Apenas tiene árboles y sufre una constante escasez de agua, pero

Transcripción

Apenas tiene árboles y sufre una constante escasez de agua, pero
Apenas tiene árboles y sufre una constante escasez de agua, pero Lanzarote es
una de las más bellas de las siete islas canarias por los colores contrapuestos de
sus paisajes volcánicos.
Considerada como una de las islas más atractivas del archipiélago
canario, Lanzarote cuenta con una superficie de 863 km2, además
de un pequeño archipiélago llamado Chinijo formado por las islas
de La Graciosa, Alegranza y Montaña Clara. Su nombre se debe al
navegante genovés Lanceloto Malocello, que llegó a la isla a
mediados del siglo XIV y fue partícipe de la difusión de Canarias
como ruta para expediciones de marinos y comerciantes.
El territorio de Lanzarote, declarado Reserva de la Biosfera por la
UNESCO, está distribuido en siete municipios: Arrecife, Haría, San
Bartolomé, Teguise, Tías, Tinajo y Yaiza, que acogen entre todos a
más de 142.000 habitantes, población que ha ido en aumento de
forma vertiginosa debido al crecimiento económico de la isla.
Declarada en el año 1987 por la Organización Mundial del Turismo
como uno de los seis modelos universales de desarrollo sostenible
existentes, Lanzarote constituye hoy día uno de los destinos
turísticos más interesantes de Canarias. Playas de calidad,
espacios naturales idóneos para la práctica de deporte y una
extensa oferta de visitas a lugares de interés cultural, como
museos, cuevas aborígenes, etc., hacen de la isla un lugar perfecto
para combinar ocio y cultura en un mismo espacio.
Por ello, desde la década de los 80 el turismo se convirtió en la
primera fuente de ingresos de Lanzarote, desplazando a la
agricultura y la pesca, que habían sido sus principales motores
económicos.
Arrecife
Con una superficie de 22,7 km2, Arrecife es la capital de Lanzarote y
el centro administrativo y comercial. Como tal ha jugado un papel
preponderante en la historia de la isla al haber sido durante más de
tres siglos consecutivos su fortaleza defensiva. Muestra de ello son
los castillos de San Gabriel y de San José, que fueron construidos
durante los siglos XVI y XVIII para proteger Lanzarote de los piratas.
El núcleo histórico de la capital lanzaroteña está formado por el
Barrio de La Puntilla y el Charco de San Ginés. En La Puntilla se
ubicaron los primeros pobladores del Puerto de Arrecife.
Su clima, caracterizado por una acusada aridez, permite al visitante
disfrutar de la Playa del Reducto, que está protegida, por un lado,
por la Punta del Camello y el islote de Fermina y, por otro, por el
Charco de San Ginés, especie de lago formado por la entrada de
agua del mar.
Son muchos los lugares de interés cultural y artístico. Empecemos
por la iglesia de San Ginés, primera ermita que se edificó en
Arrecife y que fue reconstruida en el siglo XVII. Su campanario
constituye uno de los elementos más significativos del conjunto
histórico de la capital. La visita puede continuar por la Casa de la
Cultura “Agustín de la Hoz” -caserón familiar del siglo XIX que
debe su nombre a uno de los historiadores más importantes de la
isla- para, a continuación, conocer la Casa de Los Arroyo,
construida en el siglo XVIII y declarada monumento históricoartístico, y que fue sede del Centro Científico-Cultural “Blas Cabrera”
entre 1995 y 2004.
Detengámonos un momento de nuevo en los castillos anteriormente
mencionados, los de San José y San Gabriel. El primero, fue
levantado en el siglo XVIII en lo alto de la Bahía de Naos y
actualmente alberga el Museo Internacional de Arte Contemporáneo
de Lanzarote, con obras de Tàpies, Miró u Óscar Domínguez. Por su
parte, el de San Gabriel, edificado en el siglo XVI, está considerado,
junto con el Puente de las Bolas, monumento histórico-artístico.
Timanfaya
El paisaje volcánico marca la personalidad de Lanzarote y, sobre
todo, del Parque Nacional de Timanfaya. Sus 25 cráteres son la
mejor representación de este paisaje casi lunar, fruto de las
erupciones que sufrió la isla en 1730 y 1824 y que devastaron las
fértiles vegas de la zona y una decena de pueblos. Milagrosamente
no hubo víctimas, pero muchos vecinos optaron por emigrar. A pie,
en dromedario o autobús, cualquier medio es apropiado para
recorrer estos parajes y acercarse a las Montañas de Fuego, la
caldera del Corazoncillo o el volcán del Chinero para examinar la
variada morfología creada por la lava, los conos y los depósitos
volcánicos.
La entrada al parque está al norte del pueblo de Yaiza, donde se
puede dar un paseo de unos 15 minutos en camello por las laderas
volcánicas. Tras pagar la entrada al parque, llegar al islote de Hilario
y aparcar junto al restaurante El Diablo, la vista continúa en autobús
en un recorrido de, aproximadamente, una hora. De nuevo en el
islote de Hilario, los guías realizan una demostración práctica de
que el volcán no está apagado, sino dormido, al arrojar ramas a una
grieta y arder estas automáticamente.
Parques naturales
El origen volcánico y el hábitat de la isla van más allá del Parque
Nacional de Timanfaya al manifestarse también en dos parques
naturales inigualables por lo que se refiere a los elementos
geomorfológicos que lo conforman. Hablamos de los parques
natural de Los Volcanes y del archipiélago de Chinijo.
Rodeado por los islotes del norte de la isla, los riscos de Famara y
las llanuras del Jable, Los Volcanes, declarado parque natural en el
año 1994, ocupa 10.158 hectáreas de superficie. Aunque se
caracteriza por reunir una de las mejores muestras de hábitat de
colas volcánicas, posee también interés científico por la presencia
en su espacio de comunidades de aves marinas.
A pocas millas del norte de Lanzarote se encuentra la Reserva
Natural Integral de Los Islotes, un conjunto de tres pequeñas islas y
dos islotes que, junto a la costa de Famara, conforman el Parque
Natural del Archipiélago de Chinijo. Este espacio, integrado por
9.112 hectáreas, fue declarado parque natural en el año 1986 y
reclasificado en 1994. Sus riquísimas aguas poseen una abundante
diversidad de flora y fauna, por lo que han sido declaradas reserva
marina.
A la riqueza geológica de este parque se une su gran valor biológico,
ya que cuenta con varias especies amenazadas y protegidas,
además de diversos fósiles y restos prehistóricos.
Jameos del Agua
El municipio de Haría tiene la suerte de reunir atractivos naturales y
turísticos de gran impacto, como son La Cueva de los Verdes y
Jameos del Agua, dos tramos del mismo tubo volcánico donde los
caprichos de la naturaleza han creado espacios inigualables por su
belleza y colorido. En el interior de los Jameos del Agua existe una
laguna subterránea donde habita una especie única de pequeños
cangrejos blancos, conocida como el ‘cangrejo ciego’, que brilla en
la penumbra.
El Mirador del Río, que se levanta sobre los acantilados del litoral
ofreciendo una de las más despejadas y relajadas vistas de Canarias,
es otro punto de cita obligada.
Legado de César Manrique
César Manrique (1919-1992) fue un pintor, escultor, arquitecto y
diseñador que estudió en la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando y residió en Nueva York antes de regresar a su isla natal en
1968. Manrique promovió un desarrollo turístico de Lanzarote en
consonancia con el respeto a la naturaleza y casi todos los enclaves
turísticos de la isla son el fruto de su talento y perseverancia. Aunó
humanidad, arte y medioambiente en todas sus obras,
convirtiéndose en una figura emblemática debido a este constante
interés por preservar el equilibrio del entorno natural y salvaguardar
la simetría en las fachadas de las viviendas lanzaroteñas.
Situada en el Taro de Tahíche, la fundación que lleva su nombre es
la más fiel obra representativa del artista canario. Esta casa-estudio
en la que vivió César Manrique fue construida en 1968 sobre la
colada volcánica de una erupción de los años 1730, y no sólo refleja
el espacio natural característico de la isla, sino que da una idea del
talento, la creatividad y el esfuerzo de uno de los hombres más
ilustres y comprometidos con su tierra que ha dado Canarias.
Fundada a la muerte del artista, ocurrida en un accidente
automovilístico en 1992, la Fundación César Manrique surgió para
preservar su legado y es una institución sin ánimo de lucro sobre la
que gira buena parte de la vida cultural e intelectual de Lanzarote.
La antigua casa es, además de sede de la fundación, museo.
Pero el artista dejó una extensa huella en todo Lanzarote. Por
ejemplo, el centro cultural El Almacén de Arrecife, el mural del
antiguo Aeropuerto de Guacimeta, los Jameos del Agua o la Casa
-museo del Campesino y la escultura monumental a la
Fecundidad, emplazados uno junto al otro en el término municipal
de San Bartolomé, en la comarca La Geria. El monumento a la
Fecundidad fue construido por César Manrique en honor a los
campesinos martirizados de la isla. La escultura, de color blanco y
líneas redondeadas, se erige a 15 metros de altura sobre una base
de materiales reciclados y montados a modo de mecano. La casa
museo fue un antiguo caserío señorial. De color blanco y ventanas y
puertas con marcos de color verde, mantiene la estética utilizada
por el artista lanzaroteño en la mayoría de sus edificaciones.
Actualmente, recoge una extraordinaria colección de útiles e
instrumentos utilizados por las comunidades campesinas de la isla.
Teguise
Capital de la isla desde la primera mitad del siglo XV y hasta 1852,
Teguise fue uno de los asentamientos civiles y urbanos más
importantes del archipiélago canario. Situado a 10 km de la costa y
a 220 metros de altura sobre el nivel del mar, el municipio tuvo
unos orígenes indígenas de los que hoy en día podemos encontrar
algún resquicio en las edificaciones restauradas de la época.
El patrimonio monumental de Teguise está repartido entre sus
angostas y empedradas calles de trazado medieval y sus
tradicionales casas nobles y señoriales. Como lugares de interés
encontramos la parroquia de San Miguel, el palacio de Spínola, la
iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe y los conventos de San
Francisco de Miraflores y Santo Domingo.
El palacio de Spínola constituye uno de los mejores ejemplos de
arquitectura señorial isleña. Actualmente es la residencia oficial del
Gobierno de Canarias en Lanzarote. La iglesia de Nuestra Señora
de Guadalupe, construida en la primera mitad del siglo XVI, fue
saqueada en varias ocasiones por piratas y aún permanecen en ella
las secuelas del incendio que sufrió a principios del siglo XX. El
castillo de Santa Bárbara, por su parte, se construyó a finales del
siglo XV en la cima del volcán Guanapay. Es supuestamente la
fortaleza más antigua de la isla y actualmente alberga el museo de
la Piratería, un centro de interpretación de conquistadores,
corsarios y piratas relacionados con la historia de Canarias.
Gastronomía
Para el más completo conocimiento de la isla y de sus costumbres,
resulta necesario degustar sus exquisitos platos y productos
gastronómicos típicos, como papas arrugadas, mojo verde y rojo,
lapas, bienmesabe y frangollo, por citar algunos.
Entre las delicias gastronómicas que nos reserva la isla se
encuentra, por supuesto, una amplia variedad de pescados. La
carne blanca de la sama, el pescado más frecuente de Lanzarote,
resulta exquisita a la plancha, al horno, cocida o albardada.
Asimismo, el cherne, el mero, la corvina, el congrio y la morena
enriquecen la cocina isleña, aunque el pescado favorito para los
habitantes de Lanzarote es, sin duda, la vieja –exclusiva de las
aguas canarias-, cuya degustación, sea cocida o a la plancha, es
deliciosa, siempre acompañada, eso sí, por una guarnición de
papas arrugadas con mojo verde, la salsa ideal para acompañar
cualquier tipo de pescado.
En cuanto a las carnes, la gastronomía isleña ofrece muchas
opciones, entre las que destacan las del cabrito al horno o al
salmorejo, el conejo y la pata de cerdo, enriquecidas con las
aportaciones locales por lo que se refiere a su modo de
preparación, como el cabrito frito y compuesto, especialidades del
municipio de Yaiza, cuyos secretos residen en el uso de las
cebolletas de la tierra y en las hierbas que le dan su sabor
característico.
La gastronomía canaria ofrece al visitante una extensa selección de
riquísimos postres, como el bienmesabe, una especia de crema
hecha a base de almendras, huevos y limón, ideal para combinar
con helados de cualquier sabor, aunque se recomienda el de
turrón. Otro de los postres típicos de la isla es el frangollo, una
especie de natilla realizada con maíz, limón y canela.
Además de por su gastronomía, Lanzarote es conocida por
conservar parte de los vinos más ricos y finos del archipiélago. A
diferencia de otras comunidades autónomas españolas, los viñedos
de Lanzarote son plantados en grandes hoyos protegidos con
piedras para preservarlos de los vientos africanos y sacar provecho
del alto poder de retención de agua del picón o ceniza volcánica.
Este procedimiento repercute favorablemente en los vinos de la
isla, que gozan de una excelente textura.
Los vinos de Lanzarote cuentan desde el año 1994 con su propia
denominación de origen. En el mes de julio se inicia la vendimia,
una de las más tempranas de España, y entre sus variedades de
viña se encuentra la malvasía, que es una uva pequeña de escaso
rendimiento pero de exquisito equilibrio y sabor, el moscatel
romano, la uva listán blanca y la listán negra, entre otras.
Actualmente Tinajo, Haría y La Geria son las zonas que tienen una
mayor extensión de plantación vinícola, aunque cualquier vino de
la isla supone un placer para el paladar.

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