prisioneros de la democracia siria - Pen-Kurd

Transcripción

prisioneros de la democracia siria - Pen-Kurd
GARA
2008 6 2 astelehena
20 Mundua
PRISIONEROS DE LA
DEMOCRACIA SIRIA
«El órgano líder del Estado sirio, así como el de toda la sociedad, es el partido Baath», dice el artículo 8 de la Constitución siria. Por eso, es imposible
esquivarlo, Bashad Assad te
observa desde enormes murales, y sus estatuas parecen esperarte en cada avenida.
Y
es imposible esconderse,
porque Bashad también
está en las paredes de los
locales de kebab, de los
que sirven batidos y zumos de fruta; las barberías o las tiendas de topa,
vendan chadores o camisetas de tirantes... Y tampoco falta en los salpicaderos de los taxis amarillos o en el exitoso modelo de parasol para coches, donde
sus ojos azules se ocultan bajo unas gafas
negras de sol.
REPORTAJE
•••
Karlos ZURUTUZA
Damasco
«Uno se acostumbra a todo esto, pero
nunca a que le intercepten hasta las conversaciones telefónicas», afirma un camarero
kurdo que responde al nombre de Omar, «y
si no, que se lo pregunten a Faeq al Mir».
Omar se refiere a ese preso encarcelado desde 2006 por «debilitar el sentimiento nacional». Uno de tantos. La prueba fue una conversación telefónica grabada en la que el
imputado transmitía sus condolencias por
la muerte de Pierre Gemayel, ministro de Industria de Líbano muerto en 2006.
«El régimen no busca la detención de este
o aquel disidente, sino crear un estado de
paranoia en el que la gente se sienta continuamente observada y escuchada», se queja
Omar. «Yo mismo apenas hablo por teléfono
y mido hasta las palabras que escribo en mi
correo electrónico», asegura.
¿Controla también el Baath el mundo virtual sirio? Es difícil saber hasta qué punto se
filtran los correos electrónicos, pero lo cierto es que más de cien portales de internet,
Youtube o Facebook entre ellos, son inaccesibles desde este país árabe.
«Toda crítica al presidente y a su familia,
al partido y al Ejército está terminantemente prohibida. La legitimidad del Estado queda fuera de toda discusión en Siria», explica
Hagop, abogado armenio de Alepo.
Y es que Siria es, en esencia, un Estado
unipartidista dominado por el Baath, el Partido Árabe Socialista de la Resurrección.
«Hay otros ocho partidos –continúa Hagop–,
pero su única función es ratificar al candidato del Baath. Se trata de dar una imagen de
sistema multipartidista que nada tiene que
ver con la realidad. Su función es puramente
decorativa: asienten con la cabeza y aplauden al final de cada sesión».
Ésta parece ser la clave del éxito de un
partido que se perpetúa en el poder desde
que accediera a él a través de un golpe de Estado en 1963. Tras purgar todo el aparato político en 1970, Hafez el Assad pasó de ministro de Defensa a presidente del país, cargo
que ocupó hasta su muerte, ocurrida en el
año 2000. La Constitución hubo de ser modificada en junio de aquel mismo año, reduciendo la edad mínima del presidenciable
de 40 a 34 años. Assad hijo podía, así, asumir el cargo en estricto cumplimiento de la
Constitución siria.
Minoría aplastante
Curiosamente, los Assad son de origen alawita, una minoría religiosa islámica que no
supera el 5% del total de la población siria.
No obstante, dicho factor no ha amilanado,
ni mucho menos, a esta familia originario
del noroeste del país. Sin ir más lejos, Assad
padre ordenó el bombardeo de la ciudad de
Hama en 1982 con el objetivo de sofocar una
revuelta de los Hermanos Musulmanes. Damasco nunca ha dado cifras oficiales, pero
Amnistía Internacional estima que las víctimas de aquella masac re fueron entre
10.000 y 25.000.