Cruzar Diez Mares... - Iglesia Presbiteriana en Levittown
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Cruzar Diez Mares... - Iglesia Presbiteriana en Levittown
Cruzar Diez Mares... Escrito por Rvdo. Jorge Daniel Zijlstra Arduin Viernes 01 de Agosto de 2008 15:43 Génesis 15:1-6 * Hebreos 11:1-3 y 8-16 En nuestra sociedad cuando contamos la historia solemos hacerlo recordando a personajes que se han destacado de una manera especial, Mahatma Gandhi, luchador de la resistencia pacifica que confiaba en lo que parecía imposible: la libertad de su país de la opresión de la Corona Inglesa, Martín Luther King, con el sueño de un mundo diferente al que le tocó vivir era posible, un mundo donde no se juzgara a las personas por su color. La Madre Teresa que creía en que la meta de la vida cristiana es el servicio a los más necesitados, como lo fue en el caso de los pobres y leprosos de calcuta. Generalmente pensamos en esos personajes como si fueran casi súper héroes, figuras inimitables, seres superiores y perfectos... y quizás olvidamos que ellos han sido personas como ustedes y como yo, hombres y mujeres comunes como un tal Don Pedro o Doña Juana, personas comunes pero claras en su visión de la vida y en su seguridad de que hay un Dios que espera algo de nosotros sus hijos e hijas.La historia de los grandes personajes de la humanidad –interesantemente -- está en sus orígenes formada por personas comunes y corrientes en cuanto a sus capacidades, en cuanto a sus fortalezas y debilidades. Pero ciertamente el destaque de ellos y ellas está en la manera en que confiaron en la visión de la vida que Dios les dio. Y confiaron en sus convicciones aún cuando parecía que diez mares los separaban de la meta que se proponían llegar. La fe en Dios, la confianza de hombres y mujeres sencillos en las promesas del Creador, es la que marca la diferencia entre personas sencillas y extraordinarias. A fin de cuentas todo depende del creer. Abraham es un ejemplo de esto. Abraham era, como la mayoría de su tiempo, un hombre pobre y analfabeto que junto a los suyos se desplazaba con sus carpas y rebaños en los confines de las dos grandes civilizaciones de aquella época: Mesopotamia y Egipto. Aquel hombre, lleno de limitaciones y precariedades es uno de esos hombres comunes pero extraordinarios que Dios llama para que emprenda el camino del Pueblo de Dios como instrumento suyo para llevar madurez y feliz término a la historia de la humanidad. Un hombre sin descendencia confiado en que Dios le daría lo que le prometió un hombre en el desierto confiando en una tierra prometida que no conocía. Imagínense a un hombre de Ur de los caldeos (Irak) pensando en una tierra de abundancia... 100años, 10 mares, miles de millas, cientos de estaban delante de sus ojos mas su mirada esta puesta en el Dios que le prometió la herencia. ¿Qué fue lo que hizo Abraham para merecer nuestro recuerdo tantos miles de años después 1/4 Cruzar Diez Mares... Escrito por Rvdo. Jorge Daniel Zijlstra Arduin Viernes 01 de Agosto de 2008 15:43 de su existencia??? Abraham confió en las promesas de Dios, aún cuando parecía que todos los mares de la tierra obstaculizarían el logro de aquella bendición prometida. Imagínense su situación, ya era un hombre viejo al igual que su esposa, y aún así confiaban en el ocaso de su vida que Dios les daría lo prometido: un hijo y una herencia tan abundante como las estrellas. El relato de Gn 15 nos dramatiza su situación de manera resumida: Abraham tenía que decidirse entre creer o desmayar. De manera muy hermosa el texto bíblico nos aporta dos elementos imprescindible para que un hombre como cualquiera de nosotros deje de ser alguien común para transformarse en un ejemplo. Nos dice el texto que todo inicia con una Visión. Porque lo que moviliza a Abraham a hecharse al camino con confianza es la visión de Dios para su vida. El Señor dirigió su palabra a Abram en una visión y le dijo no temas, Abram, porque yo soy tu protector. Tu recompensa será muy grande”. Las actitudes destacadas ante la vida nacen de un convencimiento de que Dios es quien gobierna nuestra existencia. Dios es nuestro protector, nada hay que temer. Y el quiere también para nosotros una recompensa muy grande. Pero para acceder a esa recompensa, a la bendición de Dios para nuestra vida, solo es necesario creer. Fíjense que Abram le dice al Señor : qué me vas a dar, si soy un hombre sin hijos.. Que me vas a dar si no valgo nada. Y el Señor le contesta mira las estrellas así será tu descendencia. Yo te voy a ser un hombre grande. Y no sucedieron cosas muy extrañas solamente que Abrahám creyó y esa es la clave de una vida destacada creer, aunque cueste. Por eso es que hebreos 11 nos define el secreto de una vida destacada: el secreto es la fe:: aferrarnos a lo que esperamos en la seguridad de que hay para nosotros y para este mundo cosas que aún no podemos ver pero se harán una realidad. Un mundo más justo, una humanidad reconciliada, una iglesia victoriosa. Es por la fe, dice Pablo, que creemos que las etapas de la creación fueron dispuestas por la Palabra de Dios y entendemos que el mundo visible tiene su origen en lo que no se palpa. . es por la fe que Abraham, llamado por Dios, obedeció la orden de salir a un país que recibiría como herencia y partió sin saber a dónde iba. Por fe pudo ver a su hijo, por la confianza en la promesa vamos hacia delante. Y en el camino de la fe, mil obstáculos habrá que vencer pero la respuesta siempre es la confianza. Ante situaciones de enfermedad, ante desafíos de la vida la respuesta debe ser de fe y eso define y caracteriza nuestra actitud positiva y confiada de la respuesta de Dios . Cuenta la historia ahora más reciente que 2/4 Cruzar Diez Mares... Escrito por Rvdo. Jorge Daniel Zijlstra Arduin Viernes 01 de Agosto de 2008 15:43 “En 1552, en una carta dirigida al reformador inglés, Thomas Cranmer (primer arzobispo protestante de Canterbury), Juan Calvino afirmó que cruzaría diez mares a fin de promover la unidad de la Iglesia. Cranmer había propuesto un encuentro de las autoridades eclesiásticas de la Reforma para que confesaran su idea común en relación con las doctrinas cristianas fundamentales. Calvino consideraba que las divisiones de la iglesia de su época socavaban la coparticipación humana y la relación entre los cristianos y se contaban entre los principales males de aquel tiempo”. Calvino creia en un Dios soberano de la historia que se quería revelar en una iglesia saludable, plena, unida. Calvino creía como Abraham y estaba dispuesto a cruzar todos los mares de la tierra en la confianza de que Dios le permitiría aportar a la vida de la iglesia, y así las cosas aquí estamos nosotros. En estos días, las delegaciones de 217 iglesias reformadas, presbiterianas, congregacionalistas, valdenses y unidas de más de 100 países, representando a más de 75.000.000 de hermanos y hermanas en la fe "cruzaron diez mares "para congregarse en Accra (Ghana)y dar testimonio del señorío de Jesucristo. La reunión de Ghana es la 24ª Asamblea General de la Alianza Reformada Mundial y constituye una celebración de fe y de vida al despuntar un nuevo siglo. Guiados por el tema "Que todos tengan plenitud de vida "(Juan 10: 10), los participantes están reflexionando sobre los peligros y los problemas a los que se hace frente en la vida, procurando que en nuestra manera de vivir y creer se cumpla la voluntad de Dios. (tomado de la página oficial de la Alianza Reformada Mundial, www.wark.ch) En tal importante reunión se está llevando a cabo un intenso diálogo confesional para analizar si la injusticia económica -que deja a tantos millones de personas en el mundo al margen de la vida plena, en un mar de sufrimientos y penurias- es o no un pecado. ¿Usted que cree? Usted qué cree es lo que le podríamos haber preguntado al errante Abraham cuando se le pidió sacrificar a su único hijo en un altar ante Dios. Usted que cree? Calvino como decíamos creía que había que hacer todo lo que estuviera al alcance para que la iglesia floreciera con plenitud. Utilizó la metáfora de “cruzar diez mares” para lograr la unidad de testimonio de la Iglesia. En este sentido nosotros hoy nos sentimos tan lejos de aquella reunión pero tan cerca por nuestra común fe en Jesucristo como Señor de la vida plena para todos. Nosotros hoy confesamos que estamos convencidos del obrar del Espíritu en medio de las comunidades de fe que luchan por un mundo más acorde a la voluntad de Dios. 3/4 Cruzar Diez Mares... Escrito por Rvdo. Jorge Daniel Zijlstra Arduin Viernes 01 de Agosto de 2008 15:43 Por todo esto debemos responder al desafío de contestar al Señor que nos pregunta: ¿cuáles son los diez mares que cruzaremos (nosotros individualmente, nuestras familias, la iglesia local , el presbiterio, la denominación)? Para ser fieles al llamamiento del Señor y aportar al crecimiento de la Iglesia debemos ser claros en nuestras repuestas cotidianas. Pregúntese: ¿Será el mar de la apatía al compromiso el que debamos superar? ¿O el de la indiferencia a los problemas del otro? ¿Habrá que cruzar el mar de la discordia entre hermanos y hermanas por distintas razones? ¿O el mar de la violencia en los hogares y en la iglesia y en la sociedad? ¿Cruzaremos el mar de las injusticias de las que somos responsables, cómplices o testigos dentro y fuera de la iglesia? ¿Nos animaremos a cruzar el tempestuoso mar de la falta de amor? ¿Cruzaremos el mar del egocentrismo y el materialismo que nos lleva a servirnos solo a nosotros? ¿Será el mar de la avaricia en el uso del dinero o los talentos? ¿Y el mar del tiempo sólo usado para beneficio propio? ¿O tendremos que superar el mar del pasivismo, el cristianismo light, la vida superficial y la falta de perseverancia? ¡Cuántos mares nombrados y cuantos otros sin nombrar! Que la fe en Cristo como Señor de la vida, de la iglesia y de ti, te movilice a tener la fe de Calvino y decir: ¡Yo cruzaré mis mares para que Tu gloria se expanda sobre la tierra y Tu plenitud se exprese en la iglesia, en mi familia y en la sociedad! ¡Soli Deo Gloria! Rvdo. Jorge Daniel Zijlstra. 4/4