Hoja No 297_NEW
Transcripción
Hoja No 297_NEW
Psicosis (PSYCHO) Nº 297 (NOVIEMBRE 2009) SINOPSIS Tras haberse apropiado de 400.000 dólares que no le pertenecen, Marion Crane huye con el dinero en su coche. Tras conducir durante horas encuentra un lóbrego motel, el “Motel Bates”, donde decide pasar la noche. Su encargado, Norman Bates, es un hombre extraño y asustadizo que parece obsesionado por la presencia de su madre paralítica que vive en una casa contigua. FICHA ARTÍSTICA Norman Bates ............................................................ANTHONY PERKINS, Marion Crane ....................................................................... JANET LEIGH, Lila Crane ...............................................................................VERA MILES, Sam Loomis ........................................................................... JOHN GAVIN, Milton Arbogast .............................................................. MARTIN BALSAM, Sheriff Al Chambers ........................................................ JOHN MCINTIRE, FICHA TÉCNICA Duración ...................... 109 min. Nacionalidad ...................... EEUU Año de Producción .............. 1960 (Blanco y Negro) Dirección.... ALFRED HITCHCOCK Productora ............... PARAMOUNT Productor ... ALFRED HITCHCOCK Guión .............. JOSEPH STEFANO .... (Basado en la novela de Robert Bloch) Fotografía ...... JOHN L. RUSSELL Montaje ....... GEORGE TOMASINI Música ... BERNARD HERRMANN Dir. Artística ... JOSEPH HURLEY ............. ROBERT CLATWORTHY Psycho (PSYCHO) SINOPSIS Huyendo de la justicia, Marion Crane se refugia en el motel de Norman Bates, un hombre oscuro cuyas víctimas van cayendo en las misteriosas redes de su madre. Marion será la próxima. Su desaparición hará que la hermana de Marion y un detective privado vayan al motel. FICHA ARTÍSTICA Norman Bates .............................................................VINCE VAUGHN Marion Crane ................................................................. ANNE HECHE Lila Crane .............................................................. JULIANNE MOORE Samuel Loomis .................................................... VIGGO MORTENSEN Milton Arbogast ....................................................... WILLIAM H. MACY Dr. Fred Simon ....................................................... ROBERT FORSTER FICHA TÉCNICA Dirección ..............GUS VAN SANT Productora................. UNIVERSAL Productor ............ BRIAN GRAZER Guión ............. JOSEPH STEFANO Fotografía ............. CHRIS DOYLE Montaje ... AMY E. DUDDLESTON Música .... BERNARD HERRMANN Dir. Artística . CARLOS BARBOSA Vestuario . BEATRIX A. PASZTOR Duración .......................104 min. Nacionalidad...................... EEUU Año de Producción ...............1998 (Color) COMENTARIO “Una noche, la gente del espejo invadió la tierra. Su fuerza era grande, pero al cabo de sangrientas batallas las artes mágicas del Emperador Amarillo prevalecieron. Éste rechazó a los invasores, los encarceló en los espejos y les impuso la tarea de repetir, como en una especie de sueño, todos los actos de los hombres. (…) Un día, sin embargo, sacudirán ese letargo mágico.” Jorge Luis Borges- El Libro de los Seres Imaginarios Aquel viajero que ose aventurarse en las Ficciones de Borges, ansioso por recorrer caminos inexplorados a través del territorio extraño y mágico en el que se oculta El Jardín de Senderos que se Bifurcan, hallará, vagando a través de un laberinto de espejos, la metódica y extravagante figura de Pierre Menard, autor del Quijote. El malogrado escritor de Nîmes, a quien el autor rinde homenaje póstumo en forma de crítica literaria, ambicionaba antes de su muerte llevar a término su heroico proyecto de escribir El Quijote. Estimulante y arduo propósito, ya que Menard “no quería componer otro Quijote- lo cual es fácil- sino el Quijote. Inútil agregar que no encaró nunca una transcripción mecánica del original; no se proponía copiarlo. Su admirable ambición era producir unas páginas que coincidieran –palabra por palabra y línea por línea- con las de Miguel de Cervantes”. En la trágica hora final, Menard se hallaba inmerso en la escritura del capítulo veintidós, dejando acabados a modo de testamento literario los capítulos noveno y trigésimo octavo de la primera parte. Textos construidos íntegramente desde la reflexión -en el sentido más especular del término-, aunque como bien señaló Borges en otra ocasión, los espejos también ocultan algo de monstruoso. Basada en la novela homónima de Robert Bloch, Psycho –en sus dos representaciones, en sus dos reflejos- es una obra construida fundamentalmente sobre lo impredecible, sobre el engaño. Un enorme dispositivo de trucaje que se articula entorno a un personaje de aspecto insignificante, pero cuya hipnótica y turbadora presencia es capaz de desestabilizar los límites establecidos por el propio relato, deformándolo ante nuestros ojos hasta convertirlo en una pesadilla visual, en pura alucinación. El propio Norman Bates es el reflejo deformado de Edward Gein uno de los psychokillers más célebres de la historia criminal americana, cuyo mito ha nutrido el imaginario del terror hollywoodiense a través de obras tan dispares como La Matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974) o El Silencio de los Corderos (Jonathan Demme, 1991). Gein, un solitario y taciturno granjero de Plainfield en el estado de Wisconsin, había crecido atormentado por la figura autoritaria y posesiva de su madre, una mujer de fuertes convicciones religiosas que había alimentado la mente enferma de su hijo con prédicas severas sobre el castigo divino y los pecados de la carne. Obsesionado con las formas del cuerpo femenino que tanto le seducían y le perturbaban al mismo tiempo, tras el fallecimiento de su madre Gein dio rienda suelta a sus instintos necrofílicos más despiadados, profanando durante años las tumbas de Plainfield con el fin de arrancar la piel de sus “víctimas” y travestirse con ella. En noviembre de 1957, tres años antes del estreno del film, Gein sería detenido por asesinar a Mary Hogan y Bernice Worden y condenado poco después a ser recluido a perpetuidad en una institución psiquiátrica. El personaje de Bates/Gein en manos de Alfred Hitchcock, responde a las inquietudes del autor británico sobre la represión sexual, el voyeurismo y la figura de la madre castradora. Inquietudes que, sin embargo, no responden a la voluntad de un análisis profundo sobre la naturaleza de los mismos, sino más bien a su representación dentro de los mecanismos del dispositivo cinematográfico. El cine para Hitchcock es un artificio, un laberinto trazado en espiral sobre una ojo sin vida y cuyo centro debe desplazarse, esconderse continuamente de nuestra mirada para conducirnos al engaño y la confusión. La naturaleza psicopatológica de Bates es sugerida, apenas descrita, y sin embargo, es precisamente en aquello que se sitúa fuera del campo de la narración donde radica toda la intensidad dramática del film, donde el discurso cinematográfico adquiere su mayor densidad. Es en este lugar trazado sobre límites difusos donde Gus Van Sant trata de situarse treinta y ocho años después para articular su propio discurso sobre Psycho. Como Menard enfrentado al Quijote de Cervantes, Van Sant se posiciona ante la obra de Hitchcock desde la convicción de que cualquier alteración del discurso significaría la renuncia del mismo y la necesidad de elaborar una obra distinta, un nuevo film construido sobre formas y mecanismos propios. Un film, por tanto, que ya no sería Psycho. El único camino visible será el planteado por Menard: la rerepresentación palabra por palabra, línea por línea, plano por plano. Un espejo imposible capaz de devolver las imágenes contenidas en el primero pero aportando una lectura y un sentido distintos a las originales. El doble artificio pone en evidencia las deformaciones y los mecanismos que lo configuran, al tiempo que señala la línea de contacto que los separa, el espacio sin nombre sobre el que se traza la simetría y en cuyas fisuras Van Sant introduce sus turbadoras distorsiones. Como los seres imaginarios que se ocultan al otro lado del espejo, condenados por el Emperador Amarillo a repetir servilmente los actos de los hombres, sus imágenes están obligadas a fingir pero también ambicionan liberarse de su letargo. LOS DIRECTORES ALFRED HITCHCOCK GUS VAN SANT Nacido el 13 de agosto de 1899 en Londres (Reino Unido), fue criado en una familia de fuertes convicciones católicas. Tras la muerte de su padre comienza a trabajar como ingeniero, hasta que en 1920 entra como dibujante de intertítulos para películas mudas en la “Famous Player Lasky”. En cinco años pasa de jefe de la sección de titulaje a decorador, guionista y ayudante de dirección, hasta su debut como director con El Jardín de la Alegría (1925). Films como El Hombre que Sabía Demasiado (1934), 39 Escalones (1935) y Sabotaje (1937), despiertan el interés de Hollywood y en 1940 es contratado por David O. Selznick para dirigir Rebeca, que se alzaría con el Oscar a la Mejor Película del año. Convertido en su propio productor y en uno de los pocos directores conocidos por el gran público -gracias en parte al éxito de su espacio televisivo Alfred Hitchcock Presents y a la admiración de la crítica europea- se consagraría como cineasta gracias a un puñado de obras maestras entre las destacan títulos como Vértigo (1958), Con la Muerte en los Talones (1959), Psicosis (1960) o Los Pájaros (1960). Tras cinco nominaciones fallidas, la Academia le compensaría en 1968 con un Oscar Honorífico –el Premio Irving Thalberg- por el conjunto de su carrera. Falleció el 29 de abril de 1980 en Los Ángeles (California). Nació el 24 de junio de 1952, en Louisville, Kentucky. En 1985, después de viajar por Europa, por las agencias de publicidad neoyorquinas y por los submundos de la ciudad de Los Ángeles (su triste experiencia en Hollywood, al parecer, quedó registrada en un film inédito titulado Alicia en Hollywood) consiguió estrenar su primera película, Mala noche. En los años siguientes, Van Sant se convertiría en uno de los máximos representantes del cine independiente americano gracias a títulos como Drugstore Cowboy (1989), Mi Idaho Privado (1991) y Todo por un Sueño (1995). Su salto al cine comercial se produciría con El Indomable Will Hunting (1997), una película de encargo que paradójicamente supuso su primera nominación al Oscar al Mejor Director hasta el momento. Tras el fiasco crítico y comercial de su “remake” del clásico Psicosis (1998) y Descubriendo a Forrester (2000), Van Sant regresaría al cine independiente con Gerry (2002) y Elephant (2003), logrando con esta última la Palma de Oro a la mejor película y mejor director en el Festival de Cannes de 2003. Entre sus últimos trabajos encontramos Last Days (2005), Paranoid Park (2007) o la reciente Mi Nombre es Harvey Milk (2008), por la que obtuvo una nueva nominación al Oscar al Mejor Director en 2009. LA CRÍTICA OPINA “La posibilidad de tomar una película (además de gran peso) y reinventarla para que el resultado sea el mismo pero a la vez diferente, deja un sabor extraño, como si fuera posible que estemos dándole demasiada importancia a cosas que no la tienen. (…) Van Sant regresa a Psicosis para traer el pasado al presente y reconvertirlo, pero también para trazar una manera de mirar hacia atrás diferente, quizá muy artificial, aunque lo suficiente como para poder abrir un camino dirigido a una nueva mirada.” Israel Paredes-Miradas de Cine www.auladecine.ulpgc.es