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Arte|s VIENA Georges Seurat murió tempranamente a los 31 ya había dejado un impacto seminal que prepa de un centenar de pinturas para mostrar cómo una muestra que conecta con unas generacion Del punto THÉO VAN RYSSEL BERGHE: ‘SEATED NUDE’, 1905 Pintor neoimpresio nista belga, Van Rysselberghe se formó en el realis mo y el orientalis mo, influido por sus diferentes viajes a Marruecos. En 1886, en el octavo salón impresionista de París, descubrió la obra de Seurat ‘La Grande Jatte’, que le marcó al punto de abando nar sus ideas anteriores para abrazar el puntillis mo, técnica con la que realizó los retratos que cimen taron su fama. ALBERTINA HENRI MATISSE: ‘PARROT TULIPS’, 1905 Matisse se encon traba inmerso en la investigación sobre la línea y el color cuando tuvo noticia de que su amigo el pintor HenryEd mond Cross había recaído en su artritis. Matisse le envió uno de los paisajes del Jardin de Luxembourg que había pintado hacía tiempo, que Cross le agradeció con un ramo de tulipanes. Matisse los pintó siguiendo la técnica puntillista. ALBERTINA 1 años, pero para entonces el puntillismo, a cuya cabeza había estado el pintor francés, araría el terreno para el advenimiento del arte moderno. El museo Albertina reúne más o este movimiento fue evolucionando más allá de la mera yuxtaposición de colores en nes que se mueven entre píxeles VICTORIA SLAVUSKI El Museo Albertina ha inaugurado con el otoño Seurat, Signac, Van Gogh: Caminosdelpuntillismo,suse gunda gran exhibición del año, que reúne 104 obras de diversos colec cionistas y museos, en especial del holandés KröllerMüller. La mues tra, explica su comisario, Heinz Wi dauer, más que construirse sobre lo emblemático del movimiento –el arabesco, la silueta, la búsqueda de la armonía, lo decorativo—, intenta mostrar cómo el puntillismo prepa ró el terreno para el advenimiento delartemoderno,“cómoelpuntofue evolucionando hasta desembocar en la abstracción, neoplasticismo, futu rismo y incorporarse en el cubismo”. A primera vista parece difícil ver esa trayectoria a causa de una con tradicción intrínseca que presenta el puntillismo que, revolucionario por su intención de trascender la repre sentación de la naturaleza y basarse ennuevasteoríasópticas,alperderlo gestual de la vibrante pincelada libe rada del impresionismo –que dejó atráselrealismoencoloryforma–en su época ortodoxa parece dar un pa so atrás y volver a una puntuada rigi dezacademicista,clásicaonaturalis a la abstracción Los impresionistas pintaban al aire libre, los puntillistas en sus estudios utilizando colores puros VINCENT VAN GOGH: ‘INTERIOR DE UN RESTAURAN TE’, 1887 El pintor holandés adoptó la técnica del puntillismo en este interior de un restaurante, proba blemente en Asnières, un barrio industrial donde también pintó Seurat, cuya técnica admiraba y estaba aprendiendo gracias a su amis tad con Signac. Van Gogh asimiló los principios de este movimiento y sus técnicas, especial mente la yuxtapo sición de colores, para después aplicarlas libremen te a su estilo. KRÖLLERMÜLLER MUSEUM, OTTERLO ta. Fue George Seurat quien inventó en 1886 esta nueva forma de pintar llamándola cromoluminarismo, ba sándose en teorías de Chevreul, un químico que restaurando tapices descubrió que dos colores cercanos se veían como otro color a cierta dis tancia,yquelapersistenciadelareti na evocaba el color complementario al visto. La crítica seria la bautizó neoimpresionismo, pero terminó por conocerse como puntillismo (Seurat y Signac nunca aceptaron el término, ya que reducía una teoría a una técnica). Seurat tenía diez años en1869,cuandoRenoiryMonetpro piciaron la aparición explosiva del impresionismo, y trece cuando este último tituló una de sus telas Impre sión, sol naciente bautizando sin sa berlo el movimiento pictórico más revolucionario del siglo. El puntillis mo (llamado también impresionis mo científico) se basaba en yuxtapo nerpuntosdecoloresprimariosenla telaparaquesemezclaranformando nuevos colores en el ojo del especta dor. “Los impresionistas pintaban al aire libre y usaban también colores quebrados y tierras; los puntillistas pintaban en sus estudios usando co lores puros”, aclara Widauer. El> ARTES 14 Cultura|s La Vanguardia Sábado, 1 octubre 2016 PAUL SIGNAC: ‘THE DINING ROOM’, 1886/87 Signac, uno de los más fervientes defensores del divisionismo, pinta aquí una escena burguesa: un hombre mayor y una mujer toman un café que les es servido tras la comida. La escena es en realidad familiar, ya que el anciano es el abuelo del pintor y la mujer, su madre. Llama la atención el formalismo y la frialdad de los retratados, que no establecen ningún contacto visual. KRÖLLERMÜLLER MUSEUM, OTTERLO >corsé del punto se mantuvo vigen tehastalamuerteprematuradeSeu ratalos31años,aunquevariospinto res,comoVanGogh,lesacaronantes su chaleco de fuerza a base de origi nalidad y fuerte individualidad. “Seurat tardaba uno o dos años en terminar un cuadro, aplicando pun tos día y noche; los pintores estaban cansados de esa técnica agotadora”, nos comenta Widauer. Lo laborioso y rígido del puntilleo provocó deser ciones que tal vez impulsaron a Sig nac –tras la muerte de Seurat, a la ca beza del movimiento– a iniciar el di visionismo, terminando con la dictadura del punto, que podría re emplazarse por cortas pinceladas, y reduciendo el dogma al empleo de colores no superpuestos, con lo que ya estamos a un paso del mosaico y a dos del fauvismo. El visitante de la era digital está bien preparado para esta muestra: todo poseedor de una impresora sa be que todos los colores se forman con puntitos de magenta, amarillo y azul,yquelasimágenesdesuscáma ras se resuelven en puntos (píxels). EnlaprimerasalaunSisleyyToorop presentansendosárbolesalbordede ríosdesdeunaperspectivasimilaren pinceladasypuntosilustrandolains cripción Impresionismo versus pun tillismo además de una amplia serie de marinas –estáticas, geométricas, espectrales, decorativas, que hacen comprender por qué los impresio nistas no sabían si considerarlos pin turasodibujos–deSignacySeurat,el impresionante Comedor, opus 152 del primero, y varios de los extraor dinarios, densísimos dibujos en ne gro del segundo. La sala dos alberga entre otros a Van de Velde e intere santes obras de Sisley y Toorop. Las salas tres y cuatro presentan otros herederosdelapinturaflamenca,re presentantes del luminismo de Am sterdam que dieron una nota sensi ble, sinuosa y grácil al puntillismo que presentan también las obras de Cross, cuyo El cisne se convirtió en el epítome del arabesco puntillista, y la tendencia anarquista con Luce. En lasúltimassalassobrevieneelclímax de la muestra, con los mosaicos de Metzinger,mediadocenademaravi llosos Van Gogh, y obras de Delau nay, Vlaminck, Mattise, Picasso, Mondrian y Klee. | Experimentación La galería Senda abre su nuevo espacio, LAB36, con una muestra comisariada por Chus Martínez y protagonizada por Jorge Ferré La revolución lenta Seurat, Signac, Van Gogh. Caminos del puntillis mo MUSEO ALBERTINA. VIENA. WWW,ALBERTINA.AT. HASTA EL 8 DE ENERO SÒNIA HERNÁNDEZ GEORGES SEURAT: ‘DOMINGO EN PORTENBESSIN’, 1888 Porten Bassin, un luminoso pueblo de pescadores en Normandía, era el lugar elegido por Seurat para “lavar se la mirada de los días de taller”, tal como explicaba el poeta Emile Ver haeren. Allí se trasladaba cada verano y pintó numerosos paisajes del puerto y del camino hacia los acantilados. KRÖLLERMÜLLER MUSEUM, OTTERLO Mientras se imponía la cultura visual digital o se asimilaba la idea de revo lución artística de la vanguardia –se gúnlacualelartehadetransformarse constantemente–, ha habido artistas que, como Jorge Ferré (Badajoz, 1957)sehanaisladoensuestudio,ob cecados en una búsqueda voluntaria mente reiterativa a través de la for ma, el color o la materia de la pintura. Y es ahora cuando la prestigiosa co misaria, además de directora del Ins tituto de Arte de la FHNW Academy of Art and Design de Basilea, Chus Martínez (Ponteceso, A Coruña, 1972), después de haber trabajado con lenguajes que le resultaban poco familiares, como los desnudos y estu dios del cuerpo femenino de Gustav Metzgerylaspuestasdesoldelapoe ta y artista libanesa Etel Adnan, cree llegado el momento de presentar la obra de Ferré: “Esta pintura, para mucha gente, puede ser extraordina riamente provocativa. Tendemos a adscribir valores a cuestiones estéti cas y visuales”, comenta la comisaria, “sobre los artistas visuales se ha ejer cido mucha presión en los últimos veinte años porque se les ha pedido quetenganunvocabulariovisualyes téticosimilaraloqueestápasandoen el resto del mundo para así crear el flujo que llamamos globalidad”. De la misma manera que la galería Senda estrena su espacio dedicado a la experimentación LAB36 con esta muestra,ChusMartínezquiererecu perar el trabajo de artistas como el de la francesa Camille Henrot con sus frescos, o las pinturas de Jorge Ferré, que entienden la práctica artística de otra manera, casi como una vuelta al clasicismo o una educación en la len titud, en los que cree ver, “como en la