Papers Title: Viejos actores en nuevos escenarios: la guerrilla y los

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Papers Title: Viejos actores en nuevos escenarios: la guerrilla y los
Papers Title:
Viejos actores en nuevos escenarios: la guerrilla
y los militares en la Venezuela del Siglo XXI
Por: Inés Margarita Guardia Rolando∗
Sede del Litoral-Universidad Simón Bolívar
Caracas-Venezuela
Prepared for delivery at the 2004 Meeting of the Latin American Studies Association, Las Vegas-Nevada, October 7-9, 2004
Track: Democratization
Session Organizer: La actuación política de la fuerza armada venezolana en las postrimerías del siglo XX
RESUMEN
El objetivo del ensayo es mostrar las condiciones estructurales ―globalización, neoliberalismo y políticas de los organismos internacionales y regionales― que en Venezuela estimularon el resurgimiento del protagonismo político de la guerrilla y un sector importante de la Fuerza Armada Nacional.
En el acercamiento al problema se combinaron conceptos de la ciencia política con un
enfoque histórico autodenominado “historia reciente” que sostiene la importancia del
estudio de los hechos cercanos para incidir en ellos.
Las fuentes documentales que se utilizaron fueron las informaciones recogidas por la
prensa escrita. En cuanto a las secundarias se consultó principalmente las obras de
Alberto Garrido (quien se ha dedicado a estudiar la temática de la guerrilla y las fuerzas armadas en el país) y José Agustín Blanco quien recogió y publicó información
testimonial de los principales actores involucrados en el proceso.
PALABRAS CLAVES:
Globalización
Neoliberalismo
Militares
Guerrilla
Papers Title: VIEJOS ACTORES EN NUEVOS ESCENARIOS: LA GUERRILLA Y LOS MILITARES EN LA VENEZUELA DEL SIGLO XXI
POR: INÉS MARGARITA GUARDIA ROLANDO∗
SEDE DEL LITORAL-UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
CARACAS-VENEZUELA
∗
Profesora e investigadora, Doctora en Ciencia Política-USB (2002), Candidata a Doctora en HistoriaUniversidad Católica Andrés Bello, Socióloga (UCAB, 1983). Correos electrónicos:
[email protected] [email protected]
∗
Profesora e investigadora, Doctora en Ciencia Política-USB (2002), Candidata a Doctora en HistoriaUniversidad Católica Andrés Bello, Socióloga (UCAB, 1983). Correos electrónicos:
[email protected] [email protected]
1
INTRODUCCIÓN
A partir de la década de los ochenta, en la mayoría de los países latinoamericanos, se
han evidenciado desiguales crisis políticas, institucionales y económicas que se han
manifestado en la poca capacidad de los gobiernos para mantener la estabilidad y la
conducción política1, en la proliferación de grupos armados y en propuestas populistas
asociadas a consignas de izquierda como modo de acceder al poder por vía electoral.
En consecuencia, la región se encuentra inmersa en una grave crisis social, que se
expresa en un descontento hacia formulas democráticas de ejercicio del poder2.
Es decir, un 54.8% de los latinoamericanos entrevistados, en el 2004, prefiere un régimen político autoritario a uno democrático, en tanto se le garantice mejores condiciones sociales. Este porcentaje atenta contra la consistencia democrática de las naciones y debe ser evaluado con miras a revertir esta tendencia, que pasa por una
transformación de las condiciones económicas impuestas a las esferas políticas e institucionales como consecuencia de las políticas liberales de los organismos multilaterales3.
Los triunfos electorales de Alberto Fujimori en Perú, Vicente Fox en México, Hugo
Chávez Frías en Venezuela, Lucio Gutiérrez en Ecuador, Ignacio “Lula” Da Silva en
Brasil y Néstor Kirchner en Argentina muestran que el electorado favorece formulas
políticas que se alejan de las tradicionales ofertas de los partidos políticos e incorporan en sus discursos antiguas promesas populistas con posturas nacionalistas y ciertas
actitudes revolucionarias asociadas o no a los partidos de izquierda tradicional.
También se observa, en los distintos países, la incorporación de nuevos actores políticos a la contienda electoral, tal es el caso de militares retirados que previamente han
intentado el acceso al poder por medio de intentos de golpe de estado fracasados; así
como grupos de izquierda revolucionaria.
Por otra parte y, como consecuencia de las crisis, han reaparecido en el continente
movimientos guerrilleros con la consecuente acción paramilitar que erosiona una de
las premisas del Estado Liberal que es el monopolio legítimo de la violencia armada.
A los efectos de comprender los factores que permitieron el resurgimiento del protagonismo político de la guerrilla y un sector importante de la Fuerza Armada Nacional, es necesario abordar el estudio de las condiciones estructurales (la globalización, el neoliberalismo y las políticas de los organismos internacionales y
1
Estos conceptos hacen referencia a las condiciones que favorecen o no, la gobernabilidad democrática
entendida como el conjunto de factores políticos, económicos y sociales que permiten la inclusión
social, pero que al mismo tiempo rinden tributo social de mayor calidad al ciudadano.
2
Según el informe regional que presentó FLACSO en el 2004, los temas de gobernabilidad y seguridad
han estado presentes con fuerza en las dos últimas décadas. En relación con las opciones de gobernabilidad democrática sostienen que depende de una combinación virtuosa de tres dimensiones: el fortalecimiento político-institucional, el desarrollo económico-social y la integración o inclusión social y la
promoción de un ambiente internacional seguro.
3
Para mayor información sobre el tema se recomienda consultar el informe sobre la Democracia en
América Latina publicado en el 2004 en la página de las Naciones Unidas:
http://democracia.undp.org/Default.Asp
2
regionales) que, a partir de la década de los ochenta contribuyeron a erosionar las
condiciones socioeconómicas de vastos sectores de la población.
Con relación a este punto es necesario aclarar que a pesar de la incidencia de estos
factores en la estructura social, política y económica del continente, nuestra atención
se concentrará principalmente en su impacto en el escenario venezolano.
Básicamente se intenta una interpretación que, desde los ámbitos de la historia reciente y de la ciencia política4, permita un explicación acerca de cómo las condiciones
estructurales han afectado el desenvolvimiento del Estado venezolano que ha sido
incapaz de revertir las tendencias globalizadoras expresadas en las políticas de ajuste
estructural de la economía que han afectado las condiciones de vida de la mayoría de
la población. Además han posibilitado la reaparición de viejos actores políticos identificados con movimientos guerrilleros y algunos sectores de las Fuerzas Armadas
Nacionales que han conducido a la desintitucionalización del Estado venezolano.
Las fuentes documentales que se utilizaron fueron las informaciones recogidas por la
prensa escrita. En cuanto a las fuentes secundarias se consultó principalmente las
obras de Alberto Garrido (quien se ha dedicado a estudiar la temática de la guerrilla y
las fuerzas armadas en el país) y José Agustín Blanco quien recogió y publicó información testimonial de los principales actores involucrados en el proceso.
Un estudio que intenta mostrar las condiciones estructurales que permitieron el protagonismo político de la guerrilla y de la Fuerza Armada Nacional implica analizar el
contexto sociopolítico entre 1958 y 2004 para determinar la crisis evidenciada en la
debilidad del sistema democrático y las nuevas propuestas para conducir el sistema
político nacional.
Los planteamientos que nos guiaron pueden resumirse en tres ideas fundamentales:
I. Las condiciones estructurales que condujeron al debilitamiento del sistema
democrático representativo en Venezuela a partir de 1983.
II. Los diferentes actores sociopolíticos y el resurgimiento de los viejos actores.
III. El papel jugado por los diversos actores frente a las nuevas exigencias de políticas liberales y globalizadoras.
En consecuencia el trabajo está estructurado de la siguiente manera:
En la primera idea se elabora una reflexión teórica-histórica que permite comprender
cómo las condiciones estructurales ―entendidas como las políticas de ajuste estructural de la economía que suponen una apertura comercial y financiera― perjudicaron el
desarrollo económico de Venezuela profundizando los factores de desigualdad social,
cultural y ambiental. Los cuales, ante la imposibilidad del Estado de atender las múl4
Entendemos por “historia reciente o inmediata”; el enfoque por medio del cual los historiadores pretenden volverse “recordadores profesionales” de los fracasos del pasado; asumen el riesgo de que los
procesos no hayan concluido y, con una perspectiva interdisciplinaria, tratan de explicar las coyunturas
de los momentos vividos; es decir, de los acontecimientos del tiempo cercano, de lo que estamos viviendo y por lo tanto es necesario tomar el riesgo de elaborar una historia polémica. Al lector interesado
en profundizar acerca del método recomendamos la lectura de (Langue, 1999 y 2003).
3
tiples demandas, afectaron los cimientos del sistema democrático evidenciado
en: el desplazamiento de los partidos tradicionales y el resurgimiento de actores políticos; la fractura del principio del monopolio legítimo de la violencia y el surgimiento
de grupos armados y, un desencanto y desilusión con respecto al sistema democrático
en su totalidad.
La segunda idea está dedicada a identificar los distintos actores políticos en Venezuela y a explicar en qué condiciones se produce el resurgimiento de la guerrilla y los
militares como protagonistas políticos en la pugna por alcanzar el poder político a
través de la contienda electoral.
En la tercera idea, a partir del impacto de la aplicación de las medidas de ajuste
estructural de la economía y de las promesas populistas de los nuevos grupos políticos
intentamos analizar cómo el sistema político democrático se continúa debilitando, al
mismo tiempo que existe una propensión a la violencia dados los mecanismos utilizados por los nuevos actores para acceder al poder en tanto se produce una aparente
desmovilización de la sociedad civil que parece preferir salidas autoritarias en tanto se
les garantice beneficios socioeconómicos.
LOS NUEVOS ESCENARIOS: LA GLOBALIZACIÓN Y LAS POLÍTICAS LIBERALES EN VENEZUELA
En el caso particular de Venezuela es preciso señalar que, a diferencia de la mayoría
de los países latinoamericanos, no sufrió la etapa de las dictaduras latinoamericanas
que finalizaron en las dos últimas décadas del siglo XX (O´Donnell, 1997). En cambio, si es posible encontrar coincidencias en tránsito del modelo desarrollista al neoliberal.
Recordemos, en 1959 se había instaurado en Venezuela una democracia representativa sostenida en un pacto de elites, a partir de la pacificación guerrillera de los años
setenta, el sistema político democrático se había mantenido sin brotes de violencia
sostenido y la paz social había sido lograda gracias a los importantes ingresos petroleros. Por medio de la utilización de los valores de libertad, igualdad y justicia para todos, el pueblo participaba sólo mediante sus representantes, a quienes elegía cada
cinco años, se agotaba así su participación dentro del sistema.
Entre los actores que participaron en la alianza se encontraban: las élites del sector
económico, los partidos políticos no comunistas, la cúpula de la Fuerza Armada y la
jerarquía de la Iglesia Católica. En tanto se excluyó a los miembros del Partido
Comunista, quienes habían luchado en unión con los demás por implantar el régimen
democrático en el país.
Ante tal decisión, los comunistas se unieron a otras organizaciones de izquierda y
tomaron la vía armada como fórmula para enfrentar el nuevo gobierno. En este contexto, y producto del acuerdo, los militares combatieron con éxito la guerrilla brindando un valioso apoyo al sistema democrático recién establecido; al mismo tiempo,
parecían haber controlado las tendencias pretorianas existentes en la institución militar.
Con el alza de los precios del petróleo en 1974, se desquició la clase política y se
elaboraron grandes planes económicos (Piñango, 2000). Por su parte, y ante la derrota
4
de la lucha armada, los grupos de izquierda revolucionaria se plantean penetrar
dos frentes que consideran de suma importancia para la difusión de su ideología: los
centros de educación, media y superior, y los cuarteles. En el seno de las Fuerzas Armadas, también hay grandes proyectos para equipamiento y continúa el proceso de
profesionalización iniciado en gobiernos anteriores al mismo tiempo que se esta produciendo la penetración de la institución castrense que, a partir de 1989, se manifestara con el protagonismo político de este sector.
A partir de la década de los ochenta se evidenció una profunda crisis económica que
afectó el sistema político en sus cimientos5: los líderes habían perdido el apoyo de la
masa votante, los partidos estaban desacreditados y existía una gran desconfianza institucional manifestada en los bajos índices de confianza que arrojaban las diferentes
encuestas6. No obstante, en lo político, se siguieron alimentando el clientelismo y el
populismo; y en lo económico se intentó la aplicación de planes de ajuste estructural.
Luego, del “viernes negro” y de los sucesos que se conocen como el “Caracazo”, se
elaboraron propuestas encaminadas a transformar el Estado7; entre otras razones, por
la poca capacidad institucional para manejar el sistema político en momentos de crisis
económica. Puesto que el modelo rentista, populista y clientelar adoptado a partir de
1959, resultó vulnerable cuando no tuvo la capacidad fiscal para satisfacer las demandas, a través de los subsidios y el gasto público.
Se conoce como “viernes negro” el 18 de febrero de 1983, porque hasta ese día se
cotizó el dólar a 4,30 bolívares. Se estableció un tipo de cambio preferencial que sólo
protegía ciertos sectores y el Banco Central pasó a controlar la venta y compra de
divisas. Con este decreto se trató de manejar la crisis económica que se produjo como
consecuencia de dos factores fundamentales: vencimiento de los lapsos para el pago
de la deuda externa y la caída de los precios del petróleo. De esta forma, la bonanza
fiscal que financiaba el modelo político-social y neutralizaba los conflictos comenzó a
declinar y con el tiempo esta crisis se profundizaría.
A los efectos de comprender la importancia del “Caracazo” o “Sacudón”, es preciso
señalar que los días 27 y 28 de febrero de 1989 estallaron en las principales ciudades
de Venezuela una serie de protestas populares, a raíz del alza de los pasajes en el
transporte colectivo, hubo saqueos y destrozos en distintas zonas comerciales. Estos
hechos provocaron una situación de anomia y anarquía, pues la violencia se convirtió
en el mecanismo de expresión popular, lo cual ameritó la suspensión de las garantías
5
De manera general, es posible señalar que en América Latina el desmantelamiento de las dictaduras
militares, estuvo precedido en la década de los setenta, por la caída de las exportaciones como consecuencia de la crisis internacional, lo cual evidenció el fin del modelo de sustitución de importaciones
y desarrollo capitalista asentado en el mercado interno. Otros rubros ―tales como: el turismo, las
remesas familiares de inmigrantes, la maquila y el narcotráfico― surgieron como soporte de las
economías latinoamericanas y nuevos síntomas de dependencia externa. "La década perdida", como se
conoce la crisis de la deuda externa de los ochenta, se originó con la aparición de créditos vencidos. No
obstante, en Venezuela este proceso se produce una década más tarde por su carácter de exportador de
petróleo. Cfr. (Libreros, 2001: 99-100).
6
Con relación a los índices de confianza institucional se recomienda la data de las distintas encuestas
de Consultores 21 y del Estudio Mundial de Valores.
7
De hecho, algunas de las pocas medidas que se tomaron para hacer frente a la grave crisis políticoinstitucional por la que se atravesaba favorecieron la descentralización política, iniciada en los años
ochenta por decreto presidencial con la creación de la Comisión de Reforma del Estado (COPRE), con
la aprobación el 1989 de la Ley Orgánica de Descentralización, Electoral y del Régimen Municipal.
5
constitucionales y la militarización del país. Hubo gran cantidad de muertos, heridos y desaparecidos que fueron enterrados en fosas comunes y hasta la fecha no se
conoce el número exacta de las cifras (García, 1991: 51-59).
Se puede afirmar que el sistema democrático representativo atravesaba una crisis institucional y económica que en ocasiones se identificó como de legitimidad (1992) y
otras de gobernabilidad (1993). Esta crisis asumió entre otras manifestaciones la
pérdida de autoridad de instituciones y funcionarios y, la creciente desconfianza, por
parte de la mayoría de los ciudadanos y de las elites, en sus instituciones (Guardia,
1995).
En este contexto se profundizaron ciertas tendencias que venían observándose en el
electorado venezolano hacía algún tiempo atrás. Tanto es así, que las diversas resoluciones gubernamentales que se tomaron para enfrentar las dificultades financieras
y comerciales, fueron percibidas como ineficiencia o inadecuada utilización de los
ingresos del Estado debido a la corrupción. Poco a poco, se fue perdiendo la credibilidad en el gobierno, en los partidos políticos, en las instituciones del Estado y finalmente en el propio sistema político democrático (Báez, 1981; Welsch, 1992; Romero,
1994; Bisbal, 1997).
En efecto, fue a partir de la aplicación de las medidas de ajuste estructural de la
economía durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1992) cuando
se adoptó el neoliberalismo como práctica gubernamental8, que se manifestaron
―como en el resto de los países latinoamericanos― mayores desigualdades, decrecimiento económico y problemas sociales y culturales (Przeworski, 1995).
[En Venezuela] Aparte de la devaluación de la moneda, fueron pocos los intentos de definir políticas coherentes en respuesta a la crisis, y la mayor parte de la
década de los ochenta transcurrió con gobiernos sin rumbo cuya ineficacia y
corrupción no sólo impidió definir políticas ante una crisis económica que se
profundizaba, sino que además contribuyeron a corroer la legitimidad del sistema político democrático que se había instaurado en el país en el año 1958
(Lander, 1993: 10).
Como se desprende de la cita anterior, la grave problemática económica y políticoinstitucional se profundizó, puesto que puso en evidencia por un lado, el incremento
de las desigualdades, mayor desempleo y pérdida del poder adquisitivo; y por el otro,
la ineficiencia e ineficacia del Estado para resolver los problemas y la falta de voluntad política de los partidos y dirigencia para conducir el cambio.
Es posible señalar que se había generado una pérdida de confianza en el sistema
político por parte de la población, que cuestionó el rol de los partidos e instituciones
políticas, y percibió que el fracaso de la democracia estaba en la ineficiencia para distribuir la riqueza y en la corrupción.
8
En general, las recetas neoliberales que implicaban el desmantelamiento del Estado benefactor, disminución del proteccionismo, apertura de los mercados nacionales, reorganización espacial de la producción, movilidad extraordinaria de capitales, innovación tecnológica provocaron desempleo y abatimiento de los salarios, flexibilización laboral, represión al descontento social y laboral, flujos
migratorios, apertura y explotación de los recursos naturales, lucha por recursos naturales estratégicos.
Al mismo tiempo se produjo un proceso de globailización que implicó el debilitamiento de las soberanías nacionales (López, 2001:3; Sarmiento, 2001: 85).
6
Con relación a las Fuerzas Armadas Nacionales, luego de los sucesos violentos
de 1989 cuando contuvieron a los manifestantes causando gran cantidad de muertes y
heridos, comienza a hacerse evidente una fractura en la institución castrense aunado a
las frecuentes denuncias de casos de corrupción que involucran a oficiales de alta
gradación. En consecuencia, en 1992 en medio de la crisis político institucional, se
produjeron dos intentos de golpe de Estado que pretendieron hacerse del poder para
superar los problemas que atravesaba el país.
En resumen, el estallido popular violento (1989), donde las Fuerzas Armadas Nacionales reprimieron violentamente a los manifestantes; los intentos de golpe de estado
(1992) y el triunfo electoral de uno de los líderes de la intentona golpista (1998) son
algunas de las evidencias de la crisis del sistema democrático representativo establecido sobre la base de un pacto de elites.
A los efectos de comprender la importancia de estos hechos, es preciso señalar, que al
mismo tiempo que mostraban la debilidad del sistema democrático resurgieron como
actores políticos de importancia los que se creía se había desplazado de la escena política, es decir: un sector de los militares y grupos políticos asociados a movimientos de
guerrilla latinoamericana.
LOS VIEJOS ACTORES: LOS MILITARES Y LA GUERRILLA
Tal como señaláramos en los párrafos precedentes, entre 1958 y 1962, la dirigencia
política había logrado consolidar un frente civil y militar capaz de enfrentar al mismo
tiempo la amenaza guerrillera y combatir las tendencias pretorianas al interior de la
institución castrense, para lo cual se apoyó en un sector de la oficialidad militar profesional9.
Sin embargo todavía existían tensiones en las Fuerzas Armadas Nacionales que se
expresaron, por ejemplo, en las rebeliones militares que se produjeron en Carúpano y
Puerto Cabello en 196210. Ambos movimientos fueron insurrecciones militares que
contaron con el apoyo de miembros de los partidos políticos de izquierda, baste para
ello mencionar, el Partido Comunista de Venezuela11, el Movimiento de Izquierda
Revolucionario12, además de individualidades del partido Unión Republicana Democrática13.
9
Es importante mencionar que el mecanismo, que puso en práctica la elite política, para lograr la sujeción de los militares se encontraba el siguiente: los oficiales que eran identificados como potencialmente peligrosos eran enviados al exterior a ocupar cargos de agregados militares, o eran neutralizados en
sus aspiraciones políticas por diversos lícitos medios. Este procedimiento parecía formar parte del
acuerdo no escrito entre la dirigencia militar y el sector político.
10
Con el nombre de «Carupanazo» y «Porteñazo» se conocen las insurrecciones militares que se llevaron a cabo en 1962 en contra del gobierno de Rómulo Betancourt. Las rebeliones fueron rápidamente
controladas por el gobierno nacional y se inició una política de depuración en las Fuerzas Armadas de
oficiales sospechosos de simpatía con la izquierda.
11
Se identifica con las siglas PCV, se define como el partido de la clase obrera. Para 1958, el PCV
sostenía que como resultado del desarrollo económico y político de Venezuela, en nuestro país no estaba planteada la transformación socialista sino que las tareas correspondían a una revolución democrática, antifeudal y de liberación nacional (Magallanes, 1983).
12
El Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) de ideología marxista surgió de la división de
AD en 1960. Tomó la vía de la insurrección armada y en 1962 fue inhabilitado junto con el PCV (Magallanes, 1983).
13
El partido URD nació como una partido de índole democrática y de orientación revolucionaria, surgió después de la revolución de octubre de 1945.
7
Estas insurrecciones fracasaron, porque la mayoría de los miembros las Fuerzas
Armadas Nacionales apoyo el proceso de consolidación de la democracia representativa en contra del modelo que proponían los insurrectos armados de inspiración marxista14.
Como se sabe, a partir de 1962, también, se observó movimientos guerrilleros, urbanos y campesinos en diferentes lugares, que implicaron una seria amenaza al sistema democrático recién establecido. En efecto, el desarrollo de actividades de las
guerrillas rurales y acciones de terrorismo urbano llevadas a cabo por las denominadas unidades tácticas de combate (UTC), constituyeron un factor de desequilibrio
político.
En este contexto, los militares se vieron obligados a equiparse y entrenarse para
vencer al enemigo interno. Es así como, los combates, las actividades de inteligencia,
de guerra psicológica y las llamadas acciones cívicas que se desarrollaron fortalecieron el profesionalismo castrense, al mismo tiempo que debilitaron la influencia
política directa del sector militar.
Con relación a la lucha armada en el país, parece pertinente señalar, que las formas de
combate y persecución de los activistas fueron particularmente intensas y violentas15;
aunque el fracaso de la insurgencia armada fue inicialmente político y luego militar.
Políticamente, la derrota fue evidente desde 1964, cuando se llevó a cabo el proceso
electoral, con un bajísimo índice de abstención, unido al aparente bienestar
económico de la nación, fundamentado en los altos precios del petróleo que afianzó la
democracia. Luego, se produjo el fracaso militar en la década de 1970. Estos acontecimientos favorecieron el proceso de debilitamiento político de los grupos de izquierda.
Ante un enemigo común, los gobernantes los partidos políticos Acción Democrática16 y social cristiano COPEI17, aplaudieron la actuación del sector militar quienes
se comportaron como los defensores de la fórmula democrática venezolana entre 1960
y 1970. En consecuencia, la dirigencia desarrolló una política de alianzas con los altos
mandos. Así pues, los militares tenían la responsabilidad de defender el sistema
político democrático contra los enemigos, principalmente de los militantes de
izquierda. En tanto, los uniformados recibían una serie de inmunidades, áreas de in14
De manera general, es posible señalar que la mayoría de los grupos guerrilleros que operaron en el
país se proponían la revolución con la finalidad de alcanzar el poder político por medios violentos.
Además, contaba con el apoyo logístico de Cuba que era gobernada por Fidel Castro.
15
Recuérdese que son años donde prevaleció la doctrina de seguridad y defensa nacional que ponía al
servicio de la oficialidad todo un basamento doctrinal para oponerse y castigar la participación de grupos de izquierda en latinoamericana
16
El partido AD responde a los postulados de la democracia social en su primera actuación gubernamental (1945-48) se le acusó de ser una organización de izquierda revolucionaria amén su actuación
fue coercitiva, polémica y en ocasiones violentas aunque con reconocidos logros a nivel de intentar
establecer un sistema democrático en el país. Posteriormente, se deslindó de sus tradiciones de izquierda y se concibió a si misma como un partido nacionalista y popular.
17
El Comité de Organización Popular Electoral Independiente conocido como el partido COPEI que se
fundó en 1946, responde a los postulados de la democracia cristiana; se definen como anticomunistas.
Sus miembros hicieron oposición política durante el trienio adeco y lucharon contra la dictadura de
Pérez Jiménez (Magallanes, 1983).
8
fluencia y prerrogativas institucionales o profesionales. Privilegios que serían
celosamente resguardados y ampliados por los miembros de la institución armada.
Entre 1962 y 1992, la influencia política del sector castrense se limitó a definir el
tamaño, financiamiento y requerimientos de la institución armada, sin una aparente
intervención en la gerencia política de la sociedad.
En resumen, si bien es cierto que entre 1958 y1962 se estableció un gobierno democrático en el país. Con relación a Fuerza Armada se le cedió tácitamente influencia
en la política nacional, tanto es así que el sector civil de la sociedad no controló los
presupuestos, ni el crecimiento del sector, tampoco se preocupo por definir una
política de seguridad nacional, dejando que los militares definieran sus funciones, sus
presupuestos, las necesidades de adquisición, sin un efectivo control por parte del
legislativo. Además, en ocasiones, los “supuestos” requerimientos del sector sirvieron
para ocultar graves hechos de corrupción por parte del sector político gubernamental.
Tanto es así que los dirigentes políticos no comprendieron que el papel y significado
de la Fuerza Armada en la democracia debía estar sujeto al control de los civiles, y
tampoco los ciudadanos percibieron la influencia del sector militar como una amenaza
latente para la democracia.
Ahora bien, durante los años de bonanza económica, algunos de los sectores radicales
derrotados durante el proceso de lucha armada buscaron nuevas formas de penetración ideológica en centros de educación secundaria y universitaria. Paralelamente,
sus esfuerzos estuvieron dirigidos a infiltrar las academias de formación de oficiales
militares. Asimismo, se intentaron mantener operativas minúsculas agrupaciones de
guerrillas en el campo y células de activistas militantes radicales en la ciudad18.
Las expresiones visibles de estas agrupaciones radicales eran los recurrentes disturbios estudiantiles y la actividad propagandística en las universidades públicas19. Las
actividades invisibles eran la conformación de grupos conspirativos militares, entre la
joven oficialidad desde finales de la década de 1970.
Podemos concluir que durante esta etapa, los militares cedieron a la dirigencia civil la
conducción política de la nación y sólo se reservaron las áreas relacionadas con defensa y seguridad interna de la nación. No obstante, no comprendieron que subterráneamente se estaba formando una exitosa y clandestina logia militar que entraría en
escena durante 199220.
En efecto, existían fuertes tensiones entre el sector militar y la dirigencia política civil, durante la década de 1980, sobretodo entre la alta oficialidad militar y las autoridades políticas. Esta situación condujo a que, poco a poco, se fuera perfilando una
tendencia entre los militares que buscaba una mayor participación política. En pocas
18
La primera evidencia testimonial impresa y pública de la nueva estrategia diseñada por los sectores
radicales de izquierda, se encuentra en las declaraciones del destacado dirigente político y guerrillero
Douglas Bravo, en las obras de compilación testimonial de Garrido (1999 y 2000). Véase también la
obra de Medina (1999) e Izarra (2001).
19
Los disturbios en institutos educativos públicos fueron apreciados como un problema de control
meramente policial.
20
No deja de sorprender que una organización clandestina como la que resultó no fuera descubierta por
los mecanismos de inteligencia interna del sector militar.
9
palabras, desde finales de la década de 1970 e inicios de los 1980, se advertía la
existencia de una orientación castrense que tenía la intención de competir con el sector civil por la dirección política de la sociedad.
A partir de la campaña electoral de 1973 aparecieron candidaturas presidenciales de
militares retirados ―tal fue el caso del general de división García Villasmil― además
se observó que pequeñas organizaciones políticas le dieron su apoyo a este tipo de
candidaturas electorales. Sin embargo, ante el peso electoral de los partidos políticos
AD y COPEI, poco podían aspirar los candidatos de origen castrense quienes no lograron siquiera actuar como representantes corporativos en el parlamento nacional.
Asimismo, se manifestó un interés por el “voto militar”; este fue publicitado por José
Vicente Rangel, candidato presidencial por el MAS.
Mientras tanto, en el interior de la institución armada se fue formando una organización militar clandestina, que originalmente se auto-proclamó como Ejército Bolivariano Revolucionario (EBR), y luego, se transformó en el Movimiento Bolivariano
Revolucionario-200 (MBR-200). Fue entonces cuando surgieron los llamados «COMACATES», es decir comandantes, mayores, capitanes y tenientes. Esta nueva agrupación pareció haber tenido una orientación más “gremialista” que política, pero en la
práctica era una manifestación del malestar que se estaba produciendo en la oficialidad joven y que favoreció el proyecto político del MBR-200.
Los miembros del MBR-200 establecieron contactos, reuniones y “grupos de estudio
y análisis” con personalidades de los partidos radicales. Asimismo con profesores
universitarios de definida orientación marxista como el historiador Federico Brito
Figueroa, Pedro Duno y J. R Nuñes Tenorio quienes, entre otros, se convirtieron en
mentores intelectuales de estos grupos21.
Es así como en 1992 en medio de una crisis político institucional sin precedentes, se
produjeron dos intentos de golpe de Estado por parte de algunos miembros de las
Fuerzas Armadas, que pretendieron a través de la instauración de un gobierno de
facto, hacerse del poder para superar los problemas que atravesaba el país.
Los argumentos que ambos grupos golpistas manejaron, fueron: la pérdida de credibilidad del sistema de partidos, malestar social por causa de las medidas adoptadas
durante el período 1989-1992, tales como: el aumento del pasaje, incremento en los
precios de los productos alimenticios y servicios básicos, la corrupción tanto en el
sector público como en el privado, la injusticia, la inseguridad, la pérdida de poder
adquisitivo de las clases medias que repercutió en la baja de los niveles de vida22;
factores que trascendieron a las Fuerzas Armadas y las fracturaron.
21
Con relación a este punto en particular conviene precisar que líderes políticos con un pasado guerrillero como Douglas Bravo o Francisco Prada, han presentando evidencia testimonial de sus contactos y
asesoría con esta oficialidad militar potencialmente insurgente. Es así como es posible señalar que son
en los años iniciales de la década de 1990 cuando toma cuerpo el diseño de un proyecto político insurreccional castrense.
22
La forma de enfrentar y superar la mayoría de estos problemas, en un sistema democrático, es precisamente por medio de la elaboración, planificación y ejecución de políticas públicas efectivas y eficientes por parte de las distintas instancias de poder.
10
De esta forma, los grupos ideológicos dentro del sector castrense se aliaron a
civiles, para plantearse una salida por la vía del "cuartelazo", utilizando métodos que
se creían superados como forma de hacer la política en Venezuela.
Como se sabe, los principales líderes militares de las insurrecciones fueron juzgados y
condenados. Posteriormente, varios de los participantes del movimiento militar fueron
indultados durante el segundo gobierno del doctor Rafael Caldera (1993-1998). Algunos de los cuales incursionaron en la política conformando un nuevo liderazgo, que
en un principio (1992-1997) concordaba con la percepción de los ciudadanos de que
la corrupción y la ineficiencia gubernamental eran las causas de la crisis.
No obstante, en 1997 durante la campaña electoral, sus líderes sostuvieron sostienen
que la crisis político institucional era una consecuencia del origen del sistema democrático en Venezuela y plantearon refundar la República mediante una Asamblea
Nacional Constituyente, lo cual significaba cambiar radicalmente el modelo políticoeconómico originado en el Pacto de Punto Fijo. Sin embargo, para la mayoría de la
sociedad venezolana que votó por el cambio que ofrecía el nuevo grupo, las expectativas de transformación seguían asociadas a la eficiencia del modelo distributivo de
riqueza (Kéller, 1992 y Consultores 21, marzo 1999).
Finalmente, en las elecciones de 1998 resultó triunfador Hugo Chávez Frías, quien
una vez en el poder cumplió con el llamado a la Asamblea Nacional Constituyente y
posteriormente se produjo lo que conocemos, los venezolanos, como “el proceso de
relegitimación de los poderes”.
En esta refundación del Estado se desestimaron algunos mecanismos que había utilizado el sistema democrático venezolano desde sus inicios, como lo eran la conciliación, el diálogo, el consenso y la negociación, y las nuevas reglas de juego fueron: la
imposición, la amenaza, el descrédito y la violencia, tanto en el discurso como en la
acción política, así como la manifestación de formas pretorianas de ejercicio del poder
político23 (Guardia y Olivieri, 2003).
A partir de ese momento, cada vez más se notó la influencia del sector militar en la
vida política nacional. En la conformación del gabinete del nuevo Presidente se observaron desde un principio ―y hoy en día se ha profundizado aún más― militares
activos o dados de baja, y militares retirados ocupando cargos en la administración
pública24.
Las promesas de cambio, la aprobación de la nueva Carta Magna y los intentos de
reforma gubernamentales no se tradujeron en una mayor eficiencia y efectividad de
las labores que debe prestar la administración gubernamental el beneficio de la mayoría de la población.
Así pues, el 11 de abril de 2002, en medio de una huelga general por tiempo indefinido, la violencia se hizo presente nuevamente en el escenario político cuando
23
Con relación al tema específico del discurso violento Vid. (Olivieri, 1998).
Como ejemplos señalaríamos los cargos que han ocupado en la industria petrolera, los ministerios, la
Policía Técnica Judicial, la DISIP, el SENIAT, las aduanas, el INCE, los geriátricos, el hipódromo, el
Instituto Nacional de Parques (INPARQUES), puertos, aeropuertos y otros organismos del sector
público. (Bencomo, 2001: 2).
24
11
efectivos de la Guardia Nacional25, comenzaron a disparar y agredir a los manifestantes que se encontraban en una marcha que se dirigía a Miraflores. Ante la resistencia de los opositores, el Presidente de la República mandó a activar el Plan Avila26,
en tanto que el General Manuel Rosendo, Director del Comando Unificado de la
Fuerza Armada, se negó.
Estos acontecimientos condujeron a un grupo de oficiales, de los distintos componentes del Alto Mando Militar, a pronunciase ante las acciones llevadas a cabo por el
gobierno: los primeros fueron los efectivos de la Guardia Nacional que criticaron las
acciones de represión. Posteriormente, un componente del ejército encabezado, se
dirigió a la nación condenando las acciones militares y ordenando a sus subalternos
permanecer en sus unidades y desconocer cualquier llamado a atacar al pueblo.
Además, el viceministro de seguridad, renunció a su cargo y llamó al resto de los
componentes de la Fuerza Armada Nacional a seguir el ejemplo de la Guardia Nacional.
El 12 de abril, el Jefe de la Fuerza Armada se dirigió al país anunciando que Chávez
había renunciado. Luego, un grupo de militares presentó al presidente de Fedecámaras
como la persona que dirigiría el proceso transitorio. En el acto de juramentación,
Pedro Carmona Estanga decretó la remoción de sus cargos a los miembros de la
Asamblea Nacional, el Poder Ciudadano, el Poder Electoral y el Tribunal Supremo.
Paralelamente, comenzó el allanamiento de diversas instituciones. Asimismo, el Fiscal General de la República, desde su escondite, dirigió una rueda de prensa en la que
mantuvo que el presidente Chávez no había renunciado.
Al día siguiente, el generalato y almirantazgo que había asumido el control de la
Fuerza Armada, anunció al país que sólo mantendría su apoyo al gobierno de transición si Carmona rectificaba su decisión de disolver los poderes públicos27. El desconocimiento de las nuevas autoridades por parte de los militares y algunos otros sectores, se extendió, por lo cual, estos no pudieron sostenerse hasta el final de la tarde.
El gobierno de Pedro Carmona Estanga finalizó con su renuncia. El 14 de abril, el
presidente Chávez retomó el poder.
Lo que nos interesa resaltar, de estos sucesos, es que todas las decisiones que se tomaron reposaron en el Alto Mando Militar. En otras palabras, estamos ante la presencia
de formas pretorianas del ejercicio del poder. Aunque lo que se puso de manifiesto
fue la confrontación entre los dos sectores políticos que dividieron al país, lo que estuvo en juego fue que un sector militar pudiera arrojarse el derecho de conducir la
gerencia política de la sociedad venezolana.
Con respecto al resurgimiento del protagonismo político de grupos guerrilleros podemos afirmar que fue paralelo al del sector militar. También hay que tomar en cuenta
la imagen y carisma de proyecta Hugo Chávez Frías, a nivel Latinoamericano, como
el líder que propicia la redención de estos pueblos con un discurso antiimperialista, es
25
Estos elementos se evidenciaron posteriormente a través de videos que muestran a efectivos de la
Guardia Nacional impidiendo la llegada de la marcha a Miraflores y a francotiradores en azoteas de
edificios de la zona donde se desarrollaba la marcha.
26
Plan de seguridad que sólo se activa en casos de extrema gravedad para la seguridad nacional y que
incluye la movilización de tanquetas.
27
La intervención del Gral. del ejército Raúl Isaías Baduel en este escenario precipitó la caída de Carmona.
12
decir antinorteamericana, crítico de la nueva doctrina de seguridad y de las propuestas de integración como el ALCA. Adicionalmente, hay que señalar las constantes críticas hacia el Plan Colombia y la intervención en el caso de Haití, por mencionar sólo dos casos.
Por su parte, los grupos de oposición hacen constantes denuncias sobre las incursiones
de grupos guerrilleros en el territorio y últimamente, tenemos el caso de los paramilitares que fueron descubiertos en una zona cercana a la capital de la República.
DE VIEJOS A NUEVOS ACTORES POLÍTICOS
A fin de mostrar el desempeño de la gestión gubernamental una vez que estos viejos
actores llegaron al poder, parece pertinente hacer un seguimiento de los indicadores
propuestos por FLACSO para evaluar las vulnerabilidades de la región y al aplicarlos
al caso específico de Venezuela (FLACSO, 2004). En este caso particular tendríamos
lo que sigue:
En el plano político institucional se aprecia una fragilidad en el sistema democrático
en tanto se presencian formas pretorianas de ejercicio del poder y poca capacidad institucional para resolver las crisis dadas la preeminencia del ejecutivo sobre los demás
poderes y su falta de independencia28. Asimismo, se estaría frente a una democracia
de baja intensidad puesto que existe una escasa protección de los derechos civiles.
En Venezuela, desde abril de 2002, se han asesinado unas 57 personas y se han herido
con armas de fuego a más de trescientas, en un contexto de violencia política que incluye también actos de hostigamiento y amedrentamiento. Estos graves delitos permanecen en la más absoluta impunidad, se mantienen en etapas iniciales de la investigación sin que se conozcan los responsables. Como bien se sabe, la falta de justicia
contribuye de manera significativa a la perpetración de nuevos actos de violencia y
cierra espacios democráticos (COFAVIC, 02 de mayo de 2003). Aparte del acoso
contra la prensa, que se expone en la siguiente cita,
El hostigamiento contra los medios de comunicación tuvo una de sus máximas
manifestaciones cuando el Consejo Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) abrió proceso administrativo contra los canales de comunicación «Globovisión», «Radio Caracas Televisión» (RCTV) y «Televen» por haber incurrido supuestamente en una flagrante violación del Reglamento de
Radiocomunicaciones, (...) Pero, el hecho más preocupación generó fue la presentación, (...) de la «Ley sobre la Responsabilidad en la Transmisión de Contenidos en la Radio y Televisión». Esta «Ley de Contenidos» vulnera la Convención Americana de Derechos Humanos (artículo 13) al introducir un
régimen de censura de los contenidos de las programaciones e informaciones
transmitidas por las señales de radio y televisión (Comisión Andina de Juristas,
2004: 36-37).
Además se pueden mencionar los hechos de febrero de 2004, cuando el uso de la violencia militar se expreso en 12 muertos, 8 desaparecidos, 125 heridos, 400 detenciones forzosas, 35 periodistas agredidos y múltiples denuncias por maltratos físicos y
28
Al lector interesado en profundizar el tema recomendamos revisar el informe de Human Rights
Watch (2004) y el Informe Anual sobre la Región Andina (2004).
13
torturas, en una clara y manifiesta violación de los derechos humanos y civiles,
debido a las actuaciones de fuerza por parte de la Guardia Nacional (GN) y de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP).
Unido a estos hechos, se encuentran las acciones de violencia ejecutadas por grupos
de choque del gobierno29, que actúan con la anuencia de la autoridad civil y militar.
También, ha habido este tipo de manifestaciones en grupos de oposición.
Finalmente, no se puede dejar de mencionar, las denuncias sobre casos de corrupción
en el sector público puesto que estos hechos afectan la fortaleza institucional de la
nación. Tenemos, por ejemplo, el Plan Bolívar 2000, sólo por nombrar uno de los más
señalados por la prensa.
Con relación a la economía, Venezuela depende de las fluctuaciones del precio del
petróleo en el mercado internacional lo que la hace vulnerable en momentos de una
caída de los precios. Asimismo, y a pesar de haber firmado acuerdos, concesiones y
convenios tenemos que, favorecen a los inversores en prejuicio de los intereses nacionales. Recuérdese, por ejemplo, el convenio petrolero con la isla de Cuba y los
acuerdos con el Caribe y más recientemente, los sellados con la república de Argentina.
Es importante señalar que durante este período no ha habido un incremento de la
deuda externa y se ha cumplido con el pago de los servicios en esta materia. En
cuanto al empleo, y a pesar de la Misión Vuelvan Caracas, la tasa de desempleo supera el 17% y se ha aumentado el empleo informal.
En lo social se han incrementado los niveles de pobreza y la marginalidad social se ha
profundizado; en tanto, no ha habido un crecimiento del gasto público en materia social. Así se tiene que el gobierno venezolano aplicó políticas de corte populista que
buscaban afianzar el apoyo de las clases menos favorecidas y fueron llevados a cabo
por los militares; baste para ello mencionar el papel ejercido por los militares en el
Plan Bolívar 200030, durante los años 1999 y 2000, y los mega mercados llevados a
cabo en el paro cívico que se realizó entre diciembre del 2002 y febrero del 200331.
Más recientemente, a través de las “misiones” se ha intentado atacar alguno de los
problemas que aquejan a la población tal como: el desempleo, el analfabetismo y los
problemas de salud pública32. En la práctica, con las misiones se ha fracturado una de
29
Se hace referencia específicamente a los círculos bolivarianos y a los Tupamaros.
El Plan Bolívar 2000 estuvo constituido en 3 fases: Propaís, ProPatria y PorNación; fue diseñado
para llevar a cabo las políticas sociales del gobierno y su ejecución estuvo en manos de los militares.
Su ámbito de acción fue amplio porque se ocupaban desde la construcción y entrega de soluciones
habitacionales, generación de empleos y aplicación de subsidios directos e indirectos para las clases
menos favorecidas, hasta servicios médicos y asistenciales básicos. Sus resultados prácticos fueron
limitados y además se evidenciaron grandes hechos de corrupción en los cuales se vieron implicados
militares de la más alta gradación. Vid. (Eppel,1999; España,2001).
31
Por megamercados se entiende unos mercados populares, ubicados en las principales avenidas del
centro de la ciudad, atendidos por militares en donde era posible conseguir los productos de la cesta
básica a precios subsidiados por el Estado venezolano; allí también se prestaron servicios de trámites
de papeles de identificación, odontológicos y de peluquería. Estos megamercados se llevaron a cabo
principalmente entre los meses de diciembre de 2002 y febrero del 2003, mientras duró el paro promovido por los sectores de oposición al gobierno.
32
Se han implementado las diferentes misiones: MERCAL (comercialización y mercadeo de los productos alimenticios); CULTURA; GUAICAIPURO (derechos indígenas); IDENTIDAD; MIRANDA (Captar y
30
14
las funciones que corresponde al Estado Nacional como es la elaboración,
ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas. Y lo que es peor, este
hecho ha sido una política expresa seguida por el gobierno nacional; tal como lo expresará el diputado Tarek Saad, en entrevista realizada el 25 de julio de 2004 por el
canal del estado. Al mismo tiempo, es preciso señalar, que estas acciones han conllevado a un desplazamiento del sector civil por el sector militar.
No obstante, Venezuela se ubica como uno de los países con menor variación en los
índices de desarrollo humano (FLACSO, 2004). Amén, se ha producido un aumento
en la brecha social entre los ricos y pobres.
En cuanto a la integración social, la polarización entre oficialistas y opositores33,
muestra la debilidad en relación a este aspecto; tendencia que es reforzada, por ejemplo, en los discursos presidenciales cuando identifica como enemigos de la patria a
ciertos sectores sociales, económicos y políticos (Guardia y Olivieri, 2003).
Respecto a la seguridad transnacional se privilegian nexos con países que tradicionalmente no se mantenían fuertes relaciones tal es el caso de Cuba, China, Rusia e Irak.
En tanto se mantienen tensas relaciones con Estados Unidos de Norteamérica
(Guardia y Olivieri, 2004). También, se impulsan alianzas con posturas disidentes, tal
como se muestra en el siguiente ejemplo, cuando la agencia oficial VENPRES reseñó
la visita de Evo Morales, indicando que,
´vine sorpresivamente el viernes específicamente a unas reuniones particulares
para preparar otra reunión masiva el próximo año en nuestro país´. El líder del
Movimiento Al Socialismo (MAS) de Bolivia y figura clave durante la crisis
boliviana que llevó a la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada no
informó si tiene previsto reunirse con el presidente Hugo Chávez, pero tuvo
palabras de agradecimiento al mandatario venezolano ´por su apoyo en el tema
de la salida al mar´. Según Morales, ´ha impactado al pueblo boliviano y yo
diría que a todo el pueblo latinoamericano; después de ese respaldo público,
luego se han manifestado en el mismo sentido el Presidente de Brasil, Lula Da
Silva; el de Paraguay, luego el del secretario General de las Naciones Unidas,
Koffi Annan y finalmente el del ex presidente de los Estados Unidos Jimmy
Carter´ (Globovisión 21/12/03).
Con relación a los conflictos de seguridad interna, se ha incrementado la violencia
urbana y la inseguridad. En este sentido, ha aumentado el número de muertes durante
los fines de semana y se producen invasiones ilegales ―que fueron promovidas en un
principio por el gobierno― que vulneran el derecho a la propiedad privada.
A partir del 2002, se han incrementado los estallidos sociales, las protestas y los disturbios callejeros. ...“Un acontecimiento reciente e inquietante en Venezuela se vincula con la aparición en algunos estados de escuadrones de la muerte ligados a la policía” (FLACSO, 2004: 23).
organizar las reserva de la Fuerza Armada Nacional); PIAR (desarrollo de las comunidades mineras);
RIBAS (atiende la educación secundaria); ROBINSON I Y II (para combatir al analfabetismo); SUCRE
(atiende la educación universitaria) y VUELVAN CARAS (para acabar la pobreza a través del empleo).
33
También llamados chavistas y escuálidos
15
En resumen, luego de intentar evaluar la gestión política de los viejos actores (los
militares), podríamos concluir que existe una crisis de gobernabilidad democrática en
Venezuela, puesto que, con relación al fortalecimiento institucional se manifiesta poca
capacidad del Estado para atender las demandas sociales, se ha fracturado el principio
del monopolio de la fuerza y el efectivo control del territorio, se presencian formas
pretorianas de ejercicio del poder y un debilitado control civil. Asimismo ha habido
un retroceso en el desempeño económico y en los parámetros de integración social.
Existe una gran incertidumbre con relación a los temas de seguridad trasnacional y
nacional, puesto que a nivel discursivo se mantiene una postura en tanto que las acciones señalan caminos desconocidos hasta el presente.
CONCLUSIONES
La problemática de las relaciones civiles militares en la sociedad venezolana nos insta
a reflexionar acerca de las causas de la propensión al pretorianismo en nuestro país.
Aunque la respuesta a esta interrogante yace en diversos y complejos factores, nos
atrevemos a adelantar algunas hipótesis de trabajo: persisten algunos elementos en la
cultura política del venezolano que favorecen el ejercicio político del hombre fuerte y
carismático, al mismo tiempo, existe debilidad en los mecanismos de control civil por
parte de la sociedad.
Sin embargo, para poder profundizar sobre las razones por las cuales el pretorianismo
y la violencia política se hicieron presentes nuevamente en el escenario venezolano,
es necesario ampliar y dinamizar nuestra esfera de análisis. De ahí que es necesario
examinar la composición social de la Fuerza Armada Nacional, la procedencia social,
el curriculum de estudio, los valores que se trasmiten para dilucidar si a través de la
instrucción formal a los cadetes se trasmiten valores que inciten a una actuación política del estamento militar. Asimismo, tendríamos que indagar, aún más, sobre las influencias ideológicas de la izquierda en la actual organización castrense y ver como
los factores de crisis presentes en la sociedad venezolana han trascendido a la institución.
En otro nivel de análisis se tendría que considerar cómo se produce la interacción entre los militares y el resto de la sociedad, específicamente con el sector político. A fin
de observar, si el intercambio que proporcionan estas relaciones influyen en la decisión de actuar en la política nacional.
Finalmente, queremos hacer énfasis, en algo que hemos intentado mostrar a lo largo
del ensayo y es que la gerencia política de un sector militar no ha logrado revertir las
tendencias, que venían observándose desde la década de los ochenta, más bien se han
profundizado los factores de desequilibrio presentes en la sociedad venezolana,
originándose una crisis de gobernabilidad democrática difícil de resolver por medios
pacíficos dado en clima de polarización que se vive actualmente el país.
Si bien es cierto que se convocó a un referéndum presidencial, ciertos sectores de la
oposición argumentan la poca transparencia y credibilidad que goza el organismo
electoral. Asimismo, se debe considerar la debilidad y politización del sistema judicial
y, la falta de independencia de los poderes que junto al ejercicio político de formas
pretorianas fracturan la consistencia democrática del sistema político.
16
Reconocemos el esfuerzo de la sociedad civil organizada en torno a la búsqueda
de una salida democrática y pacífica así como su capacidad de movilización, no obstante, preocupa que los partidos políticos, aún hoy, se encuentran debilitados y existe
rechazo de la población a participar en dichas organizaciones. Así pues, creemos que
una de las tareas que debemos enfrentar los venezolanos es recuperar el control civil y
establecer las bases para una república verdaderamente democrática donde el sector
militar este sujeto al control de la sociedad.
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