ESTE CENTENARIO RELOJ, MUDO TESTIGO DE LAS MASACRES

Transcripción

ESTE CENTENARIO RELOJ, MUDO TESTIGO DE LAS MASACRES
“EL ANIMITA DE LA CALETA”
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
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ESTE CENTENARIO RELOJ, MUDO TESTIGO DE LAS
MASACRES OCURRIDAS EN SUS ALREDEDORES, ESTÁ
UBICADO EN LAS FALDAS DEL ANTIGUO Y ABANDONADO
PUERTO
DE PISAGUA, HOY UNA CALETA DE 150
HABITANTES Y LUGAR UTILIZADO POR DIFERENTES
GOBIERNOS DE CHILE COMO LUGAR DE RELEGACIÓN Y
CONCENTRACIÓN DE PRESOS Y PRISIONEROS POLITICOS.
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
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FOSA DE PISAGUA, CHILE.
LUGAR DONDE FUERON ENCONTRADOS LOS CUERPOS DE
VEINTE PRISIONEROS DEL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE
PISAGUA (1973-1990).
EN ESTA FOSA FUERON HALLADOS, EN JUNIO DE 1995 ,
LOS CUERPOS DE VEINTE PERSONAS TORTURADAS,
ASESINADAS Y CONSIDERADAS DESAPARECIDAS HASTA
ESA FECHA, EN EL
CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE
PRISIONEROS DE PISAGUA, CHILE, RECINTO MILITAR QUE
FUNCIONÓ DESDE EL ONCE DE SEPTIEMBRE DE 1973, DIA
DEL GOLPE MILITAR AL MANDO DEL GENERAL DE EJERCITO
AUSGUSTO PINOCHET UGARTE. PISAGUA ES UNA ANTIGUA
CALETA
DE PESCADORES UBICADA A DOSCIENTOS
KILOMETROS POR VÍA TERRESTRE AL NORTE DEL PUERTO
DE IQUIQUE, CHILE, Y
A CIEN KILÓMETROS POR VÍA
MARÍTIMA.
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
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Imagen del Reloj que se divisa a lo lejos.
ANTIGUO CEMENTERIO DE PISAGUA.CHILE.
Este antiguo cementerio de Pisagua, Chile, data del siglo XIX. Al
fondo la Caleta de Pisagua, lugar donde funcionó el Campo de
Concentración de Prisioneros Políticos durante la dictadura militar del
General Augusto Pinochet Ugarte ( 1973-1990) . Se divisa a lo lejos ,
en la falda del cerro , la imagen del fatídico Reloj lanzando aún sus
lúgubres campanadas.
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
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EL ANIMITA DE LA CALETA ES UNO DE LOS CUENTOS INCLUIDOS EN
LA SELECCIÓN DE NARRACIONES Y CUENTOS DEL LIBRO “
MANIFIESTO IRREVERENTE Y OTROS RELATOS” DEL ESCRITOR
CHILENO HUGO EDUARDO DIAZ , EDITADO EN SANTIAGO DE CHILE EN
ENERO DE 2005, REGISTRO DE PROPIEDAD INTELECTUAL Nº 144.191 Y
I. S.B.N. Nº 956-299-497-X.
EL ANIMITA DE LA CALETA
Habían
transcurrido
más
de
ciento
veinte
años
desde que el principal puerto nortino, de apenas
4000
habitantes
originarios,
se
había
convertido, con el paso del tiempo, en un gran
conglomerado de pobladores venidos del sur del
país.
Sus
calles,
ahora
pavimentadas,
no
obstante, eran todavía testigos de sus vetustas
casas
construidas
sacrificado
del
durante
progreso
el
avance
popular
en
lento
el
y
último
siglo.
Rodeado el territorio de
elevados
cordones
de
la urbe por el mar,
cerros
y
de
cientos
de
kilómetros de desierto, lamentándose siempre de
su enclaustramiento, con el sol siempre ardiente
posado
sobre
todos
geográficamente y
los
rincones,
aislada
culturalmente, sus vecinos a
pesar del desarrollo tecnológico en todo orden
de cosas, aún no se desprendían de sus creencias
y
mitos
incrustados
en
sus
mentes
desde
los
tiempos coloniales.
En
plena
vertiginoso
tecnologías,
época
del
de
las
era
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
avance
ciencias
de
viajes
asombroso
y
de
y
las
espaciales,
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
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transmisión de imágenes a todo color, de datos y
voz,
todo
en
tiempo
real;
vivientes,
descubrimiento
los
humanos
seres
increíbles
y
progresos
clonación
del
en
mapa
de
seres
genético
general
de
científicos,
de
los
más
todavía
los
pueblerinos de este puerto tan típico adoran a
sus
animitas
consideradas
todas
milagrosas,
otorgadoras de favores y protección celestial.
La
población
desde
hacía
algunos
años
que
festejaba y peregrinaba con mayor fervor a una
animita
que
estaba
ubicada
al
costado
de
un
viejo y antiquísimo muelle de pescadores de un
también
lucía
antiguo
el
y
famoso
menospreciado
puerto,
el
calificativo
que
de
ahora
caleta,
distante este a casi doscientos kilómetros de la
ciudad,es decir,del puerto principal,por la ruta
terrestre y a no más de 90 kilómetros por vía
marítima.
Las
otroras
más
concurridas
celebraciones
religiosas llamada una “La Tirana” y la otra ,
“San Lorenzo” habían sido sobrepasadas en cuanto
a pasión, devoción y exaltación por la “ Animita
de la Caleta”, que se festejaba los días 21 de
Enero de cada año.
El hombre, de presencia tosca, humilde, con la
usual vestimenta de persona ruda y obreril, pero
de mirada vivaz y limpia, de unos cuarenta años
de
edad,
flagelado
acompañado
avanzaba
por
por
el
por
sol
los
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
la
del
cientos
berma
del
desierto,
de
camino,
sudoroso,
fieles
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
que
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en
“EL ANIMITA DE LA CALETA”
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
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hilera caminaban calcinándose los pies, mientras
avanzaban
lentamente
hacia
la
caleta
de
la
animita, distante aún varios kilómetros.
Mientras la muchedumbre creyente ansiaba en su
dolorosa caminata ser pronto refrescada por la
brisa
del
lejano
mar
lontananza
tragándose
carretera,
otros
vehículos
cargados
de
con
que
el
astro
fieles,
todo
su
se
más
tipo,
avizoraba
en
rey,
la
cómodos
marcas
vituallas
y
por
y
en
sus
modelos,
enseres,
pasaban
raudos hacia la caleta de los milagros.
El caminante y penitente, hombre mariscador de
una
de
las
islas
de
Chiloé,
recientemente
arribado al puerto principal de la zona, al ser
aguijoneado
por
la
mala
mitólógicos
ancestros
suerte
y
chilotes,
fiel
sumido
a
sus
en
sus
pensamientos evocaba los padecimientos causados
por
el
frío,
el
viento,
tempestades,
el
oleaje
persignándose
bajaba
la
lluvia,
furibundo,
con
su
traje
las
cuando
viejo
y
parchado hacia el fondo marino en busca de los
locos,
los
erizos
y
las
jaibas.
Mientras
sus
pies adoloridos clamaban por descanso, él seguía
implorando, en sordina, a la animita del muelle,
que
lo
ayudara
en
la
pronta
obtención
de
un
empleo con el único oficio que él sabía ganarse
la
vida:
quieto,
mariscar
tan
en
tibio
y
este
tan
mar
del
generoso.
norte
tan
Obedeciendo
las señas de su adolorido cuerpo, el hombre de
mar,
detuvo
caliente
su
su
marcha,
bolso
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
y
se
deja
sobre
apresta
a
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
la
arena
descansar
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
algunos
minutos
irradiante
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sentado
de
una
sobre
un
calorcilla
peñasco
que
hizo
sobresaltar a su ya doliente trasero.
Estaba
observando
panorama
del
el
maravilloso,
desierto,
lanzando
para
su
él,
primera
bocanada de humo del cigarrillo recién encendido
cuando escucha una voz: -¿Cansado, amigo?... Con
este
que
calor
ya
quién
queda
se va a cansar….Menos mal
poco…
sacrificio…Yo
tremendo
no
no
-Sí…pero
estoy
calor….
Yo
vale
la
pena
acostumbrado
soy
del
a
el
este
Sur…Soy
de
Chiloe…Por allá hace remucho frío… Dicen que la
animita es remilagrosa… - Bueno… la gente dice
que es el que más ayuda… Por eso es que ahora
viene
mucha
más
gente
a
la
Caleta
que
a
“La
Tirana” o que a “San Lorenzo”. -¿Usted es de por
aquí?... Preguntó el chilote al pampino. -Sí… yo
soy de la Pampa, de aquí, de este terruño de sol
y arena…Mis padres y mis abuelos, también,… pero
mi bisabuelo, según contaba mi abuelo, era del
sur,
de
Cauquenes…
Lo
trajeron
p’acá
como
soldado, enganchao pa pelear contra los peruanos
y
bolivianos
en
la
guerra
del
79…
Terminá
la
guerra se quedó aquí, se casó y aquí estoy yo
ahora…vivito
y
coleando…Porque…usted
…No
sé
si
por allá, de tan relejos de donde viene usted…
sabe que por aquí se peleó fuerte en esa maldita
guerra… -Sí, algo yo me acuerdo… en el colegio
el
profesor
nos
hablaba
de
Arturo
Prat…Lo
interrumpió el chilote… - ¡Shi!... es no es ná…
es
pelo
de
cerros…esas
la
cola,
mi
planicies…
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
amigo…Mire
todo
esta
hacia
esos
sembrao
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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de
“EL ANIMITA DE LA CALETA”
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
esqueletos
Son
los
chilenos,
héroes
figuran
mismo
de
en
sin
ningún
con
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mi
peruanos
nombres,
texto
mi
de
y
bolivianos.
amigo…ellos
historia.
bisabuelo…
Esta
no
Pasó
pampa
lo
está
maldita…creo yo….Después de esa tremenda peleada
con
los
peruanos
chilenos
,
dueños
interesados
o
los
y
territorios
figuran
ciudad
en
y
mandamases
que
los
en
textos
y
un
mismos
muchos
de
ellos
riquezas
de
estos
son
los
héroes
que
de historia… aquí en la
ejército
patrones
salitreras,
casi
aventureros
extranjeros
presidente
,
las
ahora
organizaron
propietarios
bolivianos…los
apoyando
de
todos
las
a
los
oficinas
aprovechadores
para
Balmaceda…porque
y
derrocar
quería
que
el
esta
tierras llena de salitre ganadas con sangre del
pueblo chileno fuera de propiedad del estado de
Chile y no de los arribistas de toda calaña … la
tropa,
la
carne
de
cañón,
como
siempre
fueron
los trabajadores pampinos obligados o engañados
casi todos., muchos de ellos habían participado
en la guerra… Y esto, mi amigo, sucedió apenas
siete años después de terminada esa guerra y se
trabaron
estos
sangrientas
héroes,
batallas
los
que
entre
mandaban,
ellos…Por
en
aquí
cerquita… en Dolores…por allá …en el mismo lugar
donde murieron más de mil peruanos, chilenos y
bolivianos
Batalla
en
de
la
guerra…
Dolores
…
Creo
ahí
que
mismo
le
se
pusieron
agarraron
después…como le digo… estos caballeros héroes de
Chile
entre
ellos…
fue
esta
batalla
más
sangrienta que la otra … entre chilenos…pero el
pato
lo
pagaron
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
…¿
Quién
cree
usted?…¡Los
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
trabajadores,
los
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pampinos,
pus
mi
amigo!…
Fueron ellos los que murieron por miles… viudas
, huérfanos, mutilados por miles, mi amigo… Creo
que le pusieron a ésta batalla de chilenos, al
mando de los héroes de la guerra , Batalla de
San Francisco… más de mil muertos, mi amigo… y
todos
chilenos…Como
le
digo,
mi
buen
amigo…muchos de los soldados de tropa, casi la
mayoría habían peleado siete años antes contra
los peruanos y bolivianos… y esto no es ná, mi
amigo… en la Caleta… famosa también en la guerra
…también
es
famosa
chilenos..entre
por
la
ellos….
pelea
entre
También
estos
cientos
de
muertos… y créame el salvajismo y las crueldades
cometidas
dicen
por
que
los
las
vencedores
peleas
fue
entre
espantosa…
hermanos
es
más
cruenta y dañina… Eso debe haber sido…Creo yo…
Por eso yo creo que esta Pampa está maldita… su
historia
esta
chilenos
llena
han
trabajadores
de
sufrimiento…
muertos
del
en
salitre
Miles
de
ella…Después,
asesinados
por
los
patrones extranjeros que se adueñaron después de
todos estos territorios…Disculpe mi amigo… pero
me da mucha rabia cuando me acuerdo lo que mi
abuelo me contaba…. - Es terrible lo que usted
me está contando… Allá en Chiloé no había guerra
entre nosotros, los que estaban casi en guerra
eran
los
indios…
arrebataban
sus
porque
tierras…
eran
los
perseguidos…
tomaban
les
presos
y
los condenaban por cualquier cosa…el abuso era
visible…pero
que
nosotros
mandaban
también
a
eran
nosotros
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
nada
podíamos
generalmente
que
éramos
hacer…Los
extranjeros
chilenos
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
y
nos
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
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UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
Página 10 de
tenían a raya…Había que soportar nomás… Nada se
podía
hacer…Se
cuenta
en
la
isla
que
muchas
personas fueron ajusticiadas por la inquisición,
por los curas, que también eran extranjeros… a
un
indio
que
se
rebeló
de
tanta
injusticia
reinició la lucha junto con otros … hasta que lo
apresaron
y
lo
fusilaron
en
el
centro
de
la
Plaza …creo que se llamaba Ñancupel ..y esto no
hace
mucho
tiempo.Este
indio
asaltaba
a
los
españoles y huincas, les robaba y ayudaba a su
gente con el producto de sus robos… El sol había
sido engullido ya por el mar y el desierto ahora
se vestía poco a poco de tinieblas como si una
inmensa
capa
cubierta
frío
de
negra
tanta
comenzaba
a
quisiera
sangre
cubrir
vertida,
incrustarse
en
esa
tierra
mientras
el
tibieza
de
la
esas arenas y en las rocas, las que de vez en
cuando
esto,
lanzaban
con
soledades,
el
quejidos
de
silencio
justificado
dolor,
causando
fantasmal
pavor
al
de
ser
esas
escuchados
como si fueran verdaderos lamentos de las almas
ignorada, durmientes eternos de esos terrenales
parajes. Estos creyentes de acciones solidarias
de los muertos milagrosos, habían caminado cerca
de cuarenta kilómetros en casi dos días. Habían
decidido
castigarse
penitencia,
carretera
cuando
para
de
el
que
esa
bus
forma,
se
como
detuvo
descendieran
en
todos
una
la
los
pasajeros que no continuarían hacia la ciudad de
destino del transporte, distante ésta a ciento
ochenta kilómetros hacia el norte del país, todo
por
la
gran
demanda
y
escasez
de
pasajes
directos hacia la Caleta Santa, ocasionada por
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
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UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
la
gran
afluencia
de
Página 11 de
peregrinos.
La
hilera
de
fieles, algunos con velas encendidas, seguían su
calvario
ahora
hacia
el
su
frío
y
destino
la
santo,
camanchaca
soportando
de
la
noche
desértica del norte del país. Otros, agotados,
se tendían en la arena, en la berma del camino,
haciendo
autos,
caso
omiso
camiones
del
que
ruido
rugían
de
los
avanzando
buses,
hacia
la
caleta del santo popular. La Caleta mostrando a
los
feligreses
construido
poderosa
sobre
de
la
roca,
distintivo,
cubriendo
visitantes
cima
de
ahora
disimuladamente
y
histórico
una
convertido
lucía
masacres
su
pequeña
en
su
pero
símbolo
su
vejez
su
vergüenza
traiciones,
reloj
centenaria,
de
cuna
tapizando
sus
destartaladas viviendas de maderas apolilladas,
sus callejuelas pedregosas, su aspecto de pueblo
estigmatizado,
con
bandadas
de
banderillas
chilenas, como si con este gesto pudiera borrar
su
trágico
pasado.
La
Caleta,
que
nunca
sobrepasó los dos mil quinientos habitantes, ni
en sus mejores momentos de euforia explotadora,
cuando por su calle principal, casi golpeada por
la furia de las olas y de no más de ocho cuadras
de
largo,
gozaba
con
el
caminar
de
cientos
y
cientos de esforzados de trabajadores, y sufría
con
el
peso
aventureros
de
de
truhanes,
todas
las
facinerosos,
calañas
y
nacionalidades dispuestos a hacerse rico en el
menor tiempo posible y valiéndose de todos los
medios. Y éstos lo lograron… Se transformaron en
grandes
señores…
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
algunos
en
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
honorables
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
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UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
parlamentarios,
en
Página 12 de
autoridades
enquistadas
en
todo el quehacer nacional y hasta el día de hoy.
La patética visión de este pueblito abandonado
como
del
si
soportara
mundo,
paga
penitencia
galas
y
cada
21
velas
quenas
bombos
y
y
gran
sus
religiosas
cirios
las
una
maldición,
pecados
de
vistiéndose
enero
de
cada
multicolores,
encendidas
los
al
con
sus
con
como
año
miles
viento,
charangos,
tambores,
aislado
las
con
de
mientras
trompetas,
sonidos
despiertan
sentimientos amargos ya idos y hacen evocar los
lamentos lejanos de las almas de los torturados,
muertos en combates o asesinados en sus playas,
calles,
casas
y
en
la
tenebrosa
Cárcel
que
asombra hasta el día de hoy por su hipócrita y
hermosa fachada de “ Casa de la Cultura”.
La
Caleta
memoria
está
de
de
fiesta.
solamente
de
Está
uno
de
celebrando
la
sus
de
miles
víctimas, el que, según la tradición popular, se
ha
tornado
favores
del
en
a
sus
otrora
un
ser
milagroso
seguidores.
bullente
y
donador
a
los
Frente
muelle
del
de
restos
puerto,
hoy
moribundo, bizarros bailarines disfrazados como
comparsas
folclóricas
indumentarias,
aymara,
con
espejuelos,
máscaras
movimientos
al
sus
compás
con
sus
plumas
exóticas,
monstruosas,
de
los
vistosas
saltos
y
instrumentos
musicales de uso casi milenario, ocupan la gran
explanada situada a orilla del mar y a escasos
metros
habitual
de
la
tétrica
centro
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
de
figura
torturas
de
la
y
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
Cárcel,
martirios
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UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
Página 13 de
utilizado por decenas de años por los gobiernos
de turno del país.
Miles de creyentes, venidos de toda la región,
especialmente
los
del
silenciosos
temieran
el
puerto
cerros
principal,
asustan
circundantes,
como
surgimiento
de
miles
de
a
si
espectros
yacentes en las entrañas de sus arenas teñidas
de sangre, clamando por justicia y también por
honor y reconocimiento.
Los
comerciantes
restaurantes,
transitorio,
ambulantes,
hospederías,
no
dan
cocinerías,
todo
improvisado
para
atender
abasto
a
y
los
miles de fieles de la animita de la caleta, todo
con
gran
regocijo
habitantes
de
permanentes
los
y
ciento
la
cincuenta
radiante
sonrisa
maquiavélica del panzudo y casi vitalicio señor
alcalde del maléfico pueblucho.
La
Caleta
noticia,
desierto
región,
ofrendas
en
estos
está
y
en
días
es
convertida
el
luciendo
puerto
para
religiosas
en
más
esta
y
el
hasta
centro
la
reina
habitado
ocasión
una
de
la
del
de
la
numerosas
ornamentada
capilla, con candelabros, imágenes santas, copas
doradas y decenas de sacerdotes con sus típicas
vestimentas,
también
multicolores,
para
hacer
juego con el ambiente de festín y alegría.
Como si toda esta muestra de arrepentimiento y
fervor santo fuera poco, las gallardas fuerzas
armadas de la poderosa guarnición militar de la
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CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
Página 14 de
región, representadas por lo más selecto de sus
miembros,
vistiendo
sus
mortales,
altaneros
y
temerosa
presencia,
atuendos
y
arrogantes
con
sus
equipos
lucen
presillas
su
cuajadas
de estrellas de mando a la vista de los pobres y
aún medrosos peregrinos.
Retumban en las laderas de los cerros sagrados
circundantes
los
acordes
marciales
de
guerra,
como si quisieran despertar a aquellos soldados
ignorados cuyos esqueléticos restos diseminados
presencian también el apoteósico acto.
En
este
entorno,
los
visitantes
en
hilera
esperan el turno para colocar en la casita de la
animita festejada pequeñas placas confeccionadas
en
mármol,
oregón,
en
bronce,
dejando
en
aluminio,
constancia,
de
esta
o
en
pino
forma,
de
los agradecimientos por las peticiones otorgadas
y cumplidas.
Por todo, La Caleta ha rejuvenecido, por algunos
días ha vuelto a ser una gran factoría como en
sus
años
dorados,
más
de
un
siglo
ya
pasado,
cuando el sudor de los trabajadores expoliados,
patriotas
desconocidos
chilenos,
bolivianos
y
peruanos, jubilados de las lides guerreras, eran
presa
de
la
avaricia
de
los
causantes
de
esa
mortandad de los más pobres de la región. Ahora,
nuevamente está siendo víctima de la llegada de
una variada gama de maleantes, desde los señores
camuflados
como
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
respetables
comerciantes
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
hasta
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UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
los
habituales
Página 15 de
rateros
de
otras
ciudades
del
país.
El pampino y el chilote, después de esta larga
caminata y de horas y horas de conversación y de
opiniones
casi
coincidentes
contemplaban
desde
la altura de los cerros el panorama en todo su
esplendor.
A
lo
lejos,
la
inmensa
meseta
marítima, azulada y tranquila. Hacia abajo, al
pie
del
cordón
de
cerros,
como
lamiendo
las
olas, vetustas casas de madera, añosas, viejas,
ruinosas,
desvencijadas,
techumbres
Para
el
pequeño
de
conchuelas
chilote
y
lo
viejo
y
visto
barrio
mostrando
oxidadas
no
de
era
sus
calaminas.
más
cualquier
que
un
caletilla
del sur del país, de donde él era oriundo.
Flotando sobre el agua, meciéndose, se avistaban
algunos débiles botes y lanchas, sobre esa rada
donde
hacía
decenas
un
de
poco
veleros
nacionalidades,
aventureros,
más
de
y
un
barcos
trayendo
plagas
y
siglo
malas
anclaban
de
todas
mercaderías,
costumbres
y
llevando la riqueza blanca, objeto de codicia y
causante
de
muertes
y
genocidios.
Cojeando,
demacrados, sucios y transpirados, con su bolsos
al hombro, estos dos siervos de la fe religiosa,
bajaban el verdadero precipicio desde la cima de
los
cerros
portuaria,
hasta
lugar
de
la
escuálida
jolgorio,
planicie
ruegos,
rezos,
plegarias, llantos, todo aderezado con la alegre
risa etílica de los que tomaban estos días como
una placentera oportunidad de distracción.
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
23
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
Luciendo
un
un
buen
nuevo
semblante,
almuerzo
refrescante
Página 16 de
baño
en
en
reconfortados
una
la
cocinería
playa,
los
con
y
dos
un
ahora
amigos, apretujados por la multitud, buscaban un
lugar
donde
beber
Pampino…¿Te
puedo
hasta
nada
..¿
ahora
Quién
murió?..
saber
era…
toda
Terminó
hacer
me
¿
Porque
algún
en
tú
su
-
Oye,
pregunta?..Porque
has dicho sobre el santo?
se
eres
llamaba?...
de
esa
cuestión…¿
preguntando
acomodaba
una
Cómo
esta
refresco.
el
silla
zona
No
es
Chilote,
y
miraba
¿
y
Cómo
debes
cierto?...
mientras
el
se
cadencioso
caminar de la garzona que traía en sus manos dos
botellas
de
agua
mineral
“
Chuzmisa”.
-
Mira,
Chilote, en este asunto hay mucha confusión…La
gente
habla
muchas
cosas
y
no
todas
son
ciertas…Debes saber que yo apenas tengo treinta
años
y
esto
sucedió
el año 1973…es decir hace
exactamente
cuarenta
equivoco…Haber
saquemos
en
el
año
2013…Yo
nací
años…si
la
cuenta…
en
1983…
no
Hoy
me
estamos
-Termina
con
este asunto de los años…Cuéntame algo…lo que tú
sepas
del
santo…
Interrumpió
abruptamente
el
Chilote. El Pampino estaba en pleno proceso de
hilvanación de la exposición del asunto, de lo
que sabía y se acordaba, cuando de improviso fue
remecido por un fuerte golpecillo en la espalda
y un vozarrón reconocido al instante: -¡Hola, pu
Pampino!…¡Cuánto
tiempo
sin
habiay
-¡Aquí
estamos!..¡Pagando
hecho?..
mandita
anday
a
mi
amigo
haciendo
por
verte!...¿
Que
te
una
Nelson!... ¿Y tú?... ¿ Qué
estos
lados
sagrados?...No
creo que vengai a pagar alguna manda…Porque, tú,
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
23
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
Ike,
soy
harto
Página 17 de
jodío..¿
negar?...contestó
O
me
sonriendo
lo
vay
el
a
Pampino,
acercando una silla para que el Ike se sentara y
los
acompañara.
versado
-Oye,
en
Ike,
este
Nelson…explícale
tú
que
asunto
algo
soy
del
aquí
harto
santito
a
mi
amigo
Chilote…Porque yo la verdad que sé algunas cosas
que la gente cuenta, pero a lo mejor tú que hay
estudiado
sabí
más…
--Sí…Bueno,
sé
también
lo
que la gente más vieja cuenta…interpeló el Ike.
Ni los pocos viejos que andan por la calle como
sonámbulos y que conocieron al santo y vivieron
y sufrieron las torturas como él saben…Queda uno
que otro sobreviviente de ese tiempo…Casi todos
han
muertos…Olvidados
miseria…¡
Pobres
y
en
la
viejos!..Y
más
pensar
triste
que
por
ellos, por sus luchas, hoy nosotros gozamos de
más libertad y más justicia…La gente es muy mal
agradecida…Menos
milagrosa,
los
más
hace
que
Nelsito,
recordar
de
el
lo
animita
que
pasó
aquí… Mire, taita Chilote...Allá… Vé el letrero,
donde dice “ Casa de la Cultura”, ahí torturaron
y
asesinaron
al
prisioneros…Más
especie
de
Nelsito…
allá,
panteón
y
y
donde
a
casi
se
todos
divisa
los
ese
esculturas que no sé qué
diablos representa, esta tapiada la fosa donde
enterraron a más de veinte compañeros torturados
y fusilados…Bueno mi amigo…La historia de esta
Caleta es larga y siniestra…y tenga la seguridad
que muy pronto volverá a hacer noticias…Por algo
construyeron una nueva cárcel moderna, segura y
para ser habitada por una gran población.¡ Los
bribones
de
siempre,
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
pu,
mi
amigo,
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
están
muy
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
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UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
preparados
para
Página 18 de
los
tiempos
que
se
avecinan…Vendrán otros Nelsitos milagrosos…se lo
aseguro….y muy pronto, mi amigo Chilote…Terminó
sentenciando
emocionado
atragantándose
con
el
el
sorbo
Ike,
de
agua
casi
mineral
“Chuzmisa”.
Encaramados sobre la roca que soportaba la base
del centenario Reloj de la Caleta, lo que por su
elevación
sobre
el
plano
era
un
estupendo
mirador de la bahía y de la Caleta, gozan del
frescor de la brisa marina y del sol de mediodía
tres
ancianos,
personas
de
o
la
como
se
tercera
dice
edad
ahora,
y
uno
tres
en
la
periferia de la cuarta edad, con aires festivos
y la jocosidad que produce el vino, comentando
risueños
los
que
sus
ojos
avizoran
desde
esa
altura. Al verlos nadie podría suponer que estos
cuatro hombres, en las postrimerías de sus vidas
y con las penosas experiencias vividas, puedan
liberar
risas
y
alegrías
en
esa
tarde
de
recuerdo multitudinario de una tragedia ocurrida
hacía cuarenta años.
Rememorado por la multitud como un inolvidable
periodo
chilenos,
de
en
torturas
ese
y
lugar,
asesinatos
ahora
de
casi
muchos
sagrado,
estos sobrevivientes de uno de los sangrientos
Consejos de Guerra realizado en el edificio de
la
ahora
mostrada
como
Casa
de
la
Cultura
,
estaban ahí, observando como si fuesen fantasma
del pasado, los actos de casi constricción de la
gente acompañando al santo de la Caleta, víctima
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
23
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
también
martirizada
edificio,
para
durante
se
en
ese
inicialmente
años
cárcel
destinado
como
Prisioneros
antiguo
como
posteriormente
de
de
dice
muerta
y
decenas
Concentración
como
y
construido
delincuentes
Página 19 de
Campo
Políticos.
popularmente,
las
de
Pero,
apariencias
engañan. Los cuatro simulaban y disimulaban sus
verdaderos
por
ese
talvez
pensamientos
falso
para
orgullo
evitar
y
sentimientos,
varonil,
caer
en
por
esos
quizás
dignidad
o
persistentes
momentos de tristeza y melancolía que ni el vino
era capaz de espantar. Era casi tradicional que
en sus casi cincuenta ñaos años de amistad, cada
vez que se juntaban iniciaban sus charlas sobre
las
noticias
contingentes
y
copuchas
de
actualidad, pero sin saber cómo lentamente sus
mentes automatizadas y traumatizadas los guiaban
hacia el pasado, hacia esos momentos de dolor y
tormentos. Acudían a sus mentes ya envejecidas y
desmemoriadas,
casi
desconocida
las
rejuvenecer
sin
potencia
de
y
un
evocaciones,
una
células
volver
en
como
ese
cerebrales
cerebro
órgano
pleno
detalles,
capacidad
ya
para
gastado
y
de
recuerdos,
nombres,
dichos,
expresiones, miradas, gritos y quejidos vistos,
escuchados,
no
han
podido
acurrucados
padres
tiempo
en
y
ahora
pero
no
que
y
pensados.
evitar
sus
primero;
después
esto,
sentidos
de
de
lo
llorar
camas,
su
a
en
de
veces
secreto,
escondidas
mujer,
de
sus
sus
hijos,
sus nietos. Y ellos sabían
decían,
duraba
Cuantas
esa
a
pesar
amistad
del
unida
largo
por
ese
sentimiento común y recóndito. Uno de ellos, con
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
23
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
Página 20 de
aspecto de un anciano de unos ochenta años, de
pronto dejó de reír. Sus amigos, comprensivos,
esperaban,
como
siempre
sucedía,
que
en
cualquier momento algunos de ellos sería cogido
por esos malditos recuerdos tornando la sonrisa
y la risa en un incontenible y mudo llanto de
hombre,
lágrimas
compañeros
cruenta
vertidas
flagelados
persecución
y
en
memoria
asesinados
soportada
de
y
los
por
durante
la
tantos
años. Era el inicio del recorrido de esas mentes
hacia
tiempos
video,
de
ya
la
torturadores,
golpes,
de
idos,
pero
mirada
de
los
presente
como
inquisidora
las
de
los
de
los
a
esas
humillaciones,
padecimientos.
un
Volvían
mentes los rostros ausentes de los que sin poder
soportar los dolores chillaban y saltaban como
animalillos
indefensos
hasta
sucumbir
entre
espantosos
alaridos.
Afortunadamente
eran
momentos
pasajeros,
realidad
y
también
luego
a
la
todo
volvía
resignación
y
a
la
a
la
esperanza de que todos los que luchan logren que
el futuro depare una humanidad poblada por seres
más
humanos.
cuesta,
Estos
como
un
hombres,
reto
a
con
sus
su
dolor
enemigos,
a
casi
siempre terminaban sus encuentros con un alegre:
“
Derrotados,
pero
jamás
vencidos”.
Más
repuestos de esta explosión de emociones, uno de
los
viejecitos
agregando:
trajimos
el
lanzó
--
Te
cemento,
construimos
en
media
Nelson.
__Casi
una
carcajada
acuerdas,
la
madera
hora
nos
la
al
Victor,
y
las
aire
cuando
velas
casita
para
pillan
y
el
los
pacos…acuérdate…Total la sacaron , pero volvimos
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
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UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
y
la
volvimos
Contestó
a
el
Página 21 de
colocar…
Victor.
y
con
velas
__Menos
y
mal
todo…
que
los
pescadores amigos, empezaron a colocar plaquitas
de
favores
concedidos
y
todos
empezaron
a
persignarse antes de salir a la mar…a la larga
ellos fueron los guardianes del Nelson… Aclaró
otro. __ Acuérdense.… Acuérdense… El cura hablo
con
el
Alcalde
,
con
el
Intendente…
hasta
dictaron un decreto de prohibición…pero la gente
empezó a creer en el Nelson, porque parece que
es cierto que este guebón es milagroso…Ojalá que
nos
ayude
a
amigos…La
dicen
nosotros
caridad
ustedes…
cansancio
ondeaban
cada
la
numerosas
grupo
político
de
los
fuimos
casa…¿
fin
banderas
el
cuatro
lugar
donde
distintivas
adherentes
hechos
no,
por
los
al
sus
Oh
suspirando
caminata
por
las
por
y
larga
arribaron
rememorativo
siempre
empieza
Jadeando
de
ancianos
que
al
acaecidos
de
acto
en
esa
Caleta los años 1974 y 1975.
Los
residentes
Caleta,
animita
perpetuos
difuntos
algunos
del
olvidados,
kilómetros,
Cementerio
distante
con
sus
de
de
la
la
sepulturas
abandonadas, con sus adornos sagrados carcomidos
por el sol, el viento y algunos con más de una
centena
de
años,
con
sus
cruces
luchando
por
mantenerse erguidas, cada año en esta fecha eran
despertados por los sones de quenas, charangos,
bombos y cornetas. Eran las ofrendas musicales
que
montadas
multitudes
en
la
religiosas
brisa
de
la
les
enviaban
animita.
Al
las
lado
Norte de esa antigua villa mortal, habían yacido
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
23
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
y
cohabitado,
colectivo,
con
como
veinte
alambres
descubierta
Página 22 de
almas
de
ésta
si
estuviesen
apretujadas,
púas,
en
en
Julio
una
de
en
un
amarradas
fosa
1995.
común
Eran
los
compañeros de la animita. Como lo hacían todos
los
años,
estos
cuatros
ahora
ignorados
viejecitos, miraban y observaban la gran fiesta
casi rutinaria, de a veces interesados discursos
políticos,
cola,
en
con
lo
vino,
se
indignación,
empanadas
y
mucha
coca-
había transformado la pena, la
el
llanto
reprimido
de
los
sobrevientes de esa tragedia que había vivido el
país.
Con
el
todo
transcurrir
ahora
protesta
casi
por
una
todas
era
un
más
fiesta.
las
del
tiempo
risueño
justicia
Pero
banderías,
siempre
recuerdo
y
por
cuando
amigos
y
no
castigo.
los
o
sabio,
de
Era
muertos
enemigos,
de
los
hospedados en el Cementerio o los que asoleaban
sus
restos
laderas
bajo
de
las
los
arenas
cerros
calientes
vistiendo
de
las
uniformes
militares, ya sean éstos peruanos, bolivianos o
chilenos
o
aquellos
escondidos
y
hombres
cuyos
desaparecidos
martirizados
cuerpos
políticos
de
y
figuran
como
Chile,
eran
despertados de su eterno letargo sucedía cuando
aquí,
en
la
patrióticos
privacidad
Caleta
himnos
de
y
en
todo
militares
todos
los
el
país
los
invadían
la
laberintos
de
los
hogares durante los días uno y dos de Noviembre
de cada año, fecha de la toma de la caleta por
las
tropas
chilenas,
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
defendida
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
ésta
por
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“EL ANIMITA DE LA CALETA”
23
UN CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ.
Página 23 de
peruanos, su dueña en ese entonces. En esos días
se enfrentaban las miradas hoscas de los señores
de lustrosas botas y elegantes tenidas con los
miles
de
rostros
de
mujeres,
niños
y
hombres,
con sus pancartas, gritos de consignas y cantos
alusivos, que como batallones presto para entrar
en combates, avanzaban los unos hacia el sitio
donde
se
planicie
ondeaba
había
construido
patriótica
una
gran
con
un
bandera
una
especie
monolito
chilena
y
en
de
el
los
que
otros
recorrían la polvorienta ruta hacía la Fosa de
los mártires de la Caleta donde también se había
levantado un enseña que lucía con grandes letras
en bronce: “ Para que nunca más”.
Con
el
cuatro
transcurso
ancianos
mundo.
Los
de
uno
algunos
a
cuatros
uno
pocos
fueron
años,
dejando
inseparables
y
los
este
leales
compañeros y creadores del poder milagroso del
inmortal Nelson, el animita de la Caleta, fueron
sepultados en lo alto de un montículo cercano y
con vista hacia la Fosa de la Caleta, conforme a
sus
deseos,
ese
trozo
como
de
la
si
hubiesen
Caleta
su
querido
dejar
convicción
de
en
que
algún día los seres humanos sabrán organizar la
sociedad
en
que
viven
para
hacer
realidad
la
consigna “ Para que Nunca Más”. --------------Iquique, Chile, 01 de enero de 2005.
“ EL ANIMITA DE LA CALETA”
CUENTO DE HUGO EDUARDO DIAZ
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