el dolor de la infancia somatizado en el cuerpo de adulto
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el dolor de la infancia somatizado en el cuerpo de adulto
EL DOLOR DE LA INFANCIA SOMATIZADO EN UN CUERPO DE ADULTO ¿CÓMO MEJORAR NUESTRA POSTURA? “Si no hacemos nada por cambiar nuestro modelo sentimental de conducta, el mañana se parecerá al ayer en todo menos en la fecha” Según Feldenkrais tener una “mala postura” significa que continuamos repitiendo compulsívamente, una y otra vez , las estrategias de adaptación que desarrollamos en nuestra infancia para adaptarnos al medio en el que nacimos. Para facilitar la comprensión del siguiente artículo te recomiendo que leas los tres anteriores: “Cómo nacieron tu carácter y tus creencias”; “Cómo tus padres modelaron tus creencias” y “Cómo los adultos condicionaron nuestra buena o mala postura.” Cuando éramos bebés y niños, muchas veces, se nos exigió más de lo que podíamos dar. Fue entonces cuando comenzamos a forzar nuestro cuerpo: por un lado para cumplir con las demandas de los adultos y no perder su aprobación y, por otro, para no sentir la angustia que nos producían las vivencias a las que estuvimos expuestos cuando éramos seres tan vulnerables. Toda la musculatura flexora se encogió para proteger nuestro corazón y nuestras vísceras de la intensidad emocional. La cabeza quedó más adelantada que nuestro pecho y nuestro cuello tuvo que tensarse para sostener la cabeza. El diafragma optó, también, por contraerse para disminuir la entrada y salida de oxígeno de nuestro organismo y minimizar el intercambio entre nosotros y el mundo para, así, no sentir tanto. Nuestras manos y mandíbulas se tensaron crónicamente para no expresar nuestro dolor emocional convertido, a menudo, en rabia por no poder defendernos ni reclamar lo que realmente necesitábamos en aquellos momentos. Estas estrategias de adaptación desarrolladas en la infancia, durante el periodo de dependencia, se convirtieron a nivel somático, en nuestra mala postura; a nivel emocional, en nuestro particular y restringido repertorio de respuestas emocionales; y a nivel mental, en nuestra peculiar manera de entendernos a nosotros mismos e interpretar el mundo. Feldenkrais nos recuerda que, en esta vida, podemos elegir entre dos opciones: a) Perpetuar el viejo estilo de conducta y seguir funcionando como lo hemos hecho siempre, como niños carentes necesitados de aprobación, afecto, reconocimiento y con miedo al aislamiento. b) Madurar y enfrentar la angustia generada en la infancia, enquistada hoy en nuestro cuerpo y, también, tomar la responsabilidad de nuestra vida y reformar nuestro modo de acción para cambiar el rumbo de nuestra existencia. Dice Feldenkrais: “La Madurez es una manera de hacer en la que ya no se siguen las pautas de conducta formadas durante el periodo de dependencia , como únicas posibles.” “Una persona madura debería poder obrar independientemente de la necesidad de atención y aprobación, del ansia de afecto y del miedo al rechazo, así como estar libre del miedo a quedarse sólo” Así que aquí tienes algunas pistas para ir mejorando tu postura: ¿Sigues necesitando de la atención de los demás para sentirte bien? ¿Necesitas ser valorada por lo que haces? ¿Tienes miedo a estar soló? ¿Tienes miedo a que te rechacen? Y en la nueva web tienes algunas Lecciones diseñadas por Feldenkrais y guiadas por mi, para que puedas ir transformando el miedo en confianza, la duda en certeza y la angustia en paz, a través del movimiento. Para que puedas ir encontrando el apoyo en tu propio esqueleto y no en las circunstancias externas, para que puedas liberar tu diafragma, soltar tus mandíbulas, apoyar la cabeza sobre tu columna, abrir el pecho y vivir con más dignidad. Para que explores otras formas de moverte y descubras nuevas posibilidades de acción latentes en tu interior. Espero que te guste la nueva web y la "Tienda Online de Clases de Feldenkrais® en Audio" que he diseñado con el fin de apoyar a todas las personas que quieren madurar y mejorar su postura y no tienen una profesora de Feldenkrais® cerca. Helena Guevara