Lo que llevamos a Alaska... Y por qué lo llevamos

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Lo que llevamos a Alaska... Y por qué lo llevamos
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HUNTERS AÑO XV- Numero
170
´
EL ARMERO
POR ROQUE ARMADA
(ARMADA EXPEDICIONES)
Vamos a revisar algunas
ideas sobre la vestimenta
que puede ser más
adecuada para una cacería
de montaña en Alaska,
tras sus famosos carneros
de Dall. Dado el durísimo
clima de esa parte del
planeta, con continuas
lluvias y extraordinaria
humedad, la elección de
un equipo adecuado puede
ser muy importante para
sobrellevar mejor o peor
esta dura cacería. Incluso
puede ser un condicionante
para el éxito o el fracaso
de la expedición.
LO QUE LLEVAMOS
A ALASKA…
Y POR QUÉ
LO LLEVAMOS (1)
VESTIMENTA PARA CAZAR
EN MONTAÑA
C
ada vez son más frecuentes
los artículos sobre armas,
municiones y tiro en las revistas del sector. También noto
que el interés en estos temas
va aumentando entre los lectores de
esta y otras revistas de caza. De hecho, es
muy frecuente que desde mi oficina pase
mucho tiempo hablando sobre las ventajas e inconvenientes de un 270 Winchester frente a un 270 Weatherby con los
cazadores que me llaman cada vez con
más frecuencia para conversar de destinos cinegéticos. También percibo que el
interés y conocimiento sobre las balas o
proyectiles va aumentado bastante en
los lectores de esta revista y ya hablo de
ellas con mis clientes según su estructura,
control de expansión y dureza, y por ello
de cuáles pueden ser más adecuadas para
cada especie de caza.
Tal vez yo tenga algo de culpa en todo
esto por los numerosos artículos que
vengo publicando, y que si usted es fiel
lector de la revista tal vez haya tenido la
amabilidad de leer. Sobre estos artículos he
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Para elegir la vestimenta y equipo para las montañas de Alaska lo primero que debemos tener en cuenta es
que vamos a vivir casi a la intemperie. Dormiremos en una pequeña tienda de campaña donde no tendremos
mesas, sillas, cama, ni ninguna comodidad. Pero sobre todo debemos ser conscientes de que no tendremos
fuego, ni leña, ni estufa, y por tanto, ninguna fuente de calor que nos permita secar la ropa si se humedece
o moja por el sudor de las caminatas o por la lluvia. Será vital llevar una ropa de tejidos especialmente
diseñados para no absorber humedad y de su buena elección puede depender incluso el éxito o fracaso de
la cacería. Mario Migueláñez nos muestra el espartano campamento en que vivió durante su caza en las
montañas Wrangler de Alaska y aun le quedó optimismo para disfrutar leyendo un libro.
recibido muchísimos comentarios y debo
darles las gracias a ustedes pues todos han
sido muy positivos y algunos extraordinariamente amables. Pues bien, si con estos
escritos he contribuido a que algún lector
–pues supongo que alguno habrá que
tenga menos experiencia que yo en esto
de la caza internacional– haya tenido un
mayor éxito en alguna cacería, me sentiría
profundamente honrado.
Sin embargo, lo que no es nada frecuente en las revistas españolas es encontrar
artículos sobre equipo, vestimenta y calzado, que también son importantísimos a la
hora de enfrentarnos a una complicada
cacería. La elección correcta de esa vestimenta y equipo puede ser vital a la hora de
pasarlo mejor o peor en algunos destinos
internacionales muy duros y complejos.
Incluso pueden llegar a marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Por ello y dado que se aproxima la
temporada de la caza en Norteamérica,
y también de otros carneros o íbices por
el mundo, voy a intentar dar unas ideas
personales sobre el tema.
El hecho de que en la temporada pasada participase en una dura cacería de
carneros de Dall en Alaska, junto a unos
buenos amigos de Armada Expediciones,
me anima a intentar transmitirles estas
ideas. Tal vez puedan ser útiles a aquellos
cazadores que se enfrentan a sus primeras
cacerías internacionales de carneros y se
sientan perdidos entre el mundo de ropa
y calzado adecuado para ellas.
No solamente voy a enumerar una larga
lista de vestimenta y equipo, sino que
voy a intentar explicar porqué he elegido
esa ropa, calzado y equipo en cuestión.
En las montañas de Alaska se caza en uno de los
medios más salvajes del mundo. Enormes montañas,
espectaculares glaciares y ríos salvajes hacen de esta
cacería una de las más espectaculares del mundo.
Pero también es una de las más duras. Por ello, debe
elegir su equipo para estas cacerías con conocimiento,
para evitar a toda costa una situación que pueda
poner en peligro su salud o su vida. Muchas jornadas
subiendo montañas con expertos guías de escalada
que me aconsejaron con su enorme experiencia, me
han proporcionado los conocimientos que intento
transmitirles en el texto.
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Además daré los nombres y marcas concretas de las prendas que después de innumerables jornadas cazando en montaña
componen mi propio equipo y que fue el
que elegí para esta cacería de Alaska. Diré
asimismo la procedencia y dónde adquirí
esas prendas, por si pudiera ser útil a cualquier lector que se enfrente a esta dura
cacería de montaña. Vaya por delante
que no tengo ningún interés comercial
en ello, pues desafortunadamente no he
conseguido aun ningún precio especial de
ninguna armería o tienda por hablar de sus
productos.
Las ideas que veremos a continuación
son especialmente adecuadas para cazar
en montaña en Alaska, en agosto o principios de septiembre, que es la temporada
de caza de carneros. Si nos encaminamos a
cazar alces y osos, mucho de lo escrito nos
puede ser útil, pero habrá matices diferentes, pues la ropa para cazar carneros suele
ser más ligera y menos térmica. Especial-
La principal característica de la caza en las montañas de Alaska es que usted no tendrá cada noche acceso
a un refugio cómodo, seco y sobre todo caliente. Al no contar con un fuego o estufa, le será muy difícil
secar su ropa si se ha humedecido o mojado, bien por el sudor del ejercicio físico o por la continua lluvia.
Aquí me ven intentando secar en la última hora de sol mi ropa, extendiéndola en el toldo de la tienda
hacia el poco sol que salió a última hora de la tarde en un lluvioso día de caza. Por ello será vital que
usted elija su ropa con la premisa de que sea de materiales difíciles de humedecer y fáciles de secar sin
fuego, estufa ni calor. En estas líneas revisamos cuáles son esos tejidos, cómo se llaman, porqué los
compré y las tiendas en las que los compré.
mente habrá diferencias en lo que se refiere al importantísimo calzado, pues en esta
cacería es muy especializado. Pero si este
artículo tiene buena acogida algún día
volveremos sobre ello. Estas ideas también
serán útiles para cualquier otra cacería de
carneros o íbices del mundo.
En Alaska, el primer factor a considerar para elegir nuestro equipo es que
vamos a vivir al aire libre, durmiendo en
una pequeña tienda de campaña, que no
tendremos ni estufa, ni fuego para calentarnos, ni secarnos nosotros y nuestra
ropa cada noche. Aunque al principio de
la caza y al final podamos bajar algún día
al campamento base, donde tendremos
calefacción, ropa seca y una ducha, esto
será la excepción y no la regla. Por ello,
hemos de ser muy cuidados a la hora de
elegir nuestra vestimenta y calzado, pues
con él nos tendremos que enfrentar a uno
de los climas más húmedos y lluviosos del
mundo. Pero especialmente porque no
tendremos posibilidad de tener acceso
a un refugio cómodo, seco y sobre todo
caliente, donde secar cada noche nuestra ropa. Tampoco tendremos cantidades
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Típica cabaña de troncos de madera que se usa
frecuentemente en las cacerías de alces y osos
en las tierras bajas de Alaska. Observen que del
techo sale la chimenea –resaltada en un círculo
rojo– de la estufa metálica tipo chubesqui que
suelen tener dentro. Pero por desgracia este tipo
de alojamiento nunca está disponible en las duras
cacerías de carneros en las montañas Wrangler.
Se deberá conformar con una pequeña tienda de
campaña que no tendrá estufa, ni ningún medio
de calentarla por las tardes y noches. Por ello no
podrá secar fácilmente su ropa después de una
jornada de caza bajo la brutal lluvia de Alaska.
Usted debe ser extraordinariamente cuidadoso a
la hora de elegir los tejidos de su ropa también su
calzado, de modo que todo seque rápido y sobre
todo fácilmente. Si su ropa está mojada le será
imposible sentirse seco y caliente y puede incluso
llevarle a una situación en que su salud puede
llegar a correr peligro.
ilimitadas de ropa de recambio pues el
transporte del equipo en mochilas y en
las diminutas avionetas limita mucho el
número de mudas que podemos llevar.
Además en cualquier momento nos podemos quedar aislados por la imposibilidad
de volar las avionetas que nos tienen que
recoger, y contar con ropa seca será vital.
Si no conseguimos mantener nuestra ropa
seca empezamos a correr riesgo de hipotermia.
Unos apuntes sobre el mecanismo de
transpiración
Cuando realizamos ejercicio los músculos se encargan de transformar las grasas
e hidratos de carbono que comemos para
producir energía y también calor. Si este
calor, que es producto del ejercicio, es excesivo, nuestro cuerpo cede calor mediante el
sudor y su evaporación en nuestra piel, que
es un mecanismo fisiológico pensado para
refrescarnos. Pero si este sudor producto
de un intenso ejercicio es absorbido por
nuestra ropa, esta se humedecerá y dado
que la ropa húmeda transmite la sensación
de frío 25 veces más rápido que el aire, en
cuanto paremos el ejercicio sentiremos
frío.
Por ello, el tipo de vestimenta adecuado es el utilizado por los montañeros,
que está especialmente diseñada para no
humedecerse ni absorber sudor, pues nos
sacan años luz a los cazadores a la hora de
elegir sus vestimentas. El hecho de que el
montañero se tenga que enfrentar a períodos de intenso ejercicio físico, seguidos de
largas paradas aguantando frío y lluvia,
combinado con dormir casi a la intemperie, hace que hayan desarrollado una serie
de tejidos muy difíciles de humedecer. Por
tanto de ellos debemos aprender y tomar
todo lo que nos pueda ser útil, para elegir
nuestro equipo.
El hecho de que mi segunda pasión
después de la caza sea la montaña, hace
que haya mantenido muchísimas conversaciones con buenos amigos montañeros
y, sobre todo, con los guías que he contratado en mis actividades montañeras y que
siempre me han aconsejado con amabilidad
en nuestras paradas y largas noches en refugios. Han sido cientos de horas conversando
con expertos guías de montaña, a lo largo
de muchos años de subir cumbres importantes de nuestra querida geografía. Muchas
jornadas de montañas subiendo picos como
el Aneto, el Monte Perdido, el Naranjo de
Bulnes, el Almanzor o el Mulhacén me han
hecho aprender a base de errores y equivocaciones. Espero que estos conocimientos,
producto de tres décadas de pasión por la
caza y la montaña, puedan ser de utilidad a
aquellos lectores de esta revista que tengan
menos experiencia que yo en esto de las
montañas, que alguno habrá.
Por ello vamos a centrarnos en los dos
aspectos fundamentales en que se basan
los montañeros a la hora de elegir su ropa,
que son: la vestimenta por capas y la
Desde el campamento base le llevarán a los
campamentos volantes en cortos vuelos en las
avionetas Piper Supercub. En 15 minutos de vuelo le
dejarán en una zona que tardaría 10 horas andando
en llegar. Gracias a estas avionetas en continuos
vuelos suministrando varios campamentos, localizan
los carnero desde el aire, y le posaran por la tarde
justo debajo del carnero localizado. Dormirá una
noche, pues no es legal cazar el mismo día que se
vuela y lo cumplen a rajatabla, e intentará cazarlo
al día siguiente. Y si no tiene suerte, le recogerán
en uno o dos días y le cambiarán de zona hasta que
usted logre tirar su carnero. Pero en estas avionetas
el espacio para el equipo es mínimo y, por tanto,
apenas podrá llevar una o dos mudas de ropa.
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Con un grupo de amigos montañeros en la cima
del Aneto, en el Pirineo aragonés. A nuestra
espalda se ve la cruz de aluminio anodizado
colocada en esta cumbre, junto con una pequeña
escultura de la Virgen del Pilar. Justo debajo de
mí, haciendo el signo de victoria, está Fernando
Garrido, uno de los mejores guías de montaña del
mundo, con dos referencias en el libro Guinness.
Una por la escalada invernal más rápida a un
ochomil en el Himalaya en estilo alpino, es
decir sin porteadores, y otra por batir el récord
de permanencia en altura, al pasar 70 días
en la cima del Aconcagua a casi 7.000 metros
de altitud, hace unos 20 años, lo que le hizo
mundialmente famoso. Fernando no es cazador,
pero como maestro en equipos, calzado, ropa y
material de montaña es difícil encontrar alguien
más apropiado. Muchos de los conocimientos que
intento transmitir los he aprendido de guías de
montaña tan amables y preparados como él.
ausencia absoluta y total del algodón en
nuestras prendas de caza. En el siguiente
artículo revisaremos las importantísimas
botas, saco de dormir, mochilas y otros
accesorios.
Vestirse por capas
Cazando en Alaska esperas momentos
de fuerte ejercicio físico y actividad, mientras subes a un punto elevado para buscar
caza. Pero irán seguidos de largos ratos
parados gemeleando y buscando tu ansiado trofeo, en los que, inmóvil y sin generar
calor, debes aguantar uno de los peores
climas del mundo.
Ello hace imprescindible la vestimenta
por capas. Así, al subir, podremos quitarnos varias capas que guardaremos en
nuestra mochila, y al llegar a un alto nos
los pondremos para aguantar agua, viento y lluvia. Hay que subir fresco, es decir,
no muy abrigado para permitir evacuar
calor en la dura subida. Para ello basaremos nuestro equipo en tres o cuatro capas
que podremos alternar según la necesidad
de cada momento para evitar sudar y por
ello mantenernos secos y calientes. Se ha
comprobado hasta la saciedad que cuatro
capas finas, mantienen el calor mejor que
dos gruesas.
De aquí sacamos la importancia de que
esos tejidos no absorban el agua que viene
del exterior, ni la humedad que procede del
sudor interior. Por ello llegamos a la segunda premisa de las montañas, que es evitar a
toda costa el algodón en nuestra ropa. ¿Les
ha extrañado? El algodón es una fibra natural muy agradable al contacto con la piel,
pero que absorbe el agua en una proporción de 10/1. Es decir, puede absorber
hasta casi 10 veces su peso en agua. Nuestro problema será que si absorbe sudor
mientras hacemos ejercicio, esa camiseta
cuando paremos estará mojada y hará que
tengamos frío, pues la ropa húmeda trasmite el frío hasta 25 veces más rápido que
la seca. Por ello, los montañeros han desarrollado unos tejidos artificiales derivados
del poliéster y cuya principal característica
es que prácticamente no absorben humedad –llámese sudor y transpiración–, en
menos del 1% de su peso. Estos tejidos de
curiosos nombres según las marcas comerciales, como Termax, Coolmax, Polipropile-
no, Duofol, Capilen o Polartec, que apenas
absorben agua, son los que utilizaremos
en las diversas capas que compondrán
nuestra vestimenta. Su principal ventaja
es que absorben poco o nada de sudor
y aunque los lleguemos a humedecer, se
secarán rápido y fácilmente. Y esto es de
vital importancia en los campamentos
volantes de Alaska, pues la principal característica de estos campamentos es que no
tendremos calor, ni fuego, ni estufa para
secarlos.
Esta es la principal diferencia entre
Alaska y otras cacerías del mundo, pues
al no tener estufa, ni posibilidad de hacer
fuego será muy, muy difícil secar nuestras
ropas después de un día aguantando la
continua lluvia. Y si no podemos secar la
ropa, en dos o tres días la tendremos toda
mojada y ahí es donde empieza el riesgo
de enfriarse en el mejor de los casos, o
coger una hipotermia o pulmonía en el
peor. Por ello, es vital elegir ropa que no
absorba humedad y que se seque rápido, sin necesidad de fuego, pues insisto
en que no lo tendremos en esos espartanos campamentos. Por esta capacidad
Mi elección como primera capa para esta cacería. Su función es atraer el sudor de
su cuerpo y evacuarlo al exterior, sin absorberlo para que usted pueda sentirse
seco y, por tanto, caliente. Es vital que sus prendas estén confeccionadas con
materiales sintéticos que apenas absorben la humedad y aunque se humedezcan
algo, secan en poco tiempo sin necesidad de una fuente de calor como una estufa
u hoguera, que no tendrá en estos duros campamentos volantes. Utilicé dos
conjuntos de camiseta y pantalón largos de la marca de montaña Duofold de
peso medio que combiné con otro conjunto de peso ligero de la marca North Face.
Ambos son acrílicos de un material denominado Polipropileno y por tanto muy
difíciles de humedecer. Los calzoncillos también deben ser acrílicos y llevé varios de
la misma marca North Face, también de polipropileno. Todo lo compré en la tienda
de montañismo Koala en la calle Gaztambide 21, en Madrid. Los calcetines fueron
unos Lorpen de Thermolite totalmente acrílicos y, por tanto no absorben casi sudor
y son casi imposibles de humedecer. Los combiné unos Falke TK7 que utilizo para
viajar en avión y estar en ciudades, pueblos y campamentos base. Contienen un
50% de lana, por lo que son muy térmicos y agradables, aunque resisten peor
la humedad y, por eso, los reservo para días secos y soleados. Los compré en la
difunta armería Kettner y en la armería Serbal de los Cazadores en Madrid.
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Uno de los espartanos campamentos volantes en los que vivimos en las montañas Wrangler. En esta
cacería tendrá dificultad para secar su ropa si no la elige bien, por la falta de estufas y obviamente
de cualquier material combustible con el que hacer fuego, como bien se ve en la foto. Además dado
lo hostil de las montañas, si entra mal tiempo, y sobre todo niebla, puede que a las avionetas que
le tienen que recoger les sea imposible volar. Entonces usted tendrá que permanecer algún día extra
aislado en las montañas sin tener acceso a ropa de recambio y seca. Por ello elegir una vestimenta
correcta que aguante la humedad en caso de que se moje seque fácil y rápidamente, será básico. Si
usted elige una vestimenta y equipo incorrecto puede llegar a enfriarse y coger un resfriado si tiene
buena suerte, o incluso tener una hipotermia o una pulmonía si la tiene mala.
de humedecerse y el muchísimo tiempo
que tarda en secarse el algodón, es por lo
que en ambientes montañeros se le conoce como “el tejido asesino”. Vamos pues a
revisar las capas y su composición.
En estas cacerías realizará los vuelos en avioneta más espectaculares de su vida. Al contrario de lo que
pueda parecer, no pasará miedo pues el vuelo es suave y estas avionetas incluso aunque se les parase el
motor, planearían hasta dejarle seguro en tierra. Además está usted en Alaska, Estados Unidos, en manos
de los mejores pilotos del mundo que llevan toda su vida volando y viviendo en las montañas. La avioneta
le dejará en 10 minutos de vuelo en un campamento volante al que tardaría tal vez dos días andando
en llegar. Incluso aterrizará en medio de un glaciar sin ningún problema, lo cual será una experiencia
inolvidable. Pero su equipo siempre estará condicionado por el peso y poco espacio de que disponen las
cabinas, y se limitará a lo que lleve en su mochila y un poco más. Por ello estás cacerías exigen saber
elegir su reducido equipo y vestimenta con mayor conocimiento que cualquier otra del mundo.
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La importantísima primera capa
La primera capa, que es la que va en
contacto con la piel, es la más importante. Su función es conservar durante todo
el tiempo posible el microclima confortable creado por el vapor cálido de la transpiración. Pero es vital que una vez que
este vapor se ha licuado y convertido en
sudor por exceso de ejercicio, atraerlo y
evacuarlo hacia el exterior de la prenda,
para evitar que ésta se humedezca y nos
robe calor. Es decir, la primera capa será
la responsable de evacuar la humedad
del sudor hacia el exterior, sin absorberlo,
permitiéndonos permanecer secos –lo que
es vital para permanecer caliente–, y para
ello se buscan tejidos artificiales modernos de sofisticados diseños. Suelen estar
confeccionados con tejidos formados a su
vez por dos capas: una hidrófila (que atrae
la humedad) en contacto con la piel, y otra
hidrófoba (que repele la humedad) que la
expulsa hacia el exterior.
Ya hemos visto que permanecer secos es
vital para permanecer calientes. Tengamos
en cuenta que un hombre adulto puede
llegar a producir durante un ejercicio intenso hasta 360 gramos de sudor por hora, y
entenderemos la importancia de que esta
primera capa esté bien elegida, para evitar
que se moje y sintamos frío. De nada nos
servirá una chaqueta y un forro polar de
cientos de euros si su primera capa está
empapada de sudor frío, pues no habrá
manera de sentirnos calientes.
Esta primera capa será la única que llevaremos si hace buena temperatura y subimos un fuerte repecho muy cargados y que
exija mucho ejercicio. La compondrá un
calzoncillo largo y una camiseta de manga
larga, que debe tener una cremallera en el
cuello para permitirnos abrirla o cerrarla
según las necesidades de evacuar calor.
Las camisetas y pantalones de esta capa
se fabrican normalmente en tres pesos o
Los campamentos base en Alaska pueden ser
magníficos, bonitos, cómodos y calientes. Pero debe
ser consciente de que en ellos sólo estará un día al
llegar y uno al final de la caza. Luego le llevarán a
los espartanos campamentos volantes de pequeñas
tiendas y le cambiarán de uno a otro sin regresar
al campamento base, hasta que tire su carnero. Por
ello, la elección de su ropa el primer día debe hacerse
premeditadamente en España y con conocimiento de
causa, con la prioridad absoluta de que sea ropa que
se humedezca poco y seque rápido y sin necesidad de
fuego. Los tejidos artificiales derivados del poliéster
usados por los montañeros tienen esa virtud y por ello
serán los que compongan nuestras ropas. El algodón
absorbe muchísima humedad –léase sudor– y tarda
muchísimo en secar y por ello debe ser totalmente
desterrado de nuestra vestimenta. En círculos de
montañeros es conocido como “el tejido asesino”.
grosores, según la cantidad de aire que
almacenan entre sus fibras, pero en cualquiera de los pesos la prioridad absoluta
es mantenernos secos.
Actualmente, suelo utilizar una combinación de dos marcas diferentes de las cuales
llevo uno o dos juegos, según las expectativas de “secado” que haya en la cacería.
Fíjese que digo secado y no lavado, pues
insisto en que es vital que esta primera
capa esté seca y el lavado suele ser inexistente en este tipo de cacerías. Le aseguro
que el hecho de que una primera capa
esté limpia y huela bien, es absolutamente
secundario respecto a que esté seca, pues
de este factor puede depender incluso su
salud si tiene buena suerte e incluso su
vida si la tiene mala.
Llevé dos juegos de la marca de montaña
Duofold de peso medio y un tercer juego
de peso ligero, más fino y menos térmico, de la marca North Face. Ambas marcas
tiene la misma composición aunque diferente peso y grosor, y son de fibras artificiales que prácticamente no absorben
nada de humedad, teniendo un 90% de
Polipropileno y un 10% de Elastan. Esto te
permite usar una, otra, o incluso las dos a
la vez según el frío real que me encuentre
en destino y la cantidad de ejercicio físico
y, por ello, el calor que genere. Es importante destacar que incluso los calzoncillos
que usemos no deben tener algodón, pues
hasta que me di cuenta de este detalle,
no acababa de sentirme cómodo y seco.
Utilizo unos calzoncillos hasta la rodilla
de la marca North Face de Polipropileno y
realmente es muy importante este detalle para sentir el trasero seco, pues es una
de las partes del cuerpo que más tiende
a estar húmedas, especialmente por las
largas paradas gemeleando en busca de
carneros. Todas estas prendas las compro
en tiendas de montañismo como Barrabás en la calle Orense o Koala en la calle
Gaztambide, ambas en Madrid.
Sobre los calcetines
Los calcetines se deben escoger con la
misma premisa, prescindir en lo más posible
del algodón para evitar que se humedezcan
En Anchorage existen algunas de las mejores
tiendas para ropa especializada de caza de
montaña del mundo. Aquí ve la tienda Barneys
Sports Chalet situada en el 906 de la calle W.
Northen Lights Bloud, especializada en equipos
ultraligeros para caza de carneros. Además le
asesorarán con absoluto conocimiento y los precios
son razonables. Pero por desgracia no puede
confiar la compra de todo su equipo en esa ciudad,
pues antes tendrá que asegurarse que los vuelos
de conexión le permitirán estar en ella un tiempo
suficiente –cosa poco frecuente–, y que además no
sea domingo. Incluso aunque tenga una mañana o
una tarde completa para hacer compras, no puede
estar seguro que vayan a tener todo de su talla,
ni todo el equipo que usted busca expresamente.
Sin embargo, sí podrá comprar pequeños detalles
de equipo o alguna prenda complementaria,
absolutamente desconocida en España y a
buenísimos precios. Pero el grueso de su equipo
lo debe llevar desde España, no sólo bien elegido,
sino además bien probado, pues estas dificilísimas
cacerías no son sitios para estrenar equipos nuevos
y de los que no esté totalmente seguro de su
resultado, fiabilidad y eficacia.
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Segunda y tercera capas que llevé a esta cacería.
Su misión no es dar calor, pues ningún tejido da
calor, sino evitar o más bien regular que perdamos
el que genera nuestro cuerpo con el ejercicio, que
es el concepto correcto. Llevé dos camisas de
fibra artificial de la casa americana Cabelas´s, una
de forro polar y otra de un revolucionario tejido
llamado Worlsterton derivados ambos del poliéster.
Ambas son dificilísimas de humedecer, secan en cinco
minutos, pesan poco y son agradables de llevar
para la piel. Encima llevé dos forros polares que es
un hilo de poliéster sintético que se riza formando
bucles y luego se recorta formando el tejido afelpado
que todos conocemos. Uno es de la marca North
Face de montaña muy ligero y transpirable que
usaba principalmente en la caza que compré en la
tienda de montañismo Koala en Madrid. El otro un
poco más pesado, es más térmico y es de la marca
sueca Härkila, que tiene magnífica calidad y diseño.
Este último forro polar tiene su parte interior roja,
pues en caso de emergencia, si me lo ponía al revés
facilitaría el localizarme.
y sea difícil secarlos. Tejidos como Thermastat, Termax o Coolmax mantendrán sus pies
secos y ayudarán a evacuar y no absorber el
sudor. Si se espera mucho frío pueden llevar
en la mezcla algo de lana que abriga mucho
y absorbe poco la humedad y aún mojada,
calienta. Este era el tejido que elegían los
duros guías americanos antes del descubrimiento de los tejidos artificiales modernos
que nombro. Pero aunque la lana retiene
mucho el calor, es mucho más pesada y rígida que los modernos tejidos artificiales, y si
se moja lo suficiente absorbe agua y luego
es muy difícil de secar. Por ello hay que ser
muy consciente de sus limitaciones y saberlos combinar con otros de fibras sintéticas y
por tanto muy difíciles de humedecer según
el clima, la humedad y el nivel de actividad
esperado, al que nos vayamos a enfrentar.
Actualmente, mi elección para viajar
y usar en días soleados, secos y de buen
tiempo son los calcetines de la marca Falke
TK7. Son acrílicos, es decir, de fibra artificial
en un 40%, combinando Poliéster y Poliamida y un 10% de Elastan que los hace muy
cómodos y difíciles de humedecer. Además
tienen un 50% de lana lo que los hace muy
cálidos aunque al tener lana eliminan peor
la humedad. Compré tres o cuatro pares en
la difunta armería Kettner y desgraciadamente no se dónde se pueden encontrar
ahora en España. Si es un día lluvioso o
muy húmedo los cambio por otros de la
marca Lorpen totalmente sintéticos, que
prescinden totalmente del algodón y de
la lana, que tienen un 75% de Thermolite,
10% de Licra y un 15% de Poliamida. Estos
últimos son totalmente acrílicos, casi no
absorben humedad, secan muy rápido y
son muy mullidos. Los compro en la armería Serbal de los Cazadores, en Madrid.
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La segunda capa
La segunda capa está destinada a “evitar”
que perdamos el calor que genera nuestro cuerpo. He dicho evitar que perdamos
calor, puesto que ningún tejido calienta ni
da calor, al contrario de lo que oigo continuamente en tiendas y armerías. El calor lo
producen nuestros propios músculos con
el ejercicio y se trata de evitar, o más bien
regular, la velocidad a la que lo perdemos.
Esta segunda capa tiene como función crear
una barrera térmica protectora a nuestro
alrededor que debe ser capaz de almacenar todo el aire caliente posible, ya que es
realmente el aire que se almacena entre las
capas lo que aísla y no las fibras en sí.
Para esta segunda capa superior, utilizo
dos tipos de camisa que combino según
se espere mayor o menor frío. Una es una
camisa de forro polar, que es un tejido de
Poliéster cuya principal característica es la
ligereza y la nula absorción de agua. Mucha
gente cree que el forro polar da mucho
calor y esto es un concepto erróneo, pues
como antes he dicho ninguna prenda da
calor. Sus ventajas son la ligereza y la nula
absorción de humedad –léase sudor–. Esta
camisa es de la casa americana Cabela´s, y
es facilísimo pedirla por Internet pues en
menos de una semana se la envían desde
Nebraska (EE UU) a su casa, contra pago de
una Visa.
Recientemente combino esta camisa con otra confeccionada de un tejido
denominado Worlsterton, que es Poliéster
100%, también de Cabela´s, que es encarecidamente recomendada por el guía
Tony Russ, especialista de caza de carneros en Alaska. El Worlsterton es uno de los
tejidos más increíbles del mundo pues
evacua muy bien el sudor, corta muy bien
Como pantalones para la segunda capa, llevé
dos que he usado en innumerables cacerías de
montaña por el mundo. Uno era un magnífico
pantalón de la marca Trango de montañismo de
forro polar y el otro de un increíble tejido llamado
Schoeller. Este tejido sintético está compuesto
de un 21% de poliéster, un 75% de poliamida y
un 4% de Elastan que lo hace elástico, flexible y
adaptable. Ambos son muy difíciles de humedecer
y si se mojan secan rapidísimo, aunque no
dispongamos de una fuente de calor. Además
compré en Anchorage el increíble pantalón de la
marca americana Sporthill denominado 3SP. Se
fabrica con un 85% de polipropileno y un 15% de
Elastan, ambos tejidos son de fibras artificiales,
con lo cual seca igual de rápido que los anteriores
y es aun más elástico, por que lo usa el equipo de
Alaska de esquí de travesía. Los tres, tal vez, son
poco térmicos y calientes y están elegidos para
una cacería como esta, que hacemos muchísimo
ejercicio con las piernas por lo cual es difícil
pasar frío en ellas. Para por las tardes para
cenar a la intemperie y cayendo hasta 0 grados
la temperatura, me ponía encima mi pantalón de
Gore-tex de la tercera capa y cenaba caliente
antes de meterme en el saco de dormir.
En Anchorage encontrará magníficas armerías y tiendas de equipo y ropa. Además en ellas hay increíbles
muestras de trofeos. Mientras completábamos nuestro equipo Jesús se hizo esta foto soñando con los
trofeos que íbamos a buscar. Por desgracia, a pesar de cazar muy duro en las montañas y cobrar un
precioso carnero de Dall, no pudo llegar a tirar el alce que también buscaba, pues así son estas cacerías.
Pero dado que es un magnífico cazador de montaña, lo entendió y aceptó deportivamente, quedando el
alce para una futura ocasión. Hacer una correcta selección del equipo necesario será vital para obtener
el éxito en estas durísimas cacerías. Aunque este artículo está orientado a las duras y húmedas cacerías
de carneros en Alaska, mucho de lo escrito también le pueda servir a la hora de preparar su equipo para
cualquier otra cacería de montaña del mundo, bien sea de rebecos, carneros o íbices.
Parece que en esta cacería todo es sufrimiento, palizas, mal dormir y mal comer, y en parte es verdad.
Pero cuando con todos esos esfuerzos consiga su carnero de Dall, lo considerará como uno de los más
importante –si no el más importante– de todos los trofeos que componen su sala de trofeos. Joaquín
Tello nos muestra el precioso trofeo de carnero que cobró después de nueve durísimos días seguidos de
rececho en las montañas, sin bajar a descansar al campamento base. Por su sonrisa es fácil entender que
su felicidad alcanza los límites máximos que en un cazador puede llegar. ¡Enhorabuena!
el viento, apenas se humedece, seca muy
rápido, es agradable a la piel y cómodo
de llevar. Además es bonita y discreta y
sirve para los viajes y aeropuertos. Si sólo
tuviese que elegir una camisa para todas
mis futuras cacerías de montaña, indudablemente, elegiría la camisa Worlsterton
de Cabela´s.
Como pantalones de esta segunda capa
utilicé dos tipos. Uno es un pantalón de un
tejido artificial llamado Schoeller, hechos
por la marca española de ropa de montaña Trango y cuya composición es 21%
Poliéster, 75% Poliamida y un 4% Elastan.
Son muy flexibles y adaptables al cuerpo,
cómodos, no absorben agua, ni sudor y
secan lo poco que se pueden mojar en
cinco minutos. El otro fue un pantalón
también de montaña de la misma marca
Trango pero de forro polar, es decir de
100% Poliéster, magnífico tejido casi
imposible de humedecer y que veremos
en profundidad en el siguiente apartado.
Además compré en Anchorage, siguiendo las instrucciones de mi amable guía
Jhonny, en la increíble tienda de ropa de
caza en montaña Barney´s Sports, chalet
en 906 West Northern Bulevard, un tercer
pantalón que dio un magnífico resultado.
Se denomina 3SP, es de la marca Sporthill
y está hecho de un tejido artificial denominado Microtex compuesto por un 85% de
Polipropileno y 15% de Elastan. Es tremendamente ligero y sobre todo muy elástico, y
tienen unas cremalleras que los abre hasta
la rodilla, y si se humedecen basta con
abrirlas un rato y se secan. Es el que utiliza
el equipo de Alaska de esquí de travesía por
su ligereza y comodidad en deportes activos. Ninguno de estos tres pantalones es
muy térmico pero teniendo en cuenta que
en estas montañas estará continuamente
haciendo ejercicio con las piernas tampoco
es muy necesario. Por las tardes, cuando caía
la temperatura, simplemente me ponía para
cenar al raso encima mi pantalón de Goretex de la tercera capa que ahora veremos, y
cenaba caliente.
Más que memorizar los nombres técnicos de los tejidos, los he nombrado para
que vean que entre mis dos primeras
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La misión de la cuarta capa o capa exterior es aislarnos del viento, la lluvia y la nieve. Pero además debe
permitir evacuar la transpiración del ejercicio y que no nos cozamos dentro. La palabra clave se llama
Gore-tex. Este revolucionario tejido está formado por millones de poros microscópicos que permiten
la salida de las diminutas moléculas de vapor de la transpiración. Pero esos poros son demasiado
pequeños para que penetren las moléculas de agua de lluvia, que son mucho mayores y por eso cumple
las anteriores premisas que le han dado su enorme éxito. Llevé un conjunto de chaqueta y pantalón que
compré hace años en la armería Kettner de Madrid y que he probado en las montañas de medio mundo.
Al pantalón un artesano que conozco, le puso unas amplias cremalleras hasta más arriba de la rodilla, lo
que me permite quitármelo y ponérmelo con las botas puestas, que se ve en la foto abajo a la izquierda.
Lo equipé con botones para utilizar los anchos tirantes de botones que me gustan y que pongo a todos
mis pantalones de caza. Pero dado que el Gore-tex pierde parte de sus cualidades con el rozamiento, el
tiempo y el uso, llevé además otra chaqueta que pedí por Internet a Cabela´s en Nebraska (EE UU). Está
hecha de otro tejido con membrana llamada Dry-plus, de las mismas características que el Gore, pero
mucho más barata. Además esta última chaqueta era de la enorme talla 2XL americana y por ello me
permite ponérmela encima de todas las demás capas holgadamente. Para abrigarme en los campamentos
volantes por las tardes y noches, llevé un chaleco de plumón muy ligero que también compré en Kettner.
El plumón no son plumas, sino unos copos sin raquis que se obtiene del pecho de las ocas. Estos pequeños
filamentos almacenan muchísimo aire caliente y tiene una increíble capacidad de aislamiento. Pero si el
plumón se moja pierde todas sus propiedades y peor aun, tarda muchísimo en secarse. Por ello no lo subía
a las montañas, sino que lo dejaba en la tienda como prenda de seguridad y para los fríos atardeceres.
capas, no había ni un solo gramo de algodón. Todos son tejidos de fibras artificiales
que prácticamente no absorben humedad, y son muy ligeros. Pero sobre todo su
ventaja en climas súper lluviosos como el
de Alaska es que aunque se humedezcan
son muy fáciles y rápidos de secar, incluso
aunque no contemos con una fuente de
calor. Y de esto le aseguro, querido lector,
que puede depender mucho como se
sienta, e incluso el éxito o el fracaso de
esta cacería.
Por último en este apartado he de decir
que casi siempre utilizo tirantes en vez de
cinturón, pues son mucho más cómodos
y es imposible que el pantalón se me vaya
cayendo por llenar mucho los bolsillos.
Deben ser sintéticos (acuérdese de evitar
el algodón) y me gustan de correa muy
ancha. Además siempre los uso de botones
que previamente me cosen en todos mis
pantalones de caza y que es casi imposible que se suelten. Por otro lado las tirantes
de pinzas metálicas me pueden molestar
mucho o hacer incluso daño si los presiona
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la mochila contra mi cadera. Cabela´s tiene
un modelo ancho con botones que es el
que yo llevé, magnífico y muy barato, pero
no son difíciles de encontrar en cualquier
armería.
La tercera capa
La tercera capa está destinada también a
retener el calor y, si las condiciones no son
muy duras, a aislarnos del viento, el frío y
en parte de la lluvia. Lo normal es utilizar
los forros polares que se han puesto tan de
moda. Estos forros polares están formados
por hilo de Poliéster sintético formando
bucles, que luego se corta y afeita para
obtener el tejido afelpado que todos conocemos. Se suelen fabricar en tres pesos de
100, 200 que es el más utilizado, y 300 gr,
en general demasiado grueso para actividades muy aeróbicas.
Este tejido, en principio desarrollado
para los astronautas, está lleno de microcámaras que atrapan y retienen las moléculas
de aire caliente. Por ello sus ventajas son la
ligereza, la poca o nula absorción de hume-
dad y permiten evacuar la transpiración
hacia el exterior, a la vez que son bastante térmicos. Sin embargo el forro polar o
polar fleece, como se denomina en inglés,
tiene un inconveniente y es que al permitir
la transpiración no aísla, ni corta el viento
y la lluvia para nada. Por ello muchos de
estos forros polares tienen una membrana interior de un tejido denominado Wind
Stopper que es una variación del famoso
Gore-tex, cuyas cualidades son permitir la
expulsión de humedad de la transpiración,
pero impedir la entrada de agua y de viento. Luego, cuando hablemos del Gore-tex,
profundizaremos en este tema.
Para esta dura cacería elegí un forro
polar fino de la marca North Face denominado Sentinel Jaket de peso ligero pero
con membrana Gore-Wind-Stopper que
impide totalmente la entrada de viento,
que encontré en Koala, la ya citada tienda
de montaña de Madrid.
El otro forro polar que llevé es de la casa
sueca Härkila, algo más pesado que el anterior y que se puede poner encima del North
Face. Por las tardes la temperatura bajaba
a cerca de 0 grados y era muy agradable
llevar ambos superpuestos para cenar
sentados en una piedra al raso, sin fuego, ni
calor ninguno. Lleva también Gore-WindStopper y tiene magníficos detalles en su
confección que caracterizan a esta marca.
Su interior era rojo y así lo elegí pues en
una emergencia siempre sería fácil localizarnos por una avioneta si lo ponía del
revés. Esta magnífica ropa se encuentra,
en Madrid, en la armería Argali.
Además llevé un chaleco de plumón muy
ligero y que se comprime en un tamaño
diminuto, sin mangas. El plumón no son
las típicas plumas que imaginamos, sino
sedosos copos sin raquis que se obtienen
del pecho de las ocas. Gracias a los pequeños filamentos que los componen almacena
muchísimo aire y tiene una enorme capacidad de aislamiento. Por desgracia, si se moja
debido a la humedad de la transpiración o
de la lluvia, pierde casi toda su capacidad de
aislamiento y además tarda muchísimo en
secar. Por ello no lo solía subir a la montaña,
sino que dejaba en la tienda de campaña
En este montaje se muestra el exterior y el interior
de otra magnífica tienda de Anchorage, la Mountain
View Sports, situada en el 38 de la calle Old Seward
Higway. En ella encontrará maravillas a precios muy
razonables. Pero recuerde que si quiere hacer compras
en Alaska debe asegurarse que sus horarios de vuelos
y conexiones pueden permitírselo. Voy vestido de
caza con mis pantalones y chaqueta de forro polar.
Así he viajado desde España, pues si mi maleta no me
llegase a destino, con esta ropa podría salir a cazar
con sólo comprar unas botas. Cuando viajo a destinos
tercermundistas, suelo incluso llevar mis botas puestas
en la cabina del avión, pues encontrar unas buenas
botas en destinos como Ulan Bator o Petro Pablosk
le sería imposible, si su equipaje no le llega. Por ello
llevo en mi equipaje de mano unas zapatillas de casa y
en cuanto me siento en el avión, me quito las botas de
montaña y me pongo las zapatillas y viajo comodísimo.
Pero también viajo tranquilo, pues sé que aunque mi
maleta se extravíe, con la ropa que llevo y con mis
botas que viajan debajo de mi asiento al menos podré
cazar unos días, mientras me encuentran la maleta.
como prenda de seguridad si bajaba totalmente mojado. Se agradecía mucho en los
fríos atardeceres, antes de cenar a la intemperie y meternos en las tiendas. Lo compré
también en la extinta armería Kettner de
Madrid, pero son fáciles de encontrar en
cualquier armería o tienda de montaña.
La cuarta capa o de aislamiento
Por último, la cuarta capa tiene como
misión aislarnos de la lluvia, la nieve y el
viento. La palabra mágica en esta última
capa es Gore-tex. Este revolucionario tejido
fue desarrollado hace 25 años para su utilización en los trajes espaciales y consiste en
una membrana de un tejido denominada
Politetrafluoretileno expandido (ePTFE).
Esta membrana tiene millones de microporos por centímetro cuadrado.
Su principal virtud es que esos millones
de poros de tamaño microscópico permiten la salida de las moléculas de vapor que
son mucho más pequeñas. Sin embargo,
impide la entrada de moléculas de lluvia,
que son mucho más grandes, a la vez que
impide la entrada de viento. Estos dos
hechos permiten salir la transpiración al
exterior e impiden la entrada de agua, lo
que le han dado el tremendo éxito y fama
que tiene este revolucionario tejido.
A Alaska llevé un conjunto de chaquetón
y pantalón de Gore-tex que compré hace
años en la armería Kettner. Al pantalón le
hice una reforma, gracias a un artesano
que conozco, que consistió en ponerle dos
cremalleras laterales hasta más arriba de la
rodilla, que permite ponérselo y quitárselo
con botas puestas.
El Gore-tex pierde muchas cualidades
por el uso intensivo, especialmente en las
costuras y puntos de roce con la mochila
y rifle. Por ello, como capa de seguridad y
de repuesto por si venía un día extraordinariamente lluvioso, llevé una chaqueta de
agua de camuflaje de la marca Cabela´s de
talla 2XL, que me la podía poner encima
de todo lo anterior. Está confeccionada
por una membrana llamada Dry-plus que
es también impermeable y transpirable y
la mitad de cara que cualquier prenda que
lleve Gore-tex.
La posibilidad de combinar estas cuatro o
cinco capas me permitió regular la temperatura según hiciese mayor o menor ejercicio.
A la vez, las camisetas técnicas me permitieron aguantar varios días con ellas secas
en los campamentos volantes. Aguanté
cuatro días en los glaciares hasta que bajé
al campamento base, donde pude secar
bien toda la ropa y coger las mudas que allí
tenía esperándome, pero que por falta de
espacio no pude llevar en la mochila a los
dos primeros campamentos volantes.
Conclusión a la primera parte
En fin, amable lector, espero que estas
líneas no se le hayan hecho pesadas. Pido
disculpas si he sido demasiado exhaustivo
en algunos de los temas expuestos, pero
dado que me he decidido a tocar un tema
–poco frecuente en la prensa de cinegética española–, vamos a verlo en profundidad de una vez por todas. Como dije al
principio estoy seguro que habrá muchos
lectores que dominen este tema mucho
mejor que yo, y además tengan bastante
más experiencia en caza de montaña, y
por ello pido disculpas por extenderme en
algunos temas. Pero también estoy seguro
de que habrá lectores que tengan menos
experiencia que yo en esto de las montañas y tal vez a ellos sí les puedan ser útiles
estas humildes sugerencias. Si con estas
simples notas consigo hacer más llevadera su cacería a alguno de estos lectores
menos expertos que se atreva con una de
estas durísimas cacerías, me daré ampliamente por satisfecho.
En el próximo número veremos unas
ideas sobre el peculiarísimo calzado que se
Mario Migueláñez muestra el precioso carnero
que cobró en esta cacería. Vemos que su equipo
es perfecto después de muchas cacerías de
montaña y se basa en vestimenta por capas y
en evitar totalmente el algodón, en los tejidos
de su ropa de caza. Las diversas capas nos
permitirán quitárnoslas o ponérnoslas según
hagamos más o menos ejercicio, para evacuar
transpiración y sudor. Debemos evitar el algodón
que es un tejido natural muy agradable a la piel,
pero que si se moja por al transpiración absorbe
hasta 10 veces su peso en agua o sudor. Pero
lo peor es que tarda muchísimo en secarse y en
las espartanas tiendas de campaña, en estos
campamentos volantes no tendremos estufa, ni
fuego para secarlos.
usa en esta cacería, guantes, gorros, sacos
de dormir e incluso detalles del equipo
y comida supletoria que llevamos a esta
aventura y sus espartanos campamentos
volantes. Por último darles las gracias por
haber tenido la paciencia de leer hasta aquí
y decirles como siempre que quedo a su
disposición para cualquier duda, pregunta
o aclaración sobre este tema que me quieran plantear.
Un fuerte abrazo y buena caza. H
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