Libro Jose Jimenez Hidalgo

Transcripción

Libro Jose Jimenez Hidalgo
El corazón no
descansa,
arde sin tregua
José de Jesús Jiménez Hidalgo
(1983-2013)
El corazón no descansa,
arde sin tregua
José de Jesús Jiménez Hidalgo
(1983-2013)
2
Prólogo
Nuestro maestro José de Jesús Jiménez Hidalgo llegó a la
UNAM-Canadá en febrero de 2012 al inicio de su carrera
como profesor de español. Después de una estancia muy
fructífera de un año, regresó a México donde falleció
trágicamente, arrastrado por las olas del Golfo de México.
Sus colegas, alumnos y amigos le rindieron homenaje en
un velatorio en la UNAM-Canadá el día en que hubiera
celebrado su cumpleaños número treinta, el 9 de abril de
2013.
Muchos conocieron el excelente profesor y la calidad de
persona que era José, pero pocos descubrieron su talento
como escritor. Este librito reúne algunos de sus escritos
encontrados en documentos que compartió con sus
alumnos, en su tesis, y hasta fragmentos de correos suyos
que algunos de sus amigos aceptaron compartir con
nosotros. Así, un año después del velatorio del año
pasado, presentamos este librito con el motivo de que no
se pierdan los recuerdos que nos dejó José. Esperamos
que permanezcan, que se difundan entre los que lo
frecuentaron y los que quieren conocerlo más, y que se
prolongue un poco más su presencia entre nosotros.
Robert McDonald
3
Índice
Prólogo
3
Índice
5
Introducción
7
Testimonio del Director de la UNAM-Canadá
11
José de Jesús Jiménez Hidalgo por sus textos
17
I Soy mexicano
19
II Otros textos de José
21
Testimonio de Gerardo Familiar
47
Epílogo
51
5
Introducción
José Jiménez era poeta. No por casualidad. Se sabía
poeta, quería serlo. Lo vivía. A él, le gustaba escribir. Y,
como saben los que lo conocieron, también le gustaba
hablar. Su lenguaje era rico, poético, misterioso, a veces
hermético. Enviaba numerosos correos electrónicos a sus
amigos para pedir o dar noticias, mantener el contacto, o
solo para escribir.
De su correspondencia entre amigos y amigas,
disfrutamos del privilegio de tener párrafos, oraciones, o
expresiones en donde se destacan su filosofía, sus gustos,
sus deseos, y sobre todo su poesía y su estilo.
Con respecto a los textos de José, empezamos con un
fragmento de su tesis que, para nosotros, encarna su
espíritu. Presentamos otros agrupados en temas queridos
por José. Los temas se clasificaron de manera arbitraria y
sabemos que cada uno de los fragmentos hubiera podido
quedar en otro tema. Pero, creemos que sus escritos son
más importantes que los temas. Aquí están:
Soy mexicano: Introducción de su tesis.
Otros textos de José
Crecer, amar y compartir: A José le hacía falta compartir.
Amistad y amor, seguro; pero también consejos, historias,
temores, dicha. Era preciso que comunicara sus
emociones, sus planes de vida para mejorarse, para llegar
a ser el hombre que quería ser.
7
La UNAM-Canadá: También hay muchos pasajes que
tratan de la UNAM-Canadá, de sus empleados y de sus
alumnos. José pasó el último año de su vida como
profesor-becario de la UNAM-Canadá. Conoció a mucha
gente, tanto mexicanos como canadienses, enseñó, y
cambió.
El oficio de profesor: Aunque la verdadera pasión de José
era la poesía, cultivaba un entusiasmo profundo para
enseñar. La relación con sus alumnos era cálida, sus
cursos animados y ardientes.
El poeta: Estos son textos poéticos por si mismo u
oraciones donde José expresaba su propio ser.
La comida: Al igual que los viajes, la comida era una gran
pasión de José. Le gustaba cocinar, le gustaba comer.
Sobre todo, la comida mexicana. La de su mamá.
Cocinaba mucho y muy bien, sus amigos lo recuerdan por
su “sazón”. La comida también era una ocasión para
compartir, para conocer, para amar, para viajar.
El viaje: En la correspondencia de José hay cuantiosos
pasajes que tratan de viajes. Para él era un modo de vida,
un objetivo, un fin. Le permitía abrirse al mundo, compartir
con otros, aprender de otras culturas y lenguas, vivir la
aventura, ser. Se asombraba de todo, lo lindo como lo feo,
lo pobre como lo rico, lo extranjero como lo mexicano.
El mar: ¿Tema premonitorio o sencillamente elemento de
la vida cotidiana mexicana? No es un tema tan rico como
otros en los escritos que tenemos de José Jiménez, mas
seguramente, el agua era un elemento fascinante para él,
quizás una obsesión.
La vida y la muerte: Como todo buen mexicano, José
Jiménez tenía una relación cercana y extraña con la vida y
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la muerte. Estos temas son omnipresentes en muchos de
sus escritos.
En los correos electrónicos que tenemos, encontramos
mucha belleza. Escribía mensajes como si hubieran sido
verdaderos poemas como aquellos de los escritores del
siglo XIX, pero al inicio de un siglo cuando poesía y
correspondencia no coincidían más. Una escritura ya
pasada de moda. Da igual, una escritura linda, tierna,
cariñosa, ardiente. Pensamos que son sólo una mirada de
lo que habría escrito si no nos hubiera dejado tan
prematuramente…
Dos textos enriquecen esta selección de escritos de José.
Empezamos con el testimonio del Director de la UNAMCanadá y concluimos con él de su colega Gerardo
Familiar.
Guy Lacoursière
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Testimonio del Director de la UNAM-Canadá
El 9 de abril de 2013 hubiera sido el día de cumpleaños
de José de Jesús Jiménez Hidalgo. Ese mismo día se
celebró, en la Sala Felipe Gutiérrez de la UNAMCanadá, el velatorio de nuestro querido profesor y
amigo José, fallecido en México el 4 de marzo de 2013.
Entre las paredes de esa sala, adornadas con unos
textos, dibujos, citas, y fotos de José, se pronunciaron
testimonios de parte de sus colegas, alumnos y amigos.
Todo bajo la dirección de su colega, Luz Patricia López,
y de uno de sus alumnos, Guy Lacoursière. Sigue un
relato sobre la primera intervención de esa celebración,
la del Director de la UNAM-Canadá en ese entonces, el
Dr. Federico Fernández.
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“Estoy muy emocionado con lo que estoy viendo en el
ambiente y con lo de las paredes, las imágenes, y las
palabras de introducción de nuestros compañeros; todo es
de mucha alegría. Podría ser paradójico, hasta
cuestionable, que hubiera tanta alegría si no fuera porque
era José así de alegre.”
El director evocó la idea del duelo personal que todos iban
a vivir, al menos en parte, juntos. También, a pesar de
todo, aludió a la atmósfera positiva, la alegría y la
solemnidad del momento.
Agradeció no sólo a los organizadores del evento sino
también a los numerosos participantes, cuya presencia era
“muestra evidente del gran cariño para nuestro
compañero”.
Continuó el Dr. Fernández: “En cualquier caso que fuera,
cuando uno pierde a un amigo, a una persona cercana,
siempre hay una parte de uno que se va desprendiendo, y
uno necesita hacer un duelo. Parte de ese duelo en el caso
nuestro, por ser José una persona tan colectiva, es
colectivo también.”
El Director loó el hecho de que la ceremonia tuviera lugar
el día en que José hubiera cumplido sus 30 años. “Era muy
importante estar aquí en este edificio con sus imágenes,
con sus palabras, con sus testimonios, con su sentir y con
mucho más de lo que le conocíamos. Vemos cual gran
persona era y que no había lo que nosotros conocimos de
ningún engaño, que todo eso era José.”
El Dr. Fernández recordó la llegada de José a Gatineau:
“Él llego a dar de muchísima frescura y voy a decir que, en
términos de profesionales como maestro, era un tipo muy
franco. Nuestros alumnos también se caracterizan por eso
en general, de manera que siempre fue muy constructivo
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su diálogo. A mí me llena de gusto estar en una escuela en
donde un maestro como José y unos alumnos como
ustedes tienen esa manera de entretejerse y de construir
nuevos caminos hacia el futuro siempre.”
El Director calificó a José como “estudiante increíble” por
haber aprendido el inglés y el francés con una velocidad
extraordinaria. “Su motivación era salir a platicar en las
calles, y tejer relaciones con otros. Su aprendizaje era
inmediatamente pasar al acto. Eso lo hacia un estudiante
singular.”
Habló de José como “compañero de trabajo y de
estudiante realmente único.” Platicó también de su lado
aventurero: “Todos sus viajes eran planes de aventura. Era
un tipo que quería preguntar, porque quería saber, y que
se construían sus planes no en el aire, no en el éter, sino
con experiencias propias y con la sabiduría de sus
compañeros y amigos. Eso es invaluable.”
El Dr. Fernández terminó evocando el corto pasaje tan
fructífero por la comunidad de la UNAM-Canadá de un
colega, un amigo, una persona excepcional.
Robert McDonald
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José de Jesús Jiménez Hidalgo por sus textos
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I Soy mexicano
Fragmento de De chile, dulce y manteca por José de
Jesús Jiménez Hidalgo. Introducción de su tesis que le
mereció la especialización en enseñanza de español
como lengua extranjera a distancia, otorgado por el
Centro de enseñanza de lenguas extranjeras y el Centro
de enseñanza para extranjeros de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM). José realizo su
examen de titulación en diciembre 2012 en las
instalaciones de la UNAM-Canadá.
Fuente: http://132.248.9.195/ptd2013/enero/099170651/Index.html
Soy mexicano. Algunos afirmarán que se ve en mi cara,
mis ademanes o gestos; dirán que se me nota cuando
hablo, bailo o bebo. Sí, tal vez, sin saberlo, secreto mi
mexicanidad en cada gesto cotidiano. Seguramente es un
largo aprendizaje, una memoria secretamente apuntalada
que súbitamente se muestra ante los otros, algo que se
nota en la destreza con la que preparo mis tacos, el
sadismo estoico con que como picante o en las doctas
disertaciones que puedo hacer respecto al vasto universo
garnachero. Bien sé que no es sólo una cosa que diga mi
pasaporte; mi acento lo dice con tanta claridad como lo
dice mis “wey” y mis “no maches”, por no citar el florido
jardín des frases que provienen de la semilla de “la
chingada”. Me vienen a la mente otros ejemplos: las
canciones de José Alfredo que puedo cantar a puro
pulmón, o los dichos que mi abuela aún esgrime ante la
retadora maravilla de estar vivo. Soy mexicano por ese
amasijo de creencias, hábitos, miedos, contradicciones y
certidumbres que he apuntalado pacientemente en mi
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memoria, que es simultáneamente nostalgia y desafío. Soy
mexicano por lo que me indigna y duele, aunque más por
el deseo testarudo y luminoso de que un día nos
reconoceremos más allá de ese compendio de culpas y
horrores que puebla ahora nuestra cotidianidad.
Digo todo lo anterior sin que se avive en mí ningún fulgor
nacionalista. Digo esto como quien repentinamente se
propusiera un inventario de la arena que sus pies han
pisado, se riera de buena gana de su empeño y aventurara
la descripción de aquellos destellos del camino han
provocado su asombro. Digo esto con fe. Digo todo esto a
manera de “antecedentes” para que el lector sepa que he
escrito esta páginas con la intención de conocer un poco
mejor quien soy, de donde vengo. Como certeramente lo
señaló Octavio Paz, toda pregunta acerca de la identidad
es un largo periplo a través del laberinto de la soledad. Sí,
pero a través de esos derroteros solitarios todos andamos,
y eso no es sólo nuestra tragedia esencial, sino acaso
nuestra más hermanadora condición. He escrito estas
palabras por la convicción de que vivir es hermanarse,
reconocerse en los otros y alcanzar una consciencia más
amplia de si mismo. He escrito estas palabras — o así
espero — terráqueo y candoroso, objetivo en lo posible,
pero guiado siempre por la certeza de que el hombre es
uno en sus infinitos rostros, y que vivir es una oportunidad
preciosa para descubrir y nacer a los otros en nosotros. Sí,
sólo son diez programas de clases, pero acaso la vida, en
su sentido más definitivo, sólo sea esa suma de sencillos
gestos cotidianos, secretas luchas por descubrir nuestra
causa… Ojalá alguien encuentre utilidad en este trabajo y,
al ejecutarlo con alguien grupo, ayude a enriquecerlo y
otorgarle otros sentidos.
José de Jesús Jiménez Hidalgo
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II Otros textos de José
Crecer, amar y compartir
Be confident in the power of life that has been given to you
and use it wisely to help yourself and others.
Give joy, be joyful.
⌘ ⌘ ⌘
El amor no es algo en sí, sino un desafío y un refugio, un
milagro que conjuntamente ejecutamos.
⌘ ⌘ ⌘
Quiero ser mejor; es decir, quiero que la llama de la dicha
arda apacible y constante dentro de mí. Estoy dispuesto a
luchar, a aceptar, a renunciar. Quiero crecer; estoy
dispuesto a hacer el vertiginoso viaje a la semilla. Sí,
siempre he tendido hacia la melancolía, pues como crecí
creyendo aquello de que ese es el temperamento de los
poetas, supongo me ha gustado llevar puesto ese traje. Lo
acepto, ha sido mío, me reconozco en él y sé que lo
seguiré utilizando cuando se precise. Pero ahora voy a
ganarme mi túnica celeste, mis alpargatas ligeras para los
caminos empedrados, mi sombrero constelado para los
cielos grises, mi cántaro de agua fresca para beber y
compartir. […]
… últimamente voy por la calle con la certeza de que ahí
donde siempre he sabido que llevo una bomba de tiempo,
21
he descubierto que hay también un tesoro. Quiero salvarlo
al compartirlo, quiero también que el conteo regresivo sea
como un metrónomo que aliente mis pasos. Soy una
melodía más, el redoble de una cucharita de azúcar
lloviznando sobre una taza de té, un verso repetido en
silencio bajo la cúpula ardiente del otoño. Participo
plenamente de la creación. “No soy nada, nunca seré
nada, no puedo querer ser más que nada. Sin embargo,
tengo dentro de mí todos los sueños del mundo”. […]
Querido niño Dios, ilumina nuestro camino, ayúdanos a
sanar, a preparar la tierra y plantar las semillas que nos
permitan ser quienes realmente somos, seres de luz, seres
de amor.
⌘ ⌘ ⌘
Así pues, te escribo porque tú das amor y eso es lo que yo
quiero aprender a compartir.
22
23
La UNAM-Canadá
19 de febrero de 2012, el primer día en Ottawa de José.
Te escribo desde el Hampton Inn and Suites, en un cuarto
que huele a tabaco y que, sin embargo, es hasta medio
elegante. Preferiría una camita humilde que oliera a hierba.
Perdimos la conexión a Ottawa, así que ahora
contemplamos una ciudad desierta y llena de luces a lo
lejos.
La mayoría de las personas en la Aduana y Migración nos
pusieron carita […]; al final todo salió bien, y hasta los hice
reír varias veces. Yo estuve tranquilo y sigo tranquilo.
Hubo turbulencias y pollito con papas.
Ya saludé al frío y nos acordamos de porque somos tan
buenos amigos.
Ahora al parecer tendremos que aventurarnos en una
caminata de 20 minutas para comer una hamburguesa o
alguna otra delicia canadiense de esa categoría. El sabor
es la aventura. […]
Acuérdate de sonreír siempre, acuérdate de que venimos
a servir, a recordar que, en el fondo, todos somos todo.
⌘ ⌘ ⌘
Te escribo desde "mi cubículo"; las comillas es porque de
verdad sé que nada es mío, que es apenas un modo de
decir, una manera de tocar las cosas con la voz y el deseo.
Era de una profesora que ya no está y ahora es mío, luego
será de alguién más. No está Ramiro, pero hay un
puerquito de alcancía hecho con papel, que llamaré
Rosario. Chayo me ve escribirte y sonríe. […]
24
En el avión hubo un montón de turbulencias, así que
descubrí que en las nubes seguro hay baches; pero
también ya hablé con mis camaradas seráficos para
decirles que, cuando sea el momento, arreglen eso y así te
den la calma de surcar la cielopista sin sobresaltos ni
ansiedades […]
La gente de migración fue tan seria que por momentos
parecían hostiles, pero tal vez eso es lo que otros puedan
llamar profesional.
⌘ ⌘ ⌘
Pero la escuela es muy bonita y la gente es muy
agradable. Cuando llegué con la mochilota, el suéter, gorro
y bufanda de colores dijeron "Welcome to Canada
Monsieur Hippie". Y yo dije que sí, que vivo "On the Road",
que soy un "Vagabundo del Darma" (dos novelas del gran
Jack Kerouac que yo sabía que era Canadiense, pero no
tenía idea de dónde) y pues resulta que el autor de esas
novelas era de aquí y que en algún momento había vivido
en esta calle, que dicen todavía alberga algunas de las
"degeneraciones" de Gatineau. Me sonreí, supe que éste
era el lugar correcto, y supe que esos veintitantos kilos en
mi espalda eran sólo un granito de fe. El camino va
adentro y es sutil, vertiginoso, eterno.
En la sala donde podemos tomar nuestro refrigerio hay
muchas plantas, muchas, y el señor que las cuida es
Leobardo, un acapulqueño muy agradable que me dio un
café y me hizo reír un montón de veces. […]
Hay hartos mexicanos, desde el director hasta el de la
biblioteca. Es un buen lugar; tiene rigor, pero no pierde el
sabor. […]
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Hace frío, pero nada como lo que yo esperaba; espero que
haya nieve, porque frío si nieve es como comida sin
especias.
⌘ ⌘ ⌘
Hoy ya pude responder mis primeras llamadas, inscribir a
los inscribientes y bienvenir a los bienvinientes; y el resto
del tiempo, entre los que vienen y van, entre el haz esto y
o el haz aquello, entre los tantos tantos en que se nos va
el día y la vida, he ido dejando reposar la idea aquella del
curso que quiero dar esta primavera; poco a poco es un
poco más claro, y sólo eso; vamos desgranando el fruto
por conocer la transparencia a la semilla, vamos
acariciando el aire para sentir el éter: va a ser sobre Mario
Vargas Llosa y, aunque aún no he definido con precisión
un tema, sé que al menos una de las clases (de seis),
acaso la primera (o la última) estará dedicada a hablar
acerca de su principal obsesión: la imaginación. No
podemos sino contar historias y acaso sea cierto, o lo es
para mí, lo que dice tu tocayo el Nobel, aquello de que la
única división real en el mundo está dada entre los que
bien cuentan historias y los que no. Don Mario las cuenta
bien, muy bien, como pocos. Así que va por él y por
aprenderle que he decidido quemar sólo un cartucho,
aprender a matar de un sólo golpe. […]
Igual lo estoy preparando con entusiasmo, con ganas de
poner el océano en una pecera y todas las fieras africanas
en un establo. Pienso, siento, echo embustes y proyecto
los castillos en el aire.
⌘ ⌘ ⌘
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Mensaje de despedida a unos colegas de la UNAM-Canadá.
Hoy me desperté con un poco de dolor de garganta. Al
principio pensé que era consecuencia de enfrentarme sin
suéter al "frío" citadino; luego se me ocurrió que sería
causa de algún bicho polizonte del smog. Pero no,
seguramente me duele mi garganta porque tengo algo que
decir que no he dicho. Así que me puse a pensar y me di
cuenta de algo importante. Les quería decir hola, gracias,
los quiero. […]
Todos los días hay malas noticias y estamos tan
habituados a cultivarlas y creer en su evidencia, que nos
olvidamos que para poder crear algo distinto, primero
debemos creer que algo distinto es posible. Así que en lo
posible, yo voy a contar las historias que tal vez no figuren
en las noticias, pero que a mí me parecen tan necesarias
como cualquier titular. La vida va y va colmada de sí. He
visto sonreír niños, viejos y a todos los que van de un lado
a otro del espectro; una señora me compartió de su tamal
de chipilín en la feria del tamal; mi amigo el panda tiene
novia; las canas de mi mamá son cada vez más bonitas;
mi amigo Carlos va a ser papá; el sol nos alumbra,
majestuoso.
Sólo quería enviarles un abrazo, darles las gracias por la
vida compartida. Ya nos veremos en otro ahora. […]
Un gran abrazo,
José
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El oficio de profesor
El oficio de profesor es bello, es como ser un artesano,
pero de almas. Y es hermoso porque el profesor es
también barro... hay que escuchar al barro, hay que
escucharlo, escuchar el tiempo, las pausas, los silencios,
el bostezo, las risas, hay que escuchar el ritmo de los días,
hay que apasionarse del oficio y en el momento justo,
olvidarlo todo, mecerse, aventurarse al error, al azar, a la
voluntad de ser uno con lo que se hace.
⌘ ⌘ ⌘
Hoy tuve una clase con sólo tres alumnos, sólo hombres.
Platicamos del amor, de los miedos. […] Les di las gracias
y ellos me dieron las gracias. Soy tan afortunado de poder
hacer lo que más me gusta: vivir.
Si nos concentramos en dar cada paso con pasión, amor y
desapego, cómo será el próximo paso no importará. […]
Gracias por ser libre y ser feliz.
Sí, es un bello oficio éste de ser maestro; es bello saberse
y aceptarse como uno de ellos, reconocer que nuestra
minúscula porción es capaz de ese milagro cotidiano de
compartir, de aprender. Yo disfruto mucho mis clases,
hasta la de gramática, jajaja. […]
Cada uno de mis alumnos es único, cada uno es de algún
modo el epicentro del universo, como todos los otros, en
todos lados.
Mi vida no tiene nada de extraordinario. Pero la manera en
que pienso en ella la transforma. […]
Celebra la vida e invita a quien quieras a compartir esa
alegría contigo. Si compartes el fuego, sólo podrá crecer.
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El poeta
Hice la tarea: nací el 9 de abril de 1983, una noche de
sábado a las 21:21.
⌘ ⌘ ⌘
La melancolía es mi vocación ineludible.
⌘ ⌘ ⌘
Todo ocurre a toda hora. La realidad danza.
Dios parpadea.
⌘ ⌘ ⌘
…un día al mirarme al espejo veré a un escritor.
⌘ ⌘ ⌘
No, no un florero. No quiero ser florero, me rehúso a ese
exhibicionismo grandilocuente, a esa poquedad
escandalosa. Quiero ser un escritor no para acaparar
miradas, sino para aprender a cocinar el pan de vida. Me
importa un carajo si puedo ser un florero de cristal cortado,
de plata o de cualquier lujosa vaina, si voy a ser centro de
mesa de grandes festines o el suntuoso invitado en
corredores desbordantes de lujo; yo quiero andar por entre
los cauces profundos de la tierra, quiero ser un espía del
aire y que un libro de pinturas sea mi corazón. Por eso
quisiera aprender a hablar de nuevo, con otra voz, la mía,
la verdadera.
Por eso quiero aprender a contar historias, tal vez de los
floreros, tal vez de las raíces, tal vez de alguien que
escribe cartas sólo para hacer sonreír […]
⌘ ⌘ ⌘
31
…todo buen comienzo necesita cierta inocencia y
credulidad.
⌘ ⌘ ⌘
Dichosos los ojos que te vean amándolos.
⌘ ⌘ ⌘
Acaso es más simple. “Somos cuentos de cuentos
contando cuentos”. Tal vez sólo tejemos y destejemos
nuestras historias para poder seguir.
⌘ ⌘ ⌘
algo en mi átomos, remoto y más adentro
el más allá de aquí, el inmarcesible ahora
algo en la manera en que el sol humedece los muros
algo que soy
que eres
que somos
conjugación: conjugación
la rebelión, sí, el sí ante todo, el abrazo a lo poco y a lo
mucho, el abrazo de los gemelos que odian, el río y su
danza,
lo simplísimo
la muerte
ahora sé porqué vine aquí, a Canadá, al gatibronx, porqué
vine a este mundo, porqué elegí este prodigioso cuerpo
que cambia y que se muere.
éste es el lugar más excitante del universo
⌘ ⌘ ⌘
32
Así parece ser el amor, que se adjudica propiedad de la
luz y del aire, que sucumbe a la seducción de construir
moradas en la marejada de otras vidas.
Larga y enrollada introducción para lo que bien pudo haber
bastado un hola, pero como me gusta la sonajita de la voz,
así que la agito, aunque a veces de más.
⌘ ⌘ ⌘
No pude hoy recordar mis sueños, pero los recordaré y
viviré por ellos
…construiré una casa en mi alma
⌘ ⌘ ⌘
ahora chirimoya... life is good and so are we.
Desde acá mi reciban un bonche de cariño.
Let the good times roll…
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La comida
Hoy mi clase de la noche la llevamos a cabo fuera de la
escuela, porque el tema era la comida y, fiel a mi rigor
académico y la sed de excelencia de mis alumnos,
comprendimos que platicar de comida sin comer es nomás
que vana cháchara. Comimos tacos y tostadas de tinga y
picadillo. Y no es por nada, pero quedaron bien chingonas.
Últimamente siento que me queda mejor la comida; es un
modo de estar cerca de mi madre y de mi abuela, y una
manera de cuidarme y quererme. Pero nada hay como
compartir el trabajo y sus frutos. Ese grupo es un
montoncito de apasionados por la lengua aderezados de
un titipuchal de historias.
⌘ ⌘ ⌘
Sí, creo en Dios. ¿Por qué? La milagrosa aparición de un
chile verde en la nevera y el premeditado acopio de unas
gotas de limón hicieron delicioso el caldo de pollo que
cociné y que, de otro modo, sólo hubiera sido rico. La
expresión “todo está en los detalles” es una versión
deslactosada de aquella sentencia de fuego de Heráclito:
“todo está lleno de dioses”. Sí, también el caldo de pollo.
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35
El viaje
La primera invención de Dios fue el viaje.
Buen camino,
Joy Jamaica
⌘ ⌘ ⌘
Hoy llegó Guy. Fue muy divertido porque pensé que sería
muy fácil encontrar un hotel, pero no lo fue. Así que
oficialmente he descubierto que soy un desastre
organizando viajes (aquí hay una sonrisa un poquito triste).
Trae un montón de cosas, así que supongo que iremos a
casar jaguares, escalar montañas y rescatar princesas.
Viva la aventura, viva la vida y que la realidad sea lo que
es: la expresión más cierta de nuestros sueños.
La vida, que todo lo sabe, nos seguirá llevando. Nosotros,
que lo sabemos todo, seguiremos yendo.
⌘ ⌘ ⌘
Ayer salté a un río a rescatar una bota que se me había
caído. La alcancé. El problema fue que me arrojé con mi
ropa puesta y llevaba en mi bolso del pantalón el celular.
Se mojó y no quiso prender. Guy me dijo que lo metiera en
una bolsa de arroz. Me pareció tonto, pero era al menos
una opción. Hoy en la mañana volvió a funcionar. […]
Hemos visitado Tlaxcala y Puebla y un pedacito de
Oaxaca. Sobre todo hemos pasado tiempo en la Sierra de
Puebla y Oaxaca. Es un lugar mágico. Hay pobreza, pero
la gente es amable y la tierra es inmensamente próspera.
Conocimos una reserva ecológica de clima semiárido
donde hay más de 2700 clases de cactus, y más de treinta
especies de murciélagos!!! Allí comí frutos y flores de
cactus que no conocía y que son deliciosos.
36
⌘ ⌘ ⌘
Nuestro pueblo [yo] sabe que los tiempos adversos son
aleccionadores y eso los anima a seguir, a sonreír y a
confiar. Nuestro pueblo, que es de natural filosofante, sabe
que las cosas pasan por algo y que sólo pasan. […] Desde
aquí, subidos en nuestra atalaya de palma podemos
ver […] como las costas del mar van cada vez más hondo
al mar y buscan dilatar el horizonte, […] este pueblo que
realmente no quiere nada sino sembrar tiempo y cosechar
historias, no puede sino esperar que el oleaje le sea
propicio, que su viaje sea largo y lleno de aventuras.
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El mar
me quedé pensando en eso de las letras de las canciones
y me di cuenta que es mejor la inocencia de la sola
marejada de sonidos
alguna vez estuve en el mar mientras quedamente el cielo
se precipitaba en llovizna; hay canciones que me
recuerdan un poco eso. […]
el mar es uno.
no saben las olas de la fuerza que las acerca y confunde
en un vertiginoso golpe de oro solar.
no saben que se alejan al momento de encontrarse.
no saben, porque no hay nada que saber.
el mar es uno.
no vamos, ni venimos. la fijeza es la ilusión del
movimiento.
basta seguir, seguir siguiéndose, mecerse así nomás en la
infinita resonancia del amor.
lentamente bailo estas canciones contigo, te invito a estar
conmigo, te vivo en mí.
siento ese calor que roza dulcemente a la tristeza y que,
de pronto, una pirueta, vuelve a la risa de verte ya
mezclada tan definitivamente entre mi sangre, riachuelo
dulce que ha fundado primaveras.
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39
La vida y la muerte
Rayuela es la palabra que en Argentina se utiliza para
describir ese juego que en México llamamos avioncito, el
cual consiste en patear una teja para ir avanzando casillas
que, simbólicamente, representan el trayecto de la tierra al
cielo.
⌘ ⌘ ⌘
Sí, ya sé que todo es un parpadeo, que de un sólo aletazo
nos vamos yo y mi mundito de ilusiones a precipitar de
bruces sobre la hierba húmeda donde germinan tan lento
los que mueren.
⌘ ⌘ ⌘
La vida es bella, la muerte es bella, la ortografía es bella,
las matemáticas, la música, las corcholatas. Respiro. Mi
corazón celebra y aunque no sé de clave morirse, sé que
una buena traducción es mi sonrisa, ese pesebre de luz
donde las bestias reposan, ahí donde días nacen
incesantemente.
⌘ ⌘ ⌘
Dicen que si frotas durante el tiempo suficiente y con la
fuerza suficiente saltará la chispa. Dicen que el que
persevera alcanza. Dicen que decir no basta. Entre dimes
y diretes vivo, entre dimes y diretes me recuerdo y me
reinvento, entre dimes y diretes atesoro las historias de los
otros, su coraje y su alegría, su pobreza y tristezas, su
memoria. Y es preciso desatesorarme para en verdad ser
rico, desatorarme para andar mi ruta y deshistoriar todo
esto como una madeja de luz para alumbrar, dar calor y
poder sumarme un día al coro de luciérnagas.
⌘ ⌘ ⌘
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41
Texto que José distribuyó a sus alumnos para uno de
sus cursos sobre el tema de la muerte.
La muerte
Se dice que los mexicanos no tememos a la muerte, pero
eso es nada más que una mentira. No es ausencia de
temor lo que nos lleva a representarla con una sonrisa o
ataviada de flores, sino acaso la certidumbre de que todos
tenemos una cita con ella, de que ella es nuestro destino.
Mientras vivamos la muerte estará siempre presente,
acompañándonos, sembrando penas y dolores en nuestro
camino, penas y dolores que acaso son también las
semillas que hacen germinar nuestro deseo de vivir. Lo
más singular de la relación de los mexicanos con la muerte
es el hecho de que la angustia que ésta puede producir no
nos hace volver el rostro y negarla; no se silencia su
presencia, sino que se le reconoce, se le nombra, se le
representa, se le celebra y hasta se le venera. A fuerza de
verla y aceptarla, la muerte deviene cercana, familiar. La
ansiedad se transfigura en seducción, el luto en un
colorido juego de seducción que es acaso un matiz
singular de nuestro profundo respeto. Por esa razón
podemos caminar sin escándalo ni terror por calles que se
llaman “Barranca del muerto” o “Calzada del hueso”, pues
la muerte en México no es sólo un asunto que abordan los
artistas, sino que forma parte del día a día de todos los
habitantes. Con la imagen de la muerte hacemos juguetes,
canciones y hasta un pan que, dador de vida y de delicia,
tiene el irónico encanto de llamarse “pan de muerto”.
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Correo que José escribió en vísperas del
4 de marzo 2013
Del otro lado de mi dermis está un río y la noche, está eso
que llaman el mundo, la tan sobrevalorada realidad, lo que
suponemos incontrovertible, sólido, estable. Pero del otro
lado de mi dermis estoy también yo, entero, indivisible,
infinito, eterno. Adentro y afuera son solo palabras. Pero
todo es uno en lo uno. Todo es presencia. Ese río que
avanza y esa noche soy yo, y soy yo el trinar de las aves y
la hierba que crece y el hombre que camina de regreso a
casa y el pequeño que ora y tu que lees y yo soy quien
escribe, el dios nombrando sus creaciones, la nada
fascinada, el maravilloso terror de morir y nacer en cada
respiración, la certidumbre de que siempre somos otros,
pero que la mayor parte del tiempo vamos avaramente
maniatando nuestras historias de un modo que nos parece
convincente, creíble, que acepta la definición en que nos
hemos aceptado fijar.
Y estos son solo pensamientos, vaivenes del aire. Así
pienso, así siento, y así el pensamiento se vuelve otro y
otro el sentimiento. Y eso está bien o está mal. Es. El río
también y tu y la noche. Todo transcurre y se transforma,
en todas las formas en que el ser se expresa y se recrea.
Desde la mota de polvo hasta la estrella todo es dios, todo
es presencia, testigo-testimonio de dios, de nada. Viajar tal
vez solo sea solo otro simulacro, un anhelo ingenuo por
comprender lo que es evidente a toda hora, que todo
cambia, que todo se recrea, que nada hay de estable sino
esa danza extasiada de la creación. […] Eso somos. Y eso
está bien, está mal, es.
All is grace, all is grace, all is grace, all is grace, all is
grace, all grace, all is grace. […]
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Sé, vive, danza, ama. Yo estoy aquí contigo, indivisible,
certero, infinito.
Nos encontraremos de nuevo, cuando el tiempo sea
perfecto, y comeremos los frutos más dulces de la selva y
el desierto, y platicaremos con otros hermanos que no
conocemos, jugaremos nuevos juegos, seremos otros, y
entre la mágica locura total de revivir, volveremos a casa,
a la raíz, al aliento, al vértigo, a la luz.
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Testimonio de Gerardo Familiar
Testimonio que presentó el Mtro. Gerardo Familiar
Ferrer, Secretario técnico de la UNAM-Canadá y
especialista del México prehispánico. Gatineau,
Québec, el 9 de abril de 2013
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Estimado José,
Estoy convencido de que cuando alguien fallece, se lleva
consigo una parte de todas las personas que conoció en
vida pero a cambio deja mucho de sí mismo. Tu caso no
es la excepción. La prueba somos todos nosotros aquí
reunidos el día de hoy.
Siempre he recurrido al México Prehispánico para tratar de
comprender todos los aspectos complicados de la
existencia del ser humano, todo aquello que me cuesta
trabajo asimilar. Esta natural inclinación me llevó a
descubrir la existencia de un complejo y antiguo sistema
de creencias relacionado con seres que controlan las
condiciones que el ciclo agrícola presentará: la cantidad e
intensidad de las lluvias, el nivel de temperatura, la
intensidad de los vientos, etc.; todas ellas incidiendo
directamente en la fertilidad de la tierra. Como buena
madre desinteresada su generosidad no tiene límites por lo
que no se cansa de generar y compartir sus frutos con
todos sus hijos.
Figura central en este sistema de creencias es Tláloc, una
deidad muy venerada y respetada por los antiguos, tanto
en la intimidad de los hogares como en las espectaculares
celebraciones del culto público. La influencia que Tláloc
ejerce sobre el tiempo lo vuelve eterno, mientras que la
trascendencia de su responsabilidad lo convierte
omnipresente pues lo mismo reside en el plano celeste,
como en el terrenal e incluso en el inframundo. Cuenta con
el insustituible apoyo de unos seres de cuerpo pequeño
pero grandes en la función que cumplen. Se trata de los
tlaloques y como su nombre parece indicar son los
responsables de propiciar las mismas condiciones
favorables como inapropiadas para la cosecha.
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Todos aquellos que fallecen de alguna muerte relacionada
con el agua se convierten justamente en uno más de estos
ayudantes.
Alguna vez comentamos apreciado José que los que más
padecemos un deceso somos las personas que nos
quedamos en vida, con el dolor y la tristeza que
comúnmente nos embarga mientras que quien se va llega
a un lugar más placentero. El saberte tlaloque me confirma
que habitas pues en el Tlalocan, ese lugar esplendoroso
repleto de agua fértil y rebosante de vegetación que sirve
de morada a Tláloc y sus colaboradores. ¡Cómo será de
magnífico este lugar que los evangelizadores del siglo XVI
lo confundieron, un poco por descuido pero también muy
conscientes de lo que hacían, con el Paraíso Terrenal!
Hace apenas unos meses nos despedimos sin decirnos
adiós pues más bien con el abrazo nos dijimos “Hasta
pronto”. En una de tus últimas comunicaciones agregaste:
“Quería enviarles un abrazo, darles las gracias por la vida
compartida. Ya nos veremos en otro ahora…”
Pues bien, querido y estimado José, nos veremos cada 2
de noviembre cuando vengas a visitar la ofrenda que
colocaremos año con año en recuerdo tuyo y de todos los
demás difuntos de esta nuestra comunidad de la UNAMCanadá.
Gerardo Familiar
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Epílogo
Gracias, José, por pasar por nuestra vida.
Gracias por enseñarnos, tanto en nuestras aulas como
afuera.
Gracias por compartir con nosotros tu sed de
descubrimiento del nuevo,
y del otro.
Gracias por ser José.
Guy Lacoursière
Robert McDonald
Gatineau, Québec, Canadá
Andrea Roldán Martínez
Ciudad de México, DF, México
El 9 de abril de 2014
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