La Mafalda militante

Transcripción

La Mafalda militante
La Mafalda militante
27/10/14 08:50
Lunes 27 de octubre de 2014 | 8:49
Escriba a la redacción
Edición Impresa
Blogs
Revistas
Guías
Archivo
Domingo
Esta edición
Secciones
Columnistas
Temas del día
Elecciones en Brasil
Espectáculos
Ruta del dinero K
Revistas
Título de Cristina
Ediciones Anteriores
Premios Perfil 2014
Edición Online
Papa Francisco
1
LEGADO POLÍTICO DE UNA CARICATURA
PUBLICADO EN EDICIÓN IMPRESA DE
Fondos buitre
Consiglia
342mila
Seguir a @perfilcom
Opinión
La Mafalda militante
Jorge Fontevecchia
Humo y humos
En Mafalda: historia social y política, Isabella Cosse propone una lectura
sociológica de las últimas cinco décadas de la genial historieta de Quino.
Reflexiones sobre ideología, autoritarismo, libertad de expresión, exclusión social,
feminismo y educación que constituyeron la realidad de una época. En este
adelanto, se ofrece el capítulo donde se da cuenta de la tarea de los editores para
contrarrestar la censura y publicar la tira bajo la dictadura.
Nelson Castro
Autocrítica necesaria
Pepe Eliaschev
Estatizadas
Por Isabella Cosse | 20/10/2014 | 10:01
2 Comentarios | Este artículo fue leído 3668 veces
En prisión, Daniel Divinsky fue
trasladado de la
Superintendencia a la cárcel de
Caseros. Cuando estaba llegando
allí, mientras avanzaba hacia la
revisación médica carcelaria,
caminando desnudo y cabeza
gacha, según las instrucciones de
los guardias, sintió un murmullo a
su alrededor y llegó a escuchar “Ahí
va el que hace Mafalda”. Lo dejaron
parado abajo de una bombita de luz
y el guardiacárcel se acercó y le
Recuerdos. Las historietas de esta niña acompañan un trayecto
de la Línea A del subte. Uno de los atractivos del barrio de San
preguntó: “Jefe, después de que
Telmo es la estatua de este personaje de Quino, que desde 2009
pase todo esto (refiriéndose a la
se encuentra en las calle Defensa y Chile, con una leyenda de
donde vivía su dibujante. “Aquí vivió Mafalda”. | Foto: Cedoc
revisación), ¿no me dibujaría una
Mafaldita para los pibes?”. Es decir,
Contenido relacionado
un integrante de las fuerzas
Buenos Aires celebra los 50 años de Mafalda
represivas, que habían usado a
Susanita y Manolito se suman al festejo de los 50 años de
Mafalda para la revancha y la
Mafalda
amenaza, no dudaba en utilizar el
Quino, ganador del premio Príncipe de Asturias
poder sobre un prisionero, al que
creía el creador de la historieta,
para pedirle un dibujo y, con ello, manifestarle su admiración.
No fue la única incongruencia. Durante la dictadura, la editorial siguió en pie: “Sobrevivió
gracias a la fidelidad de Quino, de Fontanarrosa y a Elisa Miller, que se hizo cargo de
su funcionamiento”, según las palabras de Divinsky. Mafalda, el emblema
antiautoritario, no fue censurada en Argentina. Quino tampoco sufrió la censura del
Gobierno, aunque algunos de sus dibujos fueron objetados por los propios editores. La
cuestión no es menor. En principio, contrasta con la alarma que había despertado la tira en
el escenario del Chile dictatorial. En julio de 1975, algunos medios de prensa chilenos
habían criticado la decisión del canal estatal de incluir a Mafalda en su programación en el
horario central, luego del noticiero, en sustitución de la Pantera Rosa. Consideraban que la
http://www.perfil.com/domingo/La-Mafalda-militante-20141019-0046.html
Tapa Perfil
Encuesta 2015: Scioli
reacciona y está más
cerca de Massa
Exitoina
"Me encantaría hacer un
trío con Tinelli y Larissa"
Nadia Aranda es una sensual
paraguaya dueña de unas
curvas de infarto.
Annie Lennox vs Beyoncé
Perfil.com
Más Leídas
Más Comentadas
Más Votadas
Más leídas en Perfil.com
1. Apareció un testigo clave en la búsqueda de
Damián Stefanini
2. Humo y humos
3. Autocrítica necesaria
4. Massa se consolida en el primer lugar, Scioli
retoma envión y supera a Macri
5. Involucran al Ejército para prevenir saqueos
6. El Frente para la Victoria sigue siendo la
fuerza más votada en las primarias
7. Aníbal le responde a Sabsay: "Por supuesto
que Cristina está recibida"
8. El ranking de las diez “costumbres” que
generan más conflictos de pareja
9. De Tinelli a Hebe y Báez
10. El Papa hizo lío
Pagina 1 di 6
La Mafalda militante
historieta era una “muestra intelectual marxista”. El coronel Héctor Orozco, delegado del
gobierno en el canal nacional y asesor de comunicación del propio dictador, explicó que él
sabía que la tira tenía esa tendencia, pero agregó: “No hay cuidados de ningún tipo, ya que
todos los capítulos fueron especialmente seleccionados por un equipo del departamento de
psicología militar”. La decisión resulta paradójica. La historieta era incorporada al canal
oficial de la dictadura chilena a pesar de que sus autoridades la consideraban comunista y,
por ello, la censuraban.
¿Qué sabemos de la circulación de Mafalda en el país? En diciembre de 1973, dejó de
publicarse en el diario Río Negro y en febrero de 1974 en el Córdoba. Pero habrían seguido
vendiéndose los libros –según Daniel Divinsky, durante toda la etapa dictatorial–, aunque no
me fue posible saber si se publicaron nuevas tiradas o sólo se distribuyeron las realizadas
anteriormente, que eran de decenas de miles de ejemplares, ni qué sucedió con el volumen
de ventas. En 1980, Juan Sasturain, como analizo más adelante, afirmaba la vigencia de la
tira a partir de su presencia en los quioscos y de la popularidad que tenía entre los más
jóvenes. El informe de la Dirección Nacional del Derecho de Autor, en 1982, consignó una
nueva edición. No hay dudas: Mafalda pasó de una generación a otra en lecturas
resignificadas. Como intuyó Leila Guerriero, en dictadura la tira era “un caballo de Troya muy
incómodo” porque la historieta estaba “plagada de alusiones políticas que siguieron vigentes
durante mucho tiempo”.
27/10/14 08:50
Especiales
Narcotráfico | Argentina podría
convertirse en el paraíso de "las
drogas del futuro"
El blog del Contador LoCane
Impuestos, finanzas y otros temas.
Perfil Radios
Todas las estaciones en un solo lugar.
Perfil HD
Archivo de los mejores reportajes
Para quienes eran niños, por entonces, según la periodista, la curiosidad propia de su edad
podía ser peligrosa cuando exigía a los padres responder sobre qué sucedía con los
derechos humanos, quién era Fidel Castro o qué significaba la autodeterminación de los
pueblos. En palabras de Guerriero, el registro de esas preguntas para quienes empezamos
a crecer entre el último gobierno de Perón y la dictadura militar de 1976; entre los colegios
que no nos permitían llevar el pelo suelto y los libros prohibidos enterrados en el patio de
nuestras casas; entre la euforia del Mundial ‘78 y los amigos de nuestros padres cuyos
nombres había que decir en voz baja. […] nos ayudarían a saber quiénes eran, y quiénes
éramos, y qué cosas hacían de nosotros.
No me ha sido posible reponer esas preguntas de los niños a sus padres, pero he intentado
reconstruir un cuadro de las situaciones en las que Mafalda fue leída y descubierta por
nuevos lectores durante la dictadura.
Para muchos lectores de la tira, la posibilidad de volver sobre los libros significaba mantener
–e incluso revivir– las experiencias culturales, políticas y afectivas que habían tenido en el
pasado, entonces inmediato. Por ejemplo, para Manuel Díaz –estudiante de sociología a
comienzos de los 70–, los cuadernos de Mafalda se mantuvieron desparramados entre su
biblioteca y su mesa de luz y volvía a releerlos con frecuencia. Le gustaba que sus amigos
los encontrasen al husmear entre los libros porque le daba la posibilidad de recordar con
ellos los personajes y las tiras y, al hacerlo, revivían momentos y anécdotas, compartidos
con amigos de los que nada sabían y en espacios que habían sido desestructurados por la
represión.
Era, entonces, la cotidianidad dictatorial la que quedaba resignificada por los libros. En
cambio, Daniel Rey Piuma, un joven uruguayo de 1973 y que estuvo infiltrado en el
servicio secreto en la Marina uruguaya, le dio otro sentido a la tira. Eligió, como alias,
llamarse “Felipe”. Lo hizo porque “Felipe es el más inocente de todos [los personajes de
Mafalda]. Cree en todo, en la bondad de los hombres”. La explicación adquiere sentido en el
contraste con las tareas desarrolladas por Rey Piuma: fotografió secretamente a los
militantes políticos torturados en los centros de detención de la Armada en Uruguay y a los
cuerpos de los desaparecidos en los centros de detención argentinos encontrados en
Uruguay, luego de lo cual logró salir del país con cientos de negativos cosidos a su ropa que
entregó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El vínculo resultó mucho más lábil
en otras situaciones. María Rinifort, cuyos padres eran psicoanalistas y vivían en Belgrano,
descubrió la historieta a los 7 años, en 1975, en la casa de una familia amiga cuando los
grandes se quedaban conversando y se instalaba en la habitación de los hijos, que, como
eran mayores, tenían libros desconocidos para ella. Leía medio “librito” de un tirón.
http://www.perfil.com/domingo/La-Mafalda-militante-20141019-0046.html
Pagina 2 di 6
La Mafalda militante
27/10/14 08:50
No entendía las referencias políticas, pero le interesaba la historieta. Después, cuando esa
familia debió irse del país, sus padres comenzaron a comprarle la historieta. Esos gustos la
hacían sentir diferente de sus compañeras de escuela, que leían Susy, secretos del corazón.
Es decir, la historieta pudo haber tenido una potente significación sin que mediara una
conexión con las experiencias de militancia política. Así, por ejemplo, una lectora recuerda
que cuando estaba embarazada, en 1980, decidió hacerle a su hija una Mafalda de
trapo y la colocó en su cuna antes de que naciera. La niña conservó la muñeca e hizo suya
la admiración por el personaje, cuya figura acompaña sus correos electrónicos al pie de su
firma.
Los nuevos lectores, en muchos casos, asumieron a Mafalda como herencia de sus
mayores: sus padres, pero también sus hermanos. Mario Amado –hoy vendedor de libros y
revistas– recuerda que “mi madre era una mujer típica de la clase media. No tenía interés en
nada de lo social y, además, estábamos pasando por problemas económicos muy serios.
Pero mi hermana me mostró uno de los libritos de Ediciones de la Flor. Me abrieron un
mundo. Los seguí consiguiendo yo en librerías de usados”. En otros casos, fueron las
madres y los padres los que facilitaron el encuentro con la historieta. Como los mencionados
por Leila Guerriero, muchos aceptaron responder las preguntas de sus hijos. Les transmitían
el legado de un país que los niños no habían conocido por sí mismos. No faltaron las
reacciones opuestas de progenitores que creyeron proteger a sus hijos mediante el silencio
o la censura. A Miguel Rep, quien había descubierto Mafalda cuando estaba en quinto
grado de la escuela a comienzos de los años 70, más adelante, su padre le hizo
despegar el afiche con el “palito de abollar ideologías”, que tenía en el cuarto donde él
dibujaba. Según sus palabras, para su padre el afiche estaba “sospechado de panfleto
político”.
Sin embargo, eso no significó que él dejase de leer Mafalda. Por el contrario, la
historieta lo acompañó a lo largo de los años. Conseguía con amigos esos maravillosos
libritos, de lomo duro, tapa cartón mate, de Ediciones de la Flor. Todo era placer, las
dedicatorias del autor, las citas (“juro que no morí de Paul McCartney”), los pies de imprenta
[…] Lecturas y relecturas. Mirar los detalles. Recuerdos como aquella inaudita espera en
Almagro, subir a ese departamento tan parecido al de Libertad y sus padres, aquel Mafalda
5 de tapa celeste, aquella sustracción. El párrafo alude a la íntima relación –afectiva,
estética y social– de este lector con la historieta y su autor.
En cualquier caso, la historieta representó un objeto material en el que subsistían –en forma
explícita, abierta y directa– marcas estéticas y políticas de los años sesenta y setenta que,
además, estaban unidas a momentos personales y colectivos significativos para muchos
jóvenes y adultos. Desde ese ángulo, Mafalda se engarzó con el mantenimiento o la
transmisión generacional de esa sensibilidad que percudía y atravesaba las disímiles –y
muchas veces contrapuestas– claves de lectura. Pero, además, la historieta asumió nuevos
sentidos que no estaban unidos con las experiencias del pasado. Recordemos que para los
militares la “condición subversiva” no estaba acotada a quienes participaron de modo
colectivo –con o sin armas–en contra del orden político, sino que incluía a cualquiera que se
manifestara a favor de un cambio social y que atacase la intangible “esencia nacional”. Esta
era equivalente, en el discurso militar, a la religión católica, la familia y las tradiciones de la
“Patria”, concebida como una entidad uniforme e inmutable. Con el ascenso al poder, las
Fuerzas Armadas reforzaron la importancia otorgada a lo cultural, entendido como campo de
batalla.
De allí que la tira no sólo reponía un pasado en clave de memoria, sino que, también,
expresaba una configuración cultural que se contraponía a la matriz dictatorial que se podía
encontrar, comprar y leer dentro del país.
Mafalda quedó ubicada en los intersticios entre aquellas producciones que –en forma
notoria– subvertían el orden instituido, pero que, paradójicamente, no habían sido
censuradas. No fue posible establecer por qué fue así. Podría pensarse que ello resultó de
las propias incongruencias del sistema de censura, que hacían que una obra que reproducía
tiras de aparición diaria en la prensa y que se habían editado sin censura tiempo atrás
http://www.perfil.com/domingo/La-Mafalda-militante-20141019-0046.html
Pagina 3 di 6
La Mafalda militante
27/10/14 08:50
lograran pasar desapercibidas. Podría, también, argüirse que la enorme popularidad de la
historieta facilitó que los censores la tolerasen o que la escasa atención que le otorgaron los
medios entre 1976 y 1980 haya facilitado que se mantuviese en circulación. Justamente, el
hecho de que la prensa le haya dado una limitada cobertura parecería indicar que
reconocieron el carácter disruptivo de Mafalda con respecto a la ideología dictatorial.
Mientras que con anterioridad al golpe de Estado aparecían con asiduidad notas a página
completa que festejaban a la tira y a Quino, luego de marzo de 1976, éstas fueron escasas.
Fue, justamente, su consagración internacional –expresada, por ejemplo, en el otorgamiento
del Premio del XXIII Salón Internacional de Bordighera– lo que legitimó que se atendiera a la
figura de Quino, como hizo La Nación en una brevísima “pastilla” de información.
Recordemos que el plan sistemático y extenso de aniquilamiento mediante el secuestro, la
tortura, la muerte y la desaparición de personas orquestado por las Fuerzas Armadas ocultó
todo rastro del acto represivo.
Este carácter clandestino de la represión y el asesinato protegió a los represores y llevó al
paroxismo el aislamiento y el miedo entre quienes pensaban que podían caer bajo su mira.
Entre el 24 de marzo de 1976 y finales de 1977, según el informe de la Comisión Nacional
sobre la Personas (Conadep), se produjeron el 77% de las desapariciones que fueron
denunciadas. En 1978, las conducciones de Montoneros y el Ejército Revolucionario del
Pueblo (ERP) habían sido diezmadas y los dirigentes con vida estaban en el exilio. En la
visión de las Fuerzas Armadas, la victoria antisubversiva debía abrir una etapa de
reordenamiento de la sociedad basado en el disciplinamiento social, el mercado y la eficacia,
que, a largo plazo, desembocaría en una transición hacia un gobierno electo con
participación de las Fuerzas Armadas. Con esa intención, los militares llevaron adelante,
conducidos por José A. Martínez de Hoz, un plan económico que favoreció al capital
financiero y las inversiones extranjeras e intentó controlar la inflación.
7
¿Te gustó este artículo?
2
Temas
Mafalda
Isabella Cosse
Mafalda: Historia Social Y Política
Quino
Te puede interesar
Premios ¿para que?
El Gobierno busca que
Francisco sea un aliado
en las elecciones
Por qué los food trucks no El historial de los barras y
pueden instalarse en las
narcos que trabajaban en
calles porteñas
el Indec
recomendado por
Perfil.com
Mi piace
Perfil.com piace a 342.726 persone.
Plug-in sociale di Facebook
Comentarios
http://www.perfil.com/domingo/La-Mafalda-militante-20141019-0046.html
Pagina 4 di 6

Documentos relacionados