algunas reflexiones sobre centros sociales okupados o no

Transcripción

algunas reflexiones sobre centros sociales okupados o no
ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE CENTROS
SOCIALES OKUPADOS O NO
EDITA DISTRI MALIGNA
[email protected]
ÍNDICE DEL CONTENIDO
Contenido...........................................................................Páginas
Introducción al texto......................................................................3
Introducción................................................................................4-5
Drogas.........................................................................................6-8
Incoherencia..............................................................................9-12
¿Alquilar u okupar?................................................................13-14
Sobre el uso del dinero como vehículo de intercambio dentro de
los espacios sociales okupados y/o autogestionados....................15
Relación con el exterior, la revolución de puertas afuera.......16-19
Las asambleas horizontales como foco de verticalidad..........20-21
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INTRODUCCIÓN AL TEXTO
Este texto lo hemos extraído del blog libertario de Galicia:
www.vozcomoarma.blogspot.com, ya que el contenido nos parece
interesante para poder generar un debate dentro y fuera de los
Centros Sociales Okupados en referencia a diferentes temas que
deberían ser cuestionados, reflexionados y superados, si queremos
ir avanzando en pos de la coherencia, el compromiso y la
autosuperación individual y colectiva.
Este folleto ha sido editado por Distri Maligna en Mayo de
2011, se distribuye de forma gratuita, aunque si alguna
distribuidora necesita venderlo para volver a recuperar el dinero
invertido, pedimos que se venda a un precio razonable, para que
de este modo se cumpla el principal objetivo de este artículo; la
máxima difusión posible. Esperamos que las cuestiones que aquí
se tratan dejen de evitarse, debatirse de forma superficial o sólo
queden en la teoría y que más temprano que tarde se vayan
modificando y superando en la práctica cotidiana de los espacios
liberados o autogestionados.
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INTRODUCCIÓN
Antes de nada, conviene que cada unx se haga la siguiente
pregunta; ¿Qué son o qué características definen los centros
sociales okupados/autogestionados?. Un centro social es un
espacio dónde poder generar debate acerca de la hostil realidad
social que nos rodea, con el fin de provocar un conflicto con la
misma y visibilizar por tanto las problemáticas que derivan de
ésta ante una masa dormida y drogada con el tráfico de una
realización personal que no existe, basada en la imposición por
parte del poder y sus mecanismos de una existencia insatisfactoria
y vacía. Es lo que llamamos no-vida, es decir, existir como meros
códigos de barras atados a un estilo de vida prediseñado cada año
por las élites del mercado que fabrican nuevos deseos para
mantenernos ¿felices?.
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Los centros sociales surgen ante la necesidad vital de
desarrollar nuevas formas de interacción con nuestro entorno y
con los individuos e individuas que lo componen, sean estxs
compañerxs o no. Son plataformas desde las cuales proyectar la
lucha hacia un discurso político coherente que en un determinado
periodo de tiempo, permita poner en práctica la teoría en los
distintos escenarios en los que existimos. Dentro del sistema
capitalista, nuestras relaciones interpersonales se encuentran
constantemente sometidas a una serie de factores que hacen que
éstas se desenvuelvan siguiendo patrones autoritarios y egoístas.
Así, "aprendemos" a inconscientemente, forjar todos nuestros
acuerdos intentando llevar al/a la otrx a nuestro terreno, hacer
favores esperando siempre algo a cambio, naturalizar la
adultocracia o la especialización (es decir, tolerar que alguien nos
diga lo que podemos o no podemos hacer amparándonos sólo en
que tiene "más experiencia", en lugar de sostener una relación de
igualdad por la cual otra persona decide ayudarnos y aconsejarnos
acerca de algo en lo que efectivamente, tiene más conocimientos
para así aprender juntxs y no estancarnos en la delegación de
responsabilidades) y otros esquemas que, por desgracia, tendemos
a reproducir en muchos casos aquellxs que precisamente,
luchamos por la destrucción total de esta realidad para construír
posteriormente un mundo nuevo de igualdad, respeto, apoyo
mutuo y libertad.
Por eso, me gustaría enfocar este artículo hacia la reflexión
y la autocrítica con respecto a algunos errores que todxs
cometemos y que por desgracia, no contribuyen a acabar con esta
estructura inhumana sino más bien a alimentarla y parasitar de
ella mientras nos convencemos a nosotrxs mismxs de que la
estamos dañando.
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DROGAS
De todos los problemas que en los últimos años se han
hecho un hueco en infinidad de proyectos de este tipo, uno de los
más nocivos es el tema de las drogas. Se ha extendido la creencia
de que vender alcohol es lógico pues gracias a eso, acude mucha
más gente al local, dejando su dinero que luego puede ser
destinado a financiar las diferentes luchas sociales que se
enmarcan dentro del amplio arco de la guerra antiautoritaria. Así,
podemos ver cantidad de barras libres para recaudar fondos para
compañerxs en prisión, sorteos que incluyen botellas de licores
varios en los que el dinero recaudado con las rifas va destinado a
ayudar a pagar las multas de lxs compañerxs detenidxs en una
contra-cumbre reciente en la ciudad y demás movidas similares.
A simple vista, esto puede no parecer algo perjudicial pero
lo cierto es que la realidad es muy pero que muy distinta.
Intentaré explicar brevemente los principales motivos del rechazo
a la venta de alcohol en espacios sociales:
a) Siguiendo esta lógica termina por volverse inevitable un
deslizamiento del objetivo desde lo cualitativo hacia lo
cuantitativo lo cual es un grave error pues el local tiende a
llenarse de gente que sólo busca cerveza a buen precio, pasando
totalmente de las actividades e incluso causando problemas en el
transcurso de las mismas, con burlas, comentarios ofensivos o
intervenciones que no vienen a cuento.
b) El impuesto del alcohol, uno de los más altos del Estado,
va directamente al Ministerio de defensa, es decir, a ayudar a
cubrir los gastos del ejército. La próxima vez que en una charla
contra la guerra te estés tomando una cerveza, párate a pensar que
quizás la bala que atravesó el cráneo de esa niña de la que habla
el/la poniente, la estés pagando tú.
c) Una de las tristes verdades que se ponen de manifiesto al
observar este tipo de bebidas en los espacios autogestionados y/o
liberados es que no se trata tanto de lo beneficiosa o
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contraproducente que su venta pueda resultar para lograr nuestros
fines sino que más bien, el verdadero inconveniente reside en que
la mayoría de gente que participa o acude a nuestros espacios
consume de manera abusiva esta sustancia, una droga dura y legal
que además de provocar diversas enfermedades como problemas
en el hígado o úlceras también termina por crear una dependencia
que a su vez, termina en delirium tremens, alteración de la
personalidad hacia brotes violentos, distorsión de la realidad para
dar ilusión de bienestar cuando hay y depresión cuando falta...
d) La mayoría de bebidas alcohólicas conllevan en su
producción la experimentación animal por no hablar de los
aditivos de origen animal como la ictiocola (extracto de la vejiga
natatoria del esturión, usada para clarificar la cerveza después de
la fermentación) u otros como la gelatina (grasa obtenida de
huesos, piel y cartílagos de vacas y cerdxs), la sangre de buey o la
quitina (producto derivado de la cáscara de cangrejos o langostas)
que se utilizan para realizar el mismo proceso en el vino. Otros
derivados animales presentes en las bebidas son los colorantes
como el E-120 (Ácido carmínico, colorante rojo, extracto de la
hembra de la cochinilla) o la leche y la clara de huevo. Entonces,
una pregunta a tanta gente que en sus supuestos espacios libres de
esclavitud organiza comedores veganos y proyecta docus sobre la
explotación animal y luego tiene la desfachatez de emborracharse,
¡¿a dónde nos estamos yendo señorxs?!
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Estos y muchos otros ejemplos deberían ser suficientes para
preguntarnos qué es lo que estamos haciendo y si de verdad vale
la pena caer en una de las trampas más hábiles del sistema sólo
para conseguir dinero que en un momento dado, pueda ayudarnos.
Actualmente, existen varios centros sociales en el Estado que han
roto con estas ideas preconcebidas y se han arriesgado
experimentando con nuevas formas de financiación o de diversión
y la verdad, es que creo que les debemos algo más que palabras
pues sus experiencias han sido en mayor o menor parte
satisfactorias, demostrando que no sólo no hace falta vender
alcohol sino que no hacerlo suele tener como consecuencia un
aumento de la participación en las movidas y una disminución de
situaciones difíciles como pueden ser las peleas o las broncas
entre compañerxs que se encuentran bajo los efectos de esta droga
(lo que no quiere decir que aquellxs que no la consumimos no
discutamos pero sí es cierto que es menos probable caer en
provocaciones o sentirnos aludidxs ante una actitud de otra
persona si estamos en nuestro sano juicio).
Por supuesto, no debemos limitar la crítica al alcohol y si
me he extendido tanto, ha sido porque queráis que no, es la droga
menos cuestionada. No obstante, no debemos olvidarnos de otras
como el LSD, el MDMA, la cocaína, el speed, la marihuana o las
setas alucinógenas. Por mucho que la gente se esfuerce en
demostrar que con un consumo responsable se pueden usar esas
sustancias de manera consciente, eso no es cierto puesto que
dichas sustancias afectan de un modo u otro a nuestro cuerpo.
Tenemos que tener en cuenta que todo lo que hacemos tiene su
consecuencia en el futuro y en esta lucha, cuánto más sanxs
estemos y cuánto más tengamos nuestros pies en la tierra, mejor
podremos percibir las agresiones que nos vengan y actuar para
repelerlas.
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INCOHERENCIA
¿Cuántxs de vosotrxs, al llegar a uno de estos espacios
llenxs de ilusión y ganas de proponer y llevar a cabo cosas
nuevas, os habéis encontrado con algo muy distinto a lo que os
esperábais?. A menudo en estos espacios se observa una especial
tendencia a confundir conceptos que sólo desemboca en que el
local en cuestión se llene de gente sin ninguna inquietud política o
que se cree la más rebelde del barrio por llevar X o Y estética.
También se fomentan algunos temas que de por sí, representan
una incoherencia abismal con respecto al discurso predicado. A
continuación me gustaría describir los casos más comunes:
a) Abundancia de alérgicxs a los libros: Estxs
"compañerxs" se caracterizan por acudir a los centros sociales
para todos los actos lúdicos al mismo tiempo que demuestran una
habilidad sobrehumana para escaquearse de las actividades del
tipo de asambleas, charlas, proyección de documentales, talleres
de lectura, etc. Si intentas hablar con ellxs acerca de su falta de
compromiso, replican con argumentos como "es que a mí no me
gusta leer" o "es que no me interesa la política porque son todxs
unxs mentirosxs" y si se te ocurre decirles que el lugar en el que
se encuentran no es un simple bareto sino que allí se va a trabajar
y colaborar con la lucha contra el Estado, no dudarán en sacarlo
todo de contexto o intentar señalar que tú, el/la malvadx
autoritarix, le impones a él/ella, el/la inocente incoherente, tu
forma de ver las cosas la cual él/ella asegurará no compartir,
intentando excusar su conducta en que él/ella lucha de "otro
modo".
b) Lxs "soy colega de": Entras en el centro social o la
okupa de tu barrio y nada más cruzar la puerta, te percatas de la
presencia de unxs cuantxs payasxs amigxs de algún/a compañerx
que no paran de hacer comentarios sexistas, riéndose de la estética
de lxs compañerxs o de que alguien esté comiendo un plato
vegano o mostrando otras actitudes que de otra manera, habrías
denunciado de inmediato. No se debe caer en el amiguismo y es
preferible que el/la supuestx compañerx se marche con sus
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amigxs indignadx por tu queja que el callarte y que sigan ahí
echando por tierra todo el tiempo que la gente ha trabajado por
eliminar ese tipo de actitudes de sus vidas tanto en el centro como
fuera.
c) El especismo: Se supone que los centros sociales
funcionan de manera horizontal, es decir, tratando de eliminar las
jerarquías para funcionar de manera que todxs puedan aportar su
visión y de ese modo, demostrar a lxs incrédulxs que si nos reeducamos y nos esforzamos, vivir sin amxs ni subordinadxs es
perfectamente posible. Sin embargo, existen decenas de centros
sociales repartidos por todo el Estado que al parecer, siguen
reduciendo la horizontalidad y el respeto a lxs humanxs. Desde
mi propia experiencia personal, puedo calificar de denigrante la
actitud de algunxs compañerxs cuando por ejemplo, organizan un
torneo de fútbol a modo de protesta simbólica contra el racismo y
en la comida que hacen después de este, incluyen churrasco,
salchichas, montaditos de jamón y otros platos que son portadores
de una relación de dominación y esclavitud que a mucha gente no
le interesa ver. El consumo de productos animales no es
necesario, es cruel y constituye una manifestación tangible de la
realidad que nosotros y nosotras mismxs sufrimos y padecemos
día a día, la realidad del abuso de poder de lxs más fuertes sobre
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lxs más indefensxs, justificándose lxs opresorxs en que esa
autoridad es necesaria cuando todxs sabemos que si ponemos algo
de nuestra parte, esto dejaría de ser así.
En el año 1936, no se incluía en el discurso libertario la
problemática sexista, ver sino la actitud misógina que mostraban
algunos venerados ídolos del anarquismo (menuda contradicción,
¿a que sí?) como por ejemplo, José Buenaventura Durruti. Con el
paso de los años, estas actitudes fueron afortunadamente
disminuyendo y las reflexiones sobre luchas contra el patriarcado
proliferaron a ritmo vertiginoso. Lo mismo sucedía con lxs
homosexuales, a quiénes la CNT no dejaba ingresar en sus filas
durante los primeros años de la anarcosindical. ¿Por qué entonces
obviamos ahora el debate del especismo?, ¿por qué intentamos
mostrar como razonable una autoridad que es totalmente
intolerable e innecesaria?
Aquí se suele argumentar que lxs veganxs somos
autoritarixs y estamos agrediendo a compañerxs al no respetar su
decisión personal de comer carne. Craso error. El consumo de
carne no es una decisión personal por el simple hecho de que al/a
la consumidor/a no le afecta pero al/a la individux que se está
comiendo, sí. Más de unx debería plantearse si escogería
voluntariamente ser separadx de sus padres nada más nacer,
torturadx, encerradx, cebadx, asesinadx, descuartizadx y
finalmente devoradx. También debería reflexionar sobre si el
simple hecho de no poder razonar nos da derecho a asesinarlxs y a
esclavizarlx a pesar de sus obvios intentos por liberarse y por
seguir con vida. Además, el veganismo no sólo es una alternativa
ética con lxs animales sino también con el planeta y nuestro
hogar, en el cual tiene un impacto brutal la producción industrial
de carne y la ganadería.
d) Sexismo: Hay un problema que o bien no se quiere ver o
bien estamos demasiado ciegxs. La mayoría de nosotrxs (por no
decir todxs) demostramos a veces una fe absurda en que al entrar
en un centro social, cruzamos una especie de puerta con un halo
de luz mágica que al instante de tocarlo, elimina de nuestro
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subconsciente toda actitud discriminatoria para convertirnos en
sonrientes amigxs de todxs dispuestxs a destruir al malvado
imperio capitalista.
Muchas veces cuando estamos en un centro social,
observamos actitudes que claramente son producto de una serie de
prejuicios o tópicos machistas o hembristas (discriminación de la
mujer en positivo). Por ejemplo, nos encontramos en un comedor
vegano en la okupa del barrio. Cuando el tío de al lado termina se
levanta y se da el piro sin recoger su plato ni los utensilios que ha
usado mientras sonriendo, le dice a otro que para fregar ya están
las tías. Otro caso son las típicas bromitas entre compañerxs como
contar chistes machistas o hembristas, reírse del tío que barre el
suelo o de la tía que practica kick boxing afirmando que el
primero es un calzonazos y la segunda, una tía que intenta
"imitar" a los hombres. ¿Bochornoso verdad?, pues ha sucedido
en innumerables ocasiones y de la boca de impresentables que se
definían a sí mismxs como feministas y como compañerxs.
Debemos permanecer alerta pues a veces percibimos estas
agresiones pero no las criticamos abiertamente porque son
"amigxs nuestrxs" o "compañerxs" y no queremos "quedar mal
delante de ellxs". Es un error, en el momento en que un/a
individux discrimina a otrx, le está agrediendo y deja ser
compañerx. Por tanto, pasar por alto su actitud nos convierte en
cierto modo en cómplices de la agresión.
Debemos estar unidos y unidas frente a este tipo de
cuestiones, si no hay tolerancia fuera para el sexismo ni la
discriminación, ¿no es absurdo tolerarlo en nuestros propios
entornos? No tiene sentido el buen rollismo, la autodefensa, ya
sea física o verbal según lo requiera el caso es comprensible y
está justificada. Por desgracia, hay gente que no comprenderá el
significado del respeto hasta llevarse un buen soplamocos por
impertinente.
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¿ALQUILAR U OKUPAR?
Contrariamente a lo que mucha gente cree (y a lo que
muchxs nos gustaría) no todos los centros sociales se encuentran
en edificios o casas okupadas. En ciudades dónde el movimiento
antagonista no cuenta con una solidez suficiente, existen centros
sociales que deciden alquilar el espacio y luego, montar allí sus
historias, llegando en muchos casos a tener que compartir espacio
corrientes que de por sí, se revelan como incompatibles.
Comunismo frente a anarquismo, movimientos o personas
animalistas con gente que sigue siendo especista o asociaciones
reformistas con grupos radicales.
Frente a esto yo personalmente guardo una postura un poco
ambigüa, me explicaré. Creo que por un lado, el hecho de alquilar
un local para luego usarlo como herramienta para construir una
resistencia activa al margen del capitalismo y sus injusticias,
constituye un acto tremendamente hipócrita* pues al mismo
tiempo que criticamos al sistema estamos participando de su
engaño al alimentar a un sector que al menos en el Estado español
ha demostrado ser uno de los mayores focos de corrupción,
explotación laboral y precariedad / terrorismo patronal de todos.
El sector inmobiliario y de la construcción.
*Nota editorial: Hemos decidido incluir el texto íntregro, para no
censurar la opinión del autor sobre este asunto, respetando así su libertad
de expresión, aun a pesar de que no compartimos al 100% su visión y los
adjetivos que utiliza; en especial el de "tremendamente hipócrita". El resto
de apreciaciones que hace sobre esta cuestión nos parecen bastante
acertadas, ya que reflejan la situación que puede encontarse en Galicia o
en otros lugares. Sin embargo, nos gustaría añadir en defensa de los
espacios alquilados, que cuando un proyecto a largo plazo necesita
seguridad y estabilidad, no puede permitirse el estar okupando
constantemente durante años o décadas, cambiar de sitio en reiteradas
ocasiones, arriesgarse a perder el material que con tanto esfuerzo humano,
económico y tiempo se ha conseguido... no queda más remedio que pagar
un alquiler y pasar por el aro del sistema, en algunos casos pequeñas
incoherencias como estas son compensadas con los resultados que se
consiguen con los locales que pagan un alquiler.
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No obstante, también es cierto que muchas veces las
circunstancias son adversas y los motivos que nos impiden okupar
son de fuerza mayor. La falta de compromiso, el miedo a
decepcionar las expectativas que nuestrxs seres queridxs hayan
podido depositar en nosotrxs, las ataduras externas como puede
ser el encontrarse cursando una carrera o el tener un horario de
trabajo demasiado agobiante son algunos ejemplos.
No pretendo con esto restar importancia a los centros
sociales autogestionados pero no okupados ni nada por el estilo,
no me malinterpretéis. Sólo pretendo plantear el debate sobre esto
dado que el problema de la vivienda se ha agravado una
barbaridad en los últimos años y va siendo hora de romper con
hipotecas, bancos y préstamos de dinero que no existe. No
podremos recuperar nuestras vidas hasta que no nos libremos de
las cadenas que atan nuestro pensamiento a la hora de tomar
decisiones de cara a la lucha y debemos tener en cuenta que en
ciertos casos esas decisiones no nos conciernen sólo a nosotrxs
como personas sino también a todas las personas que comparten
lucha con nosotras, en cualquier parte del mundo. También me
gustaría mencionar a los espacios okupados que terminan por
venderse al colegueo con el Estado y la comodidad. Los espacios
okupados no pueden ni deben ni quieren ser legalizados. Surgen
como un versátil instrumento con el que crear nuevas formas de
cuestionarse y de comprender este mundo enfermo pero también
como un golpe frontal a su legalidad hecha a voluntad de aquellxs
que tienen más. La okupación no es un fin, es un medio a través
del cual seguir recorriendo este difícil camino.
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SOBRE EL USO DE DINERO COMO VEHÍCULO DE
INTERCAMBIO DENTRO DE LOS ESPACIOS SOCIALES
OKUPADOS Y/O AUTOGESTIONADOS
Es un hecho que tal y cómo está articulado este sistema no
podemos negar por mucho que nos duela la necesidad de tener
dinero. Esta necesidad varía en su graduación según la persona y
su modo o ritmo de vida. Así, un/a okupa veganx que recicle su
comida de los productos que fruterías, supermercados o
herboristerías tiran porque no se venden o porque presentan un
aspecto poco apetecible (pese a encontrarse en un estado
totalmente comestible) tendrá menos necesidad de dinero que
un/a currante que tenga que pagar alquiler o hipoteca, agua, luz,
factura de teléfono e internet, su comida, la de sus hijxs y pareja
etcétera, etcétera. Pero sea como sea, en un momento dado
necesitaremos dinero ya sea para desplazarnos a la otra punta del
país a unas jornadas sobre luchas anticarcelarias o para
comprarnos una tele nueva. Declararse anticapitalista mola mucho
pero como siempre, del dicho al hecho, trecho. Y en este caso,
más que de trecho, hablamos de un abismo. No obstante, dentro
de los espacios en los que supuestamente se predica por el
rechazo al mercantilismo propios de la cultura de consumo que
tanto criticamos por tomar el control de nuestra vida, creo que
deberíamos predicar con el ejemplo e intentar experimentar con
nuevas formas de intercambio lejos de ese asqueroso papel de
colores y de los dichosos círculos de metal. El primer caso que he
conocido en España de un lugar okupado que no usa dinero en su
día a día, es el C.A.L.D.O. Vegano, en el distrito de Tetuán,
Madrid. (Centro Antiautoritario Libre de Drogas Okupado y
Vegano) pero las relaciones sin dinero ya se vienen dando en otros
puntos de Europa dónde hace tiempo que han dejado a un lado el
dinero en sus espacios. Si queremos destruir esta estructura, lo
primero que deberíamos hacer es recuperar nuestra autonomía
para poder reducir poco a poco nuestra dependencia de la misma
al mismo tiempo que construímos nuevas maneras de sabotear su
paz social, visibilizamos el conflicto y vamos tomando el control
de todos y cada uno de los aspectos de nuestras vidas tanto en el
pensamiento como en el día a día.
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RELACIÓN CON EL EXTERIOR, LA REVOLUCIÓN DE
PUERTAS AFUERA
Bueno, este es un tema en el cual surgen varias incógnitas
sobre las que intentaré explicar mi postura brevemente.
a) Asistencialismo en los centros sociales: A menudo
podemos observar intentos de algunas instituciones del Estado o
por parte de asociaciones ciudadanistas de inmiscuirse en aquellas
iniciativas o proyectos refractarios a sus políticas, especialmente
sobre aquellos sobre los que no pueden ejercer ningún control.
Así, desde algunas ONG's como Greenpeace (que en varias
ocasiones se ha mostrado a favor de los transgénicos, no sólo no
condenando sus terribles consecuencias sino denunciando la
acción directa contra su producción y cultivo) hasta las juventudes
del PSOE o sindicatos como Comisiones Obreras (CC.OO.) o la
Unión General de Trabajadorxs (U.G.T.) que en su trabajo diario
demuestran estar totalmente manipulados por el Estado (ver las
negociaciones y los pactos sellados por esos supuestos defensores
de la clase trabajadora en la última huelga de Enero) se han ido
presentando en los espacios sociales solicitando un hueco para
vender su asquerosa propaganda paraestatal, en los mismos
entornos que luego critican abiertamente en los medios de
comunicación empresariales. A cambio, ofrecen amparo jurídico,
apoyo económico o ayuda cuando haga falta difundir una
actividad.
No se debe caer en la dependencia de este tipo de estructuras
ni tampoco en la convivencia pacífica con éstas. El poder tiene
muchas formas y muchas caras y no debemos permitir que ningún
tipo de organización sólida afín a este sistema y su realidad ponga
sus zarpas en nuestros proyectos y sueños. Una cosa es ser
tolerantes y otra gilipollas.
b) Vecinxs, esxs grandes desconocidxs: Bueno, aquí
pretendo tratar el asunto de la relación de lxs okupas o del Centro
Social Okupado o Autogestionado X con el resto de vecinxs que
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habitan su barrio / calle / pueblo / ciudad. Me gustaría comenzar
por proponer una ruptura con esas barreras que nos separan tanto
pero lo cierto es que la primera persona que está estableciendo
una frontera entre nosotrxs (es decir, lxs simpatizantes o activistas
del movimiento okupa y/o antiautoritario) y el resto, soy yo al
incluir este apartado en el artículo. Lo lógico habría sido no
hacerlo pero de todos modos, creo que sí existe esa dicotomía de
vecinx normal - vecinx okupa o antiautoritarix por mucho que nos
pese y el primer paso para solucionar un problema es admitir que
existe.
- Horarios: ¿Cuántas veces lxs vecinxs del edificio
contiguo al de la okupa han tenido que bajar a las 2 de la
madrugada, en pijama y zapatillas, lloviendo y con un frío que
pela a pedir a lxs tolerantes y comprensivxs anarkopunx que
daban un concierto al lado que les dejasen dormir porque a las 6
tenían que levantarse para ir a currar? Y todo para que un puñado
de energúmenxs se riese de ellxs con insultos y burlas. ¿Es esa
nuestra estrategia para acercar nuestro proyecto al vecindario?
- Oportunismo: Ganarse a lxs vecinxs es un mérito sin
duda pues ello repercutirá positivamente en que algún día
muestren interés por el espacio, al sentirse integradxs y respetadxs
en lugar de excluídxs e ignoradxs.
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Eso no quiere decir que de repente todxs vayan a negarse a
seguir pagando sus hipotecas y alquileres pero creo que lograr que
una persona que tiene una serie de ideas preconcebidas acerca de
nosotrxs (producto del ejercicio de distorsión que los medios de
comunicación masivos hacen de nuestros movimientos) se percate
de que no todxs respondemos a ese estereotipo (porque lo peor de
todo, es que hay gente que sí lo hace) es uno de los golpes más
duros que podemos dar al poder ahora mismo. De todos modos,
no se debe caer en la "amistad cuando conviene". Ganarse a lxs
vecinxs como un simple escudo humano (y nunca mejor dicho)
para que cuando venga la madera, sean ellxs lxs que den la cara,
es algo inadmisible y sobre todo, si luego pasamos de ellxs para el
resto de cosas.
Respetar sus horarios de descanso, respetar la higiene
alrededor de la okupa, entender su falta de conocimientos acerca
de nuestras ideas y prácticas y explicarles sin resultar bordes u
ofensivxs... son pequeños detalles que a la larga, contribuyen a
forjar la convivencia y es esa convivencia la que luego da frutos
como los vistos en Torrero (Zaragoza), dónde todo el barrio (a
excepción de lxs maderxs) acudió a la manifestación convocada
por el Centro Social Okupado Kike Mur tras el desalojo,
recibiendo apoyo de asociaciones de vecinxs y de personas de
todo tipo y estratos sociales. Si les insultamos, rechazamos, si nos
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ponemos a enfarloparnos la nariz delante de lxs niñxs o a hacer
el/la mongolx cuando hay conci, lo único que conseguiremos es
que sean ellxs lxs que pidan a gritos un desalojo.
Actividades y vecinxs: No hay que ser oportunistas pero
tampoco cerrarnos en nuestro ghetto. Conviene hacer ver a la
gente por qué okupamos, por qué luchamos contra toda autoridad,
por qué creemos en una u otra idea o por qué no estamos de
acuerdo con la maquinaria socio-económica imperante.
Tratar a la gente como si fuesen alienígenas sólo conllevará
que su trato hacia nosotrxs sea el mismo y vale, quizás sea cierto
que ya lo es, pero precisamente por eso debemos demostrarles que
se equivocan. No obstante, tampoco hay que caer en el centro
para el/la vecinx. No veo lógico el empezar con actividades para
niñxs y terminar funcionando según nos piden otrxs. Creo que
todo Centro Social Okupado debe mantener un contenido
determinado en sus actividades y hay ciertos aspectos de ese
contenido que desde mi punto de vista no son discutibles. Si un/a
vecinx nuevx en el barrio se acerca por la okupa será bienvenidx,
sus preguntas serán contestadas (siempre que no pregunte acerca
de quién ha hecho la pintada en la pared de dos calles más arriba,
no seamos tontxs) y se le invitará a volver cuando quiera pero si
un día se presenta en una asamblea y empieza, por ejemplo, a
proponer que de un momento a otro se pueda comer carne, la
respuesta será la negativa rotunda y lo mismo si propone que se
pueda fumar (faltando al respeto al resto de presentes que no
fumemos).La dinámica del Centro Social Okupado ha de ser la
misma tenga el público que tenga. No podemos cubrir con una
tela la pared dónde está pintada la A dentro del círculo sólo
porque sabemos que esta tarde va a venir un gran número de
padres/madres con sus hijxs para aprender malabares. Si a la
gente no le gusta el discurso anarquista, entonces nadie les obliga
a estar allí. Si en cambio, están dispuestxs a escuchar otras
opiniones y a debatir sin faltar y sin intentar imponerse, serán tan
bienvenidxs como cualquier compañerx.
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LAS ASAMBLEAS HORIZONTALES COMO FOCO DE
VERTICALIDAD
A veces nos encontramos con personas que en una asamblea
intentan anteponer su voluntad, su opinión o su óptica de la
problemática que se esté tratando por encima de la del resto por
considerar dentro de su peculiar mente que se encuentran en
posesión de la verdad absoluta y que todx aquel/lla que les lleve
la contraria no merece respeto. Este tipo de actitudes pueden
variar en su gravedad y por ello a veces son difíciles de detectar.
Se han dado casos en algunos espacios de gente que días
antes de una asamblea se unen para durante la misma,
desacreditar sistemáticamente a otrxs compañerxs, con el objetivo
de poner al resto en su contra y así comerles luego el coco con
mentiras y comentarios que pueden hacer mucho daño a las
víctimas. A veces incluso parece que las víctimas son lxs
verdaderxs agresorxs y por eso conviene estar alerta. Decir las
cosas que se tengan que decir sin tapujos pero con respeto, para
que la persona cuya actitud nos incomoda se de cuenta de qué es
lo que nos molesta y poder actuar colectivamente para resolverlo.
Cuando el caso viene por una actitud constante de una o más
personas por adueñarse del colectivo para luego colgarse las
medallitas correspondientes al trabajo de todxs, entonces la
agresión debe ser respondida con firmeza y si la actitud persiste,
plantear la expulsión* de lxs que causan el problema.
Nota editorial: Hemos participado en colectivos en los que esta situación
se da, no tenemos claro que la mejor respuesta sea proponer la expulsión
de nadie. Por el contrario pensamos que proponer la expulsión de alguien
en la mayoría de los casos denota autoritarismo y se puede utilizar (y de
hecho se utiliza bastante a menudo) a modo de venganza contra personas
con las que hay problemas que de ninguna manera se van a solucionar (si
se quiere) con la expulsión, si no que se van a agravar y entrar en un
círculo de enfrentamientos, rupturas, venganza, expulsiones... La CNT por
ejemplo, es una organización que históricamente ha utilizado estos
mecanismos, demostrando así la inutilidad revolucionaria de las
expulsiones, sino más bien su utilidad por interés de poder.
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Y bueno, hasta aquí he llegado con este texto. Os invito a
todxs a reflexionar por vuestra cuenta y a elaborar vuestras
propias posturas sobre estos y otros temas que nos afectan a todxs
y cuya resolución es primordial.
La revolución no es esa utopía que nos han vendido, no es
una fecha, no es un día concreto ni un hecho histórico. Es un
compromiso cotidiano y hacerlo realidad depende de todxs
nosotrxs. Si no puedes permitirte okupar, al menos colabora con
lo que puedas y si en un momento dado te sientes incómodx por
alguna inquietud, no dudes en compartirla. Porque acabar con este
maldito sistema es tarea de todxs y hacer que otrxs solucionen tus
problemas mientras te quejas sin aportar nada no es
antiautoritario, es fascista.
¡Viva la anarquía y la expropiación!, La propiedad
privada es un robo.
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En este folleto se hace un recorrido introspectivo de los
espacios políticos, tratando el consumo de drogas en los
mismos, el cual va incrementando la pérdida de autonomía,
cuando se supone que es todo lo contrario lo que se persigue
desde los lugares de encuentro, difusión, autoaprendizaje y
lucha. Se repasan algunas de las incoherencias más comunes
en las que se suele caer dentro del movimiento, además de
tocar la cuestión del alquiler de locales u okupación de los
mismos.
También se hace alusión al uso del dinero en los
ambientes anticapitalistas, el mercantilismo y las relaciones
que se generan a través de estas prácticas. Las relaciones con
la gente del barrio y el asistencialismo que puede generarse es
otro de los puntos que se tratan. Los roles, actitudes y
relaciones que se dan en el asamblearismo son la última
cuestión que se trata, siendo ésta bastante compleja y
determinando el funcionamiento y transformación de los
grupos, colectivos, personas que en ellos participan y posible
fuente del cambio de estructuras que preconizamos para
tratar de construir un mundo libre de jerarquías.
www.distri-maligna.blogspot.com
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