Todavía estamos aquí
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Todavía estamos aquí
Diario El Día, La Serena, Chile Marzo 2011 Todavía estamos aquí El terremoto de magnitud 8.8 y el posterior tsunami que golpearon a Chile hace un año dejaron a muchos artesanos y productores locales en una situación grave. En la costa sureña, donde los efectos fueron más severos, comunidades pesqueras y pequeñas ciudades completas fueron arrasadas. Hoy, las agencias de ayuda internacional ya han dejado el país y la atención de la ciudadanía se ha enfocado en otras emergencias globales. Sin embargo, el trabajo de reconstruir las vidas de productores locales continúa. Algunos de los pequeños emprendedores que fueron devastados por el terremoto no sólo han logrado reconstruir sus hogares y negocios, sino que también pudieron mejorar sus ingresos comparado con su situación antes del terremoto. Esto en parte gracias al Fondo Levantando Chile de NESsT, que es apoyado por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Fundación Inter-Americana. Inmediatamente después del terremoto y tsunami, NESsT se movilizó para abordar necesidades urgentes de vivienda y recuperar las rentas de productores locales de bajos ingresos en las zonas afectadas a través de actividades empresariales sociales. NESsT utiliza el término “actividad empresarial social” para referirse a emprendimientos diseñados para resolver problemas sociales críticos en una manera que es sostenible financieramente. Más de 400 personas murieron, 500.000 hogares sufrieron daños considerables y alrededor de 2 millones de personas fueron desplazadas. El gobierno chileno estimó el costo de la reconstrucción en 30 billones de dólares, es decir, 18% del producto interno bruto del país. Esto requirió un nuevo tipo de reconstrucción y recuperación. En su primera fase, Levantando Chile ayudó a 160 tejedoras beneficiarias de la organización Relmu Witral a reestablecer canales de comercialización de sus productos, apoyando con capacitación empresarial y apoyo psicológico profesional para facilitar su reinserción en sus labores. También se apoyó financieramente a cinco organizaciones representando a microempresarios de la Región del Bío Bío otorgándoles capacitación y apoyo en sus estrategias de comercialización para sus productos. La meta de estas actividades fue establecer contratos vigentes y asegurar ventas y precios aumentados de los productos. Tras un desastre natural, la ayuda inmediata como ropa, comida y carpas, es fundamental para el bienestar de una comunidad a corto plazo. Pero los verdaderos pilares para reconstruir y mejorar fuentes laborales se crean ayudando a encontrar una mejor manera de insertar a productores locales en el mercado del cual han sido marginados. Las actividades empresariales sociales son una manera poderosa y efectiva de hacer eso. Productores locales en comunidades de bajos ingresos en Latinoamérica enfrentan barreras comunes que les impiden generar fuentes laborales seguras. A menudo estos productores viven en localidades aisladas, no poseen acceso a tecnología y habilidades nuevas y enfrentan competencia o monopolios de productores más grandes. En algunos casos, ellos también enfrentan discriminación por su estatus socioeconómico. Las actividades empresariales sociales son una manera efectiva de brindarles oportunidades para agrandar sus negocios y mejorar la condición de vida de sus familias. No necesitamos un desastre natural en cada país para darnos cuenta de esto, pero el terremoto en Chile ha creado un efecto dominó que nos ha permitido ser una fuente de ayuda y esperanza para productores locales de Latinoamérica. Nicole Etchart