la masoneria, el numero de oro y el triangulo dorado

Transcripción

la masoneria, el numero de oro y el triangulo dorado
LA MASONERIA, EL NUMERO DE ORO Y EL TRIANGULO
DORADO
Herbert Oré Belsuzarri
Fénix 137-1
GRAN LOGIA CONSTITUCIONAL DEL PERU.
LA MASONERIA, EL NUMERO DE ORO Y EL TRIANGULO DORADO.
El “Fi”, también conocido como el número de oro, es uno de los conceptos matemáticos
que aparece una y otra vez ligados a la naturaleza y el arte, compitiendo con “Pi” en
popularidad y aplicaciones.
El número áureo o la proporción áurea se estudiaron desde la antigüedad, ya
que aparece regularmente en geometría. Se conoce ya de su existencia en los
pentágonos regulares y pentáculos de las tabletas sumerias de alrededor del
3200 a. C.
En la antigua Grecia se utilizó para establecer las proporciones de los templos,
tanto en su planta como en sus fachadas. Por aquel entonces no recibía ningún
nombre especial, ya que era algo tan familiar entre los antiguos griegos que "la
división de un segmento en media extrema y razón" era conocida generalmente
como "la sección". En el Partenón, Fidias también lo aplicó en la composición de
las esculturas. (la denominación Fi, por ser la primera letra de su nombre, la
efectuó en 1900 el matemático Mark Barr en su honor).
Platón, consideró la sección áurea como la mejor de todas las relaciones
matemáticas y la llave a la física del cosmos.
La sección áurea se usó mucho en el Renacimiento, particularmente en las artes
plásticas y la arquitectura. Se consideraba la proporción perfecta entre los lados
de un rectángulo.
Da Vinci hizo las ilustraciones para una disertación publicada por Luca Pacioli
en 1509 titulada De Divina Proportione, quizás la referencia más temprana en la
literatura a otro de sus nombres, el de "Divina Proporción". Este libro contiene
los dibujos hechos por Leonardo da Vinci de los cinco sólidos platónicos. Es
probable que fuera Leonardo quien diera por primera vez el nombre de sectio
áurea. En 1525, Alberto Durero publica Instrucción sobre la medida con regla y
compás de figuras planas y sólidas donde describe cómo trazar con regla y
compás la espiral basada en la sección áurea, que se conoce como “espiral de
Durero”.
Los artistas de Renacimiento utilizaron la sección áurea tanto en pintura,
escultura como arquitectura para lograr el equilibrio y la belleza. Leonardo da
Vinci, por ejemplo, la utilizó para definir todas las proporciones fundamentales
en su pintura La última cena, desde las dimensiones de la mesa, hasta la
disposición de Cristo y los discípulos sentados, así como las proporciones de las
paredes y ventanas al fondo.
Leonardo da Vinci, en su cuadro de la Gioconda (o Mona Lisa) utilizó
rectángulos áureos para plasmar el rostro de Mona Lisa. Se pueden localizar
muchos detalles de su rostro, empezando porque el mismo rostro se encuadra
en un rectángulo áureo.
El astrónomo Johannes Kepler (1571-1630), descubridor de la naturaleza elíptica
de las órbitas de los planetas alrededor del Sol, mencionó también la divina
proporción: “La geometría tiene dos grandes tesoros: uno es el teorema de
Pitágoras; el otro, la división de una línea entre el extremo y su proporcional. El
primero lo podemos comparar a una medida de oro; el segundo lo debemos
denominar una joya preciosa”. Y, creyente como era dijo: "no cabe duda de que
Dios es un gran matemático".
Las cualidades del Número de Oro, el Triángulo Dorado, están en las diversas
manifestaciones de la Naturaleza y en la creación humana. El número dorado o
“fi” fue conocido en Sumeria, Egipto, India, Centro América, China y Perú. Y
naturalmente las aplicaron en las diversas construcciones que asombran hasta
hoy. Las proporciones armónicas de las construcciones arquitectónicas los
podemos hallar en la Puerta del Sol de Tiawanaku como en la Catedral de
Milán, en los templos mayas, caralinos, egipcios, sumerios, indios, chinos y
otros, se revelan espontáneamente por el diseño con excelencia estética y/o
estructural o se manifiesta por emulación de proporciones existentes en la
naturaleza imitando por ejemplo las conchas de los gasterópodos.
CONFIGURACIÓN
El Triángulo Dorado es el que
reúne el conjunto de cualidades
esenciales del Número de Oro:
él mismo, su inverso y su
cuadrado; y, además, no se
deriva de ninguna otra figura
geométrica.
Tiene de
altura F ( 1,618033989... )
y de base
1/ F (0,618033989... ) .
La razón entre la altura
del Triángulo y su base
es F 2(2,618033989...).
Si la base se iguala a 1
la altura es F 2
Por lo tanto, se trata del
Triángulo Dorado por excelencia,
figura geométrica paradigmática
por sus armónicas proporciones.
El triángulo dorado es un isósceles cuyos lados iguales valen F² y su base F; sin
embargo, esta figura es un producto de la configuración del pentágono, que
como es sabido, está absolutamente definido por F en todas sus partes y figuras
derivadas. Este triángulo dorado tiene como lados iguales a dos de las
diagonales del pentágono y su base es un lado de este.
El número de oro y el triángulo dorado fue conocido por los sumerios, egipcios,
caralinos y mayas, asi como los chinos e hindús quienes lo plasmaron en el
diseño y construcción de sus pirámides que han quedado como muestras
avanzadas de la aplicación de la geometría, que fue “sagrada” para los griegos
de la escuela iniciática pitagórica.
A la izquierda Zigurat de Sumeria a la derecha la pirámide de Saqqara en Egipto
Pirámides de Caral.
La Gran Piramide.
Pirámide Maya.
Pirámides Chinas.
Pirámide Indostán.
Pirámide Iindostan.
Estos antiguos conocimientos de los constructores se fue trasmitiendo de
generación en generación a través de las escuelas iniciáticas que en cada una de
estas culturas existió, pasando luego a Europa y siendo aplicada por los
masones operativos en todos los tiempos, así tenemos:
Catedral de Chartres (s. XIII)
Catedral de Colonia (s. XIV)
Catedral de Milán (s. XIV)
Castillo del Bran (s. XIV), donde vivió Vlad II, conocido como conde Drácula
La Torre Eifeel.
Hoy en día la sección áurea se puede ver en multitud de diseños. El más
conocido y difundido sería la medida de las tarjetas de crédito, la cual también
sigue dicho patrón, así como nuestro carné de identidad y también en las
cajetillas de cigarrillos.
En la arquitectura moderna sigue usándose; por ejemplo, está presente en el
conocido edificio de la ONU en Nueva York, el cual no es más que un gran
prisma rectangular cuya cara mayor sigue las citadas proporciones.
El registro más antiguo del conocimiento del número de oro y el triángulo
dorado se halla en sumeria y fue usado por Gudea y otros arquitectos de ella.
De manera tal que podemos decir que el arte de la construcción de los masones
tiene el referente histórico más antiguo del “arte” en sumeria y no en Egipto
como se había supuesto. Aunque el número de oro se popularizó a raíz de los
estudios de Leonardo Da Vinci sobre el Hombre de Vitrubio, que es
considerado el ejemplo del hombre ideal por sus proporciones. El número de
oro y el triángulo dorado, estuvo siempre presente en la naturaleza, en el
estudio de la geometría y en la sagrada ciencia de los masones de todos los
tiempos.
En la antigüedad los Misterios o Altos Secretos representaban la sabiduría y la ciencia de aquel
tiempo. Ello se guardaba en los Templos que eran el recinto de las escuelas iniciaticas, donde
impartían enseñanzas solo a los escogidos. En ellas también se practicaba el culto profano de las
ceremonias místicas, en honor a la divinidad adorada por el pueblo ignorante de esta sabiduría.
Herbert Oré Belsuzarri
[email protected]
Bibliografía.
“Presencia del Numero de Oro” y “Gudea Criptico” del Arq. Carlos Calvimontes Rojas.

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