Naturaleza silvestre - patricio robles gil

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naturaleza
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aventura
especial
noviembre 2009 México desconocido
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Toda la República
Naturaleza silvestre
Última frontera
de la conservación
Texto Ernesto C. Enkerlin Hoeflich
Fotos Patricio Robles Gil
Es curioso dar a conocer las áreas silvestres a través de
México desconocido, que nos ha llevado a conocer y
visitar tantos sitios y expresiones culturales, pero es bueno
recordar a los lectores que estos grandes espacios existen
y que hay posibilidad de visitarlos, aunque sea a través de la lectura de un libro o un artículo, ya que esto le otorga un sentido de pertenencia especial. No
necesariamente implica “poner pie” en ellas para hacerlas propias y apreciarlas en su máximo valor.
El Pinacate posee grandes
zonas silvestres donde
habitan choyas, palo verdes
y sahuaros.
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L
as tierras silvestres son aquellas que mantienen de mejor manera su
“naturalidad” o carácter prístino, por
lo que pareciera redundante que además
requieran ser conservadas de una mejor o distinta manera. Pero así es.
Cada especie es parte de un ciclo,
por ejemplo, el gran sahuaro es
refugio y alimento para otras especies
como la codorniz.
En el Desierto de Sonora el gran sahuaro
provee agua a la zona, por ello es
importante protegerlo.
Mucho por hacer en México
Un sistema nacional de áreas protegidas
no puede basarse en tierras silvestres, sin embargo, me atrevo a afirmar que
tampoco puede estar completo si carece
Instituciones internacionales
están revalorando estas áreas
de ellas. Por ello, en México se están
realizando reformas legales que permitirán
que el carácter silvestre sea uno de los
valores a salvaguardar dentro de las áreas
protegidas. Durante los últimos cuatro
años, diversos investigadores, miembros
de organizaciones civiles y autoridades
gubernamentales hemos estado
trabajando para alcanzar este
objetivo. Las discusiones han sido muy
ricas y por fin nos encontramos en el
umbral de convertirlo en realidad, con
apoyo de los legisladores del Congreso
de la Unión. A continuación, sus
aspectos más relevantes.
¿Sí existe aún lo silvestre?
El carácter silvestre está definido por una
serie de características fundamentales. No
debemos ponernos demasiado exigentes,
pues lamentablemente ya no hay en el
planeta sitios que sean “prístinos” en la
acepción plena de la palabra. Según la
definición de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza son
“aquellas áreas generalmente no
modificadas o ligeramente modificadas de gran tamaño, que retienen su carácter e influencia natural, sin asentamientos
humanos significativos o permanentes,
que están protegidas y administradas para preservar su condición natural.”
Otros objetivos
Se puede decir que las zonas silvestres
buscan proporcionar acceso público a unos niveles y de un tipo tales, que se mantenga la calidad silvestre del área para las generaciones presentes y futuras; se puede permitir a las
comunidades indígenas mantener su
estilo de vida y costumbres tradicionales
basado en un entorno silvestre, viviendo
en densidades bajas y utilizando los
recursos disponibles de forma compatible
con los objetivos de conservación.
También se busca proteger valores
culturales y espirituales de poblaciones
indígenas y no indígenas, como la
soledad, el respeto a lugares sagrados y a los antepasados, entre otros; y permitir
actividades educativas y de investigación
científica de bajo impacto y mínimamente
invasivas, cuando no puedan
desarrollarse fuera del área silvestre.
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Características más relevantes
Se considera área silvestre cuando…
1 Estén libres de infraestructuras
modernas y actividades de desarrollo e
industrias, preferentemente sin acceso
motorizado o muy restringido.
2 Tengan un alto grado de naturalidad, es decir, que el área contenga un alto
porcentaje de la extensión original del
ecosistema; conjuntos de fauna y flora
nativas completos o casi, reteniendo
sistemas predador-presa intactos e
incluyendo grandes mamíferos.
3 Sean de un tamaño suficiente para
proteger la biodiversidad, donde se
mantengan los procesos ecológicos y servicios ecosistémicos. Que sean
refugios ecológicos, que sirvan de tapón
frente a los impactos del cambio
climático y así se mantengan los
procesos evolutivos.
4 Ofrezcan excelentes oportunidades para la soledad con medios de
desplazamiento simples, silenciosos y que no sean molestos.
5 Estén libres de usos o presencia
humana inadecuados o excesivos, ya
que se reducirían sus valores silvestres.
6 Incluyan áreas algo alteradas con
posibilidad de ser restauradas a un estado
silvestre, y otras pequeñas que pueden
ampliarse o que podrían jugar un papel
importante en una estrategia más amplia
de protección de la vida silvestre.
¿Dónde están en México?
Aún cuando nuestro país es muy rico en
ecosistemas, sólo después de China en
diversidad ecosistémica, las regiones que aún
mantienen posibilidad de establecer grandes
zonas silvestres no son muchas. Por ello
debemos tomar acciones rápidas en su
designación y posteriormente lograr que se
vayan complementando con zonas silvestres
pequeñas que complementen a éstas, y que
principalmente lo sean a través de la
certificación por voluntad de sus dueños, en tierras comunales, ejidales y privadas.
Zona silvestre del Río Bravo, vista desde
el Parque Nacional Big Bend, Texas.
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Baja California
La agreste y bellísima Península, con sus
más de 6 millones de hectáreas de áreas
protegidas, es sin duda donde existe el
mayor potencial, pues por estar su
población altamente concentrada en unas pocas ciudades y muy escasamente
poblada en el resto, ha dado origen a una
región propicia para mantenerse como
silvestre con un esfuerzo relativamente
menor. En la actualidad, las principales
amenazas son derivadas del crecimiento
mal planificado de los desarrollos
turísticos. Paradójicamente el mayor peligro puede venir del turismo de
El jaguar, habitante de Quintana Roo.
La Gran Higuera es un corredor
biológico silvestre ubicado entre
Calakmul y Sian Ka’an.
Sabemos que nos encontramos
frente a una tierra silvestre
cuando la huella humana es imperceptible
naturaleza, puesto que si éste no es
regulado, los mismos “amantes de la
naturaleza” podríamos arruinar el estado
silvestre de algunas áreas.
La región comprendida por la Reserva
de la Biosfera El Vizcaíno y el área de
Protección de Flora y Fauna Valle de los Cirios son quizás las últimas en México
con las que se podrían sumar un área
silvestre de más de un millón de
hectáreas. Habría que negociar el retiro de cercos ganaderos para tener cuando
menos una parte de la Península en la
condición que existió antes de la llegada
de los europeos. De esta manera se
lograría el pleno reestablecimiento de
especies carismáticas como el berrendo y el borrego cimarrón.
Sierra Madre Occidental Desde la Sierra Tarahumara, Barrancas del
Cobre y hasta las Islas de Cielo, montañas
ecológicamente distintas entre sí, en la
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colindancia con Estados Unidos hay
también vastas regiones en buen estado
de conservación. Hay que reconocer sin
embargo que les quitamos mucho de su
carácter silvestre en los últimos 50 años,
pero ello es cuando menos parcialmente
recuperable. Los grandes bosques antiguos
y la cacería causaron la extinción del
carpintero imperial, que se ha ido para
siempre, pero especies emblemáticas hoy
extirpadas del medio natural como el lobo
mexicano, tienen la oportunidad de
regresar. En esta región tan bella y diversa
donde el afamado conservacionista Aldo
Leopold se inspiró para su concepto de
“salud ecosistémica” es imperativo rescatar
algunas de sus áreas silvestres.
El Carmen-Big Bend-Cañón
de Santa Elena Si continuamos por el norte, llegamos
a esta región que tiene un significado
altamente simbólico porque aquí se
estableció formalmente la primera
certificación de tierras silvestres en cerca de 20 mil hectáreas. El potencial de crecimiento es muy relevante y con la importancia adicional de lograr un área silvestre de carácter binacional
que eventualmente podría llegar a más
de 300 mil hectáreas, en una matriz de
áreas protegidas y otras modalidades de conservación que conformarían un gran corredor de más de millón y medio de hectáreas.
Sierra Madre Oriental y Desierto Chihuahuense Aquí seguramente a futuro se encontrarán
sitios con aptitud para zonas silvestres, ya sea dentro de áreas protegidas o en
terrenos certificados por voluntad de sus
dueños. En estas dos eco-regiones, los
procesos de fragmentación y degradación
lamentablemente han avanzado y las áreas
silvestres remanentes estarán en bloques
relativamente pequeños de entre 10,000
y 25,000 hectáreas.
Selva Zoque
Prácticamente habría que saltar todo el
centro y golfo del país y con algunas
excepciones también el occidente, para
llegar hasta el Istmo de Tehuantepec,
donde en el punto de unión entre los
estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz se
extiende la grandiosa Selva Zoque. En esta
valiosísima región, donde ha habido un
rechazo en el pasado hacia las áreas
protegidas, se podría seguir trabajando con
las comunidades para que más allá de que
existan algunas, ellos destinen tierras
voluntariamente a la conservación.
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En las faldas de la Sierra Madre
Occidental, al norte de Chihuahua,
habita el puerco espín norteño.
El Cañón de Santa Elena es zona silvestre
de un área natural protegida.
Todos somos responsables de
la conservación de estas áreas
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Península de Yucatán
Aquí tenemos amplio potencial,
particularmente en Campeche y Quintana
Roo, donde se tienen dos de las Reservas
de Biosfera más importantes y mejor
conservadas del país: Calakmul y Sian
Ka´an. Entre ambas se puede formar un corredor ecológico que protegería al
místico jaguar en la región más importante
para esta especie al norte del Amazonas. En el caso de Calakmul, hay además un
gran interés en Guatemala por analizar la
viabilidad de establecer un área silvestre
entre las áreas protegidas del Petén
guatemalteco y las mexicanas. Estos
territorios ya están bien operados y la
conservación se puede considerar exitosa,
pero a ello habría que agregarle la
oportunidad de mantener su carácter
silvestre como una plusvalía adicional.
El internacional
WILD09 se
llevará a cabo
en noviembre,
en la ciudad de Mérida
Selva Lacandona Para cerrar, en el sur de México no podría
faltar esta selva y sus múltiples áreas
protegidas. Se mantienen casi 400 mil
hectáreas en excelente estado de
conservación, ya que se tiene la ventaja de
que los lacandones son, entre las etnias
de México, de las que más armónicamente
conviven con la naturaleza. Cualquier
designación de área silvestre deberá en su momento estar plenamente apoyada y congruente con los lacandones y
convertirse en una herramienta para la conservación, no sólo en términos
ambientales, sino también culturales.
Áreas silvestres marinas
Más ajeno para la mayoría de nosotros y
prácticamente imposibles de visitar serían
las áreas silvestres marinas. Algunas de
Floración en el gran desierto de Altar.
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Este mes se
hará el primer
inventario
mundial de las
tierras y ríos
silvestres
Ocotillos, nopaleras y zotlez del desierto
chihuahuense.
éstas también servirán de “refugios
pesqueros” o zonas de “no pesca” que han
demostrado a nivel mundial, en diversos
sitios y de manera contundente, su valor
para el mantenimiento de las pesquerías.
Por tanto, su establecimiento, además del
valor ambiental, tiene una razón de estricta
conveniencia económica. Los maravillosos
escenarios submarinos abundantes en
cantidad y diversidad de formas marinas se constituyen en amplios “criaderos” de
múltiples especies comerciales que son
pescadas fuera de estas áreas.
Es urgente en cuanto al ámbito
marino que los valles y montañas de mar
profundo dentro y fuera de las jurisdicciones
nacionales reciban esta protección y
designación como áreas silvestres u otras
medidas de conservación, pues, tal y como
ocurrió en tierra, sólo sería cuestión de
que con nuevas tecnologías y ante la
escasez de productos marinos, se
exploten e stos sitios y que en pocos
años presenciemos la desaparición de muchos de estos espectaculares y productivos sitios con menos
posibilidad, conocimientos y elementos para restaurarlos.
Si desea obtener mayor información sobre
áreas silvestres en México,
visite: www.mexicodesconocido.com.mx