Número de octubre-diciembre 2012
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Número de octubre-diciembre 2012
SUMARIO EDITORIAL Óscar Martínez Azumendi, Nekane Sagasti Legarda. A cuento de la Revista. . ..................... 685 ORIGINALES Y REVISIONES Cristina Domínguez Martín, Soraya Geijo Uribe, Isabel Sánchez Lorenzo, Carlos Imaz Roncero, Gemma Cabús Piñol. Revisión de los mecanismos implicados en el uso problemático de Internet. ............................................................................................. 691 Juan Manuel Sendra-Gutiérrez, Bernardo Casanova Peña, Martín L. Vargas Aragón. Tabaquismo y trastorno mental grave: conceptualización, abordaje teórico y estudios de intervención. . .......................................................................................................... 707 Noemí Morales, Jorge Luís Tizón, Víctor Cabré, Jordi Artigue. Estudio de la calidad de vida en pacientes con psicosis incipiente. . ......................................................................................... 723 Paloma Roxana García Ramos, Ana Moreno Pérez, Namdev Freund Llovera, Guillermo Lahera Forteza. Factores asociados a la Emoción Expresada familiar en la Esquizofrenia: implicaciones terapéuticas. . .............................................................................. 739 Dr. Niklas Bornhauser, Mag. Diego Ochoa. Los derroteros de la sublimación en la obra freudiana. ................................................................................................................. 757 Fernando González-Serrano, Xabier Tapia, Manuel Hernanz, Francisco Vaccari. Desarrollo psíquico temprano y aprendizaje. ................................................................................ 771 Nicolás Vucinovich, Silvia Poves Oñate, Rafael Romero Gamero. Acerca del posicionamiento del terapeuta en la psicosis. ......................................................... 787 Yury Rosales Ricardo. Estudio unidimensional del síndrome de burnout en estudiantes de medicina de Holguín. ........................................................................................................... 795 José María López Sánchez. Una escuela, dos laboratorios: Neurociencias en la Junta para Ampliación de Estudios. ........................................................................................................... 805 INFORMES Luis Fernando Barrios Flores. El ingreso psiquiátrico involuntario de carácter urgente: una revisión, tras la STC 141/2012, de 2 de julio. ....................................................................... 829 BOTICARIUM Juan Medrano. Las bodas de diamante de la clorpromazina........................................................851 MÁRGENES DE LA PSIQUIATRÍA Y HUMANIDADES Ernesto Carrión. Identidades a plazo. Selección de textos escritos por pacientes del Hospital Psiquiátrico Lorenzo Ponce de la ciudad de Guayaquil. ................................................ 869 HISTORIAS CON HISTORIA Carlos Rey. Pedro Melenas, el terror de las neuronas. ............................................................... 877 PARA LEER VV. AA., Libros y documentos en la red. ....................................................................................... 891 LISTADO DE LECTORES 2012. .............................................................................................. 913 PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN Documento Marco de Consenso de Acreditación de Psicoterapeutas. ............................................ 917 Información General Sobre la Acreditación en Áreas Profesionales Específicas (Psicoterapia, Rehabilitación Psicosocial e Infanto-Juvenil). ...................................................... 921 Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 683-929. TABLE OF CONTENTS EDITORIAL Óscar Martínez Azumendi, Nekane Sagasti Legarda. A cuento de la Revista. . ..................... 685 ORIGINAL PAPERS AND REVIEWS Cristina Domínguez Martín, Soraya Geijo Uribe, Isabel Sánchez Lorenzo, Carlos Imaz Roncero, Gemma Cabús Piñol. Revision of the mechanisms involved in the problematic use of the Internet. ............................................................................................. 691 Juan Manuel Sendra-Gutiérrez, Bernardo Casanova Peña, Martín L. Vargas Aragón. Smoking and severe mental disorders: conceptualization, theoretical approach and intervention studies. ............................................................................................................ 707 Noemí Morales, Jorge Luís Tizón, Víctor Cabré, Jordi Artigue. Study of the quality of life of patients in early psichosis. . .................................................................................................... 723 Paloma Roxana García Ramos, Ana Moreno Pérez, Namdev Freund Llovera, Guillermo Lahera Forteza. Factors associated with Family Expressed Emotion in Schizophrenia: therapeutic implications. . ................................................................................. 739 Dr. Niklas Bornhauser, Mag. Diego Ochoa. The paths of sublimation in Freud’s oeuvre. ........ 757 Fernando González-Serrano, Xabier Tapia, Manuel Hernanz, Francisco Vaccari. Early psychological development and learning. . .......................................................................... 771 Nicolás Vucinovich, Silvia Poves Oñate, Rafael Romero Gamero. About the position of the therapist in the psychosis. . ............................................................... 787 Yury Rosales Ricardo. One-dimensional study of burnout syndrome in medicine students in Holguín. .................................................................................................................. 795 José María López Sánchez. One School, two Laboratories: Neurosciences in the Junta para Ampliación de Estudios. .......................................................................................... 805 REPORTS Luis Fernando Barrios Flores. Urgent psychiatric involuntary internment: a review, after STC 141/2012, of July 2.................................................................................. 829 BOTICARIUM Juan Medrano. Las bodas de diamante de la clorpromazina....................................................... 851 ON THE VERGES OF PSYCHIATRY AND HUMANITIES Ernesto Carrión. Identidades a plazo. Selection of texts written by patients of Lorenzo Ponce Psychiatric Hospital in the city of Guayaquil. ..................................................... 869 STORIES WITH HISTORY Carlos Rey. Struwwelpeter. Terror of neurons. . ......................................................................... 877 FOR READING VV. AA., Libros y documentos en la red. ....................................................................................... 891 LIST OF REVIEWERS 2012. .................................................................................................... 913 OFFICIAL ACTIONS Consensus Document for the Accreditation of Psychotherapists. .................................................... 917 General Information on accreditation in specific professional areas (Psychotherapy, Psychosocial Rehabilitation and Children and Adolescent Psychiatry). . .......... 921 EDITORIAL A cuento de la Revista. Óscar Martínez Azumendi Nekane Sagasti Legarda Han pasado ya algo más de 3 años desde que asumimos la responsabilidad editorial de la Revista AEN con la anterior Junta Directiva, para reengancharnos durante un trienio más de la mano de la Junta actual. Con este objetivo, la composición del Consejo de Redacción, junto a las oportunas renovaciones, se ha mantenido relativamente similar, pero es obligado reseñar especialmente la incorporación de profesionales en formación (MIR y PIR) con tareas específicas. Han sido 3 años estimulantes en los que hemos aprendido mucho, a la vez que esperamos haber logrado los objetivos que planteamos en aquel editorial de un ya lejano número 104 de la Revista. Algunas de aquellas metas las alcanzamos con relativa rapidez, mientras que otras han requerido de mayor tiempo y esfuerzo colegiado. Puede ser el momento de realizar un breve recorrido de lo conseguido, así como resaltar algunos de los proyectos para números venideros. 1)Aspectos bibliográficos y administrativos. Lo primero a señalar en este sentido es la recuperación de la frecuencia trimestral, con el compromiso de impresión y distribución de cada número en las fechas estrictamente programadas. Aspectos formales que fueron imprescindibles de cara a la solicitud de inclusión y permanencia de la Revista en nuevos y cada vez más exigentes y necesarios índices y repositorios bibliográficos, además de aumentar la presencia, en este caso física, de la propia Asociación en los domicilios de los socios. Tras la conveniente adaptación y actualización en las normas de elaboración de manuscritos a los requisitos internacionales (“Criterios de Vancouver”), la exigencia a los autores de un estricto cumplimiento de las mismas ha tenido una repercusión muy importante a la hora de garantizar una presentación homogénea de los contenidos, además de hacer cumplir los requerimientos de índices y repositorios a los que antes aludíamos. Índices que nos han obligado también al trabajo de marcado digital de todos y cada uno de los artículos publicados desde los inicios de la Revista, de cara a facilitar su búsqueda e indexación. De igual forma, cada artículo publicado desde hace unos números, incluye un código DOI (Digital Object Identificator) que facilita su identificación y localización. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 685-688. doi: 10.4321/S0211-57352012000400001 686 EDITORIAL La exigencia de un mayor rigor en cuanto al cumplimiento de las normas de publicación, ha conllevado también la de ajustarse a los límites en extensión de los originales, permitiendo así una mayor agilidad en los contenidos, participación de diferentes autores y variedad temática. Un objetivo para el que en numerosas ocasiones ha sido necesario solicitar la compresión de los propios autores, a quienes agradecemos la oportuna adaptación de sus manuscritos cuando así se les ha solicitado. Finalmente, la elaboración y publicación (octubre de 2010) de un índice de autores, artículos y temas de los primeros 30 años de la Revista, permitió la depuración y actualización de la base de datos de artículos existente, así como la adecuación a estándares internacionales de la misma. 2)Aspectos de contenidos (temática, cantidad y calidad). La presentación de textos y temáticas ha sido ligeramente reestructurada, apostando por la inclusión de nuevos apartados y contenidos gráficos como contrapunto a cierta solemnidad estética y formal que podía acusar la Revista. En este sentido se han recuperado las “Páginas de la Asociación”, una de las señas de identidad histórica de la Revista, a la vez que se incluyen nuevas secciones como “Boticarium” dirigida a la incorporación crítica de la perspectiva psicofarmacológica, o “Historias con Historia” basada en la reimpresión y análisis contextual de antiguos textos o imágenes de la más variada índole. Además, la inclusión de aportaciones provenientes de personas con una enfermedad mental o sus familiares es otro de los aspectos destacables en este sentido. La cantidad de trabajos recibidos ha observado un aumento progresivo, pasando de una situación de cierta carestía a tener garantizados los contenidos de los números por adelantado. Para su evaluación, cada original es revisado a ciegas por al menos dos lectores, uno del Consejo Editorial y otro externo al mismo, para lo que se han incorporado lectores anónimos cuyo listado se publica anualmente. El relativamente elevado número de trabajos desestimados por diferentes razones, también ha redundado en una mayor variedad y calidad de los contenidos, garantizándose asimismo a los autores la corrección de galeradas previa a su impresión final como garantía de un menor número de gazapos o equivocaciones. 3)Aspectos de accesibilidad y visibilidad. Dos aspectos principales hay que señalar en este sentido. Por una parte el registro de un dominio propio para la revista (www.revistaAEN.es), adaptando sus contenidos al potente y versátil sistema de publicación en línea OJS (Open Journal System). Ello permite una mayor automatización en las búsquedas por los robots y EDITORIAL 687 repositorios externos, favoreciéndose la inclusión en diferentes índices bibliográficos, además de la consulta universal y gratuita a través de Internet. Por otra, se ha ampliado la participación en índices, repositorios y bases de datos bibliográficas, recogiéndose todos ellos en la página inicial de créditos. 4)Aspectos económicos. Desechada la incorporación de publicidad en las páginas de la revista, el coste de producción de la misma es una parte importante del presupuesto anual de la asociación. Con la intención de minorar al máximo los gastos generados, se han adoptado progresivamente una serie de medidas tales como: a) Realización de todo el proceso editorial por el Consejo de la Revista, eliminando el recurso a agentes externos remunerados. b) Actualización y racionalización (reducción) de la base de datos de envíos gratuitos (sobredimensionada con el paso de los años). c) Gestión con el servicio de Correos de descuentos como editores para los envíos masivos de la revista y libros. d) Actualización progresiva del precio de la suscripción mantenido desde lustros atrás. Aún así, es necesario señalar que aproximadamente un 20 % de la cantidad ingresada por la asociación en concepto de cuotas está destinado al pago de los gastos generados por la Revista, que a nivel contable se han trasladado a la Fundación de Salud Mental AEN. 5)Mirando al futuro. Es nuestra intención la consolidación de la mayor calidad de todo el proceso editorial y los contenidos, así como seguir aumentando la presencia y visibilidad exterior de la Revista y a través de ella de la propia Asociación. La convocatoria de dos premios anuales (casos clínicos para residentes y narraciones breves para personas con alguna relación con la enfermedad mental), junto a su amplia divulgación en diferentes medios y foros, es una iniciativa dirigida también a incrementar nuestra penetración externa. En este sentido resulta una excelente noticia nuestra próxima inclusión, a través de la biblioteca SciELO de la que formamos parte, en la plataforma WOK (Web of Knowledge) de Thompson Reuters, una de las más poderosas colecciones bibliográficas a nivel mundial. Un desarrollo que redundará en una mayor presencia y mejor accesibilidad universal no solo de la Revista AEN, sino de otra infinidad de ellas en español y portugués. En la actualidad SciELO recoge unos 40.000 artículos anuales, de más de 900 revistas de acceso libre en Latino América, España y Portugal. Además, es previsible que dicho acuerdo de integración mejorará el Factor de Impacto de la Revista, en la medida que este será calculado sobre el volumen de citas también recibidas desde las publicaciones ahora indexadas en SciELO. 688 EDITORIAL En relación con el aspecto físico y estético de la revista nos ha parecido importante mantener, con solo ligeras modificaciones, el que desde 1994 es ya una marca de identidad. Sin embargo, en caso de buscarse la profesionalización externa con fines editoriales, algo que posiblemente habremos de aspirar en un futuro más o menos cercano, sería aconsejable el cambio a un formato algo mayor y más habitual en las publicaciones periódicas. 6)A modo de conclusión. Por último, hemos de señalar que todo lo anterior no hubiera sido posible sin la colaboración entusiasta de todos los autores que en este tiempo nos han confiado sus trabajos, aun a sabiendas de que desafortunadamente muchos no serían publicados, mientras que otros tendrían que realizar un esfuerzo añadido de adaptación según las indicaciones de un comprometido Consejo de Redacción y un cada vez mayor y significativo número de desinteresados revisores externos. Y, aunque todo lo reseñado hasta ahora es muy importante desde un punto de vista editorial, tampoco queremos perder de vista el contexto de precariedad social, cada vez más amenazante para la persistencia de un sistema de salud fundamentado en las premisas de calidad, equidad y universalidad. Es por ello que resulta aún más importante contar con una publicación independiente de la administración e intereses farmacéuticos, cuyos objetivos científico-profesionales se complementen con una visión y reivindicación de un sistema sanitario justo y de calidad, además de seguir comprometida en la defensa de los derechos de las personas con una enfermedad mental y sus familias. En eso nos vemos empeñados estos 3 años más. ORIGINALES Y REVISIONES Revisión de los mecanismos implicados en el uso problemático de Internet. Revision of the mechanisms involved in the problematic use of the Internet. Cristina Domínguez Martín a, Soraya Geijo Uribe b, Isabel Sánchez Lorenzo c, Carlos Imaz Ronce- ro d, Gemma Cabús Piñol e. Hospital Clínico Universitario de Valladolid, España. bHospital Clínico Universitario de Valladolid, España. cComplejo Asistencial de Zamora, España. dHospital Clínico Universitario de Valladolid, España. e Hospital Clínico Universitario de Valladolid, España. a Correspondencia: Cristina Domínguez Martín ([email protected]) Recibido: 12/10/2011; aceptado con modificaciones: 18/03/2012 RESUMEN: En los últimos años está creciendo la preocupación por el uso problemático de Internet. Se están estudiando los diferentes mecanismos implicados en ello. De todas las características propuestas, existen dos que son comunes: uso excesivo de Internet con una preocupación por la pérdida del control con respecto a su uso y las consecuencias adversas de invertir demasiado tiempo en Internet. En la actualidad no hay un acuerdo acerca de si es una entidad nueva o forma parte de otro trastorno psiquiátrico. Existen diferentes denominaciones debido a que no hay un acuerdo acerca de los posibles mecanismos implicados en el uso problemático de Internet. Se realiza una revisión de la terminología y los mecanismos psicopatológicos encontrados en la literatura. Los principales mecanismos descritos en la literatura son adicción, adicción conductual, impulsión e compulsión. Se describen las similitudes y diferencias entre los diferentes mecanismos psicopatológicos implicados. Además de los mecanismos psicopatológicos es necesario estudiar las diferentes aplicaciones utilizadas en Internet, así como la neurobiología, genética y respuesta a los tratamientos para poder llegar a una claridad conceptual de los diferentes trastornos que subyacen en el uso problemático de Internet. Palabras clave: Adicción Internet, adicción conductual, trastorno control impulsos, uso compulsivo Internet y uso patológico Internet. ABSTRACT: In the last years there has been increase preoccupation about of problematic use of the Internet. Different mechanisms involved in them have been studied. Of all characteristics proposed, exist two in common: excessive use of the Internet with a preoccupation for lost control about its use and adverse consequences for too time spent in Internet. Actually there have not been agreed about of if the problematic use of the Internet represents a distinct class of disorder or a manifestation related to other underlying diagnosis. There are different denominations because there are not agreed about the mechanisms possible involved in the problematic use of the Internet. A revision about the terminology used and the psychopathologic mechanisms found in the literature is done. The main mechanisms describe in the literature are addiction, behaviour addiction, impulsion and compulsion. Similarities and differences about of the different psychopathologies mechanism involved are described. As well as study psychopathologic mechanisms is necessary study the different applications of the Internet used, whereas the neurobiology, genetic and response of treatment to be able to find clarity conceptual of the different disorders underlie of problematic use of the Internet. Key Words: Internet addiction, behavioral addiction, impulse control disorder, compulsive Internet use and pathological internet use. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 691-705. doi: 10.4321/S0211-57352012000400002 692 C. Domínguez, S. Geijo, I. Sánchez, C. Imaz, G. Cabús ORIGINALES Y REVISIONES Introducción La preocupación sobre los efectos problemáticos de las nuevas formas de medios de comunicación no es nueva. Cuando los ingeniosos sumerios que inventaron la escritura esculpieron por primera vez esos símbolos cuneiformes en la piedra a lo largo del Río Tigris, hace unos 6000 años, un escéptico que se encontraba cerca pronosticó con preocupación que las personas pronto dejarían de hablarse entre sí. Posteriormente, en el siglo XVIII, la difusión de las novelas y la lectura en la población motivó el desarrollo del concepto de la «manía por la lectura» o «furia por la lectura». Se describió como una epidemia que se caracterizaba por: agotamiento físico, rechazo de la realidad e inmovilidad. Se decía que las novelas tenían cualidades semejantes a los efectos que producen el consumo de drogas. Cuando surgió el periódico, a finales del siglo XIX, Wittgenstein señalaba que la lectura de los periódicos había reemplazado a las oraciones matutinas en la Era Moderna. Estas preocupaciones acerca de cómo las personas utilizan estos medios de comunicación han continuado surgiendo a lo largo del siglo XX con la radio (en los años 20), la televisión (en los años 30), el ordenador personal y el Internet (en los años 70) y los teléfonos móviles (en los años 80). Se ha observado a lo largo de la historia que las nuevas tecnologías introducen formas de comunicación menos controladas, más frías, solitarias y distantes. Desde que se desarrolló, durante la II Guerra Mundial en la Universidad de Pensilvania, uno de los ordenadores pioneros modernos: “ordenador analizador e integrador de números electrónicos”, la tecnología de los ordenadores ha ido evolucionando a un ritmo desorbitado. La aparición del Internet junto con el desarrollo de aparatos de menor tamaño y de mayor accesibilidad, ha motivado el incremento llamativo de su uso en toda la población. Internet ha acortado las distancias y ha facilitado el flujo de información, llegando a formar parte de la vida diaria de muchas personas (1). Esto ha promovido al surgimiento de la preocupación y el estudio de cómo es utilizado el Internet en los diferentes ámbitos. Tanto las actividades online como las interacciones están siendo intensamente estudiadas y forman parte de múltiples estudios de investigación. Se realiza una búsqueda sistemática en MEDLINE de los diferentes términos acuñados al uso problemático de Internet en los últimos 15 años. En la bibliografía se encuentra una terminología muy variada para describir los problemas derivados de la utilización del Internet, entre los términos encontrados están: Adicción al ordenador, Adicción a Internet, Uso excesivo de Internet, Uso patológico de Internet, Dependencia a Internet, Trastorno por uso impulsivo y compulsivo de Internet, Uso compulsivo de Internet o Uso problemático de Internet. Esta variedad en la terminología está motivada por las dificultades a la hora de describir la psicopatología que subyace en el uso de Internet (2-3). Revisión de los mecanismos implicados en el uso problemático de Internet ORIGINALES Y REVISIONES 693 Existen ciertos comportamientos, además del consumo de sustancias, que producen una recompensa a corto plazo que motiva que dichos comportamientos se perpetúen en el tiempo, a pesar de conocer las consecuencias adversas que de ellos se derivan. El modo en que algunas personas utilizan el Internet formaría parte de estos comportamientos problemáticos. Estos trastornos, históricamente, han recibido diferentes conceptualizaciones. Por un lado han sido clasificados dentro del espectro impulsivo-compulsivo, y de forma alternativa pero no excluyente se han encuadrado en las adicciones conductuales. Actualmente se continúa debatiendo si es una entidad nueva o es la manifestación de otro trastorno psiquiátrico subyacente. No existe un acuerdo, ni un criterio unitario acerca de los problemas relacionados con el uso de Internet. En este artículo se describirán los diferentes términos utilizados para describir este problema, haciendo hincapié en los posibles mecanismos implicados en el mismo. En la literatura científica están descritos principalmente los siguientes mecanismos psicopatológicos subyacentes: adicción, impulsión, compulsión y adicción secundaria (2-9). Adicción Según la Real Academia Española se define adicción como “hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos”. En el sentido tradicional es una dependencia hacia una sustancia, actividad o relación. El término de Adicción a Internet fue utilizado por primera vez en 1995 por el psiquiatra Ivan Golberg quien describió con una serie de síntomas el Trastorno de Adicción a Internet. En 1996, el psicólogo K. Young fue el primero en publicar un informe de un caso detallado de un uso problemático de Internet. Su “paciente cero” era una mujer, ama de casa, de 43 años de edad, no orientada en la tecnología y con una vida hogareña satisfactoria. No presentaba ni adicción a sustancias previa ni antecedentes psiquiátricos. Al cabo de 3 meses de descubrir las salas de charlas (chat), estaba ocupando hasta 60 horas por semana en línea. La paciente refirió sentirse excitada cuando se sentaba enfrente del ordenador y deprimida, ansiosa e irritable cuando se desconectaba. Describió tener una adicción al medio “como si lo tuviese al alcohol”. Al cabo de un año de adquirir su propio ordenador para su domicilio, hacía caso omiso de las tareas domésticas, había renunciado a sus actividades sociales que solía disfrutar y se había separado de su esposo y de sus dos hijas adolescentes (10). 694 C. Domínguez, S. Geijo, I. Sánchez, C. Imaz, G. Cabús ORIGINALES Y REVISIONES Young propuso una serie de criterios diagnósticos para definir la Adicción a Internet. Se basó en los criterios diagnósticos de Dependencia de Sustancias del DSM-IV porque, según Young, estos pacientes también presentaban tolerancia y privación. Definió la Adicción a Internet por una serie de pautas de comportamiento en relación con la conexión a la red: pensamientos recurrentes sobre Internet, necesidad de incrementar el tiempo de conexión y dificultad para controlarlo a pesar de considerarlo un problema; junto con el impacto o cambios en actividades cotidianas o en el estilo de vida que se producían en estos pacientes y que se caracterizaban por una reducción o deterioro en el ámbito profesional, familiar y social, y en los hábitos saludables (cuidados de salud, actividad física y alteraciones del ciclo sueño-vigilia) (9-10). Otros autores como Brenner también se basaron en los criterios diagnósticos de Dependencia a Sustancias para delimitar el uso problemático de Internet (11). Algunos autores consideran la dependencia psicológica como uno de los síntomas más importantes en las personas con Adicción a Internet. La actividad domina pensamientos y sentimientos, se piensa qué se debe hacer para conseguir una conexión o qué se hará durante la próxima conexión. La conducta no se puede controlar. Se permanece muchas horas conectado a Internet y/o se pierde la noción del tiempo. La persona es incapaz de interrumpir la conexión, se dice a sí mismo: “un minuto más”, “ahora voy”; y se conecta, pese a no pretenderlo, argumentándose diferentes excusas (lectura de mensajes, respuesta a ciertos correos). Se observa que el estado de ánimo se modifica, mientras se permanece conectado a Internet se experimenta placer o alivio, mientras que cuando no se puede conectar se siente agitación o irritabilidad. Se cambia también la vida social y de ocio del individuo, se limitan las formas de diversión, se reducen las relaciones sociales y la actividad física (12-14). Impulsión Según la Real Academia Española se define impulso como “el deseo o motivo afectivo que induce a hacer algo de manera súbita, sin reflexionar”. Desde el punto de vista psicopatológico impulsión se caracteriza por endogeneidad, automatismo e incoercibilidad. Es un fenómeno primario en cortocircuito. Para algunos autores los términos de impulsión y compulsión como fenómenos dentro de la perspectiva del control de impulsos, como opuestos en un continuum. La impulsividad y conductas derivadas de ella (compulsiones sexuales, piromanía, cleptomanía, tricotilomanía, ludopatía, personalidad cluster B etc.) se caracterizan por déficit de control, desinhibición, búsqueda de riesgo y placer, es- Revisión de los mecanismos implicados en el uso problemático de Internet ORIGINALES Y REVISIONES 695 casa evitación de peligro y poca ansiedad anticipatoria, y desde el punto de vista neurobiológico por hipoactividad de 5-HT o hipofrontalidad. En el otro extremo del continuum estaría la compulsividad y conductas secundarias a la misma (Trastorno Obsesivo Compulsivo, Hipocondría, Dismorfofobia, etc.) caracterizadas por excesivo control e inhibición conductual, evitación del peligro y ansiedad anticipatoria, dirigida a reducir tensión y ansiedad, y neurobiológicamente presentan hiperactividad de 5-HT e hiperfrontalidad. Algunos autores estudiaron estas alteraciones neurobiológicas para definir el mecanismo psicopatológico subyacente al uso problemático de Internet (15). Algunos autores conceptualizaron el uso problemático de Internet como una “adicción conductual” que no implica el consumo de una sustancia intoxicante. La disminución en el control es la característica principal de la dependencia de sustancias. Esta característica también se ha observado en la adicción conductual, pero con un comportamiento central distinto de la ingestión de la sustancia. El concepto de adicción conductual es controvertido. No todos los trastornos caracterizados por alteraciones en el control de la impulsividad están considerados dentro de la adicción conductual. Las conductas adictivas están controladas inicialmente por reforzadores positivos, por el aspecto placentero de la conducta en sí. Pero finalmente terminan por ser controladas por reforzadores negativos, el alivio de la tensión emocional. Una persona normal puede hablar por el móvil o conectarse a Internet por la utilidad o el placer de la conducta en sí misma. Una persona con adicción conductual, por el contrario, lo hace buscando el alivio del malestar emocional (aburrimiento, tristeza, soledad, ira, ansiedad, etc). Young ulteriormente actualizó su definición en su cuestionario diagnóstico, considerando el uso problemático de Internet como una alteración en el control de la impulsividad. Para ello su definición adaptó los criterios del DSM-IV para el Juego patológico, integrado dentro de los Trastorno del control de los impulsos. Considerando el uso problemático de Internet como una adicción conductual (16). Esta clasificación fue apoyada por otros autores (17-20). Ko et al intentan establecer criterios diagnósticos de forma empírica, mediante una entrevista psiquiátrica sistemática. Para ello hicieron dos estudios con estudiantes universitarios de Taiwán. En dichos estudios describieron unos criterios diagnósticos para la adicción a Internet, basándose en los criterios diagnósticos de Juego patológico del DSM IV. Definieron los criterios en los siguientes tres apartados: (A) Seis o más de los siguientes puntos: 1) Preocupación por las actividades de Internet. 2) Deficiencia recurrente a resistirse al impulso para utilizar Internet. 3) Tolerancia: un incremento notable en el uso de Internet necesario para lograr la satisfacción. 4) Privación, según se manifiesta por cualquiera de los siguientes: (a) síntomas de estado de ánimo disfórico, ansiedad, irritabilidad y aburrimiento 696 C. Domínguez, S. Geijo, I. Sánchez, C. Imaz, G. Cabús ORIGINALES Y REVISIONES después de varios días sin actividad en Internet. (b) uso de Internet para aliviar o evitar los síntomas de privación. 5) Uso de Internet por un período más prolongado que el propuesto. 6) Deseo persistente o intentos infructuosos de suspender o reducir el uso de Internet. 7) Tiempo excesivo invertido en actividades de Internet. 8) Esfuerzo excesivo invertido en actividades necesarias para obtener acceso Internet. 9) Uso intenso de Internet continuado pese al conocimiento del problema físico o psicológico causado o exacerbado por el uso de Internet. (B) Alteración funcional. Una o más de: 1) Uso recurrente de Internet que da por resultado una imposibilidad para cumplir las obligaciones importantes. 2) Alteración de las relaciones sociales. 3) Conducta que viola las reglas escolares o las leyes debido al uso de Internet. (C) La conducta adictiva en Internet no es mejor explicable por ningún otro trastorno. El tamaño relativamente pequeño de los dos estudios y al carácter no representativo de los grupos estudiados, limitó la aplicabilidad de los criterios propuestos a la población general (21-24). En un estudio Shapira et al, describe que todos los individuos con uso problemático de Internet cumplían criterios de DSM-IV para Trastorno de Control de Impulsos. En contraste, solamente 3 de los 20 individuos con uso problemático a Internet cumplía criterios para Trastorno Obsesivo Compulsivo (25). Treuer et al describe una elevada prevalencia en rasgos de Trastornos de Control de Impulsos entre 86 usuarios de Internet que completaron un cuestionario online (20). Unos años más tarde Shapira et al describieron que los criterios basados en la Dependencia de sustancias y Juego patológico eran demasiado limitados para captar la población de usuarios de Internet con uso problemático y podían llevar a conclusiones prematuras entorno al nuevo trastorno. Propusieron un esquema diagnóstico dentro de los Trastornos de control de los impulsos, pero utilizando una definición menos controvertida, proponiendo el término de “Uso problemático de Internet”. Lo definieron con los siguientes criterios: (a) Preocupación por una adaptación inadecuada al uso de Internet, que se experimenta como el uso irresistible y/o utilización por períodos más prolongados que el deseado; (b) Ansiedad importante o alteración como resultado de la conducta y (c) la ausencia de otros trastornos del eje I que podrían explicar la conducta, por ejemplo, manía o hipomanía (26). Compulsión Según la Real Academia Española se define como “inclinación, pasión vehemente y contumaz por algo o alguien”. Desde el punto de vista psicopatológico, Revisión de los mecanismos implicados en el uso problemático de Internet ORIGINALES Y REVISIONES 697 la compulsión se puede definir como pensamientos o impulsos incontrolables de llevar a cabo una acción, a menudo repetida, como mecanismo inconsciente de rechazo de ideas y deseos inaceptables que por si solos provocan ansiedad (27). Praterelli, utilizando un factor de análisis de 94 ítems, concluye que los individuos con adicción a Internet manifiestan síntomas obsesivos hacia el uso de Internet, prefieren las interacciones a través de Internet, utilizan el Internet “para sentirse mejor”, para aliviar los síntomas depresivos y buscar la excitación sexual (28). Pallanti y colaboradores evaluaron una muestra de estudiantes italianos y describieron que el 5,6% tenían Adicción a Internet según la Escala de Young para Adicción a la Internet. Al ser entrevistados mediante el cuestionario PROMIS, más del 15% comunicaron que se sentían perturbados por una conducta sumisa compulsiva o dominante repetitiva al charlar por Internet y con los mensajes a través de móviles. Concluyeron que la Adicción al Internet en esta muestra fue más compulsiva que recompensadora y que el principal atractivo de Internet parece ser el desapego emocional (29). En otro estudio se evaluó el Uso Compulsivo de Internet en las diferentes aplicaciones de Internet utilizando una escala validada, Escala del Uso Compulsivo de Internet (CIUS) (30). Dicha escala evaluaba cinco dominios de la adicción conductual: 1) pérdida de control, continuar utilizando Internet a pesar de tener la intención o el deseo de dejar de usarlo; 2) experimentar emociones displacenteras cuando no era posible usar Internet; 3) utilizar Internet como mecanismo de escape ante los sentimientos negativos; 4) el uso de Internet domina los pensamientos y comportamientos del individuo y 5) el uso de Internet motiva conflictos con uno mismo o con los demás. Incluían preguntas como ¿has intentando, sin éxito, emplear menos tiempo en Internet? o ¿abandonas tus obligaciones diarias (trabajo, estudios o vida familiar) por preferir estar en Internet?. En este estudio observaron que hay varias aplicaciones asociadas con el Uso Compulsivo de Internet: redes sociales, uso del Messenger (MSN), Hotel Habbo, chats, blogs, juegos online y juegos convencionales. Las aplicaciones más fuertemente asociada al Uso Compulsivo de Internet en este estudio fueron los juegos online, seguido de las redes sociales. El uso de emails no se asoció al Uso Compulsivo de Internet, a pesar de ser la aplicación más popular. Las aplicaciones se pueden dividir en sociales (chats) y no sociales (navegar), y según el tiempo trascurrido entre la acción y la respuesta, en sincrónicas (chats, juegos online) y asincrónicas (emails). En este estudio concluyeron que las aplicaciones sociales y sincrónicas son las que más intensamente se asocian al Uso Compulsivo de Internet. Debido a las diferentes características de las distintas aplicaciones en Internet, y en especial el uso compulsivo de los juegos online, propusieron que se clasificaran en un subgrupo diferente (31). 698 C. Domínguez, S. Geijo, I. Sánchez, C. Imaz, G. Cabús ORIGINALES Y REVISIONES Adicción secundaria Algunos autores refieren que hay individuos que presentan múltiples adicciones como adicción alcohol y tabaco, y adicción a ciertas actividades como el uso de Internet, el juego, el ejercicio y la televisión (32). Davis distingue entre las adicciones que sólo son posibles en Internet (específicas) y las que son variantes de la adicción primaria (secundarias). Las adicciones a Internet secundarias forman parte de la adicción conductual que las provoca y no son auténticas adicciones tecnológicas (5). Comprenden la adicción al sexo (pornografía, buscar relaciones sexuales, cibersexo), al trabajo, a las compras, a jugar en bolsa y el juego patológico (casinos y apuestas deportivas virtuales). En este caso Internet actúa como proveedor de conductas reforzantes que son las que realmente tienen la capacidad de producir adicción. Propone que Internet sería un canal por el que se expresa la adicción primaria. Internet facilita estas conductas gracias al anonimato, a la accesibilidad de las casas de apuestas y casinos virtuales, a la facilidad para transmitir fotografías, videos, etc (33). Otros autores han propuesto que la adicción al sexo por Internet debe constituir un subtipo específico de adicción a Internet (34), mientras que otros autores refieren que es otro modo de expresión de su adicción al sexo (35). Similitudes y diferencias entre los mecanismos psicopatólogicos descritos para el uso problemático de internet (adicción a sustancias, adicción conductual y compulsión) Tabla 1 La característica fundamental de la adicción conductual es la incapacidad de resistirse al impulso o tentación de llevar a cabo un acto que es perjudicial para la persona o los demás(36). Presenta un patrón repetitivo de conducta que le interfiere en diferentes ámbitos de su vida. Estas características se asemeja al modelo clásico de adicción a sustancias, en donde existen dificultades en resistirse al consumo de ciertas sustancias, así mismo en la adicción conductual se tiene la necesidad de realizar una determinada conducta (usar Internet). En la literatura se han descrito que ambas adicciones tienen similitudes en la historia natural, fenomenología, neurobiología, genética y tratamiento. Ambos problemas suelen iniciarse en la adolescencia o en adultos jóvenes y suelen presentar un patrón crónico con recaídas (37-38). Según Griffiths la adición conductual y la adición a sustancias tienen características en común que incluyen euforia, tolerancia, privación, conflictos y recaída (39). 699 Revisión de los mecanismos implicados en el uso problemático de Internet ORIGINALES Y REVISIONES Tabla 1. Similitudes y diferencias entre los mecanismos psicopatólogicos descritos. Adicción sustancias Síntomas Síntomas físicos abstinencia Rasgos personalidad Adicción conductual Egosíntonicos con el tiempo se convierten en egodistónicos. si no Elevada puntuación en impulsividad y búsqueda sensaciones. Baja puntuación evitar el daño. Elevada puntuación en evitar el daño (adicción Internet). Neuroimagen Activación cerebral: orbitofrontal, dorsolateral prefontal, cíngulo anterior y núcleo accumbens. Tratamiento Responden a naltrexona Trastorno Obsesivo Compulsivo Egodistónicos no Elevada puntuación en evitar el daño. Baja puntuación en impulsividad. Activación lóbulos frontales, caudado y cíngulo. Empeora síntomas con naloxona. La adicción conductual suele ir precedida por tensión o malestar antes de realizar el acto y gratificación o alivio tras llevar a cabo la conducta. La naturaleza egosintónica de estos comportamientos se observa también en la adicción a sustancias. En cambio, el Trastorno Obsesivo Compulsivo suele ser de naturaleza egodistónica. Aunque con el tiempo, tanto la adicción conductual como la adicción a sustancias se convierten en egodistónicos, de modo que la conducta llega a ser menos placentera y más motivada por el refuerzo negativo (alivio de la disforia o abstinencia). Algunas personas con adicción conductual sufren un impulso por llevar a cabo dicha conducta, similar a los que se describen en la adicción a sustancias. Al realizar dichos comportamientos se disminuye la ansiedad y experimenta un agradable estado de ánimo, similar al sufrido tras intoxicación con sustancias. Esta disregulación emocional puede contribuir al impulso y necesidad de seguir realizando dicho comportamiento (40). En la adicción conductual se observa un estado disfórico cuando no se puede llevar a cabo el acto, pero no se experimentan síntomas físicos de abstinencia como los observados en las adicciones a ciertas sustancias (18-41). 700 C. Domínguez, S. Geijo, I. Sánchez, C. Imaz, G. Cabús ORIGINALES Y REVISIONES Los individuos con adicción a sustancias y adicción conductual tienen una afectación a nivel familiar, laboral y social, y en algunos casos llevan a cabo actos ilegales para financiar sus conductas o para solventar sus consecuencias (42). Una de las diferencias observadas entre la adicción conductual y adicción a sustancias es en los rasgos de personalidad: en la adicción a sustancias se describen elevadas puntuaciones en impulsividad y búsqueda de sensaciones, y bajas en evitar el daño. En cambio en la adicción a Internet existen elevadas puntuaciones en evitar el daño (43-48). Algunas investigaciones sugieren que el psicoticismo y conflictos interpersonales podrían estar implicados en la adicción a Internet. En contraste, individuos con Trastorno Obsesivo Compulsivo tienen elevadas puntuaciones en evitar el daño y bajas en impulsividad (44-48). Hay estudios de neuroimagen que describen una similitud en la activación de regiones cerebrales (orbitofrontal, dorsolateral, prefrontal, cígulo anterior y núcleo accumbens) entre individuos con adicción a juegos de Internet y adicción a sustancias (49). Mientras que en el Trastorno Obsesivo Compulsivo se observa un incremento de actividad en los lóbulos frontales, caudado y cígulo. A nivel genético se describe en individuos con uso problemático de Internet una mayor frecuencia de brazo largo del alelo (SS) del gen trasportador de serotonina (5HTTLPR) que en controles sanos, y esto está relacionado con la mayor evitación del daño (50). Sobre la respuesta al tratamiento farmacológico, se ha observado una respuesta positiva al tratamiento con naltrexona (antagonista en receptores opioides mu) tanto en la adicción a sustancias (alcohol y opiáceos) como en la adicción conductual (juego patológico, cleptomanía, compras compulsivas y adicción a Internet (51-56)). En contraste la naloxona (antagonista de receptores opioides mu de acción corta) exacerba los síntomas en el Trastorno Obsesivo Compulsivo (57). Una de las controversias en la literatura gira sobre dónde situar la adicción conductual (y adicción a sustancias) en el espectro impulsividad-compulsividad. Los trastornos caracterizados por evitar el daño o aversión al riesgo con un control excesivo e inhibición conductual conformarían el extremo compulsivo, mientras que los trastornos caracterizados por déficit en el control y desinhibición conductual estarían en el extremo impulsivo (58). Algunos trastornos, como el Trastorno de Tourette o Tricotilomanía tienen características de ambos extremos, compulsividad e impulsividad (59). Algunos autores piensan que es demasiado simplista pensar en términos de una dimensión unitaria, y que la impulsividad y compulsividad forman parte de una dimensión octogonal, más que simplemente polos opuestos de una dimensión simple (60-61). Se han descrito diferentes grados de impulsividad y compulsividad entre las diversas adicciones conductuales descritas en la literatura. Revisión de los mecanismos implicados en el uso problemático de Internet ORIGINALES Y REVISIONES 701 Discusión Desde que surge el Internet se han observado problemas relacionados con su uso. Debido al despliegue y difusión de las diferentes tecnologías, y su incremento llamativo en su uso por toda la población, es necesario determinar los límites de normalidad en la actualidad en el uso de Internet. Dentro del rango patológico, se está cuestionado si este uso problemático de Internet forma parte de una entidad nueva o es la expresión de otro trastorno psiquiátrico subyacente. Se han propuesto varias características, pero muchas de ellas parecen solaparse y reducirse a las dos características básicas: 1) aspectos del uso de Internet descrito como excesivo y preocupación por la pérdida del control con respecto a su uso y 2) consecuencias adversas de invertir demasiado tiempo en Internet, descuidando las actividades sociales, relaciones, salud, tareas laborales o escolares, y modificando los hábitos de sueño y alimentación de una manera nociva. Se han propuesto diferentes mecanismos, inicialmente se describió su similitud a las adicciones a sustancias, puesto que se describía que dichos individuos experimentaban tolerancia y privación al uso de Internet. Posteriormente se asoció a un problema en el control de la impulsividad, describiendo una similitud con el juego patológico, incluyéndolo dentro de las adicciones conductuales. Otros autores han reflejado ciertas características en común con las compulsiones, llegando a referirse algunos autores a un espectro impulsivo-compulsivo en el que no se conoce en que lugar se posicionaría el uso problemático de Internet. Por otro lado, existen casos descritos de individuos que presentan múltiples adicciones, no solo de sustancias, sino también conductuales. Siendo Internet una vía por donde se expresarían los problemas de adicción del individuo. Además se han descrito casos que utilizarían el Internet como forma de escape del malestar psicológico que sufre el individuo, cuestionándose si el problema psiquiátrico subyacente sería el desencadenante del uso problemático del Internet, y por tanto siendo el pilar principal que habría que tratar para solventar la conducta problemática. Como ocurre con otras patologías psiquiátricas hay un dilema a la hora de clasificar a los diferentes pacientes que observamos en las consultas. La psiquiatría no es una ciencia exacta con lo que en ocasiones es muy complicado obtener pruebas objetivables que nos faciliten el diagnóstico. Aunque se están avanzando en el desarrollo de instrumentos de evaluación a nivel de neuroimagen y genética, pero se está poniendo en un segundo plano la evaluación psicopatológica. Esto implica que si no afinamos adecuadamente, agrupando a los pacientes con el mismo problema psicopatológico para poder llegar a un mismo sustrato a nivel genético y de neuroimagen, tendremos conflictos importantes a la hora de diagnosticar y tratar a dichos pacientes. Por otro lado habría que plantearse también que quizá las clasificaciones que hemos hecho hasta ahora no son las adecuadas, que habría que 702 C. Domínguez, S. Geijo, I. Sánchez, C. Imaz, G. Cabús ORIGINALES Y REVISIONES buscar otras formas de visión, de perspectivas, para intentar aclarar estos dilemas diagnósticos. Las manifestaciones psiquiátricas han ido cambian con los tiempos, adaptándose a la evolución de la sociedad, y actualmente con el desarrollo de las nuevas tecnologías se están cambiando los hábitos de vida y con ello las formas en que el individuo manifiesta sus problemas emocionales. El ser humano tiene un mecanismo psicopatológico de manifestar su malestar emocional, pero lo que puede cambiar es la forma de expresarlo, adaptándose a los cambios que sufre la sociedad. Además dentro del uso problemático de Internet hay que tener en cuenta las diferentes aplicaciones y usos que puede tener porque eso conlleva diferentes formas de manifestar los conflictos emocionales. El uso problemático de Internet puede ser una vía común de manifestar diferentes problemas subyacentes desde el punto de vista psicopatológico. Los pacientes utilizan de forma inadecuada el Internet, pero el sustrato neurobiológico, genético y clínico sería distinto. En unos casos sería una manifestación de sus dificultades para controlar su impulsividad, en otros sería una compulsión que alivie sus obsesiones, y otros sería otra forma más de manifestar sus problemas de adicción. Querer incluirlos a todos en el mismo trastorno implicaría contradicciones constantes entre los diferentes clínicos, búsquedas ineficaces a la hora de encontrar similitudes tanto en psicopatología como neuroimagen, neurobiología y genética. Quizá se debería estudiar más detenidamente a estos pacientes intentando encontrar una forma de agruparlos, bien estudiando su similitud desde el punto de vista psicopatológico, o bien a través de su estudio neurobiológico o genético para determinar las agrupaciones más adecuadas a cada caso. Desgranando que es lo que subyace desde el punto vista neurobiológico, genético y clínico en cada uno de los pacientes. Conclusiones En la literatura se ha discutido mucho acerca de la terminología y mecanismo implicado en el uso problemático de Internet, no disponiendo en la actualidad de un acuerdo al respecto. En la actualidad los mecanismos psicopatológicos más aceptados serían el de impulsividad, compulsión y adicción secundaria. El rigor terminológico debe ir asociado a una claridad conceptual, por lo que es necesario seguir revisando y analizando para clarificar los mecanismos subyacentes y poder determinar la clasificación más adecuada al uso problemático de Internet. Proponiendo además un estudio detallado y exhaustivo a nivel neurobiológico y genético que pueda contribuir a la claridad conceptual, y por tanto, a una terminología más adecuada para cada individuo. Revisión de los mecanismos implicados en el uso problemático de Internet ORIGINALES Y REVISIONES 703 BIBLIOGRAFÍA: (1) Fackler M. In Korea, a boot camp cure for Web obsession. New York Times, November 18, 2007. www.nytimes.com. 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Juan Manuel Sendra-Gutiérrez a, Bernardo Casanova Peña b, Martín L. Vargas Aragón c. Servicio de Psiquiatría. Centro de Salud Mental «Antonio Machado». Complejo Asistencial Hospital General de Segovia. Segovia. España. bServicio de Psiquiatría. Centro de Salud Mental «Antonio Machado». Complejo Asistencial Hospital General de Segovia. Segovia. España. cServicio de Psiquiatría. Centro de Salud Mental «Antonio Machado». Complejo Asistencial Hospital General de Segovia. Segovia. España. a Correspondencia: Juan Manuel Sendra Gutiérrez ([email protected]) Recibido: 02/01/2012; aceptado: 04/05/2012 RESUMEN: El hábito tabáquico es un grave problema de salud en los pacientes con trastorno mental grave. Este trabajo realiza una revisión actualizada de sus bases neurofisiológicas y abordaje terapéutico. Existe una vinculación conocida entre neurotransmisión nicotínica y esquizofrenia sin una propuesta de modelo etiológico. El abordaje terapéutico del tabaquismo en enfermos psiquiátricos requiere formación específica y unidades de tabaquismo o servicios de salud mental preparados. La asociación con consumo de sustancias tóxicas, psicofármacos, comorbilidad psiquiátrica y falta de motivación profesional constituyen factores limitantes. La intervención breve aprovecha el contacto sanitario para explorar la presencia de tabaquismo y valorar la predisposición del paciente a dejar de fumar. El tratamiento utiliza terapia sustitutiva con nicotina, antidepresivos, agonistas del receptor nicotínico y/o intervenciones psicosociales. El tratamiento con bupropion es el más efectivo y seguro, mientras la terapia sustitutiva con nicotina y la vareniclina son también útiles. En la práctica clínica la utilización de farmacoterapia y psicoterapia puede ser la opción más razonable. Palabras clave: Tabaquismo, Dependencia nicotínica, Trastornos mentales, Esquizofrenia y trastornos con síntomas psicóticos. ABSTRACT: Smoking is a serious health problem in patients with severe mental disorder. This paper is an updated review of its neurophysiological basis and therapeutic approach. There is a known link between nicotinic neurotransmission and schizophrenia without a proposed etiological model. The therapeutic approach of smoking in psychiatric patients requires specific training and smoking units or prepared mental health services. The association with substance abuse, psychiatric drugs, psychiatric comorbidity and lack of professional motivation are limiting factors. Brief intervention uses the health contact to explore smoking status and assess the preparation of the patient to stop smoking. Treatment uses nicotine replacement therapy, antidepressants, nicotine receptor agonist and/or psychosocial interventions. Treatment with bupropion is the most effective and safe, while nicotine replacement therapy and varenicline are also useful. In clinical practice the use of pharmacotherapy and psychotherapy may be the most reasonable option. Key Words: Smoking, Nicotine dependence, Mental disorders, Schizophrenia and disorders with psychotic features. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 707-722. doi: 10.4321/S0211-57352012000400003 708 J. M. Sendra-Gutiérrez, B. Casanova, M. L. Vargas ORIGINALES Y REVISIONES Introducción. El hábito de fumar tabaco es un grave problema de salud que se asocia con importantes morbilidad y mortalidad en pacientes con patología psiquiatrica (1). Los fumadores con trastorno mental grave (TMG) presentan más frecuentemente una alta dependencia nicotínica, a la que tradicionalmente se ha prestado poca atención (2-3). El tratamiento se ve dificultado tanto por la escasa motivación que presentan los propios pacientes como por el poco interés que demuestra el personal clínico que les atiende en abordar y promover el abandono tabáquico (2,4). Esta escasa atención se ha debido en gran medida a la persistencia de cinco mitos, que actualmente están sometidos a crítica (5): el consumo de tabaco es una forma de automedicación para los enfermos psiquiátricos, éstos no tienen interés en dejar de fumar, o bien son incapaces de dejar de fumar, dejar de fumar podría descompensar su trastorno psiquiátrico, y el tabaquismo es un problema de baja prioridad en el tratamiento psiquiátrico. Hoy en día el tratamiento del tabaquismo se propone como un objetivo terapéutico importante en las personas fumadoras con enfermedades psiquiátricas (6-8), si bien en la esquizofrenia la efectividad de los diversos tratamientos ensayados sigue sin estar claramente confirmada. Una reciente revisión sistemática (9) concluye que en el TMG (depresión mayor, esquizofrenia y otras psicosis) sigue siendo confuso el beneficio de los tratamientos de deshabituación tabáquica, con una proporción de sujetos abstinentes de tabaco a los seis meses de tratamiento inferior al 20%. Bien es cierto que esta resistencia a la deshabituación tabáquica en las personas esquizofrénicas fumadoras podría deberse a su alto consumo de cigarrillos, ya que en cualquier población de fumadores la intensidad del consumo se asocia con unos peores resultados terapéuticos (10). Las bases neurofisiológicas de la relación entre tabaco, esquizofrenia y otros trastornos mentales. La mayor prevalencia y mayor intensidad del tabaquismo en la esquizofrenia, así como la resistencia a la deshabituación, apoyan la existencia de una asociación tabaquismo - esquizofrenia. En los trastornos afectivos, de ansiedad y adictivos, se ha visto que el riesgo de tabaquismo se asocia con la intensidad de la sintomatología actual más que con la presencia de antecedentes psiquiátricos (11). De forma similar, en un estudio transversal en pacientes esquizofrénicos ambulatorios (12) se observó que los pacientes fumadores tenían más hospitalizaciones, más intentos de suicidio, más efectos adversos inducidos por los fármacos antipsicóticos, sinto- Tabaquismo y trastorno mental grave: conceptualización, abordaje teórico... ORIGINALES Y REVISIONES 709 matología más grave, y más impulsividad, depresión y ansiedad respecto a los no fumadores. Este hecho sugiere que el consumo de tabaco se asocia con factores de estado clínico actual más que con factores estables de rasgo ligados a la fisiopatología de la enfermedad. Si aceptamos un sentido de causalidad que considere la esquizofrenia como factor causante del tabaquismo, la intensidad sintomatológica parece por tanto ser un factor determinante. En este sentido de la causalidad se ha propuesto también la automedicación con nicotina en las personas esquizofrénicas para disminuir los efectos sedantes y el síndrome negativo inducido por la medicación antipsicótica, o para compensar un supuesto déficit primario del sistema nicotinérgico en la esquizofrenia (13). La asociación entre tabaquismo y enfermedad psiquiátrica no parece ser específica de la esquizofrenia, sino que existe también en otros trastornos (14). Un estudio de base poblacional (15) ha demostrado un riesgo superior para enfermedades psiquiátricas en fumadores actuales respecto a los nunca fumadores. Así, entre los fumadores actuales está incrementado el riesgo para otras adicciones (OR: 4,6), trastornos afectivos (OR: 1,8), trastornos de ansiedad (OR: 1,6) y trastornos somatomorfos (OR: 1,4). No obstante son prácticamente inexistentes los modelos etiológicos que propongan al tabaquismo como causa de trastornos psiquiátricos y en concreto de esquizofrenia. Por el contrario fumar cannabis está actualmente considerado un factor etiológico aceptado para la esquizofrenia, probablemente alterando el neurodesarrollo durante la adolescencia mediante disregulación del sistema cannabinoide endógeno, que ocasionaría de manera secundaria una disfunción glutamatérgica y gabaérgica responsable de la enfermedad (16). Sin embargo, fumar tabaco no se ha propuesto como factor causal de esquizofrenia, si bien existen estudios preclínicos que vinculan la neurotransmisión nicotínica con la esquizofrenia. Mutaciones en la subunidad α7 del receptor nicotínico (α7nAchR) se asocian con un incremento del riesgo para la esquizofrenia (17), probablemente en relación con una capacidad disminuida en el filtrado de estímulos sensoriales mediado por el sistema nicotínico. Recientemente se plantea la posibilidad de que la exposición crónica al tabaco podría desensibilizar los receptores nicotínicos α7, que se tornarían disfuncionales durante el neurodesarrollo (17). Compatible con este argumento fisiopatológico, un estudio longitudinal en adolescentes (18) ha indicado una OR de 1,20 indicativa de incremento de riesgo de psicosis en hijos de madres que fumaron durante el embarazo. No obstante, aún se desconoce si la exposición al humo del tabaco durante la adolescencia puede ser un factor de riesgo de psicosis, que podría estar mediado por una disregulación del equilibrio acetilcolina dopamina (19). 710 J. M. Sendra-Gutiérrez, B. Casanova, M. L. Vargas ORIGINALES Y REVISIONES Abordaje terapéutico del tabaquismo en el TMG. Las intervenciones para interrumpir o reducir el tabaquismo deben ser parte del tratamiento para los pacientes con esquizofrenia (20). En el “Consenso sobre la Atencion Sanitaria del Tabaquismo en España” se considera a los pacientes con trastornos mentales y del comportamiento como un grupo de población con criterios de riesgo sanitario especial (21). Se considera que deben ser atendidos en Unidades Especializadas de Tabaquismo o en servicios de Salud Mental “personas con enfermedades psiquiátricas que, estando controladas, deseen abandonar el tabaco”. En los servicios de Salud Mental los profesionales deben haber sido formados en tabaquismo y se debe disponer de protocolos adecuados para dicha asistencia (2223). Dentro del TMG adquiere especial relevancia el paciente con esquizofrenia. La probabilidad de que un paciente con esquizofrenia deje de fumar es aproximadamente la mitad que la de un fumador con otro TMG (2) y menor que la de la población general (24). No se ha establecido con claridad que intervenciones pueden ayudar a estos pacientes a dejar o reducir el consumo de tabaco. Cuando se trata de abordar el problema del tabaquismo en enfermos psiquiátricos hay que considerar una serie de factores específicos de esta población que pueden interferir en el abandono del hábito. En primer lugar estas personas consultan menos este problema de salud que el resto de la población. También encontramos un aumento del riesgo de recaída después de un intento de abandono en los mismos (25-28). Por otra parte, existe una asociación frecuente entre el tabaquismo y el consumo de alcohol y otras drogas que dificulta a menudo el proceso terapéutico. A pesar de estas circunstancias se debe ofrecer tratamiento para el tabaquismo a todos los fumadores con trastornos psiquiátricos, incluidos los abusos y dependencia de sustancias, debiendo estar los profesionales sanitarios dispuestos a vencer las reticencias creadas en relación con estos pacientes (29). En general los profesionales prefieren ofrecer tratamiento cuando los síntomas psiquiátricos no son graves, aunque incluso los pacientes de las unidades de agudos en hospitalización psiquiátrica pueden dejar de consumir con escasos efectos adversos (30). De todas formas, hay que tener en cuenta que la abstinencia a la nicotina puede agravar una comorbilidad preexistente, por ejemplo la depresión en pacientes con trastornos afectivos (31-32). Otro aspecto a considerar es que el abandono del tabaco puede resultar más complejo por la presencia de varios diagnósticos y la utilización de fármacos psiquiátricos cuya farmacocinética puede resultar alterada (33), lo que obliga a una vigilancia medicamentosa cuidadosa. A pesar de los argumentos anteriores, los principales problemas para el tratamiento del tabaquismo en pacientes psiquiátricos graves como los esquizofrénicos parecen residir en la escasa motivación tanto de los clínicos como de los pacientes, ya que se ha constatado que el fumar es una de las pocas actividades con la que estos pacientes disfrutan (2). Tabaquismo y trastorno mental grave: conceptualización, abordaje teórico... ORIGINALES Y REVISIONES 711 Podemos dividir el abordaje terapéutico en dos etapas de intervención, la primera tendría que ver con las llamadas intervenciones breves, en las que se aprovecha cualquier contacto del paciente con el medio sanitario para explorar la presencia e intensidad del hábito tabáquico y valorar la fase de preparación en la que se encuentra el paciente, y una segunda que abordaría el tratamiento del tabaquismo propiamente dicho (34). I. Intervenciones breves. Al igual que con otro tipo de pacientes, en el TMG se debe aprovechar para indagar sobre el hábito tabáquico en cualquier contacto que tenga el paciente con el sistema asistencial. Se debe aconsejar sobre su abandono y valorar el grado de motivación del paciente para el cese de este hábito. También se debe de prestar la ayuda necesaria y realizar un seguimiento de los intentos realizados. En este sentido hay que tener en cuenta que los pacientes con TMG tienen frecuentemente déficits cognitivos en los que se pueden encontrar implicados diversos componentes, como la atención, la memoria, las funciones ejecutivas,…, motivo por el cual deberemos adaptar la intervención y la información suministrada en la misma a las características del paciente. Es fácil comprender que en algunos pacientes resultará más costosa una buena comprensión de los riesgos de seguir fumando y una adecuada aceptación de la necesidad de terminar con el hábito. Podríamos dividir a los pacientes en tres grupos en función de su posicionamiento actual para dejar de fumar, que nos obligan a definir tres fases secuenciales de intervención: 1. No preparados (fase de precontemplación): En esta fase se utiliza la información y sensibilización del paciente, identificando la presencia, intensidad y duración del consumo, valorando el grado de motivación existente para dejar el hábito y relatando la importancia de las enfermedades atribuidas al tabaquismo (respiratorias, cardiovasculares, oncológicas,…). Se debe mantener una actitud cordial y empática sin entrar en confrontación con las ideas del paciente. 2. Preparables (fase de contemplación): Se valora de forma más detallada el consumo, desarrollando una entrevista motivacional con una actitud empática, en la que se expresa la posibilidad real de abandonar el consumo con una valoración crítica de sus ventajas e inconvenientes. Es conveniente preguntar por intentos de abandono previos analizando las circunstancias de los mismos. Finalmente se deben de clarificar las preguntas y dudas del paciente. 712 J. M. Sendra-Gutiérrez, B. Casanova, M. L. Vargas ORIGINALES Y REVISIONES 3. Preparados (fase de preparación): En los pacientes ya preparados hay que realizar un diseño del tratamiento a seguir valorando las circunstancias ambientales en las que se desenvuelve habitualmente el sujeto. Hay que definir los factores de riesgo que se identifiquen, preparando las estrategias de afrontamiento necesarias para resolver las dificultades que se vayan presentando. Se valora también en esta fase la necesidad de prescribir un tratamiento farmacológico. Existen una serie de datos que hay que conocer para valorar a priori la posible viabilidad del tratamiento, como son el grado de consumo en cuanto a cantidad y duración que nos van a marcar la intensidad del síndrome de abstinencia, la motivación alcanzada y las expectativas del paciente, y finalmente el conocimiento pormenorizado de la enfermedad mental que padece el paciente, así como de la patología médica presente. La probabilidad de que un paciente con TMG abandone el hábito tabáquico va a quedar condicionada por una serie de factores, tanto personales, como ambientales y socioculturales. Un adecuado apoyo social y familiar, junto con recursos personales de afrontamiento frente al estrés, la frustración, la resolución de problemas, el control de los impulsos y de la ansiedad, y un buen nivel de seguridad y autoconfianza, son factores de buena evolución, mientras que un nivel socioeconómico deprimido, el aislamiento social y la falta de apoyo familiar, el estar separado o viudo, un estado psicológico precario y la presencia de fumadores en su entorno cercano, son factores que predisponen al fracaso terapéutico. II. Tratamientos del tabaquismo. Podemos considerar que existen cuatro abordajes específicos para tratar el tabaquismo: la terapia sustitutiva con nicotina, la administración de determinados antidepresivos, la administración de sustancias agonistas del receptor nicotínico y la terapia psicosocial, donde se encuadran técnicas motivacionales y cognitivoconductuales. Consideraremos a continuación los abordajes farmacológicos del tabaquismo: Terapia sustitutiva con nicotina (TSN): Para incluir a un paciente en esta terapia debe existir un grado de motivación suficiente, estando el mismo dispuesto a realizar un intento definitivo de abandono y que la cantidad consumida sea superior a 10 cigarrillos al día. Previamente a comenzar con la terapia se debe identificar en que fase de abandono se encuentra el fumador, el grado de dependencia física valorable por el test de Fageström y detectar las posibles causas de recaídas previas. Se basa en administrar nicotina de una forma diferente al consumo de cigarrillos en una cantidad suficiente para Tabaquismo y trastorno mental grave: conceptualización, abordaje teórico... ORIGINALES Y REVISIONES 713 evitar los síntomas del síndrome de abstinencia y a su vez no excesiva para no provocar dependencia. Existen diferentes formas de administración, empleándose actualmente el chicle, el parche, el inhalador nasal y el bucal, y las tabletas orales. El tratamiento debe durar al menos 8 semanas y es aconsejable asociarlo a terapia cognitivo-conductual (35). En algunos estudios que han utilizado TSN asociada a terapia de grupo se ha detectado un mayor abandono del tabaco en pacientes tratados con antipsicóticos atípicos, alcanzando tasas de abstinencia similares a la población general, en comparación con los tratados con antipsicóticos típicos (36). Estos resultados coinciden con el aumento en el consumo de tabaco encontrado al utilizar algunos antipsicóticos clásicos como el haloperidol, que ha demostrado ser dosis dependiente en algunos estudios (37). Antidepresivos: La utilización de antidepresivos en el tratamiento del tabaquismo se fundamenta en varias razones. En primer lugar, la abstinencia a la nicotina en un fumador con dependencia a la misma puede ocasionar sintomatología depresiva, e incluso provocar un episodio depresivo grave, debido a que la nicotina tiene efectos antidepresivos que son precisamente los que en muchas ocasiones mantienen el hábito. Los antidepresivos pueden tener un efecto sustitutivo de la nicotina actuando sobre los circuitos neuronales implicados en la adicción a la misma. Se ha comprobado que no todos los antidepresivos son efectivos en el intento de abandonar el hábito tabáquico. El bupropion SR y la nortriptilina se han mostrado fármacos eficaces en los ensayos clínicos realizados en este sentido. El primero se caracteriza por tener una actividad noradrenérgica y también dopaminérgica, mientras el segundo es fundamentalmente un fármaco que produce estimulación noradrenérgica y en menor grado serotoninérgica. De cualquier modo, el mecanismo de acción por el que actúan estos fármacos parece ser independiente de la presencia o no de síntomas depresivos y de su propio efecto antidepresivo. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) no han mostrado buenos resultados en los estudios emprendidos. El bupropion SR ha sido el primer fármaco con una composición diferente a la nicotina aprobado por el organismo administrativo farmacéutico estadounidense Food and Drug Administration (FDA) para el abandono del tabaquismo. Para que sea efectivo el tratamiento se debe de iniciar con 150 mg/día durante la primera semana, pasando a 300 mg/día en la segunda, fijando en la misma el día de abandono, y manteniendo el mismo entre las 8 y las 12 semanas. Los efectos adversos más frecuentes del bupropion SR son la sequedad de boca, el insomnio, las cefaleas, las náuseas, algunas reacciones dermatológicas y el riesgo de convulsiones, que es dosis dependiente, estimándose en un 0,1% cuando se emplea a dosis terapéuticas. Por este motivo está contraindicado en la epilepsia y en situaciones que disminuyan el umbral convulsivo, así como en la anorexia y bulimia nerviosas, en 714 J. M. Sendra-Gutiérrez, B. Casanova, M. L. Vargas ORIGINALES Y REVISIONES el trastorno bipolar, en la cirrosis hepática severa, y en el embarazo y lactancia. El bupropión SR aumenta aproximadamente al doble la probabilidad de abstinencia tabáquica a largo plazo (>5 meses) en comparación con el placebo. La efectividad alcanzada en la práctica clínica por este fármaco es modesta, con una tasa de abstinencia en torno al 40% al acabar el tratamiento, que se convierte en el 20% al año de seguimiento (38-39). También se ha comprobado la efectividad del bupropion de forma específica en pacientes esquizofrénicos, alcanzándose unas tasas de abstinencia entre el 16 y el 50 % después de 12 semanas de tratamiento, con unos índices de recaída superiores al 90% al año. No se ha observado exacerbación de la sintomatología positiva con las dosis habituales, y sí una mejoría en los síntomas negativos y depresivos (40-41). Agonistas nicotínicos: El fármaco más estudiado de este grupo es la vareniclina, que es un agonista parcial de los receptores nicotínicos α4 β2, el cual fue aprobado por la FDA para el tratamiento del tabaquismo en 2006 y ha demostrado una eficacia superior al bupropion en el cese del consumo de tabaco (42-43). Aunque se tolera bien en la mayoría de los pacientes siendo el efecto adverso más frecuente las náuseas, algunos estudios han descrito casos de exacerbaciones de enfermedades psiquiátricas existentes, como esquizofrenia y enfermedad bipolar (44-45). Se debe destacar que la FDA señaló que no se incluyeron pacientes con enfermedades psiquiátricas en los estudios realizados para la aprobación de esta medicación. En febrero de 2008 la FDA añadió una advertencia con respecto al uso de este fármaco, notificando estado de ánimo deprimido, agitación, cambios de conducta, ideación suicida y suicidio en pacientes que intentaban dejar de fumar mientras usaban vareniclina. Por tanto, se recomienda actualmente que los pacientes informen al profesional de cualquier antecedente de enfermedad psiquiátrica antes de empezar a tomar esta medicación, y que se supervisen los pacientes para detectar cambios del estado de ánimo y de conducta cuando se prescriba la misma. Es importante plantearse obtener información de los antecedentes psiquiátricos en todos estos pacientes. Otros fármacos: La clonidina, fármaco antihipertensivo, se ha utilizado en el tratamiento del tabaquismo, aunque la FDA no ha aprobado la misma debido a que su interrupción brusca puede causar síntomas como nerviosismo, agitación, cefalea y temblor, acompañado o seguido de una subida rápida de la tensión arterial y de las concentraciones de catecolaminas. Por esta razón se recomienda únicamente como fármaco de segunda línea, siempre bajo supervisión médica. Una revisión demostró la eficacia de la clonidina, pero los efectos secundarios descritos limitan su utilización en la práctica (46). Tabaquismo y trastorno mental grave: conceptualización, abordaje teórico... ORIGINALES Y REVISIONES 715 Revisión de las intervenciones realizadas sobre tabaquismo en TMG. Las pruebas sobre la efectividad de intervenciones para dejar o reducir el hábito tabáquico en pacientes con esquizofrenia están limitadas tanto por el pequeño número de pacientes estudiados como por la escasa cantidad de estudios (47-48). Una reciente revisión de la Colaboracion Cochrane en 2010 se ha planteado como objetivo evaluar los beneficios y los inconvenientes de diferentes tratamientos para la dependencia a la nicotina en esquizofrenia (47). Incluye 21 ensayos randomizados comparando intervenciones farmacológicas o no farmacológicas con placebo o con otro tratamiento control en adultos fumadores con esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo. Las principales implicaciones de los resultados de esta revisión sistemática para la práctica clínica son que bupropion es eficaz para conseguir la abstinencia tabáquica, así como en la reducción del consumo en pacientes con esquizofrenia sin que haya pruebas de deterioro del estado mental secundario a su uso en estos pacientes, ni de que incremente el riesgo de crisis convulsivas. Para otros tratamientos farmacológicos (incluyendo terapia sustitutiva con nicotina, clozapina, galantamina, atomoxetina y topiramato) e intervenciones psicológicas (terapia cognitivo conductual, entrevista motivacional, terapia de grupo, refuerzo conductual, intervención breve, psicoeducacion) no se han encontrado pruebas suficientes y convincentes para respaldar su uso en la clínica en esta revisión. Los autores comentan que la potencia estadística de estas pruebas es relativamente débil, con intervalos de confianza amplios, debido al escaso número de participantes. Recomiendan profundizar en el estudio de tratamientos sustitutivos con nicotina, sobre todo los parches y de intervenciones psicosociales. Hay que señalar que ninguno de los ensayos analizados incluían vareniclina. Otros autores avalan el éxito de programas cognitivo-conductuales, tanto en formato individual como grupal (49). Existen asimismo estudios que apoyan la efectividad de estas terapias para personas con enfermedades mentales mediante el asesoramiento telefónico (quitline) y las terapias de suplementación nicotínica (50). La economía de fichas o el refuerzo mediante premios monetarios podría aumentar la eficacia de los comportamientos de adaptación de los pacientes con esquizofrenia. Sin embargo, la mayoría de los estudios son limitados por deficiencias metodológicas, por lo que esta opción no queda claramente establecida (51-54). Otra revisión de 24 estudios, muestra que la mayoría de las intervenciones combinaban la medicación con la psicoeducación (55). Otros estudios en pacientes con esquizofrenia han examinado la eficacia, la tolerancia y la seguridad del tratamiento antitabáquico mediante el uso combinado de psicoterapia y farmacoterapia. Sugieren que el tratamiento con bupropion asociado a terapia cognitivo-conductual puede facilitar la reducción del hábito ta- 716 J. M. Sendra-Gutiérrez, B. Casanova, M. L. Vargas ORIGINALES Y REVISIONES báquico en pacientes con esquizofrenia, a la vez que estabiliza los síntomas psiquiátricos (56-57). Kisely señala que las intervenciones más eficaces para ayudar a los pacientes a dejar de fumar son similares a las que son eficaces en la población general (tratamientos psicológicos, terapia de sustitución con nicotina, bupropion) (58). En la revisión de Hudmon et al (59) se puede apreciar que los resultados con tratamiento farmacológico son mejores que las intervenciones de tipo conductual para dejar de fumar. No obstante, aunque la farmacología y el counselling son efectivos por separado, cuando se usan conjuntamente dicha efectividad aumenta considerablemente. Entre los tratamientos farmacológicos, los mejores resultados se obtienen con la combinación de nicotina en parches y nicotina de liberación rápida (chicles o spray nasal), seguido de la combinación de parches de nicotina y bupropion SR. Respecto a la vareniclina, la FDA recomienda que los pacientes avisen a sus médicos de antecedentes de enfermedad psiquiátrica antes de su uso y los cambios de humor y de conducta deben ser previstos y monitorizados. En julio de 2009 la FDA ordenó que la información sobre vareniclina advirtiera sobre el riesgo de importantes síntomas neuropsiquiátricos que incluyen alteraciones conductuales, hostilidad, agitación, depresión, ideas e intentos suicidas. Estos efectos se han descrito en varios estudios (44-45, 60-61). Puesto que fumar cigarrillos está por si mismo asociado a conducta suicida (62) no esta totalmente claro si los efectos descritos son causados exclusivamente por vareniclina, pero los pacientes deben ser advertidos. En pacientes con problemas psiquiátricos, como esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión mayor, la eficacia de vareniclina no ha sido fehacientemente comprobada, por lo que su uso debe ser muy cauteloso en estos pacientes. En la ficha técnica de vareniclina en España se hace constar en el apartado de “precauciones” que la deshabituación tabáquica, con o sin tratamiento, se asocia con la exacerbación de enfermedades psiquiatricas. Debe tratarse con especial precaucion a los pacientes con antecedentes de enfermedad psiquiátrica así como advertirlos consecuentemente (63). En un metaanálisis dirigido por la Colaboración Cochrane en 2007 se encontró una OR de 3,22 para abstinencia de 12 meses usando vareniclina vs placebo. Frente a bupropion dicha OR fue 1,66 (64). West et al encuentran que vareniclina reduce más el craving que bupropion y que placebo, y que a su vez bupropion es mejor que placebo para reducir el craving. Sin embargo, en este estudio se excluyeron los pacientes con enfermedad psiquiátrica. Varios ensayos clínicos han mostrado que vareniclina es superior a placebo para dejar de fumar en población general (42, 65-68). En pacientes con esquizofrenia se están investigando posibles efectos beneficiosos de vareniclina (69), pero hay que ser especialmente cautos dados los potenciales efectos adversos graves descritos. Tabaquismo y trastorno mental grave: conceptualización, abordaje teórico... ORIGINALES Y REVISIONES 717 Por último, señalar que las tasas de abandono durante el tratamiento de los pacientes con trastornos psiquiátricos son similares a las de la población general (55), aunque las tasas de recaída parecen mayores. Recomendaciones contenidas en las Guías de Práctica Clínica. La Guía de Práctica Clínica del Servicio Publico de Salud de Estados Unidos ha identificado agentes farmacológicos de primera y segunda línea para el tratamiento de la dependencia tabáquica y su cese (70). Desde el año 2000 las opciones de primera línea eran la terapia de sustitución con nicotina y bupropion SR. Con la suma de vareniclina en 2008 se amplió dicha opción de primera línea (71). La FDA autoriza la indicación de 7 medicamentos en población general para dejar de fumar (5 presentaciones de nicotina, bupropion y vareniclina) (59). Siguiendo la “Actualización del año 2008 de la Guía para el Tratamiento del Tabaquismo” del “US Public Health Service” (72) podemos considerar de forma esquemática las siguientes recomendaciones relacionadas con la utilización de medicación: • Nivel de evidencia A, tratamiento de primera línea: o Bupropion SR. o Chicle, inhalador, spray nasal o parche de nicotina. oVareniclina. • Nivel de evidencia A, tratamiento de primera línea, combinación de medicamentos: o Parches de nicotina a largo plazo (> 14 semanas) + otra forma de TSN (chicle y spray). o Parche de nicotina + inhalador de nicotina o Parche de nicotina + bupropión SR • Nivel de evidencia A, tratamiento de segunda línea bajo supervisión médica: oClonidina. oNortriptilina. • Nivel de evidencia B: o Chicles de nicotina de 4 mg, no de 2 mg, para fumadores muy dependientes. o Pastilla de nicotina. 718 J. M. Sendra-Gutiérrez, B. Casanova, M. L. Vargas ORIGINALES Y REVISIONES Puntos clave: • Las intervenciones para interrumpir o reducir el tabaquismo deben ser parte del tratamiento para los pacientes con esquizofrenia y TMG. • El tratamiento debe llevarse a cabo en Unidades Especializadas de Tabaquismo o en servicios de Salud Mental. • Las intervenciones mas eficaces son similares a las que son eficaces en la población general. • Bupropion es el fármaco mas eficaz, mejor estudiado y mas seguro en este grupo de población. • La terapia de sustitución con nicotina y las intervenciones psicosociales pueden ser efectivas. • El uso combinado de farmacoterapia y psicoterapia se perfila como el más adecuado. • La eficacia y seguridad de vareniclina en pacientes con esquizofrenia no ha sido fehacientemente comprobada por lo que su uso debe ser muy cauteloso en estos pacientes, aunque está incluido en algunas guías dentro del nivel de evidencia A. • Las tasas de abandono durante el tratamiento de los pacientes psiquiátricos son similares a las de la población general, aunque las tasas de recaída parecen mayores. 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España. a Correspondencia: Noemí Morales ([email protected]) Recibido: 05/01/2012; aceptado: 07/05/2012 RESUMEN: Introducción: La descripción de las características de personas diagnosticadas de Estado Mental de Alto Riesgo (EMAR), que son susceptibles de convertirse en un Primer Episodio Psicótico (PEP), es el primer paso para la prevención primaria y secundaria efectuada en los servicios de nuestro sistema sociosanitario. Material: 23 pacientes diagnosticados de EMAR y otros 23 de PEP que han sido atendidos en el Equipo de Atención Precoz a Pacientes en riesgo de Psicosis (EAPPP) de Barcelona, durante el período 2006-2011. Método: Estudio transversal descriptivo para determinar la percepción subjetiva de la calidad de vida, condiciones psicosociales y clínicas de pacientes según presenten un EMAR o un PEP. Resultados: Se observa que los pacientes con EMAR y PEP tienen una percepción subjetiva de la calidad de vida y un Funcionamiento Global (GAF) similar, a pesar de obtener puntuaciones diferentes en la escala PANSS. Conclusiones: A la vista de los resultados, es importante diagnosticar a las personas que presentan un EMAR, cuyas características psicosociales son similares a las que presentan un PEP, para así evitar una posible evolución hacia un trastorno psicótico. ABSTRACT: The description of the characteristics of persons diagnosed with Ultra High Risk (UHR) of psychosis, which are likely to become a First Episode of Psychosis (FEP), is the first step primary and secondary prevention made in our health service system. Material: 23 patients diagnosed EMAR and 23 of PEP who have been treated in the Early Care Team for Patients at risk of psychosis (EAPPP) of Barcelona, between the years 2006-2011. Method: Descriptive cross-sectional study to determine the subjective perception of quality of life, psychosocial and clinical conditions of patients by presenting At-Risk Mental State of psychosis (EMAR) or a First Episode of Psychosis (PEP). Results: Patients with EMAR and PEP have a subjective perception of quality of life and a similar Global Functioning despite getting different scores on the PANSS scale. Conclusions: It is important to diagnose people with EMAR, whose psycho-social characteristics are similar to PEP, in order to avoid a possible evolution towards a psychotic disorder. Palabras clave: Calidad de vida, Primer Episodio Psicótico, Prevención en Psicosis, Atención Temprana, Pródromo, Estado Mental de Alto Riesgo. Key Words: Quality of Life, First Episode of Psychosis, Psychosis Prevention, Early Intervention, Prodrom, At-Risk Mental State. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 723-738. doi: 10.4321/S0211-57352012000400004 724 N. Morales, J.L. Tizón, V. Cabré, J. Artigue ORIGINALES Y REVISIONES 1. Introducción Como resultado de los nuevos enfoques asistenciales sobre las psicosis y los pacientes en riesgo de psicosis, las investigaciones orientadas a estudiar las fases iniciales de los trastornos psicóticos han aumentado considerablemente. Una de las evidencias con repercusiones inmediatas, a nivel preventivo y de intervención precoz, es que antes del primer contacto con los servicios de salud mental, las personas afectadas pasan un largo tiempo sufriendo y emitiendo síntomas. Ese lapso de tiempo puede durar desde meses hasta años. Es el período que se ha denominado DUP (Duration of Untreated Psychosis) (1). En Europa, Klosterkötter y cols.(2) y Häfner y Maurer (3) vienen estudiando ese período desde hace más de una década, trabajo en el cual les acompañan investigadores de diversas latitudes y programas (4-6). Los datos actuales (5-8) muestran que, cuando un paciente es diagnosticado de psicosis en nuestra cultura, lleva al menos un año experimentando los síntomas y conflictos propios del trastorno. Y ese dato sería especialmente relevante si se confirmaran los controvertidos estudios que señalan que DUP más prolongadas se asocian a un curso del trastorno más desfavorable, con todos los sufrimientos y costes que ello conlleva (4, 7, 9, 10). En ese sentido, desplegar estrategias para reducir la DUP e intervenir lo antes posible, se convierte en un objetivo necesario y prioritario para la atención en salud mental de estas personas y sus familias (11-14). Si esa atención precoz no existe, se retrasa la instauración de tratamientos eficaces, las intervenciones iniciales suelen ser bruscas, traumáticas, alienantes, con poca continuidad de la atención y con escasa colaboración del paciente (y, a veces, de la familia) en el tratamiento. La consecuencia general del modelo de atención a las psicosis actualmente imperante en los países “desarrollados” es que los afectados, generalmente jóvenes, no reciben asistencia hasta que presentan un riesgo severo para sí mismos o para los demás, o evolucionan hacia un patrón crónico del trastorno y diversas discapacidades bio-psico-sociales (15-18). Normalmente, los métodos de potenciación del riesgo, limitados a la enfermedad psicótica y centrados en los signos tempranos de la psicosis, pasan por alto la fase prodrómica prepsicótica, habitualmente muy prolongada, que se acompaña a menudo de alteraciones cognitivas y funcionales, con deterioro en las relaciones sociales. Muchos de los pacientes que sufren síntomas graves y que pierden progresivamente su calidad de vida en la fase prodrómica de la psicosis no reciben tratamiento. La primera fase de potenciación genérica del riesgo está fundamentada, principalmente, en las personas que consultan a los servicios de medicina primaria, debido al padecimiento de problemas mentales. Por ese motivo, es necesaria la aplicación de instrumentos que permitan la identificación de las personas con riesgo moderado, en servicios especializados de salud mental o en centros de intervención temprana (3). Estudio de la calidad de vida en pacientes con psicosis incipiente. ORIGINALES Y REVISIONES 725 En la literatura internacional se discute respecto a la delimitación y conceptualización (características, instrumentos y evolución) de los síndromes prodrómicos (19, 20). Como estrategia para identificar a esas personas, que llevan experimentando síntomas y conflictos específicos de un trastorno psicótico sin llegar a desarrollarlo pero con mayor riesgo de evolución hacia el mismo, se utiliza el término Ultra High Risk (UHR). En nuestro país, se ha propuesto el término EMAR (Estado Mental de Alto Riesgo), pero aún no queda claro si este término debe englobar exactamente los mismos criterios. El concepto se hace operativo a través del uso de uno de los instrumentos más generalizados de este ámbito: la entrevista estructurada SIPS/SOPS, desarrollada con el objetivo de identificar la psicosis incipiente. La combinación de la SIPS (Structured Interview for Prodromal Symptoms) y de la SOPS (Scale of Prodromal Syndromes) agrupa a través de una escala de gravedad de 6 puntos un grupo de síntomas psicóticos, un grupo de seis síntomas negativos y un grupo de cuatro síntomas de desorganización. Además, se determina la gravedad de síntomas actuales (6 puntos) y la gravedad de síntomas psicóticos (3). En realidad, se sabe poco de cómo viven las personas con PEP y con EMAR antes del primer ingreso o contacto con las redes de salud mental, pero lo que sí se sabe es que el deterioro en el funcionamiento psicosocial comienza en las primeras etapas de la enfermedad (21). Se ha planteado que el tiempo de psicosis no tratada (DUP), la adaptación premórbida, el predominio de síntomas negativos, el consumo comórbido de sustancias psicoactivas y las condiciones psicosociales (calidad de vida), especialmente la pobreza, destacan como los más importantes en la determinación del pronóstico en la esquizofrenia (22). Se ha cuestionado la idea clásica de que tanto la incidencia como la prevalencia de la esquizofrenia no muestran diferencias significativas entre hombres y mujeres. Respecto al inicio del trastorno, la mayoría encuentran que es más temprano en los hombres. Además, algunos estudios sugieren que las mujeres presentan un mejor funcionamiento premórbido y, especialmente en seguimientos a largo plazo, un curso más favorable (23). El inicio de la esquizofrenia es más temprano en los hombres que en las mujeres, y se sabe que una serie de signos y síntomas prodrómicos se presentan de manera insidiosa incluso dos años antes del comienzo de los síntomas psicóticos francos (24). Según estudios previos (25) los europeos tienden a presentar el primer signo del trastorno a los 22,5 años (los hombres) y 25,4 años (las mujeres), pero el 73% de los mismos experimentan una fase prodrómica, de uno a cinco años de duración, con síntomas psicóticos ya manifiestos, sin diagnóstico ni tratamiento. Por este motivo, se decide avanzar la edad de captación desde los 15 a los 12 años, en coincidencia con resultados de investigaciones internacionales (26). 726 N. Morales, J.L. Tizón, V. Cabré, J. Artigue ORIGINALES Y REVISIONES Las mayores dificultades se presentan para distinguir los déficits premórbidos, los pródromos de la esquizofrenia y el propio trastorno. En la mayoría de los casos, antes de un PEP se observan diferentes síntomas prodrómicos, con alteraciones del comportamiento y deterioro de las actividades sociales, académicas y laborales, síntomas afectivos, ansiedad, alteraciones del sueño, etc. (27). En un estudio realizado por Melle y cols. (28) encontraron que el deterioro de ajuste premórbido social y académico, se asocia con la pérdida de funcionamiento social visto entre la adolescencia temprana y tardía de pacientes con primeros episodios psicóticos. Se sabe que la adolescencia es un periodo del desarrollo donde pueden presentar con bastante frecuencia síntomas psicóticos atenuados similares a los pacientes con esquizofrenia, aunque con un patrón de gravedad más leve (29). En los tres o cuatro años previos a la aparición de un PEP, tienen lugar una serie de síntomas psicológicos inespecíficos y una disminución en áreas del funcionamiento del individuo (30). Diversos estudios han señalado que la calidad de vida debe ser uno de los objetivos prioritarios actuales en el abordaje de enfermedades crónicas como la esquizofrenia (31, 32). Pero un aspecto a tener en cuenta es la gran cantidad de escalas que hay para medir la calidad de vida, lo que puede suponer una dificultad en el tratamiento (33). Las escalas pueden ser subjetivas u objetivas. Las medidas objetivas hacen referencia a los indicadores de la condición de vida y aspectos sociodemográficos, mientras que los indicadores subjetivos se refieren a los diferentes ámbitos de la vida del paciente (34). Cabe destacar que la calidad de vida de las personas diagnosticadas de esquizofrenia puede verse alterada por los síntomas positivos y/o negativos del trastorno, pero hay que ir más allá de la sintomatología clásica y conocer la experiencia subjetiva de estas personas para poder realizar un abordaje terapéutico más amplio (35). La escala Quality of Life Scale (QLS), de Heinrichs y cols. (36) se desarrolló para la evaluación de la disfunción del paciente a causa del defecto esquizofrénico, aunque en la mayor parte de los estudios se aplica con la intención de determinar la calidad de vida del paciente (37). Las investigaciones actuales sobre la calidad de vida, pues, enfatizan la subjetividad del propio paciente. Sin embargo, no hay que dejar de lado su sintomatología, ya que puede distorsionar la realidad, como por ejemplo en casos en que los pacientes sufren delirios y alucinaciones. Concretamente, los pacientes que presentan un PEP tienen menos capacidad de introspección, motivo por el que se dificulta la atribución de los síntomas al trastorno y la interpretación de la experiencia psicótica como algo anormal, lo que implica una menor aceptación y un mayor incumplimiento del tratamiento (38). En este caso, es necesario disponer de otros elementos para contrarrestar la percepción del propio paciente con la del clínico. Por ese motivo, si se aborda la calidad de vida en salud mental, es necesario correlacionar calidad de vida y síntomas psicopatológicos (39). Estudio de la calidad de vida en pacientes con psicosis incipiente. ORIGINALES Y REVISIONES 727 Objetivo del trabajo En este contexto, se presenta un estudio preliminar con el objetivo de evaluar la percepción subjetiva de la calidad de vida, condiciones clínicas y psicosociales de pacientes según presenten un EMAR o un PEP. La descripción de las características de los EMAR, que son susceptibles de convertirse en un PEP, es el primer paso para la prevención primaria y secundaria efectuada en los servicios de nuestro sistema sociosanitario. Sólo de este modo se pueden poner en marcha medios, herramientas y sistemas fiables para detectarlo de manera precoz, para poder ayudar a estos pacientes y a los grupos humanos desde el primer momento, desde los estados de riesgo (9, 20, 40). Para los profesionales que trabajan en estrecho contacto clínico con esos pacientes y sus allegados, una primera preocupación es aclarar cómo, los pacientes psicóticos y sus familias, conviven y soportan un trastorno tan grave y doloroso. En especial, cómo y desde cuando comenzó el trastorno y cuáles fueron sus síntomas y su calidad de vida, así como también sus percepciones, cogniciones, conflictos, capacidades de contención y resiliencia, con el fin de poder desarrollar estrategias de intervención que permitan abordar estos síntomas para disminuir la vulnerabilidad y mejorar la calidad de vida del paciente (35, 41). 2. Material y método 2.1. Diseño El estudio es transversal descriptivo, realizado con pacientes atendidos por el Equipo de Atención Precoz al Paciente en riesgo de Psicosis (EAPPP), del Institut Català de la Salut (ICS) de Barcelona. Se han obtenido los primeros datos de los pacientes, atendidos entre los años 2006 y 2011. El EAPPP trabaja en una zona sanitaria delimitada de la ciudad Barcelona, con una población asignada de 83.746 habitantes, en estrecha colaboración con el sector de servicios sanitarios de captación (primario, secundario y terciario, incluidos los servicios de salud mental), los servicios de educación (psicopedagogía, equipos de atención y centros de educación primaria y secundaria) y los servicios sociales (equipos de atención preventiva, servicios sociales de atención primaria e instituciones de justicia para la protección de la juventud en situación de riesgo). Dentro de esta red social, el EAPPP trata de estimular la implicación de todo tipo de profesionales de los Servicios a la Comunidad en la detección y tratamiento, tanto a nivel preventivo como formativo. 728 N. Morales, J.L. Tizón, V. Cabré, J. Artigue ORIGINALES Y REVISIONES 2.2. Participantes y recogida de datos Los sujetos de estudio son personas que cumplen criterios de inclusión de los grupos EMAR y/o PEP utilizados en el EAPPP. Suman un total de 23 pacientes EMAR y 23 pacientes PEP. Criterios de inclusión del grupo EMAR: sujetos de edades comprendidas entre los 12 y los 35 años, que presenten signos y síntomas prodrómicos. Dada la variabilidad clínica y los diversos encuadres de los equipos, se requiere el cumplimiento de al menos una de las siguientes condiciones: 1.Síntomas psicóticos breves, limitados o intermitentes (BLIPS): si en al menos uno de los síntomas siguientes ha alcanzado un nivel de intensidad psicótica en los últimos tres meses en la escala PANSS, es decir, una puntuación ≥4 en alucinaciones, contenido inusual del pensamiento (delirios, grandiosidad, suspicacia y perjuicio) y/o desorganización conceptual. 2.Síndrome de Síntomas Positivos Prodrómicos: si en al menos uno de los síntomas anteriores se ha alcanzado una puntuación entre 3 y 5 en los Síntomas Psicóticos Atenuados (APS) de la entrevista estructurada por Síndromes Prodrómicos SIPS/SOPS; contenido inusual del pensamiento, ideas delirantes, suspicacia/ideas persecutorias, grandiosidad, percepciones anormales/alucinaciones, comunicación desorganizada y/o conductas o aspecto extraño. También si ha empezado alguno de los síntomas en el último año o alguna frecuencia mediana de al menos una vez por semana en el mes anterior. 3.Vulnerabilidad familiar y funcionamiento global disminuido. Criterios de exclusión del grupo EMAR: no reunir ninguno de los tres criterios de inclusión como “estado prodrómico” de la entrevista SIPS/SOPS; diagnóstico de un episodio psicótico anterior durante más de una semana; síntomas psicóticos como causa del abuso de sustancias o trastorno mental orgánico; retraso mental; tomar la medicación antipsicótica durante el periodo de estudio. Criterios de inclusión del grupo PEP: pacientes de ambos géneros, de edades comprendidas entre los 12 y los 35 años, diagnosticados de PEP en los doce meses anteriores según las clasificaciones o los códigos DSM-IV o CIE-10 de esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme, trastorno delirante, trastorno psicótico breve, trastorno psicótico compartido o trastorno psicótico no especificado. Criterios de exclusión del grupo PEP: Pacientes sin ningún diagnóstico de los citados, en los doce meses anteriores a la primera entrevista; pacientes con alguno de los diagnósticos citados y más de doce meses de evolución desde la primera vez que se efectuó el diagnóstico; o pacientes con diagnóstico de “trastorno psicótico debido a enfermedad médica” o “inducido por sustancias”. Estudio de la calidad de vida en pacientes con psicosis incipiente. ORIGINALES Y REVISIONES 729 2.3. Material Como instrumento de cribaje se utiliza el Early Recognition Inventory checklist (ERIraos) (42), basado en el Retrospective Assessment of the Onset and course of Schizophrenia and others psychosis (Iraos) (43). La escala valora la presencia/ ausencia de síntomas inespecíficos, del pródromo tardío y de síntomas psicóticos durante los últimos doce meses, así como también sus cambios de intensidad y la presencia o ausencia de algunos factores de riesgo. La evaluación de APS se realiza con la SIPS/SOPS (44), en su versión en castellano, que en población española ha demostrado poseer una excelente validez predictiva y una elevada coherencia interna (19). Para evaluar BLIPS, se utiliza la PANSS 16, con una moderada consistencia interna en la PANSS-P y elevada en la PANSS-N (35, 45). El funcionamiento global se evalúa con el Global Assessment Functioning (GAF). Para la calidad de vida, se utiliza la Quality of Life Scale (QLS) (36, 46). 2.4. Procedimiento Para la asociación entre variables cualitativas de los pacientes se ha aplicado la prueba de Chi-cuadrado. Para valorar las diferencias de las medianas se ha utilizado la prueba no paramétrica de U de Mann-Whitney. Para analizar la relación entre variables cuantitativas de los pacientes, se ha utilizado la regresión lineal y la correlación de Spearman. 3.Resultados 3.1. Características sociodemográficas La edad de la primera visita entre los pacientes EMAR es inferior a la de los que presentan un PEP, resultado significativo entre ambos grupos (p=0,034). La mayoría de los pacientes son hombres, tanto en EMAR como en PEP, lo que destaca a nivel global (p=0,000). También se observa un nivel socioeconómico similar en la muestra, caracterizado por un porcentaje más elevado de familias sin trabajo o no cualificadas, y un parecido núcleo familiar, en el que hay una distribución bastante homogénea de pacientes que conviven en una familia nuclear, monoparental o bien con otros familiares o amigos (ver tabla 1). 730 N. Morales, J.L. Tizón, V. Cabré, J. Artigue ORIGINALES Y REVISIONES Tabla 1. Comparación de las características sociodemográficas entre EMAR y PEP. Edad media primera visita Edad media primera visita según género • Mujeres • Hombres Edad media primera visita según género • Mujeres • Hombres Género • Mujeres • Hombres Género total de la muestra • Mujeres • Hombres Nivel socioeconómico familiar • Familias sin trabajo/ no cualificadas • Nivel económico medio/medio-bajo Convivencia familiar • Familia nuclear • Familia monoparental • Convivencia con otros familiares/amigos EMAR1 N=23 (50%) PEP2 N=23 (50%) N estadísticos p 17,4 26,7 46 t=4,4 0,034* 23 t=0,217 0,212 31,3 25,1 23 t=1,638 0,535 6 (26,1%) 17 (73,9%) 46 x²=0,511 0,475 46 10 (21,7%) 36 (78,3%) x²=14,696 0,000* 18,0 17,3 4 (17,4%) 19 (82,6%) 14 (60,9%) 15 (65,2%) 9 (39,1%) 8 (34,8%) 46 x²=0,93 0,760 12 (52,2%) 6 (26,1%) 5 (21,7%) 10 (43,5%) 5 (21,7%) 8 (34,8%) 46 x²=0,965 0,617 Estado Mental de Alto Riesgo Primer Episodio Psicótico * Resultados estadísticamente significativos 1 2 3.2. Características clínicas Los pacientes, tanto los del grupo EMAR como los del grupo PEP, han obtenido resultados similares en la valoración subjetiva de la calidad de vida (QLS) y en el Funcionamiento Global (GAF). No se detecta relación alguna entre los resultados obtenidos en los dos grupos en cuanto a la escala QLS y la escala PANSS, ni entre el GAF y la escala PANSS, a pesar de obtener diferentes puntuaciones en PANSS (Ver tabla 2). 731 Estudio de la calidad de vida en pacientes con psicosis incipiente. ORIGINALES Y REVISIONES Tabla 2. Comparación de las características clínicas entre EMAR y PEP. EMAR1 N=23 (50%) PEP2 N=23 (50%) N estadísticos p Puntuación media escala QLS 62,5 57,8 46 U=250 p=0,750 Puntuación media GAF 52,0 45,9 46 U=174 p=0,043* Puntuación media PANSS 8,8 17,0 46 U=94 p=0,000* Correlación entre QLS y PANSS 46 r=1,000 p=0,947 Correlación entre GAF y PANSS 46 r=0,109 p=0,469 Estado Mental de Alto Riesgo Primer Episodio Psicótico * Resultados estadísticamente significativos 1 2 4.Discusión La media de edad de los pacientes diagnosticados de EMAR, muestra que, antes de la aparición de un PEP, existe una larga fase prodrómica con síntomas ya manifiestos. En ambos casos, tanto en EMAR como en PEP, se ha hallado una media de edad ligeramente superior en mujeres que en hombres, lo que se asimila a lo señalado en estudios europeos, en los que se detalla que los hombres suelen presentar un trastorno psicótico antes que las mujeres (23, 47). Conviene recordar que hay factores que determinan una vulnerabilidad sobre la cual los factores de riesgo pueden facilitar aún más las evoluciones desfavorables. Se sabe que existen factores de riesgo perinatales, antecedentes familiares, situaciones familiares, de salud, alteraciones en las primeras relaciones de los progenitores con el bebé, en el desarrollo cognitivo, alteraciones en el desarrollo de los hábitos psicosomáticos y en las relaciones con los demás (18). Debido a la imposibilidad de abarcar todos los factores de riesgo que pueden enfatizar una evolución hacia la psicosis, en este estudio se ha analizado el factor psicosocial y el clínico, partiendo de la base de que en la actualidad, el estudio de personas con trastornos psicóticos se ha ampliado desde el ámbito clínico hasta abarcar dimensiones del funcionamiento psicosocial y la calidad de vida (22). Del 732 N. Morales, J.L. Tizón, V. Cabré, J. Artigue ORIGINALES Y REVISIONES mismo modo, queremos señalar que las limitaciones del estudio debido al reducido tamaño de la muestra no nos permite exponer conclusiones definitivas, pero nos ayuda a conocer más acerca de los pacientes con psicosis temprana que han sido diagnosticados y tratados por un equipo especializado. Los datos obtenidos acerca de la situación familiar, reflejan lo mencionado en investigaciones anteriores, en las que se determina dicha situación como un factor de riesgo de padecer psicosis. Concretamente, la familia monoparental (48) y una situación de bajo nivel socioeconómico (48, 49). En este estudio se ha observado la percepción subjetiva de la calidad de vida de los pacientes, según presentaban un EMAR o un PEP, dado que en las investigaciones sobre la calidad de vida se enfatiza el conocimiento de la subjetividad del propio paciente (38). No se han encontrado diferencias significativas ni en la percepción subjetiva de la calidad de vida ni en el Funcionamiento Global (GAF) entre los dos grupos establecidos. Este hecho se puede asociar a la dificultad de introspección de los propios pacientes. Se sabe que la información subjetiva acerca del desempeño de roles sociales y las condiciones materiales y sociales de la vida puede estar distorsionada por varias razones que podrían denominarse “falacias psicopatológicas”, como la “falacia afectiva” (en la que el propio paciente valora el bienestar subjetivo como excelente), la “falacia cognitiva” y la “falacia de distorsión de la realidad” (las cuales se pueden reconocer con mayor facilidad debido a los síntomas presentados por el paciente) (39). En una entrevista realizada por uno de los clínicos del equipo, un paciente relató que empezaba a escuchar voces, motivo por el que había dejado de salir a la calle. Si no se hubiese tratado con antelación su situación, el paciente hubiese continuado su vida, percibiéndola con total normalidad. Este ejemplo, como muchos otros más, muestra la progresión del deterioro en los inicios de un trastorno psicótico y la dificultad de introspección que les caracteriza. Conocer el funcionamiento psicosocial de los pacientes con primeros episodios de psicosis es, por lo tanto, fundamental para perfilar el pronóstico del trastorno e identificar factores de riesgo que permitan mejorar el funcionamiento global y la calidad de vida de los pacientes (21). Pero aunque las investigaciones apunten a que el deterioro en el funcionamiento psicosocial comienza en las primeras etapas del trastorno, dado que antes de un PEP hay un declive en ciertas áreas del funcionamiento del individuo, tales como el afecto depresivo, el aislamiento social, la disminución de la concentración y motivación, alteraciones en el sueño y suspicacia (22), se desconocen estudios que evalúen la percepción subjetiva de la calidad de vida que tiene la persona en la fase prodrómica del trastorno. Por ese motivo, es importante la tarea que se realiza desde los equipos de atención precoz con pacientes que pueden estar en riesgo de padecer psicosis, para así poder atender el sufrimiento de los propios pacientes y de sus familiares (50). Una de las Estudio de la calidad de vida en pacientes con psicosis incipiente. ORIGINALES Y REVISIONES 733 maneras de evaluar la recuperación de estos pacientes es, precisamente, observar si su percepción subjetiva se asimila a la que observa el propio clínico, motivo por el que a mejor funcionamiento global, mayor percepción subjetiva de la calidad de vida. De acuerdo con la International Early Psychosis Association (IEPA), en la intervención de una persona joven con Estado Mental de Alto Riesgo que busca activamente o acepta ayuda para su malestar asociado a los síntomas, se debe proporcionar información de una manera flexible, cuidadosa y clara sobre los riesgos del desarrollo de los trastornos mentales, así como de sus síntomas y problemas actuales (51). Una de las tareas que el equipo desarrolló, fue puntuar globalmente la calidad de vida de los pacientes al mismo tiempo que se les administraba la QLS. En todos los casos, tanto en EMAR como en PEP, se observó una diferencia de percepción entre el propio paciente y el clínico de referencia. La ausencia de relación entre la percepción subjetiva de la calidad de vida y el Funcionamiento Global con respecto a la puntuación obtenida en la escala PANSS, se explica por la alteración de la percepción que caracteriza el funcionamiento psicótico. Por ese motivo, el paciente tiene una mejor percepción de su calidad de vida en relación o en comparación a la que observa el propio clínico. En diversas entrevistas realizadas por el equipo, se ha observado una negación de los conflictos y una dificultad de contacto con la realidad por parte de los pacientes. En una de las sesiones, por ejemplo, un paciente diagnosticado de EMAR valoró su calidad de vida con una puntuación bastante elevada. Concretamente, en una de las preguntas que se le hizo sobre las relaciones sociales expresó no tener ningún tipo de problema a la hora de hacer amigos, mientras que al profundizar en el tema se observó una gran dificultad para poder hablar con los demás. Tan sólo hablaba esporádicamente con algún conocido por teléfono y evitaba el contacto directo con los demás. Tal y como hemos observado en este estudio, las personas que padecen un Estado Mental de Alto Riesgo tienen un Funcionamiento Global y una percepción subjetiva de la calidad de vida similar a los que padecen de un PEP, a pesar de no presentar síntomas claramente psicóticos. Por ese motivo, conocer y aclarar cómo y desde cuando empieza el trastorno psicótico y cuáles son las percepciones, cogniciones, conflictos y capacidades de contención y de resiliencia de una persona en riesgo de padecer un trastorno psicótico, supone una información relevante para los profesionales que trabajan en contacto estrecho con esos pacientes y sus familiares. La detección precoz de los síntomas permitiría una atención inmediata, disminuyendo los niveles de pérdida de la calidad de vida. Pero, aún así, normalmente se atribuye un papel fundamental a la red sanitaria en esta detección, lo que implica pensar que la mayoría de pacientes visitan los dispositivos de salud mental durante un año, cosa que está actualmente por demostrar. En realidad, se sabe poco de cómo viven en nuestras sociedades las personas con EMAR y PEP, y sus 734 N. Morales, J.L. Tizón, V. Cabré, J. Artigue ORIGINALES Y REVISIONES familias, cuando no están hospitalizadas y, aún menos, antes del primer ingreso o contacto con las redes de salud mental. Tampoco se puede determinar la magnitud de los costes directos o indirectos (52). Estudios internacionales muestran como un tratamiento integral, en el que se incluye psicoterapia, medicación y trabajo con los familiares, todo ello combinado con estrategias de detección precoz, reduce de forma significativa la duración de la psicosis no tratada, aunque el primer año no se pueda detectar su efecto en el área de síntomas positivos (9). Algunos estudios también señalan que en estos grupos el efecto de la psicoterapia se detecta a partir de los doce meses (53) y cómo esta técnica, a veces combinada o no con el uso de los psicofármacos, reduce la transición de los EMAR a PEP y provoca una mejora significativa en los síntomas (54). Acorde con las líneas generales de consenso IEPA, promoviendo la identificación temprana, la educación a la comunidad (información sobre el comienzo de la psicosis, tratamiento y apoyo), los programas de atención específicos para cada fase, los tratamientos farmacológicos prudentes, las intervenciones psicosociales y la incentivación de la investigación en psicosis, así como también el contar con las familias y las asociaciones para validar experiencias, se puede reducir de manera importante el impacto de los síntomas y permitir una recuperación inicial más rápida y concreta (55). El abordaje terapéutico, por lo tanto, ha de integrar intervenciones psicofarmacológicas e intervenciones psicosociales, incluyendo aspectos como la autonomía, la calidad de vida, el bienestar personal o la participación, es decir, la recuperación personal. Por ese motivo, es importante señalar que la intervención temprana en los primeros episodios no se debe reducir solo a la remisión de los síntomas, sino también a las dificultades de la funcionalidad consecuentes, ya que algunos estudios sugieren que el deterioro funcional no se limita a pacientes en fase aguda del trastorno, sino que el deterioro funcional se puede presentar pese a la recuperación sintomática (56, 57). La importancia otorgada en mayor medida a la recuperación funcional y no únicamente a la reducción de los síntomas psicóticos es un reflejo del cambio que está sufriendo el enfoque de las intervenciones clínicas en psicosis en los últimos años. Sin embargo, todavía hoy en día existen diferentes abordajes en la intervención de la psicosis temprana, lo que dificulta el establecimiento de la organización asistencial de estos pacientes. Para concluir, en la línea de lo expuesto, queremos remarcar la necesidad de establecer dispositivos de salud mental especializados en la detección y el abordaje de la psicosis temprana y de implantar modelos comunes de intervención, para favorecer la evolución y recuperación de estos pacientes. Estudio de la calidad de vida en pacientes con psicosis incipiente. ORIGINALES Y REVISIONES 735 5.Agradecimientos Este estudio no hubiera sido posible sin la participación de los trabajadores del Equip d’Atenció Precoç al Pacient en risc de Psicosi (EAPPP) de Barcelona, en especial a Montserrat Martínez y Anna Oriol. De la misma forma, la colaboración de Manel Salamero en referencia a los aspectos metodológicos, ha sido de gran ayuda en esta investigación. A todos ellos nuestros más sinceros agradecimientos por su labor. BIBLIOGRAFÍA: (1) Marshall M, Lewis S, Lockwood A, Drake R, Jones P, Croudace T. Association between duration of untreated psychosis and outcome in cohorts of first-episodes patients. Arch Gen Psychiatry 2005; 62(9): 975-83. (2) Klosterkötter J, Ruhrmann S, Schultze-Lutter F, Salokangas R, Linszen D, Birchwood M, et al. The European Prediction of Psychosis Study (EPOS): integrating early recognition and intervention in Europe. World Psychiatry 2005; 4(3): 161–7. (3) Häfner H, Maurer K. Early detection of schizophrenia: current evidence and future perspectives. World Psychiatry 2006; 5: 130-8. (4) Yung AR, Phillips L, McGorry PD. Treating schizophrenia in the prodromal phase. London: Taylor y Francis, 2004. (5) Johannessen JA, Martindale BV, Cullberg J. (Eds.). Evolving psychosis: different stages, different treatments. London and New York: Routledge, 2006. (6) Olsen KA, Rosenbaum B. 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Correspondencia: Paloma Roxana García Ramos ([email protected]) Recibido: 12/02/2012; aceptado: 27/05/2012 RESUMEN: Desde las primeras descripciones de la esquizofrenia se sospechó acerca de la contribución de la familia al establecimiento y curso de la enfermedad. En la segunda mitad del siglo XX surge el concepto de emoción expresada para referirse al estilo de comunicación prevalente dentro de una familia. La alta emoción expresada, determinada por altos niveles de criticismo, hostilidad o sobreimplicación emocional hacia el paciente, está reconocida como uno de los mejores predictores ambientales de recaída en esquizofrenia. Se han investigado posibles variables asociadas a la emoción expresada, incluidas características del paciente, familiares, de la enfermedad, cultura, etc. Las intervenciones familiares disminuyen el número de recaídas mediante la reducción de la expresión emocional, el estrés y la carga familiar. El modelo de atención comunitaria en el trastorno mental grave debe implicar el compromiso de dotar a la familia del paciente de las herramientas suficientes para afrontar la enfermedad de forma digna. Palabras clave: emoción expresada, esquizofrenia, terapia familiar. ABSTRACT: From the first descriptions of schizophrenia has been suspected the contribution of the family to the establishment and course of the disease. In the second half of the 20th century the concept of Expressed emotion emerged as referring the prevalent style of family communication. High expressed emotion, determined by high levels of criticism, hostility or emotional over-involvement towards the patient, is recognized as one of the best environmental predictors of relapse in schizophrenia. It has been investigated potential factors associated with expressed emotion, including characteristics of the patient, family, of the disease, culture, etc. Family interventions decrease the number of relapses by the reduction of emotional expression, stress and family burden. The model of community-based healthcare in severe mental disorder must involve commitment to provide the family of the patient of the necessary tools to deal with the disease in a dignified manner. Key Words: expressed emotion, schizophrenia, family therapy. Introducción El curso de la esquizofrenia está determinado por variables personales, ambientales y por la interacción de ambas (1-2). Desde las primeras descripciones de la enfermedad se ha sospechado acerca de la contribución de la familia al estableRev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 739-756. doi: 10.4321/S0211-57352012000400005 740 P. R. García, A. Moreno, N. Freund, G. Lahera ORIGINALES Y REVISIONES cimiento y curso de la esquizofrenia (3-5). En la década de los 50, en los Estados Unidos, surge la terapia de familia a raíz de que muchas observaciones clínicas indicaran que los familiares de los pacientes podían influir poderosamente, tanto a favor como en contra, en el curso de la esquizofrenia (6). En Inglaterra, el interés por la familia del paciente esquizofrénico surgió a raíz de que los estudios de seguimiento tras el alta de las instituciones psiquiátricas revelaran que los pacientes experimentaban un mayor número de recaídas al regresar a aquellos hogares donde predominaban las interacciones hostiles y las relaciones personales insatisfactorias (7-8). Surge entonces el concepto de emoción expresada para referirse al estilo de comunicación prevalente dentro de una familia, en donde una alta emoción expresada se caracterizaría por altos niveles de criticismo, hostilidad o sobreimplicación emocional hacia el paciente esquizofrénico. Brown et al. (9) encontraron una asociación significativa entre el nivel de emoción expresada mostrada por los familiares al ingreso hospitalario del paciente y la recaída sintomática durante los 9 meses siguientes al alta médica, y sugirieron que la medicación habitual con antipsicóticos y un menor contacto con los familiares de alta emoción expresada ofrecían cierta protección. Las familias con baja emoción expresada se correlacionaban con bajas tasas de recaída sintomática durante los 9 meses siguientes al alta hospitalaria, independientemente del tratamiento neuroléptico (9-11). Basándose en esto, algunos autores sugirieron que en las familias con baja emoción expresada, la medicación no era necesaria para prevenir la recaída, algo que no ha sido replicado en estudios posteriores (12). A finales de los 80 y durante los 90 hubo una explosión de interés e investigación en emoción expresada por todo el mundo y en patologías distintas a la esquizofrenia (13). No obstante, no todos los estudios realizados apoyaron la hipótesis de la emoción expresada como determinante de recaída (14-17) y algunos autores expresaron su preocupación porque dicho concepto pudiera ser usado para culpar a las familias de los pacientes con esquizofrenia de la enfermedad (18, 19). Por este motivo, a lo largo de los años 90, varios autores decidieron reanalizar los datos procedentes de todos los estudios de emoción expresada disponibles. Las conclusiones de tales revisiones fueron las mismas: la emoción expresada se asocia significativamente a un curso más severo de esquizofrenia (20) y a un mayor número de recaídas (13, 21). La ratio de recaídas de los pacientes procedentes de familias con alta emoción expresada es entre 2.5 - 4 veces superior a los de baja emoción expresada (22-26), lo que sugiere un valor clínico semejante a la medicación (30% de recaídas con tratamiento neuroléptico y 65% con placebo) (27). Por este motivo, la alta emoción expresada familiar está reconocida como uno de los mejores predictores ambientales de recaída en esquizofrenia conocidos hasta el momento. Factores asociados a la Emoción Expresada familiar en la Esquizofrenia... ORIGINALES Y REVISIONES 741 Factores asociados a la Emoción expresada familiar A continuación se describen las principales variables asociadas a la emoción expresada familiar. a.Emoción expresada y Características del paciente Sexo y personalidad: Hogarty sugirió que la emoción expresada únicamente predecía recaída en los varones, algo que no ha sido evidenciado posteriormente (13). Lo que sí se ha replicado es una correlación estadísticamente significativa entre la alta emoción expresada y el hecho de que el paciente sea varón, lo que pudiera estar reflejando las diferentes expectativas culturales depositadas por los padres en los hijos en función de su sexo (28). Algunos estudios han encontrado que los pacientes procedentes de familias con alta emoción expresada son, a su vez, más críticos con sus familiares y menos autónomos en sus estilos de afrontamiento (29-30). Funcionamiento premórbido: En sus primeros estudios, Leff (10) señaló que la alta o baja emoción expresada de los familiares no podía justificarse por el estado premórbido del paciente. Brown (9) encontró una fuerte asociación entre la emoción expresada, las dificultades laborales de los pacientes durante los dos años previos y las alteraciones conductuales presentadas en el año previo. Miklowitz encontró un peor funcionamiento social premórbido asociado a la sobreimplicación emocional familiar (31) y Barrowclough halló peores puntuaciones en actividades lúdicas, independencia y funcionamiento general asociadas tanto a hostilidad como a sobreimplicación emocional (32). Historia de la enfermedad: La mayor parte de la investigación en emoción expresada y esquizofrenia se ha centrado en los estadios intermedios o avanzados de la enfermedad, mientras que las fases precoces (estados mentales de alto riesgo y primeros episodios) han sido poco estudiadas. O´Brien et al. (33) encontraron que los mayores niveles de sobreimplicación emocional, comentarios positivos y calidez del cuidador se asociaban a una reducción de los síntomas y un mejor funcionamiento social en una muestra de 26 pacientes en estado mental de alto riesgo. En un estudio con 63 pacientes de estas mismas características, Schlosser et al. (34) mostraron que la sobreimplicación emocional interaccionaba con la calidez para predecir un mejor funcionamiento en el tiempo, mientras que la combinación de criticismo, hostilidad y sobreimpli- 742 P. R. García, A. Moreno, N. Freund, G. Lahera ORIGINALES Y REVISIONES cación emocional resultaba en una alta emoción expresada que se asociaba a un empeoramiento de los síntomas positivos. Muchos de los estudios que han incluido a sujetos en estadios tempranos de la enfermedad apoyan el valor predictivo de la emoción expresada (16, 35-36), aunque parece que la magnitud de la asociación entre alta emoción expresada y recaída en dichos estadios es menor que en pacientes crónicos (20). La prevalencia de alta emoción expresada entre las familias de pacientes con primeros episodios psicóticos es similar a la identificada en estadios más avanzados (37-39). King y Dixon (40) encontraron que la ratio de recaídas en una muestra de pacientes jóvenes con esquizofrenia se asociaba al criticismo de los padres y a la sobreimplicación emocional de las madres. McFarlane y Cook (41) encontraron niveles menores de emoción expresada familiar en pacientes en fase prodrómica de psicosis que en primeros episodios, a diferencia de Meneghelli et al. (42) que encontraron la misma prevalencia de alta emoción expresada en ambos grupos. Varios estudios han hallado una correlación entre el periodo de tiempo sin tratamiento y la emoción expresada familiar en psicosis (41, 43-44). Sintomatología: Leff (10) argumentó en un principio que la alta o baja emoción expresada de los familiares no podía ser explicada por la severidad sintomática de la enfermedad. Algunos autores encontraron que los pacientes procedentes de entornos con alta emoción expresada tenían síntomas positivos significativamente superiores a aquellos procedentes de entornos de baja emoción expresada, así como más síntomas ansioso-depresivos, mayores alteraciones conductuales y mayor psicopatología en general (45) (16). En una muestra de pacientes jóvenes con primeros episodios psicóticos, el criticismo materno se asociaba a una mayor severidad sintomática, especialmente a la presencia de síntomas negativos y a la falta de cooperación (46). Otros estudios no hallaron una asociación significativa entre el nivel de severidad sintomática y el nivel de emoción expresada o criticismo (47-48), o sólo lo hicieron en el caso de la sobreimplicación emocional. En general, pese a que algunos resultados pudieran parecer contradictorios, la mayoría de los estudios advierten que la relación entre emoción expresada y recaída no se explica por características como la severidad sintomática o el ajuste premórbido del paciente (7, 11-12, 35, 49-53). b.Emoción expresada y Características de la familia Estructura familiar y apoyo social: Se ha sugerido que las familias monoparentales muestran, con mayor probabilidad, una alta emoción expresada (54). Bentsen et al. (55) encontraron que la Factores asociados a la Emoción Expresada familiar en la Esquizofrenia... ORIGINALES Y REVISIONES 743 alta sobreimplicación emocional se asociaba a madres que vivían solas con su hijo esquizofrénico y que pasaban más tiempo con ellos, los cuales, a su vez, no abusaban de sustancias y tendían a ser más ansiosos, depresivos y menos agresivos. Por otro lado, varios autores (9, 56-59) se han referido a la pobre red social de los familiares de pacientes con esquizofrenia. Anderson et al. (60) describen una asociación positiva entre una pobre red social en los familiares y una enfermedad más prolongada en el paciente, mientras que la alta sobreimplicación emocional parece asociarse a una mayor cobertura social. Psicopatología en los familiares: Goldstein et al. (61) encontraron que los padres de pacientes esquizofrénicos con alta emoción expresada tenían, con mayor probabilidad, antecedentes personales de trastorno psiquiátrico mayor. En muestras de pacientes con trastorno bipolar y de niños con comportamiento disruptivo y síntomas obsesivo-compulsivos, también se ha hallado una asociación entre la alta emoción expresada y la presencia de psicopatología en los familiares (62). En una muestra española, Espina et al. (59) encontraron que aquellos familiares que presentaban menores puntuaciones en neuroticismo se asociaban a la expresión de un mayor número de comentarios positivos hacia su pariente diagnosticado de esquizofrenia. Las madres más introvertidas expresaban un mayor número de comentarios críticos. Los padres con altas puntuaciones en criticismo manifestaban un menor consenso y cohesión entre ellos, a diferencia de los que tenían altas puntuaciones en sobreimplicación emocional que, además, mostraban mayor grado de satisfacción en pareja. Patrones de las relaciones intrafamiliares: La alta emoción expresada se asocia a entornos con menos flexibilidad y más coerción y vigilancia (63). Las familias con alta emoción expresada muestran menos estrategias efectivas de afrontamiento (64) y sus patrones de interacción se caracterizan por una predisposición a generar conflictos y a entrar en escalada. Los familiares con alta emoción expresada presentan pobres habilidades de escucha y tienden a hablar más durante la entrevista familiar (65). Por el contrario, los familiares con baja emoción expresada hacen más comentarios positivos, dan más soporte y tienen la habilidad de apaciguar los conflictos (63). Atribución de la enfermedad: Varios autores (66-69) sugieren que el tipo de atribución que hagan los familiares sobre la capacidad del paciente para controlar su enfermedad puede estar relacionado con la emoción expresada. Específicamente, aquellas atribuciones que responsabilizan y culpan al paciente de sus síntomas se han asociado a niveles elevados de emoción expresada, síntomas negativos (68) y abuso de sustancias por parte del paciente (70-72). 744 P. R. García, A. Moreno, N. Freund, G. Lahera ORIGINALES Y REVISIONES Los familiares con alta emoción expresada parecen estar menos informados acerca de la esquizofrenia y tienden a responsabilizar al paciente de sus conductas disruptivas, asumiendo que éste puede controlarlas (67, 73-74), lo que a su vez se asocia con la presencia de síntomas de ansiedad y sentimientos de miedo en el familiar (75). Los síntomas negativos son especialmente propensos a una atribución errónea, ya que se relacionan con la enfermedad de forma menos obvia que las alucinaciones y delirios (76). Sin embargo, no debe asumirse que el simple hecho de aportar información a los familiares acerca de la enfermedad desencadene un cambio automático (77). De hecho, intervenciones informativas breves han sido relativamente ineficaces a la hora de conseguir cambiar las actitudes y reacciones de los familiares (78-79). Carga familiar: Varios estudios advierten de que el nivel de emoción expresada familiar influye en el grado subjetivo de sobrecarga (80-84) más que las necesidades reales del paciente y su comportamiento (85-86). Barrowclough et al. (87) encontraron que los padres que puntuaban alto en criticismo y hostilidad padecían depresión, más estrés y carga familiar que los que puntuaban bajo, y que si, además, se culpaban de la enfermedad de su hijo, el estrés era mayor. Greenley (75) encontró que la alta emoción expresada familiar se asociaba a un mayor estrés emocional, únicamente, cuando la familia no consideraba al paciente como enfermo. La reducción de la emoción expresada se ha relacionado con la disminución de la carga familiar en los 9 meses siguientes al alta (83). Magliano et al. (88) mostraron que la sobrecarga familiar decrecía durante un año de seguimiento sólo si los familiares adoptaban menos estrategias de afrontamiento centradas en la emoción y recibían un mayor soporte de su red social. Resultados similares fueron comunicados por Joyce et al. (89). Estilo afectivo familiar: El estilo afectivo (90) se refiere al comportamiento emocional y verbal del familiar mientras interactúa con el paciente. Una familia es clasificada como de estilo afectivo negativo si, durante 10 minutos de discusión, al menos un familiar hace una crítica personal, un comentario culpabilizador o, al menos, seis comentarios intrusivos hacia el paciente. El estilo afectivo negativo es considerado como predictor de recaída en esquizofrenia y de debut de trastornos del espectro esquizofrénico entre adolescentes vulnerables. Varios estudios investigaron si las actitudes mostradas durante la evaluación de la emoción expresada eran directamente manifestadas por los familiares durante las interacciones “cara a cara” con sus parientes esquizofrénicos (91-92). Los fa- Factores asociados a la Emoción Expresada familiar en la Esquizofrenia... ORIGINALES Y REVISIONES 745 miliares con alta emoción expresada eran más negativos durante las interacciones directas que los de baja emoción expresada. Concretamente, los parientes críticos hacían más comentarios críticos y los sobreimplicados emocionalmente más comentarios intrusivos durante la evaluación directa del estilo afectivo (91, 93-94). Los resultados de los estudios apoyan que la emoción expresada parece predecir y correlacionarse con el tono afectivo expresado durante las interacciones familiares (95). Comunicación desviada familiar: La comunicación desviada (96) se refiere al grado de ausencia de claridad o de contenido amorfo, disruptivo o fragmentado en el discurso del familiar y se mide a través de tests proyectivos (97). Altos niveles de comunicación desviada son característicos de padres de pacientes con esquizofrenia y, al igual que el estilo afectivo, predice la aparición de trastornos del espectro esquizofrénico. La alta emoción expresada se asocia con relaciones interpersonales más ambiguas e inconsistentes en el tiempo (98), lo cual puede ser muy problemático en el caso de pacientes esquizofrénicos, para quienes un entorno familiar confuso puede resultar especialmente impredecible. Ésto, a su vez, puede aumentar la vulnerabilidad a desarrollar pensamientos delirantes en respuesta a una alta emoción expresada familiar (77). Doane et al. (99) llevaron a cabo un estudio prospectivo a lo largo de 5 años con una cohorte de 65 adolescentes no psicóticos y sus familias. Sólo aquellos casos cuyos padres mostraron altas puntuaciones en comunicación desviada y un estilo afectivo negativo manifestaron un trastorno del espectro esquizofrénico a lo largo del seguimiento. c.Otros factores asociados a la Emoción expresada familiar Medicación: Algunos autores (11-12, 52) sugirieron que la toma regular de neurolépticos parecía reducir la capacidad predictiva de la emoción expresada sobre las recaídas. Sin embargo, numerosos estudios no lo confirmaron (49, 100-101). En la mayoría de las investigaciones, el efecto de la medicación se confundía con la adherencia y con otras variables que podían dar lugar a resultados poco válidos (77). Nuechterlein et al. (36) eliminaron el efecto de la adherencia con inyecciones regulares de flufenazina. A pesar de recibir medicación, el 40% de los pacientes pertenecientes al grupo de alta emoción expresada recaía en los 9 meses siguientes, comparados con ninguno del grupo de baja emoción expresada. Lo cual sugiere que la medicación, pese a ser un importante factor para reducir las recaídas, no es suficiente, por sí sola, para proteger al paciente del impacto de las relaciones interpersonales estresantes (27, 102-103). 746 P. R. García, A. Moreno, N. Freund, G. Lahera ORIGINALES Y REVISIONES En la revisión de Bebbington et al. (13), el tamaño de la asociación encontrado entre la emoción expresada y la recaída fue idéntico en el grupo medicado que en el no medicado, aunque la ratio de recaídas fue, obviamente, mucho mayor en el último. Los autores afirman que los efectos de la medicación y de la baja emoción expresada en la reducción de recaídas son independientes. Además, hallaron una proporción de pacientes medicados similar en ambos grupos (65% en el de alta y 69% en el de baja Emoción expresada). Cultura: En general, la emoción expresada familiar ha demostrado ser un fuerte predictor del curso de la enfermedad esquizofrénica en una gran variedad de culturas (13, 104-112). No obstante, la prevalencia de familias con alta emoción expresada tiende a ser menor en los países no occidentales que en los occidentales (113-114) y también parece estar influenciada por el tipo de ambiente rural o urbano (115). Según datos publicados, la proporción de alta emoción expresada es de aproximadamente el 50% en muestras británicas (9, 11) y el 65% en muestras angloamericanas (12). A nivel nacional, los principales estudios llevados a cabo también han encontrado porcentajes variados de alta emoción expresada: 34,4% en una muestra rural-costera gallega (50), 58,1% en una muestra urbana madrileña (116), 48% en una muestra mixta valenciana (117) y 85% en una muestra vasca con más de la mitad de los sujetos de origen inmigrante (59) . Jenkins y Karno (104) sugieren que tales hallazgos se relacionan con el hecho de que en los países anglosajones, algunos síntomas de la esquizofrenia pueden vulnerar expectativas familiares tan arraigadas culturalmente como la autonomía e independencia del paciente. Mientras que la importancia que otras culturas conceden a la interdependencia y cohesión familiar, puede favorecer una menor expresividad emocional en un intento de preservar la unidad familiar (118). También se ha argumentado que en culturas no occidentales, como la árabe o la india, la mayor involucración de la familia extensa pueda aumentar la tolerancia al comportamiento excéntrico del enfermo favoreciendo una menor emoción expresada y, consecuentemente, una menor tasa de recaídas (119-120). Por otro lado, varios estudios han sugerido que la procedencia cultural puede influir de forma importante en la expresión de determinadas actitudes y reacciones emocionales en las familias de los pacientes con esquizofrenia (121). Así, en muestras de mejicanos americanos existe un predominio de los componentes de sobreimplicación emocional y calidez frente al criticismo y la hostilidad, a diferencia de lo que ocurre en las muestras angloamericanas (104, 122-123). Al igual que en otros grupos étnicos, como Japón, la sobreimplicación emocional puede ser culturalmente más aceptable que el criticismo o la hostilidad, y en estos casos la sobreimplicación emocional es la que otorga el mayor poder predictivo de recaída, en lugar del criticismo (124). Factores asociados a la Emoción Expresada familiar en la Esquizofrenia... ORIGINALES Y REVISIONES 747 Contacto: En la revisión llevada a cabo por Bebbington et al. (13), al examinar la complicada interacción entre emoción expresada, contacto y recaída, encuentran que en las familias con alta emoción expresada, un contacto estrecho (superior a las 35 horas semanales), incrementa claramente el riesgo de recaída, mientras que en las familias con baja emoción expresada, el contacto pareciera disminuirlo. Emoción expresada e Intervención familiar La emoción expresada ha sido útil tanto en la estructuración como en la evaluación del impacto de los tratamientos psicosociales (13). Las intervenciones familiares psicosociales suelen basarse en diversas estrategias: construcción de una alianza con los familiares que cuidan al paciente, reducción de la atmósfera familiar adversa (mediante la reducción del estrés y de la carga sobre el cuidador), mejoría de la capacidad de los familiares para prever y resolver problemas, reducción de las expresiones de ira y culpa por parte de la familia, mantenimiento de expectativas razonables sobre el rendimiento de los pacientes, estímulo de los familiares para fijar y mantener los límites apropiados, lograr el cambio deseado en la conducta y en los sistemas de creencias de los familiares. Quienes apoyan la eficacia de las intervenciones familiares para reducir el número de recaídas en la esquizofrenia sostienen que lo logran a través de reducir el nivel de expresión de emociones, el estrés y la carga familiar, y estimular la capacidad de los familiares para solucionar los problemas, mejorando además la adherencia farmacológica de los pacientes y consiguiendo que la dosis de fármaco requerida sea menor (125-126). Las intervenciones familiares reducen la emoción expresada o disminuyen el tiempo de contacto en la mayoría de las familias (79, 127). Las reducciones de recaídas son particularmente marcadas cuando la emoción expresada se transforma en baja (14, 128). El principal impacto de la intervención parece ser en la prevención de episodios mayores, mientras que continúan presentándose exacerbaciones sintomáticas menores (129). En 2010, Pharoah llevó a cabo una revisión Cochrane sobre la intervención familiar en esquizofrenia. Seleccionaron estudios aleatorios centrados en las familias de pacientes con esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo que comparasen la intervención psicosocial familiar de orientación comunitaria con la atención estándar. Los estudios seleccionados habían sido realizados en Europa, Asia y Norteamérica, con intervenciones familiares que variaban de unos a otros, aunque sin diferencias evidentes en el diseño de los mismos. Todos los resultados indicaban 748 P. R. García, A. Moreno, N. Freund, G. Lahera ORIGINALES Y REVISIONES que la intervención familiar podía reducir el riesgo de recurrencias y mejorar el cumplimiento de la medicación. Sin embargo, los datos a menudo se informaban de forma inadecuada por lo que fueron descartados. Los resultados de la revisión indican que la intervención familiar reduce significativamente el ingreso hospitalario en un año (se evita la hospitalización de 1 paciente de cada 8 tratados con intervención familiar, en comparación con la atención estándar). La intervención familiar promueve el cumplimiento con la medicación y reduce la emoción expresada. Todos los informes que incluían un análisis económico apoyaban la intervención familiar en cuanto al ahorro neto en costes directos e indirectos. Las conclusiones de los autores fueron que el beneficio principal de la intervención familiar en los pacientes con esquizofrenia es que puede reducir el riesgo de recaída, ayudar a que los pacientes tomen sistemáticamente su medicación y hacer la vida familiar menos trabajosa y tensa (126). En España, Muela y Godoy llevaron a cabo el estudio de Andalucía con una muestra de 26 familias de pacientes diagnosticados de esquizofrenia con alta emoción expresada (15 en el grupo experimental y 11 en el control). Tras 30 sesiones semanales (15 sesiones psicoeducativas sobre conocimientos acerca de la enfermedad en grupos de cinco familias sin la presencia del paciente y otras 15 sesiones de intervención individualizada con cada una de las familias pertenecientes al grupo experimental por separado e incluyendo al enfermo), consiguieron reducir la emoción expresada y el estrés familiar y aumentar los conocimientos sobre la enfermedad, presentándose una menor tasa de recaídas en el grupo experimental (20%) frente al control (63.3%) (28). Conclusiones Para que los pacientes con esquizofrenia y sus familiares puedan obtener el mayor beneficio derivado de las intervenciones familiares es necesario conocer y tener en cuenta la emoción expresada familiar y todos los factores asociados descritos anteriormente. Los profesionales acostumbrados a atender a personas diagnosticadas de trastorno mental grave son conscientes de la gran dificultad que supone hacer frente a una enfermedad que, en ocasiones, priva al individuo de su autonomía, juicio y volición. Conocen las barreras que a veces existen a la hora de empatizar y comprender sus experiencias vitales y las limitaciones para llegar a acuerdos que favorezcan un mejor curso de la enfermedad. Saben también de los sentimientos de impotencia y frustración que ello puede desencadenar, incluso en profesionales tremendamente preparados y competentes. Factores asociados a la Emoción Expresada familiar en la Esquizofrenia... ORIGINALES Y REVISIONES 749 La labor de la familia del paciente diagnosticado de trastorno mental grave es muchísimo más difícil. A todo lo anterior se suma el desconocimiento de la enfermedad, lo complejo de sus síntomas, las repercusiones en la vida diaria del paciente y en la convivencia familiar. Se une el dolor, la vergüenza, el estigma, el miedo, el rechazo, los sentimientos de culpa…que pueden aparecer. Y esto ocurre a menudo de forma brusca, obligándoles a adoptar una respuesta inmediata que contenga esa multitud de interrogantes, la desesperación y el amor al ser querido. No son profesionales, no han recibido entrenamiento y la mayoría no cuenta con experiencia previa. Además, muchos de ellos tienen que afrontar los mismos factores adversos que han contribuido a desencadenar la enfermedad de su familiar: una red social poco estructurada, alteraciones psicopatológicas sutiles o francas, una cognición social deficiente o rudimentaria, vulnerabilidad al estrés, mayores dificultades para solucionar los problemas de forma eficaz, estilos de comunicación poco adecuados, hábitos de vida no saludables,… Llevar a cabo un modelo de atención comunitaria en el trastorno mental grave supone, necesariamente, adoptar el compromiso de dotar a la familia del paciente de las herramientas suficientes para afrontar la enfermedad de forma digna, permitiendo al paciente y su familia continuar desarrollando sus proyectos vitales satisfactoriamente y de manera integrada en la comunidad. BIBLIOGRAFÍA: (1) Doering S, Muller E, Kopcke W, Pietzcker A, Gaebel W, Linden M, et al. Predictors of relapse and rehospitalization in schizophrenia and schizoaffective disorder. 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Fernández Concha 700, Las Condes, Santiago, Chile. a Correspondencia: Dr. Niklas Bornhauser ([email protected]) Recibido: 02/11/2011; aceptado: 19/02/2012 RESUMEN: El presente trabajo distingue el concepto de sublimación en diferentes momentos a lo largo de la obra de Freud. Su propósito es contrastarlo con otros conceptos, sin asumir la primacía de algunos obre otros, sino para repensarlos a partir de la metáfora del quiasma y su capacidad para articular explorar nuevas significaciones, más allá del contexto en el que éstos se inscriben inicialmente. Palabras clave: Sublimación, Ideal, Psicoanálisis, Freud. ABSTRACT: The concept of sublimation is distinguished at different moments throughout Freud’s work. Its purpose is to contrast it with other concepts, without assuming the primacy of some, but to rethink them starting from the metaphor of chiasm and exploring their ability to articulate new significations, beyond the context in which it occurs initially enrolled. Key Words: Sublimation, Ideal, Psicoanálisis, Freud Introducción En la actualidad, el concepto de sublimación no es solamente un concepto crucial en y para el psicoanálisis (1), sino que de él se desprenden una serie de consecuencias y derivaciones relevantes para el debate contemporáneo en general (2). Según Hacker (3), sus principales implicaciones, más allá de la teoría y práctica psicoanalítica propiamente tales, repercuten en las ciencias literarias y los estudios culturales. Lejos de reducirse a ser únicamente un término psicoanalítico acotado y altamente especializado, la noción de sublimación, en la medida en que atraviesa y evoca a conceptos procedentes de diferentes ámbitos disciplinares, sugiere una serie de relaciones transdisciplinares entre sus respectivos dominios discursivos (4). La justa consideración del concepto de sublimación y de sus alcances, por ende, invitan a un abordaje plural, abierto y desprejuiciado en el cual Freud constituye un referente – entre otros. En tanto un tipo particular de destino pulsional, que involucra y pone en relación tanto a la esfera individual como a las exigencias y los valores culturales, el concepto de sublimación se ofrece como un punto de discusión poliestratificado y sobredeterminado, en el cual convergen tramas argumentativas diversas. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 757-769. doi: 10.4321/S0211-57352012000400006 758 N. Bornhauser, D. Ochoa ORIGINALES Y REVISIONES Ha sido subrayado que el concepto de sublimación no es un aporte original ni privativo del psicoanálisis y que su genealogía nos envía, entre otros, a la obra de Goethe (5), Schopenhauer (6) y Nietzsche (7), en quienes se encuentra ya sea una idea delimitada de ésta o, al menos, ciertos precursores relevantes para su ulterior configuración conceptual. Estas consideraciones subrayan la necesidad de un abordaje múltiple, plural y emancipado respecto de las categorías disciplinares clásicas y sus respectivas demandas metodológicas. En ese sentido, la reflexión, cuyo testimonio viene a ser este escrito, se despliega a través de la problematización de los conceptos – en principio, freudianos – de sublimación e ideal. Los abordajes se postulan diferentes, pero no excluyentes: primero, el rastreo conceptual, en la senda del trazo arqueológico de las Begriffsgeschichten transitada por el propio Freud, orientada a dilucidar los desplazamientos y cambios acontecidos con el paso de los años; segundo, el examen de la posibilidad de interrogarlos, de contraponerlos, como una maquinaria que los pone a trabajar para hacer explícito en qué punto se involucran, se mezclan y se confunden y dónde se separan y toman distancia1. El recorrido emprendido con tal propósito aparenta ser historiográfico, pues recorre, al menos en parte, el texto freudiano; no obstante, su principal interés está en ir marcando determinadas diferencias respecto de y entre los conceptos guías. El discurrir de los dos caminos así proyectados no excluye la posibilidad de volver a reagruparse, dándose la posibilidad de reinterpretarse y de ver, mediante un nuevo cuestionamiento, cómo pueden relocalizarse. Será así la figura del quiasma la que traza dos sendas, en principio independientes, que en algún punto, diferente a los orígenes o los fines, se entrecruzan y se enjambran dando lugar a otra cosa: un modo diferente de pensar. Caminos de la Sublimación: consideraciones genealógicas La primera aparición2 del término «Sublimierung» se ubica en una carta dirigida a Wilhelm Fliess, escrita el 2 de mayo de 1897, en la que Freud sostiene que “las fantasías provienen de lo oído, entendido con posterioridad, y desde luego son genuinas en todo su material. Son edificios protectores, sublimaciones de los hechos, embellecimientos de ellos, y al mismo tiempo sirven al autodescargo” (8). No obstante, la carta prosigue por otras vías analíticas, sin detenerse a examinar o desarrollar esta primera idea de sublimación. Sería en el llamado «caso Dora», en Se trata tanto del esfuerzo de ilación conceptual como de exaltación de los puntos quiasmáticos. El quiasma hace referencia a la noción – por ejemplo, biológica – de intersección y entrecruzamiento de al menos dos hebras, fibras o cromátidas, produciendo diversos efectos de sobredeterminación (Überdeterminierung) y los efectos de significación resultantes. Lo anterior conlleva la idea de un órgano complejo, compuesto por partes que, en conjunto, lo hacen funcionar: en este caso dos operaciones propias de la estructura neurótica. 2 El calificativo de «lo primero» no ha de ser entendido como la evocación de un origen primordial y privilegiado, punto de partida irreductible de todo devenir ulterior, sino, más bien, como un antecedente establecido a posteriori, nachträglich, y cuya significación en ningún caso lo precede, sino que está por establecerse – y disolverse – históricamente. 1 Los derroteros de la sublimación en la obra freudiana ORIGINALES Y REVISIONES 759 el que Freud, a propósito de las perversiones, hace referencia a la posibilidad que ciertos «gérmenes» de la disposición sexual infantil pueden experimentar un giro o una torna hacia metas «más elevadas», diferente de las sexuales y que puedan ser asociadas con valores culturales. Dice literalmente en el texto citado: “Las perversiones […] son desarrollos de gérmenes, contenidos todos ellos en la disposición sexual indiferenciada del niño, cuya sofocación o cuya vuelta {Wendung} hacia metas más elevadas, asexuales – su sublimación -, están destinadas a proporcionar la fuerza motriz de un buen número de nuestros logros culturales” (9). En el mismo escrito, Freud relaciona sublimación con transferencia, a saber, el proceso en virtud del cual los deseos inconscientes se actualizan sobre ciertos objetos, general pero no exclusivamente dentro de la relación analítica, sosteniendo que tiene que ver con reediciones o reimpresiones de figuras anteriores situadas, ahora, en un tiempo presente. Pero, advierte, hay transferencias que “proceden con más arte” (p. 101), ya que han sido moderadas en su contenido. Por lo tanto, son dos las características que en este primer momento se acentúan respecto a la sublimación: por un lado, la desexualización, la desviación, la posibilidad de cambiar la meta original por otra, «más elevada», y, por el otro, la posibilidad de transitar entre tiempos diferentes: desde la sexualidad infantil y sus modos de satisfacción, asociados al objeto de amor primero, a una actualidad que ha devenido por entero diversa en su meta, pero cuya fuente continúa siendo la pulsión. Estas reflexiones en torno a la sublimación pueden ser consideradas una antesala de las ideas que Freud formulará más acabadamente cuatro años después, en Tres ensayos de teoría sexual (1905), donde se definirá la sublimación como “una desviación de las fuerzas pulsionales de sus metas, y su orientación hacia metas nuevas” (10). Esta primera definición, tal como señala Ricoeur (1965), no distingue entre sublimación y perversión, ya que, en este momento, la sublimación es entendida como una desviación de la libido que es emparentable con alguna de las desviaciones sexuales – “actos preparatorios del acto sexual” (11) – mencionadas por Freud en el texto, tales como el mirar, tocar, mostrar; y que son perversas en tanto es posible que asuman autonomía en su fin. La presencia de la desviación pulsional tanto en la sublimación como en la perversión es lo que no permite distinguir con nitidez a ambos mecanismos, debiéndose recurrir, para tal fin, a la meta de cada una de ellas3. A su vez, en el mismo texto, Freud tampoco distinguirá a cabalidad entre el proceso de sublimación y formación reactiva, ya que, conjeturando acerca del mecanismo de la sublimación, sitúa a ésta como una posibilidad de desarrollar los diques psíquicos, gracias a su funcionamiento como «fuerza anímica contraria» a las mociones sexuales del período de latencia. Sólo en una nota agregada en 1915, Freud va a hacer notar este aspecto, afirmando que este caso es de sublimación por formación reactiva (y esto por la posibilidad de valoración social que tenga la propia persona o sus actos, ya que los diques psíquicos son de utilidad para ello), pero recalcando a la vez que se puede distinguir conceptualmente a la sublimación y a la formación reactiva como dos proceso completamente diversos. Sin embargo, cabe dejar abierta la siguiente pregunta, ¿Cuáles son ellos? Ya que parece que no hay a lo largo de la obra freudiana dicha distinción, aunque es posible asociar estrechamente represión con formación reactiva. De ser así es menester la consecuencia conceptual que se debate acerca de la sublimación: ¿ella es sin represión? Este punto permite hacer la primera aproximación entre ideal y sublimación: si bien esta última va a ser sin represión, ambos van a funcionar como mecanismos que desvían las mociones perversas infantiles, que son de carácter universal. 3 760 N. Bornhauser, D. Ochoa ORIGINALES Y REVISIONES Razón esta, ahora sí, para diferenciar la sublimación de la perversión: aquellas mociones sexuales infantiles, características de la definición freudiana de la perversión, son inaplicables en la adultez; y esto gracias al mecanismo, por ahora un tanto indiferenciado, sublimación-formación reactiva = diques psíquicos, que están al aporte del desarrollo del yo. Si bien el aparato metapsicológico ya comienza a desglosarse conceptualmente, la indiferenciación entre sublimación y represión4 es por el momento infranqueable. Pareciera ser que aquello que diferenciaba a la sublimación de la perversión – que era la meta de cada una, no así el mecanismo de desviación libidinal – ahora hace que se confunda con otro mecanismo, la formación reactiva, como función de contención a la expresión de las modalidades sexuales infantiles. Tres años después, en Las fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad (1908), hablando de la masturbación, Freud va a acotar que si esta fantasía no consigue otro modo de satisfacción, si “no se consigue sublimar la libido” (12), es posible que ella se abra paso como síntoma. El mismo año, en Carácter y erotismo anal (1908), resumirá en una fórmula la constitución del carácter de la siguiente manera: “Los rasgos de carácter que permanecen son continuaciones inalteradas de las pulsiones originarias, sublimaciones de ellas, o bien formaciones reactivas contra ellas” (13), por lo que aparece una clara distinción entre perversión, sublimación y formación reactiva. La primera guarda relación con la continuación de las pulsiones originarias, ahora como metas de la sexualidad adulta; la segunda es entendida como pulsión reformada en su meta y la última se caracteriza por estar emparejada con la represión. Supone esto la posibilidad de distinguir no sólo conceptualmente estos tres componentes del carácter, sino también de establecer las correspondientes diferencias a nivel de los mecanismos de cada uno. Mientras que la perversión se perfila como un mecanismo diferenciado, que toma cursos diferentes a las vías emprendidas por la sublimación y la formación reactiva, estos últimos dos aún se confunden entre sí. En 1909, en Análisis de la fobia de un niño de cinco años, al sostener que “simultáneamente a la represión puede surgir cierta sublimación” (14), se insinúa una primera relación lógica entre represión y sublimación. La cita, una nota al pie de página, alusiva a cierta observación del padre de Hans, permite dos lecturas: la primera de ellas es que mientras ciertos deseos patógenos son reprimidos, otros componentes pulsionales pueden adquirir metas nuevas, las que, en el caso del pequeño Hans, están vinculados a la música; una segunda lectura es que por el momento no hay distancia temporal entre represión y sublimación, ni tampoco una lógica de sucesión o de antecedente. Ambas pueden surgir simultáneamente, están en relación con la pulsión y, sin embargo, tienen consecuencias diferentes. Al sostener que la moción pulsional puede ser reprimida o sublimada, se trata no de una Si bien no se había hablado en ningún momento de represión, y la comparación explicativa de este párrafo se circunscribía entre sublimación y formación reactiva, es posible por expansión situar a la represión en este punto: las formaciones reactivas van a estar al servicio de las defensas del yo para que no sufra agravios, al igual que la represión, ya que ésta promueve el desalojamiento de los contenidos pulsionales intolerables para el yo. Y sin este mecanismo, el yo sería fracturado o incluso se hablaría de estructura psicótica. 4 Los derroteros de la sublimación en la obra freudiana ORIGINALES Y REVISIONES 761 distinción conceptual rígida o estática, sino de una diferenciación en el devenir de cada una de ellas. Dicha relación de simultaneidad aparentemente sería modificada en las Cinco conferencias sobre psicoanálisis (1910 [1909]), específicamente en la quinta, en la cual Freud se preguntará acerca de la manera de volver inocuos los deseos inconscientes. Allí dirá que uno de los caminos posibles para el desarrollo del individuo no es el “desarraigo de las mociones infantiles de deseo”, sino la posibilidad de la sublimación “mediante la cual la energía de mociones infantiles de deseo no es bloqueada, sino que permanece aplicable, si a las mociones singulares se les pone, en lugar de la meta inutilizable, una mayor, que eventualmente ya no es sexual” (15). Por ende, una misma moción no puede ser simultáneamente sublimada y reprimida: “Una represión sobrevenida temprano excluye la sublimación de la pulsión reprimida; cancelada la represión, vuelve a quedar expedito el camino para la sublimación” (p. 25). No obstante, lo anterior no excluye que algunas mociones se repriman mientras que otras sean sublimadas. Queda en evidencia la posibilidad de que la sublimación funcione de modo ajeno respecto a la represión, ya que su trabajo es realizado con la pulsión y, más específicamente, con las mociones sexuales infantiles; en este lugar la distinción, anteriormente establecida, entre sublimación y perversión se torna borrosa y se corre el peligro del entremezclamiento. Sin embargo, que la sublimación pueda funcionar de manera ajena no excluye, al menos a priori, la posibilidad de que se tope en algún momento con la represión, ya que puede ocurrir que una moción reprimida, una vez “desenmarañada la idea entramada con el deseo insoportable” (p. 24), sea ahora sublimada. Es decir: Lo que una vez fue reprimido, es posible de ser sublimado. No obstante, esta hipótesis se viene a complicar en el texto sobre Leonardo, cuando Freud puntualizará que la sublimación es una vía de escape a la represión que se da desde el origen, sin la posibilidad de que una pulsión parcial “sea arrojada al inconsciente” (16). La mentada complicación guarda relación con el hecho que dicha formulación deja abierta la pregunta de si una moción originalmente desalojada – y que ahora es sublimada – fue efectivamente reprimida o si se trata de una moción, cuya meta originaria fue diferente a la sexual, que se hizo inaplicable en algún momento y fue reprimida para luego sobrevenir a dicha represión, con tal de poder ser sublimada. Más que responder, Freud nos advierte sobre el carácter enmarañado de los caminos posibles de ambos mecanismos. Resumiendo, el intento por diferenciar la sublimación de la represión mediante el análisis de la simultaneidad o de la diferencia en los tiempos de cada uno de los mecanismos no resultado ser del todo fructífero, pues se encuentra con un atolladero. La sublimación, que en principio aparece asociada a las fantasías infantiles y es pensada como desexualización de las mismas, lejos de ser reducible a una operación lineal, que se inscribe, sin dificultades, en un proyecto de higieniza- 762 N. Bornhauser, D. Ochoa ORIGINALES Y REVISIONES ción mental, es un mecanismo complejo y enrevesado. Principalmente, su relación ambivalente con el ideal y la imposibilidad de esclarecer del todo su relación con la represión obligan a proseguir con la lectura del texto freudiano. Tal como las funciones no sexuales pueden contaminarse con la sexualidad (como, por ejemplo, en los trastornos psicógenos de la alimentación, de la visión, etc.), es también pensable que ocurra lo contrario, es decir, que a través de las vías por las cuales los trastornos sexuales repercuten sobre las otras funciones somáticas, debería realizarse la atracción de las fuerzas de la pulsión sexual hacia fines no sexuales – es decir, la sublimación de la sexualidad. En lugar de retomar la senda anteriormente iniciada, prosiguiendo con las consideraciones relativas a la temporalidad, parece recomendable centrarse en el análisis de la relación con el objeto con tal de dar un paso más en el esclarecimiento del tema. El Giro o la Torna: Narcisismo, Segunda Tópica y Pulsión de Muerte Concretamente, el problema de la sublimación va a ser tratado nuevamente en Introducción del narcisismo (1914), ahora de manera más exhaustiva y en relación al fenómeno a ser introducido – el narcisismo – en cuanto a los movimientos de la libido entre el mundo externo y la elección del yo como objeto. Freud en aquella época trabajaba con el supuesto que las mociones pulsionales libidinosas sucumbían al destino de la represión – patógena – cuando entraban en conflicto con determinadas representaciones culturales y éticas. Dicha represión partiría del yo; en cierto modo, se podría decir, del respeto del yo por sí mismo. La aprobación o desaprobación de un impulso o moción de deseo guarda relación, entonces, con su relación con un ideal, que ha sido erigido anteriormente en su interior y por el cual mide su yo actual. De este modo, la formación de ideal {Idealbildung} sería la condición de la represión. Y es justamente sobre este yo ideal {Ideal-Ich} sobre el cual recae ahora el amor de sí mismo, del cual en la infancia habría gozado el yo real {Realich}, creando las condiciones para el desplazamiento del narcisismo a este nuevo yo ideal, el cual se encontraría en posesión de todas las perfecciones valiosas. Freud es lapidario al respecto: “Aquí, como siempre ocurre en el ámbito de la libido, el hombre se ha mostrado incapaz de renunciar a la satisfacción de que gozó una vez” (17). De este modo, el ideal proyectado ante sí no es otra cosa que el sustituto del narcisismo perdido de su infancia, en la que él fue su propio ideal. Freud señala, en este punto, que sería conveniente indagar las relaciones que dicha formación de ideal mantiene con la sublimación. La sublimación es definida, en este contexto, como Los derroteros de la sublimación en la obra freudiana ORIGINALES Y REVISIONES 763 “un proceso que atañe a la libido de objeto y consiste en que la pulsión se lanza a otra meta, distante de la satisfacción sexual; el acento recae entonces en la desviación respecto de lo sexual” (p. 91). La idealización, en cambio, sería “un proceso que envuelve al objeto; sin variar de naturaleza, este es engrandecido y realzado psíquicamente” (p. 91). A partir de lo anterior se abre la posibilidad de trazar una primera distinción conceptual entre ambas: mientras que la sublimación remite a algo que sucede con la pulsión, la idealización sería el nombre de algo que sucede con el objeto. El ideal va a estar ceñido al objeto, mientras que la sublimación trata acerca de la pulsión misma, en tanto ésta es desviada de su meta – la satisfacción plena, mediante la descarga. Por lo tanto, se introduce una diferenciación metapsicológica – trabajo con la pulsión o con el objeto – y económica – ya que ambos procesos apuntan a destinos diferentes de la libido. La idealización, a diferencia de la sublimación, sería posible tanto en el campo de la libido yoica como en el de la libido de objeto. La sobrestimación sexual del objeto, nos dice Freud, sería un ejemplo de una idealización de este. El mismo Freud advierte que la formación de un ideal del yo se confunde, a menudo, con la sublimación de la pulsión y nos advierte que el hecho que alguien haya trocado su narcisismo por la veneración de un elevado ideal del yo no implica forzosamente que haya alcanzado la sublimación de sus pulsiones libidinosas. “El ideal del yo reclama por cierto esa sublimación, pero no puede forzarla; la sublimación sigue siendo un proceso especial cuya iniciación puede ser incitada por el ideal, pero cuya ejecución es por entero independiente de tal incitación” (p. 91). Si el ideal se diferencia de la sublimación, de acuerdo a lo expuesto, es también gracias a la referencia al concepto de represión: “La formación del ideal aumenta las exigencias del yo, y es el más frecuente favorecedor de la represión. La sublimación constituye aquella vía de escape que permite cumplir esa exigencia sin dar lugar a la represión” (p. 91). Por lo tanto, ingresa nuevamente el problema de la represión, no obstante, habría que agregar de inmediato, esta vez como elemento distintivo entre el ideal y la sublimación. La represión es contingente al primero de estos mecanismos y parece ser que la distinción con la sublimación ya no se da por la finalidad de cada una –ya sea desalojar al inconsciente una moción o elevarla a una meta más elevada –, sino por el tipo de relación, favorecedora o no, ya sea con el ideal o con la sublimación. Es en tanto que no favorece a la sublimación que la represión se distingue en este punto de ella. Cabe aclarar que cuando hablamos de favorecimiento se trata de un tipo de relación específica que se establece, en este caso, entre la represión y el ideal: relación de facilitación5 entre un mecanismo y otro. Ya queda entonces nombrada la separación intrínseca entre represión y sublimación, siendo el ideal parte conjunta de la primera. Con este concepto nos remitimos al Entwurf einer Psychologie (1950 [1895]) de Freud, en donde se entiende a la facilitación como la disminución de las resistencias entre los canales comunicativos de cantidades intracelulares de excitación. De esta manera, y es esto lo que nos interesa, las facilitaciones permiten el decurso de las funciones psíquicas. Así entendemos que la represión facilita los caminos del ideal, no así los de la sublimación. Es esto lo que veremos cuando se hable que el ideal puede incitar a la sublimación pero son caminos por entero diversos: el decurso psíquico de ambos es diferente. 5 764 N. Bornhauser, D. Ochoa ORIGINALES Y REVISIONES Ahora bien, lejos de resolver – o disolver – el problema, lo anterior crea las condiciones de posibilidad para el surgimiento de una nueva pregunta, que abrirá otros caminos y de la cual se puede esperar la obtención de otras pistas para, a partir de ellas, repensar lo dicho. Se trata de analizar si la referencia a la represión, que hasta el momento hemos estado utilizando indistintamente, es, en primer término, una indicación a la represión primordial/primaria {Urverdrängung} o secundaria y, en segundo, si esta referencia implica que la sublimación tiene que ver, exclusivamente, de preferencia, con estructuras en las cuales la represión no ha actuado. La hipótesis que adscribimos en este trabajo es que hay represión en la sublimación y, específicamente, que se trata de la represión primordial, descrita por Freud. De esta hipótesis se desprende, como consecuencia, que la sublimación se relaciona con la estructura neurótica y, por lo tanto, es necesario menguar la idea de separación intrínseca, anteriormente nombrada, ya que ahora quedaría entredicha. Finalmente, queremos dedicar algunas consideraciones a la incidencia de la segunda tópica – lanzada en 1923, en El yo y el ello – en la intelección teórica y la comprensión dinámica de la sublimación. Sin pretender que se trate de la formulación definitiva, encontramos en este lugar la última formalización acerca del tema en la obra freudiana. En este texto, reaparece, bajo la figura del superyó, el problema del ideal por la vía de la recuperación de la distinción, anteriormente trazada en Introducción del narcisismo (1914), entre Ichideal e Idealich. Concretamente, Freud se interroga por la relación entre el sufrimiento implicado en la melancolía – problema ya tratado en Duelo y melancolía (1917) – como consecuencia de la pérdida de un objeto de amor y el levantamiento de ese objeto en el yo. En otras palabras, una investidura de objeto perdida, abandonada, como consecuencia de una pérdida real o fantaseada, sería relevada por una erección del objeto en el yo, proceso que conllevaría la alteración del yo por la vía de la identificación. Se encuentra, en este contexto, la celebre formulación freudiana: “El carácter del yo es una sedimentación de las investiduras de objeto de resignadas, contiene la historia de esas elecciones objeto” (18). Dicha trasposición de una elección – erótica – de objeto en una alteración del yo le permite a éste, al mismo tiempo, “dominar […] y profundizar sus vínculos con el ello” (p. 32). Mediante dicha relación el yo adquiere un papel protagónico respecto a la sublimación, entendida como proceso de en el cual la libido objetal es mudada a libido narcisista para luego ser depositada en una nueva meta. Dice Freud: “La trasposición así cumplida de libido de objeto en libido narcisista conlleva, manifiestamente, una resignación de las metas sexuales, una desexualización y, por tanto, una suerte de sublimación” (p. 32). La pregunta que se impone, a continuación, es la siguiente: “¿No es este el camino universal hacia la sublimación? ¿No se cumpliría toda sublimación por mediación del yo, que primero muda Los derroteros de la sublimación en la obra freudiana ORIGINALES Y REVISIONES 765 la libido de objeto en libido narcisista, para después, acaso, ponerle {setzen} otra meta?” (p. 32). Tendría el yo, por consiguiente, la posibilidad de facilitar la sublimación, imponiéndose a sí mismo como objeto de amor. No obstante, esta no es la única consecuencia que se desprende de la incidencia de la reconceptualización del yo y su incidencia en el proceso sublimatorio, ya que podría ocurrir que el yo sufra un agravio por una desmezcla de las pulsiones. Es aquí donde aparece uno de los puntos enigmáticos de la sublimación, que permite entender buena parte de la economía de dicho proceso, y que guarda relación con ese otro paso que debería introducir el yo para que, por ejemplo, no haya represión o inhibición en la meta de la pulsión y sí pueda darse el acto6 de la sublimación. Dicho de otra manera, ¿Qué función del yo debe comprometerse en este punto para que la sublimación ocurra como tal? En relación a estas preguntas conviene recordar que Freud, en el texto en cuestión, restituirá la fortaleza del concepto de pulsión – fortaleza que se da en la relación con la sublimación – para ser trabajado de acuerdo a lo propuesto en Más allá del principio de placer (1920): Eros y Tánatos, aglomerando a la pulsión sexual y a la pulsión de muerte respectivamente, serán el último dualismo pulsional, tal como Freud detallaría en el apartado IV titulado “Las dos clases de pulsiones”, a partir del cual descifrará la vida pulsional toda. La energía de desplazamiento, que en sí es indiferenciada y que, en principio, puede ser agregada a una moción erótica o destructiva, es caracterizada como desexualizada7, razón por la cual “es lícito llamarla también sublimada, pues seguiría perseverando en el propósito principal del Eros, el de unir y ligar, en la medida en que sirve a la producción de aquella unicidad por la cual – o por la pugna hacia la cual – el yo se distingue” (p. 46). Por lo tanto, en principio, se trataría de un movimiento del yo, dirigido hacia la meta del Eros, a saber, “complicar la vida mediante la reunión […] para conservarla” (p. 41). Sin embargo, esta primera conceptualización tiene que ser complementada por la consideración de que es difícil pensar a las pulsiones tanáticas de modo autónomo, planteando su independiencia de las pulsiones sexuales, ya que, por lo general, se encuentran mezcladas. Por ello, hay que repensar la idea que no sólo se posibilita la sublimación por la mediación, anteriormente descrita, del yo, sino que el yo mismo corre peligro por una posible desmezcla de las pulsiones, dado que lo anterior obligaría a pensar que si el yo puede posibilitar la sublimación, no es únicamente a partir de los componentes eróticos, sino en conjunto con los componentes suscritos a la pulsión de muerte. Se vislumbra, en este punto, un aspecto Esta referencia a la sublimación como acto tiene que ver con la relación que se establece con el cuerpo. La sublimación tiene que ver con la pulsión y por ello se ve directamente involucrado el cuerpo, sobre todo desde la concepción de la fuente de la pulsión, en tanto es un lugar límite que involucra al cuerpo. Por ende, la sublimación adquiere una noción de motilidad, de implicancia del cuerpo en cuanto acto posible. Así, no se trata de un concepto relacionado con algo metafísico, o más allá del cuerpo, sino que éste se ve involucrado. La sublimación, al involucrar al sujeto, lo toma desde el cuerpo desde el acto: la sublimación es acción. 7 P. Ricoeur va a hacer notar en este punto que lo que en la primera tópica se trataba de desplazamiento de la meta de la sublimación ahora va a ser tratado como desexualización (Ricoeur, 1965, p.427). 6 766 N. Bornhauser, D. Ochoa ORIGINALES Y REVISIONES que ya encontramos en Ricoeur: “tal es el pasmoso descubrimiento: también puede sublimarse la pulsión de muerte” (19). Por lo tanto, para responder a la pregunta acerca del aporte del yo a la sublimación y del grado de compromiso de éste, es preciso replantearla de la siguiente manera: ¿Si la sublimación es un destino moderado por el yo y cuya base está en el narcisismo, no es este destino una relación de la vida y la muerte con el sujeto? Pareciera ser que en este punto es donde Freud no responde8 porque es allí donde aparece la subjetividad que se posibilita mediante la sublimación: el acto sublimatorio es un ejercicio de subjetivación. Discusión Después de recorrer y de detenernos en algunos de los pasajes en los cuales Freud se refiere al problema de la sublimación, es posible afirmar que, en primer lugar, no hay, en la obra freudiana, una teoría – única, pulida, definitiva – de la sublimación, entendida como una doctrina o un sistema del pensar. El concepto de sublimación, en la obra freudiana, tampoco remite ni es reducible ni a una cháchara romántica sobre el ideal, ni a la importación de un proceso procedente de la química, ni tampoco a una referencia a la categoría de lo sublime de la estética filosófica. Es, más bien y por contraste con toda concepción positiva de la ciencia – basada en la lógica de la presencia plena –, por la vía de la negación y de la oposición como Freud va poniendo en juego, poco a poco, ciertos elementos a partir de los cuales se pueden articular ciertas concepciones de la sublimación. Concretamente, la sublimación emerge a través de la diferencia, difiriendo o diferenciándose por ejemplo, de la idealización, represión, perversión, etc. De cualquier modo, los elementos para una teorización que se encuentran en Freud son fragmentarios y contingentes; no hay una teoría constituida o invariable de la sublimación, sino que ésta aparece, a propósito de determinadas problemáticas, las cuales van variando con el tiempo y le confieren a la sublimación un valor y significación variables. Freud, en los momentos en los cuales la sublimación lo auxilia en su reflexión, no despliega, pues, un discurso teórico, que opera desde un principio, unos postulados, axiomas o definiciones y seguidamente se desplaza, de modo lineal, siguiendo un determinado orden racional. Podríamos decir que todo en el trazado de la sublimación es contingente y aventurado: Contingente porque, de acuerdo a lo anterior, ninguna verdad trascendente y presente, fuera del campo delimitado, puede gobernar, de modo teológico, la totalidad del campo ni imponer la dirección u orientación del devenir de la sublimación; aventurado porque dicha estrategia no orienta la táctica desde un objetivo final, un telos o el tema de una dominación, sino 8 Si bien El Yo y el Ello (1923) no va a ser la última formalización de Freud respecto a la sublimación – en Neue Folge der Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse (1932) se refiere a la sublimación como “Distinguimos con el nombre de sublimación cierta clase de modificaciones de la meta y cambio de vía del objeto en la que interviene nuestra valoración social” (1932, p. 89) – su concepción de ahí en adelante no sufriría mayores cambios. Los derroteros de la sublimación en la obra freudiana ORIGINALES Y REVISIONES 767 porque renuncia a toda finalidad precedente, entregándose a la aventura del pensar. Hay, en las consideraciones freudianas a propósito de la sublimación, cierta errancia, cierto vagabundeo, que hace que no siga una línea (pre)determinada, sino que se entregue al juego, lúdico e impredecible, que se sitúa más allá de toda oposición tradicional. Segundo, es posible precisar el lugar y el recinto de la sublimación atendiendo a sus relaciones con el ideal, relaciones que pasan por diferentes momentos, históricamente circunscritos, determinados, a su vez, por sus respectivas condiciones de producción. En ese sentido, los campos de significación asociados al concepto de sublimación, más que desplegarse a partir del concepto en sí o como tal, se producen – y deshacen – en el juego dialéctico entre la noción de sublimación y la de ideal. La idea de sublimación, en vez de establecerse a partir de un concepto claro y preciso, al cual le es asignado un lugar inequívoco en el edificio teórico del psicoanálisis, se deriva de la danza de las diferencias, entre sublimación y ese otro concepto, con el cual será confrontada, contrastada, diferida. Si en una lengua no hay más que diferencias, entonces estas diferencias interactúan, producen, a partir de su intercambio, ciertos efectos. La sublimación, en ese sentido, ha de ser entendida como el movimiento, plástico y dinámico, entre diferencias, entre efectos de diferencias. Implica la renuncia a todo ideal alusivo a un presente simple y en sí mismo inmodificado, in-diferente. Tercero, a pesar de la aparente simplicidad que alcanzan las sucesivas definiciones del concepto de sublimación en el texto freudiano, las preguntas que a partir de ella se abren son varias. Para nombrar solamente a algunas, en primer lugar, la descripción que encontramos en Freud – a pesar de lo que él mismo afirma en otros lugares acerca de la pulsión y de la pulsión sexual en particular – pareciera dar a entender que existiría una satisfacción de la pulsión puramente sexual, que coexiste con otras satisfacciones posibles, que han de ser pensadas como encauzamientos hacia otras metas u objetos no sexuales. O sea, la pulsión, contrariamente a lo afirmado en Pulsiones y destinos de pulsión (1915), tendría, originariamente, un objeto designado que le sería «propio» y un modo, también «propio», de satisfacción a los que debería renunciar. Como se puede entrever de inmediato, es nada menos el mismo concepto de pulsión el que quedaría invalidado, pues lo que define a la pulsión, distinguiéndola tajantemente del instinto es precisamente la ausencia de tal objeto o meta connaturales con la consiguiente insatisfacción que esto implica. ¿Cómo resolver esta contradicción? Conviene recordar, en este lugar, lo que el mismo Freud afirma cuando señala que la pulsión sexual se caracteriza por su incapacidad para procurar la satisfacción completa: “Muchas veces uno cree discernir que no es sólo la presión de la cultura, sino algo que está en la esencia de la función (sexual) misma, lo que nos deniega la satisfacción plena y nos esfuerza por otros caminos” (20). Por ende, la sublimación no sería reducible a un simple 768 N. Bornhauser, D. Ochoa ORIGINALES Y REVISIONES cambio de objeto o de meta de la pulsión sexual, sino que sería el modo mismo de existencia de la sexualidad, más allá de su dimensión puramente biológica, en tanto es sexualidad sometida al lenguaje y al orden simbólico lo que hace de ella erotismo. En segundo lugar, llama la atención el otro aspecto presente en la definición freudiana de la sublimación: la valoración social. Según éste, las pulsiones se sublimarían en la medida en que su meta se desvía hacia aquello más elevado, socialmente valorado. Por consiguiente, existiría, al menos hipotéticamente, la posibilidad de una satisfacción «directa» de la pulsión y la sublimación sería la consecuencia de la prohibición – social – de esa forma de satisfacción pulsional. Ahora bien, se nos impone la siguiente pregunta: ¿Cómo pensar en la posibilidad de una satisfacción directa o inmediata, si la pulsión, como efecto de la marca del lenguaje en el cuerpo, se encuentra constitutivamente desviada, mediada? A partir de lo anterior, ¿acaso toda satisfacción de la pulsión no deviene necesariamente obra y efecto de la sublimación? De ser así, como señala acertadamente Daniel Gerber (42), habría que considerar que incluso los síntomas se definirían como una sublimación, lo que constituye una evidente contradicción. Nos parece que una posible salida a este atolladero lo conforma el análisis de un aspecto no mencionado hasta el momento: La sublimación, contrariamente a lo que se ha dado a entender en ciertos pasajes del propio Freud, si le aplicamos la misma lógica freudiana, no puede definirse, al menos exclusivamente, por una mera reorientación de la pulsión hacia un objeto diferente, presuntamente no sexual, porque dicha definición ignora que el cambio fundamental que ahí acontece compromete no solamente al objeto, sino a la posición del sujeto implicado en este mecanismo. En definitiva, el mecanismo de sublimación no se distingue por alguna propiedad o valoración del objeto de la pulsión, sino a la posición del sujeto con respecto al objeto y a la pulsión. De este modo, la sublimación más que una divagación idealista sobre el poder curativo del arte o una salida adaptativa al dilema de los destinos de pulsión, es revelada como un genuino problema, no solamente psicoanalítico, que pone a prueba la capacidad del pensamiento de renunciar a toda respuesta facilista y definitiva y de proseguir en la interminable senda de explorar la inscripción del devenir del sujeto ante el horizonte de la vida y la muerte. Los derroteros de la sublimación en la obra freudiana ORIGINALES Y REVISIONES 769 BIBLIOGRAFÍA: (1) Gay VP. Freud on Sublimation: Reconsiderations. Albany: State University of New York Press, 1992. (2) De Berg H. Freud’s Theory and Its Use in Literary and Cultural Studies. Rochester, NY: Camden House, 2004. (3) Hacker FJ. Sublimation Revisited. Int. J. Psycho-Anal. 1972; 53:219-223. (4) Goeppert S, Goeppert HC. 1981. Psychoanalyse interdisziplinär: Sprach- und Literaturwissenschaft. München: Fink. (5) Goebel E. 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Servicio Vasco de SaludOsakidetza. Getxo, Bizkaia, España. a Correspondencia: Fernando González-Serrano ([email protected]) Recibido: 17/11/2011; aceptado: 16/03/2012 RESUMEN: El aumento de las consultas relacionadas con dificultades de atención, hiperactividad y trastornos de comportamiento constatado en los niños al inicio de la enseñanza primaria (escolaridad propiamente dicha) lleva a los autores a reflexionar sobre la influencia de los acelerados cambios en las sociedades desarrolladas en el desarrollo psíquico y la organización de la personalidad. Se hace énfasis sobre los procesos de latencia (sublimación, control de la motricidad y del paso al acto) como posibilitadores de los aprendizajes escolares y su puesta en marcha en los niños de hoy. Palabras clave: Desarrollo de la personalidad, aprendizaje, socialización. ABSTRACT: The ultimate increased volume of outpatient first consultations related to attention impairment, hyperactivity and conduct disorders in children starting Lower School led the authors to ponder about the influence that high speed changes in developed societies have upon psychological development and personality organization. Emphasis is made on latency processes (sublimation, motor control and acting out) as learning promoters in the school environment of here and now kids. Key Words: Personality development, learning, socialization. Introducción Los cambios acelerados que vamos observando en los últimos años, en las sociedades occidentales europeas al menos, se reflejan en nuestras consultas y nuestra actividad clínica. En este contexto de mutaciones, entre los múltiples focos sobre los que podríamos dirigir nuestra atención, vamos a recoger una serie de reflexiones sobre la posición de los niños ante la imposición de los aprendizajes básicos en las edades de transición entre la pequeña infancia y la segunda o latencia, y más concretamente sobre la relaciones entre dificultades en la adaptación a las exigencias escolares y la psicopatología. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 771-785. doi: 10.4321/S0211-57352012000400007 772 F. González-Serrano, X. Tapia, M. Hernanz, F. Vaccari ORIGINALES Y REVISIONES Son varias las razones que nos han impulsado a ello: • La primera, de orden social, es la enorme relevancia que está adquiriendo la realidad escolar para los niños y las familias y en edades cada vez más tempranas. En nuestro territorio geográfico se observa una tendencia muy generalizada a la incorporación de los niños a la escuela desde los dos años de edad (1). La escolarización de los niños de 3 años es prácticamente total, quedando lejos la realidad de la escolarización obligatoria a los seis. Sabemos que éste es uno de los cambios más evidentes en las sociedades desarrollados en los últimos decenios y refleja la mirada actual sobre el niño y los nuevos lugares de la familia y el individuo. La búsqueda de una explicación psicológica, psiquiátrica o médica de los problemas de aprendizaje, o más ampliamente de adaptación escolar, ha ido pareja con los citados cambios familiares y sociales. Se nos plantea cómo responder a estas demandas asistenciales sin estigmatizar o patologizar dichas dificultades. En muchos casos, afortunadamente, no revelan psicopatología grave precoz ni dificultades familiares reseñables. • La segunda tiene que ver con la actualización de nuestra formación teórica: últimamente observamos en la literatura científica un interés creciente por este período de transición entre los 5 y 8 años de edad aproximadamente, considerado como un período de verdadera crisis de desarrollo que englobaría, aunque no únicamente, los problemas de aprendizaje (2). Este autor cita a R. Diatkine que afirmaba que la edad de latencia se situaba entre dos crisis: la crisis de la pubertad y la crisis de los 5-8 años. • La tercera es de orden clínico y epidemiológico: observamos en nuestra práctica asistencial un aumento significativo de las consultas en esta edad: dificultades en el aprendizaje, la atención, hiperactividad y trastornos de conducta. Según informes del Conseil Supérieur de l’Éducation de Canadá (2001) de 9 a 15 % de los niños de preescolar presentan un trastorno del comportamiento (hiperactividad, agresividad, oposicionismo). El examen de las trayectorias de estos niños revela que un gran número de ellos van a seguir presentando una tasa elevada de trastornos del comportamiento a lo largo de su escolaridad (3, 4). Hoy en día, la sociedad y más específicamente las familias, tienen una sensibilidad mayor hacía los aspectos psicológicos y al bienestar de cada miembro, incluidos los niños. Pero al mismo tiempo se tiene la impresión de que las citadas dificultades de atención, la excitabilidad o hiperactividad y los problemas de conducta amenazan con convertirse en una pandemia en las sociedades desarrolladas. Los profesionales que atendemos el desarrollo psíquico de los niños estamos confrontados, una vez más, a la incertidumbre de percibir el límite difuso entre normalidad y psicopatología. 773 Desarrollo psíquico temprano y aprendizaje ORIGINALES Y REVISIONES Datos epidemiológicos Las edades correspondientes a la enseñanza primaria (6-12 años) son, clásicamente, las de mayor prevalencia de consultas en salud mental infantil. Dentro de esta franja, en algunos estudios, las edades de 5, 6 y 7 años son las más representadas. (2, 5). En nuestro contexto asistencial (territorio de Bizkaia) hemos constatado un aumento del 25% en el número de consultas en los últimos 10 años (2000-2010) en la población menor de 18 años, distribuido en franjas de edad de la siguiente manera (tabla 1). Tabla 1. Incremento de consultas 0-17 años (2000-2010). Bizkaia. <5 años 5-7 8-12 13-17 Total 2000 226 644 1881 1820 4571 2010 392 985 2562 1811 5750 Incremento% 73% 53% 36% = 25% Las dificultades escolares, en sentido amplio, aparecen con una alta frecuencia (entre el 28 y el 40-50%) como motivo de consulta en esta franja de edad de 5-7 años en una revisión de estudios (2). Recogiendo los motivos de consulta por los que los niños de 6-7 años (1º ciclo de primaria) acuden a nuestro servicio (Centro de Psiquiatría Infanto-Juvenil de Uribe-Bizkaia) hemos hallado los datos siguientes que reflejamos en la tabla 2: • de un total de 409 nuevos casos en el año 2010, un 14% del total pertenecen a esta edad. Tabla 2. Motivos de consulta. Edad 6-7 años( año 2010). Total 0-17 años 409 6-7 años 56 • • • • • • • • Problemas de comportamiento Hiperactividad Dificultades de atención Ansiedad Trastornos somato-funcionales Trastornos de lenguaje Dificultades familiares Trastornos generalizados del desarrollo 14 10 7 9 6 3 2 2 774 F. González-Serrano, X. Tapia, M. Hernanz, F. Vaccari ORIGINALES Y REVISIONES • el 55% presenta como motivo de consulta trastornos de conducta diversos en el ámbito escolar y/o familiar, hiperactividad y dificultades de atención con influencia en el aprendizaje escolar. • el resto se distribuye entre síntomas de ansiedad, tristeza, trastornos de la esfera somática, lenguaje, dificultades familiares y trastorno generalizado del desarrollo. Como vemos también en nuestro medio asistencial hay una elevada frecuencia de dificultades relacionadas con la adaptación escolar, sea en la vertiente de los aprendizajes o en la convivencia escolar. La iniciativa de la demanda es mayoritariamente escolar, aunque la familia sea la que acude al pediatra o directamente al servicio de salud mental. En los estudios revisados se observa una cierta disparidad entre aquellos que constatan un predominio de motivos relacionados con la escuela y otros en los que predominan los motivos familiares. Desde la experiencia clínica, esta disparidad tal vez encuentre su explicación en la constatación de que todo lo relacionado con la escuela adquiere una relevancia especial también en la vida familiar. Así, se explicaría que, aun cuando algunos estudios reflejan un predominio de motivos de consulta ligados a la vida familiar, dichos motivos están muy a menudo relacionados con temas escolares: valga como ejemplo, el tema recurrente de los deberes en casa y su secuela de problemas de inatención, oposición, tensiones familiares…Es decir, los problemas escolares girarían retroalimentándose entre la escuela y la vida familiar. Es más, en muchas familias el papel de alumno invade casi exclusivamente todo el espacio identitario del hijo. Sin embargo, también la experiencia clínica nos revela que, aunque muchas de las consultas tienen que ver con la escuela, en absoluto significa que se trate de síntomas puramente reactivos a una realidad histórico-cultural (la enseñanza obligatoria). Hay factores intrínsecos al desarrollo psíquico, cognitivo y relacional del niño que explican esta hipotética vulnerabilidad mayor de los niños de estas edades (mayor prevalencia). Hay que pensar que la escuela tal vez está en el origen de muchos de los problemas consultados, pero que también es la reveladora de muchos problemas de origen familiar y/o intrapsíquico de los niños. Proceso evolutivo Nos parece oportuno recordar brevemente cómo se articula el proceso complejo de iniciar con placer y éxito los aprendizajes reglados en este periodo de edad que nos interesa, entre los 5 y los 8 años. Vamos a excluir de entrada los graves problemas económicos y familiares, las discapacidades neurocerebrales y los trastor- Desarrollo psíquico temprano y aprendizaje ORIGINALES Y REVISIONES 775 nos graves del desarrollo (psicosis) y de la personalidad (límite, depresión severa). Sabemos que –influyendo desde mucho más tempranamente- conllevan grandes dificultades en el despliegue de las capacidades cognitivas y de aprendizaje. Podríamos resumir las condiciones psíquicas que los niños de 5-8 años deberían haber cumplido en su desarrollo en los siguientes (2, 6). Aspectos más relacionados con la socialización: • Una buena tolerancia a la separación de los objetos primarios de apego, sus padres. • Un distanciamiento posterior de los mismos. • La capacidad para desplazar sus afectos a otros adultos (maestros). • El deseo y la capacidad tanto de identificarse como de rivalizar con los iguales (socialización) (7). Aspectos más relacionados con el aprendizaje: • La trasformación de la vida pulsional en deseo de aprender (8). • Una cierta renuncia a la omnipotencia infantil del pensamiento, es decir, la capacidad progresiva de aceptación de su no saber y de la inevitable frustración. • La capacidad para disfrutar del funcionamiento mental, relacionado, primero con actividades lúdicas y progresivamente con la actividad de aprender, es decir, ganas de aprender así como satisfacción y orgullo al hacerlo. • Una investidura de actividades motrices y corporales, con la doble dimensión de placer y control propio de la latencia (9). Complementaria e indisociablemente se van dando los procesos cognitivos necesarios para iniciar el interés por aprender (7): • Consolidación de la función simbólica (grafismo, imaginación, pensamiento, lenguaje). • Desarrollo del lenguaje (externo e interno). • Paso del estado preoperatorio al de operaciones concretas. • Desarrollo del pensamiento reflexivo que permite una comunicación consigo mismo y con los otros, sobre todo los otros niños. Todo ello facilita la interiorización de los conflictos y su mejor manejo (defensas maduras, sublimación, placer del funcionamiento mental). Es un soporte esencial para los aprendizajes estructurados y programados en el marco escolar (5). Pero el niño hace este pasaje acompañado por los padres y las representaciones conscientes e inconscientes que estos tienen frente a los aprendizajes y la institución escolar. El conjunto de condiciones citadas no deja de corresponder a una visión ideal, pero que afortunadamente logran la mayoría de los niños. 776 F. González-Serrano, X. Tapia, M. Hernanz, F. Vaccari ORIGINALES Y REVISIONES Factores de influencia sobre el desarrollo psíquico Revisaremos como se articulan en el desarrollo psíquico del niño y sus interacciones con el entorno familiar algunos de los nuevos factores de influencia propios de las sociedades contemporáneas desarrolladas. Los que pertenecen al ámbito social o pedagógico solamente los citaremos. • Factores Sociales o Obligatoriedad, universalización y masificación de la escuela democrática. Tal vez sea el sistema escolar el único en las sociedades democráticas que obliga a todos los ciudadanos a incorporarse al mismo durante un mínimo de diez años. Esta obligatoriedad tiene sus vertientes positivas y negativas. o La incorporación se produce cada vez más precozmente. o Principio mítico de la “igualdad de oportunidades”: todos los niños participan obligatoriamente en una misma competición pero no todos parten en las mismas condiciones. o Ideales y lugar de los aprendizajes en la sociedad. • Factores pedagógicos o Proclamación de los principios de integración e inclusión. o Filosofía y directrices académicas universales (proyecto pedagógico), tendencia a ceñirse a programas, a menudo no considera el respeto al tiempo de cada niño, hay cada vez más una idealización de los objetivos y una no tolerancia a pequeños fracasos. o Cambios en el estilo educativo, implicación y creatividad de los docentes. o Carencias en la formación, el reconocimiento social y retributivo de su actividad docente. • Factores biológicos. De importancia fundamental, suponemos que en condiciones de indemnidad en la mayoría de estos niños. o Competencias motrices, cognitivas, lenguaje (equipamiento de base). • Factores familiares. Reflejo de los cambios sociales, las familias contemporáneas se caracterizan por una investidura mayor en el plano afectivo (pero más ambivalente), una función parental de paraexcitación más laxa y un control pulsional menos eficaz (10). o Valoración de la evolución del niño basada, casi exclusivamente, en su adaptación a las exigencias escolares (cada vez más precoces). o Modificaciones en las relaciones entre niño y padres. Expectativas sobre el niño, centradas prioritariamente en el éxito, sin ayudarle a aceptar sus límites y carencias. Desarrollo psíquico temprano y aprendizaje ORIGINALES Y REVISIONES 777 o Tendencia a evitar los conflictos y las frustraciones con el niño (idealización de la crianza con su contrapartida, la frustración). o Depositación en la escuela de funciones tradicionalmente ligadas al hogar (alimentación, control esfinteriano) de especial relevancia en el desarrollo psíquico temprano, adquisición de normas sociales, ocio. o Difícil aceptación de su progresiva autonomía de pensamiento (tú no sabes, la maestra sí) y acción. o Frecuentes situaciones de crisis conyugal y alta proporción de separaciones (40% en medio urbano) en las familias actuales. • Factores ligados al desarrollo psíquico e indisociables de la interacción con los padres. o La escolarización-socialización cada vez más temprana se produce a menudo al precio de una excesiva discontinuidad relacional (2, 11) y, aunque a la mayoría puede aportarles un empuje a su desarrollo y al descubrimiento de otras relaciones, para un número no tan pequeño, se convierte en un activador de intensas angustias de separación. A menudo se convierten en representaciones que quedan fijadas largo tiempo. Así el entorno escolar será vivido como un lugar hostil (afectando los aprendizajes posteriores), asociado al abandono y no a la ausencia temporal de las figuras primarias de apego. o Estas figuras cada vez tienen menor presencia directa a la vez que aumentan los nuevos cuidadores con potenciales efectos como: identificaciones menos sólidas, inseguridad de base, dificultades en la separación-individuación, fragilidad narcisista, menos tiempo para compartir y crear la curiosidad de aprender, menor capacidad de frustración ante el no saber. o La escuela y las familias tienden a empujar hacia una maduración-autonomización excesivamente precoces: rutinas, aprendizajes, asignación rápida y predominante del estatus de alumno, renuncia a necesidades-placeres infantiles: llevar juguetes, chupete (1). o Cambios en los procesos de latencia: desarrollo de un Superyo maduro, control y defensas frente a la emergencia pulsional (8, 9). Están vinculados al desarrollo anterior (preedípico y edípico) y a las actitudes del entorno familiar-social. o El éxito o fracaso de los aprendizajes, y la adaptación escolar, adquiere una importancia decisiva en el desarrollo de la autoestima (narcisismo) del niño, completando sus experiencias previas de seguridad interna. Muchos niños con dificultades en los aprendizajes escolares presentan sentimientos de desvalorización a veces muy poco reconocidos, y con riesgo evolutivo de estructurarse en forma de psicopatología (inhibición masiva, desinterés por otras actividades personales, conductas agresivas) (12). 778 F. González-Serrano, X. Tapia, M. Hernanz, F. Vaccari ORIGINALES Y REVISIONES Casos clínicos A continuación ilustraremos con dos casos clínicos algunas de estas situaciones cuyo eje central son las dificultades en el aprendizaje en los inicios de la enseñanza primaria. 1º caso.- M. es un varón de 6 años y medio que cursa 1º primaria. Es enviado por la tutora porque es “muy movido,…como un terremoto,…no se centra,… jugando continuamente en clase”. El hermano mayor es atendido por la psicopedagoga escolar por déficit de atención. Plantean si éste también podía tener lo mismo. La madre comenta que en casa se centra en lo que le interesa, p.e. dibujos animados, pintar, jugar…Para los deberes escolares siempre tiene que haber alguien a su lado. Dice que no le gusta estudiar ni hacer deberes. Presenta enuresis nocturna esporádica. Va a judo y a música a gusto. Nació tras un embarazo no planificado pero sin problemas reseñables según la madre. Muy bueno los 3 primeros meses, luego coincidiendo con un periodo de dificultades laborales de los padres, empezó con problemas de sueño y a ser más llorón. Hasta los 3 años despertares nocturnos. Muy hábil motrizmente, con la pelota y la bici. Buen desarrollo del lenguaje. Los 2 primeros años fue cuidado en casa por la madre con apoyo de las abuelas. Lloró mucho al inicio de la escuela. La madre refiere, todavía con enfado hacía la maestra, que descubrió que ésta lo dejaba solo en el baño hasta que paraba de llorar y entonces volvía con el resto de la clase. Les informaron, ya en los años de educación infantil, que era inquieto, pegaba, no se adaptaba, aunque a finales de este ciclo (al cumplir 6 años) ya escribe y lee bastante bien. Antecedentes Familiares.-Abuelo materno muerto, por suicidio, tras ser despedido de su trabajo, teniendo la madre 18 años. Ésta ha consultado recientemente por cuadro de ansiedad que ella achaca a los problemas escolares del hijo. Es evidente esa angustia al necesitar justificar en la 2º consulta que su hijo es muy bueno y cariñoso, porque cree que el 1º día sólo dijo cosas negativas de él. A la vez cuenta que el neurólogo les ha propuesto dar medicación psicoestimulante al hijo mayor, pero que han decidido no dársela, solicitando nuestra opinión sobre ello. Madre trabaja de cocinera, se siente muy culpabilizada por no poder estar algunas tardes con sus hijos debido a sus horarios laborales. Padre peón en la construcción y con incertidumbre laboral en los últimos meses. Reconoce que fue un estudiante muy conflictivo, recuerda un gran rechazo al estudio “yo no quería estudiar, mi padre no podía hacer nada conmigo. Si tú no quieres, nadie te puede cambiar”. En la exploración clínica M. es un niño afable y comunicativo, atento al entrevistador siguiendo las sugerencias de éste al que mira de modo intermitente. Saca los animales y coches. Juega, inicialmente, con una grúa que lleva remolcado Desarrollo psíquico temprano y aprendizaje ORIGINALES Y REVISIONES 779 un coche. Organiza grupos de animales pequeños al lado de los grandes. Unos cazadores quieren llevarse a un leoncito para comérselo pero la leona grande va a atacarles, luego se suma el león grande. Juega tranquilo, de pie al lado de la mesa, sin desorganizarse ni perder el argumento, aunque éste no sea de una gran riqueza. Le pido, y acepta fácilmente, hacer un dibujo. Es un guerrero Ninja, bien definido corporalmente, con 4 brazos que son como espadas, la línea del suelo bien marcada, 2 nubes y el sol. La temática fantasmática evoca relaciones anaclíticas y de búsqueda de protección acompañada de fantasías narcisista-megalómanas moderadas, que no le llevan a desorganizarse ni negar la realidad. Pruebas de CI: 95. Hemos planteado, a la vez que conocer al hermano (10 años, niño especialmente calmado pero a la vez creativo y comunicativo, no creemos necesaria la medicación en su caso, a pesar de los bajos logros escolares), consultas con los padres (el padre acude en función de sus horarios laborales). Las intervenciones se focalizan en su propia vulnerabilidad narcisista, como hijos “abandonados” y con vivencias de gran fracaso escolar ambos, y en las proyecciones sobre sus hijos, especialmente marcadas en su adaptación escolar. No podemos dejar de pensar también en el efecto de la experiencia de escolarización inicial de M., con 2 años, añadida probablemente a la vivencia de separación suya y de la madre, y la clara certeza vivida por ésta de la amenaza de la vida fuera de la familia (papel de la 1ª maestra de su hijo; suicidio de su propio padre abrumado por la pérdida del trabajo, del que apenas puede referir recuerdos en las primeras entrevistas). 2º caso.-A. es una niña de 8 años y cursa 3º Primaria. Consultan los padres, aconsejados por el centro escolar, por distraibilidad y retraso en los aprendizajes. El paso por educación infantil lo hizo sin dificultad según el relato de los padres: “una niña normal, siempre sociable, no le costó nada el inicio con 2 años. Iba a jugar. En 1º de primaria con 6 años se empezó a dar cuenta de que el resto de niños sabía hacer más cosas que ella; lo decía en casa”. La profesora les comentó que tenía dificultades en la psicomotricidad fina y la lectoescritura. Entonces su modo de relacionarse con los compañeros era haciendo el “payaso” para que le hicieran caso. Dice que “todas” son sus amigas pero, esporádicamente, se coge enfados importantes y se queda sola en el recreo. Cuenta, sorprendida, que a veces algunos compañeros le llaman “cascarrabias”. El padre comenta que, aunque A. se da cuenta que no sabe, “no se estresa, es feliz”. La madre opina igual pero reconoce momentos de repentino enfado por tonterías, tras los cuales se acerca a ella enseguida, de un modo cariñoso, como si nada hubiera pasado. El padre es ingeniero y profesor universitario, la madre profesora de inglés en un instituto. En la primera entrevista confiesan su sorpresa por ser matemáticas e inglés las asignaturas que A. suele suspender y son justo en 780 F. González-Serrano, X. Tapia, M. Hernanz, F. Vaccari ORIGINALES Y REVISIONES las que ellos son expertos y más le ayudan. La madre lleva estos 3 últimos cursos dedicándole todas las tardes, a menudo con grandes tensiones y mucha ansiedad, ya que la hija está distraída y pasiva en general. Lo mismo le comentan en música. Muy afectuosa con ellos y con la única hermana, 3 años más pequeña. Sobre todo se pone muy contenta cuando llega el padre por la noche, “como si llegara Dios”. Ambos muestran una buena colaboración, acuden a todas las consultas juntos. Mientras tanto, una terapeuta atiende a la hija en consultas semanales. A. viene a gusto, comunicativa, despliega un juego simbólico y dibujo de buen nivel. Temas de expresión y control de la agresividad tanto en juego como en comentarios desplazados también hacia figuras parentales o hermana. Los padres insisten en definir su propia infancia como “muy normal”, sin dar nunca especiales problemas a sus propios padres, aunque reconocen los habituales enfrentamientos de la adolescencia. En las entrevistas ambos tienen un discurso muy racional y es significativa la dificultad para expresar emociones vivas. La madre recuerda que no era buena estudiante en primaria. De hecho suspendió los primeros exámenes de 1º Primaria porque no sabía que eran exámenes y los hizo sin mucha atención. Fue la hermana mayor la que le recordó la importancia de dichos exámenes. “Yo estaba en mi mundo también, supongo que con muñecas”. En el bachiller “mejoré y me interesé por los estudios” y finalmente hizo filología inglesa. “Mis padres no se angustiaron, debieron permitirme ir mal en los estudios sin presionarme ni agobiarme”. En una de las consultas comentan también la preocupación que les han trasladado los responsables escolares acerca de su otra hija por las conductas oposicionistas. Ellos reconocen a su vez este carácter completamente opuesto al de la hija mayor. Pruebas de CI 100. Los 2 niños presentan al inicio de la enseñanza primaria problemas de aprendizaje, en M. agravados aun más por su inquietud y dispersión en clase. En ambos estas dificultades afectan las relaciones con los padres que se involucran de manera ansiosa y ambivalente, creándose una gran dependencia entre estos – más las madres- e hijo. Estos conflictos originan además una gran agresividad en los progenitores, que a menudo hay que descubrir detrás de la preocupación desmedida, en forma de sentimientos culposos. En el caso de M. la fragilidad narcisista de los padres es de nuevo cuestionada por las dificultades de sus 2 hijos en la escuela y no permite lograr una estabilidad en las investiduras libidinales entre ellos. En el caso de A. las proyecciones parentales, de una hija normal, adaptada y sobre todo “feliz”, parecen haber logrado una respuesta complementaria en la pasividad y distraibilidad de la hija (que ha funcionado mientras no había exigencias claras de aprender, únicamente iba a jugar), que adopta ese ideal sólo roto por puntuales episodios de agresividad. Sus comportamientos de alumna “payasita” se pueden comprender, como en muchos otros niños, como un intento de compensación de su narcisismo frente a sus iguales. Desarrollo psíquico temprano y aprendizaje ORIGINALES Y REVISIONES 781 Ambos tenían unos resultados en las pruebas de cociente intelectual dentro de la normalidad y una organización de la personalidad básicamente sana (neurótica). Pero, unido a la dimensión relacional ya citada de poca autonomía respecto a sus figuras parentales, la sensación, a menudo evidente, de que estos niños viven una imposición que desborda su ritmo personal. Asistimos a un fracaso para trasladar el placer en el juego y las relaciones interpersonales, presentes en estos niños, al campo de las ideas y del razonamiento. Reflexiones finales Un porcentaje alto de las llamadas dificultades escolares tienen su origen en periodos anteriores del desarrollo. Se hacen patentes, probablemente en el momento en que el niño tiene, obligadamente, que hacer “la articulación del espacio afectivo primitivo (actualmente entre familia y escuela) centrado en escenarios preedípicos y edípicos, y un espacio común de representaciones compartidas, soporte del acceso a un aprendizaje y saber compartido con sus iguales” (13). Parece necesaria, en primer lugar, una reflexión crítica sobre las condiciones de aprendizaje durante los años de la escuela infantil (antiguo preescolar) como preparación para el nuevo estatus de alumno de enseñanza obligatoria (la normalidad legal: a partir de los 6 años; la normalidad social a partir de los 2-3 años). Una vez más, son las características propias del desarrollo psíquico de estas edades las que nos sirven de guía para estas reflexiones. • la escolarización es cada vez más precoz, lo que nos remite en no pocos casos a los problemas de separación. No es tanto la edad (aunque también) lo que está en cuestión sino las condiciones de escolarización • el tiempo de permanencia es cada vez mayor • los contenidos y las formas pedagógicas, en lugar de incidir en la preparación para futuros aprendizajes se asemejan cada vez más a las exigencias de la primaria (lectura, cálculo…) contribuyendo así a la pérdida progresiva de autonomía e identidad propias a esta franja de edad • esta premura, demandada y bien vista por muchos padres, va directamente en contra del principio del respeto de los ritmos individuales perjudicando gravemente a los niños que por diferentes razones no están todavía preparados para determinados aprendizajes y que ya experimentan en edades sorprendentemente tempranas la vivencia del estigma del “retraso” y del “fracaso”, amenazando seriamente su narcisismo y su porvenir escolar, antes incluso de su obligatoriedad propiamente dicha (6 años) 782 F. González-Serrano, X. Tapia, M. Hernanz, F. Vaccari ORIGINALES Y REVISIONES • el principio de equiparación de exigencias para todos los niños a la hora de evaluar sus procesos de aprendizaje, lejos de constituirse en un principio supuestamente justo y democrático, en la práctica está contribuyendo a acentuar las diferencias en edades muy tempranas, ya que no todos los niños parten en igualdad de condiciones (socio-económicas, psicológicas, de edad, físicas…) • la utilización de criterios comunes y universales es un instrumento indispensable para la evaluación de los procesos individuales; el problema surge cuando dicha evaluación se convierte en valoración negativa y en motivo “lógico” de presión hacia la equiparación para el niño y sus padres (“¡como no espabile va a tener problemas al pasar a primaria!”). • la igualdad de criterios de evaluación, lejos de convertirse en motivo de presión, debería generar una práctica de diferenciación para adaptarse a los ritmos y peculiaridades de los niños y no al revés. • la crisis económica parece estar contribuyendo directamente a la instalación insidiosa de esta mentalidad: el retroceso en las condiciones materiales (nº de alumnos, dotación de medios, condiciones laborales…) consolida la “lógica” irrebatible de “son los niños los que tienen que adaptarse a lo que hay”, “solo falta que hubiera que ocuparse de cada uno de ellos”… Nos parece necesario subrayar que la función pedagógica y el aprendizaje sólo son posibles en un contexto de relación “suficientemente buena”. Y que esto no siempre se da en niños muy angustiados o con hostilidad inicial que contamina la relación con el enseñante. Cualquier función que se desee ejercer desde cualquiera de las partes, pedagógica, parental, pasa previa e inexorablemente por la relación afectiva. Se quiera o no, ésta siempre está presente. Es responsabilidad de los adultos tratar de elegir y decidir el tipo de relación que se quiere establecer. En las edades a las que nos estamos refiriendo, la relación, y el tipo de la misma, constituyen sin duda alguna el núcleo de las experiencias vitales. De ahí la importancia que atribuimos al modo del cuidado de los niños de estas edades por parte de los diferentes estamentos, particularmente de la escuela, acogedora universal y comprometida en circunstancias cada vez más difíciles, y de los padres, depositarios principales de las expectativas afectivas infantiles. Con los niños más frágiles, perdidos entre las múltiples demandas y estímulos del grupo, intentar que sientan un reconocimiento individualizado y específico debería ser un objetivo fundamental (1). Es el éxito precisamente en la gestión de estos avatares relacionales el que va a permitir que a medida que avanzan en la latencia (periodo de la enseñanza primaria), los niños dependan cada vez menos de dichos avatares para avanzar en su desarrollo cognitivo y social. El paso a la primaria que, en nuestro contexto social, sigue simbolizando el paso a la segunda infancia, merecería, asimismo, una larga y profunda reflexión. Desarrollo psíquico temprano y aprendizaje ORIGINALES Y REVISIONES 783 • el cambio de ciclo conlleva habitualmente cambios importantes: de espacio físico, de enseñante, de disposición material en el aula, en el estilo pedagógico, en los contenidos… • sin embargo, esta “radicalidad” en algunos aspectos del cambio no encuentra su corolario en la evolución psíquica de los niños en los que sí se producen los cambios arriba señalados pero de una forma muy progresiva y con ritmos muy diferentes. • paradójicamente, la legislación sí permite esta progresividad, mucho más respetuosa con la evolución y ritmos individuales durante los dos primeros años de primaria en la apropiación de los instrumentos básicos (lectura, escritura y cálculo). Pero es en la práctica donde constatamos las urgencias a las que no pocos niños no logran adaptarse… a menudo definitivamente. • determinados estudios nos hablan de un mínimo de un trimestre completo para que los más avanzados puedan comenzar a rendir al máximo de sus capacidades. Es decir, un mínimo de un trimestre para la adaptación a primaria, en el mejor de los casos. En relación al entorno familiar varios son los focos de nuestro interés preventivo. En primer lugar buscar una buena tolerancia a las nuevas capacidades de autonomía y al distanciamiento del hijo. En los padres más dependientes puede crear angustia y dificultades la aceptación de nuevas identificaciones del niño con enseñantes u otros niños. En muchos casos el éxito o fracaso escolar se convierte en el único proyecto familiar, origen de beneficios mutuos para padres e hijo, entre ellos el mantenimiento de una idealización de unos y otro y de la relación. Es importante contener la invasión de la vida familiar por los resultados escolares y abrir posibilidades a otros intereses. El fracaso escolar puede significar -en su aspecto de oposición- la única manera de preservar una identidad diferenciada para el niño (2, 12). Los padres tienen, asimismo, su propia experiencia como alumnos, en ocasiones cargada de vivencias de fracaso y de rechazo hacia lo escolar. Las expectativas y proyecciones parentales, a menudo no reconocidas o inconscientes, nos ayudan a entender estas dificultades y actitudes en las familias y el efecto bloqueador que ejercen sobre el desarrollo global y de los aprendizajes de muchos niños (14). En este sentido debemos de contribuir a restaurar su vivencia de ser padres relativamente buenos, calmando así las angustias persecutorias mutuas que se producen a menudo entre ellos y sus hijos. Queremos subrayar asimismo el efecto de rebote que producen estas urgencias y presiones originadas por determinadas prácticas del sistema escolar en los padres. Éstos, preocupados por la mala evolución de sus hijos y deseosos de contribuir a la solución siguiendo los consejos provenientes de la escuela, ejercen también su parte de presión abocando a los niños a un efecto de “sandwich”, atrapados 784 F. González-Serrano, X. Tapia, M. Hernanz, F. Vaccari ORIGINALES Y REVISIONES en un discurso y en unas prácticas presionantes en eco por parte de los enseñantes y de los padres. Esto no significa en absoluto que todos los problemas se deban a una responsabilidad de las exigencias escolares y de la familia. Es preciso erradicar estos planteamientos simplistas de causalidad única y lineal. Muy al contrario, se trata de subrayar la complejidad y la mutua articulación de los diferentes factores en juego en estas edades. No se trata, ni de cargar únicamente sobre el niño, desde posiciones neuro-desarrollistas toda la carga de responsabilidad, ni de acusar de todos los males de los niños a los que les rodean. Más allá del reparto consciente e inconsciente de las responsabilidades y culpas, la realidad suele ser que se quiera o no, al final, todas las partes estamos concernidas e implicadas. En las consultas de salud mental infantil se puede en ocasiones intentar aclarar los factores relacionales y emocionales subyacentes en las dificultades escolares (15). Como eje de los objetivos ya citados previamente nos parece que está el de restaurar el narcisismo de padres y niño. El examen psicológico profundo y multidimensional al servicio del diagnóstico diferencial es necesario: una comprensión de la historia biográfica y familiar es compatible con la realización de test cognitivos y proyectivos, junto al conocimiento de los modos de organización psíquica y del funcionamiento mental por medio del juego y el dibujo (9). A la vez medidas psicoterapeúticas y reeducativas pueden tener su lugar (16). Para terminar, no podemos dejar de plantearnos, como algunos de los autores citados, un cierto distanciamiento en nuestros objetivos frente a los ideales pedagógicos de la sociedad y la vertiente más superyoica y adaptativa de éstos (2). En otras palabras, no todo niño que no se adapta bien a las exigencias escolares tiene -en nuestra opinión- necesariamente un trastorno psicopatológico. Esto no nos exime de valorar convenientemente el riesgo evolutivo que esta experiencia a lo largo de los años de escolarización obligatoria puede tener en la autoestima del niño. Desarrollo psíquico temprano y aprendizaje ORIGINALES Y REVISIONES 785 BIBLIOGRAFÍA: (1) González-Serrano F, Tapia X. Reflexiones en torno a la escolarización generalizada de los niños de dos años. Cuad Psiquiatr Psicoter Niño Adolesc 2009;48:177-186. (2) Schmit G, Rolland AJ, Jacob A. Comment devient-on un “élève suffisamment bon”? Est-ce un indice fiable d´une bonne santé mentale? Neuropsychiatr Enfanc Adolesc 2003;51:308-315. (3) Broidy L, Nagin D, Tremblay R, Bates J, Brame B, Dodge K et al. Developmental trajectories of childhood disruptive behaviors and adolescent delinquency: a six-site, cross-national study. Dev Psychol 2003;39:222-245. (4) Tremblay R, Nagin D, Seguin J, Zoccodillo M, Zelazo P, Boivin M et al. Physical aggression during early childhood: trajectories and predictors. Can Child Adolesc Psychiatr Rev 2005;14(1):3-9. (5) Le Gaulec M, Richard Y, Saint-André S, Garlantézec R, Lazartigues A. Les demandes de consultation en pédopsychiatrie: etude descriptive sur cinq années dans un service universitaire. Neuropsychiatr Enfance Adolesc 2011;59:1-7. (6) Tyson P, Tyson RL. Psychoanalytic Theories Of Development. An Integration. New Haven CT: Yale University Press, 1990. (7) Voyazopoulos R. À propos de l´école et des apprentissages entre 5 et 8 ans: quelle clinique pour demain? Neuropsychiatr Enfanc Adolesc 2003;51:316-323. (8) Denis P. Quelle latence pour les enfants d´aujourd´hui? Neuropsychiatr Enfanc Adolesc 2003;51:288-291. (9) Mises R. La période de latence: vers une réévaluation du concept. Neuropsychiatr Enfanc Adolesc 2010;58:5-9. (10) Lazartigues A, Planche P, Saint-André S, Morales H. Nouvelles sociétés, nouvelles familles: nouvelle personnalité de base? De la personnalité névrotique à la personnalité narcissico-hédoniste. Encephale 2007;33(1):293-299. (11) Denis P. Entre familia y parentalidad: algunas consecuencias de las discontinuidades relacionales. Cuad Psiquiatr Psicoter Niño Adolesc 2010;49:79-90. (12) Frisch-Desmarez C. Troubles narcissiques liés aux dificultes d´apprentissages chez l´enfant. Groupe d´Etude et de Recherche Clinique en Psychanalyse de l´Enfant et de l´Adulte. www.gercpea.lu 2005. (13) Gibello ML. D´Oedipe à Euclide. Les enjeux du développement et des apprentissages pour l´enfant de 5 à 8 ans. Neuropsychiatr Enfanc Adolesc 2003;51:282-287. (14) Manzano J, Palacio-Espasa F, Zilkha N. Los escenarios narcisistas de la parentalidad. Bilbao: Altxa, 2002. (15) Lasa A. Los niños hiperactivos y su personalidad. Bilbao: Altxa, 2008. (16) Frisch-Desmarez C. Les psychothérapies à la période de latence. Neuropsychiatr Enfanc Adolesc 2010;58:87-93. Acerca del posicionamiento del terapeuta en la psicosis. About the position of the therapist in the psychosis. Nicolás Vucinovich a, Silvia Poves Oñate b, Rafael Romero Gamero c. Psiquiatra. USMC-Oriente. Hospital Universitario “Virgen Del Rocio”. Sevilla, España. bPsicóloga Clínica. USMC-Osuna. Hospital “Virgen De La Merced”. Osuna, Sevilla, España. cPsicólogo Clínico. Hospital de Día de Salud Mental. Hospital Universitario “Virgen Macarena”. Sevilla, España. a Correspondencia: Nicolás Vucinovich ([email protected]) Recibido: 10/12/2011; aceptado: 10/04/2012 RESUMEN: Partiendo de la enseñanza sobre la psicosis contenida en los textos de J. Lacan “el Seminario 3” (Las Psicosis) y “Sobre una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, pretendemos esclarecer tres cuestiones básicas de nuestra práctica clínica: el valor del fenómeno alucinatorio en relación a la estructura psicótica, el lugar del terapeuta en relación a su paciente , y los motivos que tenemos para no interpretar (en el sentido de interpretación en las neurosis) en la psicosis. Palabras clave: psicosis, alucinación, interpretación psicoanalítica, psicoterapeuta. ABSTRACT: Following Lacan’s teaching about the Psychosis included in “The Seminar, Book III. The Psychosis” and “On a question preliminary to any possible treatment of psychosis” we intend to clear up three basics issues from our clinical practice: the value of manifest in hallucinations due to psychotic structure, the attitude of therapist in relation to his patient and our arguments for not using interpretation (in the sense of interpretation in neuroses) in psychosis. Key Words: psychosis, hallucination, psychoanalytic interpretation, psychotherapist. Introducción La enseñanza desarrollada por Lacan en el Seminario sobre Las Psicosis, nos introduce por un lado en la comprensión de los fenómenos alucinatorios y su estructura, al tiempo que formaliza la relación que el psicótico mantiene con el lenguaje. A partir de su esquema ”L” y la diferenciación que establece entre el otro como el semejante y el Otro como lugar del significante y del inconsciente, sienta las bases para que podamos pensar el lugar desde donde intervenimos en las psicosis. La idea de este trabajo es, a través de la enseñanza de Lacan en torno al Seminario 3 “las Psicosis” y su escrito “Sobre una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de las psicosis”, responder a tres preguntas básicas sobre nuestro quehacer en el encuentro con nuestros pacientes: ¿Por qué la alucinación nos orienta hacia una estructura psicótica? ¿Desde dónde nos escucha y desde dónde intervenimos en las psicosis? Y ¿Por qué no interpretamos en las psicosis? Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 787-793. doi: 10.4321/S0211-57352012000400008 788 N. Vucinovich, S. Poves, R. Romero ORIGINALES Y REVISIONES Intentaremos acercarnos a estas preguntas desde estos dos textos, y dando algunas referencias para que el lector pueda reencontrarse con ellos o animarse en una primera lectura. Esta es en definitiva la intención del presente trabajo: volver a estos textos iniciales de la enseñanza de Lacan, plagados tanto de referencias clínicas extraídas de sus presentaciones de pacientes, como de nuevas construcciones que intentan orientar al practicante en esta clínica (Esquema “L”, Nombre del Padre, forclusión, metáfora paterna, punto de capitón, y otros). A partir de estos textos, ambos con más de 50 años, se ha renovado la forma de pensar la psicosis y se han planteado por primera vez elementos que posibilitan un trabajo con nuestros pacientes. La alucinación como estructura Según el modelo psicoanalítico, la alucinación en sí misma da cuenta de una estructura, de la relación que el sujeto mantiene con el lenguaje, y lejos de entenderla como un subproducto de un trastorno o un síntoma más, se la entiende como la manifestación de esa estructura, un elemento que trasluce el vínculo dislocado entre el sujeto y el lenguaje, ya no reconocido como propio (1) (pág. 33). Si la alucinación se escucha, dónde y cómo es escuchada, son cuestiones tratadas por Lacan no desde el lugar del psicopatólogo (dentro o fuera de la cabeza?, es una voz reconocible?), sino desde la perspectiva de la significación, por un lado, y, por otro, del hecho que aparezcan “en lo real”: según su ordenamiento de lo imaginario, simbólico y real por el cual a este último le corresponde, en este momento, lo que está por fuera de lo simbólico, lo innombrable. Desde la significación: hay fenómenos psicóticos que están vaciados de sentido (murmullos, cuchicheos, o frases que se interrumpen antes de presipitar un significado), y hay otros, como los insultos o los fenómenos de autorreferencia o significación personal, que confrontan al sujeto con una certeza de significación personal, absoluta, aunque no dialectizable (significación de significación) (1) (pág. 36). Esta doble vertiente, exceso de significación personal o vaciado de significación, es explicada por la relación establecida entre el sujeto y el significante. Una paciente me explica que siente “constantemente un run- run en la cabeza”. Lo describe como un cuchicheo en el que no encuentra ningún sentido, ninguna frase que signifique nada, sólo un “bs- bs”, como una voz vaciada de sentido. Refiere que al encontrarse con la gente, cuando le preguntan, le piden algo, o simplemente le hablan, escucha estas demandas como el mismo “runrún” alucinado: “es como si no hubiera puntos ni comas, es todo un run run, y no entiendo lo que me dicen… la cabeza se me infla como un globo, se me pone más grande”. Creo que esto ejempli- Acerca del posicionamiento del terapeuta en la psicosis ORIGINALES Y REVISIONES 789 fica la idea de la alucinación, no como algo sonoro dentro o fuera de la cabeza, sino como una articulación significante en la que falta el elemento que permita precipitar un sentido, el significado en el enunciado, algo que funcione como un “punto o una coma” y que corte así la frase. Esta paciente sufre una suerte de bloqueo en cualquier actividad que requiera su atención: “si hago un huevo frito me quedo viendo como se quema y sin moverme”. En relación a un paciente que escucha “un cuchicheo constante”, Lacan dice en el Seminario 3: “Este discurso está relacionado con lo que suponemos ser el discurso continuo, que memoriza para cada sujeto su conducta en cada momento, y que de algún modo dobla su vida” (1) (pág. 176). Este discurso está relacionado tanto con el inconsciente, su función de doble registro y memoria de la conducta (alterado en esta paciente), como con el cuchicheo continuo del psicótico y las voces que comentan los actos. El esquema “L”, el otro y el Otro Introduciremos el esquema “L” para poder resumir las diferencias entre neurosis y psicosis en su relación al lenguaje y al otro. Lacan explica los 4 extremos del esquema, diciendo que el sujeto está “estirado”, comprometido, entre estos 4 puntos (2) (pág. 531): “A saber, S, su estúpida e inefable existencia, a, sus objetos, a´, su yo, a saber, lo que se refleja de su forma en los objetos, y A, el lugar desde donde puede 790 N. Vucinovich, S. Poves, R. Romero ORIGINALES Y REVISIONES planteársele la cuestión de su existencia”. En este esquema están representados entonces 2 Ejes, básicos para comprender la relación que el sujeto mantiene, por un lado, con el inconsciente, lugar de los significantes a los que podrá identificarse, a los que podrá recurrir, Eje S-A, y por otro lado, el eje imaginario, el eje que explica la relación del yo al otro, del yo constituido como reflejo de la imagen del otro, del semejante. Con respecto a la pregunta del sujeto por su existencia, agrega Lacan: “¿Qué soy ahí?- , referente a su sexo y su contingencia en el ser, a saber que es hombre o mujer por una parte, por otra parte que podría no ser, ambas conjugando su misterio, y anudándolo en los símbolos de la procreación y de la muerte”. Entonces, desde el lugar de A se le plantea a S (Eje S-A) la cuestión de su sexualidad, su posición en relación al deseo sexual, y la cuestión de la muerte, ligada desde Freud a la castración, al no- ser. Así resume Lacan en “De una cuestión Preliminar” los extremos de este cuadrado. En el Seminario 3, partiendo de un ejemplo clínico, Lacan ilustra el funcionamiento de este esquema. En una presentación de enfermos, la paciente dice haber escuchado a un hombre (amante de su vecina), la palabra “marrana”, después de que ella dijera “vengo del fiambrero”. El “marrana” se entiende como alucinado por la paciente. Lacan explica, volviendo al Esquema: “el a con minúscula es el señor con quien se encuentra en el pasillo, la A mayúscula no existe. a` es quien dice Vengo del fiambrero, ¿ Y de quién dice Vengo del fiambrero? De S, a minúscula le dijo “marrana” (5) . Queda esquematizada así la profunda alteración que el psicótico mantiene con el semejante: el Otro, como lugar “desde donde puede planteársele la cuestión de su existencia”, dice, no existe, por lo que esta función parece recaer, venirle desde el semejante. Vengo del fiambrero y marrana son parte del mismo mensaje, como si la alusión (vengo del fiambrero) y la alucinación (marrana) se complementaran, para referirse, ambas, de una forma oscura, dice Lacan, al S, al sujeto. ”La persona que nos habla, y que habló, en tanto delirante, a`, recibe sin duda en algún lado su mensaje en forma invertida, del otro con minúscula (a), y lo que ella dice concierne al mismo más allá que ella es en tanto sujeto”. Continúa: “Solo hay dos maneras de hablar de ese S, ese sujeto que somos radicalmente; o bien dirigirse verdaderamente al Otro con mayúscula, y recibir de él el mensaje que lo concierne a uno de forma invertida; o bien indicar su dirección, su existencia bajo la forma de alusión… Si esta mujer es estrictamente una paranoica, es que el ciclo, para ella, entraña una exclusión del gran Otro. El circuito se cierra sobre los pequeños otros que son la marioneta que está enfrente a ella, que habla y en la que resuena su mensaje” (1) (pág. 80). Entonces, la diferencia está entre dirigirse al gran Otro (sería la vía de la neurosis), ya reconocido, para obtener de él “el mensaje propio en forma invertida”, o hablar por alusión al otro, y hacer resonar asi en los semejantes el propio mensaje (alucinación). Esto tiene relación con nuestras preguntas antes planteadas: con la pregunta por la alucinación y su relación como fe- Acerca del posicionamiento del terapeuta en la psicosis ORIGINALES Y REVISIONES 791 nómeno “de estructura”, por un lado, y con la pregunta por la posición del terapeuta frente a su paciente, posición en tanto otro, semejante, en el cual puede resonar el mensaje alucinado. ¿Qué quiere decir recibir del Otro el mensaje en forma invertida? Cuando un hombre dice: “tú eres mi mujer”, queda comprometido: desde el lugar del Otro, donde los significantes están articulados (mujer/hombre, esposa/marido), le retorna su mensaje, invertido: “yo soy tu hombre”. En la psicosis, al no existir este Otro donde el significante que lo orientaría en su sexualidad está articulado, al no estar constituido o reconocido como el lugar desde donde proviene la “cuestión de su existencia” para el sujeto, este mensaje le llegaría del otro semejante, persecutorio y amenazante. En la alucinación, dice Lacan en el seminario 3, encontramos al sujeto recibiendo su mensaje directamente del otro, del semejante. A diferencia de este, el neurótico recibe su mensaje del Otro en forma invertida: cuando el neurótico dice “tu eres mi mujer”, lanza este mensaje al Otro del lenguaje ya reconocido por él, que le devuelve su mensaje invertido “yo soy tu hombre” (1) (pág. 79), lugar del sujeto comprometido por el orden significante. En la psicosis, el sujeto busca su mensaje en el otro, el semejante. Por eso el psicótico (también el neurótico, aunque con otras consecuencias) nos pone siempre al borde de la comprensión, proponiéndonos a nosotros para decir su mensaje, animándonos a esto por medio de la alusión: “Usted sabe doctor, Usted entiende lo que es la exploración sexual”, me decía un paciente, al cual las voces maltrataron con un “maricón” durante 20 años. Esta exploración sexual implicaba, a los 9 años, introducirse “toda clase de objetos por el ano”. Mediante este llamado a la comprensión que me hacía el paciente, haciendo alusión a sus exploraciones sexuales, buscaba confirmar, escuchar en mi, aunque solo fuera por un “si si, lo entiendo” ese mensaje que lo orienta como sujeto en la sexualidad. Cuando comprendemos al psicótico y entramos en el juego de su alusión, cerramos una puerta con nuestra resistencia para que estos aspectos particulares, únicos, no puedan ser dichos. Y es que el paciente no recibe su mensaje, en definitiva el mensaje fundamental que le plantea la cuestión de su existencia como ser sexuado, no lo recibe del Otro. Este parece no estar reconocido por el sujeto psicótico., por eso Lacan dice que este Otro no existe para el psicótico. La Interpretación Este punto de no- reconocimiento del Otro implica que no exista una ley por la cual sus posibles identificaciones estén orientadas, el lugar donde el sujeto pueda encontrar los significantes entre los cuales discurrir, en un origen, como objeto de 792 N. Vucinovich, S. Poves, R. Romero ORIGINALES Y REVISIONES deseo para este Otro. Esta ley es formalizada por Lacan como Nombre del Padre, como el significante que ordena el deseo de la madre y orienta al niño en sus identificaciones, según lo que él llama la significación fálica (2) (pág. 538). Cuando interpretamos, apelamos a este Otro, suponemos un inconsciente. Nos referimos a este otro lugar donde existe, para el sujeto, algo que él no sabe acerca de lo que dice, de lo que lo empuja en sus repeticiones o al síntoma, pero que sin saberlo lo compromete. Este otro lugar es el del desciframiento, el lugar donde se articula el otro- significado. Interpretamos para que el sujeto pueda suponer un saber inconsciente, que en principio deberá ser sostenido por el terapeuta en la transferencia. Si este lugar no está constituido, no es posible la interpretación. Si en la psicosis este Otro no existe, no existe como este lugar más allá del yo, inconsciente al cual referirse, el terapeuta no puede invocarlo, llamarlo, sin correr el riesgo de encarnar él mismo este lugar, pero como otro persecutorio o de la erotomanía. Si para el neurótico, mediante la interpretación, se abre el campo del saber inconsciente, reprimido, para el psicótico, lo que se abre es una suposición de persecución, de invasión, ya que la interpretación no tiene ese lugar Otro dónde resonar, ese lugar inconsciente desde donde puedan responder los significantes bajo los cuales posicionarse. En su trabajo “Sobre una cuestión preliminar”, Lacan termina advirtiendo sobre esta misma posición en la transferencia con el psicótico, valiéndose de la referencia de Freud al encuentro entre el Dr. Fleschig y Schreber: “No cabe duda que la figura del profesor Flechsig, en su gravedad de investigador (el libro de la Señora Macalpine nos da una foto que nos lo muestra perfilándose sobre la colosal ampliación de un hemisferio cerebral) logró suplir el vacío bruscamente vislumbrado de la Verberfung (forclusión) inaugural… Por lo menos tal es la concepción de Freud, en cuanto que designa en la transferencia que el sujeto ha operado sobre la persona de Flechsig el factor que ha precipitado al sujeto en la psicosis” (2) (pág. 563). Esta advertencia es fundamental para los que trabajamos con las psicosis: es posible que este factor, que precipita al paciente en la psicosis, opere sobre la persona del terapeuta, y ello puede depender de nuestra maniobra y posicionamiento (“gravedad” en el caso del profesor Flechsig). Entonces, y tomando como base lo antes señalado, el lugar del terapeuta es el del otro, el que se confunde con el yo, el otro del reflejo imaginario. Desde este lugar, y a falta de ese Otro que media, arbitra, en esta relación entre el yo y su semejante (1) (pág. 139), el terapeuta tendrá que cuidarse de no quedar en la posición de amo, que dispare la vivencia persecutoria: “Si en toda relación con el otro hay un eco de esa relación de exclusión, él o yo, es porque en el plano imaginario el sujeto está constituido de modo tal que el otro está siempre a punto de retomar su lugar de dominio en relación a él, que en él hay un yo que siempre en parte le es ajeno. Amo implantado en él por encima del conjunto de sus tendencias, de sus Acerca del posicionamiento del terapeuta en la psicosis ORIGINALES Y REVISIONES 793 comportamientos… ¿Y dónde está ese amo? ¿Adentro o afuera? Está siempre a la vez adentro y afuera, por esto todo equilibrio puramente imaginario con el otro siempre está marcado por una inestabilidad fundamental” (1) (pág. 136). Entonces, entendemos que la precaución debe estar no sólo en relación a la interpretación, sino a no intervenir desde el lugar del amo, asimilable al semblante de “gravedad” del profesor Flechsig, que pudiera alterar este precario equilibrio entre el yo y el otro, propio del eje imaginario. ¿Y cómo hacerlo entonces? Si de lo que se trata es de ayudar al paciente a traducir fenómenos innombrables (para él y por supuesto para nosotros), creo que lo mejor es hacerlo desde el lugar del que no sabe, del que no entiende y no se deja invitar por alusiones, no es seducido por la llamada a la comprensión, pero que sí está dispuesto a acompañar y escuchar. Creo que desde el lugar del “ignorante” es más fácil dejar caer el trabajo del lado del paciente, y mantenerse a salvo de esta posición del amo persecutorio. Esta posición de falta, de falta de saber, preserva el lazo de trabajo que debe mantenerse hasta que algo del orden de la legalidad (metáfora delirante) procure al paciente cierta estabilidad y pacificación en su relación con los semejantes. BIBLIOGRAFÍA: (1) Lacan J. El Seminario 3, Las Psicosis. Buenos Aires: Paidós, 2002. (2) Lacan J. De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis. Escritos 2. Buenos Aires: Siglo XXI, 2002. Estudio unidimensional del síndrome de burnout en estudiantes de medicina de Holguín. One-dimensional study of burnout syndrome in medicine students in Holguín. Yury Rosales Ricardo a. Profesor e investigador, Departamento de Cultura Física, Universidad de Ciencias Médicas de Holguín, Cuba. a Correspondencia: Lic. Yury Rosales Ricardo ([email protected]) Recibido: 10/01/2012; aceptado con modificaciones: 13/06/2012 RESUMEN: Se realizó un estudio descriptivo transversal entre octubre y noviembre de 2010. Objetivos: Determinar la presencia del Síndrome de Burnout en su enfoque unidimensional en estudiantes de primer año de medicina de la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín (UCMH). Métodos: Se escogieron aleatoriamente 70 estudiantes de primer año, 35 de cada sexo (85 % de la población), a los que se les aplicó el instrumento Escala Unidimensional de Burnout Estudiantil. Resultados: El sexo femenino (sin Burnout 0, Burnout leve 25, Burnout moderado 10, Burnout profundo 0), fue el de mayor incidencia de Burnout en comparación con los varones (sin Burnout 10, Burnout leve 24, Burnout moderado 1, Burnout profundo 0). Hay un predominio del Burnout leve en ambos sexos. En los varones se encontraron estudiantes sin Burnout y sólo uno con moderado. En las hembras todas las estudiadas tenían Burnout y una parte considerable moderado. No se encontraron casos de Burnout profundo en ninguno de los sexos. Conclusiones: Los estudiantes de medicina de primer año de la UCMH están afectados en su mayoría por el Síndrome de Burnout. Las hembras están más afectadas que los varones. Palabras clave: síndrome de burnout, unidimensional, estudiantes de medicina, salud mental. ABSTRACT: A descriptive study was carried out between October and November 2010. Objective: To determine the presence of burnout syndrome in one-dimensional approach freshmen of medicine at the University of Medical Sciences of Holguín (UCMH). Methods: We randomly selected 70 freshmen, 35 of each sex (85% of the population), which was applied to the instrument Unidimensional Scale of Student Burnout. Results: Female sex (without Burnout 0, Burnout mild 25, moderate 10 Burnout, Burnout deep 0), had the highest incidence of burnout compared with men (no 10 Burnout, Burnout mild 24, moderate Burnout 1, Burnout deep 0). There is a slight prevalence of burnout in both sexes. In the male students were found not only one with Burnout and moderate. In females all had studied Burnout and a considerable part moderate. There were no cases of deep Burnout in either sex. Conclusions: Medical students in first year of the UCMH are affected mostly by the burnout syndrome. Females are more affected than males. Key Words: burnout, one-dimensional, medical students, mental health. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 795-803. doi: 10.4321/S0211-57352012000400009 796 Y. Rosales ORIGINALES Y REVISIONES Introducción El Síndrome de Burnout, también conocido como síndrome del desgaste o agotamiento físico y mental, constituye un problema de gran repercusión social en nuestros días. En la actualidad son muy pocos los profesionales y estudiantes que pueden escapar a esta amenaza (1). Muchos estudiantes logran desarrollar las competencias necesarias en su proceso formativo que favorecen la consecución de sus objetivos académicos, mientras que otros jóvenes presentan dificultades que sólo se registran en indicadores de elevada mortalidad académica En esta ultima situación, los estudiantes generalmente experimentan una alta carga de estrés durante su proceso formativo. Algunos estudiantes logran desarrollar estrategias adecuadas para afrontar las exigencias académicas, mientras que otros no lo hacen, y llegan a sentirse impedidos para modificar la situación problemática, lo cual trae como consecuencia el uso de comportamientos de escape o evitación como formas de afrontamiento que no son necesariamente las apropiadas en esta situación. Como se sabe, los problemas que no se resuelven, crecen y se acompañan de un proceso acumulativo de malestar prolongado (2). Lo anterior puede contribuir a generar sensaciones de no poder dar más de sí mismo, tanto física como psíquicamente, una actitud negativa de crítica, desvalorización, pérdida del interés de la trascendencia, del valor frente al estudio y dudas crecientes acerca de la propia capacidad para realizarlo. La presencia simultánea de estas manifestaciones es conocida como síndrome de burnout académico o estudiantil. El estudio del síndrome ha tenido un amplio desarrollo en los últimos años, y ha aportado a la comprensión de los procesos de estrés asistencial, organizacional y académico, con miras a mejorar la calidad de vida de los estudiantes. El burnout académico o estudiantil surge de la presunción de que los estudiantes, específicamente universitarios, al igual que cualquier profesional, se encuentran con presiones y sobrecargas propias de la labor académica. Los estudiantes al igual que cualquier trabajador, mantienen una relación de compensación directa e indirecta con la institución universitaria, evidenciada en apoyos económicos, becas, reconocimientos o premios. Esta presunción permite investigar las respuestas del individuo ante la tensión y sus implicaciones en su sensación de bienestar frente a los estudios pues las instituciones de educación superior pueden ser lugares altamente estresantes; en dichas instituciones los alumnos no solamente construyen aprendizajes, sino que, como parte de esos aprendizajes, se enfrentan de manera cotidiana a una serie de demandas que, bajo su propia valoración, se constituyen en estresores. Esta situación, cuando es prolongada, puede conducir al Síndrome de Burnout (3-6). En 1981, el aún incipiente desarrollo teórico de este síndrome se bifurca en dos enfoques conceptuales diferentes. El primero permitió definir este síndrome a Estudio unidimensional del síndrome de burnout en estudiantes de medicina de Holguín. ORIGINALES Y REVISIONES 797 través de un constructo tridimensional: agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal. El segundo enfoque proporcionó una definición de este síndrome mediante un constructo unidimensional: agotamiento emocional. La conceptualización que se adopta en este trabajo se adscribe al segundo enfoque conceptual, lo que conduce a considerarlo un constructo unidimensional. Esta forma de conceptualizar al Síndrome de Burnout permitió observar que, de las tres escalas de las que se compone este inventario tridimensional, es la escala de agotamiento emocional la que se correlaciona mejor con las variables relacionadas con el trabajo y el estudio. Por tanto, se puede concluir que el contenido central del Burnout tiene que ver con una pérdida de las fuentes de energía del sujeto por lo que se puede definir como una combinación de fatiga física, cansancio emocional y cansancio cognitivo. Esta conceptualización tiene como principal bondad, que evita que este concepto se confunda con otros términos ya establecidos en la psicología (7, 8). Bajo este enfoque conceptual se puede definir al Síndrome de Burnout como un estado de agotamiento físico, emocional y cognitivo producido por el involucramiento prolongado en situaciones generadoras de estrés (9). En los estudiantes de ciencias médicas estas situaciones se pueden incrementar pues además de que los programas de estudio están considerablemente cargados en volumen de contenido y horas clase, mucho tiempo de autoestudio y realización de trabajo independiente, también se enfrentan a sus prácticas pre profesionales a pacientes y sus familiares con elevados niveles de estrés y situaciones de salud comprometedoras y pueden combinarse con los problemas personales propios de cada estudiante (10-12). Según diversos estudios el Síndrome de Burnout e estudiantes tiene 3 grupos de manifestaciones fundamentales (3-26): 1-Psicosomáticas: Alteraciones cardiovasculares, fatiga crónica, cefaleas, alteraciones gastrointestinales, dolores abdominales y musculares, alteraciones respiratorias y del sueño, alteraciones dermatológicas y menstruales y disfunciones sexuales. 2-Conductuales: Abuso de drogas, fármacos y alcohol, ausentismo laboral, malas conductas alimentarías, incapacidad de relajarse. 3-Emocionales: Impaciencia, deseos de abandonar los estudios y el trabajo, irritabilidad, dificultad para concentrarse debido a la ansiedad experimentada, depresión, baja autoestima, falta de motivación. Y las manifestaciones más comunes de Burnout en estudiantes son (3-26): - Agotamiento físico y mental. - Abandono de los estudios. - Disminución del rendimiento académico. 798 Y. Rosales ORIGINALES Y REVISIONES La relevancia del fenómeno Burnout entre los estudiantes universitarios y la detección precoz de niveles sintomáticos significativos, puede constituir un indicador de posibles dificultades futuras, en los planos de éxito académico o profesional y una oportunidad excelente de intervención temprana (25, 26). El objetivo fundamental de este trabajo fue determinar la presencia del Síndrome de Burnout en su enfoque unidimensional en estudiantes de primer año de medicina de la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín, pues la relevancia del fenómeno Burnout entre estos estudiantes y la detección precoz de los niveles sintomáticos significativos pueden constituir un indicador de posibles dificultades futuras, los planos de éxito académico y profesional. Material y métodos Participantes La muestra utilizada para el estudio se escogió aleatoriamente y estuvo compuesta por 70 estudiantes, 35 de cada sexo, con un rango de edad comprendido entre los 18 y 20 años pertenecientes al primer año de medicina de la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín. Instrumento Se aplicó la Escala Unidimensional de Burnout Estudiantil (EUBE) para medir el nivel de Burnout en los estudiantes de medicina. Esta escala, creada y validada por el Dr. C. Arturo Barraza y colaboradores (2008) de la Universidad Pedagógica de Durango consta de 15 ítems y reportó un nivel de confiabilidad de 91 en alfa de Cronbach y de 90 en la confiabilidad por mitades según la fórmula de Spearman-Brown. Este instrumento mide nivel de agotamiento físico, emocional y cognitivo en los estudiantes, respetando el concepto unidimensional del Síndrome de Burnout por el que se rige este trabajo y ha demostrado un muy buen nivel de confiabilidad. Además se ha confirmado la homogeneidad y unidireccionalidad de los ítems que componen la Escala y los resultados en la relación de los ítems y el puntaje global de la escala permiten afirmar que todos los ítems forman parte del Burnout Estudiantil. Este instrumento analiza la dimensión que según varios estudios es la que más afecta y pesa en el Burnout Estudiantil: el cansancio emocional. Procedimiento La EUBE se aplicó entre febrero y abril de 2011. Para ello se escogieron aleatoriamente 70 estudiantes de primer año de medicina de la Universidad de Ciencias Estudio unidimensional del síndrome de burnout en estudiantes de medicina de Holguín. ORIGINALES Y REVISIONES 799 Médicas de Holguín, 35 de cada sexo (85 % de la población), a los que se les aplicó el instrumento. El análisis de los datos se realizó según el baremo evaluativo para determinar el nivel de Burnout propuesto por Barraza: Nivel de Burnout No presenta Porcentaje de presencia 0 a 25 % Leve 26 % a 50 % Moderado 51 % a 75 % Profundo 76 % a 100 % Resultados Mediante los resultados de la EUBE se pudo comprobar que el sexo femenino (sin Burnout 0, Burnout leve 25, Burnout moderado 10, Burnout profundo 0), fue el de mayor incidencia de Burnout en comparación con los varones (sin Burnout 10, Burnout leve 24, Burnout moderado 1, Burnout profundo 0). Hubo un predominio del Burnout leve en ambos sexos. En los varones se encontraron estudiantes sin Burnout y sólo uno con moderado. En las hembras todas las estudiadas tenían Burnout y una parte considerable moderado. No se encontraron casos de Burnout profundo en ninguno de los sexos. (Ver tabla 1). Por tanto, los estudiantes de medicina de primer año de la UCMH están afectados en su mayoría por el Síndrome de Burnout. Las hembras están más afectadas que los varones. Tabla 1. Resultado de la Escala Unidimensional de Burnout Estudiantil. NE % SSB % SBL % SBM % SBP Hembras 35 50 0 0 25 71 10 29 0 Varones 35 50 10 29 24 69 1 2 0 Total 70 100 10 14 49 70 11 16 0 % Fuente: Elaborado por el autor. Nota: Abreviaturas: NE: numero de estudiantes; SSB: Sin Síndrome de Burnout; SBL: Síndrome de Burnout leve; SBM: Síndrome de Burnout moderado; SBP: Síndrome de Burnout profundo; %: Por ciento. 800 Y. Rosales ORIGINALES Y REVISIONES Los resultados obtenidos en cada uno de los ítems que comprende la escala se presentan en la tabla 2: como se puede observar, las características del Síndrome de Burnout Estudiantil que más se presentan en los alumnos encuestados son: • El tener que asistir diariamente a clases me cansa • Durante las clases me siento somnoliento. • Antes de terminar mi horario de clases ya me siento cansado. Tabla 2 Media obtenida de los ítems de la EUBE. Ítems Media El tener que asistir diariamente a clases me cansa 1,89 Mis problemas escolares me deprimen fácilmente 1,79 Durante las clases me siento somnoliento 1,94 Creo que estudiar hace que me sienta agotado 1,74 Cada vez me es más difícil concentrarme en las clases 1,72 Me desilusionan mis estudios 1,35 Antes de terminar mi horario de clases ya me siento cansado 1,93 No me interesa asistir a clases 1,34 Cada vez me cuesta más trabajo ponerle atención al maestro 1,41 El asistir a clases se me hace aburrido 1,55 Siento que estudiar me está desgastando físicamente 1,54 Cada vez me siento más frustrado por ir a la escuela 1,27 No creo terminar con éxito mis estudios 1,43 Siento que tengo más problemas para recordar lo que estudio 1,55 Creo que estudiar me está desgastando emocionalmente 1,52 Por su parte, las características que menos se presentan en los alumnos encuestados son las siguientes: Cada vez me siento más frustrado por ir escuela. • No me interesa asistir a clases. • Me desilusionan mis estudios • No creo terminar con éxito mis estudios. Discusión Al definirse el Síndrome de Burnout desde el punto de vista unidimensional como un estado de agotamiento físico, emocional y cognitivo por el involucramiento prolongado a situaciones generadores de estrés, tiene un impacto importan- Estudio unidimensional del síndrome de burnout en estudiantes de medicina de Holguín. ORIGINALES Y REVISIONES 801 te e la población estudiantil mundial, y Cuba no es la excepción. Particularmente, los estudiantes de medicina al tener una carga de estudios significativa, estudiar pacientes en estado crítico y enfermedades complejas pueden ser muy vulnerables. En una minuciosa búsqueda realizada se encontró sólo tres trabajos que abordan este síndrome unidimensionalmente en estudiantes. En el primer caso el 9.8 % corresponden al género masculino y el 90.2% al género femenino. El 70.6% presentan una edad que oscila entre 18 y 21 años; el 13.7% presenta una edad que oscila entre los 22 y 25 años; y el 15.7% presenta una edad que oscila entre 26 y 29 años aquí se le aplicó la Escala Unidimensional de Burnout Estudiantil durante el mes de noviembre del año 2007 a una muestra no probabilística de 51 alumnos de la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad Juárez del Estado de Durango 2. Los resultados obtenidos permiten afirmar que todos los alumnos encuestados presentan el Síndrome de Burnout Estudiantil, aunque, mayoritariamente éste se presenta con un nivel leve (84% de los encuestados); El análisis de diferencia de grupos permitió reconocer que las alumnas encuestadas consideran, con una mayor frecuencia, que sus problemas escolares las deprimen fácilmente, así mismo afirman tener más problemas para recordar lo que estudian que sus compañeros varones. Por su parte, se pudo constatar que la variable edad no establece diferencias significativas en los ítems que componen la Escala Unidimensional del Burnout Estudiantil. Posteriormente se realizó un segundo estudio donde la escala fue aplicada a 60 alumnos de la ubicada en la colonia Azcapotzalco de la ciudad de Durango (27). La media general obtenida en este estudio es de 1.90, lo que permitió a su autora afirmar que los alumnos encuestados presentan un nivel leve de Burnout. En el tercer estudio realizado en estudiantes de la Universidad de Vallarta, se aprecia que la mayor cantidad de estudiantes fueron diagnosticados con Burnout leve (28). Los anteriores estudios coinciden bastante con el realizado en la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín pues aquí la mayoría de los estudiantes fueron diagnosticados por el mismo instrumento con Síndrome de Burnout leve, siendo el sexo femenino el más afectado. Por tanto se puede concluir que los estudiantes de medicina de primer año de la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín están afectados en su mayoría por el Síndrome de Burnout y las hembras están más afectadas que los varones significativamente. A partir de este estudio inicial o exploratorio se podrán tomar medidas terapéuticas y profilácticas que permitan tratar a este Síndrome silencioso y peligroso que afecta a la comunidad universitaria, pues una de las principales dificultades es que no se realiza el correcto diagnóstico que permitan un tratamiento adecuado. 802 Y. Rosales ORIGINALES Y REVISIONES Además no se encontró en una minuciosa búsqueda bibliográfica investigaciones que estudien el Síndrome de Burnout en su enfoque unidimensional donde prima el cansancio emocional, ni en estudiantes de medicina, ni de otra carrera universitaria en Cuba, siendo posiblemente este el primer acercamiento desde este punto de vista y estudio de esta compleja situación de salud. 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Correspondencia: José María López Sánchez ([email protected]) Recibido: 31/01/2012; aceptado: 27/05/2012 RESUMEN: El Laboratorio de Histopatología del sistema nervioso y el Laboratorio de Fisiología cerebral fueron creados por la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas –JAE– durante el primer tercio del siglo XX con el objeto de consolidar una medicina científica experimental que necesitaba del apoyo estatal para garantizar su desarrollo. Desde la fundación del Laboratorio de Investigaciones Biológicas de Santiago Ramón y Cajal, en 1900, los trabajos experimentales tenían un escenario privilegiado en el que formar una escuela de investigadores. El nacimiento de la JAE garantizó y ensanchó la práctica de la medicina experimental. La llegada de Nicolás Achúcarro al laboratorio de Cajal trajo un renovado interés por la anatomía patológica en la escuela histológica española, que pronto cosechó notables resultados. Esta nueva línea de investigación maduró de la mano de los dos discípulos herederos de Achúcarro, el histopatólogo Pío del Río-Hortega, cuyos descubrimientos enriquecieron y completaron el legado de Santiago Ramón y Cajal, y el psiquiatra Gonzalo Rodríguez Lafora, cuyos trabajos sobre fisiología cerebral encontraron aplicación en la psiquiatría clínica. Ambos representan un ejemplo paradigmático de la forma cómo la biología ha experimentado sus mayores progresos a lo largo del siglo XX, partiendo de un dominio técnico que permite llevar a cabo avances significativos en la investigación. Los laboratorios de Río-Hortega y Rodríguez Lafora fueron así capaces de ensanchar los trabajos de sus maestros. Palabras clave: Historia de la medicina en el siglo XX, anatomía e histología, técnicas histológicas, Patología cerebral, Neuropsiquiatría. ABSTRACT: The Laboratory of Histopathology of the Nervous System and the Laboratory of Brain Physiology were created by the Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas –JAE– in the first third of the twentieth century in order to consolidate a scientific experimental Medicine which needed the State’s support to ensure its development. Since the foundation of the Santiago Ramón y Cajal’s Laboratory for Biological Research, in 1900, experimental works could be undertaken in a privileged background where a school of researchers could be formed. The birth of the JAE enhanced the practice of experimental Medicine. The arrival of Nicolás Achúcarro to Cajal’s Laboratory caused the rising of a renewed interest in Pathological Histology inside the histological Spanish school, which was able to achieve interesting results in a short time. This new line of research grew with Achúcarro’s disciples, specially the histopathologist Pío del RíoHortega, whose findings continued Santiago Ramón y Cajal’s legacy, and the psychiatrist Gonzalo Rodríguez Lafora, whose works on brain physiology were used in clinical psychiatry. Both of them incarnate the way how biology has accomplished its greatest progress during the twentieth century, starting from technical abilities which lead to significant findings in the research. That’s how it was possible for Río-Hortega’s and Rodríguez Lafora’s laboratories to expand the research of their masters. Key Words: History of Medicine, 20th Century, Anatomy & histology, Histological Techniques, Brain Pathology, Neuropsychiatry. AGRADECIMIENTOS Trabajo enmarcado en el proyecto I+D HAR2010-21333-C03-02, dirigido por Miguel Ángel Puig-Samper, titulado Naturalistas y viajeros en el mundo hispánico. Aspectos institucionales, científicos y docentes, integrado en el proyecto coordinado por Alfredo Baratas Naturaleza y laboratorio. La investigación biológica en la España contemporánea. Asimismo, el texto forma parte de las actividades del Grupo de investigación UCM Historia de Madrid en la edad contemporánea, nº ref.: 941149, posible por la concesión de dos proyectos de investigación del Plan nacional de I + D + I: Ministerio de Educación y Ciencia, HUM2007-64847/HIST; Ministerio de Economía y Competitividad, HAR2011-26904, investigador principal: Luis Enrique Otero Carvajal. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 805-825. doi: 10.4321/S0211-57352012000400010 806 J. M. López ORIGINALES Y REVISIONES 1. Cajal y el dominio técnico de la escuela histológica española El desarrollo de la biología experimental durante la segunda mitad del siglo XIX, sobre todo la consolidación de la anatomía comparada y la teoría celular, fortalecieron la histología científica decimonónica. En España, el cultivo de esta disciplina había permitido el ejercicio de una modesta histología de laboratorio, cuyo pináculo fue Santiago Ramón y Cajal. La publicación en 1904 de La Textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados (1) coronaba la trayectoria científica de Cajal y hacía de esta obra un compendio de todos los conocimientos adquiridos en neurohistología hasta aquel momento, completados con su teoría sobre los entrecruzamientos nerviosos (2). La histología española contó con los ingredientes imprescindibles que podían definir una escuela consolidada: una figura científica de primer orden, una obra que compendiaba las líneas de trabajo más importantes y una serie de técnicas histológicas, las impregnaciones argénticas, que garantizaban una cierta cota de liderazgo internacional en los desarrollos de la investigación histológica. Las innovaciones en las técnicas histológicas que se introdujeron a principios del siglo XX representaron el gran haber de la escuela cajaliana. Pío del Río-Hortega señalaba en 1933 que «la ingente obra de Cajal, sus infinitos descubrimientos, son fácil resultado de su genio creador de técnicas» (3). Una de las virtudes fundamentales de las técnicas de Cajal era su versatilidad y capacidad para introducir pequeñas pero significativas modificaciones en los reactivos de impregnación (4). El aprendizaje que hizo de las técnicas de Golgi y Ehrlich, así como las modificaciones que él mismo fue introduciendo permitieron a Cajal establecer los fundamentos más sólidos en los que se asentó la Doctrina Neuronal, descubrir la organización microscópica del conjunto formado por el sistema nervioso central y apuntalar las teorías relativas a su desarrollo. La conocida como técnica de impregnación argéntica fue fundamental para establecer la morfología y conexiones de las neuronas del cerebelo, la retina y del lóbulo óptico. Dicha técnica le permitió demostrar que las células nerviosas constituían elementos totalmente independientes y asegurar la terminación libre de las expansiones funcionales de las células nerviosas frente a las teorías reticulares. Con la creación del Laboratorio de Investigaciones Biológicas, en 1901, a Cajal se le planteó el reto de conocer la estructura interna de la célula nerviosa, apremiado por un reavivamiento del pensamiento reticular por parte de Albrecht Bethe, István Apáthy, Max Bielschowsky y Hans Held. El histólogo aragonés se puso manos a la obra hasta que una nueva técnica de tinción, que partía del proceder fotográfico de Luis Simarro, hasta dar con el método del nitrato de plata reducido, le permitió abordar el estudio de los terrenos en que sus contrincantes se habían demostrado más críticos, el de la regeneración de los nervios y el de la neurogénesis en el embrión. Sus resultados sobre la regeneración fueron espectaculares y concluyentes. Una escuela, dos laboratorios: Neurociencias en la Junta para Ampliación de Estudios. ORIGINALES Y REVISIONES 807 A partir de ese momento quedó despejada toda duda acerca de la individualidad de la célula nerviosa. La neurona sintetizaba las ideas de Cajal respecto a la morfología, funcionalidad y génesis de la célula nerviosa. Cajal había descubierto todos los elementos necesarios para comprender la forma en que se asociaban entre sí las células nerviosas y enunció las leyes fundamentales por las que se regía la función de dichos centros nerviosos. La nueva senda trazada por Cajal sirvió para sentar el principio de la llamada polarización dinámica, a saber, la dirección y el curso que sigue el impulso nervioso dentro de la célula. Cajal también dictó las leyes sobre morfología y dinamismo de las células nerviosas, zanjando así el debate entre la formación monogenista o poligenista de los nervios (5). Aquellos resultados fueron recopilados con la publicación de La textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados, donde quedaba aclarada la arquitectura del sistema nervioso en torno a los postulados básicos de independencia neuronal, génesis de las células nerviosas y explicación del funcionamiento estructural del sistema (6-9). Todavía en 1912 y 1913 tuvo ocasión Cajal de idear otros dos nuevos métodos de tinción: la técnica del Formol urano, que tomaba por base una solución de nitrato de uranio y formol, y la del oro sublimado. Con ellas legaba Cajal a sus discípulos todo un repertorio técnico que estaba en la base de los progresos que la escuela histológica española realizó en las décadas subsiguientes. Sus descubrimientos sobre el sistema nervioso convertían a Cajal en el padre de la neurociencia moderna (10). Los miembros de la escuela histológica española que mejor dominaron estas técnicas o que fueron capaces de modificarlas fueron también quienes hicieron mayores progresos en los trabajos de histología. Nicolás Achúcarro creó la técnica del tanino argéntico en su empeño por buscar un método que le permitiese la investigación de las células neuróglicas. Tomando como punto de partida el nitrato de plata reducido de Cajal hizo Achúcarro las modificaciones necesarias para que la tinción mostrara las lesiones anatómico-patológicas de las células neuróglicas. Esta técnica no permitía, sin embargo, un trabajo sostenido para el estudio de la neuroglía o el denominado «tercer elemento», un tipo celular vislumbrado por Cajal, junto a neuronas y astrocitos, pero no definido en su constitución citológica. La enfermedad y muerte de Achúcarro, en 1918, le impidió ir más lejos y tuvo que ser su discípulo Pío del Río-Hortega quien continuara sus pasos. Entre 1913 y 1917 Río-Hortega trabajó con insistencia en la técnica de tinción establecida por Achúcarro, desarrollando diferentes variantes hasta que encontró la tinción con carbonato argéntico (11-12). A partir de ese momento inició una febril actividad en la exploración de variantes de su técnica que condujeron a la definición de la constitución citológica de microglia y oligodendroglia. En 1925 logró modificar la técnica de tal manera que consiguió impregnar gliomas y condriomas, lo que le puso en disposición de iniciar el trabajo sobre tumores. En su autobiografía Río-Hortega 808 J. M. López ORIGINALES Y REVISIONES decía que «Es bien sabido que los más importantes descubrimientos histológicos fueron consecuencia de innovaciones hechas en la técnica. Lo es igualmente que todos los problemas biológicos que aguardan solución lo tendrán cuando se encuentre el método adecuado» (13). 2. El desarrollo de la histopatología del sistema nervioso Establecida la arquitectura del sistema nervioso, Cajal había completado lo más notable de su labor histológica. A la altura de 1905-1906 parecía lógico que pensara en fortalecer el Laboratorio de Investigaciones Biológicas formando una escuela de investigadores españoles en histología y dando solución a determinados problemas que habían quedado pendientes en la Textura del sistema nervioso. La creación de la Junta para Ampliación de Estudios, en 1907, y del Instituto Nacional de Ciencias Físico-Naturales, en 1910, garantizaba el marco institucional en el que desarrollar las potencialidades de su laboratorio (14). Ahora bien, el peso de su autoridad y el culto reverencial a su figura dificultó que se pudiera contradecir al maestro en vida. La trayectoria de algunos de sus discípulos pareció depender de las instrucciones que Cajal les daba acerca del dónde y cómo había que investigar. La llegada de Nicolás Achúcarro, un científico forjado fuera de la disciplina directa de Cajal, supuso un revulsivo. Aunque Achúcarro guardó respeto y devoción por los trabajos de Cajal, fue el primero que se atrevió a introducir novedades en las líneas de investigación no exploradas con profundidad por Ramón y Cajal en el campo de la histopatología nerviosa y exploró nuevos métodos y técnicas de impregnación que se adaptaran mejor a los trabajos con tejidos patológicos. Aunque el propio Cajal había publicado en 1890 un Manual de anatomía patológica general (15) que incluía un resumen de microscopia aplicada a la histología y bacteriología patológicas, era éste un terreno en el que todavía había mucho que decir. Formado con algunos de los mejores psiquiatras y neurólogos europeos de la época y habiendo completado su formación en los Estados Unidos, Nicolás Achúcarro (16-17) comprendió las enormes posibilidades que ofrecía la histopatología del sistema nervioso para la investigación experimental. Los aspectos patológicos del sistema nervioso y la indefinición de lo que Cajal había denominado «tercer elemento» del sistema nervioso desafiaban los conocimientos de la investigación anatómica de aquellos años. Las primeras publicaciones de Achúcarro buscaron arrojar luz sobre estos temas con el concurso de una técnica de tinción nueva, el tanino argéntico. En 1911 aparecían dos significativos artículos sobre neuroglia y técnicas de tinción en los Trabajos del Laboratorio de Investigaciones Biológicas (18-19). Fue en el Boletín de la Sociedad Española de Biología donde Achúcarro Una escuela, dos laboratorios: Neurociencias en la Junta para Ampliación de Estudios. ORIGINALES Y REVISIONES 809 dio a conocer entre 1911 y 1912 las primeras modificaciones en el método de la plata reducida de Cajal (20-21). Con el tanino argéntico buscaba resolver un enigma que tenía planteado desde su estancia en el laboratorio de Alzheimer: el de las llamadas células de bastoncito, encontradas por Achúcarro en el cerebro del conejo rábico, y vislumbrar su posible significación funcional. El problema genético no pudo resolverlo, pero acertó a la hora de considerarlas cicatrizaciones del tejido nervioso producto del aislamiento de zonas alteradas o destruidas del mismo y de origen mesodérmico (2). Más importante todavía que estos estudios fue el interés de Achúcarro por la neuroglia normal y patológica. Su método de tinción no era capaz de proporcionarle resultados constantes, por lo que Achúcarro recurrió a Cajal, quien tras no pocas pruebas consiguió dar a conocer el método del oro sublimado, muy apropiado para colorear la neuroglia fibrosa y protoplásmica. No era la primera vez que Cajal se ocupaba de aspectos relativos a la neuroglia, pero sí era ahora cuando los progresos hechos por Achúcarro le animaron a trabajar en una técnica que permitiera una coloración adecuada de la misma. En 1913 Cajal presentaba los resultados (22-23) y tres años más tarde definía la nueva técnica de tinción como la más apropiada para la coloración de la neuroglia (24). Con el nuevo método, Achúcarro y Miguel Gayarre emprendieron el trabajo histopatológico de la corteza cerebral en casos de parálisis general y demencia senil (25-27). Achúcarro trabajó asimismo, en colaboración con José Miguel Sacristán y Luis Calandre, en investigaciones sobre la glándula pineal o el método del tanino y la plata amoniacal. Los esfuerzos por realizar avances significativos en la exploración de la glia fue el último gran servicio que Achúcarro rindió a su laboratorio (28) y fue, sin duda, la herencia más valiosa que dejó a Pío del Río-Hortega. Los primeros trabajos de Pío del Río-Hortega en la revista del laboratorio de Cajal son del año 1913, pero las contribuciones histopatológicas no empezaron a aparecer hasta 1915. El legado de Achúcarro le puso en el camino hacia la exploración de nuevos métodos de tinción y le interesó por uno de los temas que más interrogantes había dejado la obra de Cajal, la definición de la estructura y funcionamiento del llamado «tercer elemento» del sistema nervioso. Achúcarro había realizado los experimentos necesarios como para diferenciar la neuroglia de la neurona en calidad de célula independiente dentro del sistema nervioso, pero no tuvo tiempo para desentrañar su estructura completa, su génesis y su funcionalidad. Esta fue una labor que culminó con éxito Pío del Río-Hortega. El momento clave fue, otra vez, la definición de una nueva técnica de coloración, el carbonato argéntico, procedimiento que le posibilitó teñir aquellos elementos de la neuroglia que habían escapado al microscopio. Antes de que Río-Hortega definiera su nuevo método se inició en el estudio de la neuroglia con una serie de trabajos sobre gliosoma y gliofibrillas aparecidos en el Boletín de la Sociedad Española de Biología 810 J. M. López ORIGINALES Y REVISIONES y otros sobre la estructura del protoplasma neuróglico y el origen de la gliofibrillas en la revista del laboratorio de Cajal (29). Ahora bien, «todos estos estudios tienen la significación de un marco de referencia en relación con el cual sus trabajos inmediatos van a ver realzada su intrínseca importancia y trascendencia» (30). En efecto, Río-Hortega daba a conocer en la revista del laboratorio unas notas técnicas en 1917, donde presentaba un nuevo método para la coloración de la neuroglia y del tejido conjuntivo. Apenas un año más tarde confirmaba sus progresos técnicos y presentaba en el Boletín de la Sociedad Española de Biología un artículo que presentaba un nuevo método de coloración histológica e histopatológica y muy poco después otros en los que trataba sobre la coloración rápida que permitía el carbonato de plata amoniacal en tejidos normales y patológicos (11-12). El momento definitivo llegó en 1920, año en que publicó unos estudios sobre la neuroglia en los que averiguaba cuál era la verdadera naturaleza de aquellas células en bastoncito de Achúcarro. El resultado final fue la puesta en claro de los caracteres morfológicos y texturales de la microglia, así como de su naturaleza y función dentro de los centros nerviosos (31). Río-Hortega venía meditando la publicación de este trabajo desde hacía al menos un año y en 1919 había tenido ya ocasión de dar al Boletín de la sociedad biológica española un trabajo en el que trataba sobre la verdadera significación de las células neuróglicas llamadas amiboides. Pero aquello no era más que un adelanto de lo que en la misma revista y en el mismo año publicó sobre la naturaleza y funcionalidad de la microglia. Se trata de tres artículos en los que Río-Hortega presentaba sus importantes avances en la investigación histopatológica: El tercer elemento de los centros nerviosos. La microglia en estado normal; Naturaleza probable de la microglia e Intervención de la microglia en los procesos patológicos. Células en bastoncito y cuerpos gránuloadiposos (32). Estos trabajos eran un compendio de lo que entre 1918 y 1919 había constituido el cuerpo central de sus investigaciones sobre la neuroglia. Es significativo que eligiera el Boletín y no los Trabajos para dar a conocer los primeros datos acerca de este asunto, pero en ello jugó un papel notable la actitud de Cajal. La trascendencia del descubrimiento de Río-Hortega no se le había escapado a Cajal, quien se dio perfecta cuenta de los avances que había hecho. El ambiente viciado por las tensas relaciones entre los discípulos más directos de Cajal y el heredero de Achúcarro se contaminaron por la competencia en el terreno de los descubrimientos científicos. La expulsión de Río-Hortega del laboratorio, en 1920, fue sólo la consecuencia institucional, pues aunque Cajal terminó aceptando con el tiempo la importancia de los descubrimientos de Pío del Río-Hortega, su primera reacción fue más bien sorprendente. En un artículo titulado Algunas consideraciones sobre la mesoglia de Robertson y Río Hortega (33) y que contenía algún error parecía que Cajal quisiera negar la paternidad de la microglia al segundo en beneficio del primero. Era un mensaje claro para Río-Hortega en el momento más delicado des- Una escuela, dos laboratorios: Neurociencias en la Junta para Ampliación de Estudios. ORIGINALES Y REVISIONES 811 pués de su salida del Laboratorio de Investigaciones Biológicas. No fue el único, pues Rafael Lorente de Nó y Fernando de Castro trataron también de contradecir los resultados alcanzados por el histopatólogo (34). Pío del Río-Hortega era consciente de que estaba en el camino correcto y su traslado a un nuevo laboratorio en la Residencia de Estudiantes sirvió para confirmar lo fructífero de su trayectoria como investigador. De inmediato consolidó las investigaciones sobre la microglia con un trabajo en el que describió su histogénesis, su evolución y su distribución en el sistema nervioso (35). En este estudio dejaba bien claro que la microglia descrita por sus trabajos de investigación no correspondía con la mesoglía de Robertson. Por otro lado, Río-Hortega consiguió ir más lejos con otro descubrimiento de trascendencia, el de la oligodendroglia. Esta última correspondía a lo que él mismo había deslindado como el segundo componente del «tercer elemento» y que hasta entonces había denominado como glía interfascicular. En 1921 apareció en el Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural el artículo en el que presentaba a la comunidad científica la oligodendroglia (36) y que fue completado con otro aparecido unos años después, en 1928, y en el que abordaba su conocimiento morfológico y funcional (37). Durante los años veinte logró Pío del Río-Hortega ir reuniendo en su laboratorio a un nutrido grupo de discípulos. Esto le permitió expandir el ritmo de las investigaciones y demostrar que la microglia y la oligodendroglia estaban presentes en la retina y las vías ópticas, parcela del sistema nervioso que tan bien había quedado descrita por Cajal, constatación que reforzaba sobremanera la validez de lo expuesto por Río-Hortega. No fueron escasos los estudios referentes a la constitución histológica de la glándula pineal o los trabajos sobre el condrioma de José Manuel Ortiz Picón (38). La estrecha relación con las revistas de la Sociedad Española de Historia Natural facilitó asimismo que los discípulos de Río-Hortega se dedicaran a la exploración histopatológica del sistema nervioso o las vías ópticas de diferentes animales. El trabajo con animales reforzaba las tesis de Río-Hortega sobre la estructura y funcionalidad de los elementos neuróglicos siempre que sus resultados pudiesen aplicarse a otros vertebrados y también invertebrados. Los éxitos de Pío del Río-Hortega le sirvieron para gozar de renombre internacional, lo que conllevaba un inmediato beneficio para la escuela histológica como muestra una carta de Percival Bailey, profesor en Boston, en septiembre de 1922: «Me gustaría muchísimo, también, si Ud. tuviera la bondad de indicarme el nombre del redactor o director de los “Trabajos del Laboratorio de Investigaciones Biológicas” y et “Archivos de Neurobiología”, de manera que pueda yo abonarme a estas publicaciones»1 (39). A Río-Hortega le interesaba seguir explorando otras facetas de la biología experimental: las investigaciones oncológicas. No era un terreno nuevo para RíoCarta de Percival Bailey a Pío del Río-Hortega. 2 septiembre 1922. Reproducida en Del Río-Hortega P. Epistolario y otros documentos. Primera parte (1902-1930). Valladolid: Universidad de Valladolid, 1993; p. 231. 1 812 J. M. López ORIGINALES Y REVISIONES Hortega, pues su tesis doctoral y algunos trabajos aparecidos entre 1911 y 1912 se habían centrado en la anatomía patológica de los tumores. Al trabajar con Achúcarro el interés de Río-Hortega por las patologías tumorales había cedido paso a las cuestiones más urgentes que tenía pendiente la escuela histológica española. No fue hasta que la estructura celular del sistema nervioso quedó clarificada que Río-Hortega entendió había llegado el momento de recuperar los trabajos sobre patologías tumorales. En 1930 iniciaba una serie de investigaciones acerca de las características citológicas y citogenéticas de diferentes grupos tumorales (30) y profundizaba en la histopatología aplicada al cáncer de las células nerviosas. Durante los años treinta empezaron a ser numerosas sus contribuciones en Archivo Español de Oncología, donde publicó un enjundioso trabajo sobre la estructura y sistematización de los gliomas y paragliomas (40). El momento culminante de sus investigaciones oncológicas fue la ponencia que presentó al Congreso del Cáncer celebrado en Madrid en 1933, un completísimo trabajo sobre la anatomía microscópica de los tumores del sistema nervioso central y periférico en el que abordó los problemas existentes para la construcción de una clasificación sistemática de los tumores nerviosos, apostando por una mejora constante de las técnicas de tinción áuricas y argénticas como solución diagnóstica (41). Su puesto en el Instituto Nacional del Cáncer, la aparición de nuevas revistas y la formación de una escuela de discípulos permitió a Pío del Río-Hortega poner en marcha un plan de trabajo sobre investigaciones oncológicas que de no haber sido por la guerra civil habría cubierto el campo más importante de su última etapa como investigador en histopatología del sistema nervioso. Durante la segunda mitad de los años veinte Río-Hortega había puesto a los miembros de su laboratorio a trabajar en temas de histopatología. Manuel López Enríquez probó la existencia de las células descritas por su maestro en la retina y las vías ópticas y Román Alberca Lorente orientó su atención hacia las funciones inmunológicas de la microglia en las heridas de la médula del conejo. Otros investigadores, como Abelardo Gallego, Felipe Jiménez de Asúa o Isaac Costero Tudanca extendieron con sus trabajos experimentales el conocimiento de la microglia y la oligodendroglia al terreno de la anatomía zoológica en experimentos con anfibios, perros, conejos y otros animales (42-43). No tardaron en aparecer investigaciones sobre patologías de las células nerviosas o procesos degenerativos en diferentes tejidos como los de Gallego sobre la histopatología de la neurosis cerebral en la oveja, el perro o las alteraciones de las células plasmáticas en procesos patológicos, los de Aldama sobre la distrofia muscular progresiva y los de Isaac Costero sobre formaciones siderófilas en los elementos cartilaginosos (44-46). Isaac Costero Tudanca y José Manuel Ortiz Picón fueron dos de los más estrechos colaboradores de Pío del Río-Hortega durante estos años y dos claros ejemplos del interés que Río-Hortega estaba alimentando entre sus discípulos por los Una escuela, dos laboratorios: Neurociencias en la Junta para Ampliación de Estudios. ORIGINALES Y REVISIONES 813 procesos de cambio celular. A finales de los años veinte Costero se había centrado en experimentos sobre cultivos «in vitro» de la microglia con el objeto de contribuir al conocimiento de su histogénesis e investigaciones sobre el tejido conjuntivo. Estos últimos, aplicados a la placenta humana, constituyeron el tema de su tesis doctoral y en ellos la hipótesis central consistía en demostrar la complejidad de los cambios operados en la estructura celular del conectivo uterino. Aunque Costero no mostró todavía un interés especial por los cambios patológicos operados en los tejidos conectivos, la aplicación de las técnicas colorantes de Pío del Río-Hortega en sus investigaciones histológicas demostraba experimentalmente el proceso hipertrófico durante el embarazo en el aparato reproductor femenino del ser humano y lo comparaba con el de otras especies animales (47). José Manuel Ortiz Picón hizo significativas contribuciones al estudio de la citología comparada del riñón centrándose en el condrioma de las células nerviosas y se atrevió ya en 1930 con una investigación sobre las variaciones de la relación nucleoplásmica en las células cancerosas tanto durante el reposo como durante su división. Este era un artículo que apareció en el número inaugural de los Archivos Españoles de Oncología. Las investigaciones sobre la morfología y la fisiología de la división celular fue un tema prioritario en los trabajos de Ortiz Picón y puerta de entrada a sus trabajos sobre patologías celulares. El Congreso del Cáncer reforzó la orientación de los trabajos hacia las patologías oncológicas celulares. Desde 1933 Dionisio Nieto se incorporó a estas líneas de investigación con trabajos patológicos de la pelagra, Manuel Pérez Lista hizo sus primeras contribuciones al estudio anatomopatológico del útero, López Enríquez trabajó en la degeneración de la retina y Enrique Vázquez López en la histopatología del reumatismo. Todo esto no significó que los estudios sobre neuroglia fueran definitivamente dejados atrás, pues José Miguel Sacristán continuó con indagaciones sobre la neuroglia en las aves o la oligodendroglia en el cerebro humano (48-49). 3. Neurohistopatología del sistema nervioso y psiquiatría clínica Nicolás Achúcarro había sido un neuropsiquiatra muy interesado por las aplicaciones y resultados clínicos del trabajo de laboratorio. En colaboración con Gayarre había trabajado en la localización histológica de la demencia paralítica en la corteza cerebral o el estudio de la demencia senil y el grado de participación que la neuroglia tenía en la alteración celular de Alzheimer. Todo ello tenía su aplicación práctica en las secciones departamentales de los hospitales psiquiátricos en los que trabajó. Su faceta neuropsiquiátrica encontró un digno continuador en Gonzalo Rodríguez Lafora (50-53). El Laboratorio de Fisiología Cerebral que este último 814 J. M. López ORIGINALES Y REVISIONES dirigió en la JAE encarnó la manifestación institucional de esta línea de investigación. Se pueden distinguir cuatro áreas de trabajo en la carrera científica de Lafora hasta 1936: Neurología, Psiquiatría, Anatomía patológica y Fisiología2. No obstante, estas cuatro orientaciones de su labor investigadora no guardaron un equilibrio proporcional dentro de su producción científica. Fueron la neurohistopatología y la psiquiatría las materias que, con diferencia, más atrajeron su atención (4). En el campo de la Neurohistopatología y la Anatomía patológica los trabajos de Lafora abarcaron un variado repertorio de patologías neuronales que van desde los síndromes epilépticos mioclónicos, pasando por los síndromes extrapiramidales y talámicos hasta cubrir la parálisis agitante o enfermedad de Parkinson. En todos ellos fue característico de Lafora un marcado interés por su naturaleza anatómico-patológica. Esto es lo que también terminó arrastrándolo a indagar con mayor profusión en los tumores cerebrales, sobre todo en el ámbito relativo a los medios modernos de diagnóstico topográfico. La producción científica de Lafora fue muy versátil, pues no se restringió a publicar sólo en los Trabajos del Laboratorio de Investigaciones Biológicas, sino que desde fecha muy temprana posee contribuciones científicas en revistas españolas como el Boletín de la Sociedad Española de Biología, Los Progresos de la Clínica, Siglo Médico o Revista Clínica de Madrid y extranjeras como Zeitschrift für die gesamte Neurologie und Psychiatrie, Virchows Archives, Monatschrift für Psychiatrie und Neurologie, Washington Medical Annals, New York Medical Journal y Revue Neurologie, entre otras. La presencia de estudios neurológicos y de anatomía patológica es abrumadora, pero no fue solo la cantidad, sino también la variedad y la pertinencia de los temas abarcados por Lafora. En 1912 publicaba en el Boletín de la Sociedad Española de Biología un trabajo sobre degeneraciones de las células nerviosas y, un año más tarde, otro sobre anatomía patológica de la parálisis agitante además de una contribución en los Trabajos del Laboratorio de Investigaciones Biológicas acerca de la histopatología de la enfermedad de Parkinson (54-56). Lafora se interesó también por otras patologías nerviosas como la neurofibromatosis general y en el congreso que la Asociación para el Progreso de las Ciencias celebró en Madrid, en junio de 1913, presentó una comunicación que versaba sobre la anatomía patológica de ciertas neurosis. Lafora había seguido los pasos de Achúcarro en Europa, trabajando con Alzheimer y Kraepelin, y lo había sustituido en el hospital psiquiátrico de Washington. Esto repercutió en sus trabajos, pues tuvo muy presente las aportaciones de sus maestros alemanes. Emil Kraepelin había basado su concepción psiquiátrica en una nueva nosología práctica que, tomando como modelo las psicosis exógenas, clasificaba las psicosis endógenas en dos grandes tipos: la maníaco-depresiva y Programa de conferencias de Gonzalo Rodríguez Lafora en Buenos Aires. 1923. Fundación Residencia de Estudiantes de Madrid. Archivo de la JAE; Expediente personal Gonzalo Rodríguez Lafora, no. 134/355. 2 Una escuela, dos laboratorios: Neurociencias en la Junta para Ampliación de Estudios. ORIGINALES Y REVISIONES 815 la demencia precoz. La psiquiatría alemana se inscribía dentro de la jurisdicción médica, es decir, la locura era una enfermedad y como tal debían ser contemplados su etiología, diagnóstico y tratamiento. La escuela alemana retornó a la clínica, ya que el sistema de Kraepelin estaba basado en la etiopatogenia, la clínica y la evolución, donde la etiología, el diagnóstico y su tratamiento ajustan la enfermedad mental al patrón de enfermedad establecido por la clínica médica (57). Fue también durante este primer tercio del siglo XX que se procuró en Alemania «ampliar el conocimiento psiquiátrico a nuevas entidades, no siempre patologías, que pudieran desarrollar nuevas perspectivas no contempladas previamente» (58). Lafora es el psiquiatra español que de manera más decidida apostó por esta vía, así que no es sorprendente que la Neurología y la Anatomía patológica caminaran juntas en sus trabajos científicos. Lafora es un trabajador experimental incansable, apegado al laboratorio como base desde la que construir el resto de su trayectoria psiquiátrica. Aquella concepción vendría reforzada por la poderosa presencia de Cajal, Simarro y Achúcarro (59). La carrera de Lafora aparece impulsada desde muy temprano, durante su estancia en Washington en 1911, por el descubrimiento de lo que terminó llamándose enfermedad de Lafora. De entonces data la descripción de unos cuerpos intracitoplasmáticos en las células ganglionares del sistema nervioso de enfermos afectados por la epilepsia mioclónica. Los discípulos de Alzheimer recibieron con frialdad aquellos resultados y no fue hasta mitad de los años veinte que se confirmaron los datos descritos por Lafora. El hecho de que Lafora dedicara una atención preferente a la neurohistopatología tenía que ver con las nuevas directrices que la psiquiatría estaba tomando por aquellos años en Alemania y con la necesidad de defender sus tesis. El desarrollo neurohistopatológico de la enfermedad de Alzheimer y las alteraciones de las células nerviosas durante esta patología sirvió para que Lafora presentara en la revista del laboratorio de Cajal algún trabajo sobre el tema, pero esta primera década de indagaciones neurológicas y anatómico-patológicas despertó también su atención por enfermedades neuronales como la demencia senil, las lesiones producidas por la encefalitis palúdica en el cerebro, la meningitis cerebroespinal epidémica y las afecciones sifilíticas del sistema nervioso. No fue hasta más tarde que se pudo observar un cambio en la carrera científica de Lafora, al menos como investigador de laboratorio. Entre 1919 y 1920 se puso en marcha el Laboratorio de Fisiología Cerebral como parte del Laboratorio de Investigaciones Biológicas y muy pronto del Instituto Cajal. En 1920 aparecía el primer tomo de Archivos de Neurobiología, una revista codirigida y cofundada por Lafora, José Miguel Sacristán y José Ortega y Gasset. No se trataba de una revista científica al uso o al modo de los Trabajos de Cajal, donde la orientación experimentalista de laboratorio primaba por encima de todo. En su consejo directivo y en la redacción figuraban los nombres más sobresalientes 816 J. M. López ORIGINALES Y REVISIONES de la histología y la psiquiatría española de aquellos años y, teniendo en cuenta el papel social desempeñado por el estudio de la higiene mental, cabía esperar que los Archivos fueran algo más que un simple órgano de expresión científica. En efecto, supusieron el espacio en el que se materializó, en España, el paso de las neurociencias y la psiquiatría de inspiración francesa a los nuevos rumbos de la psiquiatría alemana (60-61). La nueva etapa en la carrera de Lafora se caracterizó todavía por la presencia abrumadora de la Neurohistología y la Anatomía patológica durante la primera mitad de la década. Sin embargo, Lafora llevaba ya más de diez años de trabajos experimentales en laboratorio y había llegado el momento de completar la neurohistopatología del sistema nervioso con estudios sobre la fisiología del cerebro y de dar una aplicación práctica a las investigaciones experimentales. Fue en este último terreno donde Lafora desbrozó, sobre la base común de la psiquiatría, dos nuevas direcciones en su actividad profesional: la psiquiatría clínica y las consideraciones derivadas de la aplicación de la misma al cuerpo social del país. Aunque Lafora dirigía un laboratorio de Fisiología cerebral, fue esta disciplina la que tuvo una menor importancia dentro de su producción científica. Hay que destacar el desarrollo que alcanzaron los estudios experimentales acerca de las localizaciones cerebrales en los centros corticales y subcorticales en animales o la determinación y explicación de la fisiología del cuerpo calloso, así como la circulación y funciones del líquido céfalo-raquídeo. Las primeras aproximaciones a la fisiología del cuerpo calloso tuvieron como escenario el congreso que la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias celebró en Bilbao en 1919 con una ponencia sobre las funciones del mismo. Un año más tarde aparecía en los Archivos de Neurobiología un estudio de dicho cuerpo calloso, aunque mandaba el criterio anatómico-patológico al tratarse de un caso de tumor. Poco después aparecieron unas investigaciones experimentales sobre la función del cuerpo calloso, culminación de la ponencia presentada en el congreso de Bilbao (62-63). La investigación neurofisiológica relacionada con la localización cerebral de movimientos involuntarios comienza en los años veinte con sus experimentos en gatos y continuó con la localización de los centros reguladores del sueño y de las alucinaciones (64). En el caso de las investigaciones sobre el líquido céfalo-raquídeo hay que decir que fueron cronológicamente los primeros trabajos de Lafora en fisiología, donde contó con la estimable ayuda de Miguel Prados Such (65-66). Con este último tuvo Lafora un discípulo con una formación histopatológica y neurológica más que correcta. Su concurso encarnó un proselitismo exitoso de la línea de trabajo iniciada por Lafora en España y que caminaba firmemente hacia una psiquiatría científica muy preocupada por la faceta experimental en el laboratorio3. Dada la acumulación de horas dedicadas a las lesiones morfológicas de las estructuras nerviosas y teniendo en cuenta la orientación orgánica hacia la localización de las funciones cerebrales Relación de trabajos realizados por Miguel Prados Such en el Laboratorio de Fisiología Cerebral. Fundación Residencia de Estudiantes de Madrid. Archivo de la JAE. Expediente personal Miguel Prados Such, 117/548. 3 Una escuela, dos laboratorios: Neurociencias en la Junta para Ampliación de Estudios. ORIGINALES Y REVISIONES 817 no resulta sorprendente que Lafora mostrara un gran interés hacia la neurocirugía y es aquí donde encontró la colaboración de Sixto Obrador Alcalde, José Goyanes, Díaz Gómez y otros cirujanos (67). La faceta más novedosa y notable de la trayectoria académica de Lafora a partir de los años veinte acabó siendo, junto a la neurohistopatología, la psiquiatría. Fundador del Sanatorio Neuropático de Carabanchel, del Instituto Médico-Pedagógico y vicepresidente de la Liga Española de Higiene Mental, Gonzalo Rodríguez Lafora partió de las neurociencias para desembocar en los textos que apostaban por la reforma psiquiátrica (68). Comprometido con la práctica clínica, Rodríguez Lafora es fiel a un modelo que combina laboratorio y clínica. Otros psiquiatras de su generación hicieron más hincapié en la práctica clínica y relegaron el trabajo de laboratorio al período de su formación, como José María Sacristán (57). No fue así con Lafora y esto se reflejó en su forma de abordar el psicoanálisis. Sobre el eje central de su visión neuropsiquiátrica, tan influida por Kraepelin, Rodríguez Lafora asimiló otras influencias, entre ellas la psicoanalítica (69). Si bien no puede ser considerado uno de los grandes introductores del psicoanálisis en España, papel que desempeñó en toda su extensión Ángel Garma (70), sí cabe destacar que en un ambiente académico español más bien hostil hacia el psicoanálisis (71), Rodríguez Lafora, al menos desde un punto de vista teórico, se acercó al psicoanálisis como método para el estudio de la mente humana tanto en sus manifestaciones patológicas como también en su faceta reveladora de la psiquis social. Durante su estancia en Buenos Aires publicó un artículo en el que dejó constancia de cuáles eran los elementos psicoanalíticos que podían transformarse en auxiliares de estudio para fenómenos culturales o cuestiones psicopatológicas (72). Lo entendió como una herramienta de estudio con aplicaciones muy versátiles, aunque su formación experimental le generó problemas para interpretar el pensamiento freudiano. El psicoanálisis podía ser para Lafora un instrumento de análisis para la psiconeurosis, la frigidez y la impotencia sexual, las obsesiones, las ideas paranoides, la demencia precoz, la parálisis general y las psicosis seniles o vejez prematura. Precisar los mecanismos psicogenéticos que se escondían en su etiología era uno de los servicios que el psicoanálisis podía prestar en el terreno de las patologías mentales (73). Pero su aplicación iba mucho más lejos al abarcar, por ejemplo, estudios psicoanalíticos del arte pictórico moderno o análisis de la poesía lírica. Es así como se explican toda una serie de artículos publicados por Lafora en la Revista Pedagógica, la Revista de Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal, El Siglo Médico, la Gaceta Médica Española, Archivos de Neurobiología o Revista General de Legislación y Jurisprudencia sobre temas que iban desde la frigidez sexual de la mujer, estudios psicoanalíticos sobre las obsesiones o la teoría y los métodos del psicoanálsis, todos ellos publicados entre 1922 y 1923 (74-75), hasta los ya mencionados estudios psicológicos de movimientos culturales en el arte o en 818 J. M. López ORIGINALES Y REVISIONES la literatura (76). La aplicación del psicoanálisis en la práctica clínica por parte de Lafora fue mucho más limitada, concentrada en el ejercicio de una psicopatología dinámica más al modo de P. Janet que al de S. Freud y un método psicoanalítico basado en la anamnesis, es decir, complemento de la historia clínica (69). Rodríguez Lafora quiso comprender y encauzar comportamientos o políticas sociales como la delincuencia infantil en su relación con la deficiencia mental, la educación de los niños deficientes mentales o el tratamiento de la anorexia psicogenética en las mujeres adolescentes. La vocación transformadora de la generación de psiquiatras que le acompañó se manifestó en el afán por propiciar un cambio legislativo de las condiciones asistenciales al enfermo mental y una renovación del orden educativo, formativo y cultural (77). Lafora era muy consciente de las repercusiones pedagógicas y jurídico-sociales de sus postulados y no tuvo ningún reparo en proponer abiertamente el papel que debería desempeñar la psiquiatría en el nuevo código penal español de 1928 o cómo tratar el alcoholismo, así como publicar el 20 de abril de 1929 en El Siglo Médico un artículo sobre los límites del peritaje psiquiátrico en el Derecho penal y tres meses después, el 20 de julio, otro sobre la peligrosidad y las medidas de seguridad en el nuevo código penal español. Científico acostumbrado a la labor de divulgación, los años treinta y la llegada de la Segunda República reforzaron esta línea de ensayos con intención arbitrista en la política y la pedagogía relacionadas con la higiene mental. Lafora protagonizó el esfuerzo republicano por reformar la asistencia psiquiátrica, un episodio emblemático en la historia de la reforma política y social de la época. En colaboración con Sacristán y Escalas redactó en 1930 un anteproyecto de legislación para la asistencia al enfermo psíquico, un texto muy apreciado por las autoridades republicanas al elaborar el Real Decreto de 3 de julio de 1931, que responsabilizaba a las administraciones provinciales y central del sostenimiento de centros adecuados para el sostenimiento de los alienados (78). El decreto supuso un enorme avance en la regulación de los ingresos y salidas de los enfermos de los establecimientos psiquiátricos, pero fue importante, sobre todo, por la aceptación de un nuevo modelo asistencial «que rompía con la consideración del manicomio como único lugar de tratamiento para desplazar el eje de la atención psiquiátrica hacia los aspectos profilácticos» (79-80). La escuela de Lafora ocupó cargos de responsabilidad en la organización de la psiquiatría española de la época. En Archivos de Neurobiología publicó un artículo cuyo título lo dice todo: Lo que debe ser un Manicomio Provincial (81). En esta misma revista apareció en marzo de 1933 un texto acerca de la selección profesional de enfermos psiquiátricos. Lafora presentó, en 1933, en la Revista de Pedagogía dos ensayos acerca de la jornada del niño y del maestro en la escuela y las relaciones que había que establecer entre la educación y la reforma de la moral sexual. Fue Ortega quien conectó a Rodríguez Lafora con Luzuriaga y permitió la colaboración del psiquiatra y el pedagogo. El interés de Una escuela, dos laboratorios: Neurociencias en la Junta para Ampliación de Estudios. ORIGINALES Y REVISIONES 819 Lafora por la educación infantil, sobre todo en el caso de niños con discapacidades psíquicas, venía de largo. En 1917 había publicado un libro titulado Los niños mentalmente anormales, cuya segunda edición apareció, no por casualidad, en 1933 (82). En 1926 había fundado el Instituto médico-pedagógico de niños anormales en Carabanchel Bajo y vuelve a publicar en Revista de Pedagogía otro artículo sobre delincuencia infantil y deficiencia mental (83-85). Con motivo de la creación en la Universidad de Madrid de una sección de Pedagogía en 1932, Lafora fue encargado de impartir durante los cursos 1934-35 y 1935-36 una materia que llevaba por título Psicopatología infantil y pedagogía de anormales mentales. De esta forma, Lafora se incorporaba también a los esfuerzos para facilitar la renovación de la didáctica y la profesionalización del magisterio (86). En este terreno concedió a la psicología experimental un papel de metodología diagnóstica y a la pedagogía un gran valor como tratamiento posterior (87). En definitiva, «ningún trabajo de Lafora es comprensible si no se aúnan, en función de la totalidad, su afán investigador y su cultura; su calidad humana y su actividad conjunta de histopatólogo, neurólogo y psiquiatra» (88). 4. Conclusión Este trabajo ha pretendido explorar el desarrollo científico de una rama de la escuela histológica de Cajal desde una amplia perspectiva. Los estudios acerca de figuras individuales como Achúcarro, Río-Hortega y Rodríguez Lafora, nos han acercado a los protagonistas, pero es necesaria una visión más general que nos ponga en contacto con los desarrollos institucionales y las líneas de investigación implementadas por estos investigadores y sus discípulos en las neurociencias españolas. El apoyo institucional y financiero prestado por la JAE a la escuela histológica de Cajal resultó fundamental para garantizar el desarrollo de la misma y la continuidad en la investigación médica experimental durante el primer tercio del siglo XX. La nueva centuria apuntaba, en el campo de la biología, la enorme importancia que el progreso tecnológico iba a tener en el desarrollo de esta disciplina. Los avances más notables del siglo han venido precedidos por las innovaciones técnicas en los métodos de trabajo. La escuela de Cajal, con su dominio de las técnicas de tinción en las exploraciones anatómicas, constituyó un ejemplo precoz. El alcance de las investigaciones de Nicolás Achúcarro, Pío del Río-Hortega o Gonzalo Rodríguez Lafora no se entenderían sin tener en cuenta lo que venimos señalando. La importancia alcanzada por la escuela histológica de Cajal, de la que formaron parte todos estos investigadores y sus discípulos, llena de contenido la ex- 820 J. M. López ORIGINALES Y REVISIONES presión Edad de Plata de la ciencia española. Para la medicina experimental española, la que se desarrollaba en el laboratorio, a pie de mesa y microscopio, fueron aquellos sus años áureos. La repercusión internacional de los descubrimientos de Cajal y Río-Hortega hicieron de la escuela histológica española un referente ineludible. Parecida importancia empezaron a alcanzar las repercusiones prácticas de las investigaciones de laboratorio. Pío del Río-Hortega y sus discípulos iniciaron una prometedora actividad de investigación en el campo de las patologías tumorales que encontró una primera manifestación de madurez en el congreso sobre el Cáncer celebrado en Madrid en 1933. Lo mismo podría decirse de la fisiología cerebral de Gonzalo Rodríguez Lafora, quien muy pronto transformó en aplicaciones clínicas los trabajos anatomopatológicos de su laboratorio. Rodríguez Lafora favoreció la introducción del psicoanálisis en España y trató de potenciar la organización de una nueva psiquiatría clínica que hizo extensible al ámbito jurídico y social del cuerpo del país. La guerra civil y el triunfo franquista representaron, en este sentido, un retroceso de alcance histórico para las ciencias biomédicas españolas. Su depuración fue particularmente intensa debido al celo depurador de Fernando Enríquez de Salamanca, catedrático de Patología Médica, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid tras el fin de la guerra y juez depurador de la Universidad de Madrid4, y debido también a la amplitud del profesorado adscrito a ella, buena parte del cual eran miembros del Instituto Cajal, el Instituto Nacional del Cáncer, dirigido por Pío del Río-Hortega, y la sección de Psiquiatría del Hospital Provincial de Madrid, dirigida por Gonzalo Rodríguez Lafora (89). Relación de trabajos realizados por Miguel Prados Such en el Laboratorio de Fisiología Cerebral. Fundación Residencia de Estudiantes de Madrid. Archivo de la JAE. Expediente personal Miguel Prados Such, 117/548. 4 Una escuela, dos laboratorios: Neurociencias en la Junta para Ampliación de Estudios. ORIGINALES Y REVISIONES 821 BIBLIOGRAFÍA: (1) Ramón y Cajal S. 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Este artículo aborda estas cuestiones y, especialmente, analiza la reciente Sentencia del Tribunal Constitucional 141/2012, de 2 de julio, acerca del internamiento psiquiátrico involuntario por vía de urgencia. Esta Sentencia trata sobre las garantías de esta modalidad de ingreso, especialmente sobre plazos de la resolución judicial, motivación de la misma y derechos procesales del paciente. Sobre esta materia la sentencia es pionera. Palabras clave: Internamiento psiquiátrico involuntario. Ingreso psiquiátrico urgente. Derechos del paciente mental. ABSTRACT: The Psychiatric involuntary internment has been regulated with significant gaps through history in Spain. Currently there are significant deficits in this area and there are inappropriate practices also. This article discusses these issues and, especially, it analyzes the recent Constitutional Court Judgment 141/2012, July 2, about the urgent psychiatric admission. This Judgment tries about the guarantees of this admission modality, especially on deadlines of the judicial resolution, motivation of this resolution and the patient’s procedural rights. On this matter the judgment is pioneer. Key Words: Psychiatric involuntary internment. Urgent psychiatric admission. Mental Patient’s rights. 1.- Introducción. Nuestro Tribunal Constitucional (TC) aborda, en su STC 141/2012, de 2 de julio, por vez primera de forma sistemática, las garantías que han de concurrir en los ingresos psiquiátricos involuntarios urgentes. Esta Sentencia pudo no haberse dictado, por el desistimiento del demandante que alegó “pérdida de interés legítimo”. Pero el TC –asumiendo la posición del Ministerio Fiscal- rechazó tal desistimiento, debido a la presencia de un interés público, al ser el primer caso “en el que se enjuicia desde la óptica del derecho fundamental a la libertad personal, un caso de internamiento psiquiátrico urgente, con las peculiaridades que éste presenta en nuestro ordenamiento al acordarse ab initio sin control judicial” y, además, porque “el colectivo al que afecta esta medida es con alguna frecuencia el de las personas con discapacidad mental, al cual califica [el Ministerio Fiscal] con razón de ‘especialmente vulnerable’, lo que confiere a esta materia una innegable importancia social”. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 829-847. doi: 10.4321/S0211-57352012000400011 830 L.F. Barrios INFORMES Podría haberse añadido un argumento cuantitativo: el ingreso involuntario por vía de urgencia es el más utilizado en la práctica, desde hace ya tiempo (1, 2). 2.- Los antecedentes fácticos de la Sentencia. El 2 de mayo de 2007 el Director del Hospital Universitario San Cecilio de Granada participó al Juez de 1ª Instancia el ingreso urgente -invocando erróneamente el derogado art. 211 CC- de un paciente diagnosticado de “trastorno bipolar”, al que se pautó medicación narcolíptica, expresando la pertinencia de continuar la hospitalización. El Juzgado recibe tal comunicación el 3 de mayo y dicta providencia al día siguiente ordenando la incoación del correspondiente procedimiento y requiriendo la emisión de un dictamen facultativo del médico forense. El 9 de mayo se procedió al examen judicial del ingresado, sin detallar ninguna conducta anómala del mismo. En el Acta no hay constancia de que se hubiera informado al paciente de su situación legal ni del derecho que le asiste a designar procurador y abogado y a solicitar pruebas. El mismo día se levantó Acta de Peritación Médico Forense, en un impreso con espacios en blanco, y en el que consta: “T. Bipolar. Refiere que lo trabajo la ambulancia del SDS desde Almuñécar el 2-5-07. Tiene T. Bipolar y tto. con litio. Dice que tiene problemas familiares y que le pidió la separación por [palabra ilegible] a su mujer”. Añade en formato estereotipado: “Dado su estado seria conveniente la continuidad del ingreso en el centro”. El Ministerio Fiscal presenta escrito no oponiéndose al ingreso el 14 de mayo. El 16 de mayo el Director del Hospital Universitario de San Cecilio participa al Juzgado el alta del paciente, pero aún así el día 21 el Juzgado autoriza el internamiento. El paciente apeló invocando la vulneración del derecho fundamental a la libertad personal por el incumplimiento por exceso (19 días) del plazo máximo de 72 horas de que disponía el Juzgado para resolver y por la falta de procedimiento contradictorio. La Audiencia Provincial desestimó el recurso el 1 de abril de 2009. 3.- Relevancia constitucional del internamiento psiquiátrico involuntario. El art. 17.1 CE establece que “toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad... nadie puede ser privado de su libertad, sino con la observancia de lo El ingreso psiquiátrico involuntario de carácter urgente: una revisión... INFORMES 831 establecido en este artículo y en los casos y en la forma previstos en la ley”. Prácticamente este precepto reproduce el art. 5.1 CEDH. La CE no alude al internamiento por razones médicas, como suele ser usual en Derecho Comparado, a excepción del caso italiano (art. 32.2 de su Constitución). Pero el art. 5.1 CEDH, considera legítima la privación de libertad “conforme a derecho… de un enajenado”. Además, como recuerda la STC 141/2012, el Comité de Derechos Humanos de la ONU, “fuente interpretativa válida”, considera que el art. 9.1 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos de 16 de diciembre de 1966 es “aplicable a todas las formas de privación de libertad… como por ejemplo las enfermedades mentales”1. El valor de estos instrumentos internacionales de referencia es resaltado por la STC 141/2012. El art. 5.1 CEDH remite a la legislación nacional la determinación de los supuestos de privación de libertad y el procedimiento a seguir. En nuestro caso tal regulación se circunscribe al art. 763 LEC, ya que el art. 20.2 de la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad, se limita a establecer el lugar de ingreso (“las unidades psiquiátricas de los hospitales generales”). Pero nuestro marco normativo sobre la materia adolece de un importante déficit jurídico-formal, la ausencia de regulación por Ley Orgánica de los aspectos sustantivos del internamiento involuntario. Así las SSTC 131/2010, de 2 de diciembre y 132/2010, de 2 de diciembre (3), declararon inconstitucionales determinados párrafos del art. 763 LEC. A la declaración de inconstitucionalidad no se anudó sin embargo la declaración de nulidad, aún requiriendo al legislador solventar tal situación, “sin que a día de hoy este requerimiento haya sido todavía atendido, por lo que procede reiterarlo”, recuerda la STC 141/2012. 4.- El supuesto de hecho del internamiento. 4.1.- Trastorno psíquico. La finalidad terapéutica del ingreso involuntario requiere la constancia de que nos encontramos ante un sujeto que padece un “trastorno psíquico” (STC 141/2012, FJ 4). Antaño era más común utilizar el término “enfermedad mental”; en la actualidad se ha extendido el empleo del término “trastorno mental” o “trastorno psíquico”. Este último es el término que ha prevalecido, siendo el recogido por nuestra legislación (art. 763.1 LEC 2000 y con anterioridad 211 CC). La STC 141/2012 afirma: “El significado de lo que ha de entenderse por trastorno psíquico, transitorio o permanente, en línea con lo dispuesto en instrumentos internacionales, remite a los conocimientos propios de la ciencia médica; sin que en ningún caso puedan El art. 9.1 establece: “Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta”. 1 832 L.F. Barrios INFORMES considerarse como expresión de trastorno o enfermedad mental la discrepancia del afectado con los valores sociales, culturales, políticos o religiosos imperantes en la comunidad”. Ello es coherente con lo establecido en el Ppio 4.1 PONU’91: “La determinación de que una persona padece una enfermedad mental se formulará con arreglo a normas médicas aceptadas internacionalmente”; de “cánones de la ciencia médica” habla el art. 2 Rec (83) 2. Fijar cuáles son tales “normas” o “cánones” no es labor fácil, aunque en parte la existencia de clasificaciones internacionales sobre la materia (ICD-10 y DSM.IV-TR) facilite la tarea. La no catalogación como “enfermedad mental” de cualquier discrepancia ideológica o creencias es también lugar común a nivel internacional2. Es más, ni “los conflictos familiares o profesionales” ni “el hecho de que un paciente tenga un historial de tratamientos o de hospitalización” son factores suficientes para determinar la existencia de trastorno psíquico (Ppio 4.3 PONU’91). La evaluación de la pertinencia del ingreso corresponde a “profesionales” con adecuada cualificación y formación [Ppio 16.1 PONU’91 y arts. 11.1 y 2 y 20.2 Rec (2004) 10]. Pero ¿qué profesionales? Ha de distinguirse: a) el profesional externo a la institución hospitalaria que prescribe (o sugiere) el ingreso (Médico de Atención Primaria o Especialista en Psiquiatría, Trabajador Social, Psicólogo, policía,...) b) el responsable del Centro (Director Gerente o quien ostente su representación), el cual está obligado a realizar la preceptiva comunicación al órgano judicial (art. 763.1 LEC); c) el facultativo que materializa dicho ingreso, el cual parece natural que sea un especialista en Psiquiatría (la necesidad de evaluar no sólo el estado psíquico, sino incluso el físico –por ejemplo para descartar la existencia de estados confusionales derivados de un traumatismo-, así lo aconseja y d) el que emite el dictamen facultativo (art. 763.3 LEC). Como criterios de ingreso cabe citar los siguientes: a) Entidad clínica del trastorno. Es decir que la “enfermedad mental sea grave” (Ppio 16.1.b) PONU’91). La STC 141/2012, recogiendo la jurisprudencia del TEDH3, igualmente afirma que tal trastorno ha de revestir un carácter o amplitud que legitime el internamiento. b) Carencia de autonomía. El art. 17.1.ii Rec (2004) 10 habla de la persona “cuya capacidad de juicio esté afectada”. No basta un criterio biológico o psiquiátrico puro para aceptar el internamiento, sino que –además de lo anterior- debe valorarse que dicho trastorno origine efectos y consecuencias que justifiquen el internamiento (4). Y es que “el autogobierno tiene, por tanto, un significado funSTEDH, 24.10.1979, Winterwerp v. The Netherlands (par. 37); art. 2 Rec (83) 2; Principio 4.1 y 2 PONU’91; 2.4 CDBI’2000; art. 2.2 Rec (2004) 10]. 3 STEDH, 24-10-1979, Winterwerp v. The Netherlands, par. 39. Doctrina que se reitera en pronunciamientos posteriores: SSTEDH, 28.5.1985, Ashingdane v. The United Kingdom, par. 37; 24.10.1997, Johnson v. The United Kingdom, par. 60; 12.6.2003, Herz v. Germany, par. 47; 28.10.2003, Rakevich v. Russia, par. 27; 19.5.2004, R.L. M.J.D. v. France, par. 115. 2 El ingreso psiquiátrico involuntario de carácter urgente: una revisión... INFORMES 833 damentalmente psíquico” (5); pero es más, “la enfermedad mental afecta no sólo a la salud -psíquica- del paciente, lo cual ya es grave, sino también, lo que es mucho más, a su capacidad de autodecisión” (6). El art. 763.1 LEC habla del ingreso de quien “no esté en condiciones de decidirlo por sí”. El art. 9 LAP contiene varias referencias a la ausencia de autonomía: 1) En el caso de riesgo inmediato grave para la integridad física o psíquica del enfermo, cuando no sea posible conseguir su autorización, no es preciso que concurra consentimiento alguno –aunque, si las circunstancias lo permiten, ha de consultarse a los familiares o personas vinculadas de hecho al paciente- (art. 9.2.b) LAP); 2) En el caso de los mayores de edad -dejo para mejor ocasión el supuesto de los menores de edad, art. 9.3.c) LAP-, se contempla el mecanismo de consentimiento por representación. El consentimiento sustituto tiene lugar: a) “cuando el paciente no sea capaz de tomar decisiones, a criterio del médico responsable de su asistencia, o su estado físico o psíquico no le permita hacerse cargo de su situación” (art. 9.3.a) LAP), en cuyo supuesto “si el paciente carece de representante legal, el consentimiento lo prestarán las personas vinculadas a él por razones familiares o de hecho” y b) “cuando el paciente esté incapacitado legalmente” (art. 9.3.b) LAP), lo que erróneamente pudiera inducir a una presunción de falta de autonomía, que no es compatible con el art. 760.1 LEC que establece que “la sentencia que declare la incapacitación determinará la extensión y los límites de ésta” (art. 760.1 LEC). Habrá que estar pues al contenido de dicha sentencia, pues ésta puede referirse solo al ámbito patrimonial y no a la autodeterminación en el ámbito sanitario. c) La situación clínica ha de comportar un riesgo para el propio paciente o para terceros. Se habla de “riesgo grave de daño inmediato o inminente para esa persona o para terceros” [Principio 16.1.a) PONU’91] o de “riesgo real de daño grave a su salud o para otro” [art. 17.1.ii Rec (2004) 10]. El art. 7 CDHB solo contempla intervenciones involuntarias en situaciones de riesgo propio y no de terceros. Italia y España constituyen una excepción en el panorama legislativo europeo en relación a este requisito (7)4. En ambos países es la concurrencia de un trastorno mental grave y la necesidad de tratamiento la que legitima el internamiento involuntario. La inexistencia en el ordenamiento jurídico español de una explícita referencia al factor “riesgo” (para sí o para terceros), no impide de facto que tras un importante número de ingresos involuntarios subyazca este criterio (8), que de uno u otro modo ha sido recogido por la doctrina bajo diversas formulaciones (9). Probablemente nuestra legislación no haya incluido este criterio en base a la negativa experiencia que supuso la normativa sobre “peligrosidad social”. Sin En Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, República Checa, Alemania, Estonia, Hungría, Lituania, Luxemburgo, Malta y Holanda se requiere para el ingreso voluntario que concurra un grave problema mental y un significativo riesgo para sí o para terceros, no requiriéndose de forma explícita la necesidad de tratamiento; en Dinamarca, Grecia, Finlandia, Francia, Irlanda, Letonia, Polonia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, Suecia y el Reino Unido se precisan dos criterios de ingreso, el riesgo de daño y la necesidad de tratamiento. 4 834 L.F. Barrios INFORMES embargo, nuestra legislación sí contempla como causa de tratamiento involuntario el riesgo para terceros, en el caso de los pacientes infecto-contagiosos (art. 2 Ley Orgánica 3/1986, de 14 abril, de medidas especiales en materia de salud pública y art. 9.2.a) LAP). Apelar a la existencia de un riesgo para terceros para justificar el internamiento, ciertamente puede suponer una discriminación, ya que en el caso de una persona con conductas violentas o agresivas –no delictuales- pero que no padece trastorno psíquico no se aplica una medida privativa de libertad. Es necesario pues un “plus” para justificar el ingreso de pacientes con trastornos psíquicos que constituyen un riesgo para terceros. Ese “plus” es el beneficio del afectado. No cabe el internamiento con el solo fin de apartar a una persona de la sociedad (10) (con meros fines preventivos o de mera custodia o vigilancia (4, 6), es preciso que –además- el internamiento -a través de la intervención terapéutica (11, 12) - redunde en beneficio del afectado (13). Stone (14) y Roth (15) abogaron en su día por contemplar otro criterio de ingreso: “el riesgo de sufrir un sustancial deterioro físico o mental”. La Asociación Psiquiátrica Americana acogió tal aportación en 1982 (16). Se consideró que tal riesgo existe cuando el sujeto es sustancialmente incapaz para proveerse de sus necesidades básicas, tales como alimentación, vestido, alojamiento, salud o seguridad, debido a un deterioro de la capacidad preexistente para autogobernarse. La existencia del trastorno ha de documentarse, como toda intervención clínica (art. 2.6 LAP). Por tanto ha de emitirse un “informe médico que acredite el trastorno psíquico justificante del internamiento inmediato”, lo que “se condiciona al hecho de que consten acreditadas en ese momento y tras su reconocimiento, la necesidad y proporcionalidad de la medida” (STC 141/2012, FJ 5.a). 4.2.- Situación de urgencia. La urgencia justifica la intervención clínica, aún sin contar con el consentimiento del paciente (art. 8 CDHB y art. 9.2.b) LAP). En la modalidad de internamiento que aquí se analiza ha de concurrir tal situación de urgencia o necesidad inmediata de intervención médica (STC 141/2012, FJ 4). Es la urgencia lo que justifica un régimen de autorización que difiere del ingreso ordinario. En éste la “autorización será previa a dicho internamiento”, pero en el caso de que “razones de urgencia hicieren necesaria la inmediata adopción de la medida” surge una modalidad de autorización a posteriori que es preceptiva (art. 763.1.II LEC). La urgencia pues produce una exención relativa o reducción de las formalidades (obsérvese que se habla de incumplimiento de determinadas formalidades (6) o de las “garantías habituales”5), aunque manteniéndose las garantías esenciales (763.1.II LEC) (17, 18). 5 STEDH, 5.11.1981, Caso X contra Reino Unido), par. 45. El ingreso psiquiátrico involuntario de carácter urgente: una revisión... INFORMES 835 La percepción de que nos encontramos ante una situación de urgencia puede surgir de personas ajenas al dispositivo sanitario (19), aunque corresponde a los clínicos determinar si el estado de un paciente justifica el ingreso. Ahora bien “la posibilidad de un perjuicio es una condición necesaria pero no suficiente del acto urgente” (20). Concurre urgencia sanitaria si existe riesgo para la seguridad propia o ajena (21), lo que justifica la intervención en beneficio del paciente (22. 23), “a favor de la salud de la persona afectada” (art. 8 CDHB). 4.3.- Necesidad de la medida. Enfatiza la STC 141/2012 (FJ 4) la relevancia de los requisitos de necesidad y proporcionalidad. El principio de necesidad alude a la “indicación terapéutica” (no cabe imponer una medida/medio coercitivo si no concurre el supuesto de hecho clínico que la hace necesaria e impostergable en el caso de la urgencia) (24). Para que el acto urgente (ingreso) esté justificado “se requiere que el peligro no pueda ser evitado por otro medio que no suponga una confrontación de intereses (en este caso libertadprotección de la persona)”. Por consiguiente, “el acto urgente ha de ser necesario y no simplemente oportuno”. Y tal necesidad se refiere a las “circunstancias concretas del sujeto” (por ejemplo, a la existencia o no de familiares o allegados que razonablemente puedan hacerse cargo del seguimiento del tratamiento en régimen ambulatorio) (25). En lo competencial deben quedar descartadas las intromisiones de los profesionales no sanitarios en la instauración de tratamientos/medidas forzosos/as (1)6. En lo objetivo, la finalidad del internamiento ha de ser exclusivamente sanitaria (26), ha de tener un fin terapéutico [art. 17.1.iii Rec (2004) 10], debiendo acabar cuando desaparezca tal fin [art. 24.1 Rec (2004) 10]) (10). Es cierto que en alguna ocasión el TEDH (Winterwerp v. The Netherlands) afirmó que el art. 5.1.e CEDH no cubre el postulado de que el internado involuntariamente tiene un derecho al tratamiento y que en alguna otra ha admitido el internamiento para meros fines de prevención de daños –sin tratamiento-7. Sin embargo, en nuestro ordenamiento, los términos que utiliza el art. 763.1 LEC (“internamiento, por razón de trastorno psíquico, de una persona que no esté en condiciones de decidirlo por sí”) no remite a meras indicaciones de protección social, sino a una inequívoca correlación entre internamiento y tratamiento (27, 28), constituyéndose así aquel en medida instrumental de éste. Precisamente el carácter terapéutico-asistencial es el que justifica lesionar legalmente el fundamental derecho a la libertad” (29). Por consiguiente el internamiento sería indispensable: a) cuando el examen del paciente y el diagnóstico del trastorno no puede llevarse a cabo de forma extrahospitalaria y b) cuando el tratamiento no puede suministrarse en un medio exEsto que Cobreros lo afirma en relación a las medidas de la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril de medidas especiales en materia de salud pública debiera ser extensivo a todo tratamiento o medida forzosa, a salvo de las provisionalísimas (por ej. traslado policial a unidad o establecimiento psiquiátrico). 7 STEDH, 20.2.2003, Caso Hutchison Reid v. The United Kingdom, par. 52. 6 836 L.F. Barrios INFORMES trahospitalario (por necesidad de una especial vigilancia del tratamiento instaurado) (10). En lo temporal, la indicación terapéutica tiene lugar en un contexto de urgencia motivado por la presencia de un riesgo próximo propio o ajeno. El Ppio 16.1.a) PONU’91 emplea el término de “daño inmediato o inminente”. El Decreto de 3 de julio de 1931 (Gaceta, 7 de julio), antecedente del art. 211 CC, contemplaba el ingreso para observación por “orden gubernativa” (art. 16.a). El Ppio. 16.2 PONU’91 y el art. 17.2 Rec (2004) 10 también se refieren al mismo. Los amplios términos que utiliza nuestra legislación, a juicio de algunos autores, harían posible tanto el internamiento para tratamiento como para observación (10). Sin embargo, parece oportuno someter esta modalidad de internamiento a las pertinentes garantías (Principio 5 PONU’1991), siendo deseable su explícita regulación, tal como recientemente ha propuesto un grupo de trabajo de la AEN al referirse al ingreso involuntario “para diagnóstico” (30). 4.4.- Proporcionalidad en la adopción de la medida. Este principio tiene las siguientes dimensiones (24): a.- Congruencia. El tratamiento sanitario ha de ser proporcional y razonable en relación a los medios disponibles, a su eficacia (31) y a la finalidad que se pretende (siempre sanitaria) (1), lo que remite al “estado de salud de la persona” (art. 19.1.ii Rec (2004) 10). Es preciso ponderar la gravedad del riesgo y el valor jurídico del bien (libertad) que se limita (31). b.- Menor restricción. A ello aluden tanto los arts. 8 y 17.1.iv Rec (2004) 10 como los Ppios 9.1, 15.1 y 16.1.b). La meta es conseguir “la máxima asistencia posible dentro de la mínima limitación de los derechos del enfermo” (32). En la mayor parte de los países de la Unión Europea aparece recogido este requisito, no así en Bulgaria, Chipre, República Checa, Grecia, Irlanda, Letonia, Eslovaquia y España (7). c.- Temporalidad. El internamiento involuntario no puede ser indefinido y deberá ser periódicamente reevaluado [Ppio 17 PONU’91 y arts. 24 y 25.1.ii Rec (2004) 10]. 4.5.- Beneficio del paciente. En la STC 141/2012 no existe referencia alguna a este principio que, por el contrario, sí aparece recogido en algunos instrumentos internacionales: PONU’91 (Ppios 8.1, 9.4, 10.1) y 11.6.c); Rec (2004) 10 (art. 29.4); CDHB (art. 6.1) y CDBI’2000 (ap. 3). Ya se ha apuntado con anterioridad la relevancia de este requisito. El ingreso psiquiátrico involuntario de carácter urgente: una revisión... INFORMES 837 5.- La “fase extrajudicial”: garantías del establecimiento sanitario. Efectuada la solicitud, es imprescindible que los responsables del establecimiento autoricen el ingreso (6, 19). 5.1.- Admisión del paciente. La necesidad de una previa evaluación médica para proceder a un internamiento involuntario aparece reconocida en el art. 20.4 Rec (2004) 10, en el apartado 4.2 CDBI’2000 y en la jurisprudencia del TEDH8. Es precisa la “existencia de un informe médico que acredite el trastorno psíquico justificante del internamiento inmediato: si bien el responsable del centro médico está facultado para tomar ab initio la decisión de internar a la persona, es evidente que esto se condiciona al hecho de que consten acreditadas en ese momento y tras su reconocimiento, la necesidad y proporcionalidad de la medida, de la que ha de informarse al interesado hasta dónde le sea comprensible, debiendo quedar plasmado por escrito el juicio médico para su posterior control por la autoridad judicial” (STC 141/2012, FJ 5.a). 5.2.- Información al afectado. La STC 141/2012, FJ 5.b), refiriéndose a la “información al afectado o su representante acerca del internamiento y sus causas” afirma que “resulta evidente que nadie puede ser privado de libertad sin conocer los motivos que lo determinan, como proclama el art. 17.2 CE para la detención”9. Se trasladan así al ámbito civil garantías propias del procedimiento penal, ya que el sustrato común a ambos es la privación de libertad. La información ha de proporcionarse “de forma inmediata” (art. 17.3 CE); de ahí precisamente que competa esa obligación al centro asistencial de ingreso. En síntesis: - Se informará al paciente de los motivos para la admisión o retención sin demora (16.2 PONU’91) y de la “necesidad y proporcionalidad de la medida... hasta donde le sea comprensible” (STC 141/2012, FJ 5.a). - Se informará al paciente “de modo regular y apropiado de las razones que han motivado la decisión y de los criterios aplicados para una eventual prolongación o interrupción” [art. 22.2 Rec (2004) 10]. - “Las personas tratadas o internadas por razón de trastornos mentales deben ser informadas individualmente de sus derechos en tanto que pacientes” [art. 6 Rec (2004) 10] y de la forma de ejercerlos [12.1 PONU’91 y art. 6 Rec (2004) 10]. Dicha información se proporcionará “lo más pronto posible después de la admisión SSTEDH, 24.10.1979, Winterwerp v. The Netherlands, par. 39; 5.10.2000, Varbanov v. Bulgaria, par. 47 ; 19.5.2004, R.L. y M.J.D. v. France, par. 117. 9 En realidad la sentencia debiera haber citado el art. 17.3 CE que es el que se refiere al derecho de toda persona detenida a ser informada “de forma inmediata, y de modo que le sea comprensible, de sus derechos y de las razones de su detención”. 8 838 L.F. Barrios INFORMES y en una forma y en un lenguaje que comprenda” (12.1 PONU’91). “Mientras el paciente no esté en condiciones de comprender dicha información, los derechos del paciente se comunicarán a su representante personal, si lo tiene y si procede, y a la persona o las personas que sean más capaces de representar los intereses del paciente y que deseen hacerlo” (12.2 PONU’91). - Si el paciente tiene la capacidad necesaria podrá designar a un representante personal (12.3 PONU’91). A dicho representante se le informará de los motivos de admisión y retención y de los derechos y recursos [16.2 PONU’91 y art. 22 Rec (2004) 10]. - Salvo que el paciente se oponga a ello, los motivos de admisión y retención se comunicarán a sus familiares (16.2 PONU’91). 5.3.- Comunicación a la autoridad judicial. En el ingreso urgente “el responsable del centro en que se hubiere producido el internamiento deberá dar cuenta de éste al tribunal competente lo antes posible y, en todo caso, dentro del plazo de veinticuatro horas, a los efectos de que se proceda a la preceptiva ratificación de dicha medida” (art. 763.1.II LEC. La STC 141/2012 aborda con cierto detalle y por vez primera las características de esta comunicación. Son varias las cuestiones que conviene abordar. Este plazo “el legislador actual o futuro no podría elevar[lo] en ningún caso más allá de las 72 horas, al resultar vinculante en este ámbito privativo de libertad la limitación que fija el art. 17.2 CE para las detenciones extrajudiciales, el cual, como tenemos declarado, no opera con carácter exclusivo en el orden penal (SSTC 341/1993, de 18 de noviembre, FJ 6; 179/2000, de 26 de junio, FJ 2; 53/2002, de 27 de febrero, FJ 6)” (STC 141/2012, FJ 5.c)”. Tan breve plazo puede plantear problemas organizativos y funcionales (33), si bien el precepto es taxativo: “en todo caso, dentro del plazo de veinticuatro horas” (12, 34, 35). Pero ha de hacerse “lo antes posible” (art. 763.1 LEC). Como afirma la sentencia comentada “se trata, en todo caso, no de un plazo fijo sino máximo, que por ende no tiene que agotarse necesariamente en el supuesto concreto ni cabe agotarlo discrecionalmente”; el cómputo del mismo se inicia “desde el momento en que se produce materialmente el ingreso del afectado en el interior del recinto y contra su voluntad” (STC 141/2012, FJ 5.c). Dada la perentoriedad del plazo fijado, parece admisible el uso de los modernos medios de comunicación que la propia ley (art. 162 LEC) prevé para los actos de comunicación judicial (“medios electrónicos, informáticos y similares”). E incluso, nada impide que se haga de forma verbal (12) o telefónica (25), documentándose después (art. 146.1 LEC). El ingreso psiquiátrico involuntario de carácter urgente: una revisión... INFORMES 839 En cuanto al contenido de la comunicación parece plausible que: - La comunicación no se limite a poner meramente el hecho del internamiento, según ha manifestado el Defensor del Pueblo (36) y la doctrina (1, 9, 32, 37). - Deberá constar día y hora exacta del ingreso (32). - Debe participarse las circunstancias que lo rodearon e hicieron pertinente la decisión del internamiento (6, 37). - Es básico informar del “diagnóstico provisional, razones por las que el hipotético enfermo es aceptado en el centro, tratamiento de urgencia que se le ha suministrado y que se le va a suministrar” (1,9, 37). - No estaría de más exponer la conveniencia de confirmar la medida y la duración previsible del mismo, en el supuesto de que se pueda predecir a corto o medio plazo (6). - La comunicación estará motivada, máxime cuando nuestro ordenamiento jurídico no enumera con detalle las causas que pueden justificar un internamiento, ni qué ha de entenderse por supuesto de “urgencia” (9, 37). Cabría un internamiento de urgencia por plazo inferior a 24 horas. Aunque algún autor habla en tal caso de tratamiento de urgencia (43), lo cierto es que de hecho el internamiento también se ha producido. En aras de evitar cualquier atisbo de arbitrariedad (12), debiera participarse al Juzgado dentro de las 24 horas el ingreso y el alta subsiguiente y ambos de forma motivada. 5.4.- Control judicial de la permanencia en el establecimiento. El control judicial es la garantía máxima de la legalidad del ingreso: “desde que tiene lugar la comunicación antedicha ha de considerarse que la persona pasa a efectos legales a disposición del órgano judicial” (STC 141/2012, FJ 5.d), aunque no necesariamente en su sede, ya que “lo normal es que el examen judicial directo del afectado se realice en el propio establecimiento hospitalario”. 6.- La “fase judicial”: garantías procesales. 6.1.- Información al paciente. La STC 141/2012 afirma: “El Juez ha de informar al interno o a su representante acerca de su situación material y procesal, lo que implica a su vez el derecho del afectado (o su representante en su nombre) a ser oído personalmente dentro del procedimiento” (FJ 6). 840 L.F. Barrios INFORMES También la autoridad judicial tiene su propio deber de información. Aún tratándose de una privación de libertad civil, es extrapolable la previsión existente en el orden procesal penal (art. 520.2 Ley de Enjuiciamiento Criminal). El paciente tiene derecho a conocer “su situación material y procesal” y los derechos que le asisten. Entre los mismos se encuentra el relativo a nombramiento de abogado y procurador. La STC 141/2012 afirma al respecto: “Además y conforme recoge expresamente el art. 763.3 LEC, el privado de libertad también será informado de su derecho a contar con abogado y procurador en este trámite y de su derecho a la práctica de pruebas”. Pero tal cosa no se hizo, en el caso concreto, lo que es reprochable pues “ese derecho a la información se integra por la jurisprudencia del TEDH como una garantía propia del derecho a la libertad personal y su omisión además de infringir el propio art. 763.3 LEC no es constitucionalmente aceptable” ya que “la persona interna se halla prácticamente indefensa mientras está encerrada” y “la ley y la jurisprudencia de derechos humanos impone que el órgano judicial tome la iniciativa en la información, no presuponer su conocimiento por el afectado... El resultado es una nueva lesión del derecho fundamental del art. 17.1 CE del recurrente” (STC 141/2012, FJ 7). Este derecho a la información sobre derechos y recursos y sobre las razones del internamiento aparece reflejado en los arts. 5.2 y 4 CEDH, 4.3 Rec (83) 2, Ppios 12 PONU’91 y arts. 6 y 22.1 Rec (2004) 10, entre otros. 6.2.- Postulación y defensa. En efecto, el ingreso involuntariamente por razón de trastorno psíquico tiene derecho a representación y defensa (Ppio 18.1 PONU’91) y así lo establece el art. 763.3 LEC. El problema es que, como señala el Grupo de “Ética y Legislación” de la AEN, lo cierto es que, “salvo supuestos absolutamente excepcionales, los expedientes de ingreso se tramitan sin que la persona ingresada disponga de representación y defensa” (30). Aunque no hay alusión alguna al derecho de asistencia de un intérprete, recuérdese que el mismo si se contempla en el Ppio 18.2 PONU’91. Sería bueno que se reconociera en nuestro ordenamiento en consideración al elevado número de población inmigrante que existe en nuestro país. 6.3.- Examen judicial y sistema de audiencias. Afirma el art. 763.3 LEC: “el tribunal deberá examinar por sí mismo a la persona de cuyo internamiento se trate...”. El Consejo de Europa en el art. 4.3 de su R (83) 2, proclamó el derecho del paciente a ser oído personalmente por el juez, excepto en el caso de que su estado de salud así lo impidiera. Por su parte, el El ingreso psiquiátrico involuntario de carácter urgente: una revisión... INFORMES 841 Informe del Gabinete Técnico del CGPJ de 23.2.1984 puso de relieve la necesidad de cumplir “escrupulosamente” con este trámite, sin que pudiera servir de excusa la carga de trabajo que ello supone para nuestros tribunales. La jurisprudencia consagra asimismo el valor esencial de este examen10. La doctrina es prácticamente unánime en la exigencia de este examen personal (6, 37-39). En el caso que aquí se comenta el examen tuvo lugar, pero extemporáneamente (la comunicación al Juzgado tuvo lugar el 2 de mayo, y el Acta del examen es de 9 de mayo). En cuanto al lugar del examen, ya se vio que la STC 141/2012 recomienda que se haga en el propio establecimiento hospitalario. La LEC establece además un sistema de audiencias: “Antes de conceder la autorización o de ratificar el internamiento que ya se ha efectuado, el tribunal oirá a la persona afectada por la decisión, al Ministerio Fiscal y a cualquier otra persona cuya comparecencia estime conveniente o le sea solicitada por el afectado por la medida”. Me referiré exclusivamente a la audiencia a la persona afectada. Teóricamente al menos el examen personal por el juez y la audiencia a la persona afectada son actuaciones diferentes. Pero en la práctica, se producen simultáneamente. Es más no es inusual en algunos centros que sean coetáneos el examen personal por el juez, la audiencia al interesado y el examen por el médico designado por el Juez. Además de lo cual puede ser también momento para que el Juez ilustre a la persona concernida sobre los motivos del ingreso y le ilustre acerca de sus derechos y de la forma de ejercitarlos. La audiencia al interesado permite tener en consideración su opinión, como reclama el art. 17.1.v Rec (2004) 10. 6.4.- Pruebas. El conjunto probatorio o, como denomina la STC 141/2012 (FJ 7), “el material de convicción” de que dispone el Juzgado para resolver acerca de la ratificación o no de un ingreso psiquiátrico involuntario urgente está integrado, en resumidas cuentas, por: a) El informe médico del establecimiento en donde tuvo lugar el ingreso, b) el Acta del examen judicial, en el que se incluirán a su vez las manifestaciones que lleve a cabo la persona ingresada, c) el dictamen que emita el Ministerio Fiscal, d) el dictamen del médico expresamente designado por el Juzgado, e) el testimonio de otras personas que cuya comparecencia estimara conveniente el Juzgado y f) eventualmente otro tipo de pruebas. Me limitaré aquí a un breve comentario acerca del dictamen facultativo y las pruebas propuestas por el paciente o su defensor. 10 SSTS 1ª, 20.2.1989, Az. 1214, 2.6.1989 (Az. 4420) y 20.3.1991 (Az. 2266). 842 L.F. Barrios INFORMES El dictamen facultativo es absolutamente preceptivo, como se deduce del tenor del art. 763.3 LEC y resalta la STC 141/2012 (FJ 6): “el juez proveerá a la práctica del reconocimiento pericial por un médico designado por él” (en este caso, el Médico forense). El art. 763.3 LEC hace mención a la comparecencia de personas que solicite el afectado por la medida y a otras posibles pruebas que este solicite. Sobre esta cuestión el Ppio 18.3 PONU’91 establece: “El paciente y su defensor podrán solicitar y presentar en cualquier audiencia un dictamen independiente sobre su salud mental y cualesquiera otros informes y pruebas orales, escritas y de otra índole que sean pertinentes y admisibles”. 6.5.- Plazos. La doctrina ya venía insistiendo en la necesidad de que el plazo de resolución se estableciera en 72 horas, el tiempo establecido para la detención preventiva en el art. 17.2 CE(32, 34, 40-44). E incluso tal fue el plazo propugnado también en el Informe del Comité de Estudio al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud sobre la problemática jurídico-asistencial del enfermo mental” (Pleno de 13.7.1988) (45). Sin embargo, también hubo críticas a la fijación de este período, por su equiparación con la detención (46). La nueva LEC establece que la ratificación de la medida de internamiento urgente “deberá efectuarse en el plazo máximo de setenta y dos horas desde que el internamiento llegue a conocimiento del tribunal” (763.1.II LEC). Por tanto, no desde la fecha del ingreso, ni desde la comunicación formal del establecimiento, sino desde la entrada en el juzgado de dicha comunicación (47). Sobre esta cuestión, que constituye el fondo del asunto de la STC 141/2012, se afirma en la misma (FJ 6 y 7): - Este plazo es “sin duda una de las principales garantías de este marco regulador del internamiento urgente”. Por tanto “la superación del plazo de las 72 horas conllevará la vulneración del derecho fundamental del art. 17.1 CE”. - Es improrrogable, al igual que sucede con otros plazos de detención judicial. - Vencido el plazo, el paciente ha de ser puesto en libertad, lo cual no obsta para que el Juez autorice posteriormente el internamiento. - El incumplimiento de la autoridad judicial no puede justificarse trasladando la responsabilidad al centro médico por su obligación de conceder el alta. - Si se vulnera el plazo de 72 horas para dictar resolución cabe acudir al procedimiento de habeas corpus ante el Juez de instrucción competente11. 11 STC 104/1990, de 4 de junio, FJ 3. El ingreso psiquiátrico involuntario de carácter urgente: una revisión... INFORMES 843 6.6.- Resolución judicial. La resolución judicial que ponga fin a este procedimiento deberá concluir ratificando o no el ingreso involuntario por razón de urgencia (STC 141/2012, FJ 6). En caso de que el órgano judicial no ratifique la medida se devuelve a la persona concernida el autogobierno que le fue sustraído con motivo del ingreso involuntario urgente. Esto no es obstáculo para que la persona libremente decida la continuación del internamiento, pero bajo la modalidad voluntaria. El juicio de ratificación, señala la STC 141/2012 (FJ 6), abarca dos aspectos: - La valoración, a la vista de la actividad probatoria. - La verificación de la procedencia del ingreso adoptado por el responsable sanitario y ello por dos razones: a) porque el Juez ha de garantizar la tutela judicial efectiva evitando que la fase extrajudicial pueda convertirse en un “limbo sin derechos para el afectado” y b) porque si aparecieran dudas acerca de la no necesidad del internamiento inicialmente adoptado, pero posteriormente “sí parece justificarse a posteriori con el resultado de las pruebas judiciales, deberá dilucidar el tribunal si ello se debe a la implementación -o no- de un tratamiento inadecuado para el paciente, lo que dejando al margen otras consecuencias legales, podría ser justo motivo para no ratificarla”. Hay quien defiende que otro pronunciamiento posible de la autoridad judicial puede consistir en atender lo decidido por el representante o apoderado (30). Personalmente entiendo que tal pronunciamiento se reconduce a la autorización judicial, aún basándose ésta en la petición del representante. Es decir, el CDHB no ha venido a sustituir, en el caso español, la autorización judicial por la del representante legal. Nuestro sistema legal, al exigir la autorización/ratificación judicial como garantía del derecho a la libertad y seguridad del enfermo proporciona una protección más amplia que la prevista por el CDHB (48). La resolución judicial ha de estar motivada (art. 120.3 CE). Mas, en el caso aquí comentado, la STC 141/2012 exige una motivación reforzada “teniendo en cuenta su incidencia como medida privativa de libertad personal”12. Tal motivación en dicho caso no tuvo lugar, como se describe en el FJ 7.c ya que: - Ni el informe del Hospital, ni el acta de examen judicial, ni el informe del médico forense permiten llegar a un diagnóstico de anulación de las capacidades cognitivas y volitivas, ni que el estado de salud hiciera necesaria la intervención inmediata. - Aunque los informes del Hospital y del médico forense recomendaran el internamiento, no existe ninguna argumentación sobre la necesidad y proporcio- 12 SSTC 251/2005, de 10 de octubre, FJ 4; 120/2008, de 13 de octubre, FFJJ 2 y 3; 191/2009, de 28 de septiembre, FJ 4 y 179/2011, de 21 de noviembre, FFJJ 3 y 5 844 L.F. Barrios INFORMES nalidad de la medida, no explicando tampoco por qué no hubiera bastado con un tratamiento ambulatorio para tratar el trastorno. Este déficits, en buena parte son debidos al empleo de “textos preimpresos”, “formatos estereotipados”, vicio sobre el que ha alertado el TS (así ATS, 3ª, 20.12.1990) y el CPT en alguno de los informes13. SIGLAS: Az. Aranzadi Jurisprudencia. BOE Boletín Oficial del Estado. CC Código Civil. CDBI’2000 Consejo de Europa. Libro Blanco sobre protección de los derechos humanos y la dignidad del paciente que sufra trastorno mental, especialmente aquellos ingresados como pacientes involuntarios en un establecimiento psiquiátrico, CM (2000) 23, 10 February 2000, Steering Committee on Bioethics (CDBI) CDHB Consejo de Europa. Convención para la protección de los derechos humanos y la dignidad de los seres humanos en relación a la aplicación de la biología y la medicina: Convención de Derechos Humanos y Biomedicina. Oviedo, 4 de abril de 1997. CDPD Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, hecho en Nueva York el 13 de diciembre de 2006. 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INFORMES 845 Rec (83) 2 Recomendación No. R (83) 2, del Comité de Ministros a los Estados Miembros relativa a la protección legal de las personas aquejadas de trastorno mental ingresadas como pacientes involuntarios (adopta por el Comité de Ministros el 22 de febrero de 1983, en la 356ª reunión de los Delegados Ministeriales). Rec (2004) 10 Recomendación Rec (2004)10, del Comité de Ministros del Consejo de Europa a los Estados Miembros relativa a la protección de los derechos humanos y la dignidad de las personas con trastorno mental (adoptada por el Comité de Ministros el 22 de septiembre de 2004, en la 896ª reunión de Delegados Ministeriales). STC Sentencia del Tribunal Constitucional. STEDH Sentencia del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos. STS Sentencia del Tribunal Supremo. TC Tribunal Constitucional. TS Tribunal Supremo. BIBLIOGRAFÍA: (1) Cobreros E. 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[email protected] En este año 2012 que toca a su fin se ha cumplido el 60 aniversario de la introducción de la clorpromazina, dando el pistoletazo de salida a la farmacoterapia psiquiátrica moderna. A uno, realmente, le sorprende el escasísimo eco que ha tenido la efeméride -que en términos de estricta etiqueta social corresponde a unas Bodas de Diamante- en especial porque hubo algún que otro comentario con motivo del 50 aniversario (1,2) (Bodas de Oro, como todo el mundo sabe) e incluso del 40 aniversario (Bodas de Rubí, para quien no esté al corriente). Ya que seis décadas son muchas décadas, habría que preguntarse por las razones de esa omisión, más que nada para salir de la duda de si esta especie de olvido colectivo no revelará que en realidad no hay tanto que celebrar. La historia de la clorpromazina La pequeña o gran historia puramente farmacológica de la clorpromazina y, colateralmente, de sus derivados y sucesores, es sumamente interesante y refleja los vaivenes de las teorías científicas y de los intereses terapéuticos y comerciales de cada momento. Pero también ilustra el porvenir (de escaso recorrido) de una de las la ilusiones colectivas más asentadas en el discurso psicofarmacológico: la de que existen fármacos o grupos de fármacos con indicaciones y perfiles muy precisos. Ese sueño de especificidad de las terapias (en este caso, farmacológicas), que según algunos puede rastrearse en trabajos de hace muchos siglos (4), tiene un indudable punto de arranque en la idea de Ehrlich de las balas mágicas: remedios que buscan y golpean al agente patógeno consiguiendo la curación. La propuesta de quien fuera galardonado con el Nobel de Medicina en 1908 tenía mucho que ver con la idea, en plena vigencia tras los hallazgos de figuras como Koch y Pasteur, de que las enfermedades estaban causadas por gérmenes, pero también con la constatación de que existían tintes específicos para colorear e identificar a los potenciales microbios implicados. Se trataba, por lo tanto, de diseñar remedios que fueran tan específicos para los patógenos como los tintes que los coloreaban. Los colorantes, además, han sido históricamente moléculas muy trasteables, a las que los químicos, ya hace décadas, quitaban unos átomos o cadenas de aquí y ponían otros allá para conseguir nuevos productos con virtudes y características novedosas, y con usos terapéuticos que sostenían la idea de Ehrlich. Alguno tan prodigioso como el azul de metileno, un colorante de toda la vida, con aplicaciones un tanto rebuscadas en la terapéutica (por ejemplo, la metahemoglobinemia), que ha resultado recientemente ser al mismo tiempo una variante de IMAO -motivo por el cual no debe usarse en pacientes que tomen antidepresivos serotoninérgicos, y Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 851-866. doi: 10.4321/S0211-57352012000400012 852 viceversa (5)- y un posible tratamiento para rematar la cura en el trastorno bipolar (6). También la clorpromazina es resultado del trasteo de moléculas previas de colorantes, a su vez afortunado hallazgo de un químico –WH Perkin- que deseaba sintetizar quinina. Al modificar, cortar y pegar sobre la estructura básica de algunos colorantes, se obtuvieron los primeros antihistamínicos, y a lomos de las teorías sobre el papel de la histamina en el shock quirúrgico, un cirujano naval francés –Henri Laborit- intentó utilizar un nuevo antihistamínico de Rhône Poulenc como gangliopléjico. La molécula en cuestión era lo que en términos de nomenclatura química actual habría que denominar 3-(2-cloro-10H-fenotiazin-10-il)-N, N-dimetil-propan-1-amina, pero el laboratorio tuvo el detalle de darle para uso interno el pegadizo nombre de 4560RP, que siempre es más fácil de recordar. También lo es su denominación oficial: clorpromazina. Cuando hizo sus primeros ensayos (por supuesto, sin comparador, ni nada por el estilo) Laborit apreció que el fármaco producía una tranquilización y convenció a algunos psiquiatras para que la probasen. El debut de la todavía denominada 4560RP tuvo lugar en el servicio de Neuropsiquiatría del Hospital Militar Val de Grâce de París, el 19 de enero de 1952, sábado, a la sazón. El paciente que lo recibió era un hombre de 24 años, con un episodio maniaco con síntomas psicóticos en el que el nuevo producto demostró una eficacia impresionante, como darían a conocer un par de meses después los psiquiatras militares Hamon, Paraire y Velluz, responsables del bautizo de fuego de la molécula (7). Más adelante el prestigioso psiquiatra Jean Delay, catedrático y jefe de Saint Anne, y su subordinado Pierre Deniker se interesaron por el producto tras escuchar los comentarios de un cirujano, cuñado a la sazón de Deniker (así se hace la historia). J. Medrano BOTICARIUM Los esfuerzos por poner nombre a un grupo de fármacos Una curiosa consecuencia del éxito de la clorpromazina y de sus seguidores fue que de la noche a la mañana se configuró un grupo de fármacos con acción terapéutica al que convenía poner nombre para saber de qué se estaba hablando. Para ello, a lo largo del tiempo, los científicos y los fabricantes fueron poniendo el acento en diferentes rasgos (clínicos, bioquímicos) de estos productos (8-10). Si algo sorprendió del RP4560 -clorpromazina, para los amigos y 3-(2-cloro-10H-fenotiazin-10-il)-N, N-dimetilpropan-1-amina, para los puntillosos- a las primeras personas que la utilizaron fue su curiosa propiedad de tranquilizar sin sedar o, lo que es lo mismo, sin alterar el nivel de conciencia del individuo. Laborit, agudamente, se percató de que inducía también una cierta indiferencia en el paciente, una “quietud eufórica”, que definió como ataraxia, término que deriva del griego “ataraktos” (imperturbable, sin excitación, sin confusión, calmado, sereno) y “ataraktein” (estar calmado). Esta observación, de la que arranca su propuesta de utilizarla en el tratamiento de la agitación de pacientes psiquiátricos, está detrás de uno de los primeros términos utilizados para referirse al grupo terapéutico de la clorpromazina, el de “atarácticos”. En su momento la ataraxia fue definida también como “lobotomía química”, una idea que en los años 50 podía constituir una adecuada tarjeta de visita, dada la amplia difusión de la que gozaba la Psicocirugía, cuyo creador, Egas Moniz, había recibido además el Premio Nobel en 1949, sólo tres años antes de la introducción de la clorpromazina. No muchos años después, en el auge de la Antipsiquiatría y con los universitarios de mayo del 68 ocupando el despacho de Delay, establecer una relación Las bodas de diamante de la clorpromazina. BOTICARIUM entre la Psicocirugía y la clorpromazina sería probablemente lo peor que se podía decir del fármaco y en general de la Psicofarmacología. Todo fluye, que decían los clásicos y parafraseaban los testigos de la barbarie. Y a veces, fluye muy de prisa. Esa capacidad de tranquilizar sin sedar dio lugar a que se concibiese a la clorpromazina como un fármaco “tranquilizante”, término paraguas para englobar a sus sucesores. Más adelante, la irrupción del meprobamato y las benzodiazepinas hizo necesario distinguir entre unos “tranquilizantes mayores” (clorpromazina y similares) y otros “menores” (lo que hoy llamaríamos ansiolíticos). Otra característica importante de la clorpromazina era la acción parkinsonizante y otros efectos secundarios sobre el sistema nervioso central, que animaron a Delay y Deniker a introducir en 1955 el término “neuroléptico”, que alude a las variadas acciones (tanto terapéuticas como desfavorables) de estos medicamentos sobre el sistema nervioso. La palabra (y el concepto) de neuroléptico se impuso, al menos en primera instancia, a otro término, “antipsicótico”, propuesto por Lehmann también a mediados de los años 50. Al margen de su ecuánime intención de englobar aspectos beneficiosos y contraproducentes, es chocante el éxito de “neuroléptico”, a pesar de lo mal que fue mal recibido por muchos autores, horrorizados por una palabra que en su opinión se refería más a las complicaciones del fármaco que a su efecto beneficioso. Se han propuesto varias explicaciones para tan sorprendente triunfo. La primera y más inocente es que tenía a favor el prestigio de sus creadores, e incluso los méritos literarios y lingüísticos de Delay, autor también de una tesis sobre Filosofía, que a finales de los 50 se convertiría en miembro de la Academia de la Lengua Francesa y que tras el desencanto que le supuso la revuelta estudiantil del 68 optó por dedicarse en cuerpo y alma a la literatura, disciplina en la que su 853 hija Florence brilló hasta llegar, como el propio Delay, a la Academia (11). Una segunda explicación, clínica, sugiere que a pesar de que la Historia de la Psiquiatría nos habla sin cansarse de la revolución y de la mejora en las condiciones de los enfermos que supusieron la clorpromazina y sus sucesores, los psiquiatras de la época tal vez no tenían tan claras esas ventajas y esas virtudes, por lo que se decantaron por una palabra que encerraba una idea ambivalente de los fármacos en cuestión. Hay que recordar que por aquella época Szasz llegaría a plantear que estos productos tratan la conducta de los pacientes, y no la enfermedad, por lo que los asimiló a “camisas de fuerza químicas”. La tercera y última de las explicaciones tiene que ver con la idea, predominante hasta hace algunos años en los ámbitos científicos, de que la capacidad terapéutica de estos productos era proporcional a su efecto parkinsonizante. Esta teoría, se dice, retrasó la introducción de la clozapina, ya que aunque el fármaco parecía prometedor, no inducía los necesarios síntomas extrapiramidales. Por cierto, que en los años 70 se apreció que los neurolépticos eran fármacos que ejercían una acción antagonista sobre receptores dopaminérgicos (12), proporcional a su potencia en clínica psiquiátrica y que explicaba sus efectos secundarios extrapiramidales (13-14). Por eso, desde un estricto punto de vista bioquímico y farmacodinámico, se pudo entonces llamar a estos productos antagonistas de los receptores dopaminérgicos. Si retrocedemos una década, a mediados de los años 60, cuando el grupo de la clorpromazina estaba ya integrado por buen número de moléculas, se propuso el término “antiesquizofrénico” para referirse a todas ellas. La propuesta surgió a propósito de un amplio estudio realizado en EEUU, cuyos resultados sugerían que la clorpromazina, la flufenazina y la tioridazina actuaban sobre múltiples síntomas de la esquizofrenia, pero 854 no cuajó, y de hecho neuroléptico mantuvo su primacía hasta la aparición de los productos más recientes. Productos que llegaron al mercado precedidos de toda una campaña de marketing que destacaba no solo su supuesta acción sobre los síntomas negativos de la esquizofrenia (que recibieron, como concepto, todo un espaldarazo al convertirse en un argumento promocional), sino también su menor tendencia a inducir efectos extrapiramidales, muy en particular, disquinesias tardías. Todo ello hizo que los compartimentos académico, clínico y, especialmente, comercial, se retrajeran de usar un término –neuroléptico- que aludía a ambivalentes acciones neuropsiquiátricas y favoreciesen el nombre, más terapéutico, de antipsicótico, resucitando casi 40 años después la propuesta de Lehman. Al mismo tiempo, para denominar a esos nuevos fármacos, se introdujo el concepto de “antipsicótico atípico”, que se refería a una serie de requisitos clínicos y bioquímicos que no cumplían los “antipsicóticos típicos”, que eran los existentes hasta entonces. Solo la clozapina era atípica dentro de la generación de los típicos, lo que la convertía en el supuesto modelo para todos los nuevos productos. Entre esos rasgos novedosos, su acción, supuestamente terapéutica, sobre receptores serotoninérgicos, que se relacionó con una mejor tolerancia o con una acción sobre los síntomas negativos. No es extraño, por lo tanto, que durante un tiempo algunos textos se refirieran a los llamados atípicos como antagonistas de los receptores dopaminérgicos y serotoninérgicos, un término engorroso y nada sport que afortunadamente no se impuso. Con el paso del tiempo se ha comprobado que algunos de esos nuevos fármacos no cumplen los requisitos inicialmente propuestos; al mismo tiempo, su arrollador éxito comercial, que no se corresponde a las expectativas generadas sobre el radical cambio en el curso de la esquizofrenia que acarrearía J. Medrano BOTICARIUM su empleo, los ha convertido en típicos en el sentido estadístico, hasta el punto de que en los últimos años se han hecho con el grueso del mercado. Han quedado así arrinconados los productos previamente existentes, de los que incluso han dejado de comercializarse en España la loxapina, la trifluoroperazina, la tioproperazina o la la tioridazina (esta última, por secundarismos cardiacos), y en el momento de redactar este comentario hay problemas de suministro de la solución de levomepromazina que hace temer por la continuidad en nuestro mercado de este medicamento. La loxapina, por cierto, se está desarrollando en otros lugares como un posible tratamiento de la agitación en pacientes esquizofrénicos, y lo chocantes es que se administra por inhalación (15)… El éxito de la noción de atípico tiene otra interesante derivada. Los antipsicóticos antiguos, los llamados neurolépticos, sin pudor y sin que prescriptores ni fabricantes se pusieran rojos, se clasificaban clínicamente en incisivos y sedantes, y se les distinguían diversas acciones, tanto terapéuticas como colaterales y no deseadas, como corresponde a la noción ambivalente y ecuánime de neuroléptico. El esquema de la estrella de Lieja, de Bobon y colaboradores (16), recogía cuatro efectos terapéuticos (antimaniaco, ataráctico, antidelirante y antiautístico) y dos no deseados (extrapiramidales y efecto adrenolítico) que se distribuían en una estrella de seis brazos cada uno de los cuales tenía una longitud proporcional a la intensidad del efecto, terapéutico o colateral, inducido por cada fármaco, con lo que se obtenía una imagen visual del perfil de cada molécula. Otra forma de clasificar a los neurolépticos, habitual en todos los textos, era según sus diferentes familias químicas. Por un lado estaban las fenotiazinas, subdivididas en alifáticas (con la primigenia clorpromazina o la levomepromazina), piperazínicas (flufenazina, perfenazina) y piperidínicas (tioridazina). Las bodas de diamante de la clorpromazina. BOTICARIUM Otros grupos eran los de los tioxantenos (con el tiotixeno o el zuclopentixol), los derivados de las dibenzodiacepinas (clozapina, que todavía no sabía que era “atípica”, clotiapina y loxapina), las butirofenonas (haloperidol), los derivados de la difenil-butil-piperidina (pimozida) y las benzamidas sustituidas (sulpirida). Grupos y familias complejas, que reflejaban una heterogeneidad química que, desde luego, no se ocultaba. En los llamados atípicos encontramos una heterogeneidad aun más marcada. Por orden de aparición en el mercado español, la risperidona es un derivado del benzisoxazol; la olanzapina, una tienobenzodiazepina; el sertindol, una imidazolidina; la quetiapina, una dibenzotiazepina, la ziprasidona, nada menos que una benzotiazolilpiperazina, la amisulprida una benzamida (como la sulpirida, que se considera típica); el aripiprazol, una quinolona y la paliperidona, de nuevo, un derivado del benzisoxazol. Es decir, que si bien existen típicos que pueden en algunos casos agruparse en una misma familia desde el punto de vista estructural, los atípicos son cada uno hijo de su padre y de su madre químicos, a excepción de la risperidona y la paliperidona, algo, por otra parte, lógico al ser esta última un metabolito de la anterior. Tal heterogeneidad revela, por una parte, la avidez con la que los nuevos productos se han subido al carro del exitoso concepto de antipsicótico atípico y, por otra, lo laxo del concepto. Y es que lo de atípico tiene su truco y su cartón. Siendo, como es, un concepto mixto, entre clínico y bioquímico, puede estirarse todo lo que uno quiera, hasta acoger productos sin acción sobre sistemas seroninérgicos, aun contradiciendo la supuesta esencia farmacodinámica del grupo de los atípicos. Es el caso de la amisulprida, que se ha propugnado como atípico con el simpático y paradójico razonamiento de que el hecho de que el producto sea clínicamente 855 atípico sin serlo farmacodinámicamente, ya que no enreda en circuitos serotoninérgicos, implica que la atipicidad antipsicótica poco o nada tiene que ver con la serotonina (17). Por si fuera poco, además, resulta que algunos productos añejos cumplen los criterios de atipicidad; es el caso de la tioridazina o de la loxapina (18). Y no solo eso: otros fármacos, relacionados estructural o clínicamente con algunos antipsicóticos típicos o neurolépticos, han demostrado cumplir con nota criterios de atipicidad antipsicótica. Sucede así con la amoxapina (19), que se comercializó como antidepresivo y que está relacionada estructuralmente con la loxapina, pero lo mismo pasa con dos moléculas emparentadas con las fenotiazinas: la cinarizina (20) (utilizada en nuestro entorno como vasodilatador cerebral, antivertiginoso y profiláctico de los mareos cinéticos) y la flunarizina (21, 22) (que en estos pagos se emplea en la prevención de la migraña). Para rizar el rizo, la amoxapina, la flunarizina y la cinarizina, tienen el inconveniente de que sin ser supuestamente neurolépticos ni antipsicóticos producen síntomas extrapiramidales lo que, por otra parte, contradice la noción clínica de atipicidad. En definitiva, que como al igual que el Burgués Gentilhombre de Molière llavaba toda la vida hablando en prosa sin saberlo, los clínicos que han tratado mareos con cinarizina, migrañas con flunarizina o depresiones con amoxapina estaban empleando antipsicóticos atípicos sin ser conscientes de ello. No es extraño, pues, que se haya reclamado algo así como un mayor fundamento en la conceptualización y categorización de los antipsicóticos (23) o que en estos momentos, se prefieran los términos “antipsicóticos de segunda generación” o “nuevos antipsicóticos” para designar a la última hornada de sucesores de la clorpromazina. Eso, sin contar con propuestas más creativas, como la de Balon (24), que partiendo de que en su mo- 856 mento otro elemento atípico de los nuevos medicamentos fue su coste, muy superior al de los productos antiguos, sugiere, siguiendo al mismísimo Janssen, llamarlos simplemente “antipsicóticos caros”, una iniciativa que no por cínica deja de ser realista. Las divagaciones sobre el nombre que habría que dar a la clorpormazina y sus seguidores pueden parecer fuera de lugar, pero tienen su sentido. Es más: siempre lo han tenido, como lo refleja el hecho de que ya en 1957 se celebrase en un congreso un simposio sobre la nomenclatura a utilizar con estos fármacos (8). Detrás de cada uno de los términos empleados en este poco más de medio siglo se oculta una idea, un concepto, sobre lo que es el fármaco y sobre cuál es su acción terapéutica. No es lo mismo, desde luego, hablar de atarácticos (y de lobotomía química), que de neurolépticos (o camisa de fuerza química) o que de antipsicóticos o antiesquizofrénicos. Igualmente, tampoco es lo mismo considerar o no necesaria la presencia de un efecto secundario (parkinsonismo) para que un medicamento sea efectivo. Y ciertamente no debe perderse de vista que en la práctica en estos años ha variado el concepto de psicosis y se han delimitado en la esquizofrenia diferentes síndromes sobre los cuales los nuevos medicamentos, hemos querido todos suponer, tienen un efecto más beneficioso que los precedentes. Si comparamos la nomenclatura de los descendientes de la clorpromazina con la de otros grupos terapéuticos nos encontramos con hallazgos curiosos. La clasificación interna de los antidepresivos, como veremos, pone el acento esencialmente en sus supuestos mecanismos de acción. Clásicamente se distinguía entre los antidepresivos tricícilicos (concepto estructural, químico) y los IMAO (concepto farmacodinámico). Tardíamente se colaron los llamados tetracíclicos (concepto de nuevo estructural), de los que el exponen- J. Medrano BOTICARIUM te fundamental era la mianserina (la maprotilina venía a ser un tricíclico camuflado). En cambio, la clasificación de los antidepresivos más recientes se centra esencialmente por su farmacodinamia, su supuesto mecanismo de acción terapéutica. Tras la introducción del concepto de RIMA (Inhibidores Reversibles de la Monoaminoxidasa A, de la que es único exponente en nuestro mercado la moclobemida), apareció la idea de ISRS o Inhibidor Selectivo de la Recaptación de Serotonina, introducida por Beecham para su paroxetina (25), que cronológicamente era en realidad el cuarto producto comercializado con ese supuesto mecanismo de acción tras la zimelidina (retirada por su relación con el síndrome de Guillain – Barré, la fluvoxamina y la fluoxetina). Sin embargo, el éxito del concepto hizo que incluso las moléculas preexistentes se subieran al carro del grupo y del concepto. También forzó a que con la aparición de la venlafaxina se hablase de Inhibidores de la Recaptación de Noradrenalina y Serotonina (IRSN), concepto que se depuró con la promoción de la duloxetina para hablar de antidepresivos “duales”. La reboxetina también se planteó en términos científico – farmacodinámicos como Inhibidor de la Recaptación de Noradrenalina (IRN) y la introducción tardía en nuestro mercado del bupropion como antidepresivo obligó a crear para alojarlo el grupo de Inhibidor de la Recaptación de Noradrenalina y Dopamina (IRND), concepto que no era necesario ni pensable cuando el fármaco se comercializó por vez primera al otro lado del Atlántico. Más complejo es el grupo de los llamados (o en realidad, ya que solo engloba a la mirtazapina, la llamada) NaSSa, que viene de Antagonistas Selectivos de la Serotonina y Noradrenalina. La agomelatina es un “Agonista Melatoninérgico” (además de antagonista de Receptores 5-HT2, pero por lo que se ve nadie ha dado con un acrónimo Las bodas de diamante de la clorpromazina. BOTICARIUM adecuado para resumir esa dualidad). Y tiene su gracia que la trazodona, un medicamento relativamente antiguo, sea ahora un Antagonista de Serotonina e Inhibidor de la Recaptación de Serotonina, que se transcribe como ASIR. O que la quetiapina, fármaco versátil donde los haya, resulte ser un antidepresivo “trial” (26) porque incide en los sistemas noradrenérgico, dopaminérgico y serotoninérgico… como los clásicos tricíclicos, dicho sea de paso, a los que seguramente deberíamos considerar triales, término de indudables resonancias a motos y a barro. Toda esta variedad de grupos y este amplio abanico de supuestos mecanismos de acción se corresponden perfectamente, por cierto, con el hecho de que después de muchos años estirando el concepto de depresión es imposible definirlo como un trastorno con una patogenia y fisiopatología unitarias. Y, para complicar más la cuestión, los antidepresivos, si uno se atiene a sus indicaciones autorizadas, son esencialmente ansiolíticos, en la medida en que sus fichas técnicas señalan su utilidad en el TAG, el TOC, el Trastorno por Angustia, el TEPT, o la Fobia Social… Antipsicóticos insospechados Volviendo a los antipsicóticos, la situación se hace más compleja todavía si reparamos en que las teorías inflamatorias, las ideas sobre neuroprotección en el tratamiento de enfermedades mentales o los modelos glutamatérgicos abren la posibilidad de que existan moléculas con una potencial naturaleza de psicofármaco que resulta a priori insospechada. Mencionábamos anteriormente la condición de IMAO del azul de metileno (para ser más precisos, a esta hora de la película diremos que se trata de un RIMA), pero hay otros casos que llaman la atención poderosamente. El reconocimiento de la partici- 857 pación de procesos inflamatorios en la esquizofrenia ha dado lugar a ensayos en las que se ha añadido sustancias como aspirina (27) o celecoxib (28) a pautas con “atípicos” en el tratamiento de pacientes esquizofrénicos. Los resultados han sido favorables, sobre todo en fases iniciales de la enfermedad. La posible implicación de esteroides neuroactivos en la psicosis ha animado a probar en modelos animales, con resultados prometedores (29), un inhibidor de la 5-alfa-reductasa, la finasterida (que comercializada, entre otras marcas, como Propecia está indicada el el tratamiento de las primeras fases de la alopecia androgenética en varones). No menos sorprendente es la posible utilidad como antipsicótico del alopurinol, medicamento eje de la terapéutica antigotosa, que parece ser de utilidad en pacientes psicóticos refractarios a la terapéutica convencional, ya que añadido a dosis de 600 mg en dos tomas a la pauta habitual obtiene una mejoría en los síntomas positivos resistentes al tratamiento. El fundamento de su uso es que inhibe la transmisión adenosinérgica, que a su vez potencia la afinidad de los agonistas dopaminérgicos por los receptores de dopamina (30). Otro “antipsicótico” insospechado es la minociclina, un antibiótico tetraciclínico pluriempleado que no solo tiene una acción bacteriostática y un efecto terapéutico sobre el acné y la rosácea, sino que además resulta ser neuroprotector, al actuar sobre el sistema glutamatérgico y bloquear la neurotoxicidad mediada por ácido nítrico, entre otras acciones que se van identificando, como la inhibición de la activación de la microglía (31). Por si fuera poco, es capaz de fomentar una toma de decisiones más racional al incrementar la regulación emocional (32). A los iniciales éxitos del producto en enfermedades tan variadas como los ictus, la esclerosis múltiple y el Parkinson, hay que añadir un estudio en el que mejoró los síntomas negativos y cogniti- 858 vos de pacientes ya tratados con antipsicóticos propiamente dichos (33). Ya que mencionamos a un antibiótico, dedicaremos nuestra atención a una molécula químicamente perteneciente al grupo de los macrólidos, pero que tiene unas propiedades peculiares. Se trata de la rapamicina, cuyo nombre se debe a que procede de una bacteria obtenida en el suelo de la isla de Pascua (Rapa Nui). Más conocida como Sirolimus, tiene como indicación autorizada la prevención del rechazo tras trasplante de riñón, pero hay quien propugna que se emplee como regulador del humor, apoyándose en sus acciones sobre ciertas proteínas y enzimas mitocondriales (34). La memantina es otro medicamento al que se le ven maneras de pluriempleado. A su indicación autorizada en la enfermedad de Alzheimer de moderada a grave se van añadiendo propuestas a partir de sus acciones farmacodinámicas identificadas sobre sistemas como el glutamatérgico, el serotoninérgico o el colinérgico. Así, se sugiere su empleo en el trastorno bipolar (35), la esquizofrenia (36) o el alcoholismo con clínica depresiva (37) y se comunican éxitos ocasionales en pacientes con TOC (38) o catatonía (39). Pero para versátil, la N-acetilcisteína, un medicamento cuya indicación clásica es la de mucolítico y antídoto de la intoxicación por paracetamol. Para fundamentar su empleo en Psiquiatría se asegura que este fármaco, precursor del glutatión, podría modular las vías glutamatérgicas, neurotrópicas e inflamatorias (40). Pasando por tantos caminos y encrucijadas neuroquímicas, no tiene nada de extraño que se haya propuesto su uso en situaciones tan surtidas y variadas como los trastornos adictivos –alcohol (41), cannabis (42), cocaína (43), heroína (44), tabaco (45), juego patológico (46), onicofagia (47), tricotilomanía (48), dermatilomanía (49) o reventarse granos y en general hacerse destrozos cutáneos…-, así como en el TOC J. Medrano BOTICARIUM (50), la esquizofrenia (51, 52) o el trastorno bipolar (53). Es una pena que recientísimamente haya quedado excluida de la prestación farmacéutica en el Sistema Nacional de Salud (54), porque si se utilizase, además de no generar un gran coste por ser un fármaco barato, no solo es posible que los pacientes mejorasen en todas las indicaciones enumeradas, sino que además y con seguridad tendrían menos mocos y flemas. Psicofármacos con virtudes insospechadas Demos ahora la vuelta al razonamiento para buscar usos peculiares de los antipsicóticos. Nada más sencillo. Los productos de primera generación se han empleado para tratar el vómito (clorpromazina, haloperidol), los vértigos (sulpirida), los trastornos motores de la corea (haloperidol) o para inducir la lactancia (sulpirida). La indicación del tricíclico imipramina en la enuresis es también clásica. Pero hay otros usos agazapados que llaman la atención. Por ejemplo, un neuroléptico fenotiazínico (flufenazina: el Modecate) y un antidepresivo tricíclico (trimipramina: el Surmontil) han demostrado en modelos animales ser capaces de detener la progresión de enfermedades priónicas (55). También es capaz de hacerlo la clorpromazina, que tiene además propiedades antivíricas (56), una prodigiosa capacidad que queda un tanto difuminada por las prometedoras experiencias que sugieren el empleo de la retirada tioridazina en la tuberculosis multirresistente (57), ya que potencia la eliminación de los M. Tuberculosis intracelulares e inhibe las bombas que la micobacteria emplea para expulsar al exterior los tuberculostáticos antes de que alcancen sus dianas celulares (58). ¿Querrá esto decir que la tuberculosis desapareció de los manicomios, clásicos reservorios de la Las bodas de diamante de la clorpromazina. 859 BOTICARIUM enfermedad, más por el empleo de los neurolépticos que por la mera administración de isoniazida, estreptomicina y demás tuberculostáticos? Más sorprendente es todavía que la misma tioridazina sea capaz de discriminar entre las células madres pluripotentes y cancerígenas, y elimine a estas últimas, con lo que vendría a ser una especie de quimioterápico inteligente y selectivo que preservaría a las células sanas, algo que por no estar al alcance de los antineoplásicos habituales está en la raíz de muchos de los secundarismos de estos (59). No esperaba casi nadie que el antidepresivo sertralina resultase tener potentes propiedades antifúngicas, siendo letal para el Criptococo, con la peculiaridad de que su acción sinérgica con el fluoconazol (uno de los pocos antimicóticos que pasa la barrera hematoencefálica) hace que pueda ser de gran ayuda para tratar las meningitis producidas por este perverso hongo (60). También es de destacar que otro antidepresivo, la venlafaxina, previene y alivia la neurotoxicidad aguda derivada del uso de ciertos quimioterápicos antineoplásicos (61). Y uno siente una especial debilidad por el hallazgo de que otro antidepresivo, la mianserina (Lantanon) prolonga la vida del simpático nematodo Caenorhabditis elegans (C. elegans en su versión corta) (62), ese gusano de apenas un milímetro de longitud, tan estudiado por la Biología y del que se sabe que tiene exactamente 383 neuronas (en su versión macho) y 302 (en la hermafrodita). Todo un hallazgo, que se supuso relacionado con la acción de la mianserina sobre la serotonina y la octopaína, aunque hay que decir que fue desmentido por un trabajo posterior, que encontró que los gusanos expuestos a la mianserina acumulaban grasa y morían antes (63). Balas mágicas o perdigones ¿A qué nos conducen todas estas disquisiciones sobre nombres de fármacos, utilidades supuestas o reales y usos insospechados? ¿Y qué tienen que ver con el 60 aniversario de la introducción de la clorpromazina? Al margen de los beneficios que producen los psicofármacos a las personas que padecen enfermedades mentales, una de sus aportaciones fue la constatación de sus efectos clínicos y la identificación de algunas de sus acciones farmacodinámicas, que han permitido proponer teorías bioquímicas y generar los cimientos de la llamada Psiquiatría Biológica. Las explicaciones que esta viene dando desde hace casi 60 años han sido probablemente simplistas y un tanto de neurociencia ficción, y además, hay que revisarlas cada cierto tiempo. Si en los 70 era necesaria una acción antidopaminérgica para ser un neuroléptico, la loxapina cumplía el requisito. En los 90, en que la acción antiserotoninérgica era un plus, la loxapina tenía el mérito de ser un antipsicótico atípico. La esquizofrenia en los 70 tenía que ver con la dopamina; en nuestros tiempos, con el glutamato, la serotonina, la dopamina, los mecanismos inflamatorios o en cierto modo el fracaso de la neuroprotección, que uno lleve la cuenta. Pero, flexibles, dúctiles y maleables, los descendientes de la clorpromazina se adecúan a estas hipótesis según convenga para seguir siendo prescritos, y con tan noble fin cambian como grupo de nombre para incorporar la idea del mecanismo de acción o la esencia clínica que se lleve a cada momento. Y descubrimos también que hay fármacos antigotosos, antibióticos o mucolíticos con acción antipsicótica, de la misma manera que existen psicofármacos con acción antipriónica, tuberculostática o antifúngica. La ilusión de Ehrlich de encontrar balas mágicas específicas para las enfermedades está J. Medrano 860 muy lejos de la realidad. Los fármacos son más bien perdigones, que golpean en muchas dianas, dando lugar a efectos terapéuticos, en ocasiones insospechados, y provocando en otros casos daños por “fuego amigo” en forma de sus abundantes efectos secundarios y colaterales. Hay algo que agradecer especialmente a la clorpromazina, y es que por ser el primer fármaco de su categoría su introducción no se vio precedida de la diseminación de ideas clínicas o bioquímicas como argumento promocional. Los psiquiatras y la industria de aquellos tiempos eran lo suficientemente naïfs como para poder reconocer que el fármaco era versátil; servía para muchas cosas y es muy complicado esgrimir un solo mecanismo de acción para tanta potencialidad o sugerir la pertenencia a un solo grupo terapéutico. Además de en las psicosis la clorpromazina se usó como ansiolítico, en los trastornos de conducta de la demencia, en el alcoholismo, como analgésico, como antiemético, y en un sinfín de indicaciones más o menos sustentadas por sus resultados. Y haciendo gala de ello, la clorpromazina tiene desde hace 60 años un nombre comercial que hace alusión en su original francés a la amplia variedad de sus acciones y efectos (large action), más explícita todavía para un hispanohablante con el nombre comercial del producto en el mercado latinoamericano: Ampliactil. A partir de ahí tal vez podamos dar, por fin, con un nombre que sirva para englobar a la clorpromazina y sus descendientes, y también a todos esos medicamentos que provienen de otros campos y que tienen una insospechada acción antipsicótica. Un nombre que reconozca que se usan en indicaciones variopintas con mayor o menor fundamento, que proclame su realidad de perdigones más que su ilusoria categoría de balas mágicas ¿Qué tal “largactílicos” o algo por el estilo? BOTICARIUM BIBLIOGRAFÍA: (1) Ban TA. Fifty years chlorpromazine: a historical perspective. Neuropsychiatr Dis Treat. 2007 August; 3(4): 495–500 [Accesible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/ pmc/articles/PMC2655089/pdf/NDT-3-495. pdf]. (2) Mazana JS, Pereira J, Cabrera R. Cincuenta años de clorpromazina. Rev Esp Sanid Penit 2002; 4: 101-113 [Accesible en: http://www.sanipe.es/OJS/index.php/RESP/ article/view/234/517]. (3) Mitchell P. Chlorpromazine turns forty. 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Quito, 2008), producto de un taller dirigido por el poeta Ernesto Carrión, y realizado entre los meses de abril y mayo de 2008 en el Hospital Psiquiátrico Lorenzo Ponce, de la ciudad de Guayaquil (Ecuador). Los participantes fueron: Jorge Elizalde, Nelly Orbea, José Betancourt, Amparo Rodríguez, Washington Espinosa, Julia Rivas, Guadalupe Montaño, María Cifuentes, Glenda Cueva, Fátima Bermúdez, Gloria Galarza y Francisco Alvarado. 1 Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 869-874. doi: 10.4321/S0211-57352012000400013 870 E. Carrión MÁRGENES DE LA PSIQUIATRÍA Y HUMANIDADES P La sociedad es la reunión de personas que saben hacer de todo. El cielo es un retrato imaginario. La gente vive en el mundo. Ana López P La felicidad es la madre del olvido. P Fátima Bermúdez P Francisco Alvarado P Nelly Orbea Los peces son relámpagos. Mi casa es y tiene luz. El tigre del desierto está sin sol. El manto tiene atardecer negro. Papel de las estrellas donde escribo mi poema favorito. Donde nací: la comarca. Inspector Dios. Mi carácter es soñar con el aire; imagino a alguien que me ama mucho, siento que me toca que sus manos acarician mi piel y tantas cosas más, pero todo se desvanece. Mis ojos son negros y en varias ocasiones alguien me dice: “tus ojos son hermosos”. Me gustan los perros y los niños Pienso de mí que Dios me ama mucho Pero los otros piensan que yo soy la más pecadora del mundo “Identidades a plazo” MÁRGENES DE LA PSIQUIATRÍA Y HUMANIDADES 871 P casi nunca sueño contigo: mi mente te conduce a todas partes P Nelly Orbea Yo estoy aquí para servirles El Señor de las canciones Me invitó a elegir un tema: He aquí el presuntuoso tema: Nos gastamos 100 mil millones en fastuosas galletas y colas grandes. Maduros fritos y un Coccis. Y demás. P Francisco Alvarado P José Betancourt ¿Quién soy yo? AQUEL HOMBRE QUE VIVE LA VIDA ENVUELTA EN SUEÑOS Y DICHAS Y FELICIDAD. Quién soy yo que no PUEDO DEJAR DE VERTE TRANSPARENTE COMO UNA COPA DE CRISTAL. 872 E. Carrión MÁRGENES DE LA PSIQUIATRÍA Y HUMANIDADES P Lunes 14 En el cielo hay fiesta. Dios me envía su luz. Hoy he nacido sin embargo todo tan raro que ni sé por qué tengo deseos de llorar. Mis lágrimas tiernas mojan mi pecho. No hay nadie alrededor mío sólo la luz de Dios me ilumina sobre la frialdad de mi cuarto. Si yo hubiera sabido cuánto venía a sufrir, le hubiera pedido a mi ángel de la guarda que me regrese de donde vine. Martes 15 Hermoso vibrar de un nuevo día. Luz blanca. Pajarillos como cantantes; más luego tengo que luchar con los enfermeros porque me obligan a tender las camas y a ayudar en sus tareas. Miércoles 16 Amanecer bueno para el ajetreo de un nuevo día. Me bañé, me vestí, y a luchar como todos los días. No sé cuándo termine esto. Llevo una vida incierta. No hay con quien conversar. Pienso que voy a perder el lenguaje; pero esto es más porque mis compañeros de sala (pacientes) me delatan ante la Doctora. Y ella (la Doctora) me excede el # de pastillas diarias. Es decir, me castigan por mis palabras. Jueves 17 Me levanto, me baño, me aseo pero no estoy en paz. Hay un algo que no puedo mencionar. Es muy duro para mí comprender a todos los de mi sala. Mi destino es incierto; pensar que soy un burro de trabajo. Me haría falta un trabajo que me diera un dinerito. Y que no me dirigieran la palabra solo para decir: “Te amarro”. P Nelly Orbea “Identidades a plazo” 873 MÁRGENES DE LA PSIQUIATRÍA Y HUMANIDADES P Las sensaciones que teníamos con la divina poesía era altamente versos de García que cual el mar rompe sus divinos versos para inmolar las ecuánimes sensaciones de incultura en mi sombra No tuve que hacer tus gracitas en estas inculturas Ni cuando pensaste en el conchero Brig Bragfor y no estuvisteis conmigo No y no es todo lo que tengo que decir de vos y de Usted. Nos vemos. Eso es todo. Vuelvo a Usted. P Francisco Alvarado P Francisco Alvarado SIRVE MUCHO LA HISTORIA AQUELLA NOS HACE GANAR DINEROS POR LETRITAS RECUERDOS PERSONAS 874 E. Carrión MÁRGENES DE LA PSIQUIATRÍA Y HUMANIDADES Mi mamá se sienta en la silla. P La Tierra –como tal- es muy redonda. El Hospital es muy grande para los Pacientes de la Vida. Una ciudad –como Guayaquil- es bastante grande. Yo me siento en la muerte. P Glenda Cueva P José Betancourt SOY LA TRISTEZA. CAMINO MUCHO POR LAS CALLES. MI BOCA SE SECA. CUANDO TENGO DINERO ME COMPRO, EN EL PARQUE DEL CENTENARIO, UNA FUNDA PEQUEÑA DE AGUA. NO TENGO CASA PERO AL HABLAR CON MI PADRE CELESTIAL ME DIJO QUE ME VA A DAR UNA MANSIÓN EN VEZ DE CASA. ME DIJO QUE ME VA A DAR MUCHO DINERO Y MUCHÍSIMOS CARROS NUEVOS. ME VA A DAR SALUD. ME VA A PONER LOS OJOS AZULES Y EL PELO RUBIO. Y QUE ME VOY A REJUVENECER Y TENER LA VIDA ETERNA. QUE MIS HIJOS SERÁN PRÍNCIPES Y REYES Y QUE A MI ME VA A HACER 1er PRESIDENTE Y DESPUÉS REY DEL ECUADOR. Y YO LE DIGO “PADRE TÚ ME QUITAS LA TRISTEZA Y ME DAS GRANDES ESPERANZAS Y PROMESAS Y POR ESO Y POR EL AMOR QUE TÚ ME DAS ME SIENTO TRANQUILO Y FELIZ. PORQUE TENGO FÉ EN TI PAPÁ”. HISTORIAS CON HISTORIA Pedro Melenas, el terror de las neuronas. 877 HISTORIAS CON HISTORIA Pedro Melenas, el terror de las neuronas. Carlos Rey. Psicólogo Clínico y psicoanalista. Barcelona. [email protected] Uno. «La ciencia se acerca a la literatura aflojando las tuercas del método científico, la literatura a la ciencia apretándolas. Delicadamente». Dixit Jorge Wagensberg. Con permiso... El bicentenario del nacimiento de Charles Darwin fue un buen pretexto para leer su autobiografía o Memorias del desarrollo de mi pensamiento y de mi personalidad. Edición no censurada -en los temas religiosos- por su devota esposa. Darwin nos refiere: «Me han dicho que yo era mucho más lento en el aprendizaje que mi hermana menor, Catherine, y creo que en muchos sentidos fui un niño travieso. (...) Debo confesar también que de pequeño era muy dado a inventar falsedades y que lo hacía siempre para impresionar. (...) Como medio de educación, la escuela fue para mí sencillamente nula. (...) Mi padre me dijo un día algo que me mortificó profundamente: No te importa otra cosa que no sea la caza, los perros y matar ratas, y vas a ser una desgracia para ti y para toda tu familia». No fue así, aunque primero tuvo que decepcionar dos veces a su padre. Le dijo que no a ser médico y le volvió a decir no a ser clérigo. A los 22 años se embarcó durante cinco años en el Beagle y ése fue su viaje iniciático y su Universidad. «Siempre he tenido la sensación de que le debo al viaje el primer entrenamiento auténtico o educación de mi mente.» Gracias a él, este año también celebramos el 150 aniversario de El origen de las especies. Dos. «Mi alma es libre y muy suya, y está acostumbrada a conducirse a su manera». Ésta es la cita de Los ensayos, de Michel de Montaigne, que a modo de presentación y representación del problema, abre el penúltimo manual de técnicas para ayudar en casa y en la escuela a los hiperactivos. En realidad se trata del resumen de las ponencias del II Congreso Nacional sobre TDAH. A modo de reclamo se dice que «Luís Rojas Marcos cuenta su infancia con TDAH». «Aún me distraigo, -cuenta el contertuliano y catedrático de psiquiatría- empiezas a pensar en una cosa y pasas a otra. Pero ya no tomo medicación. Bueno, a veces le quito alguna pastilla a mi hijo (también diagnosticado con TDAH). Me viene estupendamente». Los compiladores de Hiperactivos quieren sensibilizar a las autoridades académicas a fin de «que el éxito o el fracaso dependa de otros factores, no de su TDAH». Para ello nos recuerdan que «la superación del TDAH es labor de todos». Tienen razón. Baste para ello que retengamos sus palabras diana: la cita de Montaigne («Mi alma es libre y muy suya, y está acostumbrada a conducirse a su manera»); el título del libro: Hiperactivos; y el nombre de la editorial que lo publica: LoQueNoExiste. Literal. Tres. En el 2009 la ciudad alemana de Frankfurt celebró por todo lo alto otro bicentenario, el del nacimiento de uno de sus hijos predilectos: Heinrich Hoffmann. Con exposi- Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 877-887. doi: 10.4321/S0211-57352012000400014 878 ciones y actividades varias, y teniendo el museo que lleva su nombre como epicentro, se quiso honrar la memoria del creador de uno de los libros de historietas infantiles, rimadas e ilustradas, más famoso de Alemania: Der Struwwelpeter. También conocido como: Historias graciosas y estampas aún más divertidas con 15 láminas coloreadas para niños de 3 a 6 años. Coetáneo pues de Darwin, Heinrich Hoffmann (Frankfurt, 1809-1894), no fue autor de un sólo libro, pero es por éste que se le quiere recordar. Hoffmann también fue un médico humanista y un ciudadano comprometido con su ciudad y su tiempo. Sus dotes artísticas las empezó aplicando en su quehacer como médico de familia, para tranquilizar a los asustados niños que no se dejaban auscultar. Dibujándoles en una hoja a un niño con las uñas muy largas y el pelo sin arreglar, conseguía reducir sus resistencias a la exploración clínica y posterior cura. Estos fueron los primeros esbozos de su Struwwelpeter, caricatura que posteriormente le sirvió para ilustrar la portada de su libro de historietas. Como si de un árbol sin podar se tratara, Struwwelpeter quiere ser el ejemplo de un niño que no tiene quién educarlo, es decir, asilvestrado en su naturaleza. En el pedestal donde se exhibe, está escrita la siguiente leyenda: «Por no cortarse las uñas/ le crecieron diez pezuñas,/ y hace más de un año entero/ que no ha visto al peluquero./ ¡Qué vergüenza! Qué horroroso!/ ¡Qué niño más cochambroso!». Al igual que Darwin, Hoffmann también perdió a su madre a una edad temprana. También Hoffmann estudió medicina por indicación paterna y, como Darwin, también tuvo su propio ritmo de aprendizaje que, en relación con lo que se esperaba de él, dejaba mucho que desear. En fin, que los dos fueron lo posible... del ideal de sus respectivos padres. El Dr. Hoffmann quiso especializarse en cirugía, pero se cruzó en su camino pro- C. Rey HISTORIAS CON HISTORIA fesional la oportunidad de dirigir el Asilo de lunáticos y epilépticos de su ciudad. De ahí que muchos papeles digan que fue psiquiatra o neurólogo, (cuando no poeta), pero no. Aun así, logró ser reconocido como un gran reformador de la psiquiatría hospitalaria de su época. Los aires revolucionarios de 1848 soplaron a su favor y pudo hasta diseñar un nuevo y moderno hospital psiquiátrico en la zona verde de la ciudad. Con las nuevas instalaciones, Hoffmann logró invertir las prioridades de la época priorizando lo terapéutico sobre la seguridad. Y durante 37 años se dedicó a mejorar el tratamiento de sus pacientes. En el nuevo hospital universitario pudo investigar el Dr. Alois Alzheimer el proceso degenerativo que hoy conocemos por su nombre. La Asociación Tutti Fruti y bañistas del Ganges, compuesta por artistas y literatos, fue una de las muchas asociaciones que frecuentó el polifacético Hoffmann. Allí leyó por primera vez su Struwwelpeter. El autor nos refiere que, en la navidad de 1844 buscaba un cuento ilustrado para su hijo mayor Carl de tres años y medio. Como no encontró nada apropiado, decidió comprar un cuaderno en blanco y escribió sencillas historias en verso que ilustró con bonitos dibujos. El regalo fue todo un éxito y la primera edición impresa en 1845 también. En 1939 ya se habían realizado 5.000 ediciones. Sólo en Alemania se calcula que hay 25 millones de ediciones. Se ha traducido a más de 40 idiomas. La versión inglesa tuvo un traductor de lujo: Mark Twain. En castellano se editó en París en 1871 con el título Juan el Desgreñado, en Barcelona (1980) se tradujo como Pedrito el Greñoso y en Palma de Mallorca (1987) como Pedro Melenas. En México se le conoce como Pedrito el Mechudo. Según contó el propio autor, la pedagogía de estas historietas ilustradas se basa en la premisa de que a los niños todo les en- Pedro Melenas, el terror de las neuronas. HISTORIAS CON HISTORIA tra por los ojos antes que por las orejas. Sostenía el Dr. Hoffmann que gato escaldado, del agua fría huye. De la misma manera, los niños pueden volverse prudentes al observar las malas experiencias de los protagonistas de sus viñetas. La pedagogía es clara y sencilla: los niños tienen que conocer las consecuencias negativas de la desobediencia. Si juegas con fuego te puedes quemar, si maltratas a los animales te pueden morder, si no te comes la sopa puedes enfermar hasta morir, si no te estás quieto te puedes caer, etc. Al fin y al cabo no hacía mucho que la infancia compartía mesa con los adultos. Doscientos años después, la psiquiatría española se plantea especializarse y escuchar de tú a tú a la infancia. En Europa sólo Letonia, Malta, Rumania y España no tienen esa especialidad-sensibilidad. A ver si a partir de la primera hornada de médicos especialistas en psiquiatría infantil, la Ciencia gana en paciencia con los pequeños pacientes. Así como Darwin se encontraría con el movimiento reaccionario Creacionista, si el escritor, dibujante, médico humanista y liberal Heinrich Hoffmann hubiera levantado la cabeza para apagar las velas de su bicentenario, se sorprendería al saber que, entre sus muchos méritos reconocidos, también se le adjudica ser el diseñador inteligente de la génesis del TDAH. ¡Nada más y nada menos! Resulta que, La historia de Felipe Revueltas (también traducido como Felipe el inquieto, el rabietas, pataletas o berrinches), una de las diez historietas aleccionadoras de Pedro Melenas (primera de las que se reproducen al final de este texto) aparece en un sinnúmero de comunicaciones, artículos y ensayos como el antecedente histórico de la evidencia científica del TDAH. La ambición de la ideología dominante no conoce límites ni Ética alguna. Quiere ser Ciencia y quiere tener la alcurnia y abolengo necesarios para legitimarse y exigir el tratamiento de Excelencia. Sin em- 879 bargo, este antecedente histórico, como todo acto fundacional, es un puro relato: un mito. Un cuento...si no chino, sí alemán. He aquí algunos ejemplos de los activos tóxicos que nos ha dejado tanta especulación diagnóstica. Imagine el lector estar alrededor de un fuego de campamento o en unas colonias de verano para practicar el idioma oficial de la comunidad científica, y jugando al: por aquí me han preguntado.... y por aquí me han respondido... Versión kumbaya de lo que con las nuevas tecnologías se llama cortar y pegar. Los que sólo han oído campanadas hacen de la ilustración de Pedro Melenas el santo patrón de los hiperactivos, como podrían haber hecho de Pippi Làngstrump (Pippi Calzaslargas) la patrona de los llamados negativistas desafiantes. Los que sólo manejan bibliografía made in Massachusetts utilizan el nombre de Felipe en ingles: Philip o Phil. También abunda escrito como Phillip, aun cuando en alemán se escribe Philipp. Y así hasta el que ha buscado el equivalente en castellano de Philipp y ha optado por Pepe. Los hay que desconocen que Hoffmann era alemán y lo citan en inglés: «Ya en 1845 el psiquiatra Dr. Heinrich Hoffmann publicó un libro de poemas infantiles en el que se describían dos casos de TDAH. En uno de ellos titulado The Story of Fidgety Phil, se reflejaba el caso de un niño que presentaba todas las características de un TDAH de predominio hiperactivoimpulsivo. Otro poema de ese mismo libro, titulado The Story of Johny Head-in-Air, relataba el caso de un niño que tenía el comportamiento propio de un paciente con TDAH de predominio inatento». Más perlas de la ciencia-infusa, que dice basarse en la evidencia científica: «La hiperquinesia, hiperactividad o trastorno hiperactivo es un síndrome descrito por primera vez por Hoffman (sic) (1854) (sic) un médico Alemán (sic) que la observó en su propio hijo a quien apodaba Phill el intranquilo». «El TDAH es una en- 880 fermedad reciente. Una de las primeras referencias se encuentra en una canción infantil escrita en 1863 (sic) por Heinrich Hoffmann: trata de un niño inquieto, nervioso e hiperactivo, que suponía un problema de comportamiento para la familia». Como se lee, el antecedente histórico del TDAH está más cerca de la literatura que de la Ciencia. ¿Pero de qué Ciencia? ¿De la Ciencia hiperactiva con déficit de atención al sujeto y su subjetividad? Es verdad, la Ciencia -como el Yo- tampoco es unitaria. No es Una ni para determinar el inicio y el final de la vida (a las actuales divergencias científicas sobre el aborto y la eutanasia me remito). ¡Como para ponerse de acuerdo en que el TDAH está basado en la evidencia científica! Sobre todo si lo dice la Ciencia made in Enfermedad = Negocio. Cuando una cultura es dominante lo es en todos los ámbitos: desde lo económico hasta los hábitos alimenticios. Por lo tanto también es dominante en el terrero de la Ciencia en general y en la Salud Mental en particular. En paralelo, si la Ciencia precisa del Capital y éste tiene dueño, la Ciencia también es la voz de su amo. Quien paga, manda... y quien diagnostica, cobra. El hundimiento del Prestige del progreso lo ha embadurnado todo, también al prestigio de la Ciencia. También a la Clínica. La efectividad de la psicoterapia o terapia de la palabra está cubierta de chapapote, también conocido como rentabilidad económica. Aun así, el desencuentro entre la evidencia científica y la evidencia clínica no es cuantitativo sino cualitativo. Tiene que ver con el concepto mismo de Salud. Mientras que en nuestra cultura y sistema sanitario la Salud es un bien social, es decir, un Derecho, en la cultura made in USA la Salud es un bien de mercado, es decir, un negocio: una inversión que busca los máximos beneficios posibles, aquellos que consiguen romper el saco. Un ejemplo: C. Rey HISTORIAS CON HISTORIA mientras que la evidencia científica y económica del TDAH han conseguido medicalizar al 20% de los niños norteamericanos (10 millones), al 20% de los niños que mueren cada año en el mundo los mata la diarrea infantil, y la OMS no encuentra quien les proporcione un sencillo tratamiento de sales y tabletas de zinc que apenas cuesta 25 céntimos de euro y que podría evitar dos millones de muertes infantiles al año. La Salud como Derecho o como Negocio. ¿Dos puntos de partida y uno solo de llegada, llamado Ciencia? ¡Entonces ya es otra Religión! Mejor pensar que cada Cultura destila su propia Ciencia y que en nuestras Universidades se da a leer mucha Coca-Cola. Tanta que, académicamente, se ha reprimido la patología que nos es propia: la Psicopatología general y la específica del llegar a ser en particular, es decir, la Psicopatología evolutiva o del desarrollo. Si crecer es un oficio difícil, educar, curar y gobernar son tres oficios imposibles. No lo hagamos más complicado. Si como profesionales de lo psico dejamos de mediar entre lo bio y lo social, la medicalización de lo social también será nuestro negocio. Si todos neuro-logizamos, ¿quién neuro-tizará? Si casi todo empezó al otro lado del atlántico con el Dr. Russell A. Barkey, de allí también nos viene la rectificación. El neurólogo Fred A. Baughman Jr. ha testificado ante el Congreso de Estados Unidos, la Unión Europea y el Parlamento de Australia Occidental, lo que nos dice en su libro: El Fraude del TDAH. Y hace ya más de 30 años que Iván Illich nos dijo en Némesis Médica: «La clasificación de enfermedades que adopta la sociedad refleja su organización social. Las enfermedades que produce la sociedad son bautizadas con nombres amados por los burócratas». Menos mal que el discurso oficial NoEsTodoLoQueExiste. Heinrich Hoffmann. Der Struwwelpeter: Die Geschichte vom bösen Friederich (1945). Portada de la 400ª edición de 1917. Heinrich Hoffmann. Der Struwwelpeter: Die Geschichte vom bösen Friederich (1945). Selección de historietas con diseño de 1958 (Felipe Revueltas). Heinrich Hoffmann. Der Struwwelpeter: Die Geschichte vom bösen Friederich (1945). Selección de historietas con diseño de 1958 (Juan Babieca). Heinrich Hoffmann. Der Struwwelpeter: Die Geschichte vom bösen Friederich (1945). Selección de historietas con diseño de 1958 (El malvado Federico). Heinrich Hoffmann. Der Struwwelpeter: Die Geschichte vom bösen Friederich (1945). Selección de historietas con diseño de 1958 (Gaspar Sopas). Heinrich Hoffmann. Der Struwwelpeter: Die Geschichte vom bösen Friederich (1945). Selección de historietas con diseño de 1958 (Roberto Volador). Heinrich Hoffmann. Der Struwwelpeter: Die Geschichte vom bösen Friederich (1945). Selección de historietas con diseño de 1958 (El chupadedos). PARA LEER LIBROS Cándido Polo, Anacleto Ferrer. ¿Qué me pasa, doctor? Cine y medicina. (Reda Rahmani). Pablo Malo, Juan Medrano, José J. Uriarte. Psiquiatría Evolucionista: Una introducción. (Jerónimo García San Cornelio). Daniel J. Levitin. Tu cerebro y la música. El estudio científico de una obsesión humana. (Sergi Andrés Fradera). Jim Geekie, John Read. El sentido de la locura. (Fernando Mansilla Izquierdo). Jeanette Winterson. ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?. (Lola López Mondéjar). DOCUMENTOS EN LA RED Varios. (Juan Medrano). 891 PARA LEER LIBROS Cándido Polo, Anacleto Ferrer. ¿Qué me pasa, doctor? Cine y medicina. Col.lecció Quaderns del MuVIM (Sèrie minor), Número 22. Valencia, 2012. 125 pp. Del 9 al 16 de Mayo pasados tuvo lugar en el Museu Valencià de la Il.lustració i de la Modernitat (MuVIM) el ciclo-seminario cinematográfico “¿Qué me pasa doctor? Cine y medicina”, dirigido por Cándido Polo y Anacleto Ferrer. Tal ciclo reunió a profesionales polivalentes en sus oficios y saberes, desde médicos, historiadores de la medicina y del cine, hasta guionistas y filósofos. En torno a seis películas escogidas según temáticas y para finalidades distintas, pusieron en escena, y a diferentes niveles de lectura, las relaciones entre dos artes, el cine y la medicina. Relaciones decimos, y fecundidad añadimos, ya que aquí no se trata únicamente de la referencia a condiciones ontológicas como lo son la enfermedad y la muerte, recursos temáticos muy frecuentes en el cine; sino de su abordaje complejo articulando por un lado, los humanos mortales en interacción con una praxis médica de pretensiones científica y positivista vehiculada por la figura del médico; y por otro lado, una experiencia, la cinematográfica, de poder fascinante y lenguaje eminentemente metafórico. De esta fecundidad puede que haya nacido un género. El libro que les presento, vigésimo segundo número de la Col.lecció Quaderns del MuVIM (serie minor), viene a ser huella impresa de aquel ciclo, y muy grata introducción a la experiencia psicológica del cine, que más allá de lo insondable de sus propiedades narrativas, visuales y auditivas, se expande y completa a través de estas 125 páginas con una contextualización sociocultural, histórica y política de las películas comentadas. Sin pantalla interpuesta, el conocimiento vertido por los intervinientes en un estilo académico, despliega el alma misteriosa que hace deseable el enigma del cine. Seis películas pues, para seis finalidades. “El hombre elefante” (David Lynch, 1980) nos lleva de la mano de Cándido Polo y Anacleto Ferrer a la teratología y al tratamiento social de la monstruosidad física a través de la vida de J. Carey Merrick. Monstruosidad física y estética moral debaten aquí con la normalidad física y monstruosidad ética ambiental, en torno a una animalidad arcaica compartida; y ciencia y sociedad, médicos y profanos, interrogan un orden divino perfecto cuestionado por lo que convenimos, salvajemente, en designar como taras y degeneraciones. “Despertares” (Penny Marshall, 1991) nos acerca al mundo de la encefalitis letárgica, y a los primeros y milagrosos éxitos terapéuticos con L-dopa, a través de la mirada de M. Isabel Jiménez Serranía. La relación médico-paciente ahí expuesta va humanizando y re-socializando la figura genial, solitaria y abnegada del médico; así como dibujando los contornos existenciales de un paciente en su enfrentamiento en un entorno asilar con la enfermedad, la vida autónoma o dependiente, y la muerte. Posteriormente el lector es introducido en la biografía del eminente neurólogo inglés, Oliver Sacks, de cuya obra, “Despertares”, ha sido adaptada al cine la película. “Las confesiones del Dr Sachs” (Michel Deville, 1999), sin relación con el neurólogo antes mencionado, presentada por Enric Josep Novella, aborda las vicisitudes vitales, contradicciones y estilo clínico de un médico rural poco convencional y en dialéctica permanente con la ortodoxia médica establecida. La película y su comentario ponen en relieve la delicada cuestión de los límites y encuadre de la relación médico-pa- Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 891-910. 892 ciente, dictados aquí por la personalidad de un protagonista que erige su subjetividad en punto de referencia para el conocimiento en tiempo real del sufrimiento de sus pacientes. La clínica es interrogada aquí en como viene dada al mundo, y como es captada por nuestro médico de pueblo, en la variabilidad y polimorfismos sintomáticos que exige la unicidad y singularidad de la experiencia del enfermar, lejos de la comprobación compulsiva de síndromes ya enunciados, tan insensibles a la espacialidad donde se gestan: el cuerpo enfermo tiene nombre y apellidos, el médico otros tantos, y la película nos lo recuerda. “Robert Koch, el vencedor de la muerte” (Hans Steinhoff, 1939) nos introduce, gracias al análisis detallado de José Antonio Díaz Rojo, a un subgénero del cine, el biopic, que consiste en una dramatización cinematográfica de la biografía de un personaje histórico real; y en lo que aquí nos interesa, perteneciente al ámbito científico-médico. Conocer la biografía del descubridor del Mycobacterium Tuberculosis a través de esta película es tomar conciencia del poder propagandístico del cine en su difusión de valores, identidades e ideologías políticas. No solamente cobra interés conocer la vida ficcional de Robert Koch, sino también prestar atención a los intentos del régimen nazi de suavizar sus modos de expandir y asentar formas de pensar, y modos de ser y hacer, a través de la sutil intermediación del cine. Y es que, retomando al autor, el biopic “no se atiene a la verdad sino que crea efectos de verdad mediante los más variados recursos retóricos”; y añadimos, ateniendo por ejemplo a la figura y papel en la película del contemporáneo de Koch, Rudolph Virchow, que la visualización de un biopic necesita ser completada con un mínimo deseo de investigar la cuota de ficción a la cual nos vemos inevitablemente sometidos. PARA LEER “Las alas de la vida” (Antonio P. Canet, 2006) es comentada por Francesc J. Hernàndez i Dobon, e infunde la inquietante y angustiante cercanía del final de la vida a través de los últimos meses, rodados en vivo, del médico de familia Carlos Cristos. La propuesta no es necesariamente hacer emerger un sentido tranquilizador para ese orden extraordinario que es la muerte, sino que el retrato de la vida del protagonista en su cotidianeidad, consciente ya de su final próximo, deje hablar la aleatoriedad y súbita intimidad del fin. La tarea parece consistir en dejar hablar la muerte mientras la acción y el movimiento de Carlos Cristos condenan la vergüenza que nos produce el acallarla. Los añadidos sobre la técnica cinematográfica empleada en el rodaje son clarificadores de un proyecto inédito que invita a homenajear tanto a Carlos, como a su familia y al equipo cinematográfico. Finalmente, “El pabellón de los oficiales” (François Dupeyron, 2001) cierra nuestra lectura con las apreciaciones de Xavier García Raffi en torno a las insufribles secuelas de heridas de guerra en un oficial francés que participó en la primera guerra mundial. Secuelas faciales que le desfiguran sin poner en duda su sufrimiento psicotraumático, en una época en la que la sintomatología histeriforme y neurasténica que lo conformaba era objeto de terapias coercitivas, condenas de antipatriotismo y devoluciones urgentes al frente de batalla. La película y el comentario son un canto a la entereza en la claudicación, y una certera invitación a integrar lo inesperado, la desgracia y el dolor en una resolución abierta, no exenta de humor, hacia el mundo y los demás; último refugio ahí donde enfermedad y muerte parecen condenarnos a la intemperie del aislamiento social. Y para terminar, todo cuanto recogen estas líneas queda a la sombra del riguroso 893 PARA LEER trabajo que se han propuesto los autores en este libro, y al lado del rigor que hace muy recomendable su lectura, se elogia desde aquí el deseo de compartir una pasión, el cine, y difundir un interés por las humanidades que esperemos vuelvan a fecundar la medicina y vuelvan a informarles a los médicos de quienes son. Reda Rahmani. Pablo Malo, Juan Medrano, José J. Uriarte. Psiquiatría Evolucionista: Una introducción. Ed. Psiquiatría.com. Palma de Mallorca, 2012. 503 pp. Magnífico libro, de necesaria e imprescindible lectura, diría que está llamado a ser un libro de texto; para todos los que nos interesan las neurociencias. En el que los autores, de forma apasionada, han conseguido aunar y sintetizar las diversas teorías que existen dispersas en disciplinas como: Biología, Embriología, Genética, Etología, Antropología… que giran en torno a la Teoría de la Evolución, y que de forma imparable, en los últimos 150 años, han ido configurando el conocimiento necesario para el nacimiento de la denominada Psicología Evolucionista. Su intención, además de aportar conocimiento, es intentar que pensemos en términos evolucionistas. La Teoría de la Evolución es apasionante, une a todos los seres vivos que han habitado este planeta y da una explicación a la pregunta primigenia: “¿De dónde venimos?”. El cerebro, como órgano rector de nuestra vida, no se escapa del proceso evolutivo y la conformación de sus emociones, cono- cimientos, que nos llevan a determinadas conductas y comportamientos, que vienen modulados de forma recíproca por le genética y la cultura, lo innato y lo adquirido, lo que de forma resumida se ha denominado Modelo Bio-Psico-Social, y que nos ha permitido a muchos psicólogos y psiquiatras comprender y establecer las bases del cómo, por qué y para qué del cerebro. Esta obra, de forma pedagógica, contempla seis capítulos; de los que destaca el capítulo III: Hipótesis Evolucionistas de los Trastornos Mentales, que tal y como reconocen sus autores se puede leer de forma independiente. En él, se da una explicación adaptativa y evolutiva de las principales enfermedades mentales: Esquizofrenia, ideas delirantes, trastornos afectivos y de ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria y de procesos como el duelo, los trastornos de personalidad, el abuso de substancias… Pero lo estimulante y con la curiosidad espoleando; es sumergirse de pleno en su lectura completa y subrayar, releer, apuntar….Para reaprender y ver cómo va tomando forma y sentido, lo ya oído, leído, pero a menudo disgregado, disperso y mal retenido, sobre la evolución y adaptación de las especies y en concreto la humana. El capítulo I. Teoría de la Evolución. Conceptos básicos. Nos lleva a una cadena de autores imprescindibles, que empieza con Lamark, Darwin, Wallace, Mendel, Malthus, Huxley, Hamilton, Baldwin, Margulis…Y de repente aparecen explicados y relacionados conceptos como: Selección natural, sexual; el gen egoísta, el efecto Baldwin, la neotenia. Comprendemos lo que es la epigenética, la impronta genética, la pleiotropía, la Biología evolutiva del desarrollo (Evo-Devo)… Hipótesis expuestas y explicadas con la habilidad necesaria para hacerlas muy interesantes por comprensibles. 894 En el capítulo II. Psicología Evolucionista. Conceptos básicos. Los autores nos acercan a las teorías de personajes tan importantes, como Konrad Lorenz, Bowlby, Trivers, Hamilton, Jung….Y de forma casi mágica, brotan palabras que nos revelan ideas como: impresión, apego, altruismo recíproco, inversión parental, eficacia biológica inclusiva, arquetipos, Teoría de la mente, cerebro social… El capítulo IV. Otros Temas Evolucionistas, nos da una visión curiosa y sugerente de aspectos tan humanos como la risa y el humor, el estigma, el cotilleo, la música, nuestra relación con el efecto placebo y la medicina. El capítulo está lleno de ejemplos de su adaptación y aceptación, como algo útil y pragmático y por ello seleccionados en la evolución. Si en este libro el morfema Gen, aparece por doquier, como principio de vida, como base de la herencia biológica; es muy llamativo, la importancia de la Idea y los Ideales, en el devenir y evolución de la especie humana y por eso se dedica un capítulo completo, el capítulo V. Memes y Psiquiatría. En el que se reivindica la importancia del concepto de Meme, promovido por Richard Dawkins en su libro “El Gen Egoísta”. Siendo el Meme el elemento cultural que se transmite por medios no genéticos, por imitación y que hace que una idea se propague y haga que surjan nuevas ideas, que condicionen al ser humano, tanto como persona como conjunto social. Así se cuestionan la implantación de ideas y modos de pensar, como un modelo biológico de infecto-contagiosidad que nos llevan a comportamientos y conductas “peculiares”, como por ejemplo las que surgen en torno a la industria farmacéutica, las publicaciones científicas, que nos llevan a desarrollar un modo singular de entender la práctica psiquiátrica. PARA LEER Para finalizar en el capítulo VI. Una crítica a la Psicología Evolucionista. Los autores recogen las resistencias que existen actualmente en aceptar la Teoría de la Evolución, para concluir que nuestro cerebro es un órgano más del cuerpo, y que éste está sujeto a las leyes de la Selección Natural y por tanto nuestro cerebro, no se escapa de los mecanismos adaptativos y evolutivos, explicados no sólo a través de la filogenia y la ontogenia. Haciendo que la mente humana, a través de “la cultura” pueda modular y seleccionar los genes, posibilitando que cambiemos más rápidamente de lo que imaginamos. Este libro viene a cubrir un vacío académico, en el que muchos psicólogos y psiquíatras están inmersos, al no haber recibido en su formación docente, las nociones fundamentales de la Teoría de la Evolución. La aproximación que se hace en su vertiente de Psiquiatría y Psicología Evolucionista, de forma amena pero rigurosa, sienta las bases para comprender y dar sentido desde la adaptación y la selección natural, del porqué de nuestra forma de pensar, sentir, emocionarnos y relacionarnos. Esta obra es sin duda una gran aportación, para facilitar el conocimiento de la Psicología Evolucionista y nos predispone a una mayor amplitud de miras, para aproximarnos de forma más “humana” a nuestros congéneres. Jerónimo García San Cornelio. PARA LEER Daniel J. Levitin. Tu cerebro y la música. El estudio científico de una obsesión humana. RBA. Barcelona, 2006. 346 pp. “Amo la música y amo la ciencia: ¿por qué querría mezclar las dos?” es el encabezado elegido por el profesor Levitin para dar apertura al texto introductorio del libro que supuso su debut como escritor para el gran público, ante quien se propone destapar algunos de los misterios de un apasionado “idilio” que no tiene fecha de inicio y, presumiblemente, tampoco de fin: la relación entre el ser humano y la música. Para este propósito, el autor recurre a los más recientes hallazgos de la neurociencia cognitiva y, no duda en denunciar el hecho de que, tanto la actividad musical como la científica, se hayan convertido en actividades reservadas a unos cuantos “expertos” en nuestra cultura: “El abismo antinatural que se ha abierto entre la interpretación musical y la audición de la música se corresponde con el abismo paralelo que separa a los que aman la música (y les encanta hablar de ella) y los que están descubriendo cosas nuevas sobre cómo opera” (pág.19). Un abismo que, afortunadamente, se ve progresivamente reducido por libros como éste. Daniel J. Levitin (San Francisco, 1957) es un científico de referencia internacional en el estudio de la neurocognición musical. Sin embargo, su intrépida irrupción en el campo de las Neurociencias, obedece a una insaciable curiosidad despertada durante su anterior etapa como músico y productor de discos, viéndose en aquel momento asediado por múltiples interrogantes respecto a los procesos cognitivos relacionados con la música, a la cual concede la honorífica categoría de “la más bella obsesión humana”. Y desde entonces ha sido, indudablemente, su propia “obsesión” por el fenómeno musical, la que le ha llevado a la creación del 895 Laboratorio Levitin de Percepción Musical, Cognición y Habilidad en la Universidad McGill de Montreal. A lo largo de la introducción, el autor nos invita a un fascinante viaje hacia la comprensión profunda de la experiencia musical, en el sentido más amplio del término, proponiendo el análisis de la relación entre el cerebro y la música como una poderosa vía para conducirnos a un mejor entendimiento de algunos procesos psicológicos básicos, tanto en el plano cognitivo como en el emocional. Una suculenta propuesta, muy gráficamente retratada al utilizar la expresión “una ventana de acceso a la esencia de la naturaleza humana”, y para la que se sirve de aportaciones diversas, procedentes tanto de las Neurociencias, como de la Psicología Cognitiva; todo ello, además, aderezado con una esclarecedora perspectiva evolucionista. Al término del capítulo introductorio, consigue Levitin exponer con pasmosa elocuencia y naturalidad el propósito último de la obra: “Ésta es la historia de cómo el cerebro y la música coevolucionaron: lo que la música puede enseñarnos sobre el cerebro, lo que el cerebro puede enseñarnos sobre la música y lo que ambos pueden enseñarnos sobre nosotros mismos” (pág.21). Tras la estimulante introducción, el lector se encuentra inmerso en un recorrido más que interesante a través de nueve capítulos, en los que valiéndose de una notable habilidad para combinar la sencillez requerida por el género divulgativo, por un lado, con la precisión científica, por el otro, el autor desmenuza los diferentes ingredientes de la experiencia musical y su íntima relación con nuestro cerebro y, en última instancia, sus repercusiones en nuestros pensamientos, emociones y conductas. En clave de apertura, los dos primeros capítulos nos aproximan a los componen- 896 tes básicos del sonido y a cómo estos tienen que ser organizados en un “todo coherente” hasta convertirse en experiencia propiamente musical. De este modo, introduce los aspectos más elementales de la teoría musical (la notación musical, el ritmo, el compás, la harmonía, etc.), intentando exponer con sencillez “qué es la música y de qué está hecha”. Sin lugar a duda, dos capítulos muy útiles para cualquier lector poco o nada familiarizado con la jerga y los aspectos teóricos de la música. Sin embargo, no es hasta la llegada del tercer capítulo Tras el telón. La música y la máquina mental, cuando Levitin entra realmente “en materia” y, tras una somera revisión inicial de conceptos básicos sobre neuroanatomía, funcionamiento cerebral y psicología de la percepción, expone las teorías más actuales respecto a cómo el cerebro organiza y estructura la experiencia sonora para convertirla en ese “todo coherente” al que, finalmente, llamamos música. Asimismo, un hito fundamental en el desarrollo argumental de este capítulo es la introducción del concepto de neuroplasticidad y de cómo la forma de organizar y dar sentido a la experiencia musical, se basa en toda la música que ya hemos escuchado, la cual configura nuestra “gramática musical”; ésta gramática sería específica de nuestra cultura, por lo que el autor nos remite al campo de la lingüística para establecer una analogía con la teoría innatista de Noam Chomsky: “Nuestros cerebros aprenden una especie de gramática musical que es específica de la música de nuestra cultura, igual que aprendemos a hablar el idioma de nuestra cultura (…) Parece ser que todos tenemos una capacidad innata para aprender cualquiera de las músicas del mundo, aunque también ellas difieran entre sí” (págs.117 y 118). Otro concepto crucial, según Levitin, para entender la relación entre música y PARA LEER cerebro, es el concepto de “expectativas” y de cómo éstas se violan: “La creación y luego la manipulación de expectativas, es el corazón de la música” (pág.122). De este modo, las expectativas musicales se plantean como el principal punto de encuentro entre las Neurociencias y la teoría musical, por lo que no es de extrañar que el cuarto capítulo Anticipación. Qué esperamos de Liszt (y de Ludacris) se organice en torno a este concepto angular. En el tercer capítulo, veíamos como el cerebro impone orden y estructura a una sucesión de sonidos, en base a esa “gramática musical” que hemos aprendido (y seguimos reaprendiendo) y que nos permite hacer predicciones para integrar la experiencia en un “todo con sentido”. Ahora bien, ¿qué pasaría si todo fuera totalmente predecible en la experiencia musical, convirtiéndose ésta en un fenómeno lineal? Pues la respuesta es fácil, ya que se perdería el elemento sorpresivo de la música, lo cual le arrebataría su más valioso y mágico atributo: la capacidad para suscitar estados emocionales. Si así fuera, obviamente, dejaría de interesarnos. Por este motivo, argumenta Levitin, los compositores aprenden a manipular estas expectativas concienzudamente; sólo de este modo, conseguirán impregnar la música de emoción y evitar que cambiemos la emisora de radio o que desconectemos el Ipod. En capítulos posteriores, el libro prosigue con el análisis de diferentes elementos significativos para la comprensión de esta relación tan especial entre música y cerebro: la categorización de la música y su estrecha relación con la memoria y las emociones (¿cómo podemos reconocer una melodía, incluso tocada por diferentes instrumentos, o sometida a variaciones de estilo? ¿Cómo puede esa vieja canción de nuestra adolescencia transportarnos a las mismas sensaciones de aquel momento?); también nos PARA LEER aproxima a las bases neuroanatómicas del procesamiento musical, haciendo hincapié en la enorme complejidad de este proceso y en cómo las funciones se distribuyen por todo el cerebro, viéndose involucradas áreas y estructuras muy diversas. Aún así, hay una estructura en la que el autor se detiene especialmente: el cerebelo. Esta estructura filogenéticamente ancestral, cuyo papel central en todo lo relacionado con el movimiento, el equilibrio y la coordinación (sin él no podríamos zapatear siguiendo un ritmo ni tocar un instrumento) ha estado bien reconocido, parece que podría tener también un peso determinante en las reacciones emocionales que la música puede provocarnos (o no). Transcurridas ya más de tres cuartas partes de la globalidad del texto, el lector atento habrá incorporado probablemente la atractiva idea de que nuestro cerebro es “musical” por naturaleza y que ha desarrollado los sistemas más sofisticados para poder responder a esta “necesidad”. Pues bien, no se equivoca en absoluto, siendo éste uno de los mensajes fundamentales que el autor pretende transmitir con contundencia. Por otro lado, no sería de extrañar tampoco que en varios momentos a lo largo del libro alguien pueda preguntarse: ¿Y por qué algunos tienen tanta facilidad para aprender la melodía de una canción o para improvisar un blues, mientras a otros nos cuesta tanto? ¿Por qué simplemente no podemos convertirnos en Louis Armstrong, Paul McCartney, Mozart o cualquiera de “los grandes”? Bien, pues será en el capítulo siete ¿Qué se necesita para ser músico? Disección de la maestría cuando el lector halle algunas de las claves al respecto, encontrándose con una compleja y heterogénea combinación de factores biológicos y ambientales, no siempre fáciles de “diseccionar”. A modo de aperitivo: diez mil horas…puede ser una cifra importante. 897 En el octavo capítulo Mis cosas favoritas. ¿Por qué nos gusta la música que nos gusta? Levitin obsequia al lector con un precioso periplo a través del enigmático (en parte) proceso de formación de las preferencias musicales, devolviendo nuevamente el protagonismo al “experto” que más le interesa: el oyente. Este proceso, que se inicia ya con el feto en formación (varios experimentos han demostrado que el feto es sensible a la música y que la experiencia musical prenatal se archiva en la memoria implícita), adquiere su “punto crítico” alrededor de los diez años, cuando muchos niños empiezan a tener un interés real por la música, coincidiendo con una etapa en la que el cerebro está formando y desarrollando nuevas conexiones a una velocidad explosiva. Entonces, no es de extrañar que la música que escuchemos en estos períodos vaya a tener un gran peso en la configuración de nuestras redes neuronales “musicales”, resultando determinante para todo lo que escuchemos después de ese “período crítico”, cuyo contenido e influencia pasarán a incorporarse a esas estructuras ya formadas. En consecuencia, para que nos pueda gustar música nueva tendrá que encajar de algún modo en alguno de los esquemas pre-existentes, al mismo tiempo que, tendrá que ofrecernos “algo diferente” para atraer nuestra atención. Para Levitin, este equilibrio entre sencillez (o familiaridad) y complejidad en la música es otro de los aspectos claves para la formación de los gustos musicales. Si bien no hay una “fecha límite” para la adquisición de nuevos gustos musicales, la mayoría de las personas tienen formados sus gustos entre los dieciocho y los veinte años. ¿Y por qué tantos adolescentes escuchan la misma música que sus amigos, van a los mismos conciertos y se visten de forma casi idéntica? Bien, pues en este punto el autor hace un guiño a la idea evolucionista de la músi- 898 ca como vehículo de vinculación y cohesión social, resaltando las funciones de señales de identidad personal y grupal que las preferencias musicales pueden adoptar en distintos momentos del ciclo vital. Sin embargo, esto supone tan sólo un preludio a lo que el neurocientífico nos tiene reservado para el noveno y último capítulo El instinto de la música. El éxito número 1 de la evolución, en el cual analiza las aportaciones de la música a la evolución humana, planteándose ésta como un importante fenómeno adaptativo. Para ello, Levitin se remonta a la teoría darwiniana y alude a una hipotética influencia de la música en los procesos de selección sexual, pudiendo haber sido un indicador de aptitud biológica, sexual y un potente medio de cortejo para nuestros ancestros: “hacer música, dado que exige una serie de habilidades físicas y mentales, sería un despliegue claro de salud, y tener tiempo para desarrollar esa habilidad musical, se argumenta, indicaría abundancia de recursos” (pág.269). En contraposición, el autor nos presenta el punto de vista antagónico del científico cognitivista Steven Pinker, quien defiende la idea del surgimiento de la música como subproducto del fenómeno del lenguaje. No son pocos los elogios que le podemos ofrecer a este libro, aclamado por el neurólogo y escritor Oliver Sacks y considerado best-seller en su género. En primer lugar, cabe destacar el loable (y osado) propósito de trascender las barreras del mundo académico-científico, para acercarse al público general y ofrecerle un delicioso recorrido por las más actuales explicaciones neurocientíficas sobre nuestra relación con la música. Un objetivo que, en mi opinión, consigue con buena nota, siendo capaz de ofrecer una visión asequible para cualquier lector sobre una temática de notable complejidad, valiéndose de magníficas PARA LEER explicaciones claras y precisas e introduciendo, “con suavidad”, fundamentos (que no simplezas) sobre el funcionamiento del cerebro, los procesos básicos de la mente y la teoría musical. Otro aspecto reseñable es el rechazo exhibido por el autor hacia la rama más estructuralista de la investigación neurocientífica, reafirmándose a lo largo de la obra en su posicionamiento eminentemente funcionalista: “me han fascinado siempre más los pensamientos en sí que las neuronas en las que se originan (…), lo que podemos saber sobre el pensamiento estudiando sólo cerebros tiene sus límites”. De este modo, Levitin hace explícita su falta de imparcialidad al respecto y critica el “loco y apresurado afán actual de cartografiar el cerebro”, manifestando su primordial interés en comprender el “cómo” y el “porqué” se producen las funciones mentales, más que el “dónde”. Asimismo, a pesar de desvelarnos muchos de los “secretos” del cerebro, de la música y de la relación entre ambos, en ningún momento pretende renunciar al halo de misterio por el que, mágicamente, se han visto tradicionalmente envueltos. En este contexto, apenas nos sorprenden los pequeños destellos de misticismo en momentos puntuales del discurso, optando el escritor por la elección de términos como “espíritu” o “alma”. Un relato ameno y perfectamente estructurado, que intercala viñetas autobiográficas y anécdotas que fácilmente despiertan el sentido del humor en el lector. Además, el autor no da nada por sabido y se preocupa de asentar minuciosamente las bases de conocimiento necesarias para que, cómodamente, cualquier lector pueda seguir posteriores desarrollos teóricos de mayor complejidad. Por contra, la vastedad del contenido teórico que la obra pretende abarcar, hace que probablemente resulte un tanto abrumador para el lector lego. Al mismo tiempo, tal ex- 899 PARA LEER haustividad y ambición de contenido, puede traducirse, inevitablemente, en ciertas carencias de fundamentación teórica a ojos de la exigencia científica: obviamente, cuando el autor se propone mirar a “la esencia de la naturaleza humana”, sabemos de antemano que el resultado (independientemente de su calidad) no va a suponer más que una visión parcial. Aún así, el texto se rige por un logrado estilo argumentativo, en el que Levitin acostumbra a “mojarse” tras presentar puntos de vista complementarios. En definitiva, una lectura didáctica y entretenida, muy recomendable para cualquier persona interesada en aprender algo sobre los misterios del cerebro, de la música y, por qué no, tal vez del alma. Está bien, tú ganas Levitin: ciencia y música, a la postre, no deben ser tan mala mezcla… Sergi Andrés Fradera. Jim Geekie, John Read. El sentido de la locura. Herder Editorial. Barcelona, 2012. 350 pp. Jim Geekie y John Read son dos de las voces actuales más transgresoras en los temas de salud mental, que en este libro abordan la esquizofrenia desde la experiencia subjetiva, enfoque con el que se han realizado escasos estudios. La Editorial Herder acaba de publicar la versión traducida de Making sense of madness: contesting the meaning of schizophrenia (2009), la obra de los psicólogos Geekie y Read, que pone en jaque a los métodos que actualmente se utilizan para abordar la psicosis a través de la historia de una mujer con crecientes síntomas de sufrir psicosis. La visión subjetiva de síntomas y afronta- miento se convierten en los protagonistas de esta obra, por eso revelan algunos aspectos relevantes de su propia historia personal y profesional, porque piensan que ésta influye en la postura que mantienen en su libro. Geekie y Read realizan en esta obra un resumen de las críticas al concepto de esquizofrenia que consideran discutible, ya que la multiplicidad de teorías antagonistas sobre la naturaleza de la esquizofrenia no es un fenómeno gratuito ni el simple reflejo de una etapa de la evolución del concepto, sino que representa una cualidad intrínseca del concepto en sí. Buscan nuevas nociones y datos sobre la locura, psicosis o esquizofrenia (experiencias subjetivas de los pacientes que sufren alucinaciones, ideas delirantes y trastornos cognoscitivos) o como dicen los autores “madness”. Y postulan un nuevo modelo y sus inconvenientes. Para este nuevo modelo consideran básico rescatar el valor de la experiencia subjetiva de los pacientes y de sus allegados, pero lo hacen desde una perspectiva que podríamos calificar de cognitivo-conductual experiencial y comunitaria. Intentan tener en cuenta en la terapia y la conceptualización de la psicosis, las historias, las narrativas y las perspectivas de los pacientes, ya que las conductas infrecuentes en el seno de una cultura se las llama “locura”, pero son sólo un mensaje. Es decir, la experiencia subjetiva de la psicosis (que tiene que describirse en primera persona), esto conlleva a un cambio de actitud que permite que los individuos con experiencias psicóticas sean reconocidos como expertos basados en la experiencia y capacitados para realizar contribuciones válidas para la comprensión de la psicosis, lo que no está muy lejos de lo que afirmara Albert Einstein “Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás”. Geekie y Read establecen la diferencia fundamental entre “causa de la psicosis” 900 (se incluyen comentarios acerca del motivo por el cual se produjo la experiencia) y las “descripciónes” (cómo fue la experiencia de psicosis en sí misma) en este libro centran las causas psicológicas de la psicosis, haciendo hincapié en la experiencia vivida, la biología y la espiritualidad. Se defiende la revaloración de las vivencias e la locura que ya habían postulado autores de raíz clínico fenomenológica como Kreschmer, Conrad o Laing. Jim Geekie y John Read realizan una crítica al modelo vulnerabilidad-estrés o qué la causa, al que no consideran una teoría que ayude a explicar qué es la esquizofrenia o qué la causa, aunque manifiestan que tiene cierta utilidad en el ámbito clínico. Postulan un trípode conceptual o constructos teóricos para su nueva perspectiva de la psicosis: Fragmentación-integración, invalidación-validación y espiritualidad. El constructo teórico fragmentaciónintegración hace referencia a aspectos de la experiencia individual de la psicosis. Uno de los aspectos centrales de la experiencia psicótica es la posibilidad de fragmentación de las conexiones y asociaciones de la experiencia individual o en el otro extremo del constructo está la posibilidad de que exista una sensación de integración, aunque en la psicosis esto último es lo más frecuente. Además la psicosis consiste en una dificultad, basada en vulnerabilidades biológicas, psicológicas o sociales. El segundo constructo teórico invalidación-validación hace referencia a la pérdida de fe en los propios razonamientos y la obligación de perfilar la técnica de psicoterapia que se esté utilizando, para evitar la repetición de la invalidación y fomentar la validación del paciente. Y, por último, el constructo teórico de la espiritualidad que se diferencia de los otros dos constructos teóricos en que no se ajus- PARA LEER ta a la estructura dual y carece de un extremo opuesto. El término espiritualidad hace referencia a la inclinación a considerar la experiencia de la psicosis o algunos de sus aspectos, en un marco de significado relacionado con la forma de ver su relación con el mundo que tiene cada individuo, lo que proporciona un encuadre más amplio para integrar desde una perspectiva comunitaria. Geekie y Read tratan en este libro al menos de modo somero las tendencias humanas a escindir y disociar de la psicosis y a los psicóticos; la tendencia profesional a hacerlo, enormemente aumentada en los últimos tiempos, por lo menos en el campo de la psiquiatría biológica dominante. Es necesario destacar algunas consecuencias de los resultados de su investigación sobre la experiencia subjetiva de la psicosis que describen Geekie y Read en este estudio: al menos algunos sujetos con un primer episodio de psicosis acogen con placer la oportunidad de discutir con cierta profundidad la naturaleza y significado de su experiencia y ven en esa oportunidad un componente importante para comprender y aceptar la experiencia, lo que conduce a que los servicios de salud mental no deberían restringir los esfuerzos de los pacientes por expresar sus significado personal. También algunos pacientes refieren aspectos positivos de su experiencia y mantienen una actitud positiva hacia ella, al menos durante un tiempo, lo que significa que si los clínicos dan por sentado que la experiencia del paciente es completamente negativa estarían cometiendo un error. Quizá sea adecuado finalizar esta reseña con la misma frase que finaliza el libro. “Entender lo que me pasaba es lo único que me ha permitido seguir viviendo. De otro modo solo habría un vacio”. Estamos ante un texto con una estructura algo farragosa, pero como recurso didáctico 901 PARA LEER dispone de cuadros y diagramas. Sin duda, es ésta una obra de interés para los profesionales de la salud mental. Fernando Mansilla Izquierdo. Jeanette Winterson. ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal? Ed. Lumen. Barcelona, 2012. 245 pp. En la estela de Abdelá Taïa (Mi Marruecos, Una melancolía árabe), con mucha menos rabia que Joe Orton (Diarios), sin la sordidez de Reinaldo Arenas (Antes que anochezca), ni la prolija ternura de Tom Spanbauer (Ahora es el momento), Jeanette Winterson, escritora ampliamente conocida en Inglaterra por su novela Fruta prohibida, convertida después en serie de televisión, nos cuenta en este libro autobiográfico el descubrimiento de su homosexualidad y la relación con su madre adoptiva, una fanática religiosa que concebía la vida como un infierno de dolor, donde el placer (y sobre todo el carnal), estaba prohibido. Es en este punto donde las coincidencias con la mayoría de los autores citados son importantes, confirmándonos una vez más la antipatía ancestral que las instituciones religiosas han sentido hacia la homosexualidad, como si adivinasen intuitivamente que muchos de sus sacerdotes caerían en esa pasión que consideraban tan abominable, y se afanasen por reprimirla con todos los medios a su alcance. El alucinante título de la novela es, precisamente, la respuesta en forma de pregunta que le espeta su madre cuando la joven Jeanette, de dieciséis años, le confiesa que se ha enamorado de una chica. La frase no puede ser más elocuente para exponer la filosofía materna y, de paso, la de toda una generación de mujeres amordazadas que encontraron en una hiperadaptación a la norma una forma de vida anodina e infeliz, que debían justificar de algún modo para no caer en el desastre. La infelicidad propia les impedía ver con buenos ojos la de los demás. Jeanette Winterson hace un retrato de su madre desde el afecto y la ironía, con una distancia exquisita y una enorme sinceridad. En el trasfondo, la Inglaterra industrial y obrera, la miseria y el frío, y el devenir de una niña inteligente y fuerte, superviviente de un medio inculto y zafio, que encuentra en la lectura y en la escritura una forma de sobrevivir. Winterson se enfrenta al relato de su propia vida con una honestidad encomiable. Asistimos desde muy cerca a su evolución, a la separación de los valores maternos, de esos dichos lapidarios de los que todos tenemos que desprendernos para alcanzar una subjetividad propia, escrita con un lenguaje sencillo y atractivo. Su prosa no busca el ejercicio de estilo sino que se desliza por los acontecimientos narrados ligera, interesando al lector en lo que nos quiere contar. El segundo hilo conductor del libro, que aparecerá en el último tercio, cuando Jeanette ha triunfado como escritora y vive independientemente una vida adulta no exenta de sufrimientos, de fracasos amorosos y de dolor, se centra en la búsqueda que emprende de sus orígenes: la madre biológica de la autora. En este punto, la novela se asemeja a La hija de la amante, de A.M. Homes, otra autora que relata en primera persona, incluyendo fotos del álbum familiar, la búsqueda que su madre biológica emprende para encontrarla cuando Homes contaba ya treinta años. Son libros necesarios, de los que las autoras no pueden desprenderse hasta que llevan a cabo esa investigación biográfica en 902 PARA LEER la vida real y la trasladan a la escritura. Esa necesidad insoslayable la percibe el lector que sigue sus vicisitudes – bien contadas, sin circunloquios, esenciales – desde las primeras páginas. Y sale de ellas reconfortado, porque ha vivido una experiencia de lo humano inusual, entrando de puntillas en la intimidad de la autora, algo que, desgraciadamente, cada día está más ausente de los intercambios superficiales a los que parece condenarnos una sociedad basada en la apariencia. Jeanette Winterson nos muestra sus entrañas y, cuando cerramos el libro, agradecidos, tenemos la impresión de conocerla mejor que a algunas de las personas que tenemos cerca. Lola López Mondéjar DOCUMENTOS EN LA RED • Adicciones Eurobarómetro sobre consumo de tabaco Informe de la Comisión Europea, según el cual los españoles están mayoritariamente a favor de las diferentes medidas antitabaco, postura que comparten con los ciudadanos del resto de Europa. Por otra parte, en España es la nación donde se observa el mayor descenso de la exposición al tabaco en lugares públicos. Más de la mitad de los fumadores españoles (57 %) ha intentado dejar de fumar, el 24 % en el último año, y el principal motivo que aducen para ello es la preocupación por la salud. Accesible a través de Acta Sanitaria: http://www.actasanitaria.com/referencias/ documentos/documento-eurobarometro-sobre-consumo-de-tabaco.html Alcohol strategy – Estrategia sobre el alcohol Documento del Home Office británico que presenta propuestas para romper con nuestra cultura de embriagueces masivas, reducir la violencia relacionada con el uso del alcohol y conseguir que disminuyan los bebedores excesivos con un consume prejudicial. Entre otras medidas, se propone introducir un precio mínimo por el alcohol y limitar los establecimientos autorizados para vender bebidas enólicas. http://www.homeoffice.gov.uk/publications/alcohol-drugs/alcohol/alcoholstrategy?view=Binary • Asistencia Sanitaria Los recortes y cambios (y los que puedan venir) son el blanco de algunos recursos a los que puede accederse online Informe sobre las posibles contradicciones que el Real Decreto-Ley 16/2012 de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema de Salud, podría tener con la Ética y la Deontología Documento de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial, que tras analizar el RDL 16/2012, 903 PARA LEER ha llegado a la conclusión de que este texto compromete 10 artículos del Código de Deontología Médica por las posibles contradicciones en las que podría entrar la norma con este Código de obligado cumplimiento para los médicos. Accesible a través de medicosypacientes. com: http://www.medicosypacientes.com/ files/prensa/adjuntos/Informe%20CCD%20 sobre%20%20RDL%2012-2012%20de%20 20%20abril.doc ¿Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades en Sanidad? Documento de Juan Simó, del Centro de Salud Rochapea, de Pamplona, que señala que nuestra Sanidad pública ha valido mucho más que lo que ha costado durante las dos últimas décadas. El autor sostiene también que si bien en necesario reasignar mejor los recursos disponibles de modo que se dote más a la Atención Primaria, no existe base racional para considerar que el gasto sanitario público haya estado por encima de nuestras posibilidades económicas durante las dos décadas previas a la crisis. En comparación con la Europa desarrollada España ha gastado en Sanidad pública durante las últimas décadas siempre por debajo de lo que permitía la renta nacional. Además, el crecimiento del gasto sanitario público respecto del crecimiento de la riqueza no muestra diferencias relevantes en relación con los países de nuestro entorno. Accesible a través de elmedicointeractivo.com: http://www.elmedicointeractivo. com/analisis/tribuna/111758/hemos-vividopor-encima-de-nuestras-posibilidades-ensanidad Consenso para la defensa, sostenibilidad y suficiencia de nuestro Sistema Nacional de Salud Documento elaborado por la Asamblea General de la Organización Médica Colegial a raíz del Real Decreto Ley 16/2012 de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones. Este texto se convierte en la “hoja de ruta” de la OMC y de herramienta básica a la hora de elaborar sus posicionamientos como colectivo de representación de la profesión médica. Accesible a través de medicosypacientes. com: http://www.medicosypacientes.com/ files/prensa/adjuntos/DocumentoAGok.pdf • Salud Mental en prisión Plan de atención integral a personas con trastorno mental en ámbito penal y penitenciario Programa de la Fundación Manantial que tiene como misión “evitar que las personas con TMG ingresen en prisión, colaborando en la atención integral de los que están, mediante el desarrollo de programas de rehabilitación, de apoyo psicosocial, reinserción en la comunidad y promocionando medidas alternativas según la legislación”. Comprende servicios de de Información y Orientación a profesionales, familiares y usurarios, en relación a las cuestiones pertinentes a personas con trastorno mental con cargas penales, un programa de Apoyo Social y Mediación Comunitaria para desarrollar una intervención individualizada en el entorno social y comunitario para personas con TMG con medidas alternativas o de libertad vigilada, un sistema de colaboración en la Recuperación, Rehabilitación psicosocial y proceso de Reincorporación de personas internadas en los Centros Penitenciarios, preparándolos para la libertad a través de permisos, apoyo en el tercer grado y un programa de Sensibilización y formación para los agentes socio sanitarios, del sistema judicial y de centros penitenciarios 904 PARA LEER a través de sesiones informativas, acciones formativas, organización de Jornadas, etc. Asimismo, persigue la colaboración de instituciones públicas y privadas para el desarrollo de un Programa de Alojamiento Transitorio para personas con cargas penales ante la inexistencia del adecuado soporte social o familiar. ba cuatro dimensiones diferentes: seguridad, respeto, actividad útil y reinserción. Desde esta perspectiva, no hay lugar para consideraciones médicas o sanitarias, que precisamente tienen un puesto destacado en este monográfico, en particular en el área de la salud mental (autoagresión, autismo, ancianos). Dossier completo en: http://www.fundacionmanantial.org/pdf/PLAN_AMBITO_ PENAL_FUNDACION_MANANTIAL.pdf http://www.crimeandjustice.org.uk/ opus1948/PSJ_July_2012_No._202.pdf Presentación en Flash: http://www.fundacionmanantial.org/swf/PLAN_AMBITO_PENITENCIARIO_MANANTIAL.exe ?PHPSESSID=e16d38446bc0adf3474f7aa8 4ff11971 Memoria 2010 en: http://www.fundacionmanantial.org/pdf/Plan_Ambito_Penitenciario_2010.pdf La criminalización de los enfermos mentales Position Paper de la Canadian Psychiatric Association, redactado Gary Chaimowitz, que explora el fenómeno y sus causas y plantea recomendaciones orientadas a la prevención y a atención a pacientes psiquiátricos que terminen en instancias penales. The Treatment of Mental Illness in Correctional Settings - Le traitement de la maladie mentale dans les établissements correctionnels Versión en inglés (http://publications.cpaapc.org/media.php?mid=1268) y en francés (http://publications.cpa-apc.org/media. php?mid=1269). Tratamiento de la enfermedad mental en medio penitenciario, un Position statement desarrollado por el Comité Permanente sobre Criterios y Práctica Profesionales de la Canadian Psychiatric Association’s, y redactado por Gary Chaimowitz. • Derechos de los pacientes Versión en inglés (http://publications.cpaapc.org/media.php?mid=1249) y en francés (http://publications.cpa-apc.org/media. php?mid=1250). Una prisión saludable El Prison Service Journal británico dedica un número monográfico a este concepto, que según la Inspección de prisiones englo- Documento de conclusiones de las XXVII Jornadas de Coordinación de Defensores del Pueblo: Protección de las personas con enfermedad mental Las XXVII Jornadas de Coordinación de Defensores del Pueblo tuvieron lugar en Zaragoza los días 19 y 20 de junio pasados, y giraron en torno a la protección de las personas con enfermedad mental. El Documento de conclusiones, publicado en la web del Justicia de Aragón (http:// www.eljusticiadearagon.com/), resume tres talleres sobre “Tratamiento penal, procesal PARA LEER y penitenciario del enfermo mental”, “Tratamientos involuntarios en el ámbito de la Salud Mental” y “Enfermedad mental y colectivos especiales de jóvenes y mayores”. http://www.eljusticiadearagon.com/programa.pdf • Profesionales La salud del estudiante de Medicina Informe de la Fundación Galatea a raíz de una investigación en la que participaron el 50% de los alumnos matriculados en 4º de Medicina en cuatro facultades catalanas. Según sus resultados, el 47% de los estudiantes de ese curso están en riesgo psicopatológico, un porcentaje ampliamente superior al de la 905 población general, que se corresponde, por otra parte, a lo encontrado en estudios internacionales previos. Destaca el problema del consumo de tóxicos y la autoprescripción e ingesta de analgésicos y ansiolíticos para compensar los efectos del estrés. El 24,3 % son bebedores de riesgo y el 56,8 %, moderados; el 55,5 % consume derivados del cannabis, el 4,8 % cocaína, y el 33,5 %, tranquilizantes. Disponible a través de Acta Sanitaria: http://www.actasanitaria.com/fileset/file__ Estudiantes_Medicina_83371.pdf Juan Medrano NOVEDADES EDITORIALES EN www.tienda-aen.es ISBN: 978-84-95287-62-5 ,!7I 4J5-cihgcf! AE N Profesionales de Salud Mental Neuropsiquiatría Asociación Española de AEN Asociación Española de Neuropsiquiatría Hacia una reformulación de la Rehabilitación Psicosocial. Grupo de Trabajo de la Sección de Rehabilitación de la AEN. AE N Neuropsiquiatría Asociación Española Profesionales de Salud Mental de C PORTADAS CUADERNO.indd 1 U A D E R N O S T É C N I C O S , 16 02/05/12 12:06 293 (293) 907 LIBROS PARA LEER 293 (293) LIBROS LIBROS DE LA A.E.N. Estudios (Disponibles a la venta en www.tienda-aen.es) LIBROS DE LA A.E.N. 1. M. GONZÁLEZ CHÁVEZ (ed.), La transformación de la asistencia psiquiátrica, 1980. 2. A. PORTERA, F. BERMEJO (eds.), Demencias, 1980. Estudios (ed.), Aproximación a la histeria, de 1980. 3. ONZÁLEZ C HÁVEZ (ed.), La transformación la asistencia psiquiátrica, 1980. 1. S. M.M GASCARELL , C. OJERO (eds.), y terapia familiar, 1983. 4. T. ORTERA , F.F.BR ERMEJO (eds.), Paradigma Demencias,sistémico 1980. (agotado) 2. A. SPUÁREZ (ed.), Aproximación dinámica a las psicosis, 5. S. V. M CORCÉS ASCARELL (ed.), Aproximación a la histeria, 1980. 1983. 3. (ed.), enParadigma psiquiatría,sistémico 1986. y terapia familiar, 1983. (agotado) 6. J. ESSPINOSA UÁREZ, C. F. RCronicidad OJERO (eds.), 4. T. ASSA (ed.), Gravedad psíquica en la infancia, 1986. 7. PEDREIRA (ed.),MAproximación dinámica a las psicosis, 1983. (agotado) 5. J. V. L. CORCÉS ANABRIA, J.en MAURA ABRIL,1986. A. RODRÍGUEZ GÓMEZ (eds.), I Jornadas de 8. J. FERNÁNDEZ (ed.),SCronicidad psiquiatría, 6. J. A. ESPINOSA la Sección de Psicoanálisis de la A.E.N., 1986. 7. J. L. PEDREIRA MASSA (ed.), Gravedad psíquica en la infancia, 1986. (agotado) 9. R. INGLOTT (ed.), El quehacer en salud mental, 1989. 8. J. A. FERNÁNDEZ SANABRIA, J. MAURA ABRIL, A. RODRÍGUEZ GÓMEZ (eds.), I Jornadas de PINO (ed.),deCriterios de 1986. objetivación en psicopatología, 1989. 10. la C. Sección CASTILLA deDEL Psicoanálisis la A.E.N., (agotado) AULEO, (ed.), J. C. D , R. VIGNALE (eds.), La concepción operativa de grupo, 1990. 11. 9. A. R. IBNGLOTT ElURO quehacer en salud mental, 1989. (agotado) , M.PA. G(ed.), ARCÍA Criterios CARBAJOSA L. PEDREIRAenMpsicopatología, ASSA (eds.), La contención, 1990. 12. C. R. F ASTILLA DEL INO de, J. objetivación 1989. 10. CERNÁNDEZ ESVIAT, J. (ed.), y práctica psiquiátrica, 13. C. DEpistemología URO, R. VIGNALE (eds.), La concepción1990. operativa de grupo, 1990. 11. M. A. BDAULEO , J. FCRÈRE , A. G , II yMIII Jornadas la Sección de NGALA, R. GÓMEZ 14. R. A. FIERNÁNDEZ , M. A. GARCÍA ARBAJOSA , J.ONZÁLEZ L. PEDREIRA ASSA (eds.), Lade contención, 1990. 12. Psicoanálisis, «El malestar en la cultura», 1992. 13. M. DESVIAT (ed.), Epistemología y práctica psiquiátrica, 1990. 15. P. SANROMÁN VILLALÓN (ed.), Jornadas sobre salud mental y ley. Malos tratos a menores, , J. FRÈRE, A. GONZÁLEZ , II y III Jornadas de la Sección de GÓMEZseparaciones 14. malos A. INGALA tratos, aR.mujeres, y divorcios, 1993. Psicoanálisis, «El malestar en la cultura», 1992. 16. C. F. ROJERO, T. SUÁREZ (eds.), Psicosis de la infancia y la adolescencia, 1993. 15. P. SANROMÁN VILLALÓN (ed.), Jornadas sobre salud mental y ley. Malos tratos a menores, (ed.), Evaluación de servicios en salud mental, 1993. 17. V. APARICIO malos tratos B aASAURI mujeres, separaciones y divorcios, 1993. HESSE, ,T.A.ST ESORO(eds.), AMATEPsicosis (eds.), Mujer y salud mental. Mitos y realidades, 18. 16. J. 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Informe sobre la salud mental de niños y adolescentes. 2010. 15. Observatorio de Salud Mental 2010 de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. 2011. 16. Hacia una reformulación de la Rehabilitación Psicosocial. 2012. Historia 1. Jacques Ferrand, Melancolía erótica, 1996. (agotado) 2. Robert Burton, Anatomía de la melancolía I, 1997. (agotado) 3. Anselm von Feuerbach, Gaspar Hauser, 1997. (agotado) 4. Robert Burton, Anatomía de la melancolía II, 1998. (agotado) 5. Robert Gaupp, El caso Wagner, 1998. 6. Gerolamo Cardano, El libro de los sueños, 1999. 7. Emil Kraepelin, Cien años de Psiquiatría, 1999. 8. Étienne Esquirol, Sobre las pasiones. Joseph Daquin, Filosofía de la locura, 2000. 9. Tomaso Garzoni, El teatro de los cerebros. El hospital de los locos incurables, 2000. 10.Juana de los Ángeles, Autobiografía, 2001. 11.François Leuret, El tratamiento moral de la locura, 2001. 12.Robert Burton, Anatomía de la melancolía III, 2002. (agotado) 13.Laurent Joubert, Tratado de la risa, 2002. 14.Samuel-Auguste Tissot, El onanismo, 2003. 15. Daniel Paul Schreber, Sucesos memorables de un enfermo de los nervios, 2003. (agotado) 16.Raymond Queneau, En los confines de las tinieblas. Los locos literarios, 2004. (agotado) 17.Timothy Bright, Un tratado de melancolía, 2004. 18. Cicerón, Conversaciones en Túsculo, 2005. 19. Diderot (ed.), Mente y cuerpo en la Enciclopedia, 2005. 20.Marsilio Ficino, Tres libros sobre la vida. Luigi Cornaro, De la vida sobria, 2006. 21.Patrick Declerck, Los náufragos, 2006. 22. Giovan Battista della Porta, Fisiognomía I, 2007. 23.John Donne, Biathanatos, 2007. 24. Giovan Battista della Porta, Fisiognomía II, 2008. 25.Edgard Zilsel, El genio, 2008. 26.Gladys Swain, Diálogo con el insensato, 2009. 27. José Luis Peset, Las melancolías de Sancho. Humores y pasiones entre Huarte y Pinel, 2010. 28.André Du Laurens, De las enfermedades melancólicas. Jourdain Guibelet, Del humor melancólico, 2011. Tienda AEN www.tienda-aen.es LISTADO DE LECTORES Listado de Lectores (2012) Alcalá Partera, José Angel Lahera Forteza, Guillermo Álvarez Martínez, José María Markez Alonso, Iñaki Arias Horcajada, Francisco Martínez Azumendi, Oscar Bayón Pérez, Carmen Martínez Roig, Miguel Carmona Calvo, José Mayoral Cleries, Fermín Colina Pérez, Fernando Medrano Albéniz, Juan Collazos Sánchez, Francisco Menéndez Osorio, Federico Cuesta Lozano, Daniel Moreno Ruiz, Carmen De la Viña Guzman, Pilar Navarro de Diego, Enrique Del Río Noriega, Francisco Ortiz Lobo, Alberto Díez Patricio, Antonio Pérez Pérez, Fermín Fernández Liria, Alberto Pérez Sales, Pau García Álvarez, Miguel Anxo Rodríguez Vega, Beatriz Girón Jiménez, Manuel Sagasti Legarda, Nekane Gómez Beneyto, Manuel San Emeterio Parra, Maite Gómez Estéban, Rosa Sánchez Guerrero, Ana González Álvarez, Onésimo Santander Cartagena, Fernando González Rodríguez, Ana Sanz Fuentenebro, F. Javier Hernández Monsalve, Mariano Tarí García, Antonio Hernanz Manrique, Margarita Uriarte Uriarte, José Juan Jalón Calvo, Mauricio Vallespí Cantabrana, Ana Jiménez Estévez, Juan Francisco Vega Gonzalez, Santiago Jiménez-Arriero, Miguel Ángel Villegas Miranda, Francisco Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 913. PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN Documento Marco de Consenso de Acreditación de Psicoterapeutas. Información General Sobre la Acreditación en Áreas Profesionales Específicas (Psicoterapia, Rehabilitación Psicosocial e Infanto-Juvenil). PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN 917 DOCUMENTO MARCO DE CONSENSO DE ACREDITACIÓN DE PSICOTERAPEUTAS. Se ha publicado un documento marco de consenso para la acreditación de psicoterapeutas, suscrito por Asociación Española de Neuropsiquiatría-Profesionales de Salud Mental (AEN), Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP) y Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar (FEATF). Su índice incluye: 1. Presentación. 2. Formación Teórico-Práctica en Psicoterapia. 3. Acreditación de Psicoterapeutas y Supervisión. 4. Acreditación de Psicoterapeutas y Trabajo/Terapia Personal. 5. Recomendaciones. 6. Accesos a los Procedimientos y Requisitos de Acreditación vigentes en: AEN, FEAP, FEATF Y EAP. A continuación reproducimos íntegramente su texto de presentación, pudiendo consultarse el resto de contenidos en http://www.aen.es/docs/acreditacion_pt_consenso.pdf 1. Presentación La Psicoterapia en España ha tenido un crecimiento, reconocimiento y expansión inimaginables hace sólo 40 años. Una parte de ese desarrollo posiblemente guarde relación con las tres entidades (FEAP, FEATF y AEN) que suscribimos este documento, que venimos buscando a través de nuestros trabajos aportar elementos para garantizar rigor y calidad en la formación y en el ejercicio de la psicoterapia como contribución a ésta y al servicio de los profesionales y de la sociedad. El progreso de la Psicoterapia en nuestro país cuenta con dos problemas importantes: El primero se arrastra hace tanto tiempo y está tan anclado en la similitud con la amplia mayoría de los países de la Unión Europea que parece de difícil solución, aunque necesario: Se trata de la falta completa de regulación legal de la psicoterapia tanto en lo que se refiere a su ejercicio como a la formación. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 917-920. 918 PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN Esta carencia de regulación de la psicoterapia en España es común a la mayor parte de los países de la UE, los países latinoamericanos, EEUU, Canadá y otros muchos de nuestro entorno y más allá del mismo. El segundo parece más fácil de solucionar. Se refiere a la atomización, al comportamiento aislado de las organizaciones que se interesan por la promoción de la Psicoterapia científica y de calidad. Uno de los elementos más importantes para conseguir calidad y rigor es la acreditación de psicoterapeutas. Las tres entidades que hemos elaborado y consensuado el presente documento venimos desarrollando hace años, con distintas trayectorias y especificidades, procedimientos de actuación para esta acreditación, en base a una definición de parámetros y requisitos teórico-prácticos que los interesados han de presentar rigurosa y contrastadamente para poder obtenerla. Cabe destacar que todas las acreditaciones de psicoterapeutas, tanto las que se están realizando por nosotros, las tres organizaciones de la Psicoterapia y la Salud Mental, como las que han empezado hace poco algunos colegios profesionales de médicos y psicólogos de índole corporativa, tienen, naturalmente, un carácter estrictamente privado lo que no puede ser de otra manera dada la carencia de regulación legal existente. No nos cabe la menor duda de que, al margen de las motivaciones de cada uno en el desarrollo de esta actividad de acreditación de psicoterapeutas, la incorporación a ella de estos colegios profesionales muestra la necesidad de avanzar en la obtención de esa regulación legal de la que carecemos. Los caminos recorridos durante todos estos años en que las organizaciones abajo firmantes hemos definido criterios y procedimientos en nuestras organizaciones para desarrollar y ejercer la acreditación, buscan hacer específicas contribuciones en pro de la psicoterapia aportando garantías de calidad para los psicoterapeutas en ejercicio y, al tiempo, una garantía al medio social. Creemos poder decir sin ánimo de excesos que los caminos que hemos recorrido en esta materia constituyen y representan un referente reconocido en el ámbito profesional de la Psicoterapia y la Salud Mental, de sus organizaciones y los profesionales que la ejercen. También en el medio social de nuestro país e incluso fuera de nuestras fronteras. La indudable y continuada comunicación poco formalizada en esta materia entre las organizaciones que presentamos este trabajo común, nos ha permitido conocer los muchos parámetros compartidos, y también la lógica de los elementos que los diferencian, que responden a la propia identidad de cada una de ellas. Así la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP) desde hace 20 años agrupa a asociaciones de Psicoterapeutas de diferentes modelos psicoterapéuticos y en materia de acreditación tiene unos requerimientos básicos comunes. Además cada modelo puede contar con posibles subestructuras por modelo de cono- PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN 919 cimiento y aportar sus especificidades en función de la acreditación solicitada. Ello ha favorecido un desarrollo en materia de acreditación de psicoterapeutas que define un doble lineamiento: 1.El denominador común o marco-base a todos los modelos psicoterapéuticos. 2.Los parámetros y requisitos específicos de cada modelo, que siempre han de sumarse a los anteriores dando cuenta de esta especificidad. La Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar agrupa desde hace 19 años a las Asociaciones de dichos modelos psicoterapéuticos. En consecuencia, los parámetros para la acreditación establecidos son únicos y ajustados a la formación teórico técnica en dicho modelo. La Asociación Española de Neuropsiquiatría-Profesionales de Salud Mental (AEN), creada en 1924, ha definido sus requisitos y procedimientos hace 4 años. Su interés principal se centra en el profesional que ejerce en los Servicios Públicos de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud. Si como antes ha quedado señalado tenemos la carencia de regulación legal de la Psicoterapia, lo que tiene el efecto de que todos los diplomas y acreditaciones que hoy se realizan en nuestro país tengan un carácter privado, también tenemos oportunidades y aportaciones que están a nuestro alcance. Una que está en nuestras manos obtener es avanzar hacia la definición suficiente y el mutuo reconocimiento de los troncos comunes que subyacen y conforman nuestros requisitos y parámetros para la acreditación de psicoterapeutas. En este sentido, el presente documento busca aunar esfuerzos de estas tres organizaciones, FEAP, FEATF, AEN, con peso específico en materia de Psicoterapia y acreditación, para contribuir a este objetivo y, al tiempo, ahondar en la búsqueda de caminos comunes dando cuenta simultáneamente de lo mucho que compartimos en esta materia. Todo ello se basa naturalmente en un mutuo reconocimiento y valoración, sin pretender anular las especificidades y singularidades de cada entidad y sus procedimientos de acreditación. Entendemos que el hecho de que las organizaciones no corporativas más relevantes respecto a la acreditación en Psicoterapia (AEN, FEATF y FEAP) aúnen esfuerzos en esta materia, es importante por cuanto viene a aportar un marco de reconocimiento y crédito mutuo junto a garantías de seguridad para los profesionales y los usuarios en la calidad de lo que acreditamos. También por ello buscamos avances consensuados. Sabemos de la necesidad del consenso en esta materia y de los riesgos de las confrontaciones vacuas. Este trabajo común afianza nuestro mutuo reconocimiento. 920 PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN Hemos buscado ampliar nuestras miradas hacia atrás y en el aquí y ahora, pero también hemos buscado ampliarlas hacia delante. Por ello este documento propone también un conjunto de “recomendaciones” pues tenemos el convencimiento de que resulta de interés avanzar en nuevos desarrollos en torno a diversos asuntos que configuran nuevas necesidades en los nuevos escenarios para la psicoterapia, que ya están surgiendo. Todo esto configura entramados y redes de consensos y reconocimientos mutuos, de avance en el establecimiento de pasos de calidad para la promoción y el desarrollo de una Psicoterapia de calidad al servicio de los ciudadanos. Extender sin patrimonialismos la mirada comprometida en avances para la Psicoterapia, ésta es la meta central a la que se dirige y pretende servir este documento de bases comunes de acreditación en Psicoterapia. En Madrid, a 28 de septiembre de 2011 Por AEN, Beatriz Rodríguez Vega Por FEAP, Alejandro Ávila Por FEATF, Roberto Pereira Begoña Olabarría, coordinadora (por FEAP) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN 921 INFORMACIÓN GENERAL SOBRE LA ACREDITACIÓN EN ÁREAS PROFESIONALES ESPECÍFICAS. Dado el interés que puede tener el tema para los asociados, a continuación transcribimos parte de la información disponible en nuestra web sobre la acreditación individual en áreas profesionales específicas (Psicoterapia, Rehabilitación Psicosocial e Infanto-Juvenil). La Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN), como asociación multidisciplinar de profesionales que trabajan en el campo de la salud mental, tiene como uno de sus objetivos ayudar al adecuado desarrollo de la Psiquiatría, la Psicología, la Enfermería y otros campos específicos de la Salud mental dentro del Sistema Nacional de Salud. Actualmente en nuestro Estado, y en el campo de la salud mental, sólo están reconocidas las especialidades sanitarias de Psiquiatría, Psicología Clínica y Enfermería de salud mental. En las últimas décadas la complejidad creciente de los roles profesionales a desempeñar, la especificidad de los campos de aplicación y la especialización de las técnicas que se utilizan, entre otros, obligan a los profesionales a especializarse cada vez más en un ámbito clínico en particular, aún sin que ello conlleve un reconocimiento oficial diferente a su título de especialización actual. El consenso profesional, reconoce que dentro de cada especialidad profesional hay áreas o ámbitos específicos cuya formación requiere un alto nivel de complejidad, de tiempo y de esfuerzo. Si bien en nuestro país, no son actividades reguladas como profesión o como especialización y, como se señala más arriba, no conllevan una titulación oficial. Esto está ocurriendo en muchos ámbitos de las especialidades pero en particular, quizás por su mayor desarrollo teórico y asistencial y su trayectoria histórica, en el campo de la Psicoterapia, de la Rehabilitación Psicosocial y de la Atención al área del Niño y Adolescente. La AEN como asociación de salud mental con un carácter multidisciplinar, como lo es el propio ejercicio de estos ámbitos específicos, está en condiciones óptimas para avanzar en la búsqueda de la excelencia en el desarrollo de estas prestaciones sanitarias. La AEN, a través de la Escuela de Salud Mental AEN (ESMAEN), pretende contribuir a la mejora en la calidad de dichas prestaciones estableciendo una serie de criterios, así como la forma de obtenerlos, para garantizar adecuadamente la capacitación de los profesionales dentro del territorio del estado español, con especial énfasis en su desarrollo asistencial en los servicios públicos del Sistema Nacional de Salud. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (116), 921-922. 922 PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN En cada uno de esas tres áreas de interés específico la AEN ha elaborado un documento de criterios básicos para el desarrollo del Certificado de Acreditación en el Área Profesional Específica (APE) correspondiente, así como el procedimiento para su obtención. A través de esta actuación pretende ayudar al ordenamiento y clarificación de las condiciones necesarias para realizar con adecuados niveles de calidad, estas áreas de especial interés. Los criterios de la AEN sobre capacitación en APE son en gran parte complementarios y convergentes con otros existentes en nuestro país. Su aportación especial se basa en su carácter asociativo multidisciplinar y su mayor dedicación al Sistema Público de Salud. La capacitación de la ESMAEN pretende ser un sello o garantía de calidad que avale la formación del profesional que la obtenga en Psicoterapia, en salud mental del Niño y Adolescente y en Rehabilitación Psicosocial. Para cada una de las áreas se describirá: • Método de elaboración del documento y documentos necesarios para su obtención • Criterios mínimos en cada Área Profesional Específica (APE) para acreditación del profesional • Criterios mínimos para acreditar Unidades de Formación o -Programas en cada ámbito Para todos los ámbitos se detallará: • El proceso de solicitud y obtención de las certificaciones • Los documentos necesarios: Modelo de solicitud, curriculum vitae y justificación de méritos alegados. En una primera fase se desarrollará el procedimiento para solicitar la acreditación por parte de los profesionales y en una segunda fase se diseñará el procedimiento para solicitar la acreditación de Programas dentro de cada APE. Los mecanismos de solicitud individual de acreditación a la AEN en cada APE (Psicoterapia, Rehabilitación Psicosocial e Infanto-Juvenil) pueden consultarse en http://www.aen.es/index.php?option=com_content&view=article&id=142:acredita cion-de-areas-profesionales-especificas&catid=20:acreditacion 923 Normas para la presentación de manuscritos. La REVISTA DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRIA es la publicación oficial de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN) - Profesionales de Salud Mental. Dirigida a un público profesional en el ámbito de la salud mental, la Revista AEN considerará preferentemente para su publicación trabajos relacionados con la Psiquiatría, la Psicología y cualquier otro campo relacionado con la salud y enfermedad mental, recogiendo aportaciones de las ciencias médicas, psicológicas y sociales, básicas y aplicadas, así como desde otras áreas de la cultura que permitan entender mejor al ser humano y su funcionamiento desde una perspectiva no reduccionista. Los trabajos serán originales e inéditos y no podrán estar sometidos a consideración simultáneamente en otra revista o publicación. En caso de aceptación de un trabajo original, el autor cede sus derechos en exclusiva a la Revista, y no podrá ser reproducido en parte o totalmente sin su permiso. Los autores deben describir cualquier relación financiera que tengan y que pudiera dar lugar a un conflicto de intereses en relación con el artículo publicado. 1) La Revista consta de las siguientes secciones: Originales. Trabajos de investigación o reflexión sobre etiología, epidemiología, clínica, diagnóstico, pronóstico y tratamiento. La extensión máxima recomendada del texto es de 20 páginas (Din A4) de 30 líneas de 60-70 pulsaciones (6.000 palabras, sin incluir resumen, tablas y bibliografía) y se admitirán hasta seis figuras y seis tablas. Es aconsejable que el número de firmantes no sea superior a seis. Originales breves. En esta sección se considerarán los trabajos de investigación o reflexión que por sus características especiales (series con número reducido de observaciones, trabajos de investigación con objetivo y resultados muy concretos, estudios epidemiológicos descriptivos, entre otros) pueden ser publicados en forma más abreviada y rápida. Estos trabajos deberán tener una extensión máxima de 6 páginas (Din A4) de 30 líneas de texto, hasta 10 referencias bibliográficas y no más de dos ilustraciones. El número máximo de firmantes será de seis. Cada trabajo deberá estructurarse como un artículo original. Notas clínicas. Descripción de uno o más casos clínicos que supongan una aportación importante al conocimiento de la patología o de otros aspectos del proceso. La extensión máxima del texto será de 6 páginas (Din A4) de 30 líneas y se admitirán hasta dos figuras y dos tablas. Es aconsejable que el número de firmantes no sea superior a seis y que no haya más de 20 referencias bibliográficas. Deseablemente los autores deberían contar con el consentimiento de las personas a quienes se haga referencia en el trabajo, y en todo caso modificar la información suministrada de forma que las personas y sus circunstancias resulten irreconocibles. Revisiones. Puestas al día de un problema de relevancia biológica, psicológica o social, desde el punto de vista clínico o asistencial, mediante la aportación de la necesaria bibliografía para este cometido. La extensión recomendada es la misma que para los artículos originales. El resumen no estructurado de los trabajos de esta sección deberá ser lo más escueto posible (de unas 150 palabras), pero fluido en su lectura y concluyente del tema en cuestión. Cartas. Con esta sección se pretende fomentar y estimular el coloquio y la discusión entre los profesionales lectores de la Revista. La sección se divide en “Cartas científicas”, trabajos que contienen nuevos estudios que pueden exponerse de forma abreviada, y “Cartas al Editor”, donde los lectores pueden expresar su opinión argumentada, conforme o disconforme, de una publicación reciente, así como sobre un tema que consideren importante por su actualidad. Tienen preferencia en esta Sección aquellas cartas que hagan referencia a trabajos publicados en el último número y aquellas que aporten opiniones, observaciones o 924 experiencias que por sus características puedan ser resumidas en un breve texto. La extensión de la carta no sobrepasará las 750 palabras. La Revista se reserva el derecho de acortar el texto, ya sea por haber sobrepasado la extensión establecida o por reiteraciones que afecten a la fluidez de su lectura. Editoriales. Esta sección es habitualmente por encargo. Sin embargo, el comité editorial puede considerar para su publicación y someter al proceso de revisión trabajos no solicitados, para lo que conviene establecer un previo acuerdo. Márgenes de la psiquiatría y humanidades. Sección en la que tienen cabida trabajos con diferentes formatos al estándar de los “originales y revisiones” (actualizaciones, entrevistas, reseñas…), o bien abordan temas tangenciales a la salud mental (especialmente culturales o relacionados con las humanidades). Dadas sus características particulares, difícilmente se pueden ajustar a unos requisitos editoriales determinados. Aunque aconsejable, no es imprescindible incluir resumen ni palabras clave, recomendándose tomar de forma orientativa el resto de indicaciones dadas para los trabajos originales, especialmente en relación con la extensión y citas bibliográficas si se utilizan. Otras secciones. La Revista puede incluir otras secciones, tales como Crítica de Libros, Informes, Páginas de la Asociación u otras. Estas secciones son habitualmente encomendadas por el Comité Editorial, aunque también pueden considerarse para su publicación trabajos no solicitados. 2. Presentación y estructura de los trabajos. La presentación de los trabajos se hará en archivos electrónicos compatibles con el procesador de textos Word. El texto irá formateado para su impresión en hojas DIN A4 (210 x 297 mm) a doble espacio (30 líneas). Las hojas irán numeradas correlativamente en la parte inferior derecha. Cada parte del manuscrito empezará una página en el siguiente orden: Primera página. Incluirá en este mismo orden: título del artículo, nombre completo y uno o los dos apellidos de los autores, nombre completo y dirección del centro de trabajo, dirección postal, telefax, dirección de correo electrónico y otras especificaciones cuando se considere necesario. Segunda página. En ella se precisará el tipo de trabajo que se trata (por ejemplo: estudio descriptivo o experimental, revisión de la literatura, discusión teórica...). Posteriormente incluirá para los trabajos originales: 1) Título (en español e inglés). 2) Resumen en español e inglés con una extensión de 250 palabras aproximadamente, estructurado en los siguientes apartados: Introducción, Material (o Pacientes) y método, Resultados y Conclusiones. Para las revisiones y los originales breves el resumen, en español e inglés, será de aproximadamente 150 palabras, sin estructurar. 3) De 3 a 10 palabras clave en español e inglés; obtenidas a partir del Medical Subject Headings (MeSH) del índex Medicus/ Medline de la National Library of Medicine de Estados Unidos, disponible en: <http://www. nlm.nih.gov/mesh/meshhome.html> y traducidas al español desde la web disponible en: <http://decs.bvs.br/E/homepagee.htm> Texto. Se recomienda la redacción del texto en impersonal. Conviene dividir claramente los trabajos en apartados, y en el caso de los originales es de desear que el esquema general sea el siguiente: Introducción, Pacientes (Sujetos)/ Clínica o Material y Método, Resultados y Discusión. 1) Título. 2) Introducción. Será breve y debe proporcionar sólo la explicación necesaria para que el lector pueda comprender el texto que sigue a continuación. No debe contener tablas ni figuras. Debe incluir un último párrafo en el que se exponga de forma clara el/los objetivo/s del trabajo. 3) Pacientes (Sujetos) o Material y Métodos. En este apartado se indican el centro donde se ha realizado el experimento o la investigación, el período de duración, las características de la serie estudiada, el criterio de selección empleado y las técnicas utilizadas. Se han de describir con detalle los métodos estadísticos. 4) Resultados. Relatan, no interpretan, las observaciones efectuadas con el método empleado. 925 Estos datos se expondrán en el texto con el complemento de las tablas y figuras. 5) Discusión. Los autores tienen que exponer sus propias opiniones sobre el tema. Destacan aquí: 1) el significado y la aplicación práctica de los resultados; 2) las consideraciones sobre una posible inconsistencia de la metodología y las razones por las cuales pueden ser válidos los resultados; 3) la relación con publicaciones similares y comparación entre las áreas de acuerdo y desacuerdo, y 4) las indicaciones y directrices para futuras investigaciones. 6) Agradecimiento. Cuando se considere necesario se citará a las personas, centros o entidades que hayan colaborado o apoyado la realización del trabajo. Si existen implicaciones comerciales también deben figurar en este apartado. Notas a pie de página. En caso de utilizarse notas al pie, estas serán las mínimas imprescindibles para la mejor comprensión del texto, computándose sus contenidos en el cálculo final de la extensión del trabajo. Las llamadas a las notas en el cuerpo del artículo irán referenciadas con números volados (superíndice). En caso de que la nota incluya una cita bibliográfica, esta se incluirá también al final del trabajo, siguiendo inexcusablemente las normas que se darán más adelante para las “referencias bibliográficas” (cita según Normas de Vancouver, identificada en el texto con número entre paréntesis según orden de citación). Ejemplo: “…murió en su celda del monasterio5 (3)” (el 5 haría referencia a la nota incluida a pie de página, mientras que el (3) sería la cita bibliográfica incluida al final). Iconografía. 1) En caso de incluirse fotografías, estas serán de buena calidad y omitiendo las que no contribuyan a una mejor comprensión del texto. Se remitirán en archivos fotográficos electrónicos, con una resolución de 300 puntos pulgada. Se procurará en lo posible evitar la identificación de los enfermos, en cualquier caso se deberá disponer de su permiso por escrito. 2) Las gráficas (hasta un máximo de seis) se realizarán con ordenador y deberán ser de alta calidad. Se tendrán en cuenta las mismas normas del apartado 4 para las fotografías. Las fotografías y gráficas irán numeradas de manera correlativa y conjunta, como las figuras. 3) Las tablas se presentarán en hojas aparte que incluirán: a) numeración de la tabla con números arábigos; b) enunciado (título) correspondiente, y c) una sola tabla por hoja. Se procurará que sean claras y sin rectificaciones; las siglas y abreviaturas se acompañarán siempre de una nota explicativa al pie. Si una tabla ocupa más de un folio se repetirán los encabezamientos en la hoja siguiente. La Revista admitirá tablas que ocupen hasta un máximo de una página impresa. Cuando se haya efectuado un estudio estadístico se indicará a pie de tabla la técnica empleada y el nivel de significación, si no se hubiera incluido en el texto de la tabla. Referencias bibliográficas. Se presentarán según el orden de aparición en el texto con la correspondiente numeración correlativa. En el artículo constará la numeración de la cita entre paréntesis, adaptándose el resto a los «Requisitos de uniformidad para manuscritos presentados para publicación en revistas biomédicas» elaborados por el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (Normas de Vancouver) disponible en: <http:// www.icmje.org>. Los nombres de las revistas deben abreviarse de acuerdo con el estilo usado en el Index Medicus/Medline y cuyo listado está disponible en: <http://www.nlm.nih.gov/tsd/serials/lji. html>. Es aconsejable evitar el uso de frases imprecisas como referencias bibliográficas y no pueden emplearse como tales «observaciones no publicadas» ni «comunicación personal», pero sí pueden citarse entre paréntesis dentro del texto. Las referencias bibliográficas deben comprobarse por comparación con los documentos originales, indicando siempre las páginas inicial y final de la cita. Solo de forma extraordinaria, como puede ser en el caso de algunos trabajos en el campo de las humanidades, se aceptarán trabajos que no sigan las normas de Vancouver y que incluyan la bibliografía y otras referencias en forma de notas a pie de página. A continuación se dan unos ejemplos de formatos de citas bibliográficas: • Revista 1) Artículo ordinario. Relacionar todos los autores si son seis o menos; si son siete o más, 926 relacionar los seis primeros y añadir la expresión «et al» después de una coma. Nieto E, Vieta E, Cirera E. Intentos de suicidio en pacientes con enfermedad orgánica. Med Clin (Barc) 1992;98:61821. Soriano V, Aguado L., Fernández JL, Granada L., Pineda JA, Valls F, et al. Estudio multicéntrico de la prevalencia de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana tipo 2 en España (1990). Med Clin (Barc) 1991;98:771-4. 2) Autor corporativo. Grupo de Trabajo DUP España. Estudio multicéntrico sobre el uso de medicamentos durante el embarazo en España (IV). Los fármacos utilizados durante la lactancia Med Clin (Barc) 1992;98:726-30. 3) No se indica el nombre del autor. Coffee drinking and cancer of the pancreas [editorial]. BMJ 1981;283:628. 4) Suplemento de un volumen. Magni F, Rossoni G, Berti F. BN-52021 protects guinea pigs from heart anaphylaxis. Pharmacol Res Commun 1988;20(Suppl 5):75-8. 5) Suplemento de un número. Garfios G, Cole JO, Haskell D, Marby D, Paine SS, Moore P. The natural history of tardive dyskinesia. J Clin Psychopharmacol 1988;8(4 Suppl):31 S-7S. 6) Número sin volumen. Baumeister AA. Origins and control of stereotyped movements Monogr Am Assoc Ment Defic 1978;(3):352-84. 7) Indicación del tipo de artículo. Cárdenes M, Artiles J, Arkuch A, Suárez S. Hipotermia asociada a eritromicina [carta]. Med Clin (Barc) 1992;98:715-6. Fuhrman SA, Joiner KA. Binding of the third component of complement C3 by Toxoplasma gondii [abstract]. Clin Res 1987;35:475A. 8) Trabajo en prensa. González JA, Bueno E, Panizo C. Estudio de la reacción antígeno-anticuerpo en enfermedades exantemáticas [en prensa]. Med Clin (Barc). • Libros y otras monografías 9) Autores personales. Colson JH, Armour WJ. Sports injuries and their treatment. 2nd ed. London: S Paul, 1986. 10) Directores o compiladores como autores. Diener HC, Wilkinson M, editors. Drug-induced headache. New York: Springer-Verlag, 1988. 11) Capítulo de un libro. Weinstein L, Swartz MN. Pathologic properties of invading microorganisms. En: Sodeman WA Jr, Sodeman WA, editors. Pathologic physiology: mechanisms of disease. Philadelphia: Saunders, 1974; p. 457-72. 12) Actas de reuniones. Vivian VL, editor. Child abuse and neglect: a medica) community response. Proceedings of First AMA Nacional Conference on Child abuse and neglect; 1984, March 30-31; Chicago. Chicago: American Medical Association, 1985. • Material electrónico 13) Artículo de revista en formato electrónico Morse SS. Factors in the emergence of infectious diseases. Emerg Infect Dis [revista electrónica] 1995;1(1) [consultado OS-06-1996]: Disponible en: http://www.cdc.gov/ncidod/EID/eid.htm 14) Monograflas en formato electrónico CDI, clinical dermatology illustrated [monografía en CDROM]. Reeves JRT, Maibach H. CMEA Multimedia Group, producers. 2nd ed. Version 2.0. San Diego: CMEA; 1995. 3. Remisión y aceptación del manuscrito. Los trabajos se presentarán exclusivamente en formato electrónico. Para ello, el autor enviará un correo electrónico a [email protected] con el manuscrito estructurado tal y como se describe arriba. Añadirá una carta de presentación donde se solicite su examen, exponiéndose claramente que el trabajo no ha sido publicado previamente, que todos los autores están de acuerdo en su contenido y que ceden los derechos de publicación a la Revista AEN. Es necesario adjuntar las adecuadas autorizaciones para la reproducción de material ya publicado. Salvo algunos trabajos en los apartados especiales, que podrán ser excepcionalmente aceptados por el Comité de Redacción, los manuscritos se someterán a revisión al menos por dos pares ciegos, siendo el listado de lectores publicado anualmente en las páginas de la revista. En caso de discrepancia manifiesta entre los dos revisores, la decisión final quedará a criterio del Comité de Redacción. En cualquier caso, esta se justificará oportunamente a los autores. Siempre que se sugiera efectuar modificaciones en los artículos, los autores deberán remitir, junto a la nueva versión del artículo, una carta en la que se expongan de forma detallada las modificaciones realizadas. Por cada artículo publicado, se enviarán dos ejemplares de la revista al primer autor, pudiendo encargarse más ejemplares, a cargo de los autores, a través de www.tienda-aen.es. 927 SOLICITUD DE INGRESO EN LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRÍA D. profesional de la Salud Mental, con título de y con domicilio en PoblaciónD.P. Provincia Teléfono:Email: Centro de trabajo: Dirección Centro: Población: Provincia SOLICITA: Su ingreso en la Asociación Española de Neuropsiquiatría y en la Asociación integrada en la A. E. N. de la Autonomía correspondiente, para lo cual es propuesto por los Miembros: D.Firma: D.Firma: Fecha: de de Esta solicitud deberá ser aprobada por la Junta de Gobierno y ratificada en la Asamblea General de socios. La suscripción de la Revista de la AEN está incluida en la cuota de Asociado. DATOS BANCARIOS: BANCO/CAJA DE AHORROS: Nº CUENTA: (20 dígitos): ENTIDAD SUCURSAL D. C. Nº CUENTA FIRMA SOLICITANTE * La solicitud puede ser también realizada a través de www.aen.es