Javier Elzo. La violencia escolar, ¿preocupación real o construcción

Transcripción

Javier Elzo. La violencia escolar, ¿preocupación real o construcción
ENTREVISTA
Javier Elzo
La violencia escolar, ¿preocupación real
o construcción mediática?
Alejandro Campo*
Entrevista, Javier Elzo
El informe contempla
una juventud que vive
el presente tan en
exceso que hace casi
imposible su
proyección hacia el
futuro; unos jóvenes
que se sienten parados
antes incluso de serlo y
que tienen un
horizonte de
aspiraciones tan
limitado que sólo se
realizan personalmente
en el tiempo libre;
unos jóvenes que
viven en una sociedad
que privilegia el ocio
sobre el trabajo justo
cuando éste es más
escaso, y que
sobrevaloran la
familia justo cuando ésta ha delegado
la educación en la escuela. Considera
que es imposible hacer un balance
acertado sobre los comportamientos
violentos por la falta de datos fiables,
pero observa con preocupación las
actitudes de una juventud que
legitima de modo creciente
el recurso a conductas violentas.
Cuadernos de Pedagogía La mayoría de nuestros
lectores conocen sus informes, estudios sociológicos,
etc., a través de extractos de prensa o de comparecencias
públicas, pero buena parte de ellos desconoce su trayectoria personal y profesional; por eso nos gustaría empezar hablando sobre los aspectos más significativos de su
biografía.
Javier Elzo Pasé la infancia en Beasain y en Segura,
pequeña localidad que está a 7 km de Beasain, donde
vivían mi abuelo y mis tías. Debía ser muy revoltoso de
chaval y mis padres pronto me mandaron a Segura. Mi
primera escuela fue la de allí, en donde estuve unos pocos meses. El conocimiento del euskera, que luego he
perdido en parte, lo tengo a través de la localidad de Segura, donde todavía veo el banquito en el que me sentaba. De allí pasé a la escuela de párvulos de Beasain y después mi padre me metió en un colegio de religiosos. Ya
verás por mi trayectoria que, aunque sigo teniendo una
8 Cuadernos de Pedagogía / N.0 269 / Mayo
ANA ITURRIZA.
El profesor Javier Elzo,
firmante de numerosos
trabajos de
investigación social,
nació en Beasain
(Guipúzcoa) en 1942,
se licenció en
Sociología por la
Universidad de
Lovaina y se doctoró
en la Universidad de
Deusto, donde ejerce
como catedrático de
Sociología. Profundo
conocedor de las claves
que definen la
juventud actual, ha
coordinado estudios de
ámbito español y ha
participado en otros de
carácter internacional
que aportan visiones
comparativas de los jóvenes europeos.
A petición de las instituciones políticas
del País Vasco ha dirigido un informe
sobre violencia y juventud, que ha
generado todo tipo de opiniones
—polémicas en algunos casos—, y del
que se ha derivado un plan de
intervención auspiciado por
las distintas administraciones.
«Todo lo que tenemos
son datos periodísticos,
pero apenas hay
estudios sociológicos
que midan la
extensión del
problema de la
ANA ITURRIZA.
violencia juvenil»
sensibilidad religiosa importante, no pude soportar los
colegios religiosos.
CdP ¿Alguna razón para ello?
JE La rigidez de la formación y de la disciplina eran,
probablemente, superiores a mí. Por ejemplo, conmigo
no sirvieron para nada las sesiones de catequesis a pesar
de que el párroco utilizaba el bastón. Eso de aprenderme
las cosas de memoria y no entender lo que estaba diciendo me revolvía fuertemente. Tampoco pude aguantar la
estancia con los Hermanos de la Salle y me marché. La
enseñanza primaria la hice fundamentalmente en escuelas
nacionales, con maestros de los que guardo excelentes recuerdos por su sentido de la dedicación. Soy mucho más
crítico con el adoctrinamiento político que nos hacían en
aquella época. De ahí... mi padre me mandó a hacer el
Bachillerato. Me quiso llevar a un colegio y me metió interno en las Escuelas Pías en Tolosa; aguanté una semana.
CdP Todo un récord.
JE Sí. Me inventé una apendicitis y mi padre agarró un
cabreo terrible porque había pagado el trimestre. Es un
poco curioso, ya que la dimensión religiosa ha sido y sigue siendo muy importante en mi vida; en este momento hago incluso trabajos para la propia Conferencia Episcopal y sigo pretendiendo ser religioso. Pero no podía
soportar la formación religiosa, al menos el ámbito de la
formación religiosa en aquellos tiempos, y volví otra vez
a la escuela nacional. Estudié Bachillerato Elemental por
libre con mi maestro en sesiones de mañana y tarde. Me
examinaba de todo en dos días en el único instituto que
había entonces. Veníamos de Beasain en el tren de las
siete de la mañana, empezaban a examinarnos a las nueve y acabábamos a las seis de la tarde. Entonces no había
el revuelo que hay hoy día con los exámenes.
CdP ¿Y el paso a estudios universitarios?
JE Después hice el Bachillerato Superior. Ya no podía-
mos hacerlo en Beasain y teníamos que
venir a San Sebastián. Estuve en un Colegio Menor de la Falange —todo hay
que decirlo—, en San Sebastián, enfrente del Campo de Atocha, durante
tres años; y cantábamos el Cara al Sol y lo habido y por
haber. Yo no tengo un recuerdo tan malo de aquello,
porque teníamos un director que, aunque evidentemente era falangista, tenía un sentido de las cosas, y todos
sabíamos dónde estábamos. A pesar de ello, criticábamos
a la Falange y a Franco. Nosotros no teníamos nada que
ver con esa gente. Luego, de allí pasé a la universidad y la
decisión fue estudiar Ingeniería Industrial, presionado
por mi padre. Nunca me sentí a gusto. A los 21 años
entré en el seminario. Estuve tres años allí, de 1961 a
1964, que fueron los años del gran follón, la desbandada
de los seminaristas, todo el conflicto del clero vasco al pilpil. Yo, que no he sido capaz de soportar la enseñanza en
un centro religioso ni en la Primaria ni en la Secundaria,
pasé tres años en el seminario y, no sólo aquí, sino que
también estuve otro año en un seminario sulpiciano de
París.
CdP ¿Qué ambiente se respiraba en el seminario en
aquellos tiempos?
JE El seminario acabó siendo un desastre y se cerró.
Yo, que siempre me he considerado y me considero un
nacionalista moderado, no estaba muy de acuerdo con las
cosas que pasaban. Era el momento en que surgía ETA.
Se produjo un encuentro en aquella coyuntura entre el
nacionalismo y una parte significativa del clero. No es
cierto, como se dice, que el nacionalismo naciera en los
seminarios, pero sí que una parte importante de seminaristas comulgaba con una serie de ideas de tipo nacionalista y, más aún, de tipo nacionalista-marxista. Es un
fenómeno muy poco estudiado todavía. Algunos, que no
estábamos muy de acuerdo, dejamos el seminario de San
Sebastián y pensamos, incluso, en ir a América Latina,
pero luego acabamos recalando en París, en un seminario
sulpiciano que manifiestamente no nos gustaba. En ese
momento, con 24 o 25 años, tuve una crisis y decidí trabajar. Allí empezó mi interés por la sociología. De pronto
descubrí que los fenómenos sociales eran importantes para
Mayo / N.0 269 / Cuadernos de Pedagogía 9
entender la realidad. Tuve entonces una lucidez enorme
porque la tentación, en mi situación personal, hubiese sido hacer Psicología, para solucionar los problemas personales; y, acertadamente, decidí cursar Sociología y lo
compatibilicé con estudios de Teología. No es habitual
que los laicos estudien teología. Todavía leo, con frecuencia, libros sobre esta temática; por ejemplo, el último libro de Laín, La dificultad de ser cristiano.
CdP ¿Con qué se encontró al regresar?
JE Trabajé dando clases de Religión en el instituto
«Pío Baroja» de Irún. Se me cayó el alma a los pies. Me
obligaban a hacer una serie de cosas totalmente insensatas.
Me pagaban menos de la mitad que a los PNN, aunque
daba más horas que cualquier otro. Tenía que justificar
continuamente mi asignatura. La asignatura de Religión
pasó por distintas situaciones —obligatoria, voluntaria,
optativa—, pero nadie se preocupó de darle un estatus
digno. Inmediatamente entré en la Escuela de Trabajo
Social de San Sebastián, como profesor de Sociología y
Técnicas de Investigación Social. Allí estuve hasta hace
dos años. De ellos, 13 o 14 como director. Empecé a colaborar en la Universidad de Deusto en el año 1980 como
profesor de Técnicas de Investigación Social y, poco a
poco, fui aumentando la dedicación que, en la actualidad, es
exclusiva. Trabajar en Deusto
«La violencia
me ha supuesto una apertura a
la investigación [...].
cientes. Estamos construyendo absolutamente en el aire.
Todo lo que tenemos son datos periodísticos como éste,
pero no hay apenas estudios sociológicos que midan la
extensión del problema de la violencia juvenil y de la
violencia escolar en particular. Contamos con materiales
muy fragmentados y no suficientemente explotados como son las memorias de judicatura y de la policía, las memorias de prisiones y del Defensor del Pueblo. También
tenemos pequeños estudios de unas pocas aulas en Sevilla, Málaga, Madrid, Cataluña y Castilla-La Mancha. No
hay investigaciones sobre la victimación juvenil en España. Existe una situación no suficientemente conocida,
pero que evidentemente nos preocupa.
CdP ¿Es la juventud actual más violenta que la de hace unos años?
JE Sinceramente, no lo sé. Lo he dicho en distintos
foros públicos. Creo que no hay más violencia hoy que
hace unos años. Rojas Marcos, partiendo de los datos
americanos, dice que sí hay más violencia. Sin embargo,
la realidad americana es muy distinta a la nuestra. Prefiero comparar los datos españoles con los franceses e
italianos. Si vemos la realidad española comparativamente con la francesa, mi impresión es que estamos mejor. Una de las causas fundamentales de violencia juvenil
en Francia es que tiene un porescolar no se
centaje de ciudadanos que no
se sienten franceses, de una culexplica de forma exclusiva ni
tura radicalmente extraña a la
CdP Cada vez aparecen en
cultura francesa, que los francepor el origen social, ni por el
los medios más encuestas soses no han sido capaces de inciológicas y de investigación sotegrar; estoy pensando en el cocial. ¿A qué se debe el interés?
lectivo magrebí. No sólo no los
emplazamiento geográfico, ni
JE Existe la necesidad de cohan sabido integrar sino que
nocer la realidad social, y el
además los han colocado en los
por el solo hecho de ser un
mundo de los jóvenes en pararrabales, en unas construccioticular. Se ha hecho mucha innes pésimas. En España evidencentro público o privado»
vestigación sobre los jóvenes en
temente hay violencia juvenil,
general, tanto a nivel español copero no encuentro datos estamo a nivel vasco. En algunos
dísticos fiables.
momentos ésta ha servido para tomar una serie de polítiEl siguiente paso obligatorio es decir que, si no pocas activas y en otros para sacarse la foto el político de
demos hablar con certeza de los comportamientos, sí podeturno. Creo que no se rentabiliza lo suficiente. Existen
mos hablar, por contra, de las actitudes. Vivimos en una
estudios de un costo enorme cuyo análisis y aplicación
situación potencialmente violenta, con unas actitudes
ulterior es mínimo. No se realizan investigaciones seque hacen que parte importante de la juventud española
cundarias de mayor profundidad sobre aspectos concreactual legitime de alguna manera los comportamientos
tos. En determinados casos se hace un uso parcial e inteviolentos. Respecto a este punto se podrían citar bastanresado de los informes; hasta se llegan a ocultar datos.
tes trabajos.
CdP Entrando en el tema que nos ocupa y preocupa:
casi todos los días nos desayunamos con alguna noticia de
violencia en las escuelas. O un adolescente ataca físicamente a su profesor en una escuela de Secundaria, o un
grupo de chicas dan una paliza a una compañera de clase,
etc. ¿Está justificada con datos estadísticos la alarma social que existe en relación con la violencia juvenil y la violencia juvenil en la escuela?
JE Mira el periódico de hoy [Javier Elzo me muestra El
Correo Español-El Pueblo Vasco en el que aparece una noticia relacionada con la violencia escolar]. Esto confirma
la presencia de la violencia escolar en los medios de comunicación social, pero no disponemos de datos sufi10 Cuadernos de Pedagogía / N.0 269 / Mayo
CdP Cuando se habla de juventud violenta, ¿podemos
hablar de una realidad uniforme?
JE No voy a decir, como decía Bourdieu, que la juventud es sólo una palabra; pero es cierto que la juventud
no es en absoluto uniforme como categoría única de análisis. Todo lo que se diga de los jóvenes y de los adolescentes en general no deja de ser una generalización que
enmascara la realidad en tanto que pretende desvelar la
realidad juvenil obviando su pluralidad.
Hay más diferencias entre los mismos jóvenes que
comparados con sus propios padres. El pluralismo se da
más en el ámbito horizontal que en el ámbito vertical, en
comparación con generaciones anteriores.
R
ENTREVISTA
R
«La sociedad española actual
es la sociedad de la
incertidumbre. Está agarrotada
y temerosa. Y cuando esto
sucede, la culpa la tiene
siempre el de fuera»
ANA ITURRIZA.
no por ello menos importante en la actual generación juvenil, es la violencia como resultado de la dificultad de
asumir cualquier frustración y de diferir en el tiempo lo
deseado en el presente, la no aceptación del límite —sea
el que sea— ni de cualquier cosa que connote autoridad
exterior a la del grupo de iguales.
Hay que añadir que los jóvenes de hoy no son los jóvenes de hace 20 años, y que los jóvenes españoles no
son iguales que los noruegos. Para poder entender a los
jóvenes de hoy hay que estudiar los factores sociológicos,
económicos, demográficos y el sistema de valores en que
han crecido. De aquí la hipótesis de Mannheim cuando
decía que las situaciones experienciales dan lugar a contextos generacionales.
CdP ¿Cuáles son las manifestaciones de la violencia?
JE Bajo la denominación de violencia juvenil se incluyen diversas modalidades, que van desde la violencia de
signo claramente racista y xenófoba de los movimientos
neonazis cercanos a la extrema derecha, pasando por la
violencia de signo revolucionario-nacionalista que padecemos en el País Vasco con Jarrai y los comandos de la
llamada «Kale Borroka» («violencia callejera»), hasta la
violencia antisocial protagonizada por jóvenes desarraigados que, frustrados por la imposibilidad de lograr los
bienes que ofrece la sociedad del bienestar, se revuelven
contra ella.
CdP Este tipo de violencia parece responder a alguna
causa, a algún objetivo estratégico. ¿No existe también
otro tipo...?
JE Sí, en efecto. A veces asistimos a violencia en apariencia gratuita, pero que siempre responde a insatisfacción, como cuando se rompen los faros de un coche o se
queman los contenedores de basura. También se habla
de violencia lúdica que es consecuencia del aburrimiento, el hastío y la falta de alicientes en la vida cotidiana y
que lleva a algunos jóvenes a juegos realmente trágicos.
Un tipo de violencia de menor resonancia social, pero
CdP Y entrando en el ámbito escolar, ¿cuál podría ser
el diagnóstico?
JE El espacio escolar es un espacio con consistencia
propia tanto desde el punto de vista espacial como ideológico. No hay que olvidar que los alumnos pasan un número importantísimo de horas de su infancia, adolescencia y juventud en un centro escolar, sometidos a la lógica
educativa y pedagógica del centro. Cada día parece más
evidente que hay que considerar cada centro como una
unidad de análisis, más allá de otras consideraciones más
generales.
La violencia escolar en cada centro escolar no se explica de forma exclusiva, ni por el origen social de los alumnos, ni por el emplazamiento geográfico, ni por el solo
hecho de ser un centro público o privado. Centros comparables por sus características no conocen las mismas formas ni los mismos grados de violencia. Los centros tienen
la capacidad de crear su propio clima de convivencia.
CdP ¿Quién padece la violencia escolar?
JE Los alumnos pueden actuar violentamente, pero
también ser objeto de violencia, y me refiero tanto a la
violencia de orden físico como psíquico. Los profesores
y los mismos padres pueden ser agentes activos, y ello por
circunstancias tan diversas como la desestructuración familiar o el deseo de éxito escolar de los hijos a toda costa.
La violencia en la escuela tiene un amplio abanico de
manifestaciones: desde las faltas de cortesía en las relaciones interpersonales, pasando por las disrupciones en el
aula creadas por la desmotivación y la apatía hacia el proceso de aprendizaje, hasta las agresiones físicas e incluso
los asesinatos. En el contexto español, la mayoría de las
acciones violentas son de menor gravedad, pero su repetición en un clima de permisividad y de descrédito de la
autoridad provoca incertidumbre y desasosiego en los
profesores e incomprensión en los padres.
CdP ¿En qué medida la escuela es permeable a la violencia externa? ¿O en su seno se alimentan actitudes que
se reflejan en el exterior como actos violentos?
Mayo / N.0 269 / Cuadernos de Pedagogía 11
«La figura del padre
ha dimitido: es un
personaje que no está
bien colocado, no sabe
qué hacer porque no
tiene modelo»
ANA ITURRIZA.
po. Hablábamos de los medios de comunicación social y todo el mundo pensaba
en la televisión, pero dejamos de lado
una serie de revistas, como Pronto, Vale,
etc., que son las que realmente leen con
fruición nuestros adolescentes. En el ámbito del crecimiento sexual estos conocimientos son más importantes que la información aportada por los padres —que
es mayor que antes— y que lo que puedan aprender en la escuela. Uno de los principales factores de socialización en los jóvenes son las opiniones; por
ejemplo, del Super Pop. A estos aspectos no se les ha dado la importancia que tienen.
La familia padece un problema muy serio en este momento. Es una estructura muy querida por los jóvenes,
pues ellos se proyectan en un futuro familiar. Incluso las
relaciones con los padres son relativamente buenas. Se da
una especie de coexistencia pacífica, pero tiene muy poca fuerza de hecho a la hora de transmitir sistemas de valores y ella misma está confusa, porque vivimos un momento de confusión de valores y los jóvenes no saben
muy bien a qué atenerse. El padre, cuya figura es extremadamente importante, es el que realmente ha dimitido.
El padre es un personaje que no está bien colocado, no
sabe qué hacer, esencialmente porque no tiene modelo.
Los modelos previos de paternidad que él mismo vivió
en su infancia no sirven en la actualidad. Hay que buscar
un nuevo modelo.
JE Es mayor la influencia de fuera hacia dentro que al
revés. Tengo la impresión de que, en este momento, salvo en casos puntuales, no hay incitación expresa a la comisión de hechos violentos desde la escuela. Contrariamente, lo que sí ha crecido son las actuaciones puntuales
o sistemáticas en forma de programas para generar actitudes positivas dentro de la escuela. Una de las clases de
violencia que me preocupa es la del insulto al otro porque
no es como yo, porque, aunque no sea una incitación explícita a la violencia, está creando actitudes xenófobas. En
ese sentido hay un riesgo real. Manuel Martín Serrano,
director del último informe sobre la juventud, dice que
hay un aumento de actitudes xenófobas y racistas dentro
de la juventud española. Una de las causas que, según el
informe, explica esta conducta es que se ha pasado de un
padre autoritario a un padre impotente. Antes, de padres
autoritarios resultaban hijos autoritarios; en la actualidad,
de padres impotentes están saliendo hijos autoritarios.
Con todo, la explicación es más compleja y habría que
incluir aspectos de tipo social que afectan a toda la sociedad española. Ésta, en estos momentos, teme perder lo
que tiene; no ve claro dónde quiere ir. Es la sociedad de
la incertidumbre. Está agarrotada y temerosa. Cuando
una sociedad está temerosa, la culpa la tiene siempre el de
fuera, y se da un proceso de recentramiento, del que tenemos ejemplos en Europa. Hay un porcentaje de jóvenes españoles, entre el 10% y el 15% que piensan esto.
Aparecen datos muy preocupantes en este sentido tanto
en el informe de Calvo Buezas, como en mi propio estudio Drogas y Escuela V.
CdP ¿No será que existe un nuevo equilibrio entre los
agentes socializadores clásicos: la escuela, la familia, el
grupo de amigos...? ¿O que alguno de ellos, como dice
algún sociólogo, ha dimitido de sus obligaciones?
JE Los fenómenos sociales están en perpetuo cambio.
Cada afirmación se hace vieja en relativamente corto tiem12 Cuadernos de Pedagogía / N.0 269 / Mayo
CdP Existe una sensación por parte de los que están
dentro de la escuela, docentes principalmente, de que la
sociedad realiza demandas excesivas a la escuela. ¿En qué
medida las expectativas sociales en relación con la escuela
son exageradas?
JE Hace unos años decíamos que el objetivo era lograr
la escolarización de las personas al 100%. Ya lo hemos
conseguido. En la enseñanza obligatoria, el 100% de los
españoles está escolarizado; en la universidad se escolarizan actualmente más del 40% de los alumnos en edad
universitaria. Nos encontramos, probablemente, con la
generación que más años ha estado en el ámbito escolar.
Hay otro factor que ha influido mucho en esta situación,
y es que vivimos bajo el esquema de que hay unas etapas
para la formación y para el trabajo. Como, por otra parte, en España el paro juvenil es prácticamente tres veces
superior a la media europea, eso hace que aquí nos en-
R
ENTREVISTA
contremos con la población que más tiempo está en la
escuela, y que la escuela se haya convertido, literalmente, en un colchón del paro. Todo el que ha querido estudiar ha estudiado.
CdP ¿Qué estrategias preventivas cree que puede utilizar la escuela?
JE La primera medida es hacer un diagnóstico lo más
certero posible del alcance, motivaciones, justificaciones,
etc. de la violencia cuyas manifestaciones se quieren prevenir. Las medidas preventivas e incluso paliativas serán
distintas si nos enfrentamos a la violencia de signo racista o xenófobo, a la violencia de carácter revolucionarionacionalista, o a la violencia de tipo antisocial, de las que
hablábamos anteriormente.
De todas formas, el 90% de las manifestaciones de violencia juvenil responden a tres grandes factores, que apuntan a tres grandes causas. Una de las causas es la marginación social, y la escuela no puede darle respuesta adecuada.
La escuela lo que puede hacer, fundamentalmente, es educar en la responsabilidad, en una serie de valores, y ahí sí se
están consiguiendo cosas. En el País Vasco, hoy en día,
que los jóvenes salgan a la calle pidiendo tolerancia y paz
indica que la escuela está cultivando determinados valores de tolerancia, de pluralismo, de respeto al otro, etc.
R
CdP Hablaba de tres factores fundamentales de violencia escolar. ¿Cuáles son los otros dos?
JE El segundo capítulo son las manifestaciones de violencia como consecuencia de algún tipo de fundamentalismo, de la pretensión de que hay una sola idea o proyecto
único válido a la hora de interpretar u organizar la sociedad. La falta de conciencia de los jóvenes de este patrón de
conducta los hace doblemente peligrosos. La consecuencia de este modo de pensar es el rechazo del otro, del diferente, como portador de ideas que chocan con las propias.
Y el tercer capítulo son las reacciones no controladas,
fruto de las frustraciones y de un sistema de valores en el
que la satisfacción inmediata no puede ser diferida y mucho menos cuestionada.
CdP ¿Cómo se ataja la intolerancia y se incrementa la
capacidad para afrontar las frustraciones?
JE La educación, en sentido amplio, tiene mucho que
ver con ambos aspectos. La lucha contra los fundamentalismos —es decir, la pretensión de que uno es portador
de la única verdad— exige educar en la tolerancia activa,
en la instauración del pluralismo como modo de regular
la vida escolar y ciudadana.
Respecto al sistema de valores a inculcar pienso de
forma particular en la necesidad de introducir la responsabilidad en la vida diaria, familiar, escolar y social de los
CdP ¿Qué política educativa le parece acertada para
adolescentes y de los jóvenes. El concepto de responsaafrontar las desigualdades provocadas por la marginación
bilidad se corresponde con el de deber. Las encuestas de
social cuyas consecuencias recaen
opinión indican que nos enen la escuela, o mejor dicho, en
contramos ante una población,
algunas escuelas?
especialmente la más joven,
«Lo que se ha conquistado
JE Todo el mundo cree que
que apuesta más por exigir a
la educación es el principal faclos demás la solución de sus
en el Estado del bienestar
tor para la desaparición de la
problemas que por la iniciativa
marginación, pero no basta simpersonal para afrontarlos con
plemente con decirlo, sino que
el esfuerzo que ello conlleva.
hay que mantenerlo, pero
hay que poner muchos medios.
La tesis que yo sostengo es que
Hay algunos que tienen que
gran parte de los actuales adohabrá que priorizar,
afectar directamente a la marlescentes, los que provienen
ginación; eso quiere decir que
de la ingente clase media que
porque para todo no da»
hay que actuar en la anulación
conforma la mayoría de la sode las bolsas de pobreza. Este
ciedad actual, han crecido en
paso es anterior a la actuación
una infancia dulce, sobreprode la escuela. Considero que lo que se ha conquistado en
tegida, con más recursos materiales de los que pueda hael llamado Estado del bienestar hay que mantenerlo, peber tenido cualquier otra generación en la historia de esro habrá que priorizar, porque para todo no da. En ese
te pueblo, pero que nadie o casi nadie les ha hablado de
sentido hay que plantearse una serie de opciones estrala importancia del sacrificio para la obtención de fines,
tégicas. Por ejemplo: ¿Qué es más importante, que una
de la abnegación, del esfuerzo; en una palabra, de la aupersona pueda tener una atención exquisita cuando lletorresponsabilidad.
ga a los 60 años, o que se pueda pagar un suplemento a los
profesores más capacitados, a los más competentes, a
CdP Preocupa a los docentes una cierta hipocresía solos que realmente conocen el problema, para que trabacial, cuando se dice a la escuela que tiene que ser integrajen en los centros más necesitados? Hoy la sociedad esdora de personas, saberes y destrezas y la sociedad no
pañola pone mucho más dinero en el primer caso que en
respalda esa actitud integradora. O cuando a la escuela
el segundo. Éste es un tema de fondo en el que debemos
se le dice que tiene que trabajar actitudes de colaboración,
pensar. El hecho de que, en este momento, no haya
etc., y fuera del ámbito escolar lo que se intenta es meprácticamente límite para los gastos sanitarios y de atendrar individualmente. ¿En qué medida se pide a la esción a las personas mayores y, sin embargo, no se prioricuela que genere valores y actitudes que entran en conce el dar respuesta a las situaciones de marginación social,
tradicción con los que se viven mayoritariamente fuera del
supone que los niños y niñas de estos ambientes no tenámbito escolar?
gan los recursos necesarios para disminuir las distancias
JE Esa hipocresía se ha introducido dentro de la esque los separan de la norma. Hay medios, pero ésa es una
cuela. Se ha introducido a través del sistema del rendiopción política.
miento escolar. Quiero decir que vivimos en una socieMayo / N.0 269 / Cuadernos de Pedagogía 13
ANA ITURRIZA.
siera vivir dentro de 20 años? La sociedad dice que la solidaridad es muy buena, que la integración es muy buena, enunciando de esta manera principios genéricos para
darse buena conciencia, pero no los aplica ni a ella como
sociedad ni a la hora de enjuiciar la enseñanza.
«La sociedad dice que
la solidaridad y la integración
son muy buenas: enuncia
principios genéricos
para darse buena conciencia,
pero no los aplica»
dad que nos gustaría que no fuera competitiva pero que,
de hecho, hacemos todo lo posible para que lo sea. Decimos que si no es competitiva no somos los primeros.
Las sociedades occidentales vivimos en una carrera acelerada de competitividad, de excelencia, por ser los que ganemos los mercados, los que nos llevemos el gato al agua,
que está haciendo de nosotros unos auténticos monstruos. No es posible que todos seamos los primeros. Yo
rechazo la afirmación de que una sociedad, para que sea
mejor, deba ser la primera. Porque si ponemos eso como
objetivo fundamental, ¿qué hacemos con los demás?, ¿les
organizamos sistemas de protección social? La perversión
está en la base del planteamiento. ¿Por qué no hacemos
uno distinto? Este espíritu competitivo se está introduciendo cada vez más; hasta estamos llegando a universidades de primera y de segunda. El modelo neoliberal está
ya dentro de la universidad. Estamos en el momento de
las grandes preguntas a nivel social. Usted, ¿cómo qui14 Cuadernos de Pedagogía / N.0 269 / Mayo
CdP ¿Qué puede hacer la escuela para generar actitudes positivas?
JE Ése es un tema técnico. No me siento competente
para opinar porque es un asunto estrictamente pedagógico. Lo que sí afirmo es que es absolutamente central. Tolerancia no debe ser sinónimo de debilidad profesional.
Nosotros, en muchos momentos, recibimos un doble
mensaje, según el cual se dice: «Usted tiene que trabajar
fuerte, empollar mucho, no mirar demasiado ni a la derecha ni a la izquierda, para ser el primero. Entonces se lo
van a rifar y conseguirá un puesto de trabajo». Por otra
parte, aparece otro mensaje: no estamos solos en el mundo, hay que ser solidarios, somos un país rico, tenemos
que ser tolerantes, plurales. Entonces, muchos chavales
se preguntan: ¿podemos conjugar las dos cosas?, ¿se puede ser solidario, tolerante, no buscar el éxito a corto plazo y, al mismo tiempo, ser el más competitivo? Ahí es
donde se puede producir una fractura en la cabeza del
chaval, que no puede tematizar la disyuntiva como yo,
porque no tiene ni mis años ni mi experiencia.
CdP ¿Quiere añadir algo más?
JE Quisiera decir, con toda sinceridad, que valoro enormemente la labor del profesor, sobre todo en esas edades
complicadas, desde la preadolescencia hasta prácticamente los 20. El trabajo del profesor, que conozco bien
porque he pasado por todas las etapas —Primaria, Secundaria y universidad—, es más cómodo a medida que
se avanza en los niveles y, desde ese punto de vista, respeto profundamente la generosidad del profesorado en
su ejercicio profesional, especialmente cuando trabaja en
situaciones conflictivas. Creo que ahí hay algo que recuperar, pero dentro del colectivo de los profesores. Habría
que tratarlos no igualitariamente sino en función de sus
méritos y de su trabajo. No es lo mismo ser profesor en
un centro de clase media que en un centro donde existen
problemas de marginación y pobreza. Debería recompensarse más el trabajo en estos centros, también económicamente. Deberían organizarse traslados temporales
que permitieran que gente preparada y competente actuara en este tipo de centros con una mayor flexibilidad.
La situación actual es inmejorable porque contamos con
la ratio profesor-alumno más ventajosa de todos los tiempos. Nunca el sistema de enseñanza ha tenido numéricamente a su favor la oportunidad que tiene ahora y nunca
la va a volver a tener. w
Algunas obras de Javier Elzo
Javier Elzo es director de los siguientes trabajos y autor de algunos de sus
capítulos:
Los jóvenes vascos y su relación con las drogas,Vitoria: G. Vasco, 1989.
Jóvenes vascos 1990: Informe sociológico sobre comportamientos, actitudes y valores de la juventud vasca actual y de su evolución en los últimos cuatro años, Vitoria: G.Vasco, 1990.
Jóvenes españoles 1994, Madrid: Ed. S.M., 1994.
Drogas y Escuela V, Vitoria: G. Vasco, 1996.
* Alejandro Campo es profesor de Educación Secundaria.

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