacer adecuado uso de la infraestructura vial disponible para los peatones (puentes y pasos peatonales, zona cebra, túneles)14 aumenta las posibilidades de que ocurra un accidente de tránsito. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Lo único cierto es que en nuestra población existe una absoluto desconocimiento de las normas de tránsito, y en especial de las que atañan a los peatones; nueve de cada diez peatones que transitan en Bogotá no conocen ninguna de las normas del Código de Tránsito vigente (1997), lo que implica que caminan por las vías sin conocer sus derechos y deberes; sin embargo, sólo 10% de ellos ha sufrido por lo menos un accidente de tránsito15 . 14 15 162 Hacia la pacificación del tráfico, propuestas para el peatón. Aponte H. Bogotá: Universidad Nacional Facultad de Ingeniería. 1999. El peatón y la prelación en la Vía. Boletín CRNV Vol. 4, No. 10, 1999. El año pasado entró en vigencia el decreto 459 de la Alcaldía Mayor de Bogotá, a través del cual se sancionaba a los peatones que incumplieran las normas de tránsito, entre ellas no hacer uso de los puentes peatonales o no hacer el cruce por las bocacalles o pasos peatonales, y transitar en evidente estado de embriaguez poniendo en riesgo su vida y la seguridad de otros, medida que fue acompañada de una estrategia publicitaria conocida con el lema “todos somos peatones”, que buscaba reforzar en los conductores el respeto a la vulnerabilidad de los peatones y hacer responsables a los peatones por sus faltas de prudencia y respeto a las señales de tránsito. Sin embargo, estas campañas pueden no lograr el impacto deseado en la comunidad por una escasa cobertura o por hacerse durante periodos muy breves. Otro grupo vulnerable, reportado 1 en los estudios sobre suicidio, son los ancianos, por la gran cantidad de cambios a que se ven sometidos; sin embargo, en nuestra ciudad los casos de adolescentes y personas de la tercera edad son pocos. El suicidio tiene una explicación multicausal propia de cada individuo que combinada con la del entorno, como las relaciones interpersonales, problemas económicos y de trabajo entre otros, pueden ser factores contribuyentes. Además, muy pocos programas educativos evalúan el impacto en la accidentalidad y entre los evaluados el uso de medios masivos no ha sido muy efectivo en la modificación de comportamientos de peatones y conductores. Los programas son más efectivos cuando utilizan múltiples medios y se dirigen a un comportamiento específico. En este sentido, los programas educativos escolares brindan mejores resultados, en especial cuando involucran a los padres16. Es evidente que la situación económica actual del país y en especial la de Cali, es un factor coadyuvante para desencadenar en la persona una inestabilidad psíquica y optar por esta manera de muerte como solución a sus conflictos. Para reducir los casos de suicidio, lo importante es identificar sus señales y realizar alguna acción antes de que ocurra. Se deben implementar programas de educación a la comunidad, que brinden elementos para identificar y prevenir estos sucesos, así como terapias de apoyo para los amigos y familiares de las personas que mueren de esta manera. Jornadas como las Patrullas Escolares, adelantadas por la División de Educación y Seguridad Vial de la Secretaría de Tránsito y Transporte, son actividades que de manera práctica y responsable involucran a jóvenes estudiantes en el compromiso de velar por el tránsito seguro de sus compañeros de colegio, y de alguna manera favorecen el conocimiento de los conflictos que enfrentan como peatones en la vía; los comprometen en el proceso de adopción de nuevas estrategias de control del tránsito vehicular y los llevan de manera indirecta a aportar ideas que contribuyan a mejorar su papel como peatones en la ciudad. FRANCIS PICABIA. UNDER THE OLIVE TREES, 1926. En materia de tránsito, tal vez el factor hacia el cual desde un comienzo se orientaron y han mantenido la mayoría de campañas publicitarias y medidas de prevención ha sido el conductor; probablemente por lo mismo se ha sostenido una tasa promedio de 1,6 por cada 100.000 habitantes, con una reducción de 20% en el número de casos desde 1996 hasta el año 2000, siendo el más significativo descenso (10%) el registrado entre 1999 y 2000, periodo en el cual pasó de 691 casos a 619. En promedio, durante el año 2000 ocurrieron mensualmente 52 accidentes de tránsito fatales en conductores, cifra superada en los meses de enero, marzo, junio y diciembre, con 57 casos cada uno. 16 17 Flay R. B. The role of mass media in preventing: Intervention Strategies. NIDA Research Monograph No. 47, Rockville, Maryland, National Institute on Drug Abuse. 1983. De Joy. An examination of gender differences in traffic accident risk perception. Accid Anal Prev 1992; 24: 237-246. Nota 1 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. CRNV. Fondo de Prevención Vial Nacional y Cooperación Alemana al desarrollo. Forensis. Datos para la vida 1999. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Conductores muertos en accidente de tránsito 163 Estudios realizados han encontrado que la tendencia a violar las normas de tránsito es más frecuente entre hombres jóvenes. Un conductor de 17 años tiene un riesgo de accidentalidad 50% mayor que uno de 25, y este a su vez tiene un riesgo 35% mayor que uno de 50 años 17. En el caso de los conductores, es claro que mueren más hombres (96%) que mujeres, con una tasa para hombres de 2,9 y de 0,1 para mujeres; es decir, por cada 100.000 hombres fallecen 3 conductores hombres y por cada millón de mujeres fallece una conductora mujer. Según la edad de los conductores fallecidos en 2000, los más afectados son los adultos jóvenes con edad entre 25 y 34 años (211), que representaron el 34% del total de conductores muertos, seguidos de los adultos entre 35 y 44 años (26%). Teniendo en cuenta el género del conductor, se hallaron diferencias en la edad a la cual se observaron más víctimas, pues mientras la mayoría de los hombres (35%) se concentraban en el rango de 25 a 34 años, la mayoría de las mujeres (42%) tenían entre 15 y 24 años. Sin embargo, la tasa más alta para hombres (6,4) y mujeres (0,2) coincidió en el grupo de personas de 25 a 34 años. Llaman la atención ocho casos de menores de edad, dos de los cuales tenían menos de 15 años. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Según estudios realizados, los hombres jovenes muestran mayor predisposición a violar las normas de tránsito. Esto ocurre porque los jóvenes tienden a evaluar situaciones potencialmente riesgosas como de menor gravedad, lo cual podría estar indicando la necesidad de revaluar la expedición de licencias de conducción a menores de 18 años y de adelantar procesos de instrucción y capacitación mucho más estrictos y responsables con la certeza de estar formando conductores conscientes de la necesidad e importancia de identificar las señales de tránsito, de su acatamiento y de las implicaciones que traería hacer caso omiso de ellas, no sólo para su bienestar sino para el de la comunidad en general. 164 Por punto de atención, Bogotá (47), Medellín (43), Cali (39), Bucaramanga (37) y Cúcuta (21) registraron los mayores casos de conductores muertos en accidente de tránsito; al comparar esta situación con la ocurrida en 1999, las dos primeras sedes continúan encabezando la lista de los municipios con más casos. Debe destacarse que Barranquilla, de 44 víctimas en 1999, disminuyó a 17 en el 2000, e Ibagué de 28 pasó a 21. En tasa por 100.000 habitantes los valores más altos estuvieron en Chocontá (77,9), Yopal (23,3), Puerto Boyacá (14), Puerto Berrío (13,3) y Chiriguaná (12,9); de los municipios que en 1999 registraron las tasas más altas se observa que Cáqueza pasó de 27 a 4,9 por cada 100.000 habitantes, lo que corresponde a una reducción de 81%, y para Fusagasugá la disminución fue de 76%, pasando de una tasa de 17 a 4 conductores muertos por cada 100.000 habitantes del municipio. Bello, Itagüí, Aguachica, Pitalito, Garzón, Acacías, Turbo, Magangué, Barbosa (Antioquia), La Virginia, Quibdó, Caicedonia, La Plata, Puerto López, Chinchiná, Túquerres, Sincé, Riosucio, El Líbano, Mocoa, Leticia, Belén de Umbría, Villeta, Garagoa, Andes, Santa Fe de Antioquia, Vélez, Los departamentos de Casanare (8,9), Cundinamarca (3,0), La Guajira (2,9), Arauca (2,7) y Santander (2,7) presentaron las tasas más altas de accidentalidad, con valores superiores a la tasa promedio nacional (1,5). En comparación con las mayores tasas de 1999, Cundinamarca mantiene su puesto dentro de los primeros cinco; otros departamentos, como Tolima y Valle del Cauca, registraron reducciones de 24 y 23% en la tasa de conductores muertos. En el análisis de las lesiones fatales en conductores según la ubicación geográfica es importante anotar que las tasas se calculan tomando como numerador la cantidad de conductores valorados por el Instituto sin tener en cuenta el sitio en el que ocurrieron los hechos, es decir, si sucedieron en el municipio o en sus cercanías, mientras en el denominador se incluye la cantidad de habitantes del municipio en el cual fue atendido el caso. Este es un cálculo inadecuado si se tiene en cuenta que: primero, no se conoce el sitio donde ocurrieron los hechos, y, segundo, el denominador no debe ser la población general del municipio pues no todos los habitantes están expuestos; es decir, no todos los pobladores son conductores, como se está asumiendo. Sin embargo, reconociendo estas debilidades en el análisis, también consideramos que actualmente no disponemos de información con mayor poder de discriminación (en cuanto al lugar de los hechos, zona rural o urbana) y tampoco tenemos otro denominador más aproximado a la cifra real. Por lo anterior y como ejercicio para evidenciar la diferencia en la interpretación de los análisis presentados, se desarrollará a manera de ejemplo una propuesta de indicador para accidentes de tránsito fatales en conductores por kilómetro, calculándolo para los municipios que en el año 2000 mostraron las tasas más altas; el numerador será la cantidad de conductores muertos y el denominador la longitud en kilómetros de la carretera entre los dos puntos más cercanos a una sede de Medicina Legal. En el caso de Chocontá se tomó la longitud de la carretera ChocontáBogotá y el cálculo arrojó que por kilómetro muere en accidente de tránsito un conductor, siendo equivalente al número de conductores muertos por kilómetro de la vía Bogotá-Cáqueza. En tasa por cien mil habitantes, Chocontá mostró un valor de 78 y Cáqueza 4,9; el equivalente en cantidad de conductores muertos fue 13 y 31 respectivamente. En la actualidad se está trabajando para mejorar la precisión y veracidad tanto de los datos como de los mismos análisis, de tal manera que para la publicación del próximo año se valide este indicador y los cálculos se hagan con base en la longitud de la vía y no según el número de habitantes de la población. El sentido de la vida Jorge Robledo Psicólogo Forense, Regional Occidente RENÉ MAGRITTE. EL ESPEJO FALSO, 1935. La falta de tener un objetivo claro de la existencia ha sido pregonada por algunos filósofos y psicólogos como la raíz de las patologías psíquicas. Si se le pregunta a alguien ¿para qué vive?, ¿cuál es el fin de todos sus esfuerzos?, se sentiría confusión. Algunos pueden decir que viven para la familia, para los demás, para divertirse, y otros dirían que para hacer dinero, pero, en realidad, nadie sabe para qué vive, no tienen una meta, salvo el deseo de evadirse de la inseguridad y la soledad. Es en esta situación que se habla de la intención de algunas personas de acabar con su propia existencia. La sociedad dirá sentirse alarmada por el hecho de que algunos seres se lanzan del viaducto a plena luz del día, con cientos de ojos mirando con sorpresa un cuerpo caer desde determinada altura. Quizá algunos han pensado, deseado o considerado realizar estas proezas pero no se atreven; se dice y se vuelve verdad que no se ha lanzado una mujer por temor a quedar fea y que a los hombres esto poco les preocupa; pero realmente ¿qué hay detrás de todo esto? ¿Cuántas Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF La Unión, Puerto Carreño, Marsella, Pacho, Chaparral, Carmen de Bolívar, El Banco, Apía, Aguadas, Salamina y Manzanares no reportaron conductores muertos. 165 La conducción es en buena parte un comportamiento imitado. Existe mayor probabilidad de parquear en zonas prohibidas o conducir a velocidades excesivas cuando otros conductores lo están haciendo. De la misma manera se podrían imitar comportamientos saludables adecuados. Se han realizado experimentos para demostrar que existe mayor probabilidad de darle paso a un peatón o encender las luces (si está lloviendo) cuando se observa que otro conductor lo está haciendo. Comentario Cada conductor de un vehículo es un individuo influenciado por el ambiente social, otros usuarios de la vía, normas sociales y reglas de conducta, y este a su vez ejerce influencia sobre los otros. Muchos programas de seguridad parecen depender de dos suposiciones relacionadas: 1) que los conductores son sensibles a la influencia de otros, y 2) que un pequeño cambio en la conducta de unos pocos puede ser amplificado a través de la interacción entre los individuos y sus comunidades para lograr un efecto mayor, lo que daría como resultado un ambiente social cambiado o una cultura de la conducción modificada. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Comprender la interrelación entre la conducta individual y la de una población de conductores, y darle la importancia que requiere, es fundamental para el control del tránsito y el manejo de la seguridad, puesto que la ocurrencia de un evento o el acatamiento de una medida dependen en parte de su aceptación. 166 Pero ¿cómo pueden otros afectar la conducta de un individuo? Las ciencias sociales sugieren muchos mecanismos; por ejemplo, el aprendizaje mediante refuerzo y castigo, la alianza con líderes y autoridades y la aceptación de mensajes persuasivos conforme a normas, leyes y regulaciones. Estos y otros mecanismos similares ayudan a describir los principales aspectos de socialización y las fuentes y limitaciones del poder de individuos, organizaciones y grupos. Los otros también actúan como fuente de información; imagine un conductor siguiendo un carro que va muy rápido. Este evento puede obligar a los demás conductores a prestar atención, o hacer que un radar de la Policía detecte la infracción. De otra parte, Risse (1990) señaló la importancia de la comunicación entre conductores basada en gestos informales y en el uso particular de luces y señales del vehículo. La generación de modos de comunicación El ambiente social es un poderoso contexto para evaluar la posición propia y está documentada la relatividad de la percepción, de juicios y la experiencia personal (Parducci, 1978, Kahneman y Tversky, 1986) 18. En el caso de la velocidad, la percepción depende del paso de los otros carros, del límite de velocidad máxima permitida legalmente, de la tolerancia de la Policía y del conocimiento propio de la opinión de las otras personas. El concepto de norma social podría ser tomado como el resumen de la representación de las opiniones de todos. No obstante, si las normas no están claramente definidas, no son una guía exacta para la acción. Retomando el ejemplo de la velocidad, el límite legal refleja el grado de consenso social. Imagínese una calle estrecha y una fila de carros parqueados a un lado de la misma; de pronto llega un vehículo y se parquea en el lado opuesto, bloqueando la vía. En muy corto tiempo otros carros, por imitación, estarán parqueados detrás de este. El fenómeno descrito se relaciona con el seguimiento de una conducta, sin que haya una instrucción o una orden para hacerlo, y sin una comunicación directa entre quien pone el ejemplo y el imitador. Aunque la educación, el entrenamiento, la propaganda y el marketing involucran esfuerzo deliberado por brindar a la gente conductas a imitar, y este acto podría estar precedido por deliberación consciente, esto no siempre es parte del proceso19. Otro factor relevante es el repertorio conductual del imitador potencial. Esto implica no solo tener la capacidad para ejecutar el acto, sino también alguna inclinación previa para hacerlo. Una demostración de ella la presenta Phillips20 , quien analizó accidentes de tránsito fatales seguidos de la publicación en los medios de comunicación de historias de suicidio. Él reportó que tres días después de la noticia se incrementaban en 31% las lesiones fatales en accidente de tránsito, probablemente como una forma de suicidio. Phillips interpretó este hallazgo como un indicador de que las víctimas de suicidio sirven como modelo a personas con tendencia suicida. El contexto social es descrito por un individuo. El problema es relevante para modelar la influencia de otros puesto que el impacto está mediado por la forma como es percibido. La conducta de otros es una fuente importante de información acerca del mundo y de la propia 18 19 20 Op. cit . 1992. Citados por Zaidel D. En: A modeling prespective on the culture of driving. Accid Anal and Prev 1992. Vol 24, No. 6, pp. 585-597. Lefkowitz, Blake y Mouton (1955), citados por Zaidel D. Op. cit. Phillips, 1986, citado por Zaidel D. Op. cit. personas no buscan morir este día, al conducir en forma imprudente, o siendo peatones desprevenidos?, ¿consumiendo grandes dosis de alcohol o drogas? ¿Cuántos no lloran y se lamentan de su vida? El suicidio es la punta de un iceberg, muestra el dolor, el sufrimiento, la soledad y el vacío del ser humano que no se quiere reconocer. Frente a estos problemas surgen las soluciones rápidas de formulario, las recetas, las ideas prestadas de algún sabio famoso, o se invierten a veces sumas significativas en los llamados programas de salud mental, generalmente con resultados pobres, o se inventan nuevos medicamentos cada vez más potentes, o como algún estudiante que sugirió colocar vallas de “amor” y mallas que impidan el rápido lanzamiento desde el viaducto. Realizar actividades de prevención es una tarea medio quijotesca. Si no se da la posibilidad de mejorar la vida del otro, no mejoraremos la nuestra. Igualmente, en el momento en que empezamos a valorar la vida en cada una de sus dimensiones y podamos sentir que es urgente respetar las creencias, las experiencias y las diferencias, sin excluir al diferente, se escuchará el mensaje que todos nos necesitamos de que existe una esperanza, una razón real para vivir. BIBLIOGRAFÍA IMÁGENES • André Breton y el surrealismo. París, Francia. Musée National d’Art Moderne Centre Georges Pompidou, 1991. • P icabia. Marïa Luisa Borràs. London, Thames and Hudson, 1985. • René Magritte. Le véritable art de peindre. Harry Torczyner. Francia, Ed. Draeger, 1978. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF no oficiales muestra que no existen reglas suficientes para resolver conflictos potenciales. Wilde (1976) prestó atención a la existencia de estas reglas informales, que algunas veces entran en conflicto con las reglas formales. 167 posición relativa a otros. ¿Qué es lo que nosotros conocemos acerca de la conducta del tránsito de otros? ¿Cómo lo recordamos? Se han desarrollado varios modelos cuantitativos a partir la psicofísica de la percepción, entre ellos la Teoría del Nivel de Aadaptación ( Helson, 1971), el modelo de Rango-Frecuencia (Parducci, 1978) y el modelo de Integración de Información y Medición Funcional (Anderson, 1970). El estudio de actitudes, opiniones y conducta social (Lindzei y Aronson, 1985) proporciona más ejemplos de mecanismos potenciales y factores que cambian la conducta colectiva. Psicólogos sociales, criminalistas y sociólogos han planteado conceptos como “asimilación” y “contraste”, útiles para describir no sólo la percepción sensorial personal sino también interacciones sociales más complejas. Es necesario entender los factores que influencian la conducta del conductor en el contexto colectivo social, al igual que modelos que describen cómo interactúan esos factores para determinar el patrón y la tasa de cambio en el fenómeno de tránsito. Modelar el proceso de cambio requiere considerar el ambiente real, el peso de factores y detallar la interacción y los mecanismos hipotetizados. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF La cultura de la conducción no sólo es lo que los investigadores miden objetivamente en una vía. Es también la visión general del mundo que tiene la gente del sistema de tránsito. Esta visión incluye su comprensión y evaluación de los diferentes componentes del sistema y de cómo ellos interactúan, y es fruto de la experiencia directa, de las inferencias mientras se observa a los otros, desde los medios y de hablarles a los otros y aceptar sus ideas. Como señala Furnham21, anteponer creencias tiene consecuencias conductuales más allá de la visión y acción de un individuo. Al modelar la conducta de tránsito también se podría reconocer que la conducta de los usuarios está determinada por su visión del sistema de tránsito, la cual contempla una compleja estructura de creencias relacionadas con otros sistemas. Los conductores pueden describir su propia visión y lo que piensan de otras personas, para lo cual se requiere el monitoreo de indicadores que permitan un seguimiento de la visión de la población. La importancia de esta visión no se limita a la influencia sobre las campañas de seguridad. La eficacia de los diseños de ingeniería y la aceptación de la norma también pueden depender de las creencias sobre la seguridad, de la influencia “real” del alcohol y del costo de la accidentalidad. La cultura de la conducción requiere generar cambios en todo el sistema: creencias, actitudes y comportamientos de la comunidad. 21 168 Citado por Rosemberg M, et el . Perspective on injuri control violence, agression and terrorims. International Public Health 1988; 2(4), pp. 357-372. Ligado a lo anterior, el consumo de alcohol afecta la atención y las habilidades de conducción e incrementa el riesgo de morir. Quienes conducen bajo el efecto del alcohol difieren, en varias características, de quienes no lo hacen básicamente en que son hombres jóvenes, de menores ingresos, beben más, les han suspendido la licencia de conducción en ocasiones anteriores, han tenido accidentes previamente, tienden a no usar el cinturón de seguridad y a manejar a mayor velocidad. Ciclistas muertos en accidente de tránsito En relación con este tipo de accidente, de 452 ciclistas que fallecieron en 1999 se pasó a 522 casos en el 2000, con un incremento estadísticamente significativo (p=0,00014) de 15% en el número de víctimas. El 95% de los ciclistas fallecidos eran hombres, con una proporción de 100% en los ciclistas mayores de 35 años y una razón de masculinidad de 1 a 20; es decir, por cada ciclista mujer muerta veinte hombres de igual condición fallecieron en el 2000, indicador que comparado con el de 1999 (razón de masculinidad 1:13) mostró un incremento de 7 hombres por cada mujer. La mayoría de los ciclistas (23%) tenían una edad entre 25 y 34 años, y 20% de ellos eran menores de edad. En tasa por cien mil el valor más alto (2,2) se presentó en el grupo de personas de 45 a 59 años, siendo este mismo rango de edad el de mayor tasa (4,4) para los hombres y el grupo de 25 a 34 años el que presentó la tasa más alta (0,24) entre las mujeres. Por sedes del Instituto, Bogotá (105), Cali (80), Medellín (36), Soacha (19) y Popayán (16) aportaron la mayoría de los ciclistas muertos en el 2000, con 20, 15, 7, 4 y 3% respectivamente del total de casos atendidos a nivel nacional. Los municipios con mayores tasas fueron Chocontá (16,7), Espinal (9,1), Duitama (8,9), Facatativá (7,8) y Puerto López (7,6). En las sedes de Tumaco, Yopal, Cáqueza, La Dorada, Rioacha, Maicao, Yumbo, Santander de Quilichao, Chiriguaná, Saravena, Arauca, Roldanillo, Patía, Barbosa (Antioquia), Cimitarra, Quibdó, La Plata, El A pesar de que proporcionalmente los ciclistas no aportan la mayoría de las víctimas de tránsito como los peatones, se debe prestar atención especial a esta condición pues se ha venido observando año tras año un incremento en el uso de la bicicleta y con este el aumento en la accidentalidad de ciclistas, lo que indica que más allá de fomentar un nuevo vehículo de transporte, se requiere acompañarlo de estrategias masivas de información y educación, procurando brindar el conocimiento y las medidas de protección necesarias para controlar los accidentes. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Mensualmente fallecieron 44 ciclistas en accidentes de tránsito en el 2000, seis ciclistas más por mes que en 1999 (38 en promedio por mes) y catorce más que en 1996, estas cifras muestran un incremento acumulado desde 1996 de 43%, pasando de un ciclista diario en 1996 a casi dos (1,4) por día en el 2000. Los meses en los cuales se presentaron más víctimas fueron marzo (57), enero (48) y diciembre (47), representando 11% y 9% (enero y diciembre) respectivamente; en el primer trimestre ocurrió el 27% de la accidentalidad de ciclistas. 169 Plato, Santa Rosa de Cabal, Túquerres, Anserma, Riosucio, Mocoa, Leticia, Tolú, Belén de Umbría, Mariquita, Garagoa, Santa Fe de Antioquia, Vélez, La Unión, San José del Guaviare, San Vicente de Paul, Marsella, Jamundí, Pacho, Chaparral, Carmen de Bolívar, El Banco, Apía, Salamina y Manzanares no se atendieron lesiones fatales de ciclistas. Atlántico (5,5), Valle del Cauca (2,6) y Cundinamarca (2,3) fueron los departamentos que mostraron las tasas más altas de accidentalidad. Comparativamente con 1999, Quindío y Vichada redujeron la tasa de mortalidad de ciclistas por accidente de tránsito 52% cada una. Algunas ciudades capitales, como Bogotá, han venido trabajando de manera interinstitucional en la búsqueda de estrategias y medidas que prevengan los accidentes de tránsito de ciclistas, y sus esfuerzos están orientados a implementar el uso de elementos de seguridad como el casco protector para controlar la severidad y gravedad del trauma craneoencefálico, más si se tiene en cuenta que aproximadamente 74% de los ciclistas que fallecen en accidentes de tránsito sufren este tipo de lesión y es la principal forma de muerte22. Comentario Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF No se debe desconocer el trabajo y el esfuerzo realizado por autoridades locales: En Cali, por ejemplo, durante el año 2000, el Centro Diagnóstico de la Secretaría de Tránsito inició el proceso de capacitación de los ciclistas de la ciudad, a través del cual, luego de un curso sobre tránsito seguro por zona urbana, señales de tránsito y bondades del uso del casco protector y elementos reflectivos, les entregó un carné como ciclistas aptos. Otra experiencia es la de Bogotá, donde el Instituto de Desarrollo Urbano invirtió una gran cantidad del presupuesto en el diseño y construcción de ciclo-rutas con el propósito de poner al alcance de la ciudadanía vías para el tránsito exclusivo de bicicletas de tal manera que se pudiera desplazar por los cuatro puntos cardinales a bordo de una bicicleta. Sin embargo, faltó un proceso informativo y educativo dirigido a la poblaciones general y orientado a conocer y divulgar los deberes y derechos de los usuarios de la ciclo-ruta por medio de los cuales se tuviera claro que por esta no se admite el paso de transeúntes, porque para ellos está el andén, y que en la ciclo-ruta la prelación es del ciclista, lo que no implica que el tránsito de estos se haga a velocidades excesivas o que ponga en riesgo la vida de otros actores de la vía. 22 170 García A, et al. Accidentes de tránsito que implican la muerte de ciclistas. Bogotá: enero a junio 2000. 10 Medidas Preventivas para Motociclistas. Boletín CRNV, Vol. 3, No. 9, sseptiembre 1998. En la administración 2001-2004 de la Secretaría de Tránsito y Transporte de Bogotá se adelanta el trabajo Semilleros para Ciclistas, un espacio para que la comunidad comparta sus ideas y propósitos frente a la reglamentación y normatización del uso de la bicicleta en Bogotá, el cual busca un proceso de autorregulación a través del cual, por convicción y razonamiento, se asuman una serie de medidas de seguridad y normas que favorezcan el tránsito seguro de los ciclistas en Bogotá. Esperamos que luego de una concertación entre expertos y voceros de la comunidad lleguemos a un acuerdo para elaborar el documento final que reglamente el uso de las ciclo-rutas y el tránsito de ciclistas en el Distrito Capital, sin que para ello sea necesario acudir a estrategias sancionatorias o restrictivas. Motociclistas muertos en accidente de tránsito Desde 1996 hasta 1999, en Colombia el promedio de motociclistas muertos por mes era 131; en el 2000 fallecieron 118 motociclistas por mes, siendo los meses con mayor número de casos diciembre (143), enero (139) y agosto (133). Siete por ciento de los motociclistas muertos eran menores de edad, la mayoría (36%) jóvenes de 15 a 24 años; y éste último grupo de edad mostró la segunda tasa más alta (6,2) luego del grupo de motociclistas con edades entre 25 y 34 años (6,9). Cali (183), Medellín (143) y Bogotá (90) con 13, 10 y 6% fueron las sedes del Instituto que más casos de motociclistas muertos reportaron; los puntos de atención de Rionegro en Antioquia (24), Aguazul (23,2), Neiva (19,6) y San Andrés (19,2) son los que mayor tasa presentaron. Comparadas con 1999, Rionegro y Neiva mostraron en el 2000 un incremento de 9% en la tasa de motociclistas lesionados fatalmente y San Andrés, que también figuró como un sitio de alta accidentalidad, aumentó en 26% el valor de la tasa (18). En comparación con 1999 (1.590), en el 2000 (1.410) fallecieron 180 motociclistas menos, lo que representa una disminución de 11% en el número de casos y de 13% en la tasa por cien mil, que de 3.8 pasó a 3,3. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Por cada mujer motociclista fallecieron 9 hombres de la misma condición en accidentes de tránsito, siendo un poco mayor la razón de masculinidad (1:13) en el grupo de 35 a 44 años; y en general, 90% de los motociclistas eran hombres. 171 Algunas sedes de atención del Instituto no reportaron motociclistas muertos en el 2000: Chocontá, Maicao, San Gil, Yarumal, San Juan del Cesar, el Plato, Santa Rosa de Cabal, Chinchiná, El Líbano, Tolú, Belén de Umbría, Garagoa, Vélez, La Unión, San José del Guaviare, Marsella, Jamundí, Chaparral, Carmen de Bolívar, Aguadas, Manzanares y Salamina. Por departamentos, San Andrés (19,2), Huila (10) y Arauca (7,3) presentaron las tasas más altas de motociclistas muertos. Desde 1998, Casanare viene presentando reducciones importantes y de 8 en 1999 pasó a 3 en el 2000 (disminución de 62%); de manera similar, Meta redujo su tasa de 8 a 7 y Huila, por el contrario, aumentó la tasa de 8 en 1999 a 10 en el 2000. Comentario Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Es indiscutible la reducción de 10% en la mortalidad de motociclistas en todo el país desde 1996 hasta el 2000, sin embargo, no es posible hacer una correlación directa con el uso del casco de protección, por lo menos a nivel nacional, pero tampoco se deben desconocer los esfuerzos y el trabajo que se ha desarrollado en búsqueda de prevención de accidentes de tránsito para estos actores de la vía, y más si se tiene en cuenta que fue con base en los resultados obtenidos al aplicar el Decreto 407 de 1997 en Bogotá, con lo cual disminuyó 38% (p=0,0016) el número de motociclistas muertos entre agosto y diciembre de 1996 y 199723, que se implementó por la resolución 3606 a nivel nacional el uso del casco para motociclistas. Esta resolución ha tenido rechazo por parte de algunos motociclistas, especialmente de zonas cálidas, quienes argumentan enfermedades (alopecia, dolor de cabeza, entre otras) como consecuencia del uso del casco; sería importante evaluar a la luz de la Norma Técnica Colombiana 4533 el uso de otros materiales y diseños de casco que cumplan con los requerimientos de resistencia y calidad, sin que causen dificultades al usuario. Aún queda por reforzar en los motociclistas, en particular, la imperiosa necesidad de respetar las señales de tránsito, especialmente la luz roja del semáforo, que indistintamente para vehículos, motos y ciclas representa una señal de alerta ante un peligro y el turno para los vehículos de la vía opuesta de la intersección de avanzar de manera segura. 23 172 Medidas Preventivas para Motociclistas. Boletín CRNV, Vol. 3, No. 9 ,septiembre 1998. De igual manera, se requiere inculcar en el motociclista que debe permanecer circulando por la vía y no invadir el andén o vías de tránsito peatonal, con lo cual aumenta la vulnerabilidad de los transeúntes y el riesgo de atropello para algunos de ellos. Otra causa frecuente de accidente de tránsito fatal entre los motociclistas es la caída de los pasajeros, que se hace más predecible cuando exceden la capacidad de la motocicleta, que admite únicamente un pasajero y nunca menor de 10 años, lo cual contrasta con 5 casos de menores de cinco años que fallecieron como pasajeros de moto en el 2000. Pasajeros muertos en accidente de tránsito El 65% de las víctimas eran hombres, y esta condición fue la que proporcionalmente afectó a más mujeres (35%); por cada mujer muerta como pasajera dos hombres fallecieron en igual condición (razón de masculinidad 1:2). Geográficamente, la distribución de las víctimas se presentó en mayor cantidad en los departamentos de Valle del Cauca (206), Antioquia (147), Cundinamarca (128) y Atlántico (108), en donde se valoraron, respectivamente, 16, 12, 10 y 9% de los pasajeros lesionados fatalmente. Sin embargo, Cundinamarca (8,3), Cesar (5,9), Atlántico (5,2) y La Guajira (5) figuraron como los departamentos con mayores tasas por cien mil en el 2000. Las sedes de Garzón, Envigado, El Plato, Santa Rosa de Cabal, Sincé, Mariquita, Santa Fe de Antioquia, Vélez, Puerto Carreño, San Vicente de Paul, Pacho, Carmen de Bolívar, El Banco, Apía, Aguadas y Manzanares no registraron pasajeros muertos en el 2000. Por número de casos según las sedes de atención del Instituto, Bogotá (108), Cali (111) y Medellín (67) siguen siendo las de mayor registro (en comparación con 1999). Comentario Es frecuente la caída de pasajeros al momento de abordar un vehículo de servicio público, dado principalmente por la premura de tiempo que hay al recoger a una persona en un sitio no autorizado para ello. Teniendo en cuenta que los pasajeros son una de las condiciones más estables en cuanto a número y tasa de casos, en el 2000 se observó una reducción de 2% en la mortalidad, lo que corresponde a 26 víctimas menos, con una disminución de 2 casos por mes, pasando de un promedio mensual de 107 en 1999 a 105 en el 2000, siendo octubre (125), enero (121) y diciembre (113) los meses con mayor prevalencia de pasajeros muertos. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF La condición de pasajero, así como la de peatón afecta a todos los grupos de edad de la población, sin embargo, en el 2000 la mayoría (25%) eran jóvenes de 15 a 24 años de edad, seguidos de personas con edades entre 25 y 34 años, y siendo el 11% menores de 18 años. El grupo de pasajeros con edad entre 45 y 59 años presentó la tasa más alta (4,6), seguida de la de ancianos con 60 y más años (4,1). 173 Aún hoy se ve que la mayoría de los pasajeros sufren un accidente de tránsito fatal al caer del vehículo en el cual se transportan, en parte como resultado del sobrecupo de los servicios de transporte público o por falta de uso del cinturón de seguridad, que según la resolución 2280 de 1998 es de uso obligatorio en todos los vehículos automotores de más de tres ruedas. Realmente es muy poco, o ninguno, el trabajo adelantado para educar al peatón y/o al pasajero en el uso de los paraderos; mientras esto no se controle de manera sancionatoria, seguiremos teniendo vías totalmente congestionadas y, lo peor, caídas de pasajeros. En los casos de pasajeros de vehículos particulares, generalmente la muerte está asociada a altas velocidades, con volcamiento y expulsión de los ocupantes al no llevar puesto el cinturón de seguridad; además, también debería implementarse el uso de cinturón para los pasajeros que van en la parte trasera de los vehículos. Igualmente es necesario reforzar la información sobre la inconveniencia del transporte de menores de diez años en las silla delanteras y la importancia de que esto se controle. Análisis y recomendaciones Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF En general, existen algunas recomendaciones importantes que no deben quedar en el olvido y que probablemente con algunas modificaciones puedan ser aplicadas en las diferentes áreas geográficas. 174 1. Controlar y reglamentar las escuelas de conducción y los requisitos mínimos para la expedición y certificación de la capacidad técnica y física de los conductores. Además, la licencia no puede ser vitalicia, pues a medida que pasa el tiempo un conductor indudablemente será objeto de una serie de cambios y transformaciones biológicas con el paso de los años, que de alguna manera pueden deteriorar o por lo menos disminuir sus facultades psicomotora y neurológica, que en gran medida influyen en la capacidad y posibilidad de acción y reacción. 2. En relación con la accidentalidad de peatones, es indispensable realizar trabajos de campo con equipos interdisciplinarios a través de lo cuales sea posible identificar factores de riesgo que luego de un análisis e investigación sirvan para proponer recomendaciones que reduzcan los índices de mortalidad. 3. Se debe buscar el apoyo de la comunidad en el manejo de estrategias de control y prevención de los accidentes de tránsito. No siempre los expertos de un tema son necesariamente quienes tienen en sus manos la solución; planes que comprometan a la población en la solución de sus problemas pueden ser de importancia en el avance y aplicación de estrategias de prevención. Por otra parte, procesos de autorregulación de la comunidad pueden contribuir a la modificación de conductas. 4. Es posible plantear como hipótesis que la mayoría de esfuerzos se han orientado a identificar los factores de riesgo para la ocurrencia de accidentes de tránsito pero con base en la información de lesiones fatales y por tanto se ha logrado controlar la accidentalidad fatal. Los factores y las características de las lesiones no fatales por accidente de tránsito pueden presentar otros patrones que aún no se han diagnosticado y se hace imperioso indagar al respecto. Lo mismo sucede con los choques simples, que han venido mostrando un incremento casi de la misma índole que las lesiones no fatales. En consecuencia el accidente de tránsito en todas sus categorías y magnitudes, al igual que los choques simples, con lesionados y con occisos, deben ser analizados de manera interinstitucional y, tal vez aún más importante, de manera interdisciplinaria, con el aporte de cada una para controlar y prevenir la ocurrencia de accidentes de tránsito. Muertes por accidentes de tránsito en Pereira CARMENZA LOPEZ. Coordinadora CRRV La tasa estimada de muertes en accidentes de tránsito para la ciudad de Pereira durante en el año 2000 fue de 21 por 100.000 habitantes/año, ligeramente inferior a la observada durante 1999 (24) pero superior a la estimada a nivel nacional (15) y para otras ciudades principales como Bogotá (16) y Barranquilla (10). Para el presente análisis se definió accidente de tránsito como “toda acción negativa consumada en la vía pública interviniendo uno o varios vehículos, entre los que pueden producirse desde daños materiales a los vehículos u otros objetos o cosas, hasta heridas o la muerte de personas afectadas”24; se tomaron en cuenta las víctimas fatales y no se incluyeron las víctimas de accidentes aéreos. 24 Los accidentes de tránsito aportan 12,4% (2.922) del total de años de vida Potencialmente Perdidos (AVPP) ocasionados por muertes violentas, de los cuales 50% se debe a lesiones fatales de peatones. La mayor pérdida la genera el grupo de 25 a 34 años, con 34,7% (1.013 AVPP). Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF En Pereira durante el 2000 se registraron 97 muertes en accidentes de tránsito, observándose una disminución de 17% (14 casos menos) con respecto al año anterior, pero esta diferencia no es significativa estadísticamente. Jouvencel M.R. Biocinemática del accidente de tráfico, p. 5. 175 Distribución según edad y género El 81,4% (79) de las muertas correspondieron al género masculino, lo que nos indica que por cada 4 hombres falleció una mujer por la misma causa. Las edades de las víctimas fatales oscilaron entre 5 y 90 años; la edad media fue de 40 años y la mayor proporción se observó en el grupo de personas entre 25 y 34 años, con 25,8% (25 casos). La tasa más alta por grupos de edad se observó en personas de 60 o más años (53 muertes por cada 100.000 habitantes/año); según el género, la más elevada se observó también en hombres con edades iguales o mayores a 60 años (97), mientras que en el género femenino se observó en el grupo de 25 a 34 años (18). En el grupo de 5 a 14 años, 50% de las víctimas eran peatones y las restantes pasajeros de vehículos; en personas de 15 a 34 años, 33,3% eran peatones y 28,2% motociclistas; en el grupo de 35 a 60 años, 45,5% de las víctimas eran peatones, mientras 21,2% eran motociclistas y en el grupo de personas mayores de 60 años, 89,5% de las víctimas eran peatones. De acuerdo con este análisis, se concluye que la mayoría de las víctimas fatales de accidentes de tránsito en la ciudad de Pereira corresponden a peatones, comportamiento que se ha observado desde años atrás en esta ciudad. (Figura 6) Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Figura 6. Muertes por accidentes de tránsito según edad y género. Pereira, 2000 176 Distribución según condición de la víctima En el año 2000, del total de casos se logró establecer la condición de la víctima en 94% de ellos (91); de estos, 52,7% (48) eran peatones, 19,8% (18) motociclistas, 9,9% (9) pasajeros, 7,7% (7) ciclistas, 6,6% (6) conductores y 3,3% otros. Por condición de la víctima y género, se observaron variaciones significativas en el número de hombres y mujeres que murieron en accidentes de tránsito; así, mientras que entre los hombres 6,8% de las víctimas eran pasajeros, en las mujeres la proporción para la misma condición fue superior (22,2%). En peatones se observa un comportamiento similar tanto en hombres como en mujeres, cercano a 50% en cada uno. (Figura 7) Distribución según mes La mayor proporción de casos se observó en el mes de julio (14,4%), seguido de diciembre (10,3%) y mayo (9,3%). Se pudo establecer el estado civil de las víctimas por accidentes de tránsito en 71,1% (69) de los casos, de los cuales 53,6% (37) eran personas casadas, 42% (29) solteras y 4,3% (3) divorciadas. La actividad de las víctimas se identificó en 76% (70) de los casos; de estos 31,4% eran trabajadores no calificados; 14,2% amas de casa; 10% personas desempleadas; y estudiantes y comerciantes representaban 8,6% cada uno. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Figura 7. Muertes por accidentes de tránsito por género según condición de la víctima. Pereira, 2000 177 Figura 8. Muertes por accidentes de tránsito según mes. Pereira, 1998-2000 Peatones muertos en accidentes de tránsito La mayor proporción de peatones muertos se observó en el mes de julio (18,8%), seguido del mes de enero (14,6%); se obtuvo información acerca de la hora del accidente de tránsito en 71% de los casos, y de estos la mayor cantidad ocurrió entre las 12:00 y las 18:00 horas (41,2%). Se realizó análisis de alcoholemia a 77% (37) de los casos, y en 29,7% (11) de estos se detectó algún nivel de alcohol en sangre; los niveles de alcohol oscilaron entre 13 y 235 mg/ml; y la alcoholemia promedio fue de 109 mg/ml; además, se detectó un caso positivo para marihuana. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF De acuerdo con el sitio del accidente, como en años anteriores, para los peatones la comuna del Centro registró la mayor proporción con 29,2% (14 casos), en el lugar señalado como más critico de la ciudad, ubicado en la zona de la Avenida del Ferrocarril entre carreras 7ª. y 9ª., en la que ocurrieron 6 del total de los casos. 178 Motociclistas muertos en accidentes de tránsito En Pereira, durante el año 2000 fallecieron en accidentes de tránsito 18 personas que se transportaban en motocicletas, cifra que equivale a 19,8% del total de víctimas en accidentes de tránsito. De los 48 peatones muertos en accidentes de tránsito en Pereira, 81,3% (39) eran hombres, para una razón de masculinidad de 4:1. Las edades de estas víctimas oscilaron entre 6 y 90 años; el promedio de edad fue de 42 años. El grupo de edad más afectado fue el de mayores de 60 años, con 35,4% (17) de los casos, lo que corresponde a una tasa de 47,5 peatones muertos en accidentes de tránsito por 100.000 habitantes/año. Cuadro 4. Peatones muertos en accidentes de tránsito según comuna. Pereira, 1998-2000 Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Cuadro 5. Motociclistas muertos en accidentes de tránsito según comuna. Pereira, 1998-2000 179 De los 18 motociclistas muertos en accidentes de tránsito, 77,8% (18) correspondían al género masculino, para una razón hombre: mujer de 4 a 1. Las edades de estas víctimas oscilaron entre 17 y 55 años; el promedio de edad fue de 34 años. El grupo de edad más afectado fue el de 25 a 34 años, con 38,9% (7) de los casos, seguido del grupo de 45 a 59 años, con 27,8% (5). La mayor proporción de motociclistas muertos se observó en los meses de mayo y julio con 22,2% (4) cada uno. De acuerdo con la hora de ocurrencia de este evento, 69,3% de los casos ocurrieron en las horas del día. Del total de casos se realizó análisis de alcoholemia en 77,7% (14), y de estos se observaron resultados positivos en 42,8% (6) de las víctimas; los valores de estas alcoholemias oscilaron entre 15 y 186 mg/ml. La mayor proporción de motociclistas muertos en accidentes de tránsito se observó en la comuna del Centro (45%), comportamiento similar al observado en años anteriores en la ciudad. Conclusiones Luz Adriana Garzón - Fisica Forense INML y CF Regional Occidente Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Teniendo en cuenta el alto porcentaje de peatones víctimas de accidentes de tránsito, vale la pena hacer énfasis en la necesidad de diseñar medidas preventivas para reducir los índices de mortalidad por esta causa. Es importante anotar que las campañas publicitarias que hacen eco durante algunos meses se deben reforzar con la cultura de la seguridad tanto para el peatón como para el conductor, con base en premios y castigos respecto a la implementación de las normas o uso de los elementos diseñados en la vía pública para la protección de los peatones y conductores responsables de su vida y la de sus pasajeros. 180 Con respecto al peatón, se requiere construir e implementar puentes peatonales, cebras, semáforos peatonales y vehiculares, mejorar el estado de las aceras y la iluminación, al igual que controlar el espacio para el libre desplazamiento. También se debe controlar la sobriedad de los transeúntes para que no pongan en peligro su vida y la de otros. De otra parte, los conductores deben respetar las cebras, los semáforos peatonales, las señales de tránsito y los límites de velocidad en las vías urbanas; asegurarse del buen estado mecánico y de seguridad de los vehículos ( sistema de frenos, llantas, etc.), evitar agentes que generen distracción, como radios a alto volumen, y mantenerse sobrios en su jornada de trabajo. La diferencia significativa de muertes en accidente de tránsito por género según condición de la víctima, hace pensar que o bien en Pereira el número de conductoras es bajo o bien ocasionan menos accidentes de naturaleza fatal, mientras son víctimas de manera significativa como pasajeras o traseúntes. Por otra parte, al igual que el hombre, la mujer puede causar y sufrir accidentes de naturaleza fatal como conductora de motocicletas, por lo cual debe tenerse en cuenta este riesgo. En Pereira vale la pena revisar los procesos de adjudicación de licencias de conducción, lo que ayudaría a reducir los índices de morbimortalidad en este campo. Muertes en accidente de tránsito en Barranquilla Miguel Ángel Hurtado - Perito Fisico Forense INML y CF Regional Norte Figura 9. Víctimas en accidentes de tránsito. Barranquilla, 2000 El género más afectado por muertes en accidente de tránsito es el masculino, con 79% (98) de los casos. Los rangos de edad más comprometidos fueron los de 15 a 29 años, con 31% (39), y de 30 a 44 años, con 29% (36). Se tomaron muestra de alcoholemia en 69% (86) de las muertes en accidentes de tránsito, de las cuales 46% (40) resultaron con cifras positivas de alcohol en sangre. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF El 20% (124) de las muertes violentas ocurridas en el perímetro urbano de Barranquilla en el año 2000 fueron por accidente de tránsito, registrando una disminución de 9% en relación con el año anterior. 181 En 52% (65) de los accidentes de tránsito fatales la víctima era un peatón y en el 17% (21) era un pasajero. En 28% (35) de los casos el vehículo reportado era un bus-buseta, en 16% (20) no se tenía información del vehículo que ocasionó la muerte, y en 11% (14) de los casos el vehículo reportado fue de carga mediana. Muertes en accidentes de tránsito en Soledad En Soledad, 96% (22) de las víctimas de accidente de tránsito eran del género masculino. El rango de edad más afectado fue el de 15 a 29 años, con 39% (9). 56% (13) eran peatones, 22% (5) eran motociclistas y 17% (4) eran conductores. Figura 10. Distribución por género en muertes por accidentes de tránsito. Soledad, 2000 Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Comentario 182 La guerra del centavo sigue cobrando víctimas inocentes en nuestro país, debido a la falta de políticas coherentes de las autoridades y al cumplimiento riguroso de las normas del Código Nacional de Tránsito (CNT), por parte de conductores, pasajeros y peatones. El 18% (23) de las muertes violentas registradas en Soledad ocurrieron por accidentes de tránsito. Comparando las muertes en accidentes de tránsito del año 2000 con las del año anterior, estas disminuyeron 12% en este municipio. La mayoría de los conductores de servicio público laboran por más de ocho horas, no tienen la preparación técnica necesaria ni una educación suficiente para ser verdaderos profesionales de su actividad, lo que podría inducirlos a la intolerancia, la amenaza, el irrespeto y, por consiguiente, ocasionar accidentes de tránsito con saldo trágico, la mayoría de los cuales ocurren por fallas humanas. En 52% de las muertes en accidentes de tránsito en Barranquilla la víctima era un peatón, lo que refleja el incumplimiento de las normas del CNT por parte de conductores y peatones, quienes también deben acostumbrarse a cancelar multas si ocasionan un accidente por imprudencia. A esto contribuye la falta de señalización, de semáforos y de puentes peatonales. 183 Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF