El bosque habló conmigo - AMORC

Transcripción

El bosque habló conmigo - AMORC
El bosque habló conmigo
Por Maximiliano Velásquez T., F.R.C.
Revista El Rosacruz A.M.O.R.C.
Huí de la ciudad... y me interné en un pequeño bosque, como quien busca refugio lejos del
bullicio mundano de la urbe. Allá fui casi sin pensar en lo que haría. Mas, ¡qué gran
impresión experimenté a medida que caminaba por entre el follaje! Los árboles se
inclinaban majestuosamente saludándome, y yo les daba la mano tocando sus verdes y
frescas hojas. Después de haber caminado un buen trecho me senté sobre una piedra junto
al tronco de un añoso árbol. Pronto me encontré contemplando los diversos matices del
verdor del prado; desde la hierba que tejía una hermosa alfombra sobre la tierra, hasta las
copas más altas de los árboles que se empinaban como enormes mástiles.
Una sinfonía armoniosa susurraba el viento por entre las hojas de la floresta a la vez que un
ameno coro de aves entonaba bellos arpegios. El aroma fragante de las flores se mezclaba
con el olor de la tierra húmeda. Y sentí que la vida de aquella naturaleza era mi vida: me
sentía árbol, aire y sol.
Miré a todas partes como quien se mira a sí mismo. Vi a la hormiga salir de entre la menuda
hierba y me sentí hormiga, perdiéndome por los resquicios de la tierra. Volé de flor en flor
con el zumbido de los insectos. Me remonté por todas partes en el vuelo de las aves. Fui
piedra, fui raíz, ramaje y aire; y me convertí en viento que llega a las nubes. De súbito me
encontré ante la faz del cielo deseando descifrar el Infinito.
Me di cuenta entonces que por un instante había olvidado mi existencia, mi realidad
material, para penetrar en la esencia de la Naturaleza: ¡EL NOUS!
En palabras sutiles como el viento, el bosque habló conmigo, en palabras descifrables tan
solo en un lenguaje sublime que jamás se ha escrito; y me dijo tantas cosas que ni las
recuerdo porque en la abstracción de ese instante no pensaba... me había olvidado de qué y
quién era, porque en ese momento yo era todo y estaba en todo. Por eso siempre voy al
bosque, porque el bosque habla conmigo.