Mis alumnos aspiran a ser profesionales

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Mis alumnos aspiran a ser profesionales
6 ] Historias
revista educar
Septiembre 2010
BENJAMÍN BERRÍOS, DIRECTOR DE LA ESCUELA FRANCISCO LETELIER, EN PAINE:
“Mis alumnos aspiran a
ser profesionales”
Mientras bajan las matrículas en las escuelas
municipales, en este colegio se incrementan.
Tiene 175 alumnos, desde Prekinder hasta
Octavo Básico, y subió 80 puntos en el último Simce. Parte del éxito se debe a la gestión del director.
Marcela Paz Muñoz Illanes
µ Mario Quilodrán
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Cristián González Araneda, Coordinador de Enlaces y Benjamín Berríos Acevedo, director de la Escuela Francisco Letelier Valdés de Paine, con alumnos de Sexto Básico.
“Cuando llegué como
profesor a la Escuela Francisco Letelier Valdés, en Paine, contaba con un
pequeño vehículo y como vivía cerca
de la escuela, generalmente me pedían trasladar a mucha gente enferma al hospital. A mi auto lo llamaban
la “ambulancia”. Un día, llegó una familia cerca de las 02:00 de la mañana
para pedirme que llevara al hospital a
la mamá que estaba con dolor de parto.
Se trataba de una familia muy sencilla y necesitada. Los ayudé y nació un
niño. Su madre, en agradecimiento,
lo bautizó con mi nombre. Más tarde, ese niño fue mi alumno y hoy es
Carabinero”.
Éstas son las palabras de Benjamín
Berríos, director de la Escuela Francis-
Cuando Benjamín Berríos llegó a la Escuela Francisco
Letelier Valdés, en Paine, lo usual era que los alumnos
terminaran siendo jardineros o trabajando en el campo.
Hoy entre los egresados hay médicos y contadores.
co Letelier Valdés desde hace 22 años.
Desde niño siempre quiso convertirse
en un “profesor de campo”, de ésos que
meten sus manos en el barro, que trabajan la tierra y atienden las necesidades
de los vecinos más desposeídos.
Aún recuerda a sus profesores, quienes con alegría llegaban a la escuela
rural en la que él estudiaba. No les importaba si los caminos estaban en mal
estado. “Ellos se sacrificaron para que
nosotros seamos alguien en la vida y
yo les rindo un homenaje, siguiendo el
mismo camino que ellos iniciaron”.
EN LA ESCUELA 835 DE
VÍNCULO
Éste fue el primer establecimiento
escolar en el que trabajó, también de la
Comuna de Paine. Allí tuvo a su cargo
un Primero Básico: “Mi gran desafío
era que esos niños algún día pudiesen
leer. A fin de año, el 100% de ese curso
-20 estudiantes- leía perfectamente. El
director nos preguntó cómo lo hicimos
y le dijimos: “Siendo un niño más, saltábamos, reíamos, jugábamos, cantábamos con ellos y nos subíamos sobre
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la mesa”. El director no daba crédito a
lo que le decíamos”.
En ese lugar –en el que trabajó 17
años- se dio cuenta que algo faltaba
para mejorar el aprendizaje de los alumnos: la colaboración de los padres. Por
ello, junto a sus colegas Jorge Morales
y Cayetano Espina decidió preparar
talleres para los apoderados después
de clases. Se trataba de personas que
habían estudiado hasta Primero, Segundo y Tercero Básico, y muchas eran
analfabetas.
Y esa misma experiencia la repite
ahora en la Escuela Francisco Letelier
Valdés. Una vez más, observó que muchos de los apoderados no sabían leer
ni escribir; otros ni siquiera terminaron IV Medio. Su decisión no podría
ser otra: educarlos después de la jornada regular de clases.
Pero a diferencia de lo que ocurría
en la Escuela 835 de Vínculo, ahora
no necesita quedarse a dormir en la
casa de algún apoderado después de
impartir estas clases. Tiene un auto
propio, la “ambulancia”, algo de lo que
carecía en esos años cuando se encon-
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traba con la sorpresa de que el bus de
acercamiento a la carretera ya había
partido y no podía regresar a su casa;
afortunadamente siempre fue bien acogido por las familias de sus alumnos
y muchas veces lo llevaban en coche
hasta la carretera.
SUS PRIMERAS ACCIONES
COMO DIRECTOR
En la Escuela Francisco Letelier Valdés,
donde asumió como director en 1988,
revisó una a una las falencias por las
que atravesaba ese establecimiento.
Éste fue su diagnóstico: Bajo puntaje
en el Simce; docentes que no trabajaban en su especialidad, los de Matemática hacían Educación Física y así
sucesivamente; baja participación de
los padres, la mayoría con bajo nivel
cultural o analfabetos; alumnos que no
tenían las comodidades para realizar
sus tareas en casa; inasistencia escolar que en invierno era cercana al 60%
y, como si fuese poco, muchos de los
profesores no tenían título, ni menos
habían escuchado hablar acerca del
De izquierda a derecha: Benjamín Berríos, director de la Escuela Francisco Letelier Valdés; Magaly Lara y Jenny Albornoz, docentes y apoderadas de este establecimiento.
ACCIONES PARA REVERTIR
UNA MALA EDUCACIÓN
Benjamín Berríos, director de la Escuela Francisco Letelier Valdés en
Paine, explica que hay medidas
efectivas que un director puede implementar para que un colegio mejore la calidad de la educación. Por
ejemplo:
4 Realizar estudios y diagnósticos del perfil académico de los
docentes.
4 Visitar regularmente el aula con
el propósito de apoyar el proceso
de aprendizaje (dos veces al mes,
según necesidad). Exigir que se enseñen los contenidos correspondientes a cada curso.
4 Formar equipo de gestión, en
los que deben participar profesores
representantes de cada ciclo, el jefe
de la Unidad Técnico Pedagógica
(UTP) y el director.
“perfeccionamiento docente”.
Pero no se desanimó. Es una persona convencida de la importancia y el
rol activo que ejerce un director. “Este
cargo implica ser un miembro más del
equipo de gestión, trabajar directamente con esa gente definiendo acciones y
motivándolos a cumplir cada desafío
planteado”, afirma Benjamín Berríos.
Entonces tomó, como se dice en el
campo: “el toro por las astas”. Las
principales acciones que emprendió
fueron las siguientes:
- Realizó un estudio sobre el currículo de cada profesor, ya que algunos
eran titulados y otros no, y les exigió
que se capacitaran.
- Reorganizó el equipo docente y los
entrenó acerca de cómo realizar las
evaluaciones, para luego aplicar esa
metodología con los alumnos.
- Creó un Consejo de Evaluación
Semanal, que realizaba una revisión
de metodologías y desarrollaba exi-
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gencias de planificación. Implementó
talleres de diseño de clases y de reflexión técnica.
- Facilitó tiempo y espacio para el autoperfeccionamiento en la escuela.
Incluso el año 2000 puso en marcha
un plan lector que incluía, entre otras
estrategias, lectura silenciosa por media hora todos los días. “Ahora ningún
niño es promovido a Segundo Básico
sin saber leer –asegura Benjamín Berríos-. Por esa misma razón, las tasas
de repitencia bajaron de 25% en esa
fecha a menos de 3% en el 2008”.
CAMBIOS EN EL CURRÍCULO
La tarea apenas comenzaba. Benjamín Berríos evaluó los contenidos
correspondientes a cada curso. Aumentó las exigencias de conocimiento a nivel preescolar y a los cursos de
Tercero Básico les aplicó pruebas tipo
Simce para acostumbrarlos a este sistema, sobre todo en lo que se refiere
a la hoja de respuesta.
En forma paralela a esas medidas, se
involucró en las clases, asistió a cada
una de ellas, hizo preguntas como si
fuese un alumno más del curso, y de
paso fue chequeando uno a uno los
contenidos de las materias. Cuando
era necesario, los modificó.
¿Resultado? De ser la peor escuela
en la comuna pasó a convertirse en
la mejor evaluada, además de lograr
importantes avances en el Simce. En
cuatro oportunidades obtuvo la excelencia académica y por cinco años se
ha situado entre las mejores escuelas
de la comuna, y en dos oportunidades,
a nivel provincial (2007 y 2009).
Antes lo usual era que los alumnos
terminaran siendo jardineros o trabajando en el campo. Hoy esta realidad ha cambiado: entre los egresados
El director de la Escuela Francisco Letelier Valdés, Benjamín Berríos, junto a Claudio
Cornejo, docente de Educación Diferencial (a la izquierda); Jonathan Camus, alumno
de Sexto Básico (al centro), y la psicóloga Paula Rodríguez (a la derecha).
hay médicos, contadores, profesores,
carabineros, veterinarios, ingenieros,
enfermeras y químicos, entre otras
profesiones.
EXIGENCIAS A PADRES Y
APODERADOS
Ellos también son protagonistas
del cambio. Se les pidió que apoyaran en forma efectiva a sus hijos/as
para que organizaran bien su horario
de estudio.
¿Cómo lo lograron? En cada una de
las reuniones se les explicó, una y otra
vez, que la única manera de que los
sueños de sus hijos/as se convirtieran
en realidad era trabajando en conjunto
con la escuela; exigiéndoles para que
ellos cumplieran con sus deberes, con
El director de la Escuela Francisco Letelier Valdés, de
Paine, se preocupa de educar a los apoderados, después
de la jornada regular de clases.
las horas destinadas al estudio.
Además, se invitó a los padres y
apoderados a participar en cursos de
capacitación como los siguientes: “Organización de los tiempos”, “Abordando los quehaceres de mi hijo”, “Priorizando mis labores como apoderado”,
con el propósito de que contaran con
más herramientas para apoyar y exigir a sus hijos en casa.
En el tema de la inasistencia, se tomaron medidas muy concretas: Benjamín Berríos gestionó que un bus
municipal pase siempre frente al colegio para asegurarse de que “todos”
los niños lleguen a clases.
Hoy la asistencia supera el 90%. Y
a nadie se excluye: habilitó dos salas
para alumnos con necesidades especiales y contrató a profesionales como
psicólogos, docentes diferenciales y
psicopedagogos. Una medida muy útil
si tomamos en cuenta que a su escuela asisten también niños con Síndrome de Down, Síndrome de Asperger
y Parálisis Cerebral Espástica.

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